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A TODOS nos gusta que se nos trate con comprensión, que se tomen en
cuenta nuestras circunstancias, que se nos ayude cuando cometemos errores y
que no se exija de nosotros más de lo que podemos dar.
Así es como Jehová Dios trata a sus siervos. Salmo 103:14 dice: Él conoce
nuestras limitaciones.
La opinión que Jehová tiene de sus siervos suele diferir mucho de la que
tiene el hombre. Él ve los asuntos desde un punto de vista diferente y toma en
cuenta aspectos que otros tal vez desconozcan por completo.
Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, fue “despreciado y fue evitado por los
hombres”. Los que no pusieron fe en él como el Mesías ‘lo consideraron como de
ninguna importancia’. (Lucas 23:18-21.) No obstante, a los ojos de Dios, él era su
“Hijo, el amado”, a quien el Padre dijo: (Lucas 3:22)
Algunos seguidores de Jesucristo son despreciados porque son pobres en
sentido material y aguantan muchas tribulaciones. Sin embargo, Jehová y su Hijo
pueden considerarlos ricos. (Romanos 8:35-39; Revelación 2:9.) ¿A qué se debe
tal diferencia de opinión?
Jeremías 11:20 contesta: “Jehová [...] está examinando los riñones y el
corazón”. Él ve lo que somos en nuestro interior, incluso los aspectos de nuestra
personalidad que están ocultos a los ojos de los demás.
Al examinarnos, se interesa principalmente en las cualidades y condiciones
que son fundamentales para nuestra buena relación con él, las que nos benefician
de manera más duradera. Ilustración: un Joven y un viejo maestro y su anillo de
oro.
Sin importar cuánto hayamos aprendido de las Escrituras, no lo sabemos todo.
David dijo lo siguiente: “Oh Dios, ¡hasta cuánto llega la gran suma de ellos! . Si yo
tratara de contarlos, son más que hasta los granos de arena.”
Por ello David escribió: “He despertado, y sin embargo todavía estoy contigo”.
(Salmo 139:17, 18.) Seguiremos aprendiendo acerca de Jehová y de sus caminos
por toda la eternidad. Nunca llegaremos a saberlo todo. (Romanos 11:33.)