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Resumen de: Entre el arte y la ciencia, vaivenes de la arquitectura.

Durante toda la historia del ser humano el concepto de arquitectura se ha visto


influenciado por su contexto. Hoy en día, tenemos una definición muy distante a
comparación de hace miles de años y de hasta siglos pasados.
El usar la misma palabra para referirnos a los antiguos arquitectos y a los
actuales, puede ocasionar que la sociedad tenga una idea errónea de lo que
hacían antes y de lo que hacemos ahora.
Expuesta las ideas anteriores es que logramos dar con un nuevo concepto
necesario para catalogar a la actividad que hace un profesional hoy en día, el
ingeniero-arquitecto. Un concepto y persona necesario para desarrollar el trabajo
de construir espacios y darles forma.

Para Vitruvio el arquitecto era aquel que construía cualquier tipo de edificio; hemos
de darnos cuenta de que solo nombra al proceso de construcción por lo que en su
época puede que un arquitecto era una persona especializada en el proceso de la
mera construcción.
Fue hasta el siglo XVIII, que en Francia se estableció la Escuela de puentes y
caminos dando origen a un nuevo profesional, el ingeniero civil. Con este suceso
se entiende que la sociedad reconocía que un arquitecto tenía especialización en
una o varias ramas de la edificación.

Pero el hecho de que se reconozca a los ingenieros como una parte de la


arquitectura, provocó que los arquitectos y estos nuevos profesionales entraran en
discusiones acerca de qué hacen exactamente cada uno y si tienen suficiente
espacio de trabajo dentro de una obra en paralelo.
Arrinconados por defender su profesión los arquitectos optaron por incluir la
esencia del arte, calificando a la obra arquitectónica como un objeto de arte; que
por consecuencia el arquitecto se convierte en artista. Adquirió la característica de
que ahora debe ser bella, por lo que en algunas discusiones se decía que era un
arte impuro, dado que la arquitectura debe ser funcional y ahora, de igual manera,
bella.

Tenemos hasta ahora que existen dos profesionales que se destinan a la


edificación de arquitectura, arquitectos e ingenieros. Cada uno trabajando según
sus propias metodologías.
Pero pronto aparecería un tercero, uno conocido como ingeniero arquitecto y que
lograba reunir a las dos corrientes dispersas, dado que su labor iniciaba con los
conocimientos técnicos para dar paso a los elementos artísticos que iban desde la
representación gráfica, así como la fundamentación simbólica de la obra.

Es entonces cuando se concibe la idea general de que un arquitecto desarrolla


una obra para que sea estéticamente bella, desde el uso de geometría,
proporción, manuales, tratados y acuerdos arquitectónicos. Además de que el
espacio debe ser estudiado desde la perspectiva racional, ya que debe servir para
cumplir la función que se requiera dentro del espacio.
Esto sería conocido como la corriente funcionalista, una ideología que ayudó a la
evolución de la arquitectura, pero a su vez generó una problemática. Y es que por
el apartado estético se seguía valorando más una fachada bonita a una función
bella y real.

Capítulo I. De construcción en general a edificación bella, arquitectos contra


ingenieros.
Arquitectura y construcción.

-Imagen 1. Tipos de arquitectura según Vitruvio (siglo I).

En el siglo XV, se reconocía el amplio campo de trabajo de un arquitecto. Desde


una casa de campo, un establo, una piscina, una escuela, una carretera, un
puente, un mercado. Dicho profesional tenía una gran responsabilidad en la
sociedad teniendo habilidades y conocimientos de las ramas de ingeniería, arte,
hidráulica, diseño industrial.
Ingenierías civil y militar: especialidades desprendidas de la arquitectura.

El momento en que se reconocieron las especialidades es cuando se establece la


escuela de caminos y puentes en Paris, así como la escuela de ingenieros
militares en Mezieres. Dichos trabajos ya existían en las obras arquitectónicas,
pero no eran señaladas como una especialidad. Es decir, siempre se tuvieron
personas que trabajaran dicho campo, pero no eran tratados como un profesional.
Esta separación de las especialidades lograría que los ingenieros estructuristas se
dedicaran de lleno a la investigación de la resistencia de materiales, llegando al
punto dónde encontraron que a dicha capacidad de carga no es necesario cumplir
con las medidas en cánones del pasado, esas medidas sobraban.
Pero los arquitectos defendían dicha idea de la armonía y estética en la obra, que
importaba si gastaban más material si lograban una mayor belleza. Lanzaron
palabras lapidarias hacia los ingenieros, diciendo que no importante sus
conocimientos matemáticos pues nunca lograría desarrollar una obra bella.

Las dos corrientes seguían en discusión acerca del campo de trabajo de cada una,
¿en dónde empezaba y terminada el trabajo de un arquitecto en una obra?,
¿Como ingeniero, puedo contribuir al diseño desde lo científico?
Es así como fue necesario un profesional que juntase a las dos ideas, que tomase
los tratados de Vitruvio, así como el dogma de belleza estética en la arquitectura,
ahora una de las bellas artes, sumado a las pruebas científicas sobre las técnicas
nuevas de construcción y racionalismo del espacio. Con ustedes, el ingeniero
arquitecto.

Ingenieros arquitectos.

ESCUELA POLITÉCNICA DE PARIS.


La corriente del ingeniero arquitecto politécnica estaba influenciada por el
pensamiento racionalista, Durand que fue de los primeros profesores definía a
este tipo de arquitectura como “arte de construir edificios sólidos y económicos”.
Por causa de varios avances en la ingeniería les permitía a estos profesionales
desenvolverse en un mayor campo que los arquitectos

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