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José Antonio Merino

EL SILENCIO
DE DIOS .-
Y LA REBELION
DEL HOMBRE
Filosofía, ciencia y religión

ts1 U ~ I I) y H15AM
- B.".'= -
FILOSOFL<\ y Clfu~GIAS

BIBLIOTECA D E AUTORES C RI ST lANOS


MADRID . 201\
íNDI CE GENERAL

Pdgs.

IX
P REfACiO .•....
I NTRODllCClÓN : ¡Eclipse, ex ilio o sil e ncio d e Dios? Xlii
CAl'lTlll.O 1. Pres u puc:nos c ulturales del a leísmo J
1. Voltairc 5
2. Rousscau
3. I'roudhon.
,
7

4. L1 i1.quierda hegeliana. 12
5. David F. Slrauss y Bruno I~auer .... lJ
G. Max Stirncr lS
7. Ludwig Feuerbach ...... ..... .. 16
8. Karl Marx ... ............ . l?
CAl'fTlll.O 11. Dostoi ev, ki o la rebelión freme a Dios 2J
1. La experiencia. arqueologb ,Id pens;unienlO 24
2. Id eas encarnadas en personajes 29
3. El poder de la libertad J2
4. El mal. causa de rebelión. J4
© Jo"': Amonio ,\ krino, 20 11 S. El hien como redencion .. . JO
ID Aibliot~ca ,k Autores Cri,tianos, 2011 G. La cue5!ion de Dios ...... .. 42
[)on Ru"ón de h CrUl, 57.18001 "hd,id
"leL: 91 30908 (,1
w",,,,.bac-~dilorial.com
CAI'ITUI.O 1!1. Nicl7.sch e o el torm ento d e Dios
1• • Los que no tenemos t<,llIor_ "46
51
2. Dios en Asf J¡"blJ Znf¡/IlIJfm.
!Jcpó, ito legal: 0\1-11490·20] 1 3. Furor :tmicristiano .. SS
ISBN: 978·84· 110·] 531 ·4 4. ltaíces rcligios;\S de Nietzsche 59
5. El superhombre como milO ... 60
I'reimpr<·,ión: Bl\C 65
Imprc.ión: ,\IFe Ane; Gr.í~ cas. G~liloo Galilci. 78. Arro}"on1oliuo, (.\IJdrid) CAPíTUI.O IV. Nihilis mo y lr.l5fo ndo reli gioso ...
1. Nicl7_Khe r el nihilisllIo .... 66
Impr,"", en E.paña.l'rimcd in Sp3in 2. Int erpretaciones del nihilismo .. 68
3. Nihilismo y transgrc.lion ..... .......... ... 7J
C-riTUI.O V. El Di os d e los cie ntíficos .. . 77
1. Los científicos d:ísicos ..... 79
2. Cuando ya no se nc<:csita !J hipótesis dIO Dios SI
3. Relación el1lre dencia y religión ..... 83
76 EL SILENCIO DE DIOS Y LA REBELIÓN DEL HOMBRE

del hombre. Pero eso no debe asustar, porque la historia de las culturas
nos demuestra grandes cambios en las etapas del espíritu , profundas
transformaciones de mentalidad. de actuar y de vivir. Ahí están como
ejemplos las grandes transformaciones de las culturas babilónicas, egip-
cias, griegas, romanas, etc. H ay en la arqueología de nuestra cu ltura
actual muchos reslOs pasados que fueron egregios)' ahora simplemclHc
memoria oscurecida.
CAPÍTULO V
Nietzsche presenta el nihilismo como el resultado y el fruto ¡meT-
no que yacía en las culturas anteriores, sobre todo en el cristianismo.
EL DIOS DE LOS CIENTÍFICOS
Pero ahora cabe la gran prégullIa e incluso la sospecha de si ese modelo
cul tural nihilista es capaz de aclarar y orientar el destino humano. Si la
muerte de las viejas cu llllras es fermento de un nuevo amanecer, ¿dónde
A primeros del mes de septiembre del 2010, el científico Stephen
aparece esa nueva alba? L1. experiencia de la cotidian idad nos demuestra
Hawking publicó el libro lhe grellf Desigll (El gran dise,;o, Barcelona
que aún seguimos en la oscuridad, pues de hecho vivimos en 111 medil1-
2010) que ha sido muy comentado por sus afirmaciones acerca del origen
nocbe de 111 nocbe en espera de otra canción más solar.
del mundo y de cómo puede explicarse sin necesidad de recurrir a Dios
porque las leyes de la física bastan para comprender su origen . Dada la
all10ridad del aUTOr y de sus afirmaciones acerca de sus posiciones ciemí-
ficas e implicaciones religiosas, su libro ha suscitado muchos comenrarios
en los medios de com un icación social yen revistas ciendficas.
Su tesis de que el universo pudo crearse a sí mismo y que haya sido
hecho de la nada nos deja muy perplejos pues se da un saho ilógico
del cómo dd origen del mundo al porqué del mismo siendo así que son
cosas muy diversas . Resulta difícil creerse y asumir que algo surge de la
nada y que pudieran existir unas leyes anteriores a la misma materia.
Es conoc ido que Hawking desprecia la filosofía y, por ello, se ve
que su idea de la nada es muy personal porque se sabe que fi losófica-
mente de la nada no se produce nada. Tal vez para este ciemífico la
nada es algo vaporoso e inmaterial, una especie de recimo vacío pero
sin recipienre, algo así como un chorizo vacío peTO sin tripa. Tambicn
sorprende cuando el ciemífico británico sosdene que "debido a que exis-
te una ley como la de la gravedad, el universo pudo crearse a sí mismo
y de hecho 10 hizo de la nada . La creación espománea es la razón de
que ex ista algo, de que exista el un iverso y de que existamos nosotros".
Recurrir ahora a la generación espontá nea sorprende no poco pues ya
L. Pasteur (1822-1895) demostró lo infundado de la teoría de la gene-
ración espontánea y descubrió la complejidad de los procesos biológicos
llegando a la conclusión de la imeracción de otros organismos. Hawking
podrá negar a Dios por motivos personales pero no por las razones cien-
tíficas que pH;sema en su libro, pues no son muy convincentes.
El biólogo Richard Dawkins, amor de El gen egoisw y dcilibro lbe
Cod de/miou, es decir, de la desilusión de Dios o Dios como engmio, es
78 El SILENCIO DE DIOS Y LA REBELIÓN DEL HOMBRE C.5. El DIOS DE lOS CIENTfFICOS 79

un acérrimo promotor del ateísmo. Partiendo del evolucionismo de LI ciencia ha comribuido poderosamente a cambi ar la imagen del
Darwin se propone llegar a la abierta conclusión de la no existencia mundo, a desacralizar el cos mos y a romper cosmovis iones basadas en
de Dios. Este biólogo británico ha repetido que hay 95 por 100 de interpretaciones primitivas y precientíficas. L1. racionalidad científica se
probabilid3des de que Dios no exisla. ¿Esas probabilidades las ha cons- ha impuesto a la razón mírica y a la interpretación teológica que preten-
t:Hado él, se las inventa o se las irnagina~ Cuando el científico sale de dió ver el mundo con categorías e imágenes bíblicas correspondientes
su campo hace ya afirmaciones que no co rresponden a su especialidad a tiempos y culturas muy distantes de los logros cie ntíficos modernos.
y profesionalidad silla al ciemífico en cuanto hombre. Y en Cllanto
hombre no deja de entrar en rdación de presencia o de ausencia con
Dios. En todo científico como en rodo filósofo hay un rogÍlo implícito 1. Los científicos clásicos
y germinal que condiciona no poco la misma investigación y las vigen-
cias que uno trata de defender. Es muy difícil que un auténtico y sincero cienrífico no llegue al-
La ciencia es gran creación humana que ha engendrado récnicas guna vez a planrea r cuestiones sobre religión y se defina ante el hecho
extraordinarias que, a su vez, estas pueden recrear al hombre y ofrecerle religioso. Pcro «¿puede la ciencia aporrar información en materi a de
una visión cientÍfica y u:cnica del mundo y de la vida. Por eso conviene religión? -se preguntaba el Nobcl E. Schrodinger, físico y matemáti-
hacer un recorrido de pasada por los grandes creadores y forjadores de co-. ¿Pueden los resultados de la investigación científica ser de alguna
las ciencias para ver sus realizaciones y sus límites. sus luces y sus som- ayuda para conseguir una actitud razonable y satisf.1.ctoria frente a esas
bras, sus logros y sus deficiencias. cuestiones ardientes que a todos nos asaltan en algún momento? l ... ]
Frecuentemente se ha visto en la ciencia la solución a todos o a casi Me refiero sobre todo a las cuestiones del arro mundo, a la vida después
todos los problemas humanos y el mejor medio de proporcionar bim- de la muerte y de todo lo que se relaciona con ello»l. Efectivameme,
estar, saber, libertad, poder y eficacia. Para muchos la ciencia no solo so n muchos científicos los que no pueden evitar esas cuestiones exis-
aporra conocimiento, la verdadera racional idad de las cosas, felicidad tenciales que rebasan las leyes físicas y biológicas porque afecI:ln a las
y bienestar sino que también ofrece una peculiar cosmovisió n, razones exigencias y aspiraciones más profundas de la persona.
del vivir y normas éticas del actuar. Las grandes revoluciones son resultado de una larga y co mplicad:l
La ciencia destructora de muchos mitos se ha convenido, en algu- gestación, como puede apreciarse en la revolución ck:nrífica y filosófica
nos ambientes, en el gran mito. De hecho, ciertas expresiones dogmá- que se llevó a cabo en los siglos XVI y XVII Y que acertadamente se ha
ticas actuales del ciemificismo no son OIra cosa que la implantación del definido como la crisis de la conciencia curopea. El paso del mundo
mito de turno. Paul Feyerabend no duda en afirmar: cerrado de los anriguos al mundo abierto de los modernos es el salto de
un:l cosmovisión a otra tOtalmente diStinta. Yeso difícilmente puede
~ L1 cicncia es mucho mas scmcjame al mito dc 10 quc cualquier lograrse sin una fuerte conmoción de todas las vigencias y creencias del
filosofía cicntífica CSI,í dispucsta a reconoccr. L1 ciencia constilllye hombre. Con conocim iento de causa escribe el fi lósofo de la ciencia
una de las muchas formas de pensarnienlO desarrolladas por el hom- A. Koyré que "los problemas que ent ra fla la infinit i7A1ción del universo
bre. pero no nccesariamelHe la mejor [oo. ] Rcsulta que la separación
son demasiados profundos y las implicaciones de las soluciones poseen
de Iglesia}' Estado debe completarse con la separación de Estado y
Ciencia: la institución religiosa más reciente. más :lgresiva y más dog- demasiado alcance y resultan excesivamente import:lntes como para
mátic:l» l. perm iri r un progreso sin impedimenros,, 3.
En los orígenes de la revolución científica los campos de la ciencia,
A pesar de lo exagerado de este autor en sus exposiciones y aprecia- de la fi losofía y de la teología no estaban perfect:lmenre separados. No
ciones sobre la ciencia y sus limites, no deja de seilalar una situación a formaban compartimentos estancos para sus protagonistas, pues al mis-
tener en cuenta. mo tiempo que hacían ciencia, partían de presupuestOs metafísicos y

, E. SCIl~Ü!m;r.u•• Mmu J m,Jla;,/ (Tu"-lu~ts. B~r(don~ 1983) 67.


, 1'. hV~l<An~,",Il. ",11",10 rolllnl ~I m;lodo (T~mos. Madrid !981) 289. ; A. KOl"RÉ. Vd ",,,,,,lo umrdo ,,1 "";"''10 i>'¡;nilo (Siglo XXI. Madrid 1978) 2.
80 El SILENCIO DE DIOS Y LA REBELIÓN DEL HOMBRE c.s. El DIOS DE lOS CIENTiFICOS 81

eran creyentes convencidos. No obstante csnin poniendo las bases para 2. Cuando ya no se necesita la hipótesis de Dios
que los tres campos se vayan diferenciando y separando posreriormemc.
Está claro que Copérnico encuadró [Oda su revolución al interior Newton fue un gran matemático y un buscador agraciado de las
de la fe cristiana y trató de armonizar la religión bíblica con los datos leyes inmanentes en la naturaleza . No obstante, termina su 6pticn di-
científicos a su alcance. Kepler, por su pane, subrayaba explícitamente ciendo que "el principal objelivo de la Filosofía natural está en sacar
el puesto de Dios en su sistema científico del Inundo. En la dedica- conclusiones directameme de los fe nómenos sin f.-mtasear hipótesis y
mria de la primera edición de su J\1ysterillm cosmograpbirum dice que en deducir las causas por sus efeclos hasta llegar a la causa primerísima.
«Él [Dios] nos enseria a adorarlo contemplando el ciclo con admiración que ciertamente no es mednica». Manteniendo una actitud empírica,
[... 1 Dios ha intervenido en la fo rmación dclutliverso siguiendo un repite muchas veces que no quiere inventar hipótesis, se entiende ló-
orden y una regla, pareciéndose a un arquiteCTO humano" y disponién- gicamente las hipólesis metafísicas, ni aceptar teorías que no puedan
dolo todo de tal manera que el hombre pueda ascender a El a partir de comprobarse por experimenración u observación . Sin embrago, recurre
la ex istencia de las cosas. a Dios para corregir con su intervención las irregularidades que se dan
Galileo Galilei fue un creyeme que en ningún momento vio hos~ en el sistema solar debidas a causas perturbadoras, como puede ser la
dlidad cnue la ciencia y la religión . Más aún, fue un sentidor religioso acción de los cometas. Esta ambigliedad ha dado pie para que tanto
como lo dcmucsua en su obra SidercllS 1Illllcim, cuando escribe que teístas como ateístas posteriores recurran a la autoridad de Newton para
"iluminado previamente por la gracia divina» pudo observar los fenó~ justificar sus respectivas posturas.
menos de las estrellas, de la luna y del sol mediame ~el telescopio inven~ La inrerpretación newtoniana del universo se impuso IOralmente y
tado por mí". Esta actitud la mantendrá a lo largo de su vida aunque el Dios de Newlon, como subraya Koyré, reinaba completamente en el
entre en Fuerte conAicto con las autoridades eclesiásticas. vacío infinilO del espacio absoluto, en el que la fuerla de la atracción
En cuanto a Newton, indiscutible campeón de la nueva ciencia. universal unía los cuerpos automáticameme estrucmrados del inmenso
emiende que es normal y propio de la Filosofía Narural, es decir, de un iverso en permanente movimiemo y segt'm unas leyes estrictamente
la ciencia, el hablar de Dios como remate de las cosas existentes. Para matemáticas. Sin embargo, para Newton la fuerza gravitatoria univer-
él, Dios es parte integrante de la expl icación científica del universo ya sal era una clara demostración de la limitación del mecanicismo}' una
que «compete a la Filosofía Natural hablar de Él partiendo de los fenó~ prueba de la existencia de poderes no mecánicos; en resumen, de la
menos", como escribe en el escolio de los Principios matemáticos: "Se presencia activa de D ios en el mundo. Pero más ¡arde se perdió esa fun-
reconoce que un Dios supremo ex iste necesariamente, y por la misma ción y se lTansformó en una simple fuerza narural yen una propiedad
necesidad existe siempre y en [Odas partes,, 4. En la 6ptim afirma que de la materia que pOlenció el mecanicismo hasta hacer del universo un
no solo el orden astronómico sino otr..IS llluchas cuesliones se queda~ sistema de fuerzas que se explica en sí y por sí, y fuera de él no hay nada
rían sin respuesla si no se admile la existencia y presencia acruame de más. El m undo-reloj, el mundo-m;íquina, era grandioso, perfecto, au-
una causa suprema más allá de lo puramente mecánico. La ciencia y la rosuficiente, que no necesitaba de un arrífice que le transmitiera fuerza
religión se complementan y se reclaman. pues esta era eterna . ni tampoco de un relojero pues la máquina tenía su
Para la nueva ciencia positiva Dios era objeto de la ¡eología y de la propia cuerda y no requería la ayuda de ningún ser exrralÍ.o a él.
filosofía e igualmente una necesidad para explicar el funcionamiemo Quien contribuyó de un modo especial a desarrollar el sistema
ciendfico del mundo. El Dios de Newton no era el Dios filosófico. la newlOniano Fue Laplace (1749-1827); Y lo compleló al demostrar que
causa primera de los aristotélicos, wtalmeme impersonal y desintere~ los movimientos planerarios eran estables y que las perturbaciones cau-
sado del mundo al estilo de los deístas, sino que pretende ser bíblico, sadas por los influjos IllUltlOS o por la presencia de cuerpos eXlraflOs
creador, dueilO )' seilOr del universo. como se escribe en el escolio gene- eran temporales}' pasajeros. De este modo disipó el miedo de Newton
ral de los Principios matmuíficos. de que el sistema solar se llegase a alterar alglln día por su propia acción.
En las obras Sisum/l del mUlldo y Mecnnicn ce/este Laplace asume}' per-
fecciona el universo newtoniano . pero Dios est<Í explícitameme ausente
l. N'·WTON. Pril/ripio! m,IIrm.iurO¡ dr 1" {',{olafia "" /1/,,,1 (Ed iwra Naci onal. /o.1adrid 1982) de él. Ante este hecho Napoleón le pregurlla: "Me dicen. señor Laplace.
8 1(,.
82 EL SILENCIO DE DIOS Y LA REBELIÓN DEL HOMBRE c.s. El DIOS DE lOS ClENTiFICOS 83

cisma cósmico se aplica totalmente al hombre que se considera sencilla·


que a lo largo de su grueso volumen sobre el sistema del universo no
mente como una máquina especial. L1 religión debe ser eliminada por
mencionáis ninguna ve'L a su creador... A lo que Lapbcc responde: "Yo
la ciencia y los sacerdotes sustituidos por los médicos. Con ello la guerra
no tengo necesidad de esta hipótesis"_ Pero conviene precisar. como
Clllre ciencia y religión está declarada)' el perdedor siem pre es el hombre
subraya Koyré, que quien no necesitaba la hipótesis de Dios no era el
mismo que emra en conAiclO entre su fe y su saber cuando simplemente
sistema de L1pbcc, si no el mundo que en él se describía . .. El universo
se trata de incomprensión sobre estas dos dimensiones.
infinitO de la nueva cosmología. infinito en duración como en exten-
sión, en el que la matcria cterna, de acuerdo con leyes necesarias y cter-
nas, se mueve sin fin y sin objeto en el espacio cterno, heredó todos los
atributos olllológicos de la divinidad. Pero solo esos; todos los demás se 3. Relació n enlre cie ncia y reli gión
los llevó consigo la divinidad COIl su marcha» s.
Mas el hueco que ha dejado la divinidad con su marcha (no será So n muchos los cientÍficos que se han dedicado a :lllalil..1r la relación
ahora llenado con la mente del hombre que quiere transformarse en elUfe ciencia y religión . Y no son pocos los que separa ndo y distinguien~
una especie de superhombre? L1 tesis de la exactitud absolura del deler· do las propuestas de la religión y las tesis científicas no ven oposición e
minismo mecanicísl ico universal ¿no será la hipótesis que sustituye a la incompatibilidad entre ambas. Pues la ciencia y la religión son dos ven·
divinidad eliminada? El mecanicismo científico iba unido a la filosofía tanas que miran al mundo, pero c:tda una de ellas permite ver horizontes
mccanicística que incidió poderosamente en la propagación de un pen· distintos y no antagónicos silla sencillamente diversos. L1 oposición }'
samiento aleo y de un nJcne escepticismo en materia religiosa, sobre rivalidad entre proposiciones que se refieren a realidades distintas están
todo en la corriente francesa. fuera de lugar. Lo físico, lo filosófico y lo religioso pertenecen a cam-
Los ilust rados fran ceses sostenían que el sistema de Ncwlon descri- pos distintos y emplean melOdologías diversas con resultados específicos
bía ellllundo como una gigantesca máquina, cuyo meca nismo esencial pero no por dio exclusivos. Puede decirse que la rivalidad y la incom-
ya ~e. conocía, y dentro de ella se encontraba el hombre, corporal y prensión provienen más de quien hace ciencia, filosofía y teología que
espmntalmente, cama una pieza del engranaje cósmico que acomcce de los contenidos}' horizontes reales de esos campOS.
fonosa y necesariamente. En el Filósofo ¡gI/OTllUle de Voltaire encom ra- La relación emre ciencia y religión es más profunda y compleja de
mos una descripción maesl ra de esa mentalidad: .. Sería sorprende que lo que normalmente se crec. El hecho de que ideas científicas y reli-
cuando la naturalel..' emera y todos los planetas estás sometidos a las le· giosas puedan contradecirse significa que deben tener una raíz común.
yes eternas, existiese un pequeño animal , de 1,65 de altura, que pudiera PUt..Je decirse que la actividad científica de la realidad, que trata de
z.af.,~se de esas leyes obrando a su antojo y sin más límite que su propio buscar lo invariable en el Auir y devenir de las cosas sensibk-s, se revela
capnc~o». L~ cosmología newtoniano ha inspirado una antropología y como una cierta actividad religiosa. La religión es una manera de in·
una pSlcologla basadas en las leyes del determ inismo absoluto y deri- terrretar y de ver el mundo y conduce a UIl tralar peculiar ese mismo
vando en un material ismo declarado. Pero los discípulos del Newton mundo. La ciencia es una manera de tramr el mundo}' conduce a una
han ido más allá del maestro. manera de ver ese mundo tratado y es cre:ldora también de una cos·
Ejemplo significativo de este materialismo universal lo encomramos movisión particular que rebasa los mismos presupueslOs de su :ttenerse
en la obra El bombre máquilla de J. A. L, Menrie, que aplica el dClermi - a los hechos verificables. La ciencia, en cuamo técnica, es un manejo
nismo mec:lllicista al hombre. Según este amor no solo el pensa miento dd mundo. L1 religión, en cuanto creencia, es una visión del mundo.
sino toda la psique humana dependen totallllenre de los procesos corpo- Ambos aspectos brotan del mismo protagonista, el hombre, y tienen Ull
rales y no se pueden explicar sino a tr:l\'és del lllecanicismo del sistema mismo horizonte, el mundo.
nervioso. L1 conciencia y el espíritu se imerpreran y justific.11l desde la \VI. Heisenberg, en su libro Didlogos sobre fisiea afómicaú, dedica
materia y lo corpóreo. La religión es cuestión de higiene y es irrelevallle un interesante capítulo a las relaciones entre ciencia }' religión. Según
para el funcionamienlO normal del hombre. De este modo el mecan i· este autor, coincidiendo con Max Plank, la religión y la ciencia so n

, A. KOYMf. DA ", .. "dll rrmuÚJ 11/ .m","", ,..¡;"I/t,. o.c .• 256.


84 EL SILENCIO DE DIOS Y LA REBELIÓN DEL HOMBRE C5. EL DIOS DE LOS CIENTíFICOS 85

compatibles puesto que se refieren a ámbitos de la realidad totalmente salma trascendencia. Este filósofo de la ciencia, siguiendo la dialéctica
distintos. Las ciencias posirivas ofrecen una lectura de la inmanencia }' mediación dinámica hegelianas, emiende la religión como proceso y
y de la técnica, la religión presenta una visión de la trascendencia y en permanellle devenir porque Dios mismo está en proceso y en pe~~
de la moral. Realidades ambas distintas pero no opuestas. Las ciencias manellle hacerse según lo describe en su obr3 Proceso y realidad. El
naturales reflejan la visión objetiva de la realidad; y la fe religiosa es la mundo también eslá en cambio permanente, pero Dios es la realidad,
expresión de una decisión subjetiva con la que se jerarquizan los valores el fundamento dc lOdo ese proceso. Para \X!hitehead Dios y el mundo
que dirigen la conducta humana . en lugar de oponerse se complementan. Pero el ciell1ífico inglés da la
N. Bohr subraya que bajo el aspecto epistemológico [as ciencias}' la impresión de que sabe demasiado sobre la verdad de Dios y su proce~
religión plantean al hombre actitudes totalmente distintas. En los ma- so en el mundo. De todos modos. el gran recelo, y en muchos casos
temáticos, por ejemplo, el científico puede distanciarse interiormcmc hostilidad. entre la ciencia y la religión, se convierten aquí en aliados y
del contenido de las afirmaciones. Aquí rodo se limita a un juego de amigos, más aún, en hermanos.
pensamiemos en el que podernos participar o no. Sin embargo en la re~ Frecuentemente el problema religioso no es cuestión de que Dios
ligión se trata de nosorros mismos, de nuestra vida y de nuesna muerte. sea demostrado o indemostrado, probable o improbable sino de si es
En ella los contenidos de la fe pertenecen a los fundamentos de nuestro deseable o indeseable que exista, es decir. más que cuestión intelectual
obrar; y, de ese modo, a las bases de nuestra existencia. Es decir, el es cuestión volulllarista, cordial, visceral. Con humor e ironía ha dicho
hombre, cuando es creyeme, participa de los problemas de la religión y algún ciemífico que la ciencia es una religión secular y córnod3 que cam-
le estimulan a una acritud determinada ante la sociedad en la que vive. bia de dogmas cada veime años. Muchos ciell1íficos no se han liberado
E. Schrodinger ha profundizado en las relaciones emre ciencia y aún de los prejuicios metafísicos}' religiosos decimonónicos. O defien~
religión y sostiene que la no clarificación de contenidos y la exrrapola~ den un positivismo a ultranza o profesan un mecanicismo determinista
ción indebida son ca usa de confusión y a ello se debe el notorio ateísmo o caen en un caprichoso az.1r imprevisible en donde Dios no tiene es~
de las ciencias naturales, que los teíStaS les reprochan una y oua vez. pacio o no tiene sentido. Hay una fe razonable en la creencia como hay
El Dios personal no tiene cabida en este mundo que solo resulta com~ unafi ¡rmciollal en la razón (esta última expresión es de K. Popper).
prensi ble al precio de retirar de él [Odo lo personal. "Para los que han Albert Einstein, que ejercitó "un libre pensamiento fan;íticameme
experimentado la presencia de Dios, ello debe quedar corno una viven~ positivista», corno dice de sí mismo, también se interesó por la religión
cia, tan real como tina inmediata percepción sensorial, como la propia y su relación con la ciencia. Este tema lo tocó en varias ocasiones y
personalidad. Y Dios debe quedar fuera del marco espac io-tiempo» 7. está recogido en su libro Mis idMs y opiniones 8• Destaca la illlportan~
Evidentememe que la ciencia no tiene porqué hacer teología, pero tam- cia del sentimiento religioso cósmico a pesar de qu~ sea difícil de prc~
poco ir contra ella . Los científicos tienen roda la razón al no ir m;ís allá cisar en qué consiste tal semimicnro. Dicho sentimiento se descubre
de lo que permiten sus métodos y posibilidades experimemales. pero en hombres profundamente sensibles al misterio del mundo, aunque
al mismo tiempo pierden la razón cuando niegan todo aquello que se estos hombres sean muy diversos en sus concepciones de la religión,
escapa a sus métodos y está más allá de su alcance. según puede verse en hombres "como Demócriro, Francisco de Asís y
A. N. \Xlhitehead, que comenzó como lógico y matemático, desa~ Espinosa »~ , d;índose ell[re ellos profundas relaciones de convergencia
rrolló también la filosofía de la ciencia y ofrece finalmente un sistema espiritual. "Yo sostengo que el sentimiento religioso cósmico es el mo~
metafísico universal en donde el mundo, el hombre y Dios tratan de ar~ tivo nds fuene y más noble de la investigación cicll1ífica» 10. Ese sen~
monizarse en una cosmovisión de rotaJidad. Se propone dar una nueva timiento religioso cósmico rompe el esquema rígido del mecanicismo
explicación e interpretación de la relación Dios~hombre, Ifascendencia~ que había desterrado el misterio del mundo.
inmanencia. Desecha la concepción panteísta, el concep[O oriental de El científico que se ciile solo a las leyes físicas y tiene una idea del
la absoluta inmanencia de Dios y de un orden impersonal, lo mismo mundo como un reloj o una máquina no es capaz de ir m;is allá de un
que la concepción semítica de Dios como un ser personal y como ab~
A. E,N STfIN . Mil MMS 1 Op"'IO"~S (Amon; lIme h. Ba" d on" 1981 ) 32·47.
lhid .. 34.
E. SC I!RODING f R. i Qut~, U"" 1'1 "~ /" ",,,,m,l~,,,, ? (FC E. Me.;co 1972) 114. lO lbid.
86 EL SILENCIO DE DIOS Y LA REBELIÓN DEL HOMBRE cs. EL DIOS DE lOS CIENTíFICOS 87

" JU
cllIcnder eI mensaje "d eOCTlstlano
"" y en ~1I
< d",fic"I,",j
... '''~..."'11 ,admitir un Dios
determinismo restringido y deformanrc. Sin embargo el sentimiento re-
ligioso cósmico proporciona al ciemífico una aclillld nueva de búsque- personal. . d" "
En el fondo, se trata de subrayar que [Odos los medIOs e lIlV~~tI-
da y de descubrimiclHo. "Un conremporanco ha dicho, con sobradas
gación resultan ser instrumentos inútiles si tras ellos no hay un esplTltu
razones, que en esros tiempos materialistas qU(' vivimos la Lmica gente
profundamente rel ¡giosa son los investigadores científicos serios" 11. que los slIstcnrc.
En su trabajo sobre "El espíritu religioso de la ciencia", Einstein «Si uno concibe la religión)' la ciencia según lo dicho. resulta
comienza diciendo: "Difícilmentc enCOlltraréis entre los talenlos cien- imposible un conflicto entre ellas. Porque la ciencia solo plled~ anr-
tÍficos más profundos, uno solo que carezca de un semimienlo religio- nlar lo que ('S. pero no lo que drbirra ser. y .fuera de s.u c~rnpo. s~gllen
so propio. Pero es algo di~tinto a la religiosidad del lego" 12. Eviden- siendo llecesario~ illicio~ de valor de todo tipO [ ... 1 Se~un esu Inter-
temellle que el sentimieIHo religioso dcllego se puede dar a diversos pretación. los f.."l1ll0S0S conflictos entre rcli~~ón y ~icncJa dcl.pasa~.o,
niveles; y el del ciemífico puede ser nds refinado o más inrenso y nl<Ís deben al ribuirse, Clllre ellos, ,1 una concepClon erronea de b SlluaClOn
.1 • lú
cercano al del rorn;íntico que veía en la naturaleza una especie de In- que ~e 1la uescnto" .
finiw difuso)' expansivo. Sentimiento de asombro por la armonía de
la naturaleza en la que el hombre se sentía rodeado de fuerlas vitales La tensión e incomprensión etllre ciencia)' religión solo se debe al
e inspiradoras. hombre de fe }' al bombre de ciencia, pero emre ellas puede darse una
El científico esd lleno de! senrimienw de la causalidad universal. complementarit'dad creadora. «La simaciól.l !J.ued.e ex.pre~arse c?n U[11:1.
imagen: la ciencia sin religión es coja, la rellglo.n sln.Cl 7nCla es Cleg~" ..
"Su semimielllO religioso adquit're la forma de un asombro ex- L.1. religión}' b ciencia son dos ojos, con pupllas.dIStlntas: que mlr.lll
tasiado ame b armonía de la ley natural, que reveb una inteligencia al mismo Illundo aunque cada uno descubra hOrizontes dIversos pero
de tal superioridad que. comparados con ella, IOdo el pensamienlO complemelllarios. . . ' .,
y todas bs acciones de los seres humanos no son nds <¡ue IIn reflejo En este tema de la relación entre CienCIa}' rehg,on es ?pon~l1lo
insignincante [... ] E5 sin IlIgar a dudas algo estrechamentc emparen- recurrir a un destacado demífico de nuestros días, como es Francls S.
tado con la que poseyó a los genios religiosos de IOdas bs época.~ » IJ . Col1ins, medico genetista}' director del Nadonal Human Genoma R:-
search [nstinllc. Desde ese puesto supervisa uno de los proyectos mas
Es decir, el hombreen cuan[o hombre, sea científico o no, posee ese ambiciosos de la ciencia moderna: ordenar}' clasificar todo el t~lapa
instinto íntimo para poder penetrar en clmisterio que habita el univer-
genético humano. Miembro del [nsrinlt~ ~f Medicine y.de.1a NatIO~n~1
so aunque las modalidades de experimentación)' de comprensión sean Academy of Sciences, considerados la ehte del conOCt~llleIHo. medi-
diversas.
co }' cielllífico mundial. Ha recibido numerosos .premlos nac.lOn~l,es
Para este destacado físico no existe un conAicto objetivo entre cien- e internacionales, enlfe ellos el Príncipe de AstuTlas de Invesngaclon
cia )' fe. Sin rebajar para nada las enormes posibilidades de la ciencia,
CientÍfica de 200 l.
sin embargo se dehe reconocer que "e1método científico solo no puede Este científico ha publicado un libro con el título ¿.Cómo f)~~lfl
mosrrarnos cómo se relacionan los hechos entrc sí )' cómo están IllU- Dios? en donde expone su visión de la relación c~l1re,ciencla y reltglon.
lUamente condicionados. El anhelo dl'" alcanzar es[e conocimiento ob-
Se pregunta si en esta época de gran desarrollo Clenufico:
jetivo pertenece a lo más elevado de quc es capaz el hombre» H. Seglln
Einstein, "los más elevados principios de llUeS[raS aspiraciones}' juicios ,,·Exis[e aún la posihilidad de encotllrar u[[:1 armonía riGtmente
110S los proporciona la tradición religiosa judeocrisriana>J 1\ aunque él satisf~ctoria el1lfe las concepciones cicmínca y espiritual .del ¡.nundo?
discrepe y se distancie de la interpretación tradicional en el modo de Yo respondo con un sonoro: ¡si! [... ] El dominio de la cle~~,a es ex-
plorar la naturaleza. El dominio de Dios es el mundo csplntua~, 1111
reino que no 5e puede explorar con bs herramientas)' cllenguaJe de
" Ibid .. J5.
" lhid.
" Ibid .. 35·.16.
" Ibid .. .16. '" lbiJ .. J?
lbiJ .. 40.
" Ihid .. 37. I
88 EL SILENCIO DE DIOS Y LA REBELIÓN OEL HOMBRE

la ~icncia. Se dehe cXlrnillar con el corazón. la IllCIHC y el alma -y la


m~nte debe encontrar un moJo de abraz:lr ambos reinos" 1~ .

Este cien rífic.o declara que inicialmente era agnóstico e incluso ateo
y hac~ un rcco.mdo por su vida personal y f.1.miliar hasta llegar a creer
en DIOs. Anahz;l las COl~'\)~tencias }' Jos cometidos de la ciencia para
~oll(ron~~rlos con la rc]¡glOll y ver así si ex iSte oposición o m;¡s bien
C,\PiTULO VI
ImeraCClon enm: ambas. En lo que se refiere al origen del universo dice;
,,~Jararncn.[e la concepción científica no es cl11eramente suficiente para
DIOS, ¿ABISMO O CIMA DEL HOMBRE?
responder ,1 rodas .las IIHCrCs.antcs preguntas sobre el origen del univer-
so,)' no hay nada lIlherentcmcnre en connicto entre la idea de un Dios
cr~ador y io que la ciencia ha revelado" 19 . Según él, la hipótesis de
Después dd recorrido que se ha hecho hasta aquí, se puede constatar
DIOs resuelve algl~nas de las pregumas m;ís problemáticas sobre lo que
cómo la dimensión religiosa rcs uha ser una cuestión ineludible para d
hubo antes del Brg btllrg y porqué el universo parece eStar hecho para
hombre, corno posibilidad o como realidad, como luz o como sombra,
el ser humano.
como liberación o como alienación. Se podrá rechazar, criticar, dudar o
.I~especto a su especialidad sobre el genoma humano hace una re-
aceptar la existencia de Dios, con odio o con amor, con sarcasmo o con
Aexlon sobre la sccuencia del mismo que no va para nada en contra
pasión, pero difícilmente el hombre puede quedar ind iferente ame ese
de 1I~ proyecto divino sino todo lo comrario. "El Dios de la Biblia es
hecho a no ser que tenga anestesiada la conciencia o desplace la creencia
tamblen el .Dios del genoma. Se le pL,ede adorar en la catedral o en
de un Dios en sucedáneos tranquilizantes o en ídolos provisionales.
ellaborarono. Su creación es majescuosa, sobrecogedora, imrincada y
Así como e! creyente adulto debe dar razón del porqué cree, del
~ellaJ }' no puede estar en guerra con sí misma. Solo nosotros, humanos
mismo modo el agnóstico )' el ateo adulto deben dar razones del por-
,mperfecros, podemos iniciar tales batallas. Y solo nosotros podemos
qué no crecn o se absdenen de creer. Pues lo peor que puede suceder al
t~rmi.nar.las »!o . Concluyendo con la tesis de que Dios no amenaza la
hombre ante el hecho religioso es que no suceda nada, como si se trata-
Clel~cla ~1ll0 que la mejora, corno asimismo Dios no es amenazado por
ra de algo intrascendente)' que no afectara a la exisrenci3 humana . De
la ciencia puesto que Ella hizo posible.
ahí la cuestión razonable: ¡qué puesto o lugar tiene Dios en el hombre?
. Cie.namellte q.l~e ha habido épocas en las que el teólogo, el hombre
A esa pregunta se han dado quehacer filósofos y psicólogos de las m;ís
de ,gle~I~ , pretendlo serlo y saberlo todo poniendo la teología y el dog-
diversas corrientes y de los más diferentes sistemas.
ma religIOSO. con~o criterios ~?solllloS de las verdades divinas y hurna-
Es verdad que ante Dios no es fácil decid irse}' cómo decidirse, pero
~las. H3 habl~lo epocas tamblen en las que el filósofo, el racionalist3, el
la persona humana se encuentra en la urgencia de decid i r si pretende ser
dus{~:!~o, qUlSO someter todo a la luz de la dios:! razón, veng;índose del
coherente en cuestiones vitales de su vida . Pero la decisión es totalmente
dO~lllllo a~usivo de la razón teológica. También se han dado periodos,
imposible si previamente no se tienen algunas convicciones}' vigencias.
y, sl.guen dandose. en los que la ciencia, la verdad c ienrífic:!, la verdad
Ortega y Gasset ha repetido en sus obras, principalmente en Historia
loglco-matemática-física impuso y trata de imponer su hegemonía a
como sistema, que el hombre tiene que estar siempre en alguna creencia
despecho de la verdad teológica y filosófica. Ha llegado ya elmomelllo
dado que su misma vida depende primordialmente de las creencias en
de un sab~r transversal e imerdisciplinar y de alcanzar nuevas alianzas
que está. Los cambios más decisivos tanto de la humanidad como de!
entre las d,ver.s~s disciplinas del fecundo y rico saber humano porque el
hombre concreto consisten en los relevos de creencias, pues estas for-
poder del esplrltu humano es inmortal.
man e! subsuelo de las convicciones}' constim)'en el estado anímico del
hombre, el repertorio, como lo denomina el filósofo de Madrid.
L1S creencias son muy divers3s de las ideas. La idea es un producto
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del pensamiento que puede pensar lo que se le antoje. Sin embargo la
" ¡bid .. n .
:, Ib id .. 217. creencia además de tener la idea que se piensa es aquello en lo que se

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