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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACIÓN,

CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Decreto Ejecutivo 575 del 21 de julio de 2004
Acreditada mediante Resolución N°15 del 31 de octubre de 2012

FACULTAD CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN FÍSICA Y ENTRENAMIENTO PERSONAL

TEMAS
ASPECTOS A TENER EN CUENTA EN LA PROGRAMACIÓN Y
PROGRESIÓN DEL EJERCICIO AERÓBICO (4)

DIRECCIÓN DE PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DE AERÓBICOS


WILMER ALBERTO MURILLO PEREA
C.C. 80.243.462

FACILITADOR: ALEX DIOMAR DONOVAN TEJADA

05 DE NOVIEMBRE DE 2021
Introducción

Este tipo de actividades bien planificadas y cumpliendo las orientaciones o


principios pedagógicos del ejercicio, no solo mejoran la salud, si no que se
convierte también en una manera de pasar el tiempo y de poder comunicarse o
tener esa interacción con entrenador y personas que se encuentren alrededor,
además unas de las ventajas de realizar esfuerzos o actividades físicas van más
allá pues nos proporcionan una satisfacción emocional y entre ellos
mencionamos ese bienestar que genera que tu cuerpo y mente se sientan
saludable y más cuando sufres de obesidad o sobre peso y vez que tus
resultados son positivos te genera una estimulación de seguir dándole cada día
a las diferentes actividad planificas .
Desarrollo del ensayo

Resumiendo, y entrando en materia respecto a este ensayo, decimos que cada


uno de nosotros es la misma persona a lo largo de la vida, pero nuestro aspecto
y personalidad van cambiando constantemente. Con los años uno va
aprendiendo a ver muchos de estos cambios cuando se mira un espejo, sobre
todo si tenemos cerca una fotografía de años anteriores donde nuestro aspecto
físico sea de una forma definida en ese momento. Experimentamos diferentes
etapas algunas de ellas de mayores capacidades, como la pubertad y la
adolescencia, y otras llenas de experiencia, pero también con pérdida de
capacidades. El aumento de la esperanza de vida en la sociedad actual ha dado
lugar a un aumento de la población en la franja de edad que hemos venido
llamando algunos entrenadores y especialista como tercera edad, en este
sentido el esfuerzo físico combinados con la actividad física es un factor que
viene contribuyendo a la mejora de la salud y de unos buenos hábitos y estilos
de vida saludable. Lo más probable es que hayas oído incontables veces que
hacer ejercicio es bueno para ti es lo manifiestan las personas que no han tenido
esa cultura deportiva desde su esta educativa desde la primaria hasta pasa por
el bachillerato y su vida universitaria. Pero lo que saben es que, en el fondo,
también te puede ayudar a sentirte bien Hacer la cantidad adecuada de ejercicio
físico puede aumentar tu nivel de energía y hasta ayudar a mejorar el estado de
ánimo. Las ventajas y efectos beneficiosos del ejercicio físico según los expertos
nos recomiendan que los adolescentes hagan 60 minutos o más de actividad
física de moderada a vigorosa cada día. He aquí algunas de las razones: El
ejercicio físico es bueno para todas las partes del cuerpo, incluida la mente. El
ejercicio físico hace que el cuerpo genere sustancias químicas que pueden
ayudar a una persona a sentirse bien. El ejercicio físico puede ayudar a las
personas a dormir mejor. También puede ayudar a algunas personas que
padecen una depresión leve o que tienen baja autoestima. Además, el ejercicio
puede dar a la gente una verdadera sensación de logro y orgullo por alcanzar
determinadas metas, como batir un récord personal en 100 metros llanos. El
ejercicio físico bien planificado ayuda a la gente a perder peso y reduce el riesgo
de desarrollar algunas enfermedades. El ejercicio regular reduce los riesgos de
ciertas enfermedades, como obesidad, diabetes tipo 2 e hipertensión. El ejercicio
físico puede ayudar a mantener el cuerpo en un peso saludable. El ejercicio
ayuda a envejecer bien. Quizás no te parezca importante ahora, pero tu cuerpo
te lo agradecerá más adelante. Por ejemplo, la osteoporosis (un afinamiento de
los huesos, puede convertirse en un problema a medida que la gente envejece.
El ejercicio físico que te obliga a sostener el peso de tu propio cuerpo (como
saltar, correr o caminar) puede ayudar a fortalecer los huesos. Las tres partes de
una rutina equilibrada de ejercicio físico son las siguientes: los ejercicios
aeróbicos, los ejercicios de fuerza y los ejercicios de flexibilidad. Ejercicios
aeróbicos Al igual que otros músculos, el corazón disfruta de un buen
entrenamiento. Un ejercicio aeróbico es cualquier tipo de ejercicio que haga que
el corazón bombee y lata más fuerte. Si proporcionas a tu corazón y tus
pulmones este tipo de entrenamiento con regularidad, se harán más fuertes y
serán más eficientes a la hora de llevar oxígeno (en forma de células portadoras
de oxígeno) a todas las partes de tu cuerpo. Si formas parte de un equipo
deportivo, lo más probable es que ya estés haciendo 60 minutos o más de
ejercicio físico de moderado a vigoroso los días en que entrenas. Algunos de los
deportes de equipo que proporcionan un buen entrenamiento aeróbico son , el
baloncesto, el fútbol, el Cross, el hockey y el remo. Pero, si no practicas ningún
deporte de equipo, no te preocupes; hay muchas formas de hacer ejercicio
aeróbico, sea a solas o con tus amigos. Estas formas incluyen montar en
bicicleta, correr, nadar, bailar, patinar, jugar al tenis, practicar esquí de fondo, el
excursionismo y andar deprisa. Entrenamiento de resistencia El corazón no es el
único músculo que se beneficia del ejercicio físico regular. Los demás músculos
de tu cuerpo también benefician con el ejercicio físico. Cuando usas los
músculos, estos se vuelven más fuertes. Los músculos fuertes también son una
ventaja porque sostienen las articulaciones y ayudan a prevenir lesiones.
Además, el músculo quema más energía que la grasa cuando estás en reposo,
de modo que el desarrollo muscular te ayudará a quemar más calorías y a
mantener un peso saludable. No es necesario que levantes pesas para fortalecer
los músculos y los huesos. Los distintos tipos de ejercicios fortalecen distintos
tipos grupos musculares, por ejemplo: Para fortalecer los brazos, prueba el remo
o el esquí de fondo. Las flexiones y las dominadas, presentes en las clases de
gimnasia tradicionales, también son buenas para desarrollar los músculos de los
brazos. Para fortalecer las piernas, prueba andar en bicicleta, remar o patinar.
Las sentadillas y los levantamientos de piernas también son buenos para las
piernas. Para fortalecer el abdomen y el centro del cuerpo, lo mejor es el remo,
el yoga o Pilates, las planchas y los abdominales. Ejercicios de flexibilidad
Fortalecer el corazón y los demás músculos no es la única meta importante del
ejercicio físico. El ejercicio físico también puede ayudar a mantener la flexibilidad,
lo que significa que los músculos y las articulaciones se estiran y se doblan con
facilidad. La flexibilidad también ayuda a mejorar el rendimiento deportivo.
Algunas actividades, como la danza y las artes marciales, requieren mucha
flexibilidad. Pero una mayor flexibilidad también puede ayudar a las personas a
mejorar el rendimiento en otros deportes, como el fútbol o el lacrosse. Es fácil
encontrar deportes y actividades que trabajan la flexibilidad. Las artes marciales
(como el karate), el ballet, la gimnasia artística y el yoga son buenas opciones.
Hacer estiramientos después de cada entrenamiento también te ayudará a
mejorar la flexibilidad. pienso de otra manera Qué es lo más adecuado para mí
Uno de los principales motivos por los que la gente abandona un programa de
ejercicio físico es la falta de interés: si lo que estás haciendo no es divertido, es
difícil que lo sigas haciendo. Lo bueno es que puedes probar muchísimos
deportes y actividades diferentes hasta dar con el que te guste más. A la hora de
elegir el ejercicio adecuado para ti, te puede ayudar el hecho de pensar en cómo
es tu personalidad para entrenar. Por ejemplo, ¿te gusta hacer ejercicio solo y
siguiendo tu propio horario? En caso afirmativo, los deportes como el ciclismo o
el esquí sobre tabla o snowboard podrían ser una opción adecuada. ¿O te gusta
la motivación compartida y el compañerismo propio de los deportes de equipo?
Los deportes escolares, los deportes intramuros, los equipos de clubes y los
juegos espontáneos son excelentes formas de mantenerte activo junto con otras
personas. También deberás considerar aspectos puramente prácticos, como si
la actividad que has elegido es asequible para tu bolsillo y está disponible en tu
zona. (Por ejemplo, las actividades como la equitación son más difíciles para las
personas que viven en la ciudad) También deberías pensar en cuánto tiempo te
puedes reservar para hacer deporte. Es una buena idea hablar con alguien que
entienda sobre este tema, como un entrenador o un experto en preparación
física que trabaje en un gimnasio. Puede diseñar un programa que sea
adecuado para ti y para tu nivel de preparación física. Los médicos saben que la
mayoría de las personas se ven favorecidas con el ejercicio regular, incluso las
que tienen minusvalías o afecciones médicas, como el asma. Si tienes un
problema de salud o de otro tipo (como el sobrepeso o distar mucho de estar en
forma), habla con tu médico antes de empezar cualquier programa de
entrenamiento. Teniendo en cuenta los efectos beneficiosos que aporta el
ejercicio físico al corazón, los músculos, las articulaciones y la mente, es fácil
saber por qué es inteligente hacer ejercicio. Y lo mejor del ejercicio físico es que
nunca es demasiado tarde para empezar. Hasta las cosas más pequeñas
cuentan como ejercicio cuando se está empezando, como dar un breve paseo
en bicicleta, pasear al perro o pasar el rastrillo por el jardín. Lo que
tradicionalmente se conoce como la paradoja de la actividad física se refiere a
la aparente contradicción entre el efecto protector que confieren las
adaptaciones (ver enlace) y el aumento del riesgo que se produce de forma
aguda al hacer ejercicio. Las respuestas (ver enlace) al esfuerzo son
necesarias pero no necesariamente buenas para la salud. ¿Por qué incrementa
el riesgo de complicaciones? Atentos porque los motivos pueden ser variados. 

El ejercicio físico con una periodización de intensidad moderada previene la


formación de trombos en el torrente circulatorio, pero cuando incrementa la
intensidad del esfuerzo, la tendencia puede ser la contraria y favorecer la
formación de trombos. Se reducen los estímulos nerviosos relajantes (vágales)
y aumentan los estímulos nerviosos y hormonales estimulantes (simpáticos)
que, aunque son necesarios para coordinar las respuestas, favorecen el
desarrollo de arritmias. Podrían producirse lesiones coronarias por la fuerza de
la sangre circulando en su interior o por la propia contracción del corazón
comprimiéndolas desde fuera. A intensidades muy altas también cambia el pH
de la sangre, la temperatura del cuerpo, la concentración de electrolitos, el
volumen de la sangre y el nivel de hidratación. En individuos con patología
respiratoria o en medios hipobáricos puede disminuir el aporte de oxígeno a los
tejidos. También se ha descrito la fatiga o daño cardiaco transitorio por el
estrés mantenido durante un ejercicio de larga duración. En pacientes con
lesiones coronarias puede verse comprometido el aporte de sangre y oxígeno
al propio corazón. Y, por último, el aumento de las resistencias periféricas y la
presión arterial que se produce con el ejercicio de fuerza y la sobrecarga de
volumen que impone el ejercicio predominantemente aeróbico o dinámico,
podrían descompensar una insuficiencia cardiaca, una cardiopatía congénita.
Todos estos fenómenos pueden actuar o interactuar para degenerar en raras
ocasiones en desde la experiencia de venir realizando un trabajo con pacientes
con diferentes patologías nos llevan a que estemos no estemos exento de:

 Un infarto de miocardio. Este es más probable en individuos con


factores de riesgo cardiovascular (tabaquismo, diabetes, hipertensión arterial,
dislipemia aterogénica...), sobre todo cuando no están adecuadamente
entrenados.

 Arritmias de diversa naturaleza. Otras más malignas pueden


desencadenar una parada cardiaca y la muerte súbita. Generalmente en
individuos con alguna predisposición, como cardiopatías crónicas o agudas.

 Lesiones vasculares como la disección o rotura de aorta (en deportistas


con patología de aorta) y hemorragia subaracnoidea (en individuos con
aneurismas intracraneales).

 Insuficiencia cardiaca aguda con retención de líquidos en individuos


con alguna cardiopatía.

Para minimizar en lo posible el riesgo de alguna de estas complicaciones, es


muy importante progresar adecuadamente en los volúmenes e intensidades de
ejercicio, sobre todo en los individuos menos entrenados; descansar ante
cualquier enfermedad aguda, retomando posteriormente el régimen de ejercicio
de forma progresiva y, sobre todo, prestar atención a las señales del cuerpo y
los síntomas de alarma (ver enlace),  cesar toda actividad y consultar con un
médico en caso de que se produzcan.

¿Y qué hay del posible efecto negativo de entrenar en exceso durante


años? La ciencia actual está demasiado verde para hacer afirmaciones
categóricas sobre los efectos negativos de grandes cantidades de ejercicio a lo
largo del tiempo. Hablaré por lo tanto con la boca pequeña sobre este tema.

Algunos artículos de publicación reciente están sugiriendo que podría existir


una cierta relación entre dosis muy altas de ejercicio acumulado a lo largo de la
vida y una mayor mortalidad. Sin embargo, esto no siempre se ha constatado.
Aunque la evidencia para hacer esta afirmación es débil y aunque no se
conoce esa cantidad de actividad física que podría aumentar la mortalidad, esta
observación coincide con la descripción cada vez más frecuente de algunas
alteraciones cardiológicas que se están produciendo con más frecuencia en los
deportistas veteranos que acumulan grandes cantidades de ejercicio físico.

Sin saber muy bien su significado ni su pronóstico se están describiendo más


aterosclerosis coronaria y calcificaciones coronarias en deportistas veteranos.
También más lesiones cicatriciales en las aurículas y los ventrículos que
favorecen el desarrollo de arritmias auriculares y ventriculares. Dilatación de
algunas cavidades que simulan auténticas miocardiopatías y arritmias lentas
que en ocasiones adquieren tintes patológicos. Cabe especular con la
posibilidad de que estos hallazgos sean el nexo de unión entre el exceso de
ejercicio y el posible aumento de la mortalidad con grandes volúmenes de
ejercicio físico. Estamos muy lejos de poder hacer afirmaciones contundentes
en este sentido, y más aun de establecer la dosis tóxica del ejercicio físico, sin
embargo, en esta última, muy probablemente influya la predisposición.

Conclusión

Concluyo el presente ensayo no sin antes decir que el esfuerzo físico junto con
la activad física bien planificada o con una variación en la periodización ayudad
a actuar como proceso rehabilitador y a prevenir diferentes cambios o hábitos
en cada una de las personas, por lo tanto, para alcanzar calidad de vida se
exige cambios dirigidos al logro. Y en ello observamos que muchas personas
hacen actividad de esfuerzo físico muy moderada con regularidad, pero no
intensan y desde mi punto de vista por los menos si se trabaja 3 veces por
semana por lo menos un día debiese ser a una intensidad alta, pero de
acuerdo a su capacidad máxima, el desarrollo físico, psíquico, y social, además
de practicar un deporte tiene una transcendencia o influencia en la prevención
de enfermedades ya desarrolladas en los individuos.
Bibliografías

https://www.generali.es/blog/tuasesorsalud/exceso-ejercicio-fisico/

https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-
salud/Lesiones/prevencion-recuperacion/prevencion-fortalecimiento.html

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4684607.pdf

https://www.medigraphic.com/pdfs/saljalisco/sj-2019/sj192h.pdf

https://idoc.pub/documents/ensayo-sobre-la-importancia-de-la-actividad-fisica-
9n0k6j0kjp4v

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