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ENERGÍAS RENOVABLES

por Diego Ferreyra (*)

Tabla de contenidos
1. Criterios generales del sistema eléctrico argentino y fuentes de generación 2

2. Transmisión y distribución en el sistema eléctrico argentino 4

3. Energías renovables en el sistema eléctrico argentino 5

4. Energía solar 7
Sistemas aislados y sistemas conectados a la red 11

Referencias y bibliografía 13

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1. Criterios generales del sistema eléctrico


argentino y fuentes de generación
A partir de la resolución nro. 38/91 de la Subsecretaría de Energía Eléctrica, la ley 24065 de
1992, y otras normativas, se estableció en su momento el Mercado Eléctrico Mayorista
(MEM), con el fin de comercializar la electricidad entre generadores, distribuidores y grandes
consumidores de energía. Esto fue un primer paso hacia una reforma del sector eléctrico
que, a principios de la década del 2011-2020, comenzó a virar hacia un sistema más
descentralizado y con mayor participación privada, en sintonía con las tendencias
internacionales.

Este marco normativo comercial intenta reflejar las tres características principales asociadas
con la generación y suministro de electricidad en un sistema integrado:

1. Resulta imposible rastrear la electricidad desde un generador individual hasta un usuario


particular.

2. Resulta imposible almacenar electricidad a gran escala industrial, por lo cual es necesaria
una constante armonización entre la oferta y la demanda de electricidad.

3.- Es más eficiente trabajar sobre una base integrada, desde un punto de vista del análisis
de costos de todo el sistema.

Nuestro mercado eléctrico se divide en 9 regiones: NOA, NEA, Centro, Litoral, Buenos Aires,
GBA, CUYO, COMAHUE y PATAGONIA. En la Fig. 1 se puede observar un mapa de la
República Argentina, con las diferentes regiones diferenciadas (Marinozzi, 2021).

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Figura 1. Regiones de la República Argentina. (CAMMESA, 2021).

El consumo y la generación en cada una de las regiones no es uniforme, dada la disparidad


en población, actividades económicas principales y recursos energéticos disponibles. Por
ejemplo, a enero de 2021, la región del Gran Buenos Aires (GBA) tuvo un triple de demanda
en comparación con la del Litoral, la cual es la segunda región con mayor demanda
(CAMMESA, 2021).

La demanda de energía se satisface con centrales que generan a partir de diferentes


fuentes, ubicadas en toda la extensión nacional. La generación de energía proviene
principalmente de fuentes térmicas, seguidas por centrales hidráulicas, nucleares y por
último renovables, dentro de las cuales se encuentran la eólica, solar, biomasa, biogás e
hidráulica renovable (de menos de 50 MW de potencia).

La potencia total instalada es de unos 42 000 MW. En la Fig. 2, se muestra la proporción que
aporta cada tecnología de generación; se destaca que los hidrocarburos tienen que ver con
un 60 % del total de la potencia instalada.

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Figura 2. Prorrateo de las fuentes de generación de electricidad en Argentina.


Elaboración propia según el informe mensual de CAMMESA de diciembre de 2020.

Por su extensión territorial, Argentina accede a muchos recursos naturales para que su
matriz energética sea diversa en cuanto a tecnologías, pero ninguno se explota en todo su
potencial. Además, los mejores recursos suelen estar lejos de los centros de consumo, por
lo que se requieren líneas de transmisión que incrementan considerablemente las
inversiones. En cuanto a aumentar la proporción de fuentes renovables en el sistema
eléctrico nacional, debe tenerse en cuenta que no fue hasta la ley 27191 de 2015 que se
comenzó a dar mayor relevancia e impulso a estos recursos naturales.

2. Transmisión y distribución en el sistema


eléctrico argentino
Más allá de la etapa de generación, un sistema de transmisión de alta tensión vincula las
principales centrales de generación del país y todas las provincias entre sí. Estas líneas de
transmisión, en su típicamente de 500 kV, llegan a los principales centros de transformación
del país, donde la tensión se reduce a 132 kV para distribuirse a nivel provincial. A su vez,
en los sistemas provinciales, se maneja un nivel de tensión de 66 kV o incluso 33 kV.
Finalmente, en la distribución rural y urbana, se utilizan 13,2 kV, que posteriormente se
reducen a 220/380 V para su uso por usuarios industriales, comerciales y residenciales.
Estas modificaciones en el voltaje permiten reducir las pérdidas de energía que se producen
naturalmente en el transporte de energía, aunque no las evitan por completo.

El modelo del mercado del transporte corresponde a un monopolio natural regulado: hay un
único transportista principal en alta tensión (Transener), siete transportistas en distribución

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troncal (Transnoa, Transnea, Transener, Transba, Distrocuyo, Transcomahue, Transpa) y 44


transportistas PAFT.

En cuanto al Mercado Eléctrico Mayorista, cuyo administrador es la empresa CAMMESA,


este es el punto donde convergen la oferta y la demanda, lo que conforma un determinado
sistema de precios. La oferta en el MEM está formada por tres actores principales:
generadores (con esa función exclusiva), cogeneradores (productores de otros bienes y
servicios que venden energía como un subproducto), y autogeneradores (quienes generan
energía para su propio consumo e intercambian sobrantes o faltantes con la red). Por otro
lado, la demanda está compuesta de distribuidoras (nacionales, provinciales o municipales,
que llevan energía a los usuarios finales); y por grandes usuarios (que contratan su
abastecimiento directamente con un generador o comercializador).

3. Energías renovables en el sistema eléctrico


argentino
El Estado viene creando políticas de promoción de las fuentes renovables de energía desde
hace varias décadas. La ley 27191, de septiembre de 2015, es uno de los hitos vigentes más
reciente (Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina, 2015). Este marco
normativo obligó a los Grandes Usuarios a incrementar la proporción de su consumo que es
cubierta por energía eléctrica proveniente de fuentes alternativas, con una meta de
abastecer un 8 % de su consumo con energía proveniente de fuentes renovables al año
2017 y llegar al 20 % para 2025.

Actualmente, Argentina posee unos 4700 MW de potencia instalada en energías renovables,


frente a una demanda que oscila entre los 11 000 MW y los 19 000 MW, aproximadamente,
aunque esto es solo una comparación de potencias instaladas y demandadas, diferente a la
proporción de energías suministradas por cada fuente. En la Tabla 1, se muestra la
influencia de cada tecnología en la matriz energética como porcentaje del total de potencia
instalada en energías renovables.

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Tabla 1: Participación porcentual de cada fuente de energía renovable en el total instalado de ese tipo de
fuentes para Argentina entre 2011 y 2021. Datos extraídos de CAMMESA.

Fuente de
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
energía [%]

Biodiésel 2 8 0 0 0 0 0 0 0 0 0

Biomasa 7 6 7 5 8 7 9 8 4 3 4

Eólica 1 16 23 27 24 21 23 42 64 74 72

Hidro <=
89 68 64 63 65 69 64 43 19 10 9
50 MW

Solar 0 0 1 1 1 1 1 3 10 11 14

Biogás 0 2 5 4 3 2 2 4 3 2 2

Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

En cuanto a las energías renovables a niveles de potencia y tensión menores, el concepto


aplicable es el de generación distribuida, que se rige en Argentina principalmente por la ley
27424, a la cual cada provincia puede adherir o bien generar su propia normativa, siempre y
cuando cumpla con ciertos requisitos de orden nacional. Para febrero de 2021, 141
cooperativas y distribuidoras ya habilitaban a sus usuarios a instalar equipos de generación
distribuida a base de fuentes renovables, y así convertirse en usuarios generadores. Las
jurisdicciones adheridas son Chaco, Catamarca, Corrientes, San Juan, Mendoza, Córdoba,
Neuquén, CABA, Buenos Aires, Río Negro, Chubut y Tierra del Fuego.

En la Fig. 3, se muestran las proporciones de usuarios generadores según cantidad y según


potencia entre las diferentes entidades que pueden conformarse como usuarios
generadores. Esto va de la mano con la mencionada ley 27424, según la cual la potencia
máxima que puede instalar un usuario generador está limitada por la potencia contratada
con su proveedora de energía.

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Figura 3.a. Porcentaje de cantidad de usuarios generadores según el tipo de entidad.


b. Porcentaje de la potencia total instalada por usuarios generadores según el tipo de entidad.

4. Energía solar
Se aprovecha la energía proveniente del Sol, que es una esfera gaseosa a gran temperatura
formada principalmente por hidrógeno que se combina por reacciones nucleares de fusión
para formar helio, lo que libera una enorme cantidad de energía en el proceso. La irradiación
que emite el Sol llega a la superficie exterior de la atmósfera terrestre con una potencia de
1361 W/m2, que se conoce como constante solar y luego es atenuada por la atmósfera
(Duffie y Beckman; 2013).

Sobre la superficie terrestre, la radiación solar no siempre incide de forma perpendicular,


debido a la traslación de la Tierra alrededor del Sol:

● Durante los equinoccios, el sol incide de forma perpendicular al Ecuador.

● Durante el solsticio de verano (en el hemisferio sur) incide de forma perpendicular


sobre el Trópico de Capricornio.

● Durante el solsticio de invierno (en el hemisferio sur) incide de forma perpendicular


sobre el Trópico de Cáncer.

Como se puede ver en la Fig. 4, esto hace que el sol varíe su posición respecto al Ecuador
en ±23,45°. Por tanto, la altura del sol sobre el horizonte a cada hora no es constante a lo
largo del año: en verano, la altura del sol sobre el horizonte es mayor que en invierno (Duffie
y Beckman; 2013).

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Figura 4. Incidencia de la radiación solar en días característicos del año.

Por esta variación, no es constante a lo largo del año la radiación solar que incide sobre una
superficie, como puede ser la de un equipo solar térmico o fotovoltaico; esto genera
diferencias en la cantidad de energía que se puede aprovechar en cada momento. Según el
tipo de implementación que se pretenda, se dará al equipo de captación un ángulo de
elevación que favorezca la generación en verano o en invierno. El ángulo de elevación en la
Fig. 5 se indica con la letra griega β.

Fig. 5: Elevación de un sistema de captación solar.

Para generación solar térmica, los equipos suelen ser fijos, sin capacidad de variar su
inclinación de elevación. Dado que la demanda de agua caliente es mayor en invierno, lo

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ideal es elevar los captadores solares térmicos en un ángulo tal que la radiación solar en esa
época del año incida de forma lo más perpendicular posible.

Para generación solar fotovoltaica, es un poco más común (sobre todo en centrales de gran
tamaño) que los captadores incluyan sistemas que permitan el ajuste de su ángulo de
elevación, de modo tal que su superficie esté siempre orientada de forma perpendicular a los
rayos solares. Tales sistemas pueden ser automáticos o manuales, aunque también es
común encontrar instalaciones fijas, sobre todo en implementaciones de menor potencia,
tanto en formato de generación distribuida como aislados de la red (para carga de baterías).
Esto es debido a que, en instalaciones con conexión a red que tienen por finalidad el
autoconsumo, el seguimiento de la orientación encarecería la instalación, incrementaría la
necesidad de mantenimiento e insumiría energía adicional para tales movimientos.

Debido a que la radiación solar es mayor en verano y con este tipo de instalaciones se
busca maximizar la generación de energía, lo ideal es orientar los paneles captadores con
un ángulo de inclinación algo menor a la latitud en el lugar de instalación. Más allá de esta
tendencia, lo habitual es que los paneles solares fotovoltaicos se instalen con un ángulo de
elevación muy similar a la latitud del lugar, favoreciendo la generación en las temporadas de
primavera y otoño, pero sobre todo tendiendo a maximizar la cantidad de energía generada
a lo largo de todo el año (Duffie y Beckman; 2013).

Otro factor que influye en la generación solar es que, como comúnmente se dice, “el sol sale
por el este y se pone por el oeste” (para el hemisferio sur). A este movimiento relativo, el sol
lo realiza pasando por el lado norte geográfico de la esfera celeste; por lo tanto, la
orientación del sistema de captación debe ser hacia el norte (en el hemisferio sur). También
pueden orientarse hacia el este o el oeste para favorecer la generación en la mañana o en la
tarde, respectivamente. Sin embargo, teniendo en cuenta que la máxima radiación solar
llega en horarios próximos al mediodía, sigue siendo recomendable, en términos generales,
apuntar los paneles hacia el norte.

Esto también es aplicable a los sistemas de captación solar térmica, dado que el mediodía
solar es el momento en que se puede calentar una máxima cantidad de agua gracias a la
mayor radiación que llega a la superficie de captación. Dado que la mayoría de los sistemas
de captación solar térmica incluyen tanques de almacenamiento, se puede calentar una
reserva de agua a la mayor temperatura posible para aprovechar más tarde esa energía
acumulada, en momentos de menor radiación (Duffie y Beckman, 2013).

A modo de ejemplo, se puede mencionar que el trazado urbano de la ciudad de San


Francisco, en la provincia de Córdoba, está inclinado unos 10° hacia el Este. Por lo tanto,
muchas de las superficies donde puede instalarse sistemas de captación, como los techos
de los hogares e industrias, también están “desviadas” respecto del Norte geográfico. En
estos casos, se debe analizar si la superficie disponible es suficiente para realizar la

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corrección de orientación y si estéticamente es conveniente o necesario realizarla. En caso


contrario, el nivel de pérdidas en generación se da en función del ángulo de desviación, que
no es muy importante para el caso de este ejemplo (Szwarc et ál., 2019).

Una instalación solar fotovoltaica tiene los componentes que se muestran en la Fig. 6, donde
no se incluyen los detalles de interfaces de medición, protecciones y demás accesorios, que
incluyen descargadores de sobretensión, fusibles, interruptores termomagnéticos y
disyuntores diferenciales, entre otros, además de una adecuada puesta a tierra.

Figura 6. Componentes de una instalación solar fotovoltaica.

El panel solar es genéricamente el elemento que capta la energía solar y la convierte en


energía eléctrica de corriente continua. El inversor es un equipo electrónico que transforma
la energía de corriente continua en energía de corriente alterna, para conectarse con la red a
los valores de tensión y frecuencia adecuados para la inyección de energía. En el caso de
un sistema aislado de la red (con baterías), el inversor puede alimentar directamente
elementos de consumo en corriente alterna.

En una instalación conectada a la red como la que se muestra en la Fig. 6, las baterías son
opcionales, al igual que el gestor de carga. Las baterías pueden ser de plomo-ácido, aunque
se han realizado grandes avances en las baterías de iones de litio y otras variantes. Se las
conoce como baterías de ciclo profundo, debido a que permiten una gran profundidad de
descarga (80 %), admiten una vida útil de gran cantidad de ciclos de carga y descarga,
aunque no tan extensa en tiempo (en el orden de los 8 años actualmente para las mejores
tecnologías disponibles comercialmente). Estos elementos permiten el funcionamiento “en

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isla” de la instalación. El gestor es un elemento opcional al igual que las baterías, y se ocupa
de que la carga y descarga de las baterías sea a los niveles y ritmos óptimos.

Sistemas aislados y sistemas conectados a la red


En cuanto a la diferenciación entre sistemas aislados y sistemas conectados a la red, debe
tenerse en cuenta que el consumo de energía a nivel nacional y en cada instalación de
distribución presenta dos picos: uno en horarios cercanos al mediodía (cuando la generación
solar fotovoltaica es máxima), y otro cercano a las 21:00 h, cuando ya no hay disponible
generación fotovoltaica. Como es de esperarse, es poco probable que el consumo en un
hogar, edificio, comercio o aun una industria, sea nulo, debido a que siempre habrá sistemas
de respaldo, automáticos, de recarga, etc. que quedan conectados o en modo espera. Este
consumo suele ser reducido, pero de todos modos puede resultar influyente en el consumo
general de un hogar. En la Fig. 7 puede verse la curva de demanda de potencia con los
picos en horarios del mediodía y nocturno (EPEC, 2021).

Figura 7. Curva de demanda, fuente: EPEC. https://www.epec.com.ar/tecnica/demanda

El consumo nocturno es el motivo principal por el cual se requieren baterías para sistemas
aislados: esto da lugar a dos tipos de instalaciones solares fotovoltaicas, de energías
renovables en general: sistemas aislados y sistemas conectados a la red.

Los sistemas aislados son los que aprovechan la capacidad de almacenamiento de las
baterías para contener en ellas parte de la energía generada en el día para independizarse
de la red eléctrica por la noche. De todos modos, esto tiene sus límites ya que, ante largos
períodos de tiempo con elevada nubosidad, se debe cuidar el consumo para no descargar

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completamente las baterías y dejar sin alimentación elementos críticos, por ejemplo, una
heladera. El dimensionamiento es clave en estos casos, ya que un sobredimensionamiento
implicará costos demasiado elevados, mientras que un subdimensionamiento puede llevar a
una falta de suministro de energía en determinados momentos.

Los sistemas conectados a la red no requieren baterías porque, cuando la generación es


mayor al consumo, el sobrante de energía se entrega a la red, a su vez, si la generación es
inferior al consumo, la energía faltante se obtiene de la red eléctrica. Sin embargo, podría
optarse por un sistema de almacenamiento, a condición de que el inversor admita un doble
funcionamiento, uno con conexión a la red y el otro en isla. Esto puede tener sentido en la
medida en que el cuadro tarifario aplicable marque un costo de energía mucho mayor
durante el pico nocturno, lo cual es así para industrias y comercios de cierto porte. En
resumen, un sistema conectado a la red no difiere mucho en formato de uno aislado, solo
que normalmente se omiten las baterías y el regulador de carga, lo que resulta en una
instalación más sencilla y de menor costo.

Debido a la tendencia al autoconsumo que está implícita en la mayoría de las normativas


aplicables en el país, no suele ser conveniente implementar instalaciones fotovoltaicas
conectadas a red de grandes potencias, sino que siempre se debe realizar un estudio del
consumo y asegurar que la proporción de autoconsumo sea lo más elevada posible.

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Referencias y bibliografía
CAMMESA (2019), Informe Anual, https://portalweb.cammesa.com/MEMNet1/Documentos
%20compartidos/Informe%20Anual%202019%20v%20larga%2006Jun.pdf.
CAMMESA (2021), “Energías Renovables”. https://cammesaweb.cammesa.com/ereno
vables/.
Duffie, J.; Beckman, W. (2013). Solar engineering of thermal processes. Cuarta edición.
Madison (Wisconsin): Editorial Wiley.
Marinozzi, E.; Lesce A., “CAMMESA (enero 2020). Informe Mensual: Principales variables del
mes”, https://cammesaweb.cammesa.com/informe-sintesis-mensual/.
Ministerio de Economía Argentina (febrero, 2021) Generación Distribuida en Argentina:
Evolución de Trámites. Conexión de Usuario Generador. https://www.argentina.gob.ar/sites/
default/files/reporte_de_avance_feb_2021.pdf.
Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina (2015), Ley N°27191: “Ley 26190.
Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía destinada a la
Producción de Energía Eléctrica. Modificación”,
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/
anexos/250000-254999/253626/norma.htm.
Szwarc, Gerardo D., Rocchia, Nicolás J., Ferreyra, Diego M. (2018), “Comparación de las
pérdidas por efecto Joule en dos instalaciones fotovoltaicas conectadas a red según la
ubicación del inversor”. Jornada Jóvenes Investigadores Tecnológicos JIT 2018. UTN
Facultad Regional Rafaela.
Szwarc, Gerardo D.; Rocchia, Nicolás J.; Ferreyra, Diego M. (2019), “Orientación de paneles
fotovoltaicos y su incidencia sobre la energía inyectada a la red”. Jornada de CyT 2019 de la
UTN Fac. Reg. San Francisco, publicado en http://hdl.handle.net/20.500.12272/4072.
Szwarc, Gerardo D.; Rocchia, Nicolás J.; Ferreyra, Diego M.; Bernardi, Emanuel (2018),
“Análisis predictivo sobre la cantidad de horas de generación de una instalación solar
fotovoltaica”. 8.ª Jornada de Ciencia y Tecnología CyTAL 2018. UTN Facultad Regional Villa
María.

*Diego Ferreyra

Dr. en Ciencias de la Ingeniería, mención Ingeniería Eléctrica (UNRC) Docente


universitario e Investigador en desarrollo e innovación, gestión en Ciencia y Tecnología.
Director y codirector de proyectos de I+D e integrante de proyectos de I+D y de I+D+i
homologados. Autor de múltiples publicaciones en la materia y en innovación pedagógica.

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