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“La Vara Rota”

Arturo Michelena uno de los más brillantes pintores venezolanos del siglo XIX, quien es
conocido popularmente por realizar pinturas de temas y personajes históricos que son iconos
representativos de la memoria colectiva del pueblo venezolano. Ahora bien, dentro de la obra del
pintor se hallan también diversos temas como: El retrato, la mitología, los paisajes bíblicos y
escenas de la vida cotidiana como lo son las corridas de toros.

La Galería de Arte Nacional, expone una de estas pinturas que aborda un tema menos
divulgado de su obra, La Vara Rota (1892), donde el motivo central lo ocupa una escena taurina
en la que yace el caballo de un picador en el suelo, al borde de la arena luego de ser embestido
por el sangrante toro que mata al caballo de una cornada en la garganta ante el estupor del
público y de los toreros, que distraen al animal para que el picador traspase la barrera. La
composición inclinada hacia la izquierda deja en primer plano, al caballo herido, al toro y a los
personajes, haciendo que la acción este muy próxima a nosotros. Es una obra que se nos muestra
cruda y que combina crueldad, violencia y muerte en un acontecimiento donde el realismo y
dramatismo habitual de sus pinturas no se hace esperar.

Esta es una obra que como espectador te introduce en la escena, haciéndote parte de ella y que
más allá del hecho trágico en el espectáculo de tauromaquia nos presenta a la muerte como un
hecho funesto, sí, pero también como un hecho transitorio y certero, que al final no justifica la
atención del público, dejando a la Vara rota y al caballo muriendo como pretextos, para
realmente plantear un problema de Vanitas.

La Vara Rota es una obra que presenta un tema tan central, certero y aciago, en la vida de las
personas como lo es la muerte y que además la supone como algo fugaz para el público
expectante de nuestras vidas, pues, como coloquialmente se dice: “El muerto al hoyo y el vivo al
boyo”. Es un cuadro que mientras más se contempla, más logra atraparte en la escena, con
detalles tan extraordinarios y peculiares como el ojo del Toro, que posee una mirada fija en el
espectador, siguiéndolo desde cualquier ángulo. Es una mirada intensa, firme y repleta de
ímpetu que se incrusta en el alma y te invita a reflexionar, a cuestionarte. ¿Es acaso esa mirada
del toro la mirada de la muerte misma? ¿La muerte nos mira fijamente?, y de ser así, entonces
nos mira con gran convicción de que algún día nos alcanzara, sin importar cuanto nos
desplacemos en torno a ella, siempre llegara, porque es inevitable.
Sin embargo, son detalles que solo pueden ser apreciados observando a la obra directamente,
pues a través de una imagen no se alcanzan a distinguir y estando frente a ella, también se
pueden apreciar elementos que dentro de la composición no están bien resueltos en lado derecho,
como el sombrero de la arena que pretende estar enterrado, mas no logra su objetivo o la pierna
izquierda del torero dentro de la arena, que no logra la calidad anatómica del resto de la pintura,
dejando ver así un descuido por parte del artista en cuanto a este lado de la composición,
enfocando toda su atención pictórica en la acción del hecho.

Por otro lado, este cuadro no deja de ser una muestra magistral del talento e ingenio de Arturo
Michelena que transmite un mensaje magnifico y que en todos sus aspectos invita a pensar,
siendo no solo una pieza para mirar, sino para reflexionarla y contemplarla con total atención de
sus detalles inadvertidos que están colocados de forma brillante dentro de la pintura. Desde el
ingreso a la sala, se siente la majestuosidad de este inmenso óleo, donde te recibe imponente,
lleno de solemnidad y contundencia. Una gran obra, no solo por sus dimensiones, sino también
por su riqueza plástica y contenido que se hace sentir desde la primera mirada.
Arturo Michelena

La Vara Rota, 1892

Óleo sobre tela

298 x 283 cm

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