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MINISTERIO DE EDUCACIÓN

DIRECCIÓN DE NIVEL SUPERIOR


CORRIENTES EDUCA VIRTUAL

Curso: Estado Ciudadanía y Participación


Democrática

Trabajo final:

“La igualdad de género: Una lucha cuesta


arriba”

Tutoras:

 Moauro Betania
 NuñezCyntia

Alumna:

 Raffo, Valeria Verónica


Corrientes, 07 de Octubre de 2020
INTRODUCCIÓN
Históricamente, las mujeres han estado sometidas a la voluntad de los hombres por motivos
culturales, religiosos o incluso por imperativos legales. Esta situación comenzó a cambiar
con las primeras manifestaciones y huelgas de mujeres trabajadoras.

No obstante ello, la igualdad de género es un tema que cada vez más presente en nuestro
día a día: en nuestros ámbitos familiar, laboral, en las noticias, en las redes sociales,pero,
¿Por qué se sigue reivindicando la igualdad de género si las leyes reconocen los mismos
derechos a hombres y mujeres?

Las desigualdades de género persisten en todos los ámbitos de la vida social y económica y
en todos los países. Las mujeres generalmente tienen menos probabilidades que los
hombres de continuar sus estudios, por diversas razones, como por ejemplo la maternidad,
como así también menos posibilidades acceder a un trabajo formal o remunerado lo cual
muchas veces es consecuencia de tener que hacerse cargo de los quehaceres del hogar, el
cuidado de los hijos, etc.

Así mismo la violencia contra las mujeres es un tema cada vez más preocupante debido a la
a la gran cantidad de casos de este tipo que se suceden no solo en nuestro país sino en el
mundo, pensemos incluso que hay culturas donde esto esta naturalizado.

Por todas estas razones es importante considerar este tema desde los distintos aspectos
que evidencian la subsistencia de las brechas de género en la actualidad.

DESARROLLO

Igualdad de género y educación

En cuanto al tema de la educación y su relación con la igualdad de género, considero es


uno de los ámbitos en donde aún hoy se visibiliza la desigualdad de género, donde aún hoy
se visibiliza la disparidad en el acceso a la educación, principalmente en los niveles medio y
superior, muchas mujeres se ven impedidas de continuar sus estudios en razón de la
maternidad, el cuidado de los hijos y a los quehaceres domésticos, atribuyéndose
socialmente que dicha labor corresponde a la mujer. Esta concepción errónea,
estereotipada del rol de la mujer en la sociedad, a su a vez es una de las causas
determinantes, por decirlo de alguna manera, de la desigualdad de género, justamente
porque la educación permite ofrecer las mismas oportunidades a tanto a hombres como
mujeres, tanto para acceder al mercado laboral formal, participar en las diversas esferas
tanto de la vida pública como privada, teniendo una participación ciudadana activa,
contribuyendo a la economía, ayudando a cambiar los estereotipos de género, liderando
cambios, por ello la educación es básica para ofrecer las mismas oportunidades a hombres
y mujeres.

Por otra parte mediante la educación tanto de mujeres como de hombres es cómo
podemos erradicar estos prejuicios en cuanto al rol atribuido históricamente a la mujer
dentro de la sociedad.

Igualdad de género y acceso al mercado laboral y desigualdad salarial

Otro tema importante, relacionado con lo anterior, con respecto a la igualdad de género es
el hecho de que aquella mujeres que tienen la posibilidad de acceder a un trabajo muchas
veces lo hacen en la informalidad y en el mejor de los casos si acceden al mercado laboral
formal la mayoría de las veces perciben una retribución salarial menor que la que percibe el
hombre por desempeñar la misma tarea o función con la misma responsabilidad.

La desigualdad en el entorno laboral se hace evidente en la brecha salarial y en el tipo de


trabajo y condiciones que desempeñan muchas mujeres. Muy pocas ocupan puestos
directivos.

Todo lo cual deriva en un nivel socioeconómico desfavorecido lo cual acrecienta aún más
las diferencias.

Las mujeres “el sexo débil” y la legislación

Por ello debe ser una prioridad acabar con estas desigualdades de género, los países
deben seguir sancionando leyes específicas para poner fin a estas situaciones, ya que no
obstante ello siguen existiendo vacíos legales o son insuficientes respecto a la protección
de los derechos de las mujeres.

Si bienla Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) reconoce los derechos
básicos y libertades fundamentales con carácter universal, los cuales“…son inherentes a
todos los seres humanos, inalienables y aplicables en igual medida a todas las personas, y
que todos y cada uno de nosotros hemos nacido libres y con igualdad de dignidad y de
derechos. Independientemente de nuestra nacionalidad, lugar de residencia, género, origen
nacional o étnico, color de piel, religión, idioma o cualquier otra condición…”
“Si bien se considera que la declaración involucra a todos los ciudadanos y ciudadanas ha
sido necesario ampliar ante la evidencia de injusticias y mediante convenciones específicas,
los derechos humanos del niño y de la mujer, por ejemplo Olympe de Gouges, quien es
autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791) denunció
estas evidencias y detrás de ella, surgieron muchas más…”(Profas. Moauro B. y Núñez C.
CEV. Clase 6. 2020).

Por ello considerose trata de un tema de justicia social, (Osorio García, 2010) citando a
Rawls”…Nuestro tema es de Justicia social. Para nosotros el objeto de la justicia es la
estructura básica de la sociedad, más exactamente, el modo en que las instituciones
sociales más importantes distribuyen los derechos y deberes fundamentales y determinan la
división de las ventajas provenientes de la cooperación social. Por instituciones más
importantes entiendo la Constitución Política y las principales disposiciones económicas y
sociales…”

Si bien las mujeres se han movilizado, reclamado y peleado por la concreción de sus
derechos ya desde épocas anteriores, aun hoy lo siguen haciendo, en virtud por ejemplo
del movimiento feminista,que como movimiento social busca las mismas oportunidades para
mujeres y hombres, lo cual da cuenta de las desigualdades sociales que sufren las mujeres
en su día a día y aunque en los últimos años se ha comprobado una creciente tendencia
por estos movimientos sociales, todavía existen desigualdades de oportunidades con
respecto al género en diversas situaciones y ámbitos.

Por ello es que “…el feminismo no puede considerarse solo una teoría acerca de la mujer,
sino de las mujeres en todos los órdenes sociales y culturales, partiendo del reconocimiento
de la desigualdad y opresión frente a los hombres, pero no acaba allí. Al mismo tiempo, y
realmente importante, solicita la acción de quienes se consideren dentro del campo. Esto
supone actuar para modificar las condiciones de injusticia y desigualdad que se describen y
denuncian…” (Profas. Moauro B. y Núñez C. CEV. Clase 6. 2020).

Es, así mismo, que para concretar esto existen otras formas de participación ciudadana,de
manera que la población tenga acceso a participar, mediante ONGs, sin necesidad de
formar parte de la administración pública, evaluando, cuestionando o apoyando las
decisiones del gobierno. (Profas. Moauro B. y Núñez C. CEV. Clase 7. 2020).

A demás de lo expuesto esprimordial que el Estado asista a fin de remediar esta disparidad
de género mediantes instrumentos legales internos, y tanto en aspectos sociales como
económicos, puesto quelas reivindicaciones de justicia social como lo sostiene (Fraser y
Honneth, 2006)son reivindicaciones redistributivas, reivindicaciones del reconocimiento, por
ello la autora expresaque el género es una diferenciación social bidimensional. “El género
no es una simple clase ni un mero grupo de estatus, sino una categoría híbrida enraizada al
mismo tiempo en la estructura económica y en el orden de estatus de la sociedad. Por
tanto, comprender y reparar la injusticia de género requiere atender tanto a la distribución
como al reconocimiento.”

Por ello el Estado debe reparar estas desigualdades mediante instrumentos legales,
políticas públicas en estos aspectos,se debe actuar sobre las dos dimensiones puesto que
estas no se excluyen sino que interactúan, ya que para la superación de la injusticia en
estos casos se exige tanto la redistribución como el reconocimiento, pues no basta que
sean tratadas por separado.

CONCLUSIÓN

Como conclusión puedo afirmar en razón de todo lo expuesto, que la lucha por la igualdad
de género es continua, debido al rol social e históricamente se ha atribuido a la mujer, que a
pesar del tiempo sigue subsistiendo ya que como lo dice (Cortina, 2009) la evolución del
contenido de los valores morales dentro de la sociedad implica progreso y no simplemente
un cambio sino un cambio como mejora, puesto que si este no se produce una me jora
implica solo retroceso. En este sentido ese retroceso asume nuevas formas de desigualdad,
exclusión y discriminación.

El progreso ha sido y sigue siendo lento y existe una gran necesidad de nuevas acciones
políticas para cerrar las brechas de género en los diversos ámbitos.

Por ello es necesario como ciudadanos comprometidos instar políticas referentes, por
ejemplo,a la violencia contra las mujeres, la elaboración de presupuestos con perspectiva
de género, la distribución desigual del trabajo no remunerado, el acceso al mercado laboral,
etc.

En definitiva se trata de una cuestión cultural, educativa e histórica. Debemos derribar los
estereotipos, cambiar la visión que tienen aún hoy muchos hombres como así también
mujeres, sobre el papel de estas últimas en la sociedad.

Que mejor que hacerlo desde la educación, desde nuestro rol de educadoras y educadores
hasta que ya no sea necesario reivindicar los derechos de las mujeres.
BIBLIOGRAFÍA

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pp 191, 2009. Recuperado de:https://ifdestrada-crr.infd.edu.ar/aula/prg_archivo.cgi?
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 FraserN. y Honneth A. ¿Redistribución o reconocimiento? Un debate filosófico-


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 Moauro B. y Núñez C. CEV. Clase 6. 2020. Recuperado de: https://ifdestrada-


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 Moauro B. y Núñez C. CEV. Clase 7. 2020. Recuperado de:https://ifdestrada-
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nto

 Osorio GarcíaS. JhonRawls. Una teoría de justicia social. Su pretensión de validez


para una sociedad como la nuestra. REVISTA - Bogotá (Colombia) Vol. 5 No. 1 -
Enero – Junio. 37-160, 2010. Recuperado de: https://ifdestrada-
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