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ÉTICA DE LA INTEGRIDAD

El año 2003, el Congreso de la República organizó el coloquio titulado Antenor


Orrego, la unidad continental y los orígenes de la modernidad en el Perú, en el cual
tuvimos participación docentes universitarios y otros intelectuales de Trujillo y Lima.
El profesor Lorenzo Santillán Castillo, de la Universidad Privada Antenor Orrego, en
emotiva participación, se refirió a la ética del personaje póstumamente homenajeado.
He aquí su testimonio.
(En: Robles Ortiz, Elmer. 2015, Anecdotario del Grupo Norte. Trujillo, Fondo
Editorial de la Universidad Privada Antenor Orrego, pp. 338-340).
I
Eran los meses próximos a las elecciones del año 1956 y habían dos candidatos a la
Presidencia de la República: don Hernando de Lavalle y don Manuel Prado. Faltando tres días
para las elecciones llegó a mi domicilio en Trujillo, ubicado en la calle Raimondi número 200,
un lujoso Cadillac con dos señores muy entusiastas y atentos. Fueron recibidos por quien habla y
al ponerme a sus órdenes, los señores con mucha dulzura y exceso de cortesía manifestaron que
el doctor Lavalle me mandaba saludos. Sentí un gran honor y también mucha sorpresa porque
abrieron una de sus maletas de viaje llenas de billetes. Dijeron que tenían encomendado que yo
disponga de ese dinero […]
La prudencia, que es parte de nuestra formación hogareña y el respeto, me impusieron que
invite a los dos señores a que me acompañen a visitar a quien tenía la primera responsabilidad
sobre este proceso electoral en el norte, que era Antenor Orrego.
Antenor se encontraba listo para tomar su almuerzo en la casa de José Cassinelli, en el jirón
San Martín de Trujillo. Me introduje a la casa de los Cassinelli, con quien tenía familiaridad, y
me siguieron estos dos señores cargando sus maletas. Antenor salió y parece que él tendría
conocimiento sobre este asunto. Les dijo con gran dulzura de caballero: “Señores, por la puerta
que han ingresado pueden retirarse”. Luego ganó, como bien sabemos, Manuel Prado.
II
Una buena mañana en que estuve en el hogar de los Orrego Spelucín, en Lima, llamaron a la
puerta, en el jirón Santa Cruz de Miraflores. Era un oficial de la Aviación con dos ayudantes
portando un paquete. Antenor se puso de pie y les dijo que pasen. El oficial le dijo: “Doctor
Antenor Orrego, el excelentísimo señor Presidente de la República doctor Manuel Prado, le pide
que acepte este presente”. Antenor extiende sus brazos y recibe el paquete y luego le dice al
oficial: “Señor, le ruego dé cuenta al señor Presidente de la República que muy honrado acepto
este presente, pero que mejor guardado debe permanecer en la Presidencia de la República”. El
oficial de las Fuerzas Armadas estrechó con deferencia la mano de Antenor, recibió el paquete,
se lo pasó a sus dos ayudantes y se retiró
¿Qué significan para ustedes estos dos testimonios?
Antenor Orrego como creador de pensamiento, como creador de concepciones y como gran
animador de los jóvenes e intelectuales para su realización, es también un hermoso ejemplo de
persona responsable e íntegra.

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