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XXIX. Micosis Profundas
XXIX. Micosis Profundas
Micosis profundas
HISTOPLASMOSIS
La histoplasmosis es una micosis profunda granulomatosa, sistemática, considerada
como la micosis respiratoria más frecuente en el mundo, producida por un hongo dimorfo,
Histoplasma capsulatum. Es una entidad que afecta a carnívoros, equinos y humanos. El
hábitat de este micetoma incluye excretas de aves, gallineros, cuevas, entre otros, por lo
que se ha descrito como que ecuménico. La enfermedad se adquiere por vía inhalatoria.
Epidemiología
La histoplasmosis tiene una amplia distribución geográfica, predominando en América y
África. Siendo América el continente con más casos reportados. Las zonas endémicas de
mayor importancia corresponden a los valles de los ríos Mississipi, Missouri y Ohio en
América del Norte y en la cuenca del rio de Plata, Venezuela, Brasil y Colombia en América
del Sur. En Asia y Europa se han descrito pocos casos autóctonos.
La histoplasmosis en Venezuela no es de denuncia obligatoria, por lo que existe un gran
subregistro. Según Albornoz, “se calcula que en nuestro país puede haber una incidencia
de 5000 casos de micosis profunda por año, suponiendo, que por cada caso diagnosticado
hay 10 que no se diagnostican”.
Desde hace aproximadamente 10 años se ha incrementado el número de casos de
histoplasmosis en Venezuela, esto se cree que se debe a cambios climáticos
(calentamiento global), en la construcción de sistemas ferroviarios (tren, metro); a los
múltiples deslaves ocurridos en los últimos tiempos (Ávila, 1999), terremotos como el de la
fosa de Cariaco, y más recientemente movimientos telúricos de moderada intensidad, lo
que lleva a la dispersión del hongo. Por otro lado, de forma paradójica, el avance de la
tecnología médica ha permitido la sobrevida prolongada de pacientes
inmunosuprimidos susceptibles a contraer la enfermedad y la pandemia del SIDA.
Las zonas de mayor endemicidad en Venezuela son: Distrito capital y los estados Miranda,
Vargas, Zulia, Monagas, Sucre y Carabobo, sin embargo se han reportado casos en todo
el territorio nacional.
El carácter endémico depende probablemente de que aparezca en la naturaleza las
condiciones favorables para el crecimiento de Histoplasma capsulatum. Este vive en
suelos con alto contenido de nitrógeno, ligeramente ácidos, tales como los que
existen en cuevas habitadas por murciélagos y aves, gallineros y sus alrededores,
regiones boscosas. En ambientes naturales, el hongo se comporta como moho, con una
morfología típica, representada por macroconidias espiculadas, generalmente esféricas, de
pared gruesa, hifas delgadas y ramificadas y por microconidias. La fase parasitaria en forma
de levadura, se expresa a 37 grados, dicha forma se presenta en los tejidos.
El desarrollo de H. capsulatum está favorecido por condiciones climáticas con temperaturas
medias de 22-29 grados, precipitación anual aproximada de 1000-1200 mm y humedad
relativa entre 67-87%.
Patogenia
Manifestaciones clínicas
Generalmente la enfermedad se autolimita, hecho que se evidencia tardíamente por la
presencia de calcificaciones en pulmones y bazo. Existe susceptibilidad a la reinfección
aunque estas son menores severas que el cuadro procedente. Pocas veces se hace crónica
y progresiva. Esto ocurre predominantemente en personas con linfomas, transplantes
renales, SIDA, extremos de la vida y desnutrición.
La clasificación clásica de la histoplasmosis reportada hasta el presente divide la
enfermedad en las siguientes categorías:
1) Pulmonar asintomática (80-95%)
2) Pulmonar aguda (60%)
3) Pulmonar crónica (10%)
4) Diseminada (10%)
Diagnóstico
El diagnostico micológico se realiza a partir de diferentes muestras clínicas (esputo, lavado
bronquial, medula ósea, tejido pulmonar y LCR). El examen directo se efectúa mediante
la coloración de Giemsa y permite la observación de levaduras intracelulares, ovales o
PARACOCCIDIOIDOMICOSIS
La paracoccidioidomicosis es una enfermedad crónica, sistemática, granulomatosa,
producida por un hongo dimorfo denominado Paracoccidioides brasiliensis, la cual está
restringida para Latinoamérica.
Epidemiología
La paracoccidioidomicosis es una enfermedad crónica progresiva causada por el hongo
dimorfo Paracoccidioides brasiliensis, el cual afecta principalmente a adultos que
tienen contacto frecuente con la tierra. La principal vía de penetración es la inhalación,
de ahí a que la primoinfeccion ocurra en los pulmones desde donde se diseminada a otros
órganos.
La enfermedad ocurre en América Latina, con temperaturas medias anuales entre 17 a
24 grados, con pluviometría entre 400 y 800 mm de lluvia anual y sin largos veranos
ecológicos. No existe paracoccidioidomicosis en otras partes del mundo, pero se han dado
casos en Europa por casos de inmigrantes. En Venezuela las áreas de mayor prevalencia
de la enfermedad las encontramos en los estados atravesados por la cordillera de los
Andes, de la Costa, Macizo Guayanés y la Serranía de San Casimiro en el edo Falcón.
Los estados donde se presenta con mayor frecuencia son en Aragua, Miranda, Carabobo,
Dtt Federal, Monagas, Bolívar, Táchira, Lara, Trujillo y Portuguesa. Esta amplia distribución
de la paracoccidioidomicosis a nivel nacional es evidencia de su endemicidad
Se sospecha que Paracoccidioides brasiliensis vive en el ambiente natural, sin que hasta
ahora se haya podido confirmar su hábitat extrahumano; sin embargo, parece poco
probable que el hongo puede subsistir en el ambiente sin la ayuda de un protector. Su vía
Patogenia
Se acepta que la fuente de infección es exógena pero se discute la puerta de entrada del
microorganismo. Aunque originalmente se postuló la vía traumática, en la actualidad se
acepta la vía inhalatoria. Como evidencias a favor de la ruta inhalatoria están datos
experimentales y observaciones clínicas que demuestran el predominio de lesiones
pulmonares. Igualmente, se conocen casos en las cuales la aparición de lesiones mucosas
tuvo lugar años después de haber sido demostrada la afección pulmonar. Si bien la
posibilidad de adquirir la afección como resultado de un trauma no puede negarse, son muy
escasos los informes sobre pacientes con lesiones externas, tipo chancro de inoculación,
que pudieran aceptarse como ejemplo de inoculación traumática.
Desafortunadamente, la historia natural de la paracoccidioidomicosis solo puede
reconstruirse parcialmente debido a la ausencia de indicadores tan importantes como
el habitar del agente y las manifestaciones que siguen al contacto inicial.
La infección primaria es pulmonar y asintomática. Es probable que el balance entre el
hospedero y el parasito determine, desde el momento mismo del primer encuentro, el curso
de tal interacción. Al lograrse el control del foco infeccioso, lo que necesariamente no
significa destrucción del hongo, la infección primaria se controla (fase regresiva) y se
hace latente. La demostración de nódulos solitarios en cuyo interior se observan levaduras
de P. brasiliensis, y la demostración del complejo primario pulmonar cicatrizado en
personas sanas, comprueban que la lesión inicial puede regresar espontáneamente. Si el
balance hospedero-parasito no logra establecerse o si, posteriormente, este se pierde el
microorganismo gana terreno y se produce la forma progresiva sintomática. En las personas
jóvenes y especialmente los niños, la enfermedad tiene curso subagudo que sugiere
diseminación temprana a partir del foco inicial. En los adultos, por el contrario, la
evolución es crónica. Si la terapia específica se instaura a tiempo y el paciente responde,
las dos formas progresivas curan pero dejan lesiones residuales, en las que suelen persistir
formas viables del hongo. Posteriormente, tales formas pueden dar lugar, por vía endógena,
a formas activas. Las lesiones residuales constituyen secuelas fibroticas que son
temidas como la enfermedad misma.
En la relación hospedero-parasito, ambas ramas de la inmunidad cumplen una misión
importante. La mayoría de los pacientes producen anticuerpos específicos, a veces en
abundancia; ocurre activación policlonal y producción de varios tipos e isotipos de
inmunoglobulinas, incluyendo IgE. Sin embargo, no es muy claro el papel de estos
anticuerpos en la defensa. Por el contrario, la inmunidad celular es definitiva en la protección
del hospedero. Se ha demostrado una disminución en el número y en la actividad de
los linfocitos T, disminución que está relacionada con la severidad de las manifestaciones
clínicas. Este déficit tiende a recuperarse con el tratamiento. El número elevado de
levaduras en los tejidos podrían también contribuir a la depresión inmune puesto que al
Manifestaciones clínicas
En cuanto a las manifestaciones clínicas, cualquier órgano o sistema puede estar afectado.
En la forma crónica del adulto son más frecuentes las lesiones mucocutanea y
pulmonares.
Las lesiones de las mucosas son casi patognomónicas: ulceraciones superficiales
granulomatosas o moriformes, que pueden estar localizadas en labios, encías,
mucosa bucal, lengua o paladar blando, los dientes se aflojan, hay una disfagia y
salivación, pérdida de peso, tos y disnea. También es frecuente la afectación de la
laringe, lo cual se manifiesta por una disfonía.
Las lesiones pulmonares se presentan en cerca del 80% de los casos, con infiltración
variable del parénquima pulmonar, parahiliar o difuso, bilateral, de predominio en campos
medios inferiores.
Las localizaciones más graves son las que comprometen las glándulas
suprarrenales, como síndrome de Addison o las del SNC, que dan síndromes
inespecíficos de difícil interpretación. En niños puede presentarse con síndrome febril
prolongado, hepatoesplenomegalia, hipertrofia ganglionar y lesiones cutáneas, sin lesiones
mucosas y pulmonares manifiestas.
Un hecho importante es que en las áreas endémicas la población se infecta dexsde los
primeros años de edad, mientras que en las no endémicas esta infeccion se hace evidente
a partir de 15 a 20 años.
Similar a la histoplasmosis, en el estudio histopatológico se observa granulomas con
necrosis y celular gigantes epiteloides en pacientes inmunocompetentes. En los pacientes
con SIDA, los hallazgos histológicos son heterogéneos: granulomas poco definidos, focos
de necrosis con un diámetro variable, en la mayoría de los casos se evidencia la forma
característica de las rueda de timón por las gemaciones múltiples del P. brasiliensis, en
otros casos solo se observan gemaciones, con pared retráctil, hallazgos muy bien
evidenciados con coloraciones de hematoxilina-eosina, Grocott y PAS.
Formas clínicas
Infección: Personas con reacción intradérmica positiva, que aparentemente estuvieron en
contacto con el miceto, pero no padecieron los síntomas.
Enfermedad:
a) Forma aguda o subaguda (juvenil), habitualmente grave con depresión de la
respuesta inmune de tipo celular. Existen dos tipos: Grave, donde se evidencia un
deterioro del estado general, con afectación del sistema macrofágico fijo, en el cual
Diagnóstico
Se realiza mediante el examen directo microscópico con KOH más tinta Parker, o
utilizando otras sustancias como clorazol B de las muestras clínicas a estudiar
(esputo, LCR, raspado de las lesiones de piel y mucosas, lavado bronquial, etc), en donde
se observa la presencia de una levadura, multibrotantes (en cuatro gemaciones o más), lo
cual le da la apariencia clásica de timón de barco, anisometrica, con doble contorno en su
pared y con vacuolas intracelulares. Con esta técnica se obtiene el 90-95% de los
diagnósticos y depende de la pericia del observador y de la toma de una buena muestra. El
uso de procedimientos fluorescentes como el calcofluor, facilita el diagnostico.
El cultivo se practica utilizando medios como Sabouraud, Lactrimel y Mycosel, 37
grados, temperatura en donde se desarrolla la forma de la levadura, la cual es de
importancia para el diagnóstico por la presencia de levaduras multibrotantes al cabo
de cuatro a seis semanas de incubación, puesto que el hongo es de lento crecimiento.
La presencia de granuloma linfohistiocitario de tipo cuerpo extraño con células gigantes y
levaduras multibrotantes en tejidos y con la utilización de coloraciones especiales, tales
como PAS o Schiff y Gomori-Grocott es diagnóstico, siendo de los métodos más confiables
con 90-95% de cobertura.
El inmunodiagnostico mediante pruebas de inmunodifusion en gel de agar, fijación
de complemento y ELISA son de gran valor en el establecimiento del diagnóstico, ya
que ellos permiten detectar anticuerpos en más del 90% de los pacientes activos. La prueba
intradérmica de la paracoccidioidina solo tiene validez epidemiológica y su positividad en
los casos previamente anergicos indican buen pronóstico.
COCCIDIOIDOMICOSIS
La coccidioidomicosis es una enfermedad sistemática causada por un hongo dimorfo,
Coccidioides immitis, endémico de américa del Sur, algunas regiones de America Central,
sur de los EEUU y norte de Mexico. En Venezuela se encuentra en las zonas xerófilas del
estado Falcon, Lara y Zulia. Dentro de las micosis profundas endémicas de nuestro país es
la menos frecuente.
Epidemiología
Patogenia
Habitualmente la infección primaria se produce por la penetración de artroconidias a
través del aparato respiratorio, hasta el alveolo pulmonar.
Allí son fagocitadas por los macrófagos, y se transforman en esferas; estas maduran,
producen endosporas y cuando estallan, las endosporas liberadas reinician el ciclo. Las
respuestas inflamatoria inicial es supurativa, más tarde las esferas provocan la atracción de
macrófagos, iniciándose así la formación de un granuloma epitelioide. Durante las primeras
dos semanas suele haber un equilibrio entre la supuración y la producción de granulomas
y la infección progresa localmente, para luego invadir los ganglios linfáticos satélites. En
esta fase inicial los macrófagos presentadores de antígeno han informado sobre los
antígenos del C. immitis a los linfocitos T CD4 que de esta forma quedan activados e inician
la producción de citoquinas. Por lo general la respuesta es de tipo Th1, con la producción
activa de IL-12 e INF-, las que activan a los macrófagos e inducen la formación de
granulomas epiteloides compactos con gran capacidad para controlar la infección. En estos
casos la estimulación de la inmunidad humoral es escasa, se genera bajo niveles de
anticuerpos de tipo IgM e IgG y no se forman inmunocomplejo.
Clínicamente la infección evoluciona a la resolución espontanea, por el contrario, en los
pacientes con baja capacidad defensiva la respuesta de los linfocitos T sensibilizados es
de tipo Th2 con la producción de IL-4 e IL-10, la activación de los macrófagos es ineficaz y
la respuesta inflamatoria es principalmente supurativa, con escasa capacidad de controlar
Manifestaciones clínicas
Después de un periodo de incubación de 2 a 4 semanas, dependiendo de la cantidad de
esporas inhaladas y la susceptibilidad del huésped, se desarrollan síntomas respiratorios
de variada intensidad, que pueden acompañarse de fiebre, escalofrío o dolor torácico. Las
lesiones asintomáticas pueden manifestarse como un cuadro gripal severo
acompañándose de eritema nodoso o eritema multiforme, localizados frecuentemente en
las extremidades inferiores. En estudios radiológicos, puede revelar imágenes compatibles
con neumonitis que recuerdan a infecciones agudas bacterianas, virales, micoplasma u
otras infecciones micoticas. La infiltración pulmonar acompañada de adenopatías
mediastinicas, pueden confundirse con TBC pulmonar. Usualmente esta forma clínica cura
sin dejar alguna anormalidad que pueda ser detectada en un estudio pulmonar, sin
embargo, en un 5-10% de los casos se puede presentar en los próximos meses una cavidad
de pared delgada o un coccidiodoma. Estas son lesiones benignas que pueden degenerar
en complicaciones que ameriten tratamiento quirúrgico.
En las primoinfecciones que no se autolimitan, la micosis progresa por vía linfática hasta el
conducto torácico, se vuelca al torrente circulatorio, diseminándose así por vía sanguínea
a todo el organismo. Las lesiones extratorácicas se sitúan más comúnmente en los tejidos
blandos, los ganglios linfáticos, piel, huesos, articulaciones y SNC.
Diagnostico
Se utilizan métodos directos, como son el examen directo que se realiza a partir de
muestras clínicas como: Raspado de lesiones cutáneas, ulceras, secreción purulenta de
abscesos, esputo, etc, las cuales se aclaran con KOH al 20% más tinta Parker o mediante
el uso de Clorazol B, al microscopio se observa la presencia de estructuras redondeadas,
con doble membrana, denominadas esporangios con esporangiosporas en su interior. El
cultivo se practica en medios de cultivo como Sabouraud, Lactrimel y Mycosel, en
donde se evidencia al cabo de 10 a 5 días, el crecimiento a temperatura ambiente, de
una colonia algodonosa, blanquecina, en donde se puede comprobar la presencia de
artroconidias características de C. immitis.
Los métodos serológicos como la inmunodifusion y la fijación de complemento permiten
detectar anticuerpos circulantes contra este hongo.
El estudio histopatológico es de gran utilidad, si bien los esporangios suelen observarse
con mucha facilidad con hematoxilina y eosina, las coloraciones con PAS y Grocott son más
efectivas.