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INTERVENCIÓN PÚBLICA Y EFICIENCIA.

Desde un punto de vista económico se denomina intervencionismo a la acción de


los poderes públicos sobre la economía, bien sustituyendo la labor de los agentes
privados, bien mediante el establecimiento de normas o regulaciones que afecten a
la acción de estos. Cuando la intervención en economía es la máxima posible nos
encontramos ante economías planificadas, mientras que en el extremo opuesto se
encontrarían las economías de libre mercado, donde el principal mecanismo lo
constituyen las acciones de mercado y no la acción del sector público. En la
actualidad en las economías desarrolladas el debate se encuentra centrado no tanto
en la elección entre la economía de libre mercado y la economía completamente
intervenida o planificada, sino en la mejor combinación de mercado e intervención
que garanticen un pleno desarrollo económico y social.
¿Por qué se debe intervenir en economía?

Mientras que los economistas liberales consideran que la intervención del Estado en
la economía ha de ser mínima, otros economistas consideran que pueden surgir
problemas si se deja actuar libremente a dichos mercados. Los primeros consideran
que el libre mercado es el sistema económico más eficiente, pues la toma
descentralizada de decisiones que tiene lugar en dichos mercados conduce al mejor
resultado posible. Sin embargo es un hecho que se producen “fallos de mercado”, lo
que justificaría la actuación de los poderes públicos para corregirlos. Existen dos
tipos de fallos de mercado. El primero hace referencia a la imposibilidad del sistema
de libre mercado para conseguir una eficiente asignación de los recursos
disponibles en la economía. El segundo se refiere al fracaso para conseguir
objetivos (sociales) diferentes de la eficiencia.

Antes de analizar cuándo se producen estos fallos de mercado, no se puede olvidar,


aunque existen criterios técnicos para determinar en qué momento y con qué
intensidad se debe intervenir en economía, que la ideología política resulta
determinante a la hora de tomar este tipo de decisiones.

Existencia de mercados ineficientes

El mercado puede asignar los recursos disponibles de manera ineficiente en los


siguientes casos:

a) Poder monopolístico
Hay mercados que por su propia naturaleza presentan una tendencia al monopolio,
es decir, a la existencia de un único oferente. Esto ocurre, por ejemplo, cuando el
coste de producción es tan elevado que la existencia de un único oferente resulta
más eficiente que con un elevado número de productores (lo que se conoce con el
nombre de monopolio natural). La telefonía fija constituye un ejemplo de monopolio
natural. El coste de establecer la infraestructura necesaria para poder utilizar el
teléfono (el tendido telefónico) resultaba tan elevado que hacía imposible que varias
empresas compitieran por prestar este tipo de servicios ya que no podrían amortizar
la inversión realizada si hubiera competencia. Es la razón por la que en España
durante varias décadas una única empresa ofreció este tipo de servicios en régimen
de monopolio (Telefónica).

De cualquier forma los monopolios producen una cantidad inferior a la socialmente


eficiente y al mismo tiempo establecen unos precios superiores al coste marginal.
En conjunto el monopolio provoca pérdidas irrecuperables de eficiencia, lo cual
justificaría la acción del sector público para evitar dicho efecto.

b) Externalidades
Cuando la actividad de una empresa tiene efectos sobre otros agentes económicos,
se dice que produce externalidades. Por ejemplo, si una empresa contamina el
medio ambiente, su actividad está provocando una externalidad negativa. Si no la
tiene en cuenta está perjudicando a la sociedad y el sector público deberá intervenir
para que los costes sociales derivados de esa externalidad negativa desaparezcan.

c) El problema de los bienes comunes


Un bien de propiedad común es aquel que carece de propietario y puede ser
utilizado por cualquier agente económico. El ejemplo más utilizado para describir
este tipo de recursos es la pesca en el océano. El problema con este tipo de bienes
es que al final el nivel de actividad es tan elevado que acaban agotándose si no se
pone un límite. Para ello deben actuar los poderes públicos.

d) La provisión de bienes públicos


Dadas las características de los bienes públicos, que son aquellos cuyo coste total
de producción no aumenta al hacerlo el número de agentes que los consumen, el
mercado privado nunca suministrará la cantidad eficiente de los mismos. En efecto,
este tipo de bienes (como por ejemplo la defensa nacional), una vez producidos se
encuentran disponibles para todos los agentes económicos, y no se puede
discriminar quién los consume y quién no. Por tanto el mercado privado nunca los
producirá o por lo menos no lo hará en las cantidades eficientes, obligando a
intervenir al sector público.

Problemas a la hora de alcanzar objetivos sociales

Los mercados no suelen funcionar correctamente cuando se trata de conseguir


metas sociales que vayan más allá de una asignación eficiente de los recursos,
como puede ser conseguir una distribución de la renta más equitativa. La razón hay
que buscarla en que los agentes económicos cuando acuden al mercado no
persiguen dichos fines sociales, por lo que se hace necesaria la actuación del sector
público para corregir las posibles desviaciones que pudieran darse en la
consecución de los mismos. Destacan tres objetivos sociales que pueden justificar
la intervención:

a) Redistribución de la renta y la riqueza


El mecanismo de libre mercado no garantiza que las ganancias que obtengan los
agentes económicos sean las mismas. Unos ganarán y otros apenas obtendrán
ganancias. Se justifica la intervención para conseguir, al menos en parte, que los
menos favorecidos tengan una oportunidad. El problema surge cuando esta
intervención, tendente a redistribuir la riqueza, genera desincentivos ¿para qué
trabajar si voy a tener un subsidio del Estado? En este caso conseguir el equilibrio
entre eficiencia y equidad resulta harto complicado.

b) Protección de las personas frente a otras


El Estado debe intervenir cuando los agentes económicos, al buscar maximizar su
beneficio en el mercado, abusan de otros agentes económicos. Empresarios sin
escrúpulos pueden hacer trabajar a sus empleados en condiciones infrahumanas y
con ello conseguir mayores beneficios.

c) Paternalismo
En este caso se trataría de proteger a los individuos no de otros individuos sino de
sí mismos. Establecer una enseñanza obligatoria evita que niños y adolescentes
dejen de estudiar, condenando con ello su futuro.

Instrumentos de intervención pública

Los poderes públicos cuentan con cuatro tipos de instrumentos para llevar a cabo su
intervención en el mercado:

a) La propiedad pública
Para evitar la existencia de monopolios los Gobiernos pueden optar por nacionalizar
la industria o convertirse ellos en oferentes de bienes o servicios. En este caso
ofertarían los productos a un precio inferior al que lo haría la empresa
monopolística, consiguiendo de esta manera reducir la ineficiencia. Este tipo de
solución históricamente ha sido frecuente. De esta manera en España, en 1941, se
expropiaron todas las líneas ferroviarias de vía ancha, que pasaron a manos de
RENFE, una empresa pública que desde entonces se encargaría de la prestación
de servicios de transporte ferroviario en España.

b) La regulación
Se trata del instrumento más común para corregir los fallos de mercado. A través de
la misma se puede establecer bien el marco general, dentro del cual deben actuar
las empresas privadas para evitar que aparezcan los fallos de mercado, o bien
alterar el funcionamiento de los mercados para conseguir eliminar dichos fallos. El
establecimiento de un control de precios, en aquellos casos en los que el mercado
tiende al monopolio, o la prohibición de abrir centros comerciales en domingos y
festivos, constituyen ejemplos de cómo puede emplearse la regulación para
conseguir un funcionamiento más eficiente de los mercados.

c) Gasto público
Otra forma de corregir los fallos de mercado o de alcanzar fines sociales, la
constituye el Presupuesto. De esta forma a través del gasto público se pueden
proveer bienes públicos a los ciudadanos, o se puede conseguir una mejor
distribución de la renta (por ejemplo a través de los subsidios de desempleo, o de
las pensiones). Para poder realizar este gasto, el Estado necesita ingresos, la
mayoría de los cuales provienen de los impuestos que deben pagar los ciudadanos.

d) Imposición
Además de permitir conseguir fondos para desarrollar políticas públicas, los
impuestos, por sí solos, permiten conseguir otra serie de objetivos. Por ejemplo
pueden emplearse para reducir las externalidades negativas provocadas por un
agente económico.

El intervencionismo y la política macroeconómica

Se ha justificado la intervención en la economía desde un punto de vista


microeconómico, es decir, justificando la intervención en función de los fallos que
pudieran ir apareciendo en los diferentes mercados. Desde este punto de vista,
también quedaría justificada la intervención sobre el conjunto de la economía de una
nación, en el sentido de que esta no es más que el resultado de agregar la totalidad
de mercados donde interactúan todos los oferentes y demandantes de ese país. Los
intervencionistas, a menudo identificados como keynesianos, son partidarios de
actuar sobre la economía directamente para conseguir tres objetivos: aumentar el
empleo, favorecer un crecimiento continuado y ascendente y la estabilidad de
precios. Generalmente los dos primeros objetivos priman sobre este último.
Walters Kluwer.
https://www.wolterskluwer.es/
https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAA
AAAEAMtMSbF1jTAAASMTY0sjtbLUouLM_DxbIwMDS0NDQ3OQQGZapUt-ckhlQa
ptWmJOcSoArQj-ATUAAAA=WKE

Según ha publicado Leticia Poole Derqui en la Revista Muy Negocios y Economía,


la intervención del Estado en la economía nace con el mismo Estado. Inicialmente el
Estado se ocupaba de suplir los llamados “fallos de mercado”. Existen fallos de
mercado en distintas situaciones.
En primer lugar, cuando se trata de la provisión de los llamados bienes públicos. Los
bienes públicos puros son el objeto del gasto público del estado clásico: defensa del
territorio nacional, justicia, y orden interno. Estos bienes han de ser proporcionados
por el Estado y financiados de forma coactiva mediante impuestos.
En segundo lugar y por razones de eficiencia asignativa el gobierno interviene en el
mercado cuando los precios de los bienes no reflejan sus costes reales o existen
externalidades en la producción o en el consumo.

El primer ejemplo de ineficiencia asignativa es el del monopolio u oligopolio natural.


En estos casos de ineficiencia, si no existe intervención pública, el precio no estará
fijado en función de los costes, sino que se permitirá un beneficio extraordinario al
monopolista. El gobierno interviene regulando los monopolios, u oligopolios. Son
situaciones en las que para minimizar los costes de producción el tamaño de la
empresa productora tiene que ser tan grande que una sola o unas pocas,
abastezcan a todo el mercado. Esta necesidad de que la empresa tenga una cuota
de mercado tan significativa le da un poder extraordinario sobre los precios. El
gobierno fiscaliza a los monopolios y oligopolios. Primero controlando a las
empresas que pueden operar en estos mercados, luego vigilando sus costes, y
regulando sus precios para evitar que se abuse de los consumidores. Es el caso de
la intervención de las compañías telefónicas y de otros suministros. La regulación a
priori, la licencia administrativa y en último caso la intervención de los tribunales de
defensa de la competencia, instrumentalizan esta intervención.

El gobierno interviene regulando los monopolios, u oligopolios. Son situaciones en


las que para minimizar los costes de producción
Compartir en
Por razones de eficiencia asignativa también se interviene cuando existen
externalidades en la producción o en el consumo de los bienes. Se produce una
externalidad positiva en el consumo de un bien cuando el mismo beneficia a
terceros. Sería el caso de las vacunas o de la educación, que no benefician solo a
quién las consume sino a toda la sociedad. El estado interviene subvencionando el
precio para que la cantidad consumida incremente y así el consumo se adapte al
beneficio global que las mismas generan. Existe una externalidad positiva en la
producción, por ejemplo, si una empresa se ubica en un lugar con alto desempleo,
mejorando el bienestar de la población en general y de la red empresarial que se
pueda generar a su alrededor. Un caso sería la planta de Ford en Almussafes.

En estos casos las autoridades públicas intervienen facilitando la implantación y el


desarrollo de la empresa: mejorando infraestructuras, accesos, concediendo
terrenos y hasta otorgando bonificaciones fiscales. Por el contrario, cuando existen
externalidades negativas el gobierno interviene en la actividad económica mediante
regulaciones y multas. Así, la empresa que para producir contamina tiene que pagar
por esta contaminación. Normalmente el gobierno interviene mediante la subasta de
licencias de polución. La empresa que contamine por encima del nivel autorizado es
sancionada. En el caso de una externalidad negativa en el consumo de un bien el
gobierno también interviene. Bien prohibiendo determinados consumos totalmente o
en determinadas circunstancias o bien gravándolos con impuestos. Los ejemplos
más claros son los impuestos sobre matriculación de vehículos, impuesto sobre
hidrocarburos e impuestos sobre el alcohol y las labores del tabaco. Estos
impuestos tienen dos fines: uno disuasorio de un consumo y otro que el que lo
realice resarza a la sociedad por los costes que le acarrea.

Un tercer fallo de mercado es la falta de información. Hay muchos mercados que


son por naturaleza opacos. Son aquellos en los que la valoración de los bienes y de
sus cualidades y calidades no se puede apreciar directamente por los clientes. Por
eso se exige una regulación pública que proporcione seguridad a los consumidores
acerca de los que compran. Sería el caso de las medicinas, de la sanidad, de la
educación, de la construcción, etc. Por esta razón, hay tantas regulaciones
administrativas en estos sectores, estas regulaciones son necesarias para dotar de
información al mercado. Así nos aseguramos que el médico que nos atiende está
cualificado, o que la casa que me construyo cumple con unos estándares de
seguridad mínimos, lo mismo que la carne que compro en el supermercado, o el
colegio al que envío a mis hijos va a estar dándole la educación adecuada.

Estas son las razones básicas que justifican la intervención del estado en la
economía. Y de ellas deriva casi toda la intervención pública en el mercado.
https://www.muynegociosyeconomia.es/economia-y-finanzas/articulo/razones-del-es
tado-para-intervenir-en-los-mercados-761569358954

*****“La actuación de las autoridades administrativas de regulación, inspección,


vigilancia y control han pasado de la aplicación de un derecho administrativo
económico policivo, al desarrollo de un derecho administrativo económico, abierto a
la canalización de la información derivada de los procesos de mercado y a la
concertación entre las autoridades y los destinatarios, interesados o afectados por la
regulación.”
“El derecho público se encuentra en proceso de transformación, como consecuencia
de la cual está surgiendo una administración pública ágil, desligada de las funciones
de comando y control y destinada exclusivamente al estímulo de la
autorregulación derivada de la desregulación.
Tal como lo indica GASPAR ARIÑO, la huida del derecho administrativo se
manifiesta, entre otros fenómenos, por intermedio de la “privatización” del propio
derecho administrativo.
En este sentido, podemos reafirmar que el derecho administrativo de la regulación,
junto con el fenómeno de la desregulación, se constituye en un nuevo mecanismo
de intervención que permite la aplicación de los principios generales del derecho
privado para agilizar el funcionamiento de los procesos de coordinación e
información propios de los mercados fundados en el derecho de propiedad, el
derecho de los contratos y la responsabilidad civil.
Por lo anterior, podemos ver que el nuevo papel del derecho y del derecho
público referido a la regulación económica principalmente, está dirigido a la
eliminación de la excesiva reglamentación, a formar parte de los procesos de flujo
de información, transmisión de conocimiento, descubrimiento y coordinación de los
mercados, por medio de la libertad en lugar de la imposición. De este modo, el
derecho de la regulación podrá ser efectivo, si evita la imposición de una idea irreal
de lo que es el mercado competitivo, busca simplemente coordinar (equilibrar) y
mejorar los procesos de información entre agentes del mercado, y estructura
autoridades públicas que operan como otro agente que contrata, negocia e informa
dentro del mercado. Así, si en lugar de tratar de limitar las oportunidades de acción
de los agentes, dentro del contexto empresarial, indica un nuevo grupo de
mecanismos que definan los procedimientos que faciliten el acceso a mercados por
intermedio de las normas de propiedad y de los contratos, el derecho de la
regulación eliminará su intrusividad y permitirá obtener mejores niveles de eficiencia
y satisfacción de las necesidades de los consumidores, a pesar de lo cual
continuará siendo intervención del Estado en la economía.”
Alfonso Miranda Londoño. Carlos Pablo Márquez Escobar. Pontificia Universidad
Javeriana.(INTERVENCIÓN PÚBLICA, REGULACIÓN ADMINISTRATIVA Y ECONOMÍA:
ELEMENTOS PARA LA DEFINICIÓN DE LOS OBJETIVOS DE LA REGULACIÓN).
https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/vnijuri/article/view/14723

2) El problema de los efectos externos.


4)La Provisión de Bienes Públicos.

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