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Otro aspecto importante, es que la terminación del contrato de trabajo con justa causa es
facultativo del empleador, es decir, frente a la ocurrencia de una justa causa para dar por
terminado el contrato de trabajo, el empleador puede o no dar por terminada la relación
laboral, de acuerdo con sus intereses personales o empresariales. De manera que si se
abstiene de dar por terminado el contrato laboral, no incurre en violación de la Ley, y si
ejerce esa facultad solo frente a determinados trabajadores y no lo hace respecto de otros
que han incurrido en los mismos hechos, tampoco infringe la norma, ni realiza una
discriminación que afecte el principio de igualdad de los trabajadores.
Podemos resaltar que la terminación por justa causa de un contrato laboral, tiene las
mismas causales independientemente del tipo de contrato laboral. Mientras que cuando
la terminación del contrato laboral es sin justa causa, sí podríamos hablar de diferencias,
ya que la indemnización depende de la duración del contrato.
Ahora bien, para invocar una justa causa de terminación del contrato laboral, es necesario
que se cumplan unos requisitos toda vez que al trabajador se le debe garantizar su
derecho a la defensa, pues la terminación del contrato de trabajo debe ser justa,
razonable y proporcional, así mismo, se requiere que la causal sea presente e inmediata
al conocimiento que del hecho tenga el empleador.
La anterior afirmación, tiene sustento legal en el parágrafo del artículo 62 del Código
Sustantivo del Trabajo, según el cual: “la parte que termina unilateralmente el contrato de
trabajo debe manifestar a la otra, en el momento de la extinción, la causal o motivo de
esa determinación. Posteriormente no pueden alegarse válidamente causales o motivos
distintos”.
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En este sentido, la Corte Constitucional acogió una línea jurisprudencial sostenida
también por la Corte Suprema de Justicia. En sentencia C-594 de 1997, afirmó que el
empleador tiene la obligación de manifestar al trabajador los motivos concretos y
específicos por los cuales está dando por terminado con justa causa su contrato de
trabajo.
En este sentido, la posición de las cortes ha sido clara al expresar que debe existir
inmediatez entre la comisión del hecho sancionable y la imposición de la sanción, puesto
que de no ser así, el trabajador podría alegar que su despido se debió a otra falta reciente
que no constituía una justa causa, o incluso alegar la ausencia total de causas justas, a lo
que el juez podría acceder.
Ahora, cuando un empleador tiene pruebas de que un trabajador incurrió en una justa
causa para dar por terminado su contrato, no es suficiente que se le entregue una
comunicación dando las razones de esta decisión. El empleador tiene la obligación de
llevar a cabo una diligencia de descargos con el objeto de que el trabajador tenga la
oportunidad de explicar o defenderse frente a la presunta justa causa.
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A. Causales que pueden ser invocadas por parte del empleador:
Esta causal debe surtir efectos dentro de la jornada laboral y lugar de trabajo,
como por ejemplo, los agravios verbales, ataques de hecho, grave indisciplina, no
acatar las órdenes.
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6. Cualquier violación grave de las obligaciones o prohibiciones especiales
que incumben al trabajador, de acuerdo con los artículos 58 y 60 del Código
Sustantivo del Trabajo, o cualquier falta grave, calificada como tal en
pactos o convenciones colectivas, fallos arbitrales, contratos individuales o
reglamentos.
7. La detención preventiva del trabajador por más de treinta (30) días, a menos
que posteriormente sea absuelto.
Aquí, no es suficiente que se revelen los secretos a que alude la norma, sino que
deben probarse los perjuicios sufrido por la infidencia.
10. La sistemática inejecución, sin razones válidas, por parte del trabajador, de
las obligaciones convencionales o legales.
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11. Todo vicio del trabajador que perturbe la disciplina del establecimiento.
El vicio como causal de terminación del contrato laboral, debe entenderse como
el hábito que perturba la disciplina en el lugar de trabajo, toda vez que el hecho
de fumar, excepto en lugares de alto riesgo, no es determinante de la ruptura de
la relación contractual.
Posteriormente, a la luz del parágrafo 3º del artículo 33 de la Ley 100, señaló que
el afiliado podía seguir laborando y cotizando cinco años más, luego de reunir los
requisitos para la pensión de vejez. Además, determinó que, para hacer uso de
esta causal, el empleador debía consultar previamente al trabajador si era su
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voluntad pensionarse o prefería seguir vinculado laboralmente y cotizando por el
tiempo que la ley le permitía.
Esta tesis fue compartida por la Corte Constitucional, en la Sentencia C-1443 del
2000, al indicar que el empleador no podía dar por terminado el contrato laboral
amparado en esta causal, si previamente al reconocimiento de la pensión de
jubilación, omitió consultar al trabajador, puesto que si el empleador omitía esa
consulta previa, el despido se consideraba injusto.
Los numerales del 1 al 8 producen efectos ipso facto, es decir, que una vez configurada la
causal, el empleador puede dar por terminado el contrato inmediatamente. No así cuando
se incurre en las causales contempladas en los numerales 9 al 15, porque en estos casos,
“para la terminación del contrato, el patrono deberá dar aviso al trabajador con
anticipación no menor de quince (15) días”, según lo previsto en el artículo 7º del Decreto
2351 de 1965.
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Corporación que: “Cuando el despido se produce por los motivos señalados en los
ordinales 9º a 15 del artículo 7º del Decreto 2351 de 1965, para que pueda considerarse
como terminación unilateral con justa causa es requisito indispensable que se dé
previamente el aviso de quince días. Si así no procede el patrono, incumple con una
obligación señalada por la ley y en consecuencia la terminación del contrato no puede
considerarse como hecha con justa causa, por lo cual la indemnización a que tiene
derecho el trabajador es la contemplada en el artículo 8º del Decreto 2351 de 1965. La
omisión del preaviso no es irregularidad que pueda subsanarse con el pago del
equivalente a quince días de salario, sino que es presupuesto necesario del trámite
señalado en la ley para que el patrono pueda dar por terminado unilateralmente el
contrato de trabajo con justa causa, pues, si la ley reviste de ciertas formas un acto de
tanta trascendencia como es la terminación del contrato por decisión unilateral de las
partes, si ellas no se cumplen la terminación así producida no puede considerarse como
justa, porque tales formas son consustanciales a la calificación del despido.”
Esta clase de terminación unilateral del contrato por parte del trabajador, se denomina
despido indirecto, convirtiéndose el trabajador en la parte activa en cuanto ejercita la
iniciativa de terminar la relación laboral.
En los casos en que el trabajador invoca una justa causa para dar por terminado el
contrato laboral, su contingencia procesal es mayor, si se tiene en cuenta que en estos
casos, tiene la carga probatoria debiendo demostrar no solo el hecho del despido, sino la
conducta indebida del empleador.
El engaño debe ser claro y evidente. Esto ocurre por ejemplo, cuando un
empleador pacta ciertas formalidades, salarios y obligaciones y al momento de su
realización las cambia unilateralmente afectando los intereses del trabajador, sin
previo acuerdo entre las partes.
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2. Todo acto de violencia, malos tratamientos o amenazas graves inferidas por
el empleador contra el trabajador o los miembros de su familia, dentro o
fuera del servicio, o inferidas dentro del servicio por los parientes,
representantes o dependientes del empleador con el consentimiento o la
tolerancia de éste.
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En caso de pactarse que el trabajador prestará sus servicios en una ciudad o sitio
determinado, y el empleador unilateralmente traslade al trabajador sin acuerdo o
consentimiento a sitios de trabajo diferentes a lo acordado y afecte derechos
básicos del mismo.
El empleador no puede sin autorización escrita del trabajador y para cada caso
deducir, retener o compensar suma alguna del salario, obligarlo a comprar
mercancías en locales que sean de su propiedad u otras que el designe; exigir
dinero a cambio de estabilidad laboral; limitar el derecho de asociación; impedir el
derecho al sufragio; adoptar listas negras.
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