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C a p .

X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 833

Por su naturaleza, en las obligaciones de hacer la condición es irretroac­


tiva, por lo que no se puede pactar la retroactividad porque si la condición es
suspensiva, no se está obligado a hacer sino cuando la condición se verifica y si
la condición es resolutoria, lo que se ha hecho durante la pendencia es aquello
a que se estaba obligado. Ya advirtió Zachariae8*9 que el efecto retroactivo de la
condición opera en el caso de las obligaciones de dar y no en las obligaciones de
hacer. “Esto es verdad, dice, en las obligaciones de dar la condición cumplida
tiene entonces un efecto retroactivo al día en que ha sido contraída, porque la
cosa que hace el objeto de la obligación de dar, es necesariamente el objeto de los
derechos recíprocos en el tiempo intermedio a la obligación, y al cumplimiento
de la condición. El cumplimiento, pues, de la condición, hace remontar o cesar
los efectos de la obligación al día en que ella se celebró. Más en las obligaciones
de hacer es otra cosa, la condición suspensiva o resolutoria no tiene efecto re­
troactivo. Si se trata de una condición suspensiva, es evidente que no es obligado
a hacer, sino cuando la condición se cumpla. Si se trata de una condición reso­
lutoria, y antes del cumplimiento de ella se ha hecho lo que ella obligaba, este
cumplimiento no impide que la cosa haya sido hecha”.
La regla que establece que la condición no opera retroactivamente, salvo
pacto en contrario se aplica tanto a la condición suspensiva como a la resolutoria.
Esto debido a que el acto jurídico sometido a condición existe desde su celebra­
ción. Cumplida la condición el acto pasa a ser puro y simple, pero sin que su
eficacia se retrotraiga al momento de su celebración, salvo que las partes hubieran
pactado dándole ese carácter. Si las partes han pactado la retroactividad de la con­
dición, ella no podrá perjudicar los derechos adquiridos por terceros de buena fe.

Sección II: El plazo

93. IN T R O D U CCIÓ N

Mediante el acto jurídico se crean, modifican o extinguen relaciones jurí­


dicas, las que como vínculos entre dos o más personas se encuentran sometida a
la ley del tiempo.

889 C itad o p or Vélez Sársfield, D alm acío, en n o ta al art. 543 del derogado C ó d ig o civil arg en ti­
no.
834 An íba l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o ju r íd ico

Las relaciones jurídicas “pueden hallarse dirigidas a una mayor o menor


permanencia, ser su finalidad producir cambios en una determinada situación,
como ocurre con las relaciones obligatorias, o, por el contrario, encaminarse a
asegurar vínculos dotados de estabilidad mayor o menor, como ocurre con las
relaciones de Derecho de familia o con las relaciones reales; pero, en definitiva,
todas ellas nacen y mueren en un acontecer temporal, ya que son esencialmente
fenómenos históricos”890.
Se puede someter a plazo la eficacia del acto jurídico, v. gr., en un contrato
de arrendamiento se conviene que al vencimiento del plazo, la propiedad del
bien se adquiere por el arrendatario por efecto del pago de la renta pactada; así
como se puede poner plazo para el ejercicio o extinción de los derechos y obliga­
ciones que nacen. El primero afecta a la eficacia de todo el acto, mientras que el
otro atañe a los derechos u obligaciones que nacen del mismo.
En el acto jurídico hay que distinguir el momento de su constitución (o
perfeccionamiento, o conclusión, o formación) del momento de ejecución (o
cumplimiento, o extinción) de los efectos que de él se derivan. El tiempo puede
cumplir la función de determinar la sede temporal del acto o puede desempeñar
una función de medida.
La función del tiempo de determinar la sede temporal se presenta en todo
tipo de acto jurídico. A veces el momento constitutivo y el ejecutivo del acto
jurídico se dan en un solo momento, por ej., los contratos reales que se perfeccio­
nan con la entrega del bien. La coincidencia entre estos dos momentos también
se da en los actos de ejecución inmediata por la irrelevancia jurídica de la sepa­
ración, por ej., el contrato de compraventa al contado, cuyo pago del precio y
entrega del bien se producen inmediatamente de celebrado el contrato. En estos
casos no se habla de plazo.
La función del tiempo como medida solamente se da en determinados
tipos de actos y corresponde al concepto de plazo. Este existe cuando hay distan­
cia temporal (una hora, un día, una semana, una quincena, un año, etc.) entre el
perfeccionamiento del acto jurídico y el ejercicio, la exigibilidad o la extinción
de la eficacia del acto, como en los contratos de tracto sucesivo, en los de dura­
ción (dura la ejecución de la prestación, que debe ejecutarse continuadamente

890 D E C O S S I O , Instituciones de Derecho civil, cit., p. 193.


C a p . X : M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 835

o periódicamente), en los contratos de ejecución diferida y en los de ejecución


escalonada.
Hay ejecución del acto jurídico cuando el deudor cumple con realizar su
prestación; si el deudor incumple con ejecutar su prestación, hay inejecución o
falta de ejecución del acto. El acto jurídico es de ejecución instantánea cuando es
posible que el cumplimiento se realice en un solo momento, inmediatamente o
con posterioridad al perfeccionamiento.
Los actos de ejecución instantánea se clasifican en:
a) actos de ejecución inmediata, cuando el cumplimiento de las obligaciones
se realiza tan luego que el acto queda perfeccionado o sin apreciable inter­
valo de tiempo respecto de este (ej., la compraventa al contado, en la que la
entrega del bien y el pago del precio, se cumplen tan luego se perfecciona
el contrato):
b) actos de ejecución diferida o aplazada cuando el cumplimiento de la obli­
gación se difiere al momento del vencimiento del plazo pactado, por ejem­
plo, en la compraventa, cuando para la entrega del bien o el pago del pre­
cio, o para ambos, se fija un plazo;
c) actos de ejecución escalonada cuando el cumplimiento, antes que agotarse
en un solo hecho (como la entrega del bien o el pago del precio de una sola
vez en el momento del vencimiento preestablecido), se fracciona en una
pluralidad de hechos, v. gr., se conviene que el precio de venta se pagará en
armadas mensuales.

Son actos de ejecución continua o periódica los que obligan a las partes o
a una de ellas a una prestación continua, sin interrupción (ej., el flujo continuo
de energía eléctrica, de agua o de gas) o periódica, a ciertos intervalos, (v. gr., el
suministro periódico de mercaderías a un establecimiento comercial).
Se aprecia que todos estos actos, por su naturaleza, han de estar sometidos
a plazo.
Los actos jurídicos dispositivos de derechos reales plenos pueden estar su­
jetos a un plazo inicial, pero no a un plazo final, v. gr., se vende un bien obligán­
dose el vendedor a entregarlo dentro de 30 días.
La medida afecta a la ejecución cuando el plazo del acto está determinado
por el fin, por ej., el contrato de obra, el de transporte, el mandato. Con estos
836 A n í b a l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o j u r í d i c o

actos, no se satisface una necesidad duradera, el tiempo mide no la cuantía de


la prestación sino la actividad necesaria que deben desplegar las partes para
cumplir con la obligación contraída, v. gr., en el contrato de obra el contratista
está obligado a realizar la obra en el plazo convenido y a entregarla al comitente
en el plazo convenido. Hay una duración de la relación obligatoria, pero no hay
una duración del cumplimiento de la obligación.
La medida afecta al cumplimiento cuando este se prolonga temporalmente
y es satisfecho mediante prestaciones periódicas o continuas; no hay solamente
una duración de la relación obligatoria sino una duración del cumplimiento; la
prolongación del cumplimiento o ejecución sirve para satisfacer intereses socia­
les o económicos duraderos891.
El transcurso del tiempo tiene una importancia decisiva en la vida del acto
jurídico y en especial en los efectos del mismo.

94. C O N C EP T O

E l plazo o término es el evento futuro y cierto de cuyo acaecimiento se hace


depender el nacimiento, la exigibilidad o la finalización de los efectos del acto j u ­
rídico.
En el Derecho Común constituía plazo: el dies certus an et quando (ej., el
seis de junio del 2025); y el dies certus an, incertus quando (ej., el día de la muerte
de una persona).
Se suele distinguir entre plazo y término*92:plazo es el decurso del tiempo
(el lapso) establecido para que se produzca o se extinga los efectos del acto jurí­
dico, v. gr., se arrienda un bien por el plazo de seis meses (plazo de vigencia de
la obligación); se presta una cantidad de dinero para ser devuelta en el plazo de
un año (plazo que debe transcurrir para que la obligación sea exigible), la parte
perjudicada con el incumplimiento de un contrato requiere a la otra para que
satisfaga su prestación dentro de un plazo de quince días, bajo apercibimiento
de que, en caso contrario, el contrato queda resuelto (plazo tras el cual se extin­
gue un derecho). Término es, en cambio, el punto inicial o final del plazo, por

891 Ver: T O R R E S V Á SQ U EZ, Aníbal, E l contrato de suministro, C ultural Cuzco, Lima, 1988, pp.
37 y ss.
892 A L T E R IN I, A tilio A níbal, O scar José Ameal y R oberto M . López C abana, Derecho de las
obligaciones civiles y comerciales, Perrot, 1993, p. 422.
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 837

ejemplo, un contrato de arrendamiento que se pacta por el plazo de un año que


comienza el primero de enero (plazo inicial) y termina el 31 de diciembre (plazo
final).
El ordenamiento jurídico no distingue entre plazo y término; ambas ex­
presiones son utilizadas como sinónimas. El Código civil habla de plazo (art.
178 y ss.), en cambio, por ejemplo, el Código civil italiano se refiere al término
(ej., art. 1183 y ss.).
El plazo o término consiste en un acontecimiento futuro y cierto a partir
del cual (plazo o término inicial) o hasta el final del cual (plazo o término final)
el acto jurídico produce efectos. Su finalidad es, por tanto, fijar el momento des­
de el cual se inicia o finaliza la eficacia del acto jurídico.
Además de la condición, como expresa Svigny893, “una segunda especie
de restricción que la voluntad puede a sí misma imponerse es el establecimiento
de un término {dies), es decir, un límite que consiste en el tiempo impuesto a la
eficacia de la relación de derecho”.
El Código de Andrés Bello (art. 1551 del Código colombiano, art. 1494 del
chileno, art. 1537 del ecuatoriano) define al plazo en los términos siguientes: “El
plazo es la época que se fija para el cumplimiento de la obligación, y puede ser
expreso o tácito. Es tácito el indispensable para cumplirlo. No podrá el juez, sino
en casos especiales que las leyes designen, señalar plazo para el cumplimiento de
una obligación: sólo podrá interpretar el concebido en términos vagos u oscu­
ros, sobre cuya inteligencia y aplicación discuerden las partes”. El plazo no solo
determina, como señala esta norma, el momento en que se puede exigir el cum­
plimiento de la obligación, sino también el momento a partir del cual se puede
ejercer un derecho o el momento de su extinción. Como señala Velásquez89'*, lo
futuro es el elemento común al plazo y a la condición, “la certidumbre o incerti-
dumbre lo único que permite distinguir una figura de otra. Para saber si se está
en presencia de lo uno o de lo otro hay que preguntarse: ¿ese hecho futuro, den­
tro del acontecer normal de las cosas, ocurrirá? Si la respuesta es sí, habrá plazo;
si es no, se dará la condición”.
El Código civily comercial argentino señala: Art. 350. Especies. “La exigibi-

893 SAVIGNY, Sistem a de Derecho romano actual, cit„ T. II, p. 284.


894 V E L A S Q U E Z G O M E Z , H ern án D arío, Estudio sobre las obligaciones, Temis, Bogotá,
2010, p. 126.
838 A n í b a l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o ju r í d ic o

lidad o la extinción de un acto jurídico pueden quedar diferidas al vencimiento


de un plazo”. Por el plazo se difiere en el tiempo el ejercicio de un derecho o su
extinción.
Cuando las partes tienen interés, no en poner en duda la eficacia del acto
jurídico, sino en fijar el momento a partir del cual los efectos serán exigibles
(cumplimiento) o hasta cuándo ellos se producirán89’, recurren al plazo. De esto
se deriva la importante consecuencia que el sujeto no es titular de una mera ex­
pectativa, como ocurre con la condición, si bien jurídicamente protegida, sino
de un verdadero derecho que puede ser ejercitado a partir (término inicial) o
hasta (término final) un cierto momento.
El plazo como modalidad del acto jurídico, al igual que la condición y el
cargo, es un elemento accidental que las partes pueden o no insertar en su regla­
mentación negocial.
A veces el plazo suele estar unido a una condición, por ejemplo, te dono
el automóvil el día que cumplas 18 años de edad. Aquí, el dies es incierto (no se
sabe si la persona llegará o no a cumplir 18 años de edad), pero cierto el cuándo,
por tanto el acto es condicional. No es lo mismo donar un bien para cuando el
donatario cumpla la mayoría de edad y otra muy distinta, hacerle una donación
pero para entregar el bien cuando llegue a su mayoría de edad. En el primer caso
no existe la obligación y en el segundo, existe.
La condición liga la eficacia del acto jurídico a un hecho futuro e incier­
to, o sea crea una incertidumbre sobre si los efectos negocíales se producirán o
no, por tanto, confiere al titular solamente una expectativa, en cambio, el plazo
sujeta la eficacia del acto a un hecho futuro pero cierto, es decir, elimina toda
incertidumbre sobre la producción de los efectos, consiguientemente, cuando
los derechos sujetos a plazo existen desde el otorgamiento del acto, solamente se
aplaza su exigibilidad.
El acto jurídico a plazo es aquel que las partes quieren que los efectos jurí­
dicos, que ya existen desde la celebración del acto, no sean exigibles sino desde o

895 En el D erecho rom ano se estableció que no ob stan te el térm in o , la obligación existe y sola­
m ente su pago es diferido. Paulo expresa: Centesimis kalendis d ari utiliter stipulamur, quia
praesens obligatio est, in diem autem dilata solutio (“E stipulam os válidam ente para que se nos
dé den tro de cien calendas; la obligación existe, pero su pago queda diferido, a térm in o ”)
(T O L A C IR E S, Fernando, Derecho rom ano, E ditorial San M arcos, Lim a, 1997, p. 79.)
Ca p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 839

hasta que llegue un acontecimiento futuro y cierto por ellas fijen. Sin embargo,
nada impide que las partes pacten que el acto jurídico que están proyectando
quede perfeccionado una vez vencido un determinado plazo.
Veamos algunos ejemplos:
Io) A y B celebran un contrato de promesa de venta896 por el cual A promete
vender a B un bien, por el precio de cien mil soles, conviniéndose que el
contrato de compraventa se celebrará a más tardar dentro del plazo sesen­
ta días. Aquí se difiere el nacimiento del acto jurídico compraventa, el que
está subordinado a que sea celebrado dentro del plazo pactado.
2o) A vende a B un inmueble obligándose a entregarlo dentro de 30 días, fecha
en que el comprador debe pagar el precio. El plazo no afecta la existencia
de la obligación (relación jurídica patrimonial) sino su exigibilidad, por
lo que, vencido el plazo, los contratantes pueden exigirse recíprocamente
el cumplimiento de las prestaciones a que se obligaron: entregar el bien y
pagar el precio. No hay duda sobre la existencia de la obligación y que el
comprador desde que se perfeccionó el contrato ya es propietario del in­
mueble, aun cuando todavía no le ha sido entregado ni él ha pagado el pre­
cio (arts. 949 y 1529). Aquí no se ha diferido el surgimiento de la relación
jurídica obligacional, sino la ejecución de las prestaciones correlativas de
las partes. Esta es la hipótesis más frecuente de plazo inicial. Los romanos
afirmaron que el término no origina un estado de incerteza en orden al
surgimiento de la relación jurídica porque ella nace con el negocio, aun­
que la vida de esta está diferida. En el contrato, la obligación se constituye
inmediatamente, solamente se difiere su cumplimiento (“praesens obliga­
do in diem autem dilata solutio”: (D. 45,1,46). Del término no se deriva ni
un estado de pendencia de la obligación ni es concebible que tenga efectos
retroactivos.
3o) A arrienda a B un bien hasta el día 6 de agosto próximo. Aquí, vencido el
plazo, el contrato de arrendamiento cesa de producir sus efectos, debien­
do el arrendatario devolver el bien.

896 El co n trato de prom esa está regulado con el no m b re de “com prom iso de co n tra ta r”. A rt.
1414. “Por el com prom iso de co n tratar las partes se obligan a celebrar en el fu tu ro un co n tra ­
to definitivo”. El co n trato de prom esa solam ente genera una obligación de hacer consistente
en la celebración de un co n trato definitivo, en el plazo convencional o legal.
840 A n í b a i , T o r r e s V á s q u e z / Acto jurídico

Se aprecia de estos ejemplos que el plazo influye o bien en el nacimiento


de la eficacia del acto (o sea en la producción de los efectos que le son propios),
o bien en el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones, ya
producidos, o bien en la duración de la eficacia.
El acto jurídico es eficaz cuando produce los efectos que le son propios
consistentes en crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas. Por ej.,
el contrato es fuente de obligaciones y de los correlativos derechos de las partes;
el conjunto de derechos y de obligaciones que nacen del contrato constituyen,
precisamente, la relación jurídica contractual. Cuando el acto es eficaz, las partes
están facultadas para el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obliga­
ciones de él derivados. Una cosa es la relación jurídica y otra el límite temporal
impuesto a su eficacia.
Un acto jurídico es eficaz cuando es idóneo para producir los efectos que
le son propios, consistentes en crear, modificar o extinguir relaciones jurídicas,
las que tienen por contenido u objeto a la prestación, y esta, a su vez, tiene por
objeto a los bienes (materiales o inmateriales), servicios y abstenciones. En toda
relación jurídica, en uno de sus extremos está el sujeto titular de un derecho y en
la otra, el sujeto titular del deber correlativo (no hay derecho sin deber correla­
tivo y viceversa), lo que significa que con el acto jurídico se crean derechos y los
deberes correlativos, o se modifican o se extinguen. La prestación consiste en la
conducta que tiene que desarrollar (ejecutar) el sujeto del deber consistente en
hacer (el dar también es un hacer) o no hacer algo para satisfacer el interés del
sujeto titular del derecho. Los efectos del acto jurídico consisten en relaciones
jurídicas, que se crean, modifican o extingue, con las cuales se crean, modifican
o extingue derechos y sus correlativos deberes. Con la incorporación del plazo
en el acto jurídico se difiere la exigibilidad o extinción de los derechos hasta el
vencimiento del plazo, el cual ocurrirá fatalmente, aun cuando se indetermina­
do o incierto. Con la extinción total de la eficacia se extingue el acto jurídico
mismo. Concluimos, que significa lo mismo decir que por el plazo se difiere: “la
exigibilidad o extinción de la eficacia del acto”, “la exigibilidad o extinción del
derecho”, “la exigibilidad o la extinción del acto jurídico”, “el cumplimiento del
acto jurídico o su extinción”, etc.
Algunos autores hablan solamente de la eficacia del acto y no del ejercicio
de los derechos que de él surgen. Por ej., Trabucchi89 : “El término es un mo-

897 T R A B U C C H I , lstituzioni d i D iritto civile, cic., p. 158; A LB A L A D E J O , E l negociojurídico,


cit., p. 272.
Ca p . X: M o d a l i d a d e s del acco j u r í d i c o 841

mentó del tiempo, desde el cual comienza a verificarse, o hasta el cual duran,
los efectos jurídicos del negocio”; Albaladejo, “el negocio jurídico a término o
plazo es aquel negocio en el que las partes (o la parte) no quieren que los efectos
se produzcan sino desde o hasta un momento futuro, pero cierto”; para Scogna-
miglio, el término difiere o limita en el tiempo la eficacia del contrato898; según
Galgano, el término suspende o pone fin a la eficacia del contrato899.
Para otros el plazo actúa no sobre la existencia sino sobre el ejercicio de
los derechos. Así, por ejemplo, Planiol y Ripert900 definen al plazo como “un
suceso futuro y de realización cierta que suspende la exigibilidad o la extinción
de un derecho y que produce sus efectos sin retroactividad”; Coviello901 dice:
“El término o plazo es un acontecimiento futuro, pero cierto, desde el cual co­
mienza o hasta el cual dura la actuación de la eficacia de un negocio jurídico, o
sea el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones que de él
derivan”; Llambías902 expresa: “El plazo es una modalidad de los actos jurídicos
por la cual se posterga el ejercicio de los derechos a que se refiere. Por extensión
se denomina ordinariamente plazo al lapso que media entre la celebración del
acto y el acaecimiento de un hecho futuro y necesario, al cual está subordinado
el ejercicio o la extinción de un derecho”.
El plazo puede concebirse como el plazo del actojurídico que es un elemen­
to accidental que indica el momento temporal en que comienzan o terminan los
efectos de un acto, y como el plazo de la obligación para referirse al momento en
que ha de llevarse a cabo el cumplimiento de una obligación determinada. El
plazo del acto jurídico opera como un elemento accidental afectando la eficacia
del acto; el plazo o término, que puede ser inicial o final, es un elemento inte­
grante del acto del que, por voluntad de las partes, puede depender la eficacia
de aquél. En el plazo de la obligación, presupuesta la eficacia del acto, el plazo o
término está referido solo a la ejecución o cumplimiento de las obligaciones de
las partes; se habla aquí de obligaciones a plazo9"'.

898 S C O G N A M IG L IO , C ontratti in generale, cit., p. 146.


899 G A L G A N O , D iritto civile e comrnerciale, cit., v. I, p. 149.
900 P L A N IO L , Marcel y RIPERT, Jorge, Tratado práctico de Derecho civilfrancés, T. V II, C u ltu ­
ral, La H abana, 1946, p. 313.
901 C O V IE L L O , Doctrina general del Derecho civil, cit., p. 477.
902 LLA M B ÍA S, Tratado de Derecho civil. Parte g enera l cit., T. II. cit., p. 371.
9 03 L A S A R T E ÁLVAREZ, Carlos, Principios de Derecho civil, 4.a ed., Trivium, M adrid, 1995,
T. I, p. 487.
842 An íba l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o ju r í d ic o

El plazo o término de cumplimiento de la obligación indica el momento


en que esta es exigible. En el plazo de cumplimiento, asume extraordinaria re­
levancia -expresa Lasarte90'- “el denominado doctrinalmente término esencial.
Con dicha expresión no se pretende afirmar que el término sea elemento esen­
cial del negocio, sino que el cumplimiento de ciertas obligaciones (actuación
de un pianista en la boda o fotógrafo para que plasme el apagón de velas de un
cumpleaños) excluye de forma absoluta que se pueda llevar a cabo con poste­
rioridad a la fecha o al día señalado. El cumplimiento extemporáneo equivale
a un verdadero incumplimiento, al no satisfacer el interés de la otra parte del
negocio”.
Por el término del acto jurídico, señala Scognamiglio911’, las partes ponen
un límite a la entera eficacia del acto, mientras que por el término de la obliga­
ción solamente se determina el momento en el cual la prestación debe ser ejecu­
tada. Más allá de esta diferencia se debe admitir que se trata de figuras contiguas
que incluso se pueden sobreponer; como cuando se separa en el tiempo los efec­
tos obligatorios del contrato difiriéndolos o fijando la fecha de vencimiento de la
obligación. De este modo se explica que en silencio de la ley, al término del acto
se aplican las normas que regulan el término de la obligación.
En todo caso encontramos que el plazo es el lapso desde el cual comienza
la exigibilidad o la extinción de un acto jurídico, en otros términos, el plazo nos
indica cuándo son exigibles las consecuencias del acto y hasta cuando duran esas
consecuencias906. Al día en que comienza el plazo se le denomina dies a quo, y al
día en que termina se le llama dies adquem. El plazo transcurre entre un término
inicial y un término final.
Como por el plazo se subordina la exigibilidad (si es suspensivo), o la ex­
tinción (si es resolutorio) de los efectos del acto, una vez cumplido el plazo co­
mienza el cumplimiento de las obligaciones asumidas o la extinción del acto.
Vencido el plazo de la obligación, el momento de pagar ha llegado ipso iure.
Por ejemplo, hoy día A y B celebran un contrato de arrendamiento de una casa

904 L A SA R TE Á LV AREZ, Principio de Derecho civil, cit., T. I, p. 488.


905 S C O G N A M IG L IO , C ontratti ingenerale, cit., p. 147.
906 “La restricción de las relaciones jurídicas p or un día fijo significa que el derecho m ism o se
adquiere, pero que su ejercicio queda en suspenso hasta que llega el día m arcado (SA V IG N Y,
Sistema de Derecho romano actual, cit., T. II, p. 588).
Ca p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 843

por el plazo de dos años contados a partir de la entrega del bien al arrendatario,
obligándose el arrendador A a entregar el inmueble al arrendatario B dentro del
plazo de 15 días. Vencidos los 15 días A, sin requerimiento alguno, debe entre­
gar la casa (este acto constituye un pago) a B, y vencidos los 2 años B, también
sin requerimiento alguno, debe devolver la casa (este acto también es un pago).

95. R EQ U I S I T O S

Son requisitos del plazo: la futuridad, la certidumbre y el establecimiento


arbitrario por las partes.

9 5 .1 . La f u t u r id a d

El plazo se refiere siempre a un hecho futuro que necesaria y fatalmente


debe ocurrir, por oposición a la condición en la que el hecho futuro es esencial­
mente contingente, no se sabe si ocurrirá o no.

9 5 .2 . La ce r t i d u m b r e

El plazo se caracteriza porque existe la total y absoluta certeza de que el


evento futuro acaecerá, aun cuando en algunos casos se ignore el momento pre­
ciso en que tendrá lugar, por ej., cuando se subordina la exigibilidad o la extin­
ción de una obligación a la muerte de una persona, caso en el que es cierto que
la persona fallecerá, pero es incierto el cuándo; por ello, el adagio reza: “no hay
plazo que no se cumpla ni deuda que no se venza”. Se puede indicar por una fe­
cha del calendario (el 30 de diciembre de 2015); por reenvío a un futuro certus
an incertus quando -a la muerte de Juan-; con previsión de la duración del acto,
ej., 2 años y 6 meses, que se entiende correrán desde el acto produce sus efectos.

9 5 .3 . El e st a b l e ci m i e n t o a r b i t r a r i o p o r la s p a r t e s

Las partes libremente, en ejercicio de su autonomía privada, pueden in­


corporar el plazo en el acto jurídico que celebren con el fin de diferir o limitar en
el tiempo la exigibilidad o extinción de sus efectos.

96. D I F ER EN C I A S EN T R E C O N D I C I Ó N Y P L A Z O

Un acto jurídico puro y simple es eficaz desde que es perfeccionado. A


partir de ese instante, el deudor puede cumplir con su obligación y el acreedor
exigir su cumplimiento.
844 A n í b a l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o j u r í d i c o

La condición y el plazo presentan analogías por cuanto ambos son ele­


mentos accidentales, consisten en eventos futuros, y permiten que el acreedor
condicional o a plazo pueda realizar actos conservatorios. Pero entre condición y
plazo hay sustanciales diferencias.
E l plazo es un hecho cierto, la condición no. La condición consiste en un
hecho futuro e incierto; crea in'ertidumbre absoluta sobre los efectos del acto
jurídico, no se sabe si estos se producirán o no, si permanecerán o cesarán de pro­
ducirse. En cambio, el plazo excluye toda incertidumbre; se sabe que los efectos
serán exigibles o se extinguirán a partir de la ocurrencia de un hecho inexorable;
o puede crear una incerteza limitada, pero no sobre el sí de los efectos, sino sobre
el cuándo serán exigibles o se producirá su extinción. Es plazo y no condición la
subordinación de los efectos a la muerte de una persona porque se sabe que es
cierto que va a morir, solo se ignora el cuándo de este suceso.
En el plazo existe un derecho (no hay que olvidar que en las relaciones patri­
monialesfrente a un derecho existe una obligación; por tanto, los conceptos sepueden
establecer desde una u otra perspectiva), solo que se suspende su ejercicio o extinción;
en la condición suspensiva no hay derecho y en la resolutoria está eventualmente
expuesto a extinguirse. Mientras la condición hace incierto el nacimiento de los
efectos del acto jurídico o su extinción, el plazo determina la certidumbre del
nacimiento de los efectos, pero difiere su exigibilidad o extinción. Los efectos
del acto jurídico condicional solamente nacen o se extinguen si es que se verifica
el evento incierto y futuro puesto como condición; la existencia o el cese de la
eficacia del acto se subordinada al cumplimiento de un hecho contingente, o sea
que no se sabe si ocurrirá o no. El plazo también se refiere a un hecho futuro pero
necesario, del cual se hace depender la exigibilidad o la extinción de los efectos
jurídicos que nacen con el otorgamiento del acto jurídico.
En la condición hay incertidumbre sobre la verificación del evento futuro
(dies incertus an), pero el cuándo tendrá lugar si es que se verifica puede ser cierto
(dies certus quando), por ejemplo, te pago cuando Juan cumpla 18 años (Juan
puede vivir hasta los 18 años o morir antes de esa edad, pero si vive se sabe con
toda certeza el día en que cumple 18 años), o incierto (dies incertus quando), por
ej., te pago el día en que Juan contraiga matrimonio (Juan puede o no casarse y
si se casa no se sabe cuándo será el casamiento).
Por oposición a la condición, en el plazo, hay certidumbre en cuanto a
que el evento futuro se verificará, esto es, en cuanto a que el término llegará
Ca p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 845

{dies certus an)\ pero el momento en que llegará puede ser: a) cierto (dies certus
quando), por ej., te pagaré el 25 de diciembre del año 2012, o b) incierto (dies
incertus quando), por ej., te pagaré el día en que el gobierno de facto cese en sus
funciones. En el primer caso es cierto el sí y el cuándo tendrá lugar la verificación
del evento futuro y en el segundo, es cierto el sí pero incierto el cuándo ocurrirá
ese evento.
E l pago hecho antes del vencimiento del plazo no está sujeto a restitución,
en cambio, en la condición si se paga antes de la verificación del evento incierto
y futuro, hay lugar a la restitución. Dada la certidumbre del plazo en contraste
con la incertidumbre de la condición, el Código contiene reglas distintas sobre
el pago anticipado. El deudor puede repetir lo que hubiese pagado antes del
cumplimiento de la condición suspensiva o resolutoria (art. 173). En cambio, el
deudor está facultado para pagar antes de la llegada del vencimiento del plazo
suspensivo, incluso sin asentimiento del acreedor por tanto, no puede repetir lo
pagado (art. 180).
El hecho señalado como plazo se cumple necesariamente; el hecho puesto
como condición no se sabe si se realizará o no. El plazo necesariamente se cumple
aunque se ignore cuándo (evento futuro y cierto); en cambio, la condición no
se sabe si se cumplirá o no (evento futuro e incierto). Correlativamente a esta
diferencia, el derecho sujeto a término inicial es una expectativa cierta; mientras
que el derecho condicional es una expectativa de nacimiento incierto.
Savigny907 esbribe: “Todo hecho incierto es por su naturaleza una condi­
ción verdadera, aun cuando los términos empleados para designarlo tuvieran la
apariencia de la fijación de un término cierto. El que por ejemplo promete algu­
na cosa ‘en el día de su matrimonio’ promete realmente bajo la condición de que
se casará, siendo así que la redacción sola le da la apariencia de un dies. Algunas
veces suele estar también unido el término a la condición: supongamos que ha
nacido un individuo el Io de Marzo de 1825, y que se le promete una cosa “para
cuando llegue a la mayor edad”; lo cual quiere decir el I o de Marzo de 1850 ‘si
para entonces vive’. Resulta aquí cuatro combinaciones posibles por lo que toca
al establecimiento de un término, según las expresiones que se emplean, combi­
naciones que los autores modernos resumen del modo siguiente:

907 SAVIGNY, Sistema de Derecho romano actual, cit., T. II, pp. 286-287.
846 A n í b a l T o r r e s V á s q u e z / Acto jurídico

Dies certus para la quoestio an, certus para quando.


Dies certus para la quoestio an, incertus para quando.
Dies incetus para la quoestio an, certus para quando.
Dies incertus para la quoestio an, incertus para quando.
Respecto al primero y al cuarto caso, sigue diciendo Savigny, la designa­
ción no es dudosa; para el segundo y el tercero se emplea, a causa de su natura­
leza mixta, ya certur, ya incertus dies. Parece ser, sin embargo, que los antiguos
jurisconsultos preferían la última frase, y que por certus dies entendían de ordi­
nario el día del año”.
En conclusión, la condición se caracteriza por la incertidumbre y el plazo
por la certidumbre, por la seguridad absoluta, de que el evento futuro llegará
necesariamente. La condición denota un evento futuro e incierto y el plazo un
momento futuro, pero cierto. Hay plazo si el momento está indicado dies certus
an et quando, esto es, mediante la designación directa o indirecta de un día en el
calendario (ej., el 6 de junio; la próxima navidad; el día del aniversario nacional)
o dies certus an et incertus quando (ej., a la muerte de Pedro); en cambio, hay
condición cuando el momento está indicado dies incertus an et certus quando
(ej., el 15 de enero del 2013 en que María cumple 30 años) o dies incertus an et
quando (te dono este bien si tienes descendencia antes de que tu padre cumpla
ochenta años); por la condición no se sabe si nacerán o no los efectos del acto,
si es suspensiva, o si se extinguirán o no, si es suspensiva, en cambio, por el plazo
se tiene la certeza que los efectos nacen o terminan con el vencimiento de dicho
plazo, se puede crear una incertidumbre limitada con relación al cuándo de la
exigibilidad o cesación pero no al sí de los efectos.

97. A C T O S Q U E N O A D M I T EN P LA Z O

Ciertos actos jurídicos pueden estar sujetos a modalidades y otros no. Las
partes, en ejercicio de su autonomía privada, pueden incorporar el plazo, lo mis­
mo que la condición y el modo, siempre que no desvirtúen la esencia del acto
jurídico, cuando este debe ser necesariamente puro (ej., el matrimonio), y que no
exista prohibición legal. La regla en los actos patrimoniales es que pueden estar
sujetos a modalidades, en vista a que con ellos se puede hacer todo lo que la ley
no prohíbe. En los actos familiares (extrapatrimoniales), el principio es que no
pueden estar sometidos a modalidades, puesto que sus efectos no lo establecen
las partes, sino están dispuestos por la ley.
Ca p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 847

En el Derecho romano, análogamente a lo establecido para la condición,


el término no podía ser puesto en los “actus legitimi". La presencia del plazo en
los actus legitimi anulaba el negocio; solo en la institución de heredero, el térmi­
no, sea inicial o final, no tenía efecto invalidante, sino se consideraba no puesto.
El término final era incompatible con el principio “semel heres semper heres”.
El término resolutorio, como término de decadencia, era compatible solamente
con las relaciones temporales y transitorias, como las relaciones obligatorias, y
operaba en la forma de pacto de remisión a término suspensivo, en cambio no
era concebible en las relaciones duraderas y permanentes, como la propiedad, la
servidumbre y la calidad de heredero901*.
También en el Derecho moderno, al igual que lo que sucede con la condi­
ción, por razones de orden moral, público o de interés general, algunos actos por
los que se establecen relaciones jurídicas fundamentales, por las cuales se estable­
cen un status jurídico significativo para las personas no toleran ser supeditados
en cuanto a su plena eficacia a plazo alguno. Así, en ciertos actos de Derecho de
familia, no pueden estar sujetos a plazo el matrimonio, la adopción (art. 381), el
reconocimiento de hijo (art. 395), la aceptación y renuncia de la herencia (art.
677), etcétera.
Los actos jurídicos que no admiten condición ni plazo valen como puros
si se les ha incorporado estas modalidades.

98. C LA S ES

El plazo admite clasificaciones: suspensivo y resolutorio; de eficacia y de


ejercicio; accidental y esencial; voluntario, legal y judicial; expreso y tácito; de­
terminado e indeterminado; cierto e incierto; potestativo; plazo del contrato y
plazo de la obligación.

9 8 . 1 . P l a z o su sp e n si v o y p l a z o r e so l u t o r io

Según que se difiera en el tiempo la exigibilidad de los efectos del acto


jurídico o su extinción, el plazo se clasifica en suspensivo o resolutorio.

(1) Plazo suspensivo


Si un acto jurídico es celebrado bajo un plazo suspensivo, la eficacia hecha
depender del plazo se produce con el vencimiento del plazo.

908 P A S TO R I , Gil istituti romanistici come storia e vita d e lD iritto , cit., p. 562.
848 A n í b a l T o r r e s Vá s q u e z / Act o ju r íd ico

Por el plazo suspensivo (o inicial o dies a quo) se posterga la exigibilidad909


o el ejercicio de los efectos del acto jurídico hasta la expiración del plazo; los
efectos del acto jurídico no son exigibles en tanto esté pendiente el vencimiento
del plazo. Así, Cayo se obliga a pagar mil a Ticio dentro de seis meses, durante
este plazo el acreedor Ticio no podrá exigirle el pago al deudor Cayo.
Las obligaciones y los derechos existen antes del vencimiento del plazo
suspensivo, pero no son exigibles; el titular carece de acción legal tendente a tal
exigibilidad. Sin embargo todo pago que haga el deudor antes del vencimiento
del plazo no está sujeto a restitución (art. 180). Vencido el plazo, la obligación
deviene en pura, simple y exigible.
El plazo suspensivo puede diferir la exigibilidad de todos o de algunos
de los efectos del acto jurídico hasta la llegada de un determinado momento o
fecha. Por ej., el 15 de julio se celebra un contrato de arrendamiento, en el cual
se acuerda como plazo inicial el 20 de diciembre, lo que significa que el contrato
será exigible (entrega del bien en uso al arrendatario, pago de la renta, etc.) a
partir de esta fecha. En este caso el contrato se perfecciona el 15 de julio, a partir
de ese momento nacen sus efecto, pero su exigibilidad se retarda hasta el 20 de
diciembre.
Los efectos del acto jurídico sometido a condición suspensiva existen des­
de que es otorgado, pero la exigibilidad de tales efectos es postergada hasta el
vencimiento del plazo. Así, el contrato de arrendamiento sujeto a plazo suspen­
sivo existe desde el momento en que arrendador y arrendatario acordaron que el
primero se obliga a ceder al segundo el uso temporal de un bien que será entrega­
do dentro de un determinado plazo y el segundo, a pagar una renta en ciertos pe­
ríodos (art. 1666), estos efectos existen desde que el contrato es perfeccionado,
aunque no son exigibles mientras se encuentre pendiente el plazo inicial. Desde
la celebración, pero antes de la entrega del bien en uso y del pago de la renta,

909 “El térm in o suspensivo p roduce dos efectos: la im prescriptibilidad y la inexigibilidad del
crédito. Por no ser exigible el crédito, el acreedor no puede reclam ar su pago, ni recurrir a las
m edidas ejecutivas; no se extingue p or com pensación. A unque n o exigible, la deuda existe:
la obligación se ha originado desde el día de la conclusión del co n trato . C onsecuencias: el
acreedor puede a d o p tar m edidas conservatorias; el pago hecho p o r error antes del venci­
m iento del térm ino, no está sujeto a repetición; el riesgo queda a cargo del adqu iren te a té r­
m in o ” (M A Z E A U D , H enri, Léon y Jean, Lecciones de Derecho civil, Parte Segunda, vol. III.
C um p lim ien to , extinción y transm isión de las obligaciones, trad. D e Luis A lcalá-Z am ora y
Castillo, Ejea, Buenos Aires, 1960, p. 280.
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a ct o j u r í d i c o 849

las partes ya están vinculadas por el contrato, ya el arrendador es deudor de la


entrega del bien y el arrendatario del pago de la renta, derechos que lo podrán
ejercer una vez vencidos sus respectivos plazos; desde la celebración las partes
ya cuentan también con los respectivos remedios contractuales, por ejemplo, si
antes del plazo inicial el arrendador modifica el bien arrendado, responde frente
al arrendatario, quien puede optar por la resolución del contrato y por la indem­
nización de los respectivos daños (art. 1428). Si el bien arrendado, pendiente el
plazo inicial, se destruye por caso fortuito o fuerza mayor, o por culpa de una de
las partes, deviniendo en imposible la prestación del arrendador, el contrato se
resuelve de pleno derecho (arts. 1431 y ss.).
Se puede subordinar a plazo inicial la totalidad de los efectos o solamen­
te parte de ellos. Por ej., el arrendamiento sometido a plazo suspensivo para la
entrega del bien al arrendatario, puede contener efectos que el arrendador debe
cumplir de inmediato, como la ejecución de ciertas mejoras acordadas con el
arrendatario.
El vencimiento del plazo suspensivo indica el momento en que el deudor
debe ejecutar su prestación, o sea el momento en que el crédito se vuelve exigi-
ble. En cierto tipo de contratos es frecuente que se pacte la suspensión de sola­
mente la ejecución de parte de las prestaciones, por ejemplo, en los contratos
de ejecución instantánea (no son contratos de duración), o sea, aquellos en los
que la prestación o prestaciones es posible que se ejecuten en un solo instante, v.
gr., la compraventa, en la cual la entrega del bien y el pago del precio se pueden
ejecutar en un solo momento, ya en el de la celebración del contrato (com­
praventa al contado), ya en un momento ulterior (compraventa de ejecución
diferida), o ya que la entrega del bien o el pago del precio o ambos se ejecuten
por partes (contrato de ejecución escalonada). En el primer caso el contrato
no está sujeto a plazo, en el segundo y tercer caso sí lo está; hay un plazo para
el cumplimiento de la obligación. En estos casos se difiere el cumplimiento de
todos los efectos contractuales, es decir de todas las prestaciones y contrapres­
taciones, o solamente de una de ellas o solamente de parte de la prestación o de
la contraprestación.
Durante la pendencia del plazo suspensivo el acto produce normalmente
sus efectos, pero estos permanecen inertes, no pueden ser ejercitados hasta que
se cumpla el plazo inicial, por ej., en una deuda sujeta a plazo, el derecho del
acreedor existe, pero antes de la llega del término no puede ser ejercitado, tam­
poco hay una acción dirigida a la ejecución de la prestación del deudor, sino solo
850 A n í b a l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o j u r í d i c o

una acción de constatación de la existencia del crédito cuando haya en ello un


interés, salvo en los casos en que por excepción la ley concede acción a la presta­
ción futura (ej., en el contrato de arrendamiento, el desalojo puede demandarse
antes del vencimiento del plazo para restituir el bien -art. 594 del C P C -). Por
ello se puede decir que el plazo inicial es el momento a partir del cual se ejercen
los derechos y se cumplen las obligaciones que constituyen los efectos ya exis­
tentes. Con el plazo inicial no se suspende el nacimiento de los efectos del acto
jurídico sin la exigibilidad de esos efectos; un crédito sujeto a plazo inicial es ya
un crédito; “un deudor que tenga que pagar el primero de febrero, es ya deudor
y tiene un acreedor”910.
Por la prescripción se extingue la acción para exigir el cumplimiento de
una obligación que, durante cierto tiempo, no ha reclamado el acreedor. Pero
cuando la obligación está sujeto a plazo suspensivo, el acreedor no puede exigir
el pago de aquella, por tanto, la prescripción no corre antes de la expiración de
dicho plazo.

(2) Plazo resolutorio


El plazo resolutorio (ofinal, o extintivo, o dies adquem, o ad diem) consiste
en una fecha a partir de la cual los efectos del acto cesan de producirse; se ex­
tinguen. Tiene por función definir la medida cronológica del vínculo negocial,
o sea su duración, por ejemplo, se celebra un contrato de arrendamiento el 10
de enero de 2017 por el plazo de tres años que vencerán el 10 de enero de 2019
(plazo final o resolutorio); vencido el plazo final se extinguen los derechos y las
obligaciones del contrato de arrendamiento.

9 10 “Si consideram os en su co n ju n to los efectos del derecho de crédito aplazado, nos e n co n tra­
mos con el resultado so rp ren d en te de que se le trata en todos los aspectos com o un crédito
ya existente, pero sujeto a térm ino, o sea dirigido al pago una vez cum plido el térm ino, esto
es, se le trata com o un crédito todavía no vencido. U n créd ito que no solo puede ser ena­
jenado y heredado, sino tam bién pagado y rem itido con efecto inm ediato, es ya un crédito;
un d eu d o r que tenga que pagar el prim ero de febrero, es ya d eu d o r y tiene un acreedor. Por
tanto, hay que ad m itir que el créd ito aplazado del C .e , absolutam ente lo m ism o que en el
D erecho com ún, no es o tra cosa sino u n derecho actual al pago cuando se cum pla el térm ino.
N o es que su existencia se halle pendiente, sino que su co n ten id o es d istin to que el crédito no
aplazado. Se dirige a que el d eu d o r pague al cum plirse el térm in o , y corrientem ente incluso a
que pague hasta la llegada del térm in o ” (E N N F .C C E R U S , Tratado de Derecho civil, T. I, vol.
II, Segunda Parte, cit., p. 710).
C a p . X: M o d a l i d a d e s del aero j u r í d i c o 851

Es fácil entender que el plazo resolutorio limita en el tiempo la eficacia del


acto; el transcurso del tiempo indicado hace cesar la eficacia del acto. El acto es
eficaz desde que es perfeccionado o desde que llega el plazo inicial, pero cesa de
tener efectos una vez que llega el término final, razón por la que se le denomina
también resolutorio.
El plazo final se emplea esencialmente en los actos jurídicos de duración,
sean de ejecución continuada (arrendamiento, mutuo, comodato, etc.) o de eje­
cución periódica (contrato de suministro, etc.), así como en los actos de ejecu­
ción diferida (ej., la compraventa en la que se difiere en el tiempo la entrega del
bien o el pago del precio) y en los de ejecución escalonada (ej., compraventa a
plazos). Estos actos jurídicos no son imaginables sin un plazo fina determinado
o indeterminado.
Las partes pueden convenir postergar todos los efectos del acto jurídico o
uno o varios de esos efectos911.

9 8 .2 . P la z o d e e f ica cia y p la z o d e e je r cicio

El plazo suspensivo se subdivide en plazo de eficacia y plazo de ejercicio.


El plazo es de eficacia cuando se refiere al momento en que comienza la
producción de los efectos del acto jurídico (ej., te cedo el uso mi departamento
por dos años, sin que me pagues renta por los seis primeros meses, pero a partir
del séptimo mes pagarás S/.500.00 mensuales). Se difiere el nacimiento de todos
o de alguno o algunos de los efectos del acto jurídico. Será muy raro que en la
práctica se celebren actos jurídicos sometidos a plazo de eficacia, en cambio, es
común que estén sometidos a plazo de ejercicio.
El pl azo es de ejercicio cuando atañe al ejercicio de los derechos y al cum­
plimiento de las obligaciones que constituyen los efectos del acto, por ejemplo,
la compraventa de un bien en la que se acuerda que el precio se pague después de
seis meses de celebrado el contrato; el comprador es deudor del precio desde que
se celebra la compraventa, pero el pago del precio no es exigible hasta que llegue

911 C ó d ig o E uropeo de loa C o n trato s (A nteproyecto). A cadem ia de lusprivatistas Europeos de


Pavia: A rt. 56. Termino inicial y jin a l. Las partes pued en convenir que el co n trato o una o
varias de sus cláusulas produzcan efectos a p artir de una fecha cierta y hasta una fecha cierta.
A sim ism o, pueden referirse a acontecim ientos que se realizarán con certeza en el futuro aun­
que en el m om ento de su realización no sea cierto.
852 An íba l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o j u r í d i c o

el vencimiento del plazo. Por el plazo de ejecución se difiere el ejercicio de los


derechos y el cumplimiento de las obligaciones ya existentes; es decir, el plazo de
ejercicio no es otra cosa que un plazo suspensivo912.

9 8 . 3 . P l a z o e se n c i a l y n o e se n ci a l

Esta clasificación se hace sobre la base de la incidencia del plazo en el in­


terés del acreedor.
El plazo es no esencial cuando pese al vencimiento el deudor no ejecuta su
prestación, pero esta continúa siendo de utilidad para el acreedor o para el terce­
ro interesado. Así, por ejemplo, vencido el plazo para el pago del precio en una
compraventa, el vendedor, que tiene interés en que se le pague el precio, puede
solicitar al comprador que le pague lo que le debe por dicho concepto. Es decir,
es posible el cumplimiento tardío.
El plazo no esencial está asociado con la institución de la mora. El deudor
está en mora cuando no ejecuta su prestación en el plazo previsto para su cum­
plimiento, pese a su posibilidad, exigibilidad e intimación, salvo que esta no sea
necesaria en los casos previstos por la ley. La mora (retardo, retraso o demora en el
cumplimiento) es diferente del incumplimiento (definitivo o absoluto). El incum­
plimiento es la inejecución definitiva de la prestación; extingue la obligación. En
cambio, la mora es el retardo o demora en el cumplimiento de la obligación.
El plazo es esencial cuando la prestación sólo puede ser ejecutada en el
término designado; si no se cumple en ese plazo acarrea el incumplimiento de­
finitivo. El plazo esencial no admite la posibilidad de cumplimiento tardío (por
ej., que la orquesta llegue a tocar cuando ya terminó la fiesta; que se pretenda
entregar el vestido de novia después de la boda; que el transportista llegue con
las mercaderías después que partió la nave en la cual debían ser embarcadas).
El plazo suspensivo si es esencial no tolera prórroga alguna; mientras, si
se trata de término final esencial, la eficacia del acto deberá cesar improrroga­

912 P IZ A R R O y V A L L E P IN O S refieren que la jurisprudencia argentina d o m in an te se inclina


p or considerar que “to d o plazo en el que n o se d en o te la característica de dejar sin efecto
el negocio p o r el m ero transcurso del tiem po, es suspensivo, m áxim e cuando n o surge que
encendieran las partes que tal plazo no juega com o un elem ento sustancial del acto” (PIZ A -
R R O , R am ón D aniel y C arlos G ustavo Vallespinos, Instituciones de Derecho privado. Obli­
gaciones. 1 Concepto de obligación. Elementos. Clasificaciones, H am m urabi, Buenos Aires,
2006, p.270).
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 853

blemente al vencimiento del plazo. El plazo suspensivo es esencial cuando la


ejecución de la prestación es querida solamente para un determinado momento,
pasado el cual la prestación o es imposible materialmente de ejecutarla o, siendo
posible, es inútil para el acreedor913. La falta de ejecución de la prestación origina
el incumplimiento definitivo de la obligación. El plazo es esencial por estar pac­
tado así por las partes expresa o tácitamente o porque la naturaleza de la obliga­
ción o las circunstancias así lo exige. Son notas características del plazo esencial:
a) que el pago debe efectuarse únicamente al vencimiento del plazo; y, b) la falta
de pago determina el incumplimiento definitivo de la obligación. Veamos esto
con el ejemplo siguiente:
El art. 1333.2 dispone: “Incurre en mora el obligado desde que el acreedor
le exija, judicial o extrajudicialmente, el cumplimiento de su obligación. No es ne­
cesaria la intimación para que la mora exista: (...) 2. Cuando de la naturaleza y
circunstancias de la obligación resultare que la designación del tiempo en que había
de entregarse el bien, o practicarse el servicio, hubiese sido motivo determinante
para contraería". El supuesto previsto en el inc. 2 del art. 1333 es un caso de plazo
esencial, según el cual el momento en que debe verificarse la prestación es tan
relevante como la prestación misma. En situaciones como esta, vencido el plazo
la ejecución de la prestación resulta materialmente imposible (ej., no se puede
ejecutar la prestación porque el medio de transporte ya partió) o inútil porque
el interés del acreedor solamente es satisfecho si la prestación se ejecuta en dicho
término (ej., pretender entregar el traje de novia después de la boda). La sobre­
venida imposibilidad o inutilidad de la prestación es causa de incumplimiento
definitivo, que excluye la mora (demora en el cumplimiento de la obligación),
lo que faculta al acreedor para resolver el contrato, salvo que evidencie en forma
indubitable que pese al no cumplimiento oportuno, mantiene aún el interés en
dicho cumplimiento, renunciando así al plazo esencial establecido en su favor, lo
que sucede cuando exige el cumplimiento de la obligación o acepta la ejecución
de la prestación después del vencimiento del término esencial.
Cuando el plazo es esencial no es posible el cumplimiento tardío, en cam­
bio, cuando el plazo es accidental existe la posibilidad del cumplimiento después

913 D E R U G G IE R O , Instituciones de Derecho civil, cit., T. II, vol. 1, p. 114; P U IG B RU TA U ,


José, Fundamentos del Derecho civil, Bosch, Barcelona, 1959, T. I, vol. II, p. 143; C A S ÍÁ N
T O B E Ñ A S , José, Derecho civil español, Barcelona, 1971, T. II, p. 122.
854 An íba l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o ju r íd ico

del vencimiento del plazo con utilidad para el acreedor. Si el plazo es esencial y
una de las partes falta al cumplimiento de su prestación, la otra parte solo puede
solicitar la resolución del acto y la indemnización de daños. Por el contrario,
si el plazo es no esencial, cuando una de las partes falta al cumplimiento de su
prestación, la otra puede optar por solicitar el cumplimiento o la resolución del
acto y, en uno u otro caso, la indemnización de daños (art. 1428).

9 8 . 4 . P l a z o s v o l u n t a r i o s, le g a l e s y j u d i c i a l e s

El plazo es voluntario (convencional) cuando es impuesto por quienes ce­


lebran el acto jurídico, por ejemplo, convienen que el bien vendido se entregará
en el plazo de quince días; el legal es establecido por la ley, v. gr., en el contrato
de mutuo, cuando no se ha fijado plazo para la devolución ni este resulta de las
circunstancias, se entiende que es de treinta días contados desde la entrega (art.
1656); y eljudicial es fijado por el juez, así, si no hubiese plazo para la ejecución
del cargo, este debe cumplirse en el que el juez señale (art. 186).
En ciertos casos la ley no deja a las partes en plena libertad de fijar la du­
ración del plazo, sino establece límites inderogables, por ejemplo, el contrato
de compromiso de contratar, por su propia naturaleza está sujeto a un plazo
que fijarán las partes, y si no la fijan, el plazo, por disposición del art. 1416, será
de un año. En otros, la norma establece imperativamente un límite al plazo fi­
jado por las partes, v. gr., el art. 1688. “Elplazo del arrendamiento de duración
determinada no puede exceder de diez años. Cuando el bien arrendado pertenece
a entidades públicas o a incapaces el plazo no puede ser mayor de seis años. Todo
plazo o prórroga que exceda de los términos señalados se entiende reducido a dichos
plazos’’. Si las partes se exceden del plazo máximo legal inderogable, el contrato
es nulo solamente en el exceso, entrando a regir el plazo máximo legal (inte­
gración imperativa del acto jurídico). Se fijan plazos máximos inderogables por
considerar que ciertas relaciones jurídicas demasiado prolongadas son dañinas
social o económicamente.
Hay casos en los que la ley establece que el límite máximo del plazo sola­
mente puede ser invocado por una de las partes: Por ejemplo, el art. 1768 dispo­
ne que el plazo máximo del contrato de locación de servicios es de seis años si se
trata de servicios profesionales y de tres años en el caso de otra clase de servicios;
“si se pacta un plazo mayor, el límite máximo indicado solo puede invocarse por
el locador”.
En ocasiones, la ley, en rechazo de relaciones jurídicas demasiado breves,
establece plazos mínimos inderogables, v. gr., la parte que se perjudica con el
Ca p. X : M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 855

incumplimiento del contrato puede requerir a la otra mediante carta notarial


para que satisfaga su prestación, dentro de un plazo no menor de 15 días, bajo
apercibimiento de que, en caso contrario, el contrato queda resuelto (art. 1429).
Los vacíos de los actos jurídicos que no señalan plazo pueden ser integra­
dos con la ley, como es el caso de la integración imperativa, o por disposición
judicial. Así, el art. 1657 prescribe: “Si se ha convenido que el mutuatario pague
solo cuando pueda hacerlo o tenga los medios, el plazo será fijado por el juez
atendiendo las circunstancias y siguiendo el procedimiento establecido para el
juicio de menor cuantía”.
En ocasiones, la ley establece plazos esenciales bastante extensos para ac­
tos jurídicos constitutivos de derechos reales, v. gr., el derecho real de superficie
puede convenirse con una duración de hasta noventainueve años (art. 1030).

9 8 . 5 . P l a z o e x p r e so y p l a z o t á ci t o

Esta clasificación es sobre la base de cómo se ha manifestado la voluntad


en la fijación del plazo.
El plazo es expreso cuando su existencia aparece de manera explícita e in­
equívoca del contenido del acto jurídico. Ejemplos: en el contrato de arrenda­
miento se expresa que la duración del contrato es de dos años contados de su
celebración; en una cláusula del contrato de compraventa consta que el com­
prador pagará una cuota inicial al momento de suscribir el contrato y el saldo lo
cancelara el 28 de julio próximo.
Es tácito cuando las partes no lo han señalado expresamente, pero se in­
fiere indubitablemente del comportamiento de las partes, o de la naturaleza y
circunstancias del acto que evidencian con toda certidumbre que las partes no
quieren que los efectos se produzcan o se ejerzan sino desde o hasta un determi­
nado momento.
A primera vista el acto jurídico puede aparecer que es puro y simple, pero
por su naturaleza es indispensable un tiempo razonable para la ejecución de la
prestación debida. Por ej., el vendedor debe entregar el bien vendido en un do­
micilio diferente a aquel en que se celebró el contrato y no se estipuló plazo
expreso ni es posible su cumplimiento inmediato. Su duración se determinará
según las circunstancias en cada caso teniendo en cuenta lo que un deudor pru­
dente, colocado en idéntica posición, se demoraría en cumplir. Lo mismo sucede
en un contrato de obra, de mandato, de locación de servicios, etc.
856 A n íb a l To r r e s Vá s q u e z / Act o ju r íd ico

9 8 .6 . P la z o d e t e r m in a d o y p la z o in d e t e r m in a d o

El plazo es determinado cuando las partes, la ley o el juez han señalado de


manera precia el momento en que son exigibles o se extinguen los efectos del
acto jurídico (ej., se conviene que el arrendador debe entregar el bien al arren­
datario después de 15 días de celebrado el contrato y el arrendatario debe devol­
verlo al arrendador vencido el plazo de un año contado a partir de la entrega del
bien; se pacta que el bien vendido se entregará el 28 de julio del año 2020).
El plazo es indeterminado cuando no se ha estipulado de manera precisa la
fecha de la exigibilidad o extinción de la eficacia del acto (ej., se arrienda un bien
sin indicarse por cuanto tiempo; se conviene que el deudor entregará el bien que
enajena al fallecimiento de una persona)914. Su determinación se hará ponderan­
do la naturaleza del acto, las circunstancias del caso, o en la forma establecida
por la ley, y en otros casos se recurrirá al juez para que lo fije.
El plazo determinado tiene una fecha fija de vencimiento, el indetermina­
do no lo tiene.
En los actos de tracto sucesivo a plazo indeterminado sea por convenio
expreso o porque las partes no han establecido nada en cuanto a su duración,
cada una de ellas puede separarse del acto dando aviso previo a la otra en el plazo
pactado, o, en su defecto, dentro del plazo legal. El art. 1365 dispone: “En los
contratos de ejecución continuada que no tengan plazo convencional o legal de­
terminado, cualquiera de las partes puede ponerle fin mediante aviso previo re­
mitido por la vía notarial con una anticipación no menor de treinta días. Trans­
currido el plazo correspondiente el contrato queda resuelto de pleno derecho”.
En este caso el contrato queda disuelto por decisión unilateral de la parte que
cursa el aviso en la forma y con la anticipación señalada en el art. 1365.

914 C.C. colombiano: A rt. 1139.- “El día es cierto y determ inado, si necesariam ente ha de llegar,
y se sabe cuándo, com o el día tan to de tal mes y año, o tantos días, meses o años después de
la fecha del testam ento o del fallecim iento del testad o r”.
Es cierto pero indeterm inado, si necesariam ente ha de llegar, pero no se sabe cuándo, com o
el día de la m uerte de una persona.
Es incierto pero determ inado, si p uede llegar o no; pero suponiend o que haya de llegar se
sabe cuándo, com o el día en que una persona cum pla veinticinco años.
Finabnente es incierto e indeterm inado, si no se sabe si ha de llegar, n i cuándo, como el día en
que una persona se case.
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 857

También se puede poner fin a un contrato de duración indeterminada por


el mecanismo de la resolución (por incumplimiento, por sobrevenida excesiva
onerosidad de la prestación, etc.).
Para ciertos tipos de actos jurídicos la ley no tolera la duración indetermi­
nada; exige que el acto jurídico tenga un plazo determinado.
Existen actos jurídicos en los que el plazo, determinado o indeterminado,
debe ser señalado únicamente en la forma prevista por la ley, sancionándose con
la invalidez el uso de otras formas, v. gr., la letra de cambio, para tener validez
como tal, puede ser girada solamente: a fecha fija; a la vista; a cierto plazo desde
la aceptación; o a cierto plazo desde su giro (art. 121 de la Ley N" 27287).
En ciertos casos la ley pone límites inderogables al plazo determinado, su
eventual violación conlleva la reducción del plazo a los límites legales. Por ej.,
el plazo de duración del arrendamiento determinado no puede exceder de diez
años; cuando el bien arrendado pertenece a entidades públicas o a incapaces el
plazo del arrendamiento no puede ser mayor de seis años. Todo plazo o prórroga
que exceda de estos límites se entiende reducido a dichos plazos (art. 1688). el
plazo máximo del contrato de locación de servicios es de seis años si se trata de
servicios profesionales y de tres en el caso de otra clase de servicios; si se pacta
un plazo mayor, el límite máximo indicado solo puede invocarse por el locador
(art. 1768); En el contrato de compraventa con pacto de retroventa, el plazo para
ejercitar el derecho de resolución es de dos años tratándose de inmuebles y de un
año en caso de muebles, salvo que las partes estipulen un plazo menor (art. 1588);
el plazo del poder irrevocable no puede ser mayor de un año (art. 153).
En los actos jurídicos de duración indeterminada destinados a tener una
larga existencia, se permite la separación de la parte. Por ejemplo, en el contrato
de sociedad de duración indeterminada91"’, el socio se puede apartar transfirien­
do sus acciones o participaciones.
Hay casos en los que las partes necesitan de autorización judicial para la
fijación del plazo determinado. Por ej., los padres necesitan de autorización ju­
dicial para arrendar los bienes de sus hijos menores por más de tres años (art.
448.1).

915 L ey General de Sociedades (Ley N ° 26 8 8 7 ): A rt. 1 9. La duración de la sociedad p u ed e ser p o r


plazo d eterm in ad o o indeterm inado. Salvo que sea pro rro g ad a con an terioridad, vencido el
plazo d e te n n in a d o la sociedad se disuelve de p leno derecho.
858 An íba l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o j u r í d i c o

9 8 . 7 . P l a z o c i e r t o y p l a z o i n ci e r t o

En consideración a la fecha en que debe vencer el plazo, este se divide en


cierto e incierto. El plazo determinado puede ser cierto o incierto.
Es cierto cuando se sabe de antemano y con precisión la fecha en que se
producirá el vencimiento, dies certus an et quando (día cierto que necesariamen­
te ocurrirá916 y cuándo ocurrirá), por ej., la obligación de pagar una cantidad de
dinero el día 28 de julio próximo.
El plazo es incierto cuando el vencimiento se ha fijado en consideración a
un hecho futuro y necesario, pero que al momento de otorgarse el acto se ignora
en qué momento ocurrirá. Es cierto que el evento puesto como plazo ocurrirá,
pero es incierto el momento en que tendrá lugar (dies certus an incertus quando),
v. gr., el día en que muera Ticio; la próxima lluvia.
En cuanto a la incerteza del momento en que ocurrirá el hecho futuro sur­
gen problemas de interpretación. Cuando se señala como modalidad un evento
que ocurrirá necesariamente, pero no se sabe cuándo ocurrirá, como cuando se
dice el día en que muera una persona, no hay duda que se trata de un plazo. Pero
cuando se señala como modalidad sucesos como, por ej., “cuando Pedro cum­
pla su mayoría de edad”, “cuando mejore de fortuna”, “cuando mejore la tasa de
cambio del dólar”, “cuando baje la inflación”, surge la necesidad de interpretar
si la modalidad es plazo o condición. Los romanos resolvieron este problema
estableciendo que la fecha incierta se denomina condición (“dies incertus appe-
latur condicio”: D. 30,30,4). Análoga solución fue establecida para la hipótesis
por la que el testador establece la muerte del heredero como término inicial del
legado, porque la incerteza que el legatario viva a la muerte del heredero, induce
a interpretar a tal término como condición. Este es el significado del principio
referido en el D. 35,1,75: dies incertus condicionem in testamento facit (la fecha
incierta puesta en el testamento equivale a una condición). A primera vista, en
casos como los mencionados estamos ante hechos contingentes que pueden o no
ocurrir, por lo que tales estipulaciones implicarían una condición y no un plazo
incierto; sin embargo, habrá que estar a lo que resulte de cada caso concreto, a la
voluntad de las partes, a la naturaleza del acto y sus circunstancias para determi­
nar si lo que se ha querido es subordinar el nacimiento o la resolución del acto a

916 El segundo párrafo del art. 1.125 del C ó d ig o español señala: “Entiéndase p o r día cierto
aquel que necesariam ente ha de venir, aunque se ignore el cuán d o ”.
Ca p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 859

un hecho futuro e incierto o solamente se ha querido otorgar al deudor amplias


facilidades, concediéndole un plazo incierto para que pague, caso en el que si las
partes no se ponen de acuerdo sobre la duración del plazo, lo fijará el juez.
La utilización del adverbio cuando puede ser utilizado unas veces para
indicar una condición y otras para señalar un plazo. En tal virtud, hay que aus­
cultar la voluntad de las partes para establecer si estamos ante una condición o
ante un plazo. Como señala Velásquez91 , hay plazo “si se conviene que se pagará
cuando se regrese de un viaje, cuando se recoja la cosecha, en la próxima feria,
etc., se está en presencia de un plazo que podría, incluso, entrar en la categoría de
indeterminación, al menos momentáneamente. No se rrata de que fatalmente se
regrese o se transporte, o se recoja la cosecha, o se realice la feria, sino de señalar
un período en el cual se va a cumplir la obligación. Pero en estos casos hay que
ser cuidadosos porque el adverbio cuando puede estar indicando una condición:
si se regresa de viaje, si se transporta la mercadería”.

9 8 .8 . P l a z o p o t e st a t iv o

El plazo es potestativo cuando su determinación depende de la voluntad


de una de las partes. El plazo es meramente potestativo cuando su determinación
depende de la exclusiva voluntad del deudor, y es potestativo propio cuando su
determinación depende de la voluntad del deudor y del interés que este tenga en
la celebración del acto. Si el deudor no fija el plazo, lo determinará el juez.

9 8 . 9 . P l a z o d e l a ct o j u r í d i c o y p l a z o d e la o b l i g a ci ó n

El plazo del acto jurídico difiere el nacimiento de la totalidad de los efec­


tos, pensemos en el compromiso de las partes de celebrar en el futuro un contra­
to definitivo. En cambio, el plazo de la obligación solamente indica el momento
en el cual se debe ejecutar la prestación debida; el término en el cual la obliga­
ción se convierte en exigible.
El plazo puede referirse solamente a la eficacia de la obligación, como uno
de los efectos negociales del acto jurídico, como es el plazo de cumplimiento que
indica el momento en que la obligación debe ser ejecutada. Por ejemplo, cuando
las partes establecen que la prestación de elevar a escritura pública el contrato que
suscriben debe ser ejecutada dentro de seis meses, en este caso la obligación ya sur­

917 V E L Á S Q U E Z G Ó M E Z , He rná n Darío, ob. cit., p. 130.


860 A n í b a l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o ju r í d ic o

gió y el deudor (vendedor), si el plazo es en su favor, puede liberarse en el período


correspondiente al tiempo intermedio, o sea hasta la expiración del sexto mes918.
El plazo de cumplimiento puede ser estipulado en beneficio del deudor,
del acreedor o de ambos. Si no hay acuerdo de las partes, el plazo se presume
establecido en favor del deudor (art. 179).
Se suele sostener que el plazo solamente se puede imponer a la obligación
y no a la eficacia del acto jurídico. La posibilidad de imponer plazo a la eficacia
del acto jurídico (plazo del acto jurídico) está contemplada en el propio Código.
Veamos los ejemplos siguientes:
Art. 1404. “La licitud de la obligación o la posibilidad de la presta­
ción o del bien que es objeto de ella en un contrato sujeto a condición
o a plazo suspensivo, se apreciarán al momento del cumplimiento de
la condición o del vencimiento del plazo”. Según esta norma, la efica­
cia del contrato se aprecia al momento del cumplimiento de la con­
dición o del vencimiento del plazo suspensivo y no en el momento
en que se perfecciona. Así, se vende un bien que está fuera del comer­
cio de los hombres (contrato nulo), subordinando la venta al plazo
suspensivo de que en un momento determinado el bien entre en el
comercio; si después de celebrado el contrato y antes del vencimiento
del plazo el bien entra en el comercio, el contrato es válido.
Art. 1431. “En los contratos con prestaciones recíprocas, si la pres­
tación a cargo de una de las partes deviene imposible sin culpa de los
contratantes, el contrato queda resuelto de pleno derecho. En este
caso, el deudor liberado pierde el derecho a contraprestación y debe
restituir lo que ha recibido. Empero, las partes pueden convenir en que
el riesgo esté a cargo del acreedor". Por ejemplo, en conformidad con el
último párrafo de este artículo, en un contrato de compraventa, en el
cual se difiere la entrega del bien para un momento ulterior, las par­
tes acuerdan que el comprador estará obligado a pagar el precio aun
cuando el bien vendido se pierda por causa no imputable al vende­
dor. En este caso, el comprador pagará el precio aun cuando no le sea

918 Bigliazzi G eri, Lina; Breccia, H u m b e rto ; Busnelli, Francesco; N atoli, Ugo. Derecho C.ivil.
Hechos y actos jurídicos, Tom o I, V olumen II, Trad. de Fernando H inestrosa, U niversidad
E xternado de C olo m b ia, Bogotá, 1995, p. 968.
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 861

entregado el bien que se le vendió, o sea, el comprador está obligado


a ejecutar su prestación aun cuando ha desaparecido la causa para
pagar. El contrato es eficaz.

De otra parte, como señala Cataudella919, la distinción entre plazo del


contrato y plazo de la obligación aparece, al menos en línea abstracta, suficien­
temente neta, puesto que el primero hace referencia a la eficacia de todo el con­
trato y en la otra al cumplimiento de las obligaciones que nacen del contrato.
Se debe reconocer, de otra parte, que, en los contratos con efectos obligatorios, el
plazo inicial del contrato y el plazo inicial de la obligación se proyectan como
instrumentos alternativos para conseguir el resultado de postergar el cumpli­
miento de las obligaciones que nacen del contrato.
Señala Roppo920 que el plazo inicial del contrato no debe confundirse con
el plazo del cumplimiento de la obligación. Este último indica “el tiempo en
que la prestación se debe cumplir” y, por tanto, el momento en que el crédito se
convierte en exigible puede no coincidir con el advenimiento del plazo inicial
del contrato; este difiere la totalidad de la prestación o una parte sustancial de
ella, en cambio, el plazo de la obligación difiere solamente una parte marginal de
la prestación. El plazo inicial del contrato lo reconduce a la clase de los contratos
de ejecución diferida, que son contratos de ejecución instantánea en contrapo­
sición a los contratos de duración. La resolución del contrato por sobrevenida
excesiva onerosidad de la prestación coloca los contratos de ejecución diferida
junto a los de duración921. Aquí toma importancia entre plazo del contrato y
plazo de cumplimiento; en efecto, la disciplina de la resolución del contrato por
sobrevenida excesiva onerosidad de la prestación se aplica solo en presencia de
un plazo del contrato.

919 C A T A U D E L L A , I contratti. Parte general, cic., p. 125.


9 20 R O P P O , V incenzo, ob. cit„ p. 593 y ss.
921 Are. 1440. En los contratos conm utativos de ejecución co ntinuada, periódica o diferida, si
la prestación llega a ser excesivamente onerosa p o r acontecim ientos extraordinarios e im pre­
visibles, la p arte perjudicada puede solicitar al juez que la reduzca o que aum ente la co n tra ­
prestación, a fin de que cese la excesiva onerosidad. Si ello no fuere posible p o r la naturaleza
de la prestación, p o r las circunstancias o si lo solicitara el dem andado, el juez decidirá la
resolución del contrato. La resolución no se extiende a las prestaciones ejecutadas.
A rt. 1441. Las disposiciones contenidas en el art. 1440 se aplican: 1. A los contratos co n ­
m utativos, cuando la prestación a cargo de una de las partes ha sido diferida p o r causas no
im putables a ella. (...).
862 A n íb a l T o r r e s Vá s q u e z / Act o ju r íd ico

De otro lado, la eficacia traslativa de los contratos con efectos reales no


constituye obstáculo para la admisibilidad de un plazo suspensivo. El efecto tras­
lativo del derecho de propiedad o de otro derecho real se puede diferir hasta
el vencimiento de un plazo. Sería, en cambio, no compatible con la naturaleza
del derecho de propiedad la inclusión de un término final (resolutorio) en los
contratos que la transfieren, porque sería constituir un derecho de propiedad
temporal; la perpetuidad caracteriza a la propiedad.

99. FU N CIÓ N D EL P L A Z O

La función del plazo no es suspender haciendo incierta la eficacia del acto,


sino diferir la exigibilidad de los derechos del titular o bien la extinción de tales
derechos. Como hemos visto antes, también puede cumplir la función de diferir
la eficacia total del acto jurídico.
El término final o resolutorio, con excepción de algunas relaciones perso­
nales típicas como el matrimonio, la adopción, el reconocimiento de hijo, es un
elemento que acompaña a casi todas las otras relaciones jurídicas obligacionales,
las mismas que no pueden ser asumidas como obligaciones perpetuas sin la po­
sibilidad de liberarse, al extremo que si falta el término final se autoriza a una de
las partes para que le ponga fin mediante el aviso previo (ej., art. 1365).
El advenimiento del término inicial origina la exigibilidad del acto jurí­
dico, es decir, el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones
correlativas derivadas de un acto eficaz ab initio. El término inicial es un requisi­
to de exigibilidad del cumplimiento del acto. Por el contrario, con la llegada del
plazo final, el acto cesa de producir sus efectos.
Los actos jurídicos sujetos a plazo crean entre las partes vínculos destina­
dos a prolongarse en el tiempo, pero no hasta el punto que induzca a excluir la
voluntad de las partes (ej., un plazo suspensivo establecido para el año tres mil)
o a establecer relaciones perpetuas transmisibles a los herederos de las partes,
porque se estaría atentando contra la libertad de los intervinientes. Se puede ar­
gumentar en el sentido de que si las partes han aceptado vínculos perpetuos, tal
aceptación es la expresión de su libertad, es decir, esos vínculos perpetuos serían
el resultado del ejercicio de la autonomía privada de los particulares. Pero, como
dice Galgano, “la aceptación de semejante vínculo equivaldría a una renuncia
de la libertad contractual: el sujeto dispondría, mediante un acto de libertad
único (y extremo), de toda su libertad futura”922, lo cual, además, atenta contra

922 G A L G A N O , D iritto civile e comrneráale, cir., v. I, p. 153.


Ca p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 863

el interés general que exige el empleo más provechoso de los recursos materiales
y humanos, y al impedir, mediante vínculos contractuales perpetuos, el cambio
de destino de los recursos, se obstaculiza su utilización más provechosa. Para
proteger la libertad de las personas y el interés general, la ley establece plazos
resolutorios máximos (ej., el contrato de arrendamiento de plazo determinado
no puede durar más de diez años -art. 1688—) o dispone que a los contratos de
duración indeterminada se le pone fin mediante aviso previo. Solo el acto jurídi­
co fundacional puede crear sobre los bienes vínculos perpetuos923.

100. EL P L A Z O EN EL C Ó D I G O C I V I L

(1) Concepto
El Código no contiene una definición del plazo.
E l plazo es una modalidad del actojurídico consistente en el evento futuro y
cierto de cuyo acaecimiento se hace depender la exigibilidad o lafinalización de los
efectos del actojurídico.
Se suele denominar término a los extremos (inicial o final) del plazo. El
Código utiliza las palabras plazo término como sinónimas.

(2) Diferencias entre plazo y condición


Las diferencias esenciales entre condición y plazo son:

a) La condición consiste en un hecho incierto y el plazo, en un hecho


cierto.
En el acto condicional hay la incertidumbre de que se verifique el
evento futuro a que se encuentran supeditados sus efectos; en cam­
bio, en el acto jurídico a plazo, hay la seguridad absoluta de que ese
evento futuro llegará necesariamente.
En el plazo se tiene la seguridad que el acontecimiento futuro ocurri­
rá, pero puede ocurrir que no se sepa en qué momento tendrá lugar el
mismo, es cierto el sí, pero es incierto el cuándo. La condición denota
un evento futuro e incierto y el plazo un momento futuro, pero cierto.
Hay plazo si el momento está indicado:

923 A rt. 99. La fundación es una organización no lucrativa in stituida m ediante la afectación de
uno o m ás bienes p ara la realización de objetivos de carácter religioso, asistencial, cultural u
otros de interés social.
864 A n í h a l T o r r e s V Á sq u E Z / A c t o ju r íd ico

(1) dies certus an et quando, se sabe de antemano el momento mis­


mo del cumplimiento por haberse señalado el plazo mediante
la designación directa o indirecta de un día en el calendario, por
ej., el 6 de junio, la próxima navidad {plazo cierto)-, o
(2) dies certus an et incertus quando, se sabe de antemano que el pla­
zo de todas maneras se cumplirá, aunque no se sabe el momen­
to preciso, v. gr., a la muerte de Pedro {plazo incierto).
b) En la condición suspensiva no hay derecho puesto que su nacimiento
está supeditado a que se verifique la condición, en la condición reso­
lutoria está eventualmente expuesto a extinguirse en el caso de que
se cumpla la condición. En cambio, en el plazo suspensivo hay un
derecho, pero se suspende su ejercicio hasta la verificación del hecho
puesto como plazo.
c) En la condición suspensiva, como el derecho no existe, hay lugar a la
restitución del pago realizado antes de la verificación de la condición.
En el plazo suspensivo, como el derecho existe desde el momento en
que se perfecciona el acto jurídico, no hay lugar a la restitución del
pago realizado antes del vencimiento.

(3) Clasificación
El plazo puede ser: a) suspensivo o resolutorio; b) determinado o inde­
terminado; c) cierto o incierto; d) esencial y no esencial; e) expreso o tácito; f)
voluntario, legal o judicial; g) potestativo; h) plazo del acto jurídico y plazo de
cumplimiento.
a. el plazo suspensivo o inicial {dies a quo) determina que el acto jurídico no
produzca sus efectos sino hasta que llegue el evento futuro y cierto puesto
como plazo, recién a partir de este momento el acto producirá sus efectos;
el acto ineficaz deviene en eficaz. El plazo resolutorio, extintivo o final
{dies ad quem), determina que el acto jurídico deje de producir sus efectos
cuando llegue el evento futuro y cierto puesto como plazo; el acto eficaz
deviene en ineficaz.
b. por el plazo determinado se sabe cuándo ha de ocurrir el hecho futuro y
cierto, como si se dice el 6 de junio del 2026; en cambio, es indeterminado
cuándo no se sabe cuándo ha de llegar el hecho, que de todas maneras
llegará, como cuando el acto por su naturaleza o circunstancias debe ser
a plazo, pero no se ha fijado (ej., el arrendamiento sin plazo), o cuando se
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 865

dice el día que una persona muera. La indeterminación no tiene que ver
con la certidumbre, sino con el momento en que se verificará el hecho
puesto como plazo.
plazo cierto es cuando se conoce de antemano y con precisión el momento
en que se producirá el vencimiento. En cambio, el plazo es incierto cuan­
do al momento de celebrarse el acto jurídico no se sabe en qué momento
ocurrirá (ej., el día en que muera una persona).
el plazo es esencial cuando el cumplimiento de la obligación solamente es
útil para el acreedor si es realizado en el momento señalado (ej., el vesti­
do de novia no puede ser entregado después de la boda); si no se cumple
en ese momento, determina el incumplimiento definitivo. En cambio, es
no esencial cuando después del vencimiento el cumplimiento sigue siendo
útil para el acreedor. El incumplimiento da lugar a que el deudor sea cons­
tituido en mora,
plazo potestativo
el plazo es expreso cuando su existencia surge de manera explícita e inequí­
voca del acto jurídico. En cambio, es tácito cuando surge implícitamente
de la naturaleza o circunstancias del acto, según las cuales es indispensa­
ble conceder un tiempo para el cumplimiento de la obligación, v.gr: una
compraventa en la que se acuerda que el bien vendido debe ser entregado
en lugar diferente; un contrato para la confección de unos muebles o la
construcción de un edificio. Cuando en casos como estos no existe pla­
zo expreso para el cumplimiento, su duración se determinará de acuerdo
a las circunstancias de cada caso, teniendo en cuenta lo que un deudor
diligente se demoraría en cumplir. Las partes, si no se ponen de acuerdo,
recurrirán al juez para que señale la duración del plazo,
el plazo voluntario es el fijado por las partes que celebran el acto jurídico.
El legal es establecido por la ley (ej., conforme al art. 673, el plazo para
renunciar a la herencia es de tres meses si el heredero se encuentra en el
territorio nacional y de seis meses si se encuentra en el extranjero). El plazo
judicial es el fijado por el juez.
El plazo es potestativo cuando su determinación depende de la voluntad
de una de las partes. Si la parte designada para fijar el plazo no lo hacer, lo
hará el juez.
por el plazo del actojurídico se difiere el nacimiento de la totalidad de sus
efectos, pensemos en el contrato de opción por el cual una de las partes
866 An íba l T o r r e s V Á sq u E Z / A c t o ju r íd ico

queda vinculada a su declaración de celebrar en el futuro un contrato de­


finitivo y la otra tiene el derecho exclusivo de celebrarlo o no (art. 1419);
la eficacia del contrato definitivo nacerá si el optante, dentro del plazo
fijado, declara celebrarlo. En cambio, el plazo de la obligación solamente
indica el momento en el cual se debe ejecutar la prestación debida; indica
el término en el cual la obligación se convierte en exigible o se extingue.

(4) Efectos del plazo suspensivo y del resolutorio

A r t í cu lo 1 7 8 .- C u a n d o el p l a z o es su sp e n siv o , el a c t o n o su r t e e f e c t o
m ie n t r a s se e n c u e n t r e p e n d ie n t e . C u a n d o el p l a z o e s r e so l u t o r i o , lo s
e f e c t o s d e l a c t o c e sa n a su v e n c i m i e n t o .

A n t e s d e l v e n c i m i e n t o d el p l a z o , q u ie n t en g a d e r e c h o a r e c i b i r a l g u ­
n a p r e st a c i ó n p u e d e e je r c i t a r las a c c i o n e s c o n d u c e n t e s a la c a u t e l a
d e su d e r e c h o .

El art. 178 señala que “cuando el plazo es suspensivo, el acto no surte efec­
tos mientras se encuentre pendiente”924. Esto es erróneo, porque los efectos del
acto jurídico sujeto a plazo suspensivo existen desde su otorgamiento, lo que se
posterga es su exigibilidad. El Código no distingue entre plazo del acto jurídico
y plazo de la obligación, solamente regula este último. Tan cierto es esto que el
art. 180 prescribe que “el deudor que paga antes del vencimiento del plazo sus­
pensivo no puede repetir lo pagado”, ¿por qué?, porque pagó lo que está debien­
do; la deuda existe ab initio solamente se difiere su ejecución. Si el deudor paga
antes está renunciando al plazo.
Si la relación que nace del acto jurídico es obligacional, el crédito existe a
partir del perfeccionamiento del acto, solamente se difiere su exigibilidad para
el momento en que se produzca el vencimiento del plazo suspensivo, de ahí que

924 En el m ism o error incurre el art. 178 del Proyectio de la C o m isió n Revisora (1984); el art.
42 del Proyecto de la C om isión reform adora (1981); el art. 101 del A nteproyecto de la C o ­
misión R eform adora (D ra. Shoschana Z usm an T in m an y Dr. M anuel de la P uente y Lavalle,
1980); el art. 72 del Proyecto de la C o m isió n R eform adora (1975).
El C ó d ig o E uropeo de C o n trato s (A nteproyecto). A cadem ia de Iusprivatistas E uropeos de
Pavía dispone: A rt. 56. Término inicial y fin a l. Las partes pued en convenir que el co n trato o
una o varias de sus cláusulas produzcan efecto a p a rtir de una fecha cierta y hasta una fecha
cierta. A sim ism o, pued en referirse a acontecim ientos que se realizarán con certeza en el fu­
turo aunque en el m om ento de su realización n o sea cierto.
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 867

es irrepetible el pago anticipado. En cambio, tratándose de relaciones reales, las


transmisiones del derecho de propiedad y otros siempre se hacen sujetándolos a
un término inicial, mas no de un término final.
Al respecto, la doctrina no es uniforme, por ejemplo, Roppo92’ dice que
“el plazo inicial indica el momento a partir del cual los efectos se producen”;
en Cambio, Bianca926 afirma que el término inicial “no incide sobre la titulari­
dad actual del derecho, de la que se has aplazado solamente la exigibilidad”. Esta
segunda opinión es la prevaleciente y sirve para diferenciar entre condición y
plazo. La condición suspensiva confiere al titular solamente una expectativa de
derecho, en cambio, en el acto jurídico sometido a plazo inicial la titularidad del
derecho existe desde el inicio.
Importantes Códigos antiguos y modernos establecen que con el plazo
suspensivo solamente se difiere el cumplimiento de una obligación existente. A
modo de ejemplos, citemos algunos de ellos: Código de Andrés Bello: “El plazo
es la época que se fija para el cumplimiento de la obligación; puede ser expre­
so o tácito. Es tácito, el indispensable para cumplirlo” (Art. 1494 del Código
chileno; art. 1515 del Código colombiano; art. 1537 del Código ecuatoriano).
Código español: Art. 1.125. “Las obligaciones para cuyo cumplimiento se haya
señalado un día cierto solo serán exigibles cuando el día llegue”. Código civil y
comercial argentino: Art. 350. “Especies. La exigibilidad o la extinción de un
acto jurídico pueden quedar diferidas al vencimiento del plazo”.
El artículo 178 regula los efectos del plazo suspensivo y del plazo resolu­
torio.

I. Plazo suspensivo
Cuando el plazo es suspensivo (inicial), el acto jurídico celebrado no es
exigible mientras no se produce el vencimiento del plazo, o sea se limita en el
tiempo el ejercicio de todos o de alguno o algunos de los derechos y el cumpli­
miento de las obligaciones ya producidas {plazo de ejercicio).
Sin embargo, nada impide a las partes en ejercicio de su autonomía acuer­
den un plazo suspensivo no para la exigibilidad sino para el nacimiento de la
obligación, caso en el que nos encontramos ante un plazo suspensivo de eficacia,

925 R oppo, V incenzo, ob. cit., p. 593.


926 Bianca, C . M assim o, ob. cit., p. 562.
868 A n íb a l T o r r e s Vá sq u e z / Act o ju r íd ico

por ej., se celebra un contrato de arrendamiento el seis de junio precisando que


el contrato tendrá efectos a partir del quince de julio. En realidad en la práctica
solamente se realizan actos jurídicos en los cuales se posterga el cumplimiento
de derechos existentes y no el nacimiento de estos, o sea, es raro la fijación de
un plazo inicial de eficacia. En cambio, por el plazo suspensivo de ejercicio, se
posterga la exigibilidad de los efectos ya existentes, v. gr., se celebra un contrato
de compraventa el cinco de enero conviniéndose que el precio se pagará el diez
de marzo.
En el plazo de eficacia, el acto existe pero es ineficaz, como en el caso del
ejemplo del arrendamiento antes señalado, en el que el contrato es perfecto
(existe) desde el seis de junio, pero su eficacia se retarda hasta el quince de julio,
antes de esta fecha todavía no existe la obligación de entregar el bien ni la de
pagar la merced conductiva.
En el plazo de ejercicio o de cumplimiento, existe el acto y es eficaz, pero se
difiere el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones mientras
está pendiente el cumplimiento del plazo. Como el ejemplo de la compraventa,
antes señalado, en el que el contrato es perfecto y además es eficaz desde el cinco
de enero en que se celebró, y si no se hubiese convenido otra cosa, ese mismo día
el vendedor debió entregar el bien y el comprador debió pagar el precio, pero se
ha pactado aplazando el pago del precio hasta el diez de marzo. En este caso, el
comprador es deudor del precio desde la celebración del contrato, pero el pago
no podrá serle exigido hasta que el plazo llegue.
Estando pendiente el término inicial no hay incertidumbre en cuanto a
la existencia de los derechos y obligaciones, tampoco en cuanto a su ejercicio,
porque el vencimiento del plazo de todas maneras llegará, aunque se ignore el
momento en que tendrá lugar (incertus quando). Solamente se difiere para un
momento futuro la exigibilidad de esos efectos, a diferencia de lo que ocurre con
el acto condicional, caso en el que hay una inseguridad sobre el nacimiento de
tales efectos; la condición pone en tela de juicio la eficacia del acto, el plazo no la
pone en contingencia, sino que la aplaza92 . Hasta el vencimiento del plazo sus­
pensivo se tiene una expectativa de ejercicio del derecho ya nacido (si el término
es de ejecución)928.

92~ B A R B ER O , Sistem a del Derecho privado, T. I, cit., p. 594.


928 A LB A LA D E J O , E l negociojurídico, cit., p. 281.
Ca p. X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 869

Vencido el plazo suspensivo el acto jurídico opera como un acto puro y


simple con todos los efectos que ello conlleva.
Pendiente el plazo inicial, se encuentra suspendida la exigibilidad y ejer­
cicio de los derechos del titular. En consecuencia, como hacen notar Cazeaux y
Trigo Represas929:
a) el acreedor no puede ejercer ninguna acción tendiente al cumpli­
miento de la obligación (se discute el derecho del acreedor de iniciar
acciones para obtener la declaración de existencia de la obligación);
b) no es susceptible de compensación legal (solo sería posible la com­
pensación facultativa);
c) el titular tiene el derecho de ejercitar las acciones conservatorias para
asegurar la intangibilidad de sus derechos;
d) los derechos sujetos a plazo son transmisibles por actos inter vivos o
mortis causa;
e) no corre la prescripción liberatoria;
f) es irrepetible lo pagado por el deudor antes del vencimiento del plazo.

II. Plazo resolutorio


El plazo es resolutorio (o final) cuando el acto jurídico que venía produ­
ciendo sus efectos cesa de producirlos a su vencimiento, o sea que con el plazo
resolutorio se limita en el tiempo la eficacia del acto jurídico. Por ej., si se celebra
un contrato de arrendamiento por dos meses, el contrato dejará de tener eficacia
al vencimiento del segundo mes desde su celebración; se extingue el contrato.
Al cumplirse el término final se acaba automáticamente los efectos del
acto jurídico. Así se extingue un crédito sujeto a término final, y lo mismo los
derechos sobre cosa ajena concedidos bajo término final (ej., los contratos de
arrendamiento, comodato, depósito, etc.), se terminan las relaciones de presta­
ción de servicios (contrato de locación de servicios, de trabajo, etc.). El que ha
transmitido la propiedad hasta un término final (contrato de compraventa con
pacto de retroventa -arts. 1586 y ss.-), vuelve a ser propietario automáticamente
al cumplirse el término; mientras tanto tiene la expectativa de readquisición,

929 C A Z E A U X , Pedro N . y Fclix A. T R IG O REPRESAS, Compendio de las obligaciones, Li­


brería E ditorial Platense, La Plata, 1984, T. I, pp. 77 6-779.
870 A n í b a l T o r r e s Vá s q u e z / Act o ju r íd ico

exactamente lo mismo que aquél a quien se ha transmitido la propiedad bajo


término inicial tiene la expectativa de adquisición930.
El acto jurídico puede estar sometido al mismo tiempo a un plazo inicial y
a otro final. Por ej., se celebra un contrato de arrendamiento el 15 de enero, con­
viniéndose que el arrendador entregará el bien arrendado al arrendatario el 15
de marzo (plazo inicial), contrato que cesará el 30 de diciembre del año siguien­
te (plazo final). El plazo resolutorio indica el momento en que el acto jurídico
cesa de producir sus efectos; con el plazo resolutorio se mide cronológicamente
la duración de la relación jurídica. El acto jurídico es eficaz desde que empieza
a producir sus efectos hasta la cesación de estos. El plazo resolutorio opera pre­
dominantemente en los actos jurídicos de duración con efectos obligatorios. En
los actos jurídicos de constitución de derechos reales, el plazo final tiene escasa
aplicación, por ej., excepcionalmente se admite la propiedad temporal (venta
con reserva de domino; venta con pacto de retroventa)931.
Al vencimiento del plazo final el acto jurídico cesa automáticamente de
producir sus efectos; el vínculo jurídico se disuelve, salvo que se renueve (pro­
rrogue) el plazo por otro igual o diferente.
El que tiene derecho a recibir una prestación al cumplimiento del plazo,
sea este suspensivo o resolutorio, antes del vencimiento puede ejercitar las ac­
ciones conducentes a la cautela o conservación de su expectativa de ejercicio de
derecho (ej., actuación de prueba anticipada para la declaración del derecho ya
existente, pedido de medidas cautelares, la acción pauliana), a fin de que al ven­
cimiento del plazo pueda exigir el cumplimiento exitoso.

(5) Beneficio del plazo

A r t í cu lo 1 7 9 .- El p l a z o su sp e n siv o se p r e su m e e st a b l e c id o en b e n e ­
f i c i o d e l d e u d o r , a n o se r q u e d e l t e n o r d e l in st r u m e n t o o d e o t r as
c i r c u n st a n c i a s, r e su lt a se h a b e r se p u e st o en f a v o r d e l a c r e e d o r o d e
a m b o s.

930 E N N E C C E R U S , Tratado de Derecho civil, T. I, vol. II, parte II, cit., p. 716.
931 A rt. 1583- E n la cotnpraventa puede pactarse que el vendedor se reserva la propiedad del bien
hasta que se haya pagado todo el precio o una parte determ inada de él, aunque el bien haya sido
entregado a l comprador, quien asum e el riesgo de su pérdida o deterioro desde el m om ento de la
entrega. E l comprador adquiere autom áticam ente el derecho a la propiedad del bien con el pago
del iinporte del precio convenido.
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 871

En cuanto al beneficio del plazo suspensivo, el Código civil conserva el


sistema del Derecho romano, que consagra en este punto el favor debitoris, pre­
sumiendo iuris tantum que el plazo se ha concedido en beneficio de este, salvo
que se pruebe haber sido establecido en beneficio del acreedor o de ambos932. Si
el plazo es en beneficio del deudor, este puede efectuar el pago antes del cum­
plimiento del plazo, pero el acreedor no puede exigirlo sino al vencimiento. Si
el plazo se ha estipulado en beneficio del acreedor, este puede exigir el cumpli­
miento de la obligación antes del vencimiento sin que el deudor pueda rehu­
sar el pago, pero el deudor no podrá pretender pagar antes si el acreedor no lo
acepta. Si el plazo está establecido en beneficio de ambos ni el deudor podrá
pagar antes del vencimiento ni el acreedor podrá exigirlo antes, salvo que ambos
acuerden modificar el plazo, lo cual también sucederá si el acreedor no se opone
al cumplimiento antes del plazo fijado o si el deudor atiende la reclamación an­
ticipada del acreedor.
Como el plazo se presume establecido en beneficio del deudor, este pue­
de pagar antes del vencimiento y si el acreedor rehúsa a aceptarlo, podrá pagar
mediante consignación. Se trata de una presunción iuri tantum que puede ser
desvirtuada por prueba en contrario que acredite que ha sido establecido en be­
neficio del acreedor o de ambas partes.
Hay casos en los cuales la ley establece que el plazo se presume establecido
en beneficio de ambas partes. Por ej., con relación al contrato de suministro,
el art. 1611 dispone que “el plazo establecido para las prestaciones singulares
se presume en interés de ambas partes”, lo que significa que ni el suministrante
puede pretender cumplir ni el suministrado puede exigir que se le entreguen
los bienes antes de los términos señalados. En otros casos, el plazo se presume
establecido en beneficio del acreedor, por ej., el depositante puede pedir la devo­
lución del bien en cualquier momento (art. 1814).

932 M uchos códigos extranjeros tam bién establecen que la presunción del plazo rige a favor del
d eudor: C ó d ig o francés (art. 1187); el italiano (art. 1184); el suizo de las O bligaciones (art.
81); el de Brasil (art. 126); el m exicano (art. 2522); el boliviano (art. 778), el venezolano
(art. 1214). El derogado C ódigo civil argentino presum ía que el plazo es establecido en fa­
vor de ambas partes; en cam bio, el vigente C ó d ig o civil y com ercial dispone que se presu­
me establecido en beneficio del d eudor; A rt. 351. Beneficio del plazo. El plazo se presum e
establecido en beneficio del obligado a cum plir o a restituir a su vencim iento, a n o ser que,
p or la naturaleza del acto, o p or otras circunstancias, resulte que ha sido previsto a favor del
acreedor o de am bas partes.
872 A n í b a l T o r r e s Va s q u e z / A c t o ju r íd ico

Por el principio de puntualidad, el deudor debe ejecutar su prestación el día


del vencimiento del plazo, ni antes ni después. En la práctica comercial, se prohíbe
que las partes puedan violar el principio de puntualidad, estableciendo que ni el
acreedor puede exigir pagos anticipados ni el deudor puede pretender pagar tarde.
En las obligaciones con intereses, si las partes convienen el pago anticipa­
do, el deudor debe tener derecho a los descuentos de los intereses proporciona­
les en relación con el tiempo anticipado porque, en caso contrario, el acreedor
recibe un interés compensatorio (interés que se paga como retribución por el
uso del capital) al que no tiene derecho, lo que sucede con mucha frecuencia en
la práctica contraviniendo lo dispuesto en el art. 1954.

(6) Pago anticipado

A r t í cu lo 1 8 0 .- El d e u d o r q u e p ag ó an t e s d e l v e n c i m i e n t o d e l p l a z o
su sp e n siv o n o p u e d e r e p e t ir lo p a g a d o . Pe r o , si p ag ó p o r ig n o r a n c i a
d e l p l a z o , t i e n e d e r e c h o a la r e p e t i c i ó n .

Como sabemos, no hay certeza sobre si el acto será o no eficaz cuando


está sujeto a condición suspensiva, puesto que esta consiste en un evento futu­
ro e incierto-, en cambio, sí hay certeza de que el acto será exigible cuando está
sometido a plazo suspensivo, por consistir este en un evento futuro pero cierto,
esto es, que fatal y necesariamente llegará. De esto se sigue como consecuencia
que el deudor bajo condición que paga antes de verificarse esta tiene derecho a la
repetición porque paga una deuda que no ha nacido y no se sabe si va a nacer o
no, hay solamente una expectativa de que llegue a nacer; en cambio, el deudor a
plazo que paga antes de que este se cumpla no tiene derecho a repetir lo pagado,
ya que hay la seguridad de que al vencimiento del plazo la obligación constituida
ab initio llegará necesariamente. El pago efectuado antes del vencimiento del
plazo es irrevocable.
Esta solución es clásica, pues, el Derecho romano estableció que no obs­
tante el término, la obligación existe, solamente se difiere el pago; por tanto, si
el deudor paga antes del término, no puede ejercitar la condictio indebiti. El D.
12.6.10 establece: In diem debitor adeo debitor est ut ante diem solutum repetere
non potest (el que es deudor para una fecha, tan es deudor, que no puede recla­
mar lo pagado antes de la fecha)933.

933 T O L A CIRES, Derecho R om ano, cit., p. 79.


C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 873

De acuerdo con el segundo párrafo del art. 180, el deudor que paga antes
del vencimiento del plazo ignorando su existencia porque no estaba en posibi­
lidad de conocerlo, tiene derecho a la repetición de lo pagado con los intereses
o los frutos, pues, en caso contrario, se estaría favoreciendo un enriquecimiento
injusto del acreedor. Tomemos el ejemplo de Macardé934: si a la muerte de mi
padre me encuentro con un testamento que me manda pagar a Pablo inmedia­
tamente veinte mil francos, y después de haberlos pagado descubro un segundo
testamento que me concede dos años para pagar dichos veinte mil francos. En
este caso, conforme al art. 180, el deudor tiene derecho a la repetición porque
pagó por ignorancia del plazo.
El segundo párrafo del art. 1185 del Código italiano establece: “el deu­
dor no puede repetir lo que ha pagado anticipadamente, aun cuando ignore la
existencia del término. En este caso, sin embargo, puede repetir, dentro de los
límites de la pérdida sufrida, aquello en que el acreedor se ha enriquecido por
efecto del pago anticipado”. Como señala Coviello93:> “si el deudor cumple su
obligación antes del vencimiento del término, por error o por ignorancia de que
este se haya puesto, no tiene derecho a la repetición de lo que pagó, por la muy
sencilla razón de que no puede decirse que es indebida una cosa que se debe a
plazo”. Pero hace la siguiente salvedad, “si el cumplimiento de la obligación con­
siste en la entrega de una cosa fructífera, o en el pago de un capital productivo
de intereses, es claro que el cumplimiento anticipado importa para el deudor
la pérdida y para el acreedor la ganancia correspondiente, de los frutos o de los
intereses percibidos en aquel lapso de tiempo que media entre el día del pago y
el vencimiento del término. Ahora bien, tal ventaja no puede considerarse como
debida, y por eso, (...) debe estimarse que el deudor que ha pagado anticipada­
mente, tiene derecho de repetir lo interusurium, o sea el descuento”.
Conforme al art. 180 del Código patrio, el deudor que cumple o restituye
antes del vencimiento del plazo no puede repetir lo pagado, porque pagó algo
que debe, aun cuando no hubiera vencido el plazo, pues está renunciado al pla­
zo, y, de otro lado, el acreedor tiene el título para recibir el pago. Empero, si el

934 C itad o p o r Vélez Sársfield en nota al art. 571 del C ó d ig o argentino que dispone: El d eu d o r
de la obligación que ha pagado antes del plazo n o puede repetir lo pagado. El art. 1186 del
C ó d ig o francés establece: Ce qui riest d u qu'a terme, ne p e u t étre exige a vant lechéam e du
terme; m ais ce qui a été payé d avance ne p e u t étre répété.
935 C O V IE L L O , D octrina general del Derecho civil, cit., p. 482.
874 An íba l T o r r e s Vá s q u e z / Aero ju r íd ico

deudor prueba que pago por tener una falsa representación del acto jurídico o,
existiendo este, pagó anticipadamente por ignorancia del plazo, tiene derecho a
la repetición de lo pagado. Es decir, el pago por ignorancia se presenta cuando se
tiene una noción falsa de la existencia del acto jurídico, caso en el que el deudor
paga lo que no debe, o desconoce que la obligación está sometida a plazo, razón
por que paga antes vencimiento. En ambos casos, el deudor que pagó por igno­
rancia tiene derecho a la repetición.

(7) Caducidad del plazo

A r t í cu lo 1 8 1 .- El d e u d o r p i e r d e el d e r e c h o a u t i l i z a r el p l a z o :

1. Cu an d o r e su lt a i n so l v e n t e d e sp u é s d e c o n t r a íd a la o b l i g a c i ó n ,
sa l v o q u e g a r a n t i c e la d e u d a .
Se p r e su m e la i n so l v e n c i a d e l d e u d o r si d e n t r o d e lo s q u i n c e d ía s
d e su e m p l a z a m i e n t o j u d i c i a l , n o g a r a n t i z a la d e u d a o n o se ñ a ­
la b ie n e s l i b r e s d e g r av am e n p o r v a l o r su f i c i e n t e p a r a el c u m p l i ­
m ie n t o d e su p r e st a c ió n ' 536.

2. C u a n d o n o o t o rg u e al a c r e e d o r las g a r a n t ía s a q u e se h u b ie se
c o m p r o m e t id o .

3. C u a n d o las g a r a n t ía s d i sm in u y e r e n p o r a c t o p r o p io d e l d e u d o r , o
d e sa p a r e c i e r e n p o r c a u sa n o i m p u t a b l e a e st e , a m e n o s q u e sean
in m e d i a t a m e n t e su st it u id a s p o r o t r as e q u i v a l e n t e s, a sa t isf a c c i ó n
d el acreed o r.

La p é r d id a d e l d e r e c h o al p l a z o p o r las c a u sa l e s i n d ic a d a s en lo s
i n c i so s p r e c e d e n t e s, se d e c l a r a a p e t i c ió n d e l in t e r e sa d o y se t r am it a
c o m o p r o c e so su m a r ísi m o . So n e sp e c i a l m e n t e p r o c e d e n t e s las m e ­
d id a s c a u t e l a r e s d e st in a d a s a a se g u r a r la sa t isf a c c i ó n d e l c r é d i t o 937.

El acreedor no puede pedir el cumplimiento de la obligación antes de que


expire el plazo, salvo que este se haya establecido en su favor, o salvo que ha­
yan sucedido hechos que determinan la caducidad del plazo. Esto último ocurre
cuando el deudor pierde o disminuye considerablemente su patrimonio, que es
el que respalda el crédito, de tal modo que ya no hay la seguridad que cumplirá
con su prestación, razón por la que el art. 181 sale en defensa del derecho del
acreedor, declarando la caducidad del plazo a fin de que pueda exigir la efectivi­
dad de su crédito, sin esperar el vencimiento.

9 36 Texto agregado p o r el D. Leg. N ° 768.


937 Inciso agregado p o r el D. Leg. N u 768.
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 875

Cazeaux y Trigo Represas938 definen a la caducidad del plazo como “la


privación de los beneficios del término antes del vencimiento, en virtud de una
disposición legal. Es una sanción que la ley impone al obligado a raíz de actos
suyos en perjuicio del acreedor. Esta pena consiste en tener por cumplido ficti­
ciamente el plazo, adelantando los efectos de su vencimiento”.
Por disposición del art. 181, por motivos debidamente justificados, el
pazo caduca, terminando así con la presunción legal de que es establecido en
beneficio del deudor. El plazo conferido al deudor para el cumplimiento de la
obligación caduca: 1) cuando el deudor sobreviene insolvente; 2) si el deudor
no otorga las garantías a que se hubiese comprometido; 3) si disminuyen por
acto propio las garantías otorgadas al acreedor para el cumplimiento de la obli­
gación, o desaparecen por caso fortuito o fuerza mayor:
1. cuando el deudor sobreviene insolvente, salvo que garantice la deuda.
Se es insolvente cuando se carece de bienes con los cuales atender al
cumplimiento de una obligación. Si el deudor no garantiza la deuda
en el plazo de quince días de ser emplazado judicialmente, o si no se­
ñala bienes libres, se le presume insolvente, y el acreedor puede exigir
el cumplimiento de la obligación sin esperar el vencimiento del plazo
ni tener que demostrar la inexistencia de patrimonio.
2. si el deudor no otorga al acreedor las garantías a que se hubiere com­
prometido. El incumplimiento de esta obligación del deudor, ya por­
que no quiere o porque no puede, es sancionado con la privación del
beneficio del plazo que el acto jurídico le otorgaba.
3. si por actos propios del deudor disminuyen, cuantitativa (disminuyen
los bienes) o cualitativamente (disminuye el valor de los bienes939),
las garantías establecidas o cuando por caso fortuito o fuerza mayor
desaparecen, a menos que sean sustituidas por otras equivalentes, a
satisfacción del acreedor. El deudor tiene el deber de conservar la
existencia y el valor de los bienes gravados a favor de su acreedor por­
que si el deudor incumple con este deber y a consecuencia de ello los
bienes que constituyen la garantía se pierden o disminuyen, el acree­
dor podrá demandar, en un proceso sumarísimo, que el deudor sea
privado del beneficio del plazo.

938 C A Z E A U X y T R I G O REPRESAS, Compendio d éla s obligaciones, cit., T. I, p . 281.


939 Por ej., realiza actos de disposición m aterial o jurídica de los bienes gravados; enajena los
accesorios.
876 A n í b a l T o r r e s V a s q u e z / Acto jurídico

Con la pérdida o deterioro de las garantías desaparece la seguridad sobre


la recuperabilidad de los créditos. Cuando esto sucede, el acreedor se interesa
porque las garantías deterioradas o perdidas sean sustituidas inmediatamente
por otras a su satisfacción o, en caso contrario, que se le pague su crédito sin es­
perar el vencimiento del plazo; no está preocupado en averiguar si las garantías
se deterioraron o perdieron por causa imputable o no al deudor, dado que con
eso no convierte a su crédito en recuperable.
La caducidad del plazo por pérdida o deterioro de garantías está regulada
en el Código en forma contradictoria en dos dispositivos. Por un lado el art.
181.3 dispone que el deudor pierde el derecho a utilizar el plazo si la garantía
disminuye por causa que le es imputable o desaparece por causa que no le es
imputable910; y, por otro, el art. 1110 establece que el deudor pierde el derecho a
utilizar el plazo cuando la garantía se pierde o deteriora, sin distinguir entre que
si estos hechos son o no imputables al deudor.
Como las garantías tienen por finalidad asegurar la recuperación del cré­
dito, si esas garantías se pierden o deterioran considerablemente, se pierde tam­
bién la seguridad de la recuperación del crédito, siendo intrascendente para el
acreedor que el hecho de la pérdida o deterioro sea imputable o no al deudor. De
lo que sigue que es necesario eliminar la distinción entre causa imputable o no
imputable al deudor a que hace referencia el art. 181.3.
Para una eventual modificación proponemos el siguiente texto.

“Art. 181. El deudor pierde el derecho a utilizar el plazo (...). 3. Cuando


las garantías otorgadas al acreedor para el cumplimiento de la obligación se
pierden o deterioran de modo que resulten insuficientes, a menos que sean
sustituidas por otras equivalentes a satisfacción del acreedor ’.

La pérdida del plazo por las indicadas causales no es automática, sino que se
declara a petición de parte interesada y se tramita como proceso sumarísimo. Son
procedentes las medidas cautelares destinadas a asegurar la satisfacción del crédito.
Otros casos de caducidad del plazo están contemplados en los arts. 1110,
1323, 1427,1561,1897.2.

940 En el m ism o error incurre el C ó d ig o civil y com ercial argentino, cuando en el art. 353 cuan­
do dispone que “el obligado a cum plir n o puede invocar la pendencia del plazo..., si dis­
m inuye p o r acto pro p io las seguridades otorgadas al acreedor para el cu m plim iento de la
obligación...”.
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 877

(8) Plazo judicial

A r t í cu lo 1 8 2 .-
Si el acto n o señala plazo , pero d e su natu raleza y
circu n sta n cias se d ed u je re q u e ha q u erid o c o n ced erse al deudor, el
juez fija su d uración.
Tam bién tija el ju ez la d u ració n del p lazo cuya d eterm in ació n haya
q u e d a d o a v o luntad del d eu d o r o un tercero y estos no lo señalaren.
La d e m an d a se tram ita co m o p ro ceso sum arísim o941.

El primer párrafo del art. 182 se refiere al plazo tácito, esto es cuando las
partes no lo han estipulado expresamente, pero de las circunstancias o naturale­
za de los particulares fines que se persiguen o cuando sea necesario el transcurso
de un lapso de tiempo para exigir el cumplimiento de la prestación (por ej., los
bienes adquiridos se tienen que fabricar; o se tienen que entregar en un lugar
distante del de adquisición), se dedujera que ha querido concederse al deudor
un plazo, en cuyo caso el juez fijará su duración. El juez no crea el plazo porque
este existe implícitamente en el acto, pero es incierta la fecha de su vencimiento,
razón por la cual, a solicitud de parte interesada fija su duración.
El segundo párrafo del art. 182 regula el plazo potestativo, entendiéndo­
se como tal tanto al término potestativo propio (cuando la determinación se ha
dejado a un comportamiento voluntario en el cual el sujeto tenga algún interés)
como el término meramente potestativo (cuando quiero); a diferencia de la con­
dición meramente potestativa que anula el acto, el término potestativo, propio o
meramente potestativo, no invalida el acto, y si el deudor no señala su duración
lo fijará el juez a pedido del acreedor9'2.

941 Párrafo sustituido p o r el D. Leg. N ° 768.


El párrafo original del art. 182 prescribía: E l procedimiento es de m enor cuantía.
942 Cas. N ° 3319-98-Lim a: “el artículo 182 del C ó d ig o civil establece dos supuestos de fijación
de plazo p o r el juez: el prim ero alude al caso del plazo tácito, en el cual se p arte del supuesto
de que existe un plazo, pero será el juez quien determ ine su extensión o duración; el segundo
párrafo pretende regular los casos en que el acreedor ha p erm itid o que el d eu d o r cum pla
con su obligación cuan d o quiera o cuando disponga de los m edios suficientes, sin em bargo,
el arbitrio del d eu d o r no es en to d o caso ilim itado, corresponde al juez establecer en dicha
hipótesis el térm in o conveniente para que resulte exigible la obligación”.
878 A n í b a l T o r r e s V á s q u e z / A c t o jurídico

Según Scognamiglio943, el plazo potestativo no invalida el acto (a diferen­


cia de cuanto ocurre en la condición) porque tal término no compromete la
existencia de la obligación. Pero una solución de esta naturaleza -agrega este
autor- se puede adoptar solamente respecto del término del cumplimiento; en
cambio, cuando se trata del término que afecta la eficacia del acto, se deberá con­
cluir, del mismo modo y en los mismos límites que en el caso de la condición, o
sea, por la nulidad del acto.
También fijará el juez la duración del plazo cuando su determinación haya
quedado a voluntad de un tercero y este no lo señale.
El art. 182 regula la fijación judicial del plazo cuya determinación ha que­
dado a voluntad del deudor, pero no dice nada cuando la determinación del pla­
zo ha quedado a voluntad del acreedor y este no lo señala, supuesto último que
se resolverá aplicando por analogía el art. 182, es decir, si el acreedor no señala la
duración del plazo, esta será fijado por el juez a instancia del deudor que quiere
liberarse. Al respecto es claro el art. 1183 del Código italiano que dispone: “Art.
1183. Tiempo del cumplimiento.- Si no se ha determinado el tiempo en que la
prestación se debe cumplir, el acreedor puede exigirla inmediatamente. Sin em­
bargo, cuando en virtud de los usos o por la naturaleza de la prestación o bien
por el modo o el lugar de la ejecución, sea necesario un plazo, este, en defecto de
acuerdo de las partes, se establece por el juez. Si el término para el cumplimiento
se deja a la voluntad del deudor, corresponde igualmente al juez establecerlo se­
gún las circunstancias; si se deja a la voluntad del acreedor, el término puede ser
fijado a instancia del deudor que quiere liberarse”. Es aconsejable que en caso de
reforma del Código peruano se adopte una solución como la contenida en este
artículo del Código italiano.

(9) Cómputo del plazo

A r t í cu lo 1 8 3 .- El p l a z o se c o m p u t a d e a c u e r d o al c a l e n d a r i o g r e g o ­
r ia n o , c o n f o r m e a las sig u ie n t e s r e g la s:

1. El p l a z o se ñ a la d o p o r d ía s se c o m p u t a p o r d ía s n a t u r a l e s, sa l v o
q u e la le y o el a ct o j u r íd i c o e st a b l e z c a n q u e se h ag a p o r d ía s h á ­
b i l e s.

943 S C O G N A M I G L I O , C ontratti ingenerale, cit., p. 148.


C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 879

2. El p l a z o se ñ a la d o p o r m e se s se c u m p l e en el m e s d e l v e n c i m i e n t o
y en el d ía d e est e c o r r e sp o n d i e n t e a la f e c h a d e l m e s i n i c i a l . Si en
el m e s d e v e n c i m i e n t o f a lt a t al d ía , el p l a z o se c u m p l e el ú lt im o
d ía d e d i c h o m e s.

3. El p l a z o se ñ a la d o p o r a ñ o s se rig e p o r las r e g la s q u e e st a b l e c e el
i n c i so 2 .
4. El p l a z o e x c l u y e el d ía i n i c i a l e i n c l u y e el d ía d e l v e n c i m i e n t o .

5. El p l a z o c u y o ú lt im o d ía sea i n h á b i l , v e n c e el p r im e r d ía h á b il
sig u i e n t e 9'” .

El art. 183 establece un régimen legal supletorio que opera si las partes o
la ley no disponen un modo diferente de computar los plazos.
En primer lugar señala que el plazo se computa de acuerdo al calendario
gregoriano. En efecto, este es el calendario que nos rige, el mismo que fue es­
tablecido por el Papa Gregorio X III en el año 1582, a partir de los estudios de
Lilio, Clavius y Chacón945. Es el calendario de mayor aceptación y uso a nivel

9 44 C C d e 1936: A rt. 1116.- Si el plazo está señalado p o r días a concar desde uno determ inado,
q uedará este excluido del cóm puto. El plazo incluye el día del vencim iento. Si fuese festivo,
el cu m plim iento ten d rá lugar el p rim er día siguiente que no sea festivo. Los meses se co m p u ­
tarán con arreglo al calendario gregoriano.
C ó digo T ributario: N orm a X II.- Cómputo de plazos. Para efecco de los plazos escablecidos en
las norm as tributarias deberá considerarse lo siguiente:
a) Los expresados en meses o años se cum plen en el mes del vencim iento y en el día de este
correspondiente al día de inicio del plazo. Si en el mes de vencim iento falta tal día, el
plazo se cum ple el últim o día de dicho mes.
b) Los plazos expresados en días se entenderán referidos a días hábiles.
En todos los casos, los térm inos o plazos que vencieran en día inhábil para la A dm inistra­
ción, se en tenderán prorrogados hasta el p rim er día hábil siguiente. En aquellos casos en que
el día de vencim iento sea m edio día laborable se considerará inhábil.
945 Ver: Diccionario Enciclopédico Quillet, C um bre, México D. E, 1985, T. II, p. 362; V ID A L
R A M IR E Z , Teoría general del actojurídico, cit., p. 513.
Julio C ésar adoptó el año solar de 365 días y 6 horas, y cada cuatro años, un año de 366 días.
Este se llamó el C alendario Juliano. C o n el fin de adecuar el calendario a las festividades de la
cristiandad, el Papa G regorio X III dispuso que se suprim an 10 días del año 1582 y que deje
de ser bisiesto el año final de cada siglo a menos que el núm ero correspondiente a tal año fuera
m últiplo de 400. Este es el C alendario G regoriano, en el cual el año tiene 365 días más un
año bisiesto de 366 días cada 4 años; los años se dividen en 12 meses de 31 días los de enero,
marzo, mayo, julio, agosto, octubre y diciem bre, de 30 días los de abril, junio, setiem bre y n o ­
viembre, v de 28 días el de febrero que, al ser bisiesto cada 4 años, alcanza 29 días; la semana en
7 días, y los días divididos en 24 horas, las horas en 60 m inutos y los m inutos en 60 segundos.
880 A n í b a l T o r r e s Vá s q u e z / A c t o j u r í d i c o

mundial. Este calendario considera que el año tiene 365 días.


El plazo se computa de acuerdo a las siguientes reglas:

1). E l cómputo por días


El cómputo del plazo por días está normado en los incs. 1,4 y 5 del art. 183.
El inc. 1 del art. 183 dispone: E l plazo señalado por días se computa por
días naturales, salvo que la ley c el acto jurídico establezcan que se haga por días
hábiles. El día entero tiene 24 horas, corre de medianoche a medianoche; el día
comienza a la hora 0 y termina en la hora 24, o sea el día es el intervalo que corre
de medianoche a medianoche. Según lo dispuesto en el inc. 1 del art. 183, en el
cómputo natural se incluyen tanto los días hábiles (útiles) como los inhábiles
(feriados); mientras que en el cómputo civil se excluyen los días inhábiles. El
plazo por días no puede contarse de momento a momento ni por horas, sino
desde la medianoche en que termina el día de la fecha de su celebración. Si el
día 6 de junio se celebra un contrato de préstamo por 30 días, el plazo comienza
a computarse desde la medianoche del día 6 en que comienza el día 7, este es el
día uno, y seguimos contando hasta llegar al día 30, el plazo termina a la media
noche de este día 30. Para completar el plazo de 30 días contamos todos los días
hábiles como inhábiles, porque el plazo se cuenta por días corridos y no por días
útiles, salvo que la ley o el pacto establezcan que los 30 días son hábiles, en cuyo
caso se excluye del cómputo los días inhábiles946.

El art. 5 del T ítu lo Prelim inar del C ó digo civil español, m odificado p o r la Lev 3 /1 9 7 3 , señala:
“A rt. 5.- 1. Siem pre que no se establezca otra cosa, en los plazos señalados p o r días, a c o n ta r de
uno determ inado, quedará este excluido del cóm puto, el cual deberá em pezar el día siguiente;
y si los plazos estuviesen fijados por meses o años, se com putarán de fecha a fecha. C u an d o en
el mes del vencim iento n o hubiera día equivalente al inicial del cóm puto, se entenderá que el
plazo expira el últim o día del mes. 2. En el cóm puto civil de los plazos n o se excluyen los días
inhábiles”.
946 T P del C ódigo civil y comercial argentino: A rt. 6 Aíodo de contar los intervalos del derecho. E l
modo de contar los intervalos del derecho es el siguiente: día es el intervalo que corre de mediano­
che a medianoche. E n los plazosfijados en días, a contar de uno determinado, queda éste excluido
del cómputo, el cual debe em pezar a l siguiente. Los plazos de meses o años se computan de fecha
a fecha. Cuando en el mes del vencimiento no hubiera día equivalente a l inicial del cómputo, se
entiende que el plazo expira el últim o día de ese mes. Los plazos vencen a la hora veinticuatro del
día del vencimiento respectivo. E l cómputo civil de los plazos es de días completosy continuos, y no
se excluyen los días inhábiles o no laborables. E n los plazos fijados en horas, a contar desde una
hora detertninada, queda ésta excluida d el cómputo, el cual debe em pezar desde la hora siguiente.
Las leyes o las partes pueden disponer que el cómputo se efectúe de otro modo.
Ca p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 881

Como los días del plazo son días enteros de 24 horas, es posible que el
deudor pueda ejecutar su prestación desde la hora 0 hasta el filo de la media­
noche. Sin embargo, los usos y las costumbres imponen que en la mayoría de
los casos el deudor pueda ejecutar su prestación y el acreedor exigir el pago so­
lamente en determinados horarios, por ej., durante el horario en que los bancos
atienden al público; durante el tiempo en que los establecimientos del deudor o
del acreedor permanecen abiertos; durante el horario en que razonablemente se
puede exigir al acreedor en su domicilio que acepte el pago.
Como hemos indicado antes, el plazo señalado por días se computa por
días naturales, en los que se comprende tanto los días hábiles como los inhábiles
o no laborables, a menos que la ley o el acto jurídico establezcan expresamente
que se haga por días útiles.
El inc. 4 del art. 183 establece: E l plazo excluye el día inicial e incluye el
día del vencimiento. En el cómputo del plazo, en líneas generales, no se cuenta
el día inicial (dies a quo non computatur in termino) mientras que si se computa
el día final (dies ad quem computatur in termino). Si se incluyera en el plazo el
día inicial no se estaría contando un día entero, pero sí se incluye el día del ven­
cimiento por cuanto este pertenece íntegramente al deudor, quien puede pagar
en cualquier momento de este día. Por ej., si el día 15 de febrero, se celebra un
contrato de mutuo por treinta días; si en el cómputo entrara el día 15 no se esta­
ría contando un día completo porque al momento en que las partes celebran el
contrato han pasado ya varias horas del día 15. La exclusión del día inicial en el
cómputo del plazo {Dies a quo non computatur in termino) se aplica en los plazos
fijados por días, semanas, meses o años, etc. Por las razones expuestas, los plazos
por semanas, meses o años, etc., se contarán siempre a partir del día siguiente al
inicial.
El inc. 5 del art. 183 prescribe: E l plazo cuyo último día sea inhábil, vence
el primer día hábil siguiente. Si el día del vencimiento del plazo es inhábil, se
prorroga al siguiente día hábil, independientemente que el plazo sea por días,
meses, años, etc. A contrario sensu, si el día por el que se inicia el cómputo del
plazo es inhábil o en el transcurso hay uno o varios días inhábiles, ellos entran
en el cómputo.
Cuando el plazo se señala por semanas, se debe considerar la semana ente­
ra de siete días. Si el plazo es por unidades temporales menores a un día, por ej.,
por horas, el cómputo es de momento a momento {a momento ad momentum).
882 A n í b a l T o r r e s V á s q _ u e z / Acto jurídico

2) E l cómputo por meses


E l inc. 2 del art. 183 dispone: E l plazo señalado por meses se cumple en el
mes del vencimiento y en el día de este correspondiente a lafecha del mes inicial. Si
en el mes de vencimientofalta tal día, elplazo se cumple el último día de dicho mes.
Esto quiere decir que el plazo por meses se computa defecha afecha, excluyendo del
cómputo el día inicial, o sea, se cuenta desde el día siguiente del día inicial corres­
pondiente al mes inicialy termina en ese mismo día del mes del vencimiento. En el
supuesto de que en el mes del vencimiento faltara un día equivalente al inicial del
cómputo, se entiende que elplazo expira en el último día de dicho mes. Por ej., el día
29 dejunio se celebra un contrato de suministro por el plazo de ocho meses; el plazo
de ocho meses corre desde el día 30 dejunio (mes inicial) hasta el día 28 defebrero
(mes del vencimientoj, porque en este mesfalta el día 30 del mes inicial (junio). En
cambio, si el contrato celebrado el 29 dejunio espor seis meses, elplazo se inicia el 30
dejunio (mes inicial)y vence el 30 de diciembre (mes del vencimiento).

3) E l cómputo por años


E l inc. 3 del art. 183 prescribe: E l plazo señalado por años se rige por las re­
glas que establece el inciso 2. E l plazo señalado por años se rigepor las mismas reglas
del plazo señalado por meses. Por ej., si el acto se celebra el 5 dejunio de 2012 por el
plazo de 2 años, elplazo vence el 6 dejunio del año 201494 .
Sea el plazo por días, semanas, meses o años, en el cómputo se excluye el
día inicial y se incluye el día del vencimiento. Los plazos vencen a la hora vein­
ticuatro del día del vencimiento respectivo. Cuando en el mes del vencimiento
falta el día equivalente al inicial de cómputo, se entiende que el plazo expira el
último día de ese mes. Cuando el día del vencimiento es inhábil, vence el primer
día hábil siguiente.
El artículo bajo comentario no regula los plazos fijados en horas, por ana­
logía con los plazos establecidos en días, cuando el plazo se ha fijado en horas a
comenzar desde una hora determinada, esta queda excluida del cómputo, el cual
debe empezar desde la hora siguiente.

947 El derogado C ó d ig o civil argentino disponía: A rt. 25. Los plazos de meses o meses, de años
o años, term inarán el día que los respectivos meses tengan el m ism o n úm ero de días de su
fecha. Así, un plazo que principie el 15 de un mes, term inará el 15 del mes correspondiente,
cualquiera que sea el núm ero de días que tengan los meses o el año.
C a p . X: M o d a l i d a d e s del a c t o j u r í d i c o 883

(10) Aplicación supletoria de las reglas del art. 183

A r t í cu lo 1 8 4 .- Las re g las d e l a r t íc u l o 1 8 3 so n a p l i c a b l e s a t o d o s lo s
p l a z o s le g ale s o c o n v e n c i o n a l e s, sa l v o d i sp o si c i ó n o a c u e r d o d i f e ­
r en t e .

A falta de convenio o disposición legal en contrario, las reglas sobre el


cómputo del plazo contenidas en el art. 183 son de aplicación a todo tipo de
plazo sea legal, judicial o convencional, siempre que no se establezca otra cosa
por ley o por acuerdo.

Sección III: El cargo

1 0 1 . C O N C EP T O

El cargo (llamado también “carga”9"*8, “encargo”, “modo”) es una obliga­


ción accesoria y excepcional que, en los actos gratuitos de liberalidad, ínter vivos
o mortis causa, puede ser impuesta por el disponente a cargo del destinatario de
la liberalidad, consistente en dar, hacer o no hacer algo en favor del disponente
o de un tercero o del mismo beneficiario, o de emplear de una determinada ma­
nera el bien objeto de la disposición949. No es un suceso extraño a la voluntad
humana, como ocurre con la condición o el plazo.
Desde el Derecho romano se dijo que la condición suspensiva suspende,
pero no obliga; el modo obliga, pero no suspende. Esta frase también describe
de forma correcta la distinción entre condición suspensiva y modo en el Dere­
cho vigente9’0.

948 La palabra “carga” significa tam bién las garantías (hipotecas, prendas, anticresis) y los gravá­
m enes (em bargos o m edidas cautelares) con los que afectan a los bienes.
949 C O V IE L L O (D o ctrin a general del D erecho civil, cit., p. 484) m anifiesta que zim o d u s" c o n ­
siste en una declaración accesoria de voluntad p or la cual se im pone a quien se concede a
títu lo g ratu ito un derecho p atrim onial, la obligación de realizar un h echo cualquiera. Este
puede consistir en un determ in ad o uso de la cosa dada, o en una prestación, de índole p e ­
cuniaria o no, en favor de quien ha tran sm itid o el derecho, o de un tercero” cfr. tam bién
B E T T I, Teoría general del negocio jurídico, cit., p. 415; C A R IO T A F E R R A R A , E l negocio
jurídico, cit., p. 565; T R A B U C C H I, Istituzioni d i D iritto civile, cit., T. II, p. 160.
950 FL U M E , E l negocio jurídico. Parte general del Derecho civil, cit., p. 803.

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