Está en la página 1de 40

CATÁLOGO DE

ARQUITECTURA
VERNÁCULA DE OAXACA

ANDRÉS DE LEO
Gabino Cué Monteagudo
Gobernador Constitucional

Francisco Martínez Neri


Secretario de las Culturas y Artes de Oaxaca

Othón Téllez López


Subsecretario de Planeación Estratégica

Guadalupe García García


Dirección de Conservación y Divulgación Cultural

Antonio Gutiérrez Rodríguez


Departamento de la Diversidad Cultural
y del Patrimonio

Primera edición: 2015.


D.R. © Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca.
Martírez de Tacubaya 400,Santa María Ixcotel, Santa Lucía del Camino,
Oaxaca. C.P. 68100.
www. culturasyartes.oaxaca.gob.mx
Coeditores de la presente edición:
Secretaria de las Culturas y Artes de Oaxaca.
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
ISBN: en tramite.
Indice

Introducción 5

La Arquitectura Vernácula en Oaxaca 12

La Vivienda en San Jerónimo Zegache 14

La Vivienda en Concepción Buena Vista 19

La Vivienda en San Pedro Yucunama 23

La Vivienda en Santa María Ozolotepec 25

La Composición de la Arquitectura Vernácula


La habitación 30
Cocina de humo 33
Servicios y área de lavado 34
Espacio de transición, espacio abierto 35
Conclusiones 39
Introducción

El presente trabajo nace del interés de la Secretaría de las Culturas


y Artes del Estado de Oaxaca por seguir uno de los principales ejes de
gobierno: la protección del patrimonio cultural. Con esta acción demuestra
la sensibilidad por documentar las diferentes soluciones de arquitectura
vernácula en el Estado, otorgándole el reconocimiento y puesta en valor
que merece y, con ello, sumar páginas a la bibliografía destinada a su
conocimiento.

Así mismo, estas líneas son un llamado de atención sobre el riesgo en el


que se encuentra este tipo de arquitectura. Actualmente, la migración y el
concepto de “progreso” mal enfocado para la edificación habitacional, pone
en peligro a la arquitectura vernácula oaxaqueña —y no es exagerado decir
que se encuentra al borde del olvido físico y conceptual—. Lo anterior,
deriva del poco interes que en el pasado se tuvo por conocerla, valorarla y
preservarla. Por estos motivos, es importante hacer investigaciones que nos
develen las tecnologías constructivas y nos permitan conocer los factores
que rigen sus formas y funciones.

En cuanto a la definición de este tipo de construcciones, Amos Rapoport


—uno de los primeros estudiosos del tema—, la define como aquella en la
que no existen pretensiones teóricas o estéticas; que trabaja con el lugar
de emplazamiento y con el microclima; respeta a las demás personas y
sus casas y, en consecuencia, al ambiente total, natural o fabricado por el
hombre, y trabaja dentro de un idioma con variaciones dentro de un orden
dado.1

1  Amos Rapoport, Vivienda y cultura, (Barcelona: Gustavo Gili, 1972), 12.

5
En el estudio de la arquitectura vernácula del noreste de México,
Jimmie King2 extrae el pensamiento de Christopher Alexander, quien
nos habla de una arquitectura ideal, principalmente, con características
interdependientes: es intemporal y se puede vivir. Lo anterior, se logra
definiendo y utilizando, lo que él llama: “patrones de lenguaje” que han
estado presentes desde siempre, considerando como patrón “una regla que
describe qué debes hacer para generar la entidad que define”.3 Además,
afirmar que: “…en nuestra época, los lenguajes se han quebrado. Dado
que ya no son compartidos, los procesos subyacentes se han roto y, en
consecuencia, para cualquier persona de nuestros días es prácticamente
imposible dar vida a un edificio.”4

Por otra parte, Francisco García Sanz considera a la construcción vernácula


como aquella que es “proyectada por los habitantes […], determinada por
el conocimiento empírico y experiencia de las generaciones anteriores”.5
Además, a ello suma que “la arquitectura diseñada por los arquitectos
profesionales, por lo general, no es considerada vernácula; lo vernáculo
es anónimo”.6 De lo anterior es pertinente apuntar que no todo lo que
podríamos considerar como vernáculo deriva de una “arquitectura sin
arquitectos”, ya que, la tradición constructiva de esta tipologia se formuló
de técnicas y la transmisión del conocimiento se realizó por especialistas
en el oficio a modo de gremio. A las definiciones planteadas en la
bibliografía, es importante sumar la consideración de que muchas de las
construcciones que la historia a conservado y que tienen rasgos endémicos
en su materialidad y técnica son, muy probablemente, erigidas por los

2  Jimmie L. King, “La arquitectura vernácula en el noroeste de México”, en Latin


American Network Information Center (sitio web), 2001, consultado el 25 febrero 2014,
http://hdl.handle.net/2152/4091
3  Christopher Alexander, El modo intemporal de construir, (Barcelona: Gustaco Gili,
1981), 15.
4  Alexander, El modo intemporal de construir, 12.
5  Francisco García Ranz, Arquitectura Vernácula del Sotavento, (México: Programa del
Desarrollo Cultural del Sotavento, 2010), 16.
6  García Ranz, Arquitectura Vernácula del Sotavento, 16.

6
Detalle de muros de adobe y cerca carrizo, San Jerónimo Zegache

especialistas de la región en la construcción de la época; y que ahora


denominaríamos apropiadamente como arquitectos. Es así que, para el
presente trabajo, definiremos a la arquitectura vernácula como aquella que
surge de un cúmulo de tradiciones heredadas, construidas por especialistas
de la época o no, que toman como materiales principales aquellos que el
entorno ofrece. Desde este punto de vista, la arquitectura vernácula tiene
la peculiaridad de ser el reflejo de un proceso técnico que se desarrolló
con la prueba, el error y la experiencia del conocimiento de los contextos
inmediatos: aspectos geográficos, climáticos y culturales. Es así que estas
construcciones son edificadas con materiales endémicos y tecnologías que
nacen como resultado de la comprensión del entorno. Estos saberes fueron
creando el conocimiento académico de las tecnologías constructivas,
sus ejecutantes son personas con la sensibilidad y tradición de resolver
la habitabilidad, generando con ello un aspecto articulador de identidad
cultural que está en continuo proceso creativo.

7
Detalle de cerca de carrizo y cerca viva, San Jerónimo Zegache

Teniendo en cuenta lo anterior, una de las muchas formas de clasificación


de la arquitectura vernácula radica en el sitio de localización en el que se
desarrolla. Para nuestro caso de estudio nos acotaremos a la arquitectura
erigida en el ámbito rural, la cual se diferencia de la urbana por estar
condicionada, en su mayoría, por grupos de campesinos que siguen los
códigos de la tradición determinada por la agricultura y factores culturales
intangibles.

En los estudios previos de la arquitectura vernácula mexicana, llamada


también popular, campesina o tradicional, se coincide en la existencia de la
influencia prehispánica7 y novohispana. De la primera, es pertinente atender
en unas líneas los referentes que se han usado para defender esta propuesta
y que, a nuestro parecer, necesitan un mayor sustento, aun que no negamos
su existencia. Nos referimos a la postura de Víctor José Moya al momento

7  Acerca de tradición de la arquitectura prehispánica, Víctor José Moya a entablado una


relación basada en las crónicas de los primeros hispanos en la Nueva España y también en
una serie de imágenes de arquitectura representadas en el códice Florentino. (Víctor José
Moya, La vivienda Indígena de México y el Mundo, [México D.F.: UNAM, 1988], 15-27.)

8
de ver, en las representaciones de arquitectura del códice Florentino, la
evolución y jerarquía en las construcciones del momento precortesiano.8
También plantea que las casas representadas en el códice retratan la tipología
y sistema constructivo prehispánico. Es importante atender lo dicho con
pertinencia, ya que el dibujo, posiblemente, es la visión hispana de la casa
prehispánica y no una representación exacta. Lo anterior responde a que, al
momento que se dibujan las casas de mayor jerarquía social, los claros de
los vanos son resueltos con dovelas; sistema constructivo no usado en el
periodo prehispánico, lo que sugiere que, en este caso, el uso de este tipo de
representación intenta jerarquizar a la casa desde un punto de vista hispano,
simbolizando así a los sistemas constructivos y materiales. Otra postura
sugerente para el tema de la influencia prehispánica lo plantea Torres Zarate.
En su trabajo, él propone y toma como referentes los estudios arqueológicos
que evidencian proporciones y materiales, poniendo en dialogo códices y
crónicas de rituales.9 Sin duda está propuesta es la que, hasta el momento,
más se aproxima a un planteamiento del fenómeno. Pero desde un punto de
vista particular, consideramos que el éxito de la continuidad de la tradición
prehispánica deriva de la efectiva respuesta ante el contexto geográfico,
material y agricola; los cuales son los factores constantes que trascienden a
las encrucijadas culturales.

Por otra parte, ambos autores no profundizan en la influencia hispana, y a


penas es mencionada en otros estudios.10 La importancia de esta influencia ha
sido poco abordada —tal vez por una tradición nacionalista— y por lo tanto,
es prudente reconocer los cambios de los procesos culturales y formales; los
cuales derivaron del periodo virreinal, sin olvidar las influencias inglesas

8  Moya, La vivienda Indígena …, 19-22.


9  Gerardo Torres Zarate sustentante,   Aspectos simbólicos de la vivienda vernácula :
estructuras significativas en su configuración espacial, (México D. F.: Tesis UNAM,  2007),
42-96.
10  Entre los que han abordado el tema con mayor énfasis está: (García Ranz, Arquitectura
Vernácula del Sotavento, 20-34).

9
y francesas que acarreó el siglo XIX, ya que es prudente recordar que la
arquitectura es un proceso creativo que se adapta a las necesidades de su
tiempo.

A partir de las posturas ante la problemática de las influencias nos planteamos


una serie de preguntas: ¿Qué es lo que se considera como prehispánico en
la arquitectura vernácula mexicana? y de ello, ¿Qué elementos son una
solución transmitida en el periodo virreinal? o por otra parte, ¿que elementos
se dieron de manera paralela para las mismas soluciones constructivas?

Para ofrecer una propuesta a estas preguntas, como un primer acercamiento


a la perspectiva de los orígenes hispanos, en el presente trabajo daremos un
sugerente punto de vista que se basa en la bibliografía antigua. Nos referimos
específicamente al Libro de los secretos de agricultura, casa de campo y
pastoril, de Miguel Agustín, publicado, en su primera versión castellana, en
1626,11 y con el cual relacionaremos los aspectos generales que posiblemente
hayan sido parte de los ideales en la casa de campo novohispana. Así mismo
del libro Economía general de la casa de campo de Francisco de la Torre en
1720 y que básicamente es el compendio de la obra de Miguel Agustín con
arreglos y aumentos en la edición.12 Otro libro referencial es la guía poética
de La casa de campo traducido por Santos Diez Gonzales13 del original latino
Praedium rusticum de Jacobi Vanierii,14 en el cual se describe claramente los
materiales, sistemas constructivos y consideraciones para la construcción de
“la casa de campo”.

11  Miguel Agustín, Libro de los Secretos de Agricultura, Casa de Campo y Pastoril,
(Barcelona: Luys Roure, 16626). De este libro, podemos localizar un ejemplar en la
Biblioteca Franciscana del Convento de San Francisco de Puebla, UDLAP.
12  Francisco de la Torre y Ocón, Economía general de la casa de campo, (Madrid: Juan
de Ariztia, 1720). De este libro, podemos encontrar un ejemplar en la biblioteca Palafoxiana
de la ciudad de Puebla.
13  Jacobi Vanierii, traducción de Santos Diez Gonzales, La Casa de Campo, (Madrid:
Blas Román, 1785).
14  Jacobi Vanierii, Praedium Rusticum, (Tolosae: Petrum Rosert, 1730). De este libro,
podemos encontrar un ejemplar en la biblioteca Palafoxiana de la ciudad de Puebla.

10
Reprografía de la portada de la publicacióon, Economia general de la casa de campo, 1720,
de Francisco de la y Ocón.

11
La arquitectura
vernácula en Oaxaca
Enfocados ahora en el Estado de Oaxaca podemos observar variantes
climatológicas que responden a una serie de factores geográficos. Lo que
condiciona una gama de materiales y sistemas constructivos que, aunados
a las manifestaciónes culturales inmateriales,15 generan identidades
culturales particulares y/o compartidas entre las diferentes regiones del
territorio.

Acerca de los estudios de arquitectura vernácula en Oaxaca, podemos


mencionar las investigaciones realizadas en el Valle de Tlacolula por
David Zafra,16 así como las de Gerardo Torres Zárate en el caso de la
mixteca,17 además de los de Ozieri Ventura Vega en la Costa Chica18 y,
de la misma zona, el trabajo de Pedro Baños.19 En estos estudios se ha
abordado, de manera particular, cada uno de los casos desde el punto
de vista del sistema constructivo, material y, en el caso del trabajo de
Zárate, con una propuesta del dialogo existente entre lo construido y el
patrimonio inmaterial.

Para el presente trabajo, además de realizar las observaciones pertinentes


del material, técnica y aspectos intangibles, intentaremos acercar el tema
a una sugerente propuesta que atañe a la forma y espacialidad, así como

15  Torres Zarate sustentante,  Aspectos simbólicos de la vivienda vernácula.


16  David Zafra Pinacho, Juan Manuel Gastéllum, “Una mirada a la vivienda vernácula de
la Villa de Díaz Ordaz Tlacolula”, La Gaceta del INPAC, no. 21, (Enero - Abril 2012):24-
32. David Zafra Pinacho, “La Casa de Tlacolula”, en Gerardo Torres Zárate coord., Cuatro
Casa: Vivienda Vernácula, (Oaxaca: IPN, UABJO, Plaza y Valdez, 2012), 19-42.
17  Gerardo Torres Zárate, “La vivienda vernácula en la mixteca oaxaqueña”. La gaceta
del INPAC, no. 24 (Enero – Abril 2013): 12-19.
18  Ozieri Ventura Vega, “El último Redondo”, en Gerardo Torres Zárate, coord., Espacios
de lo vernáculo a lo urbano, (México: IPN, 2013), 89-106.
19  Pedro Baños, “El redondo”, La Gaceta del INPAC, no. 22 (Mayo- Agosto 2012):12-22.

12
algunos de los conceptos planteados en los libros de los siglos XVII y
XVIII mencionados en la introducción.

En los siguientes párrafos se abordaran cuatro ejemplos de casas


habitacionales localizadas en distintos puntos geográficos. Para ello,
tomamos como referencia un caso de la región de los Valles Centrales y,
a partir de él, optamos por revisar las variantes y constantes existentes
con otras regiones que se localicen a una altitud mayor de los 1400
metros sobre el nivel del mar (msnm). Bajo este parámetro se ha decido
abordar el tema en las poblaciones de San Pedro Yucunama, Concepción
Buenavista, ambos en la región Mixteca, así como el de Santa María
Ozolotepec, en la Sierra Sur y San Jerónimo Zegache, en los Valles
Centrales.

Estado de Oaxaca y la localización de las poblaciones atendidas.

13
La vivienda en
San Jerónimo Zegache

El primer caso de estudio está ubicado en la población de San Jerónimo


Zegache, localidad emplazada a una altura de 1,490 msnm. La temperatura
media de la zona es entre 18 a 20 ºC, la precipitación anual de 600 -700
milímetros (mm) y el clima es semiseco.20 El suelo es principalmente
luvisol (predominantemente arcilloso) pero, al localizarse próximo a un
cerro, tiene una región de leptosol. Carece de vegetación alta maderable,
pero la peculiaridad de la tierra de la región es propicia para la
elaboración de barro, que es la materia prima para la fabricación de
adobes. También, en la zona baja y próxima a la población, la rivera del
rio Atoyac aporta la humedad necesaria para el crecimiento de carrizo
que, como se mencionará en párrafos siguientes, es uno de los materiales
fundamentales para las edificaciones.

La construcción tomada para el estudio está ubicada al centro de la


población. Se trata de una vivienda que tiene el sistema constructivo y
espacialidad especifica para ejemplificar los aspectos buscados. El solar
en el que se localiza es de 50 x 20 metros (m), medidas proporcionales al
resto de los predios de la zona habitacional y que, de cierto modo, están
sujetos a la traza que determina el templo. La orientación está dispuesta
de sur a norte, extremos en los que se tienen accesos por las calles que
la limitan, y en sus opuestos (oriente y poniente) tienen colindancias con
otros predios.

20  INEGI, Prontuario de información geográfica de los Estados Unidos Mexicanos, http://
www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/datos-geograficos/20/20360.pdf

14
15
La casa se localiza al norte y en el extremo oriente del predio. Consta de una
habitación de 10 x 5.60 m. construida con cimientos de piedra junteada con
cal, éste asciende hasta formar el rodapié y alcanza la altura aproximada de
80 centímetros (cm). A partir de este punto se desplanta el muro de adobe
que tiene como cerramiento una hilada de tabique rojo. La cubierta está
inclinada a una caída de agua dirigida hacia la calle. Ésta, es construida con
morillos de madera de pino separados entre sí a una distancia aproximada
de 35 cm. y encima, tiene una trama de carrizo tejido con cuerda de ixtle.
Como recubrimiento final están colocadas las tejas que, en esta ocasión
y según su propietario, fueron realizadas en la población a mediados del
siglo XX. El acceso a la habitación se resuelve con una puerta ubicada
en el muro sur y que conecta con el patio. En el muro poniente, tiene una
ventana de reducido tamaño. El interior está ocupado por dos camas y un
ropero; mientras que, junto al acceso, se localiza una mesa con sillas de
madera y un altar.

A un costado de la habitación, formando una disposición a modo de “L”,


se localiza un corredor. Se trata de un espacio carente de muros en la parte
poniente y que como cubierta tiene el mismo sistema constructivo visto en
la habitación. Los apoyos de la techumbre se resuelven por columnas de

16
17
Detallde de la cubierta en San Jerónimo Zegache.

tabique rojo. Aquí, también observamos un muro bajo a modo de barandal,


del cual destaca el diseño triangular formado por ladrillos. Próximo a este
espacio, en el lateral sur, se localiza la “cocina de humo” construida a base
de muros de carrizo reforzado en las esquinas con troncos de huizache (árbol
de la región), actualmente, cuentan con cubierta de lámina galvanizada
pero, según los propietarios, anteriormente contó con una cubierta de paja.

El patio es libre y está rodeado de arboles frutales, entre los cuales se


localiza un lavadero y el pozo de agua; conjunto que se ubica casi al
centro del predio. En la parte trasera, en el extremo sur, se localiza una
construcción de factura más sencilla, realizada con horcones de madera
y cubierta de carrizo; ésta sirve para alojar a los animales de tiro y en su
momento ganado vacuno, bovino o porcino. En la misma zona se localiza
la letrina, apenas improvisada con muros de carrizo y ramas.

18
La vivienda en
Concepción Buenavista

El siguiente ejemplo está localizado en Concepción Buenavista, población


de la Mixteca situada a 2139 msm. La zona recibe una precipitación media
anual de 400 - 800 mm y mantiene una temperatura entre 14 - 22 ºC. El
suelo de la región es predominantemente leptoso y regosol, este último
fundamental para el sistema constructivo que distingue a esta zona de
vegetación baja y semidesértica.

En esta ocasión, para hacer una comparación temporal del mismo sistema
constructivo usado en esta región, se analizaron dos viviendas; una
construida en el año 1979 y otra en el 2009. La primera está ubicada en
un predio de 20 x 47 m., y la construcción nuevamente se ubica al norte, a
un costado del acceso principal. Consta de una habitación de 10 x 5.45 m.
construida con muros de bloques de tierra que se extrae del suelo a modo

19
de sillares, sistema conocido como “endique”.21 Éstos, de 40 x 50 x 40 cm.,
se desplantan sobre un rodapié de piedra. El color de ésta y de los endiques
es el blanco, lo que sugiere la presencia calcárea. La cubierta es a dos aguas
y se resuelve con una estructura de tijera realizada con morillos de madera
de pino, los cuales se sujetan con ensambles y amarres de cuerda de ixtle.
Sobre dicha armadura, se cubre con tejamanil y posteriormente con teja de
barro cocido.

Para acceder a la habitación tiene una pequeña puerta de madera que se


ubica al centro del muro sur. El interior es un espacio libre, pero en ella se
han generado limites determinados por cortinas que están colgadas de los
tirantes —o “vigas madre”, como las denominan sus habitantes—. En el
extremo de la habitación se observa un par de camas y entre ellas una mesa
con el altar. Mientras que en el lado opuesto se ubica otra mesa con sillas
de madera, estanterías y herramientas de trabajo.

21  Gerardo Torres Zárate, “La vivienda Vernácula en la Mixteca Oaxaqueña” en La


Gaceta del Instituto del Patrimonio Cultural. No.24, año 9, 2013, Oaxaca, México.

20
Detalle de exteriores de las casas estudiadas, Concepción Buena Vista.

En el exterior de la habitación, justo en la puerta de acceso, se puede


percibir, visual y olfativamente una pequeña área de flores y hierbas
comestibles a modo de huerto. Frente a este pequeño espacio, se localiza
la “cocina de humo”, hecha de muros bajos construidos con tiras de
madera y la cubierta con morillos y tejas de barro. Al sur del predio,
nuevamente encontramos al ganado y la letrina; solo que en este caso, los
animales se resguardan en un corral, debido a que en la zona predomina
el ganado caprino.

La siguiente casa mantiene las mismas proporciones vistas en la


primera, pero en este caso el junteo de los “endiques” se calzan con
piedras de granulometría que van desde los 2.5 hasta los 3 cm. y tienen
un color obscuro, lo que genera un contraste cromático con el blanco
del “endique”. En cuanto a la estructura de la cubierta, sigue el mismo
modelo visto en el primer ejemplo y los vanos de la puerta y ventana,
también con las mismas proporciones. En ambos ejemplos los materiales
y sistema constructivo no han variado más que en el cromatismo de las

21
Detalle de y arco de mampostería, Concepción Buena Vista.

juntas y según los propietarios, a pesar de contar con más construcciones


de materiales cementantes, decidieron retomar los recursos tradicionales
por el confort térmico que ofrece.

Otras casas que se localizan dentro de la población son más complejas y en


ellas se observa que la techumbre se proyecta hacia el frente para generar
corredores que tienen como apoyos columnas de “endique”. También,
no menos importantes, están las casas en las que se integran sillares; en
donde el nivel de labrado permite la decoración o estereometrías que dan
como resultado arcadas o adintelados solucionados con dovelas.

22
La vivienda en
San Pedro Yucunama
Un caso más, localizado en la Mixteca a una altura de 2442 msnm, es el que
se observa en Yucunama. Aquí, con una altura mayor a los ejemplos vistos
y con recursos de bosques maderables en el entorno, el material principal
son los morillos de pino. La casa que revisaremos a quedado en desuso y
actualmente sirve como granero, realidad a la que han llegado la mayoría de
este tipo de arquitectura.

El sistema constructivo se basa en troncos de madera descortezados que


alcanzan medidas variables según el tamaño del espacio de la habitación
y que por lo general son de 6 x 3 m. El morillo se dispone de manera
horizontal y se empalma con el morillo del muro tangencial por medio de
una muesca, intercalando así la distribución ascendente de los cuatro muros
de la habitación. Como acabado final se cubren las juntas con lodo o cal
para sellar las ranuras que la imperfección del tronco dejó. Al llegar al limite

Detalle de cimentación de piedra y muros de troncos, San Pedro Yucunama.

23
Dibujo de las habitación y cocina de arquitecrutra con tronocos, SanPedro Yucunama.

superior del muro se disponen tirantes de madera que se distribuyen a lo


largo de la habitación y sobre ellos se desplanta la cubierta de dos aguas.
Dichos tirantes sirven, en esta ocasión, para colocar sobre ellos tablas de
madera que darán como resultado a un tapanco, utilizado principalmente
para el almacenamiento de los granos. Este recurso ha servido para librar
de la humedad y roedores a la cosecha. Aunque estos últimos, según los
pobladores, siempre han sido un problema que han solucionado con la
inserción de gatos.

El mismo sistema constructivo de muros de morillos, lo han empleado para


graneros separados del suelo por medio de basamentos de piedra. Estos son
de menor tamaño, por lo regular de planta cuadrada y techumbre de paja.
Con la misma estructura, las cocinas han sido construidas con el sistema
visto, pero en este caso sin el tapanco, ya que es necesario librar de este
recurso al espacio para permitir la salida del humo de los fogones. En
general, es raro ya encontrar las cubiertas de paja que cubrían este tipo de
estructura, no menos raro son las cubiertas de teja pero en la actualidad es
común encontrar la sustitución de estos materiales por láminas galvanizadas;
las cuales, a pesar de mejorar el problema de permeabilidad en el interior de
las habitaciones, han perdido las ventajas térmicas y de cierto modo, también
las estéticas.

24
Sabemos que esta técnica constructiva de muros de troncos se puede
observar el las zonas altas de Hidalgo, Puebla y la sierra de Chihuahua.22
Sobre su origen aun quedan muchas dudas, pero es evidente que este recurso
arquitectónico llegó de Europa, pues es parte de una tradición vista en Suiza
y la zona norte de Europa.

La vivienda en
Santa María Ozolotepec
En la escarpada Sierra Sur del Estado, se localiza una zona llamada
Ozolotepec; compuesta por varias poblaciones, en este rincón de bosque
y nubes, se puede observar un tipo de construcción a base de lodo que, de
primera instancia, podría confundirse con el sistema constructivo de tapial;
pero a diferencia de éste, en esta región se utiliza el lodo pero sin cercha.
Técnica constructiva inédita que hasta el momento la bibliografía no ha
recogido y que es un importante referente de arquitectura vernácula de
Oaxaca.

Aquí fueron visitadas varias casas en las que se empleó dicha técnica y
que, como es constante en todos los casos, cada vez hay menos personas
que construyan bajo estos valores arquitectónicos. La primera —localizada
al sur de la población, en los limites de una pronunciada pendiente— se
compone de tres habitaciones, dos de ellas ubicadas hacia el oriente y
que corresponden a las habitaciones de descanso; una usa corredor, y
aunque ambas tienen como cubierta lámina galvanizada, existen testigos
del uso de paja anteriormente. En ambos casos la cimentación es de piedra
–aunque la mayoría de éstas es de barro–, carece de rodapié y los muros

22  José Arturo Martínez Lazo, Teresa de Jesús Estrada Lozano, “San Juanito y Cusarare,
dos ejemplos en la Sierra de Chihuahua”, Cuadernos de Arquitectura y Conservación del
Patrimonio Artístico, No. 10 (México: INBA, 1980) 60-71.

25
son realizados con capas de lodo echado en hiladas de 30 cm de espesor
aproximadamente, las cuales se realizan en intervalos de tiempo que
permita que la hilada anterior pierda un poco de su humedad. Después
de alcanzar la altura precisa, el muro es cerrado con una viga de madera
en el sentido mas largo de la habitación, posteriormente otros polines son
colocados transversalmente, éstos tienen que rebasar el limite del ancho
de la habitación para anclarse con clavos de madera (como se observa en
las ilustraciones). Posteriormente las cavidades se enrazan con lodo y todo
se cubre con tablas de madera, conformando así el tapanco. La cubierta
exterior es de dos aguas y se recubre con una estructura de tijera de madera
sobre la que se tiende la paja; mientras que los timpanos se cubren con
tejamanil. Qué los laterales no sean cubiertos con barro, responde a que el
tapanco tuvo como origen resguardar la cosecha, por lo tanto es necesaria un
área libre del contacto con el suelo y provista de viento cruzado para evitar
la humedad. Así mismo, este espacio ayuda a conserva el clima interno de
la habitación. En esta ocasión, como parte del diseño, la construcción tiene
en la parte frontal un pórtico que se resuelve con una sencilla estructura de
madera y un cambio de pendiente de la techumbre, la cual está soportada
por columnas de madera tallada.

La tercera edificación, localizada en el extremo poniente, y que es usada


como cocina, está construida con cimentación de barro, muros bajos y
carece de tapanco. Aquí, el deterioro de la edificación revela un dato más
del sistema estructural del “lodo echado”, observamos que en cada esquina
se coloca un apoyo, un tronco que se desplanta desde la cimentación; esto
para dar rigidez necesaria en los movimientos. Este recurso estructural
es similar a los usado en la Meseta Norte de España, específicamente
en Tierra del Campos, en donde “tienen pies derechos de madera que
no suelen apoyarse en el suelo sino sobre dados de piedra que facilitan
su conservación, las partes altas van provistos de zapatas que reciben la

26
27
Detalles constructivos, izquierda: cerramiento del muro y estructura del tapanco; derecha:
muro de lodo con esquinas reforzadas demadera. Santa María Ozolotepec.

viga principal (carrera) de pisos superiores.”23 Es posible que este recurso


estructural para ambas regiones sea resultado de la casuística, pero tampoco
descartamos la transmisión de tan similares sistemas constructivos, como lo
es el “lodo echado” para Oaxaca y el tapial para la Meseta Norte española.

Otra casa revisada fue la de don Andrés Reinaldo Jimenez Cortes, de 95


años de edad y quien nos comentó que su casa fue construida por su abuelo
Arnulfo Cortes cerca del año de 1920. Aquí, los muros se realizan al “lodo
echado” y con los mismos criterios de cimentación, cerramientos, elevación
de niveles y techumbres vistos. Espacialmente sigue las proporciones de
habitación cerrada, con la puerta al centro y dos ventanas flanqueantes;
también el uso de pórtico con apoyos de madera. Además, la carpintería
realizada en la puerta, tapanco y el citado corredor, tienen marcas de taller
o carpintero, practica que ha quedado en desuso y consiste en un diseño
circular en el que se realizan trazos con compás que parecen formar una
flor. Hasta ahora, estudios de este tipo de marcas es nulo en la bibliografía
oaxaqueña y la relación formal sólo se ha encontrado en la cantería, como

23  Carlos Arturo Flores Villela, Arquitectura popular de España, Vol. 3, (España: Aguilar,
1979), 68.

28
se puede observar en el templo de Santa María Yahuiche, que a pesar de
localizarse en la Sierra Norte y en otro oficio, cabe resaltar la semejanza
del diseño.

En el predio, según cuenta el actual propietario, se han realizado una serie


de habitaciones adicionales con el mismo sistema constructivo y estas se
han legado a los hijos, nietos y ahora bisnietos del señor Arnulfo. Pero
también, se han realizado modificaciones en sus cubiertas, en las que se ha
sustituido la paja por la lámina galvanizada. Estas otras edificaciones han
conformado una serie de patios y pasillos comunales que dan acceso a un
par de cocinas en donde conviven varias familias que ahí residen.

Detalle de la marca localizada en toda la carpintería de la casa de Andrés Jimenez, ca.


1920

29
La Composición de la
Arquitectura Vernácula
La habitación
La habitación es el espacio plurifuncional privado familiar, el cual se
abre los días de fiesta, en el momento que el propietario recibe a los
invitados para la bendición ante el altar. Según parece qué, el agradecer
a Dios los dones que da la tierra, siempre ha sido para el beneficio de
“ambas casas”–la propia y la de Dios–. Acerca de esto Miguel Agustín
nos dice: “procurareis en pagar las decimas y derechos dominicales sin
fraude, por que semejantes fraudes son causa de desaprovechar los frutos
[…] debéis estar contento de aquello que Dios os ha dado, por que los
que en esto os parece que falta, os lo dará Dios […]”.24

De su fabricación, Francisco de la Torre, nos advierte que ésta tiene que


ser “siguiendo en esto el sentir de los Antiguos”,25 para ello, se “buscará
algún buen arquitecto, para que forme la planta de la Casa […], que la
estudie muy bien para que no haya necesidad de hacer, y deshacer, y
andar rompiendo paredes”.26 Así mismo, ésta debe ser “moderada […],
asegurada mejor magnificencia en eterna, y durable permanencia, que los
grandes honores de Corintios, ni Jónicos primores.”27 Esto último enfatiza
y clarifica la diferencia de la obra de arquitectos eruditos y arquitectos
tradicionales, estos últimos considerados como los expertos en la
construcción de una región en especifico, lo cual apoya nuestra hipótesis
planteada en la introducción, despejando la idea de que la construcción

24  Agustín, Libro de los secretos de agricultura…, 402.


25  De la Torre, Economía general de la casa de campo, 28.
26  De la Torre, Economía general de la casa de campo, 28.
27  Vanierri, Casa de Campo, 48

30
Altares en el interior de las habitaciones.
Izquierda: Santa María Ozolotepec; derecha: Concepción Buena Vista

era una “arquitectura sin arquitectos”. Además, en la misma obra de


Vanierri es evidente la materialidad de la construcción, como otro aspecto
característico de la arquitectura vernácula:

Tú, pues, de los copiosos, y más felices dones, que costosos,


que el campo te asegura, usarás de la casa en ella estructura,
ahorrando lo primero mucho trabajo y gasto de dinero. Piedra.
Tu campo dé a los muros los cimientos de piedra muy seguros;
Madera, y el bosque para el techo madera, sin comprarla, y
de provecho para algún artificio conducente, y preciso al
edificio […] Arena. En la tierra, cavando, se van los arenales
encontrando, o con carros se trae del claro arroyo, que mas
cerca cae.28

En algunas ocasiones, la construcción tuvo temporalidades especificas. La


razón de estos tiempos siempre estuvo determinado por factores climáticos

28  De la Torre, Economía general de la casa de campo, 52-53.

31
y que de cierto modo son explicados nuevamente en el poema a la Casa de
Campo. Por ejemplo, nos dice que la obra tendrá lugar en invierno, cuando
el labrador se separa del arado y los animales de tiro puedan transportar la
pesada piedra.29

Ahora bien y de acuerdo a la forma, para los cuatro ejemplos tratados en


este trabajo, las dimensiones de largo y ancho de la habitación mantienen
cierta relación, pero en cuanto a la forma de resolver la cubierta, parecen
estar determinadas a factores pluviales. De acuerdo a esta condicionante
podemos ver que entre mayor es la precipitación anual las cubiertas
aumentan el porcentaje de pendiente. Para el caso de Zegache, que es de
una sola caída de agua, sabemos que su media anual es de 600-700 mm
de precipitación y sus cubiertas varían entre los 30 y 50 % de pendiente.
Mientras que para el caso de Buena Vista la media es de 400-800 mm, y
tiene una constante en sus cubiertas del 30% de pendiente. En cuanto a
las precipitaciones de las zonas más altas como la de Yucunama, que es
de 700- 900 mm, las pendientes son de 50% y la de Ozolotpec de 80% de
pendiente en relación a la media de 1000-3000 mm.

Pero al mismo tiempo que aumenta la humedad, la conservación de los


granos se convierte en un problema por resolver; de tal modo que, para
los casos de las zonas con menos humedad, se ha visto que los corredores
son usados como almacen, tal es el caso de los Valles Centrales, o las
habitaciones, como sucede en Buena Vista. En cambio, en Yucunama y
Ozolotepec, el aumento de la altura de las cubiertas da la posibilidad de
habilitar el tapanco como almacén, espacio que libra a los granos de la
humedad del suelo.
Otra constante vista en las casas revisadas es la predominancia del
macizo sobre el vano, en donde las puertas se colocan al centro de la

29  Vanierri, Casa de Campo, 52-53.

32
fachada principal de la habitación y las ventanas son reducidas o nulas.
Esta característica puede responder a varios factores, entre los que se
pueden apuntar los estructurales, pues al mayor numero de vanos mejor
resistencia estructural. Pero consientes de que no es impedimento reforzar
las estructuras para la apertura de vanos, creemos que esto también pude
derivar de una tradición que explica Vanierri, diciendo:

Mas reine en hora buena la moda en la ciudad, y que esté llena


de edificios vistosos, y de grandes palacios suntuosos; pues la
furia del viento allí no tiene tanto atrevimiento. Tú, pues, de
tus pasados imitaras los usos moderado, teniendo por bastante,
que tu casa de campo se levante con solas las ventanas precisas
a la luz, y esas medianas.30

Con ello se determina la funcionalidad y ventajas de las ventanas


pequeñas. A esto, el mismo autor agrega que, al colocar grandes ventanas,
no habrá cortina de lana que mengue el frio en invierno.31 Así nos da a
conocer la conciencia del valor térmico que ofrece la materialidad de las
construcciones.

La Cocina de Humo
En las localidades de Zegache y Buena Vista se observa que los muros de
la cocina son de carrizo para el primer caso y de varas para el segundo.
En cuanto a los muros de Yucunama, éstos siguen el sistema de troncos
y, los de Ozolotepec, el de barro; aclarando que en estos últimos carecen
de tapancos y la salida de humo se permite por escapes localizados en el
frontón formado por la cubierta de doble caída. Para el caso de las cocinas
de muros cerrados proponemos que es el clima el determinante, pues es
este espacio el usado para las comidas y también refugio en temporadas

30  Vanierri, Casa de Campo, 57-58.


31  Vanierri, Casa de Campo, 57.

33
de temperaturas bajas, lo que nos recuerda nuevamente a la obra Casa de
Campo, que dice: “La cocina espaciosa al Labrador también es deliciosa,
pues en ella se sienta con toda su familia, y se calienta en el invierno
helado, o día riguroso en que ha nevado”.32 Mientras que en las cocinas
de muros entramados de carrizo y ramas es posible la filtración de aire
y con ello bajar la temperatura que produce el fuego. Otro elemento que
determina la diferencia entre las habitaciones y las cocinas es su tamaño,
éstas son de menor proporción con muros y techos más bajos. En cuanto
al mobiliario usado, en todos los casos el fogón está adaptado para recibir
el comal, éste a una altura que oscila entre los 40 y 60 cm. pues el uso del
metate requiere que el usuario se mantenga en cuclillas. Del mismo modo
el resto del mobiliario es proporcional a la altura dicha, pues en la mayoría
de las casas visitadas se usan sillas, bancas y mesas bajas.

Servicios y área de lavado

En todos los casos el servicio sanitario se ha incorporado a modo de letrinas,


estas retiradas de las habitaciones y cocina, pero próximas a las zonas de
corrales y huertos. En cuanto al área de lavado, en donde se junta el lavado
de ropa y trastes, se localiza próximo a la cocina, en un espacio abierto y
por lo general protegido por un árbol. Este espacio virtual tiene como eje
un lavadero prefabricado y depósitos de agua, ya sean botes plásticos o
pilas de concreto.

El agua, durante mucho tiempo, antes de la introducción de una red de


tubería potable, fue abastecida por acarreo o pozo. Según crónicas orales el
pozo no siempre es posible, ya que su construcción está determinada a que
en el subsuelo exista un corriente de agua. Para lograr saber la existencia
de estas corrientes, aun existen personas con el conocimiento para detectar

32  Vanierri, Casa de Campo, 61.

34
Estampa del metodo de hallar
agua, publicado
en: Econocmia general de la
casa de campo, 1720.

estas afluencias. El método usado, parece ser que es una tradición que llega
de España, pues en el libro Economía General de la Casa de Campo se
ilustran los pasos33 “para hallar lugares aptos para hacer pozos”;34 y que,
tanto en la región de los Valles Centrales y Mixteca, aun se ocupan según
se muestra en el grabado. Mientras que por su parte, Vanierri nos dice:
“Ponga en lugar segundo la que mana de pozo no profundo, si la sacas con
arte, o con la noria fácil, sin cansarte.”35

Espacio de transición, espacio abierto

Después de identificar los materiales y sistemas constructivos, también es


importante mencionar aspectos relacionados a la organización, entre los

33  De la Torre, Economía general de la casa de campo, 43-47.


34  En el Libro de los secretos de agricultura… ya se mencionan estos pazos. Agustín,
Libros de los secretos de agricultura…, 404-390.
35  Vanierri, La Casa de Campo, 11-12.

35
Estampa del metodo de hallar agua, publicado en: Econocmia general de la casa de
campo, 1720.

36
que destaca la horizontalidad y el predominancia del macizo del muro
sobre el vano.36 Con relación a la horizontalidad posiblemente se de por
la busqueda de la estabilidad estructural; mientras que la ausencia de
vanos en las habitaciones puede estar determinado por aspectos térmicos
o tambien por su función: el dormir, almacenar granos y orar, que son los
hábitos que también sugerimos como parte del mencionado aislamiento;
además de la interpretación que se puede leer en la obra de Vanierri.

La habitación, ahora llamado espacio cerrado, no establece un contacto


directo con el exterior y por lo tanto no enlaza diálogos visuales
importantes. Pero el usuario, sensible a la necesidad de generar la conexión
que mencionamos, lo resuelve con el uso de corredores o pórticos. Se
trata de un “breve” espacio usado para el descanso y actividades de poco
impacto físico o que requieren la protección del sol o lluvia, generando
con ello la transición de lo abierto-cerrado. Pero también no queremos
desdeñar que la aplicación de este recurso es usado como un determinante
de la jerarquía social de los habitantes.37

La transición espacial da paso a los patios de tierra, que en muchos de los


casos se delimitan por las construcciones y bardadas de carrizo o “vivas”.
Estos, son de suma importancia ya que “Puede decirse con verdad que
una casa de campo sin patio o corral es un cuerpo sin alma […]”.38 Cabe
mencionar que la organización de los elementos señalados circundan en
relación a este espacio abierto y de cierto modo también determina el
ritmo y habito de la vida privada, laboral y social de los habitantes. Los

36  Este valor arquitectónico ya ha sido explicado en cuanto a su función térmica en el


apartado de “La habitación” de este trabajo.
37  El uso de pórtico en las zonas que estudiamos le otorgamos, más allá de lo funcional,
una símbolo de jerarquía social, a diferencia de los pórticos que se pueden ver en zonas
tropicales, en especifico las del sotavento, en donde la incidencia de precipitación pluvial,
sin duda propicia que los pórticos sean un elemento fundamental para la habitación.
38  De la Torre, Economía general de la casa de campo…, 31.

37
Área de transición entre espacio abierto y cerrado en una
casa habitación de Santa María Ozolotepec.

patios de tierra, parecen tener su antecedente en los modos de producción


y subsistencia que en el lenguaje estético, pero este último no a quedado
de lado y posiblemente esté determinado por las proporciones empleadas.
A modo de ejemplo, observemos los casos de Zegache y Buena Vista,
ambos, con patios extendidos y soleados; mientras que las viviendas de
Yucunama y Ozolotepec, estos espacios son mas reducidos. La primera
determínate son los aspectos orográficos de cada sitio el cual determina
el tamaño de los patios, pero también son los modos de producción. En
los primeros se permite el uso de los patios como área para solear las
cosechas, a diferencia de los ubicados en las serranías, en donde las
lluvias tienen un espectro temporal más amplio.

38
Conclusiones

De una forma puntual hemos ofrecido un primer acercamiento a la idea


de las influencias hispanas en la arquitectura vernácula. Esto no quiere
decir que neguemos los antecedentes prehispánicos, los cuales somos
consientes que trascendieron por los factores geográficos, alimenticios y
culturales. Empero, creemos prudente que se deben de hacer más estudios
con mayor objetividad para el caso de una arquitectura que es el resultado
de encrucijada cultural, que se retroalimenta y generan una propuesta de
identidad novohispana. Así mismo esta herencia se ha modificado a lo
largo del tiempo y sigue en constante cambio de adaptación a las nuevas
tecnologías y experiencias culturales de los usuarios. En este sentido y
como refleción final extraemos lo dicho por Valeria Prieto:

Los modelos tradicionales son susceptibles de mejorarse


en algunos aspectos, aprovechando la tecnología adecuada.
Higiene, estabilidad estructural, impermeabilización, son
algunos de los cambios que pueden incorporarse a la casa
rural. Las mejoras deben realizarse gradualmente, sin intentar
cambiar violentamente la forma o la solución arquitectónica
de la casa. La evolución de la casa , en su intento por mejorar,
debe conservar todos los aspectos positivos y su sentido de
belleza expresados en la solución popular.39

39  García Ranz, Arquitectura vernácula del sotavento, 19.

39
CATÁLOGO DE ARQUITECTURA
VERNÁCULA DE OAXACA
Se terminó de imprimir en abril del 2015 en
El Castor Imprenta (interiores) y
Litografías Quintas, (pastas y terminado) Oaxaca.
El tiraje fue de 700 ejemplares.

También podría gustarte