LOMO
15 mm
solapa CYAN MAGENTA AMARILLO NEGRO
Consideramos a la educación como un
fenómeno social al mismo tiempo que
entendemos que el ser humano aprende
de determinadas formas en función de su
estructura cognitiva. Creemos que esta
estructura puede alterarse y modificarse en
función del contexto en que está inmersa.
Es aquí donde encontramos esenciales los
aportes de las neurociencias a la educación.
Las neurociencias no solo permiten explicar
cuáles son las características innatas de
nuestro cerebro sino también cómo se
modifican en función de la interacción
social. Los docentes, como profesionales
de la educación, debemos ampliar nuestra
formación para repensar en nuestras
prácticas pedagógicas, reafirmando
estrategias valiosas, develando mitos y
reimaginando nuevos modos de enseñar.
Por lo tanto, si articulamos ambos campos
de una forma cautelosa, comprendiendo las
limitaciones y evitando los reduccionismos,
esos campos se podrán enriquecer y así
alcanzar un conocimiento más profundo del
aprendizaje.
MARÍA EUGENIA G. T. DE PODESTÁ
Directora de Colección
Otros títulos de la colección
• El cerebro que aprende. Una mirada a la
Educación desde las Neurociencias
María Eugenia G.T. de Podestá, Alexia Rattazzi,
Sonia W. de Fox y Josefina Peire (comps.)
TAPA Las emociones.indd 1
solapa
NEUROCIENCIAS Y EDUCACIÓN NEUROCIENCIAS Y EDUCACIÓN
Las emociones
Las emociones en la escuela Sonia Williams de Fox
Especialista en Educación (Universidad
Propuestas de educación emocional para el aula de San Andrés), licenciada en Psicología
en la escuela
SONIA WILLIAMS DE FOX
Educacional (Universidad Católica
Argentina), profesora en Pedagogía y
¿Cómo impactan las emociones en la escuela? Esta es una de las preguntas que
Psicología (UCA), profesora en Nivel Inicial y
impulsaron la realización de este libro. Nuestra intención es contribuir a difundir
Self-Esteem Practitioner (SEAL). Cuenta con
la educación emocional en la educación formal para mejorar la enseñanza, el
una amplia trayectoria en cargos docentes
aprendizaje y la salud socioemocional de niños, jóvenes y adultos, acercando y directivos tanto en Nivel Inicial como en
conocimientos y aportes que brindan diversas investigaciones en neurociencias.
Se aborda el contenido desde un doble enfoque pedagógico: teórico y práctico,
Propuestas de educación emocional para el aula Primario, en escuelas de la Capital, provincia
de Buenos Aires e interior del país. Se
con la convicción de que es necesario y urgente revisar y reflexionar acerca desempeña como docente a nivel terciario
Las emociones en la escuela
de las prácticas en el aula. Nuestro objetivo es contribuir al desarrollo de en el Profesorado del Instituto Superior
competencias socioemocionales a fin de prevenir la violencia, el hostigamiento Pedro Poveda. Ha integrado el equipo de
o “bullying”, la ansiedad, el miedo, el estrés, y otras situaciones de conflicto Mejora Escolar del Proyecto PEF (Proyecto
que afectan al aprendizaje e impiden un desarrollo armónico y equilibrado de Escuelas del Futuro) de la Universidad de
la persona. San Andrés. Actualmente es coordinadora
La educación emocional contribuye a la mejora del rendimiento académico, pedagógica del proyecto “Arte, Bienestar
al desarrollo de la conciencia de uno mismo y a la conformación de relaciones y Creatividad en la comunidad” de la
interpersonales positivas. También desarrolla la capacidad para conocer, Universidad de San Andrés, y forma parte
del Equipo de Evaluación Institucional de la
expresar y regular nuestras emociones, favoreciendo el enriquecimiento de
Escuela de Educación de la Universidad de
todo nuestro potencial humano en convivencia con los demás para el bienestar
emocional y la satisfacción en nuestras vidas. San Andrés.
Sonia Williams de Fox y María Eugenia G. T. de Podestá
NEUROCIENCIAS Y EDUCACIÓN
SONIA WILLIAMS DE FOX
Cód.: A-4-0630
15 mm
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 Las emociones en la escuela
Propuestas de educación emocional para el aula

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 NEURO CIENCIA S Y EDUC ACIÓN

Las emociones en la escuela

Propuestas de educación emocional para el aula

Sonia Williams de Fox

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 Dirección editorial Ilustración
Diego F. Barros Walter García

Dirección de Colección Fotografía

María Eugenia G. T. de Podestá Archivo Aique

Edición Producción industrial

Rosalía Muñoz Pablo Sibione

Corrección
Cecilia Biagioli

Jefatura de Gráfica
Victoria Maier

Diseño de Tapa
Fernando Schiumerini – Café Imagen

Diseño de Interior
Lea Ágreda

Diagramación
Silvana López

Williams de Fox, Sonia

Las emociones en la escuela : propuestas de educación emocional para el aula .
- 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Aique Grupo Editor, 2014.
280 p. : il. ; 23x16 cm. - (Neurociencias y educación / María Eugenia G. T. de Podestá)

ISBN 978-987-06-0630-7

1. Formación Docente. 2. Neurociencias . I. Título

CDD 371.1

© Aique Grupo Editor S. A. 2014

Francisco Acuña de Figueroa 352 (C1180AAF). Ciudad de Buenos Aires.
Teléfono y fax: (011) 4867-7000
E-mail: editorial@aique.com.ar  - http:// www.aique.com.ar

Hecho el depósito que previene la Ley 11723.

Libro de edición argentina
ISBN 978-987-06-0630-7
Primera edición
No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la
transmisión o la transformación de este libro, en cualquier medio, sea electrónico o
mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y
escrito del editor. Su infracción está penada por las leyes 11723 y 25446.
Esta edición se terminó de imprimir en agosto de 2014 en Primera Clase Impresores,
California 1231, Ciudad de Buenos Aires.

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 Agradecimientos

A María Eugenia G.T. de Podestá, por su confianza, apoyo y aliento.

A Diana Jarvis, por su optimismo y pasión.
A Josefina Peire, por su entusiasmo y apoyo.
A Lucila Dighero, por acompañarme en este camino de búsqueda.
A los directivos y a los docentes de los jardines de infantes y escuelas
que participaron del PEF (Proyecto Escuelas del Futuro), que abrie-
ron sus puertas al cambio.
A todos los docentes que confiaron y compartieron sus experiencias
en el aula.
A José María D’Angelo, por su generosidad.
A todos los que participan del Programa “ABC en la comunidad”, por
las emociones compartidas.
A mi familia, por el apoyo emocional incondicional.

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 A mis hijos Pablo, Verónica y Martín.

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 Índice

Introducción general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Parte I. Marco teórico: Hacia la comprensión de la emoción
como parte del aprendizaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1. Sentir y pensar en la escuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2. La dimensión emocional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
3. El concepto de emoción, funciones y clasificación . . . . . . . . 39
4. Los procesos cerebrales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
5. Por debajo de las emociones, las necesidades . . . . . . . . . . . . 87
6. Las emociones en la escuela.
Etapas del desarrollo emocional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Parte II. Hacia un desarrollo emocional enriquecido.
Propuestas para el aula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
Palabras introductorias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
7. El desarrollo emocional en el aula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Reconocer y nombrar las emociones . . . . . . . . . . . . . . . . . 131

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 Las emociones en La escueLa

Aceptar las emociones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156

Expresar las emociones de manera positiva . . . . . . . . . . 162
Regular o manejar las emociones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
8. El estrés en la escuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
9. Las emociones en los docentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
Parte III. Anexos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
Anexo I: Canciones para cantar y jugar . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
Anexo II: Hojas de trabajo para el aula . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
Anexo III: Experiencias en educación emocional. . . . . . . . 261
Anexo IV: Programas de educación emocional . . . . . . . . . . 273

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 Introducción general

Este libro es el resultado de una búsqueda personal y profesional

para comprender mejor los factores que impactan en el aprendiza-
je escolar. En mi trayectoria profesional, siempre me he pregunta-
do por qué algunos niños aprenden mejor que otros, qué hace que
algunos de ellos no puedan disfrutar de su escolaridad y no quie-
ran ir a la escuela, por qué otros tantos la abandonan. ¿Qué mo-
tiva a los alumnos a aprender? A lo largo de mi larga experiencia
profesional como psicóloga educacional, docente en diferentes ni-
veles educativos, directora y propietaria de escuela, capacitadora y
asesora educacional, siempre he estado en contacto con la escuela
y desde hace varios años, con un instituto de formación terciaria y
con la universidad. Haber podido vivir la escuela desde diferentes
ángulos y perspectivas me llevó a entender que tenía una respon-
sabilidad y compromiso para con esta institución: compartir mis
aprendizajes, experiencias y vivencias, desde un marco teórico, el
que sostiene y enriquece las ideas y los conceptos expresados.

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 Las emociones en La escueLa

La psicología me dio el puntapié inicial, la docencia me lle-

nó de preguntas, dudas, certezas y satisfacciones, la gestión me
abrió nuevas oportunidades y generó mayores desafíos, y la for-
mación docente me permitió seguir aprendiendo y acompañan-
do a docentes y directores en el desarrollo profesional. Ya hace
unos años, cursando la Maestría en Educación con Orientación
en Gestión Educativa de la Universidad de San Andrés, conocí y
descubrí los nuevos aportes en educación y comprendí que me
estaba acercando a obtener algunas respuestas a mis preguntas
iniciales. Fui conociendo algunas de las nuevas investigaciones
en educación y los aportes de otras disciplinas, como los de las
neurociencias, de la mano de autores, como Andy Hargreaves,
Michael Fullan, Juan Casassus, Eric Jensen, Judy Willis, Mary
Helen Immordino-Yang, Hanna Damasio y Antonio Damasio,
entre otros.
Fue ahí como surgió el tan deseado “Ah, ahora entiendo”.
Comprendí que otras ciencias ya estaban echando luz para co-
nocer cómo se aprende mejor y cuáles son las condiciones nece-
sarias para que se generen aprendizajes verdaderos, duraderos y
llenos de sentido para los alumnos.
Por todo lo expresado, el propósito de este libro es compartir
con docentes de todos los niveles educativos, los nuevos aportes
de las neurociencias en relación con el impacto que tienen las
emociones en el aprendizaje, brindando estrategias posibles para
el trabajo consciente y planificado en el aula. No soy neurocientí-
fica, y quedarán muchas preguntas que otros podrán responder.
Pero mi mirada está puesta en el aula a la luz de nuevas certezas;
ese entorno apasionante donde el intercambio entre docentes y
alumnos puede ser el cielo para algunos y el infierno para otros.
El libro está estructurado en dos partes: la primera aborda el
marco teórico que sostiene y sirve de brújula para dirigir nues-
tras acciones en el aula y en la escuela. Este marco guiará además
nuestras decisiones y dará el fundamento necesario para la inte-
gración de la emoción al proceso de aprendizaje.
En el capítulo 1 se plantean los fundamentos de la dimensión
emocional, en la que el sentir y el pensar son las dos caras de una

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 inTRoDucciÓn GeneRaL

misma moneda. Ambos son necesarios para un aprendizaje efec-

tivo y para el pleno bienestar de niños y jóvenes.
En el capítulo 2 nos adentraremos con más profundidad en la
dimensión emocional, para abordar los nuevos avances y aportes
en neurociencias. Dejaremos planteada la necesidad de un cam-
bio de paradigma en educación, ya que nuestro futuro es ya im-
pensable sin la conexión emoción y cognición, sin la inclusión del
aprendizaje emocional.
En el capítulo 3, definiremos el concepto de emoción y anali-
zaremos las dimensiones que lo componen, las funciones de las
emociones y plantearemos una manera de clasificarlas de modo
de comprender su significado dentro del aula.
En el capítulo 4, podrán tener una aproximación de algunos
procesos cerebrales implicados en las emociones. Nuestro cere-
bro es de alta complejidad y todavía hay mucho para conocer. Sin
embargo, hoy podemos compartir y conocer algunas certezas en
relación con el funcionamiento de nuestro cerebro emocional.
En el capítulo 5 quedará planteada la importancia de conocer
también nuestras necesidades humanas para comprender el im-
pacto que ellas tienen en nuestros pensamientos, emociones y
acciones. La calidad humana dependerá de la posibilidad que ten-
gan las personas de satisfacer sus necesidades.
El capítulo 6 ofrece un modo posible de abordar las emociones
en la escuela y cierra la primera parte de este libro, que plantea el
marco teórico que nos muestra el camino para poder tomar las me-
jores decisiones dentro del aula. A partir de ahora, este marco teó-
rico será la brújula que nos guiará, mostrará el norte y nos acom-
pañará para fundamentar y sostener nuestro trabajo en la escuela.
En la segunda parte del libro, encontrarán propuestas posibles
para llevar al aula, ya que existe una fuerte demanda en todo el
mundo para que las escuelas implementen propuestas educativas
efectivas que fomenten no solo el éxito académico, sino también
que contribuyan a la salud, al bienestar y a una ciudadanía res-
ponsable. Esperamos que este libro pueda abrir nuevos caminos
para recorrer, plantear nuevas preguntas para responder y gene-
rar reflexiones para la formación transformadora.

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 Las emociones en La escueLa

En el capítulo 7 quedan planteadas las etapas del desarrollo

emocional y las maneras posibles de incorporarlas de forma efec-
tiva al trabajo en el aula. En cada etapa hay propuestas de activi-
dades disparadoras y son solo algunas posibles para motivar y
acompañar al docente.
En el capítulo 8 profundizamos en el impacto del estrés en los
aprendizajes e invitamos a la reflexión para asegurar contextos
de aprendizaje libres de amenaza, intimidación y estrés.
El capítulo 9 está dedicado principalmente a los docentes, por-
que el trabajo en el aula es muy complejo: se entrelazan las emocio-
nes propias del docente con las de todos los actores de la comunidad
educativa. La formación docente conlleva el cambio permanente y
la adaptación a los nuevos avances científicos, el aprendizaje y la
comprensión de nuevos conocimientos, el replanteo de prácticas y
la puesta en marcha de nuevas estrategias y modos de actuar en el
aula. Esperamos poder ofrecer otra mirada posible para compren-
der el mundo emocional propio y el de los demás.
Al final de cada uno de los capítulos, encontrarán las referen-
cias bibliográficas.
Por último, en la tercera parte del libro encontrarán en los
anexos, material complementario para las propuestas del aula
sugeridas.
Sentir, pensar y aprender: una tríada que ya abre nuevos cami-
nos, nuevas posibilidades y un mayor compromiso para todos los
que, de alguna manera, buscamos mejorar la calidad de la educa-
ción en las escuelas.

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 Parte I
Marco teórico:
Hacia la comprensión de
la emoción como parte
del aprendizaje

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 1
Sentir y pensar en la escuela

“Es de creer que las pasiones dictaron los primeros gestos

y que arrancaron las primeras voces…
No se comenzó por razonar, sino por sentir”.
Jean Jacques Rousseau

Esta frase, dicha hace ya tantos años, destaca la importancia de

la dimensión emocional por sobre la razón, pero a lo largo de la
historia hubo cambios que marcaron la primacía de la razón por
sobre la emoción. Por ejemplo, Descartes afirmaba: “Pienso, lue-
go existo”, y el actual neurocientífico Antonio Damasio1 en su li-
bro El error de Descartes (2008) sostiene lo contrario: “Sentimos,
luego pensamos” tras un extenso y profundo análisis del mundo
emocional y sus alcances. Damasio establece que la mente se cor-
poriza no solo en el cerebro, sino en todo el cuerpo, y detalla el
rol que juega la corteza prefrontal del cerebro en la vida humana
y en la personalidad.
Los aportes de numerosos neurocientíficos ya confirman la sos-
pecha que los docentes teníamos hace tiempo: que las emociones

1 El Dr. Antonio Damasio es el director de la University of Southern California’s Brain and

Creativity Institute, en Estados Unidos. Es autor de El error de Descartes, la emoción, la razón y
el cerebro humano, 2008 (5.° ed.), Crítica, España.

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 Las emociones en La escueLa

impactan en el aprendizaje, de una manera favorable o perjudi-

cial. Lo fascinante es que hoy podemos saber por qué.
Lamentablemente la escuela fue siempre el dominio de la ra-
zón, de lo cognitivo; había que dejar las emociones afuera, “que-
dan en casa”, como hace solo unos años le decía una profeso-
ra a un alumno de secundaria. Pero lo cierto es que no quedan
en casa, y están presentes en todo momento, en toda nuestra es-
colaridad e impactan en el aprendizaje. La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico a nivel mundial, com-
puesta por 34 Estados, plantea: “Los componentes emocionales
han sido largamente negados en la institución escolar. Las re-
cientes contribuciones de los neurocientíficos están ayudando a
remediar esta deficiencia, revelando la dimensión emocional del
aprendizaje” (OECD, en su sigla en inglés, 2007).
Las emociones del alumno y del docente entran cada día en la
escuela, se mezclan entre sí y con las de los demás, y generan in-
numerables matices y estados de ánimo diversos. En un aula con
30 alumnos y un docente, hay 31 estados emocionales diferentes.
En algunos casos podrían ser parecidos, como cuando todos los
estudiantes se enojan con el docente por sentir alguna situación
de injusticia, pero en cada alumno, la manera individual de vi-
venciar y sentir la misma situación es diferente. ¿De qué depen-
de esto? Depende de los factores genéticos, de las experiencias
de vida y del entorno sociocultural de cada uno. Depende de lo
dado por naturaleza y por lo adquirido mediante la experiencia y
las situaciones de vida. Más allá de poder poner un porcentaje de
impacto de cada uno, lo cierto es que todo está presente, configu-
rando quiénes somos hoy cada uno de nosotros.
The Dana Foundation2 publicó recientemente un artículo don-
de sostiene que los científicos están aprendiendo que quizás to-
das nuestras experiencias de vida en edades tempranas, buenas
o malas, colaboran en modelar el futuro de nuestro cerebro. Dos
nuevos estudios presentados en 2012 durante el encuentro de la
Society for Neuroscience (Sociedad para las Neurociencias- http://

2 The Dana Foundation es una organización filantrópica privada que apoya la investigación del
cerebro; lo hace a través de donaciones, publicaciones y programas educativos.

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 senTiR Y PensaR en La escueLa

www.sfn.org/) apoyan este concepto y sugieren que tanto el esta-

tus socioeconómico como el enriquecimiento cognitivo en eda-
des tempranas de la vida están asociados a cambios anatómicos
medibles en el cerebro3 .
En Estados Unidos, la organización sin fines de lucro deno-
minada CASEL (The Collaborative for Academic, Social and
Emotional Learning) está dedicada a desarrollar la ciencia y la
práctica del aprendizaje social y emocional (SEL, por su sigla en
inglés) en las escuelas. Para esta organización, es cada vez más
aparente que aquellos niños que interactúan de manera positiva
con sus docentes, con sus pares y familias, y que además partici-
pan activa y cooperativamente en el proceso de aprendizaje, son
más exitosos en la escuela y fuera de ella. Los programas diseña-
dos para la enseñanza de competencias socioemocionales apoyan
e impactan en el logro académico y en el desarrollo positivo de los
niños (CASEL, 2007). En el Anexo IV podrán conocer algunos de
estos programas que se implementan hoy en día.
Son muchos los fundamentos de la educación emocional: las
aportaciones de la Psicología Humanista (Rogers, Maslow, Fromm);
los movimientos de renovación pedagógica, que proponían una
educación integral donde la afectividad tenía un gran papel; la fi-
losofía de la educación de Dewey; las aportaciones de Ellis, con su
psicoterapia racional-emotiva-conductual; ciertas terapias cogniti-
vas; las teorías pedagógicas constructivistas, que también han am-
pliado su mirada con Vygotsky (1978, 1997), Todorov (1995), quien
plantea nuestra necesidad de reconocimiento por parte del otro;
la Psicología Positiva, de Seligman y Csikszentmihalyi (2000), la
Teoría de la Inteligencia Emocional, de Salovey y Sluyter (1997),
Mayer y Salovey (1993, 1990), popularizado por Goleman (1995);
la Inteligencia Social, de Thorndike (1920) y Goleman (2008); la
Teoría de las Inteligencias Múltiples, de Howard Gardner (1983); la
Educación Emocional, de Bisquerra (2002, 2008, 2011), sumado
ahora a las investigaciones en neurociencias, enriquecen el enten-
dimiento e iluminan el camino por transitar.

3 Extracto del artículo de Sukel Kayt: “Early Life Experience Can Change the Brain, For Good
or Ill”. The Dana Foundation, publicado el 20 de diciembre de 2012.

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 Las emociones en La escueLa

La concepción de la unidad de lo afectivo y lo cognitivo fue es-

tudiada por Vygotski en sus investigaciones realizadas en niños
con situación de discapacidad, por las que reconoció que existe
una interrelación entre los procesos afectivos y los cognitivos, que
no hay una separación entre los mismos, sino todo lo contrario,
es decir, el desarrollo se da en su conjunto y no separadamente.
Los procesos afectivos influyen en los cognitivos en el curso del
desarrollo, mientras que estos influyen en los primeros, organi-
zándolos. Al referirse a esta relación, Vigotsky (1989) expresó:

“... todo el problema consiste en que el pensamiento y el afecto repre-

sentan las partes de un todo único, la conciencia humana... los proce-
sos afectivos e intelectuales representan una unidad, pero la misma
no es una unidad inmóvil y constante. Esta varía. Y la variación de las
relaciones entre el afecto y el intelecto es precisamente lo esencial
para todo el desarrollo psicológico del niño”.

Por tanto, este autor prestó una atención particular a la unión

que existe entre lo cognitivo y lo afectivo, al observar que esta
unión es la esencia misma del proceso de enseñanza y condición
necesaria para el despliegue del potencial educativo y el desarro-
llo psíquico del ser humano (Vygotsky, 1997)4 .
Asimismo, la nueva ciencia “Mind, Brain and Education Science”
(Ciencia de la mente, cerebro y educación) está acercando a psicó-
logos, neurocientíficos y educadores para estudiar e investigar en
forma interdisciplinaria tanto los procesos de aprendizaje como
los procesos de enseñanza. La revista Mind, Brain and Education5
publica investigaciones, artículos e información científica acerca
de los nuevos avances en neurociencias y educación. El creciente
interés en relación con la educación y el bienestar se ve reflejado en
diversas revistas educacionales y científicas internacionales, como
Educational Psychologist; Mind, Brain and Education; Learning and
Instruction; Teaching and Teacher Education; Educational Psychology
Review; Journal of Educational Psychology, Science, etc. Además hay

4 Consultado en http://goo.gl/m8t06q.
5 International Mind, Brain, and Education Society and Wiley Periodicals, Inc.

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 senTiR Y PensaR en La escueLa

una multiplicidad de libros referidos al tema, aunque muy pocos

han sido traducidos al español.
Por su parte, el destacado biólogo chileno Humberto Maturana
(2001) sostiene que caracterizar lo humano solamente por la ra-
zón es usar anteojeras (como se les ponen a los caballos) por-
que nos deja ciegos frente a la emoción, que queda desvalorizada
como algo que niega lo racional. Expresa entonces:

“Lo humano se constituye en el entrelazamiento de lo emo-

cional con lo racional. Lo racional se constituye en las coheren-
cias operacionales de los sistemas argumentativos que construi-
mos en el lenguaje para defender o justi car nuestras acciones.
Corrientemente vivimos nuestros argumentos racionales sin hacer
referencia a las emociones en que se fundan, porque no sabemos
que ellos y todas nuestras acciones tienen un fundamento emo-
cional, y creemos que tal condición sería una limitación a nuestro
ser racional. Pero ¿es el fundamento emocional de lo racional una
limitación? ¡No! Al contrario: es su condición de posibilidad (…)”.

Los avances tecnológicos también han permitido estudiar el

cerebro en su estructura, su función y en plena actividad mien-
tras las personas realizan diferentes tareas (leer, tomar decisio-
nes, mirar imágenes, escuchar música, etc.). Estas nuevas tec-
nologías son el MRI (Resonancia Magnética), RMF (Resonancia
Magnética Funcional), EEG (Electroencefalograma) y el MEG
(Magnetoencefalograma), que permiten mostrar la actividad ce-
rebral y los cambios en el flujo sanguíneo, medir la actividad
eléctrica de las neuronas y hasta medir el tiempo exacto y el lugar
de la actividad eléctrica y magnética de los billones de neuronas
y trillones de conexiones neuronales del cerebro.
Gracias al avance de las diferentes disciplinas, hoy podemos afir-
mar que, en la escuela y en el aula, es fundamental tener en cuenta
las emociones ya que pueden favorecer el aprendizaje o bloquearlo.
La escuela tiene hoy un rol más fuerte de transformación socio-
cultural, además de la transmisión de conocimientos. Constituye la
institución social por excelencia cuya misión es formar a las nuevas

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 Las emociones en La escueLa

generaciones para la plena inserción en la sociedad contemporánea.

Es el derecho innegable que tenemos todos al despliegue de las po-
tencialidades humanas y, por lo tanto, de realización y trascendencia
como profesionales, técnicos, obreros, etc. (OCDE, 1998), pero sobre
todo, como personas con valores y un profundo sentido de la vida.
Para muchos niños y jóvenes, la escuela será la única oportunidad
para cambiar su destino marcado por la pobreza y la indiferencia;
transitar la escuela será la manera de probar que se puede definir un
destino diferente, con esfuerzo, perseverancia y esperanza, para un
futuro más digno y superador. Comparto las primeras palabras del
poema “Romance Blanco”, de Guillermo Etchebehere (1917-1978),
un gran escritor nacido en Cañuelas, provincia de Buenos Aires:

“Abrió la escuela sus puertas

–rosa que se abre en el alba–
y como viento de estrellas
en la grupa de mil alas,
corrieron por los caminos
en tropel, las esperanzas…
[…]”

En nuestro trabajo con docentes de escuelas y de jardines de

infantes públicos pertenecientes a entornos desfavorecidos, en
el Proyecto PEF (Proyecto Escuelas del Futuro-Universidad de
San Andrés), conocimos de cerca las dramáticas historias de al-
gunos niños, que quitaban nuestro sueño y provocaban desespe-
ranza. Pero en ese espacio vital de la escuela, estaban las docen-
tes Alejandra, Cristina, Lorena, Marcela, Amelia, Natalia, y otras
más, que buscaban mejorar las prácticas y ofrecer una educación
de calidad. Ellas diseñaron proyectos de educación emocional
para el aula y supieron construir climas de confianza para el tra-
bajo conjunto. Abrieron espacios de reflexión con los alumnos,
que esperaban ese momento especial en el que podían compar-
tir sus experiencias de vida, sus miedos, sus fortalezas, sus difi-
cultades y sus logros. Las actividades estaban organizadas previa-
mente, con el material necesario a disposición y, para sorpresa de
todos, las producciones de los niños no llevaban nota. Hubo opor-
tunidades para compartir, dar apoyo, expresar miedos, aprender

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 senTiR Y PensaR en La escueLa

y escuchar activamente, celebrar y reflexionar; un espacio para la

conexión emocional donde la simetría como personas convivía en
armonía con la asimetría planteada desde el rol como docentes y
alumnos.
Nunca olvidaremos a Santi, con sus ojos marrón oscuro, su
pelo sin lavar y el delantal desaliñado, que cursaba el 4.° grado de
la escuela primaria. Santi llegaba triste y, a veces, muy enojado;
pateaba los bancos, maldecía y golpeaba su cabeza contra la ven-
tana para descargar su enojo que ya traía desde temprano a la ma-
ñana. Su aula era un lugar seguro, donde era aceptado, compren-
dido y querido. Los que acompañábamos a Alejandra, su docente,
en el Proyecto de Educación Emocional, conocíamos la historia
familiar de Santi. Era tan compleja que no parecía posible que
fuera real; también sabíamos que no la podíamos cambiar y eso
traía angustia, frustración e impotencia. Lo que sí sabíamos era
que el aula podía ser ese sitio especial, un lugar donde todos eran
valorados, donde se podía sonreír, disfrutar y aprender. Gracias al
trabajo sostenido de su docente, las emociones entraron al aula y
mejoraron los aprendizajes y la convivencia de todos los alumnos.
También fue importante el cambio en los docentes, que pudie-
ron reflexionar y mirar la misma realidad con nuevos lentes, en-
tendiendo que la formación integral de los alumnos no es tarea
sencilla, pero sí necesaria para el pleno bienestar de todos. En pa-
labras de la docente Cristina: “Siento que me abrió puertas, nue-
vas visiones, más riqueza y más comprensión”.
Hay muchas otras historias alentadoras e inspiradoras que
muestran cómo la educación ha marcado un antes y un después
en las vidas de quienes han luchado por sobrellevar y sobrepasar
realidades complejas e injustas.
En este camino esperanzador, hay nuevos rumbos para tomar.
Por suerte, hace ya unas décadas, la dimensión emocional ha ad-
quirido legitimidad en varios países, que han marcado y demos-
trado que no hay vuelta atrás: las emociones están para quedarse y
deberán trabajarse de manera sistemática en las aulas y en las es-
cuelas. La generación de climas emocionales sanos de aprendiza-
je favorecerá el desarrollo socioemocional adecuado en los niños,

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la motivación por aprender y el bienestar laboral de los docentes.

Como bien lo expresa Hargreaves (2003):

“Tener esperanzas y tomar medidas ante importantes causas perdi-

das (en este caso, la de mejorar la educación) puede causar menos
desgaste emocional que estar en un estado permanente de desespe-
ranza. (…) Tener esperanzas no es ser ingenuo, sino luchar para salir
adelante”.

Comprender nuestro mundo emocional y el de nuestros alum-

nos nos permite tener una nueva mirada a las dinámicas que
se generan en el aula. Por eso les proponemos adentrarnos en
la dimensión emocional para comprender su conexión con el
aprendizaje.

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solapa CYAN MAGENTA AMARILLO NEGRO
Consideramos a la educación como un
fenómeno social al mismo tiempo que
entendemos que el ser humano aprende
de determinadas formas en función de su
estructura cognitiva. Creemos que esta
estructura puede alterarse y modificarse en
función del contexto en que está inmersa.
Es aquí donde encontramos esenciales los
aportes de las neurociencias a la educación.
Las neurociencias no solo permiten explicar
cuáles son las características innatas de
nuestro cerebro sino también cómo se
modifican en función de la interacción
social. Los docentes, como profesionales
de la educación, debemos ampliar nuestra
formación para repensar en nuestras
prácticas pedagógicas, reafirmando
estrategias valiosas, develando mitos y
reimaginando nuevos modos de enseñar.
Por lo tanto, si articulamos ambos campos
de una forma cautelosa, comprendiendo las
limitaciones y evitando los reduccionismos,
esos campos se podrán enriquecer y así
alcanzar un conocimiento más profundo del
aprendizaje.
MARÍA EUGENIA G. T. DE PODESTÁ
Directora de Colección
Otros títulos de la colección
• El cerebro que aprende. Una mirada a la
Educación desde las Neurociencias
María Eugenia G.T. de Podestá, Alexia Rattazzi,
Sonia W. de Fox y Josefina Peire (comps.)
TAPA Las emociones.indd 1
LOMO
15 mm
solapa
NEUROCIENCIAS Y EDUCACIÓN NEUROCIENCIAS Y EDUCACIÓN
Las emociones
Las emociones en la escuela Sonia Williams de Fox
Especialista en Educación (Universidad
Propuestas de educación emocional para el aula de San Andrés), licenciada en Psicología
en la escuela
SONIA WILLIAMS DE FOX
Educacional (Universidad Católica
Argentina), profesora en Pedagogía y
¿Cómo impactan las emociones en la escuela? Esta es una de las preguntas que
Psicología (UCA), profesora en Nivel Inicial y
impulsaron la realización de este libro. Nuestra intención es contribuir a difundir
Self-Esteem Practitioner (SEAL). Cuenta con
la educación emocional en la educación formal para mejorar la enseñanza, el
una amplia trayectoria en cargos docentes
aprendizaje y la salud socioemocional de niños, jóvenes y adultos, acercando y directivos tanto en Nivel Inicial como en
conocimientos y aportes que brindan diversas investigaciones en neurociencias.
Se aborda el contenido desde un doble enfoque pedagógico: teórico y práctico,
Propuestas de educación emocional para el aula Primario, en escuelas de la Capital, provincia
de Buenos Aires e interior del país. Se
con la convicción de que es necesario y urgente revisar y reflexionar acerca desempeña como docente a nivel terciario
Las emociones en la escuela
de las prácticas en el aula. Nuestro objetivo es contribuir al desarrollo de en el Profesorado del Instituto Superior
competencias socioemocionales a fin de prevenir la violencia, el hostigamiento Pedro Poveda. Ha integrado el equipo de
o “bullying”, la ansiedad, el miedo, el estrés, y otras situaciones de conflicto Mejora Escolar del Proyecto PEF (Proyecto
que afectan al aprendizaje e impiden un desarrollo armónico y equilibrado de Escuelas del Futuro) de la Universidad de
la persona. San Andrés. Actualmente es coordinadora
La educación emocional contribuye a la mejora del rendimiento académico, pedagógica del proyecto “Arte, Bienestar
al desarrollo de la conciencia de uno mismo y a la conformación de relaciones y Creatividad en la comunidad” de la
interpersonales positivas. También desarrolla la capacidad para conocer, Universidad de San Andrés, y forma parte
del Equipo de Evaluación Institucional de la
expresar y regular nuestras emociones, favoreciendo el enriquecimiento de
Escuela de Educación de la Universidad de
todo nuestro potencial humano en convivencia con los demás para el bienestar
emocional y la satisfacción en nuestras vidas. San Andrés.
Sonia Williams de Fox y María Eugenia G. T. de Podestá
NEUROCIENCIAS Y EDUCACIÓN
SONIA WILLIAMS DE FOX
Cód.: A-4-0630
15 mm
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