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MACROECONOMÍA II
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN:
DEVALUACIÓN Y TIPOS DE CAMBIO
INTEGRANTES:
XIMENA JULISSA ATOCHA BALCAZAR
ANDRES STEVEN MURILLO BLACIO
CLARA NOEMI ROJAS CARPIO
MIGUEL QUINDE ZAMBRANO
ANDREA TAPIA ARMIJOS
DOCENTE:
ECON. JORGE DÁVILA, MGS.
NIVEL:
QUINTO
PARALELO:
“B”
SECCIÓN:
DIURNA
PERIODO ACADÉMICO
D1-2021
DEVALUACIÓN Y TIPOS DE CAMBIO
DEVALUACIÓN:
1. Definición:
Por su parte, Balza (2007) afirma que el concepto de devaluación es sencillo, pues
consiste en reducir la paridad oro de la moneda, o lo que es lo mismo, conservar el patrón
oro a una paridad menor, implicando fijar un precio más alto al oro en términos de la
moneda de un determinado país que devalúa, donde se evidencia a la misma directamente
ligada al valor del oro. De lo anterior se permite inferir que la devaluación no es otra cosa
que la asignación de una denominación menor al valor de la moneda nominal de un país,
pudiéndose producir en un solo país o en el conjunto de ellos, aun cuando no sea de forma
simultánea.
2. Causas:
Son muchos los factores que intervienen en la devaluación de una moneda; entre los más
relevantes podemos destacar:
Aumento en la cantidad de dinero que circula sin incremento en la
riqueza del país. Cuando esto sucede, el dinero circulante no puede ser respaldado
por las reservas y, por lo tanto, disminuye su valor.
Por una baja en la demanda de la moneda local.
Por un aumento en la demanda de la moneda extranjera.
3. Desventajas:
Por un lado, una moneda de menor valor hace más costosas las importaciones
(hace falta una mayor cantidad de la divisa nacional para comprar divisa extranjera y por
lo tanto importar bienes y servicios). Además, una devaluación hace disminuir la
confianza en la moneda nacional y en la economía en general. Una devaluación
también provoca inflación, aunque esto puede ser considerado una ventaja o
desventaja, dependiendo del porcentaje de la misma.
4. Ventajas:
Una moneda de menor valor beneficia a las exportaciones, ya que con la misma cantidad
de moneda extranjera pueden comprarse más divisas nacionales (más bienes y
servicios). Por lo tanto, las exportaciones aumentan, algo muy bueno para cualquier
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economía. Todo esto siempre y cuando la devaluación no genere una inflación importante
en el país (Delgado, 2013).
La pérdida de valor de una moneda tiene muchas veces que ver con la situación del
mercado, con la falta de demanda de esa moneda o el aumento en la demanda de otras.
Hay que recordar también que monedas y billetes no tienen valor por sí mismos, sino que
son representativos de la riqueza de un país. Precisamente por esto, también se produce
una devaluación cuando aumenta la cantidad de dinero en circulación y la riqueza no lo
hace en proporción las reservas son incapaces de respaldar el montante.
Es muy habitual que la devaluación de una moneda sea consecuencia directa de un déficit
en la balanza comercial con respecto a los mercados internacionales -se importa más de
lo que se exporta-, desconfianza o falta de estabilidad de una economía e incluso una fuga
de capitales al extranjero, precisamente por lo anterior.
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sucede es que los productos locales que se exportan se vuelven más baratos y por
lo mismo se vende más y como los productos extranjeros se vuelven más caros,
la población no los compra.
Esto hace que los exportadores sean más competitivos en el mercado y haya
beneficios para la economía local. Desde comprar cosas hechas en el propio país,
hasta vacacionar localmente en vez de ir al extranjero, el dinero se queda. El
detalle aquí es que cuando la demanda de los productos baratos aumente, su precio
volverá a subir por lo que el efecto devaluador se normalizará.
- Pagar menos deuda externa: Un país con una deuda fija en un plazo de tiempo
largo se puede ver beneficiada por una devaluación ya que la cantidad de dinero
que tendría que pagar se iría reduciendo con el pasar del tiempo. Si el valor de la
moneda se reduce a la mitad, por ejemplo, con la deuda pasaría exactamente lo
mismo. El inconveniente con los puntos anteriores es que no son formas
adecuadas de resolver las cosas y a la larga pueden tener consecuencias graves
como una inflación y por supuesto, la molestia de la población
- Tasa de cambio: Cuando ésta es inevitable se debe a que los países no pueden
mantener sus tasas de cambio con la moneda de referencia y las reservas que tiene
el país de ésta se acaban. En este caso el valor de la moneda se tiene que ajustar a
las tasas para tener un nivel que la economía pueda mantener. Aquí también entra
como factor la competitividad ya que hay países que se pueden negar a mantener
las tasas ajustadas para justificar su devaluación y, por ende, mayor
competitividad en el mercado.
- Efectos: Los efectos que tiene este fenómeno suelen ser mayormente negativos
ya que tanto la inflación de un país como las deudas externas de éste pueden
aumentar de manera considerable afectando seriamente la economía de la
población, además de que la gente va perdiendo poco a poco la confianza en su
moneda.
El Banco Central del Ecuador nació a raíz de las reformas y valores fundacionales de la
Revolución Juliana del 9 de julio de 1925, con el mérito de ser el primer y único banco
nacional emisor que planteó la salida de la aguda crisis que existía en el país.
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En opinión de Luis Napoleón Dillon, la crisis económica de inicios del siglo XX, fue
causada por la inconvertibilidad del billete, las emisiones sin respaldo, la inflación, la
especulación, el abuso del crédito y el desnivel de la balanza de pagos. Ante esta situación
debía enfrentarse saneando la moneda y regularizando el cambio. Bajo estos valores
fundacionales se creó el Banco Central del Ecuador (BCE), dentro de un abigarrado
conjunto de reformas de la economía ecuatoriana apoyadas por los militares y civiles
congregados alrededor de las ideas julianas y venciendo la inercia de algunos grupos a
quienes no les interesaba el progreso en esta índole.
Como paso intermedio para la fundación del BCE, el 26 de junio de 1926 se creó la Caja
Central de Emisión y Amortización, organismo encargado de reconocer oficialmente el
monto total de medios de pago y de autorizar provisionalmente la circulación de billetes.
Además, el 18 de octubre de 1926 se dispuso que los bancos autorizados a emitir billetes
entreguen a la Caja Central de Emisión y Amortización determinadas cantidades de oro
y plata. Mientras tanto, la misión presidida por Edwin. W. Kemmerer, ilustre economista
estadounidense, que venía precedido de una gran fama fruto de trabajos similares en otros
países a nivel mundial, preparaba un extenso conjunto de medidas económicas
modernizantes. Dentro de ellas, el 11 de febrero de 1927 la Misión Kemmerer puso a
consideración del Gobierno el Proyecto de Ley Orgánica del Banco Central del Ecuador
(Zambrano, 2017).
En esa propuesta se creaba al BCE como una institución autorizada a emitir dinero,
redescontar la tasa fija, constituirse en depositaria del gobierno y de los bancos asociados,
administrar el mercado de cambios y fungir de agente fiscal. Es así como el 4 de marzo
de 1927 el Presidente Isidro Ayora suscribe la Ley Orgánica del Banco Central del
Ecuador; la escritura pública de constitución del BCE se emite el 9 de julio del mismo
año (segundo aniversario de la Revolución Juliana) y finalmente, el 10 de agosto de 1927,
el BCE inicia operaciones, siendo esta fecha considerada como la de su fundación.
Estabilizar y unificar la moneda fueron los objetivos iniciales del BCE. Para lograrlo, se
valió del “patrón oro de cambio", régimen monetario que fijaba el precio del sucre en
términos de oro, la obligación básica del BCE consistía en mantener fijo ese precio.
Esta convertibilidad forzosa coincidió con la Gran Depresión de octubre de 1929, que
obligó a decretar una moratoria de pagos el 8 de febrero de 1932. A partir de entonces, se
entró en una política de gasto fiscal deficitario y crédito gubernamental de parte del BCE.
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Bajo este contexto, se recurrió al consultor mexicano Manuel Gómez Morín para reformar
la Ley del Banco Central y la normativa monetaria relacionada. Junto a Víctor Emilio
Estrada, conspicuo banquero guayaquileño, M. Gómez Morín aconsejó asignar al BCE la
función de eje en la determinación de los tipos de préstamos ofrecidos por la banca
privada al sector productivo mediante la modificación de la tasa de descuento (1937). Las
dificultades para ejecutar las recomendaciones de la Comisión Gómez Morín fueron
inmensas. No obstante, a partir de entonces las relaciones entre el gobierno y la banca se
vieron profundamente modificadas.
La crisis de la deuda externa inicia en los años 80 y se desencadena en 1981, luego del
incremento internacional de las tasas de interés de 1979. A los desequilibrios de la
economía, los déficits fiscales, la devaluación monetaria y la inflación desbordada, se
sumaron presiones internas del sector privado, para que el Estado solvente los problemas
de endeudamiento existentes. Como resultado, tuvieron lugar procesos de renegociación
de la deuda externa y de socialización de la deuda del sector privado nacional a través de
la denominada “Sucretización de la deuda privada”.
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Adicionalmente, con el apoyo del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial,
se emprendió un nuevo cambio para reordenar el conjunto de la economía e intentar
retomar la senda de crecimiento. Con este propósito y bajo un nuevo paradigma
económico, en mayo de 1992 se expidió la Ley de Régimen Monetario y Banco del
Estado. Esta última buscó darle “autonomía” al BCE alejándolo de designaciones y
decisiones políticas en el caso de nombramiento de autoridades por parte del gobierno;
restringir el uso de instrumentos directos y dar mayor importancia a los instrumentos
indirectos para orientar el tipo de cambio, las tasas de interés y así manejar niveles
estables de inflación; evitando que el BCE otorgue crédito al fisco. Bajo este marco
normativo, el país entró en un régimen de flotación controlada del tipo de cambio en el
cual el rol del BCE consistió principalmente en intervenir en el sistema financiero a través
de las mesas de dinero, de cambio y las subastas de bonos de estabilización monetaria
(BEMs). Además, esta reforma autorizó al BCE a operar como prestamista de última
instancia del sistema financiero.
A la Ley de Régimen Monetario y Banco del Estado de 1992, se sumó la Ley General de
Instituciones Financieras de 1994 y la Constitución de 1998, que juntas completaron la
autonomía del BCE y la liberalización de los mercados financieros para que la libre
competencia fomente su desarrollo. Así, por ejemplo, la Constitución de 1998, en su Art.
261, define al BCE como una “persona jurídica de derecho público con autonomía técnica
y administrativa, [que] tendrá como funciones establecer, controlar y aplicar las políticas
monetaria, financiera, crediticia y cambiaria del Estado y, como objetivo, velar por la
estabilidad de la moneda.” Por otra parte, la Ley General de Instituciones del Sistema
Financiero de 1994 eliminó la figura de intervención de la Superintendencia de Bancos y
Seguros en las entidades financieras, priorizando la autorregulación de las mismas.
En 1998 se presentó una de las peores crisis financieras del país con la entrada de algunos
bancos a “saneamiento” y “reestructuración”.
Las pérdidas de los bancos privados se socializaron al asumir el Estado las obligaciones
de éstos últimos. El BCE, en su calidad de prestamista de última instancia, emitió
inorgánicamente sucres para financiar créditos de liquidez y para que la Agencia de
Garantía de Depósitos (AGD) pueda pagar en efectivo a los depositantes afectados. El
país terminó perdiendo la credibilidad en su moneda, lo que desencadenó en que, el 8 de
marzo de 1999, el Ejecutivo declare un feriado bancario que congeló la mayor parte de
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los depósitos de la ciudadanía. Casi un año después, con el objetivo de mitigar el creciente
malestar social, el Ejecutivo anunció la dolarización de la economía ecuatoriana el 9 de
enero de 2000. El dólar de los Estados Unidos pasó a reemplazar al sucre ecuatoriano en
sus atribuciones de moneda de curso legal que cumple las funciones de reserva de valor,
unidad de cuenta y medio de pago. El BCE quedó imposibilitado de emitir moneda, salvo
la moneda fraccionaria, y teniendo la obligación de canjear los sucres existentes por los
dólares de los Estados Unidos que poseía en su Reserva Monetaria Internacional (RMI),
a un tipo de cambio fijo, este último proceso terminó en junio de 2001 (Ejercito Nacional,
1925).
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Cuida tus bienes. Al momento de una devaluación es muy importante cuidar de
los bienes con que contamos y preferir tener nuestro dinero en propiedades
materiales que en moneda circulante.
Modera tus gastos. Planea con anticipación las cosas que quieres comprar y
estudia con cuidado si tus percepciones económicas actuales te lo permiten.
Otros de los métodos tendientes a evitar el desequilibrio en las balanzas de pagos han sido
la práctica de restringir las importaciones no necesarias y esenciales mediante los
derechos arancelarios, así como el estímulo a la exportación de productos nacionales, a
veces mediante subsidios a la misma. A esto puede unirse la utilización del contingente
de importación que establece la cantidad máxima que se puede importar de una mercancía
de un país durante un periodo de tiempo previamente fijado.
1. Definiciones
Para Parkin & Loría (2010) el tipo de cambio es el precio de una moneda en términos de
otra moneda y se determina en el mercado cambiario, que es el mercado en que se
compran y se venden las diferentes monedas. En este sentido, el tipo de cambio surge
como consecuencia de las diferentes operaciones que se realizan en moneda diferente a
la utilizada habitualmente como moneda de referencia (Castro Acevedo & Rendon
Castro, 2017). Así, llamaremos tipo de cambio a la medida de una moneda con respecto
a la de otro país. El tipo de cambio es el precio de una moneda en unidades de otra. Habrá
tantos tipos de cambio como monedas extranjeras existan. Comencemos aclarando que,
tal como hacemos con otros indicadores macroeconómicos, tenemos que distinguir entre
sus clasificaciones: tipo de cambio nominal y el real; éste último, surge de desafectar al
primero de la variación de precios.
Es el precio de los bienes en un país extranjero, en relación con el precio de los bienes en
el mercado local, ambos llevados a una misma moneda. De esta simple definición, se
desprende que este ratio no tiene unidades ya que se cancelan, y que su valor dependerá
de los valores base que se tomaron para los índices de precios (se utiliza en general el
Índice de Precios al Consumidor = IPC). Por lo tanto, no tiene sentido hablar del Tipo de
Cambio Real si no es en comparación con un determinado año, o de su evolución a lo
largo del tiempo. Si tenemos un índice de precios calculado sobre una determinada
composición de una canasta de productos, como por ejemplo el Índice de Precios al
Consumidor (IPC), se obtiene el TCR de la siguiente manera:
Dado que el tipo de cambio fluctúa, es decir, unas veces sube y otras baja es necesario
recalcar cómo influye así también aparecen los términos de depreciación y apreciación
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de una moneda. En este sentido, la apreciación de la moneda es el alza del valor de una
moneda en términos de otra, y la depreciación de la moneda es la caída en el valor de una
moneda en términos de otra. Por ejemplo, cuando el tipo de cambio sube de 1.75 a 2 reales
por dólar, el dólar se aprecia con respecto al real, mientras que el real se deprecia con
respecto al dólar. Cuando el tipo de cambio baja de 1.75 a 1.50 reales, el dólar se deprecia
con respecto al real, en tanto que el real se aprecia con respecto al dólar.
El primer hecho es que la mayoría de los grandes países tiene sus propias monedas: el
dólar en Estados Unidos, el yen japonés, el peso mexicano, etc. (Los países europeos son
una excepción, ya que tienen una moneda común, el euro.) La convención indica la
necesidad de medir los tipos de cambio, que se denotan con el símbolo e, como la cantidad
de moneda extranjera que se puede comprar con 1 unidad de moneda doméstica. Por
ejemplo, el tipo de cambio del dólar podría ser 100 yenes por un dólar estadounidense
(¥100/$). Al intercambiar el dinero de un país por el de otro, se aplica el tipo de cambio
correspondiente. Por ejemplo, si un individuo viaja a México en el verano, habría recibido
unos 11 pesos mexicanos por un dólar estadounidense. Hay un tipo de cambio entre los
dólares estadounidenses y la moneda de cualquier otro país. En el año 2008 el tipo de
cambio por dólar estadounidense era de 0.68 euros, de 0.54 libras esterlinas y de 103
yenes. Para definir estas fluctuaciones se plante una fórmula donde el tipo de cambio (e)
se mide como el monto de moneda extranjera que se puede comprar con 1 unidad de
moneda doméstica:
Figura 1: Ecuación del tipo de cambio - Fuente: Samuelson & Nordhaus (2010)
Como la mayoría de los otros precios, los tipos de cambio varían semana con semana y
mes con mes, de acuerdo con las fuerzas de la oferta y de la demanda. El mercado
cambiario es el mercado en que se negocian las monedas de los diferentes países y se
determinan los tipos de cambio. La moneda extranjera se negocia al menudeo en muchos
bancos y empresas especializadas en esas operaciones. Hay mercados organizados en
Nueva York, Tokio, Londres y Zurich, que negocian cientos de miles de millones de
dólares en divisas todos los días. Las curvas de oferta y de demanda sirven para ilustrar
la forma en que los mercados determinan el precio de las monedas extranjeras.
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La siguiente figura muestra la oferta y la demanda de dólares estadounidenses que se
generan por las transacciones con Japón. La oferta de dólares estadounidenses procede de
gente en Estados Unidos que necesita yenes para comprar artículos, servicios o activos
financieros japoneses. La demanda de dólares procede de gente en Japón que compra
artículos, servicios o inversiones estadounidenses y que, por lo mismo, necesita dólares
para pagar sus operaciones. El precio de la moneda extranjera —el tipo de cambio— se
establece en el punto en donde la oferta y la demanda de dicha moneda están en equilibrio:
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mercado es el que garantiza el equilibrio entre la oferta y la demanda de una moneda en
específico.
Bajo un sistema de cambio flexible las variaciones de los tipos de cambio son las que,
precisamente, promueven los ajustes intencionales. Las autoridades económicas no tienen
que planear sus políticas intemas en función del impacto en sus intercambios
internacionales. Así, en esta clase de sistemas, los movimientos de la balanza de pagos de
un país originan cambios en la oferta y la demanda de divisas. Si hablamos de euros:
Bajo un sistema de tipos de cambio fijos, el Banco Central fija un determinado valor para
su moneda con respecto a otra o a una cesta de monedas. El Banco Central interviene en
el mercado de divisas, con objeto de mantener el tipo de cambio en el nivel fijado,
comprando o vendiendo divisas. En un sistema de tipos de cambio fijos, el Banco Central
determina rígidamente el tipo de cambio, que se suele denominar tipo de cambio oficial,
y 1o mantiene a un nivel fijo al margen del juego de la oferta y la demanda de divisas.
Esta estrategia de mantener artificialmente depreciada la moneda para fomentar las
exportaciones ha sido profusamente utilizada por los países asiáticos. En la actualidad
probablemente China sea el ejemplo más representativo de esta estrategia.
Los tipos de cambio fijos limitan oscilaciones bruscas y excesivas de los tipos de cambio
pero pueden sucumbir ante la presión de los especuladores. Por otra parte, las
intervenciones que el Banco Central debe llevar a cabo (comprando o vendiendo) para
que se mantenga el tipo de cambio oficial tienen efectos no deseados sobre la base
monetaria y consecuentemente sobre la oferta monetaria. En cierto modo, el origen del
problema radica en que cuando los tipos de cambio son fijos, el Banco Central se
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compromete a mantener el tipo de cambio en un determinado nivel y ese objetivo
condiciona su actuaci6n. Por tanto, las autoridades monetarias no van a poder utilizar la
política monetaria para otros fines. Bajo un sistema de tipos de cambios fijos y libre
movimiento de capitales, el Banco Central no puede llevar a cabo una política monetaria
aut6noma con un objetivo distinto del mantenimiento del tipo de cambio.
Los sistemas de tipos de cambio semifijos pueden concebirse como un caso intermedio
entre los sistemas de flotaci6n de tipos fijos. Son sistemas en los cuales se permite un
cierto grado de flexibilidad al tipo de cambio pero dentro de unos límites determinados.
Son los denominados crawlingpeg', zonas objetivo o régimen cooperativo. El régimen
cooperativo consiste en fijar una paridad central para el tipo de cambio, que se mantiene
fija en los tiempos. Sin embargo, se permite una cierta variabilidad del tipo de cambio
que viene determinada por las denominadas bandas de fluctuación. Estas bandas de
fluctuación indican la depreciación o apreciación máxima que puede tener una moneda
con respecto a su paridad central. Este sistema fue seguido por la mayoría de los países
de la Unión Europea. El sistema de tipos de cambio fijos no trata de evitar la fluctuación
de la moneda sino de acotar sus oscilaciones.
Según el portal web Gestión.pe existen 6 factores que influyen en la determinación del
tipo de cambio, así se encuentran:
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• Déficit de cuenta corriente: si un país tiene un déficit de cuenta corriente,
significa que está gastando más de lo que gana en comercio exterior. Para
compensar este déficit, los países pueden tomar prestado capital de otras fuentes
externas, esto puede generar una pérdida de confianza en el mercado, lo que a su
vez ayudará a depreciar la moneda nacional.
• Deuda del gobierno: los países con altos montos de deuda son menos atractivos
para los inversionistas extranjeros debido a la posibilidad de incumplimiento y las
posibles altas tasas de inflación. Esto puede disminuir el valor de la moneda.
• La especulación: la mayoría del comercio en los mercados de divisas son
operaciones especulativas, lo que significa que el sentimiento del mercado y el
impulso pueden desempeñar un papel importante en la actividad del mercado.
Incluso si los fundamentos no se alinean, el mercado de una moneda puede seguir
subiendo o depreciándose si los operadores y los gobiernos lo perciben de esa
manera.
5. Ventajas y desventajas
Dado los diferentes sistemas de tipos de cambios, existen ventajas y desventajas que
permiten conocer a mayor amplitud su aplicación. Así tenemos:
Ventajas:
Desventajas:
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Los mercados raramente operan con eficiencia perfecta; en consecuencia, existe
el riesgo de sobrepasar el objetivo, lo que resultará en que el tipo de cambio este
a un nivel no garantizado por los “fundamentos económicos”, quizás por un
periodo considerable.
La trayectoria futura del tipo de cambio será incierta, lo que puede crear
dificultades para los negocios en la planeación y la fijación de precios.
Podría abusarse de la libertad para operar una política monetaria interna
independiente.
Ventajas:
Desventajas:
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importantes en divisa extranjera a través del comercio internacional. Esta
situación puede ser catastrófica en países con un tipo de cambio fijo, pues el
aumento de los precios debilitaría el consumo, la producción industrial y la
inversión internacional y sus economías normalmente no tienen la flexibilidad ni
la infraestructura para absorber un impacto de esta envergadura, por lo tanto,
recuperarse de una situación de este tipo le costaría bastante más tiempo y
esfuerzo.
Capacidad de reacción limitada ante las crisis.- En casos de crisis, las
autoridades económicas podrían carecer de las herramientas para responder de
manera adecuada a un shock de este tipo sin evitar una devaluación.
6. Soluciones
El mecanismo que tiene el gobierno para evitar variaciones del tipo de cambio. Se trata
simplemente de las restricciones al comercio exterior, y a la entrada y salida de capitales.
Si el gobierno quiere evitar una devaluación de la moneda, puede reducir la demanda de
divisas aplicando impuestos o prohibiciones tanto a las importaciones, como a la salida
de capitales. Las fuerzas del mercado buscan equilibrar siempre la oferta y la demanda
de divisas, llevando el tipo de cambio a su nivel de equilibrio. En consecuencia, saltear
estos mecanismos y fijar un tipo de cambio distinto al mismo, si bien es factible, no
siempre es sencillo. Si una economía tiene una tasa de inflación muy elevada, también es
probable que tenga una tasa de depreciación de la moneda alta, a los fines de evitar que
un encarecimiento relativo de los bienes que produce. En otras palabras, no solamente la
devaluación de la moneda genera inflación, sino que la inflación también genera
devaluaciones. Caso contrario, si lo que se quiere evitar es una apreciación cambiaria, los
elementos más usuales son las restricciones al giro de capitales y la aplicación de derechos
de exportación.
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por lo que se reduce el tipo de cambio real. Así, el ajuste termina realizándose no por una
devaluación, pero sí mediante una mayor inflación.
En febrero de 1932, en plena crisis, el país se vio forzado a abandonar el régimen del
patrón oro y adoptar un nuevo sistema de "incautación de giros", pero ahora con la nueva
paridad de 6 sucres por dólar. Esta administración efectuó sucesivas "devaluaciones
competitivas", llevando el tipo de cambio a un nivel muy alto, el que llegó a alrededor de
18 sucres por dólar a mediados de 1940. Durante la segunda guerra mundial y la
postguerra, hasta 1947 en que entra en vigencia la Ley de Régimen Monetario y la Ley
de Emergencia sobre Cambios Internacionales, continuaron rigiendo los mismos sistemas
de control de cambios. Sin embargo, de 1940 a 1947, a pesar de la aplicación de recargos
cambiarios y de la existencia de tipos de cambio múltiples, la reserva monetaria
internacional se incrementa en forma apreciable, lo que genera una tendencia a la baja
(revaluación) del tipo de cambio.
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debía ajustarse a un valor en oro. Con la expedición de la Ley de Cambios en 1948, viene
una nueva etapa en el manejo de los tipos de cambio en el Ecuador. De hecho se creía que
esta Ley debía durar solamente dos años, porque luego el país tenía que cumplir los
compromisos. Bajo este sistema, la paridad se mantuvo en 13.50 sucres por dólar, que
regía desde diciembre de 1944, y que el Fondo había aceptado oficialmente, aun cuando
el tipo de cambio de "mercado libre" oscilaba alrededor de 16.80 sucres por dólar.
En estas circunstancias aparece un nuevo segmento dentro del mercado oficial, pues el
tipo de cambio era de 18 sucres para la compra de divisas de exportaciones y de 18.20
sucres a la venta de divisas para importaciones. El sistema iniciado en 1961 se mantuvo
hasta junio de 1970, en que, como producto de un desequilibrio alarmante en la balanza
de pagos, se dicta el Decreto No. 5, que establece un régimen de control total y absoluto
de los cambios por parte del Banco Central. Si bien se mantuvo el mercado oficial y el
libre, el control ejercía dicha institución. Igualmente debe mencionarse que, desde
septiembre de 1970, se pone en marcha un programa de estabilización monetaria y
financiera que cuenta con el respaldo del Fondo Monetario Internacional, y la nueva
paridad acordada con el Fondo, desde el 16 de agosto, es de 25 sucres por dólar.
Mediante Decreto Supremo No. 239 del 16 de agosto de 1970, se unifica el mercado de
cambios. En tal sentido las transacciones cambiarias se rea1izaron a través de1 Banco
Central y sus agentes autorizados, a una cotización de 24.75 sucres para la compra y 25.25
para la venta. Con la expedición del Decreto Supremo No. 1740, del 22 de noviembre de
1971, se retorna al sistema dual del mercado cambiario, con un tipo de cambio oficial
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administrado por el Banco Central y un mercado libre que opera a través de los bancos
privados y 1as casas de cambio. Entre 1970 Y 1980 la política cambiaria pretende
favorecer el desarrollo industrial, por ello mantuvo una paridad fija de 25 sucres por dólar,
establecida en agosto de 1970. Asimismo el esquema selectivo de importaciones y los
depósitos previos, creados a la par, implicaron también ventajas cambiarias indirectas en
beneficio de las inversiones de tipo industrial.
Entre 1970 Y 1982, se solidifica una estructura de política cambiaria, eficiente en cuanto
a lograr una asignación masiva de recursos a las actividades industriales y de exportación.
Sin embargo, fracasaron los intentos de mejorar la distribución del crédito en una
dimensión regional; de la misma manera, el ahorro interno se desincentivó, emergieron
los problemas de balanza de pagos, y especialmente, las dificultades relacionadas con el
mercado financiero internacional se agudizaron. Entre mayo de 1982 y marzo de 1983 se
define un tipo de cambio de 33 sucres por dólar. Pero desde la última fecha, se abandona
el sistema de cotización fija de la divisa y se adopta el sistema de minidevaluaciones
diarias, que se mantiene hasta septiembre de 1984.
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BIBLIOGRAFÍA
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la asamblea nacional al banco central de Venezuela. Revista Venezolana de
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