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La tipicidad penal ante la carencia del Certificado Único Habilitante para

Circulación - COVID-19
Autores:
Martínez, Lucas Nicolás
López, Juan Bautista

Cita: RC D 1946/2020
Sumario:

I. Introducción. II. El aislamiento social, preventivo y obligatorio. III. El art. 205 del Código Penal. IV. La situación
en torno a la pandemia COVID-19. V. La sanción ante la carencia del CUHC. VI. Conclusión.

La tipicidad penal ante la carencia del Certificado Único Habilitante para Circulación - COVID-19

I. Introducción

Con motivo de la medida de aislamiento social preventivo y obligatorio dispuesta por el Decreto de Necesidad y
Urgencia 297/2020, el Poder Ejecutivo Nacional restringió la libertad de locomoción a los habitantes de la
república a los fines de resguardar la salud pública. Sin embargo, el artículo 6 del mismo DNU, exceptuó del
mandato de aislamiento a quienes estrictamente circulen para la realización de las actividades esenciales allí
enumeradas. Con el pasar de los días, mediante diversas decisiones administrativas, el catálogo de actividades
exceptuadas fue ampliado. Recientemente, mediante la Resolución 48/2020 el Ministerio del Interior, y la
Decisión Administrativa 446/2020 de Jefatura de Gabinete, se dispuso la obligatoriedad de tramitar el llamado
"Certificado Único Habilitante para Circulación - Emergencia COVID-19" para aquellos que pretendan circular
bajo los supuestos exceptuados, perfilándose (según la normativa de emergencia) como el único modo de
acreditar tal situación. En el presente trabajo se analizará si la carencia del certificado por parte de quien circule
en la vía pública ante el requerimiento de la autoridad competente, aun cuando dicha circulación se realice bajo
un supuesto de circulación permitida, permite atribuir responsabilidad penal en los términos del art. 205 del
Código Penal, o si, por el contrario, la carencia de tal documento, constituye una falta de tipo administrativo que
escapa a la intervención del sistema penal.

II. El aislamiento social, preventivo y obligatorio

El Decreto de Necesidad y Urgencia 297/2020 del 19.03.2020, dispone en su art. 1, el aislamiento social,
preventivo y obligatorio, a los fines de resguardar la salud pública de la República Argentina frente a la pandemia
del Coronavirus - COVID-19. La medida limita la libertad de locomoción, poniendo en cabeza de todo ciudadano
la obligación de permanecer en su residencia habitual, de abstenerse de concurrir a lugares de trabajo,
desplazarse por rutas y espacios públicos. De acuerdo a los considerandos del decreto, tal medida tiene como
fundamento la obligación inalienable del Estado nacional de proteger la salud pública, y su proporcionalidad
encuentra sustento en la inexistencia de otras medidas eficientes para mitigar el impacto sanitario del COVID-19.

De tal modo, resulta claro que la medida dispuesta para el resguardo de la salud pública es, en concreto, el
aislamiento en los términos y alcances analizados precedentemente. No obstante, el artículo 6 del Decreto,
permite la circulación para aquellas personas que se encuentren afectadas a las actividades y servicios
declarados "esenciales", siempre y cuando dicha circulación se limite al estricto cumplimiento de estos. A lo largo
de los incisos allí contenidos, se enumeran numerosos supuestos exceptuados, a los que llamaremos "casos de
circulación permitida", y que con el correr de la cuarentena, han sido ampliados.

Por último, para lograr el cumplimiento del aislamiento, el DNU 297/2020, dispone en su art. 4, que cualquier
infracción a la medida demandará el cese inmediato de la conducta infractora, a la vez que exigirá la actuación a
la autoridad competente en el marco de los arts. 205, 239 y concordantes del Código Penal. La realidad práctica
demuestra que las autoridades competentes (por ej. Fiscalías de Instrucción Penal), han optado, con base en la

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especificidad del tipo penal, por la aplicación (imputación) a los infractores, del art. 205 del Código Penal, por lo
que seguidamente se analizará el escenario jurídico en torno al tipo penal allí contenido.

III. El art. 205 del Código Penal

El delito de "violación de medidas contra epidemias" previsto en el art. 205 del Código Penal, reprime con prisión
de seis meses a dos años, a quien "violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir
la introducción o propagación de una epidemia". A los fines del presente trabajo, analizaremos algunas de las
características del tipo penal en cuestión, como así también alguno de los elementos que lo componen.

En primer lugar, es necesario precisar que el bien jurídico protegido por la figura penal, conforme pacíficamente
sostiene la doctrina[1], se trata de la salud pública. concretizada a través del interés social de evitar la
introducción o propagación de una epidemia (léase pandemia). Se sostiene que la difusión o ingreso al país de
una enfermedad contagiosa puede ser perjudicial para la comunidad toda, y, por lo tanto, evitar que tal situación
se produzca resulta ser un interés social[2], en el caso, protegido por la norma penal.

En segundo lugar, asumiremos, apoyándonos en la opinión de cierta doctrina[3], que el tipo penal del art. 205, se
trata de un delito de peligro concreto. Tal caracterización, implica que, para su consumación, es menester que la
infracción a las medidas adoptadas por las autoridades competentes, implique mínimamente el riesgo concreto
de que se produzca la introducción o propagación de la epidemia. En tal línea de pensamiento, Soler afirma que
para la existencia de un delito contra la salud pública es indispensable la existencia de un peligro común para las
personas[4]. Asumir la postura contraria, y considerar a este delito una figura de peligro abstracto basada en un
riesgo "hipotético", no solo entra en tensión con el respeto del principio de lesividad[5], sino que además corre el
riesgo de no superar el test de constitucionalidad, circunstancias que no abordaremos aquí puesto que exceden
al presente trabajo.

Finalmente, el tipo objetivo contenido en la figura penal, requiere violar "las medidas adoptadas por las
autoridades competentes tendientes a evitar la introducción y propagación de una epidemia". Por tratarse de un
supuesto de ley penal en blanco, para determinar el quebrantamiento de la medida, será necesario identificar con
exactitud la identidad y alcance preciso de medida tendiente a evitar la propagación infecciosa de modo de
violentar el principio de legalidad de raigambre constitucional.

En resumen, para que se configure el delito analizado, es necesario que el sujeto activo incumpla una medida
dispuesta por autoridad competente tendiente a evitar la introducción o propagación de una epidemia/pandemia.
Pero, dicha violación debe implicar, conforme la postura aquí asumida, un peligro concreto para el bien jurídico
protegido, esto es, la salud pública.

IV. La situación en torno a la pandemia COVID-19

A partir de la entrada en vigencia del aislamiento preventivo y obligatorio el día 20 de marzo del corriente año, las
fuerzas de seguridad detectaron numerosos casos de circulación en infracción a la medida, es decir, casos en los
cuales la circulación no encuadraba en algún supuesto exceptuado. A partir de allí, los órganos encargados de la
persecución penal (V.gr. Ministerio Público Fiscal en Córdoba), procedieron mediante la imputación de la figura
del art. 205 del Código Penal.

En la mayoría de estos casos, los infractores circulaban en la vía pública sin contar con elementos de prueba que
acrediten a primera vista que su desplazamiento encuadraba en un supuesto de circulación permitida. De tal
modo, dicha locomoción evidentemente infringía la medida sanitaria, valga la aclaración, el aislamiento
preventivo y obligatorio. En tal contexto, y considerando la velocidad de contagio que presenta el virus
COVID-19, sin dudas, tal desplazamiento, implicaba la puesta en peligro concreta del bien jurídico protegido por
el tipo penal y por la medida de aislamiento (la salud pública). En tales circunstancias es que los órganos
acusatorios, consideraban que la conducta resultaba subsumible en el supuesto fáctico descripto por la figura del
art. 205. Por el contrario, quienes contaban con elementos de prueba que permitían acreditar que su circulación
estaba permitida, escapaban a la imputación de este delito, por no tratarse de una violación a la medida de
aislamiento obligatorio.

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Ahora bien, esta fue la situación existente, en líneas generales, hasta el día 06 de abril del año 2020. A partir de
ese momento, mediante la Resolución 48/2020 el Ministerio del Interior, y la decisión Administrativa 446/2020 de
Jefatura de Gabinete, comenzó a regir la obligatoriedad de portar el Certificado Único Habilitante para Circulación
- Emergencia COVID-19 (en adelante CUHC) para quienes pretendan transitar el espacio público bajo un
supuesto de circulación permitida. La función de este certificado (conforme surge de los fundamentos de
normativa citada) es la de validar que la circulación de quien lo porta, tiene como fundamento el desarrollo de
una actividad esencial (de circulación permitida). Así, quien pretenda movilizarse para realizar una de estas
actividades, deberá tramitar digitalmente el CUHC, y deberá contar con él para acreditar que su circulación se
encuentra permitida ante un eventual proceso de fiscalización.

Cabe señalar que el alcance de esta medida, se limita tan solo a algunas actividades esenciales, dado que otras
podrán continuar acreditando tal calidad, mediante las formalidades y procedimientos establecidos por las
autoridades competentes (por ejemplo: autoridades provinciales) desde la entrada en vigencia del aislamiento
preventivo. De este modo, a partir de la vigencia del CUHC, se encuentran vigentes, según las resoluciones
administrativas citadas, dos "modos formales" de demostrar el encuadramiento en una situación de circulación
permitida. Así, algunas actividades deben obligatoriamente acreditar tal circunstancia mediante el CUHC
COVID-19, mientras que otras, podrán hacerlo mediante los modos que resultaban válidos y que eran extensivos
a todos los casos antes de la puesta en vigencia del CUHC. Vale aclarar que en aquellos casos en que no existía
un procedimiento formal, la acreditación de tal circunstancia, podía realizarse de acuerdo a cualquier elemento
que probase la circulación permitida.

Es posible encontrar varias cuestiones problemáticas en torno a la compulsión dirigida a ciertos sectores (y no a
otros) de acreditar su posibilidad de circular, mediante un modo especifico y único. Por ejemplo, podrían
plantearse problemas de accesibilidad en torno los recursos necesarios para efectivizar el trámite digital, carencia
de conocimientos informáticos, dificultad de acceso a las tecnologías de la información, entre otras. Sin embargo,
la cuestión que seguidamente se analizará es si la sola carencia del CUHC, en un caso de circulación bajo un
supuesto exceptuado por el mandato de aislamiento preventivo obligatorio, basta para satisfacer los requisitos
exigidos por el tipo penal del art. 205 del CP, o bien, si tal carencia escapa a la sanción penal y una eventual
sanción debe de canalizarse por vía del derecho administrativo.

V. La sanción ante la carencia del CUHC

Conforme se viera, para configurar el tipo penal del art. 205, se requiere, como primera medida, determinar si
una determinada persona, violó efectivamente la medida prevista para evitar la propagación de la pandemia.
Para ello, es preciso conocer el alcance de tal medida. En el caso de la pandemia de COVID-19, surge claro que
la medida prevista por la autoridad competente, es el aislamiento social preventivo y obligatorio dispuesto por el
DNU 297/2020 cuyo fin es resguardar la salud pública. El alcance de la medida consiste básicamente en la
prohibición de circular por la vía pública, salvo para aquellos casos de circulación permitida vinculados al
desarrollo de las actividades esenciales enumeradas sic et simpliciter.

De acuerdo a tal elemento, el quebrantamiento de la medida, consiste concretamente, en circular por la vía
pública cuando el motivo de tal traslado no encuadra en uno de los casos de circulación permitida. En este último
caso, es decir, cuando se está ante un caso de circulación permitida, sin dudas que no se estará violando el
aislamiento obligatorio, por ende, no se satisfará uno de los elementos requeridos por la figura del art. 205 del
CP.

Para determinar la configuración del delito, es decir, la violación del aislamiento, es necesario contar con
elementos probatorios que demuestren que efectivamente no se está en presencia de un supuesto de circulación
permitida. Por el contrario, quien, ante un proceso de fiscalización por parte de la autoridad competente, cuente
con algún elemento que acredite que su presencia en la vía pública obedece al desarrollo de una actividad
esencial, quedará exento de la sanción penal.

Como se puede observar, los documentos (v.gr. declaración jurada) para demostrar si la presencia en la vía
pública encuadra en un caso de circulación permitida o si, por el contrario, se trata de una violación a la medida

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de aislamiento, constituyen elementos probatorios que permiten determinar la existencia de una u otra hipótesis,
más no forman parte de la conducta típica. Más aún, la conducta consiste, valga la redundancia, en violar el
aislamiento, luego, circular por la vía pública sin que tal circulación encuadre en un caso de circulación permitida.

Pues bien, como se dijo supra, el CUHC, de acuerdo a los fundamentos expresados en la resolución que lo
implementa, se trata de un modo de acreditar la existencia de un caso de circulación permitida. A más, este
modo de acreditar tal circulación, convive con otros modos de acreditación con plena validez desde la puesta en
vigor del aislamiento obligatorio, y en caso de que ellos no estén reglamentados por las autoridades
competentes, por cualquier otro elemento probatorio que permita demostrar tal circulación.

Como corolario, si el CUHC se trata de un modo de acreditar la circulación permitida, es decir de un elemento
probatorio, su sola carencia ante un proceso de fiscalización, no puede implicar lisa y llanamente la configuración
del tipo penal contenido en el art. 205 por los siguientes fundamentos.

En primer lugar, la conducta típica requerida por la figura, exige la violación de una medida dispuesta para
impedir la introducción o propagación de una epidemia. En el caso del COVID-19, la medida dispuesta por el
DNU 297/2020, consiste en no circular por la vía publica salvo en casos de circulación permitida. El CUHC (al
igual que cualquier otro elemento probatorio) tan solo es un instrumento que acredita que una traslación en la vía
pública encuadra en un supuesto de circulación permitida. Su carencia puede constituir un indicio de que la
circulación de la persona viola el aislamiento preventivo, más pueden existir otros elementos probatorios que
demuestren que tal violación no existe y que se está ante un caso de excepción.

En segundo lugar, la carencia del CUHC, en tanto requisito administrativo para acreditar una situación fáctica
particular, no puede habilitar un proceso sancionatorio penal, por cuanto tal carencia no implica la afectación del
bien jurídico protegido por la norma penal. Como ya se advirtió, el tipo penal del art. 205, en tanto delito de
peligro concreto, requiere una puesta en peligro con cierto grado de concretitud del bien jurídico protegido. Tal
puesta en peligro, se concreta cuando se viola la medida de aislamiento preventivo y obligatorio dispuesta como
resguardo a la salud pública. Ahora bien, si la propia medida de aislamiento, contempla casos de circulación
permitida, y una persona se encuentra transitando la vía pública bajo uno de estos supuestos, aun cuando se
encuentre en falta respecto al requisito de portar el CUHC, sin dudas no estará violando aquella medida, luego,
no estará poniendo en riesgo la salud pública en los términos del DNU 297/2020, y tampoco lo hará en los
términos del tipo penal previsto en el art. 205.

En tercer lugar, la utilización de la figura penal del art. 205 ante aquellos casos de circulación permitida por la
sola carencia del CUHC, implicará a todas luces la violación a los principios de proporcionalidad y ultima ratio
que ordenan al sistema normativo penal. En efecto, si el CUHC se trata de un requisito dispuesto por la
administración para acreditar un supuesto de circulación permitida, más aun, se trata de un trámite que emana
de la administración, su sola carencia no puede habilitar la aplicación inmediata del sistema penal. La relación
medio-fin, entre la carencia de un requisito formal, y la sanción penal, sin dudas que no guarda una relación de
proporcionalidad, toda vez que existen vías sancionatorias en otras ramas del ordenamiento jurídico, que, por
ejemplo, mediante sanciones pecuniarias, pueden satisfacer el fin que orienta al CUHC (falta administrativa), es
decir, de acreditar mediante declaración jurada que se está ante un supuesto de circulación permitida.

El siguiente ejemplo, ilustrará mejor tal situación: piénsese en el caso de un puesto de control policial ubicado en
una ruta nacional, que procede al control de una camioneta en la que se traslada un solo ocupante, cargado con
frutas y verduras. Al momento del control, el conductor aduce que su circulación se encuentra permitida, y para
demostrarlo presenta un comprobante de inscripción en AFIP en el rubro de verdulería y frutería, y la constancia
de compra de la mercadería en el mercado o mayorista. A estos elementos probatorios, se le suma el hecho de
que el control se realiza en el recorrido que conecta el lugar de ventas mayoristas, con su local comercial o zona
de reparto. Sin embargo, esta persona, debido a que no posee acceso a internet ni los conocimientos técnicos
necesarios, no posee el CUHC.

Como se puede ver, el caso nos permite plantear los siguientes interrogantes: ¿el transportista violó la medida de
aislamiento obligatorio?; por el contrario, ¿los elementos probatorios, permiten acreditar que efectivamente su
traslado encuadraba en un supuesto de circulación permitida?; ¿afectó de un modo concreto el bien jurídico

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protegido por la medida de aislamiento (aun cuando su actividad sea esencial), por el hecho de no poseer el
CUHC?; ¿resulta proporcional la sanción penal, tan solo ante la falta de un trámite administrativo?

Conforme a los argumentos aquí esbozados, las respuestas a estos interrogantes no dejan lugar a dudas. Las
pruebas presentes en el caso, no permiten encuadrar la conducta en el tipo penal del art. 205. Su accionar no fue
típico puesto que se puede acreditar un caso de circulación permitida en debido respeto a la medida de
aislamiento obligatorio; luego, la falta del CUHC no afectó ni puso en peligro concreto a la Salud Pública. La
sanción penal en este caso, no solo forzaría la subsunción del hecho a los requisitos típicos, sino que, además,
implicaría una flagrante violación a los principios de ultima ratio y proporcionalidad que orientan al sistema penal,
soslayando a su vez el contenido del cardinal in dubio pro reo, todos principios de base constitucional.

VI. Conclusión

En el contexto de la pandemia del coronavirus COVID-19, el Poder Ejecutivo Nacional dispuso como medida
sanitaria, el aislamiento social, preventivo y obligatorio de todos los habitantes de la república, salvo aquellos
casos de circulación permitida por su naturaleza esencial. El cumplimiento de estas medidas se procuró, entre
otros modos, mediante la actuación de los órganos encargados de la persecución penal, a través de la aplicación
e imputación del art. 205 del Código Penal, para aquellos casos en que se detectó una circulación en violación al
mandato sanitario. A partir del 06 de abril del 2020, se dispuso la obligatoriedad de contar con el "Certificado
Único Habilitante - COVID-19", como un requisito necesario para la circulación por la vía pública de los casos
exceptuados al aislamiento.

En este contexto, conforme se analizó, la simple carencia del CUHC en aquellos casos de circulación permitida,
no permite satisfacer los requisitos típicos de la figura penal del art. 205. En tal sentido, se presentaron las
características propias de este tipo penal, en particular, el bien jurídico protegido, su estructura como delito de
peligro concreto, y la conducta típica requerida. Con base en ello es que se identificó el derrotero normativo en
torno al COVID 19, el alcance de la medida de aislamiento dispuesta por la autoridad competente en resguardo
de la salud pública, y la naturaleza del CUHC como elemento probatorio para acreditar la circulación permitida.

De tal modo, se presentaron razones para sostener que el CUHC, por su naturaleza probatoria, no forma parte
de la medida de aislamiento per se, y si bien puede constituir un indicio para la configuración del tipo previsto en
el art. 205, su sola carencia no basta para configurar la acción típica requerida por este tipo penal. Asimismo, con
base en la naturaleza el CUHC no satisface la necesidad de puesta en peligro concreta requerida por el delito en
cuestión, toda vez que aquél solo se perfila como un requisito formal exigido por la administración para acreditar
una circunstancia fáctica. Finalmente, basado en este carácter formal, la aplicación de este artículo de forma
automática ante la carencia, implicaría un actuar contrario a los principios de proporcionalidad y ultima ratio que
orientan al derecho penal, soslayando herramientas que el sistema normativo, a través de otras ramas del
derecho, provee.

A modo de conclusión sostenemos que la sola carencia del CUHC, no configura el delito del art. 205 del Código
Penal. Podrá constituir una falta administrativa, pero no obstará a la posibilidad de acreditar un caso de
circulación permitida mediante otros elementos probatorios.

[1]

Creus, C., Buompadre, J. E., (2007). "Derecho Penal: Parte especial", CABA: Astrea, Tomo II, pág. 96; Donna,
E. A., (2002). "Derecho penal: parte especial", Santa Fe: Rubinzal-Culzoni, Tomo II-C, pág. 248.

[2]

D'Alessio, A. J., Divitto, M. (2004). "Código Penal. Comentado y anotado. Parte especial", CABA: L.L., pág. 638 y
656

[3]

5/6
Donna, E. A., (2002). "Derecho penal: parte especial", Santa Fe: Rubinzal-Culzoni, Tomo II-C, pág. 250.

[4]

Soler, S. (1992). "Derecho Penal argentino", Buenos Aires: TEA, Tomo IV, pág. 649.

[5]

Zaffaroni, E.R., Alagia, A., Slokar A., (2007). "Manual de Derecho Penal, parte general", CABA: Ediar, pág.
374-375.

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