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Las fracturas distales del radio han sido analizadas en la bibliogra entre conductores y que denominó «fractura del conductor»
fía quirúrgica durante más de 200 años. La Figura 20-1 resume de (118). Hoy es conocida comúnmente como fractura cstiloidea del
forma esquemática algunas de las contribuciones clave. Las des radio.
cripciones iniciales de ios mecanismos de las fracturas y su trata Alrededor de 1930, los autores empezaron a describir trata
miento se produjeron antes de la llegada de la radiografía. A mientos, además de moldes de yeso y férulas, para las fracturas dis
Colles (49, 50), que estaba trabajando en Irlanda, se le atribuye tales del radio (28). Fue aumentando la creencia de que la fractu
con frecuencia en la bibliografía inglesa la primera descripción del ra tratada con yeso o férulas sufría frecuentemente hundimiento.
patrón de fractura más común que afecta al radio distai. Sin Anderson y O ’Neil (9) describieron la utilización de una barra
embargo, Poutcau (190), cirujano francés, pudo haber descrito la situada externamente y sujeta al hueso mediante agujas proxi-
misma fractura anteriormente. Otros cirujanos, especialmente males y distales a la fractura. Este simple fijador externo ha persis
Smith (211) y Barton (19), también describieron fracturas dista tido en diversas formas como un método de neutralizar las fuerzas
les del radio en una era en que la radiografía aún no estaba dis que de otra manera conducirían al acortamiento del radio distal
ponible. Entre Colles, Pouteau, Smith y Barton, describieron la tras la reducción. Por la misma época, Colé y Oblerz (48) descri
mayoría de las fracturas distales del radio antes del advenimiento bieron un método alternativo utilizando agujas y yeso. Estos méto
de la radiografía. Poco después de la introducción de la radiogra dos se prolongaron cerca de 30 años, hasta que la reducción directa
fía, Hutchinson describió una fractura que ocurría a menudo y la fijación llegaran a ser comúnmente aceptadas para el trata
miento de las fracturas desplazadas e inestables del radio distal.
En 1965, Filis (73) describió la colocación de una placa de sos
M atthew D. Putnam : División o í Hand Surgen'. Department o í
Orthopaedics, University o í Minnesota, Minhcapolis, Minnesota.
tén volar para fracturas conocidas previamente como fracturas de
W illiam H. Seitz, Jr.: Department o f Orthopaedic Surgery, Case Barton. Se observó que estas fracturas se desplazaban tras una
Western Reserve University School o f Medicine; Cleveland Orthopaedic reducción cerrada, debido a su localización intraarticular así como
and Spine Hospital at Ludieran, Cleveland, Ohio. por la inestabilidad del lugar de la fractura, que era difícil de con-
816 Sección II: Extremidad superior
Fractura en 4 de Malone
5 = diáfisis radial
4 = apófisis estlloides
3 = fosa sem ilunar volar
2 = sem ilunar central
1 = fosa sem ilunar dorsal
Figura 20-1. Clasificación epónim a de cinco tipos básicos de fracturas distales del radio: cuatro clási
cas (Colles, Barton, Sm ith y «del conductor») y la fractura en cuatro partes de Malone, que ha sido
descrita más recientemente y que representa un m ayor conocim iento de la im portancia de la articu
lación radiocubital distal (ARCD) y la colum na cubital del radio.
trolar utilizando un molde y/o una fijación externa. La placa de la fijación mediante aguja es efectiva en algunas fracturas que tie
soporte resistía las fuerzas deformantes de esta fractura y su supe nen una mínima comunicación con la corteza volar, de forma que
rioridad en cuanto a lograr su estabilización llegó a aceptarse rápi ésta pude actuar como un punto de apoyo alrededor del cual las
damente (13, 26, 90). Sin embargo, el papel de la fijación inter agujas puedan ayudar en la rotación de la fractura y mantener la
na para fracturas distales de radio más comunes y complejas, reducción posfijación (85, 86, 149).
incluyendo aquellas originalmente descritas por Colles, fue tan El tratamiento de las fracturas distales del radio está entrando en
sólo reconocida posteriormente (14, 20, 30, 198). Los artículos una nueva etapa. A medida que los resultados de los estudios se
que se escribieron a finales de la década de 1980 y principio de la hacen más prevalentes, llegará a ser posible comparar varios métodos
de 1990, que describieron la utilidad de la fijación abierta con y de fijación, siempre y cuando el esquema clasificatorio que se emplee
sin neutralización externa, habían empezado a clarificar cómo una sea de un elevado grado de confianza. El papel de la rehabilitación
combinación de tratamientos puede proporcionar estabilidad y en el tratamiento de estas fracturas está evolucionando. La rehabili
una mejoría de los resulrados para algunas de las más inestables tación puede alterar el resultado tras el inicio del tratamiento de la
fracturas distales del radio (21, 54, 193). fractura, especialmente en lo que concierne a la inflamación de la ar
Junto al desarrollo de la fijación rígida, la fijación limitada con ticulación contigua, al dolor y a la rigidez residual (12, 45, 61, 132).
aguja de las fracturas distales del radio ha tenido muchos defen Sólo cuando los esfuerzos de rehabilitación puedan ser cuantificados
sores (46, 168, 184, 196). Empezando a finales de la década de y enseñados de forma más efectiva a los pacientes, el coste futuro del
1940 y prolongándose hasta tiempos recientes, el papel de la fija cuidado de la salud quedará reducido (92, 93). El tema de la pre
ción mediante aguja, en comparación a la fijación interna o exter vención de las fracturas ha sido, por regla general, situado fuera del
na, no ha sido claro. En parte esto es el resultado de la utilización, campo de preocupación del traumatólogo. Sin embargo, y dado el
por parte de diversos autores, de esquemas clasificáronos con un número cada vez mayor de pacientes de edad avanzada susceptibles
bajo grado de confianza Ínter e intraobservador (8, 62, 83, 154). del tipo de fractura originalmente descrita por Colles, así como al
Como consecuencia, a menudo se ha dado a entender que la fija aumento del coste del tratamiento de cualquiera de estas fracturas,
ción mediante aguja daba tan buenos resultados como cualquier todos los esfuerzos que se lleven a cabo para reducir la incidencia de
otro método de fijación. Una visión en continua evolución es que estas fracturas son ciertamente importantes.
Capitulo 20: Fracturas distales d e ! radio 817
Tejidos blandos cir a un síndrome compartimental (60, 172, 182, 207). Los prin
cipios básicos en el tratamiento de estas lesiones de hueso y teji
La propagación de la energía hacia o desde el radio puede rcsulrar dos blandos deben ser:
en una lesión importante de los tejidos blandos. El estar atento • El mantenimiento de un flujo de entrada y salida (incluyendo
ante esta posibilidad de lesión de los tejidos blandos es prioritario flujo compartimental).
en la artroscopia (167). Desgarros de los ligamentos escafosemi- • Descompresión de los tejidos musculares y nerviosos.
lunarcs (SL) y otros ligamentos intercarpianos han sido descritos • Estabilidad suficiente de la fractura que permita un movimien
hasta en el 70% de los pacientes (97). El complejo fibrocardlagi- to intrínseco y extrínseco de los tendones de los dedos.
noso triangular (CFCT) está frecuentemente dañado en asocia • Estabilización de la rotación del antebrazo.
ción a las fracturas distales del radio tal y como queda reflejado
por artroscopia (95). No está claramente definido cuáles de estas La Figura 20-4 demuestra una estabilización temporal tras una
lesiones necesitarán tratamiento quirúrgico (72). La presencia de casi amputación con conversión posterior a una fijación estable y
una lesión parcial documentada mediante artroscopia o visualiza- una artrodesis de Suave-Kapanje. En este caso una reforzada fijación
ción abierta no requiere intervención. Una forma de abordar el externa (Fig. 20-4 A,B) proporcionó un soporte suficiente a la
tratamiento de estas lesiones parciales es tratar sólo aquellas diag amputación completa derecha, aunque el soporte fue insuficiente en
nosticadas mediante el uso de radiografías simples o dinámicas. la izquierda (Fig. 20-4 C,D), que mostró signos de retraso en la
Las fracturas estiloideas de radio están frecuentemente asociadas a unión. El cambio hacia una placa acodada de soporte permitió una
lesiones de los ligamentos SL (192). La Figura 20-3 describe el rehabilitación continua y condujo a la curación (Fig. 20-4, E,F).
origen de los ligamentos radiocarpianos relacionados con la ana Se han advertido síntomas del túnel carpiano hasta en el 15%
tomía intracarpiana. Claramente, la energía que pasa a través del de los pacientes, sin embargo el tratamiento de estos pacientes
estiloide radial puede fácilmente extenderse hacia el complejo de sigue siendo controvertido (1, 55, 84, 98, 171). Parece cierto que
los ligamentos SL (80, 114). algunos pacientes presentan una contusión directa o una lesión por
En heridas provocadas por fuerzas de alta energía o en aquellas desgarro del nervio (148, 209). Los métodos de tratamiento pue
que son abiertas, pueden producirse lesiones al nivel de nervios, den tener una repercusión sustancial sobre estas lesiones nerviosas
tendones, vasos y/o piel. Además de los métodos más usuales en así como sobre los síntomas nerviosos que ocurren principalmen
el tratamiento de estos tejidos en caso de que ocurra daño tisular, te como consecuencia de la inflamación. La Figura 20-5 resume los
el método previamente elegido para la fijación del hueso puede resultados de un estudio realizado por Gelberman y cois. (98) en
cambiar, de forma que el paciente debería retornar al quirófano el que se examinó la presión sobre las estructuras del túnel carpia
posteriormente para una fijación diferente. El traumatólogo debe no según la posición de la muñeca. En este modelo, no existió
ser consciente de que una fractura distal del radio puede condu- lesión sobre el radio. Los datos disponibles sugieren que los movi
mientos de flexión o extensión de la muñeca superpuestos a la
inflamación de la fractura disminuirían aún más el flujo sanguíneo
capilar hacia el nervio mediano y por tanto menoscabarían la fun
ción del nervio. Por lo tanto el médico debería esforzarse en evitar
cualquier posición del radio que no fuera la neutra en el trata
miento de las fracturas distales de radio. De igual manera, si una
posición más correcta de la muñeca no resulta en una mejoría o en
el restablecimiento de la función del nervio mediano tras un perío
do razonable (24 a 72 horas), la descompresión abierta del nervio
puede ser lo más apropiado. Sin embargo, no existen recomenda
ciones ampliamente aceptadas respecto a la descompresión del ner
vio tras una fractura. No obstante, nosotros aconsejamos una
exploración precoz del nervio si las maniobras de reducción resul
tan en una disminución documentada de la función del mismo.
Cabe resaltar que las lesiones que afectan al radio distal pueden
afectar a la función ligamentosa en el mismo carpo. Varios estudios
se han centrado en la extensión de las fuerzas responsables de lesio
nes distales del radio y proyectadas a los tejidos ligamentosos car
pianos (96, 153, 166). De hecho, más del 70% de las fracturas
distales del radio que afectan a la apófisis estiloide presentan una
propagación de la energía y lesión secundaria de los ligamentos
escafosemilunares e interóseos. Muchas de estas lesiones pueden
ser desgarros completos que inicialmente fueron desapercibidos o
pasados por alto, secundarias al grado de lesión que afecta al pro
Figura 20-3. Zonas anatóm icas involucradas en una fractura esti- pio radio distal.
loidea de radio. La zona I puede resultar estable sin lesiones de los Por tanto, lo que se ha hecho evidente tras estos 20 años es que
ligam entos del carpo. La zona II deberá ser cuidadosam ente eva más allá del hecho de servir como una superficie articular para el
luada en cuanto al daño ligam entoso y la estabilidad según la con
escafoides y el lunar, el radio distal es el lugar de origen de liga
gruencia articular. La zona III es probable que resulte en daño de
los ligam entos carpianos además de resultar en incongruencia. mentos para el carpo y la articulación radiocubiral distal (ARCD).
(M o d ifica d o de Blair WF. Técnicas en la m ano qu irú rg ica . Los cambios en longitud, angulación, alineamiento de superficies
Philadelphia: W illiam & W ilkins, 1996.) y/o extensión de la lesión desde el radio distal hasta las cstructu-
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 819
Figura 20-4. Estado de un hom bre adulto tras un accidente agrario que resultó en am putación com
pleta de ambas extrem idades superiores y la casi am putación de la pierna derecha. Se m uestran las
radiografías así com o la fijación posreím plante de la extrem idad superior derecha (A, B). C, D:
Radiografía inicial y posrevascularizacíón y estabilización mediante fijación. E, F: Fijación de retraso
de la unión de la extrem idad superior izquierda mediante fijación interna del radio distal y estabiliza
ción de la ARCD sintom ática.
820 Sección II: Extremidad superior
Posición neutra
25° flexión
45° flexión
30° flexión
Figura 20-5. Gelberman y cois, dem ostraron que los cam bios posicionales de la muñeca en in d ivi
duos sanos resultaban en alteraciones en la presión en el interior del canal carpiano, determ inado
mediante un catéter de W ick conectado a un transductor. Estas presiones pueden elevarse por enci
ma de niveles fisiológicos (30 mm Hg o más con 25° de flexión de la muñeca o 30° de extensión de la
misma). Obviam ente , estas posiciones podrían com prom eter la función del nervio si se m antuvieran
de esta form a inm ovilizadas tras la lesión. (Con perm iso de Gelberman RH, Szabo RM, Martensen
WW. Presiones en el túnel carpiano y posición de la muñeca en pacientes con fracturas de Colles. J
Trauma 1984; 247 (7): 747-749.)
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 82 1
Tabla 20-1. EFECTO DE VARIOS CAMBIOS EN LA POSICIÓN DEL RADIO DISTAL O EN LA CONGRUENCIA
DE LA SUPERFICIE ARTICULAR EN MOVIMIENTO Y REGULARIDAD DE LA ARTICULACIÓN
Cambio Irregularidad Pérdida de Pérdida de Pérdida de la
del radio a rticu la r flexión/extensión pronación/supinación desviación radiocubital
Disminución de la longitud No No No Sí
de la cara lateral
Disminución de la longitud Si / ARCD +/- Sí Sí
de la cara medial
Inclinación dorsal S i/A R C D +/- Sí +/-
Inclinación volar S í/A R C D +/- Sí +/-
Fractura articular3 ARCD y ARD +/- +/- +/-
ras contiguas pueden resultar en alteraciones del movimiento al te los datos proporcionados por la TC puede incluso tener un
nivel de la articulación radiocarpiana y ARCD. La labia 20-1 papel en la corrección de la consolidación defectuosa (25, 27). Sin
resume los efectos de la posición de la fractura en cuanto a la fun embargo, la modalidad nueva más útil en nuestras manos ha sido
ción inmediata y a largo plazo del radio distal. Estos trastornos de la fluoroscopia a bajas dosis (16, 137). Este método permite una
la función, añadidos a algún tipo de dolor residual, son las causas valoración a tiempo real de la estabilidad de la ARCD así como
de la mayoría de resultados no satisfactorios. de la escafoideosemilunar, y permite la visión lateral de la fosa
(101). Tal y como se ve en la figura 20-6 esta proyección puede
visualizar mejor la superficie articular de la fosa lunar y, median
E x a m e n r a d io ló g ic o / m é to d o s d e e v a lu a c ió n te una rotación diferente, la fosa cscafoidea. Esta proyección es
I.a resonancia magnética (RM), la tomografía computarizada actualmente uno de nuestros métodos rutinarios de valoración en
(TC), la fluoroscopia, la gammagrafía ósea y las radiografías sim el tratamiento de las fracturas de radio.
ples son todas herramientas útiles a la hora de establecer un plan
de tratamiento o diagnóstico de las fracturas distales de radio (23, M é to d o d e v a lo r a c ió n i n i c i a l d e lo s a u to r e s
31, 64). La reconstrucción tridimensional (3D) del radio median-
En nuestra práctica, el tratamiento de todos los pacientes con
fracturas distales del radio requiere la siguiente evaluación:
1. Condición de la piel en el área lesionada.
2. Condición de la función de los nervios tendinosos y el flujo
vascular.
3. Revisión de las radiografías laterales y posteroanteriores (PA)
sin yeso u otra materia interferente.
4. Revisión de las radiografías tras reducción y tracción, que
deberían incluir proyecciones PA, laterales y de la fosa lateral.
5. Condición de la función tendinosa y nerviosa tras la tracción.
6. Minimización de las obstrucciones al retorno venoso.
fiesto la imposibilidad que presenta una radiografía simple de caracte un ejemplo de reducción incompleta de la superficie articular de frag
rizar de forma completa la congruencia o estabilidad de la articulación, mentos hundidos tras sólo fijación externa. Bartosh y Saldana (20)
tiste ejemplo no sólo pone de manifiesto el peligro de las fracturas esti- describieron de forma experimental los límites de la fijación externa
loideas de radio, sino que también pone de relieve la necesidad de como se demuestra en el caso anterior. Atribuyeron estos límites a la
otros métodos de visualización (artroscópicos, radiográficos) de super mínima o inexistente unión a los ligamentos de muchos de los frag
ficies articulares desplazadas, l a Figura 20-7 muestra las radiografías mentos importantes (Fig. 20-9B). Reconocer los límites de la fijación
de una rotura escafoideosemilunar no detectada mediante estudio externa es tan importante como el conocimiento de sus ventajas.
radiográfico inadecuado, l a Figura 20-8 es un ejemplo de inestabili En aquellos pacientes que presenten una mano rígida y dolo-
dad de la ARCD que había pasado desapercibida. La Figura 20-9 es rosa tras haber iniciado el tratamiento de la fractura deberá sos-
Figura 20-7. A l: Radiografía posteroanterior (PA) de un estudiante universitario de 22 años de edad que
acudió para recibir tratam iento de una muñeca dolorosa tras fijación interna de una fractura estiloidea
de radio. A2: Se pone de m anifiesto una inestabilidad carpiana (inestabilidad segm ental volar) ju nto a
una unión defectuosa leve del radio distal tras la fijación anterior de la lesión del estiloide radial. A3: La
confirm ación de la inestabilidad carpiana queda dem ostrada entre el lunar y el piram idal. A4: La apa
riencia con cam bios degenerativos de la articulación proxim al del radio se pone de m anifiesto tras tres
meses de la fijación inicial. Este caso llama la atención por la elevada frecuencia de lesiones de los liga
m entos intercarpianos en asociación a las fracturas estiloideas del radio, independientem ente de si la
reducción inicial de la fractura estiloidea fue o no satisfactoria. (La figura continúa.)
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 823
Figura 20-8. A: Radiografías AP y lateral de un individu o de 20 años de edad tras una fijación externa de una fractura extraarticular en la
que había pasado desapercibida una fractura cubital dorsal al traum atólogo inicial. La radiografía lateral muestra una subluxación de la cabe
za cubital que era evidente durante el examen clínico debido a la incapacidad a la supinación del antebrazo izquierdo estabilizado. B:
Radiografía AP de un fija do r aplicado al codo derecho sum am ente inestable tras una dislocación posfractura de la extrem idad superior con
tralateral (m ism o m ecanismo de lesión) en el m ism o paciente. Se hace evidente la necesidad de una m ovilidad casi norm al de la extrem i
dad superior izquierda. (La figura continúa.)
Capitulo 20: Fracturas distales del radio 825
pecharse el desarrollo de una distrofia refleja (201, 230, 231). F.n recomendación al profesional preocupado por estas fracturas es
esta situación, recomendamos una estabilización que permita la evitar aquellos tratamientos que no restauren la rotación libre e
movilización de todas las articulaciones, la descompresión de los indolora del antebrazo y el movimiento digital casi inmediata.
nervios comprimidos, el control del edema, manejo del dolor El traumatólogo debe ser consciente de los peligros de la radia
mediante técnicas avanzadas y tratamiento intensivo. ción mediante el uso de la fluoroscopia. Fuchs y cois. (89) estu
Los anteriores no son los únicos incidentes desfavorables tras diaron el riesgo relativo del personal quirúrgico. Aunque el riesgo
una fractura distal del radio. Sin embargo, representan aquellas individual es bajo, el riesgo acumulativo puede ser importante si
complicaciones que vemos con más frecuencia. Quizás, la mejor se utiliza una técnica insuficiente.
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 82 7
Existen en la bibliografía numerosos métodos de valoración referencia a aquellas que involucran no sólo la articulación sino la
radiológica. Con el fin de facilitar los informes, Kreder y cois. metáfisis y/o diáfisis. Esta estrategia de clasificación presenta por
(155) recomiendan la estandarización de medidas que incluyan tanto tres clases de fracturas: OTA A, OTA B y OTA C
las destacadas en la Fig. 20-10.
M o d e lo d e c la s if ic a c ió n f u n c io n a l
CLASIFICACIÓN
La presencia o ausencia de una línea de fractura no es por sí
misma suficiente para determinar cualquier método específico de
Las fracturas distales del radio fueron originariamente descritas
tratamiento. Otros factores que deben entrar en consideración
por los traumatólogos que las informaron (Fig. 20-1). Sin embar
incluyen la edad del paciente y sus necesidades, el grado de frag
go, esto presentó algunas dificultades, en cuanto a que el propio
mentación en el lugar de fractura, la condición de la piel y tejidos
traumatólogo carecía de radiografías disponibles en el momento
blandos, la «sensación» de estabilidad tras una cuidadosa reduc
en que hacía la descripción de estas fracturas. Los diseños de las
ción cerrada, y la estabilidad de la fractura a los 3 y 10 días de la
nuevas clasificaciones se han desarrollado a partir de la apariencia
reducción inicial y colocación del molde de yeso Una fractura
de las radiografías iniciales (87, 180, 186, 186A). Factores como
conminuta desplazada de tipo 20 (tras manipulación) puede ser
la presencia o ausencia de fractura estiloidea de cubito han sido
suficientemente extensa, alineada y congruente en sus superficies
utilizados para modificar el diseño de las clasificaciones. Algunas
para lograr un resultado último aceptable tras su curación en un
de las clasificaciones de fracturas, como la de Frykman y cois.
paciente, mientras que la misma radiografía en otro paciente con
(87), se han basado en datos de laboratorio para definir subtipos
duciría a un resultado inadmisible. Un punto clave en cuanto a la
en la clasificación. Sin embargo, si comparamos enrre la inter
determinación de si la posición es satisfactoria es conocer la esta
pretación de una radiografía por un método y la misma radiogra
bilidad de la ARCD, así como la ausencia de dolor y la rotación
fía interpretada por otro, el asunto sigue siendo problemático (8,
útil que puede esperarse del antebrazo. Además, la misma apa
83, 134, 135, 154). Algunas de las clasificaciones de fracturas más
riencia radiológica en un paciente puede resultar estable en los
frecuentemente utilizadas presentan implicaciones de cara al tra
primeros 3 a 10 días tras su manipulación, mientras que en un
tamiento. Por tanto, tales clasificaciones de las fracturas no han
segundo paciente pudiera ser totalmente inestable tras su reduc
ganado popularidad en cuanto a ayudar a establecer un plan de
ción (65, 174, 175). Por lo tanto, el médico debe valorar una
tratamiento, técnicas o comparación de resultados.
variedad de factores cuando intenta establecer si una determinada
La Asociación para el Estudio de la Fijación Interna (ASIF) es
posición será aceptable una vez curada la fractura así como si la
reconocida por diseñar un sistema de clasificación para la mayo
posición de la misma podrá o no mantenerse (5, 164).
ría de las fracturas (180). Las fracturas distales del radio fueron
Los problemas funcionales pueden dividirse en aquellos que
inicialmente diferenciadas mediante la utilización de un sistema
afectan de forma directa a la capacidad funcional del paciente tras
que dividía a las fracturas en tres tipos básicos: (a) aquellas que se
la intervención quirúrgica o tras la consolidación, y aquellos que
producían fuera de la articulación, (b) aquellas que se producían
están en función de la habilidad del traumatólogo de mantener la
en los márgenes de la articulación y (c) las que se daban tanto
reducción deseada. La Figura 20-10 nos muestra un mecanismo
dentro como fuera de las superficies articulares. De esta manera se
para la valoración radiológica de cualquier fractura distal del radio
concentró la atención hacia los márgenes que delimitan la fractu
así como de la eficacia de la reducción inicial en cuanto al plan
ra y la superficie articular tras la reducción de la misma.
terapéutico subsiguiente.
Empezando con K nirkyjupiter (151), la mayor importancia resi
día en la necesidad de reducir de forma correcta las superficies M o d if ic a d o r e s d e la c la s if ic a c ió n
fracturadas del radio distal entre 1 ó 2 mm de su alineamiento ori
Calidad ósea
ginal. Aunque esta preocupación ha seguido siendo un asunto de
importancia con respecto al cuidado de las fracturas distales del Uno de los hallazgos más frecuentes en estas fracturas es una redu
radio, creemos que al final quedará demostrado que el resultado cida cualidad/densidad ósea (197). Es también cierto que un
estará más en relación a la rotación del antebrazo, que está afecta número de fracturas se producen en pacientes con una densidad
do en la ARCD, que en la restauración de un movimiento carpo- ósea normal. Sin embargo, la frecuencia de estas fracturas en
rradial completo y normal o en el alineamiento anatómico de las adultos mayores está como mínimo parcialmente relacionada a
superficies fracturadas (121, 122, 169, 201, 202). una disminución de la densidad ósea (69, 79, 115). l a osteopenia
La Asociación de Traumatólogos (OTA) ha realizado una clasi aumenta la dificultad del mantenimiento de la reducción y/o fija
ficación de fracturas (Fig. 20-11) que intenta utilizar las partes más ción (184). La necesidad de modificar los métodos de fijación en
fiables de la conocida clasificación AO/ASIF (186a). Las clasifica adultos mayores en función de la densidad ósea es planteable,
ciones de AO y ASIF han sido evaluadas en cuanto a confianza aunque no existe ningún método que de forma firme sea capaz de
intra e interobservador. Se determinó que los aspectos más fiables predecir la capacidad de un hueso fracturado de sostener la fija
de estas clasificaciones eran la demarcación de las fracturas en ción (106, 121, 170). La Figura 20-12 es un ejemplo de fallo en
aquellas que ocurrían en el margen articular, las que se daban fuera la fijación en un paciente cuya densidad ósea está disminuida por
de la articulación y las que afectaban a la parte interna y externa de la toma de prednisona y por la edad. En este caso, a pesar de una
la articulación. Estas fueron comúnmente referidas como de tipo reducción inicial no satisfactoria (Fig. 20-12A,B), la sujeción
B, tipo A y tipo C. En la clasificación de OTA, los grandes grupos mediante tornillo o el mismo hueso no fueron suficientes para
originales de la clasificación AO permanecen sin alterar. El tipo A aguantar la placa durante la consolidación (Fig. 20-12C). Un
continúa refiriéndose a aquellas fracturas que son fundamental punto débil de los actuales métodos de fijación interna es la
mente extraarticulares, y las de tipo B a las que son marginal o par ausencia de mecanismos de medición disponibles intraoperatoria-
cialmente articulares, mientras que las fracturas de tipo C hacen menre capaces de valorar la cualidad de la fijación del tornillo.
828 Sección //: Extremidad superior
Grupos:
A 1. Fractura extraa rticular cubital, B 1 . Radial articular parcial, C 1. Radial articu la r com pleta, articular
radio intacto (23-A1) sagital (23-B1) sim ple y m etáfisis (23-C1)
2. Fractura extraa rticular radial, 2. Radial articu la r parcial, 2. Radial articular com pleta
cub ito intacto (23-A2) borde dorsal (Barton) (23-B2) sim ple, m ultifra gm e ntació n
m etafisaria (23-C2)
3. Fractura radial extraarticular 3. Radial articular parcial 3. Radial articular com pleta,
m ultifra gm e ntada (23-A3) borde volar (Barton inverso, m ultifra gm e ntació n
Goyrand S m ith II) (23-B3) (23-C3)
Figura 20-11. La Asociación de Traum atólogos (OTA) ha am pliado la clasificación original establecida
por la Asociación para el Estudio de la Fijación Interna (ASIF). La clasificación identifica fracturas
extraarticulares, articulares m arginales y articulares. Las subclasificaciones de estos tipos pueden
encontrarse en el m anual de clasificación de fracturas de la OTA. En conjunto, 27 subtipos de fractu
ras distales del radio han sido descritas por la OTA (M odificación del Comité de la Asociación de
Traum atólogos para la Codificación y Clasificación. Com pendio de fracturas y luxaciones. J Orthop
Trauma 1996; 10: 26-30.)
Capitulo 20: Fracturas distales del radio 829
Lesiones óseas asociadas descritas (111, 210, 214). La Figura 20-13 describe el tratamien
to de una de estas fracturas combinadas. En este caso, se alcanzó
La lesión ósea contigua a la fractura distal del radio se produce una estabilidad de la fijación suficiente como para permitir una
con una frecuencia suficiente como para necesitar separar el exa amplitud suave de movimiento.
men clínico y ocasionalmente el radiológico del hombro, codo, Las fracturas estiloideas del radio son quizás las más controver
antebrazo y mano (70, 113). Las fracturas de escafoides que tidas en cuanto al tratamiento de las lesiones óseas asociadas (122,
requieran reducción abierta y fijación interna (ORIF), han sido ya 187, 215). El estiloide es el punto de origen de las estructuras liga-
Figura 20-12. A: Estado de la m ano derecha de una m ujer premenopáusica diestra tras una fractura
extraarticular con consolidación defectuosa sintom ática. B: La paciente fue som etida a osteotomía
correctora mediante la utilización de una placa de fijación dorsal. (La figura continúa.)
830 Sección II: Extremidad superior
Figura 20-12. (Continuación) C: Aunque la fijación de la placa durante la cirugía fue considerada un
éxito en cuanto a la tensión de los tornillo s, puede apreciarse que la placa se desprende del hueso
proxim alm ente, resultando en acortam iento de la corrección de la consolidación defectuosa. Esto
representa un fallo en la interfaz entre hueso y tornillo .
Figura 20-13. Proyecciones AP (A) y lateral (B) del estado del paciente tras la fijación interna a conse
cuencia de una fractura inestable C2 del radio distal asociada a fractura inestable de la cintura del
escafoides y a una fractura-luxación inestable del segundo carpom etacarpiano (CMC). La fijación com
binada de todas las lesiones perm itieron una rehabilitación rápida de la ARCD así com o el control del
edema y el inicio del m ovim iento activo del pulgar a través de la articulación m etacarpofalángica dis
tal del meñique.
Capitulo 20: Fracturas distales del radio 831
mentosas del CFCT. La Figura 20-14 nos muestra la relación de antebrazo y de los dedos debería iniciarse inmediatamente tras la
estos ligamentos con el estiloide cubital. No existen protocolos recuperación de la fractura; asimismo, debería hacerse todo lo
ampliamente aceptados en cuanto a la fijación del estiloide cubi posible para prevenir la aparición de edema.
tal. No se han comunicado casos de incapacidad progresiva que Las fracturas distales del radio se producen también conjunta
no puedan ser reparados como resultado de un fallo de la fijación mente con politraumatismos, incluyendo quemaduras y trauma
original de una fractura estiloidea cubital (176). En nuestra clíni tismos craneales. Estas circunstancias requieren de una conside
ca no realizamos reducción de la fractura estiloidea cubital a ración especial. Como ha sido expuesto en algún punto de este
menos que exista inestabilidad palpable de la ARCD. En nuestra capítulo, ninguna montura de fijación disponible es capaz de
experiencia esta situación sólo ocurre cuando existe una fractura permitir un uso inmediato sin restricciones tras la corrección de la
completa de la estiloide cubital. Si se precisa estabilización, ORIF fractura. Sin embargo, las construcciones más rígidas permiten
y la escisión con reparación directa son ambos tratamientos razo un uso ligero, incluyendo las muletas o el caminador.
nables, sin que existan datos estadísticamente significativos como
para recomendar uno en lugar de otro.
ANATOMÍA QUIRÚRGICA Y APLICADA
Las fracturas de la mano, cabeza cubital y las fracturas diafisa-
rias y las humerales son conocidas por producirse en conjunción
El radio distal se articula con la cabeza cubital así como con el
con las fracturas distales del radio. F.l tratamiento de estas fractu
carpo. El radio distal sirve de punto de contacto directo del cartí
ras debería seguir protocolos establecidos con la inclusión de estos
lago y origen del ligamento. La longitud y forma del radio distal
dos consejos: siempre y cuando sea posible, el movimiento del
afectan a su capacidad de guiar la rotación del antebrazo así como
de proveer una base a la flexión y extensión del carpo, la desvia
ción hacia los aspectos laterales del cubito y radio y una leve ro
tación (Fig. 20-15). Los trastornos de la superficie articular son
conocidos por aumentar la probabilidad de desgaste del cartílago
articular (17). Igualmente importante son los trastornos de la ana
tomía que se producen como consecuencia de un cambio en la
rotación y/o longitud del radio distal en relación al cubito (33,
147, 150). La Figura 20-16 muestra los cambios en el anclado
articular de la ARCD que se producen como consecuencia de un
cambio en la angulación o en la longitud tras la consolidación de
la fractura.
En cuanto a su relación con la ARCD, el radio distal rota sobre
la cabeza cubital. Este movimiento está guiado por estructuras
ligamentosas proximales que se extienden desde la parte distal del
radio hasta la apófisis estiloide cubital y la cabeza cubital proximal.
Las lesiones que afectan al radio distal pueden afectar al soporte
ligamentoso del estiloide cubital, CFCT, así como también a la
anatomía de la fosa sigmoidea, que se articula con la cabeza cubi
tal (95). Por tanto, y de forma completamente independiente a
cualquier lesión directa de la cabeza cubital, las lesiones del radio
distal pueden alterar la rotación del antebrazo (33, 208).
La localización de los tendones, nervios, vasos, arrugas dérmi
cas, huesos y articulaciones es una importante consideración que
se debe tener en cuenta en la planificación de tratamientos qui
rúrgicos y no quirúrgicos de las fracturas distales del radio. De
forma clara, la finalidad del tratamiento debería ser reducir al
mínimo la interferencia con las funciones propias de estas estruc
turas. Lo que puede no ser tan evidente es que cambios sutiles
pueden dar lugar a resultados fisiológicos negativos.
la s vías de acceso percutáneas, abiertas limitadas, abiertas dor
Figura 20-14. El fallo del soporte del tejido blando a lo largo de la
sales y abiertas volares son utilizadas en el tratamiento de las frac
colum na cubital del radio puede in cluir la estiloides cubital, el turas distales del radio. Un principio unificador de todos estos
com plejo fibrocartilaginoso triangular, la vaina del extensor car- abordajes es evitar la compresión de nervios, tendones y/o vasos
pocubital y el soporte de los ligam entos sem ilunarpiram idales. sanguíneos. Algunos anatomistas quirúrgicos han propuesto pla
Los patrones de fallo son particularm ente im portantes en pacien
nos interneurales para el antebrazo (119, 123). La ampliación de
tes con lesiones estiloideas transradiales, trasnsescafoideas y peri-
lunares con o sin lesión estiloidea evidente. La necesidad del tra estos abordajes más proximales pueden utilizarse para exponer la
tam iento de estas lesiones asociadas deberá ser valorada de muñeca/radio distal. Sin embargo, ninguno de estos abordajes
form a adicional. La artroscopia puede ser particularm ente intere puede visualizar todos los fragmentos fracturados para su estabiliza
sante durante la cirugía, así com o la exploración preoperatoria de ción. Por tanto, en aquellas fracturas complejas en las que las téc
la colum na cubital de la muñeca y la valoración tras la estabiliza
ción de la DRUJ. (M odificado de Melone CP, Nathan R. Rotura tra u
nicas indirectas de reducción no son útiles, el médico debería pla
mática del com plejo fibrocartilaginoso triangular. Anatom ía pato near la utilización de más de una incisión. En esta situación, debe
lógica. Clin. O rthop 1992; 275: 65-73.) tenerse un cuidado especial en asegurar la viabilidad de la piel entre
832 Sección II: Extremidad superior
F r a c tu r a
Frykman (87) fue de los primeros en examinar los patrones de frac
tura tras una carga específica del radio distal. No sólo determinó las
fuerzas necesarias para fracturar el radio distal, sino que observó
diferentes patrones de fracturas dependiendo de la posición y de la
fuerza aplicada. En su experimento, las fracturas podían clasificarse
según ocho patrones diferentes. Fue el primer autor en separar las
fracturas en subtipos intra o yuxtaarticulares y en reconocer que
Figura 20-16. El hundim iento del radio distal cambia la angulación cualquiera de estos patrones podían o no concurrir con una fractu
con respecto a la cabeza cubital. Ello resultará en dos superficies ra del estiloide radial. Un punto débil de su trabajo fue su incapa
norm alm ente congruentes que llegarán a ser cada vez más incon cidad para describir o clasificar la estabilidad de la fractura basán
gruentes, a pesar de la no existencia de una fractura de la superfi dose en la presencia o ausencia de desplazamiento y/o conminuta-
cie articular. Por últim o, esto puede resultar en una articulación
que no podrá rotar secundariam ente a una luxación relativa del
ción. Mucho más recientemente se completó un cuidadoso estudio
radio en relación a la cabeza cubital. en el que se examinaba la posición del brazo del paciente que Sería
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 833
A *
Rama dorsal
del nervio cubital
Figura 20-17. A: Las rutas entre el prim er y segundo com p arti Nervio radial
m ento dorsal y el cuarto y quinto com partim ento dorsal u tili superficial
zado por Clancey cuando llevó a cabo la estabilización de una
fractura extraarticular radial distal mediante el bloqueo de la
misma con aguja. B: El acceso lim itado abierto para la aplica
Nervio posterior
ción de aguja com o fijación externa en el tratam iento de las
Incisión interóseo
fracturas distales del radio mediante la utilización de un fija do r
externo. Es im portante encontrar el centro del radio proxim al
a la fractura y el centro del m etacarpiano en la base de la mano
(segundo metacarpiano). Además, se destaca la proxim idad de
los tendones y, de form a particular, el nervio sensorial del
radio a los lugares norm ales de colocación de las agujas. El
acceso lim itado abierto perm ite la protección de estas im p o r
tantes estructuras y la centralización de la localización de las
agujas: C: Acceso dorsal al radio dlstal, que utiliza el espacio
entre el nervio sensorial radial y el nervio sensorial cubital.
Este acceso perm ite una clara visualización de la superficie
articular y de los fragm entos fracturados. (La figura continúa.)
Abordaje quirúrgico:
tu ga r de la aguja distal
Incisión de la piel
Figura 20-17. (Continuación) D: Una form a de abordar la división del extensor retinaculum entre los com partim entos 3 y 4 y entonces reti
rarlo con cuidado de la fractura para pe rm itir una reparación directa de la misma. Se puede apreciar una abertura longitudinal de la cáp
sula radiocarpiana. E: Un m étodo alternativo descrito por Weil, Ruby y cois., respecto a la posibilidad de realizar osteotomía sobre el tubércu
lo de Lister para la corrección de la consolidación defectuosa y ocasionalm ente en fracturas agudas, que crea una envoltura más gruesa de
tejido blando para su colocación directa sobre los diversos m étodos de reducción con placa fijación/aguja fijación/interna. F: Nuestro sis
tema de abordaje del radio volar, que utiliza el espacio sensorial entre la rama del cutáneo palm ar del nervio mediano y el radial senso
rial/ramas cutáneas del nervio antebraquial lateral. La arteria radial se desplaza radialm ente, m ientras que el flexo r radial del carpo puede
desplazarse en dirección al cúbito. Esto perm ite una exposición clara del margen volar del radio distal. Sin embargo, la utilización de este
m étodo no es posible para la visualización de la articulación radiocarpiana. (A con perm iso de Clancey GJ. Fijación percutánea de la frac
tura de Colles mediante aguja de Kirschner. J Bone J o in t Surg 1984; 66 (7); B con perm iso de Seitz WH, Putnam MD, Dick HM. Abordaje
abierto lim itado para la fijación externa de las fracturas distales del radio. J Hand Surg 1990; 15 (1); 288-293.
necesaria para producir la suficiente fuerza como para fracturar la una alta probabilidad de resultar en lesiones que se extiendan más
parte distal del radio en una persona normal (44). Sorprendente allá del propio hueso hasta los tejidos blandos circundantes y/o otras
mente, el paciente tan sólo necesitaba caer de una altura de 60 cm articulaciones. Por lo tanto, la lesión pasa a estar en relación a la
para generar una fuerza suficiente para lograr tal fractura, asumien fuerza aplicada frente a la fuerza real del radio distal frente a la capa
do una ausencia de absorción de la carga por estructuras contiguas cidad de otras estructuras de absorber la carga, lo cual determinará
(mano, codo) o del hombro ipsilateral. Con estos hechos en mente, si el radio distal se fracturará, así como la severidad de la misma y si
es evidente que muchos pacientes están expuestos a cargas suficien se extiende más allá del radio distal hasta las estructuras ligamento
tes para fracturar el radio distal y que sencillamente no ocurre por la sas contiguas y/o estructuras óseas.
habilidad de proteger el brazo en extensión máxima mediante el uso
de otras extremidades y del hombro ipsilateral. Por los datos dispo
I m p la n te s
nibles, resulta evidente que los accidentes con alta carga energética,
tal y como los que se producen con motos, bicicletas, patines, esca El soporte del radio distal tras la lesión es el objetivo principal de
leras, caídas desde tejados y otros mecanismos similares, presentan cualquier estructura de fijación interna o externa. Tanto el enyesa
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 835
Tabla 20-2. INTERFACES QUE HAY QUE CONSIDERAR EN LA EVALUACIÓN DE LOS DIFERENTES MÉTODOS
DE FIJACIÓN
Fijación Fijación con
Molde Aguja Aguja + molde externa placa
Tornillo-hueso No No No Sí Sís
Tornillo-placa o aguja-hueso No Sí Sí Sí Si6
o dos agujas
Placa o molde/fljaclón con barra No No Sí Sí Sí
Un asunco más complicado referente a la biomecánica es si el torio, la mejor oportunidad de controlar el dolor será durante las
tratamiento de una fractura específica es capaz de poder conducir primeras 12 a 48 horas tras la reducción. El paciente probable
a una removilización del antebrazo, ARCO y de la articulación mente se beneficiará de una movilización precoz de las articula
carporradial. Esto dependerá del tipo de fijación que se utilice, así ciones contiguas, lo cual estará facilitado si se controla el dolor
como al grado de estabilización que se logre mediante la cons (177). El médico deberá emplear suficiente medicación para per
trucción de tal fijación. mitir este programa de movilización precoz y evitar así el ciclo de
Como mínimo un estudio ha examinado las fuerzas que esta dolor asociado a pérdida de la movilidad, edema y dosis insufi
rían involucradas en la utilización de la musculatura extrínseca cientes de analgesia (61, 1221).
para aquellas actividades que afecten a la sujeción o capacidad de
agarrar (193A). La Figura 20-20A muestra las fuerzas que se dan Y eso
en la metáfisis distal del radio mediante el uso de un modelo
La aplicación de vendajes enyesados para facilitar la consolidación
extrínseco de agarre (Fig. 20-20B). Las mismas fuerzas fueron
de la fractura sigue siendo con toda probabilidad el método más
extrapoladas y pusieron en evidencia que excedían la resistencia de
empleado de tratar las fracturas distales del radio. Este método
la construcción de muchos de los aparatos de fijación. Por tanto,
ofrece las ventajas de su simplicidad, bajo coste y una amplia dis
el traumatólogo y el equipo de rehabilitación deberán ser cuida
ponibilidad de los materiales y métodos necesarios para su aplica
dosos en cuanto a rciniciar el movimiento de los dedos. Es impor
ción. Precisamente poique este método está tan ampliamente
tante resaltar que con la mayoría de los aparatos de fijación el
extendido, un pequeño porcentaje de estudios en la bibliografía
paciente no debería aplicar fuerza al agarrar hasta que la fractura
reciente se han centrado en los pasos y probabilidades de la apli
esté consolidada mediante técnicas clínicas y/o radiológicas.
cación con éxito de este método (120, 144). Por lo menos cuatro
puntos merecen ser considerados para que la aplicación de este
ALTERNATIVAS AL TRATAMIENTO método garantice tal éxito:
Primero, como fue resaltado por Sarmiento y cois. (201, 202)
Existe una ausencia de datos clínicos en cuanto a las indicaciones y otros (178), la supinación desempeña un papel prioritario en
relativas de los diferentes métodos de tratamiento. Hasta la fecha, cuanto a recobrar la funcionalidad tras la fractura. La Figura 20-
no se ha publicado un estudio asignado al azar respecto a méto 21A-C muestra la aplicación de un molde de yeso largo para
dos de fijación y resultados para determinados tipos de fractura reforzar la supinación tras la reducción de una fractura distal del
distal del radio. Tal y como se ha descrito anteriormente, una difi radio mínimamente conminutada. En este caso el armazón ofrece
cultad añadida es la ausencia de unanimidad en cuanto a una cla las siguientes ventajas: mediante la inmovilización del codo, la
sificación universal reproducible (138, 154). Este problema, en acción del braquiorradial quedará probablemente reducida, y por
combinación con resultados de dudosa validez, hace imposible el tanto disminuirán también aquellas fuerzas que actúen en los
poder recomendar de forma clara un tratamiento sobre otro. fragmentos distales fracturados; al colocar el brazo en supinación,
Entendemos que la reducción deber realizarse y mantenerse para el pronador cuadrado estará en plena extensión y la ARCO estará
cualquier paciente cuya rotación del antebrazo quede comprome en posición estable, por lo que se facilitará el restablecimiento de
tida por una consolidación de la fractura en la posición de presen la supinación; y el armazón podrá moldearse para mantener el ali
tación en el momento del diagnóstico. Además, el traumatólogo neamiento longitudinal de la muñeca, ayudando al manteni
debería emplear el tipo de soporte más estable para la fractura e miento de la reducción.
iniciar la rehabilitación lo antes posible. Aquellas fracturas que Segundo, aunque el tratamiento mediante yeso aporta soporte,
están desplazadas dentro de la misma articulación y/o que afecten no mantendrá completamente la reducción (174, 175). Esto es,
al carpo deberían ser tratadas de forma prioritaria cuando sea una reducción correcta tiene más probabilidades de reangulación
posible. Por ello utilizamos tres principios para guiar el trata o desplazamiento cuando se utiliza el yeso como único soporte.
miento: (a) reducir cualquier fractura que pudiera limitar la rota Tercero, la re-reducción de las fracturas distales del radio es una
ción del antebrazo si curase en la posición presente; (b) reducir práctica de dudoso beneficio (174, 175) y el apoyo a la práctica
aquellas fracturas que presenten incongruencias articulares fun de esta técnica existe con probabilidad en toda comunidad médi
cionales; y (c) estabilizar, si es posible, cualquier fractura operada ca. Sin embargo, su utilidad deberá evaluarse en función de los
para permitir de forma inmediata un grado de rotación suficiente riesgos que implica en aras de obtener una re-reducción.
del antebrazo y del movimiento radiocarpiano tan pronto como Cuarto, el yeso no deberá impedir la función de las articula
sea posible (143, 164, 193). ciones contiguas. Un tratamiento postoperatorio insuficiente
puede tener tantos efectos contraproducentes en varias estructu
ras anatómicas como el propio tratamiento operatorio (Figura
A n e s te s ia y c o n t r o l d e l d o lo r
20-21D-F). Por lo tanto, creemos que el tratamiento mediante
La anestesia es necesaria para reducir una fractura. Tanto el blo soporte de yeso sigue siendo una parte importante del trata
queo de Bier, como el bloqueo del hematoma de la fractura y la miento para un elevado número de fracturas distales del radio.
anestesia general son todos métodos razonables a considerar para Las fracturas que mejor pueden ser tratadas mediante el soporte
el tratamiento de una urgencia o emergencia (91, 105). La utiliza de yeso pueden probablemente ser determinadas en la evaluación
ción de anestesia regional proximal (bloqueo axilar) puede ser inicial. Srroffelen y Broos (212) han propuesto el tratamiento de
problemático en el paciente ambulatorio debido a las dificultades aquellas fracturas con mínimo desplazamiento mediante el uso
asociadas a la absorción venosa desapercibida de agentes anestési de un soporte enyesado durante un corto período de tiempo
cos periféricos. A excepción de la necesidad obvia de aliviar el seguido de la aplicación precoz de una férula. Un ejemplo que
dolor y permitir la relajación muscular durante cualquier intento ilustra este caso queda reflejado en la Figura 20-21G. Estas frac
de reducción, ya se trate de un paciente hospitalizado o ambula turas, que a pesar de un desplazamiento angular inicial o de tras-
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 837
600
500 p = 0,024
400
300
200
800-
I I I
400-
300-
200 -
o Ensayo 1A
■ Ensayo 1B
_ 200 * Ensayo 2
10 a
c o Ensayo 4A
0
1 150 * Ensayo 4B
□ « o Ensayo 5A
o J * O *
Bcz * Ensayo 5B
t— 100
~o3
* 1 A.°* s*:+V T a Ensayo 6A
-u * Ensayo 6B
v Ensayo 7A
50
* ▼ Ensayo 7B
* + Ensayo 8A
vv
x Ensayo 8B
Figura 20-21. (Continuación) E: Un m olde ideal está especialmente recortado en el aspecto palmar
para pe rm itir una flexión com pleta de los dedos al tiem po que ofrece tres puntos de soporte a la frac
tura. F: Se colocó una férula distal para poder bloquear la función norm al del pulgar así com o para
prevenir cualquier flexión significativa de los dedos. (La figura continúa.)
lación, han mantenido una rotación del antebrazo casi normal, brazo. Tercero, las fracturas tratadas mediante esta técnica
generalmente mantienen una rotación satisfactoria del antebrazo deben tener por lo menos una corteza no conminuta y deben
tras la curación. (Ojo: si el traumatólogo acepta la posición de estar perfectamente reducidas. Una vez la corteza no conminu
una fractura impactada distal del radio que mantiene inicialmen ta está anatómicamente reducida, las agujas pueden actuar de
te la funcionalidad, ésta deberá seguirse de cerca para evitar una forma soporte y las probabilidades de éxito en cuanto al man
embarazosa pérdida de función si evoluciona en forma de hundi tenimiento de una aceptable reducción serán altas. Cuarto, la
miento.) colocación de las agujas para que actúen como soporte debe
rían soportar el hueso conminuto. Frecuentemente, las cortezas
dorsales y radiales están conminutadas. Éstas se pueden soste
F ija c ió n p e r c u t á n e a m e d ia n t e a g u ja ner mediante el uso de agujas en el espacio entre los comparti
La fijación mediante aguja del radio distal ha sido descrita por mentos extensores uno y dos y de forma separada el cuarto y
una gran variedad de autores (46, 112, 196, 213, 216). Ningún quinto. Quinto, el tamaño de las agujas que normalmente uti
estudio ha comparado un método respecto a otro de una forma lizamos (15 mm) y su número (no menor de dos -u n a dorsal y
significativa. Todos los métodos descritos suponen un riesgo para una radial- y no mayor de cuatro) no es tan importante como
el paciente, y ninguno de ellos proporciona un soporte a la frac la protección del nervio sensorial radial, la reducción máxima
tura comparable al obtenido mediante una fijación interna más de la compresión tendinosa y el aporte de un soporte tipo féru
rígida o una fijación externa. Sin embargo y debido a la relativa la durante un mínimo de 4 semanas tras la intervención.
facilidad de la fijación con aguja, la gran disponibilidad de todo
el equipo necesario y la comparativamente más segura estabiliza
A g u ja s y y e s o
ción de fracturas que se vuelven a desplazar cuando se compara al
soporte enyesado, ha hecho que este método siga siendo muy El hecho de añadir agujas para aumentar la fijación del yeso al
popular. hueso no es nuevo. Existen trabajos sobre la eficacia de este méto
La Figura 20-22A muestra un caso tratado mediante el do publicados en la bibliografía durante más de 50 años (37, 48,
método de fijación por aguja descrito por Clancey (46). Este 109). Este método tiene una aplicación universal debido a su
método, igual que otros (Fig. 20-22B), es improbable que man reducido coste y mínimos materiales requeridos. En fecha tan
tenga de forma exacta la reducción quirúrgica (86, 226). Sin reciente como 1995, Hutchinson y cois. (133) documentaron la
embargo, nuestra experiencia es que el método puede proveer utilidad de la técnica. Sin embargo, a pesar de los informes favo
un alineamiento suficiente como para permitir una rotación rables a su empleo en el tratamiento de las fracturas inestables,
estable del antebrazo tras la curación. Cuando se contempla tiene todas las desventajas de la fijación externa (imposibilidad de
este método es útil que nos fijemos en algunos detalles. lograr una reducción directa, inmovilización de la articulación
Primero, hay que colocar la aguja alejada de los nervios sen radiocarpiana y el problema del trayecto de las agujas), sin pre
soriales y tendones, siendo de crítica importancia el cuidado sentar algunas de las ventajas que sí tiene la fijación externa (capa
posquirúrgico de la interfaz aguja-piel si las agujas se han de cidad de ajuste, firmeza conocida y posibilidad de poder ser reu
mantener hasta la curación completa (Fig. 20-18). Segundo, la tilizadas en un determinado paciente). Por tanto, aunque es
fractura siempre debería tener un soporte externo. Nosotros importante reconocer la continua utilidad de esta técnica, cada
preferimos un molde largo con el brazo en supinación durante vez su interés es más histórico a medida que nuevos y más fiables
3 semanas, seguido de una férula de plástico renovable del ante métodos están disponibles de forma universal.
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 841
Figura 20-21. (Continuación) G: Tratamiento de una fractura sim ilar extraarticular en una m ujer octogenaria con objetivos lim itados utilizan
do un soporte de yeso inicial seguido de un soporte de férula a las 3 semanas de la lesión. La m áxima dorsiflexión del paciente puede verse
en (abajo derecha). La paciente ganó una supinación y pronación completas sin dolor y pudo retornar a sus actividades de la vida cotidiana.
842 Sección II: Extremidad superior
Figura 20-22. A: Tratam iento de una fractura extraarticular mediante la utilización de fijación con aguja cruzada tal y com o fue descrita por
Clancey. Aunque puede apreciarse un ligero hundim iento de la fractura (abajo izquierda y derecha), el paciente retuvo toda la supinación y
pronación del antebrazo así com o una flexión palm ar y dorsal funcionales de la articulación radiocarpiana sin quejas de dolor. (La figura
continúa.)
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 843
S t ie n y K a tz , 1 9 7 5 R u sh , 1954
C la n c e y , 1 9 8 4 L u c a s y S a c h t ja n , 19 8 1
M u n s o n y G a in o r , 1981
Figura 20-22. (Continuación) B: Métodos alternativos de fijación m ediante aguja de las fracturas extraarticulares del radio distal.
como los beneficios de una posición neutral o en extensión de la devascularización en el lugar de la misma (Fig. 20-23). Esto es
muñeca (5, 51, 98, 142, 164, 193, 198, 200, 205, 225). Debido particularmente interesante en una fractura abierta en la que la
a que no todos los fragmentos están unidos al carpo mediante irrigación sanguínea de los fragmentos fracturados puede estar
ligamentos, la distracción por sí sola no puede reducir todas las dañada. La estabilidad de la ARCE) fue evaluada durante cirugía
fracturas/fragmentos. y fue adecuada mediante la fijación externa por sí sola. En estos
Bartosh y Saldana (20) estudiaron y describieron este proble casos es factible iniciar una amplia gamma de movimientos del
ma mediante tests en laboratorio. De cualquier manera, la dis antebrazo inmediatamente tras cirugía. Si la estabilidad del ante
tracción y reducción abierta limitada pueden superar esta dificul brazo no se consigue mediante fijación externa sólo, deberán
tad potencial (véase Métodos Combinados, más adelante) (130). tomarse medidas adicionales.
La Figura 20-23 demuestra la aplicación de un fijador externo El momento de la retirada de la fijación es materia de controver
situado lateralmente en una fractura abierta distal del radio con sia y debe ser valorada caso por caso. Creemos que la fijación debe
minuta, desplazada y extraarticular. Estas aplicaciones ofrecen la ría conseguir y mantener una alineación suficiente de la fractura tal
ventaja de estabilización de la fractura sin producir una mayor que pudiera ser retirada a las 6 semanas e iniciar la movilización
Figura 20-23. (Continuación) F: La curación de la fractura se com pletó a las 6 semanas y se perm itió
al paciente empezar a realizar m ovim ientos radiocarpianos al tiem po que se Inició la m ovilización de
la ARCD de form a Inmediata tras la fijación externa. Los resultados finales m uestran una supinación
equivalente así com o una función eficaz de la m ano G.
radiocarpiana. Tanto en nuestra experiencia como en la de otros, el con el extensor carporradial largo. A medida que se realiza la inci
tema de la retirada del fijador a las 4-6 semanas tras su colocación es sión en la fascia que cubre el espacio entre estos dos tendones, el
de gran importancia si lo que se pretende es evitar la rigidez articu tronco del nervio radial sensorial se verá aparecer por debajo del
lar a largo plazo (143, 164, 191, 193). A pesar de los avances en la braquiorradial. Éste podrá ser fácilmente retraído y protegido al
fijación interna, la reducción asistida con distracción, con o sin fija tiempo que se visualizará directamente por debajo una clara zona
ción adicional mediante agujas, mantenida mediante la neutrali que corresponderá a la diáfisis radial. Bajo visión directa, se tala
zación de fuerzas externas por el empleo de tracción, sigue siendo un drarán agujeros en el radio para su relleno subsecuente con una
método de tratamiento ampliamente utilizado y fiable. De hecho, malla de agujas de medio perfil autoterrajantes para fijación
Cooney (53) considera que sigue siendo el tratamiento de elección. externa. De esta forma podrá asegurarse la colocación de las agu
jas en su centro y se evitará con certeza la compresión de nervios
y tendón (Fig. 20-24). La elección del método de fijación externa
Técnica quirúrgica de fijación externa
es muy variable. Sin embargo, es aconsejable elegir un fijador
La fijación externa se aplica de forma más segura mediante un cuyo diseño permita su aplicación tras la inserción de las agujas y
método de abordaje limitado y abierto (206). Se realiza una inci la reducción con el fijador aplicado de forma holgada, así como la
sión dorsorradial de 2,5 cm de longitud en la base del metacar- re-reducción si es necesario, y la elección de uno que sea radio-
piano del índice, protegiendo las ramas sensoriales del nervio transparente.
radial y exponiendo el tubérculo en la base del metacarpiano del Tras revisar la longitud total y el alineamiento mediante el
índice (Fig. 20-17B). Se identificará el espacio libre dorsal entre el intensificador de imágenes, especialmente asegurando que la
primer y el segundo interóseo dorsal y se realizará la incisión alineación durante la rotación sea satisfactoria, se efectuará un ali
mediante bisturí. F.l primer músculo interóseo dorsal se retira, neamiento fino de los fragmentos mediante la inserción percutá-
evitando cuidadosamente cualquier lesión y se expondrá el tu nea de agujas de alambre-T en el lugar de la fractura y nivelar o
bérculo en la base del metacarpiano del índice y la diálisis meta- unir los fragmentos en su correcto alineamiento. Si se nota un
carpiana. Utilizando el intensificador de imágenes como guía, se vacío en la metáfisis del hueso, deberá considerarse la colocación
taladrarán las bases de los metacarpianos índice y medio así como de un injerto o la sustitución ósea.
la diáfisis metacarpiana del índice. Los agujeros producidos por el
taladro se sustituirán mediante agujas de fijación autoterrajantes Consejos para una correcta fijación externa
de tamaño adecuado. Se realiza una incisión más proximal, unos
10 cm por encima del estiloides radial a lo largo del borde radial • Elegir un fijador que sea fácil de utilizar, radiotransparente y
del antebrazo (Fig. 20-17B). Por debajo de esta incisión, en el teji que permita la reducción si se precisa.
do subcutáneo, podrán encontrarse las ramas terminales del ner • Emplear un abordaje «limitado abierto» para la inserción de la
vio cutáneo antebraquial lateral, que deberán apartarse y prote aguja y evitar dañar el tejido blando, la colocación excéntrica de
gerse. 1.a fascia subyacente contiene la unión del braquiorradial la aguja o la creación de un defecto óseo abierto.
846 Sección II: Extremidad superior
I n d ic a c io n e s d e la f ija c ió n in t e r n a s e g ú n
Figura 20-24. Defecto abierto producido por una perforación co rti lo s a u to r e s
cal periférica extrema.
La reducción abierta y la fijación interna han evolucionado desde
un método indicado tan sólo para fracturas marginales (fractura de
• No pasar por alto: Barton y fractura de Barton inversa) hacia una técnica que se ha uti
— No deberá haber más de 1 mm de distracción en la articula lizado para las mismas fracturas tratadas mediante el uso de fijación
ción radiocarpiana ni en la articulación intercarpiana, en la externa en las décadas de los años setenta y ochenta. Lo que no se
proyección anteroposterior. ha podido delimitar son las indicaciones precisas de varias formas
- El injerto óseo puede aportar soporte subarticular. de fijación interna. Sin embargo, debido a que los materiales
empleados han evolucionado desde placas diseñadas de forma no
A p lic a c ió n in t e r n a d e la f ija c ió n ( in c lu y e n d o específica que requieren de una adaptación para cada fractura por
la a s is t e n c ia a r t r o s c ó p ic a ) parte del traumatólogo, hasta los aparatos actuales anatómicamen
te diseñados que ofrecen soporte directo a la fractura, hemos
La fijación interna de las fracturas distales del radio ha sido exten ampliado nuestras indicaciones de la fijación interna a la gran
samente descrita en la bibliografía traumatológica (30, 36, 37, 40, mayoría de las fracturas distales de radio. Las principales preocupa
54, 57, 73, 76, 94, 96, 128, 139, 146, 185, 193, 199). ciones para el traumatólogo que planifica la fijación interna de una
Tal y como fue inicialmente descrita por Ellis (73), la fijación fractura son las siguientes:
mediante el uso de un soporte interno fue visualizada como una base • ¿Puede reducirse la fractura?
de apoyo. Tal y como se utiliza hoy día, la fijación interna puede • ¿Podrá el implante seleccionado encajar en la fractura?
resistir compresión, así como servir de tope y compartir la carga (Eig. • ¿Qué podrá hacerse si el implante es insuficiente en el momen
20-25A). El papel de la fijación interna en nuestra práctica varía to de la cirugía?
desde el incremento de la fijación externa hasta el aislamiento y la
estabilización independiente, así como al soporte posquirúrgico de M é to d o d e f ija c ió n in t e r n a
las fracturas distales del radio. Sin embargo, es necesario un conoci
miento de la anatomía local y de los abordajes quirúrgicos para La Figura 20-25I-N y O-S muestra dos casos en los que la fijación
poder obtener unos resultados satisfactorios tras la fijación interna. interna ha demostrado ser útil. Estos casos tienen características
La sección anatómica de este capítulo describe los aspectos dor comunes:
sales y volares del radio distal. Debido a que los estudios que se • La reducción se logró mediante la ayuda de tracción durante la
refieren a las aproximaciones quirúrgicas involucran a un pequeño intervención.
número y generalmente una gran variedad de fracturas, es difícil • Se obtuvo una reducción perfecta.
identificar principios e indicaciones. Generalmente, el abordaje • Las fracturas requirieron de forma temporal de un alambre-T
dorsal es necesario para una visualización clara de las fracturas mientras la placa era aplicada.
intraarticulares, mientras que el abordaje volar puede resultar mejor • La placa se ajustó de forma precisa al radio distal
para las fracturas extraarticulares ( 30, 378, 76, 78, 128, 198, 199). • La cobertura de la placa fue posible sin necesidad de reposicio-
La destreza cada vez superior en el uso de la artroscopia de muchos nar el tendón.
traumatólogos puede cambiar las indicaciones arriba mencionadas. • El soporte que se logró durante la cirugía estabilizó las articula
Geissler y Freeland (96) y de forma independiente Cooney y Berger ciones radiocubital y radiocarpiana de forma suficiente como
(54) y otros (57) han dado a conocer buenos resultados mediante el para permitir una movilización posquirúrgica rápida.
uso combinado de artroscopia y reducción abierta en las fracturas
intraarticulares. Sin embargo, el uso de la artroscopia para las frac En nuestra experiencia el último punto es el más importante.
turas complejas distales de radio suele quedar en el límite de la Deberá prestarse una especial atención a la esquina del fragmento
experiencia de la mayoría de los traumatólogos (Fig. 20-25B-H). dorsal cubital del radio distal. Este fragmento fue inicialmente
Por lo tanto, el uso de la artroscopia para el tratamiento de las frac descrito por Melone (176) y ayuda al control de la C.FCT y guía
turas distales de radio está aún en plena evolución. Informes publi el radio alrededor de la cabeza cubital. En la Figura 25Ü-S, el
cados en cuanto a su utilidad dejan claro que tiene un papel defini margen cubital de la placa controla este fragmento dorsal al
tivo que jugar (57). Pero, quizás más importante, han ayudado a mismo tiempo que evita que se solape a través de la ARCD.
Capitulo 20: Fracturas distales del radio 847
Figura 20-25. (Continuación) G: Radiografía lateral que muestra la fijación interna del radio distal y
espacio escafoldeolunar. H: La misma radiografía en proyección PA. El paciente fue capaz de iniciar la
rehabilitación de la ARCD y articulación radiocarpiana de form a rápida tras la cirugía y recuperó una
am plitud de m ovim ientos activos casi com pleta. La fijación interna se dejó en su sitio. I: Fractura
extraarticular del radio distal estabilizada inadecuadamente a pesar de un soporte de yeso apropiado
con pérdida rápida de la reducción y hundim iento longitudinal aparente. J, K: Radiografías PA y AP que
muestran supinación y pronación com pletas de la DRUJ tras 6 meses de la cirugía. (La figura continúa.)
850 Sección II: Extremidad superior
Figura 20-25. (Continuación) O-S: Tres proyecciones preoperatorias de una fractura intraarticular des
plazada distal de radio de tip o C. Durante la cirugía, se encontró estabilidad de la relación ¡ntercar-
piana. La reducción de la fractura distal del radio en sí m isma fue posible utilizando una placa de
soporte subcondral. Fue posible una am plia e inm ediata m ovilidad activa poscirugía de las articula
ciones radiocarpiana y radiocubital, con el paciente recuperando una función com pleta a los 4 meses
tras la intervención. Las agujas de fijación interna quedaron hundidas cerca del hueso y no requirie
ron ser extraídas.
852 Sección II: Extremidad superior
.Según nuestras apreciaciones la preocupación de los traumató no está claro respecto a la cementación es qué papel o utilidad ofre
logos reside principalmente en la aplicación de las placas en el cen los cementos reabsorbibles. Se han publicado trabajos relativos
radio distal. Nuestra experiencia ha sido que la ORLF tiene un a la aplicación de cementos reabsorbibles de fosfato calcico en el tra
papel definitivo más allá del tratamiento de las fracturas de tipo tamiento de fracturas principalmente extraarticulares distales del
Barton. Sin embargo, proponemos tres precauciones: radio (141, 152). Sin embargo, los resultados descritos en estos
estudios iniciales no son superiores a aquellos obtenidos mediante
1. El traumatólogo que esté considerando la fijación interna
el uso de polimetil metacrilato para el mismo propósito. Es espe
del radio distal debería favorecer la realización de una inci
cialmente preocupante, en pacientes tratados mediante biomateria-
sión larga y ampliable a trabajar a través de una abertura
les reabsorbibles, que la reabsorción no ocurriera hasta al menos 12
mínima.
meses. No se sabe si estos productos son totalmente reabsorbidos, a
2. Deberá utilizarse la fluoroscopia siempre y cuando sea posi
qué velocidad son reabsorbidos, ni su capacidad de neutralizar las
ble.
fuerzas de sobrecarga. Es además preocupante que los productos
3. Un plan de fijación alternativo deberá ser utilizado si no ha
corrientemente disponibles soportan principalmente cargas com
habido progreso respecto a la fijación después de 60 a 90
presivas (226). Por lo tanto, mientras que queda claro que el poli
minutos.
metil metacrilato o materiales de cementación similares han sido
empleados para incrementar y/o ejercer de soporte a las fracturas
INCISIÓN Y EXTRACCIÓN DE LA FIJACIÓN metafisarias distales del radio, su eficacia como métodos aislados no
EXTERNA/INTERNA ha sido tan bien definida como la de otros métodos.
Figura 20-26. A: Radiografía PA de una fractura distal del radio conm inuta casi C3. La naturaleza en cuatro partes de esta
fractura, tal y com o fue descrita por Malone, puede apreciarse de form a particular en cuanto a que afecta a la articulación
distal radiocubital. B: Reducción y soporte incom pletos de la misma fractura tras reducción abierta, distracción y fijación
interna utilizando una com binación de soportes de placa y to rn illo conjuntam ente con cem entación de los to rn illo s para
aum entar la interfaz tornillo/hueso. Resultado final a los 4 meses respecto a la flexión (E) y supinación (F).
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 853
6P*
854 Sección U: Extremidad superior
Figura 20-27. A, B: Fractura gravem ente conm inuta del radio distal de tip o C con avulsión asociada
del estlloides radial. C, D: Estabilización inadecuada y reducción obtenida mediante la utilización de
soporte de yeso. (La figura continúa.)
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 855
Figura 20-27. (Continuación) E, F: La misma fractura tras la reducción y fijación interna con la neutra
lización externa posquirúrgica aún aplicada. Se hace evidente la sobredistracción intraoperatorla
inm ediata del carpo. Ésta fue aflojada antes de que el paciente abandonara el quirófano. G, H:
Resultado final a los 6 meses. Es evidente el m antenim iento de un espacio radlocarpiano, la aparien
cia satisfactoria de la ARCD y la curación de la fractura. Este paciente recobró una am plitud de m ovi
m ientos casi com pleta en todas las direcciones medidas.
856 Sección II: Extremidad superior
A lg o ritm o de tra ta m ie n to
Aceptable No aceptable
Figura 20-28. M étodo de tratam iento para la evaluación y em pleo de un fija d o r en las fracturas dista
les del radio dependiendo de la com plejidad/inestabilidad del patrón de fractura.
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 857
intervención quirúrgica una movilización sin restricciones de la más intensa dependerá no sólo de la curación del hueso, sino tam
ARCD y (c) todos los fragmentos deberían estar estables en posi bién de la capacidad de recobrar la fuerza muscular normal. Los
ción de alineamiento funcional (Fig. 20-28). F.ste gráfico algorit músculos aportan al hueso esencialmente un sistema capaz de
mo hace prioritarios estos principios y añade dos consideraciones: absorber las fuerzas externas, por lo que la ausencia de estructura
primera, algunas fracturas, como es sabido, pueden requerir una muscular normal hará que, en caso de una posible lesión, aumen
combinación de técnicas; y segundo, la presencia de osteopenia ten las fuerzas que repercutan en el hueso. Exigimos que los atle
debería considerarse cuando se estudia el tratamiento. tas recuperen esencialmente su fuerza habitual anterior a la lesión
A menudo se plantean cuestiones referentes a la dirección antes de retornar a aquellas actividades de contacto o colisión
desde la cual se debe acceder a estas fracturas. Nuestra práctica (Tabla 20-4). La necesidad de que la rehabilitación se centre en la
está cambiando con la llegada de placas volares, cjue pueden ser corrección del edema es esencial y puede enseñársele al paciente
aplicadas como un soporte tensional (Fig. 20-251-N). Sin embar para que lo realice en su casa (12, 34, 61, 221). Igualmente, el tra
go, como normas generales pueden darse las siguientes pautas: tamiento puede tener un beneficio adicional al del depósito de
mineral en el restablecimiento de la masa ósea (24). La ecografía
• Acceder a la fractura desde el punto del fragmento distal des
puede ser un método interesante en cuanto a la curación de las
plazado.
fracturas y el tratamiento postoperatorio, pero sus indicaciones
• Visualizar la articulación dorsalmente o mediante artroscopia.
precisas aún no han sido delineadas (22, 156).
• Reconocer el ángulo del fragmento dorsal cubital inestable (tal
y como fue descrito por Melone [176]) y estabilizarlo directa
mente, incluso si también se precisa de un acceso volar a la frac EFECTOS A LARGO PLAZO/COMPLICACIONES
tura.
• Cuando sea necesario, la fractura se visualizará desde ambos C o n s o lid a c ió n d e f e c tu o s a
lados, pero no se aplicarán placas en los dos lados del hueso.
La consolidación defectuosa, definida como el posicionamiento
Debido a la gran variedad de fracturas distales del radio que erróneo de una fractura de forma que bloquea o bloqueará su fun
existen, sería casi imposible una guía universal de los métodos de ción, ha sido a menudo consecuencia de una reducción defectuo
elección. Sin embargo, lo que debería ser obvio es que, siempre y sa. Esto es, al médico puede que le venga un paciente al que rea
cuando sea posible, se debería realizar el esfuerzo de conseguir una lizar un seguimiento de su tratamiento inicial y darse cuenta de
fijación suficientemente segura que permitiera una rehabilitación que no ha alcanzado o mantenido de forma satisfactoria la reduc
temprana. Como mínimo, la ARCD debería moverse de forma ción de los fragmentos fracturados. La fijación externa es ocasio
libre y estable tras la cirugía. nalmente incapaz de mantener la reducción de las fracturas (Fig.
20-30A,B). De forma similar, mientras que la fijación mediante
REHABILITACIÓN POSFIJACIÓN aguja de muchas de las fracturas extraarticulares es satisfactoria, su
capacidad de mantener la reducción se reduce a medida que la
En nuestra práctica dirigimos nuestros esfuerzos iniciales a la conminutación aumenta (Fig. 20-30C-F). Según esto, un segui
reducción del edema y a la movilización de los dedos y hombro miento de cerca de cualquiera de los métodos de fijación, espe
tan pronto como sea posible. El tratamiento de la herida se ins cialmente aquellos más débiles, puede prevenir la consolidación
taura a los pocos días de la operación y permitimos a todos los defectuosa después de un tratamiento directo. Por ello, la autén
pacientes con fijadores externos la ducha y la limpieza de los luga tica finalidad en cuanto al tratamiento de la consolidación defec
res de anclaje de las agujas de fijación de forma regular. tuosa es la prevención de la misma. Júpiter acuñó el término
Normalmente se emplea un guante específico para la reducción «consolidación defectuosa naciente» para describir el proceso de
del edema a los pocos días de la cirugía y lo continuamos con detección de una inminente consolidación defectuosa.
soporte mediante férula en todos los pacientes que no están enye El diagnóstico de consolidación defectuosa inminente puede
sados (Fig. 20-29). l a movilización de los dedos empieza contra ser evidente durante la inspección de las radiografías durante el
resistencia en las primeras 4 a 6 semanas tras la intervención qui seguimiento (140). Sin embargo, el diagnóstico puede ser más
rúrgica. Esto exige la no evidencia de fijación o hundimiento de dificultoso y presentarse tan sólo como una incapacidad a la rota
la fractura. El retorno a las actividades que requieran una fuerza ción del antebrazo durante el período posquirúrgico inicial. La
Posición en
Permite AMCa
Fase I: Curación de la herida Fase II: Curación de la fractura Fase III: Retorno de la función
(0 - 14 días) (2 días - 8 semanas) (8 - 12 semanas)
disfunción de la articulación radiocubital distal es, en nuestra restituirse la anatomía del radio y obtenerse la curación mediante
experiencia y en la de otros, un signo de consolidación defectuosa osteotomía? Existen sin duda situaciones donde la anatomía está
inminente (33, 59, 66, 147, 208). Para evitar esta consolidación tan desestructuralizada que la artrodesis de la muñeca u ocasional
defectuosa en las fases iniciales, el traumatólogo deberá seguir de mente la artroplastia son las únicas alternativas razonables (77).
cerca todas las fracturas inestables, prestando atención no sólo al
mantenimiento general de la reducción radiológica, sino también, Indicaciones para la corrección de la consolidación
como se ha aconsejado más arriba, a la valoración funcional de la defectuosa
rotación del antebrazo. Si se sospecha una consolidación defec
Nuestro abordaje de los casos de consolidación defectuosa es indivi
tuosa en fase temprana, deberá ser examinada más exhaustiva
dualizada. Sin embargo, es posible establecer pautas generales. La
mente (tomografías, RM, etc.) y si se corrobora, corregirla.
corrección puramente de las deformidades estéticas es raramente
La consolidación defectuosa ya establecida es, desafortunada
mente, una complicación común de las fracturas distales del radio aconsejada. Siempre y cuando no exista dolor y tanto la muñeca
como el antebrazo sean capaces de realizar un movimiento en arco
(15, 55, 77). La consolidación defectuosa puede ser:
sin restricciones, los riesgos inherentes a la corrección de una con
• Estética. solidación defectuosa sobrepasarán a los beneficios estéticos. Sin
• Deformidad extraarticular. embargo esta norma no es absoluta. La corrección de una consoli
• Deformidad intraarticular. dación defectuosa que esté causando dolor o pérdida de función sí
que frecuentemente vale la pena. Estos casos pueden en general divi
Con estas posibilidades en mente (35, 71,77, 136), se han pro
dirse en dos grupos: grupo 1, casos como el ilustrado en la Fig. 20-
puesto diversos métodos para tratar el problema durante los últimos
31, donde la deformidad es principalmente extraarticular, aunque
80 años (35, 58, 71, 127, 131). Estos métodos pueden resumirse
tenga un efecto sobre la articulación; grupo 2, casos en los que la
como (a) eliminar la complicación, (b) restauración de la anatomía
deformidad es mayorirariamente intraarticular. En nuestra experien
ósea y (c) recuperar. La Figura 20-31 muestra el caso de un pacien
cia, los casos dentro del grupo 1 suelen beneficiarse mucho más de
te que se presenta después de que una fractura extraarticular inesta
la corrección del defecto de unión. Por el contrario, los casos dentro
ble friera dejada curar sin estabilizar la reducción original. La frac
del grupo 2 pueden beneficiarse de la cirugía, aunque, dependiendo
tura, aunque técnicamente extraarticular, se acortó lo suficiente
del momento de la presentación, la cirugía pudiera estar dirigida más
como para alterar el encaje y la función de la ARCD. El paciente,
hacia salvar la función y reducir el dolor (por ejemplo, artrodesis de
una profesora, perdió por completo la supinación de su brazo
muñeca y procedimientos de Darrach o Suave-Kapanje).
dominante. Se practicó cirugía antes de que se instaurasen cambios
degenerativos. En el quirófano fue posible la reducción de la ARCD
Método de la corrección de la consolidación defectuosa
mediante un realargamiento del radio, lo que resultó en la inme
diata restauración de la rotación pasiva del antebrazo, la cual se Antes de entrar en consideraciones sobre la corrección del defecto
retuvo tras osteotomía. Este caso suscita las siguientes preguntas: (a) de consolidación del radio distal, el traumatólogo deberá obtener
¿Cuál es el estado de la ARCD? ¿Puede reducirse/restituirse? (b) radiografías de por lo menos tres proyecciones (PA, lateral y lateral
¿Existen cambios degenerativos y, en ese caso, dónde? (c) ¿Puede de fosa). Otros estudios pueden resultar útiles, tales como la TC,
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 859
Figura 20-30. A, B: Es necesario valorar de form a cuidadosa la reducción obtenida con cualquier fijador. Aunque la fijación externa puede
alcanzar la distracción y el realineam iento de las fracturas distales del radio, la restitución y el m antenim iento del alineam iento no están
garantizados. Según esto, el seguim iento cercano de la fijación externa es tan fundam ental com o el seguim iento del soporte de yeso, el de
aguja o la fijación interna. Se deberá tener presente la necesidad potencial de revisar la fijación externa hasta que la fractura haya consoli
dado. C, D: Fractura conm inuta extraarticular distal del radio que se reconoció com o inestable al inicio del tratam iento. E, F: La fijación
mediante aguja puede mostrarse ineficaz en el m antenim iento del alineam iento y la longitud de las fracturas distales del radio si existe una
im portante fractura conm inuta. Cuando la fractura conm inuta está presente en la parte dorsal y volar, la fijación con aguja es menos pro
bable que sea exitosa debido a la incapacidad de la fijación con aguja de disponer com o m ínim o de una corteza estable que provea de un
soporte longitudinal en conjunción al bloqueo/efecto soporte de las agujas percutáneas. Como se ha m encionado con respecto a los fija
dores externos, los traum atólogos deberán estar preparados para estas inestabilidades potenciales y estar dispuestos a revisar la fijación
de form a apropiada para m antener la reducción satisfactoriam ente.
860 Sección II: Extremidad superior
Figura 20-31. (Continuación) G-l: La aplicación de tracción intraoperatoria utilizada en conjunción con una
corrección de la consolidación defectuosa utilizando un abordaje dorsal. La tracción es esencial en la correc
ción de los déficit de unión y pudieran haber sido aplicados bien con un imbricado digital longitudinal o,
com o en este caso, mediante una barra de fijación externa. La visualización directa de la fractura permite una
corrección completa y una valoración de la estabilidad de la articulación radiocubital distal en el mom ento
del restablecimiento de la longitud. El cierre satisfactorio de la cubierta formada por los tejidos blandos se
llevó a cabo sobre la placa tridim ensional empleada en este caso. (La figura continúa.)
electromiografía (EMG) y dinamometría. Deberán delinearse unos na: primero, si el fijador inmoviliza la articulación radiocarpiana,
objetivos claros para el paciente, instaurándose inmediatamente tras puede provocar rigidez de la articulación incluso si el defecto de
la cirugía programas de rehabilitación y tratamiento del dolor. la consolidación ha sido corregido; segundo, el fijador puede oca
La cirugía deberá completarse utilizando tracción, fluoroscopia sionar sobredistracción de la articulación. De forma similar a su
y, ocasionalmente, valoración artroscópica de las superficies arti aplicación en las fracturas agudas, deberá ser posible un movi
culares. Según nuestra experiencia, la fijación interna puede ser miento completo de los dedos una vez finalizada la corrección de
muy útil en el tratamiento de los defectos de consolidación. A la consolidación defectuosa, no debiendo estar presente la dis
menudo, ha sido efectiva la utilización de un fijador externo tracción intercarpiana.
durante la cirugía para la distracción del defecto de consolidación Existen otros dos puntos importantes que se deben mencionar
y utilizar este mismo fijador en la neutralización posquirúrgica. en relación a la corrección de la consolidación defectuosa. La
Dos precauciones deberán añadirse en cuanto a la fijación exter mayoría de estas consolidaciones incorrectas implican un cierto
862 Sección II: Extremidad superior
Figura 20-31. (Continuación) J, K: S eguim iento a largo plazo que muestra una curación com pleta del injerto de la cresta ilíaca, m anteni
m iento de las articulaciones radiocubital distal y radiocarpiana y un alineam iento satisfactorio intercarpiano. Esta paciente recobró una
am plitud com pleta de los m ovim ientos de rotación del antebrazo sin do lo r y retornó a su actividad com o profesora sin restricciones.
grado de realargamiento de la metáfisis radial. Teóricamente, las deberán seguir los principios normales de la reparación tendino
complicaciones como las que podrían verse en los procedimientos sa o sustitución. Sin embargo, si los tendones se han roto debido
de alargamiento óseo deberían ser mínimas. Sin embargo, es a implantes o abrasión ósea, la anormalidad subyacente deberá
aconsejable la precaución. La cicatriz original puede haber ocasio ser corregida mediante desbridamiento o extracción del implan
nado un «acortamiento» de los tejidos adyacentes. Como regla te antes de proceder a la reparación del tendón, transferencia o
general, el alargamiento no debería comprometer la movilidad de injerto.
los dedos, y todos los tejidos blandos visibles deberían encontrar La distrofia refleja es una dificultad posquirúrgica devastadora
se realmente blandos e igualmente vascularizados por encima de tras la fractura que generalmente da lugar a rigidez del tejido blan
la deflación del torniquete. do que abarca toda la mano y muñeca (7, 55, 126, 153, 159). Esta
La localización de la corrección de la consolidación defectuosa complicación deberá ser cuidadosamente diferenciada del síndro
y la colocación de la placa deberían planificarse preopetaroria- me compartí mental, que puede producirse tras fracturas distales
mente para maximizar la fijación del fragmento distal. Un asunto del radio (60). De igual manera, la distrofia refleja deberá dife
que puede resultar útil al respecto es asegurarse de que la osteoto renciarse de la compresión del túnel carpiano, que también puede
mía correctora es paralela a la superficie articular distal del radio presentarse tras fracturas distales del radio (84, 98, 148). Cuando
en las proyecciones radiológicas de la fosa lateral y en la PA y se sospeche de distrofia simpática refleja (DSR), aconsejamos una
durante su visión durante la fluoroscopia intraoperatoria. dedicación inmediata. Las maniobras diagnósticas pueden ser úti
les (gammagrafía ósea, termografía, etc.), pero se hacen más para
documentación que para el tratamiento en sí mismo. El trata
S e u d o a r t r o s is miento consistirá en controlar el dolor, una cuidadosa valoración
La seudoartrosis tras una fractura distal del radio es rara (116a, tanto de la función del nervio como de la reducción/fijación de la
223a, 223b). Estudios recientes apoyan el intentar conseguir la fractura (7). La localización de las agujas (si han sido utilizadas),
consolidación en la correcta medida mediante el uso combinado la función de los nervios locales, la estabilidad de la ARCD y la
de injerto óseo y una fijación interna rígida (223a, 223b). El trau posibilidad de que hayan pasado lesiones desapercibidas deberá
matólogo deberá considerar cuidadosamente las necesidades del también valorarse. En nuestra experiencia, las claves del éxito en
paciente y planificar un procedimiento de reconstrucción siempre el tratamiento de la DSR son el control del dolor y la reducción
y cuando sea posible. Llevar a cabo una reconstrucción compleja del edema.
en pacientes con hábito tabáquico importante puede no ser acon No existen normas absolutas para el tratamiento de las lesiones
sejable debido a la dificultad en lograr la consolidación. De forma del tejido blando. Si se sigue el consejo de cerrar la piel lo antes
similar, la reducción de articulaciones con artritis establecida es posible, restablecer el flujo sanguíneo a todos los tejidos antes de
improbable que beneficie de forma satisfactoria al paciente. Si se que se establezca de forma permanente una lesión específica del teji
decide la corrección de la seudoartrosis, puede ser necesario fusio do blando y se movilizan los tejidos antes de que se produzcan
nar una de las dos hileras de huesos carpianos mediante un pro adhesiones, es probable que las lesiones del tejido blando sean raras.
cedimiento de rescate de la ARCD. En general, las lesiones del tejido blando son probablemente
más frecuentes después de las fracturas distales del radio que lo
que se aprecia en la rutina. El traumatólogo deberá estar atento a
C o m p lic a c io n e s d e l te jid o b la n d o los problemas de tendones y ligamentos mencionados anterior
No son infrecuentes las secuelas después de estas lesiones en mente en este capítulo. Mientras que éstos son raramente urgen
forma de disfunción del tejido blando. Se han documentado rup tes, pueden resultar en problemas funcionales a largo plazo, tales
turas y la compresión de los tendones extensores y flexores (29, como limitación de la rotación del antebrazo secundario a con-
32, 125, 153). El tratamiento de estas deficiencias tendinosas tractura de la ARCD (150, 159).
Capítulo 20: Fracturas distales del radio 863
correcto y preciso tras las fracturas de las diáfisis del radio y cúbi
FRACTURAS DIAFISARIAS DE AMBOS HUESOS
to si se pretende recobrar la funcionalidad. Muchos trastornos
DEL ANTEBRAZO
crónicamente incapacitantes del antebrazo pueden ser prevenidos
El antebrazo presenta una función importante en la extremidad mediante un tratamiento inicial competente de las fracturas diafi
sarias del radio y/o cúbito (Fig. 21-1) (73).
superior, facilitando el posicionamiento de la mano en el espacio,
El Capítulo 20 incluye una descripción de las fracturas del
y por tanto ayudando a proveer a la extremidad superior de su
radio distal y cúbito y el Capítulo 22 trata de las fracturas del olé-
movilidad específica. El antebrazo, en combinación con las arti cranon y de la cabeza radial. El presente Capítulo, por tanto, se
culaciones radiocubitales proxi males y distales, permite la prona limita a la exposición de las fracturas diafisarias de ambos huesos
ción y la supinación, movimientos importantes para todos nos del antebrazo, a las fracturas que sólo afectan al radio y a las que
otros en las actividades cotidianas. Se requiere de un tratamiento sólo afectan al cúbito en adultos. También incluye una discusión
de fracturas-luxaciones que involucran a las fracturas del radio
asociadas a lesión de la articulación radiocubital distal o fractura
de Galeazzi y fracturas del cúbito asociadas a lesiones de la articu
Robín R. R ich ard s: Department of Surgery, División of Orthopaedic lación radiocubital proximal (fractura de Moteggia).
Surgen,', University of Toronto; and St. Michael’s Hospital, Toronto, La fractura de la diáfisis cubital asociada a luxación de la cabe
Ontario, Cañada. za radial fue inicialmente descrita por Monteggia en 1814 (71) y
870 Sección II: Extremidad superior
desde entonces es conocida por el nombre de fractura de fracturas de las diáfisis del antebrazo son consecuencia de caídas
Monteggia (véase más adelante). La fractura que sólo afecta al que se producen en atletas o desde alguna altura.
cubito sin luxación de la cabeza radial es a menudo denominada
«fractura de la porra», una referencia obvia a uno de los mecanis Signos y síntomas
mos de esta lesión. La fractura que sólo afecta al radio en su ter
En adultos las fracturas diaftsarias no desplazadas de las diáfisis de
cio distal asociada a luxación de la articulación radiocubital tiene ambos huesos del antebrazo son raras. Una lesión que presenta
diferentes epónimos. Galeazzi, italiano, llamó la atención sobre una fuerza suficiente como para producir la rotura de ambos hue
esta ingrata lesión en 1934 (71, 111), y desde entonces se ha sos del antebrazo es generalmente suficiente como para producir
conocido como fractura de Galeazzi (véase abajo). también su desplazamiento. Debido a que las fracturas diafisarias
de radio y cúbito están generalmente desplazadas, los signos y sín
tomas con frecuencia hacen que el diagnóstico sea obvio. Estos
Diagnóstico incluyen dolor, deformidad y pérdida de la función del antebrazo
y mano. La palpación a lo largo del borde subcutáneo del cúbito
Mecanismos de lesión pondrá de manifiesto dolor y el lugar de la lesión. F.1 médico que
explore la fractura no deberá intentar demostrar la presencia de
Son miles los mecanismos de lesión capaces de producir fracturas
crepitación, ya que ello es doloroso y puede ocasionar daño adi
de radio y cubito. La forma más común es el traumatismo pro
cional al tejido blando. Sin embargo la crepitación puede ser evi
ducido por accidente con algún tipo de vehículo a alta velocidad,
dente cuando se alinea el antebrazo para colocarlo en una férula.
especialmente coches y motos (Fig. 21-2). Frecuentemente el
El examen físico deberá incluir una evaluación neurológica
paciente es incapaz de acordarse de los mecanismos exactos de
cuidadosa tanto de las funciones motores como sensitivas de los
lesión debido a la misma naturaleza brusca del accidente. nervios radial, mediano y cubital. Los déficits neurológico no son
Probablemente la mayoría de estos accidentes de coche resultan frecuentes en fracturas cerradas de las diáfisis del radio y cúbito,
en algún tipo de golpe directo en el antebrazo. Otras causas de pero pueden aparecer. También se deberá examinar el estado vas
lesiones por golpe directo incluyen peleas en las que alguno de los cular del antebrazo así como la importancia de la inflamación. Si
involucrados es golpeado con un objeto contundente en el ante el antebrazo está inflamado y tenso, puede estar presente o estar
brazo. Las fracturas de Monteggia y las denominadas «fracturas de desarrollándose un síndrome compartimental. La extremidad
la porra» son frecuentemente el resultado de esta clase de golpe, deberá ser meticulosamente examinada para diagnosticar o excluir
aunque la fractura de ambos huesos es también a menudo causa esta devastadora complicación. El test clínico más valioso en el
da por este mecanismo. diagnóstico del síndrome compartimental es el estiramiento pasi
Las heridas por arma de fuego pueden causar fracturas de vo de los dedos. Si al extender los dedos de forma pasiva se pro
ambos huesos del antebrazo. Tales lesiones están frecuentemente duce dolor en el antebrazo, probablemente estemos delante de un
asociadas con lesiones del nervio o de los tejidos blandos y con síndrome compartimental. Si el paciente obnubilado o no coope
frecuencia presentan pérdida de masa ósea. Las fracturas patológi rador con estas maniobras, deberán medirse las presiones com-
cas de los huesos del antebrazo no son frecuentes. Si éstas son partimentales para excluir la posibilidad del síndrome compar
excluidas, la mayoría del resto de las fracturas son consecuencia de timental. Cuando éste se diagnostique deberá procederse de
algún tipo de caída. La fuerza es generalmente muy superior a la forma inmediata al tratamiento mediante fasciotomía (véase más
requerida para causar una fractura de Colles. l a mayoría de las adelante).
Capítulo 21: Fracturas diafisarias del radio y del cubito 871
Figura 21-2. A: El piloto de este avión resultó con fracturas bilaterales de ambos antebrazos al agarrar
se con sus brazos al panel durante el choque. Presentó fracturas-luxaciones bipolares com plejas de
ambos huesos del antebrazo. B: Radiografía anteroposterior que m uestra fractura desplazada de la
dláfisis distal del radio. También presentaba fracturas proxim ales del radio y cúbito. C: Fijación precoz
(prim eras 24 h tras el accidente) de todas las fracturas con placas de com presión dinám ica de 3,5 mm.
La fijación fue lo suficientem ente rígida com o para iniciar una m ovilización precoz durante el tiem po
de consolidación. El paciente retornó a su trabajo com o dentista varios meses después del accidente.
Diagnóstico por imagen Es importante darse cuenta del grado de compensación y angula-
ción así como del grado de acortamiento y conminución. Es muy
Así como los signos clínicos y los síntomas son generalmente evi importante incluir tanto el codo como la muñeca en la radiogra
dentes en las fracturas diafisarias de ambos huesos del antebrazo, fía del antebrazo para descartar luxaciones asociadas o fracturas
de igual manera lo son los signos radiológicos. La configuración articulares. Una adecuada visualización puede requerir de múlti
de las fracturas del tercio medio diafisario del radio y cúbito va ples (anteroposterior, lateral y oblicua) proyecciones, tanto de la
rían dependiendo de los mecanismos de lesión y la violencia invo articulación radiocubital proximal como distal, para determinar la
lucrada en su desencadenamiento. Las fracturas producidas por presencia o ausencia de subluxación o luxación articular (Fig. 21-
lesiones de baja intensidad tienden a ser transversas u oblicuas 3). Trousdale y cois. (96) han remarcado que la lesión producida
cortas, mientras que las lesiones de alta energía son frecuente en ambas articulaciones radiocubitales proximales y distales pue
mente conminutas o segmentarias y a menudo asociadas a lesio den coexistir, haciendo obligatoria la adecuada visualización de
nes extensas del tejido blando. ambas articulaciones en cualquier paciente con fractura de ambos
Un mínimo de dos proyecciones (anteroposterior y lateral) son huesos del antebrazo. Una línea dibujada a lo largo de la diáfisis
obligatorias en todos los casos en que se sospeche fractura de ante del radio, cuello y cabeza deberá pasar por el centro del hueso
brazo, pudiendo requerirse adicionalmente proyecciones oblicuas. grande en cualquier proyección radiológica del codo. Es impor-
872 Sección II: Extremidad superior
Figura 21-4. Tomografía computarizada (TC) que muestra una subluxación volar de la articulación
radiocubital distal derecha (flecha) y una traslación de la parte distal del cúbito en relación al radio
debido a una reducción incom pleta de la fractura diafisaria distal del radio. El contacto entre la super
ficie dorsal articular del cúbito distal y el borde volar de la superficie articular del radio distal es muy
reducido.
Capítulo 21: Fracturas diafisarias del radio y de! cubito 873
- y —*
a (m m )
LOCALIZACIÓN DE LA CURVATURA
RADIAL MÁXIMA
x/y x 100
Figura 21-5. A: Técnica para m edir el grado y la localización de la curvatura m áxim a del radio. La curvatura
radial m áxim a se calcula trazando una línea desde la tuberosidad bicipital hasta el aspecto más cubital del
radio a la altura de la muñeca. Desde este punto se trazará una línea perpendicular hasta el radio en el lugar
de m áxim a curvatura, m idiéndose la distancia en m ilím etros. La localización de la curvatura m áxim a se deter
m inará dividiendo la distancia desde la tuberosidad bicipital hasta el punto de m áxim a curvatura entre la lo n
gitud total de la curvatura. El valor se expresará com o porcentaje. Esta medida se correlaciona con los resul
tados tras el tratam iento de las fracturas de am bos huesos el antebrazo. B: Radiografía que muestra una pro
yección anteroposterior del radio y cubito con el antebrazo en posición neutra. Se ha trazado una línea desde
la tuberosidad bicipital hasta el aspecto más cubital del radio distal para m edir la localización y cantidad de
curvatura m áxim a del radio. La fractura del antebrazo consolidó tras fijación mediante 2 placas de com pre
sión dinám icas de 3,5 mm. (Extraído de Schemitsch EH, Richards RR. Efecto del déficit de unión en el resul
tado final tras fijación con placa de fracturas de ambos huesos del antebrazo en adultos. J Bone J o in t Surg
1992;74A: 1068-1078)
C ir u g ía / A n a to m ía a p lic a d a
Tal y como ha sido bien descrito en la bibliografía respecto al tra
tamiento de las fracturas del antebrazo (76), la anatomía quirúr
gica del antebrazo crea problemas de tratamiento de las fracturas
que no se encuentran en las fracturas diafisarias de otros huesos
largos. F,1 radio y cubito funcionan como una unidad, pero tan
sólo establecen contacto entre sí en sus extremos. Están ligados
proximalmente mediante la cápsula del codo y el ligamento anu
lar, y distalmente mediante la cápsula de la articulación de la
muñeca, los ligamentos radiocubitales dorsales y volares, y el disco
articular fibrocartilaginoso (Fig. 21-7). J al y como han demostra
do Palmer y Werner (69), el principal estabilizador de la articula
ción radiocubital distal es el complejo fibrocartilaginoso triangu
lar. Las articulaciones proximales y distales son muy complejas
tanto en función como en estructura y están íntimamente rela
cionadas a las articulaciones cubitohumeral, humerorradial y
radiocarpiana. Goldberg y cois. (35), en un estudio realizado sobre
119 pacientes con fracturas de antebrazo, hallaron que la articula
ción radiocubital distal estaba afectada en 71 de ellos (60%).
No sólo son los huesos del antebrazo por sí solos y sus articu Figura 21-7. Dibujo que muestra las relaciones del radio y el cúbi
to con el tejido blando entre uno y otro. La articulación radiocubi
laciones, sino los grupos musculares que actúan en el antebrazo, tal proxim al queda estabilizada mediante el ligam ento anular. La
los responsables de las complejas fuerzas deformantes que se pro articulación radiocubital distal queda estabilizada mediante los
ducen en presencia de fracturas. El radio y el cúbito están unidos ligam entos radiocubitales dorsal y volar y por el com plejo fib ro
mediante tres músculos -e l supinador, el pronador redondo y el cartilaginoso triangular. (Extraído de Richards RR. Trastornos cró
nicos del antebrazo. J Bone J o in t Surg 1996; 78A: 916-930.)
pronador cuadrado- que se originan en uno de los huesos y se
inserta en el otro. Además de su función, cuando se produce una
fractura, estos músculos tienden a aproximar el radio y el cúbito mentó distal que se requiere para corregir el alineamiento rota
y disminuir el espacio interóseo. Tal y como Sage (76) afirmó, los cional.
músculos del antebrazo que se originan en la cara cubital del Si se pretenden conseguir resultados finales satisfactorios en el
antebrazo y se insertan en la cara radial de la muñeca o de la tratamiento de las fracturas del antebrazo, no será suficiente con
mano, como el flexor radial del carpo, tienden a ejercer una fuer mantener meramente la longitud de cada uno de los huesos. Debe
za de pronación. De forma similar, músculos como el abductor conseguirse también un buen alineamiento axial y rotacional y
largo y corro del pulgar y el extensor largo del pulgar, que se ori mantenerse la curvatura del radio (Fig. 21-8) (79, 82). Con la
ginan en el cúbito y la membrana interósea en su cara dorsal y se complejidad de los huesos y articulaciones involucradas, y las
insertan en el aspecto radial en el dorso de la muñeca, tienden a muchas fuerzas deformantes musculares, es sumamente difícil
ejercer una fuerza supinadora. obtener una unión con el suficiente restablecimiento de la anato
Además del propio músculo supinador, el bíceps braquial es mía que asegure un funcionalismo correcto mediante el trata
también un poderoso supinador del radio. En fracturas del radio miento cerrado.
proximal por debajo de la inserción del supinador y por encima
de la inserción del pronator redondo, otros dos poderosos múscu
B io m e c á n ic a
los (el bíceps y el supinador) ejercen una fuerza no contrarrestada
que produce la supinación del fragmento radial proximal. En frac El cúbito es un hueso relativamente recto, sin embargo el radio es
turas radiales localizadas distalmente al pronator redondo, las mucho más complejo. Frecuentemente se escuchan referencias
fuerzas combinadas del bíceps y el supinador están de alguna sobre el movimiento cubital alrededor del radio. De hecho, el
manera neutralizadas. En estas fracturas el fragmento proximal cúbito es un hueso relativamente fijo alrededor del cual gira el
del radio está generalmente en una posición ligeramente de supi radio en pronación y supinación. En un estudio de 100 radios
nación o neutral. En el tratamiento cerrado de las fracturas del provenientes de cadáveres, Sage (76) puso de manifiesto la com
antebrazo, por tanto, la localización de la fractura en el radio será plejidad de los ángulos y las curvas de este hueso así como el man
de gran ayuda para determinar el grado de supinación del frag- tenimiento de las mismas, especialmente el arco lateral del radio.
Capítulo 21: Fracturas diafisarias del radio y de! cubito 875
N=55
CURVATURA RADIAL M ÁXIM A FRENTE A
ROTACIÓN DEL ANTEBRAZO
OPERACIONES
Figura 21-11. Fractura de la diáfisis proxlm al del radio y media del cúblto tratada mediante reducción
cerrada e inm ovilización con yeso. Tres meses después, la fractura consolidó con pérdida del arco
radial y angulación cubital. Tanto la pronación com o la supinación resultaron severamente limitadas.
dónales. Sin embargo, hasta donde yo sé, debo decir que sus re cabestrillo con el codo ílexionado 90 grados. Se aplicará contra
sultados no han sido corroborados por otros. tracción mediante lazo de tela de muselina, u otro material ade
Desde un punto de vista práctico, yo raramente intento un tra cuado, que se colocará distalmente unos 7,5 cm por encima del
tamiento cerrado para fracturas desplazadas de ambos huesos del codo. Este mecanismo se sujetará a una altura conveniente desde
antebrazo en adultos, a menos que cualquier otra condición sisté- el suelo de forma que el pie del cirujano pueda ser colocado en él
mica severa del paciente excluya el tratamiento quirúrgico. Los como contratracción. (Un método alternativo es suspender 4,5 a
resultados son demasiado inciertos, el período de inmovilización 7 Kg de peso del lazo). La arandela de tela sobre el húmero distal
requerido es demasiado largo con este método de tratamiento, y se acolchará para prevenir una presión excesiva.
existe un riesgo significativo de rigidez del codo y del antebrazo a Se aplicará tracción y contratracción, y se intentará reducir el
consecuencia del período de inmovilización requerido para tratar cúbito mediante palpación directa. El radio generalmente no
la lesión por este medio. puede palparse en la mitad próxima! del antebrazo debido a la
inflamación y a la musculatura. El antebrazo se colocará con
la apropiada supinación, según quede determinado por la proyec
Técnica de reducción cerrada
ción radiográfica de la tuberosidad. Cuando las fracturas hayan
La relajación muscular es imperativa en la reducción cerrada, por sido reducidas y el alineamiento del antebrazo sea satisfactorio,
lo que la anestesia general es generalmente la mejor opción. Con una capa simple de acolchado se aplicará desde la mitad de la zona
el paciente anestesiado, el intensificador de imágenes se utiliza palmar hasta por encima del codo, añadiendo una capa extra
para obtener una vista de la tuberosidad si ésta no se había efec sobre las prominencias óseas. Se aplicará entonces una férula en
tuado anteriormente. Se colocarán sujeciones de gasa de los dedos «U», también denominada «en pinza de azúcar», que será bien
pulgar, índice y medio para suspender la extremidad desde un moldeada. Se tomarán radiografías anteroposteriores y laterales
878 Sección II: Extremidad superior
para evaluar la reducción. No deberá aceptarse menos que una F ija c ió n c o n p la c a s y t o r n illo s
reducción casi anatómica de la fractura. Si la reducción no es
Revisión histórica
satisfactoria, se retirará la férula en «U» y las fracturas deberán
volver a ser manipulados. En los inicios de los noventa, Lañe (55), en Londres, y Lambotte
Si se logra una reducción correcta, el lazo de muselina se reti (54), en Bélgica, publicaron un estudio sobre el uso de placas para
rará del brazo y la férula en «U» se hará servir como un yeso de el tratamiento de las fracturas diafisarias. Sin embargo, la reacción
brazo largo bien moldeado mientras la extremidad aún está en al metal condujo a fallos frecuentes hasta que la aparición de las
suspensión. Mientras el yeso se endurece, la cara posterior del modernas placas para implantación hieran introducidas en 1937
mismo se aplana desde el olécranon proximalmente para evitar tras los trabajos de Venable y asociados (99) sobre electrólisis.
que el yeso se desplace distalmente. Una vez el yeso está comple Cambell y Boyd utilizaron injertos tibiales autólogos fijados al
tado se realizarán radiografías. El yeso deberá quedar suspendido radio y cúbito mediante pinzas óseas o tornillos en el tratamiento
desde el cuello mediante un cabestrillo que pase por una arande de las fracturas agudas y también en las seudoatrosis, aunque solían
la colocada en la cara radial del yeso. Tal y como mencionamos en dar lugar a fracturas por desgaste antes de que diera tiempo a la
la sección de las fracturas no desplazadas (véase más arriba), esta revascularización (52). Incluso después de que fueran introducidos
arandela deberá estar colocada al nivel de la fractura o en situación en el mercado metales de mejor calidad, muchas de las placas ini
proximal a ella. ciales utilizadas para las fracturas de radio y cúbito presentaban un
diseño pobre, siendo los fallos frecuentes. Durante un tiempo el
empleo de placas y tornillos para la fijación interna de las fracturas
Cuidados posteriores diafisarias cayó en desuso. La fijación mediante placa y tornillo
Deberá tenerse mucho cuidado con la circulación y la funciona empezó a recobrar su valor perdido después de que Hggers (31)
lidad de la mano hasta que la inflamación disminuya. Durante introdujo la placa ranurada o «férula de contacto». La placa de
este período, el brazo deberá elevarse mediante suspensión de un Eggers presentaba una firmeza muy superior a las anteriores y pro
marco situado por encima de la cabeza con los dedos en alto. El porcionaba una mejor fijación. En 1960, Jinkins y colaboradores
codo deberá descansar en la cama. Se estimulará la flexión y (47) dieron a conocer una serie de 165 fracturas de antebrazo en
extensión activa de los dedos a intervalos frecuentes para ayudar las que se utilizaron 145 placas ranuradas y 20 clavos medulares.
a la reducción del edema. Si en cualquier momento la circulación El porcentaje global de seudoartrosis fue de sólo el 4,2%.
parece disminuir, el yeso deberá ser cortado desde la axila a la La idea de utilizar placas a través de las cuales pueda propor
mano por ambos lados, incluyendo el acolchado. La pérdida de cionarse una compresión activa empezó con Danis (24) de
la reducción no es ni mucho menos de consecuencias tan catas Bélgica, que publicó un libro en 1949 en el que se describía la uti
tróficas como la gangrena o la contractura isquémica de lización de las mencionadas placas. Danis mostró que las fractu
Volkmann. ras diafisarias tratadas mediante estas placas consolidaban con un
callo periférico muy reducido, fenómeno que dio a conocer como
Deberán efectuarse radiografías en dos planos a intervalos
consolidación primaria de la fractura. Boreau y Hermann (11)
semanales a través del yeso durante el primer mes y cada dos sema
introdujeron una placa con dos partes en las que un pestillo cilin
nas posteriormente hasta que la consolidación sea sólida. Cada
drico proporcionaba la unión de los fragmentos. Bagby y Janes (5)
nueva serie radiográfica deberá compararse con la primera efec
modificaron una placa de Collison con agujeros ovales, permi
tuada tras la reducción. Un error bastante frecuente es comparar
tiendo que se alcanzara una compresión mediante el emplaza
la última radiografía con las de la visita anterior. Si esto se hace así,
miento excéntrico de los tornillos. En 1958, Miiller, Allgówer y
una pérdida gradual de la reducción puede pasar desapercibida
Willenegger desarrollaron lo que se conoce ahora como la placa
hasta que sea demasiado tarde. El yeso deberá cambiarse a inter
de compresión de la Asociación para el Estudio de la Fijación
valos de 3 a 4 semanas. Cada nuevo yeso deberá aplicarse con la
Interna (ASIF) (Arbeitgemeinschaft fur Osteosynthcsefragen
misma delicadeza que el primero. Las fracturas pueden anguiarse (AO) (Fig. 21-12). La técnica para la utilización de esta placa y
incluso ante la presencia de algo de formación callosa. No existe
otras técnicas del grupo AO fueron publicadas por primera vez en
justificación para un armazón de yeso mal colocado.
1963 (66).
En 1975 Anderson y asociados (4) informaron de su experien
Tratamiento quirúrgico mediante reducción abierta cia con las placas de compresión AO para las fracturas de ante
y fijación interna brazo durante el período 1960-1970. Realizaron el seguimiento
de 244 pacientes durante un promedio de 13,2 meses. Veintiocho
Se han ideado a lo largo de los años numerosos métodos de reduc pacientes (11,5%) presentaban fracturas abiertas y 216 (88,5%)
ción abierta y fijación interna. La reducción abierta sin una fija cerradas. A 63 de los 244 (25,8%) les fueron aplicados injertos
ción interna presenta todas las desventajas tanto del tratamiento óseos. Los resultados de Anderson y cois. (4) se muestran en la
abierto como del cerrado, por lo que no tiene cabida en el trata Tabla 21-2 para las fracturas del cúbito y en la Tibia 21-3 para las
miento de las fracturas diafisarias del radio y cúbito en adultos. de radio. F.1 porcentaje de seudoartrosis fue de un 3,7% para el
cúbito y de un 2,1% para el radio. Un porcentaje que sumado se
Determinación del tiempo de la intervención quirúrgica compara favorablemente con los obtenidos mediante otros estu
dios en la bibliografía. Los resultados funcionales obtenidos por
Las fracturas desplazadas de ambos huesos del antebrazo en adul Anderson y asociados fueron muy buenos. De 223 pacientes de
tos deberían reducirse tan pronto como sea posible, preferente los que existía una información suficiente para determinar el
mente en las primeras 24-48 horas de la lesión. La mayoría de los grado de funcionalidad recobrado, los resultados se consideraron
pacientes en la serie de Schemitsch y Richards (82) fueron opera excelentes en 131, satisfactorios en 69 y correctos en 16. Los
dos dentro de las primeras 24 horas de producida la lesión. resultados en siete pacientes que requirieron intervención quirúr-
Capítulo 21: Fracturas diafisarias del radio y del cubito 879
Extraido de Anderson LD, Sisk TD, Tooms RE y al. Fijación mediante pla
cas de compresión en fracturas diafisarias agudas de radio y cúbito. J.
Bone Joint Surg 1975; 57A: 287-297.
IZ5> ^ ^
F ija c ió n m e d ia n te e n c la v a d o in t r a m e d u la r
Tabla 21-4.
INDICACIONES PARA LA FIJACIÓN MEDIANTE
Después de la popularidad que alcanzó el enclavamiento intrame ENCLAVAMIENTOINTRAMEDULAR
dular para las fracturas de fémur a finales de los años cuarenta, se
Fracturas segmentarias
utilizaron distintos aparatos para la fijación medular del radio y el Fracturas abiertas con pérdida de tejido blando
cubito. En 1957, Smith y Sage (87), dieron a conocer una serie de Fracturas abiertas con pérdida ósea
555 fracturas que se recogieron de un número de centros en las Fracturas patológicas
que se empleó alguna forma de fijación intramedular. Los medios Fallo de placa
utilizados incluían agujas de Rush, agujas de Kirschner, agujas de Fracturas múltiples
Steinmann, clavos de l.ottes y clavos en V de Küntscher. Los
resultados fueron descorazonadores. Por encima del 20% de las
Si se elige la fijación mediante enclavamiento intramedular
fracturas no se consiguió la consolidación, siendo frecuentes los
como tratamiento de elección, debería considerarse la utilización
casos de consolidación defectuosa y escasa funcionalidad en aque de un moderno sistema de enclavado con capacidad de bloqueo
llas que sí consolidaron. El arco radial no se mantuvo debido a
El encerrojado de los clavos mediante tornillos proporciona esta
que una aguja redonda introducida en un canal medular no puede bilidad rotacional y previene que el clavo pueda girar en relación
controlar la rotación de los fragmentos. Caden (17) informó de al hueso. Según esto, existe una mejor opción de mantener la cur
una proporción de seudoartrosis en el 16,6% de las fracturas de vatura del radio al tiempo que se añade estabilidad a la estructura
antebrazo tratadas mediante agujas de Rush. clavo-hueso. La utilización de un sistema de enclavado como éste
En 1959, Sage (76) publicó un estudio de la anatomía del (clavo cónico de acero inoxidable para el antebrazo, Biomet,
radio e introdujo los clavos medulares triangulares que llevan su Warsaw, IN) está ilustrado en la Figura 21.13. Si los tornillos de
nombre. El clavo del cubito era recto y se introdujo de forma bloqueo se insertan en la vecindad de los nervios periféricos, debe
retrógrada. El clavo del radio se dobló para ayudar al manteni rá considerarse la utilización de una técnica abierta mínima para
miento de la curvatura radial. Se introdujo partiendo del estiloi- la identificación y protección de las estructuras neurológicas bajo
de radial y conducido proximalmente. El porcentaje de seudoar riesgo antes de la colocación del tornillo.
trosis fue sólo del 6,2% del total de las fracturas y el retraso en la Un sistema alternativo al clavo intramedular de bloqueo es un
consolidación se dio en sólo el 4,9%. Otro clavo triangular o en clavo con cabeza de tornillo (clavo True-FIex, Applied Ostco
forma de diamante para el antebrazo fue presentado por Street Systems, Walnut Creelc, CA). Este tipo de clavo es menos rígido
(90). Éstos también abrazaban la corteza con firmeza y controla que un clavo de bloqueo pero ha demostrado ser capaz de mante
ban la rotación, pero no fueron capaces de preservar la curvatura ner la arquitectura del antebrazo previamente valorada mediante
radial tan bien como los clavos de Sage. Estos, sin embargo no se cuantificación tanto de la magnitud como de la localización de la
recomendaban para las fracturas del tercio distal del radio o si el máxima curvatura y angulación del radio (81). Sin embargo,
canal medular tenía menos de 3 mm de diámetro. Cuando sus algunos clavos de bloqueo son relativamente rectos y con menos
clavos se utilizaron, Sage (76) recomendó el uso rutinario de injer probabilidad mantendrían la curvatura normal del radio.
to autógeno de cresta ilíaca. Schemitsch y asociados (81) demos Se requerirá un ¡ntensificador de imágenes en la técnica de
traron que el enclavado intramedular puede mantener la reduc enclavado cerrado. Lo mejor es posicionar el brazo sobre una tabla
ción del antebrazo, aunque no tan bien como una placa correcta adosada a la propia camilla, que permita una buena visualización
mente colocada. En 1986, Street (90) publicó una serie de 137 con el arco en C. Es muy importante la elección precisa del clavo
fracturas de antebrazo tratadas mediante un clavo intramedular así como su inserción para garantizar el éxito del procedimiento.
cuadrado y largo. Street consiguió con este método una seudoar El clavo es introducido en el radio distal y fragmentos cubitales
trosis del 7%. proximales antes de su reducción. Una vez este procedimiento ha
Aunque los sistemas de enclavado intramedular, incluyendo sis sido llevado a cabo, se deberá inducir la reducción. El clavo será
temas de enclavamiento con bloqueo, están disponibles para su conducido hacia el lugar definitivo, siendo importante que encaje
utilización en el antebrazo, no son ampliamente utilizados en adul herméticamente porque ello aumentará las probabilidades de con
tos. En la población pediátrica, amplias series de pacientes con solidación y curación de la fractura y prevendrá que las fracturas
fracturas del antebrazo han sido tratados de forma satisfactoria oblicuas o conminutas adquieran prioridad. Alternativamente,
mediante enclavamiento intramedular flexible o elástico (74). Las puede utilizarse un sistema de enclavado de bloqueo, teniendo
ventajas teóricas del enclavado medular incluyen menos daño al presente que la inserción de tornillos de bloqueo próximos a los
periostio, la ausencia de agentes que puedan aumentar la sobrecar nervios periféricos puede ser problemática. Debido a que la reduc
ga, y una incisión quirúrgica pequeña. Actualmente algunos trau ción puede llevar un tiempo considerable, el traumatólogo deberá
matólogos recomiendan el enclavado para las fracturas segmenta tener presente la cantidad de radiación que está recibiendo. Las
rias, fallo en la placa, pacientes politraumatizados, lesiones abiertas fracturas conminutas y las segmentarias son las más difíciles de tra
severas con pérdida de tejido blando y en el hueso osteopénico. Los tar mediante técnicas cerradas, pero con perseverancia, tanto la
excelentes resultados de la fijación con placa han hecho difícil el reducción como la fijación pueden conseguirse. Si se utilizan cla
apoyar el uso del enclavado intramedular de forma rutinaria. Es vos intramedulares, deberán controlar la rotación de los fragmen
difícil de imaginar que el enclavado intramedular rutinario, excep tos y ser lo suficientemente firmes para resistir las fuerzas de rota
to en manos de expertos, sea capaz de proveer la calidad de resul ción.
tados con unos porcentajes de complicaciones aceptables, como las
que tiene la fijación mediante placa. Yo no he utilizado fijación Complicaciones de los clavos intramedulares
intramedular en mi práctica, que está limitada al tratamiento de
adultos, aunque reconozco que el procedimiento pudiera tener su Cuando se utiliza el enclavamiento intramedular como método
indicación en algunos casos específicos (lab ia 21-4). de fijación para cualquier tipo de fracturas del antebrazo, cual-
Capítulo 21: Fracturas diaftsarias del radio y del cubito 881
20 mm
mm
Tornillos: 3,5 mm
Diámetro: 3,5 mm
Longitudes: 18-26 cm
Bloqueo de la fijación
Distancia: 38 mm
Tabla 21-5.
RESULTADOS DE FIJACIÓN MEDIANTE PLACAS DECOMPRESIÓN
CON 0 SIN INJERTO ÓSEO
Porcentaje de
Fracturas Consolidación Seudoartrosls consolidación
Extraído de Anderson LD. Sísk TD, Tooms RE y cois. Fijación mediante placas de compresión en frac
turas diafisarias agudas de radio y cubito. J. Bone Joint Surg 1975; 57A: 287-297.
1.a evidencia disponible hasta el momento sugiere que el uso ruti compresión dinámica para el tratamiento de las fracturas despla
nario de injerto óseo en fracturas conminutas del antebrazo no está zadas del radio y cubito (Fig. 21-16). El tratamiento cerrado de
indicado. Aún no se han llevado a cabo estudios prospectivos con estas fracturas generalmente da lugar a una elevada incidencia
trolados de injerto óseo. El hecho de utilizar injerto óseo principal de resultados pobres. Chapman y asociados (20) propusieron
mente en las fracturas conminutas es materia de juicio y opinión. como indicación de las placas de compresión a todas las fracturas
Cada traumatólogo deberá decidir si es mejor la utilización del injer cerradas del antebrazo en adultos en las que el radio o el cubito
to de forma prioritaria en todas aquellas fracturas con conminución tuvieran una angulación superior a los 10 grados. Los resultados
significativa mientras el paciente está bajo anestesia y los huesos del globales de la fijación mediante placa de compresión han sido en
antebrazo expuestos, o retrasar el injerto hasta una segunda opera mi experiencia buenos o excelentes. La incidencia de seudoartro-
ción si no se ha producido la consolidación o ésta es defectuosa. sis ha sido baja y los resultados funcionales han sido excelentes en
la mayor parte de los casos. Se realiza una incisión longitudinal
directamente sobre el cubito, y se procede al abordaje volar de
M é to d o d e t r a t a m ie n t o p r e f e r id o p o r e l a u to r Henry para el radio (42). La placa de elección es la placa de com
Personalmente prefiero la reducción abierta y la fijación interna presión dinámica de ocho agujeros con tornillos corticales de 3,5
utilizando placas de acero inoxidable, de contacto limitado y mm (Fig. 21-17). Para las fracturas segmentarias del radio, utilizo
Figura 21-17. Dibujo que muestra la colocación de unas placas de com presión dinám ica y contacto
lim itado de ocho agujeros en sendas fracturas de radio y cúbito.
dos placas separadas aplicadas, si es posible, en diferentes planos la herida (véase abajo). La fijación mediante placas de compresión
(Fig. 21-8). Alternativamente, pueden utilizarse dos placas semi- para las fracturas del antebrazo es el método de tratamiento de
tubulares superpuestas (Fig. 21-19). Generalmente los grados elección para muchos autores (2, 20, 39, 53).
moderados de conminutación pueden ser tratados mediante tor
nillos de compresión interfragmentarios seguidos de la aplicación P r o c e d im ie n to s q u ir ú r g ic o s
de una placa. Los injertos autólogos de cresta ilíaca no se utilizan de
forma rutinaria a menos que exista una solución de continuidad Técnica de la placa de compresión
como defecto óseo. Los defectos segmentarios pequeños (menores Los principios de la fijación interna se han presentado en el capí
de 6 cm) serán tratados mediante la aplicación de una placa sufi tulo 6. Sin embargo, algunos puntos importantes merecen una
cientemente larga para obtener seis puntos de fijación en la corte especial consideración en este momento. La mayoría de los fallos
za en ambos lados de la fractura, complementada con injerto en las series publicadas de fracturas de antebrazo tratadas
autólogo de cresta ilíaca. Prefiero retrasar el injerto óseo en las mediante placas de compresión han sido debido a errores en la
fracturas abiertas hasta que se obtenga una cobertura definitiva de técnica o a infecciones. Antes de llevar a cabo la técnica de com-
Flgura 21-18. Radiografía que muestra una fractura segmentarla consolidada de cúbito fijada m edian
te el empleo de dos placas aplicadas en planos diferentes (el m ism o paciente que en la Fig. 21-16).
Capítulo 21: Fracturas diafisarias del radio y del cubito 885
Figura 21-19. Placas sem itubulares superpuestas utilizadas en la fijación de una fractura segmentaria
de cubito. Las placas se aplicaron de esta form a para lograr la fijación sim ultánea de ambas fracturas
en el m ism o plano con aparatos convencionales de fijación. La necesidad de superposición es una de
las pocas indicaciones que persisten para el uso de las placas sem itubulares. Este m étodo de fijación
no deberá utilizarse para el radio, ya que resultará en pérdida de la curvatura de este hueso.
presión, el traumatólogo deberá estar completamente familiariza lización de los fragmentos conminutos. Si existen fragmentos en
do con la técnica y, teóricamente, debería haberla practicado con mariposa, deberán ser reducidos y fijados mediante tornillos de
anterioridad en laboratorio. Deberá estar disponible un equipo compresión interfragmentarios. La posición de la placa puede
completo y la técnica quirúrgica será llevada a cabo con una rígi modificarse para acomodar la presencia de tornillos de compre
da asepsia. sión interfragmentarios o, alternativamente, éstos pueden colo
carse a través de la placa.
Abordaje quirúrgico
El paciente se colocará en posición supina en la mesa del quirófa
no con la extremidad en extensión sostenida por una tablilla
adherida la mesa. Se utilizará torniquete a menos que se hayan
producido heridas vasculares. Se practicarán dos incisiones sepa
radas. El radio se abordará mediante la incisión volar de Henry (4,
20, 39). La cobertura de tejido blando es mejor en la cara volar y
el contorno óseo es plano, haciendo más fácil la aplicación de la
placa en este lugar. También el tejido blando está menos irritado
y, por tanto, existen menos probabilidades de que la placa tenga
que retirarse posteriormente. Para fracturas que abarquen la mirad
proximal del radio, se ha recomendado en el pasado (4, 22, 95) el
abordaje dorsal de Thompson, colocando la placa en la superficie
dorsal. Sin embargo, yo recomiendo el uso del abordaje anterior
de Henry para todas las fracturas del radio, incluyendo las muy
proximales, de forma que el riesgo de lesión del nervio interóseo
esté minimizado (82). En ocasiones, puede utilizarse una incisión
simple para el abordaje de fracturas proximales de cubito asocia
das a luxación de la cabeza radial (Fig. 21-36) (15). Si se utiliza
un abordaje posterior para aquellas fracturas muy proximales,
deberá dejarse expuesto el nervio interóseo posterior. Existe un Figura 21-20. El nervio interóseo posterior está en situación de
riesgo importante de lesión de este nervio con un abordaje poste riesgo cuando se realiza un abordaje posterior del radio. Si se u ti
rior, especialmente con la retirada de la placa (Fig. 21-20) (106). liza este abordaje, este nervio deberá identificarse. El nervio es
Por esta razón, el abordaje posterior no está recomendado. pequeño y difícil de diseccionar de form a segura, especialmente
en presencia de fractura, debido a la hem orragia y al edema aso
Para fracturas cubitales, la placa puede colocarse bien en la ciados a las fracturas. El riesgo de lesionar el nervio se m inim iza
superficie volar o en la dorsal. La superficie a utilizar estará deter mediante el em pleo de un abordaje volar (Henry). El abordaje
minada por aquella en la que la placa encaje mejor y por la loca volar puede utilizarse para exponer el radio com pleto.
886 Sección ¡I: Extremidad superior
Cierre
Es muy importante suturar solamente el tejido subcutáneo y la
piel. La fascia profunda del antebrazo es muy densa. Si se sutura
con fuerza, la formación de edema y la hemorragia pueden causar
un aumento de la presión en los compartimentos del antebrazo
que dé lugar a contractura de causa isquémica. Obviamente el
dejar la fascia profunda sin suturar es importante no sólo cuando
se utilizan las placas de compresión sino también con otras formas
Figura 21-22. Fórceps para contorneado de placas AO. Este Ins
de fijación interna. Recomiendo la utilización de un sistema de
trum ento es m uy útil en el contorneado de la placa radial en el
m om ento de la cirugía para el m antenim iento del arco radial. La drenaje cerrado para la reducción del hematoma y la consecuente
aplicación de una placa recta o contorneada al radio puede no res inflamación, que será retirado a las 24 h.
tablecer el arco radial de form a anatómica. En la mayoría de las
fracturas de radio, por lo menos una porción de la placa deberá
contornearse para m antener el arco radial. Ocasionalmente, puede Tratamiento postoperatorio de la fractura
aplicarse una placa recta al radio si la misma pasa por el hueso de
form a oblicua. El tratamiento tras la fijación mediante placa de compresión será
individualizado. Si el paciente es colaborador, la fractura no pre
senta un grado de conminución elevado y si se ha alcanzado una
fijación estable, no será necesaria la inmovilización externa. Se
exacta de contorneado que se requiere para obrener una reducción aplicará un vendaje compresivo y se elevará el antebrazo hasta que
anatómica de una fractura radial variará en función a la localiza la inflamación empiece a descender. Tan pronto como el paciente
ción de la fractura, la magnitud del arco radial normal de cada se recupere de la anestesia, se iniciarán ejercicios suaves del ante
paciente y la superficie del radio a la que se quiere aplicar la placa brazo para el codo, muñeca y mano. Al finalizar los 10 primeros
(82). Se requiere menos contorneado para la colocación de la días, estos pacientes generalmente han alcanzado una amplitud de
placa en la cara volar que en la radial o dorsorradial. La superficie movimientos casi normal (Fig. 21-23).
óptima para la colocación de la placa dependerá de la elección de Si la fractura no es conminuta y se ha obtenido una fijación
su exposición, las características de la fractura(s) y la presencia o estable, pero el paciente no es colaborador con el tratamiento que
ausencia de conminución, así como del uso de tornillos de com se va a efectuar, o si la fractura es conminuta y no se ha alcanza
presión interfragmentarios por fuera de la placa. Generalmente el do una fijación estable de la misma, el cuidado posquirúrgico será
emplazamiento volar o volar-radial de la placa es óptimo para las diferente. En estas situaciones prefiero utilizar un vendaje com
fracturas de radio. La placa cubital puede aplicarse tanto en la cara presivo de yeso durante 10-12 días, momento en que se retirarán
dorsal como en la volar de este hueso. Cuando se aplica una placa los puntos y se colocará una férula termoplástica de brazo largo.
en la superficie volar del radio, deberemos asegurarnos de que el La férula podrá retirarse para realizar la higiene del antebrazo y las
radio no haya sido deformado de forma yatrogénica por las pin sesiones de fisioterapia, pero se llevará durante el resto del día
zas óseas antes de la colocación de los tornillos. Una placa radial durante 6 semanas.
aplicada a la superficie dorsal o cubital del radio no deberá seguir
la línea media de la diáfisis a lo largo de toda su longitud porque Resultados
podrá producir acortamiento radial yatrogénico. Debido a que la
cantidad de contorneado requerido es variable, el traumatólogo El pronóstico para adultos con fracturas de radio y cubito depen
deberá valorar exactamente el grado de reducción radial durante derá de muchos factores. ¿Se trata de una fractura abierta, y si es
la aplicación de la placa. Una ligera oblicuidad de la placa en rela así, cuál es la extensión del daño y el grado de contaminación? ¿Es
ción al hueso puede aceptarse si es requerida para el manteni una fractura desplazada o no desplazada y cuál es el grado de
miento de la curvatura radial. La configuración de la placa debe conminución? El traumatólogo no tiene control sobre estos y
rá cambiarse si se han utilizado tornillos interfragmentarios por otros factores, los cuales se verán en el momento de la cirugía,
fuera de la misma para el mantenimiento de la reducción de los donde se tomarán las decisiones. Sin embargo, el pronóstico en
fragmentos corticales más grandes. relación a estos factores puede estar afectado por la acción del
La distracción puede ser útil cuando la presencia de conminu propio traumatólogo y sus decisiones, incluyendo el tratamiento
ción hace imposible el conseguir un alineamiento perfecto y una precoz y apropiado. Existen otros factores sobre los que el trau
correcta fijación mediante tornillos del área conminuta. El dis matólogo sí tiene un control más directo. Éstos incluyen la elec
tractor AO es aplicado a agujas de 4,5 mm situadas en lugares ción del método de tratamiento (reducción abierta frente a cerra
lejanos a la porción conminuta o segmentaria. Se procurará una da), la elección del momento apropiado para la fijación interna en
distracción suficiente de los fragmentos para obtener un buen ali fracturas abiertas y la atención a los detalles técnicos que inclui
neamiento. Las áreas conminutas o defectuosas se unirán median rán el manejo cuidadoso del tejido blando, la prevención de la
te una placa bien contorneada sobre los extremos intactos de la infección y la restitución de los fragmentos a su posición anató
fractura. La placa actuará como un puntal sobre el área conminu mica.
ta, a la que se añadirá el injerto óseo. Generalmente utilizó injer Para fracturas tratadas mediante reducción abierta y fijación
to óseo autólogo de la cresta ilíaca si existe un grado significativo rígida interna, el pronóstico de conseguir consolidación es cer
de conminución. Una conminución significativa es definida de cano al 95%. Muchos estudios sobre fracturas de antebrazo tra-
888 Sección II: Extremidad superior
Figura 21-23. Paciente de 18 años de edad tras la fijación de fracturas de ambos huesos del antebra
zo mediante placas de com presión dinám ica de 3,5 mm. Después de un año de la lesión ambas frac
turas consolidaron y la paciente muestra una am plitud com pleta de pronación (A) y supinación (B). La
paciente inició ejercicios de m ovilización a los pocos días de la lesión.
tadas mediante placas de compresión han dado resultados posi zo refleja el grado de traumatismo que se requiere para romper
tivos (2-4, 20, 27, 39, 40, 67, 77, 93, 94). En un grupo de ambos huesos del antebrazo, la frecuencia de impactos de alta
pacientes con fracturas diafisarias del antebrazo tratados inicial energía como mecanismo de lesión cuando se producen estas frac
mente con placas ranuradas por Jinkins y colaboradores (47), el turas y la localización relativamente superficial del radio y el cubi
95,8% se consolidaron. Caden (17) presentó unos resultados de to por debajo de la piel (58).
consolidación del 92,5% mediante el mismo tipo de placas.
Otros traumatólogos han publicado resultados similares con
fijación rígida tanto con placas como con clavos intramedulares D ia g n ó s tic o
(22). La característica común más importante en estos trabajos, El diagnóstico de una fractura abierta del antebrazo es general
en los que más el 90% de las fracturas consolidaron, fue la rigi mente evidente (Fig. 21-24). A menudo el paciente o la persona
dez de la fijación. que le acompaña comentan que ha habido abundante hemorragia
Schemitsch y Richards (82) desarrollaron un análisis multiva- o que el hueso es visible. Sin embargo, también es posible que una
riable para la evaluación de la influencia en cuanto al pronóstico fractura abierta del brazo pase desapercibida si no se inspecciona
de variables tales como la edad del paciente, el mecanismo de la con cuidado toda la circunferencia de la extremidad. Por ello el
lesión, la presencia de lesión ipsilateral de la extremidad superior, médico deberá examinar la extremidad una vez que se ha retirado
la presencia de lesión abierta, el momento del tratamiento y la cualquier vendaje o férula que el paciente pueda llevar para tener
presencia de complicaciones. Aunque la rotación del antebrazo la absoluta certeza de poder descartar una fractura abierta. Esto es
quedó reducida debido a la concurrencia de una complicación, la especialmente cierto en pacientes que por un motivo u otro no
rotación no quedó negativamente afectada por lesiones ipsilatera- pueden proporcionar una historia fiable. Incluso una pequeña
les de la extremidad superior o fracturas abiertas de grados II y 111. herida por punción puede ser importante, ya que la incidencia de
Igualmente, la reducción de la fuerza manual de presión fue con infecciones profundas aumenta significativamente en presencia de
secuencia de una lesión severa o por fracturas abiertas de grados II fracturas abiertas e incluso una minúscula cantidad de material
y III, y también por pérdida de la curvatura radial. Estos hallaz extraño introducido a través de una herida punzante puede pro
gos demuestran la importancia de una reducción correcta duran vocar una seria infección profunda.
te la fijación en cuanto a la determinación del pronóstico. Las fracturas abiertas, especialmente las causadas por heridas
de bala, suelen estar asociadas a lesiones nerviosas y vasculares de
FRACTURAS ABIERTAS DE RADIO Y CÚBITO importancia. Deberá descartarse la afectación de estas estructuras
en la herida. Las fracturas abiertas requerirán tratamiento urgen
La proporción entre fracturas abiertas y cerradas es superior para te (véase Capítulo 10). La herida se cubrirá mediante vendaje
los huesos del antebrazo que para cualquier otro hueso, excepto la estéril. En fracturas abiertas es un error hurgar en la herida mien
tibia (14). La elevada incidencia de fracturas abiertas de antebra tras el paciente está en Urgencias. Esto puede conllevar contami-
Capitulo 21: Fracturas diafisarias del radio y del cubito 889
nación profunda de la herida y por tanto un riesgo importante de con daño extenso del tejido blando) o amputación traumática. En
infección. El daño al tejido blando puede evaluarse de forma más 1984, Gustilo y colaboradores (37, 38) dividieron las lesiones de
objetiva y con mayor seguridad durante el desbridamiento formal tipo III en A, B y C. El tipo III-A engloba aquellas fracturas pro
de la herida en quirófano. ducidas por armas de fuego con una adecuada cobertura del hueso
fracturado a pesar de una lesión extensa del tejido blando, colga
jos o traumatismos de alta energía independientemente del tama
C la s if ic a c ió n ño de la herida. El tipo 1II-B representa a aquellas heridas con
En cuanto a la valoración de las fracturas de ambos huesos el ante daño extenso del tejido blando, desperiostización y exposición
brazo, utilizo la clasificación descrita por Gustilo y Anderson ósea, generalmente asociadas a contaminación masiva. En el tipo
(36), donde las fracturas abiertas se clasifican en tres tipos: tipo I, III-C se clasificarán aquellas fracturas abiertas con daño vascular
que incluye aquellas fracturas abiertas con herida limpia de menos asociado que requieren reparación. Afortunadamente, los tipos I
de 1 cm de longitud; tipo II, con heridas lacerantes de más de 1 y II son más comunes en el antebrazo que el tipo III. La causa más
cm sin daño extenso del tejido blando, colgajos o avulsiones; y frecuente suele ser una punta ósea afilada que sobresale de dentro
tipo III, que pueden ser abiertas segmentarias (fracturas abiertas a fuera.
890 Sección II: Extremidad superior
P r in c ip io s clel t r a t a m ie n t o q u ir ú r g ic o
Se recomienda un desbridan!iento extenso bajo anestesia general só la fijación interna. Ninguno desarrolló infección. En la actua
seguido de reducción primaria abierta y fijación interna o externa lidad, la mayoría de los autores creen que la fijación primaria
para lesiones abiertas (20, 30, 39, 49, 65, 82). Hl realizarlo de esta puede llevarse a cabo de forma segura siempre y cuando se haya
manera requiere de una técnica meticulosa. Después de obtener efectuado un desbridamiento a conciencia (48, 82)
cultivos de la herida, se administrará cefazolina endovenosa en
Urgencias. Se llevará al paciente al quirófano, donde la herida
abierta y la extremidad se limpiarán con solución de povidona Fijadores externos (Tabla 21 -6)
yodada (Betadine). La herida se irrigará abundantemente con
solución salina fisiológica estéril (añadiendo bacitracina). Se DeLee propuso las siguientes indicaciones para la utilización de
expondrán los extremos de los huesos mediante incisiones que fijación externa en la extremidad superior: (a): presencia de siete
permitan una mayor abertura de la herida. Las heridas traumáti
cas deberán incorporarse a la incisión quirúrgica sólo si se dan en
la línea de abordaje quirúrgico estándar. Si no, deberán efectuarse
incisiones totalmente separadas, ignorando las lesiones traumáti
cas. Tanto la disección del tejido blando como la desperiostización
se mantendrán al mínimo necesario para una exposición adecua
da. Se empleará un desbridamiento metódico empezando por la
piel y trabajando capa por capa hasta llegar al hueso. Se rcseccio-
nará todo el tejido necrótico. Aquellos fragmentos óseos sin suje
ción a tejidos blandos se desecharán, a no ser que cumplan una
función estructural importante. Se irrigará la herida con varios
litros de solución salina y se tomarán muestras para los cultivos
finales.
O p c io n e s d e tr a t a m ie n t o
Momento
F.n las series de Hadden y cois. (39), el 44% de las fracturas abier
tas y el 23% de las cerradas fueron intervenidas mediante placa en
las primeras 24 horas. Retrasaron el tratamiento abierto (a) en
pacientes politraumatizados en los que era prioritario el trata
miento de otras lesiones, (b) cuando no se encontraba disponible
personal experimentado y (c) cuando estaban esperando la cura
ción de la herida en las lesiones abiertas (al principio de las series).
Su recomendación actual es la fijación primaria de las fracturas
abiertas. Chapman y cois. (20) también recomendaron la fijación
de las heridas abiertas en el mismo día de producida la lesión en
la mayoría de los casos, a menos que la presencia de otras lesiones
excluya la fijación. La reducción abierta y la fijación interna en
situación de urgencia está recomendada en aquellas fracturas
abiertas de ambos huesos del antebrazo.
Injerto óseo
Si la herida está limpia, sin signos de infección, el injerto óseo
podrá llevarse a cabo al mismo tiempo que el cierre de la herida o Figura 21-25. Marco de media aguja sim ple de Hoffmann. Se
conectan tres agujas por encima y tres por debajo del lugar de la
la cobertura de la misma. En el pasado, Andcrson recomendó fractura mediante un clavo de com presión-distracción. (Extraído
retrasar la fijación para las fracturas abiertas. El propio Anderson de DeLee JC Fijación externa del antebrazo y la muñeca. O rthop
siguió a 28 pacientes con 38 fracturas abiertas en los que se retra Rev 1981; 6: 43-48.)
Capítulo 21: Fracturas diafisarias del radio y del cubito 891
lesiones abiertas con pérdida de piel y tejido subcutáneo y fractu Lesión concomitante del tejido blando
ra del radio o cubito; (b) la necesidad de mantener la longitud en
pacientes con pérdida ósea o fracturas conminutas; (c) fractura- Godina (34), de la antigua Yugoslavia, promulgó la reconstruc
luxación abierta del codo con pérdida de tejido blando, situación ción precoz del tejido blando. Para ello revisó los resultados de
en la que no se recomienda la fijación interna; (d) algunas fractu 532 pacientes a los que se les practicó reconstrucción por micro-
ras inestables intraarticulares distales de radio; y (e) seudoartrosis cirugía tras traumatismo de las extremidades. Se dividió a los
infectadas (Fig. 21-25). En los tipos de fracturas III-B y HI-C, pacientes en tres grupos, basándose en el tiempo transcurrido
puede resultar difícil el tratamiento de las lesiones del tejido blan desde la lesión hasta que se practicó la reconstrucción. Se utilizó
do sin el uso de algún tipo de fijación interna o externa. la transposición de colgajo libre en el primer grupo en las prime
Particularmente he encontrado que un fijador externo puede pro ras 72 horas de la lesión, en el segundo grupo entre las primeras
porcionar una fijación estable de fracturas mientras se lleva a cabo 72 h y los 3 meses tras la lesión, y en el tercer grupo entre 3 meses
la reconstrucción del tejido blando. y 12,6 años tras la lesión. En el primer grupo el fracaso del colga
La utilización de aparatos de fijación externa para el trata jo fue del 0,75% y el porcentaje de infección fue del 1,5%. El
miento inicial de fracturas abiertas severas de radio y cubito con tiempo medio para la consolidación de la fractura fue de 6,8
pérdida de tejido blando, pérdida ósea o severa conminución, han meses con una estancia media en hospital de 27 días. Estos resul
sido dados a conocer por DeLee (25), Heiser y Jacobs (41), y tados significaron una mejora significativa en todas las categorías
Schuind y asociados (84). DeLee apunta a la existencia de sólo en pacientes a los que se les había efectuado una reconstrucción
tres tipos de fijadores externos aplicables a los huesos del antebra tardía (véase Capítulo 14 para una exposición en profundidad del
zo: el marco simple de aguja de medio perfil de Hoffmann, el tratamiento del tejido blando en las fracturas abiertas).
marco doble de aguja de medio perfil de Hoffmann y el marco de
Hoffmann-Vidal con agujas transfijadoras. Según la opinión de Procedimientos quirúrgicos
DeLee, las indicaciones para el uso de agujas transfijadoras en el
antebrazo son muy limitadas debido al riesgo de que las agujas La elección deberá ser individualizada, ya sea la de un fijador
dañen el tejido neurovascular adyacente. Por tanto, tanto el marco interno o la de uno externo. En algunos casos, la fijación interna
simple o el doble de Hoffmann son los utilizados más frecuente de un hueso, combinada con la fijación externa del mismo o del
mente junto a las agujas de medio perfil. Seligson y Galloway (85) otro hueso, puede resultar lo más beneficioso para el paciente. Lo
han comunicado el empleo de una fijación externa circular para el cual es particularmente cierto para las fracturas proximales y dis
antebrazo. tales (Fig. 21-26). Cuando se elige la fijación interna, se utilizará
siempre una cantidad adecuada de metal para la estabilización del cuando la pérdida de tejido blando y la presencia de contamina
antebrazo en el tratamiento de la lesión. Cuando tratamos fractu ción hiciera dificultosa la cobertura de la placa.
ras abiertas, ambos huesos deberían fijarse mediante uno u otro
método. Como en todas las fracturas abiertas, es de la mayor
Resultados
importancia mantener la herida abundantemente irrigada y reali
zar un desbridamiento meticuloso. Se iniciará terapia antibiótica El pronóstico es reservado para fracturas abiertas diafisarias del
endovenosa inmediatamente en Urgencias tras el cultivo de la radio o cúbito con perdida masiva de piel y tejido blando (28). En
herida y se continuará durante y después de la cirugía. Se admi estos casos, pueden requerirse varios procedimientos quirúrgicos,
nistrará la vacuna antitetánica. incluyendo el desbridamiento inicial y estabilización, injerto de
piel o pedículo o aplicaciones de colgajos libres, reconstrucción
posterior de los huesos y, frecuentemente, la transposición de ten
M é to d o d e t r a t a m ie n t o p r e f e r id o p o r
dones. Jones (48) revisó 18 casos con fracturas diafisarias abiertas
e l a u to r
de tipo III del antebrazo tratadas mediante el seguimiento de un
La fijación interna primaria con placas tal y como ha sido descri protocolo que consistía en un desbridamiento inicial extenso,
ta más arriba se utiliza en la mayor parte de las fracturas diafisa- reducción inmediata abierta mediante la aplicación de una placa
rias del radio y cubito, excepto en pacientes cjue presentan una de fijación de compresión dinámica y reparación vascular cuando
pérdida abundante de tejido blando (Fig. 21-27). F.n la mayoría fue necesario. Aunque se requirieron procedimientos quirúrgicos
de los casos, cuando la herida traumática es relativamente pe para tejidos blandos posteriormente para muchos de los pacientes,
queña y no muy contaminada, se irrigará y dejará abierta. La se obtuvieron resultados buenos o excelentes en 12 de ellos
herida quirúrgica se cerrará de forma primaria. Si se ha diagnosti (67%). Seligson y cois. (86) descubrieron que la cobertura prima
cado un síndrome compartimental, o si la herida quirúrgica no ria de los defectos del tejido blando tenía un porcentaje de infec
puede cerrarse sin tensión, se acercarán porciones de la herida ción del 66% y recomendaron el recubrimiento temporal de la
tanto proximales como distales para cubrir las partes expuestas herida con antibióticos mediante una técnica de rosario de bolas
sensibles (vasos, nervios y tendones), especialmente cuando no hasta el cierre de la herida en un medio estéril y viable.
están cubiertas por paratendón. F,1 resto de la herida se dejará Si se desarrolla una infección, será necesaria la escisión de los
abierta y se cubrirá con una gasa empapada en crema antibiótica. tejidos óseos y blandos no viables y el empleo de múltiples cam
La herida se cerrará por segunda intención mediante injertos de bios de vendajes o de un sistema de irrigación-succión.
piel total entre 3 y 5 días antes de la cirugía primaria. Se utilizará Personalmente prefiero la primera técnica. Generalmente, se
la fijación externa cuando exista una abundante pérdida ósea o puede preservar una función suficiente como para hacer que
Figura 21-27. A: Radiografías preoperatorias en un paciente de 32 años con fractura abierta tip o lll-A
de radio y cúbito secundarias a herida de bala de alta velocidad. B: Radiografías postoperatorias m os
trando fija ción prim aria mediante placa de com presión dinám ica de 3,5 mm y 10 agujeros en radio y
cúbito. Esta fijación fue reforzada mediante el em pleo de injerto óseo de cresta ilíaca en el m om ento
del cierre por prim era intención, 3 dias tras la lesión. C: radiografías que m uestran consolidación a los
33 meses. Se obtuvo una am plitud de m ovim ientos norm al. (Extraído de Chapman MW, G ordon EJ,
Zissim os AG. Fijación mediante placa de com presión de fracturas agudas diafisarias del radio y cúbi
to. J Bone J o in t Surg 1989; 71 A:159-169.)
Capítulo 21: Fracturas diafisarias del radio y del cubito 893
FRACTURA ÚNICA DEL RADIO Figura 21-28. Radiografías an teroposterior y lateral preoperato
rias en un joven de 25 años de edad con fractura cerrada de
Hughston (44) ha publicado una excelente descripción de las frac Galeazzi. (Extraído de Chapman MW, G ordon EJ, Zlsslm os AG.
turas distales de la diáfisis radial asociadas a luxación de la articu Fijación mediante placa de com presión de fracturas agudas dlafl-
sarlas del radio y cúbito. J Bone J o in t Surg 1989; 71A: 159-169.)
lación radiocubital distal. Para ello recogió 41 casos e informó de
un número muy importante de malos resultados, aunque sus cri
terios para obtener resultados satisfactorios eran muy estrictos.
Éstos incluían consolidación con alineamiento perfecto, sin pérdi mente poco desplazadas, la única deformidad puede ser la infla
da de la longitud, sin subluxación de la articulación radiocubital mación y el dolor en las cercanías de la fractura. Si el desplaza
distal, y pronación y supinación completas. De las 38 fracturas miento es mayor, se producirá acortamiento del radio y angula
tratadas ¡nicialmente mediante reducción cerrada e inmoviliza ción posterolateral. Será evidente la presencia de subluxación o
ción, Hughston informó de unos resultados insatisfactorios en 35 luxación en la articulación radiocubital distal con prominencia de
de ellos (92%). Solo tres pacientes presentaron resultados buenos. la cabeza del cúbito y dolor sobre la articulación (107).
Tal y como el propio Hughston apuntó, existen cuatro facto Raramente, una luxación de la cabeza del radio, puede aparecer en
res mayores que pueden incidir en la pérdida de la reducción: asociación con una fractura diafisaria del radio. La mayoría de
éstas son fracturas cerradas. En fracturas abiertas, la herida es
1. La gravedad actuando a través del peso de la mano, incluso en generalmente pequeña y de tipo punzante desde dentro, donde el
un yeso, tiende a causar subluxación de la articulación radio- extremo distal del fragmento proximal protruye a través de la piel.
cubital distal y angulación dorsal del radio fracturado. Es raro que se produzcan lesiones nerviosas o vasculares asociadas.
2. La inserción del pronador cuadrado en la superficie palmar del La fractura en la consolidación de los tercios medios y distales del
fragmento distal hace que éste rote hacia el cúbito y lo empu radio presenta generalmente una configuración transversa u obli
je hacia una posición proximal y plantar. cua. La mayoría no presentan conminución significativa. Si la
3. El braquiorradial tiende a utilizar la articulación distal radio- fractura radial está muy desplazada, la articulación radiocubital
cubital como un eje en el que rota el fragmento distal del radio distal estará luxada o subluxada (Fig. 21-28). En la proyección
y al mismo tiempo causa acortamiento. anteroposterior, el radio aparece relativamente acortado, con un
4. Los abductores y extensores del dedo pulgar causan acorta aumento en el espacio entre el radio distal y el cúbito en el punto
miento y relajación de los ligamentos radiales colaterales de de su articulación. En la proyección lateral, el radio fracturado
forma que no se puede mantener en tensión el puente de teji está generalmente angulado dorsalmente y la cabeza del cúbito
do blando, a pesar de que la muñeca esté posicionada en des protruye dorsalmente. La lesión en la articulación radiocubital
viación cubital. puede ser puramente ligamentaria, o los ligamentos pueden per
manecer intactos y la estiloides cubital puede estar avulsionada.
D ia g n ó s tic o
Clasificación
Las dos causas más importantes de fracturas de Galeazzi son los
golpes directos en la cara dorsolateral de la muñeca y las caídas. Las fracturas que sólo afectan a la diáfisis del radio pueden divi
La causa más probable en cuanto al mecanismo de la lesión de esta dirse en dos grupos: (a) fracturas en los dos tercios proximales del
fractura es una caída sobre la mano en extensión en combinación hueso no asociadas a lesión de la articulación radiocubital distal,
con una marcada pronación del antebrazo. Según Galeazzi (111), y (b) aquellas que se producen en la unión de los tercios medio y
esta lesión es aproximadamente tres veces más frecuente que la distales y que están, en mayor o menor grado, asociadas a lesiones
fractura de Monteggia. de la articulación radiocubital. Las fracturas de los dos tercios
Los signos y síntomas varían con la severidad de la lesión y el superiores de la diáfisis radial no son frecuentes en adultos. La
grado de desplazamiento. En fracturas no desplazadas o relativa- diáfisis radial en los dos tercios proximales está relativamente bien
894 Sección II: Extremidad superior
mediante reducción abierta y fijación interna. Por otro lado, era forma de abordar este complejo componente de la lesión se des
de la opinión de que una fractura similar del tercio distal del radio cribe a continuación.
que resulte de un impacto directo perpendicular al hueso capaz de
desplazar al fragmento radial hacia el cubito, no tiene por qué aso
M é to d o d e t r a t a m ie n t o p r e f e r id o p o r e l a u to r
ciarse a patología de la articulación radiocubital distal o lesión de
la membrana interósea. Sarmiento creía que si esta última fractu Prefiero tratar las fracturas de la unión de los tercios medio y dis
ra era transversa y estuviera bien reducida, pudiera no requerir tales del radio mediante fijación con placas de compresión, y los
fijación interna, estando entonces indicada la aplicación del méto pacientes a los que he tratado, como regla general, han presenta
do de ortesis funcional. do resultados excelentes con este método. Los detalles de la técni
ca han sido pormenorizados en otros lugares (63, 120), aunque
algunos puntos referentes a su utilización en el tratamiento de este
O p c io n e s d e t r a t a m ie n t o
particular tipo de fracturas deben destacarse.
De la anterior discusión introductoria, debería ser evidente que
los resultados del tratamiento cerrado son escasos. Las fuerzas Reducción de la fractura
deformantes son tan poderosas que incluso si la fractura no es des
plazada inicialmente o si se obtiene una buena posición median Mediante el uso de unas pinzas de reducción radial se consigue la
te la reducción cerrada, lo general es que se desplace dentro del reducción de la fractura de forma anatómica. Generalmente, hay
armazón de yeso inmovilizante. Para obtener una pronación y muy poca o ninguna conminución, pero si ésta existe, el trauma
supinación funcionales y evitar desajustes y cambios artríticos en tólogo deberá intentar colocar todos los fragmentos de forma ana
la articulación radiocubital distal, la fractura deberá quedar unida tómica en su sitio. Los fragmentos en mariposa deberán fijarse a
en posición anatómica. Por estas razones, la reducción abierta y la los fragmentos más grandes mediante tornillos de compresión
fijación interna es casi siempre el método de tratamiento de elec ¡nterfragmentarios. Se elegirá una placa de longitud adecuada,
ción . dependiendo de la oblicuidad de la fractura y el grado de conmi
El enclavamiento intramedular no proporciona una fijación nución. Idealmente, deberían existir cuatro agujeros en una placa
satisfactoria de este tipo de fracturas. El canal medular al nivel de de compresión dinámica para fragmentos pequeños y contacto
la fractura es grande y continúa agrandándose distalmcnte. El limitado a ambos lados de la fractura. Sin embargo esto no siem
clavo no puede prevenir el desplazamiento medial del fragmento pre es posible en fracturas distales y en fracturas conminutas que
distal ni el acortamiento del radio. De igual manera, el canal se extienden distalmentc. La reducción sólo debería intentarse
medular del fragmento disral es demasiado grande para que el cuando los fragmentos conminutados han sido unidos a los frag
clavo sea capaz de controlar la rotación. La fijación mediante mentos fracturados de mayor tamaño, cuando el taladro y los tor
placa-tornillo es, con diferencia, el mejor método, pero para que nillos están dispuestos, y cuando se ha seleccionado la placa apro
dé buenos resultados, la placa debe ser lo suficientemente larga y piada.
los tornillos deberán proporcionar un buen ajuste tanto en los
fragmentos distales como los proximales.
Aplicación de la placa
La corteza volar del radio es plana y proporciona una buena
P r o c e d im ie n to s q u ir ú r g ic o s
superficie para la placa. En fracturas transversas puras es adecua
En 1975, Mikic (114) dio a conocer una serie de 125 pacientes da una placa de 6 agujeros de 3,5 mm, aunque es preferible una
con fractura-luxación del antebrazo de tipo Galeazzi. Muchos de de ocho agujeros, especialmente si existe conminución u oblicui
estos pacientes, a los que sólo el radio fue fijado internamente, dad. La placa se centrará de forma correcta de forma que al menos
mostraron unos resultados no satisfactorios debido a la incapaci tres tornillos de 3,5 mm puedan colocarse al menos a 1 cm de la
dad de mantener la reducción de la articulación radiocubital dis fractura, incluso si ello implica tener que dejar vacío uno de los
tal. Por esta razón fue partidario de unir el cúbito al radio agujeros de la placa. La placa se pinza a los fragmentos proxima
mediante una o dos agujas de Kirschner aplicadas percutánea- les y distales mediante dos fórceps óseos o pinzas radiales. Una
mente. Las agujas de Kirschner fueron retiradas al cabo de unas tercera pinza se colocará en ángulos rectos a las dos primeras y se
semanas. Liang y colaboradores (113) también apoyaron este asegurará para prevenir la angulación y el acortamiento cuando se
tipo de fijación temporal mediante agujas de Kirschner percutá- aplique la compresión. Si la fractura es oblicua, podrá aplicarse
neas transradiocubitales durante 4 semanas. Sin embargo. Mikic compresión mediante un tornillo de compresión interfragmenta
prefirió las agujas de Rush como su método predilecto para el rio (Fig. 21-30). Los tornillos se colocarán primero en el frag
tratamiento de las fracturas del radio, que como ha sido previa mento distal. Los tornillos esponjosos de gran enroscado se
mente justificado, es ineficaz porque no controla la rotación y emplearán si los tornillos corticales estándar no proporcionan una
permite el acortamiento del radio. Por tanto, resulta casi inevita sujeción suficiente, especialmente en el fragmento distal. Puede
ble que la articulación radiocubital distal vuelva a luxarse con ser necesario contornear la placa distalmcnte para poder acomo
este tipo de fijación. dar la concavidad del radio distal. Un contorneado inadecuado
Una vez el radio ha sido anatómicamente reducido y firme del radio puede dar lugar a subluxación o luxación de la articula
mente fijado, la posición y estabilidad de la articulación radiocu ción radiocubital.
bital distal deberán ser críticamente valoradas. A pesar de lo Si tanto la reducción abierta como la fijación interna se reali
mucho que se ha escrito a favor de la fijación interna del radio en zan de forma adecuada, podrá aplicarse generalmente una fuerza
las fracturas de Galeazzi, poco se ha mencionado respecto a la de compresión importante a la fractura sin provocar cambios en
valoración y tratamiento de la lesión de la articulación radiocubi las relaciones distales entre el radio y el cúbito. Ocasionalmente,
tal distal asociada a esta fractura (109, 112, 115, 116, 118). Mi sin embargo, la fractura puede tener tal grado de conminución u
896 Sección ü : Extremidad superior
En el segundo caso, se intentó una reducción cerrada con el náculo proximal a la fascia, por encima de la cara extensora del
paciente bajo anestesia general que resultó infructuosa. La cara antebrazo. La incisión transversa se realizará en el borde proximal
inferior del cubito se expuso a través de una incisión vertical dor de la articulación radiocubital distal, por encima del cuarto com
sal, revelando que tal parte había protruido dorsalmente a través partimento extensor. La incisión transversa se extiende a la por
de la cápsula de la articulación. Existía una completa separación ción supratendinosa del extensor carpiano del cubito. Esta inci
de la apófisis estiloide cubital, el cual, junto al fibrocartílago trian sión se realizará longitudinalmente respecto a un punto muy cer
gular, conservó su relación normal con el radio distal. Se encon cano a la extensión distal del retináculo. Es aconsejable reservar
tró atrapado el tendón del extensor del carpo cubital entre el cubi una pequeña porción del rctináculo distal para prevenir el arquea-
to y la cápsula. Para reducir la luxación, tuvo que realizarse una miento de los tendones extensores. El borde transversal distal se
incisión dorsal de la articulación radiocubital distal. El tendón sitúa proximalmente al borde distal del retináculo de los extenso-
pudo entonces desplazarse y la luxación reducida. res carpianos. A medida que este último se eleva, se visualiza el
tendón del extensor corto de los dedos, retrayéndolo hacia una
dirección radial.
Exposición de la articulación radiocubital distal (119)
La exposición de la articulación radiocubital distal se comple
Se realiza una incisión separada en la zona dorsal que se iniciará 3 ta mediante una capsulotomía dorsal. Los bordes de la capsuloto-
cm distalmente a la esciloides cubital. La incisión se llevará a cabo mía dorsal son similares a los creados en el retináculo extensor. La
proximalmente a 54 grados del eje mayor del antebrazo en direc base de la capsulotomía dorsal se encuentra por debajo del tendón
ción radial hasta que alcance la cara dorsal del radio en la hendi del extensor carpiano del cúbito. Las ramas transversas de los col
dura sigmoidea. En este punto la incisión se anguiará bruscamen gajos capsulares se encuentran a lo largo de la cara proximal de la
te (90 grados) hacia el cubito, y cuando llega al borde cubital del articulación radiocubital proximal y la cara dorsal del triángulo
antebrazo se anguiará de nuevo (45 grados) en dirección proxi- fibrocartilaginoso (TFC), respectivamente. La incisión vertical
mal. que se crea para obtener el colgajo capsular se sitúa en el dorso de
Los tejidos subcutáneos se separarán de forma meticulosa para la escotadura sigmoidea, dejando un pequeño manguito de la cáp
no dañar la rama sensorial dorsal del nervio cubital. Esta rama del sula dorsal de la articulación radiocubital distal para ser reparada
nervio cubital pasa por el dorso de la mano 1 ó 2 cm distalmente al final del procedimiento.
a la estiloidcs cubital, donde se divide en múltiples ramas meno La forma más común de inestabilidad articular radiocubital es
res. Se deberá tener cuidado en la disección de los tejidos subcu la inestabilidad dorsal. Este trastorno está asociado a atenuación o
táneos para prevenir las lesiones de este nervio, que dejaría al rotura completa de las estructuras de los tejidos blandos dorsales.
paciente con un doloroso neuroma. Después de levantar los col La estabilización de la articulación radiocubital distal puede lle
gajos de piel, se elevará también el tejido subcutáneo desde el reti- varse a cabo mediante reparación directa del tejido blando o
náculo de los extensores carpianos. La clave para identificar las mediante una capsulorrafía dorsal. Se inspeccionará la articula
importantes estructuras de los tejidos blandos es el tendón del ción en cuanto a la búsqueda de objetos sueltos, condromalacia
extensor corro de los dedos (Fig. 21-32). traumática y cualquier otra condición patológica. Igualmente, el
El rctináculo del extensor supratendinoso se elevará desde el TFC deberá inspeccionarse y examinarse en busca de deficiencias.
dorso de la articulación radiocubital distal. Se elevará el retinácu- Los desgarros periféricos del TFC pueden ser reparados. Las anor
lo mediante una incisión inicial transversa en la unión del reti- malidades intraarticulares pueden requerir desbridan)iento. La
cápsula dorsal está imbricada de un entramado discontinuo de
suturas horizontales de 3-0 de poliéster trenzado en una aguja
cónica. Generalmente es posible colocar tres o cuatro suturas y
mantener el antebrazo en supinación a final del procedimiento.
La supinación acercará las estructuras blandas dorsales y permiti
rá que se reparen sin tensión. La pronación forzada del antebrazo
antes de la curación de los tejidos blandos puede afectar al proce
so de reparación. Si la reparación del tejido blando es frágil, puede
pasarse una aguja radiocubital proximal a la articulación radiocu
bital y dejarla en este lugar durante 3 semanas (véase más arriba)
Cierre
Se colocará de nuevo en posición al pronador cuadrado, pero no
sujeto de nuevo al radio. No se cerrará la fascia por las razones
expuestas anteriormente. Se cerrará el tejido subcutáneo y la piel
y se colocará una férula bien moldeada. Se realizarán radiografías
una vez el yeso está colocado en su sitio para confirmar que la arti
culación radiocubital distal se ha reducido anatómicamente.
Si existe inestabilidad demostrada de la articulación radiocubital FRACTURAS AISLADAS DEL CÚBITO SIN
distal tras la fijación de la fractura, la colocación de una férula en
INESTABILIDAD DE LA CABEZA RADIAL
supinación constituye la piedra angular del tratamiento postqui
rúrgico. Si la articulación radiocubital distal es estable tras la fija Las fracturas aisladas de la diálisis cubital no asociadas a luxación
ción de la fractura radial, no se precisará la férula y se estimulará de la cabeza radial son lesiones frecuentes. Resultan generalmente de
la movilización precoz. La mayoría de los pacientes con inestabi un impacto directo al antebrazo y en general no están desplazadas
lidad de la articulación radiocubital distal presentan inestabilidad o sólo lo están mínimamente. Se ha utilizado el epónimo «fractu
dorsal que se evidencia mediante pruebas de provocación. En el ra de la porra» para describir este tipo de fracturas ocasionadas por
quirófano se colocarán la muñeca y el antebrazo en un vendaje un impacto directo (Fig. 21-33).
acolchado con el antebrazo en supinación completa y el codo a 90
grados. Esta posición se mantendrá durante los siguientes 10 a 14
días hasta que el paciente vuelva a la consulta para la extracción C la s if ic a c ió n
de los puntos y radiografías. Tras retirársele los puntos se cons Aquellas fracturas de la diáfisis cubital que presentan una angula-
truirá una férula termoplástica. Esta férula sostendrá el codo a 90 ción superior a 10 grados en cualquier lugar o que están desplaza
grados y el antebrazo en supinación completa. La posición del das en más del 50% del diámetro de la diáfisis fueron clasificadas
antebrazo se mantendrá mediante la colocación de cintas de vel como fracturas desplazadas por Dymond (125). Estas fracturas
ero. El antebrazo se mantendrá en supinación completa durante 4 desplazadas son más impredecibles que las no desplazadas y debe
semanas. Durante este tiempo la férula puede retirarse para el rían abordarse con más cuidado por las siguientes razones:
baño.
Después de 4 semanas se retirará la férula durante períodos 1. Las fracturas desplazadas del cubito pueden estar asociadas a
cortos de tiempo. Se mantendrá la férula durante la noche y el inestabilidad de la cabeza radial.
paciente deberá llevarla cuando esté fuera de casa. A las cuatro 2. Las fracturas desplazadas de la diáfisis cubital son propensas a
semanas se iniciará un programa de rotación activa del antebrazo. la angulación, probablemente debido a la pérdida de estabili
A las 6 semanas de la cirugía se iniciará un programa activo de dad que implica el soporte de la membrana interósea.
movilización asistida. Se mantendrá la férula por las noches 3. Las fracturas diafisarias del cubito distal pueden acortarse y
durante 3 meses. El objetivo del programa de rehabilitación es el producir síntomas en la articulación radiocubital distal.
restablecimiento progresivo de la amplitud de la rotación del
antebrazo mientras se mantiene la reducción de la articulación Patrones infrecuentes de fracturas
radiocubital distal. Mientras el paciente está siguiendo este pro
grama con la férula en posición, se estimulará el movimiento acti Las fracturas cubitales que se producen adyacentes al vástago del
vo de los dedos y el pulgar. Se evitarán los ejercicios contra resis componente cubital de una artroplastia total de codo o de una
tencia hasta que se alcance una amplitud de movimientos activos placa aplicada con anterioridad para producir la artrodcsis del
casi normal. F.1 programa de rehabilitación se interrumpirá cuan
do el paciente alcance una meseta.
Debido a la que placa está bien cubierta con tejido blando,
raramente es necesario retirarla, excepto en atletas jóvenes. Si se
retira, deberán seguirse las precauciones necesarias para evitar la
refractura (véase más adelante).
Resultados
codo, son tratadas de una forma más eficaz mediante fijación con superficie ipsilateral del cubito. Prefiero tratar todas las fracturas
placa. Si tales fracturas no están desplazadas, puede resultar apro abiertas desplazadas del cubito mediante fijación primaria con
piado intentar la inmovilización mediante yeso, aunque en mi placa seguida de irrigación y desbridamiento de la herida.
experiencia las fracturas están generalmente desplazadas y uno
debe considerar la importancia del mantenimiento de la función
Resultados
de la extremidad como un todo. Generalmente está indicada la
cirugía. Pueden producirse fracturas por sobrecarga en atletas en La eficacia del tratamiento «informal» en fracturas aisladas de la
ausencia de un traumatismo agudo debido a microtraumatismos diáfisis cubital ha sido evaluada por Pollock y cois. (135) y por
de repetición. He observado que estas fracturas se producen en la Hoffer y Schobert (128). Pollock trató a dos grupos comparables
unión de los tercios medio y distal de la diáfisis cubital. de pacientes con fracturas aisladas de cubito. Un grupo fue trata
do mediante un yeso de brazo largo y el otro bien con una férula
de brazo corta o sin inmovilización. No se informó de ningún
M éto d o d e t r a t a m ie n t o p r e f e r id o
caso de seudoartrosis en ninguno de los grupos, y el tiempo medio
p o r e l a u to r
de consolidación fue de 6,7 semanas. Hoffer y Schobert se dieron
fin fracturas no desplazadas de la diáfisis cubital, siguiendo la cla cuenta de tres fallos utilizando el tratamiento «informal» de las
sificación de Dymond (125), ha sido mi práctica habitual tratar la fracturas de diáfisis cubital, por lo que recomendaron inmoviliza
lesión inicial mediante una férula de yeso durante 7 a 10 días o ción con yeso o una ortesis funcional tal y como fue descrita por
hasta la desaparición del dolor y la inflamación. Una vez la infla Sarmiento y cois. (78).
mación se ha resuelto, se colocará al paciente una ortesis funcio Se han dado a conocer un número de series en las que fracturas
nal hasta la curación clínica de la fractura, generalmente a las 4-6 no desplazadas o mínimamente desplazadas del cúbito han sido
semanas (Fig. 21-34). Es necesario un seguimiento radiográfico tratadas inicialmente mediante inmovilización con yeso seguida de
de cerca durante las 3 primeras semanas para detectar cualquier ortesis funcional. Sarmiento y asociados (139) informaron de 444
desplazamiento que pueda alterar el plan de tratamiento. casos de fracturas aisladas de cúbito mínimamente desplazadas tra
La técnica para la fabricación de la ortesis funcional se esquema tadas mediante una ortesis funcional prefabricada aplicada duran
tiza en la Tabla 21-7. En fracturas aisladas diafisarias con un des te la primera semana tras la lesión. La frecuencia de consolidación
plazamiento superior al 50% del diámetro (no asociado a luxación fue del 99% y se obtuvieron resultados buenos o excelentes en el
de la cabeza radial), prefiero realizar una reducción abierta y fijación 96% de los pacientes. Las ortesis prefabricadas no son necesarias y
interna con una placa de compresión dinámica de contacto limita el tratamiento puede llevarse a cabo mediante ortesis rermoplásti-
do de 3,5 mm. Se intentará mantener la fijación como mínimo en cas. Las ortesis funcionales permiten una buena movilidad del
ocho puntos de la cortical a ambos lados del lugar de la fractura. codo y la muñeca. El antebrazo se protegerá durante un mínimo
En las fracturas segmentarias se empleará una placa única larga de 8 semanas o hasta que desaparezca el dolor en el lugar de la frac
o dos de compresión dinámica superpuestas de 3,5 mm en la tura y se demuestre la presencia de callo en la radiografía.
900 Sección //: Extremidad superior
C, D
Figura 21-35. Clasificación de Bado de las fracturas de M onteggia. A: Tipo I: Luxación anterior de la cabeza radial aso
ciada a fractura de la diáfisis cubital con angulación anterior. B: Tipo II: Luxación posterior de la cabeza radial con
fractura cubital angulada posteriorm ente. C: Tipo III: Luxación lateral o anterolateral de la cabeza radial con fractura
de la m etáfisis cubital. D: Tipo IV: Luxación anterior de la cabeza radial con fractura de radio y cúbito. (Extraído de
Brado JL. La lesión de M onteggia. Clin O rthop 1967; 50: 70-86.)
pasar por la mitad del cóndilo humeral sea cual fuere la posición Patrones inusuales de fracturas
del antebrazo. El diagnóstico a tiempo de una lesión de
Monteggia dependerá de la experiencia y del grado de sospecha En las series de Bado, las más comunes son las de tipo 1, seguidas
del médico, así como en la insistencia de una proyección radioló por las de tipos III y II, siendo las de tipo IV las menos frecuen
gica adecuada del codo. tes. En las series de Ring y cois. (138), había 7 lesiones de tipo I,
38 de tipo II, 1 de tipo III y 2 de tipo IV. Ring y cois. (137) des
cribieron 17 pacientes con fractura-luxación transolecraniana
C la s if ic a c ió n anterior del codo. Tales lesiones deberían considerarse una varian
te de la fractura-luxación de Monteggia y demostrar la misma aso
Bado describió cuatro variaciones diferentes de las lesiones de ciación entre el desplazamiento del cúbito y la inestabilidad de la
Monteggia (Fig. 21.35): cabeza del radio. Ring trató a sus pacientes mediante fijación con
placa, observando que una restitución estable del contorno y
Tipo I: Fractura de la diáfisis del cúbito a cualquier nivel con dimensiones de la escotadura troclear condujo a un buen resulta
angulación anterior en el lugar de la fractura y asociada a luxación do en la mayoría de los casos.
anterior de la cabeza radial.
Tipo II: Fractura de la diáfisis del cúbito con angulación pos
terior en el lugar de la fractura y luxación posterolateral de la
cabeza radial. C ir u g ía / A n a to m ía a p lic a d a
Tipo III: Fractura de la metáfisis del cúbito con luxación late Tras la reducción de la cabeza radial, el antebrazo se cubrirá con
ral o anterolateral de la cabeza del radio. un rollo de tallas. I-a incisión de la piel se realiza como muestra la
Tipo IV: Fractura del tercio proximal del radio y cúbito al Fig. 21-36 y se abordará directamente el cúbito. Se expondrá el
mismo nivel con luxación anterior de la cabeza del radio. lugar de la fractura mediante disección subperióstica alrededor de
las líneas de fractura de forma que los fragmentos más importan
Bado (122) amplió por tanto la descripción original de Mon
tes puedan ser utilizados en la reducción del cúbito hasta alcanzar
teggia para incluir cualquier fractura cubital asociada a luxación
su longitud apropiada. Deberá tenerse cuidado en evitar cualquier
de la cabeza del radio. Júpiter y cois. (130) encontraron cuatro
daño al nervio cubital.
subgrupos diferentes de la lesión posterior de Monteggia, basán Tan sólo el área donde va a ser colocada la placa deberá ser des
dose en la localización de la fractura cubital: pojada del periostio para asegurar un buen aporte sanguíneo a la
Tipo IIA: La fractura cubital afecta al olécranon distal y a la diálisis cubital. Nosotros preferimos colocar la placa por debajo
apófisis coronoides. de la musculatura extensora o flexora para así reducir la probabi
Tipo IIB: I,a fractura cubital se encuentra en la unión de la lidad en el período posquirúrgico de irritación de los tejidos blan
metáfisis con la diáfisis, distalmente a la apófisis coronoides. dos que se situarían por encima de la misma. En el antebrazo pro
Tipo IIC: La fractura cubital es diafisaria. ximal, es preferible la colocación de la placa en la cara extensora
Tipo IID: La fractura cubital se extiende a lo largo del tercio del antebrazo por dos motivos:
proximal hasta la mitad del cúbito.
1. En las fracturas proximales, la movilización del nervio cubital
Según Júpiter y cois. (130), estos subgrupos de las lesiones de se evita cuando la placa se sitúa en la superficie extensora.
Bado tipo II con una superficie anterior del cúbito conminuta 2. Si la cabeza radial requiere ser expuesta, será más fácil conti
constituyen lesiones inestables. Es necesaria una reconstrucción nuar la incisión a lo largo de la superficie extensora, proximal-
estable y fijación del cúbito para prevenir una subsecuente angu mente sobre la articulación del codo y exponer la cabeza radial
lación en el lugar de la fractura. mediante el replegamiento del supinador (Fig. 21-36).
Sección II: Extremidad superior
Epincóndilo
lateral
Figura 21-37. A, B: Fractura de Brado Tipo II con luxación posterolateral de la cabeza radial en una
paciente de 26 años de edad. C, D: El cúbito se fijó mediante placa de com presión dinám ica de siete
agujeros, y la cabeza radial pudo cerrarse y reducirse con estabilidad satisfactoria que perm itió una
m ovilización precoz a los 7 días.
Capitulo 21: Fracturas diafisarias del radio y del cubito 905
M é to d o d e t r a t a m ie n t o p r e f e r id o p o r e l a u to r
En mi experiencia he comprobado que la placa de compresión di
námica y contacto limitado de 3,5 mm es un implante adecuado Figura 21-38. Dibujo que muestra la aplicación de una placa de
para la estabilización del cubito fracturado. Las fracturas de com presión dinám ica y contacto lim itado en el cúbito. La asocia
ción de luxación de la cabeza del radio (lesión de M onteggia)
Monteggia deberían tratarse como un problema urgente. Si es queda reducida al reducirse el cúbito. La reducción se m antiene
posible, la luxación debería ser reducida de forma cerrada en el mediante fijación rígida del cúbito.
servicio de Urgencias, estando indicada una intervención quirúr
gica precoz de la misma. Las fracturas abiertas deberían atenderse do se sitúa en esta posición; reconocemos, sin embargo, que la
como una emergencia. colocación medial o lateral puede ser subóptima desde un punto
Es importante, en la organización del quirófano, que se man de vista biomecánico. Si se coloca la placa medialmente en el cúbi
tenga un acceso directo al equipo radiográfico. Estas fracturas to proximal, deberá tenerse mucho cuidado en no dañar el nervio
pueden abordarse con el paciente en posición supina y el brazo cubital. Por esta razón preferimos colocar la placa lateralmente.
extendido sobre una tablilla adosada a la mesa quirúrgica, pero Después de la estabilización del cúbito, se movilizará el codo
preferimos posicionar al paciente en decúbito lateral, apoyado en para valorar la estabilidad de la cabeza radial. Durante este
cojines, con la extremidad afectada descubierta desde el hombro. momento, se empleará un intensificador de imagen para valorar
Este posicionamiento permite el acceso a toda la extremidad supe la estabilidad de la cabeza del radio. Se obtendrán constantemen
rior con completa movilidad del hombro y codo, así como libre te radiografías que documenten la reducción y fijación. No se
acceso a las mismas articulaciones. Desde esta posición podrán
cerrará la fascia. La piel y el tejido subcutáneo se suturarán,
tomarse fácilmente proyecciones anteroposteriores y laterales ver
dejando un drenaje profundo en la zona de la herida. Se aplicará
daderas del codo.
una férula posterior enyesada de brazo largo al antebrazo en posi
Después de una cuidadosa desinfección y cobertura con tallas,
ción de rotación neutra.
se realizará una reducción cerrada de la cabeza del radio utilizan
do, si es posible, tracción distal y presión directa sobre la misma.
Creo que esta maniobra puede disminuir la probabilidad de lesio Déficit preoperatorio del nervio radial
nar al nervio interóseo posterior durante la subsecuente reducción
abierta del cúbito. Una vez que se ha reducido este hueso, se colo Si se produce parálisis radial o del nervio interóseo posterior al
cará una placa de compresión dinámica y contacto limitado de 3,5 mismo tiempo que la lesión de la cabeza del radio y ésta se redu
mm sobre el cúbito y se aguantará mediante dos pinzas óseas de ce fácilmente, no somos partidarios de realizar una exploración
sujeción, estabilizando la reducción (Fig. 21-38). La fijación del del nervio radial o el interóseo posterior durante la cirugía. Ge
cúbito proximal puede resultar difícil cuando el fragmento es neralmente se trata de una neuroapraxia y la función se restable
pequeño, como suele ser en las fracturas de tipo II de Bado. Ring cerá en 6 a 12 semanas desde el momento de la lesión en la mayo
y cois. (138) han recomendado la colocación dorsal de la placa ría de los casos. Si el nervio permanece no funcionante a los 3
para contrarrestar las fuerzas tensionales que existen a lo largo del meses, estarán indicados estudios diagnósticos y, dependiendo de
lugar de la fractura al mismo tiempo que aconseja doblar la por los resultados, podrá considerarse la exploración del nervio.
ción proximal de la placa para permitir la colocación de más tor
nillos en el fragmento proximal. Hemos utilizado con frecuencia Fracturas abiertas
esta última maniobra para obtener un mayor grado de fijación,
pero preferimos evitar la colocación dorsal de la placa, ya que fre Las fracturas abiertas deberán tratarse como urgencias, y somos
cuentemente produce irritación de los tejidos superpuestos cuan- partidarios de una reducción abierta rápida y colocación de placa
906 Sección II: Extremidad superior
Figura 21-39. A, B: Fractura de M onteggia de tipo II de Bado secundaria a herida de bala en un pacien
te de 35 años de edad. C, D: Una fijación adecuada requirió el uso de placas superpuestas debido a
conm inución extensa.
si la herida lo permite. No cierro la piel de forma primaria pero Fractura de la cabeza radial (Fig. 21-41)
recomiendo desbridamiento múltiple hasta que se obtenga una
herida mínima. Se emplea la fijación externa sólo ante lesiones Si la radiografía muestra una fractura significativa de la cabeza del
severas conminutas que prohibirían el uso de placa en el trata radio, recomiendo reducción abierta y fijación interna de la
miento de la fractura. misma si es posible o exéresis de la cabeza del radio si la fractura
La conminución extensa de la diáfisis del cubito que se extien no puede ser reconstruida (Fig. 21-42). Si la estabilidad del codo
de proximalmente hacia el olécranon puede presentar problemas está en peligro por la exéresis de la cabeza del radio, deberá consi
al volver a cobrar el cubito longitud anatómica. Si la cabeza del derarse la colocación de una prótesis de cabeza radial, ya sea de
radio está reducida y es estable, facilitará a menudo la reconstruc forma temporal (silicona) o permanente (metálica). Si se utiliza
ción de la longitud del cubito de manera que podrá colocarse una una prótesis de cabeza radial de silicona, yo suelo retirar la próte
placa adaptada a su longitud anatómica normal. Si la cabeza del sis a los 12-24 meses tras la inserción de la misma debido al ries
radio es inestable, es importante abrir la articulación del codo, go de sinovitis por partículas y/o rotura de la prótesis, que puede
asegurar la reducción de la cabeza radial bajo visión directa y producirse con la implantación a largo término de la misma. La
entonces restablecer la longitud del cubito. En fracturas conmi retirada de la prótesis de silicona puede generalmente realizarse de
nutas proximales de cubito podrán utilizarse una o dos placas forma ambulatoria mediante una incisión relativamente pequeña.
contorneadas de compresión dinámica y contacto limitado de 3,5
mm que se adecúen al contorno del olécranon (Fig. 21-39). Si es
necesario, podrá incorporarse un cerclaje en el vértice del olécra
non mediante la perforación de un agujero en la placa para afir
mar la estabilidad.
Con fracturas de Bado de tipo IV (fracturas de radio y cubito),
es mucho más fácil colocar una placa primero en el cubito, que
generalmente reducirá la cabeza del radio antes que la reducción
abierta de la fractura diafisaria el radio. De nuevo, si se cuestiona
la reducción de la cabeza del radio, podrá abrirse la articulación
del codo a través de un abordaje radial o cubital. No recomiendo
abordar las diáfisis de ambos huesos a través de una sola incisión
quirúrgica.
Resultados
Los criterios de Anderson y cois. (4) para la evaluación de las frac
turas del antebrazo son los siguientes:
Figura 21-42. A, B: Paciente de 40 años de edad con una variante de fractura de M onteggia (fractura cubital asocia
da a fractura y luxación de la cabeza radial, resultando en inestabilidad en valgo del codo). C, D: El cubito se estabi
lizó inicialm ente mediante una placa de com presión dinám ica de 3,5 m m , y posteriorm ente se realizó exéresis de la
cabeza del radio a través de una incisión diferente. Con el codo inestable en valgo forzado y sin evidencia de inesta
bilidad asociada de la articulación radiocubital distal, los ligam entos capsulares mediales y laterales del codo se repa
raron quirúrgicam ente, estabilizando el codo satisfactoriam ente. A los 10 días se inició una m ovilidad lim itada.
908 Sección II: Extremidad superior
Aunque estos criterios, cuando se utilizaron en la valoración de mientras el paciente está bajo los efectos de la anestesia. Se utili
series largas de fracturas por Anderson y cois. (4) y por Chapman zará inicialmente un yeso de brazo largo seguido de una férula ter-
y cois. (20), incluyeron fracturas diafisarias y de Monreggia, se moplástica a los 7-10 días, permitiendo la movilización dentro de
obtuvieron resultados satisfactorios en más del 90% de los casos. la amplitud definida previamente. Se tomarán radiografías sema
Ring y cois. (138) evaluaron a sus pacientes mediante el sistema nalmente durante las primeras 3 semanas y entonces mensual
de Broberg y Morrey. El resultado fue excelente para 18 pacien mente hasta que se consolide la fractura cubital.
tes, bueno para 22, razonable para 2 y escaso para 6. Los resulta
dos no satisfactorios se relacionaron con fracturas con consolida
ción defectuosa de la apófisis coronoides, sinostosis radiocubital COMPLICACIONES
proximal, consolidación defectuosa del cubito y artropatía dolo-
I n f e c c ió n
rosa de la articulación radiocubital proximal. Ring y cois, conclu
yeron que los problemas con la apófisis coronoides y la cabeza A pesar de todos los esfuerzos para evitar la infección, algunas
radial constituían los retos de tratamiento más importantes de las fracturas abiertas y cerradas tratadas mediante reducción abierta
fracturas de Monteggia. se infectan de forma inevitable. La incidencia es superior en
pacientes con lesión extensa del tejido blando. Sterm y Drury (89)
publicaron tan sólo un 2,3% de incidencia (2/87) de osteomieli
Tratamiento posquirúrgico de las fracturas
tis; ambos pacientes presentaban lesiones por aplastamiento masi
El vendaje original y la férula son retirados a los 5-7 días y susti vas. Con una buena técnica y facilidades quirúrgicas, este porcen
tuidos por un yeso de brazo largo o una ortesis, dependiendo de taje debería ser pequeño. Si se presenta una infección, la herida
la valoración de la estabilidad en el momento de la cirugía. Si el deberá ser drenada quirúrgicamente, desbridada e irrigada copio
paciente es colaborador y la fractura había permanecido estable a samente. Se tomarán cultivos de la misma y se determinará la sen
lo largo de una amplia gama de movimientos en el momento de sibilidad de los microorganismos. Se instaurará la terapia anti-
la cirugía, después de 7 a 10 días se le permitirá retirar la férula biótica más apropiada. Las infecciones superficiales responden
posterior y realizar ejercicios de movilización activa del codo, bajo frecuentemente a este modelo de tratamiento. Si la infección pare
supervisión inicial por el fisiotcrapcuta. ciera profunda, la herida debería abrirse para facilitar el drenaje y
Si en el momento de la cirugía existen dudas sobre la estabili aplicarse un soporte de yeso o una férula rermoplástica para
dad del lugar de la fractura o sobre la estabilidad de la cabeza mayor comodidad del paciente. Si la fijación interna está en su
radial, deberá definirse una amplitud de movimientos estable lugar y el aparato de fijación no se ha aflojado, no debería retirar-
se. Un porcentaje relativamente alto de fracturas que fueron fija ósea e infección. Los injertos se incorporaron sin necesidad de
das internamente consolidaron a pesar de infección tratada con procedimientos adicionales en 10 pacientes en una media de 17,2
antibióticos y drenaje. Si la fijación se ha perdido, debería consi semanas. Si la solución de continuidad es mayor de 6 cm, puede
derarse el revisar o retirar la fijación interna y utilizar fijación requerirse un injerto de peroné vascularizado para superar el
externa para el mantenimiento de la estabilidad, así como para defecto. Se administrarán los antibióticos adecuados antes, duran
permitir el cambio de vendajes y el cuidado general de la herida. te y después de la cirugía de reconstrucción, aunque el elemento
Las infecciones que se inician tardíamente, una vez perdida la más importante del tratamiento de una seudoartrosis infectada es
fijación sin que se haya obtenido una correcta consolidación, quirúrgico.
deberán ser tratadas de forma más agresiva. El metal deberá ser Ocasionalmente, la pérdida ósea definitiva requerirá de la
retirado junto al hueso no viable. La herida puede dejarse abierta reconstrucción del antebrazo con un solo hueso, que proveerá al
para permitir el cambio de vendajes, o puede instaurarse un siste paciente de una consolidación estable entre el codo y la muñeca
ma de irrigación-succión. El principio del tratamiento es la obten pero sin capacidad de rotación del antebrazo. La posición que per
ción de la consolidación de la fractura, incluso en presencia de sonalmente preferimos es la pronación de 30 grados.
infección. Para ello puede ser necesario un desbridamiento radi Generalmente se hace necesaria la combinación de injerto óseo
cal, que incluya la retirada de todo el material necrótico y el hueso con fijación interna para lograr un antebrazo de un solo hueso
diafisario infectado (Fig. 21-43). Si existe una solución de conti (Hg. 21.44)
nuidad en el hueso, puede superarse mediante una placa larga y
un injerto óseo una vez la herida está sana tras un período de cam
L e s ió n n e r v io s a
bios de vendajes y cuidados. Se requieren exámenes regulares de la
herida para la determinación del momento adecuado para la apli Las lesiones nerviosas asociadas a fracturas de ambos huesos del
cación segura del injerto óseo. El cirujano deberá tener la certeza antebrazo son infrecuentes en fracturas cerradas o en aquellas
que todo el material necrótico ha sido retirado de la herida. Sólo lesiones compuestas de carácter menor. Las lesiones nerviosas sí
una vez esto se ha objetivado y la herida presenta una apariencia son frecuentes en lesiones compuestas mayores con abundante
sana podrá realizase el injerto óseo. Barbieri y cois. (8) informa pérdida de tejido blando, como las producidas por armas de
ron de los resultados que obtuvieron mediante el uso de injertos fuego. F.n tales lesiones, si uno de los nervios importantes se halla
en bloque de cresta ilíaca, con un tamaño medio de 3,5 X 1,8 cm, afectado, deberá explorarse durante el desbridamiento de la heri
combinando con fijación con placa rígida, en 12 pacientes con da para determinar si está intacto o dividido. Si está dividido, los
defectos diafisarios de los huesos del antebrazo debido a pérdida extremos deberán unirse mediante sutura para prevenir la retrac-
Figura 21-44. Proyecciones AP (A) y lateral (B) del antebrazo proxim al y codo tras la reconstrucción de un antebrazo
de un solo hueso m ediante fijación interna e injerto óseo. El procedim iento se llevó a cabo tras la pérdida traum á ti
ca del cúbito debido a una lesión por arma de fuego anterior a la llegada de la m icrocirugía. Actualm ente, podría con
siderarse el intentar la reconstrucción del cúbito m ediante la transferencia de tejido libre. Han empezado a desarro
llarse cam bios degenerativos secundarios en la articulación del codo.
910 Sección II: Extremidad superior
huesos desarrollaron esta complicación. Los tres tenían fracturas fracturas proximales tratadas a través de una incisión. Hemos
severamente desplazadas y conminutas del radio y cúbito en el observado la ocurrencia de osificación heterotópica de la mem
mismo nivel. Stern y Drury (89) informaron de una incidencia brana interósea en respuesta a tornillos demasiado largos, si éstos
del 6,9% (6/87) de sinostosis en sus series. Aquellos pacientes que rozan o impactan en el radio (Fig. 21-47). Esta complicación
desarrollan sinostosis frecuentemente presentaban una historia ya puede evitarse mediante una medición cuidadosa de la longitud
fuera de lesión por aplastamiento del antebrazo o de lesión craneal del tornillo durante el acto quirúrgico.
(89). Baucr y cois. (7) informaron de 11 casos de sinostosis en Se ha informado de pocos casos de resección exitosa de sinos
167 pacientes con fracturas del antebrazo tratadas mediante pla tosis (142). En 1983, Breit (16) dio a conocer un buen resultado
cas de fijación. Se produjo sinostosis en sólo un caso de los 65 tra en una mujer de 28 años de edad a la que se practicó resección de
tados mediante dos incisiones y en 5 de 12 casos tratados median una sinostosis postraumática, obliteración del espacio muerto con
te un abordaje de Boyd. Este alto índice de sinostosis se dio en músculo, prevención de la formación del hematoma y moviliza-
ción precoz. Maempel (61) presentó dos casos de exéresis con sinostosis radiocubitales postraumáticas en 18 extremidades. Las si
buenos resultados de sinostosis radiocubital postraumática en las nostosis recurrieron en un paciente que presentó inicialmente una
que utilizó una lámina de silicona interpuesta entre los huesos del lesión cenada de cráneo. La media de rotación del antebrazo fue
antebrazo tras la resección. Vince y Miller (100) informaron de de 139 grados en aquellos pacientes que no presentaron recurren
sus resultados en el tratamiento de 28 adultos con sinostosis cia. Los resultados no se afectaron por el hecho de si la sinostosis
radiocubital postraumática. Estos autores desarrollaron un siste se reseccionó antes o después de 12 meses desde el origen de la
ma de clasificación basado en la localización anatómica de la lesión. En estas series no se empleó ni radiación adyuvante ni
sinostosis. El tipo I afecta a la parte intraarticular distal del radio antiinflamatorios.
y el cubito; ésta era el tipo menos frecuente en las series. El tipo Personalmente trato las sinostosis sintomáticas mediante ciru
II afecta a la porción no articular del tercio distal y medio de las gía en el momento adecuado tras efectuar el diagnóstico, asu
diálisis del radio y cubito; éste era el tipo más frecuente. El tipo miendo que no existen problemas con la curación del tejido blan
III afecta al tercio proximal. Se practicó la exéresis en 17 de 28 do o con infecciones y que el paciente está dispuesto a colaborar
sinostosis. Tres de 4 del tipo I, ninguna de 10 del tipo II y 2 de 3 con un programa de rehabilitación precoz desde un punto de vista
del tipo III consolidaciones cruzadas recurrieron tras el trata sistémico. El abordaje quirúrgico de una sinovitis es variable,
miento quirúrgico. Estos resultados apuntaban que la resección de dependiendo de la localización y de su extensión. El procedi
una sinostosis postraumática no articular en los tercios distal o miento se realiza siempre mediante control por torniquete con
medio del antebrazo presentaba una buena probabilidad de éxito, una cuidadosa identificación y retracción de las estructuras de los
sin embargo éste no es el caso si la sinostosis se sitúa en el tercio tejidos blandos. Se resecciona la sinostosis bien con un osteótomo
proximal. o con una sierra, o ambos, mientras la herida se irriga abundante
Abrams y asociados (1) y Cullen y cois. (23) dieron a conocer mente para retirar los detritus óseos. Generalmente se utiliza un
el exitoso empleo de la cirugía en combinación con dosis bajas de drenaje de succión y se administra indometacina, 25 mg tres veces
radiación en cuanto a la prevención de osificación heterotópica. al día, junto a las comidas, durante tres semanas. Yo no he encon
Júpiter y Ring (50) informaron sobre la resección quirúrgica de trado necesario utilizar material de interposición o radiación en el
Capítulo 21: Fracturas diafisarias del radio y del cubito 913
tratamiento de las sinostosis del antebrazo. En las primeras 24 meses (intervalo de 8 a 26 meses). Beaupre y Csongradi (9) revi
horas tras la cirugía, el vendaje compresivo aplicado en quirófano saron 401 pacientes a los que se les había retirado un total de 459
se retira y se pone en marcha un programa de ejercicios con una placas del antebrazo. Se produjeron 37 refracturas en 29 pacien
amplia gama de movimientos activos. Se aplicará una férula ter- tes. El porcentaje de refractura fue del 21% tras la retirada de pla
moplástica de brazo largo con el codo a 90 grados y el antebrazo cas de compresión dinámica para fragmentos pequeños. Esta pro
en posición neutra que se utilizará durante los períodos de reposo porción considerable y otros factores descritos anteriormente
entre las sesiones de ejercicios activos y durante la noche. El uso sugieren que las placas dinámicas para fragmentos grandes no
de la férula de descanso se interrumpirá aproximadamente a las 6 deberían utilizarse para tratar las fracturas del antebrazo. I.a
semanas tras la intervención, o más pronto si el paciente se influencia del uso de placas de compresión dinámicas de contac
encuentra cómodo. to limitado y pequeño fragmento en cuanto a la incidencia de
refractura tras la retirada de la placa del antebrazo no está deter
minado en la actualidad. Sin embargo, debido a que las placas de
R e fra c tu ra compresión dinámica y contacto limitado tienen de alguna forma
Se han observado otras dos complicaciones con el uso de placas de menos capacidad para moldearse que las placas de compresión
compresión, como la refractura (si la placa se ha retirado dema dinámicas del mismo tamaño, es probable que se produzca una
siado temprano) y la fractura al final de la placa debido a un menor atrofia por desuso y que el índice de refracturas sea el
nuevo traumatismo. Las placas aportan una fijación muy rígida, y mismo o descienda levemente.
la sobrecarga normal que actúa sobre el hueso por debajo de la Personalmente prefiero retirar la placa sólo si existe una irrita
placa se reduce. Si la placa se retira precozmente, un traumatismo ción significativa de los tejidos superpuestos a la misma. La refrac
menor puede ocasionar una refractura en el mismo lugar de la tura debería incluirse entre los riesgos de la retirada de la placa.
fractura original o cerca de ella (75). Mich y cois. (64) en una serie Idealmente, las placas deberían dejarse en su sitio por un período
de 175 pacientes tratados con placas en el antebrazo por fracturas mínimo de 18 meses debido a que la refractura es más frecuente
diafisarias, observaron que 5 de 113 pacientes que retuvieron su si la placa se retira antes de este tiempo. Los pacientes deberán ser
fijación interna tuvieron complicaciones relacionadas con la informados de que las refracturas podrán producirse durante
placa. Por el contrario, 10 de 62 pacientes a los que se retiró la varios meses tras la retirada de la placa y que por tanto deberán
placa desarrollaron complicaciones mayores. La diferencia entre evitar cualquier ejercicio de impacto durante 8 semanas tras la
estos dos grupos de pacientes fue estadísticamente significativa. cirugía. Bóstman (12) ha informado sobre el empleo de material
En 1988, Deluca y colaboradores (26) dieron a conocer siete absorbible para evitar la necesidad de retirar el implante.
casos de refracturas en 67 pacientes. l a refractura se produjo entre
los 42 y los 121 días tras la retirada de la placa. En sus series, las I n c a r c e r a c ió n y a d h e r e n c ia
fracturas siempre se producían en el mismo lugar de la fractura
m u s c u la r t e n d in o s a
original. El tiempo medio desde la lesión inicial a la retirada de la
placa en las refracturas fue de 16 meses. No se observaron refrac Las uniones musculotendinosas pueden quedar incarceradas en
turas en pacientes a los que se retiró la placa tras 24 meses. los huesos del antebrazo o quedar adheridas a ellas tras una frac
Chapman y asociados (20) creen que la incidencia de refractu tura. La posibilidad de adherencia del tejido blanda deberá tener
ras podría disminuirse mediante el uso de placas de compresión se en cuenta si la movilidad de los dedos, pulgar o muñeca, per
dinámicas de 3,5 mm. Hilos objetivaron sólo 2 refracturas en sus manece limitada tras la fractura de los dos huesos del antebrazo.
series y señalaron que ambas habían ocurrido en fracturas en las La liberación del músculo atrapado puede retornar al dedo a su
que se habían empleado placas de 4,5 mm. En dos casos, sin movilidad normal. Littlcfield y asociados (60) informaron de 5
embargo, hubo un fallo de fijación inicial. En un paciente se uti pacientes con contractura digital en flexión tras la consolidación
lizó una placa de compresión dinámica de 3,5 mm, y en el otro de sendas fracturas del antebrazo inicialmente diagnosticadas
una placa semitubular. Lindsey y cois. (59) estudiaron los efectos como contracturas isquémicas leves de Volkmann. La lisis de las
de la retención de las placas en el antebrazo en cuanto a la densi adherencias y el alargamiento de los músculos contracturados
dad ósea y la fuerza manual de presión. Hallaron que tras 5 años corrigió las deformidades.
la densidad ósea mineral adyacente a la placa no era diferente de la
que se encontraba a distancia de la misma, por lo que concluye
C o n s o lid a c ió n d e f e c tu o s a
ron que las placas del antebrazo pueden ser bien toleradas y que
su retirada rutinaria no está indicada. Langkamer y Ackroyd (56, Trousdale y Linscheid (97) dieron a conocer consolidaciones
57) informaron de las complicaciones que presentaron 22 de 55 defectuosas de fracturas del antebrazo en 27 pacientes tratados
pacientes a los que se les retiró la placa de forma electiva. Antes de mediante osteotomía correctora. Las intervenciones tuvieron
retirarse la placa, tan sólo 20 pacientes se habían quejado de sín lugar entre 2 y 324 meses (media de 73 meses) tras la fractura. La
tomas atribuibles a la placa. El 50% de las complicaciones ocasio indicación de cirugía fue principalmente la pérdida de la rotación
nadas durante la retirada de la placa fueron permanentes. del antebrazo. Aquellos pacientes sometidos a osteotomía en el
Schemitsch y Richards (82) presentaron un porcentaje de primer año tras la lesión recuperaron una media de 79 grados de
refractura del 17% (4/24) tras la retirada de la placa. No observa rotación del antebrazo, mientras que los pacientes que fueron
ron refractura en aquellos pacientes a los que no se retiró la placa. intervenidos pasado más de un año desde la lesión recuperaron
El intervalo medio entre la fractura y la retirada de la placa en tan sólo 30 grados de rotación. Este estudio pone de manifiesto
pacientes que presentaron refractura fue de 10 meses (intervalo de que la osteotomía precoz es más beneficiosa que la tardía para
8 a 12 meses). El intervalo medio entre la fractura y la retirada aquellos pacientes que desarrollan consolidación defectuosa tras
de la placa en pacientes que no presentaron refractura fue de 16 una fractura de ambos huesos del antebrazo.
914 Sección II: Extremidad superior
Figura 21-49. A: Seudoartrosis del radio tras una fractura conm inuta abierta del radio distal y cúbito.
El cúbito fue tratado mediante fijación con placa y el radio mediante un fija do r externo. Existe un m ar
cado acortam iento del radio, así com o una subluxación de la articulación radiocubital distal. B:
Aspecto tras la resección del lugar no consolidado, colocación de un injerto de piel total (entre las fle
chas) y aplicación de una placa de com presión dinám ica y contacto lim itado de 10 agujeros. La lo n
gitud del radio se ha restablecido parcialm ente y la seudoartrosis ha consolidado. Existe un lím ite en
la longitud radial que puede restituirse mediante un sim ple procedim iento quirúrgico. Este paciente
fue inform ado preoperatoriam ente de que si persistía un roce sintom ático tras la consolidación del
radio podría requerirse una osteotom ía para la reducción del cúbito.
Capítulo 21: Fracturas diafisarias del radio y de! cubito 915
S e u d o a r t r o s is
En las series de fracturas del antebrazo de Anderson y cois. (4) que
fueron tratadas mediante placas de compresión incluyeron 9 casos
de seudoartrosis (2,7%) y cuatro de consolidación tardía o retra
so de la consolidación (l,2% ) en un total de 330 fracturas. Siete
de 244 pacientes sufrieron una infección importante (2,9%). En
cuatro de estos pacientes las infecciones desaparecieron con el
empleo de antibióticos y no dieron lugar a complicaciones. En los
otros 3 pacientes las fracturas no consolidaron, por lo que se
requirieron intervenciones quirúrgicas posteriores. Casi todas las
seudoartrosis y retrasos de la consolidación parecieron estar en
relación con infecciones o errores en la técnica.
La falta de consolidación de las fracturas diafisarias del radio y
cubito es relativamente infrecuente —9,3% en las series de Stern
y Durry (89) y 2,7% en las de Anderson y asociados (4)-. Suelen
verse con mayor frecuencia ante la presencia de infección, cuando
la fijación tras una reducción abierta ha sido inadecuada, y cuan
do no se ha podido lograr una correcta reducción y por tanto un
mantenimiento de la misma tras el tratamiento cerrado (Fig. 21-
48). La realización de reducciones abiertas de forma correcta, así
como la fijación interna rígida evitará la mayoría de estas compli
caciones. Los diversos métodos de tratamiento de las seudoartro
sis se exponen en el Capítulo 15.
C o n tr a c tu r a d e l te jid o b la n d o Figura 21-50. Roce del cubito contra el radio tras la resección de la
parte distal del cubito. Este paciente se quejaba de un injerto do lo
Una limitada rotación del antebrazo puede ser la consecuencia de roso con la rotación del antebrazo. Esta com plicación que sigue a
la contractura del tejido blando tras la consolidación de fracturas la reconstrucción de la articulación radiocubital distal puede evi
de uno o ambos huesos del antebrazo. La contractura de la mem tarse mediante el empleo de una técnica que com bina el acorta
m iento cubital ju n to a la realización de una artroplastia de in te r
brana del interóseo, de la articulación radiocubital proximal o de posición y hem irresección cuando se reconstruye la articulación
la articulación radiocubital distal, ya sea aisladamente o en com distal radiocubital.
binación entre sí, puede conducir a una pérdida significativa de la
rotación del antebrazo. Se recomienda una fijación rígida precoz y rosas. En estos pacientes, puede considerarse la reconstrucción de
movilización también precoz para prevenir la contractura. Sin la articulación radiocubital distal una vez que el radio está sólida
embargo, si se produce contracción del tejido blando, puede con mente consolidado. F.l acortamiento del cúbito puede considerar
siderarse la liberación quirúrgica del tejido involucrado. Kleinman se si el radio se une en una posición de acortamiento y da lugar a
y Graham (51) han informado de resultados favorables tras cap- una ¡mpactación sintomática cubitocarpiana. Las deformidades
sulectomía de la articulación radiocubital distal en el tratamiento intraarticulares más complejas pueden ser tratadas mediante la
de la pérdida de la rotación postraumática en 9 pacientes. artroplastia de hemirresección e interposición descrita por Bowers
(13). Personalmente preferimos evitar la resección simple del
cúbito distal si es posible. Si el cúbito distal se resecciona, deberá
C o m p lic a c io n e s d e la s f r a c t u r a s d e G a le a z z i hacerse por debajo del periostio, debiéndose tener cuidado en pre
Las complicaciones de estas fracturas son las inherentes a todas las servar el complejo ligamentoso colateral del cúbito (Fig. 21-50).
fracturas del antebrazo. Además, puede producirse subluxación y (Para más detalles acerca de la resección del cúbito distal, véase el
luxación de la articulación radiocubital distal. En pacientes con Capítulo 20). Otra alternativa a la resección del cúbito distal es el
fracturas agudas, las complicaciones son en gran medida evitables procedimiento de Sauve-Kapandji (80), operación en la que la
con una apropiada técnica quirúrgica y fijación rígida. Gran parte articulación radiocubital distal se fusiona y combina con la crea
de la discusión llevada a cabo en la sección de complicaciones tras ción de una pseudoartrosis proximal a la fusión. l a técnica de este
la fractura de ambos huesos del antebrazo son aplicables a las que procedimiento se describe en otro lugar (13).
pueden darse en fracturas aisladas del radio. En pacientes con seu
doartrosis y consolidaciones viciosas que se presentan para trata
C o m p lic a c io n e s d e la s fr a c tu r a s d e M o n teg g ia
miento de forma tardía (tras 6 semanas), generalmente lo más
indicado es el realineamiento del radio y la aplicación de injerto Las fracturas de Monteggia pueden presentar complicaciones
óseo (Fig. 21-49) (123). Si se ha producido una reabsorción similares a las que presentan otras fracturas (4, 14, 17, 27, 65, 89,
importante del hueso en el lugar de la fractura, puede emplearse 127, 136). La mayoría de estas complicaciones pueden atribuirse
un injerto grueso de cresta ilíaca para recuperar la longitud del a la severidad de la lesión, a la viabilidad del tejido, a una fijación
radio y restablecer la relación radiocubital distal para obtener una adecuada y a errores en la técnica. Las fracturas de Monteggia pre
funcionalidad razonablemente buena. sentan también una variedad de complicaciones características a
En pacientes con grados leves a moderados de seudoartrosis del esta lesión, y que incluyen errores diagnósticos, recidiva de la lu
radio, la pronación y la supinación estarán limitadas y serán dolo- xación de la cabeza radial y sinostosis radiocubital. Tanto la expe-
916 Sección II: Extremidad superior
rienda como el conocimiento de la unidad anatómica del codo semanas tras la cirugía inicial. Si el cúbito no está reducido ana
con el antebrazo pueden reducir el número de errores diagnósti tómicamente y la cabeza del radio se luxa, se deberá considerar la
cos. Es importante la obtención de radiografías apropiadas del retirada de la fijación y la reducción anatómica del cúbito
codo en cualquier fractura cubital desplazada o cualquier otra mediante reducción abierta de la cabeza del radio (Fig. 21-51).
fracrura del antebrazo con dolor en el codo para poder evitar que Puede aparecer inestabilidad de la cabeza radial como un fenó
una lesión de Monteggia pase desapercibida. Deberán documen meno tardío en relación a seudoartrosis del cúbito (131). El reco
tarse las lesiones agudas nerviosas durante la cirugía mediante un nocimiento de la luxación de la cabeza radial más allá de las 6
examen físico exhaustivo, prestando una atención especial a las semanas tras la cirugía será mejor tratado mediante exéresis de la
ramas terminales de los nervios radial y medianos (p. ej., los ner cabeza del radio a menos que la superficie articular de la misma
vios interóseo posterior e interóseo anterior) (141). Los déficit esté bien conservada. Si la fractura del radio no está bien reduci
neurológicos que aparezcan rras la cirugía y que no estaban pre da deberá realizarse una osteotomía seguida de fijación anatómi
sentes con anterioridad a la misma, casi siempre afectan al nervio ca al mismo tiempo que se realiza la exéresis de la cabeza del radio
radial o al mediano. Estas lesiones son generalmente debidas a la (Fig. 21-52)
presión sobre la cabeza del radio durante la reducción o durante
una tracción excesiva.
l a luxación de la cabeza del radio tras la reparación quirúrgica AGRADECIMIENTOS
de las fracturas de Monteggia es infrecuente si la fractura se ha
reducido de forma anatómica. Si la cabeza del radio se luxa tras la El autor agradece la contribución del Dr. Fred G. Corlev, Jr.,
reparación quirúrgica, deberá valorarse la calidad de la reducción quien fue el autor de la sección de este capítulo dedicada a las frac
cubital. Si el cúbito está anatómicamente reducido, la cabeza del turas aisladas de la diáfisis cubital y las lesiones de Monteggia en
radio podrá manipularse bajo anestesia y mantenerse en un yeso la cuarta edición del presente texto. Se han utilizado partes impor
de brazo largo. Esta maniobra puede resultar exitosa hasta 4 tantes de las contribuciones del Dr. Corley en esta edición.
Capítulo 21: Fracturas diafisarias del radio y del cubito 917
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Capítulo
ción del paciente tras el mismo y detectar la aparición de com Una fractura amplia de la apófisis coronoides, una fractura del epi
plicaciones. cóndilo interno y la rotura del ligamento colateral interno pueden
alterar completamente la anatomía de la porción medial del codo. El
ligamento colateral externo se inserta en el ligamento anidar. l a
A n a to m ía y b io m e c á n ic a lesión de este ligamento produce inestabilidad en la rotación poste-
La articulación humerocubital es la piedra angular de la estabilidad rolateral del codo y puede complicarse con una luxación recurrente si
ósea y la movilidad en el plano de la flexo-extensión del codo -espe no se protege adecuadamente durante la rehabilitación (27, 30, 32).
cialmente la apófisis coronoides-. La apófisis coronoides puede Los músculos que rodean al codo, además del bíceps/braquial
soportar una subluxación posterior de hasta más de 30 grados, y tríceps, en teoría también lo estabilizan. Sin embargo, es difícil
dependiendo de la existencia o no de otras lesiones. La carilla medial cuantificar la importancia del tendón del supinador, del extensor
de la coronoides tiene un papel fundamental en la estabilización de cubital del carpo y del origen de los extensores. Hasta ahora,
la articulación en los desplazamientos en varo. En los movimientos excepto en recomendaciones anecdóticas, la reparación de estos
extremos de la articulación humerocubital el olécranon o la apófisis músculos después de una lesión aguda no se ha demostrado
coronoides encajan en sus correspondientes fosas, y de esta forma imprescindible para prevenir o evitar la reluxación, a pesar de que
aumentan la estabilidad gracias a la contracción muscular y con una estén lesionados o rotos (26, 57).
escasa aportación de los ligamentos (25). No obstante, la mayoría de
las actividades en la mayoría de los pacientes, dependen de la inte
C la s if ic a c ió n
gridad tanto de los ligamentos como de los huesos de la articulación.
El fascículo anterior del ligamento colateral interno sujeta la cara Debido a que la mayoría de las luxaciones agudas del codo en los
interna de la articulación, recorriendo un trayecto que va desde un adultos se producen en la articulación humerocubital, casi todas
punto interno y distal al epicóndilo interno, hasta el tubérculo subli las clasificaciones hacen referencia a la posición del cúbito con res
me, ligeramente interno y distal a la coronoides. El músculo braquial pecto al húmero tras la lesión. Una luxación posterior, por lo
se insena más distalmente en la cara anterior de la porción proximal tanto, se refiere a una posición del cúbito y el radio posterior al
del cubito (Fig. 22-1). Las fracturas cerca de la base de la apófisis húmero. El retraso en el tratamiento de la luxación (más de 3 a 6
coronoides pueden comprometer a estas importantes estructuras. La semanas), a la que algunas veces se hace referencia de forma peyo
cabeza del radio también contribuye a la estabilidad del codo rativa como «luxación abandonada» debe considerarse por separa
ampliando la base de apoyo del antebrazo, tensando el ligamento pos- do y será analizada más adelante. Las luxaciones recurrentes se cla
terolateral y actuando como un contrafuerte anterior (10). Aunque la sifican de modo diferente y su tratamiento es totalmente distinto.
importancia de la cabeza radial en proporcionar estabilidad en valgo La mayoría de las luxaciones agudas son posteriores y afectan
a la articulación se intuye, también ayuda indirectamente a la estabi tanto al radio como al cúbito. La distinción entre posterior, poste-
lidad en varo tensando el complejo del ligamento lateral. Las fractu rolateral y posteromedial es algunas veces difícil de precisar y pocas
ras de la apófisis coronoides, de la cabeza del radio, del epicóndilo veces influye en el tratamiento. Los otros tipos de luxación -ante
interno o del olécranon se pueden asociar con luxación del codo, rior, interna, externa y divergente- son infrecuentes y requieren
complicando el tratamiento, como se verá más adelante. un tratamiento individualizado. Las luxaciones puras externa e
Lis partes blandas del codo proporcionan como mucho el 40 % de interna pueden requerir una reducción abierta por compresión de
la resistencia a la sobrecarga en valgo y un 50 % a la sobrecarga en varo, músculos o de nervios. La luxación aislada de la cabeza del radio
con el codo en extensión (1). El fascículo anterior del ligamento cola es infrecuente en adultos, al contrario que entre los niños.
teral interno puede proporcionar entre la tercera parte y la mitad de la
Mecanismo de lesión
resistencia del codo a la sobrecarga en valgo dependiendo del grado de
flexión del codo y de cómo se defina «estabilidad» en el contexto expe Las luxaciones posteriores del codo son producidas habitualmen
rimental (17, 51). te por una caída sobre la mano o la muñeca (Fig. 22-2). El meca-
Figura 22-2. A : Luxación posterior del codo. Se aprecia la apófisis coronoides adyacente a la fosa del olécranon. B: En una proyección ante-
roposterior, se observa un desplazam iento lateral ligero tanto del radio com o del cúbito.
924 Sección II: Extremidad superior
Lesión nerviosa
Los nervios mediano, cubital, radial e interóseo anterior se pueden
lesionar durante la luxación del codo. La incidencia relativa no se
puede obtener del mero análisis de los casos clínicos publicados,
pero parece que la lesión del nervio radial es la menos frecuente, y
es de la que se encuentran menos casos publicados. Se han publi
cado casos de lesión del nervio cubital por compresión anterior del
mismo en la articulación. El desplazamiento en valgo que ocurre
durante la luxación puede distender también al nervio cubital.
El nervio mediano puede lesionarse durante la luxación por
estiramiento, o durante la reducción siendo atrapado por la arti
culación (Fig. 22-3).
Es por lo tanto importante examinar al paciente antes y después
de la manipulación para comprobar la función individual de cada
nervio. F.I diagnóstico más complicado es probablemente el de la
parálisis aislada del nervio interóseo anterior, porque no produce
déficit sensitivo. En los casos en que el déficit está presente tanto
antes como después de la reducción, lo mejor es que el traumató
logo espere y vigile los signos de resolución de la parálisis, expli
cando al paciente que la reexploración puede ser todavía necesa
ria. Si hay deterioro de la función y dolor intenso en la zona de
distribución del nervio, estará indicado realizar una exploración y
descompresión del nervio.
Una electromiografía basal a las 6 semanas de la lesión puede
ayudar a encontrar signos de desnervación, pero la recuperación
puede no ser evidente. La realización de exámenes clínicos seriados
es lo más práctico. Lo normal es que se produzca la recuperación
espontánea, pero si no se ha producido en tres meses, se debe con Figura 22-3. Hallet describió tres form as por las que el nervio
siderar una intervención quirúrgica. m ediano puede quedar atrapado en el codo. (De H allet J.
Entrapm ent o f the median nerve after dislocation of the elbow. A
case report. J. Bone J o in t Surg 1981; 63B: 408-412, utilizado con
autorización.)
L u x a c ió n p o s t e r io r d e l c o d o
( s i n f r a c t u r a a s o c ia d a )
tejidos blandos y pérdida de fragmentos óseos dentro de la cavi
Opciones de tratamiento dad articular, incluyendo el epicóndilo interno. Estos hallazgos
Reducción cerrada podrían requerir la cirugía para retirar los fragmentos óseos de la
Nosotros recomendamos realizar la reducción bajo sedación con el cavidad articular.
paciente consciente en una sala de Urgencias donde pueda ser moni- Casi todos los pacientes con luxación presentan signos de inesta
torizado. Es más confortable para el paciente y se puede conseguir rela bilidad del codo durante su exploración inicial. No obstante esto no
jar la musculatura contraída, de manera que con una tracción longi indica necesariamente la intervención quirúrgica. Muchos autores
tudinal suave combinada con una presión posterior sobre el olécranon, han demostrado que la reconstrucción quirúrgica de los ligamentos
por ejemplo «ordeñándolo» hacia delante, la estabilización anterior del no ofrece beneficios. Josefsson et al. (18) no encontraron beneficios
húmero distal permitirá muy frecuentemente una reducción sencilla en la reparación quirúrgica de los ligamentos internos en una luxa
(Fig. 22-4). Existe controversia respecto al uso de la hiperextensión ción posterior del codo no complkada, y de hecho en su publicación
durante la reducción para «desencajar» el olécranon del húmero distal describen que aquellos pacientes que no fueron intervenidos quirúr
(Fig 22-5). El peligro potencial de esta maniobra es la posibilidad de gicamente tuvieron menos síntomas que los que sí fueron interveni
atrapar al nervio mediano en la cavidad articular y de aumentar la dos. Nosotros no recomendamos la reconstrucción quirúrgica de los
lesión del músculo braquial. Nosotros no realizamos la hiperextensión ligamentos en las Ilutaciones posteriores del codo simples.
de manera rutinaria. Tras la reducción se debe realizar una radiografía
para confirmar la reducción del codo una vez inmovilizado.
F r a c tu r a d e l e p ic ó n d ilo in t e r n o
Reducción abierta El epicóndilo interno puede ser atrapado en la cavidad articular
La necesidad de realizar una reducción abierta tras una luxación tras la reducción, especialmente en los pacientes más jóvenes (30,
posterior de codo no complicada es infrecuente. Muchos autores 36, 41, 49). Inmediatamente tras la reducción cerrada, el codo
(14, 21, 30, 37, 55) han descrito luxaciones con compresión de debe presentar una amplia movilidad. Si no es posible moverlo
Capítulo 22: Fracturas y luxaciones del codo 925
Figura 22-4. A : M étodo de Parvin para reducción cerrada de una luxación de codo. El paciente se tiende en prono en una cam illa, y el m édi
co aplica una tracción suave de la muñeca hacia abajo durante unos m inutos. A m edida que el olécranon comienza a desplazarse distal-
mente, el m édico eleva suavemente el brazo del paciente. No se necesita la colaboración de un ayudante, y si la m aniobra se realiza con la
suficiente suavidad, tam poco es preciso anestesiar. (Reproducido de Parvin RW. Closed reduction o f com m on shoulder and elbow disloca-
tlons w ith o u t anesthesia. Arch Surg 1957; 75: 972-975.) B: En el m étodo de reducción de Meyn y Quigley, sólo el antebrazo cuelga al lado
de la camilla. A m edida que se realiza una suave tracción hacia abajo de la muñeca, el m édico va guiando la reducción del olécranon con
su otra mano. (Reproducido de Meyn MA, Q uingley TB. Reduction o f posterior dislocation o f the elbow by traction on the dangling arm.
Clin O rthop 1974; 103: 106-108.)
A B
Figura 22-5. Proyecciones lateral (A) y anterior (B) de una luxación posterior de codo en las que se aprecia cóm o la apófisis coronoldes
impacta en la tróclea. En esta lesión, la apófisis coronoldes se puede fracturar durante el Impacto.
926 Sección II: Extremidad superior
con suavidad y sin restricción en sus movimientos o si presenta bres de Kirschner o tornillos. También se puede escindir el hueso
algún tipo de bloqueo mecánico en su movilización, se debe sos y fijar el origen del flexor común directamente en el mismo.
pechar que la causa es la compresión en la articulación del epi-
cóndilo interno. Si una radiografía lateral muestra el fragmento
óseo arrancado al nivel de la cavidad articular, se debe asumir que
F r a c tu r a s d e la a p ó f is is c o r o n o id e s
el fragmento óseo se encuentra en su interior (35). Las fracturas de la apófisis coronoides habitualmente reflejan la exis
Aunque la compresión del epicóndilo medial es más frecuente tencia de un traumatismo grave del codo. Aunque antes se pensaba
en los niños, esta posibilidad debe tenerse en cuenta en cualquier que se producían por arrancamiento, lo más probable es que ocurran
luxación posterior. Si no se diagnostica esta complicación y se reti debido al impacto contra la tróclea del húmero. La inserción del
ra el fragmento óseo precozmente, se puede producir una des músculo braquial bastante más distal que el pico de la apófisis coro
trucción grave del cartílago articular (49). noides, es menos probable que pueda producir esta lesión por arran
El epicóndilo atrapado rara vez (si es que se consigue alguna camiento (Fig. 22-1). Sin embargo, en fracturas de fragmentos óseos
vez) puede ser extraído mediante manipulaciones. Se ha descrito grandes y distales a la apófisis coronoides una parte importante de la
una maniobra que consiste en aplicar una sobrecarga en valgo al inserción del músculo braquial se debe volver a fijar (Fig 22-6). La
antebrazo acompañada de supinación y extensión de la muñeca y fractura de un fragmento grande de la apófisis coronoides se ha aso
los dedos para tirar de los músculos flexores (36). Nosotros no ciado con la luxación recurrente, y algunos autores recomiendan que
hemos tenido éxito con esta maniobra. Habitualmente es necesa estas luxaciones sean inmovilizadas en el grado de flexión máximo
ria la artrotomía para extraer el hueso, que posteriormente puede posible (8); de cualquier forma, la reconstrucción y la protección de
ser fijado en su localización normal mediante el empleo de alam la reconstrucción son habitualmente obligatorias en fracturas dcs-
plazadas de un tercio o más de la cara articular (22, 50, 56). Incluso Luxación posterior crónica del codo
una pequeña fractura de la coronoides puede indicar un traumatis El período de tiempo que ha de transcurrir para hablar de una luxa
mo potencialmente grave con luxación recurrente. ción crónica o no reducida, no está claramente establecido, pero si
Regan y Morrey (42) han clasificado, retrospectivamente, las una luxación no es reducida durante más de 7 días, la probabilidad
fracturas de la coronoides en tres tipos (Fig. 22-7): de realizar una reducción cerrada es pequeña, incluso con tracción.
El tratamiento se complica por la presencia de una contractu
Tipo I: Pequeña fractura por arrancamiento del pico de la ra de la articulación, ya sea incipiente o establecida, y se requeri
coronoides. rá tanto una reducción abierta de la luxación como una liberación
Tipo II: El fragmento óseo incluye al 50% de la coronoides de la contractura incipiente, para restablecer la función de la arti
pero no se extiende hasta la base de la apófisis. culación, especialmente en aquellos casos en los que el tratamien
J ipo III: Fractura de la base de la coronoides, probablemente to se demora más de 3 ó 4 semanas.
incluyendo las inserciones del braquial y del fascículo anterior del El tratamiento quirúrgico de esta situación produce una para
ligamento colateral interno. doja terapéutica. Para reducir la luxación, todos los tejidos blan
dos que encapsulan a la articulación deben ser liberados. Esto
Su estudio retrospectivo ayudó a identificar la complejidad de incluye retirar la cápsula y los ligamentos tanto en la cara anterior
estas fracturas y las lesiones asociadas. No está claro, sin embargo, como en la posterior de la articulación. Sin embargo, una vez que
si el tamaño del fragmento es la causa de la inestabilidad o el sim se completa esta liberación extensa de tejidos, la articulación
ple reflejo de la violencia del traumatismo. queda muy inestable y fácilmente luxable hacia posterior.
Las fracturas con fragmentos rotos mayores también se asocia Además el tendón del tríceps se acorta a medida que la arti
ron con traumatismos más graves y la presencia de luxación acom culación permanece luxada. Este acortamiento hace que la reduc
pañando a la fractura. Por lo tanto, la presencia de fracturas de la ción, y la flexión de la articulación tras la reducción, sean más
apófisis coronoides debería hacernos considerar la presencia de difíciles. Aunque la formación heterotópica de hueso es en teoría
inestabilidad del codo que requiera tomar medidas más allá del significativa, este tipo de luxación debe ser reducido quirúrgica
simple tratamiento cerrado. En este caso debería plantearse la mente, en el momento en que sea diagnosticada.
reducción abierta para fijar el fragmento ya sea con el uso de tor En este tipo de luxaciones, nosotros recomendamos el uso de
nillos o de alambres. La reducción abierta con fijación interna de fijadores externos articulados en bisagra, para mantener la reducción
una fractura significativa de la apófisis coronoides produce la esta de la articulación, permitir la movilidad, y mejorar la fortaleza de
bilidad necesaria para prevenir futuras luxaciones. La intervención los músculos y los tendones (Fig 22-8). La fijación en bisagra se
quirúrgica debería también plantearse en aquellas fracturas que coloca después de realizar una reducción abierta y una liberación
interfieren con la motilidad de la articulación. Esto puede ocurrir completa de la articulación, incluyendo una transposición del
si el fragmento óseo se sitúa en la cavidad articular o si se despla nervio cubital. Las superficies de la articulación están cubiertas
za proximalmente produciendo un bloqueo de la flexión. El perío por un hematoma organizado que requerirá ser desbridado cuida
do de inmovilización debe ser de 3 a 4 semanas, más prolongado dosamente. Una vez expuestas las superficies cartilaginosas y libe
que en la mayoría de las luxaciones. El paciente debe ser advertido rada la cápsula tanto anterior como posteriormente, la articula
de la posibilidad de que la luxación recidive y de la necesidad de ción puede ser reducida con suavidad sin demasiado esfuerzo.
ser valorado radiográficamente cada semana. La inmovilización La articulación de la cabeza del radio también requiere ser des
prolongada producirá habitualmente una contractura en flexión bridada. La reparación de los ligamentos no se realiza al mismo
que puede requerir el tratamiento quirúrgico de la misma. tiempo que la reducción abierta habitualmente. La fijación en
bisagra permanece colocada durante 8 semanas, durante este tiem
po se realizarán movimientos activos y pasivos de la articulación.
Aunque es extraño, aún no se han descrito casos de de inestabili
dad tardía o de formación significativa de hueso heterotópico.
L u x a c ió n a n t e r io r d e l c o d o
La luxación anterior del codo habitualmente se produce tras una
caída, con una fuerza que golpea al antebrazo flexionado en su
cara posterior (3, 34). En 1922, Cohn (3) atribuyó la descripción
original de esta lesión a Everts en 1787. Debido a que se produce
un golpe desde atrás, también se puede producir una fractura del
olécranon (3).
Signos y síntomas
Debido a que se puede lesionar la arteria braquial, se recomienda
valorar la posibilidad de lesión neurovascular cuidadosamente.
Antes de la reducción el brazo está acortado, con el antebrazo en
Figura 22-7. Clasificación de Regan y M orrey de las fracturas de la
supinación. l a epífisis distal del húmero resalta posteriormente.
apófisis coronoides. (De Regan W, M orrey BF. Fractures o f corinoid
process o f the ulna. J Bone J o in t Surg 1989; 71 A: 1348-1354; u tili F.1 tendón del bíceps tensa la piel en la cara anterior de la articu
zado con autorización.) lación.
928 Sección //: Extremidad superior
Figura 22-8. A , B: Luxación interna del codo diagnosticada tardíam ente (6 semanas). C, D: Tras la
reducción abierta con exposición com pleta de la articulación desde su cara interna, se colocó una fija
ción externa articulada en bisagra sin reparación o reconstrucción de los ligam entos. E: Se aprecia
que el dispositivo está bien centrado en el eje del codo. F, G: M ovilidad tras 18 meses sin inestabili
dad de la articulación. (La figura continúa.)
Capítulo 22: Fracturas y luxaciones del codo 929
Métodos de tratamiento y extensión moderada, y luego una presión directa interna o exter
na. Hay que tener cuidado para no convertir estas lesiones en una
La maniobra de reducción es prácticamente la inversa de la reali luxación posterior durante la reducción, produciendo más lesión
zada en la luxación posterior. Se realiza primero una tracción de partes blandas. Si desafortunadamente se convierten en una
suave del antebrazo para relajar los músculos contraídos. Después luxación posterior, se reducirá ésta de la forma descrita para las
se aplica una presión hacia atrás y abajo al antebrazo con una luxaciones posteriores. La luxación interna es habitualmente una
suave presión hacia delante en la parte distal del brazo. De nuevo, subluxación más que una luxación completa, y las lesiones de las
tras la reducción se ha de inspeccionar cuidadosamente la situa partes blandas no son tan extensas como en la luxación externa.
ción neurovascular. Las partes blandas, como el ancóneo, pueden interponerse en la
La inserción del tríceps puede desinsertar.se en este tipo de articulación, bloqueando la reducción cerrada y requiriendo una
luxación, por lo que el medico debe comprobar el movimiento reducción abierta.
de extensión del codo.
El codo se inmoviliza en una flexión de algo menos de 90 gra
dos, dependiendo de la cantidad de edema y de la situación del L u x a c ió n d iv e r g e n t e d e l c o d o
tríceps. Si hay una fractura de olécranon asociada, recomendamos En la luxación divergente del codo, un tipo raro de luxación, el
una reducción abierta con una fijación rígida para mantener la radio y el cúbito se luxan en direcciones opuestas. Pueden darse
estabilidad. El protocolo de rehabilitación es similar al de las luxa dos tipos, anteroposterior y mediolareral (transversa).
ciones posteriores. El tipo anteroposterior es el más frecuente (Fig 22-11) y fue des
L u x a c io n e s in t e r n a y e x t e r n a d e l c o d o crita por primera vez en 1841 por Bulley (52). Consiste en una
luxación posterior del cúbito con la apófisis coronoides alojada en
Las luxaciones internas y externas del codo producen un ensan la fosa del olécranon. Los estudios en cadáveres han demostrado
chamiento del codo y de la longitud relativa del brazo y el ante que este tipo de luxación puede ser producida por una pronación
brazo normal. En la radiografía anteroposterior, las luxaciones forzada del antebrazo tras haber seccionado el ligamento colateral
puras internas o externas muestran la escotadura sigmoidea mayor interno. De esta manera, con el antebrazo en pronación torzada el
del cúbito en el plano del húmero distal (Fig. 22-9). húmero avanza distalmente, separando el radio y el cúbito. Además
En una luxación pura lateral la escotadura sigmoidea mayor de la ruptura de los ligamentos colaterales y del orbicular, se puede
puede articularse en el surco capitulotroclear (Fig. 22-10), permi apreciar el ligamento interóseo rasgado. Clínicamente este tipo de
tiendo cierto grado de flexión y extensión. Este movimiento luxación recuerda la luxación posterior, excepto porque la cabeza
puede conducir al traumatólogo confiado a obviar el diagnóstico del radio puede palparse en la fosa antecubital. La reducción se rea
de una luxación, especialmente si hay un edema importante. liza reduciendo primero el cúbito de una forma similar a como se
Las luxaciones internas y externas se reducen realizando trac hace en la luxación posterior. Cuando la luxación del cúbito se está
ción del brazo en sentido contrario, tracción distal del antebrazo realizando se ejerce al mismo tiempo presión directamente sobre la
930 Sección II: Extremidad superior
cabeza del radio para reducirla también. Smith (50) advirtió que
la reducción de la cabeza del radio puede ser difícil y puede reque
rir una intervención quirúrgica. La mayoría de los autores reco
miendan que tras esta lesión el codo sea inmovilizado en flexión con
el antebrazo en supinación (4, 5, 7). La rehabilitación debería seguir
las recomendaciones del algoritmo de tratamiento para las luxacio
nes simples de codo, excepto en que se debe mantener la supinación
del antebrazo durante un período de tiempo mayor.
Lis luxaciones mediolaterales (transversas) son según muchos
autores tan raras, que pueden considerarse como una curiosidad qui
rúrgica (5, 7, 50). En la descripción de Warmont del caso original de
Guersant en 1854, la epífisis del húmero quedaba encajada entre el
radio lateralmente y el cúbito medialmente (54). Esta lesión se
puede reconocer fácilmente por la clínica. El codo está ensanchado
de forma importante. La superficie articular de la tróclea puede pal
parse fácilmente en la superficie posterior del codo. Conwell y
Reynolds (4) recomendaron reducir las luxaciones transversas apli
cando una tracción con el codo en extensión mientras se presiona
sobre los extremos proximales del radio y el cúbito a la vez. El trata
miento debería permitir cierto grado de movimiento del codo a la
vez que se protege a la cabeza del radio de la subluxación mante
niendo el antebrazo inmovilizado en supinación durante un tiempo.
Figura 22-10. A : Proyección lateral de una subluxación lateral del
L u x a c ió n r e c u r r e n t e d e l c o d o codo. La cavidad troclear parece estar articulada con la epífisis
distal del húmero. No hay desplazamiento anterior o posterior de
Luxación recurrente aguda: codo muy inestable la región proxim al del cúbito. B: La proyección anteroposterior
muestra que los extrem os proxim ales del radio y el cúbito se des
La luxación recurrente del codo en una situación aguda general plazan lateralm ente com o una unidad. La cavidad troclear del
mente ocurre en el contexto de un grave traumatismo en el que la cúbito se articula con el surco capitulotroclear. Esto perm ite cierto
cabeza del radio y la apófisis coronoides se fracturan, y se produ- grado de m ovilidad en flexión y extensión.
Capitulo 22: Fracturas y luxaciones del codo 931
mente y de forma dirigida (27, 30), limitando la supinación en las Luxación simple
etapas iniciales de la rehabilitación. Determinar el punto de inestabilidad mientras el paciente
está sedado o anestesiado
Figura 22-13. A : Osificación heterotópica en el codo tras un traum atism o con luxación y fractura de
la cabeza del radio de tip o I. B: Osificación heterotópica madura m ostrando hueso trabecular y lím i
tes bien definidos dentro del m úsculo braqulal.
mejoró los resultados, en un seguimiento de 37 meses, compara 11. Hassmann GC, Brunn F, Ncer CS II. Recurrent dislocation of rhe
da con el tratamiento cerrado. Es probable que el ligamento cola elbow. / Bone Join t Surg 1975;57A:1080-1084.
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produce edema y dolor por encima del olécranon (4). Al nivel de
the “floating elbow” injuries in adult patients./ Orthop Trauma 1998; la fractura puede ser posible palpar una depresión, acompañada
12(4):284—290. de dolor y limitación de la movilidad del codo.
Capitulo 22: Fracturas y luxaciones del codo 935
La incapacidad para extender el codo de forma activa contra la Colton se limita a describir el desplazamiento y la anatomía de la
gravedad es el signo más importante de la exploración, aunque es fractura, y es útil como guía en la elección del tipo de fijación bio
difícil que el paciente colabore debido al dolor, esta incapacidad mecánicamente más adecuada:
indica una discontinuidad en el mecanismo del tríceps. La pre
I. No desplazada y estable.
sencia o ausencia de este signo a menudo determina la estrategia
II. Fracturas desplazadas.
en el tratamiento de estas fracturas. Se debe realizar una exploración
A. Fracturas por avulsión.
neurológica cuidadosa, porque pueden existir lesiones del nervio
B. Fracturas oblicuas y transversales.
cubital, especialmente cuando se ha producido una fractura con
C. Fracturas conminutas.
minuta del olécranon como resultado de un traumatismo direc
D. Fractura/luxación.
to (33).
No desplazada y estable
H a lla z g o s r a d io ló g ic o s
Para considerarla no desplazada y estable, la fractura tiene que
Una proyección lateral del codo es fundamental en la evaluación estar desplazada menos de 2 mm, y no desplazarse cuando se rea
de una fractura de olécranon (Fig 22-14). La amplitud de la frac liza una flexión suave de 90 grados, o con la extensión contra la
tura, la cantidad de fragmentos óseos que se han producido, el gravedad (Fig. 22-15). La mayoría de los autores están de acuer
grado de afectación de la superficie articular en la cavidad troclear do en que las fracturas no desplazadas pueden ser tratadas con
y el desplazamiento de la cabeza del radio tampoco pueden ser inmovilización con una escayola, con el codo flexionado 90 gra
adecuadamente evaluados en las proyecciones oblicuas que habi dos durante 3 a 4 semanas (1,4) seguida de ejercicios de movili
tual mente se obtienen en los Servicios de Urgencias. Una proyec zación dentro de una amplitud de protección, evitando la flexión
ción anteroposterior puede ser útil para valorar las fracturas en el del codo por encima de los 90 grados hasta que el hueso se haya
plano sagital. La asociación de una fractura de la cabeza o el cue soldado completamente, lo que ocurre alrededor de la sexta a
llo del radio también se puede valorar con esta proyección (41). octava semana. En los pacientes ancianos se puede producir rigi
dez y la movilización puede iniciarse antes de tres semanas si el
paciente lo tolera. Se debe realizar un control radiográfico dentro
Clasificación de los 5 a 7 días siguientes tras escayolar la extremidad para ase
Las fracturas del olécranon han sido clasificadas mediante varios gurarse de que la fractura no se ha desplazado. La inmovilización
esquemas (7, 8, 16, 18). Una de estas clasificaciones se basa en el con el codo en extensión no es recomendable porque aumenta la
grado de afectación de la superficie articular, dividiendo ésta en posibilidad de que se produzca rigidez, y si la fractura necesita
tres tercios. Es una clasificación simple, que como otras, no sirve la extensión completa para ser reducida, debe ser tratada quirúr
necesariamente de guía en el tratamiento de estas fracturas, ni gicamente.
ayuda a elegir la fijación interna más adecuada. La clasificación de
Tratamiento preferido por los autores
El codo puede ser escayolado con una flexión de 90 grados duran
te 2 a 4 semanas hasta que el dolor y la inflamación disminuyan.
Los ejercicios de flexión activa suave y la extensión pasiva pueden
Figura 22-14. Fractura del olécranon. Se aprecia que es con m in u Figura 22-15. Fractura del olécranon estable, no desplazada y con
ta y que existe rotura de la superficie articular, es necesario reali m inuta en un hom bre de 26 años de edad tratada satisfactoria
zar una proyección lateral para apreciar esto adecuadamente. La mente mediante sujeción protectora durante 3 semanas e inicio de
tracción del tendón del tríceps es la fuerza que desplaza el frag la m ovilización tras 5 días. [De M orrey BF, ed. The elbow. New
m ento proxim al. York: Raven Press, 1994, utilizado con autorización.)
936 Sección II: Extremidad superior
iniciarse bajo supervisión, los ejercicios de flexión pasiva, exten cubito (Fig. 22-16). Este tipo de fracturas son más frecuentes en
sión activa, y ejercicios contra resistencia serán restringidos hasta pacientes ancianos (29, 30, 35, 39). Generalmente se producen
que la fractura haya soldado, habitualmente en 6 a 8 semanas. Se por una fuerza avulsiva y son pequeñas, no conminutas, suscepti
deben hacer radiografías en la 1 2.a, 4.a y 6.a semanas y valora bles de ser tratadas con alambre en banda a tensión. Si el frag
das cuidadosamente en busca de signos de desplazamiento. mento es pequeño, la escisión del mismo es el mejor tratamiento
junto con la reinserción del tríceps en el hueso.
Fracturas desplazadas
Tratamiento preferido por los autores
La reducción abierta y fijación interna (RAFI) se considera el tra El alambre en banda a tensión es normalmente el mejor medio de
tamiento de elección en las fracturas desplazadas del olécranon
fijación interna en estas fracturas. Tradicionalmente se han utili
(15). El tratamiento no quirúrgico de estas fracturas tiene varias zado alambres de Kirschner para construir bandas de tensión. Si
desventajas:
el fragmento fracturado es grande, se puede utilizar un tornillo
1. La consolidación de la fractura en una posición desplazada largo en lugar de los alambres de Kirschner para fijar durante el
acorta la longitud del tríceps y por lo tanto su fuerza de tiempo necesario para permitir la consolidación de la epífisis dis
extensión del codo (29). tal del cubito, evitando la distracción de la fractura por la tensión
2. La incongruencia articular secundaria a una reducción ejercida por el tríceps. Normalmente un tornillo de 6,5 o de
inadecuada puede producir una artritis postraumática y una 7,3 mm para hueso esponjoso de la AO será apropiado. Se utili
limitación de la movilidad (11,38). zará la llave para constatar la longitud adecuada del tornillo, com
3. Un fragmento desplazado del olécranon puede bloquear la probando la longitud a la que la llave consigue dos o tres vueltas
extensión completa del codo (29). de contacto sólido con la cortical en el canal medular distal. No
4. La inmovilización del codo en extensión para permitir el parece que haya diferencias significativas entre el uso de las ban
contacto del hueso produce incapacidad para recuperar la das de tensión con alambre o tornillos (9, 24, 25). Se han descri
flexión del codo. to síntomas producidos por los implantes utilizados en más del
80% de los pacientes y pueden requerir su retirada tras la fusión
Los objetivos del tratamiento de las fracturas desplazadas del codo
de la fractura (24,25).
son los siguientes:
1. Mantener la fuerza de extensión del codo. Fracturas transversas
2. Restaurar la congruencia de la superficie articular. F racturas transversas no conm inu tas. El mejor tratamiento para
3. Restaurar la estabilidad del codo. estas fracturas es el empleo de alambres en banda. El paciente se
4. Evitar la rigidez de la articulación. coloca en supino o decúbito semilateral con el lado lesionado arri
5. Conseguir una fijación interna estable y suficientemente ba. Esto permite la exposición de la cara posterior del codo con el
fuerte para permitir el inicio de la rehabilitación lo antes brazo colocado sobre el pecho del paciente. Se realiza una incisión
posible tras la cirugía. de la expansión superficial de la fascia cuidando de conservar la
incisión del tríceps en el segmento proximal. La fractura se puede
Fracturas por avulsión reducir habitualmente extendiendo el codo manteniendo la
En una fractura por avulsión una línea transversa separa un reducción de la fractura temporalmente con el empleo de pinzas
pequeño fragmento óseo proximal del olécranon del resto del de reducción. Se puede realizar un pequeño taladro en la cortical de
la diáfisis del cúbito para introducir la punta de la pinza y ayudar
a evitar el deslizamiento de la misma una vez que se ha consegui
do la reducción. Se realizan incisiones pequeñas longitudinales en
el tríceps para conseguir la exposición de los alambres de
Kirschner. Si el fragmento óseo es lo suficientemente grande,
puede utilizarse un único tornillo de hueso esponjoso de 6,5 mm
con o sin arandela, dependiendo de la calidad del hueso del
paciente, para asegurar la reducción longitudinal de la fractura. Se
debe tener en cuenta que un tornillo demasiado largo puede des
plazar la fractura o producir el giro del fragmento proximal
durante los últimos giros para apretar el tornillo a medida que la
rosca del tornillo contacta con la cortical interna de la diáfisis del
cúbito. Si el fragmento es muy pequeño, el tornillo puede frag
mentar la pieza proximal. Si existen dudas dos alambres de
Kirschner pueden ser una alternativa adecuada.
huecos, puede ofrecer la mejor fijación. En los casos que presenten tensión sea desaconsejable. El método de fijación más estable es el
pérdidas segmentarias de hueso, se puede utilizar un bioinjerto óseo empleo de placas y de injertos óseos. La placa se puede colocar en
con cortical de la cresta ilíaca para rellenar los defectos, ya que resis la cara interna, externa o directamente en la cara posterior, depen
tirá mejor el colapso que el injerto de hueso esponjoso. diendo de la posición que permita un mejor control y reducción
de la fractura. Todas las posiciones de la placa resisten adecuada
Fracturas oblicuas mente la torsión. La placa de reconstrucción pélvica de 3,5 mm
La línea de fractura es oblicua, empieza en la parte más profunda proporciona más resistencia que las placas de un tercio de tubo y
de la cavidad troclear, y avanza dorsal y distalmente hasta emerger menos volumen que la placa de compresión dinámica. La fijación
en la cresta subcutánea de la epífisis proximal del cubito. Puede proximal de la placa es frecuentemente el mayor reto debido a la
consistir en una línea de fractura oblicua simple o ser conminuta. delgadez del hueso. En las fijaciones más proximales se utilizan
Es importante saber que la fijación con una placa y tornillos es tornillos de hueso esponjoso en vez de tornillos de cortical. Se ha
preferible al empleo de banda de tensión en estas fracturas (Fig. de comprobar la longitud del tornillo con fluoroscopia y con
22-17). Si ambos fragmentos de la fractura no tienen espiadas movimientos pasivos de la articulación que el tornillo no protru-
que se intercalen, la compresión realizada por la banda de tensión ye en la cavidad articular.
puede desplazar la fractura, produciendo un acortamiento en el
plano inclinado de la fractura oblicua. En esta situación una placa Fracturas aisladas conminutas
de reconstrucción de 3,5 mm con tornillos a través de la fractura Este grupo incluye a las fracturas conminutas graves del olécra-
puede proporcionar mayor estabilidad. El mayor grosor de las non, que habitualmente se producen por un traumatismo directo
placas de reconstrucción pélvicas puede hacer que el cierre de la sobre la cara posterior del codo. Hay múltiples planos de fractu
herida sea difícil, en especial si la placa se coloca en una posición ra, a menudo con aplastamiento grave de muchos fragmentos. Se
dorsal. Las opciones en estas situaciones en las que la cobertura pueden asociar también fracturas distales del húmero, de las diá-
con partes blandas es difícil, pasan por colocar una placa de un fisis del radio y el cúbito, y de la cabeza del radio.
tercio de tubo como se indica por el grupo AO. Un problema con Las fracturas sin luxación del cúbito y la cabeza del radio y sin
este tipo de placas es la rotura por uso. Otra alternativa es el uso ruptura de partes blandas de la parte anterior de la articulación, se
de una placa de compresión dinámica de contacto limitado tratan mejor mediante la escisión del olécranon y la reimplanta
(CDCL) (34). Las ventajas de la placa CDCL incluyen su diseño ción segura del tendón del tríceps con sutura no reabsorbible al
de orificios para la colocación de los tornillos con gran angulación hueso restante en continuación con la superficie articular. Se
y la opción de realizar compresión desde cada lado del orificio del puede iniciar precozmente la movilidad activa. Más del 80% se
tornillo (34). Debido a su perfil bajo, es también útil en posicio pueden escindir con seguridad (9, 26). Es importante, sin embar
nes subcutáneas donde la cobertura con las partes blandas puede go, para la estabilidad del codo, conservar los ligamentos colate
ofrecer dificultades. Una desventaja es el hecho de que el número rales, especialmente el anteromedial.
de agujeros para los tornillos es menor, por unidad de longitud, En situaciones en las que la escisión no es posible, una combi
que en las placas de compresión dinámica estándar. nación de estabilización con placa y bandas de alambre de tensión
Las fracturas oblicuas se prestan especialmente bien para la ha demostrado su utilidad. Una combinación individualizada de
fijación con tornillos (36) como una ayuda para la reducción. tornillos, alambres y placas puede ser útil en situaciones en las que
la fragmentación del hueso o la inestabilidad no permiten un
F racturas o b licu a s conm inu tas. La presencia de varios fragmentos abordaje estándar. Debe preverse también la utilización de injerto
óseos en una fractura oblicua hace que el empleo de bandas de de hueso ilíaco.
Figura 22-17. A : La fijación con placas se puede utilizar para estabilizar fracturas conm inutas del cúbi
to proxim al. B: La fijación con to rn illo s de la apófisis coronoides puede ser fundam ental para la esta
bilización si la fractura se asocia con luxación del codo. (De IEM U, Pfeiffer KM. InternaI fixation o f
sm all fractures, 3'd ed. Berlín: Springer-Verlag, 1998, utilizado con autorización.)
938 Sección II: Extremidad superior
banda de tensión, mejora ei alineamiento y puede proporcionar 2. Adler S, Fay GF, MacAusland WR, Jr. Treatmenr of olécranon frac
mayor estabilidad (5, 7, 10, 16, 25, 27). Puede parecer que esta tures: ¡ndications for excisión of the olécranon fragmenc and repair of
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vir de base a la tróclea. No se puede utilizar cuando la fractura 107-109.
llega más allá de la apófisis coronoides. Sus indicaciones incluyen 17. Hey-Groves F.W. Fracture of the olécranon. Br M ed J 1939; 1:296.
la presencia de fracturas antiguas no consolidadas, fracturas con 18. Hornes JG, Tanzer TL. Olécranon fractures: a review of 100 cases. J
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escindido si la apófisis coronoides y las partes blandas ante 23. MacAusland WR, Wyman ET. Fractures of the adult elbow. Inst Course
riores están intactas. Si las estructuras anteriores están daña Lect 1975;24:169-181.
das y se escinde el olécranon, se producirá una inestabilidad 24. Macko D, Szabo RM. Complications of tension-band wiring of olecra-
recurrente del codo. La escisión primaria está contraindica non fractures. / Bone Join t Surg 1985;67:1396-1401.
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2. El tendón del tríceps se debe reinsertar y asegurar con sutu 26. McKeever FM, Buck RM. Fracture of the olécranon process of the
ra no reabsorbible en el fragmento distal de la sutura. No es ulna. JAMA 1947;135:1-5.
recomendable el empleo de alambre porque el movimiento 27. Muiler ME, Allgower M , Schneider R, et al. M anual o f internalfixation,
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940 Sección II: Extremidad superior
E x a m e n r a d io ló g ic o F a c to r e s q u e in f lu y e n e n la e le c c ió n
Radiografías d e l t r a t a m ie n t o
Requerimientos funcionales del codo
Habitualmente las proyecciones anteroposterior, lateral u oblicuas
del codo son suficientes para el diagnóstico de la fractura. Sin Al considerar la preservación de la cabeza del radio con RAFI se
embargo si está presente el signo de la almohadilla grasa, sin frac deben tener en cuenta la naturaleza de las actividades que el
tura apreciable, una proyección radiocapitelar puede ser útil. Tal paciente con más probabilidad va a exigir a su codo. Un pacien
como fue descrita por Greenspan y Norman (15), la proyección te con altas exigencias para la articulación es generalmente joven,
radiocapitelar se hace con el antebrazo en rotación neutra y el con actividades atléticas, en comparación con un paciente con
tubo de rayos X dirigido hacia arriba. Una técnica alternativa para bajos requerimientos de su articulación que probablemente será
demostrar fracturas difíciles de la cabeza del radio, el cóndilo y la un anciano y con menos probabilidades de someter su codo a
apófisis coronoides, mínimamente desplazadas o sin desplaza actividades estresantes. En los pacientes poco exigentes con su
miento, en un paciente traumatizado, es la proyección modifica articulación la escisión sin reemplazo protésico a menudo se tole
da cabeza de radio-cóndilo. Tal como la describieron Tomas y ra bien. Si en alguno de estos pacientes se necesita colocar una
Proubasta (44), esta proyección se toma con la parte posterior del prótesis para solucionar un problema de inestabilidad del codo,
antebrazo supinazo apoyada en la placa y el codo ligeramente fle- es poco probable que presente problemas de desgaste a largo
xionado. El rayo incide a 45° en dirección mediolateral. Debido a plazo.
que el brazo no tiene que estar abducido y el codo no tiene que En los pacientes jóvenes, con altas exigencias de su articula
estar a 90°, la posición del brazo puede ser aceptable para el ción, el recambio con una prótesis metálica se supone que será
paciente traumatizado. más duradero, pero no tenemos suficiente experiencia colectiva
con los diseños actuales. Al plantear la artroplastia de la cabeza del
Tomografía computarizada
radio, el paciente debe ser asesorado detalladamente sobre los ries
gos de que se deteriore con el uso, y que finalmente haya que reti
Los estudios con tomografía computarizada (TC) de la cabeza del rarla.
radio con cortes axiales, sagitales y coronales pueden ser bastante
útiles para estimar el tamaño de la fractura, el grado de fragmen
Lesiones asociadas
tación y el desplazamiento. En fracturas en las que se proyecta rea
lizar RAFI, un estudio de TC proporciona una mejor visualiza- Cuando se examina inicial mente a un paciente con una fractura
ción (Fig. 22-19). El empleo de estudios de TC puede también de la cabeza del radio, es importante buscar lesiones asociadas del
disuadirnos de realizar una intervención debido a que el despla codo y el antebrazo. Éstas son más frecuentes en los traumatismos
zamiento de la fractura sea menor de lo que parecía en las radio de alta energía, pero pueden producirse tras una simple caída. La
grafías. La reconstrucción de imágenes puede también ser útil, muñeca, la ARCD y el LIO del antebrazo deben examinarse bus
pero es preferible la reorientación del codo para obtener imágenes cando zonas edematosas o con pérdida de rigidez. Si se encuen
no reformateadas en los planos coronal y sagital. tran debe sospecharse una luxación radiocubital aguda.
942 Sección II: Extremidad superior
M é to d o s d e t r a t a m ie n t o p r e f e r id o s
p o r lo s a u to r e s
Como se ha comentado previamente, antes de tratar estas fractu
ras, se debe realizar una valoración completa de los requerimien
tos del paciente, de otras circunstancias y de las lesiones asociadas.
Si se plantea realizar una fijación interna de la cabeza del radio,
puede ser necesario realizar una TC para valorar por completo el
grado de fragmentación y de desplazamiento.
Tipo I
En una fractura no desplazada o mínimamente desplazada de la
cabeza o el cuello del radio, la rotación del antebrazo (prona
ción/supinación) está limitada sólo por el dolor y el edema. No
hay bloqueo mecánico. El desplazamiento intraarticular de la
fractura es menor de 2 mm (Fig. 22-21).
Por definición, las fracturas de tipo I son no desplazadas, no
requieren reducción y no muestran bloqueo mecánico a la rota
ción pasiva del antebrazo. La aspiración del hematoma y la inyec
ción de un anestésico local dentro de la articulación producen un
alivio inmediato del dolor, lo que ayudará durante el examen clí
nico inicial (Fig. 22-22). Sin embargo nosotros no hacemos sólo
esto de manera rutinaria para el alivio del dolor. Se le da al pacien
te un cabestrillo o se inmoviliza el brazo durante 3 ó 4 días como
máximo. La rotación activa del antebrazo comienza tan pronto
como sea tolerada. Es recomendable advertir al paciente que el
dolor y la rigidez pueden persistir durante algún tiempo y que
ocasionalmente la fractura se puede desplazar. Si no se producen
aumentos del grado de movilidad cada semana, puede ser útil
recomendar fisioterapia supervisada.
Figura 22-20. En la luxación radiocubital lo ng itudina l aguda La mayoría de los pacientes con fracturas de tipo I recuperarán
(LRCLA), la unión ligam entaria entre el radio y el cúbito puede una buena o excelente función después de 2 ó 3 meses de ejerci
lesionarse en varios grados. A : Puede sólo distenderse sin llegar a cios de motilidad activa. Cierto grado de pérdida de extensión
romperse. B: Luxación com pleta con desplazam iento longitudinal (10o- 15°) no es infrecuente, y en estos pacientes hemos apreciado
y luxación de la articulación radiocubital distal.
que es útil inmovilizar en extensión durante la noche, obteniendo
buenos resultados en la recuperación de la extensión. Unos pocos
pacientes con fracturas de tipo I evolucionan desfavorablemente.
Luxación radiocubital longitudinal aguda A pesar de que la fractura se encuentre bien alineada y sin despla
El antebrazo se debe explorar buscando signos de luxación radio- zamiento, pueden presentar contractura, dolor e inflamación (7).
cubital longitudinal aguda (LRCLA) (Fig. 22-20). Se palpará la
muñeca buscando pérdida de rigidez en la ARCD, y se examina Con otra lesión asociada (luxación del codo)
rá el antebrazo comprobando si está muy edematoso. Si hay prue Si se produce una luxación posterior del codo concomitantemen-
bas de lesión del LIO y de los ligamentos radiocubitales distales, te, también se recomienda la movilización precoz. El traumatólo
la preservación de la cabeza del radio resulta importante. go determinará, si es posible, el límite seguro para la extensión.
Esto se puede hacer mejor durante el examen físico inicial y la
Luxación del codo (rotura del ligamento interno) y/o fractura de reducción, cuando el paciente se encuentra sedado o bajo el efec
la apófisis coronoides to de los anestésicos locales. El codo se inmovilizará durante 7 a
Tras el examen del antebrazo, se deben palpar cuidadosamente los 10 días y luego se iniciarán movimientos dentro del arco de segu
ligamentos del codo en busca de edema o pérdida de rigidez. Si ridad predeterminado. Se debe hacer un seguimiento radiográfico
estos signos están presentes, el traumatismo puede haber causado para monitorizar las luxaciones y subluxaciones recurrentes de la
una grave tensión en valgo causando un desgarro del ligamento articulación. La terapia ocupacional supervisada puede ser útil en
interno y una fractura de la cabeza del radio. Estos pacientes pre estos casos, en los que suele haber a menudo más dolor, inflama
sentan un gran riesgo potencial de inestabilidad, por lo que debe ción y contractura debido a la lesión adicional de partes blandas.
considerarse que es importante la preservación de la cabeza del Una codera articulada limita el arco de movimientos a la zona de
radio. seguridad inicialmente, y en las siguientes semanas se va amplian
Si existe una luxación posterior asociada, habitualmente resul do paulatinamente dicho arco. Esta lesión se debe considerar
ta obvio. Pero a veces, estas lesiones pueden ser engañosas y, una como una luxación posterior del codo, con una fractura de la
vez diagnosticadas, difíciles de tratar. Si hay una fractura de la cabeza del radio asociada y la atención terapéutica se debe centrar
apófisis coronoides asociada, puede existir una inestabilidad muy en la luxación, ya que la fractura de la cabeza del radio requiere
importante. una intervención mínima.
Capítulo 22: Fracturas y luxaciones del codo 943
Figura 22-21. A : Fractura de tip o I cincelada (no desplazada) de la cabeza del radio (flecha inferior).
Obsérvese la elevación de la alm ohadilla grasa anterior [flecha superior), indicando hem artros. La
alm ohadilla grasa posterior es pequeña pero está presente. B: Depresión central de una fractura de la
cabeza del radio m ínim am ente desplazada [flecha).
Figura 22-23. A : Fractura de tipo II de la cabeza del radio con desplazamiento articular. B: La imagen
de TC demuestra el desplazam iento articular.
Con otras lesiones asociadas ción es necesario también conservar y reparar el complejo del liga
R otura d e l liga m en to in teróseo (Essex-Lopresti). La preservación mento lateral externo. El antebrazo puede realizar pronación
de la cabeza del radio (o de la función de la cabeza del radio con durante la reparación. La supinación debe estar limitada inicial
una prótesis) es esencial en esta situación. La escisión de la cabe mente, y luego va aumentando progresivamente durante el proce
za del radio puede producir una migración proximal del radio sin so de rehabilitación.
tomática (Fig. 22-20). En esta situación la RAF1 debe considerar Un pequeño fragmento de la apófisis coronoides se puede frac
se fuertemente, y si no es posible, se realizará una artroplastia de turar durante la luxación, pero habitualmente no requerirá trata
la cabeza del radio para evitar un deterioro de los mecanismos miento excepto mantener el codo en flexión al inicio de la inmo
radiocapitelares. La elección entre estos dos tipos de abordaje tera vilización si la estabilidad del codo es dudosa temporalmente. Si
péutico es controvertida, y la elección de la mejor opción puede no se puede conservar la cabeza del radio y se escinde, la probabi
ser difícil. La RAFI es técnicamente más compleja, y a veces, lidad de reluxación es alta. La escisión debería considerarse como
incluso tres fragmentos de fractura constituyen un reto a la hora un último recurso. Si se fractura un fragmento importante de la
de lograr una fijación estable. Sin embargo, la optimización de apófisis coronoides (Regan-Morrey de tipo III) (33), la fijación
implantes como miniplacas y tornillos, tornillos de tipo Herbert interna de este fragmento es muy recomendable para la estabiliza
y una mejor comprensión de la realización de los implantes en el ción de la articulación (Fig. 22-25). Si existe una fractura de la
radio proximal (38, 40) y de los riesgos del abordaje quirúrgico cabeza del radio concomitante, es aconsejable intentar una RAFI
(45) han facilitado las técnicas de reducción abierta. La artroplas también, lo que ayudará a evitar la inestabilidad crónica que fre
tia de la cabeza del radio puede ser técnicamente más fácil, espe cuentemente se produce tras la escisión de ambas, la apófisis coro
cialmente con el desarrollo de prótesis con vástago estrecho para noides y la cabeza del radio (Fig. 22-26).
encajar mejor en el cuello del radio.
A pesar de estas observaciones, lógicamente parecería apropiado Tipo III (no reparable)
tratar de preservar la cabeza del radio con RAFI cuando sea posible,
y reemplazarla con una prótesis sólo cuando sea necesario debido a Las fracturas de la cabeza y el cuello del radio conminutas y des
la incapacidad técnica de conseguir una fijación rígida (16). plazadas, pero sin luxación del codo o luxaciones longitudinales
concomitantes, son susceptibles de ser tratadas con una escisión
Luxación d e l co d o (con o sin fra ctu ra d e la apófisis coron oid es). precoz de la cabeza del radio como tratamiento de elección (Fig.
La mayor parte de las veces, la combinación de una luxación del 22-27). Estos pacientes no precisan el recambio de la cabeza del
codo y de una fractura de la cabeza del radio no produce una ines radio. Pueden comenzar precozmente la movilización activa, con
tabilidad grave o una luxación recurrente. Si el desplazamiento de ejercicios de movilización pasiva e inmovilización en extensión si
la cabeza del radio requiere tratamiento abierto, es preferible con es preciso para recuperar toda su movilidad.
servar la cabeza del radio si es técnicamente posible. En esta situa (El texto continúa en la págin a 948.)
Capitulo 22: Fracturas y luxaciones del codo 945
C D
D
Capítulo 22: Fracturas y luxaciones del codo 947
Figura 22-27. A : Fractura de tip o III de la cabeza y cuello del radio, conm inuta y con marcado despla
zamiento [flecha). B: La proyección lateral muestra la fractura del cuello del radio y la rotación de la
cabeza del radio [flecha).
Con otras lesiones asociadas neo. En este abordaje, el nervio interóseo posterior es más vulnerable
R otura d e l liga m en to in teróseo (Essex-Lopresti). La cabeza del debido a su vecindad al área de la incisión, por lo que es necesario un
radio fracturada debe ser escindida para permitir la im plantación co-nocimiento minucioso de la localización del nervio.
de una prótesis metálica de la cabeza del radio que estabilice el El punto de entrada puede ser también más posterior, a través
antebrazo (como se ha descrito antes). del borde posterior del ancóneo. Aquí es mucho más probable que
El ligamento interóseo está desgarrado y distendido y no puede se produzca una lesión inadvertida del nervio. Además el li
cicatrizar recuperando sus características anteriores a la lesión, produ gamento colateral posterior es cortado habitualmente en este
ciendo una migración proximal del radio. Se ha intentado sujetar el abordaje, por lo que si se utiliza este acceso, se debe reparar cui
radio al cubito mediante clavos durante 6 a 8 semanas, pero esto no dadosamente el complejo colateral, ya que si no se repara puede
evitó que el desplazamiento proximal se produjese posteriormente producirse una inestabilidad posterolateral (28, 30).
(39), por lo que no se recomienda rutinariamente. La reconstrucción
de la banda central de la membrana interósea usando injertos como
R e d u c c ió n a b ie r t a y f ija c ió n in t e r n a d e la
el flexor radial del carpo ha mostrado utilidad para prevenir la
migración completa del radio hasta el cóndilo humeral en estudios en
c a b e z a d e l r a d io : té c n ic a q u ir ú r g ic a
cadáveres (36), pero no restaura la estabilidad longitudinal del ante La RAF1 se ha popularizado progresivamente desde que fue des
brazo y por el momento no es útil para su aplicación en la clínica. crita por primera vez en 1979 (3, 8-10, 13, 14, 24, 29, 34, 35).
Nosotros recomendamos habitualmente la implantación de Los implantes para la fijación interna se encuentran ahora en una
una prótesis metálica. amplia gama de tamaños y permiten la fijación rígida de las frac
turas de la cabeza y el cuello del radio. A pesar de estas mejoras,
se debe ser muy cuidadoso para conseguir una adecuada fijación
T é c n ic a q u ir ú r g ic a d e e s c is ió n d e la c a b e z a
de la fractura sin afectar a la articulación radiocubital proximal.
d e l r a d io
En las series publicadas más recientemente (8, 9, 13, 14, 34) se
La escisión de la cabeza del radio es más segura si se realiza a través de han utilizado gran variedad de implantes, incluyendo placas
una incisión lateral. Como indicaron Strachan y Ellis (42), la estruc pequeñas y también diversos tipos de tornillos. También se han
tura más vulnerable a una lesión inadvertida es el nervio interóseo. utilizado tornillos de Herbert en fracturas aisladas de la cabeza del
Aconsejan que la incisión no se debe extender más allá de 5 cm desde radio. Antes de realizar un intento de reparación quirúrgica de
el epicóndilo, y que el antebrazo debe permanecer en pronación com una fractura, el traumatólogo debe estar totalmente preparado
pleta durante la escisión de la cabeza del radio. La longitud de la inci para realizar la escisión de la cabeza del radio durante la cirugía si
sión es menos importante que el conocimiento de la posición del ner su reconstrucción resulta imposible y proceder al recambio de la
vio y la capacidad de identificarlo en caso necesario. Es importante, cabeza del radio si se sospecha una lesión del ligamento interóseo.
si es posible, preservar durante el abordaje de la cabeza del radio el La fijación insegura o la colocación de implantes que protru-
complejo del ligamento posterolateral. Esto se puede conseguir pe yen en la articulación radiocubital proximal producirán general
netrando en la articulación por el borde anterior del músculo aneó- mente más daño que beneficio.
Capítulo 22: Fracturas y luxaciones del codo 949
Zona
de seguridad
Equipamiento y técnica mitirán aumentos de los movimientos de 10o a 15o cada semana.
El paciente habitualmente se encuentra cómodo con la seguridad
Antes de la cirugía se debe contar con un completo suministro de que le ofrece la codera, y esto le permite realizar los ejercicios con
implantes para realizar la fijación interna. Es útil disponer de un confianza, dentro de la amplitud de movilidad prevista cada
juego de fijación interna de minifragmentos AO [Asociación para semana. También se puede emplear un molde de escayola si la
el estudio de la fijación interna (AS1F)] con placas de reconstruc fabricación de la codera no es viable.
ción (incluyendo la minicondílea) y placas en T, y un juego de
minitornillos de Herbert puede ser útil también. El traumatólogo
debe disponer también de un recambio para la cabeza del radio A r t r o p la s t ia d e la c a b e z a d e l r a d io : t é c n ic a
por si no se puede realizar la fijación de la misma. q u ir ú r g ic a
Hay tres retos técnicos principales: La cabeza del radio debe ser abordada lateralmente por delante del
ancóneo. Se debe ser cuidadoso para evitar la lesión del nervio
1. Reensamblar la cabeza del radio fracturada.
interóseo posterior, que se encuentra a unos 5 mm de la zona
2. Asegurar la cabeza fracturada al cuello del radio.
segura del cuello, puede ser necesario disecar distalmente a lo
3. Comprobar que los implantes no interfieren en los movimien largo del cuello, siendo preciso seccionar el ligamento anular. A
tos de pronación y supinación.
veces puede ser necesario retirar parcialmente el ligamento poste
rolateral para poder acceder a la porción proximal de la diáfisis del
La cabeza del radio debe ser abordada lateralmente, por delan
radio. Tras la colocación de la prótesis se deben reparar cuidado
te del ancóneo. La estructura con más probabilidad de ser lesio
samente las estructuras ligamentarias seccionadas. La cabeza radial
nada es el nervio interóseo posterior, y el cirujano debe estar fami
será escindida al nivel de la fractura del cuello o, si el cuello está
liarizado con la anatomía de la cara lateral del codo. Una vez que intacto, se seccionará proximal a la tuberosidad bicipital. El ante
la fractura está completamente expuesta se debe reposicionar y
brazo debe permanecer pronado durante todo el procedimiento.
reconstruir la cabeza del radio. Aunque se pueden utilizar alam
Se acomoda el canal intramedular con una escofina pequeña, y se
bres de Kirschner para mantener la reducción de la fractura tem
comprueba su tamaño con diferentes probadores. Se ha de tener
poralmente, nosotros hemos comprobado en algunas ocasiones cuidado con no escoger una prótesis demasiado grande por el ries
que pueden ser un obstáculo. Hay tan poco espacio para colocar
go de resquebrajar el cuello restante. El tamaño estándar del tallo
los implantes que los alambres son frecuentemente un estorbo.
de la prótesis es habitualmente muy grande para un radio peque
Basándose en disecciones anatómicas, hay una zona segura para la ño. En estos casos se puede utilizar una fresa para agrandar el
colocación de los implantes de unos 90°, centrada alrededor del
canal intramedular después de limarlo, pero se corre el riesgo de
ecuador en la posición neutra (Fig. 22-28) (38). Si se utiliza esta penetrar en el córtcx y sólo debe ser realizado por manos expertas.
zona, se pueden colocar placas y tornillos normales sin miedo a Con el desarrollo de prótesis con el vástago estrecho, este proble
penetrar en el espacio de la articulación radiocubital próxima!. Si ma se mitiga frecuentemente una vez que se prepara el canal. Se
la fractura está limitada a la cabeza del radio, sin extensión al cue
coloca el probador y se mueve el codo en una amplia extensión de
llo, se puede utilizar el tornillo de Herbert, colocándolo por deba movimientos para comprobar si se ajusta de forma estable y sin
jo de la superficie cartilaginosa. También se ha informado del laxitud al cóndilo, se escoge la prótesis y se coloca en el canal (Fig.
empleo de agujas reabsorbibles con el mismo objetivo (31).
22-29).
La cabeza requiere frecuentemente fijación con placas para
Se debe tener cuidado durante el procedimiento para no dañar
apoyarla en el cuello del radio. En esta situación se la debe pro
la superficie articular del cóndilo humeral. La prótesis puede
longar distalmente. De nuevo hay que ser cuidadoso con la vul
requerir un golpe suave para adaptarse completamente. Nosotros
nerabilidad del nervio interóseo posterior, debiendo localizarlo si
pensamos que el impactador de plástico duro del juego DHS
se duda de su posición o su seguridad. Deben moldearse cuida
(Smith & Nephew, Inc., Memphis, TN) es útil para este fin, por-
dosamente placas en forma de L o T de 2,0 ó 2,7 mm para adap
tarlas sobre el cuello, proporcionando una excelente fijación.
Nosotros hemos utilizado en algunas ocasiones pequeños injertos
óseos para rellenar algunos defectos, especialmente en la zona del
cuello. La reducción debe comprobarse realizando movimientos
de pronación y supinación en varias posiciones de flexión y exten
sión. A pesar de retirar todas las partes blandas de los fragmentos
óseos de la cabeza del radio, estas fracturas sueldan sin que se pro
duzca colapso por necrosis avascular.
La cápsula externa debe ser reparada cuidadosamente. En algu
nas ocasiones, el uso de anclajes de sutura fijados en el epicóndi-
lo externo, son útiles para conseguir una reparación segura del
complejo del ligamento posterolateral. El ligamento anular, un
componente de esta estructura, se mantiene así en su posición. La
movilización activa debe comenzar tan pronto como el paciente
se encuentre cómodo, habirualmente durante los primeros días. Si
el complejo del ligamento posterior ha de ser reparado, será útil el
empleo posterior de una codera articulada con restricción del
grado de movimiento, para proteger la reparación. La limitación Figura 22-29. Aspecto de una prótesis de la cabeza del radio colo
inicial será de los 50° a los 90°, y después, gradualmente, se per cada y articulada con el cóndilo. Abreviatura: C, cóndilo humeral.
Capítulo 22: Fracturas y luxaciones del codo 951
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pacio y cautelosamente para evitar resquebrajar el radio. FJ codo 24. McArthur RA. Herbert screw fixation of fracture of the head of the
debe moverse ampliamente y se debe realizar una radiografía para radius. Clin Orthop 1987;224:79-87.
comprobar que la reducción es adecuada (Fig. 22-30). El comple 25. Mikic ZD, Vukadinovic SM. Late results in fractures of the radial head
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reparar la cápsula lateral, sin precisar una intervención específica 27. Morrey BF, Askcw L, Chao EY. Silastic prosthetic replacement for the
por separado. La inmovilización posterior durante 5 a 7 días se radial "head. / Bone Join t Surg 1981 ;63A:454—458.
sigue de una rehabilitación con aumento progresivo de la movili 28. Néstor BJ, O’Driscoll SW, Morrey BF. l.igamentous reconstruction
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Capítulo
Incluso a las clásicas fracturas en «T» y en «Y» es mejor dejarlas solas; la mayor razón para el cambio desde 1966 es la mejora de la meto
los resultados del tratamiento quirúrgico con fijación interna en repo dología en el tratamiento de estas y otras fracturas articulares con
sición anatóm ica perfecta son decepcionantes casi invariablem ente; de cebidas por pioneros como Albin Lambotte, Roben Danis,
hecho iré más allá y diré que son extremadamente malos. Maurice Muller y el grupo de la AO en los años sesenta. Este lega
No es posible establecer reglas de tratamiento para estas fracturas.
do incluye una dedicación a algunos de los principios básicos en
La simple manipulación en forma de fuerte tracción en extensión,
seguida de inmovilización en la mayor flexión posible (menor de el cuidado de las fracturas y el restablecimiento de la anatomía y
ángulo recto) compatible con la estabilidad, es aplicable a los tipos los fija de forma lo bastante fiable como para permitir una fun
menos conminutos. Sin embargo, todavía estoy buscando un mejor ción precoz indolora mientras el hueso llega a una curación si
método de curación para las más inestables, y particularm ente las gro contratiempos.
seramente conminutas, de la parte baja del húmero que la tracción
vertical continua por medio de una aguja a través del olécranon unida
a pesos suspendidos de una polea anclada en una viga por encima de ANATOMÍA
la cabeza. Después de tres semanas de esta tracción, usualmente los
fragmentos son lo bastante estables como para retirar la tracción y Para un tratamiento apropiado de las fracturas del húmero distal
colocar un yeso hasta que la consolidación es lo bastante fuerte como es imperativo un conocimiento completo de la anatomía regional.
para perm itir movimientos activos. Algunas veces, en los pacientes El hueso se ensancha distalmente en el plano coronal hasta un
menos probables, la función final es sorprendentemente buena. máximo entre los epicóndilos medial y lateral. Cuando se ve desde
[Keon-Cohen (27)] el lado lateral, el hueso se estrecha un tanto de proximal a distal
en el plano sagital antes de que su segmento distal más articular
Estas advertencias y cautelosas expectativas fueron tomadas de se expanda y proyecte anteriormente. El segmento suavemente
una conferencia de la serie de instrucción de la reunión anual de la estrechado justo por encima del segmento articular se correspon
Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos en 1966. En el de con la parte ensanchada en el plano coronal, formando las
lapso de tiempo que ha transcurrido desde entonces, las reco
columnas divergentes medial y lateral. En su punto más distal está
mendaciones para el tratamiento de estas lesiones actualmente
unido por el «arco de unión» que consiste en el segmento articu
exigen justamente aquello contra lo que el Dr. Keon-Cohen pre
lar, la tróclea y el cóndilo humeral. El mismo cóndilo humeral es
venía. Específicamente, nuestro objetivo es restablecer («por
la parte más distal de la columna lateral, mientras que la tróclea
medios quirúrgicos con fijación interna») perfectamente la anato
está entre este y la parte más distal de la columna medial (Eig. 23-
mía y con la suficiente estabilidad como para permitir un movi
1). Éste es el límite cefálico del túnel cubital y está estrechamente
miento funcional indoloro precoz del codo. En opinión del autor,
relacionado con el nervio cubital. Es también el punto de inser
ción del ligamento colateral cubital, el ligamento más fuerte de la
Lawrcnce X. Webb: Departm ent o f Ofthopaedics, W ake Forest articulación del codo, cuya integridad es esencial para la estabili
I niversity School o f Medicine. Winston-Salem. N orth Carolina. dad del mismo.
954 Sección II: Extremidad superior
MECANISMO DE LESIÓN
DIAGNÓSTICO
I,os pacientes con una fractura del húmero distal se presentan con
dolor e hinchazón en la parte distal del brazo y el codo. Los que
tienen fracturas desplazadas tienen una deformidad evidente, y el
intento de movilizar el codo puede provocar crepitación ósea
dolorosa.
Todo lo necesario para el diagnóstico son radiografías estándar
en proyección antero-posterior y lateral. Sin embargo, han de ser
de buena calidad, tomadas (sin férula) en proyecciones antero-
posterior y lateral, mientras se mantiene una suave tracción lon
gitudinal e incluyendo la articulación del codo en la radiografía.
Las radiografías tomadas sin tracción con el brazo dentro de una
B
férula son inapropiadas para realizar un diagnóstico exacto, una cla
sificación de la fractura y para una planificación preoperatoria for
Figura 23-2. La superficie articular form a con el eje de la diáfisis
un ángulo en valgo de 4 a 8 grados, el ángulo A de carga (A). El mal (Fig. 23-4).
segm ento articular tiene un ángulo hacia delante con respecto a la En algunas lesiones puede obtenerse información adicional
diáfisis de 40 grados y funciona estructuralm ente com o un arco de con radiografías en sobrecarga para determinar la estabilidad liga
unión en el punto de m áxima divergencia distal de las columnas. mentosa asociada. Es imperativo un examen neurovascular cuida
Es im portante notar que el epicóndilo m edial está en la proyección
del eje de la diáfisis, m ientras que el epicóndilo lateral se proyec
doso. Cuando se sospecha una lesión arterial, está indicada una
ta ligeram ente hacia delante del eje. (B, C). arteriografía en dos planos.
Capitulo 23: Fracturas del húmero dista! 955
Figura 23-3. Están representadas las fosas anteriores (coronoidea y radial) posterior (olécranon), las
cuales sirven para evitar el pinzam iento en los extrem os de la flexión y la extensión respectivamente
(A, B). Un to rnillo atraviesa la fosa olecraniana, produciendo un pinzamiento con déficit de extensión (C).
956 Sección II: Extremidad superior
Figura 23-4. Radiografías antero-posterior (A) y lateral (B) que, debido a la superposición ósea, mues
tran escasamente los detalles de la fractura. Una radiografía en tracción (C) muestra bien los im p o r
tantes detalles de la fractura y perm ite al cirujano hacer una planificación preoperatoria form al (D).
Figura 23-6. A: Las fracturas se dividen en tres tipos: A, no articulares; B, parcialm ente articulares; y C, no hay fra g
m entos articulares en continuidad con el fragm ento dlafisario. Cada uno de estos tipos se subdlvlde luego en tres
grupos. B: Los tres grupos de las fracturas de tip o C: C1, fracturas sim ples en T o Y; C2, aquellas en las que el frag
m ento articular es sim ple, pero el área supracondílea no articular está segmentada o conm inuta; y C3, en las que el
segmento articular está segm entado o conm inuto.
958 Sección ¡I: Extremidad superior
Figura 23-7. A: Radiografía de una lesión por disparo a corta distancia en el antebrazo y el codo. B:
Fotografía clínica de la extrem idad con un fija d o r externo. El objetivo aquí es el restablecim iento de
un segm ento intercalado viable entre el hom bro y la mano. Problemas com o la pérdida de hueso, con
tam inación y desvitalización no hacen aconsejable una osteosíntesis.
A b o r d a je p o s t e r io r d e u n a f r a c t u r a C-3
Se inicia distalmente una incisión posterior en el eje de la extre
midad curvándola suavemente alrededor de la cara lateral (o
medial) del olécranon y se continúa sobre el cúbito aproximada
mente una pulgada (Fig. 23-9). En algunas circunstancias, una
incisión en forma de J, como se ha sugerido por Zagorski y cois.
(57) puede tener ventajas (Fig. 23-9). Este el caso particularmen
te cuando se prevé que el material de síntesis va a ser prominente
y deberá ser retirado tras la consolidación de la fractura.
El olécranon se perfora y se talla el canal con la terraja de 6’5
mm (diámetro externo de la terraja) de esponjosa calibrada hasta
ocupar el punto de hueso denso adyacente al endostio del cúbito
cuando aumenta la resistencia torsional. Esta distancia recorrida
por la terraja proporciona al cirujano una estimación de la longi
tud apropiada del tornillo para la posterior fijación del olécranon.
Ocasionalmente, en cúbitos más grandes, se usa una terraja cali
brada de 7,3 mm, que corresponde a un tornillo de esponjosa de
7,3 mm (Cuadro 23-1).
Si la terraja no ocupa el canal y la resistencia torsional es baja,
se puede anticipar la necesidad de usar una reparación con agujas
y banda de tensión de la osteotomía, ya sea con el tornillo y aran-
Figura 23-9. Se utiliza una Incisión posterior en el eje de la extre Es útil proteger la cara opuesta del cartílago articular con una
midad distalm ente y suavemente curvada alrededor de la cara gasa o dos elevadores de Freer (lisos y de bordes romos)
lateral del olécranon y seguida sobre el cúbito aproxim adam ente (Fig. 23-10 B).
dos pulgadas.
Capítulo 23: Fracturas del húmero distal 961
C D
Figura 23-10. A: El olécranon se perfora previam ente y se terraja con una terraja de esponjosa de 6,5 o 7,3 mm (diám etro externo
de la terraja) hasta el punto en que se rellena el hueso denso adyacente al endostlo (aumenta la resistencia torsional). Si esto no
sucede con un to rn illo de 6,5 mm, puede usarse la terraja y to rn illo de 7,3 mm. Se usa una sierra oscilante delgada para hacer una
osteotom ía de Chevron al nivel del punto de m áxim a profundidad del olécranon y se com pleta con un osteótom o delgado de punta
fina que en el paso final puede ser apalancado para ocasionar un borde de fractura dentado en la parte condral de la osteotomía.
Cuando se fija anatóm icam ente al final de la intervención, esta interdigitación m ejora la estabilidad de la reparación al nivel del
hueso subcondral. B: Cuando se usa una sierra oscilante es útil proteger el cartílago articular opuesto con una gasa o dos elevado
res de Freer. Véase que la profundidad que avanza la terraja proporciona al cirujano la longitud apropiada del to rn illo de fijación de
la osteotom ía del olécranon al final de la intervención (A). Si la resistencia torsional es m ínim a para el gran diám etro de la terraja,
se puede anticipar la necesidad de usar una reparación con alam bre en banda de tensión para la osteotom ía, ya sea con to rn illo con
arandela o con dos agujas de Kirschner paralelas (C, D).
déla o con dos agujas de Kirschner paralelas (Fig. 23-10 B, C). Se unidad. Esto permite la exposición de la superficie articular pos
usa entonces una sierra oscilante delgada para hacer una osteoto terior e inferior y de la superficie posterior de la tróclea (o frag
mía de Chevron al nivel de la parte más profunda del olécranon, mentos trocleares).
y se completa con un osteótomo delgado de punta fina hasta el Se dirige primero la atención hacia la superficie articular donde
nivel del hueso subcondral (Cuadro 23-2). los fragmentos de la fractura están libres en sangre coagulada y
Una vez completada la osteotomía, la inserción del tríceps y la envueltos en los tejidos blandos, recolocando los fragmentos en su
parte separada del olécranon se disecan con suavidad liberándolos posición anatómica, con cuidado de evitar un despegamiento inne
de los tejidos que los rodean y se elevan próxima!mente como una cesario de las inserciones de tejidos blandos (aporte sanguíneo).
962 Sección II: Extremidad superior
Figura 23-11. A: Como preludio a la colocación de la placa, se presiona un m olde de alum inio contra
la superficie del hueso, ya reducido, en el lugar donde se anticipa la colocación de la placa, dando
form a entonces al im plante con los dobladores de placas de acuerdo con la superficie del m olde (la
colum na lateral). Se usa la m ism a técnica de m oldeado para la placa medial (localizada en ángulo
recto respecto a la lateral en la visión en sección). Se puede colocar un to rn illo canulado en el aguje
ro más bajo de la placa com o to rn illo de com presión interfragm entaria -la aguja guía asegura que no
interfiere con el to rn illo de com presión segm entaria colocado previam ente-. Nótese que las agujas de
Kirschner (agujas K) que fijan provisionalm ente la fractura están colocadas fuera de la posición de
colocación de la placa. B: La parte segmentaria de la fractura articular se puede reducir y fija r girando
los fragm entos de los bordes sobre sus inserciones en los tejidos blandos. Esto perm ite al cirujano
visualizar la fractura segm entaria anterior. La colocación de pequeñas agujas K com o «mangos» es
útil a menudo, y una vez reducido, pueden avanzarse para conseguir una fijación tem poral (B, C). Tras
la fijación definitiva de los fragm entos segm entarios, quedan ahora dos fragm entos articulares m ayo
res. D: Los dos fragm entos articulares resultantes se reducen uno al otro y luego a la diáfisis (se pue
den usar las agujas K com o mangos) y se fijan provisionalm ente con agujas K. (La figura continúa.)
Capitulo 23: Fracturas del húmero distal 963
Aquí son útiles las agujas de Kirschner, tanto para manipular los
pequeños fragmentos como para conseguir una fijación provisio
nal.
Cuando hay conminución o pequeños fragmentos segmenta C uadro 23-3. DETALLES Y PERLAS
rios articulares, se han descritos varios abordajes (41, 53, 54). Uno
de ellos es retirar y desechar las pequeñas piezas y sustituirlas por La fijación provisional debe conseguirse de forma que no impi
injerto óseo, y entonces colocar los dos fragmentos articulares da o interfiera en la fijación definitiva. Esta colocación requie
mayores restantes en relación adecuada con los otros (y con la re que el cirujano tenga una idea del montaje final mientras
fija provisionalmente los fragmentos reducidos. Los fragmen
superficie articular correspondiente del cubito) y dejarlos en esta tos segmentarios articulares de la superficie anterior pueden
relación por medio de un tornillo sin compresión completamen ser un reto, pero se pueden manejar plegando el fragmento
te terrajado (41, 54). En estas circunstancias se ha recomendado receptor condíleo mayor por sus inserciones de tejidos blan
injerto óseo corticocsponjoso (54) o esponjoso (41). El otro abor dos. Esto ayuda al cirujano a visualizar directamente la
daje es reducir los pequeños fragmentos hasta su posición y fijar superficie receptora de la fractura para colocar el fragmento
los con tornillos pequeños interfragmentarios avellanados (p. ej., en su lecho, fijarlo provisionalmente con una aguja de
Kirschner, y luego definitivamente con un tornillo interfrag
2,0 o 2,7 mm) o tornillos con doble rosca de inclinación diferen
mentario de pequeños fragmentos (p. ej., un tornillo de 2,3
te (tornillos de Herbert, Zimmer Corp., Wausau, IN) colocados mm de diámetro con Synthes USA, Paoli, PA). El cirujano
por debajo del nivel de la superficie articular. En general, el autor debe utilizar una técnica de inserción a compresión con rosca
ha encontrado que es poco frecuente la necesidad de injerto óseo completa, con el tornillo convenientemente avellanado por
para esta indicación (Fig. 23-11, Cuadro 23-3). debajo de la superficie del cartílago articular (34).
Hablando en general, el objetivo de la táctica quirúrgica es
964 Sección II: E xtremidad superior
convertir una fractura C-3 en una C-2 (o C -l), p. ej., tomar una
superficie articular multifragmentaria y, por reducción adecuada y C uadro 23-4. DETALLES Y PERLAS QUIRÚRGICAS
fijación segura del o los pequeños fragmentos, tener dos fragmen
tos articulares mayores que puedan ser reducidos y fijados el uno El proceso puede concluirse mejor colocando una aguja guía
al otro (Fig. 23-11). Estos dos fragmentos articulares mayores (esto evita interferencias con un minitornillo colocado previa
mente para tratar el fragmento articular segmentario) de un
pueden ser manipulados de forma similar con agujas de Kirschner
equipo de tornillo canulado pequeño, de 3,5 mm de diámetro
colocadas estratégicamente (como «mangos»), reducidos y mante con (Synthes USA, Paoli, PA) en la línea del tornillo más infe
nidos con pinzas de reducción con puntas, seguido de fijación rior de la placa. Un agujero perforado en la lengüeta más
provisional con una segunda aguja de Kirschner o con el avance inferior del molde permite colocarlo en la posición exacta de
de una de las que se usaron como mangos, como un preludio de la placa. El segmento articular fijado provisionalmente se
la fijación definitiva (Fig. 23-11). Nuevamente, la localización reduce entonces al segmento diafisario y se fija provisional
mente lo suficiente como para conformar el molde de la seu-
de esta aguja y de la subsiguiente fijación definitiva requieren una doartrosis. Se coloca entonces sobre la aguja guía (que pro-
concepción de la construcción final que se desea. En pacientes en truye a través del agujero), y se sustituye por el implante que
los que la construcción final demanda un tornillo cortical coloca se ha moldeado remedando exactamente el molde. Se fija
do en la parte más inferior de una placa moldeada para una entonces al hueso secuencialmente de la forma habitual.
columna, el moldeado debe preceder a la colocación del tornillo.
Este proceso se puede simplificar utilizando un molde de alumi
nio adecuado para la placa que se prevé usar, moldeándolo en la
superficie del hueso y usándolo para moldear la placa con dobla-
dores adecuados (Fig. 23-11 F, G). Alternativamente se puede húmero distal puede mejorarse situando las placas en ángulo recto
moldear la placa preoperatoriamente en un modelo plástico del una respecto a la otra vistas en sección, (p. ej., una placa colocada
húmero y esterilizarla rápidamente. Pueden ser necesarios pe en superficie posterior de la columna lateral y otra en la cara
queños ajustes en el momento de la fijación definitiva. Esta últi medial de la columna medial) (Fig. 23-12).
ma técnica está basada en un plan preoperatorio detallado Los estudios posteriores de Schcmitsch y cois. (45) mostraron
(Cuadro 23-4). un mantenimiento suficiente de la rigidez incluso cuando este
requerimiento se alteraba teniendo las dos placas en pilares
(columnas) separados y en diferentes superficies (fuera del mismo
C o lo c a c ió n d e lo s im p la n t e s
plano). Cuando las placas de las columnas están colocadas en el
En general, la colocación de los implantes debe permitir una fija mismo plano pueden fatigarse, resultando en rotura en el lugar de
ción que sea lo bastante estable como para permitir un movi la fractura y retardo de consolidación (Fig. 23-13).
miento activo suave de la articulación durante el período de la Hay ocasiones en las que la prominencia e irritación tardías son
curación ósea. Los implantes deben colocarse de forma «amistosa parte del precio que hay que pagar por conseguir una fijación
con la biología», con mínima necrosis tisular, con moldeado exac estable con conservación de la función hasta que se consigue la
to para minimizar la prominencia e irritación de los tejidos veci curación. Un ejemplo de esto puede ser cuando una fractura baja
nos. Helfet y Hotchkiss afirmaron (16) que la estabilidad del de la columna medial se trata con una placa moldeada alrededor
A B
Figura 23-12. A, B: Placas aplicadas al húm ero distal m uestran en la visión en sección un ángulo recto
entre ellas. Ésta es desde el punto de vista biom ecánico la m ejor colocación.
Capitulo 23: Fracturas del húmero distal 965
Figura 23-13. A, B: Radiografías de una fractura de húm ero distal a 10 semanas de una osteosíntesis
en un joven de 20 años de edad con do lo r e hinchazón en el codo. En este punto hay fatiga de la placa
e inestabilidad en el foco de fractura en la región supracondílea. C: Posterior desplazamiento a las 3
semanas. D, E: El paciente se reinterviene con retirada de la placa que se sustituye por otra de recons
trucción de 3,5 mm en la colum na lateral, y una placa de com presión de 3,5 mm moldeada en ángu
lo recto en la visión en sección con la colum na medial. También se usó injerto óseo esponjoso. Se
muestra la radiografía 3 meses después. El paciente tiene una función indolora excelente del codo y
la fractura ha curado. [La figura continúa.)
966 Sección II: Extremidad superior
A, B C
Figura 23-14. Tres montajes posibles para la fijación de una fractura baja de la colum na medial con (A) el to rn illo más
bajo de la placa es interfragm entario para la línea de fractura articular, y (B) el to rn illo más bajo se dirige directa
mente hacia la colum na medial y entonces la placa se m oldea sobre la cara medial de la colum na alrededor del epi
cóndilo medial. La fractura articular se trata aquí con un to rn illo a com presión dirig id o desde el segundo agujero de
la placa contado desde el extrem o distal. C: La placa moldeada alrededor de la colum na medial con la porción p rin
cipal de la placa en la cara posterior de la colum na medial. La linea de fractura articular se trata por m edio de un to r
nillo a com presión desde la cara lateral a través del últim o agujero de la placa. Las dos últim as construcciones (B, C)
necesitan generalm ente de una transposición anterior del nervio cubital.
Capítulo 23: Fracturas del húmero distal 967
reducido en la superficie de contacto, por la de contacto limitado cular terminal de la columna lateral, no el epicóndilo o la metáfi-
y compresión dinámica (lim eted con ta ct dyn am ic com presión píate, sis, y puede tomar dos formas. La primera variedad (tipo AO u
LCDCP; Synthes, USA) en lugar de una o ambas placas de OTA B3.1-2) o tipo Hahn-Steinthal (48) afecta a una gran por
reconstrucción. En esta circunstancia, las placas en las columnas ción del cóndilo humeral y ocasionalmente a una pequeña parte
opuestas deben extenderse hasta el fragento diafisario proximal de la tróclea adyacente (Fig. 23-15 A).
formando un ángulo recto (Fig. 23-12 B) en la visión en sección. La segunda variedad (tipo AO u OTA B3.1-1) o tipo Kocher-
Esto puede imponer un abordaje más proximal de la cara poste Lorentz (30, 33, 46) afecta al cartílago articular y la porción
rior del húmero y demandar el aislamiento y protección del ner correspondiente del hueso subcondral (14). Afortunadamente
vio radial a este nivel. este último tipo aparece con menos frecuencia que el primero.
Una lesión asociada importante es la rotura del ligamento colate
ral cubital, comunicada en el 69% de los casos (9/13) de la peque
FRACTURAS ESPECÍFICAS ña serie realizada por Johansson (22). Una segunda lesión asocia
da es la fractura de la cabeza radial (28) (Fig. 23-15 D). Ambas
C ó n d ilo h u m e r a l
deben sospecharse, y si no se ven en las radiografías estáticas,
Las fracturas del cóndilo humeral (tipo B3.1 de la clasificación deben obtenerse radiografías en sobrecarga.
AO o de la OTA) son raras; así, no se ha informado de grandes Se piensa que el mecanismo de lesión es el cizallamiento del
series de casos (51). Esta fractura fue descrita por primera vez por cóndilo humeral por una fuerza transmitida desde el radio al
Hahn en 1853 (55). Esta fractura afecta sólo a la parte intraarti- húmero, resultando en el tipo I cuando el codo está en extensión
Figura 23-15. A; El tip o I (Hahn-Steinthal) de fractura del cón dilo hum eral. Una porción de la tróclea puede estar im plicada en esta fractu
ra. En el tipo II (Kocher-Lorenz) hay una porción m uy pequeña de hueso anclada al fragm ento de cóndilo humeral. No hay fractura del cón
d ilo lateral en el plano sagital en ninguno de los tipos I o II de fractura del cóndilo hum eral. B: Aunque más a m enudo el fragm e nto de
cóndilo humeral está desplazado hacia anterior, ocasionalm ente el fragm ento de fractura puede desplazarse hacia posterior. En este caso
en la exploración hay una obstrucción a la extensión en la exploración física. C: La radiografía antero-posterior es útil con frecuencia para
dem ostrar el grado de afectación de la tróclea. Las flechas señalan los dos fragm entos de la superficie capitelo-troclear. Esto puede ser difí
cil de reconocer en la radiografía lateral.
968 Sección II: Extremidad superior
completa y el tipo II cuando la fuerza se transmite con el codo en En las desplazadas, si el fragmento tiene suficiente sustancia,
flexión (4). puede hacerse una reducción abierta y fijación interna usando tor
nillos de mini fragmentos (2,3 mm de diámetro) con rosca doble
por debajo del nivel del cartílago articular o dirigidos desde la cara
Diagnóstico posterior como tornillos de compresión, teniendo cuidado de no
Los hechos característicos son dolor e hinchazón en la cara lateral penetrar en la superficie articular. Aunque algunos cirujanos pre
del codo así como dolor con el intento de movilización que está fieren el abordaje postero-lateral (Fig.23-16), estas fracturas pue
limitada en extensión, flexión y rotación del antebrazo (depen den verse directamente en la superficie articular por un abordaje
diendo de dónde se haya desplazado el fragmento dentro del espa anterior (Fig. 23-16 C). McKee (36) ha comunicado una conso
lidación del 100% con una media de 140 grados de movimiento
cio intracapsular). Los hallazgos radiográficos, especialmente en el
del codo y sin necrosis avascular en una serie de seis casos trata
tipo II o en las que tienen un desplazamiento mínimo, pueden ser
dos con reducción abierta y fijación interna. En el seguimiento a
sutiles (a menudo una delgada galleta de hueso subcondral u oca
27 meses la rotación total del antebrazo era de una media de 167
sionalmente sólo el cartílago articular) (12). McKee (36) ha iden
grados.
tificado una anormalidad radiográfica, el «signo del doble arco», Puede utilizarse un abordaje anterior (20) con el paciente en
que ha visto en cada uno de los seis pacientes con fracturas de decúbito supino. Este abordaje utiliza el plano entre el supinador
cóndilo humeral de tipo I. Es necesaria una radiografía lateral largo y el braquial anterior (proximalmente)/pronador redondo
estricta porque una pequeña oblicuidad del fragmento puede (distal mente) con cuidado de preservar el nervio cutáneo lateral
ocultarse por el hueso suprayacente. Un signo de la almohadilla del antebrazo. El nervio radial se identifica, aísla y protege proxi-
grasa puede ser siempre aparente (46). malmente y donde se divide en sus ramas (nervio radial superfi
cial y nervio interóseo posterior), que pasa a través de las fibras del
supinador y emerge distalmente. Una vez que la cápsula del codo
Tratamiento
se ha abierto, aparece rápidamente el fragmento de fractura. Con
Las fracturas no desplazadas pueden tratarse sin cirugía con una el codo en extensión completa, se limpia el plano se fractura, se
férula durante 3 semanas seguida de movilización protegida (49). repone el fragmento anatómicamente de forma provisional y
M úsculo ancóneo
Figura 23-16. A: Exposición superficial entre el ancóneo y el origen del extensor com ún. B: Disección pro
funda adyacente a la inserción del supinador en el radio proxim al con el antebrazo pronado para desplazar al
nervio radial del plano de disección. La disección se continúa proxim alm ente desde la cara antero-lateral de
la cresta supracondílea y se lleva m edialm ente elevando el origen del extensor com ún para exponer la frac
tura. C: Abordaje anterior. (La figura continúa.)
Capítulo 23: Fracturas del húmero distal 969
na medial, donde los implantes necesitan extenderse distalmente incompleta es el componente metadiafisario de la fractura, el cual
en la columna medial. También es importante documentar la se puede tratar retirando el material (a menudo roto o aflojado del
transposición cuando se escribe el informe de la intervención. hueso) y volviendo a sintetizar con una placa de compresión en las
Algunos pacientes encuentran irritante el material de osteosínte- columnas medial y lateral (no en el mismo plano). En esta situa
sis y piden su retirada. En estas circunstancias, determinar antes ción el cirujano puede elegir una de las placas más fuertes de dise
de la intervención que el nervio cubital no está en el túnel puede ño de o lede (en oposición a las placas de diseño de reconstruc
evitar al cirujano el estresante descubrimiento durante la cirugía ción de 3,5 mm), y debe usarse un injerto de hueso esponjoso
de que el túnel cubital está vacío. para suplementar el potencial de curación del foco de seudoartro
sis. Adicionalmente, si el movimiento del codo está significativa
mente deteriorado (con una pérdida de extensión mayor de 30
M a t e r ia l d e o s t e o s ín t e s is
grados), debe tratarse simultáneamente ya sea retirando adecua
La irritación por el material implantado una vez que la hinchazón damente el pinzamiento en la cara posterior o con una adecuada
ha cedido y el codo ha recuperado la función no es infrecuente. liberación capsular en la cara anterior (37).
Esto se da sobre todo en el olécranon, donde la localización del Cuando la seudoartrosis tiene un componente intraarticular,
implante es subcutánea y la irritación en este punto del codo está necesita ser cuidadosamente valorado desde el principio cualquier
causada con frecuencia al poner el brazo sobre una mesa o escri escalón residual o artrosis asociada. Las opciones son retirar el
torio. Esto también ocurre con más facilidad cuando se usa un material, osteotomía correctora, liberación capsular anterior o
lazo de alambre en forma de ocho en la reparación de la osteoto posterior, neuróiisis del nervio cubital cuando la neuritis es parte
mía en lugar de un tornillo (18). Otro punto potencial de promi de la sintomatología, seguido de nueva osteosíntesis con o sin
nencia del material es sobre la porción baja de la cresta supracon- injerto óseo para maximizar la estabilización y el potencial de
dílea medial y el epicóndilo medial. Este hueso es subcutáneo a curación de los segmentos articulares. De los 13 pacientes con
este nivel y hay muy poco «cojín» entre él y la piel. retardo de consolidación o seudoartrosis comunicados por McKee
El aflojamiento del material y el dolor secundario a la promi (37), todos los que tuvieron dolor significativo, pérdida de movi
nencia están causados habitualmente por una incompleta cura miento y discapacidad funcional, se consiguió una mejoría signi
ción de la fractura y el movimiento en el foco de fractura. La ficativa del dolor y una mejora de la amplitud de movimiento (se
mayoría de las complicaciones recogidas en las series de Henley dobló hasta 90 grados) usando este abordaje. Se ha utilizado con
(18) fueron atribuibles a esta circunstancia. algún éxito en casos seleccionados un fijador externo de bisagra
colocado en suave distracción y con las bisagras alineadas con el
movimiento en flexión y extensión del codo. Una alternativa
R e ta r d o d e c o n s o lid a c ió n y s e n d o a r t r o s is puede ser el tratamiento no quirúrgico aceptando el escalón arti
Afortunadamente, el retardo de consolidación y la seudoartrosis cular o la eventual artrosis. Las alternativas de reconstrucción qui
de la fractura son infrecuentes. Cuando ocurren, son más comu rúrgica pueden ser la artroplastia de resección seguida de férula, la
nes en una fractura de tipo C en la cual el área de consolidación artrodesis y la artroplastia total del codo.
El retardo de consolidación y pseudoartrosis pueden ocurrir en En el futuro, estudios prospectivos longitudinales bien diseña
la osteotomía del olécranon. En la serie de 28 fracturas de tipo C dos usando instrumentos de calidad de vida contrastados como la
tratadas con osteotomía de olécranon comunicadas por Henley DASH serán útiles para hacernos comprender más claramente el
(18), dos (7%) tuvieron un retardo de consolidación, ambas se efecto que las fracturas del húmero distal tienen en nuestros
produjeron en pacientes en los que se había reparado con la téc pacientes, así como la eficacia de nuestras intervenciones en su
nica de alambrado en banda de tensión. La reparación con una beneficio.
nueva banda de tensión (en un caso sobre un tornillo con aran
dela) trató con éxito esta complicación en esta serie. En la expe
riencia del autor, el problema aparece con menor facilidad si el AGRADECIMIENTOS
tornillo usado para reparar la osteotomía rellena el hueso hasta el El autor quiere agradecer al Dr. Walter Bo su contribución en las
endostio proporcionando de este modo una resistencia torsional visiones en sección de la anatomía, así como a los Drs. R.
suficiente para asegurar la compresión estable de la osteotomía Williams y D. Ruch y al estudiante de medicina C. Yang su ayuda
(Fig. 23-17). en la recogida de casos relevantes y datos de su centro de trabajo.
También quiere agradecer a B. Crouse su ayuda en la preparación
RESULTADO FUNCIONAL del Capítulo y la compilación de las referencias.
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Capítulo
El húmero constituye uno de los cuatro complejos de huesos lar mantés. Las desventajas incluyen la inmovilización del codo y el
gos que forman los cimientos de las extremidades. Varios hechos riesgo e distracción excesiva, que puede llevar a una falta de con
lo hacen único y tienen influencia significativa en el tratamiento solidación. La inmovilización funcional, como popularizaron
de sus lesiones. El brazo contiene sólo un hueso, formando una Sarmiento et al. (79), se desarrolló desde el reconocimiento de
estructura simple que evita muchas de las complejidades halladas que los métodos de reducción con gravedad eran efectivos en el
en los complejos formados por dos huesos como el antebrazo y mantenimiento de la alineación de las fracturas de húmero.
el tobillo. Además, las grandes masas musculares que rodean el Usando una ortesis plástica con tiras ajustables para soportar la
húmero le proporcionan abundante aporte vascular y disimulan fractura, y la gravedad como asistente en la corrección de la defor
deformidades importantes en la propia estructura esquelética. En midad, se han conseguido resultados esqueléticos y clínicos exce
la mayoría de las personas el húmero no está implicado en la carga lentes en la mayoría de las fracturas de la diáfisis humeral.
de peso de la locomoción. Consecuentemente, no se produce dis Aunque los métodos no quirúrgicos habitualmente tienen un
capacidad funcional como resultado de la diferencia de longitud resultado excelente, pueden persistir ciertos problemas. Estos pro
entre los dos húmeros. Las articulaciones del húmero añaden sus blemas han estimulado el desarrollo de varias técnicas de fijación
particularidades. El hombro es una articulación inherentemente interna y externa. La fijación con placa a compresión ofrece una
inestable, que es funcional sólo en virtud de la compleja forma técnica de fijación interna que, cuando se aplica apropiadamente,
ción de soportes de tejidos blandos. Esto permite una tremenda consigue los objetivos de estabilización, recuperación funcional
amplitud de movimiento en un hombro normal, pero también precoz y alta tasa de consolidación de la fractura. La fijación con
constituye un alto riesgo de rigidez tras una lesión o inmoviliza clavo ¡ntramedular, ya sea con abordaje retrógrado o anterógrado,
ción prolongada. El codo, una articulación inherentemente más con implantes flexibles o cncerrojados, mantiene la alineación,
estable pero de movilidad más restringida, está sujeta igualmente proporciona estabilidad rápida y permite la movilización del
a perder movimiento después de una lesión. paciente. Quedan algunos problemas, sin embargo, sobre ciertas
Los primeros métodos de tratamiento de las fracturas de aplicaciones de estos sistemas. La fijación externa es todavía otra
húmero se centraban primariamente en el confort y movilización alternativa más para la fijación esquelética en fracturas de húme
del paciente. El método más simple consistía en vendar la extre ro. La mayoría de los cirujanos que tratan fracturas limitan el uso
midad al tronco del paciente con un sistema de faja y cabestrillo. de la fijación externa a las más severas de las fracturas abiertas.
Aunque esto proporcionaba confort y promovía la consolidación,
el alineamiento se controlaba mal. til yeso colgante, introducido
más tarde, consigue mejor alineación (12). Este método se basa DIAGNÓSTICO
no sólo en efecto directo de ferulización que ejerce el yeso que
La sintomatología de una fractura de diáfisis humeral ejemplifica
rodea al brazo, sino en la gravedad que vence a las fuerzas defor-
la de las fracturas de huesos largos e incluye dolor extremo en el
foco e inestabilidad esquelética. La exploración clínica revela un
Paul R. Gregory, Jr: O rthopaedic Traum a, M ercy San Juan Medical brazo muy sensible que está hinchado y a menudo visiblemente
Cerner, Carmichael, California. deformado. El paciente se presenta con frecuencia sujetando la
974 Sección 11: Extremidad superior
extremidad con la otra mano, evitando toda manipulación o patrón general de fractura: espirales, oblicuas cortas y transversas.
movimiento de las articulaciones adyacentes. La crepitación Las fracturas en cuña son aquellas en las que se demuestra un ter
puede notarse pero no debe buscarse. El examen físico debe eva cer fragmento significativo añadido a la línea de fractura princi
luar cuidadosamente la presencia de sensibilidad en áreas lejos de pal. Estas fracturas en cuña se dividen en cuñas espirales, cuñas
la fractura para descartar lesiones esqueléticas asociadas en otra por flexión y cuñas fragmentadas. Las fracturas complejas presen
parte de la misma extremidad. La piel debe visualizarse circunfe tan una variedad de patrones de fractura, es decir, fracturas espi
rencialmente. Esto lleva a identificar cualquier herida o abrasión rales complejas, fracturas segmentarias y fracturas conminutas
que pueda comunicar la fractura con el exterior, lo cual puede irregulares sin estabilidad axial afectando a muchos fragmentos
alterar el plan de tratamiento. El estado vascular debe evaluarse intermedios.
palpando los pulsos distales y viendo el relleno capilar. Otras La clasificación de las fracturas abiertas debe distinguir los
medidas como el examen arterial con Doppler pueden proporcio mecanismos romos de las heridas penetrantes. Los criterios de
nar información adicional en casos seleccionados. Aunque deben Gustilo et al. (30) son usados habitualmente para clasificar las
examinarse todos los nervios periféricos, el nervio radial merece fracturas de húmero debidas a mecanismos romos. Muchos auro
una evaluación particularmente cuidadosa debido a la asociación res han estudiado las fracturas humerales debidas a traumatismos
frecuente de parálisis radial con las fracturas de húmero. El ner penetrantes (2, 47, 90, 95); sin embargo, no ha surgido ningún
vio radial está especialmente en riesgo debido a su localización sistema de clasificación. Aparece una distinción en la severidad
adyacente al hueso inmediatamente proximal a la cresta supra- entre aquellas causadas por lesiones de alta velocidad como las
condílea. El examen motor con la dorsiflexión de la muñeca y la producidas por rifles de asalto militares, y las lesiones de baja velo
extensión de la articulación interfalángica del pulgar desde el cidad por pistolas. Aunque el médico que examina al paciente no
principio, unido a la evaluación sensitiva del dorso de la mano, tiene necesariamente que conocer el tipo de arma que ha produ
indican cuándo el nervio está funcionando con normalidad. cido el daño, la cantidad de traumatismo del hueso y los tejidos
El examen radiográfico incluye proyecciones antero-posterior y blandos le permite hacer una evaluación inicial. Las heridas por
lateral de la diáfisis, así como visiones de las articulaciones del proyectiles de alta velocidad a menudo tienen una gran herida de
hombro y el codo. Para obtener diferentes proyecciones y limitar salida con pérdida de tejidos blandos o un defecto cavitario. Éstas
las molestias del paciente, se mueve éste mientras el brazo cuelga requieren un desbridamiento agresivo y tienen el peor pronóstico.
en posición suspendida cómoda a su lado. Este manejo confirma Los proyectiles de baja energía habitualmente causan una herida
el diagnóstico y evita que pasen desapercibidas lesiones asociadas de entrada de apariencia inocua. Si el hueso es golpeado directa
en las regiones periartieulares (5). La tomografía computarizada y mente, la bala puede perder toda su energía en el impacto y per
la resonancia magnética añaden poca información en la mayoría manecer dentro del brazo. Aunque sin duda estas lesiones son
de las fracturas. La gammagrafía con Tecnecio 99m ayuda a eva fracturas abiertas puesto que la piel ha sido violada y los frag
luar enfermedad metastásica que ya se conoce o sospecha. Los mentos están expuestos al entorno, ciertos hechos las distinguen
estudios de conducción nerviosa y los electromiogramas (EMG) de otras fracturas abiertas (2). Las lesiones por armas de fuego de
son pruebas accesorias a la evaluación clínica cuando se evalúa la baja velocidad a menudo producen pequeñas heridas con mínima
recuperación de un nervio después de una parálisis, pero sus resul exposición del hueso al exterior y mínima contaminación. La con
tados raramente cambian el curso del tratamiento (28). minución en el foco de fractura puede ser extensa, pero los tejidos
blandos típicamente permanecen mejor insertados a los pequeños
fragmentos que en las producidas por mecanismos romos. Estos
CLASIFICACIÓN hechos resultan en un menor riesgo de infección y justifican un
abordaje menos agresivo en el tratamiento de fracturas secunda
La localización anatómica, el mecanismo de lesión, la calidad del
rias a armas de baja velocidad que en las producidas por mecanis
hueso, la edad del paciente y la orientación y composición de las
mos romos.
líneas de fractura, representan datos útiles para clasificar las frac
turas humerales. Ningún sistema particular ha conseguido acep
tación universal, pero la clasificación comprensiva de las fracturas ANATOMÍA
de huesos largos de la Arbeitsgemeinschaft für Osteosynthesfra-
gen (AO)/Asociación para el Estudio de la Fijación Interna La diáfisis del húmero está situada entre el borde alto de la inser
(Association for the Study of Internal Fixation, ASIF) habitual ción del pectoral mayor proximalmente y la cresta supracondílea
mente es suficiente para describir las fracturas diafisarias del distalmente (89) (Fig. 24-1). Esta región comprende los tres quin
húmero (76). Es un esquema de clasificación basado esencial tos centrales del húmero completo. Proximalmente la porción
mente en la morfología de la fractura que sirve primariamente anterior del troquíter (tuberosidad mayor) se extiende en una cres
como una herramienta de investigación. El clínico encontrará, sin ta anterior que acaba distalmente en la fosita coronoidea. La cara
embargo, que tiene un valor pronóstico debido a que los mayores posterior del troquíter continúa distalmente como una cresta late
grados de fractura corresponden a las lesiones de más alta energía ral que acaba en la cresta supracondílea lateral. El troquín (tube
y a los mayores riesgos de complicación. No existen protocolos de rosidad menor) se funde en una cresta localizada medialmentc que
tratamiento detallados basados en esta clasificación. Las recomen distalmente forma la cresta supracondílea medial. F,1 tubérculo del
daciones de tratamiento quirúrgico y no quirúrgico nacen de fac deltoides forma una prominencia lateral, inmediatamente proxi
tores al margen de cualquier sistema de clasificación específico. mal a la mitad de la diáfisis. La forma vista en sección varía desde
La clasificación comprensiva AO/ASIF estratifica las fracturas la circular proximal a triangular en la parte distal de la diáfisis. Así,
en tres tipos A, B y C: fracturas simples, fracturas en cuña y frac el húmero presenta en la diáfisis unas superficies posterior, antero-
turas complejas respectivamente. Las fracturas simples presentan lateral y antero-medial (57). El conocimiento de la anatomía de la
conminución no significativa y se subdividen de acuerdo con el superficie facilita la colocación de placas de fijación interna debi-
Capítulo 24: Fracturas de la duíjhis del húmero 975
Tronco lateral
Tronco medial
Tronco posterior
Nervio cubital
Nervio radial
Húmero —
Nervio
m usculocutáneo
Arteria braquial
Septo interm uscular
lateral Fascia del com partim ento
anterior
Nervio radial
Septo interm uscular medial
Supinador largo
Braquial anterior
Braquiorradial Bíceps
Figura 24-2. Localización de las estructuras neurovasculares del brazo y sus relaciones con los com
partim entos fasciales anterior y posterior. El nervio cubital pasa de anterior a posterior mientras el
nervio radial pasa de posterior a anterior.
Ciertas deformidades predecibles resultan de la acción de fuer proximal y causando una deformidad en varo en el foco de frac
zas musculares en los fragmentos de fractura. Estas deformidades tura.
varían dependiendo del nivel al que se produce la fractura. En
lesiones por encima de la inserción del pectoral mayor, el frag
mento proximal está en abducción y rotación externa por la OPCIONES DE TRATAMIENTO
acción de los músculos del manguito rotador. Entre las inser
ciones del pectoral y del deltoides, el fragmento proximal se des Las opciones de tratamiento, como en la mayoría de fracturas, se
plaza medialmente por la tracción del músculo pectoral. En frac pueden agrupar en las categorías de técnicas cerradas y abiertas. El
turas por debajo de la inserción del deltoides, el fuerte músculo tratamiento cerrado produce un resultado clínico excelente en la
deltoides se vuelve la fuerza dominante abduciendo el fragmento mayoría de las fracturas humerales (2, 3, 7, 13, 25, 39, 42, 79, 87,
Capítulo 24: Fracturas de la diáfisis del húmero 977
INDICACIONES DE ESTABILIZACIÓN
Tabla 24-1.
QUIRÚRGICA DE FRACTURAS DE LA
DIÁFISIS DEL HÚMERO
1. Incapacidad para mantener la alineación de la fractura con
ortesis funcional
Angulación > 15 grados
Incumplimiento del uso o intolerancia a la ortesis
2. Lesiones múltiples (politraumatismos)
Lesión de médula espinal
Lesión de extremidad inferior que impide la carga de peso
Lesión que exige encarnamiento prolongado
3. Fractura patológica
4. Fractura ipsllateral de cubito y radio («codo flotante»)
5. Fractura de húmero bilateral
6. Lesión de arteria braquial
7. Parálisis del plexo braquial
Figura 24-3. A, B: La férula de coaptación en form a de «U» se apli
8. Fractura segmentarla
ca desde la axila, rodea el codo y llega lateralm ente sobre el
m úsculo deltoides. Se usan y moldean bien 3 a 4 pulgadas (7,62 a
10,16 cm) del m aterial de la férula al nivel del foco de fractura.
88, 94). Está indicado un intento de tratamiento cerrado inicial- escasa curación si la técnica es insuficiente (12). Aunque este
mente para la mayoría de las fracturas cerradas de húmero excep método puede seguir siendo efectivo, los métodos de ortesis fun
to las recogidas en la Tabla 24-1. cional lo han suplantado ampliamente (3, 13, 61, 78, 79, 88).
Las férulas de coaptación o las férulas en U representan un
T r a ta m ie n to c e r r a d o segundo método dependiente de tracción para fracturas de húme
ro (Fig. 24-3). Este método, útil tanto como tratamiento tempo
Históricamente, los métodos cerrados de tratamiento de las frac ral como definitivo, consiste en colocar una férula de yeso bien
turas de húmero han usado una de dos técnicas básicas: inmovili moldeada desde la axila, rodeando del codo hasta llegar sobre el
zación toraco-braquial y tracción (39). La inmovilización toraco-
deltoides con el codo flexionado 90 grados. Un cabestrillo de sus
braquial consiste en fertilizar el húmero fracturado contra el tórax
pensión del cuello a la muñeca soporta el antebrazo. Este método
para proporcionar estabilidad y promover la consolidación. Dos
combina la ferulización de protección con la tracción dependien
de estos métodos los representan el simple cabestrillo con faja y el
te de forma similar al yeso colgante, pero tiene menos tendencia
yeso toraco-braquial en espiga. Estas técnicas aumentan el confort
a la distracción (39). La ventaja de la férula de coaptación des
del paciente pero no controlan de forma fiable el alineamiento ni
cansa principalmente en su aplicación universal; está fabricada
promueven la consolidación (39). Tienen poco lugar en el tra
con materiales disponibles en la mayoría de los Servicios de
tamiento de las fracturas humerales. Todos los métodos de trata
Urgencias y despachos de clínicas, y se hace a la medida del
miento cerrado aceptados habitualmente se basan en la tracción
paciente. Esta férula se puede aplicar en la presentación inicial del
que ejerce la gravedad para ayudar a la alineación.
paciente y cambiarla después por una ortesis funcional u otro
El yeso de brazo colgante popularizado por Caldwell (12)
representa el primer método de tratamiento que se basa sustan método de tratamiento si está indicado. Las informaciones con
cialmente en el efecto de la gravedad para conseguir una posición respecto a este método como tratamiento definitivo muestran que
adecuada de la fractura. Esta técnica consiste en colocar un yeso es efectivo, aunque no superior a los métodos con ortesis funcio
largo de brazo con el codo en 90 grados de flexión, y la parte alta nales (12, 42).
del yeso moldeada para alinear la fractura humeral. El yeso debe La ortesis de fractura humeral representa el método preferido
ser ligero, raramente más pesado de 2 libras (907 gramos), o la de tratamiento cerrado (Fig. 24-4). La técnica, como la populari
distracción puede interferir con la consolidación de la fractura zaron inicialmente Sarmiento et al. (79) se basa en depender de la
(12, 39). Un rollo seco de yeso de 4 pulgadas (10’ 16 cm) pesa tracción y en una ortesis ligera para alinear los fragmentos de
aproximadamente 0’5 libras (226 gramos) (39). Durante la colo la fractura. Aunque existen pequeñas variaciones de la ortesis, el
cación del yeso, un aparato de suspensión o una serie de lazos de diseño básico es una ortesis rígida ligera compuesta por dos valvas
yeso deben incorporarse al mismo a la altura de la unión de los anterior y posterior, unidas por tiras de velero. Algunos incluyen
tercios medio y distal del antebrazo. Se suspende entonces el yeso una lámina que se expande hacia el deltoides con una tira de vel
con una tira de tela alrededor del cuello conectándolo en los lazos ero adicional que abraza el tórax para evitar el deslizamiento
del yeso. Ajustando la posición en la cual la tira conecta con los distal de la ortesis. La disponibilidad comercial de una amplia
lazos se puede controlar el alineamiento de la fractura. Los ajustes variedad de tallas hace innecesaria la fabricación de la ortesis a
en sentido proximal y distal cambian la angulación anterior y pos medida. Debido a que las ortesis pueden no estar disponibles
terior, mientras que los ajustes en sentido volar y dorsal cambian inmediatamente en el momento en que se presenta el paciente, se
la alineación en varo y valgo. Durante la curación el brazo per puede colocar inicialmente una férula de coaptación, retrasando
manece dependiente todo el tiempo. Durante el sueño el pacien la colocación de la ortesis 7 a 14 días. Algunos autores, sin embar
te debe adoptar una posición semirreclinada de Fowler, y mientras go, sugieren que la ortesis puede ser idónea tan precozmente
está sentado debe evitar apoyar el codo (12, 39). El uso del yeso como el primer día de la presentación (94). Cuando se coloca ade
colgante mejora el alineamiento respecto a las técnicas de inmo cuadamente, el magüito de la ortesis se extiende desde la axila
vilización toraco-braquial, pero también produce distracción y medialmente, hasta una posición lo más distal posible sin limitar
978 Sección ¡I: Extremidad superior
Figura 24-5. A: Fractura cerrada de la diáfisis humeral distai en un adulto joven. B: Estabilizada in i
cialmente con una férula de coaptación. Se colocó la ortesis funcional 10 días después de la lesión. C:
Aspecto después de 8 semanas cuando la fractura estaba clínicam ente consolidada. D: Aspecto 16
semanas después de la lesión.
980 Sección 11: Extremidad superior
res con una consolidación en varo de 30 grados o más, tenían una produce estabilización inmediata y habitualmente ofrece más
deformidad visible. Los pacientes con 15 grados o menos de con confort y más rápida recuperación de la función que lo que ofre
solidación en varo no tenían deformidad detectable. Klenerman ce el tratamiento cerrado para la limitada esperanza de vida de
(49) no comunicó ningún paciente con angulación entre 15 y 30 estos pacientes (20, 22, 37, 52, 85). Las fracturas segmentarias
grados. Balfour et al. (3) evaluaron estrechamente la deformidad representan un patrón especialmente inestable, difícil de contro
en su grupo de pacientes y acuerdan que angulaciones de más de lar con los métodos de tratamiento cerrados. Pueden tratarse con
15 grados en varo resultan en deformidad no detectable, pero placas de compresión o con fijación intramedular, dependiendo
encontraron que angulaciones entre 15 y 20 grados pueden verse de la localización de la línea de fractura y consideraciones relati
colocando el brazo de forma que se acentúe la deformidad, espe vas al paciente como la calidad del hueso y las fracturas asociadas.
cialmente si el brazo es delgado. Ninguna de estas deformidades
causaba ninguna pérdida de función. Basándose en estos datos Métodos de fijación
limitados, el médico no debe aceptar angulaciones mayores de 15
grados a menos que el paciente acepte de buen grado la deformi Placas de compresión
dad visible después de la consolidación. Con los métodos habitua Existen varios métodos de fijación interna para aquellas fracturas
les de tratamiento, la deformidad en varo es, de lejos, la deformi en las que el tratamiento cerrado ha probado ser insatisfactorio.
dad angular más común, mientras la angulación antero-posterior Las técnicas de fijación con placas de compresión, como han sido
y en valgo tienen raramente influencia en el plan de tratamiento desarrolladas y refinadas por el grupo suizo AO/AS1F (76), han
(3, 79, 94). La obesidad hace más difícil el mantenimiento de la mostrado ser efectivas en la mayoría de las indicaciones de fijación
alineación, pero la deformidad estética también se disimula mejor interna de fracturas de la diáfisis del húmero (6, 19, 36). El méto
por el tamaño del brazo (94). El acortamiento en el foco de frac do se basa en la consecución de una compresión entre los frag
tura es difícil de medir clínicamente, en general no es un proble mentos de fractura para conseguir estabilidad y promover la cura
ma, y se menciona sólo raramente (94). ción. Los métodos modernos de fijación de la fractura exigen un
Otras indicaciones para la fijación incluyen lesiones asociadas despegamiento adicional mínimo de los tejidos blandos de los
que se producen en pacientes con fracturas de diáfisis de húmero. fragmentos de fractura durante el procedimiento. Las ventajas del
Los pacientes politraumatizados se benefician de la fijación de su método AO/ASIF incluyen su bien documentado resultado y
fractura de húmero porque facilita el confort, la movilidad y los amplia aplicabilidad. Con algunas modificaciones en el implante
cuidados de enfermería (6, 7, 11,80, 86). En el paciente con frac y el abordaje, la fijación con placa puede aplicarse en esencial
tura de húmero el politraumatismo se define habitualmente como mente cualquier fractura de húmero. El método, sin embargo,
una lesión cerebral cerrada, una lesión espinal que impone enca exige una extensa disección para colocar la placa, imponiendo una
mayor duración del procedimiento y mayor pérdida de sangre. El
rnamiento prolongado o una fractura de pelvis o miembros infe
procedimiento demanda habilidad técnica. La movilización pre
riores que impide la carga de peso en la extremidad (6, 23). De
coz y la rehabilitación de la extremidad comienza tan pronto
hecho, con cualquier lesión asociada que fuerza al paciente a per
como la curación de la herida es satisfactoria. La naturaleza de
manecer en reposo un período prolongado o que impide la utili
absorción de cargas de la placa sugiere que el paciente proteja el
zación de técnicas de reducción por gravedad, debe usarse fijación
montaje de la carga de peso en las fases precoces de la recupera
interna de la fractura de húmero (3).
ción, pero los límites de esta actividad en la carga de peso con
Las fracturas bilaterales del húmero constituyen una lesión
muletas están escasamente definidos.
específica compleja en la que la estabilización humeral presenta
Muchos autores han documentado el resultado generalmente
distintas ventajas, llevando al paciente a una recuperación precoz bueno que se produce después de una fijación con placa de com
de su independencia (11). Las fracturas de húmero que asocian presión (6, 19, 23, 36, 72, 86). Se han defendido abordajes ante-
fractura de ambos huesos del antebrazo, la lesión en «codo flo ro-lateral y posterior, pero se usa con más frecuencia el abordaje
tante», requieren fijación interna para evitar la seudoartrosis y lle anterior. La tasa de seudoartrosis y de fallo del material de osteo-
var a una recuperación funcional precoz de toda la extremidad síntesis que necesita revisión han variado el 0% al 7% (32, 36).
(53, 73). Los pacientes con laceraciones de la arteria braquial o del En casi todos los casos, la seudoartrosis se ha tratado con éxito con
nervio radial que requieren su reparación, necesitan una estabili placa de revisión e injerto de hueso de cresta ilíaca. El alinea
zación quirúrgica para proteger dichas reparaciones (17, 24, 26, miento después de la placa de compresión ha sido consistente
58, 66). F.1 paciente con una parálisis del plexo braquial pierde un mente excelente. Las complicaciones más frecuentes comunicadas
importante soporte muscular de la fractura debido a su disfunción con procedimientos de placas son la infección y la parálisis radial
motora, que a menudo resulta en distracción en el foco de fractu yatrogénica. Las tasas de infección comunicadas varían del 0% al
ra. El tratamiento no quirúrgico de estas fracturas conlleva un alto 6% (18, 86), asociadas en la mayoría de los casos a fracturas abier
riesgo de seudoartrosis, y la fijación interna de estas fracturas con tas. La parálisis nerviosa yatrogénica ocurrió en 0% al 5% (19, 23,
placas de compresión ha mejorado los resultados (10). 36) de los casos, y habitualmente es un problema transitorio que
Las fracturas abiertas y las fracturas patológicas proporcionan no requiere intervención posterior. La bibliografía también apoya
razones adicionales para considerar la fijación interna. Las fractu el hecho de que la amplitud de movimiento del codo y el hombro
ras abiertas se exponen con más detalle más adelante. Aunque se de la extremidad afectada se recupera de forma predecible después
ha informado de un resultado aceptable con ortesis funcional de la fijación con placas (6, 19, 36, 86). Aquellos pacientes que
después del desbridamiento (79, 94), otros autores creen que debe muestran recuperación incompleta de la actividad habitualmente
realizarse fijación interna porque los riesgos de un procedimiento tenían asociadas lesiones esqueléticas o neurológicas. Así, la fija
abierto ya han sucedido y el tratamiento de las heridas de los teji ción con placas de las fracturas de la diáfisis humeral parece ser un
dos blandos se facilita con la fijación interna (6, 11, 80). Las frac procedimiento efectivo y predecible que restaura la anatomía
turas patológicas suceden en un grupo de pacientes a menudo esquelética con un mínimo de complicaciones y problemas fun
muy debilitados por sus patologías de base. La fijación interna cionales (Tabla 24-2).
Capítulo 24: Fracturas de la diáfisis del húmero 981
proximales (11, 34, 38, 55, 62, 71, 80). La tasa de seudoartrosis
Tabla 24-2. CONSEJOS EN LA COLOCACIÓN DE PLACAS varía del 0 % al 9% (62, 72), y el alineamiento final se prueba
DE COMPRESIÓN DE FRACTURAS DE LA consistentemente bueno salvo casos raros de consolidación en
DIÁFISIS HUMERAL mala posición. El fallo de los implantes fue inusual con clavos fle
Usar un abordaje posterior para las fracturas del tercio distal xibles múltiples. Se ha informado de infección entre el 0% y el
y anterior para la parte media de la diáfisis. 2% de los casos (11, 34, 38, 62) y, como sucede con las placas,
Proteger la vascularización de todos los fragmentos de la acaeció casi exclusivamente en fracturas abiertas. La lesión yatro-
fractura a través de una técnica cuidadosa y de reducción
génica del nervio radial ocurrió en más del 3% de casos (62, 72)
indirecta.
Elegir una placa de grandes fragmentos ancha para adultos
pero fue habitualmente temporal. Las técnicas de inserción retró
grandes y una placa de grandes fragmentos estrecha para grada resultaron en ocasionales pérdidas de extensión del codo,
adultos pequeños. Los tornillos de compresión solos y las pero esto raramente tuvo significado clínico (11, 34, 38, 80). La
placas de pequeños fragmentos no están indicados para la migración de los implantes apareció en algunos de los primeros
mayoría de las fracturas de diáfisis humeral en adultos. casos de fijación con clavos de Ender (34). El conectar los clavos
Aplicar compresión entre los fragmentos cuando sea posible a un lazo de alambre es efectivo para disminuir este problema de
para mejorar la estabilidad y la curación.
la migración (11, 34). Los métodos anterógrados que no violan el
Empezar los ejercicios de movilización para el hombro y el
codo precozmente en el período postoperatorio.
manguito rotador resultaron en una mínima disfunción del hom
bro (34, 55).
Clavos encerrojados
La técnica de fijación con clavos encerrojados representa la apro
La fijación intramedular ofrece un método alternativo de esta ximación más moderna al tratamiento de las fracturas de húmero.
bilización. Existen muchas técnicas. La elección del implante Los resultados varían espectacularmente, habiendo comunicado
incluye tanto sistemas múltiples, flexibles como un único clavo éxitos algunos centros, y otros notando problemas significativos
rígido, habitualmente con capacidad de encerrojado. El uso de relacionados con la técnica o con el implante. Variaciones en los
tecnologías de encerrojado de clavos para el húmero es una exten implantes, la técnica de inserción, los parámetros de seguimiento
sión del éxito de estos implantes en las fracturas diafisarias de la clínico y la inclusión de fracturas patológicas han servido para
extremidad inferior; sin embargo, es una extrapolación que no ha enturbiar el análisis de los resultados. Los implantes se diferencian
probado necesariamente ser efectiva. La inserción de los implan primariamente en su mecanismo de cerrojo distal y la amplitud de
tes intramedulares puede hacerse de forma retrógrada, con una sus diámetros. La mayoría de los primeros informes sobre el encla
puerta de entrada próxima] a la fosa olecraniana, o anterógrado vado encerrojado usaban el clavo de Scidel, en el que el cerrojo
desde una apertura en extremo proximal del húmero. Se ha comu distal se conseguía a través de unas aletas expandibles que salían
nicado éxito usando una gran variedad de técnicas disponibles, y del centro del clavo (18, 32, 67, 69). Aunque los autores comu
todavía no se ha alcanzado un consenso sobre el método ideal. Las nicaron éxito en general (18, 32, 67), el clavo mostró luego estar
informaciones sobre la eficacia de la fijación intramedular varían asociado con problemas significativos (69, 70). Estos problemas
según la técnica exacta aplicada. Debido a las propiedades de nacen de las escasas propiedades mecánicas del sistema de ence
transmisión de fuerzas de un clavo intramedular, los beneficios rrojado distal y de la disponibilidad del clavo en un solo tamaño.
de un clavo intramedular pueden aparecer en casos con lesiones El diámetro de 9 mm ha probado ser demasiado grande para
asociadas de miembros inferiores que obligan al paciente con una muchos húmeros, y Riemcr et al. (69) demostraron los problemas
fractura de húmero a usar la extremidad superior en las activida del sistema, particularmente en huesos de pequeño diámetro.
des de carga de peso precozmente en el período de recuperación. Habernek y Orthner (32) comunicaron resultados universalmen
te buenos en su revisión inicial del clavo de Seidel en 1991, pero
Clavos flexibles se retractaron de su apoyo al sistema en 1998. En esta retracta
Se han usado muchas variedades de clavos flexibles en la fijación ción, confirmaron que no habían evaluado adecuadamente la fun
del húmero. La mayoría de ellas han sido insertadas múltiples de ción del hombro en su artículo original (33). Estos autores no
forma retrógrada (38, 62, 72). F.l portal de entrada debe ser lo recomiendan más el uso del sistema debido a sus problemas mecá
bastante proximal a la fosa olecraniana para conseguir acceso al nicos y al efecto en el tendón del manguito de los rotadores.
canal intramedular. También se ha descrito la inserción anteró- Debido a estos problemas, el clavo de Seidel ha sido ampliamen
grada, pero un portal que lesione el manguito de los rotadores te sustituido por clavos de menor diámetro con tornillos de en
puede resultar en discapacidad significativa y debe ser evitada (11, cerrojado en lugar de las aletas.
82). Cambiando la puerta de entrada proximal a un sitio al prin Estos nuevos sistemas han mostrado menores problemas mecá
cipio de la metáfisis del húmero fuera del manguito rotador ha nicos, y la consolidación desviada, infección y lesión nerviosa
mejorado mucho los resultados (11,34, 55). Los implantes deben yatrogénica se producen raramente. Desafortunadamente, siguen
ser lo bastante flexibles como para poder doblarse al ser introdu estando plagados de otras dificultades. La seudoartrosis y la dis-
cidos en el canal desde estos portales excéntricos. Los clavos flexi función del hombro siguen siendo particularmente problemáti
bles proporcionan menos rigidez a la flexión que otros implantes, cas. Aunque la seudoartrosis comunicada varía del 0% (43) al
y una mínima estabilidad rotacional. Sin embargo, los estudios de 29% (37), la mayoría de los autores han publicado seudoartrosis
resultados clínicos muestran que son efectivos. Muchos autores en el 5% al 10% de sus pacientes (8, 44, 74, 81). El cambio del
recomiendan suplementar la fijación interna con estos clavos no clavo con fresado ha fallado en conseguir la consolidación en más
rígidos con una ortesis funcional (1 1, 55, 80). Otros creen que la del 60% de estas seudoartrosis (70). Se ha comunicado una nece
ortesis funcional no es necesaria (34). sidad más frecuente de reducción abierta y la creación de mayor
Se han comunicado series usando clavos de Ender, clavos de conminución en el foco de fractura en las series con mayor tasa de
Hackethal y clavos de Rush insertados desde portales distales y seudoartrosis (37). La seudoartrosis después del enclavado intra-
982 Sección II: Extremidad superior
medular puede presenrar problemas severos si la pérdida de hueso no puede realizar con seguridad una fijación interna, y fracturas
debida a la reabsorción endóstica es significativa (56). Con la dis en las que ha habido una pérdida de hueso segmentaria (59, 90,
ponibilidad de clavos de pequeño diámetro, la mayoría de autores 95). Además, el uso de la fijación externa ante una lesión vascular
han evitado el fresado, pero el efecto del fresado en la consolida que amenaza la extremidad puede ser el método más rápido de
ción sigue siendo desconocido. estabilización de la fractura, que permite al cirujano vascular rea
En series que usan técnicas de inserción anterógradas, el dolor o lizar la reparación de los vasos (58, 66). La mayoría de los infor
la rigidez del hombro aparece en el 5% (81) al 27% (37) de los mes se han centrado en el uso de la fijación externa en fracturas
pacientes. El origen del dolor en el hombro ha sido atribuido a la producidas por proyectiles de armas de fuego (59, 90, 95)- En
prominencia proximal del clavo (43), a irritación por el tornillo de fracturas abiertas el cirujano puede elegir cambiar el fijador exter
cncerrojado proximal (33, 37) y a irritación local del mecanismo no por fijación interna una vez que se ha realizado un desbrida-
del manguito rotador por el abordaje (33, 37, 70). Se han descrito miento adecuado de todos los tejidos contaminados y desvitaliza
tanto la técnica por mínima incisión (37, 43) en la que el mangui dos. La fijación externa puede realizarse con un diseño de marco
to rotador no se visualiza formalmente, como la exposición formal unilateral con medias agujas o con agujas finas a tensión y anillos
con incisión a propósito del tendón del supraespinoso (32, 67). No circulares. Los marcos con agujas finas no se necesitan habitual
se conoce si uno o el otro resultan en menores problemas del hom mente, salvo en fracturas muy distales, o situaciones en las que se
bro. Existe una región hipovascular en la región del supraespinoso hace transporte óseo posteriormente para reconstruir pérdidas
aproximadamente 1 cm medial a su inserción en la mberosidad segmentarias.
mayor (64). Teóricamente, la perforación del tendón en esta zona
resulta en peor curación que el abrir el tendón más medialmente.
F r a c tu r a s a b ie r t a s
La inserción retrógrada del clavo ha resultado en mejor función
postoperatoria del hombro comparado con técnicas anterógradas El tratamiento de una fractura abierta de húmero requiere el
(8, 44, 74). Blum et al. (8) en la mayor serie comunicada de clavos mismo abordaje general que se usa para cualquier fractura abierta
encerrojados retrógrados encontraron un 90% de función excelen de huesos largos. Específicamente, el cirujano debe realizar un
te en el hombro y un 86% de función excelente del codo después desbridamiento completo del hueso y los tejidos blandos para dis
de la consolidación de la fractura. minuir el riesgo de una infección profunda. Deben administrarse
A pesar de las discrepancias en los resultados comunicados, antibióticos profilácticos. Los primeros informes sobre el trata
unos pocos principios emergen de los datos disponibles sobre los miento de fracturas abiertas recomendaban no usar fijación inter
clavos encerrojados. El uso de clavos de gran diámetro con sobre na primaria (30, 31). Incluso informes relativamente recientes
fresado del canal produce problemas significativos. En la mayoría han mostrado buenos resultados tratando fracturas abiertas de
de los pacientes se debe usar el clavo de menor diámetro disponi húmero con ortesis funcional después del desbridamiento de la
ble y fresar lo menos posible, a ser posible nada. Si el canal es herida (94). Otros autores actualmente consideran la fractura
demasiado estrecho se debe elegir otro método de estabilización. abierta como una indicación del uso de fijación interna (6, 11, 16,
Además hay que poner especial atención en la posición en que 36, 80, 86). Los estudios actuales no permiten una documenta
queda el extremo proximal del clavo al finalizar su inserción. ción exacta de los riesgos y beneficios relativos a la fijación inter
Claramente el clavo no debe extenderse por encima de la superfi na o la asociación entre infección y fijación interna de fracturas
cie del hueso, o aparecerá con certeza dolor en el hombro. El ave abiertas. Tanto la fijación con placa a compresión (6, 16, 36, 86)
llanar el clavo y visualizar el húmero proximal desde varios ángu como la fijación intramedular (11, 80) tienen sus defensores. La
los con el fluoroscopio debe asegurar que el clavo no protruye al fijación interna facilita el cuidado de la herida de los tejidos blan
completar la fijación. Otras sutilezas sobre el dolor en el hombro dos, asegura el mantenimiento de la alineación adecuada, y, de
y los factores que causan la seudoartrosis deben ser dilucidadas. acuerdo con sus defensores, no aumenta apreciablemente el ries
go de infección. Debido a que el paciente requiere un desbrida
Estudios comparativos
miento quirúrgico de la herida, se añade un riesgo anestésico
mínimo por la parte de fijación interna del procedimiento. La
Existen pocos datos de comparación directa entre varios métodos fijación externa se reserva habitualmente para fracturas con lesio
de tratamiento quirúrgico. Rodríguez-Merchán (72) comunicó nes severas de los tejidos blandos y la contaminación profunda
una serie de pacientes con fracturas de húmero tratadas de dos cuyo desbridamiento completo no se consigue en el procedimien
formas diferentes: placa de compresión y enclavado retrógrado de to inicial (59, 66). El cuidado de la herida después del desbrida
Hackethal. En esta serie prospectiva en la que el modo de trata miento inicial de cualquier fractura abierta consiste en desbri-
miento quedó a discreción del cirujano, se trataron 20 pacientes damientos adicionales o curación por segunda intención como
con cada uno de los métodos de fijación. Los resultados de los dos exija la severidad del daño de los tejidos blandos.
grupos en la consolidación y la función no fueron diferentes. El Las fracturas por armas de fuego constituyen un tipo único de
estudio adolece de su metodología retrospectiva y del limitado fracturas abiertas (2, 47, 90, 94). Las lesiones varían mucho
número de pacientes. Además, la elección del tratamiento se dejó dependiendo del tipo de arma de fuego implicada. Estas fracturas,
a la preferencia del cirujano, el cual puede haber introducido pre especialmente las causadas por proyectiles de alta energía, resultan
juicios sobre ciertos patrones de fractura o tipos de lesión. Sin lesiones más frecuentes y severas de nervios y vasos, y fracturas más
embargo los autores estuvieron entre los primeros en abordar la conminutas (47). Los principios de desbridamiento completo y
cuestión de usar placas o enclavado de forma comparativa. estabilización se aplican aquí como en lesiones de esta magnitud
causadas por mecanismos romos. En heridas por proyectiles de
Fijación externa baja energía, los estudios sugieren que un desbridamiento mínimo
La fijación externa de fracturas de húmero tiene indicaciones que incluya la escisión de los bordes cutáneos de la herida y la reti
limitadas. Éstas incluyen fracturas abiertas en las que se ha pro rada de los fragmentos superficiales de la ropa y escombros, segui
ducido una lesión tan severa de las partes blandas, que el cirujano do de lavado superficial, previene la mayoría de las infecciones (2,
Capitulo 24: Fracturas de la dláfisis de! húmero 983
90). Estos protocolos se pueden realizar incluso en las salas de! dosamente al paciente en el concepto de alineación por gravedad
Servicio de Urgencias (2). Si se halla contaminación profunda de la fractura, incluyendo la necesidad de dormir en posición
grave está indicado un desbridamicnto formal con exposición del semierecta. Se aplica un cabestrillo. El brazo ya en cabestrillo se
hueso. Las recomendaciones de antibióticos profilácticos varían de puede fijar al torso con una faja elástica para una estabilización
un ciclo de 5 días de cefalosporinas orales (2) a un ciclo de 72 posterior si se necesita. Se pautan al paciente analgésicos para un
horas de antibióticos intravenosos usando una cefalosporina de control adecuado del dolor. Se repiten radiografías con el pacien
primera generación como la cefazolina. Para lesiones de baja velo te de pie y el brazo suspendido en la férula en un plazo de una
cidad con mínima lesión de tejidos blandos, el tratamiento con semana. Si la alineación es incorrecta se aplica de nuevo la férula
ortesis funcional ha conseguido un resultado aceptable (2, 94). o se considera de nuevo la fijación interna.
Otros autores han recomendado placas de compresión (19), clavos Si el alineamiento es aceptable, se prepara al paciente para
intramedulares (34, 71) o fijación externa (90). En la mayoría de colocar la ortesis funcional entre los 10 y 14 días poslesión. Al
las fracturas causadas por proyectiles de baja velocidad el cirujano mismo tiempo, se coloca un sistema de collar-muñeca para soste
debe proceder a la estabilización quirúrgica sólo en las indicacio ner el antebrazo. El paciente vuelve de nuevo a las 2 semanas para
nes expuestas previamente para fracturas cerradas (Tabla 24-1). repetir radiografías, esta vez con el paciente de pie con la ortesis
Las lesiones por escopetas y por proyectiles de alta velocidad, sin colocada apropiadamente. Si se encuentra de nuevo el alinea
embargo, resultan en daños tan severos de los tejidos blandos, que miento adecuado, se continua el tratamiento cerrado. Se indica al
es necesario un desbridamicnto formal en quirófano seguido de paciente que empiece con movimientos suaves del codo y el hom
fijación, a menudo con un fijador externo (47, 95). bro según vaya tolerando. El sistema de cabestrillo collar-muñeca
se usa sólo si se necesita, llevando el codo a la extensión y el ante
brazo colgando al lado del cuerpo. Se hacen huevas radiografías y
F r a c tu r a s p a t o ló g ic a s evaluación clínica a las 4 semanas, y entonces mensualmente hasta
Tanto la fijación intramedular como las placas de compresión que la fractura haya consolidado. Se anima al paciente en cada
pueden conseguir los objetivos de alivio el dolor, estabilización visita a que trabaje en ejercicios de amplitud de movimiento de las
inmediata y recuperación precoz de la función, en pacientes con articulaciones del codo y del hombro. Los ejercicios isométricos
fracturas patológicas de húmero (20, 22, 37, 51, 52, 54, 65, 84, de los músculos bíceps y tríceps ayudan a mantener el tono e
85). De los pacientes con fracturas patológicas de húmero, sólo incluso pueden estimular la curación. Se recomienda un progra
un 16% sobreviven al cabo de un año de sufrir la fractura (20). ma de terapia física en casos seleccionados de progreso insuficien
Las técnicas de placas de compresión con suplemento de metil- te de la recuperación funcional. La ortesis se retira cuando la frac
metacrilato cuando se necesita para proporcionar estabilidad pue tura está clínica y radiográficamente consolidada, lo cual no se
den obtener buenos resultados, pero requieren una disección consigue fácilmente antes de 8 a 10 semanas de la lesión.
extensa (20). Los clavos flexibles también han sido usados con Cuando se indica la fijación interna, el cirujano debe elegir el
éxito en estas fracturas, pero habitualmente necesitan ser suple- método más adecuado para cada paciente basándose en la razón
mentados con cemento para conseguir una fijación rígida (52, por la que se indica la fijación, la localización y configuración de
44). Los clavos encerrojados consiguen buenos resultados con la la fractura, calidad del hueso, diámetro del canal y habilidades del
ventaja de una disección más limitada y una fijación que no cirujano. El método de placas de compresión ha probado ser muy
requiere aumento con cemento (20, 37, 65). Redmond et al. (65) efectivo y probablemente representa el método más predecible
evaluaron 16 extremidades tratadas con clavos intramedulares para conseguir la alineación y facilitar la consolidación cuando se
encerrojados. Catorce de los 16 volvieron a una función próxima realiza apropiadamente. En fracturas en las que se indica la fija
a la normal a las tres semanas de la cirugía. Dijkstra et aL (20) ción por desviación, la placa de compresión es el método ideal
compararon pacientes con fracturas patológicas de húmero y frac para la hacer la fijación. Debido a la forma del húmero, el abor
turas inminentes tratados con clavos encerrojados o con placas de daje posterior es mejor en fracturas de la parte distal de la diáfisis,
compresión más cemento. No se identificó diferencia significati mientras que el abordaje antero-lateral es mejor para fracturas de
va entre los dos grupos en términos de alivio de dolor, recupera los tercios proximal y medio, y permite un posicionamiento más
ción de la función o complicaciones. fácil del paciente. Se usa una placa de compresión de 4,5 mm
ancha a menos que el hueso del paciente sea pequeño, en cuyo
caso es adecuada una placa de 4,5 mm estrecha. Deben conse
MÉTODO DE TRATAMIENTO PREFERIDO guirse al menos seis puntos de anclaje cortical a cada lado de la
POR EL AUTOR fractura. Un manejo cuidadoso de las inserciones de los tejidos
blandos, incluyendo técnicas de reducción indirecta, es crítico
Esencialmente, todas las fracturas diafisarias del húmero pueden para conseguir la consolidación. La aplicación adecuada de una
ser tratadas de forma no quirúrgica. El médico debe seleccionar placa de compresión al húmero es un procedimiento técnicamen
cuidadosamente, de acuerdo con las indicaciones recogidas en la te exigente. Si el cirujano se siente más seguro con los métodos de
Tabla 24-1, aquellas fracturas que son mejor tratadas con fijación fijación intramedular, estas técnicas deben ciertamente aplicarse
interna. Las indicaciones para la cirugía, aparte de la alineación en caso de fracturas aisladas de húmero. Debido a los continuos
incorrecta, pueden ser identificadas habitualmente en la presenta problemas con la tasa de seudoartrosis y disfunción del hombro
ción inicial. Después de una selección apropiada, el paciente se con los clavos encerrojados anterógrados, el autor no cree que este
prepara para la cirugía de forma urgente o scmielectiva, de acuer método deba ser recomendado de rutina salvo en el caso de frac
do a la situación particular. turas patológicas.
Para fracturas en las que se indica el tratamiento conservador, Los pacientes víctimas de politraumatismos a menudo no tole
se inmoviliza el brazo primero con una férula de coaptación en la ran intervenciones prolongadas, y con frecuencia tienen fracturas
Sala de Urgencias, con la férula moldeada para contrarrestar la ten de extremidades inferiores que les obligan a utilizar precozmente
dencia de la fractura a la angulación en varo. Se instruye cuida las extremidades superiores como ayuda en la carga de peso. El
984 Sección II: Extremidad superior
autor elige la fijación intramedular debido a su habilidad para rea de a realizar fijación interna a las fracturas de tipo Gustilo I y II
lizar el procedimiento rápidamente y el beneficio teórico de un después de irrigación y desbridamiento. La fijación puede hacer
sistema de transmisión de cargas para la carga de peso precoz. El se tanto con clavo intramedular como con placa. F.1 autor usual
autor usa clavos flexibles colocados de forma retrógrada a menos mente procede a un enclavado de F.nder en pacientes otras lesio
que la fractura tenga una localización muy distal en la diáfisis, en nes significativas, pero prefiere la placa en pacientes con fracturas
cuyo caso es mejor la inserción anterógrada a través de un portal abiertas aisladas de húmero. Para heridas de tipo III de Gustilo,
situado fuera del manguito de los rotadores. Estos sistemas se pue incluyendo las producidas por proyectiles de alta velocidad, el
den insertar en varias posiciones del paciente en la mesa de qui autor habitualmente selecciona fijación externa, particularmente
rófano, lo cual permite flexibilidad en el caso de que otros proce cuando la contaminación es severa. El fijador puede ser cambiado
dimientos varios sean requeridos de forma simultánea. precozmente (7 a 14 días) por fijación interna una vez que la heri
Otras indicaciones para la fijación de fracturas humerales se da esté curada.
presentan con menor frecuencia pero requieren su consideración. Para fracturas causadas por proyectiles de escopetas de baja
En pacientes con fracturas ipsilaterales del antebrazo o fracturas velocidad, el autor usualmente desbrida e irriga la herida sin expo
bilaterales de húmero, el cirujano puede elegir la técnica que sición formal del foco de fractura. Si aparece cualquier contami
mejor sirva a los objetivos individuales del paciente y la fractura. nación grosera en los tejidos profundos durante este proceso, se
El autor cree que tanto las placas como los clavos intramedulares practica un desbridamiento más formal en quirófano. Después del
funcionan adecuadamente. Cuando hay una parálisis radial que desbridamiento superficial, se pauta una cefalosporina oral de
necesita una exploración quirúrgica, la disección extensa requeri primera generación (p. ej. Gefalexina) durante 5 días. F.1 trata
da para exponer el nervio permite la colocación de la placa con
miento de la fractura con una ortesis funcional es aceptable mien
mínima cirugía adicional. En parálisis del plexo braquial en las
tras se mantenga el alineamiento.
que se pierde el soporte muscular alrededor de la fractura, las téc
nicas de placas permiten una fijación más rígida y la compresión
de los fragmentos para mejorar el potencial de curación. El autor TÉCNICA QUIRÚRGICA
está a favor de los clavos intramedulares encerrojados para fractu
ras patológicas. Los beneficios de una intervención quirúrgica F ija c ió n c o n p la c a d e c o m p r e s ió n
breve, la disección limitada y la fijación rígida sobrepasan los ries
gos de disfunción del hombro y la seudoartrosis en este grupo de Tanto el abordaje antero-lateral como el posterior permiten la
pacientes con limitada esperanza de vida. exposición de la diáfisis del húmero para la fijación con placa
Las fracturas abiertas debidas a mecanismos romos pueden (Tabla 24-2). La mayoría de los autores recomiendan un aborda
necesitar cualquiera de los métodos de fijación. Todas estas lesio je antero-lateral para las fracturas de los tercios proximal y medio
nes deben recibir un desbridamiento formal en el quirófano reali (36) (Fig. 24-6). La posición del paciente es el decúbito supino
zado con urgencia. Debido a que el paciente necesita recibir una simple con una mesa de mano para soportar el antebrazo. La lon
anestesia inmediatamente para el desbridamiento, el autor proce gitud del brazo a menudo impide usar un torniquete. l a incisión
Surco o corredera
bicipital
Periostio
Cabeza larga
del bíceps
Deltoides
Cabeza corta
Braquial
del bíceps
anterior
Húmero
Bíceps
Figura 24-6. Abordaje anterior de la diáfisis humeral. El músculo braquial anterior está d ivid id o en la línea media
para evitar la desnervación.
Capítulo 24: Fracturas de la diáfísis del húmero 985
comienza en la apófisis coracoides, continúa hacia el tubérculo proximal al área donde las fibras musculares se unen en un ten
deltoides y luego se extiende distaimente a lo largo de la parte dón común. El tronco principal del nervio junto a sus estructuras
lateral del vientre muscular del bíceps (-41). La mayoría de las frac vasculares acompañantes debe ser identificado, cuidadosamente
turas no requieren la longitud total de esta incisión. Abriendo la movilizado y protegido durante el resto de la intervención. En la
fascia profunda y apartando el vientre muscular del bíceps, se parte media del brazo, una capa de 1 a 5 cm de grosor de múscu
expone el músculo braquial anterior, que cubre la parte anterior lo descansa entre el nervio y la cortical del húmero. El nervio está
del húmero. El nervio músculo-cutáneo emerge entre el bíceps y en contacto directo con el hueso sólo una corta distancia en la
el braquial anterior en la parte distal de la incisión y debe ser pro cresta supracondílea. Así, el cirujano debe buscar el nervio en
tegido. Despegando las fibras del braquial anterior se expone el la sustancia muscular y no intentar localizarlo inmediatamente al
húmero. Esta disección evita cualquier desnervación significativa lado del hueso. Varias ramas musculares grandes para el tríceps
del braquial anterior porque el músculo recibe inervación medial- nacen en esta zona y pueden confundir la disección. Distal al tra
mente desde el nervio músculo-cutáneo y lateralmente del nervio yecto espiral del nervio radial, la cabeza medial (profunda) del trí
radial (41). Para una exposición más proximal, la disección conti ceps cubre la parte posterior de la diáfísis humeral. Con los abor
núa en el intervalo delto-pectoral, liberando el tendón del pecto dajes posteriores el implante a menudo descansa bajo el nervio
ral mayor si es necesario. El nervio radial permanece fuera del radial y su retirada posterior no se recomienda.
plano normal de disección en este abordaje, pero debe recordarse Una vez que se ha conseguido la exposición adecuada de los
su presencia en la parte posterior. fragmentos, se realiza la reducción y fijación provisional (76).
Para fracturas del tercio distal de la diáfísis o aquellas en las que Durante toda la disección, un manejo cuidadoso de los tejidos
hay que explorar el nervio radial, el abordaje posterior representa blandos y los fragmentos minimiza la disrupción de la vasculari
la mejor opción (Fig. 24-7). El paciente habitualmente se coloca zación y del potencial de curación de los fragmentos. Esto impo
en decúbito prono o lateral (41), pero puede ser colocado en supi ne el uso de separadores e instrumentos de reducción afilados y
no con el brazo descansando en un soporte sobre el tórax (36). evitar un excesivo despegamiento subperióstico. Una vez expues
Una incisión longitudinal en la línea media a través de la piel y la tos los fragmentos, deben ser manipulados sólo lo necesario para
fascia profunda revela el músculo tríceps. Proximalmente, el inter exponer sus extremos y eliminar los coágulos de sangre y los frag
valo entre las cabezas larga y lateral permite identificar el propio mentos tisulares. Una vez que se ha comprendido la configuración
nervio radial (41). Este intervalo se identifica con más facilidad de la fractura, los fragmentos se colocan juntos lo más próximo a
Periostio
Cabeza medial
(profunda) del
(separada)
Húmero
Figura 24-7. Abordaje posterior de la diáfísis humeral. El nervio radial se identifica cerca del interva
lo entre las cabezas larga y lateral del tríceps. Distalmente, la cabeza medial del tríceps se divide en la
línea media.
986 Sección 11: Extremidad superior
la forma anatómica que sea posible a través de técnicas de reduc ción de la placa en la cara posterior raramente causa dificultad
ción directa o indirecta. La reducción directa consiste en la mani debido a que el húmero presenta una superficie ancha y plana en
pulación directa de los fragmentos; la reducción indirecta infiere este lugar. Como mucho, la placa requiere una suave curva que se
que los fragmentos son reposicionados y reducidos por tracción da forma con los moldeadores. En la parte anterior la superficie
indirecta de sus inserciones de tejidos blandos (ligamentotaxia) del húmero es más compleja. Directamente anterior se halla una
(76). Los procedimientos de ligamentotaxia y de reducción indi cresta demasiado aguda para permitir la colocación la placa, mien
recta deben ser usados siempre que se pueda. Las pinzas de reduc tras lateralmente se halla la prominente tuberosidad deltoidea. El
ción y las agujas de Kirschner temporales mantienen la posición cirujano tiene que colocar la placa en la superficie antero-lateral
lograda con las maniobras de reducción. En algunas ocasiones la del hueso, donde se puede adaptar bien sin necesidad de moldea
placa puede ser premoldeada, anclada al hueso en uno de los lados do significativo (36). Se ha recomendado el uso de al menos tres
y luego usada como una ayuda indirecta para la reducción. tornillos bicorticales en cada lado de la fractura, lo cual implica el
La fijación definitiva se realiza siguiendo las pautas de la uso de una placa de al menos seis agujeros (36, 76) (Eig. 24-9).
AO/ASIF (76) (Fig. 24-8). La placa ancha de compresión diná Los tornillos de compresión solos no proporcionan suficiente
mica de 4,5 mm fue diseñada originalmente para ser usada en resistencia y no deben ser usados sin placa. El injerto óseo debe
fracturas de húmero (76), pero la placa estrecha de 4,5 mm ha considerarse en casos de fracturas conminutas, pero faltan sus
obtenido también excelentes resultados clínicos (36). El cirujano indicaciones exactas.
debe usar la placa que mejor se adapte a la anatomía del paciente. Los cuidados postoperatorios se dirigen a la recuperación fun
Tanto la tradicional placa de compresión dinámica, como las más cional precoz. No se requiere inmovilización, excepto posiblemen
modernas de compresión dinámica y contacto limitado sirven al te el uso de un cabestrillo de confort. El paciente debe ser animado
propósito deseado, pero las más modernas de compresión diná a realizar inmediatamente actividades de amplitud de movimien
mica y contacto limitado tienen algunas ventajas teóricas y prác to del hombro y el codo. Sin embargo, una sobrecarga excesiva en
ticas. El cirujano debe buscar el compromiso apropiado entre la el montaje debe evitarse hasta que se produzca la consolidación
absoluta reducción anatómica y la minimización de la lesión de completa. La retirada del material de osteosíntesis después de que
partes blandas. Cuando sea posible, se aplica compresión inter la fractura ha consolidado corre el riesgo de una lesión nerviosa
fragmentaria a través de tornillos de compresión o de la acción yatrogénica y de una nueva fractura a través de los agujeros de los
de los agujeros dinámicos de la placa (76). El sistema articula tornillos. Debe considerarse sólo en casos de irritación local sig
do de tensionado de la placa puede aplicar incluso gran cantidad de nificativa.
compresión y debe ser considerado en casos seleccionados (76).
La compresión proporciona el montaje más rígido, y habitual
mente puede conseguirse en patrones de fractura transversos sim F ija c ió n in t r a m e d u la r
ples u oblicuos cortos. En las fracturas muy conminutas, la placa
Como alternativa a la placa de compresión, la fijación intrame
puente que realinea los fragmentos proximal y distal de la diáfisis
dular de las fracturas de diáfisis del húmero ha ganado populari
pero salva la conminución puede ser la mejor elección. La coloca-
dad por varias razones. Estas incluyen la mejora de los intcnsifi-
cadores de imagen, la introducción de clavos encerrojados para el
húmero, las técnicas de inserción relativamente percutáneas que
obvian la necesidad de grandes incisiones, las dificultades técnicas
de aplicar placas de compresión adecuadamente y el éxito del
enclavado intramedular para fracturas de otros huesos largos. La
popularidad del enclavado intramedular del húmero, sin embar
go, parece previa a una buena documentación sobre la eficacia de
estas técnicas.
Existen varios métodos de fijación intramedular de fracturas de
húmero. Éstos varían según la dirección de la inserción del clavo
(anterógrado o retrógrado) y el tipo de implante usado, clavos
rígidos o flexibles. El cirujano debe analizar cuidadosamente el
tipo, localización y extensión de la fractura, así como el diámetro
del canal del húmero antes de decidir un procedimiento con un
sistema intramedular. Estos hechos determinan en parte el tipo de
clavo, la dirección de la colocación del mismo y si fresar o no el
canal para la inserción del clavo.
Figura 24-9. A-C: Fractura desplazada de la dláfisis hum eral tratada con fijación interna con una placa
de com presión ancha de 4,5 mm. La com presión se aplicó mediante el uso de los agujeros d iná m i
cos de la placa.
de los implantes preoperatoriamente. Los húmeros con diámetros tura el cirujano lleva el brazo al lado ¡psilateral de la mesa. El codo
de canal menores de 7 mm no permiten la colocación de dos cla se puede extender, permitiendo que se pueda ver el húmero desde
vos de Ender, y por lo tanto se tratan mejor con fijación con placa. el lado ipsilateral de la mesa mientras los clavos pasan a través de
El paciente puede colocarse en decúbito prono, supino o late la fractura. Si es posible la posición prona, el uso de un soporte
ral (11, 34, 55, 62). La mesa quirúrgica usada para la inserción de radiotransparente de brazo hace la inserción más simple.
clavos debe ser completamente radiotransparente en el área bajo Se hace una incisión en la piel en la línea media, comenzando
el tórax y los hombros del paciente. Esto requiere que muchas en el olécranon y extendiéndola de 6 a 8 cm proximalmente (Fig.
mesas quirúrgicas sean colocadas al revés, con la parte «de los 24-10 A). El tríceps se divide en la línea media. El cuidado duran
pies» de la mesa cerca del anestesista y la parte «de la cabeza» bajo te la separación evita lesionar el nervio cubital medialmente y el
los pies del paciente. Cualquier radio-opacidad que quede en la nervio radial lateralmente, aunque ninguno de los dos se encuen
mesa (p. ej., barras laterales o cruzadas) puede interferir en la ob tra de rutina durante la intervención. Debido a que el canal se
tención de imágenes del húmero. Se deben hacer pruebas de la estrecha 3 cm proximal a la fosa olecraniana, la cortical posterior
imagen fluoroscópica y de las maniobras de reducción antes de se abre con una fresa o una broca a 2,5 cm proximal a la fosa. Para
colocar las tallas quirúrgicas. Aunque está descrito en la biblio permitir la colocación de los clavos, el canal abierto debe medir
grafía el uso de tracción esquelética por encima de la cabeza con aproximadamente 10 mm de profundidad y de 15 a 20 mm de
el paciente en posición supina (11), la mayoría de cirujanos usan longitud cuando se complete la apertura (Fig. 24-10 B y C).
ahora la posición supina o prona y confían en la tracción manual Varios autores han descrito muchos tipos diferentes de implan
para la reducción (34, 55). La presencia de lesiones asociadas o tes flexibles para fracturas de húmero. Los primeros en ser usados
intervenciones simultáneas pueden obligar a colocar al paciente como clavos fueron las barras de Rush, pero hoy son menos popu
en una posición determinada. Una técnica de inserción, posible lares (82). Las agujas de Kirschner largas de 2 ó 3 mm de diáme
con la posición supina, coloca el antebrazo de la extremidad frac tro o el clavo de Hackethal, un sistema similar disponible en
turada en un soporte por encima del pecho conectado con la parte Europa, han sido descritos para su uso en el húmero (38, 62). Los
opuesta de la mesa. Se puede establecer el portal e iniciar los cla clavos de Ender son el clavo flexible más popular para el húmero
vos en el canal con el codo en flexión y el antebrazo apoyado en (11, 34, 55, 80) (Fig. 24-11). Hechos en acero inoxidable, estos
el soporte de brazo. Para pasar los clavos a través del foco de frac clavos se fabrican en un diámetro de 3,5 mm para el húmero y se
988 Sección //.' Extremidad superior
Húmero
Periostio
Cóndilo humeral
Cabeza medial
(profunda)
del tríceps
(separada)
B C
Capítulo 24: Fracturas de la diáfisis del húmero 989
premoldcan en forma de «C» y de «S». Un extremo está biselado Una hebra de alambre de calibre 18 se pasa entonces por los agu
para facilitar el paso por el canal, mientras el otro extremo, usado jeros de los dos clavos, y se avanzan juntos hasta su posición final.
como guía, está aplanado y tiene un orificio para permitir la intro Esto previene la migración de cualquiera de los clavos fuera del
ducción y la extracción. El objetivo del tratamiento con cualquie canal (11). Aunque se deben usar al menos dos clavos, los canales
ra de estos implantes es rellenar el canal humeral con varios clavos amplios pueden necesitar la colocación de más clavos para obte
y conseguir una adaptación de interferencia, creando una estabi ner una fijación más estable. Los clavos se deben pasar con cuida
lidad tanto en flexión como en rotación. do en una fractura de húmero y no ser forzados si se encuentra
La colocación de un clavo representativo sobre la piel permite alguna resistencia. Si los clavos no pasan con facilidad, debe con
una estimación fluoroscópica de la longitud adecuada. Con los siderarse el abrir el foco de fractura para confirmar que el nervio
clavos de Ender el primer implante se dobla de forma que cuan radial no está bloqueando el canal.
do está totalmente situado, el extremo proximal se vea medial o La fijación habitualmente es lo bastante estable como para no
lateral, mientras el extremo distal, el extremo guía, se apoya al necesitar férula u ortesis adicional (34). Si hay problemas respec
nivel del hueso. Este primer clavo se coloca entonces en la medu to a la estabilidad de la fractura o se necesita el uso de muletas
lar ya abierta, se avanza hasta el foco de fractura y se guía a través para caminar, puede aplicarse una ortesis de fractura de húmero.
de la fractura hasta que ésta esté anclada y alineada en las imáge Se anima al paciente a mover activamente el hombro y el codo. La
nes fluoroscópicas. El clavo se avanza hasta que falte 1 cm para su retirada del material se puede considerar en casos de irritación
inserción total y se comprueba que la longitud es la adecuada con persistente.
el fluoroscopio. Cuando está completamente colocado, el extremo
del clavo debe alcanzar bien la metáfisis ósea de la cabeza del Inserción anterógrada de clavos flexibles
húmero, mientras que el agujero distal permanece justo distal al
portal de entrada (34). El primer clavo no debe introducirse com La inserción anterógrada de clavos flexibles debe usarse cuando se
pletamente hasta que no se coloque el segundo clavo para poder estabilizan fracturas del tercio distal del húmero con clavos flexi
unirlos con un alambre en los agujeros de la parte guía. Se prepa bles. Se usa una mesa de quirófano al revés que permite obtener
ra un segundo clavo de la longitud y forma adecuadas para que el imágenes del húmero entero (Fig. 24-12). La colocación de las
extremo proximal quede en situación opuesta al primero y el dis tallas quirúrgicas debe permitir el acceso a toda la región del hom
tal apoye en el hueso. Se avanza el clavo a través de la fractura bro. La incisión se hace en el borde anterior o antero-lateral del
hasta que los agujeros distales de los dos clavos sean adyacentes. acromion, extendiéndola distalmente 4 ó 5 cm. El deltoides se
divide en la dirección de sus fibras no más de 5 cm para proteger
las ramas terminales del nervio axilar. Se planifica un portal de
entrada en la metáfisis 2 cm distal al troquíter. La apertura del
canal puede hacerse con dos agujeros hechos con una broca de
6,4 mm separados por 2 a 3 mm. Se puede usar una gubia
de Kerrison para conectar los dos agujeros y agrandar ligeramen
te la apertura. La colocación del clavo se realiza de forma similar
a la técnica retrógrada descrita previamente. Para fracturas muy
distales del húmero, los clavos deben ser avanzados hasta los epi-
cóndilos medial y lateral para aumentar la estabilidad (34).
en fracturas del tercio distal. La colocación del tornillo de bloqueo identifican en la evaluación inicial de la fractura. Del 10% al 20%
proximal debe hacerse con un método de manos libres con el hom se desarrollan durante el curso del tratamiento (9, 48).
bro en rotación interna y perforando desde lateral a medial. Holstein y Lewis (40) comunican que en su experiencia la
parálisis radial en fracturas de húmero habitualmente se presentan
en fracturas espirales que afectan al tercio distal de la diáfisis.
F ija c ió n e x t e r n a Estos autores razonan que la lesión resulta de la proximidad ana
La colocación del paciente en decúbito supino en una mesa radio- tómica del nervio al hueso en esta localización, mientras que más
transparente a la inversa permite la colocación conveniente del proximalmente el hueso y el nervio están separados por una almo
fijador externo. El uso de un marco unilateral de medias agujas es hadilla de músculo de 1 a 5 cm de grosor. Los estudios más recien
suficiente para la mayoría de las indicaciones. Las agujas del frag tes no apoyan como constante la asociación del patrón de fractu
mento proximal pueden habitualmente ser colocadas con seguri ra de Holstein y Lewis y la parálisis del nervio radial (9, 63).
dad desde lateral a medial a través de pequeñas incisiones. Debe Históricamente, algunos autores recomendaron la exploración
tenerse en mente el trayecto del nervio axilar en la parte proximal. de todos los nervios radiales lesionados en asociación con fractu
La colocación de las agujas distales puede seguir uno de los ra de húmero debido a que ésta es la única manera de documen
siguientes métodos. Se pueden colocar las agujas bien de lateral a tar la condición anatómica del nervio (27). La exploración de
medial en el mismo plano que las agujas proximales, o bien de rutina demostró que sólo el 12% de los nervios lesionados estaba
posterior a anterior en un plano aproximadamente perpendicular seccionado (63). Una vez que la historia natural de las parálisis del
a las agujas proximales. La colocación de las agujas de lateral a nervio radial en las fracturas de húmero fue clarificada, la explo
medial tiene el riesgo de lesionar el nervio radial en el canal de ración de rutina ha probado ser innecesaria en la mayoría de los
torsión cuando pasa de posterior a anterior. Para evitar la lesión casos (9, 48, 63). La simple observación de la parálisis del nervio
nerviosa yatrógena, algunos autores han recomendado el uso de radial se justifica por la gran facilidad con que se producirá la
una incisión grande con disección roma hasta el hueso y la colo recuperación espontánea, y el tratamiento quirúrgico, si se
cación de la aguja bajo visión directa con una guía de protección demuestra necesario, no será perjudicado por el retraso. El nervio
(59, 90). Alternativamente, las medias agujas distales pueden radial lesionado tiene un buen pronóstico anatómicamente debi
colocarse a través de la zona segura posterior localizada directa do a la corta distancia entre el lugar de la lesión y los músculos
mente en la línea media en el tercio distal de la diáfisis humeral inervados. Asimismo, el nervio es muy homogéneo a nivel
(47). Una media aguja colocada desde la cara posterior en esta microscópico, con fibras predominantemente motoras. En uno de
zona a través de una incisión corta, protegiendo con una guía en los informes mejor documentados, Pollock et al. (63) siguieron 24
vaina los tejidos blandos de la broca, no debe comprometer nin parálisis del nervio radial asociadas a fracturas de húmero y
guna estructura vital. Si las agujas distales se colocan desde poste encontraron que 22 recuperaron espontáneamente. Un nervio
rior, un tipo de marco simple unilateral puede no ser suficiente. lesionado en una fractura abierta mostró una laceración en el
Alternativamente, el cirujano puede colocar una barra pequeña en momento del desbridamiento inicial. Este nervio se recuperó
la pareja de agujas proximales y otra en las distales. Una tercera completamente después de una reparación secundaria. Un segun
barra conecta las dos primeras y estabiliza la fractura. Una vez que do paciente no mostró mejoría y recibió una exploración a los 4
se ha aplicado el marco, se reduce la fractura bajo visión fluoros- meses de la fractura. El callo de fractura había englobado el ner
cópica y se aprietan todos los conectores. Algunos autores tam vio. También resultó en recuperación completa después de la libe
bién han descrito la colocación de agujas en el cubito y atravesar ración y neurólisis del nervio.
el codo con un marco en los patrones de fractura muy distales Amillo et al. (1) revisaron 12 fracturas con lesión asociada del
para ganar estabilidad (59). nervio radial que precisaron tratamiento quirúrgico. Los pacien-
res con laceración del nervio recibieron injerto nervioso interfas-
cicular; a los que no tenían laceración se les practicó la liberación
COMPLICACIONES del callo y/o neurólisis. Un paciente tuvo un defecto del nervio
demasiado grande para ser cubierto con injerto y consecuente
L e s ió n d e l n e r v io r a d ia l
mente no tuvo recuperación de la función nerviosa. En este
La parálisis del nervio radial acompaña a las fracturas de la diáfi paciente se realizaron transferencias tendinosas con buena restau
sis del húmero en el 6% al 15% de las ocasiones (27, 48, 63). El ración motora. De los restantes 11 pacientes, 10 consiguieron una
límite inferior de este rango fue comunicado en una serie conse recuperación de la función motora del nervio radial excelente o
cutiva de pacientes presentados en una institución sin ningún tra buena. Bostman et al. (9), en su revisión del tema, no consideran
tamiento previo y probablemente representa la aproximación más la lesión del nervio irreversible y permanente hasta que hayan
exacta a la incidencia real (63). Hay variaciones en las relaciones pasado 3 años desde la lesión.
comunicadas entre el nivel de fractura y la lesión del nervio. Las fracturas abiertas representan una excepción de las reco
Algunos informes muestran que las fracturas asociadas con pará mendaciones conservadores antedichas para las parálisis del ner
lisis se distribuyen a partes iguales entre el tercio medio y distal del vio radial. Cuando se identifica una parálisis en una fractura
húmero (9), sin embargo, otros autores informan de una mayor abierta, se indica la exploración del nervio debido a la facilidad de
incidencia en el tercio medio (27) o el distal (63). Las parálisis se la corrección quirúrgica de la lesión. Foster et al. (24) evaluaron
han asociado más comúnmente con patrones de fractura espirales, 14 pacientes con fracturas abiertas de húmero y parálisis radial.
pero también pueden ocurrir con fracturas transversas u oblicuas Encontraron que nueve (64%) de esos nervios habían sufrido una
(9, 27, 63). La parálisis radial puede variar entre una perdida par lesión reparable quirúrgicamente. Siete nervios estaban parcial o
cial o completa, motora o sensitiva, con una pérdida motora com completamente lacerados y dos estaban atrapados entre los frag
pleta presente en el 50% al 68% de los pacientes (27, 63). La mentos de la fractura. De las cinco laceraciones completas, cuatro
mayoría de las parálisis aparecen en el momento de la lesión y se recuperaron la función motora completa tras sutura epineural pri
992 Sección II: Extremidad superior
maria. El quinto paciente no se recuperó después de la reparación maria o injerto interfascicular con nervio sural habituaimenre
primaria, y se practicaron transferencias tendinosas. Ninguno de resulta en un retorno de la función motora (1). Las transferencias
los pacientes a los que se practicó reparación nerviosa recuperaron tendinosas para recuperar la flexión dorsal de la muñeca y la
la función sensitiva del nervio radial. extensión del pulgar y los dedos son procesos de rescate con
En resumen, cuando una fractura cerrada del húmero se asocia potencial de restaurar una buena función de la mano.
con una parálisis del nervio radial, la fractura puede tratarse de
forma adecuada para el paciente y el patrón de fractura, y obser
Infección
var la recuperación espontánea del nervio. Incluso si la parálisis se
presenta después de iniciar el tratamiento, se recomienda la obser El tratamiento de una infección de una fractura de húmero se
vación porque no hay evidencia concluyente que sugiera que la basa en los mismos principios generales que otras infecciones aso
oportunidad de hallar una lesión reparable quirúrgicamente en ciadas a fracturas. I.a mayoría de las infecciones resultan de una
esta circunstancia es mayor que en las parálisis que se presentan al fractura abierta; algunas son secundarias a la cirugía de fijación
principio. Si la fractura es abierta, debe explorarse el nervio debi interna. Si una infección se presenta precozmente, el tratamiento
do al riesgo documentado de la presencia de una lesión reparable incluye un desbridamiento de la herida, incluyendo el hueso, para
quirúrgicamente (24). Si se necesita el tratamiento abierto de una retirar todos los tejidos necróticos o contaminados. Cualquier
fractura cerrada por otra indicación, la exploración del nervio fragmento óseo con escasa vascularización debe ser retirado. Si del
también parece justificada si existe una parálisis. En estos casos, la desbridamiento resulta una pérdida de hueso importante, se debe
disección necesaria para la exploración del nervio hace que la fija realizar un injerto óseo una vez que la infección esté controlada.
ción con placa de compresión sea el método preferido del autor. Se deben obtener cultivos profundos para guiar el tratamiento
En pacientes con una fractura de húmero y parálisis radial se antibiótico. Si hay un sistema de fijación interna que mantiene la
debe evaluar la función motora y sensitiva del nervio en cada eva estabilidad de la fractura, habitualmente se deja en su sitio mien
luación clínica. Se debe buscar la presencia de un signo de Tiñe! tras se trata la infección. I.a duración del tratamiento antibiótico
precoz, que tiene valor pronóstico. El primer músculo en recupe se basa en la impresión clínica de si los organismos infecciosos
rarse es el supinador largo, pero lo más fácil de detectar clínica están residiendo en el hueso. 1.a osteomielitis normalmente nece
mente es la dorsi-flexión de la muñeca. Como ha subrayado sita un ciclo de 6 semanas de tratamiento antibiótico intravenoso.
Creen (28), el tiempo de recuperación puede estimarse midiendo Si la infección persiste tras la consolidación de la fractura, puede
la distancia en las radiografías entre la fractura y el punto de iner ser necesario retirar el material de osteosíntesis seguido de un des
vación el supinador largo, que está aproximadamente 2 cm próxi bridamiento adicional, incluyendo fresado intramedular o secues-
ma! al epicóndilo lateral. Asumiendo una recuperación del nervio trectomía. Después de retirar los implantes se recomienda otro
a 1 mm/día, y añadiendo 30 días adicionales como se ha reco ciclo de 6 semanas de tratamiento antibiótico intravenoso.
mendado, la recuperación del supinador largo tras una fractura
diafisaria media a 12 cm proximal al epicóndilo lateral necesita al
S e u d o a r t r o s is
menos de 100 a 130 días (28). La flexión dorsal de la muñeca y
la extensión del pulgar ocurren, por supuesto, más tarde. La evi La curación normal de una fractura de húmero se produce en
dencia en F.MG de la recuperación puede preceder a los signos clí unas 8 ó 10 semanas. Si la fractura no ha unido en 3 ó 4 meses
nicos de recuperación en aproximadamente 4 semanas (28). puede ser considerada como retardo de consolidación (75). Si la
Debido a que la recuperación final no va a variar con un retraso consolidación no se ha producido en 6 a 8 meses, la fractura ha
en el diagnóstico de 4 semanas, no parece justificada la explora progresado a la seudoartrosis (75). Los tipos generales de scudo-
ción con EMC. Mejor dicho, la indicación para la exploración artrosis son la hipertrófica y la avascular. En las variedades hiper
quirúrgica de un nervio radial en una fractura cerrada con paráli tróficas, una vascularización adecuada permite la formación de
sis debe ser la ausencia de signos clínicos de recuperación después abundante callo óseo, pero una estabilidad insuficiente impide la
de que haya pasado un período de tiempo razonable, que es de al consolidación. En las seudoartrosis avasculares la vascularización
menos 4 meses en fracturas de la parte media de la diálisis. Este inadecuada de los extremos óseos es la que impide la formación
retraso en la mayoría de los casos es tiempo suficiente para la con de callo (75). La seudoartrosis puede aparecer con cualquier tipo
solidación de la fractura. de tratamiento cerrado o abierto. Con la ferulización funcional se
El paciente con una parálisis radial está temporalmente disca ha informado de tasas de seudoartrosis menores del 2% (79, 94).
pacitado por la pérdida de fuerza de presa y de extensión de Los métodos de tratamiento quirúrgico han producido tasas
muñeca y dedos. Una férula de dorsi-flexión de la muñeca mejo mayores. Las placas de compresión pueden resultar en una tasa de
ra espectacularmente la fuerza de presa y la función, y debe usar seudoartrosis mayor del 6%. Los clavos flexibles se han asociado
se en todos los pacientes. Una férula funcional con anclajes en con seudoartrosis en más del 8% de los casos. Las revisiones de
balancín para proporcionar extensión pasiva a los dedos a través clavos encerrojados varían espectacularmente en la incidencia de
de bandas elásticas es útil en pacientes que intentan recuperar las seudoartrosis comunicada, con tasas que llegan al 33% con algu
actividades de movimiento fino durante la recuperación. Otros nos implantes (37). Además de la fijación interna, factores como
pacientes encuentran estas férulas demasiado incómodas. Todos la inmovilización insuficiente, la distracción, la energía de la
los pacientes deben ser instruidos en ejercicios de amplitud de lesión y las fracturas abiertas, se han asociado con la seudoartro
movimiento pasivos y monitorizados para detectar el desarrollo de sis. Independientemente de la causa de la seudoartrosis o la fija
contracturas. En aquellos pacientes que eventualmente necesitan ción previa, el tratamiento con éxito necesita una comprensión de
una exploración quirúrgica, el tratamiento varía según la patolo los factores que han contribuido al problema. Éstos pueden divi
gía hallada. Si el nervio está envuelto en el callo de fractura, la dirse típicamente en problemas mecánicos y problemas biológi
liberación y neurólisis han resultado en mejoría en la mayoría de cos. Cualquier método de tratamiento con éxito se dirige por
los casos (1). En nervios que se hallan divididos, la reparación pri necesidad al problema subyacente.
Capítulo 24: Fracturas de la diáfísis del húmero 993
El uso de placas de compresión para tratar la seudoartrosis de seudoartrosis de húmero, con injerto óseo en los casos avascula
húmero nació lógicamente del reconocimiento de que la inestabi res, ha resultado en que la técnica se convierta en el tratamiento
lidad mecánica es con frecuencia la causa de la curación incom de elección (Fig. 24-13). Originalmente defendida por Muller
pleta, y las técnicas de placas de compresión pueden estabilizar los (60) y el grupo suizo AO, muchos informes posteriores han
fragmentos óseos (60). El éxito de las placas de compresión en la demostrado la capacidad de este método para conseguir la conso
994 Sección II: Extremidad superior
lidación y una buena recuperación funcional (4, 35, 75). Healy et finas a tensión en fijadores circulares y con técnicas de compre
al. (35) comunicaron la curación de 24 de 26 seudoartrosis de sión.
húmero (92%) tratadas con fijación interna rígida e injerto óseo. Ciertas seudoartrosis humerales presentan desafíos particulares
El fracaso de las placas se debió a una fijación inestable. Estos debidos a factores locales o sistémicos. Pueden ser necesarias medi
autores concluyeron que el tratamiento óptimo de una seudoar das extraordinarias para conseguir la consolidación. La osteoporo-
trosis de la diáfisis del húmero consistía en resecar la seudoartrosis sis debida a la edad o a la falta de uso prolongada puede hacer de
atrófica, acortar el hueso, perforar las áreas esclerosadas y oponer la fijación rígida un desafío. Cameron et a i (14) encontraron que
superficies diafisarias sangrantes. La fijación rígida se conseguía con un refuerzo de cemento de polimetilmetacrilato al hueso os-
entonces con una placa de compresión ancha con al menos seis teoporótico, el propio hueso se convertía en la parte más débil del
puntos de fijación cortical proxi males y distales a la seudoartrosis. sistema. Además vieron que el método óptimo de aplicación del ce
El uso de tornillos de compresión interfragmentaria, las propie mento consistía en enfriar el cemento para aumentar el tiempo de
dades de compresión dinámica de la placa o el sistema de tensio trabajo, inyectar el cemento en el agujero perforado para el torni
nado externo proporcionaban compresión a través de la seudoar llo, colocar el tornillo en el agujero a través del cemento sin fra
trosis para mejorar la estabilidad. Se aplicó como paso final injer guar y permitir que éste polimerice. En huesos particularmente
to autólogo de cresta ilíaca (35). Barquet et al. (4) siguieron un comprometidos secundariamente a osteoporosis severa o múltiples
protocolo muy similar de decorticación, fijación interna rígida e intentos de fijación, el uso de injertos de peroné intramedular
injerto óseo autólogo para conseguir la consolidación en 24 de 25 puede facilitar la curación de la fijación. Wright (91) informó de
(96%) pacientes con seudoartrosis de húmero. El resultado fun éxito en 17 de 19 pacientes usando aloinjerto de peroné fresco
cional fue bueno en 21 de los 25 (84%). Rosen (75) estableció congelado o injerto de peroné autólogo para tratar casos difíciles
que el injerto óseo de rutina puede aplicarse sólo en los casos de de seudoartrosis de húmero. I ras la colocación del injerto es posi
seudoartrosis atróficas. ble la fijación «cuatricortical» con tornillos pasando los tornillos
Algunos autores han evaluado la fijación intramedular para de fijación a través de las dos corticales del húmero y del injerto
tratar seudoartrosis de húmero. Robinson et al. (70) comunica de peroné. En una comunicación aparte, Wright et al. (92) demos
ron cinco seudoartrosis humerales que habían aparecido tras traron que esta fijación de cuatro corticales en hueso de cadáveres
enclavado intramedular, que fueron tratadas con cambio del es tan fuerte como el refuerzo con cemento. Júpiter (45) comuni
clavo y sobrefresado. Sólo dos de las cinco (40%) consiguieron la có el uso de un abordaje medial y colocación de un injerto vascu-
consolidación. Wu y Shih (93) presentaron un estudio compa larizado de peroné para conseguir la consolidación en cuatro seu
rando las placas de compresión con fijación con clavos en un doartrosis de húmero muy complicadas en pacientes obesos.
grupo de pacientes con seudoartrosis humeral. Los pacientes fue
ron seleccionados por los cirujanos para su asignación al método
de tratamiento basándose en ciertas características de la seudoar
trosis. Se utilizó injerto óseo en todos los casos. De éstos, el 71% BIBLIOGRAFÍA
habían recibido cirugía previa (fijación con aguja de Rush o pla
cas), y el 29% habían sido tratados sin cirugía. La consolidación 1. Amillo S, Barrios RH, Martínez Ferie R, et al. Surgical rreatment oí
se produjo en el 89,5% de los pacientes tratados con placas y en the radial nerve lesions associated with fractures of rhe humerus. ]
el 87,5 % de los tratados con clavos. La diferencia no era esta Orthop Trauma 1993;7:211-215.
dísticamente significativa. Los autores concluyeron, sin embargo, 2. Balfour GW, Marrero CE. Fracture brace for the treatment of humerus
que el enclavado ofrecía una técnica quirúrgica simple y produ shaft fractures caused by gunshot wounds. Orthop Clin North Am 1995;
26:55-63.
cía pocas complicaciones. McKee et a l (56) no encontraron que 3. Balfour GW, Mooney V, Ashby ME. Diaphyseal fractures of the hume-
el cambio de clavo tuviera tanto éxito como las placas a compre rus treated with a ready-made fracture brace. ] Bone Joint Surg Am
sión en un grupo de 21 seudoartrosis humerales producidas por 1982;64:11-13.
fallo de clavos intramedulares encerrojados. La reducción abierta 4. Barquet A, Fernandez A, LuvizioJ, eral. Acombined therapeutic proto-
y fijación interna con injerto óseo tuvo éxito en los nueve casos col for aseptic nonunion of the humeral shaft: a report of 25 cases. J
en los que se intentó, mientras que el cambio del clavo produjo Trauma 1989;29:95-98.
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la consolidación en sólo cuatro de los diez casos en que se utili
with fracture of the ipsilateral shaft of the humerus. Injury 1985; 16:
zó. El injerto óseo se utilizó en tres de los diez cambios de clavos, 300-302.
y justificó dos éxitos. Así, la bibliografía sigue sin ser concluyen- 6. Bell MJ, Beauchamp CG, Kellam JK, et al. The results of plating
te sobre el papel de la fijación con clavos en el tratamiento de las humeral shaft fractures in patients with múltiple injuries: the Sunny-
seudoartrosis de húmero. Si se elige la fijación con clavo, el apor brook experience. J Bone Join t Surg Br 1985;67:293-296.
te de injerto óseo de cresta ilíaca parece ayudar a conseguir la 7. Bleeker WA, Nijsten MW , ten Duis HJ. Treatment of humeral shaft
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tados percutáneamente. Estos autores concluyen que la estimula 9. Bostman O, Bakalim G, Vainionpaa S, et al. Radial palsy in shaft
ción eléctrica no es la panacea, y la selección apropiada del pacien fracture of the humerus. Acta Orthop Scand 1986;57:316-319.
te es crítica en el éxito del método. La estimulación eléctrica no 10. Brien W W , Gellman H, Becker V, et al. Management of fractures of
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trata los problemas de inestabilidad en una seudoartrosis y proba p lexu s./ Bone Join t Surg Am 1990;72:1208-1210.
blemente seguirá teniendo un papel muy limitado. Catagni et al. 11. Brumback RJ, Bosse MJ, Poka A, et al. Intramedullary stabilization of
(15) informaron de la curación de 14 de 16 seudoartrosis hume humeral shaft fractures in patients with múltiple trauma. J Bone Joint
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Capítulo
El tratamiento de las fracturas del hombro ha sido objeto de gran Es difícil mejorar el resumen de Cofield sobre cómo manejar
controversia y discusión. Esto se debe en parte a la complejidad de estas difíciles fracturas: «Use radiografías adecuadas para compren
estas lesiones: los desplazamientos óseos pueden ser difíciles de ver der la lesión traumática, tenga cuidado en evitar el negar a pacien
sin proyecciones radiográficas cuidadosas, y las lesiones asociadas tes ancianos un tratamiento quirúrgico efectivo, utilice una vía de
de tejidos blandos (especialmente los desgarros del manguito rota abordaje segura y simple, conozca las opciones de fijación interna,
dor), invisibles en radiografías estándar, son con frecuencia infra reconozca el valor del reemplazo protésico, evite los errores técni
valoradas. Además, incluso buenos resultados anatómicos conse cos y supervise atentamente el cuidado postoperatorio del pacien
guidos mediante reparación quirúrgica pueden conducir a pobres te» (34). El autor ha revisado cada uno de estos temas en orden.
resultados a menos que se siga un meticuloso programa de reha
bilitación postoperatoria, que puede ser un reto mayor en el hom
bro que la técnica quirúrgica. Una fuente más de diversidad de opi INCIDENCIA DE LAS FRACTURAS
niones sobre estas fracturas es que cirujanos procedentes de
una gran variedad de orígenes han participado en el debate sobre Alrededor del 2% al 3% de las fracturas de la extremidad superior
el tratamiento óptimo de las lesiones del hombro. Aunque los se producen en el húmero proximal (112). Un estudio encontró que
especialistas en traumatología han dominado el desarrollo de la incidencia de las fracturas del húmero proximal era alrededor de
métodos de tratamiento para fracturas de miembros inferiores y 73 por 100.000 habitantes, tres cuartas partes aparecían después
huesos largos, las contribuciones en el cuidado de las lesiones del de los 60 años y se daba una proporción entre mujeres y hombres de
hombro han sido hechas por traumatólogos, especialistas del hom tres a uno (167). La mayoría de las publicaciones han confirmado
bro, especialistas en medicina deportiva, especialistas en mano y una incidencia mayor en pacientes mayores y mujeres (20, 76, 110,
extremidad superior y ortopedas generales. Además, ninguna 228, 237), excepto las fracturas aisladas de troquíter que disminu
«escuela» o país ha monopolizado el campo (p. ej., tanto Europa
yen con la edad (110). Las fracturas pueden ser bilaterales (203),
como Norteamérica han realizado contribuciones importantes
especialmente cuando está implicada una actividad muscular
desde tradiciones divergentes). Así, siempre ha habido diversidad
de opiniones sobre el cuidado de las fracturas del hombro, con inusual (p. ej., electrocución o convulsiones) (60, 219, 226, 243).
frecuentes controversias y vivo debate. Cave revisó 1.603 lesiones de la cintura escapular tratadas en el
Hospital General de Massachusetts y comunicó que 273 eran
fracturas proximales del húmero (en comparación con casi 700
F.van I.. F la to w : Departm ent o f O rthopaedic Surgery, M ount Sinai fracturas de clavícula) (27). Más del 85% de las fracturas proxi
Medical School; and M ount Sinai Hospital, N e w Yo rk, N e w Yo rk. males del húmero eran mínimamente desplazadas, y de las res-
998 Sea ion II: Extremidad superior
HISTORIA
da de 1970 (57, 79, 90). En efecto, Knight y Mayne argumenta tómico está por encima de las tuberosidades, entre el margen arti
ron en contra de las agujas percutáneas en 1957 y la «fijación cular de la cabeza y la inserción de la cápsula articular. La super
enterrada» debido a su experiencia con infecciones en el trayecto ficie articular humeral proximal es un segmento de esfera con un
de las agujas (131). Sin embargo, se han obtenido resultados diámetro de curvatura que varía entre 37 y 57 mm (media de 46
impresionantes por cirujanos expertos con nuevos abordajes. mm) (14). La cabeza se inclina, de media, 130 grados respecto a
En 1984 Jakob y colaboradores describieron una técnica que la diáfisis (14). El centro geométrico de la cabeza está desplazado
usaban desde 1978 (119); los resultados y los detalles se publica una media de 3 mm hacia posterior y 7 mm hacia medial respec
ron en 1992 (118). Benirschke et al. siendo fieles a esta técnica han to al centro de la diáfisis humeral (14). Aunque el hueso de la
comunicado buenos resultados y reducciones pasmosas incluso en lámina subcondral es bastante fuerte, en pacientes ancianos la
fracturas en cuatro partes (6). También se han conseguido buenos densidad y resistencia del cuello humeral y el hueso esponjoso
resultados por Mestdagh et al. (185). Contrariamente, Herscovici dentro del húmero proximal disminuye (98, 241, 242).
et al. tuvieron siete aflojamientos de agujas y tres infecciones en su La retroversión humeral ha sido examinada en muchos estu
trayecto en una serie en que siguieron 34 casos (108). De cuatro dios. Debido a que el húmero proximal carece de una estructura
pacientes con fracturas de tipo C de la AO, tres desarrollaron análoga al cuello femoral (cuyo eje se puede medir con fiabilidad
necrosis avascular que necesitó de artroplastia de sustitución de para evaluar la versión femoral), la determinación de la versión
cabeza humeral y el cuarto una consolidación en varo (108). humeral precisa definir los bordes de la superficie articular hume
Kocialkowski y Wallace comunicaron sobre 22 fracturas del húme ral proximal. Sin embargo, el margen articular es irregular y varía
ro proximal tratadas con agujas percutáneas: 50% de pérdidas de desde el extremo superior a la parte más baja. Debido a esto y a
reducción, cinco (23%) desarrollaron infección en el trayecto las varias técnicas radiográficas y alternativas para el eje distal
de las agujas, una aguja rota y migrada a la pared torácica y dos (especialmente una diferencia de 6 grados entre el eje transepi-
(9%) desarrollaron necrosis avascular (136). Stoller y Gerber tuvie condilar y la superficie articular distal del húmero), varía la esti
ron una tasa de complicaciones del 54% (267). Esta es una técni mación de la retroversión humeral «normal». Aunque la mayoría
ca exigente, y no está claro si no debe ser realizada sólo en deter de los estudios han comunicado que la media de la retroversión
minados centros. Un tipo de fractura en la que este abordaje puede humeral es de 26 a 31 grados (44, 109, 141, 150, 227), también
ser especialmente bueno es la fractura en cuatro partes impactada se han encontrado valores de media de 18 a 20 grados (14, 206)
en valgo, debido a que las tuberosidades ya están en una posición y de 40 grados (223). Más importante quizá es el hecho de que
adecuada, y una vez que la cabeza se eleva (con un elevador percu- hay un amplio intervalo de retroversión en pacientes sin enferme
táneo) las tuberosidades caen detrás de ella (156, 195). dad conocida del hombro, incluso con variaciones entre los dos
Finalmente, la artroplastia protésica sigue siendo un buen tra hombros del mismo paciente (14, 44). Este hallazgo ha llevado a
tamiento para fracturas severas en paciente ancianos y para fractu cambiar el énfasis en la cirugía de reemplazo protésico, desde
ras en cuatro partes clásicas en pacientes de cualquier edad (161). colocar el componente humeral con la cantidad «correcta» de
Los primeros esfuerzos hechos con diseños acríbeos (43, 64, 122, retroversión a ajustar la versión a un hombro particular, siendo
197, 224, 232, 281) se abandonaron por el diseño metálico ana guiados más por la anatomía local, como la inserción del man
tómico de Neer (206, 208, 210, 212). Los primeros resultados fue guito o la corredera bicipital, que por un número exacto prede
ron «satisfactorios pero imperfectos» (208), y muchos investigado terminado (275). Esto puede ser más difícil de evaluar en un
res notaron que el alivio del dolor era fiable, pero el movimiento y húmero proximal destrozado para el que se indica una sustitución
la función eran con frecuencia decepcionantes (26, 52, 53, 55, 68, de la cabeza femoral.
85, 102, 127, 137, 143, 191. 193,233, 260, 271,278, 290).
En 1988 Neer y McIIveen comunicaron resultados mucho
M a n g u ito r o t a d o r
mejores debido a mejoras técnicas en la cirugía y la rehabilitación,
con un 84% de excelentes, 15% satisfactorios y 2% insatisfacto La tuberosidad mayor tiene tres carillass en las que se insertan los
rios (208). Los resultados de los autores han sido en efecto fiables, tendones del supraespinoso, el infraespinoso y el redondo menor.
con movimiento próximo al normal en aproximadamente la Reconocer estas carillas en las radiografías puede ser útil para
mitad de los pacientes y variable en el resto, dependiendo de su determinar la cantidad de afectación del troquíter en una fractu
colaboración en el postoperatorio (69). Desde entonces, muchos ra. El tendón del músculo subescapular se inserta en el troquín
diseños de implantes han llegado al mercado, con mejoras en los (tuberosidad menor). El surco o corredera bicipital está unida a
tamaños, guías de alineamiento de fracturas y otros hechos que modo de cobertura por el ligamento transverso humeral y separa
pueden tener valor (21, 89). las dos tuberosidades. El tendón de la porción larga del bíceps y
¿Las mejoras en la fijación interna se emparejarán a las mejoras la arteria arcuata, rama de la arteria circunfleja humeral anterior,
del reemplazo protésico? Hasta que se acumule más evidencia, la están en este surco.
elección se basa en la preferencia y experiencia del cirujano y está Los músculos y tendones del manguito rotador desempeñan
sujeta a gran controversia. importantes papeles en el patrón de desplazamiento de la fractu
ra (Fig. 25-2). La tracción de los músculos del manguito puede
contribuir al desplazamiento de la tuberosidad (p. ej., retracción
ANATOMÍA Y PATOMECÁNICA posterior y superior de un troquíter fracturado por el supraespi
noso y el infraespinoso). Por el contrario, el desplazamiento del
H ú m e ro
troquíter puede ser limitado por el intervalo del manguito entre
La diáfisis del húmero conecta con la parte proximal en el cuello el supraespinoso y el subescapular, el cual raramente se desgarra
quirúrgico, justo debajo de las tuberosidades mayor (troquíter) y de forma completa. El hueso en el que se insertan los tendones
menor (troquín) en el ensanchamiento metafisario. El cuello ana del manguito, combinado con las fibras de Sharpey de los pro-
1000 Sección II: Extremidad superior
Arteria y nervio
M anguito de
Nervio axilar y arteria
los rotadores
circunfleja humeral
Cuello anatóm ico
posterior
Rama
de la arteria
Tendón del m
humeral
circunfleja
anterior
M. subescapular toracoacrom ial
Cuello ._ axilar
Arteria
quirú rg ico humeral Arteria torácica
circunfleja lateral
M. pectoral m ayor anterior Arteria
subescapular
Nervio Nervio mediano
cutáneo
deftoñ lateral Arteria braquial
superior
Nervio cubital
Nervio
músculo-
cutáneo Nervio cutáneo lateral
te de las tuberosidades (70, 128, 208, 261), aunque también se electrocución. La amplitud posterior es menos prominente cuan
han usado para esta indicación los abordajes transacromial (159) do hay una fractura del cuello quirúrgico, pero puede ser un indi
y posterior (183, 222). La mayoría de las reparaciones de fractu cio de una lesión posterior.
ras extensas, así como las sustituciones protésicas de cabeza hume
ral, se han realizado a través de un abordaje dcltopectoral anterior,
R a d io g r a f ía s
aunque también se ha descrito un abordaje posterior para la sus
titución de la cabeza humeral. Las radiografías exactas y cuidadosas son esenciales para planificar
el tratamiento y determinar el pronóstico. Con demasiada fre
cuencia el cirujano recibe proyecciones oblicuas inadecuadas desde
EVALUACIÓN Y CLASIFICACIÓN el departamento de urgencias y solicita una tomografía computa-
rizada (TC), como si ésta sustituyera la repetición y obtención ade
E v a lu a c ió n c lín ic a
cuada de radiografías normales de alta calidad. Colocar personal
La mayoría de los pacientes con fracturas agudas del húmero proxi- mente al paciente por parte del traumatólogo es habitualmente el
mal presentan un brazo hinchado y doloroso. El paciente debe ser mejor camino para obtener una información adecuada.
advertido de que la hinchazón puede empeorar durante varios Una serie de radiografías de traumatología incluye una proyec
días, para que no se asuste, particularmente cuando se desarrollen ción anteroposterior (AP) de escápula, una visión lateral de escá
las equimosis. Se debe retirar cualquier anillo de la mano ipsilate- pula en «Y» y una proyección axilar (Fig. 25-4). Una proyección
ral. El paciente debe ser animado a mover los dedos y la mano axilar no sólo es dolorosa y difícil de obtener, sino que el mover el
desde el primer momento en que se le ve, para enfatizar la impor brazo puede cambiar la posición de la fractura. F.l autor prefiere la
tancia de evitar la rigidez de la mano. visión axilar de Velpeau en la que el brazo descansa en un cabes
Es importante la evaluación de otras lesiones, especialmente trillo, el paciente se inclina hacia atrás y el foco se dirige hacia
del cuello o la pared torácica, ya que una lesión aparatosa del abajo a través del hombro. De esta forma se consiguen tres pro
hombro puede ocultar otros hallazgos. Debe realizarse un cuida yecciones ortogonales entre sí sin mover el brazo del cabestrillo. Si
doso examen neurovascular, y el clínico debe saber que el dolor la fractura tiene varias semanas de evolución y es relativamente
puede producir «seudoparálisis». El nervio que se lesiona con más estable, el cirujano puede elegir tomar una proyección AP de escá
frecuencia es el axilar. Aunque los cambios en la sensibilidad de la pula en ligera rotación externa: esto produce una mejor visualiza-
parte lateral del hombro no se correlacionan perfectamente con la ción del troquíter (Fig. 25-5). Esto se consigue con facilidad reti
lesión del nervio, este hallazgo puede aportar información útil. rando el cabestrillo y rotando suavemente el brazo unos 20 grados
También debe evaluarse el nervio musculocutáneo. Si el paciente hacia la rotación externa mientras se palpa el foco buscando cre
tiene amnesia, lesiones bilaterales o una fractura-luxación poste pitación y permitiendo al paciente que agarre un pie de gotero o
rior, el médico debe descartar una patología convulsionante o una el borde de una mesa.
Figura 25-5. A: Radiografía anteroposterior del hom bro con el brazo en rotación Interna. Hay muchas
líneas de fractura, pero es difícil valorar el desplazamiento, especialmente de la tuberosidad mayor. B:
Se ha rotado el brazo suavemente y con cuidado 20 grados y se ha tom ado una radiografía antero
posterior verdadera de la escápula. Se puede apreciar m ejor el desplazam iento del troquínter.
También deben tom arse proyecciones lateral y axilar.
Sólo si unas buenas radiografías no pueden mostrar con clari cuando la cabeza se dirige hacia el borde agudo de la glenoides
dad el patrón de fractura se solicita unaTC. Los cortes deTC son («mecanismo central») se piensa que produce una «fractura con
más útiles para evaluar luxaciones, descartar fracturas de glcnoi- deslizamiento de la cabeza» (48). Aunque Dehne señaló que frac-
des y para evaluar la retracción posterior del troquíter. Los cortes turas-luxaciones más severas podían producirse y mostrarse en
de resonancia magnética (RM) raramente son necesarios. una radiografía que hoy podríamos llamar fácilmente una fractu
ra en cuatro partes, el desplazamiento posterior de la tuberosidad
menor no formaba parte de su clasificación.
C la s if ic a c ió n
En un capítulo de un libro publicado en 1982 (43), De
Kocher clasificó las fracturas proximales de húmero en cuatro gru Anquin y De Anquin indicaron que desde 1950 habían emplea
pos: supratubercular, pertubercular, ¡nfratubcrcular y subtubercu do una clasificación basada en la división del húmero en tres áreas.
lar, en función de la localización del foco de fractura (135). Señalaron más adelante que el grupo de las fracturas complejas era
Watson-Jones clasificó las fracturas del cuello quirúrgico por el subdividido, en una presentación en el Congreso Latinoameri
mecanismo de producción sospechado (fracturas por abducción o cano de Ortopedia y Traumatología, en grupos basados en el
aducción), pero también reconoció una categoría separada de número de fragmentos de fractura (43). Creían que esta clasifica
fracturas mínimamente desplazadas: «contusión crack fractures» ción era similar a la publicada por Neer (207). También definie
(284, 285) o fracturas por contusión. ron una distinción entre fracturas en cuatro fragmentos impacta
De Mourgues siguió a Gérard-Marchant con la primera des das y no impactadas (43).
cripción, en 1927, de las fracturas llamadas «cérvico-troquiteria- En 1961 De Palma y Cautilli establecieron una distinción en
nas» (50). Estas fracturas incluían la separación de una cabeza Iuxada el escenario de las fracturas y fracturas-luxaciones entre luxación
de la diáfisis y generalmente afecta a una o ambas tuberosidades. gleno-humeral, con pérdida completa de contacto articular, y
La radiografía mostrada como ejemplo de esta fractura en el ar «deformidades rotacionales», en las que la cabeza, aunque girada,
tículo de De Mourgues en 1965 que es lo que se podría llamar se mantiene dentro de la cápsula articular (51). Neer redefinió
ahora una fractura en cuatro partes de la clasificación de Neer. esta distinción y llamó la atención sobre la dislocación completa
En una serie de artículos entre 1939 a 1945, Dehne propuso del segmento de la cabeza que se ve en las fracturas-luxaciones en
clasificar las fracturas del húmero proximal según el mecanismo cuatro partes clásicas, mientras enfatizaba que la «subluxación
de lesión en tres grupos principales (45-48). Creía que las fuerzas rotatoria» era un hecho habitual en las fracturas en tres partes
de abducción («mecanismo lateral») producían una «fractura en (207, 209). De Palma y Cautilli también describieron fracturas
tres fragmentos» en la que la cabeza, la tuberosidad mayor y la que afectaban al segmento de la cabeza (51).
diáfisis estaban separadas entre sí. La extensión forzada («meca Codman observó que las fracturas del húmero proximal tien
nismo dorsal») resulta típicamente en una «fractura en dos frag den a producir cuatro fragmentos mayores en varias combinacio
mentos» con desplazamiento del cuello quirúrgico. Finalmente, nes: la cabeza, la tuberosidad mayor (troquíter), la tuberosidad
1004 Sección II: Extremidad superior
Figura 25-6. Dibujo de Codman que describe los patrones de fractura del húm ero proxim al. (De
Codman EA. The shoulder: rupture o fth e supraspinatus tendón and o th er lesions in o r ab ou t the sub-
acrom ial bursa. Boston: Thomas Todd, 1934, utilizado con autorización.)
menor (troquín) y la diáfisis, pero no clasifica las fracturas (33) Jakob et al. propusieron una clasificación basada en un estudio
(Fig. 25-6). En 1953, Neer citó la observación de Codman seña de 730 fracturas del húmero proximal que formaba parte de un
lando que «el patrón en cuatro fragmentos varía sólo en el grado sistema comprensivo de clasificación de fracturas de todos los
de desplazamiento de los fragmentos individuales» (211). Neer huesos largos acometido bajo el grupo AO (119, 200). Debido a
llama la atención sobre las fracturas-luxaciones en las que la cabe que el objetivo principal de este trabajo era crear «subagrupamicn-
za se vuelve «desprovista de todas las inserciones de partes blandas to adecuado para un análisis detallado», aparecían 27 subgrupos
... susceptible de necrosis avascular» (211). En efecto, fueron los (53 si se usan las «calificaciones» para definir más adelante la frac
malos resultados de la escisión de la cabeza en esta fractura los que tura) (200). Quizá debido a la complejidad de este sistema, no
motivaron el interés de Neer en las fracturas de hombro y lleva ha sido adoptado en grado importante en Norteamérica. Puede
ron al desarrollo de sus prótesis de sustitución, que se señalan «en tener un papel en la investigación clínica y el análisis de cohor
estudio» en un artículo de 1953. En 1955, Neer comunica haber tes, aunque el hecho de que incluso en manos de sus creadores no
realizado siete sustituciones de cabeza humeral en fracturas con se ha mostrado ser más fiable que el sistema de Neer es un pro
«patrón en cuatro fragmentos» (206). blema (252).
Después de 15 años de reflexión y estudio, Neer publicó su En el sistema de Neer, que es el usado en este capítulo, las frac
esquema de clasificación basado en una revisión de 300 fracturas turas se clasifican evaluando el desplazamiento de los cuatro frag
del húmero proximal desplazadas elegidas al azar (212). Hace mentos principales (cabeza, diáfisis, troquíter y troquín). Toda
énfasis en los patrones de desplazamiento más que en la localiza fractura que no tenga un fragmento desplazado más de 1 ern o
ción de las líneas de fractura, y valora la viabilidad de la cabeza uno rotado más de 45 grados, se considera mínimamente despla
(inserciones de tejidos blandos y hueso) y la relación con la gle- zada y se considera junto a las fracturas en una parte, indepen
noides. Su agrupación fundamental fue el número de partes des dientemente del número y localización de las líneas de fractura.
plazadas unas respecto a otras, y enfatizó esto en 1975 al retirar En las fracturas en dos partes sólo hay un segmento desplazado.
los numerales romanos 1 a VI que muchos cirujanos habían Esto ocurre con mayor frecuencia con el desplazamiento del cue
encontrado confusos (207) (Fig. 25-7). llo quirúrgico, en el que la diáfisis se separa de la cabeza que man-
Capítulo 25: Fracturas del húmero próxima/ 1005
GT Clásica
LT
(rara)
Figura 25-7. Clasificación sim plificada de Neer con la adición de las fracturas en cuatro partes impac-
tadas en valgo. La clasificación depende de la identificación exacta de los cuatro segmentos principa
les y del grado de desplazamiento entre ellos. Un segm ento está desplazado cuando hay más de 1 cm
de desplazamiento o más de 45 grados de angulación. Aunque es im portante recoger si una fractura-
luxación es anterior o posterior, no es esencial para clasificar el desplazam iento y así, no se incluye
en este diagram a sim plificado. GT: Tuberosidad m ayor (troquíter). LT: Tuberosidad m enor (troquín).
SN: Cuello quirúrgico.
tiene ancladas las dos tuberosidades, pero también se ve con fre pletamente fuera de contacto con la glenoides, puede mantener
cuencia en desplazamientos del troquíter. Las fracturas en dos par algunas inserciones de periostio y cápsula empezando desde el cal
tes con desplazamiento de la tuberosidad menor son raras, y las car medial. Si la cabeza está dividida o ha sufrido una fractura por
fracturas aisladas del cuello anatómico (desplazamiento sólo de la impresión, se considera que hay una pérdida articular. Aunque las
cabeza) se ven difícilmente. Una fractura con desplazamiento en relaciones entre la cabeza y la glenoides han formado parte gene
tres partes tiene la diáfisis y, o bien la tuberosidad mayor (con más ralmente de la descripción (p. ej., fractura-luxación en cuatro par
frecuencia) o la menor (raramente) separadas de la cabeza, en la tes anterior), esto ha sido apartado del diagrama de las categorías
que permanece anclada la otra de las tuberosidades. para simplificar el análisis.
Una fractura en cuatro partes se presenta cuando la cabeza está Se han examinado los sistemas de clasificación de Neer y de
separada de todos los otros segmentos, incluso cuando las tubero AO en la fiabilidad ¡ntraobservador (una medida de con cuánta
sidades están juntas (así, puede haber tres piezas, una de las cua frecuencia diferentes observadores ante las mismas radiografías,
les comprende las dos tuberosidades). En una fractura en cuatro están de acuerdo cuando clasifican fracturas) y la reproducibilidad
partes «clásica» la cabeza está completamente dislocada de la gle- interobservadores (una medida de con cuánta frecuencia el mismo
noides y desprovista de todas las inserciones de tejidos blandos. observador clasifica una fractura de la misma manera cuando ve
En la fractura en cuatro partes «impactada en valgo» la cabeza está las mismas radiografías de nuevo) (10, 22, 251, 252), con resul
rotada mirando hacia arriba (Fig. 25-8). Aunque la cabeza está com tados frecuentemente decepcionantes. Kristiansen et a l encontra-
1006 Sección II: Extremidad superior
Figura 25-8. Fractura en cuatro partes impactada en valgo. A: Diagrama de Jakob et al. B: Radiografía
anteroposterior que muestra claram ente el patrón de fractura impactada en valgo. C: La proyección
axilar es engañosa porque parece m ostrar un razonable contacto entre la cabeza y la glenoides. De
hecho la cabeza está m irando hacia arriba y está cubierta por las tuberosidades, y así está com pleta
mente fuera de contacto con la glenoides. D: El corte de tom ografia com putarizada tam bién tiende a
subvalorar la pérdida de contacto gleno-hum eral. (A de Jakob RP, M in ia d A, Anson PS, e ta l. Four-part
valgus impacted fractures o f the proxim al humerus. J Bone J o in t Surg Br 1991; 73: 295-298, utilizado
con autorización.)
ron una pobre fiabilidad interobservadores, especialmente con clasificación final (252). Otro estudio halló que la repetitividad
observadores no experimentados (145). Usando sólo observadores intraobservador se volvía «sustancial» ( k = 0.70) cuando se añadían
experimentados Siebenrock et al., con los criterios de Landis y cortes de TC, aunque la fiabilidad ¡nterobservadores no mejoraba
Koch (154), encontraron «moderada» fiabilidad interobservado (8). Sodor et a l tenían observadores de varios niveles de expe
res (K = 0,42) revisando 35 fracturas de las que había disponible riencia revisando 50 radiografías de alta calidad, todas con pro
una serie de radiografías de traumatología completa, y repetitivi- yecciones axilares, de fracturas de húmero proximal (251). De
dad intraobservador «moderada» (JC= 0,60) (252). El problema forma global encontraron fiabilidad ¡nterobservadores «modera
más habitual era encontrar el troquín (tuberosidad menor) y eva da» ( k = 0,50) y repetitividad intraobservador «sustancial» (K =
luar los gados de desplazamiento, y estos autores señalaron que los 0,66), aunque sólo los especialistas en hombro del grupo consi
cortes de TC y la valoración intraoperatoria podían ayudar a la guieron el «casi perfecto» {K- 0,83) en repetitividad.
Capítulo 25: Fracturas del húmero proximal 1007
M ín im o d e s p la z a m ie n t o
Tratamiento no quirúrgico (Tabla 25-1)
El principio implicado en el tratamiento de las fracturas mínima
mente desplazadas (Fig. 25-9) es la protección precoz combinada
con la movilización gradual. Aunque, en teoría, más de 1 cm de
desplazamiento hacen al cuello quirúrgico «desplazado», en la
práctica en los pacientes más ancianos los cirujanos aceptan casi
cualquier grado de desplazamiento con tal de que permanezca
algún contacto óseo sólido. La angulación es bien compensada
por el movimiento del hombro o puede ser ajustada por pequeñas
manipulaciones después de una semana aproximadamente.
A la mayoría de los pacientes se les coloca un cabestrillo duran
te la primera semana o 10 días, y se les instruye para que se colo
quen una camiseta sobre el hombro por la noche. Raramente se
utilizan vendajes, pues son incómodos. El movimiento de la
Figura 25-9. A pesar de tener varios m ilím etros de desplazamien
mano, la muñeca y el codo se inician inmediatamente. En la to del troqu íte r y el cuello quirúrgico, ésta es una fractura en una
siguiente visita (a la semana) se pide al paciente que se incline y el parte. El paciente recuperó el m ovim iento com pleto después de
médico toma el codo con el antebrazo flexionado con una mano tratam iento no quirúrgico.
1008 Sección 11: Extremidad superior
Figura 25-10. Estos ejercicios se introducen gradualm ente durante el tratam iento no qu irú rg ico de las fracturas
m ínim am ente desplazadas (véase texto) y pueden usarse después del tratam iento quirúrgico tanto com o la estabili
dad y curación perm itan. A: Los ejercicios pendulares se realizan con el paciente inclinado hacia delante y el brazo
colgando. Se hacen círculos grandes tanto con la palma hacia delante com o hacia atrás. B: La elevación pasiva la rea
liza el cirujano, el fisioterapeuta o un fa m ilia r entrenado. El paciente puede estar sentado, de pie o en decúbito supi
no. El brazo debe estar fláccido y relajado para evitar el uso activo de los músculos del hom bro. El brazo se levanta
hasta el plano de la escápula, colocado entre flexión y abducción. C: Flexión asistida en decúbito supino. D: Elevación
asistida con polea. (La figura continúa.)
Capitulo 25: Fracturas del húmero proximal 1009
Figura 25-10. (Continuación). I: Estiram iento en rotación interna usando una toalla o sábana para tira r
del brazo hacia arriba en la espalda. J: Estiram iento en rotación interna por flexión de las rodillas
m ientras se apoya la mano tras la espalda. K: Aducción cruzando el pecho en horizontal para estirar
la cápsula posterior. L: Estiram iento en rotación externa en el marco de una puerta. M: Extensión ¡so
métrica. (La figura continúa.)
Capitulo 25: Fracturas del húmero próxima! 1011
Figura 25-10. (C ontinuación). N: Abducción isom étrica. O: Rotación externa isométrica. P: Rotación
interna isom étrica. Q: La elevación activa se inicia ayudándose con un bastón con el brazo sano.
Primero el paciente empieza dejando el brazo arriba e intenta m antener la elevación de form a activa.
Luego aprende a bajar el brazo activamente. Sólo entonces intenta elevar el brazo sin ayuda. R:
Fortalecim iento en elevación con un peso ligero. (La figura continúa.)
1012 Sea ion II: Extremidad superior
Figura 25-10. (C ontinuación). S: Rotación externa resistida con bandas elásticas. T: Rotación interna
resistida con bandas elásticas.
crepitación ósea o dificultad, se mantiene la inmovilización otra dor (183). La mayoría de los autores han preferido salvar la tube
semana y se reevalúa. Si a las 3 ó 4 semanas las radiografías no rosidad. Mientras que la fijación con tornillo se puede emplear,
muestran cambios y se siente sólido, se inician ejercicios asistidos especialmente en jóvenes cuando el troquíter es una sola pieza
suaves (elevación con polea, rotación externa con un palo, exten grande, muchos autores han señalado que el hueso es con fre
sión con un palo) junto con fisioterapia formal. A las 6 semanas cuencia blando y fragmentado, y han preferido utilizar suturas
se consigue una rápida progresión de los estiramientos máximos y que incorporan la inserción del tendón del manguito rotador en
de los ejercicios resistidos ligeros. la reparación (70, 122, 208, 215). Más recientemente se ha utiliza
Koval y colaboradores siguieron un grupo de 104 pacientes do la reparación percutánea guiada por artroscopia; una serie ha
con fracturas del húmero proximal mínimamente desplazadas obtenido excelentes resultados en el seguimiento a corto plazo (78).
durante al menos un año después de tratarlas de esta manera I.a mayoría de las series han comunicado buenos resultados
(139). El noventa por ciento de estos pacientes no tenían dolor, y (70, 78, 215). Levy halló que los resultados empeoraban si había
la mayoría habían conseguido el 90% de la amplitud de movi pequeños fragmentos de la tuberosidad mayor, quizá porque se
miento de su hombro contralateral. El movimiento fue mejor comportaban más como avulsiones del manguito rotador (162).
cuando la fisioterapia formal se empezó precozmente.
Sólo hay raras indicaciones para el tratamiento quirúrgico de Fracturas de la tuberosidad menor
una fractura del húmero proximal mínimamente desplazada: Las fracturas aisladas de la tuberosidad menor (troquín) son
lesiones neurovasculares ipsilaterales que precisan exploración, mucho menos frecuentes que las del troquíter, pero han sido des
reparación o protección; una fractura abierta; o múltiples trau critas (3, 63, 100, 169, 177, 180, 262) (Fig. 25-11). El desplaza
matismos que requieren una movilización lo más rápida posible. miento tiende a ser medial por la tracción del subescapular, pero
el fragmento puede rotar y ser prominente contra la coracoides
cuando el hombro hace rotación interna. Como en las avulsiones
F r a c tu r a s d e s p la z a d a s d e la s t u b e r o s id a d e s del tendón subescapular, puede producirse una luxación medial
del tendón del bíceps y los pacientes pueden tener un signo de
Historia
resalte en la exploración física (217). Los tratamientos han inclui
Fracturas de la tuberosidad mayor do el tratamiento no quirúrgico (30), escisión del fragmento con
la s fracturas de la tuberosidad mayor (troquíter) fueron bien des reparación del subescapular (151, 152) y reducción abierta y fija
critas por Taylor en 1908 (272), y se trataban con frecuencia ción interna, a menudo con un tornillo (94, 217).
mediante tracción-abducción, yesos en espiga u ortesis en tirante,
con el objetivo de llevar el fragmento distal (la cabeza) hacia arri
Problemas especiales en el diagnóstico
ba para encontrarse con el fragmento proximal (el troquíter) (125,
188, 250). Las fracturas de la tuberosidad pasan con frecuencia desapercibi
McWhorter comunicó en 1925 dos casos en los que escindió das en las radiografías del Servicio de Urgencias. Los fragmentos
el fragmento y realizó una reparación primaria del manguito rota son a menudo pequeños y conminutos (Fig. 25-12), y pueden
Capítulo 25: Fracturas del húmero próxima/ 1013
Figura 25-11. Fractura desplazada de la tuberosidad m enor (troquín). A: Pequeños fragm entos de la
tuberosidad m enor (flechas) son difíciles de apreciar en la radiografía anteroposterior. Hay desplaza
m iento m edial por la tracción del subescapular. B: Retracción medial de la tuberosidad m enor (fle
chas) vista en la proyección axilar.
parecer poco importantes para examinadores que no se dan cuen mayor y una luxación gleno-humeral anterior (263). Entre el 7%
ta de que estos fragmentos contienen la inserción de la mayor y el 15% de las luxaciones gleno-humerales tienen asociada una
parte del manguito rotador (265). Los pequeños fragmentos pue fractura de la tuberosidad mayor (27, 246, 287). Se han comu
den maünterpretarse como depósitos calcificados (16). Aunque nicado casos bilaterales (176). Es necesario un examen extrema
puede verse un fragmento desplazado hacia arriba en la radiogra damente cuidadoso de las radiografías para estar seguro de que
fía Al5, los fragmentos de la parte posterior pueden superponerse no hay otras fracturas, especialmente del cuello quirúrgico. Un
a la cabeza humeral y ser difíciles de apreciar (222) (Fig. 25-13). húmero proximal destrozado puede ser el resultado desafortuna
Cuando se asocia una luxación gleno-humeral anterior con una do de un intento de reducción forzado de una fractura-luxación
fractura de la tuberosidad mayor, puede centrarse la atención en en el Servicio de Urgencias. Cuando hay dudas, puede ser
la obvia luxación, y no apreciarse la fractura. Además, cuando hay mucho más prudente hacer un intento suave en quirófano mien
una luxación gleno-humeral asociada, los fragmentos tuberosita- tras se usa una inyección intraarticular de anestesia, un bloqueo
rios se ven a través de la glenoides por la tracción del manguito interescalénico o anestesia general, y disponiendo de un intensi-
rotador y pueden ser confundidos con fragmentos de una fractu ficador de imágenes. En casos raros o de larga evolución puede
ra de la glenoides. ser necesaria la reducción abierta de la luxación (113).
La tuberosidad mayor se desplaza hacia superior por el supraes- Afortunadamente una vez reducidas estas luxaciones rara vez
pinoso o posteromedialmente por el infraespinoso y el redondo recidivan (182).
menor. El desplazamiento superior se aprecia mejor en una pro Una vez reducida la luxación gleno-humeral, la tuberosidad
yección AP o una radiografía oblicua apical («outlet»). La retrac mayor habitualmente se reduce en su lecho guiada por la porción
ción posterior y medial se ve mejor en una proyección axilar o en intacta restante del intervalo del manguito que sujeta el supraes-
un corre transversal de TC. Habitualmente está presente un sola- pinoso (insertado en la tuberosidad mayor) al subescapular (inser
pamiento entre el fragmento de la tuberosidad y la superficie arti tado en la tuberosidad menor intacta) (87, 88) (Fig. 25-14). Sólo
cular. A veces se puede romper un pequeño fragmento de la se debe considerar la reducción abierta y fijación interna si sigue
superficie articular con la tuberosidad. El tendón del bíceps puede desplazado (214, 276).
bloquear la reducción (104). Las fracturas de la tuberosidad menor tienden a aparecer en
conjunción con luxaciones gleno-humerales posteriores, pero esta
lesión se ve con mucha menor frecuencia que la fractura-luxación
Tratcmiento de la luxación asociada
en dos partes anterior. El tratamiento es similar evaluando y tra
Los pacientes con una fractura-luxación en dos partes desplazada tando primero la luxación, después de lo cual se rccvalúa la tube
hacia anterior tienen una fractura desplazada de la tuberosidad rosidad menor para ver si necesita reparación.
1014 Sección II: Extremidad superior
A B
El tratamiento conservador se usa raramente en fracturas despla McLaughlin estableció en 1963 que más de 5 mm de desplaza
zadas de las tuberosidades, a menos que la edad o patologías pre miento de la tuberosidad mayor eran compatibles con un buen
vias del paciente se opongan al tratamiento quirúrgico. Si se resultado, que desplazamientos de 5 a 10 mm podían producir
emplea este abordaje, se usan las mismas técnicas que para las una convalecencia larga, algún dolor y discapacidad permanentes
fracturas mínimamente desplazadas. y un 20% de posibilidades de necesitar una reparación tardía; y
Hay más tradición de tratamiento no quirúrgico de fracturas que desplazamientos de más de 10 mm necesitaban tratamiento
de la tuberosidad menor. Históricamente se ha creído que había quirúrgico en todos los casos (182). Necr fue requerido por el
una redundancia de los rotadores internos y que una simple Jo u rn a l o f B one a n d J o in t Surgery para sugerir algún criterio para
inmovilización con un cabestrillo podría llevar el fragmento hacia el desplazamiento, ya que las cifras de 1 cm y 45 grados eran arbi
atrás a su lecho. Desde que hemos sido más sofisticados en la eva trarias y se entendían más como conceptos que como guías de tra
luación del subescapular tras las descripciones de Gerber, cada vez tamiento rígidas. Basándose en la experiencia de los autores y los
más cirujanos se han vuelto agresivos con respecto a la reparación hallazgos mientras trataban consolidaciones defectuosas (véase
de fracturas desplazadas de la tuberosidad menor. más adelante) en los cuales pequeños grados de desplazamiento de
1016 Sección II: Extremidad superior
Figura 25-14. A: Una radiografía anteroposterior de una fractura-luxación anterior en dos partes con
fractura desplazada de la tuberosidad mayor. B: Después de la reducción cerrada, la fractura del tro-
quíter curada sin desplazarse luego. El paciente consiguió una am plitud de m ovilidad norm al sin más
luxaciones anteriores.
Figura 25-15. Reducción abierta y fijación interna de fracturas de la tuberosidad mayor. A: Abordaje superior a través del
deltoides; el troquíter apenas se ve en la cara posterior de la herida. El defecto se ve bien rotando la cabeza hasta colocarla
debajo de la incisión. B: Se ha m ovilizado el troquíter hacia la herida mediante suturas. C; Técnica de sutura. D: Radiografía
anteroposteríor de la fractura desplazada de troquíter, que es traccionado hacia posterior y superior por el supraespinoso y
el infraespinoso. E; Radiografía anteroposteríor postoperatoria m ostrando la estabilización de la fractura por m últiples sutu
ras no absorbibles. (La figura continúa.)
Capítulo 25: Fracturas del húmero próxima/ 1019
F G
Figura 25-15. (Continuación). F: Corte de tom ografía com putarizada de otro hom bro con una fractura desplazada de
troquíter. Hay pérdida del efecto estabilizador del m anguito rotador (una fractura desplazada de la tuberosidad m ayor
esencialmente representa una avulsión ósea del m anguito), hay una subluxación humeral anterior estática. G:
Después de la reducción abierta y fijación interna del troquíter, se ha restaurado la estabilidad.
dos en la cara medial de la diáfisis. Si hay conminución del cuello hay datos que guíen al cirujano en el tratamiento de esta rara frac
quirúrgico pero no está rota la unión entre la tuberosidad y la tura.
cabeza se pueden colocar dos clavos de Ender en el espacio entre
la tuberosidad mayor y la superficie articular, a través de pequeñas
perforaciones en el tendón del manguito (Fig. 25-16). Estos cla F r a c tu r a s d e s p la z a d a s e n t r e s p a r t e s
vos pueden ser aislados o incorporados en un lazo en banda de Problemas especiales en el diagnóstico
tensión, especialmente si los pequeños agujeros se perforan en el
extremo de los clavos de Ender (41). El desplazamiento del cuello quirúrgico es con frecuencia muy lla
mativo, mientras que el pequeño grado de desplazamiento de la
tuberosidad puede pasar desapercibido con facilidad. Las radio
Rehabilitación
grafías cuidadosas son esenciales para definir esta factura con
A menos que se note intraoperatoriamente una pérdida de estabi exactitud. En una verdadera fractura en tres partes de la tuberosi
lidad, ejercicios pasivos de amplitud de movilidad precoces, inclu dad mayor desplazada, la tracción sin oposición de la tuberosidad
yendo elevación con poleas en el plano de la escápula, rotación menor por el subescapular produce un giro de la cabeza («sublu
externa con ayuda de un bastón, ejercicios pendulares y ejercicios xación rotatoria») hacia la rotación interna, desplazando luego la
de movimiento de mano y codo. La progresión a los intervalos de tuberosidad mayor. La fractura desplazada en tres partes de la tu
movilidad completos es rápida. Se añaden ejercicios de fortaleci berosidad menor es mucho menos común, y la tuberosidad ma
miento a las 6 semanas. yor intacta gira la cabeza en sentido contrario hacia la rotación
externa.
Resultados
Nuestros resultados con este tratamiento han sido satisfactorios, Indicaciones y elección de la técnica
pero la movilidad es habitualmente de sólo el 80% al 85% de la
del lado sano (41). Además, pocos pacientes vuelven para recibir La colocación de agujas percutáneas es una técnica especialmente
tratamiento de consolidaciones defectuosas del cuello quirúrgico, difícil en las fracturas en tres partes debido a que la tuberosidad
y cuando lo hacen, los resultados no son peores que los de la repa debe ser reducida y la cabeza desrotada. El autor no tiene expe
ración aguda. Por estas razones el autor se ha vuelto menos agre riencia con esta técnica, pero la ha visto realizar a expertos como
sivo con las fracturas del cuello quirúrgico, y opera sólo a jóvenes Bcnirschke.
atletas que necesitan una movilidad completa y a aquellos pa El autor prefiere un abordaje deltopectoral y construir una
cientes con fracturas no impactadas con desplazamientos impor sutura fijando la cabeza a la tuberosidad desplazada y este con
tantes. junto a la diáfisis (Fig. 25-18). Esto proporciona una reparación
sorprendentemente segura. Si la tuberosidad menor no está des
plazada pero hay una fractura entre ella y la cabeza, no se usa fija
F r a c tu r a s d e l c u e llo a n a tó m ic o ción suplementaria. Si esta zona está bien, el hueso en el surco
El autor conoce un solo caso de reducción abierta y fijación inter entre la cabeza y la tuberosidad menor no está fracturado, el autor
na de una fractura aislada del cuello anatómico (Fig. 25-17). No puede añadir un clavo de Ender en la cara medial con el punto de
1020 Sección II: Extremidad superior
Figura 25-16. Reducción abierta y fijación interna de fracturas del cuello quirúrgico.
A: Técnica de reparación con dos clavos de Ender y suturas en form a de ocho.
B: Proyección axilar de Velpeau de una fractura conm inuta de cuello quirú rg ico despla
zada. C, D: Radiografías anteroposterior y lateral después de reducción abierta y fijación
interna con dos clavos de Ender y suturas gruesas no absorbióles.
Figura 25-17. Fractura del cuello anatóm ico (aislada). A: Una proyección anteroposterior es inade
cuada para evaluar el desplazamiento. B: Un corte de tom ografía com puterizada muestra la luxación
de la cabeza con desplazamiento del cuello anatóm ico. C: Visión anteroposterior tras osteosintesis con
tornillo s. D: Visión axilar tras osteosintesis. (Cortesía de Edward Yang, M.D.)
1022 Sección 11: Extremidad superior
Figura 25-18. Reducción abierta y fijación interna de fracturas desplazadas de tuberosidad m ayor en
tres partes. A: Técnica de sutura o sutura con adición de clavos de Ender. Los lazos de la sutura incor
poran tanto el hueso com o los tendones del m anguito rotador en la reconstrucción. Cuando no hay
trazo de fractura entre la tuberosidad m enor y la cabeza, se puede añadir un clavo de Ender medial
para aum entar la estabilidad longitudinal. B: Radiografía anteroposterior de una fractura en tres par
tes. C: Visión axilar de Velpeau de la m isma fractura. (La figura continúa.)
Capítulo 25: Fracturas del húmero proximal 1023
En una fractura-luxación en cuatro partes clásica la cabeza sale fragmento anclado en la cabeza se puede hablar de que sea una
de la articulación y se disloca anterior, lateral o posterior. Con fre fractura en cuatro partes. Las tuberosidades mayor y menor no
cuencia se sitúa en la axila (Fig. 25-19); en casos raros puede están siempre separadas, y pueden permanecer unidas por inser
incluso situarse dentro de la caja costal en el tórax (99, 256). Es ciones musculares (61). Aunque haya tres piezas óseas (cabeza,
importante encontrar el troquín, ya que sólo si no hay ningún diáfisis y las dos tuberosidades), sigue siendo una fractura en cua
tro partes si la cabeza está separada de las otras estructuras.
En una fractura en cuatro partes impactada en valgo la cabeza
está rotada de forma vertical y las tuberosidades la cubren. Aquí
no hay escalón («step-offi) en la bisagra medial. La mejor proyec
ción para apreciar este patrón es la proyección anteroposterior.
Las proyecciones axilares pueden ser incluso engañosas debido a
que el lado de la cabeza se proyecta junto a la glenoides, dando la
falsa impresión de que la articulación está reducida (Fig. 25-8).
turas reparadas evolucionan mejor que los casos no operados Los primeros intentos de fijar fracturas en cuatro partes clási
( l l 4, 115). Mole y Roche comunicaron que hasta 30 grados de cas fueron infructuosos debido a la necrosis avascular, pérdida de
angulación de la cabeza y 1 cm de desplazamiento de la tuberosi fijación y artrosis postraumática (131, 155, 208, 254, 270), aun
dad pueden ser tolerados, más alia de estas cifras se necesitaba tra que se consiguieron algunos éxitos (54, 108). Sin embargo, la
tamiento quirúrgico (195). mejora de las técnicas de fijación mínima y una mejor selección
Capítulo 25: Fracturas del húmero proximal 1025
Figura 25-23. Valoración del tam año de la cabeza durante la sustitución de la cabeza hum eral por fractura. A:
Utilización de un sistema con m últiples curvaturas y grosores de cabeza que perm ite una buena igualdad con la cabe
za retirada. El uso de un sistema de compensación variable perm itirá colocar la cabeza protésica precisamente donde
se une con el calcar (esto puede determ inarse habitualm ente por inspección en la cirugía). B: Radiografía postope
ratoria después de la reconstrucción anatómica de las tuberosidades ayudada por la colocación exacta de la cabeza
m ostrada arriba. C: Se ve una curación excelente de las tuberosidades a los 3 meses de seguim iento.
Speck y Regazzoni encontraron un 44% de reabsorción de la y fuerte que es ligeramente rígido, y un 15% a 20% tiene algún
tuberosidad asociada con una disminución de los resultados clíni dolor o rigidez sustancial (69). El factor más significativo que
cos en una serie de 40 sustituciones de cabeza humeral por frac influye en los resultados es la colaboración con el cuidado post
tura (259), y el autor también ha visto este problema. Quizá una operatorio y el programa de fisioterapia.
reparación rigurosamente segura de la tuberosidad, asociada al
uso de injertos óseos, reducirá la incidencia de este problema.
COMPLICACIONES (TABLA 25-3)
Rehabilitación E v a lu a c ió n
Se instaura una elevación pasiva inmediata hasta el plano de la Las complicaciones son más frecuentes tras tratamiento quirúrgi
escápula, hasta el nivel alcanzado con facilidad durante la cirugía, co que tras el conservador (277, 299). El seguimiento postopera
habitualmente entre 120 y 140 grados, realizado por el cirujano, torio cuidadoso es necesario para evitar que pasen desapercibidos
el fisioterapeuta o un familiar instruido. Se puede o no instaurar hechos que pueden necesitar evaluación o tratamiento.
la rotación externa hasta un límite fijo en función de la seguridad
de la reparación. A las 6 semanas, si hay evidencia radiográfica de
curación de la tuberosidad, se inicia un programa de movilización I n e s t a b ilid a d
pasiva máxima y estiramientos (excepto para la rotación interna),
y el paciente progresa hacia ejercicios activos y resistidos suaves a La inestabilidad gleno-humeral verdadera es inusual tras fracturas.
las 8 semanas, momento en el que se pueden empezar los ejerci La subluxación inferior transitoria es frecuente, tanto tras trata
cios de rotación interna. miento conservador como tras cirugía (40, 45, 67, 273, 274).
Esto habitualmente resulta de atonía muscular, hemartros, desgarros
capsulares o cualquier combinación de estas condiciones. El tra
Resultados tamiento consiste en soporte con cabestrillo, ejercicios isométri-
Los resultados del autor y sus colaboradores con la sustitución cos del deltoides y observación. La inestabilidad no debe ser igno
protésica de cabeza humeral han sido satisfactorios, con alrededor rada debido a que si la cabeza permanece subluxada demasiado
del 50% de pacientes que alcanzan una movilidad próxima a la tiempo, puede resultar ocasionalmente en estiramiento capsular
del hombro normal, 30% a 35% consiguen un hombro sin dolor permanente.
COMPLICACIONES
Figura 25-28. Consolidación defectuosa de una fractura del cuello quirúrgico. A: Consolidación defec
tuosa del cuello quirúrgico con angulación de 45 a 50 grados en varo. B: Después de osteotom ía y
reconstrucción con lámina-placa.
Otros autores de forma similar han comunicado mejores resul comunicaron una seudoartrosis de troquíter que repararon artros-
tados en el tratamiento de las consolidaciones defectuosas cuando cópicamente (77). Las seudoartrosis del cuello quirúrgico son más
se habían corregido todas las alteraciones óseas y de partes blan comunes, con o sin seudoartrosis de la tuberosidad, necrosis avas
das (7, 258). Diñes et al. también encontraron que la sustitución cular de la cabeza humeral o artrosis gleno-humeral postraumáti
en casos postraumáticos producía resultados funcionales modes ca (62). En efecto, la seudoartrosis del cuello quirúrgico en más
tos (56). común si hay rigidez gleno-humeral porque el movimiento se des
plaza al foco de fractura (236).
El tratamiento ha sido algo problemático. Duraldc et al. trata
S e u d o a r t r o s is ron 20 pacientes, algunos con sustitución de cabeza humeral y
Las seudoartrosis de la tuberosidad son raras a menos que estén otros con reparación e injerto óseo (62). Se consiguió un alivio del
muy desplazadas; generalmente curan algo. Gartsman y Taverna dolor fiable, pero los resultados funcionales fueron modestos.
Figura 25-30. Sustitución de cabeza hum eral por seudoartrosis. A: Cavitación por una seudoartrosis de cuello quirú rg ico que
ha erosionado el 25% in fe rio r de esta cabeza hum eral. B: Un caso sim ilar tras reconstrucción con sustitución de cabeza
hum eral con injerto óseo en form a de media luna tallado de la cabeza hum eral retirada.
Nayak et al. trataron 17 pacientes: diez por reparación (de los cua avasculares pueden verse con frecuencia, pero que el colapso real
les dos desarrollaron seudoartrosis recidivante, dos desarrollaron es raro (158), y algunas cabezas incluso se reconstruyen comple
necrosis avascular y ocho necesitaron retirada del material de sín tamente (202). Por el contrario, Lim et al. encontraron que el
tesis) y siete por sustitución de la cabeza humeral, en los cuales los colapso se puede producir durante los 3 años después de la frac
resultados fueron modestos (205). Más recientemente, técnicas tura (166). Aunque se cree ampliamente que las fracturas en cua
innovadoras han mejorado los resultados. Walch et al., usando tro partes impactadas en valgo tienen una tasa menor, Molé y
tanto una clavija de hueso intramedular como placas con torni Roche hallaron que el 50% de los pacientes con casos impactados
llos, consiguieron una tasa de consolidación del 96% en una serie evolucionaron al desarrollo de necrosis avascular (195).
de 20 seudoartrosis (283). Simpson y Júpiter introdujeron una Se ha defendido la descompresión del núcleo de la cabeza, pero
lámina-placa fuerte con el mismo propósito y consiguieron un no hay una evidencia fuerte que anime a su uso (194, 196). La
100% de consolidación en una serie de 17 pacientes, uno de los mayoría de pacientes se siguen con observación, con ejercicios de
mejores resultados en la literatura (255). estiramiento suaves y analgésicos suaves. Si aparece el colapso o el
La preferencia personal del autor es la fijación con lámina- dolor se vuelve insoportable, se considera el reemplazo de la cabe
placa cuando hay preservación de la cabeza, pero realiza reempla za humeral (Fig. 25-31). Sólo si la glenoides se vuelve artrósica,
zo de la cabeza humeral usando la cabeza como injerto en forma habitualmente por roce durante largo tiempo contra un húmero
de media luna en el calcar si la cabeza es blanda, cavitada o ero proximal deformado y colapsado, se considera el reemplazo total
sionada (Fig. 25-30). del hombro.
N e c ro s is a v a s c u la r I n f e c c ió n
La determinación de la incidencia real de la necrosis avascular El hombro está bien cubierto por tejidos blandos, y la infección,
depende de la clasificación exacta de la fractura, la evaluación cui ya sea postraumática o posquirúrgica, es rara. Johansson encontró
dadosa de los cambios avasculares en los cortes de RM para evitar que 2 de 147 (1,4%) pacientes se habían infectado después de
que pase desapercibida una lesión subsegmentaria y una recogida reducción abierta y fijación interna (122). La tasa después de la
de datos cuidadosa. Schai (246a) hallaron que 10 de 13 (77%) colocación de agujas percutáneas puede ser ligeramente más alta,
fracturas en cuatro partes desarrollaron necrosis avascular; para dada la causa de la infección del trayecto superficial de las agujas:
Zyto et al. el porcentaje fue del 18% (300). Otras series han una serie tuvo una tasa del 8% de infecciones (42).
encontrado tasas que varían entre el 0% y el 71% (12, 66, 96,
131, 184, 208, 268, 269).
L e s io n e s a r t e r ia l e s y n e r v io s a s
Aunque Jakob y Ganz describieron la necrosis avascular como
una complicación infrecuente pero devastadora (119), muchos Cuando se realiza una electromiografía meticulosa, hasta en el
investigadores han hallado que la función y el movimiento pue 45% de los pacientes con fracturas del cuello quirúrgico o luxa
den ser muy variables, incluso en presencia de colapso (71,79, 81, ciones gleno-humerales se puede encontrar algún grado de lesión
138, 229). Algunos autores han argumentado que los cambios nerviosa (49). El riesgo es mayor en pacientes ancianos o cuando
Capitulo 25: Fracturas del húmero proximal 1033
Figura 25-31. A: Fractura en tres partes con necrosis avascular. Radiografía anteroposterior de una
fractura en tres partes. Hay desplazamiento medial de la diáfisls y la tuberosidad m ayor está rotada y
separada de la cabeza. B: Reducción abierta y fijación interna conseguida con numerosas agujas y
alambres. Se necesitó una disección extensa de los tejidos blandos para conseguir esta reparación. C:
Ocho meses después de la intervención la cabeza ha desaparecido com o consecuencia de la necrosis
avascular. D: Este fracaso en la reparación de la fractura se rescató con una sustitución total de hom
bro debido a que la glenoides tam bién estaba afectada por patología degenerativa.
se desarrolla un hematoma. Alguna pérdida permanente puede estudios de conducción eléctrica a las 4 a 6 semanas pueden ser de
encontrarse hasta en el 8% de los casos. ayuda para descartar una lesión nerviosa.
Si la lesión del nervio o el plexo se presenta en el momento de La lesión arterial por fracturas desplazadas no es infrecuente,
una fractura cerrada, el pronóstico de recuperación es bueno y se especialmente en fracturas en cuatro partes con la cabeza en la
indica la observación. Se pueden usar férulas para soportar las axila y en fracturas diafisarias con desplazamiento medial (103,
articulaciones débiles y la fisioterapia se indica para mantener la 106, 157, 165, 168, 245, 297) (Fig. 25-32). Se indican controles
movilidad pasiva. También se puede usar la estimulación eléctrica de vigilancia vascular en todas las fracturas del húmero proximal.
para mantener el tono muscular. Aunque la pérdida de pulso o calor puede estar presente con fre
Si aparece una lesión severa nueva tras un procedimiento qui cuencia, muchos pacientes con lesiones vasculares no tienen
rúrgico o después de una manipulación, la decisión de si explorar hallazgos clínicos significativos. El amplio uso de estudio con eco-
quirúrgicamente debe basarse en la estimación del cirujano de las Doppler y arteriografía debe considerarse si hay un desplazamien
posibilidades de una lesión por sección. Cuando hay dudas, los to extremo de la diáfisis junto con la posición axilar de la cabeza
1034 Sección II: Extremidad superior
Figura 25-32. Lesión arterial por fracturas del húm ero proxim al. La Figura 25-33. Se debe sospechar un hom bro de Charcot cuando
arteria com prim ida por un fragm ento de la cabeza en la axila se hay una disolución o fragm entación Inusual del húm ero proxim al
muestra en la arterlografía. después de una fractura.
luxada, un gran hematoma o una lesión del plexo braquial que tratamiento expectante. Si se desarrolla una artrosis severa puede
pueden indicar una lesión de estructuras mediales. Debe obtener utilizarse el mismo algoritmo que para la artrosis primaria, excep
se una consulta con cirugía vascular. to que el pronóstico para el movimiento y alivio del dolor en los
casos postraumáticos es mucho más cauteloso (211).
Siempre que aparezca una fragmentación inusual después de
A r tr o s is y o tr a s p a t o lo g ía s
una fractura hay que considerar una artropatía de Charcot (Fig.
La artrosis postraumática puede suceder después de cualquier 25-33). Las pruebas de búsqueda incluyen la evaluación de la sen
fractura (300). Habitualmente es ligera. Mientras haya superficies sibilidad vibratoria y térmica en la mano y cortes de RM de la
congruentes y preservación del espacio articular puede seguirse un columna cervical (para descartar una siringomielia).