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2.6.

EVALUACIÓN

¿Para qué evaluar?


Dentro del ámbito educativo, la evaluación es un elemento fundamental que
permite enriquecer todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. La evaluación
puede verse como algo aislado o como una parte integrante del proceso
educativo. Concebida como un añadido del proceso, se convierte en un
procedimiento de selección al estilo de los exámenes tradicionales. Por el
contrario, si se entiende como componente del proceso, sirve para orientar el
aprendizaje de los estudiantes, de los educadores y de las mismas
organizaciones que constituyen el sistema educativo (Swieringa y Wierdsma,
1995).
La evaluación está conformada por las actividades a través de las cuales el
docente recopila información sobre los resultados de aprendizaje logrados
durante el proceso educativo, con el propósito de tomar decisiones para
modificar algún elemento del proceso y de evaluar el desempeño de cada uno
de sus estudiantes.
Es un proceso que implica definir con exactitud los aspectos a evaluar con sus
respectivas dimensiones. Al alumno, le otorga la retroalimentación necesaria y
suficiente para que pueda conocer con certeza los puntos remediales en su
formación; mientras que, al docente, como ya se dijo, le permite tomar
decisiones sobre los propósitos que se estableció inicialmente.
La evaluación se caracteriza por ser:

Elaboración propia, basado en Tobón, Rial y Carretero (2006, p. 134).


Realizar la correcta evaluación de todo el proceso permite retroalimentar y
efectuar correcciones necesarias para futuras planeaciones curriculares, así
como prevenir posibles errores y detectar las fortalezas y debilidades de cada
alumno para tomar decisiones; por ejemplo, se puede identificar si las técnicas
y estrategias son las adecuadas y ayudan a mejorar el aprendizaje.
Es importante no perder de vista que la evaluación es un recurso que permite
regular continuamente el proceso educativo y analizar la actividad del profesor,
conocer qué hacen los alumnos y determinar las oportunidades de mejora,
tanto en la práctica educativa del docente como en el aprendizaje del alumno.
Por ello, se sugiere explorar los conocimientos previos, actitudes y expectativas
al momento de iniciar una experiencia educativa y, posteriormente, disponer de
evidencias que permitan regular, orientar y corregir el proceso educativo con el
objetivo de detectar logros, avances y dificultades en el aprendizaje.
La evaluación implica el involucramiento de todos los participantes del proceso,
es decir, que no solo el docente sea el encargado de evaluar (heteroevaluación),
sino que se involucren los estudiantes mediante la autoevaluación y, a su vez,
evalúen a sus compañeros (coevaluación).
De esta manera, el estudiante tendrá menos margen de error en los resultados
de sus evaluaciones y aprenderá a reflexionar, tanto individual como
colectivamente, sobre el proceso de aprendizaje.

Proceso de evaluación.
De: Ramírez y Santander (2003).
Como señala Ríos C. (1999, citado en UPN, 2008), "lo fundamental de la
evaluación es observar y reflexionar con el estudiante, durante la realización de
su labor, captar sus acciones y reacciones, percatarse de sus opiniones e
intereses, descubrir sus procesos de razonamiento, sus dificultades y
capacidades, ofrecer retroalimentación sobre su ejecución y determinar las
estrategias didácticas más adecuadas para subsanar las dificultades y potenciar
las capacidades".
La evaluación implica la comparación entre los propósitos establecidos para una
actividad intencional y los resultados obtenidos. No obstante, se han de evaluar
no solamente los resultados, sino los propósitos inicialmente previstos, las
condiciones, las estrategias didácticas y los diferentes medios de su puesta en
acción, es decir, el proceso.
En el caso de que no se consigan los resultados esperados, la evaluación debe
servir para replantearse la programación, especialmente en el sentido de
ajustar la intervención y el apoyo que el profesor proporciona a los alumnos,
considerados individualmente y como miembros de un grupo.
En los siguientes recursos podrás conocer más sobre la evaluación de los
procesos educativos:
Los autores presentan una revisión teórica de los principios fundamentales que
rodean este tipo de evaluación, que busca colocarse como un enfoque
alternativo e la evaluación tradicional.

Vallejo Ruiz, M. y Molina Saorín, J. (2014). La evaluación auténtica de los procesos


Educativos. Revista Iberoamericana de Educación, (64),11-25.

En este documento se abordan las características de la evaluación en


competencias.

Ruíz Iglesias, M. (2008). La evaluación de competencias. Maestría Internacional


de Competencias Profesionales.

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