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Social y Solidaria
(Versión Preliminar)
El presente trabajo fue solicitado por la Dirección de Política Social del Ministerio de Desarrollo
Social para contribuir a la discusión sobre Economía Social y Solidaria (ESS) que se lleva a
cabo en la Dirección Nacional de Economía Social de dicho Ministerio.
Este estudio se desarrolló a partir de revisión bibliográfica, de la relatoría del Encuentro
Latinoamericano de ESS y de entrevistas realizadas a actores calificados durante los meses de
marzo a junio 2011.
En la primer parte se realiza una revisión conceptual del término Economía Social y Solidaria
de donde se desprende que no existen definiciones acabadas, sino en construcción. En la
literatura se observan dos grandes líneas conceptuales gestadas en realidades y momentos
históricos diferentes. La primera comprende a la Economía Social, que surge en Europa en el
siglo XIX como un subsanador de fallas del mercado, inserta en el sistema capitalista, no siendo
parte del sector público, ni del privado con fines de lucro. La Economía Social, es un tercer
sector no lucrativo que atiende los baches dejados por la desaparición del Estado de Bienestar.
La segunda línea surge principalmente en América Latina en las últimas décadas, donde la ESS
en principio es una alternativa al sistema, buscando concebir a la economía y a la sociedad de
una forma diferente, no cubre baches sino que busca remplazar al capitalismo por una forma
solidaria de hacer economía.
La segunda parte presenta un análisis de las principales políticas públicas desarrolladas por
algunos países de América Latina. Para el caso uruguayo se realiza una caracterización del
sector de ESS y una descripción de las políticas públicas de apoyo a la misma.
Al final de trabajo se arriba a algunas conclusiones donde se presentan recomendaciones de
áreas prioritarias a ser atendidas por el Estado en su rol de promotor.
DESARROLLO CONCEPTUAL DE LA ECONOMÍA SOCIAL
INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de Economía Social y Solidaria (ESS), no encontramos una definición única
y acabada, es una definición en construcción y por tanto este documento pretende dejar
sentado los principales debates y las grandes discusiones de los autores que hace más de tres
décadas en América Latina procuran determinar qué es y cómo definir esta alternativa
económica.
De la literatura sobre el tema se observan dos grandes líneas conceptuales sobre economía
social gestadas en realidades y momentos históricos diferentes. Por un lado la concepción de
los países centrales y por otro la de países periféricos. A su vez, al no ser un concepto acabado,
también hay divergencias en ambas corrientes principales.
En América Latina, por el contrario, si bien no hay un concepto único, ya que diverge en su
interior con matices que hacen a la diferencia, donde se la concibe como economía social y
solidaria, economía solidaria, economía popular, economía de solidaridad, entre otros, la
concepción básica y que la diferencia de la economía social a secas y entendida como en
Europa, es que no es una pata del capitalismo sino una alternativa al sistema. Busca una forma
diferente de concebir la economía, una forma diferente de sociedad, no tapa agujeros ni baches
sino que busca remplazar al capitalismo por una forma solidaria de hacer economía. No se
define desde la negativa sino desde lo propositivo, buscando “desarrollar formas de
organización del trabajo, el consumo, la distribución y la acumulación alternativas” (Mutuberría,
2010:25).
Cada una de estas diferentes perspectivas sobre la economía social (países centrales –
periferia) responde a su surgimiento en distintas realidades históricas, económicas, políticas,
sociales y culturales.
En este primer avance para entender la perspectiva europea, nos basamos en autores como
Chaves, Monzón y Laville. En tanto para comprender la perspectiva latinoamericana
consultamos autores como Razeto, Singer, Coraggio, Gaiger, Tiriba y Cruz.
CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA
Con esta declaración se incluye a las organizaciones privadas que desarrollan servicios a
beneficio de sus socios, teniendo como centro la persona y el trabajo en lugar del capital.
Luego fueron surgiendo otras declaraciones en distintos países de Europa que contemplaban
aspectos comunes como el carácter privado de las organizaciones, la distribución de los
beneficios no vinculada al capital, la democracia en la gestión y el servicio a la comunidad.
En ese marco los autores Chaves y Monzón en el 2006 realizan una definición de Economía
Social que fue avalada por el Consejo Económico y Social Europeo (CESE), "conjunto de
empresas privadas organizadas formalmente, con autonomía de decisión y libertad de
adhesión, creadas para satisfacer las necesidades de sus socios a través del mercado,
produciendo bienes y servicios, asignando o financiando y en las que la eventual distribución
entre los socios de beneficios o excedentes así como la toma de decisiones, no están ligadas
directamente con el capital o cotizaciones aportados por cada socio, correspondiendo un voto a
cada uno de ellos. La ES también agrupa a aquellas entidades privadas organizadas
formalmente con autonomía de decisión y libertad de adhesión que producen servicios de no
mercado a favor de las familias, cuyos excedentes, si los hubiera, no pueden ser apropiados
por los agentes económicos que los crean, controlan o financian" (Monzón et.al. 2009:21)
Es por esto que se observa que la economía social y solidaria en América Latina es un campo
teórico- metodológico en construcción que no se ha cerrado y por tanto sigue en discusión.
MARCO CONCEPTUAL
PRIMEROS DEBATES
Los emprendimientos económicos solidarios son tan antiguos como el capitalismo. Las
cooperativas surgidas en Rochdale, Inglaterra en 1844 tienen incidencia directa en las ideas y
formulaciones utópicas de pensadores como Simón, Fourier y Owen en el siglo XIX y de las
experiencias inspiradas en sus ideas en Europa y América del Norte.
El debate entre estos autores es bastante más amplio que el de la discusión sobre el papel de
las cooperativas en el capitalismo, sino que debatían sobre un programa de sociedad socialista,
sobre qué modelo de sociedad debería perseguirse por el movimiento obrero europeo, qué
métodos de lucha adoptar para lograr una revolución obrera de carácter socialista en Europa en
el siglo XIX.
Si bien uno de los puntos álgidos del debate era el papel que cumplían las cooperativas en ese
proceso, ambos autores (Proudhon y Marx) defendían este tipo de experiencias asociativas.
Proudhon entendía a las cooperativas como base fundadora de una futura sociedad socialista.
Si bien en un principio se diferenció de sus antecesores utópicos (Simon, Fourier y Owen) por la
negación de alcanzar el socialismo a partir de otra forma que no fuese la revolución política,
luego de su libro "la filosofía de la miseria” en 1846 revisa su posición revolucionaria y pasa a
defender una propuesta de transición progresiva a partir del mutualismo como principio
económico y el federalismo como principio político, ambos organizados sobre el principio más
general de autogestión.
Marx, en tanto, atacaba abiertamente la idea de que la lucha política del proletariado pudiese
pasar por fuera de las instituciones políticas de democracia formal y defendía la necesidad de
que los trabajadores se organizaran en partidos políticos y disputaran espacios de poder
institucional en medio de elecciones formales. También defendía la necesidad de un Estado
controlado por los trabajadores como proceso de transición del capitalismo al socialismo, que
fuese capaz de ordenar las instituciones y las estructuras económicas a fin de someter
políticamente a las clases sociales conservadoras que tenderían a asegurar sus privilegios.
Argumentaba que sólo con la existencia de las organizaciones autogestionarias no se
transformaría el sistema, sería necesario que exista un elemento de coordinación entre las
unidades productivas sino el mercado tendería a reproducir la explotación económica y la
desigualad social.
La discusión entre Proudhon y Marx persiste aún hoy. El primero fue capaz de prever el
autoritarismo del poder en manos de los trabajadores como sucedió en Rusia y sobrestimó la
capacidad de los mismos de autogestionarse por sí solos en un sistema capitalista. Para Marx
el asociativismo por si solo sería incapaz de conducir transformaciones de estructura de la
sociedad capitalista, era necesario primero realizar una toma de poder del Estado por parte de
los trabajadores para desde allí realizar cambios sustanciales que luego de alcanzados, la
transformación de la base económica de la sociedad revertiría la estructura de Estado
controlado por trabajadores dejando lugar al socialismo. A lo que cabe la pregunta de si es
posible para los trabajadores revolucionar conscientemente las relaciones sociales de
producción sin antes haber experimentado colectivamente una gestión de la economía de la
sociedad y si es posible revolucionar primero la superestructura para a partir de ella
revolucionar la estructura económica, base real sobre la cual se levantan. (Cruz, 2006: 12)
También en el siglo XIX autores como Walras y Marshall (neoclásicos y liberales) manifestaron
preocupación sobre el problema de la pobreza y la cuestión social desde una perspectiva
económica. Aunque desde una perspectiva neoclásica ambos comprendían las cooperativas
como una variante posible ante la firma capitalista como forma de democratizar la riqueza,
coincidiendo con autores socialistas en que las cooperativas funcionan en un mercado con
relaciones capitalistas.
Marshall procuró articular las deducciones lógicas y matemáticas de supuestos éticos y morales
que prentendían regular la economía en busca de la felicidad de todos, especialmente de los
pobres y trabajadores. Afirmaba que la pobreza “era un mal absoluto, cansados, deprimidos, sin
sosiego, sin ocio, los trabajadores no tienen oportunidades para aprovechar lo mejor de sus
actividades mentales”. (Cruz, 2006: 20). Denunciaba la poca atención que se le ha dado a la
relación economía y bienestar del hombre.
Tanto Walras como Marshall entendían a las cooperativas como una forma de democratización
de la propiedad y la riqueza, una alternativa concreta para el combate de la pobreza. Proudhon
y Marx resaltaban el carácter solidario que los trabajadores establecían entre si, mientras
Walras y Marshall veían el carácter competitivo de los emprendimientos. Los primeros las
visualizaban como el embrión del socialismo mientras los otros dos como la fase más social que
las empresas capitalistas podían adquirir.
A comienzos de siglo XX se da un crecimiento político y electoral de los partidos socialistas y
social demócratas en Europa, acompañado del debate económico y político que continuó entre
los sucesores anarquistas de Proudhon y los socialistas de orientación marxista. El debate
giraba entorno al “como” realizar la transición del capitalismo al socialismo, que incluía definir el
papel de las cooperativas en el movimiento obrero y en la construcción del socialismo.
Aquellos autores que entendían que las cooperativas en tanto experiencias autogestionarias
cambiarían por su sola existencia la historia y transformarían a la sociedad en socialista, se
equivocaron (las cooperativas siguen existiendo en medio del sistema capitalista, y este sistema
sigue dominando al mundo). Aquellos autores que pensaban que las mismas no eran de utilidad
para cambiar el sistema y que incluso desaparecerían, también se equivocaron (las
cooperativas siguen existiendo e incluso creciendo en cantidad actualmente). Cuando no existe
cultura autogestionaria y quien manda es la lógica del mercado, quienes tienen el poder son
aquellos que dominan la oferta y demanda del mismo. Cuando quien dirige es el Estado, el
mercado pasa a ser un reflejo de éste, regulado por los intereses de la burocracia que controla
el poder. En ambos casos la sociedad no se regula a sí misma, sometida a los intereses de las
clases sociales que controlan el mercado o el Estado respectivamente, generándose la
dicotomía entre una sociedad que se regula a sí misma versus una sociedad que no se regula a
sí misma. Es así que el resurgimiento del asociativismo económico a fines del SXX recoloca la
discusión sobre las posibilidades de sobrevivencia de este tipo de experiencias en medio del
sistema capitalista. Cabe entonces la pregunta: ¿en qué medida y en qué sentido la economía
solidaria continua o rompe con el asociativismo o el cooperativismo del pasado? (Cruz, 2006:
28)
Hace 200 años que existe el debate, llevado adelante por diversos autores, sobre el papel que
la autogestión y el cooperativismo juegan en el cambio del sistema capitalista por un sistema
solidario. Es entendible que hoy en un mundo globalizado, en otra etapa del capitalismo
caracterizado por la lógica de acumulación que genera un proceso crónico de exclusión social,
siga existiendo el mismo debate de cómo encontrar una alternativa que brinde soluciones a los
problemas generados por el sistema.
REABRIENDO DEBATES...
Como se destacó en la introducción de este trabajo, se puede hablar de dos grandes líneas
conceptuales sobre economía social gestadas en realidades y momentos históricos diferentes.
Por una lado la concepción de los países centrales y por otro la de países periféricos. A su vez,
al no ser un concepto acabado, también hay divergencias en ambas corrientes principales.
ECONOMÍA SOCIAL (PERSPECTIVA DE PAÍSES CENTRALES)
Este término comienza a utilizarse en el sigo XIX para describir a las asociaciones de ayuda
mutua o de voluntariado generadas por trabajadores que pretendían afrontar las consecuencias
del capitalismo industrial. Se asocia en general a cooperativas, mutuales, organizaciones
benéficas y asociaciones. Estas organizaciones comparten el objetivo de generar asociaciones
autónomas que permitan brindar servicios a sus socios y a la comunidad más allá de la
generación de utilidades, que incorporen la gestión democrática en el proceso de toma de
decisiones a pesar de los diferentes criterios a la hora de repartir las ganancias.
En España, Francia y Bélgica es donde la Economía Social (ES) se aborda con más énfasis,
tanto en teoría como en práctica. Su definición como tal surge más por la negativa, por lo que
no es, que por lo que es. Forma parte de un tercer sector de la economía, aquel que no
pertenece al sector público ni privado tradicional. Apunta a resolver fallas del mercado
capitalista, no a sustituirlo.
Desde esta perspectiva se comparte que aquellas organizaciones que pertenecen a este sector
económico son: las cooperativas, mutuales, fundaciones, ONGs, bancos cooperativos,
sociedades mercantiles controladas por sus trabajadores, sociedades agrarias y laborales.
Se entiende que la Economía Social está basada en determinados principios que guían su
accionar como ser: gestión democrática, el fin social por encima del capital, la satisfacción del
interés general o mutuo como objetivo, contribución al bien común, solidaridad, libertad de
adhesión de los miembros, actividades económicas autónomas y eficaces.
A su vez, otra diferencia entre ambas visiones es que como requisito para integrar el Tercer
Sector no está presente el de organización democrática, por lo que según este enfoque están
incluidas entidades como las fundaciones u organizaciones de carácter religioso que no están
incluidas bajo el enfoque de la ES.
En resumen, la gran diferencia se da en el principio de inclusión enfatizado. En la visión
anglosajona es la no lucratividad, en tanto desde la perspectiva eurocentrista es el control
democrático de la organización.
En América Latina, el término Economía Solidaria surge en los años ochenta. Hoy en día varias
son las formas de denominarla, con un patrón común, la solidaridad y la búsqueda de una
alternativa al capitalismo, pero con matices que hacen a la diferencia entre una denominación y
otra: economía social, economía solidaria, economía social y solidaria, socioeconomía de la
solidaridad, economía comunitaria, economía popular de la solidaridad, entre otras.
Son muchos los autores que en diferentes lugares de América Latina, a partir de los años
ochenta han teorizado sobre esta forma de hacer economía. Lo que se intenta es sistematizar y
explicar el funcionamiento de un fenómeno social que emerge en este continente en ese
momento histórico. Experiencias que si bien en algunos puntos se parecían a las cooperativas,
tenían sus características propias no convencionales e innovadoras.
Esta economía tiene como fuerte común la crítica dura al capitalismo, basándose no en la
racionalidad instrumental sino en el respeto a la vida de la comunidad y el cuidado de las bases
naturales (Mutuberría, 2010:20). Entiende a la economía como algo integral, con dimensiones
sociales, históricas, culturales y políticas. Pretende mejorar la calidad de vida y la
supervivencia. La hegemonización del sistema ha generado la destrucción de la vida de los
seres humanos, crisis en sus relaciones, empobrecimiento de la clase trabajadora, exclusión,
deterioro del medioambiente, instalándose en la población "la cultura de la desesperanza". En
contraposición a este sistema en crisis, sin referencia de un marco teórico a seguir luego de la
caída del sistema socialista, surge un "nuevo imaginario anticapitalista" que no se contrapone
solo al capitalismo sino también a la estatización de la economía como alternativa.
Busca esta alternativa encontrar un nuevo centro de referencia, donde no sea la lógica del
hombre económico, el hombre consumidor el que guíe la economía, sino que el centro de
referencia del sistema sea el "ser humano" en comunión con la naturaleza, "de forma de
proveerse de los bienes materiales para la reproducción de la vida" (Mutuberría, 2010:21)
Esta alternativa económica tiene como grandes desafíos encontrar otras formas de producción,
consumo y distribución, que respondan a (Mutuataria,2010:24):
Los diferentes autores que tratan sobre esta "otra economía" utilizan diferentes terminologías
como economía social, economía solidaria, economía social y solidaria, socioeconomía de la
solidaridad, economía comunitaria, economía popular de la solidaridad, entre otras.
Singer entiende a la economía solidaria como una fuente de lucha contra el desempleo,
distinguiendo algunas características propias de este tipo de emprendimientos que le permiten
calificarlos como “un nuevo modo de producción en gestación”.
" o conjunto das iniciativas econômicas associativas nas quais (a) o trabalho, (b) a propriedade
de seus meios de operação (de produção, de consumo, de crédito etc.), (c) os resultados
econômicos do empreendimento, (d) os conhecimentos acerca de seu funcionamento e (e) o
poder de decisão sobre as questões a ele referentes são compartilhados por todos aqueles que
dele participam diretamente, buscando-se relações de igualdade e de solidariedade entre seus
partícipes." (Cruz, 2006:68)
Se presume que el término Economía de Solidaridad surge de la mano del autor chileno Luis
Razeto, en su libro “Empresas de Trabajadores y Mercado Democrático” en 1984. Se desarrolló
en las clases populares como modo de subsistencia y superación de los problemas económicos
y sociales haciendo hincapié en el manejo colectivo de los trabajadores de los proyectos
económicos. Surge aquí el concepto de Factor C, que sugiere Razeto, vinculado a la
cooperación y colaboración que existe en este tipo de emprendimientos y que hace que puedan
seguir adelante diferenciándose de los emprendimientos económicos clásicos. Se plantea como
una economía alternativa al sistema económico-político clásico neoliberal. El autor define a esta
economía como: “iniciativas económicas de carácter asociativo marcadas por una ética
igualitaria, preservadora de la diferencia de los sujetos y de sus capacidades de convivir y de
interactuar con las diferencias ajenas” (Cruz, 2006: 39), por lo que surge de allí la idea de que
este tipo de organizaciones no solo requerirían un estructura de organización diferente sino
también valores que acompañaran esa ética. Este autor atribuye el origen de la economía de
solidaridad a la crisis de la civilización moderna. La plantea como una búsqueda de una nueva
sociedad en donde la solidaridad sea el eje preponderante, entendiendo a la solidaridad como
la democratización de la economía, la política y la cultura.
En un debate coordinado por Guerra (2007) sobre cómo denominar a las iniciativas solidarias
basadas en el trabajo, Razeto argumenta su preferencia por la denominación de economía de
solidaridad por sobre economía solidaria, debido a que en la primera la solidaridad aparece
como elemento sustantivo y en la otra sólo como adjetivo. Lo que si bien, no es lo central del
debate, deja clara su posición y la relevancia que este autor le da a la solidaridad como sostén
de esta alternativa al sistema económico hegemónico.
Según entiende Antonio Cruz (2006:41), las formulaciones de Razeto se presentan más como
un proyecto de sociedad que como un análisis científico fundamentado en observaciones
empíricas sistematizadas. No se preocupa por si la misma existe o no, sino que dada su propia
experiencia de trabajo da por sentada su existencia y su crecimiento constante. Se ocupa más
de las perspectivas éticas de las relaciones económicas que de la objetividad de los procesos
de éstas, tampoco presenta un papel definido del Estado
Lia Tiriba se refiere a la economía popular, como un concepto que ha cobrado fuerza en un
proceso de exclusión social donde en el actual contexto se manifiesta a través de la crisis del
trabajo asalariado y el aumento de la pobreza.
La economía popular se caracteriza por una realidad muy compleja no sólo por la diversidad de
actividades que la componen sino también por la diversidad de intereses de los agentes
externos, se gestiona inmersa en una sociedad en conflicto que se mueve bajo la lógica
hegemónica excluyente.
Una de la conclusiones a las que arriba es que la unidad económica al estar ubicada en una
comunidad que no sólo oficia como espacio físico sino que está ubicada en un tiempo donde se
desarrollan relaciones económicas, políticas sociales culturales entre otras, la comunidad es un
“espejo del emprendimiento”.
Uno de los ejes centrales de su estudio es el vínculo con la comunidad local ya que visualiza en
lo pequeño en la comunidad las más profundas motivaciones de los trabajadores asociados de
economía popular.
Economía Comunitaria
Este modelo económico, ligado a la integración de las economías campesinas e indígenas, así
como la agricultura familiar, no surge como respuesta a fenómenos de pobreza y marginación.
El sujeto central en este caso es la comunidad, integrada a partir del trabajo colectivo y de la
propiedad comunitaria, articulados en equilibrio y respeto hacia la naturaleza como un sujeto
participante, vivo y que se manifiesta en la cosmovisión de la vida, del todo.
Los integrantes de la comunidad intervienen en el proceso de producción, distribución y
consumo de bienes y servicios de manera democrática y participativa. (Chiroque -Mutuberría;
2009: 153)
La filosofía y valores que guían a esta forma de vida se sustentan en la cosmovisión del Sumac
Qamaña (Aymara), Sumaq Kausay (Quechua), Teko Kavi (Guarani), entre otros, que significa
vivir bien, buen vivir y vida en armonía, respectivamente, basado en una fuerte relación entre la
naturaleza (pachamama) y el hombre, donde la propiedad individual de la tierra capitalista no
existe y no es una mercancía, más bien permite relacionarse, integrarse y producir para la vida
misma.
"Dado que el objetivo primordial de las prácticas de economía comunitaria es el “buen vivir” y
el“vivir bien”, en estrecha relación con la naturaleza, así como el desarrollo de formas colectivas
de trabajo y de la participación de la comunidad en la toma de decisiones, es importante aportar
a la construcción de esta economía como alternativa al sistema capitalista, ante lo cual se
encuentra como posibilidad trascendental el aprendizaje de los alcances de estos procesos así
como las limitaciones propias en su desarrollo".(Chiroque-Mutuberria; 2009:164)
CARACTERISTICAS COMUNES EN LAS ORGANIZACIONES DE ESS
No solo no hay un concepto acabado de economía social y solidaria, sino que tampoco ha sido
fácil delimitar el marco de estudio de qué experiencias pertenecen a este sector, bajo el riesgo
de ser demasiado rígidos y dejar de lado experiencias innovadoras o de ser demasiado amplios
en el sentido de incluir experiencias que no se ajustan completamente a la concepción de la
solidaridad. Ante la pregunta ¿qué diferencia a las iniciativas de economía solidaria de otras
iniciativas no solidarias? Cruz, luego de una amplia investigación elabora la siguiente tabla
comparativa:
Relaciones de trabajo Remuneración del trabajo a través de Las distinción por rendimiento es admitida solo de
salario o contratación precaria de forma colectiva, en función de criterios de medición
servicios del mercado.
Motivación para emprender Defensa de niveles de de vida Defensa del empleo, sobrevivencia económica e
anteriores, busca de lucros e auto- identidad grupal.
realización individual a través de la
competición
Financiamiento del capital A través de capital previamente (a) Inexistente, o (b) por la reunión de herramientas
inicial acumulado por los emprendedores, o a de propiedad y uso de los emprendedores, o (c) a
través del sistema bancario mediante través de créditos oriundos de fondos fundos
garantías patrimoniales especiales (“solidarios”).
Decisiones sobre a Poder de decisión y distribución de De acuerdo con las decisiones soberanas de la
distribución de resultados acuerdo con las cuotas de capital de los asamblea de socios, donde cada asociado tiene un
propietarios o accionistas voto
Desde la macroeconomía también compila aspectos no capitalistas compartidos por los autores:
• No se separa el trabajo de la propiedad de los medios de producción y la gestión
• Son emprendimientos económicos basados en la libre asociación, autogestión y en el
trabajo cooperativo
• No solo se trata de la organización de los medios de producción con predominio del factor
trabajo, sino también de una sociedad entre personas
• La orientación por el valor de cambio no desaparece por ser parte de una economía de
mercado pero es o se espera que sea subordinada al valor de uso (resolución de
necesidades)
• El concepto de eficiencia se resignifica por la valoración de efectos no reducibles al
esquema cosificador productivista
La OIT (Fonteneau, Benedicte, et al 2010:5-10) por otra parte señala el hecho de que la ESS no
es una economía de pobres o para pobres, sino que es una elección de vida. No obstante, este
tipo de sistema abre las puertas a aquellos sectores más vulnerables en el mercado capitalista
que no tienen cabida en ese sistema y que sí pueden acceder o pertenecer al circuito de la
ESS. Si bien aclara que la procedencia de los recursos no es un criterio de calificación de
organizaciones de este sector, las mismas tienen aspectos en común en esta área. La
economía social utiliza recursos públicos y recursos generados por su intercambio en el
mercado, así como trabajo voluntario por parte de los integrantes. En general se dice que la
autonomía es la que diferencia la economía social de la economía pública. En el Sur, este tipo
de organizaciones depende mucho de la ayuda internacional. En un mercado competitivo
muchas veces las organizaciones de la economía solidaria corren con desventajas en términos
de precios competitivos.
Según Gaiger (2004: 233) los emprendimientos basados en la solidaridad económica, aunque
con muchos aspectos en común, tienen denominaciones diferentes que marcan también
diferencias en sus características propias:
Por otra parte, complementariamente, Guerra (2010: 25) a partir de un análisis de las cartas de
presentación de varios movimientos de ESS a nivel mundial destaca las siguientes
características comunes:
- una forma diferentes de producir, vender, comprar e intercambiar todo lo que se
precise para vivir
- prácticas regidas por valores de autogestión, democracia, cooperación y respeto por
el medio ambiente
- una alternativa al modo de producción capitalista, donde no existe la explotación del
trabajo humano
- una economía basada en el trabajo humano bajo relaciones de cooperación
- un enfoque de la actividad económica que tiene en cuenta a las personas, el medio
ambiente y el desarrollo sostenible como referencia prioritaria
- una búsqueda teórica y práctica de formas alternativas de hacer economía basadas
en la solidaridad y el trabajo.
POLÍTICAS PÚBLICAS DE FOMENTO A LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA.
DISTINTAS EXPERIENCIAS EN AMÉRICA LATINA.
DEFINICIONES PREVIAS
Siguiendo el trabajo de Kapron y Fialho (2004) "Políticas Públicas para la Economía Solidaria"
parece pertinente introducir algunas definiciones al respecto:
Políticas Públicas: si bien el término política se asocia institucionalmente con el Estado y con
cómo éste toma posición frente a diferentes variables, el concepto de política pública toma
fuerza durante el siglo XIX a partir de la Revolución Industrial. Es en ese momento en el que
crecen la ciudades y con ellas las demandas sociales referidas a saneamiento, transporte,
vivienda entre otras, así como también crecen las demandas vinculadas al mundo del trabajo,
remuneraciones, condiciones de trabajo, sindicatos y entre otros y con estas demandas se
genera la intervención del Estado en la vida urbana y el mercado laboral.
Políticas Sociales: sus orígenes datan de fines del siglo XIX y surge como paliativo a las
consecuencias de la Revolución Industrial. En América Latina estas acciones estatales se
concentraron en los problemas de la clase trabajadora, pero si bien en sus comienzos su
accionar alcanzaba a la población más necesitada con el correr del tiempo el alcance se
extendió a la sociedad toda. Las políticas sociales son parte del Estado de Bienestar y
comprenden programas sociales como políticas de salud, seguridad social, vivienda, educación
entre otros. El objetivo de las políticas sociales es el bienestar y la mejoría de las condiciones
materiales de vida de la población.
Si se la concibe como un medio para paliar las fallas del mercado, como el desempleo y la
informalidad, entonces se implementarán instrumentos de apoyo insertos en políticas
sectoriales, específicas, denominadas como política de proceso. O sea, políticas que afectan
directa o indirectamente a la economía social pero enmarcadas en políticas sectoriales clásicas,
como son las políticas de empleo, de vivienda, agrarias, entre otras. Estas políticas son de
carácter transitorio para la economía social, ya que durarán lo que dure el problema de
mercado.
Desde el punto de vista de los contenidos de las políticas dirigidas a la economía social,
estos autores realizan una división entre:
Soto (1996. Citado en Kapron y Fialho, 2004, pp. 349) afirma que aún no hay políticas públicas
enfocadas específicamente a la economía solidaria. El autor destaca políticas económicas,
dirigidas hacia los sectores productivos y políticas sociales, dirigidas al mundo del trabajo,
seguridad, asistencia, etc. Las políticas sociales son las que suelen tomarse como políticas
dirigidas al sector de ESS. "Por otro lado están las actividades autónomas de los trabajadores,
originadas frente a la falta de políticas públicas y por fallas del mercado de generar
oportunidades de trabajo, generación de ingresos y acceso a los derechos sociales. Entre estas
actividades se encuentran las cooperativas de trabajo y empresas autogestionadas, que
demandan su inclusión en las políticas públicas para fortalecer estas actividades en general
solicitando apoyo crediticio, fiscal, técnico o tecnológico".
Según Guerra1 en Latinoamérica hay tres grandes modelos a la hora de definir el objeto de
intervención de las políticas públicas.
2- Modelo Ampliado: aquel incorpora una visión más amplia del sector de economía solidaria,
que incluye en él al sector cooperativo. Este sería el caso, según Guerra, de Colombia que en
su Ley 454 del 4 de agosto de 1998 determina el marco conceptual que regula la economía
solidaria, transforma el Departamento Administrativo Nacional de Cooperativas en el
Departamento Administrativo Nacional de la Economía Solidaria, crea la Superintendencia de la
Economía Solidaria, entre otras disposiciones para el sector5. También Ecuador6 y Venezuela
estarían incluidos en este modelo a partir de la reforma de sus Constituciones, las que
contemplan a la economía solidaria.
2 Ley 18407 del 24/10/2009. Art. 185:"El Estado promoverá la aprobación de políticas públicas orientadas
al sector cooperativo y de la economía social en general, facilitará el acceso a fuentes de financiamiento
publicas y privadas y brindará el apoyo de sus diferentes Ministerios y áreas en todo programa que sea
compatible con los contenidos en los planes de desarrollo cooperativo".
3 Ley 18407, Art. 187 Cometidos del INACOOP: "Impulsar el estudio y la investigación de otras formas de
la economía social y solidaria, y realizar propuestas sobre su alcance y regulación, de modo de favorecer
la formación de un marco jurídico que facilite su desarrollo y promoción"
4 Constitución de la República del Paraguay. Art. 113 (del fomento de las cooperativas). "El Estado
fomentará la empresa cooperativa y otras formas asociativas de producción de bienes y de servicios,
basadas en la solidaridad y la rentabilidad social, a las cuales garantizará su libre organización y su
autonomía. En: http://www.constitution.org/cons/paraguay.htm (consultada el 28/09/2011)
5 Ley 454 del 4 de agosto de 1998. Art. 3:"Declárase de interés común la protección, promoción y
fortalecimiento de las cooperativas y demás formas asociativas y solidarias de propiedad como un
sistema eficaz para contribuir al desarrollo económico, al fortalecimiento de la democracia, a la equitativa
distribución de la propiedad y del ingreso y a la racionalización de todas las actividades económicas, en
favor de la comunidad y en especial de las clases populares" en
http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley/1998/ley_0454_1998.html (consultada el
28/09/2011)
6 Constitución de la República del Ecuador 2008. Art. 283.- El sistema económico es social y solidario;
reconoce al ser humano como sujeto y fin; propende a una relación dinámica y equilibrada entre
sociedad, Estado y mercado, en armonía con la naturaleza; y tiene por objetivo garantizar la producción
y reproducción de las condiciones materiales e inmateriales que posibiliten el buen vivir. El sistema
económico se integrará por las formas de organización económica pública, privada, mixta, popular y
solidaria, y las demás que la Constitución determine. La economía popular y solidaria se regulará de
acuerdo con la ley e incluirá a los sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios. en:
http://www.corteconstitucional.gov.ec/ (consultada el 28/09/2011)
Cooperativismo que depende del Ministerio de Agricultura, y una Secretaria Nacional de
Economía Solidaria (SENAES) que depende del Ministerio de Trabajo y Empleo.
Salvo Colombia, en el resto de los países de América Latina es reciente la intervención del
Estado en la Economía Social y Solidaria. Recién en 2006 se crea una Comisión de Economía
Solidaria en la Red de Mercociudades ya que la intervención es principalmente a nivel local en
los diferentes países. A nivel nacional encontramos a Brasil con la SENAES, creada con el
gobierno de Lula, a Argentina con el INEAES creado en el año 2000, Venezuela con el MINEC,
creado en el gobierno de Chavez, Ecuador con la Secretaria de ESS creado con la nueva
constitución de 2008.
En Junio de 2011 en la ciudad de Asunción se llevó adelante el Taller: “Políticas Regionales de
Apoyo a la Economía Social y Solidaria”, en donde participaron entre otros, delegados del
Programa Mercosur Social y Solidario, del departamento de Promoción e Intercambio de
Políticas Sociales Regionales del Instituto Social del MERCOSUR, la Secretaría Nacional de
Economía Solidaria del Gobierno Federal de Brasil, Foro Brasilero de Economía Solidaria
Espacio Mercosur Solidario y la Coordinadora Nacional de Economía Solidaria de Uruguay.
En el encuentro quedo explicito que la ESS como un sector específico a ser promovido dentro
de las políticas públicas es bastante reciente y que los avances hasta el momento son pocos. Si
bien se plantea un "creciente interés a nivel de los gobiernos del bloque MERCOSUR respecto
a las potencialidades de la economía social y solidaria (ESS) como instrumento de políticas
públicas" también existe conciencia de que los instrumentos utilizados para fomentar al sector
presentan dos problemas a resolver "el concepto de asociar a la ESS exclusivamente como un
instrumento de política pública para atender los problemas de pobreza y empleo. En realidad el
concepto y por lo tanto las políticas vinculadas a su apoyo trascienden esta dimensión y (...)
la complejidad de identificar y definir políticas e instrumentos regionales de apoyo a la ESS.
¿Cómo se definen?, ¿cómo se implementan?, ¿cómo se evalúan?"7
A su vez, en octubre de este año tendrá lugar el Foro internacional sobre la Economía Social y
Solidaria (FIESS)8 en Canadá. Un encuentro internacional que tendrá como tema principal: El
dialogo necesario Estado - Sociedad civil para la elaboración de políticas públicas a favor de la
economía social y solidaria.
Dejando así claro la necesidad a nivel mundial de tomar más en cuenta a este sector y diseñar
políticas claras y específicas para el mismo.
ECUADOR
Ecuador y Bolivia son dos países que han planteado dentro de su Cartas Magnas la
consideración de la Economía Comunitaria y Social como parte del proceso de construcción de
sistemas alternativos.
En el año 2007 asume la presidencia Rafael Correa y en ese mismo año se constituye la
Asamblea Constituyente que facilita una propuesta de la Nueva Constitución de Ecuador,
promulgada en 2008. Esta Nueva Constitución (NC) reconoce y sustenta la construcción del
En abril del 2011 se aprobó la Ley de la Economía Popular y Solidaria (EPS) donde la define,
realiza una lista taxativa de las formas organizativas de EPS, se crea el Instituto Nacional de la
Economía Popular y Solidaria con la misión de “generar oportunidades y fortalecer
capacidades para la inclusión económica y social de las personas, grupos y organizaciones
sociales, en función de las políticas del MIES, para desarrollar la economía popular y solidaria”9.
Es una entidad de derecho público, adscrita al Ministerio de Inclusión Económica y Social,
con jurisdicción nacional, dotado de personalidad jurídica, patrimonio propio e
independencia técnica, administrativa y financiera que ejecuta la política pública, coordina,
organiza y aplica de manera desconcentrada, los planes, programas y proyectos relacionados
con la economía popular y solidaria.
En la legislación se preveen algunas políticas de contenido como tener prioridad en las compras
públicas, diseñar políticas tributarias que promuevan la inversión y la exoneración de impuestos,
apoyo financiero, asesoramiento técnico, capacitación, los gobiernos autónomos
descentralizados incluirán en su planificación la ejecución de proyectos socio económicos y
fomentarán el comercio justo, el consumo ético , el trueque comunitarios y promoción de
exportaciones, entre otras.
9 En: http://www.mies.gov.ec/index.php/institutos/ieps/1939-instituto-de-economia-popular-y-solidaria
(consultada el 28/09/2011)
10 Información obtenida de la página oficial del MIES: www.mies.gub.ec (consultada el 28/09/2011)
11 en www.mies.gub.ec (consultada el 28/09/2011)
Las áreas de aplicación son: el desarrollo agropecuario, pesquero y forestal -manejo colectivo y
sustentable de los bosques, manglares y biodiversidad-; industria y artesanía; servicios
(finanzas populares, turismo, comercio alternativo y asociativo, educación, salud, informática);
minería; vivienda; obras públicas (mantenimiento y construcción); empleo productivo (formación,
capacitación y asistencia técnica).
El objetivo principal de la SESS es: dirigir y coordinar la política pública nacional para la
planificación, promoción, fomento, fortalecimiento, registro, control y supervisión del desarrollo
de las organizaciones económicas solidarias. Para ello se plantea los siguientes cometidos:
identificar y caracterizar a la ESS; apoyar el fortalecimiento de organizaciones populares con
responsabilidad económica, social, cultural y ambiental; apoyar el fortalecimiento y la
integración de redes solidarias de producción, comercialización, consumo y finanzas; promover
el comercio justo y el consumo ético; visibilizar a la ESS para la obtención del reconocimiento y
apoyo público; establecer un sistema nacional de organizaciones de ESS; facilitar la realización
de estudios de los emprendimientos de ESS que se incluyen en dinámicas de desarrollo local.
BOLIVIA
En Bolivia, que tiene en su haber una larga historia de luchas indígenas anticolonialistas, se
realizó bajo el gobierno de Evo Morales (primer presidente indígena) una reforma constitucional.
La Nueva Política de Estado (NCPE) reconoce la pluralidad económica, social, jurídica, política
y cultural de la nación, aboga por la igualdad, equidad en la distribución y redistribución del
producto social, elementos que tienen como objetivo el “vivir bien” (Sumaj Qamaña) de toda la
sociedad boliviana.
Este sistema económico plural articula las diferentes formas de organización económica sobre
los principios de complementariedad, reciprocidad, solidaridad, redistribución, igualdad,
sustentabilidad, equilibrio, justicia y transparencia. El Estado reconoce y promueve la
organización económica comunitaria, basándose ésta en los sistemas de producción y
reproducción de la vida social, fundados en los principios y visión propios de las naciones y
pueblos indígenas originarios y campesinos (NCPE, Art. 308, citado en Chiroque- Mutuberría;
2009: 159).
El Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno del Ministerio de Desarrollo
Productivo y Economía Plural y del Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social es el
documento rector de las políticas públicas para el fortalecimiento economía plural.
Para llevar adelante el PSDP se crean las Agencias y Servicios de Desarrollo, que trabajan en
coordinación otros viceministerios en el apoyo integral al sector privado comunitario y social
cooperativo y en la recuperación del control del Estado de los servicios y registros públicos.
Agencias y Servicios de Desarrollo del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural:
Fuente: “La economía plural y los nuevos roles del Estado” en http://www.produccion.gob.bo/content/introducci
%C3%B3n (consultada el 28/09/2011)
ARGENTINA
En el año 2000 a través del decreto 721/2000 se creó el Instituto Nacional de Asociativismo y
Economía Social (INAES) que sustituyó al Instituto Nacional de Acción Cooperativa y Mutual
(INACyM).
Se parte de la premisa que gran parte de la población tiene un acceso restringido a empleos de
calidad y a bienes sociales básicos debido a la incapacidad del modelo económico para
generales. Por ello, los programas de empleo y programas sociales se han dedicado a estimular
la generación de empleo, capacitar a los trabajadores y estimular espacios de participación
social. Según el discurso del gobierno la promoción del trabajo decente se ha convertido en una
política de Estado. (Castelao, 2009: 38)
Hubo desde el gobierno un cambio de paradigma en las políticas sociales, a quienes hoy se los
considera "titulares de derecho" antes se los calificaba de beneficiarios, y lo que antes eran
Según Vuotto (2008, citado en Castelao (2009: 34)) las políticas públicas se pueden dividir
según sus modelos de intervención en: sectoriales, territoriales y genéricas/organizativas. Las
sectoriales promueven el desarrollo y consolidación de los segmentos “clásicos” de la ESS,
cooperativas y mutuales; las territoriales trabajan sobre el territorio y promueven del desarrollo y
surgimiento de iniciativas productivas y sociales vinculadas con la ESS y el desarrollo local. Las
políticas genéricas tienen por objetivo crear y sostener el empleo como forma de inclusión social
promoviendo iniciativas productivas autogestionadas independientemente de su relación con el
territorio.
Es así que, según esta autora, las políticas sectoriales están relacionadas directamente con las
acciones del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), quien se encarga
de la regulación de las cooperativas y mutuales. Los principales instrumentos de promoción
que utiliza esta institución son la capacitación, formación y fortalecimiento de la calidad
institucional de las instituciones, difusión del movimiento y financiación de proyectos de
desarrollo a través de subsidios o créditos con tasas subsidiadas.
En cuanto a políticas territoriales, un programa que tuvo incidencia directa sobre la ESS fue el
Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social, Programa Manos a la Obra, que
apoyaba iniciativas de desarrollo local en regiones de pocos recursos para mejorar las
condiciones socio-económicas de la población, a través de subsidios, microcréditos y asistencia
técnica de proyectos productivos y comerciales autogestionados y aquellos que fortalezcan el
capital social territorial. Se crea por parte del gobierno un fondo para educación cooperativa y
promoción, así como promoción de economía solidaria, con foco en la población de sectores
vulnerables. Para estas poblaciones, las cooperativas sociales de trabajo son una posibilidad de
inclusión y solución al desempleo, a la informalidad y la precarización. El objetivo general del
Programa Manos a la Obra es mejorar el ingreso de la población vulnerable; promover el sector
de la economía social o solidaria y fortalecer a las organizaciones públicas y privadas, así como
impulsar espacios asociativos y redes para mejorar los procesos de desarrollo local . Este Plan
propone recuperar las capacidades de trabajo desde cada localidad y a partir de los recursos
existentes. Aunque, según el trabajo de Castelao (2009: 44), este programa tiene limitaciones
para lograr que los emprendimientos sociales superen las barreras de la informalidad y generen
empleos genuinos, debido a la vulnerabilidad de su población objetivo, la informalidad
económica y jurídica de los emprendimiento y la dificultad que tienen para comercializar sus
productos. Lo que hace que enfoque del Plan sobre la ESS pueda reducirse a la promoción de
un sector económico marginal como instrumento para la generación de ingresos.
Para el fomento del autoempleo asistido desde el Estado se crean tres líneas de trabajo:
Dentro del programa de economía social se utilizan diferentes herramientas, con la intención de
que las mismas estén articuladas, y que una persona tenga a disposición más de una
herramienta en función de sus necesidades y según el objetivo con el que fue creada cada una
de ellas14:
De todas formas, tal como se pudo observar en los planteos por parte del gobierno argentino en
el Encuentro Latinoamericano de ESS (Montevideo 2011) y como lo plantea Castelao (2009:
42), el enfoque de las intervenciones públicas respecto a la ESS no se corresponde a una visión
sistémica que la considere una alternativa viable para el sistema capitalista. Según la autora, en
Argentina hay ausencia de una base jurídica formal que determine el sistema de propiedad de
los emprendimientos sociales y de las empresas recuperadas, entre otras, que represente los
intereses de todas las organizaciones que conforman la ESS. Los emprendimientos asociativos
carecen de una forma jurídica formal, sus integrantes deben inscribirse individualmente como
trabajadores autónomos o cuentapropistas el Monotributo Social y las empresas recuperadas,
cooperativas de trabajo, tienen serios problemas para definir jurídicamente la propiedad de los
medios de producción. La ESS es entendida más como un sector económico que puede
generar empleo e inclusión social que como una estrategia alternativa al sistema económico
actual. El Plan Manos a la Obra concibe a la ESS “…como un sistema de relaciones
económicas y sociales que posibilitan, en un marco de solidaridad y de reciprocidad la
conformación de diversas formas de organización para la producción económica y
comunitaria… La economía social debe entenderse en un sentido amplio, ahocicada a una
estrategia económica distributiva y de equilibrio territorial”. (Jefatura de Gabinete de Ministros,
2003:12 citado en Castelao, 2009: 43). Castelao afirma que según esta definición asume a la
ESS como un sector de la economía de mercado, complementario al sector público y privado
con fines de lucro.
Se remarca esto con el concepto de ESS explicitado por el Secretario de Economía Social
Roberto Ghetti, quien la entiende como una herramienta para la inclusión social, como una
posibilidad de generar trabajo para personas excluidas del mercado de trabajo y prefiere
denominarla Economía Social.
BRASIL
La Economía Solidaria comienza su auge en Brasil en la década del ochenta y a mediados de
los 90 tomó impulso producto de los movimientos sociales que reaccionaron ante la profunda
crisis de desempleo iniciada en 1981 y agravada en los 90 con la apertura de los mercados
internos a las importaciones. En el 91 se inicia el apoyo de asesores sindicales a obreros que
puedan ocupar empresas quebradas y en el 94 diversas empresas autogestionadas forman la
Asociación de Trabajadores en Empresas Autogestionadas y Participación Accionaria
(ANTEAG).
En los 90 surgen también las Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares (ITCP) que
pertenecen a las Universidades y se dedican a trabajar con cooperativas de trabajo,
otorgándoles pleno apoyo ideológico, jurídico, social, administrativo, entre otros. Estas
incubadoras fueron propuestas en su momento por Paul Singer, bajo la idea de que las
cooperativas constituyeran una forma de combatir la pobreza y la precarización. Hoy hay más
de 80 incubadoras en las universidades brasileñas. Estas universidades son apoyadas por la
SENAES en tanto trabajan con emprendimientos de la economía solidaria a través de las
incubadoras.
Las políticas públicas para la ESS fueron legitimadas en el 2003 con la creación de la
Secretaría Nacional de Economía Solidaria (SENAES), perteneciente al Ministerio de Trabajo y
Empleo (MTE). El Foro Brasilero para la Economía Solidaria (FBES) y los Consejos Estatales y
Nacionales de la Economía Solidaria sirven como soporte para su desarrollo y fortalecimiento.
El Programa de Economía Solidaria y Desarrollo introdujo políticas públicas específicas para la
economía solidaria a nivel nacional.
El decreto 5063 del 8 mayo de 2004 otorga a la SENAES las siguientes competencias18:
Según el relevamiento realizado por OIT (2010) dentro de las políticas públicas brasileras se
priorizan las siguientes áreas:
En el correr del 2011 se generó una movilización importante debido a la intención del gobierno
de cambiar la dependencia de la SENAES del MTES al Ministerio de PYMES, ante lo cual el
gobierno ha comprendido que los emprendimientos de economía social y solidaria no
comparten la misma lógica de desarrollo que los MIPYMES. Actualmente se encuentra en
discusión la ubicación de la SENAE dentro del Estado.
VENEZUELA
Tal como se manifestó en el Encuentro Latinoamericano de ESS a diferencia de Argentina y
Uruguay, desde el Estado venezolano se la concibe no como una herramienta para reinsertar a
los pobres, sino como un cambio de paradigma, un nuevo tipo de sociedad.
La base de funcionamiento del modelo son los Consejos Comunales que se crean a través de la
ley del Sistema Económico Popular, organizaciones de poder popular con personería jurídica se
desarrolla la producción, la atención a las necesidades habitacionales, entre otras.
Según cifras oficiales desde el año 2008 hasta la fecha se han transferido recursos a más de 49
mil proyectos, equivalentes a más de 4 mil millones de dólares, orientados a satisfacer las
necesidades más sentidas de las comunidades, quienes tienen la responsabilidad de manejar
eficientemente los recursos, rendir cuentas y re invertir los excedentes. Estos recursos son
tanto retornables como no retornables por parte de la comunidad.
Dentro de las acciones desarrolladas por el Estado para fomentar la Economía Comunal se
encuentran:
Sin embargo, un estudio realizado por un equipo universitario recientemente 20 presenta que
sólo el 13,4% de las cooperativas creadas desde 2001 están operativas, 40 mil cooperativas de
las 306.762 creadas entre 2001 y 2010. El estudio deja en evidencia que no alcanza con
promover la creación de cooperativas y la asignación de recursos si no son acompañados de
apoyo técnico y capacitación, alertando sobre la forma en que se utilizan las políticas públicas.
20 Bastidas Delgado, Oscar et.al (2011) “Hacia una política de estado para la economía social y las
cooperativas venezolanas como ejes de un modelo de desarrollo basado en la cooperación. Borrador de
trabajo abierto a opiniones de la ciudadanía venezolana” en:
https://sites.google.com/site/ESyCooperativismo. @ESyCooper
PANORAMA DE LA ECONOMÍA SOCIAL EN EL URUGUAY
Para Guerra22 es un movimiento que intenta hacer economía de una manera diferente a la
hegemónica, basada en los valores de solidaridad, de cooperación y de ayuda mutua. Afirma
que el término Economía Social no dice mucho, se ha vuelto devaluatorio, el concepto de
desarrollo social está asociado a la lucha contra la pobreza. Para Guerra Economía Solidaria
tiene un valor agregado, implica trabajo autogestonario, finanzas solidarias, turismo
responsable, cooperativas auténticas.
Si bien a la interna del INACOOP no se ha discutido una concepción de la ESS, Moreno24 aportó
una visión personal de la misma. La define como un género dentro del cual existen varias
especies, una de las más importantes es el cooperativismo, luego le siguen las mutuales,
sociedades de fomento, emprendimientos pequeños que no se encuentran formalizados, entre
otros. La identifica como un sector social distintivo pero complementario del sector estatal y el
privado tradicional, lo cual está reconocido por normas internacionales como la recomendación
193 de la Organización Internacional del Trabajo. Plantea que hoy en día al encontrarse dentro
del sistema capitalista es una economía marginal y funcional al mismo pero pretende ser una
alternativa, para lo que dar diferentes disputas en diversos ámbitos.
Según la Coordinadora Economía Solidaria los emprendimientos que integran este sector tienen
las siguientes características:
QUIENES LO COMPONEN
Las experiencias no son muchas pero fueron significativas para el desarrollo temprano del
sector cooperativo. Hacia 1920 se propone el Instituto Nacional Cooperativo y en 1926 se
sanciona la primer Ley de Cooperativas.
El cooperativismo en el Uruguay tiene una larga trayectoria donde algunos elementos que la
caracterizan son su vinculación a organizaciones o gremiales, su autonomía e independencia.
(Bertullo et.al; 2003)
Las mutuales en nuestro país no tienen una regulación propia, sino que esta figura entra dentro
de la legislación de cooperativas o de asociación civil.
Las sociedades de fomento persiguen fines no lucrativos, tienen propósitos de apoyo a la
producción agropecuaria para sus asociados como por ejemplo asesoramiento técnico y otros
de interés colectivo en las zonas donde se emplazan como por ejemplo la mejora de un camino
o contribuir a la escuela de la zona. La ley bajo la cual se rigen es la 14.330 y como la misma es
escueta y no contempla su regulación en la práctica se remite a la de cooperativas.
Según el II Censo de Cooperativas y Sociedades Fomento realizado en el 2009 la cantidad de
organizaciones de este tipo en el Uruguay asciende a 1164, que cuentan con 907.698 socios
activos, lo que representa aproximadamente el 30% de la población. Se censaron casi 30000
puestos de trabajo directos y se participa del 3,1% de la producción del país. Según los datos
procesados el 52% de las cooperativas se concentran en Montevideo y el resto en el interior,
destacándose Canelones con el 9%. Las modalidades que más cooperativas concentran son
las de vivienda con 50% de las cooperativas (581) y las de trabajo 24 % (284). A continuación
se presentan dos tablas que resumen algunos datos.
Es en 1995 cuando se comienza a hablar más seriamente sobre la economía solidaria, sobre
todo en ámbitos académicos. En el 2001 a partir del Foro Social Mundial surgen los
movimientos fuertes de clubes de trueque y empresas recuperadas y se consolida Espacio de
Economía Solidaria, organizándose la primera Feria de Economía Solidaria en 2002, la que
continúa realizándose hasta hoy en el atrio de la IMM.
En el 2006, comienza una coordinación entre el Consejo Consultivo del Área de Economía
Solidaria del Gobierno Departamental de Canelones y el Espacio de ESS. Se realizan Ferias de
ESS en Canelones, las que siguen realizándose hasta hoy, así como también Ferias del
Espacio MERCOSUR Solidario. En 2007 Se crea la Mesa Nacional de Economía Solidaria y la
Tienda de Economía Solidaria y Comercio Justo Uruguay.
En 2008 se crea la Coordinadora Nacional de Economía Solidaria (CONAES) que integra el
Espacio MERCOSUR Solidario26. Se promulga la Ley General de Cooperativismo y se crea el
INACOOP.
Según sostiene Guerra (2010:30) la CONAES no contiene a todo el sector de ESS ya que
desde la CUDECOOP algunos de los actores que la integran no parecen sentirse parte de este
sector más amplio.
26 Plataforma de Organizaciones de la Sociedad Civil conformada desde 2003 por 17 ONGs de Argentina,
Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Tiene como finalidad: Instalar la “dimensión social” en el proceso de inte-
gración en el MERCOSUR, recuperando lazos históricos comunes, la diversidad cultural y capacidad de
movilización de las organizaciones y movimientos sociales de la región. - Fortalecer las capacidades organi-
zativas y prepositivas de los actores sociales locales de base en el ejercicio activo de la ciudadanía, promo-
viendo sus capacidades de incidir en el proceso de integración regional, colocando sus temas y demandas
como parte de las agendas y resoluciones que forman parte del mismo.- Aportar a la consolidación y profun-
dización de la democracia participativa en los países del sur. En: http://mercosursocialsolidario.org (consul-
tada el 27/09/2011)
POLÍTICAS PÚBLICAS DE APOYO AL SECTOR
En nuestro país las políticas públicas enfocadas hacia el sector de ESS son casi inexistentes.
En los últimos 20 años se realizaron tres grandes logros en políticas públicas para el sector.
Primero surgen políticas a nivel de gobiernos locales como fue la Unidad de Cooperativismo y
Economía Solidaria del la Intendencia de Canelones y la participación del Mercociudades,
donde participaban ciudades del Mercosur que trabajaban sobre este tema, allí fueron las
intendencias de Paysandú, Florida, Montevideo y Canelones. El segundo mojón fue la creación
del INACOOP con la ley de Cooperativismo, cuyo consejo consultivo lo integra también la
CONAES. El tercer mojón fue la creación de la Dirección de Economía Social en el MIDES.
En el 2010 se crea la Dirección de Economía Social dentro del MIDES, que es la única unidad
que contiene el nombre de ”Economía Social” dentro del Estado (excluyendo las Intendencias
Municipales).
Existe ausencia de una política pública de apoyo económico al sector por lo que los
emprendimientos tienen que recorrer las ventanillas del Estado. Si bien el Banco Oriental de la
República (BROU), no está cumpliendo el rol de banco fomento existe gran expectativa con la
reforma de su carta orgánica y la creación del Fondo de Desarrollo.
Hay otros espacios institucionales que inciden indirectamente en los emprendimientos de ESS
(como el BPS, DINAPYME, MTSS, MGAP, BROU, ANII, MIEM; INC; MEC; las Intendencias
Municipales) pero no existe una “política pública” central coordine estas acciones dispares, ni
que planifique y evalué el impacto de las mismas .
En definitiva, las políticas públicas de promoción y fomento hacia la ESS son pocas y
fragmentadas.
En julio ingresó el Ec. Daniel Olesker como nuevo Ministro de Desarrollo Social quien ha
declarado públicamente una apuesta fuerte a la economía social. El Ministerio tendrá como
prioridad en esta gestión la realización de una “Ley de Reforma Social” que incluya a las
cooperativas sociales y programas como Uruguay Trabaja bajo la concepción de que la
consolidación y creación de cooperativas sociales asegura una salida laboral a los sectores de
más bajos ingresos.
Cabe aclarar que el trabajo de campo del presente Estudio se llevó a cabo en los meses de
abril a junio de este año y que si bien las cooperativas sociales serán una prioridad de este
periodo, a la fecha de entrega del trabajo los programas de la DINAES continúan siendo los
mismo al igual que la población objetivo.
En el Ministerio de Desarrollo Social se crea la Dirección de Economía Social con el objetivo
de “promover procesos de integración económica y social con un enfoque productivo, laboral y
educativo como eje de transformación para contribuir a la igualdad de oportunidades y el
ejercicio pleno de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA)” 27.
Básicamente el MIDES apunta a políticas de demanda con sus programas actuales, entre ellos
el monotributo social en el que se está trabajando y la formalización como forma de inclusión.
Dentro de los programas que integran esta dirección se destacan los siguientes:
En octubre de 2008 se aprueba la Ley General de Cooperativas 18.407 con la que se crea en
su artículo 186 el Instituto Nacional de Cooperativismo (INACOOP), una persona jurídica de
derecho público no estatal, que “propone, asesora y ejecuta la política nacional del
cooperativismo. Tiene como objetivo promover el desarrollo económico, social y cultural del
sector cooperativo y su inserción en el desarrollo del país (…) Al INACOOP le corresponde
evaluar la incidencia del cooperativismo en la economía y en la sociedad, está encargado de la
comunicación pública de la temática cooperativa y del impulso, la investigación y propuestas
para el desarrollo de procesos asociativos e integradores, considerando las diversas
manifestaciones de la economía social y solidaria.”29
En la entrevista con el Dr. Moreno se mencionan algunas políticas públicas desarrolladas hacia
el cooperativismo donde los emprendimientos de ESS que no sean cooperativas se pueden ver
beneficiar.
El INACOOP cuenta con financiamiento del Estado y de las Cooperativas del Uruguay para
llevar adelante un Fondo Rotatorio Especial que financia proyectos que promuevan el desarrollo
cooperativo. También cuenta con un fondo de Promoción de Educación cooperativa y con el
FRECOOP que apoya a las cooperativas sociales en sus primeros desembolsos. Estos dos
últimos créditos mencionados son préstamos reembolsables y no son para proyectos de gran
envergadura.
Desde el INACOOP se están desarrollando algunas líneas de acción concretas para el fomento
del sector de ESS:
• En lo que tiene que ver con cadenas de valor y desarrollo local se establecieron
algunas ideas centrales en el Plan de Cooperativismo y desde el Instituto se planificó
identificar las necesidades que tienen las cooperativas para su desarrollo para luego
empezar a hacer matrices de intereses comunes entre cooperativas, entre instituciones
En Junio de este año se llevó acabo un Seminario-Taller sobre “Políticas Públicas para el
desarrollo de la Economía Social y Solidaria – Aplicación de la Recomendación 193 de OIT
sobre la Promoción de las Cooperativas”30, organizado por el INACOOP y el Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social (MTSS). En el seminario participaron otros Ministerios como el
Ministros de Industria, Energía y Minería (MIEM), Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP),
Desarrollo Social (MIDES) y Salud Pública, (MSP) para discutir sobre las diferentes
perspectivas de las políticas públicas en las áreas productivo-social y su conexión con el
desarrollo cooperativo y de la ESS.
Existe ausencia de una política pública de apoyo económico al sector por lo que los
emprendimientos tienen que recorrer las ventanillas del Estado.
Si bien el Banco Oriental de la República (BROU), no está cumpliendo el rol de banco fomento
existe gran expectativa con la reforma de su carta orgánica, Ley 18.716, que prevé en su
artículo 40 que el 30% de las utilidades del BROU se destinen a un fondo para financiar
proyectos productivos viables que resulten de interés del Poder Ejecutivo. El 27 de setiembre
2011 se sancionó su reglamentación, creándose el Fondo para el Desarrollo, FONDES, para
apoyar a proyectos de interés del Poder Ejecutivo vinculados a sectores estratégicos y a
modelos autogestionarios. Se crean cuatro subfondos o fideicomisos: de asistencia técnica no
reembolsable, de garantía, de financiamiento, de capital semilla, de capital y de riesgo. Para su
implementación se crea una Junta de Dirección integrada por tres miembros representantes de
Presidencia, OPP y MIEM y una Unidad Técnica dentro de la OPP,
CUADRO RESUMEN
A continuación se realiza un resumen de las políticas públicas desarrolladas en cada uno de los
países considerados teniendo en cuenta la clasificación utilizada por Monzón et al.(2007):
Países
Los países que reconocen a la ESS como una alternativa al sistema, al menos desde los
programas de gobierno son Ecuador, Bolivia y Venezuela desarrollando políticas de ordenación
a nivel de Estado. Los dos primeros la reconocen en sus Constituciones, toman el concepto del
buen vivir como eje del desarrollo de la planificación política a largo plazo, de manera que la
ESS se encuentra como un eje transversal en todos los niveles del Estado. Brasil se destaca
por la participación de la sociedad civil en la construcción de la política pública para el sector.
De todas formas este país tiene la particularidad de que existe una clara separación entre el
sector cooperativo clásico y el de economía solidaria, en tanto se encuentran representados por
distintas organizaciones, la Organización de las Cooperativas Brasileras y el Foro Brasilero de
Economía Solidaria respectivamente, y cuentan con políticas públicas diferenciadas. Por otro
lado, en Argentina y Uruguay se entiende a la ESS como una herramienta paliativa a las fallas
del mercado. Ambos países reconocen con políticas de ordenación al sector cooperativo a
través de una Ley General de Cooperativas y de un Instituto que las promueve. Pero desde el
gobierno uruguayo se planteó que la Ley de Cooperativas Sociales busca "fundar una economía
solidaria" para "atender las gravísimas emergencias sociales producto de la aplicación de
prácticas neoliberales"31, y desde el argentino se utiliza el término economía social para
referirse a “las políticas dirigidas a los excluidos del mercado de trabajo” 32 es así que en estos
países la economía solidaria sigue siendo marginal y funcional al sistema
Para definir políticas públicas (PP) orientadas hacia la Economía Social y Solidaria (ESS) es
necesario, como primer paso, que el Estado defina su enfoque conceptual. Puede entenderla
como un sector más de la economía, como una herramienta paliativa a las fallas del sistema
actual que en ese caso se denomina Economía Social o como una alternativa al capitalismo
(ESS). Tal como cuestiona Guerra “¿Se trata de establecer instrumentos para incluir en el
mercado a los sectores más desprotegidos o se trata de una política alternativa en términos de
desarrollo socioeconómico?”33
Los países que reconocen a la ESS como una alternativa al sistema, al menos desde los
programas de gobierno son Ecuador, Bolivia y Venezuela desarrollando políticas de ordenación
a nivel de Estado. Los dos primeros la reconocen en sus Constituciones, toman el concepto del
buen vivir como eje del desarrollo de la planificación política a largo plazo, de manera que la
ESS se encuentra como un eje transversal en todos los niveles del Estado. Brasil se destaca
por la participación de la sociedad civil en la construcción de la política pública para el sector.
De todas formas este país tiene la particularidad de que existe una clara separación entre el
sector cooperativo clásico y el de economía solidaria, en tanto se encuentran representados por
distintas organizaciones, la Organización de las Cooperativas Brasileras y el Foro Brasilero de
Economía Solidaria respectivamente, y cuentan con políticas públicas diferenciadas. Por otro
lado, en Argentina y Uruguay se entiende a la ESS como una herramienta paliativa a las fallas
del mercado. Ambos países reconocen con políticas de ordenación al sector cooperativo a
través de una Ley General de Cooperativas y de un Instituto que las promueve. Pero desde el
gobierno uruguayo se planteó que la Ley de Cooperativas Sociales busca "fundar una economía
solidaria" para "atender las gravísimas emergencias sociales producto de la aplicación de
prácticas neoliberales"34, y desde el argentino se utiliza el término economía social para
referirse a “las políticas dirigidas a los excluidos del mercado de trabajo” 35 es así que en estos
países la economía solidaria sigue siendo marginal y funcional al sistema.
Una vez definido el enfoque del Estado hacia la ESS se considera necesario explicitar la
relación Estado - Sociedad Civil en el desarrollo de las políticas públicas. El movimiento de
ESS, representado por la CONAES y por la Mesa de Autogestión, reclama participación en la
construcción de políticas, pero para poder incidir en las PP, también se precisa que el
movimiento se fortalezca como tal en su organización. Lo que está consolidado en nuestro país
es el movimiento cooperativo que logra una incidencia real en las políticas, por ejemplo, a
través de la ley general de cooperativas y de la contemplación especial del sector en la reforma
tributaria, lo que no estaba previsto por el Ministerio de Economía originalmente.
En el contexto actual sería recomendable que las políticas de apoyo al sector surjan de una
agenda común articulada entre los distintos organismos para generar una sinergia positiva entre
ellos.
Tal como surge del Encuentro Latinoamericano de Economía Social y Solidaria, es necesario el
apoyo del Estado hacia el sector para fomentar el desarrollo del mismo. Compartimos la visión
de autores brasileros como Schmidt y Cruz que plantean que la Economía Social y Solidaria
como movimiento contrahegemónico necesita del apoyo del Estado a través de políticas
públicas específicamente diseñadas, ya que es muy difícil que la misma pueda desarrollarse y
crecer inmersa en un sistema capitalista.
Tanto del Encuentro como de las entrevistas realizadas para este trabajo surgen
recomendaciones de áreas prioritarias a ser atendidas por el Estado en su rol de promotor,
entre ellas se mencionan:
intercooperación, no sólo para generar un mercado propio sino también como forma de
promover y respetar sus propios principios y valores en donde la cooperación entre los
emprendimientos es un postulado fuerte, permitiendo encadenamientos productivos
solidarios y redes económicas
innovación y tecnología social, no quedarse solo en pequeños emprendimientos de
subsistencia, sino integrarse al desarrollo de tecnologías sociales y generar
encadenamientos productivos sustentables. Generar una política interinstitucional de
apoyo a la investigación e innovación en economía social, porque es imprescindible para
el desarrollo de emprendimientos estratégicos que generen valor agregado e integren
encadenamientos productivos, que las tecnologías estén al servicio de la sociedad y sus
necesidades, y la realidad actual es que el conocimiento y la investigación están al
servicio del capital.
acceso al crédito, se ha generado una gran expectativa con el FONDES que tiene entre
sus prioridades el financiamiento de proyectos autogestionados.
marco normativo, si bien se cuenta con una moderna ley de cooperativas, desde el
INACOOP se promovió una comisión de marco cooperativo que trabajará en la revisión
de temas que quedaron pendientes. Una de las tareas es pensar en un marco jurídico
para regularizar las otras expresiones de la economía solidaria que hoy por hoy no están
incluidas en la ley.
educación, es fundamental generar espacios de reflexión que permitan integrar la
economía solidaria en la educación formal de manera transversal, así como generar
formación para la gestión colectiva con los trabajadores de la economía solidaria.
Respecto a esto se está trabajando desde el INACOOP en coordinación con los centros
de formación y también desde la UdelaR.
fomento de la inversión, se considera central la disputa de fondos públicos para inversión
en la ESS ya que si no se logran ciertas rupturas seguirá siendo un sector marginal al
sistema. Actualmente la Ley de Promoción de Inversiones sólo contempla a aquellos
emprendimientos que tributan Impuesto a la Renta de Actividades Económicas (IRAE) y
las Cooperativas están exoneradas del mismo por lo que no están incluidas.
favorecer la figura de proveedor del Estado, si el gobierno entiende que la ESS es
modelo de economía a seguir, seria deseable tener prioridades hacia los
emprendimientos solidarios en las compras del Estado, garantizando criterios claros y
transparentes de contratación.
política fiscal diferenciada, para la DGI no existe diferencia entre los emprendimientos
solidarios y las empresas tradicionales. No se consideró una política específica de
promoción al sector a la hora de realizar la reforma tributaria. Se incluyeron las
exoneraciones que ya existían para el sector cooperativo luego de los reclamos
realizados por la Confederación Uruguaya de Cooperativas (CUDECOOP).
Otro tema no menor es rescatar la identidad propia de la ESS ya que por parte de los gobiernos
hay una tendencia, como en Colombia y Brasil, de asimilar los emprendimientos de la ESS a las
pequeñas y medianas empresas. Si bien muchos de los emprendimientos de la ESS son
pequeños, no son todos. Por lo general la aspiración del pequeño negocio en un sistema
capitalista es crecer, contratar mano de obra y convertirse en un gran negocio, lo que dista
mucho de ser el objetivo que tiene un emprendimiento de economía solidaria. Las políticas para
uno y otro sector no deben ser las mismas ya que ambos son estructuralmente diferentes. Las
políticas concebidas para el desarrollo de la ESS debe respetar los principios que ésta defiende
y promueve. A partir de la promoción de pequeños negocios independientes se genera la
fragmentación de la clase trabajadora. Esto fundamentado en que al aislar a la clase
trabajadora, cada persona se preocupa por su propio negocio, alimentando el individualismo
capitalista en detrimento de la generación de redes de cooperación, espacios colectivos de
trabajo, de solidaridad, lo que se traslada de una forma de trabajo a una forma de vida, no
permitiendo alcanzar un cambio en la economía y menos aún al logro de una “sociedad
diferente”.
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ANEXOS
1− Pauta entrevista
Entrevistas Realizadas
Dr. Pablo Guerra. Coordinador del Área de Economía Social y Solidaria de la UdelaR. Delegado
por la UdelaR al Consejo Consultivo del INACOOP.
Doctor en Abogacía. Diego Moreno. Vocal del INACOOP. Docente de la UEC, Facultad de
Derecho, UdelaR.
Isis Ochoa. Ministra para el Poder Popular de las Comunas y Protección Social de Venezuela.