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Función social de la ética

Los seres humanos vivimos en una sociedad, tanto si nos gusta como si no.
Interactuamos con otras personas, ya sea directa o indirectamente, y nuestras
acciones pueden tener repercusión a nivel social, motivo por el cual no todo está
permitido y debemos pensar muy bien antes de actuar.

La idea de ética social es un tanto compleja, pero a grandes rasgos hace


referencia a los valores que tenemos las personas en el conjunto de la sociedad
para que nuestra conducta no suponga daño pero se sigan respetando nuestros
derechos. Veamos más a fondo este complejo concepto, además de ver sus
componentes y algunos ejemplos.

¿Qué es la ética social?

La ética social es un concepto que se ocupa de la conducta moral de los


individuos así como de sus realidades colectivas y la combinación de sus
individualidades. Se trata de todas las normas de comportamiento que tenemos
las personas para poder convivir de forma pacífica con los demás, respetando la
integridad física y moral propia y ajena.

Es decir, se trata de aquellos comportamientos socialmente deseables que se


deberían llevar a cabo en una sociedad para que esta sea un buen espacio de
convivencia en el que poder vivir.

La idea de ética social es compleja, ya que implica establecer cuáles son las
acciones y conductas apropiadas que todas las personas deberían llevar a cabo o
evitar hacer dentro de una determinada sociedad. Aunque es legítimo que cada
quien piense en su propio bien, es necesario que se tenga empatía y respeto
hacia los demás, dado que de no hacerlo todo el mundo pensaría de forma
egoísta, comportándose con demasiada libertad. La excesiva libertad de uno
puede ser la prisión de otro.

Aunque la idea de ética social parte del principio fundamental de respetar los
derechos de los demás para que los derechos de uno mismo sean respetados,
cabe destacar que cada uno entiende de forma diferente qué es lo socialmente
adecuado. Así pues, la ética social puede variar, dado que varía en función de la
capacidad de las personas de una sociedad para ver hasta qué punto sus
acciones implican consecuencias a nivel social.
Por ejemplo, la idea del reciclaje es hoy en día una obligación ética-social, dado
que implica respetar el medio ambiente para que las futuras generaciones puedan
vivir en un planeta no contaminado. No obstante, en anteriores décadas la
población no era consciente de esto, con lo cual no disminuían su consumo de
plásticos ni reducían las emisiones de carbono. Pese a que no sabían el daño que
estaban haciendo sus acciones, estas tuvieron unas repercusiones sociales que
van a condicionar el nivel de vida de la humanidad en el futuro.

La ciencia del ser y del deber ser

Es una formulación filosófica que hace parte de la ética y la moral. La ética y la


moral se refieren a las costumbres humanas, ambas hablan de normas de
conducta, del «ser» y del «deber ser»; sin embargo, aunque se relacionan, son
conceptos distintos. La diferencia entre el “ser” y “deber ser” radica en los valores
morales y éticos de las personas. Solo aquellos individuos que tengan claro cuáles
son los valores éticos y morales que deben regir su vida dentro de la sociedad
serán capaces de llevar adelante una vida enmarcadas dentro de lo que es el
“deber ser”.

En la ética uno es el juez y parte de su conducta, es responsable de lo que hace


conforme a su conciencia; la moral, en cambio, se refiere a las normas impuestas
por una sociedad, por lo que va cambiando de acuerdo a la época.

Tanto la ética como la moral hablan de normas de conducta, del “ser” y del “deber
ser”. Se preocupan de “cómo deberían de ser las cosas”, pero con respecto al
comportamiento humano, es decir, se interesan por las acciones de las personas.
El “ser” es la forma de actuar de una persona, los logros que consigue y cómo los
consigue, dentro de la sociedad, en su interacción con los otros individuos e la
sociedad. El “deber ser”, en cambio, es la serie de normas, escritas o no, según
las cuales todos los individuos que formen parte de una sociedad deben actuar,
porque es ésta la que determina cuales de sus actos son correctos y aceptados y
cuáles no.

Críticas de Bruno Leoni a Hans Kelsen

Nos referiremos a las críticas que Bruno Leoni realizó al positivismo normativista
expuesto por Hans Kelsen. A grandes rasgos, es posible establecer que a su
juicio, Kelsen no explicó de manera exhaustiva los conceptos sobre los que
fundamenta su teoría del derecho; se llevó la impresión de que las ideas
fundamentales del sistema kelseniano no llegaron a ser suficientemente profundas
(Leoni, 2003).

Ser y deber ser

A juicio de Leoni (2003), no es posible encontrar en Kelsen una profundización en


la diferenciación que realiza entre ser y deber ser (sein y sollen) y precisamente
aquí radica el principal defecto de toda su teoría. Esta falta de profundización
desemboca en que el deber ser termina convirtiéndose en un ser, pues el
normativista contempla a la norma como un objeto de estudio, de la misma forma
que un sociólogo o un físico contemplan un hecho social o un hecho físico
respectivamente como el suyo. Así, al no estudiar la relación entre ser y deber ser,
el teórico de la norma termina adoptando una lógica y metodología igual a la de
quien estudia cualquier otro objeto. Por consiguiente, para Leoni, el problema de la
teoría de Kelsen es que en ella la norma termina volviéndose un dato de estudio,
como cualquier otro fenómeno o elemento de la naturaleza. Leoni reconoce que
en el momento en que la norma prescribe, decimos a nosotros mismos “debo
comportarme así”, lo cual efectivamente es diferente a decir “es así”. No obstante,
pone de presente que si se examina el hecho de que la norma prescribe o
“manda”, nos encontramos que este hecho es un dato de estudio (Leoni, 2003).

De igual manera, Leoni (2003) reconoce que la falta de profundización en los


significados de ser y deber ser y en su relación, es aún más grave si se tiene en
cuenta que las normas jurídicas se enuncian con frecuencia con fórmulas
lingüísticas que no implican el empleo del término deber. Esto se vuelve evidente
si se tiene en cuenta que la generalidad de las normas legislativas no se enuncia
mediante el uso del verbo deber (sollen), sino mediante el uso del verbo ser (sein)
conjugado en el presente indicativo o en el futuro indicativo. Al tener en cuenta
esto, concluye que Kelsen no entiende el deber ser como una expresión lingüística
que es necesariamente expresada en las normas, sino como:

Expresión lingüística que él emplea para expresar su noción de las normas, es


decir, para expresar lo que las normas significan (algo que no es, sino que debe
ser), aunque luego el significado kelseniano de las normas como deber ser no se
explica nunca, sino que se acepta como evidente. (Leoni, 2003, p. 217)
¿En qué consiste la ética profesional?

En su forma más simple, la ética es un sistema de principios morales. Afectan la


forma en que las personas toman decisiones y llevan sus vidas. La ética se ocupa
de lo que es bueno para los individuos y la sociedad y también se describe como
filosofía moral.

La ética cubre los siguientes dilemas:

. Como vivir una buena vida.

. Nuestros derechos y responsabilidades.

. El lenguaje del bien y del mal.

. Decisiones morales: ¿qué es bueno y qué es malo?

Nuestros conceptos de ética se han derivado de religiones, filosofías y culturas.


Infunden debates sobre temas como los derechos humanos y la conducta
profesional.

Enfoques de la ética

Los filósofos hoy en día tienden a dividir las teorías éticas en tres áreas:
metaética, ética normativa y ética aplicada. La metaética se ocupa de la
naturaleza del juicio moral. Examina los orígenes y el significado de los principios
éticos.

La ética normativa se ocupa del contenido de los juicios morales y los criterios de
lo que está bien o mal. La ética aplicada analiza temas controvertidos como la
guerra, los derechos de los animales y la pena capital.

¿De qué sirve la ética?

Para que las teorías éticas sean útiles en la práctica, deben afectar la forma en
que se comportan los seres humanos.
Algunos filósofos piensan que la ética hace esto. Argumentan que si una persona
se da cuenta de que sería moralmente bueno hacer algo, sería irracional que no lo
hiciera.

Pero los seres humanos a menudo se comportan de manera irracional: siguen su


“instinto intestinal” incluso cuando su cabeza sugiere un curso de acción diferente.

Sin embargo, la ética proporciona buenas herramientas para pensar en cuestiones


morales.

La ética profesional son principios que rigen el comportamiento de una persona o


grupo en un entorno empresarial. Al igual que los valores, la ética profesional
proporciona reglas sobre cómo debe actuar una persona hacia otras personas e
instituciones en ese entorno. Una función de la ética profesional es asegurar a los
clientes que los servicios profesionales se prestarán de acuerdo con estándares
razonablemente altos y una conducta moral aceptable. Esta confianza permite a
los profesionales ejercer juicios relativamente independientes en las decisiones
que afectan a los clientes.

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