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Estudiante: Augusto Quispe Julca

Evaluación: Taller de la Normativa

Las mujeres han sido consideradas frecuentemente como el sexo débil y es muy
lamentable cuando por razones injustificables a nombre de sus creencias, costumbres
o filosofías incurren en atropellos barbaries contra ellas, especialmente las más
jóvenes y en algunos casos niñas.
En el presente escrito se presentan algunas costumbres propias de ciertas
culturas que atentan contra el derecho y la libertad de las féminas.

El sexo débil
En Bangladesh existe una terrible y abominable práctica, la de arrojar ácido
sulfúrico a las mujeres jovencitas y en algunos casos niñas que por alguna razón no
satisficieron las expectativas materiales que conllevaba su relación conyugal. Estos
esposos o novios al ver no alcanzadas sus dotes pactadas se vengan de sus esposas y
las desfiguran para toda la vida.
Un ejemplo de ello es el caso de un grupo de jovencitas de Bangladesh que
quedaron desfiguradas completamente, y que en algunos casos perdieron hasta
incluso la vista. Estas muchachas recibieron ayuda de alguna institución humanitaria
siendo llevadas a Valencia para ser tratadas en un nosocomio, sin embargo, por más
ayuda que recibieron no podrán borrar el infierno que vivieron y las marcas que les
dejaron más allá de su apariencia física.
En la Gran Bretaña, un país muy civilizado, sorprendentemente existe una
práctica muy dañina contra las niñas. Son sectores africanos que llevan a cabo la
circuncisión (costumbre que se da sobre todo en otros partes del continente africano)
y que consiste en la extirpación o cauterización del clítoris, además de cortarle los
labios superiores de la vagina. El daño que se les causa a estas jovencitas africanas es
irreparable y por más indignante que sean estas acciones, no son penalizadas puesto
que es legal si se lo hace un profesional de la salud por requerimientos de los padres
de familia.
Una dirigente somalí en defensa de esta práctica recurre a una encuesta hecha
en Somalia donde el 90% de las mujeres encuestadas manifestaron su anuencia o
conformidad con la circuncisión. Sin embargo, en oposición a esta creencia, las niñas
afectadas, convertidas en mujeres, sienten que se les hicieron gran daño y que nunca
se les permitió elegir.
En resumen, existen ciertas prácticas culturales que, en lugar de aportar a la
pluriculturalidad de la raza humana, causan mucho daño al mal llamado sexo débil, la
mujer. Cuando la cultura y las costumbres atentan contra la integridad del ser humano,
especialmente las mujeres, bajo ningún punto de vista debe ser aceptado y tolerado,
en cambio, debe ser merecedor del repudio total porque atenta contra la dignidad del
ser humano.

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