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MARCO TEÓRICO

Un coach no es tan sólo un mago del cambio,


sino también un luchador por la libertad.
Joseph O´Connor Página | 1

Desde las metas objetivas

Existen tantas definiciones de Coaching como escuelas, asociaciones y


organizaciones hay de esta disciplina, aunque todas orientadas hacia una misma dirección:
el Desarrollo Personal y la generación de Bienestar. Así, por ejemplo, La International
Coach Federation (ICF) describe este proceso del siguiente modo: ‘El Coaching es una
relación profesional continuada que ayuda a que las personas produzcan resultados extra-
ordinarios en sus vidas, carreras, negocios y organizaciones. A través de este proceso de
Coaching, los Clientes ahondan en su aprendizaje, mejoran su desempeño y refuerzan su
calidad de vida’.

El gráfico “desde las metas objetivas” remite a la ilustración de la definición que


mostramos en nuestros Entrenamientos, coincidente ésta a como la enuncia Talane
Miedaner: ‘El Coaching cubre el vacío existente entre lo que eres ahora y lo que deseas
ser. Es una relación profesional con otra persona que aceptará lo mejor de ti y te
aconsejará, guiará y estimulará para que vayas más allá de las limitaciones que te impones
a ti mismo y realices tu propio potencial’1

1
Miedaner, Talane: «COACHING PARA EL ÉXITO». Barcelona, España (2002). Urano.
Así, el objetivo concreto del proceso será conquistar un “Estado Deseado”, a partir
de establecer ciertas Metas y Objetivos, y cumplir con los Hitos que se establezcan en
función de un Plan de Trabajo. Éste es todo el secreto.

Desde las metas subjetivas


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Pero claro, si bien el trabajo es concreto y consciente, el Hombre no es una
disposición mecánica, sino orgánica. Dentro de él, a un nivel dimensional, pasará por un
proceso subjetivo que terminará influyendo en su Cuerpo, Mente y Espíritu:

El primer punto que se podrá observar en el proceso de Coaching será la conquista


de una meta objetiva en función de una insatisfacción que el Cliente tiene que resolver. En
los años que llevamos de práctica ningún Cliente decidió abordar un proceso por la sola
inquietud de concretar un proyecto, sino porque en algún punto, dentro de su vida u
organización, algunas situaciones se habían tornado algo preocupantes; entonces cuando
recién logra distinguir esa insatisfacción, aparece como emergente la necesidad de una re-
organización. A partir de ese momento el Coaching ofrece generar una evolución concreta
(de acuerdo a lo ilustrado en el gráfico “desde las metas subjetivas”) de la situación, que,
por otro lado, subjetivamente hablando, hará liberar el potencial más innato de las
personas: encontrar los recursos que hasta en ese momento estaban en un punto ciego,
operar los obstáculos, ganar confianza y seguridad en uno mismo, y mejorar el
desempeño.

El camino no tiene retorno. El Cliente de a poco comenzará a entender que los


obstáculos son ilusiones que deberá trascender, así como un río rodea las piedras que se
le presentan en el camino y fluye hasta llegar a su destino; este aspecto lo ayudará a
crecer en consciencia y responsabilidad porque en el trayecto entenderá que todo
depende de sus propias capacidades, no de deshacer los obstáculos, sino de percibirlos de
una manera diferente y de fluir entre ellos.

Nuestra visión es que la consciencia no es ni más chica ni más grande en una u otra
persona. Nos gusta hacer la analogía de ésta con un campo de deporte: el mismo es para
todos igual. Lo que creemos que sucede es que algunas personas han podido iluminar sólo Página | 3
un área de ese campo, un cuarto, la mitad o toda la cancha; en función de este escenario
que mostramos aquí apalancamos nuestro concepto de potencia. Lo que hará el Coach, a
través de su mejor herramienta que son las preguntas, será iluminar aquellas partes del
campo que antes no lo estaban, por el solo hecho de que éste pregunta desde una
perspectiva diferente a la que tiene el Cliente.

Generalmente el proceso de despertar consciencia se obtiene por el camino del


conocimiento o sufrimiento, la diferencia estriba en que el primero se percibe con placer y
el segundo con dolor, por lo que generalmente el proceso de Coaching resulta ser un
trayecto de logros y satisfacciones.

Como consecuencia de caminar este conocimiento se suceden respuestas que, si


bien eran potenciales, no estaban a la mano, cuestión que le permitirá al Cliente asumir
otras capacidades y responsabilidades, y por ende, actuar desde una posición de libertad y
protagonismo. Esta subjetividad que se estará jugando durante el proceso de Coaching
hará que la persona integre su pensar, sentir y hacer desde una coherencia, situación ésta
que generará un estado de compleción a partir de una experimentación espiritual, según
lo describe John Whitmore, ‘en este sentido, espiritual no es un concepto religioso sino,
como lo define la autora Elisabeth Denton: «El deseo básico de encontrar un sentido y un
propósito fundamental en la propia existencia, además de tener una vida integrada».’2

Fundamentos de nuestra metodología


Los fundamentos que abogamos emergen del mismo campo del Coaching e
integran una metodología que nos permite un posicionamiento instrumental e integral
desde una perspectiva horizontal y vertical. Cuando hablamos de horizontalidad nos
referimos a la integración de las distintas disciplinas que operan como fundamento y
método de nuestra Propuesta, tal es el caso del Coaching, la Filosofía y Psicología. Cuando
hablamos de verticalidad nos orientamos a una integración ontológica del Hombre, de
integrar el hacer, sentir, pensar, servir y ser de una misma manera.

2
Whitmore, John: «COACHING: el método para mejorar el rendimiento de las personas». Buenos Aires, Argentina
(2006). Paidós. Página 130.
Página | 4

El objetivo de nuestra didáctica no es sólo informativo sino formativo, desde el


punto de vista de lograr la transformación de actitudes y, por ende, el desarrollo de
nuevas aptitudes. Al instrumento que hemos diseñado para poder articular la formación
con la información lo denominamos Cuadro Integral del Ser (CIS), que ubica al Cliente en
un campo referencial y le permite incorporar elementos conceptuales y operar sobre él
mismo mediante técnicas y herramientas adecuadas: Rueda Integral de la Vida (RIV),
Inversión de la Proyección (IP), Tabla de Metas y Objetivos (TMO), Proyecto (Pro) y Plan de
Trabajo (PdT).

Desde el Coaching sudamericano


El Coaching sudamericano es una corriente en sí y es conocida también como
Coaching ontológico. Sus máximos exponentes son los chilenos Fernando Flores, Julio
Olalla y Rafael Echeverría. Sobre este último referente nos paramos nosotros para mostrar
las coincidencias y diferencias de lo que proponemos con el Modelo de nuestra Escuela.

El libro que hacemos referencia para indagar con profundidad los aspectos que Página | 5
aquí señalamos es «Ontología del Lenguaje». Es una lectura obligatoria que todo Coach
debe hacer en el camino de su ser Coach.

La «Ontología del Lenguaje» representa la convergencia de dos líneas autónomas


de pensamiento que se desarrollaron en el siglo XX y que, como lo dice el Autor del libro,
curiosamente ya estaban germinadas desde el siglo XIX en el pensamiento de Frederick
Nietzsche.

La primera línea de pensamiento es la de aquel Ser que busca el significado de


quién es el ser humano, cuyos representantes son Martin Heidegger y Martin Buber; y la
segunda es en función de la Filosofía Analítica, que interpreta y se replantea el fenómeno
del lenguaje, los máximos exponentes de esta línea son el Filósofo Ludwig Wittgestein y
John L. Austin, considerados como los fundadores de la filosofía del lenguaje.

El Coaching ontológico establece varias distinciones dentro de su metodología. A


nuestro juicio las más notables son la percepción y el observador, los dominios primarios,
la constelación inquietud, transparencia y quiebre, y la noción de verdad.

Señalamos el acto de distinguir3 como el acto de identificar las cosas, con ciertas
particularidades, según los significados más apropiados que las definen. Es una operación
básica que realiza el Coaching. Distinguir es hacer referencia a un contexto, no a una
discusión. No es el propósito tener la razón sino lograr una identificación de lo que se está
hablando. La distinción es un “pre-acuerdo” en el trato de la información que tiene como
único fin nivelar un discurso y dar —si así se necesitase— un feedback lo más adaptado
posible a los conceptos implícitos que se instalan en dicha comunicación. Desde ya que
hablar de distinciones es también hablar en un sentido semántico como sustrato, pero
también es hablar de contextos históricos y geográficos, sociales y culturales, y de
creencias. Es construir una trama que hace de contención y justifica nuestra particular
forma de ver el mundo, nuestra particular forma de percibirlo; será desde nuestras
propias distinciones que mostraremos la “realidad” que vemos y también será desde
nuestras propias distinciones que interpretaremos las “realidades” que ven los otros.
Siempre serán nuestras propias distinciones.

La Percepción

3
Distinguir: (Del lat. distinguĕre). 1. tr. Conocer la diferencia que hay de unas cosas a otras. 2. tr. Hacer que algo se
diferencie de otra cosa por medio de alguna particularidad, señal, divisa, etc. U. t. c. prnl. 4. tr. Manifestar, declarar la
diferencia que hay entre una cosa y otra con la cual se puede confundir.
La palabra percepción proviene del latín perceptio, que quiere decir acción y efecto
de capturar. Esta lógica lleva implícita la acepción de que hay una “cosa en sí” que es
capturada en relación a alguien que la captura. Somos tan inconscientes de este juego,
que parecería indiscutible que esa captura sea la realidad y que la misma está aislada de
quien la observa.
Página | 6
Al hacer consciente esta distinción resulta evidente que quien observa es la fuente
de la percepción de esa “realidad”, y que dicha observación, no es independiente de los
filtros que impone el cerebro.

Por otro lado, estos filtros que impone el cerebro son en función de nuestros
paradigmas, de modelos mentales que hemos creado de nosotros mismos a partir de las
experiencias de vida, valores, creencias, conceptos, juicios y prejuicios que “heredamos”
de la estructura social donde fuimos educados y de la biología de cada uno.

‘Entonces, lo que nos sucede en el vivir tiene que ver, en lo individual, con lo que
cada uno es capaz de percibir y no con lo que “realmente” ocurre.’4

El Observador

El observador es quien captura. Lo hace, como dijimos, desde su propia


experiencia. Una experiencia cultural y otra biológica. La primera explicaría el porqué en la
India matar una vaca sería un sacrilegio y en la Argentina comer un asado es un ritual de
amistad y unión. La segunda explicaría el porqué las frutillas son consideradas un manjar
para algunas personas, a otras no les gusta y a otras les produce alergias. Tanto el
contexto cultural como la estructura biológica hacen que cada uno sea un mundo en sí
mismo, más allá de la realidad que es; vale decir que cada observador es poseedor de una
realidad subjetiva e independiente de las otras personas. Ésta es la causa que caracteriza
el accionar de los individuos: observamos desde lo conocido; vemos desde lo
anteriormente visto; percibimos desde lo aprendido; y construimos desde lo que
percibimos. En otras palabras, podemos intervenir sólo sobre lo que podemos observar.

Los Dominios Primarios

Una de las frases más celebres del Científico Albert Einstein fue que si buscamos
resultados distintos, no hagamos siempre lo mismo. Parafraseándolo en este contexto
sería: ‘si buscamos diferentes resultados, cambiemos el observador que estamos siendo’.
Transformar el observador es cambiar el foco, es pasar de un enfoque único a uno
múltiple; ello requiere de una transformación que necesita de dos grandes etapas: ‘darse
cuenta’ y ‘hacerse cargo’. Para este darse cuenta y hacerse cargo el Coaching Ontológico

4
Krynsqui, Marcelo: «VER PARA CREAR». Buenos Aires, Argentina (2009). CrearContextos. Página 46.
propone la intervención sobre tres dominios primarios (esenciales) y biológicos que todos
los seres humanos poseemos: el lenguaje, las emociones y el cuerpo.

Desde la estructura biológica del lenguaje, nuestro observador único habla para
explicar y ordenar cómo son las cosas. Pero el observador múltiple habla en virtud de
crear sinergia: indaga y pregunta sobre nuevas experiencias y otros modelos mentales Página | 7
para encontrar nuevas formas de resolución.

Desde la estructura biológica de las emociones, nuestro observador único siente


miedo por tener que defender su punto de vista (esto genera un ataque). Pero el
observador múltiple siente aceptación por el otro y genera empatía y confianza.

Desde la estructura bilógica del cuerpo, nuestro observador único está rígido y
estresado por el hecho de siempre defenderse. Pero el observador múltiple fluye con las
emociones y está relajado y enérgico.

La constelación de Inquietud, Transparencia y Quiebre

Dentro del ámbito del lenguaje, el Doctor Rafael Echeverría abre el espacio para
una distinción importante: la escucha, que hablaremos de ella más adelante. Esta escucha
es en relación a nosotros mismos pero también en relación a lo que nos dice el otro, en
poder escuchar sus inquietudes.

El autor define a las inquietudes del siguiente modo: ‘Proponemos una


interpretación completamente diferente. Decimos (inspirándonos en la filosofía de Martin
Heidegger), que cada vez que actuamos podemos suponer que lo hacemos para hacernos
cargo de algo. Tal como lo señalábamos previamente, a este algo, sea ello lo que sea, lo
llamamos inquietud. Podemos decir, por lo tanto, que una acción se lleva a cabo para
atender una inquietud. Decimos que una inquietud es la interpretación que damos sobre
aquello de lo que nos hacemos cargo cuando llevamos a cabo una acción. Por lo tanto es
lo que le confiere “sentido”5 a la acción. Si no podemos atribuir una inquietud a la acción,
ésta pierde sentido.’6

También el Autor hace la salvedad de que no es lo mismo inquietud que intención,


que la primera es un relato (narrativa) que fabricamos para darle sentido a la acción,
mientras que la segunda está vinculada, no al discurso en sí, sino por la razón del ser.
‘Decimos que las inquietudes no están radicadas en la acción misma o en la mente o la
conciencia de la persona que actúa, sino en cómo las interpretamos (o escuchamos).’ 7

5
Las comillas son nuestras.
6
Echeverría, Rafael: «ONTOLOGÍA DEL LENGUAJE». Buenos Aires, Argentina (2009). Ediciones Granica. Página 155.
7
Ibídem. Página 156.
Con respecto a la transparencia, ‘Heidegger postula que lo que llamaremos
transparencia —la actividad no-reflexiva, no pensante, no deliberativa, la acción con un
umbral mínimo de conciencia— constituye la base y condición primaria de la acción
humana.’8

Este estado al que refiere Heidegger es transversal a todo ser humano. Sería algo Página | 8
así como nuestra rutina. Nos levantamos, desayunamos, manejamos hasta el trabajo,
trabajamos, almorzamos, volvemos a casa, cenamos, etcétera. Acá no hablamos de
aquellas competencias inconscientes que hemos adquirido e internalizado en nuestras
vidas, hablamos de cómo nos movemos nosotros en relación a ellas, vale decir que
mientras más competencias adquiramos, nuestra vida se desarrollará con mayor
transparencia. Cuando esta transparencia se rompe, ya sea porque no había dentífrico, el
neumático del auto se pinchó o la computadora del trabajo se rompió, decimos que se
produce un quiebre:

‘Sostenemos que sólo emerge la deliberación, la conciencia de lo que estamos


ejecutando, cuando este fluir en la transparencia, por alguna razón, se ve interrumpido:
cuando se produce lo que llamamos un quiebre. Un quiebre, diremos, es una
interpretación en el fluir de la transparente de la vida.

(…)

Sostenemos que todo quiebre involucra un juicio de que aquello que acontece, sea
ello lo que sea, no cumple con lo que esperábamos que aconteciera. Un quiebre, por lo
tanto, es un juicio de que lo acontecido altera el curso esperado de los acontecimientos
(altera nuestras expectativas)9. Detengámonos a examinar lo que hemos dicho. Lo
primero que destacamos es nuestra interpretación de que todo quiebre se constituye
como un juicio. Por lo tanto, si no tuviésemos la capacidad de hacer juicios, no tendríamos
quiebres.’10

Con este último párrafo que escribe el Autor podemos observar cómo todas las
distinciones que hemos descripto hasta ahora comienzan a cohesionarse como un
sistema, porque todo juicio es una acción lingüística y ésta tiene que ver con la percepción
que estamos teniendo y con el observador que estamos siendo.

El Criterio de Verdad

Toda Disciplina es a partir de un lineamiento ideológico que teje la trama que lo


sustenta: lo hace a partir de un posicionamiento explícito. A este posicionamiento lo

8
Ibídem. Página 192.
9
Los paréntesis son nuestros.
10
Echeverría, Rafael: «ONTOLOGÍA DEL LENGUAJE». Buenos Aires, Argentina (2009). Ediciones Granica. Página 155.
llamamos “el criterio de verdad”. Desde esta perspectiva se desarrollará la Ética y
Deontología de la construcción teórica en cuestión.

Esta Ética y Deontología está más allá del modelo y la metodología de estudio en sí,
puesto que para nosotros la dimensión de los valores es fundacional, no sólo para
cualquier programa de estudio, sino para darle el sentido a nuestras acciones cotidianas. Página | 9
No nos referimos a una Ética vacía de enunciados abstractos que articule lo inmediato con
lo mediato y nos excuse de por qué una cosa sí u otra no; no nos referimos a una Ética que
use un lenguaje valorativo en función de bueno y malo, debería y no debería, bello y feo,
verdadero o falso; nos referimos a una Ética que sea congruente con una Deontología,
como una forma de conocimiento que enuncia el camino que va desde las ideas más
generales a las teorías más particulares y desde la técnica a la práctica.

En este sentido el Coaching ontológico establece un criterio de verdad que nos


resulta interesante, por el momento citarlo, luego, compararlo con otros, y por último,
fundamentar la hipótesis de nuestro propio punto de vista en virtud de las falencias que
hallamos en otras propuestas.

Como dijimos, el Coaching ontológico se funda a partir de la mirada de una filosofía


continental y otra analítica, sabemos que sus máximos referentes son Frederick Nietzsche,
Martin Heidegger, Ludwig Wittgestein y John L. Austin. A partir de este posicionamiento el
Doctor Echeverría desplaza tres nociones que entendemos basales a su ideología y que
analizaremos más adelante:

1) La deriva de la metafísica.
2) El no acuerdo con la visión del inconsciente de Freud.
3) El lenguaje precede a la razón y por lo tanto puede preceder la realidad.

Esta visión es antitética a la ofrecida por el Coaching europeo. En este criterio de


verdad los términos Consciencia, Valores, Voluntad y Sentido, que son distinciones básicas
de la mirada europea, no tendrían cabida.

Desde el Coaching europeo


Página | 10

Esta Escuela es la primera y más antigua. Sus orígenes están fundados en el libro
«El juego interior del tenis», de Timothy Gallwey, y una excelente metodología aplicada a
los individuos (Coaching de vida) y las organizaciones puede conocerse en el libro
«COACHING: EL MÉTODO PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO DE LAS PERSONAS», de Sir
John Whitmore.

Como decíamos, esta mirada es la antítesis de la ontológica, puesto que sí habla de


una realidad objetiva, de una conciencia que sustenta la distinción de potencia y de un
sentido de vida.

En esta corriente ya nos alejamos de las bases materiales que presenta el Doctor
Rafael Echeverría y nos adentramos a una filosofía más metafísica, que nos conecta no
sólo con nuestra biología sino también con un “potencial oculto” que existe en el interior
de las personas y que quiere ser liberado. ‘¿Quién no desarrollaría una fuerza y un valor
sobrehumano para salvar a su hijo?’11, se pregunta Whitmore. Habida cuenta, las
distinciones que más nos interesan resaltar en este apartado son las de realidad,
consciencia, responsabilidad, creencias y valores.

Realidad

En el contexto ontológico la realidad es parte del observador que estamos siendo,


no existe lo que sería una realidad objetiva, porque la misma no está separada a cómo la

11
Whitmore, John: «COACHING: el método para mejorar el rendimiento de las personas». Buenos Aires, Argentina
(2006). Paidós. Página 25.
percibimos; podría decirse que hay tantas realidades como espectadores hayan; podría
decirse que hablamos de una realidad relativa12.

En el contexto europeo la realidad es el conocimiento y este sí es objetivo, por lo


tanto hablaremos de que mientras más nos acerquemos a esa objetividad absoluta, más
efectivos seremos en nuestras vidas. No obstante, dicha objetividad está impregnada por Página | 11
los sistemas de valores, creencias, conceptos, juicios, intereses y temores de cada uno;
estos factores (según Timothy Gallwey) son los que distorsionan nuestras percepciones y
los que desestabilizan nuestros estados internos, ya sean corporales, emocionales,
mentales, existenciales o espirituales.

Para Platón, el conocimiento es aquello que es verdadero, en cambio las opiniones


y creencias nos separan de la “cosa en sí” y nos posicionan de lleno en un ámbito que es
aparente y probable, pero no real. Según él, el conocimiento considera los siguientes
elementos: sujeto, objeto, experiencia y representación interna (internalización).

Un aspecto importante a comprender de este juego es la distinción de Sujeto, que


es aquel individuo expuesto o propenso a esta realidad objetiva en contraposición a sus
propios estados internos; por lo tanto, aquello que es para la ontología del lenguaje la
“realidad”, en este contexto (reiteramos), es la subjetividad.

Consciencia

En virtud de lo anterior, la consciencia es la capacidad de percibir la realidad tal


como es, independientemente de los valores, creencias, conceptos, juicios e intereses del
sujeto. Lo primero que debemos saber de la consciencia es su significado, que es la
propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las
modificaciones que en sí mismo experimenta. Otras definiciones que da la Real Academia
Española son: conocimiento interior del bien y del mal; conocimiento reflexivo de las
cosas; actividad mental a la que sólo puede tener acceso el propio sujeto; y en su
definición psicológica: acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo.

La palabra consciencia deriva del latín conscientia, que significa estar consciente
del bien y del mal; de esta manera la Filosofía Metafísica considera que la consciencia es la
facultad de elegir acciones y hacerse responsable de las consecuencias de acuerdo a lo
que consideremos bueno o malo. Esto quiere decir que no podría caber la responsabilidad
si no existiera la consciencia.

Responsabilidad

12
Relativismo: 1. m. Fil. Doctrina según la cual el conocimiento humano solo tiene por objeto relaciones, sin llegar
nunca al de lo absoluto. 2. m. Fil. Doctrina según la cual la realidad carece de sustrato permanente y consiste en la
relación de los fenómenos. Real Academia Española © Todos los derechos reservados.
La etimología de esta palabra proviene del latín responsum, que significa
responder, por eso decimos que la responsabilidad es la “habilidad de responder”. La
consciencia conduce a esta habilidad, por lo tanto, una persona es responsable cuando
tiene la virtud de ser consciente para elegir y asumir las consecuencias de dicha elección.

Veamos cómo Whitmore re-significa esta interacción entre realidad, consciencia y Página | 12
responsabilidad en el hacer del Coaching: ‘Cuando aceptamos, elegimos o asumimos la
responsabilidad de nuestros pensamientos y acciones, nuestro compromiso con ellos
aumenta y del mismo modo nuestro desempeño.’13

Creencias

Buda decía ‘No os creáis nada. No importa dónde lo leáis, o quién lo haya dicho,
aunque lo haya dicho yo, a menos que concuerde con vuestra propia razón y vuestro
sentido común’.

Según la Real Academia Española, la palabra creencia tiene las siguientes


acepciones: firme asentimiento y conformidad con algo; completo crédito que se presta a
un hecho o noticia como seguros o ciertos; religión o doctrina.

Las creencias son nuestros “principios”. A partir de ellos elegimos, actuamos y


desarrollamos nuestras conductas. Muchas de ellas fueron inculcadas durante la infancia,
antes de que fuésemos conscientes de sus impactos. La educación que nos proporcionó
nuestra familia, el colegio donde fuimos, la cultura social en la que vivimos, la estructura
económica del sistema e incluso los medios masivos de comunicación que vemos y
escuchamos, nos han ido transmitiendo una serie de creencias que han quedado
arraigadas en lo más profundo de nuestro Ser; y otras más, a partir de experiencias que
hemos vivido nosotros mismos y re-significado.

Las creencias influyen sobre nuestras acciones potenciales, haciendo que algunas
sean posibles y otras no, puesto que son las mejores teorías que tenemos de nuestra
“realidad” y conforman nuestros mapas mentales: vivencias internas que determinan lo
que pensamos, sentimos y hacemos; y también al revés: a partir de cómo pensamos,
sentimos y hacemos, instalamos nuevas creencias.

Para entender bien cómo funciona el sistema, es importante analizar cómo trabaja,
desde un punto de vista operativo, la mente. Ésta se divide en dos: la mente consciente e
inconsciente. Entre otras funciones, nuestra parte consciente es la que controla el
pensamiento racional y lógico, y se encarga de juzgar, analizar y decidir. Por otro lado, el
subconsciente es el encargado, entre muchas otras cosas, de guardar la información: es un

13
Whitmore, John: «COACHING: el método para mejorar el rendimiento de las personas». Buenos Aires, Argentina
(2006). Paidós. Página 25.
archivo gigante donde están alojados los recuerdos de nuestras experiencias y de todo el
sistema de creencias.

La mayoría de las creencias que tenemos proceden de nuestra infancia, de lo que


vimos, oímos y experimentamos en aquel entonces. Es allí cuando fuimos “socializados”.
Cuando nos dijeron qué estaba bien y qué mal, qué se podía hacer o no, si éramos buenos Página | 13
o malos, listos o tontos, merecedores o no de amor; es allí donde operan los relatos de
todas nuestras “limitaciones”; es allí donde Henry Ford acuña una de sus expresiones más
famosas: ‘Si crees que puedes o si crees que no puedes, estás en lo cierto’.

Lo buenos de todo esto es que las creencias cambian o caducan, según vamos
adquiriendo el conocimiento y la responsabilidad, y por ende se pueden modificar, a
través de la reformulación de nuestras elecciones, cambios de hábitos y valores.

Valores

Acá nos apoyaremos en ciertos aspectos de la Psicología Humanista, que es la


psicología que sustenta las distinciones más relevantes de esta Escuela, sobre todo,
aquellas que se relacionan con el desarrollo del potencial humano a través de tomar
consciencia de uno mismo.

La Psicología Humanista nace como la tercera fuerza de la psicología, después del


Psicoanálisis y el Conductismo. A diferencia de las dos primeras, ésta se enfocó en estudiar
a las personas saludables y en plena actividad, en vez de hacerlo en las personas con
enfermedades mentales y sus patologías. Lo que pudo advertir como diferencia entre
unas y otras características, fue que la dirección, la voluntad y responsabilidad personal,
se situaban en los valores más profundos que protagonizaban los hombres y mujeres en
sus propias vidas, no desde un sentido cuantitativo sino cualitativo: la palabra valor deriva
del latín valere, que significa “ser fuerte”.

Los valores confieren a las situaciones o personas una estimación positiva que
termina apalancando un trascendente sentido de vida.

Desde el Coaching Transpersonal


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Recién hablábamos que la Psicología Humanista emergió como la tercera fuerza,


después de la escuela freudiana y conductista; el portavoz de esta corriente fue el
Psicólogo Abraham Maslow, que elaboró una nueva perspectiva a partir de observar
aquellos aspectos cualitativos que son esencialmente humanos: el amor, la libertad, la
conciencia, el arte, la filosofía y la religión; incluso la ambición de poder, la crueldad y el
sometimiento. Su foco fue la motivación, los potenciales humanos y la autorrealización.

A pesar del gran avance que logró en este contexto, Maslow fue consciente de que
en su teoría había dejado de lado un elemento importante, la dimensión espiritual, y con
ello, aspectos que simbolizaban la inspiración, la meditación, la sabiduría antigua y cierta
Filosofía Oriental; aspectos que en el hecho concreto demostraban sanaciones exitosas.
Surge así lo que conocemos como la cuarta fuerza, la Psicología Transpersonal,
actualmente evolucionando hacia el término de Psicología Integral. Uno de los referentes
más importantes de esta última línea es Ken Wilber, que a partir de un desarrollo
conceptual basado en distintas áreas y disciplinas, como la antropología, filosofía,
sociología, psicología, biología, física cuántica y la teoría evolutiva y sistémica, ha
integrado una síntesis global, por supuesto, como todo, con sus críticos y adeptos.

El Coaching integral se ancla en esta reseña que acabamos de hacer y resalta


algunas distinciones fundamentales que iremos integrando a medida que desarrollemos
nuestro Modelo.

Desde el Coaching psicológico


Esta Corriente se inicia en el año 2002 siendo los primero países involucrados Gran
Bretaña y Australia. Su objetivo nace a partir de la inquietud de reunir a las comunidades
de Coaches y Psicólogos para debatir por una profesión integrada, teniendo en cuenta,
como lo declara esta Escuela, que el Coaching no deja de verse como una forma de
concebir y aplicar psicología sólo que en el ámbito de la población sana, y que sus
principios teóricos y prácticos proceden de la Psicología del Deporte, el Desarrollo
Organizacional y algunas leyes de la Psicología Básica (motivación, aprendizaje, solución
de problemas y toma de decisiones).
Página | 15
En diciembre del 2006 se celebró la primera conferencia internacional de Coaching
Psicológico, a la que asistieron 250 profesionales con dos objetivos específicos: ilustrar las
posibilidades y las potencias de conectar teoría y práctica entre psicología y coaching, y
reunir a los Coaches provenientes de otras disciplinas para unificar criterios de
definiciones y regulaciones en esta nueva área profesional.

Otro considerando importante es el aporte que la Psicología Social hace a esta


disciplina, sobre todo en aquellos aspectos que tienen que ver con lo organizacional,
poniendo de manifiesto ciertas distinciones que terminan siendo vitales, como la noción
de vínculo, necesidades y vida cotidiana.

Desde la psicología del Coaching


Volvemos a Whitmore: ‘Para esta investigación, David Hemery preguntó a cada
uno de los deportistas cuál era el grado de compromiso de la mente en la práctica de su
deporte. Hemery escribió: «El veredicto unánime se expresó en palabras como “enorme”,
“total”, “en eso consiste todo el juego”, “uno juega con su mente”, “ahí tiene su origen el
movimiento del cuerpo”». Y como mínimo respondieron: «Igual que el cuerpo».

El alto desempeño en la empresa no exige menos. La mente es la clave. El


conocimiento y la experiencia pueden ser los equivalentes empresariales de la técnica y la
aptitud física. Ninguna de ellas asegura una posición prominente, y muchas personas con
éxito han demostrado que ninguna es indispensable. Lo esencial es una mentalidad
ganadora.’14

14
Whitmore, John: «COACHING: el método para mejorar el rendimiento de las personas». Buenos Aires, Argentina
(2006). Paidós. Página 50.
Página | 16

Veamos una situación que pone de manifiesto esto que acabamos de citar. En la
etapa semifinal de tenis (categoría singles-masculino) de las olimpiadas de Londres 2012,
el suizo Roger Federer le ganó al argentino Juan Martín Del Potro luego de una
interminable contienda, cuyo último set se extendió por exactamente 36 juegos cuando el
promedio es hacerlo en 10. Fue el partido más largo en la historia del tenis olímpico (4
horas y 26 minutos). Luego de la victoria de Federer y de las emociones vividas, el tenista
declaró: ‘Tener que sacar tantas veces contra el marcador, es duro y te desgasta y tal vez
podría haber salido del partido antes como ganador pero también como perdedor, creo
que tuve la fortuna de mantenerme (haciendo referencia a su actitud psicológica)15. Me
gusto mi actitud hoy, estoy feliz’: Coincidimos en un todo con lo que dice Whitmore, que
la actitud psicológica es la clave: un Coach debe saber esto. Debe acompañar a su Cliente
a estar permanentemente en un estado mental positivo. Éste es el motivo por el que
hemos acuñado el término “psicológico” en nuestro Modelo.

Desde la psicología social

15
Los paréntesis son nuestros.
Página | 17

El objeto de la psicología social es el estudio de la relación que existe entre el


sujeto y el orden social histórico (contexto): la relación del mundo interno que representa
la infinitud que existe en el “adentro” con la del mundo externo, que es otra infinitud, que
existe en el “afuera”; entrelazándose así el mundo subjetivo con el mundo objetivo, que
remite y delimita su propio campo de estudio: ‘La psicología social como disciplina incluye
la interacción en dos aspectos, el intersubjetivo (grupo externo) y el intrasubjetivo (grupo
interno); es significativa, direccional y operativa. Se orienta hacia una praxis, de donde
surge su carácter instrumental. Su punto de partida es una práctica’16.

Esta práctica es el resultado de trabajar desde una concepción material, desde lo


concreto, lo objetivo, lo que existe, más allá de nuestro dominio del conocimiento; es una
realidad objetiva que se internaliza a través de la praxis. No hay nada en el sujeto que no
sea fruto de su experiencia: ¿el sujeto siente carencia porque se lo imagina o porque es
una realidad concreta que experimenta?... efectivamente la experimenta. Existe una
realidad y varias formas de aprehenderla.

A partir de esta aprehensión de la realidad articulamos con el concepto de salud,


que es la adaptación activa, del sujeto, de lo que sucede en su aquí y ahora y en su
capacidad para transformarla. El poder interpretar la realidad nos permite salir del
estereotipo y elaborar una mirada crítica para dicha transformación. Esta mirada crítica
será lo que la psicología social remite como Crítica de la Vida Cotidiana.

A través de la relación que se da entre el contexto de la realidad fragmentada y


nuestra actividad práctica logramos un movimiento de transformación (de dicha realidad y

16
Pichón-Rivière, Enrique: «EL PROCESO GRUPAL: Aportaciones a la didáctica de la psicología social». Buenos Aires,
Argentina (1985). EDICIONES NUEVA VISIÓN. Página 206.
también de nosotros mismos), que al principio nos permite una apropiación instrumental
de una idea, un objeto, siendo éste último la relación nexo entre el sujeto y la realidad.

En este movimiento espiralado existen momentos dilemáticos, momentos de


contradicciones, emergiendo así un registro sensible (actividad sensoria motriz) del
objeto. Aquí comienza el desarrollo de una actividad práctica e interna, dialéctica, que Página | 18
determinará las primeras cualidades de ese objeto, las primeras imágenes y
representaciones, incluso en el lenguaje. A partir de esta actividad surge el sentido del
conocer, de la gratificación y de la intencionalidad de “repitencia”, y con ella (hablamos de
la actividad) la transformación misma del sujeto. Surge entonces el aprendizaje, que es la
aprehensión: la apropiación de dicho objeto y su transformación, simbolizándose, en ese
acto, el concepto de salud. Y también se confiere el concepto del objeto, que es una
representación que ahora va más allá del lenguaje, porque representa su naturaleza y las
interrelaciones que lo determinan.

En el proceso del conocimiento se producen obstáculos (en la división del trabajo,


en las relaciones asimétricas, en el orden social, en el atentado a la identidad) que
impactan al narcisismo; la superación de estos obstáculos da sentido a la aplicación de
las creencias, que podrán ser limitantes o posibilitadoras, según el grado de satisfacción o
frustración que se logre con la “necesidad del objeto”. ‘El aprendizaje implica
contradicción. Las alternativas de presencia y ausencia del objeto constituyen lo que va a
promover en el sujeto la necesidad y la posibilidad de representarlo, evocarlo en ausencia.
No aprendemos sólo de la gratificación, si bien esta es imprescindible, sino de la
frustración, si esta no es excesivamente intensa’17.

‘Definimos entonces como matriz o modelo interno de aprendizaje a la modalidad


con la que cada sujeto organiza y significa el universo de su experiencia, su universo de
conocimiento. Esta matriz o modelo es una estructura interna, compleja y contradictoria,
y se sustenta en una infraestructura biológica. Está socialmente determinada e incluye no
sólo aspectos conceptuales, sino también afectivos, emocionales, y esquemas de acción.
Este modelo, construido en nuestra trayectoria de aprendizajes, sintetiza y contiene en
cada aquí y ahora nuestras potencialidades y nuestros obstáculos. Estas matrices no
constituyen una estructura cerrada, sino una gestalt-gestaltung, una estructura en
movimiento, susceptible de modificación salvo en los casos de extrema patología’18. He
aquí lo que consideramos (desde la psicología social) como Creencias desde el punto de
vista del Coaching.

17
Quiroga, Ana: «MATRICES DE APRENDIZAJE: Proceso de conocimiento. Proceso de aprendizaje. Sus fundamentos».
Buenos Aires, Argentina (2009). EDICIONES CINCO. Página 20.
18
Quiroga, Ana: «MATRICES DE APRENDIZAJE: Concepto de matriz de aprendizaje». Buenos Aires, Argentina (2009).
EDICIONES CINCO. Página 35.
¿Pero quién puede conocer? ¿Podrá un obrero estudiar en Harvard?: ‘Nosotros
desde nuestro ECRO (Esquema Conceptual Referencial y Operativo) y desde su
fundamentación teórica en el materialismo histórico y dialéctico, fundamentación
confrontada con una práctica específica en el terreno de la psicología, sostenemos con E.
Pichón-Rievière que “el sujeto humano es un ser de necesidades que sólo se satisfacen
socialmente en relaciones que lo determinan. Nada hay en él que no sea resultante de la Página | 19
interacción entre individuos, grupos y clases”. Esto implica una concepción de la
naturaleza humana como determinada socialmente, una concepción de la esencia del
hombre como el conjunto de sus relaciones sociales. Esto quiere decir que sus condiciones
concretas de existencia: el tipo y desarrollo de sus relaciones con la naturaleza, el qué
produce y cómo lo produce, las relaciones sociales en la que se da esa producción,
determinan su psiquismo. Determinan su forma de interpretarse a sí mismo y a la
realidad. Determinan sus emociones, sus necesidades, su sensibilidad, formas de vínculos,
formas del amor, de la sexualidad, actitudes ante la vida y la muerte, etc.’19.

Luego de este recorrido que hemos hecho por la Psicología Social, podemos
abstraer tres distinciones que nos resultan vitales en la construcción de nuestra
Propuesta: la noción de necesidades; los vínculos; la vida cotidiana.

La noción de Necesidades

La necesidad se experimenta como una carencia (falta o privación de algo) de


aquellas cosas que son usualmente indispensables para la conservación de la vida. La raíz
de esta palabra deviene del latín necessitas, que significa algo que “no para”, que es
inevitable.

Esta carencia, muchas veces consciente pero muchas otras tantas no, es la causa
que produce la motivación y la acción que justifica nuestras conductas. Si bien hasta ahora
en el Coaching no se ha hecho foco en esta distinción, uno de los ocho postulados más
importante de la disciplina descansa en este concepto («todo tiene un sentido y un
propósito») y creemos que es fundamental abordarlo, puesto que la observación de las
necesidades contrastará de muchas formas los deseos producidos en nuestras fantasías
inconscientes: ‘Este sujeto deseante, sujeto del deseo, es, antes que nada, sujeto de
necesidad y sólo por eso sujeto de deseo. Es a partir del concepto de necesidad que se
esclarece el carácter social e históricamente determinado de la esencia del sujeto. Es este
concepto el que permite entender la dialéctica sujeto-mundo. Abordar a este sujeto en
sus condiciones concretas de existencia y en su cotidianeidad.’20

19
Quiroga, Ana: «MATRICES DE APRENDIZAJE: Un análisis de la relación entre estructura social, organización familiar y
modelos de aprendizaje y vínculos». Buenos Aires, Argentina (2009). EDICIONES CINCO. Página 24.
20
Pichón Riviére, Enrique: «EXTRACTO DE LA REVISTA ACTUALIDAD PSICOLÓGICA (N° 12, diciembre de 1975)».
www.elorbita.org/pichon1.html
Desde esta cita que acabamos de hacer, Pichón Riviére desliza su crítica hacia el
planteo instintivista del psicoanálisis, cuyo proceso se caracteriza por fuerzas innatas que
tienen un representante psíquico, una carga energética y un factor de motricidad que
hace tender al organismo hacia un determinado fin, pero que queda excluida la función
del contexto histórico-social como determinante de dicho proceso; y por otro lado,
también, la crítica se desliza hacia el idealismo lacaniano, que postula que el hombre Página | 20
esencialmente está impregnado de deseos; hipótesis ésta que se encuentra contagiada de
la mirada hegeliana del sujeto y cuya concepción, si bien tiene en cuenta que dicho sujeto
se sitúa dentro de un movimiento dialéctico, en una historia y en relación con otros
semejantes, no aborda las bases materiales de dicha historicidad.

Como podrá observarse, acá ya abandonamos la visión ontológica de la


constelación transparencia, quiebre e inquietud y nos adentramos en un concepto que
hasta ahora el Coaching no estaba teniendo en cuenta, que es que toda motivación
emerge para reparar las carencias que sentimos o creemos tener, y que toda conducta es
observable a partir de este campo y de la interacción que el sujeto despliega con su
sistema vincular-social para la satisfacción de dichas necesidades.

El Vínculo

Para comprender esta idea es necesario mostrar su génesis. Nacemos y


comenzamos enseguida a relacionarnos con “objetos”, que pueden gratificarnos o
frustrarnos, tal es el caso de la mamá y la teta que nos da de mamar; a veces esta teta es
buena, a veces mala, según cómo se va estableciendo esta relación de gratificación o
frustración. Ya vimos que las necesidades son las causas motivacionales del vínculo y es en
esta base donde se establece nuestra dimensión inter-subjetiva. Estas necesidades tienen
una carga de intensidad, producto de la posibilidad de satisfacerlas o no. A partir de esta
lógica se originan nuestras fantasías inconscientes, entonces resulta que la relación
vincular no es puramente objetiva, sino que está teñida por aquellos montos de
ansiedades que se originaron en dichas fantasías. Ésta es la base donde se establece
nuestra dimensión intra-subjetiva, que es la internalización de ese vínculo (la mamá)
incluido las características determinadas por el sentimiento de gratificación o frustración,
la carga de intensidad y las fantasías inconscientes que acompañaron al objeto de nuestra
necesidad (en este caso la teta). En función de este pasaje del afuera hacia el adentro se
configuran dos vínculos en relación a uno mismo; y por otro lado, también, la
internalización del objeto dependerá de la representación del vínculo que hayamos
establecido. En relación a este pasaje que hemos mostrado, podremos entender la
definición de vínculo que establece el Doctor Enrique Pichón Reviere:

‘Estas relaciones intersubjetivas son direccionales y se establecen sobre la base de


las necesidades, fundamento motivacional del vínculo. Dichas necesidades tienen un
matiz e intensidad particulares, en los que ya interviene la fantasía inconsciente. Todo
vínculo, así entendido, implica la existencia de un emisor, un receptor, una codificación y
decodificación del mensaje. Por este proceso comunicacional se hace manifiesto el
sentido de la inclusión del objeto en el vínculo, el compromiso del objeto es una relación
no lineal sino dialéctica con el sujeto. Por eso insistimos que en toda estructura vincular —
y con el término estructura ya indicamos la interdependencia de los elementos— el sujeto
y el objeto interactúan realimentándose mutuamente. En este interactuar se da la
internalización de esa estructura relacional, que adquiere una dimensión intrasubjetiva. El
pasaje o internalización tendrá características determinadas por el sentimiento de Página | 21
gratificación o frustración que acompaña a la configuración inicial del vínculo, el que será
entonces un vínculo “bueno” o un vínculo “malo”.

Las relaciones intrasubjetivas, o estructuras vinculares internalizadas, articuladas


en un mundo interno, condicionarán las características del aprendizaje de la realidad. Este
aprendizaje será facilitado u obstaculizado según la confrontación entre el ámbito de lo
intersubjetivo y el ámbito de lo intrasubjetivos resulte dialéctica o dilemática. Es decir que
el proceso de interacción funcione como un circuito abierto, de trayectoria en espiral, o
como un circuito cerrado, viciado por la estereotipia.

El mundo interno se define como un sistema, en el que interactúan relaciones y


objetos, en una mutua realimentación. En síntesis, la interrelación intrasistémica es
permanente, a la vez que se mantiene la relación con el medio. A partir de las cualidades
de la interacción externa e interna, formularemos los criterios de salud y enfermedad.’ 21

Vida Cotidiana

21
Pichón Riviére, Enrique: «EL PROCESO GRUPAL, del psicoanálisis a la psicología social». Buenos Aires, Argentina.
Nueva Visión. Página 10.
La vida cotidiana expresa las condiciones concretas de existencia que albergan la
construcción del psiquismo: es una multiplicidad de hechos que tienen un impacto en la
subjetividad; cuando hablamos de vida cotidiana hablamos de los sujetos, las necesidades
y las relaciones que lo determinan. Hablamos de las relaciones sociales, de los modos de
producción y de cómo se distribuye aquello que se produce, dando así como resultado las
clases sociales. La vida cotidiana de una población será entonces según sus propias Página | 22
condiciones: cómo están conformadas las familias; distribución de las tierras; trabajo;
vivienda; natalidad; mortalidad; canasta básica; desocupación; índices de pobreza;
desnutrición; agua potable; etcétera. Todas estas relaciones se expresan en la vida
cotidiana.

La vida cotidiana se organiza alrededor de la experiencia, a partir de la disposición


de los criterios de espacio, tiempo y ritmo. La vida cotidiana no será la misma en todo el
país, en toda la provincia, en todas las ciudades, e incluso en el campo. Dentro de la vida
cotidiana aparece la conducta de naturalizar las cosas, lo obvio, lo incuestionable, lo
inmodificable. Nosotros como Coaches deberemos desarrollar una mirada crítica a esa
naturalización de las cosas.

¿Y qué es una mirada crítica? Es tener un conocimiento objetivo de la realidad, un


conocimiento objetivo de las condiciones concretas de existencia; es develar lo qué hay
por detrás de dicha naturalización.

‘Al analizar la cotidianidad, distinguimos en ella tres regiones o áreas de


emergencia, en codificación y desarrollo de las necesidades humanas. Estas áreas son: la
del trabajo social, la de la vida familiar y la del tiempo libre. Es en el inter-juego entre
estas distintas esferas: trabajo-familia-tiempo libre que se determina el individuo
concreto.

Nuestra experiencia —punto de partida del conocimiento— nos revela oposiciones


en lo cotidiano: entre trabajo y vida familiar o privada, entre trabajo y tiempo libre. Y
eventualmente esa oposición se puede dar entre vida familiar y tiempo libre.

Según Lefebvre, el hombre de hoy intenta una crítica, una ruptura con su
cotidianidad desde la misma cotidianidad, desde el tiempo libre, entendido o buscado
como distención de la carga laboral cotidiana.

Para otros esa ruptura pasa por otra región de lo cotidiano: la vida privada,
familiar. La familia adquiere así el carácter de valor refugio. Baluarte defensivo o de tregua
ante la hostilidad y exigencia del mundo laboral. Muchos identifican la esfera del tiempo
libre con la de la vida familiar.’22

22
Quiroga, Ana | Racedo, Josefina: «Áreas de análisis de la vida cotidiana: trabajo, familia, tiempo libre». «CRÍTICA DE
LA VIDA COTIDIANA». Ediciones Cinco. Buenos Aires. 2007.
Nuestro Modelo establece acompañar al Cliente para que integre en su vida estas
áreas, ya veremos cómo.

Desde la Psicología Humanista


Página | 23

Volvamos a Maslow. Ya dijimos que el énfasis de esta psicología estuvo en el


estudio de las poblaciones sanas, incluso con el foco puesto en analizar aquellas personas
que mostraban un funcionamiento por encima de lo normal en el potencial humano y en
las funciones psíquicas saludables. Al igual que Pichón Riviére, Maslow se centró en la
motivación de las conductas y también concluyó que este factor era la satisfacción de las
necesidades. A diferencia del psicólogo argentino, éste dividió las necesidades en
jerarquías, y además de tener en cuenta el contexto social-material, también advirtió un
contexto esencial-natural, relacionando así las bases materiales con las espirituales. La
distribución de esta jerarquía es en función de satisfacer aquellas necesidades más básicas
hasta llegar a la satisfacción de las más elevadas:

Necesidades fisiológicas: referidas a mantener la homeostasis, como la


hidratación, alimentación, el descanso y la temperatura corporal (que incluye la
vestimenta). Necesidades de seguridad: surgen cuando las primeras quedan satisfechas y
están dirigidas a la aseguración del equilibrio sistémico: el refugio, la sanidad, la
educación, etcétera. Necesidades sociales: son las relacionadas con aquellas que nos
proveen la satisfacción del ser social que nos constituye, como los grupos de afinidad, el
compañerismo, la afectividad, la cultura. Necesidades de ego: este nivel de necesidades
está referida a uno mismo (estima alta) y en relación con los demás (estima baja), y tiene
que ver, en lo individual, con la competencia, confianza, logros y libertad, y en lo grupal,
con el reconocimiento, la reputación, gloria e incluso dominio; la falta de satisfacción de
estas necesidades se refleja en una autoestima baja y complejo de inferioridad. Y por
último, las necesidades de autorrealización, que tienen que ver con una necesidad
psicológica de encontrar un sentido a la vida misma.

En el estudio de aquellas personas sobresalientes, Abraham Maslow pudo advertir


algunas similitudes de criterios. Las personas auto-realizadas tenían comportamientos
similares: sabían diferenciar entre lo falso y lo verdadero; enfrentaban los problemas Página | 24
centrado en soluciones; eran independiente al entorno y la cultura dominante; no eran
susceptibles a la presión social; no pretendían cambiar a los demás; no eran hostiles;
vivían con intensidad el servicio a la humanidad; y tenían un profundo sentido de libertad.

Desde la Programación NeuroLingüística (PNL) y el pensamiento


sistémico
El pensamiento sistémico surge de la necesidad de influenciar el comportamiento a
partir de comprender su propia estructura subyacente: esta comprensión depende de su
orden, no de sus partes. La PNL estudia justamente la estructura de la experiencia
subjetiva del individuo con el objeto de transformar el modo de cómo pensamos y nos
conducimos.

Un sistema es algo que mantiene su existencia y función (homeostasis) a partir de


la interacción de partes, esta existencia depende de las propiedades del sistema en sí y no
de las propiedades de cada una de ellas: cuando un sistema se rompe, éste pierde sus
propiedades por más que las partes sigan manteniendo las suyas propias. Pensemos en el
cuerpo humano, constituido por sistemas menores (por ejemplo respiratorio, circulatorio,
etc.) pero a la vez convergiendo todos en un sistema mayor, que adquiere propiedades
holísticas y no las particulares de cada uno de sus componentes.

La PNL estudia los patrones de organización (programación) creados por el cerebro


(neurología), el lenguaje (lingüística) y el cuerpo; la técnica nace a partir de la observancia
empírica, teniendo en cuenta lo que las personas hacían en lugar de lo que decían hacer. A
esta técnica se la conoce como “Modelado”.

Los creadores de la PNL son Richard Bandler, matemático experto en informática y


psicólogo gestalt, y John Grinder, lingüista; sus intenciones fueron modelar la excelencia
humana. A partir de estos modelados pudieron establecer ciertos patrones de
comportamientos y transformarlos en técnicas y herramientas específicas. Los aportes
recibidos fueron facilitados por celebridades de la época:

 Del ámbito de la Psicología:


 Fritz Perls (Gestalt).
 Virginia Satir (Terapia Sistémica).
 Milton Erickson (Hipnosis).
 Del ámbito de la Lingüística:
 Alfred Korzibski (el mapa no es el territorio).
 Noam Chomsky (estructura superficial y estructura profunda).
 Del ámbito de la Escuela de Palo Alto:
 Gregory Bateson (Ecología del Espíritu).
 Edward All (Espacio y Tiempo).
 Paul Watzlawick (Teoría de los Sistemas).
Página | 25
Otro de los aportes más referentes a la PNL es el trabajo que ha venido realizando
Robert Dilts, con su teoría de los “Niveles Neurológicos”, que profundizaremos más
adelante cuando hablemos de Creencias; básicamente esta teoría trata de la estructura
subyacente que programa nuestro consciente:

‘Los Niveles Lógicos son una jerarquía de niveles de procesos internos que fueron
desarrollados por Robert Dilts y están inspirados en el trabajo de Gregory Bateson, quien
identificó varios niveles de aprendizaje y cambio.

Estos Niveles indican cómo nuestra estructura cerebral, nuestro lenguaje y nuestro
sistema social, conforman jerarquías naturales de niveles de procesos. (Robert Dilts,
2004).

Entorno: los factores ambientales o temporales determinan las oportunidades o


limitaciones externas que los individuos y organizaciones deben reconocer como ámbito
del cambio. Implica considerar dónde y cuándo ocurren las cosas (clase de habitación,
comida, nivel de ruido) que rodean la situación.

Comportamiento: son las acciones conductuales específicas de una persona en un


entorno determinado. Las acciones tomadas para lograr un objetivo implica qué,
específicamente, debe hacerse u ocurrir en un dónde y cuándo determinados.
Capacidades: se relacionan a los mapas mentales, planes, estrategias o representaciones
mentales de cada persona. Las respuestas en el nivel de conducta están dirigidas por
procesos cognitivos. Ellos dirigen cómo las acciones son seleccionadas y monitoreadas. Es
el nivel que otorga la dirección necesaria para el logro de objetivos.

Creencias y Valores: proveen el esfuerzo que apoya o inhibe las capacidades y Página | 26
comportamiento en particular. Ellas tienen que ver con por qué un camino en particular es
tomado, qué cantidad de recursos internos que la persona está dispuesta a movilizar y las
motivaciones más profundas que llevan a las personas a actuar o perseverar.

Factores de Identidad: se relacionan con el sentido de sí mismo de la persona. Quién se


involucra en el proceso de cambio y el sentido de su rol o misión. Estos factores se ocupan
del quién percibe ser, una persona o grupo.

Factores Espirituales: tienen que ver con el punto de vista más amplio de las personas,
con el sistema más grande del que ellos son parte. Estos factores involucran para quién o
para qué una acción, paso o camino en particular ha sido tomado (el propósito).’ 23

Desde el inicio de la integración hacia nuestro Modelo Psicológico


Integral
Sin menester de ahondar en las críticas que recibiera la teoría de las necesidades,
observamos que la misma es aplicable a un discurso entendible para la mayoría de las
personas, debido a la poca complejidad que ésta representa. Nuestra intención es mostrar
el correlato que existe entre nuestras necesidades “conscientes” y la estructura
(subyacente) de los niveles neurológicos que propone Dilts. Para evitar caer en las
distinciones que hiciera Freud, del consciente, preconsciente e inconsciente, hemos
adoptado los mismos términos que utilizó el lingüista Noam Chomsky, sólo que
extendiéndolos a un ámbito psicológico. Como se puede observar en el gráfico, abrimos la
distinción de “estructura superficial”, para observar el comportamiento de las
necesidades, y la distinción de “estructura profunda”, para observar el comportamiento
de lo que sería nuestra programación subyacente.

23
Grimaldi, Susana; Lopasso, Carolina: «INTERNATIONAL NLP PRACTITIONER HANDBOOK». Fundación Quantum.
Buenos Aires, Argentina (2009). Página 38.
Página | 27

La forma objetiva en que nos relacionamos con el Entorno, que para la psicología
social son las condiciones concretas de existencia, dice que debe existir una relación
precisa entre lo que pensamos, decimos y hacemos para no crear contradicciones en
nuestra vida, que hagan emerger una inestabilidad emocional o neurosis; justamente por
esta relación conceptual es que la Identidad de un pastor la veremos en un rebaño y la de
un soldado en un campo de batalla; pues claro, sería sumamente neurótico para un
infante de marina tener que cuidar una oveja y lo mismo para un pastor si tuviera que
gatillar un fusil. Así es como la Identidad se termina transformando en el propósito de
nuestra vida.

De acuerdo a Robert Dilts y sus niveles lógicos de la Programación NeuroLingüística


(PNL), la Identidad que asumamos determinarán los Valores y Creencias; gestionará las
Capacidades que la caractericen; mostrarán los Comportamientos que la reflejen; y
finalmente, establecerá el Entorno donde nos movamos. Porque así como nos
consideremos, así será. La simple verdad es que con la Identidad que nos presentemos al
mundo, y a su vez, la que el mundo nos devolverá, no es sino las particularidades de
nuestras propias necesidades, precisamente porque éstas son la justa relación con
nosotros mismos en el mundo.

Nos preguntamos: ¿Somos un concepto o la realidad que está detrás de ese


concepto? Si consideramos una flor perfecta así como es (¿ves la perfección en un
girasol?). Si consideramos un pantera negra perfecta así como es (¿ves la perfección en los
animales?). Si consideras la naturaleza perfecta así como es (¿ves la perfección en la
tierra, el agua, el fuego y el aire?). Si consideramos un bebé perfecto así como es (¿ves la
perfección en un niño?). Si consideramos ver todas esas perfecciones, ¿por qué negar la
nuestra? ¿Cuál es la oscuridad que llevamos en lastre a la que muchos han bautizado
como sufrimiento?
A ver cómo suena esta música: “lo que vemos es un reflejo de un proceso mental
que comienza con la idea de lo que queremos”. A partir de aquí la mente construye una
imagen de eso que quiere, lo juzga valioso y sale a su encuentro. Estas voluntades se
proyectan en un Entorno objetivo y así se vuelven reales; de hecho, la demencia, será la
proyección de ideas dementes; la condena, será la proyección de ideas de juicios; la paz,
será la proyección de pensamientos serenos; y el amor, será la proyección de un estado Página | 28
de plenitud. Somos lo que nuestra mente nos dicta que somos. Somos la Identidad que la
mente elige creer. Es una elección que la mayoría de las veces está determinada por
infinitos sistemas de creencias que incluyen el tiempo y el espacio. Lo que hace el mundo
externo es sólo testificar lo que decidimos hacer con nuestros pensamientos subyacentes.

Si nuestro pensamiento es el de un mundo absurdo, éste será un mundo absurdo.


Si nuestro pensamiento es el de un mundo corrupto, así será. Pero también al revés. Si
nuestro pensamiento es el de un mundo sagrado, éste será un mundo sagrado. Y si
nuestro pensamiento es el de un mundo de oportunidades, así será… El mundo del afuera
no está separado del mundo interior. El mundo del afuera es la pantalla donde
proyectaremos nuestras ideas. Y esto no tiene nada que ver con la ley del secreto porque
la vida no es magia. Esto es a lo que muchas corrientes filosóficas y espirituales se refieren
cuando hablan de “separación”: como es adentro es afuera. Nunca existió ninguna
separación entre el mundo exterior e interior sino sólo en el error de un pensamiento de
ilusión, y por consecuencia, ¡por suerte!, también irreal. Cuando distinguimos irreal
queremos decir que ni siquiera existe. Sucede que la mente es un instrumento muy
poderoso que no diferencia si un pensamiento es recto o errado, lo proyecta igual. La
verdad es que nosotros somos la Fuente inagotable de pensamientos que crean realidades
o fabrican ilusiones, según la voluntad de lo que decidamos configurar en la mente y por
ende, en nuestra Identidad.

El “proceso ideatorio” es un desarrollo de nuestros propios pensamientos, y por


ello, está fragmentado de la realidad, debido al hecho de que las experiencias son vividas
sólo por uno mismo y su internalización al mundo interior siempre es distorsionada,
gracias a un alto contenido de fantasías, que también uno mismo proyecta a partir de
creencias, prejuicios y juicios de valores. Lo que decimos aquí también está comprobado
por las ciencias psicológicas además de las filosóficas y espirituales. Podría decirse que
todo pensamiento es una alucinación de la verdad.

La necesidad que tenemos de formar parte de una Identidad que sostenga y abra
el espacio para que podamos afirmar ahí la entidad de nuestro cuerpo es lo que nos
permite abrir la puerta de la existencia, en sí, de nuestra propia vida. De esta manera
abrimos la puerta a los infinitos sistemas de creencias que en definitiva determinarán la
configuración de la “realidad” que queramos adoptar para luego trascenderla. Este es el
escondrijo de la paradoja de la vida: nuestros mismos conceptos mentales. Ilusiones que
en definitiva terminan atrapando la libertad de nuestra propia existencia y a la vez la
soportan y le abren el espacio a través de la Identidad.
El concepto que hemos elegido adoptar como válido es lo que ha establecido
nuestro propio encierro mental. Ni siquiera tiene una relación con quien realmente somos
de verdad. La valía no la establece un concepto sino al revés. Nosotros somos los que
hemos establecido todos los conceptos. Pero luego nos hemos encerrado en ellos y
quedado morando allí, con miedo, a la defensiva, por si alguien viene a querer destruirlos
y con ese acto destruir a nosotros también. Página | 29

¿Cómo es posible despertar las potencialidades si es que están enterradas en el


confín más profundo de nuestra Identidad? ¿Acaso esto no es lo que nos hace sufrir pero
a la vez lo que queremos defender? Por supuesto, si desapareciera el sufrimiento también
desaparecería nuestra Identidad, pero también es verdad que desaparecería la cobija (el
velo) de nuestra existencia ilusoria. Acá según muchos se sitúa la culpa. Porque es lo que
debemos atacar pero a la vez lo queremos conservar. Aunque sabemos que la verdad
emerge a partir de iluminar los pensamientos falsos y por ende sanar la percepción de la
“oscuridad”, no queremos hacerlo, preferimos sostener la sombra.

Ahora ya sabemos cuál es la paradoja de este coaching psicológico integral. El


concepto que tenemos de nosotros mismos y de las asociaciones secuenciales que hemos
hecho para “existir” ha sido y serán nuestras mayores amenazas. A la vez hemos
levantado una defensa gigante, virtual e ilusoria que justifica el ataque, la culpa y el miedo
que tenemos de expandirnos. Sería bello que comenzáramos a enamorarnos nuevamente
de nosotros. Sería bello que no necesitásemos de ningún ídolo que valide o no nuestro
sentido de existencia. Ellos no gozan de un rango superior o inferior a nadie. Deberíamos
ocupar el lugar en el mundo tal como somos. Sin la necesidad de una capa roja, un antifaz
de murciélago o billetes de algún color.

Acá es donde se afinca este Coaching. En la correspondencia socrática de


preguntas y respuestas de cuál es en definitiva nuestra Identidad original. Acá es donde
este entrenamiento mental nos muestra que la solución está adentro y no afuera, de lo
contrario sería imposible aplicar esta disciplina; de lo contrario sería imposible tomar
conciencia de que el poder del cambio lo tenemos nosotros, justo ahí, donde los
conceptos se acaban y la verdad emerge así como realmente es.

COACHING PSICOLÓGICO INTEGRAL: Nuestro Criterio de Verdad


Una de las causas más profunda del sufrimiento en el sistema de pensamiento
moderno es juzgar todo lo que sucede. Aunque muchas mentes brillantes nos han
enseñado que el hecho de juzgar es literalmente dañino, lo hacemos igual, incluso sin
medir las innumerables consecuencias que este acto nos trae: lo hacemos siempre.

Cuando juzgamos lo hacemos exclusivamente desde nuestro punto de vista y, por


ende, a partir de una relación aislada de aquello que configura la “realidad”. Pero nuestro
punto de observación es apenas un ápice de la suma de todos los puntos de
observaciones posibles. La operación psicológica que se sucede es la siguiente: hacemos el
juicio, a partir de este hecho inmediatamente nos separamos de la cosa juzgada, luego
asumimos que nuestra posición es la verdad y levantamos una defensa para aquellos que
opinen lo contrario, y por último, y como consecuencia, al tomar una posición rompemos
la comunicación, eliminando así cualquier posibilidad de aprender nuevas experiencias:
nos estereotipamos.
Página | 30
Es imposible que podamos ver la realidad tal cual es si en nuestra voz interior está
operando un juicio. Aunque en primera instancia creamos entender lo que está
sucediendo, lo cierto es que no podemos saberlo, porque el juzgar nos hace inconsciente
de nuestros pensamientos, que por lo general son fantasías del deseo —también
inconsciente— de querer ser especial y tener siempre la razón.

Nuestros pensamientos la mayoría de las veces son imágenes atadas a experiencias


pasadas o expectativas futuras: recuerdos o suposiciones, pero no pensamiento puro. Éste
es el fundamento del porqué un suceso sólo a ti puede hacerte sufrir y a otras personas no
afectarlas en lo absoluto. El pensamiento puro es creador. Nosotros significamos el
mundo. Nosotros elegimos interpretar cada uno de los momentos que vivimos en la vida;
de hecho, el Psicólogo Omar Villalobos, en su conferencia «Es posible lo imposible», dice
que el mayor regalo de nuestro libre albedrío es la interpretación. Si en nuestra fantasía
existe un “debería ser de tal forma”, existirá un apego, y por lo tanto existirá un
sufrimiento, producto del miedo de que esta expectativa no se cumpla.

Cuando comenzamos en nuestra investigación a leer el libro que Helen Schucman


tituló «Un Curso de Milagros», nos quedamos por mucho tiempo tratando de entender el
anclaje principal en el que se desenlaza la obra: ‘Nada real puede ser amenazado. Nada
irreal existe. En esto radica la paz de Dios’24. “Pero cuál era esa realidad que no podía ser
amenazada”, nos preguntábamos. “¿Qué es aquello que es irreal?”. Y por otro lado, la
Real Academia Española, define al relativismo como aquella doctrina según la cual la
realidad carece de sustrato permanente y consiste en la relación de los fenómenos.

Como vemos, la noción de Helen Schucman es diametralmente opuesta a la noción


relativista del Doctor Echeverría, y en lo profundo de nosotros creemos que ésta es la
mayor ambivalencia del Hombre moderno. Según el Doctor David Simon, Sigmund Freud
sugirió alguna vez que la neurosis era la incapacidad de tolerar esta ambivalencia.

Uno de los postulados más profundos del Coaching Ontológico es que el lenguaje
es generativo, que no sólo permite describir la realidad sino que también la crea. En
palabras de su mentor es así:

‘Este segundo postulado abandona la noción que reduce el lenguaje a un papel


pasivo o descriptivo. Sostiene que el lenguaje es generativo. El lenguaje, por lo tanto, no

24
Schucman, Helen: «UN CURSO DE MILAGROS». FUNDATION FOR INNER PEACE. Estados Unidos, 1976; página 1
(Introducción).
sólo nos permite describir la realidad, el lenguaje crea realidades. La realidad no siempre
precede al lenguaje, éste también precede a la realidad. El lenguaje, postulamos, genera
ser‘25.

“¿Y el lenguaje genera ser?”, nos preguntamos ¿Puede el lenguaje crear una
realidad o sólo describirla? Página | 31

Ahí estaba otra vez aquella frase de que nada real podía ser amenazado y que lo
irreal no existía, y para mayor incertidumbre, el párrafo posterior a la declaración que
hacía Echeverría de que el lenguaje precedía a la realidad, atestiguaba que ésta no podía
ser amenazada; dice:

‘Es importante advertir, sin embargo, que no estamos diciendo que todo lo que
existe sólo existe en el lenguaje. No estamos negando la «existencia» de una así llamada
«realidad externa», independiente del lenguaje. Pero de tal «realidad externa», en cuanto
a externa e independiente del lenguaje, no podemos hablar. Todo, de lo que hablamos, se
encuentra, por definición, dentro del dominio del lenguaje. ¿Cómo podríamos hablar
sobre lo que es externo a nosotros sin negar con ello esta misma «externalidad»?26

Y justamente fue aquí con este párrafo donde surgió la necesidad de distinguir un
mismo nivel de pensamiento. Entonces nos gustaría abrir la puerta y explorar un nivel de
pensamiento consistente27. Que sea el reflejo lógico de lo que efectivamente es. Por ello,
a nuestro juicio, no existe una verdad externa y otra interna, si esto fuese así, serían
entonces dos verdades, y como consecuencia la verdad28 dejaría de existir como tal,
porque sin una realidad que haga de sustrato de todas nuestras interpretaciones,
automáticamente, entraríamos en un relativismo total; y si así fuese: ¿qué sería de
nuestro existir29? ¿Qué propósito habría?...

Habida cuenta, estimamos oportuno hablar primero de Paradigma30, porque


hemos visto que en muchas ocasiones este concepto se confunde con el de Creencias31.

25
Echeverría, Rafael: «ONTOLOGÍA DEL LENGUAJE». Ediciones GRANICA. Buenos Aires, 2000; página 34.
26
Echeverría, Rafael: «ONTOLOGÍA DEL LENGUAJE». Ediciones GRANICA. Buenos Aires, 2000; página 34.
27
consistencia. (De consistente). 1. f. Duración, estabilidad, solidez. 2. f. Trabazón, coherencia entre las partículas de una
masa o los elementos de un conjunto. Real Academia Española © Todos los derechos reservados.
28
verdad. (Del lat. verĭtas, -ātis). 1. f. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente.
2. f. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa. 3. f. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse
siempre la misma sin mutación alguna. 4. f. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente. 5. f. Cualidad de
veraz. Hombre de verdad. 6. f. Expresión clara, sin rebozo ni lisonja, con que a alguien se le corrige o reprende. U. m. en
pl. Cayetano le dijo dos verdades. 7. f. realidad (‖ existencia real de algo). Real Academia Española © Todos los derechos
reservados.
29
existir. (Del lat. exsistĕre). 1. intr. Dicho de una cosa: Ser real y verdadera. 2. intr. Tener vida. 3. intr. Haber, estar,
hallarse. En la Academia existe un autógrafo de Cervantes. Real Academia Española © Todos los derechos reservados.
30
paradigma. (Del lat. paradigma, y este del gr. παράδειγμα). 1. m. Ejemplo o ejemplar. 2. m. Ling. Cada uno de los
esquemas formales en que se organizan las palabras nominales y verbales para sus respectivas flexiones.
3. m. Ling. Conjunto cuyos elementos pueden aparecer alternativamente en algún contexto especificado; p. ej.,niño,
hombre, perro, pueden figurar en El -- se queja. Real Academia Española © Todos los derechos reservados.
Como bien lo dice el diccionario, un paradigma es un modelo, un núcleo central en el que
se pueden fundar muchos sistemas de creencias. Un arquetipo bien podría ser la teoría
creacionista, y dentro de ella, las tantas creencias que se fundan a partir de la mirada de
una divinidad. Este ejemplo nos deja posicionados de lleno frente a la distinción que
hacemos de Creencias, que es el asentimiento de seguir uno u otro paradigma. Podría
decirse que el paradigma es la “causa” y las creencias el “efecto”. Muchas veces, tanto los Página | 32
paradigmas como las creencias, son heredados, aunque también pueden ser elegidos:
veremos cómo.

La Coach Verónica de Andrés presenta la hipótesis de que el sistema del mundo se


sustenta en dos paradigmas: la emoción básica del amor y la emoción básica del miedo; y
estamos en total acuerdo con ella. No obstante planteamos que la confianza, producto de
estar morando en el paradigma del amor, es en realidad un efecto de un paradigma aún
mayor, que lo intentaremos demostrar a continuación:

Si buscamos psiquis en el diccionario nos encontraremos con la definición de ‘alma


humana’. De la misma manera, si buscamos la palabra psicología encontraremos que es la
parte de la filosofía que trata el alma, o aquello que atañe al espíritu, o la manera que
tenemos de sentir. Lo que intentamos decir es que siempre deberemos tener en cuenta,
que en cualquier fenómeno psíquico, implícitamente, siempre existirá un propósito
existencial.

Para poder mostrar las causas que mueven el mundo es necesario que aterricemos
nuevamente en la verdad; graficar de algún modo lo que queremos hablar de ella sería
algo así:

En el gráfico se puede apreciar un cuadrado mayor que encierra toda la figura


completa. A este cuadrado lo llamamos “todo lo que existe” y lo configuramos como el
primer nivel de pensamiento. En este primer nivel de pensamiento ubicamos todo lo que
es, explicamos:

31
creencia. (De creer). 1. f. Firme asentimiento y conformidad con algo. 2. f. Completo crédito que se presta a un hecho
o noticia como seguros o ciertos. 3. f. Religión, doctrina. 4. f. ant. Mensaje o embajada. 5. f. ant. salva (‖ prueba que se
hacía de la comida y bebida). Real Academia Española © Todos los derechos reservados.
Página | 33

Es frecuente que en los talleres que impartimos, cuando preguntamos quién


inventó la ley de la gravedad, la gran mayoría de las personas contestan que Isaac
Newton. La verdad es que la gravitación es una ley universal que existe desde el inicio de
los tiempos. Tuvieron que pasar 1.684 años (según el calendario gregoriano vigente en la
actualidad) para poder descubrirla y conceptualizar. Y así sucede con todo. Todo existe en
cuanto es, más allá de nuestras subjetividades, conceptos y representaciones; más allá de
nuestra realidad individual y social. A este nivel de pensamiento lo hemos llamado “La
Verdad que es” (con mayúscula). Así, el Sol, es lo que es. Aunque pueda existir un acuerdo
verbal de cómo simbolizarlo en el lenguaje, básicamente su Realidad Original es
independiente, objetiva, universal, evidente y esencial. Podría decirse que todo existe en
su esencia más allá de nuestras propias ideas de la “cosa en sí”. Este concepto es muy
importante porque nos proporcionará un entendimiento cabal de la distinción que
hacemos de potencia. Lo que intentamos mostrar aquí es que el Hombre muchas veces no
alcanza la Verdad con mayúscula, no porque no exista, sino porque su mente está tan
abstraída en los innumerables sistemas de creencias, que terminan obstaculizando la
meta que él inconscientemente persigue: la búsqueda de esa Verdad, que en definitiva es
la búsqueda del sentido más profundo.

Luego promovemos un segundo nivel de pensamiento, un nivel de pensamiento


que es inferior, donde esta Verdad con mayúscula (inalterable) se sitúa en un rango dual
entre “la verdad que creemos que es” y “la verdad que queremos que sea”. Dijimos
anteriormente que la verdad no tiene grados de identidad, de lo contrario no podría
llamarse verdad, que es la propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma
sin mutación alguna. Debido a la ambivalencia entre lo que es y lo que queremos que sea,
la Verdad con mayúscula pierde sus características de objetiva, evidente y esencial, y pasa
a ser subjetiva, conceptual y aparente. Pero atención, si bien las características de la
Verdad con mayúscula han sido “virtualmente cambiadas”, las mismas no han sido
abolidas; no dejan de imprimir la fuerza existencial que Ella posee. Simplemente lo que ha
sucedido es que el Hombre, en su afán de que las cosas sean como él quiere que sean, ha
“desvirtuado” las propiedades que nunca se podrán desvirtuar. Lo demás decanta por Página | 34
lógica: la dualidad, la dialéctica entre lo que es y lo que “debería ser para nosotros”. A este
movimiento interminable de creencias, conceptos, juicios y prejuicios lo hemos
denominado “dialéctica proyectiva-perceptiva”, que básicamente es el deseo de querer
tener razón aún cuando me alejo de la Verdad; aquel mismo deseo del que hablábamos al
principio, el productor de infinitos sistemas de pensamientos que nos posicionan de lleno
en el dolor y sufrimiento.

A partir de este momento de separación de la Verdad se desarrolla un sistema


defensivo conocido en Psicología como negación, que no es más que la expulsión, de la
propia consciencia, de la culpa que se experimenta por el mismo hecho de querer tener la
razón a como dé lugar y no aceptar lo que es (psicológicamente no hay otra manera de
experimentar así el fenómeno); muchas corrientes de reflexión han bautizado a esta
situación, de la negación de la Verdad, como la ilusión o el pensamiento ego.

Si volvemos al concepto de la Verdad te hará sentido el significado de la palabra


32
Origen . El origen es un orden: la Causa de algo. Como lo mencionamos en dicha
distinción, una de las características principales de esta Verdad es que tiene un origen
fáctico que es la existencia. Hay mucha gente que piensa que nosotros construimos la
Verdad con mayúscula, cuando en la realidad, el mundo del conocimiento ya existe por
completo; a lo más, lo mejor que podemos hacer es descubrirlo (hallar lo que estaba
ignorado), experimentarlo, representarlo con las matemáticas y simbolizarlo en el
lenguaje; y por último, conceptualizarlo bajo un paquete de creencias que terminarán
estructurando nuestra propia Identidad. En otras palabras, muchos piensan que somos la
causa de la Verdad, cuando Ella, en definitiva, actúa como sostén y modelo de los infinitos
sistemas de creencias (ilusiones) que el hombre se ha dedicado a fabricar.

En conclusión, si no existiera un origen, un orden, todo lo que se ha fundado a


partir de él desaparecería: precisamente a esto nos referíamos con el concepto de
paradigma. Precisamente a esto nos referimos como las leyes del orden, de las cuales nos
ocupamos en esta propuesta que hemos llamado Coaching Psicológico Integral. Ahora
bien, la pregunta es: ¿cuál es nuestro origen? ¿Cuál es la Verdad con mayúscula? ¿Cuál es
el verdadero paradigma?

32
origen. (Del lat. orīgo, -ĭnis). 1. m. Principio, nacimiento, manantial, raíz y causa de algo. 2. m. Patria, país donde
alguien ha nacido o tuvo principio la familia o de donde algo proviene. 3. m. ascendencia (‖ serie de ascendientes).
4. m. Principio, motivo o causa moral de algo. Real Academia Española © Todos los derechos reservados.
El hecho es que el mundo se ha movido básicamente a partir de dos causas, y acá
es donde funciona el verdadero libre albedrío: un paradigma obedece a una identidad
esencial (original) y el otro a una identidad mundana (vana). A partir de estos dos
“paradigmas causas” desarrollaremos nuestra identidad, valores, creencias, capacidades y
comportamientos; de ahí nuestra neurosis. Y acá es donde viene la paradoja, aún así,
elijamos asumir el origen que elijamos como nuestra identidad, si estamos en el camino Página | 35
de la Verdad, habremos elegido el correcto, porque el otro sencillamente no existe.

El verdadero Coaching es aquel que descubre la Verdad con mayúscula para que
las metas (y objetivos) sean efectivas. El significado de la palabra efectivo es ser real y
verdadero, en oposición a quimérico, dudoso o nominal. Si estuviéramos inmerso en el
plano dual de “la Verdad que es” y “la verdad que queremos que sea”, y al momento de
fijar una meta estamos morando en la polaridad de lo falso, esa meta será inexistente,
nunca la podremos conquistar. ¿Cómo podríamos tomar decisiones en situaciones que en
la Verdad no existen?

Nota importante: Completar la lectura de este ítem con el texto “La Alegoría de la Verdad”
que es lectura obligatoria del Programa.

El Modelo Dimensional (integración vertical)


Volvemos a la Psicología Sistémica y a nuestro Criterio de Verdad:

Por un lado se habrá notado que ya no hablamos de “realidad” sino de Verdad, más allá
(que trasciende)33 de cuál es esa realidad “particular de cada uno”; así, hemos abierto tres
distinciones que resultan basales para nuestro Modelo: 1) la Verdad que es (con
mayúscula); 2) la verdad que creemos que es (con minúscula); y 3) la verdad que
queremos que sea (lo falso).

Por otro lado la Psicología Sistémica nos dice que el todo es más que la suma de
sus partes, en este sentido hemos seguido la propuesta de la Psicóloga Frances Vaughan,
que dice que el Hombre es una composición de cinco dimensiones que en su conjunto
forman una integración ontológica y holística: 1) la dimensión física; 2) la dimensión
emocional; 3) la dimensión mental; 4) la dimensión existencial; y 5) la dimensión
espiritual. La representación gráfica de esta formulación sería:

33
Nos referimos a la Filosofía Trascendente que propone Immanuel Kant.
Página | 36

El Cuadro Integrado del Ser


Analicemos el Cuadro, que es el Esquema Referencial que hemos establecido como
base para la instrumentación de las herramientas desarrolladas a la luz de nuestra
Propuesta.

Potencias innatas
Página | 37
Si tomamos nuestro Criterio de Verdad y observamos las características que
previamente establecimos de Ella (universal, objetiva, evidente y esencial), podemos
advertir que estas dimensiones que propone Frances Vaughan constituyen la esencia
central del Hombre. Siempre ponemos el mismo ejemplo. Cuando vamos a comprar un
auto cero quilómetro a la agencia, normalmente el vendedor nos da las características de
las distintas versiones de un mismo modelo, nos dice: “este modelo viene con ABS,
dirección asistida, aire y llantas de fábrica”; exceptuando la vulgaridad del ejemplo
nosotros venimos así, con nuestras dimensiones de fábrica. Estas dimensiones son
nuestras potencias, que las hemos nombrado “Potencias innatas”. La dimensión física está
evidenciada por la potencia de nuestros Sentidos. La potencia de la dimensión emocional
es la Pasión, y la de la dimensión mental, la Razón; la Conciencia lo es para nuestra
dimensión existencial y el Amor para la espiritual. Todo ser humano que pisa esta Tierra
dispone de estas potencias innatas. Las potencias innatas, además de ser universales y
evidentes, pueden experimentarse; esta experimentación es a través de lo que nosotros
llamamos sus “Propiedades básicas”.

Propiedades básicas

La propiedad básica de los sentidos es el Conocimiento, gracias a ellos podemos


percibir y activar nuestro sistema sensorio-motriz e internalizar a nuestro mundo interior
todas esas experiencias.

Del mismo modo, en la dimensión emocional, la propiedad básica de la pasión es la


Voluntad. La palabra pasión tiene tres acepciones. La primera (cuando está simbolizada en
mayúscula) hace referencia a la Pasión de Jesucristo, que fue el dolor y el sufrimiento que
debió soportar desde que fue capturado hasta ser crucificado: nosotros no haremos pie
en este sentido. El segundo concepto es aquel que proviene del latín passio, que significa
padecer o sufrir y que connota una perturbación en el estado de ánimo. Por último, el
tercer significado está ligado a una inclinación vehemente por algo o alguien, por ejemplo
“el automovilismo es mi pasión” (que connota una vocación) o “amo a Lola con pasión”
(que connota una devoción); en el primer ejemplo las pasión se vincula con la “obsesión” y
en el segundo con el amor. A este último significado nos referimos cuando señalamos la
pasión en nuestro Cuadro Integrado del Ser. De hecho, cuando nosotros estamos
desconectados con nuestra pasión, estaremos padeciendo o sufriendo, que es la segunda
acepción de la palabra. Esto nos posiciona de lleno con su propiedad básica, la Voluntad,
palabra que deriva del latín voluntas y que significa la potestad de dirigir nuestro propio
accionar, e implica la vinculación con el motivo y el entendimiento de las razones del por
qué una persona hace lo que hace.
La propiedad básica de la razón es la Comunicación, ya que a través de esta es que
podemos llenar nuestra mente y de esta forma, comenzar a relacionar conceptos que nos
desarrollan la inteligencia.

La propiedad básica de la consciencia es el Entendimiento, palabra ésta que está


ligada al criterio y que significa juicio o discernimiento. El entendimiento, por lo tanto, es Página | 38
una característica que nos permite concretar una u otra elección según la conveniencia de
alcanzar un objetivo o satisfacer una necesidad, dándonos cuenta si es lo indicado para
nosotros.

Por último, la propiedad básica de la dimensión espiritual es la Verdad, que ya


hemos hablado de Ella y que en este contexto representa la existencia real de algo y la no
negación de aquello que es.

Capacidades específicas

Tanto las potencias innatas como sus propiedades básicas, nos determinan como
Seres con ciertas capacidades específicas, siguiendo el orden que venimos trayendo hasta
ahora, éstas son: la Aptitud, la Actitud, la Inteligencia, la Virtud y la Libertad.

Habilidades generales

Derivado de lo que aquí mostramos, somos seres con ciertas habilidades que son
universales, evidentes y esenciales, integrar estas habilidades es integrar el Ser que nos
constituye en toda su dimensión ontológica y sistémica; y desarrollar al máximo nuestras
potencias innatas es lograr un estado de plenitud a la vez que integramos nuestro hacer,
sentir, pensar, servir y ser. Esta integración nos hará experimentar lo que nosotros
llamamos las Experiencias manifiestas: la materialización de las cosas; el gozo emocional;
la creatividad; el sentido de dirección; el propósito de la existencia.

Rueda Integral de la Vida


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La Rueda integral de la Vida es una representación gráfica que mide tus niveles de
satisfacción en el momento presente con relación a las cinco dimensiones que propone el
Coaching Psicológico Integral y la fusión de éstas con las áreas de Vida Cotidiana (que
propone la Psicología Social), y que interactúan continuamente en nuestro Ser. Esta
herramienta es a partir de la Filosofía Budista y es la percepción actual del equilibrio del
microcosmos de nuestra vida; a partir su medición, aumenta el grado de la consciencia
sobre el balance o ausencia del mismo entre los diferentes elementos del proceso.

Dimensión Espiritual

Esta dimensión es la que mira dentro de la trascendencia, en la integralidad del


Ser, el equilibrio del pensar, decir y hacer en congruencia con los Valores, la Verdad, el
Amor y la Libertad. En ella experimentamos el Propósito de nuestra vida.

Dimensión Existencial

Esta es la dimensión de la Consciencia del Ser, en relación con uno mismo y con los
demás, en relación a la vocación, al servicio, al Proyecto de Vida. En ella experimentamos
el Sentido de nuestra existencia.

Dimensión Mental

En esta dimensión se mide la actitud psicológica que tenemos para observarnos a


nosotros mismos. A través de la razón es como entendemos, pensamos y creamos.
Dimensión Emocional

En esta medimos el “¿cómo me siento?”. Cuál es mi actitud con la pasión,


voluntad, autoestima, ansiedades y miedos.

Dimensión Física Página | 40

Con esta dimensión quedan vistos todos los aspectos físicos y materiales de la vida,
desde el entorno, hasta la apariencia, salud y hábitos no saludables. Vale decir que es el
camino para observar la materialización de nuestras acciones.

Dimensión Familia

Es la relación que existe entre todos los integrantes de la familia y los vínculos de
primer orden. Tiene que ver con la pareja, los hijos, los padres, el entorno familiar, los
tiempos que se le dedican y aquellos proyectos en común.

Dimensión Trabajo

Es ver el cómo me siento con la actividad que realizo para satisfacer las
necesidades, incluye el entorno, la vocación y las posibilidades de progreso.

Dimensión Tiempo Libre

Esta área analiza el ocio en la vida, cómo lo organizo, lo planeo, si lo realizo solo o
en grupo y si lo disfruto.

Una vez que tenemos una idea de qué se trata cada área, entonces deberemos
responder algunas preguntas específicas para cada una de ellas, las cuales nos ayudarán a
medir, como los explicamos antes, el nivel de satisfacción en cada aspecto de la vida.

Las preguntas deberán clasificarse con una medición del 1 al 10, siendo el 1 el
mayor nivel de frustración y el 10 el mayor nivel de satisfacción.

Cuando obtenemos los resultados deberemos observarlos y respondernos:

 ¿Qué dice mi rueda?


 ¿Me encuentro en equilibrio?
 ¿Qué dimensiones me preocupan más?
 ¿Cuáles creo que son los emergentes más importantes de mi rueda?
 ¿Cuál creo que sería el proyecto a trabajar?

Hasta aquí el Marco Teórico. En adelante iremos expandiendo y ahondando las


diferentes distinciones que hemos abierto a partir de éste.

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