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INTRODUCCIÓN
Actualmente la sociedad se encuentra viviendo diversos cambios, algunos no tan
perceptibles, otros mas evidentes y pocos de los que a pesar de las diversas
evoluciones del contexto, siguen causando no solo polémica si no que continúan
con gran influencia en el mismo y aun sobre todo en las formas de vivirlo, nos
referimos a los valores con los que tanto niños, jóvenes y adultos se desenvuelven
dentro de la sociedad y que de manera directa dirigen el rumbo de la misma, dicho
tema es el que trataremos de exponer mas profundamente al interior de estas
paginas; con el fin de que la enseñanza de los mismos sea mas efectiva y
productiva, tanto para el docente como para el alumno y por ende se traduzca con
éxito en la sociedad, pues recordemos que como docentes formadores, tenemos
en nuestras manos las generaciones del futuro, es decir, quienes conformaran las
futuras sociedades.
Como educadores no podemos estar ajenos a esta problemática, pues diversos
programas, se ponen en marcha dentro de las escuelas para la mejora de las
conductas de nuestros alumnos, haciendo alusión a la gran necesidad de
direccionar el rumbo de la sociedad carente de dichos valores, es común escuchar
en los noticieros, leer en los periódicos o simplemente vivir en nuestro entorno,
diferentes situaciones que se derivan por la carencia en la practica de estos.
Por ello como seres humanos contamos con facultades superiores que nos
permiten desarrollar valores, potencialidades y cualidades, los cuales nos
proporciona la oportunidad de regular nuestras conductas y actitudes ante la vida
diaria, lo ideal seria que cada uno de estos elementos fuera encaminado
positivamente hacia un bienestar en común. Son muchos quienes piensan que la
educación en valores debería estar presente en los procesos educativos de la
educación y nadie se opone a ello.
Desde nuestra perspectiva los valores son creaciones humanas que tenemos que desarrollar en
los alumnos para que estos construyan una sociedad dinámica, evolutiva y que sean capases de
reflexionar ante una problemática social que se les presente en la vida diaria, pero también es
importante que los valores se transmitan y asimilen por aprendizaje social no solo a la espera que
sea la educación quien se encargue de transmitirlos a los estudiantes. Los valores son fruto de la
reflexión colectiva de los grupos humanos y de la acción comunicativa sobre los modos de
satisfacer las necesidades humanas naturales y culturales y de mejorar las situaciones personales
y sociales, imaginando otras situaciones individuales y colectivas deseables y posibles.
Para (Schwartz, 1990) los valores son representaciones cognitivas inherentes a tres formas de
exigencia universal: las exigencias del organismo, las reglas sociales de interacción y las
necesidades socio-institucionales que aseguran el bienestar y el mantenimiento del grupo.
El concepto de los valores constituye una fuerza interior profunda que define y caracteriza a la
persona, que da identidad y aglutina los grupos humanos. Son aquellas cualidades positivas que
influyen en ti al tomar decisiones, regulan tu conducta, son guías que orientan la vida de las
personas y permiten decidir sobre lo que está bien y lo que está mal. La comprensión clara de un
valor capacita para tomar decisiones que concuerden con aquello que se cree.
Sólo lo que tiene una significación humana puede ser valorado moralmente. Para
que se dé esta transmisión de valores son de vital importancia la calidad de las
relaciones con las personas significativas en su vida, sus padres, hermanos,
parientes y posteriormente amigos y maestros. Es además indispensable el
modelo y ejemplo que estas personas significativas muestren al niño, para que se
dé una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Además es de suma importancia la comunicación de la familia. Cuando el niño ha
alcanzado la edad escolar se hará participe de esta comunicación abierta, en la
toma de decisiones y en aportaciones sobre asuntos familiares. Posteriormente
estos valores morales adquiridos en el seno de la familia ayudarán a insertarnos
eficaz y fecundamente en la vida social.
De este modo la familia contribuye a lanzar personas valiosas para el bien de la
sociedad. Recordemos que una persona valiosa, es una persona que posee
valores interiores y que vive de acuerdo a ellos. Un hombre vale entonces, lo que
valen sus valores y la manera en como los vive. Desde un punto de vista socio-
educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que
orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización
de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la
vida de cada individuo y de cada grupo social.
Los jóvenes, como los adultos, se enfrentan a un mundo de problemas y
decisiones que reflejan la complejidad de la vida del hombre. En estas decisiones
están en juego los valores como fuerzas directivas de acción. Éstos con frecuencia
entran en conflicto; en parte por la poca claridad del sistema de valores de la
sociedad y la desorientación de la existencia humana.
Objetivos:
Los valores son también objetivos porque se dan independientemente del
conocimiento que se tenga de ellos. Sin embargo, la valoración es subjetiva, es
decir, depende de las personas que lo juzgan. Por esta razón, muchas veces
creemos que los valores cambian, cuando en realidad lo que sucede es que las
personas somos quienes damos mayor o menor importancia a un determinado
valor.
La familia posee una significación positiva para la sociedad y en tal sentido es ella
misma un valor. Como forma primaria de organización, es el primer grupo de
referencia para cualquier ser humano. Y lo ha sido siempre: hubo familia antes de
existir clases sociales, antes de que aparecieran las naciones, antes de que se
concibiera siquiera cualquier otro tipo de vínculo humano.
Los valores son las normas de conducta y actitudes según las cuales nos
comportamos y que están de acuerdo con aquello que consideramos correcto.
Hay algunos valores fundamentales que todas las personas debemos asumir para
poder convivir unos con otros y que son importantes tener siempre presentes y
cumplir sin perjudicar a nadie. La adquisición de valores acordes a la sociedad,
depende, como casi todo en la vida de los humanos, de sentirse querido y seguro,
de desarrollar lazos estables con los padres y de tener confianza en sí mismo.
Sólo sobre una base de amor y seguridad podrá aprender e interiorizar los valores
éticos correctos. Lo más importante: el ejemplo que dan los padres en su forma
de relacionarse con los demás, de pedir las cosas, de ceder el asiento, de repartir
lo que les gusta, de renunciar a algo, de defender a alguien así como el respeto
por las personas como con sus cosas, etc.
Un comportamiento de los padres que transmite tolerancia, respeto, solidaridad,
confianza y sinceridad empapa a los infantes, de todos estos valores y haciendo
que aprendan a actuar respetándolos siempre.
A veces, parece como si nada escapara a la atención de los niños pequeños, y
aunque la imitación no es el único mecanismo de aprendizaje que tienen los niños,
es el primero y sienta las bases de un aprendizaje futuro. Como los niños imitan
permanentemente a la gente que los rodea, es lógico que de igual forma imiten
conductas que transmiten los medios de comunicación.
El hecho de vivir en sociedad nos lleva a desarrollar otros valores considerados
“sociales” los cuales tienen como propósito la sana convivencia entre los
individuos que componen una misma sociedad, aceptar los valores sociales a
menudo significa renunciar a los deseos personales, pues convivir es aprender a
tolerar, comprender las diferencias y limitar la propia voluntad.
5.1 LA ESCUELA Y LOS VALORES
Actualmente se habla mucho de la necesidad o la ausencia de los valores en
distintos campos de la vida social, pero especialmente en la escuela. Todos
tenemos, en el conocimiento y en la realidad de la vida, la experiencia de lo que
son los valores.
Los valores valen y valen porque son. Son una realidad en el orden del ser, del
ser real del ser de las cosas, del ser del hombre en lo individual y en lo social.
En ese sentido entonces, el valor es una realidad que tiene tres características
fundamentales primero, es una realidad que conviene; segundo, es una realidad
que perfecciona; y tercero, es un realidad que se relaciona con todos los seres
que hay en el mundo. Esto, en términos educativos, tiene una enorme importancia,
si la educación ha de ser humanista, es decir, promotora de la perfección de los
seres humanos entonces necesariamente deberá ayudar a promover los valores
que convienen, perfeccionan y desarrollan a todos los seres humanos.
Por tanto, educar en valores, exige, entre otras cosas, conocer la realidad objetiva.
Por eso es tan importante en el plano educativo tener una idea aunque sea
general de la clasificación de los valores que todos vivimos en nuestra vida, por
ejemplo desde el punto de vista de su realidad y contenido.
Así, tenemos valores materiales, valores biológicos, valores psicológicos, valores
espirituales y se podría seguir señalando otras categorías, las cuales tienen que
ver con el ser humano.
Uno de los objetivos de la educación básica y media superior es proporcionar a los
niños herramientas, conocimientos, actitudes, valoraciones y disposiciones éticas
que les ayuden a participar de manera democrática y civilizada en su sociedad.
El tema de los valores es un problema acerca de la responsabilidad humana y el
significado del hombre en su interacción en su mundo que lo rodea, entre lo que
es o que debería ser, no solo es un problema, si no ¨el problema¨ por excelencia
de los dilemas humanos. Ello a provocado que, en el nivel internacional, tanto la
política como la educación deban replantear sus objetivos, prioridades y métodos
de trabajo, de manera que a ultimas fechas la UNESCO y otros organismos
internacionales han declarado que los fines educativos del hombre deben dirigirse,
de modo impostergable, en primer termino hacia la educación moral y en segundo
hacia el desarrollo de valores y actitudes (Marin-Ibañez, 1987; Rassek y Vaidenu,
1987).
Lo anterior a llevado a concluir que es necesario un cambio inminente en los
compromisos y acciones educativas que generen nuevos conocimientos y
promuevan la ejecución de estrategias, métodos y técnicas novedosas que
complemente y fortalezca una verdadera formación sistemática e integral de la
sociedad, de modo que surjan profesionistas y políticos verdaderamente
responsables y sensibles a los problemas de su entorno.
La profunda ignorancia de la educación moderna sobre estos temas a creado una
de las paradojas mas alarmantes de finales del siglo, que se denomina el
síndrome del analfabetismo moral, ya que mientras rinde culto a la información y al
simple conocer, no da importancia a la sabiduría ni al desarrollo de la conciencia;
además, dicha educación a mostrado insensibilidad ante una de las mayores
urgencias de hoy en día: producir seres responsables, comprometidos y críticos de
su papel ante las verdaderas necesidades humanas.
El concepto de educación que caracteriza al sistema escolar en las sociedades
modernas engloba igualmente la transmisión de conocimientos y la formación de
hábitos, habilidades y valores. “Desde cualquier escuela emergen valores”.
Hablar del proceso de enseñanza-aprendizaje de los valores en general y de los
valores morales en particular en el sistema formal debería ser, por lo tanto, una
actividad que merecería el mismo tratamiento que los demás contenidos, en lo que
se refiere a sus perspectivas teóricas, a su conceptualización y sus consecuencias
prácticas.
Sin embargo, como entre nosotros esta realidad no ha sido así, lo anterior se
encuentra todavía tan alejado del quehacer cotidiano en nuestras aulas, que no es
exagerado afirmar que su posibilidad no pasa de ser la expresión de los buenos
deseos de muchos o un ideal.
La educación implica siempre un proceso de socialización. Este proceso es
necesario e inevitable en la construcción de la identidad del educando; pero, para
que la socialización en la escuela contribuya efectivamente a la formación del
sujeto se requiere que las redes de interacción que se realizan dentro y fuera del
aula y las regulaciones que dan forma a esas interacciones llenas de valores y no
de seudo valores. Es necesario, entonces, tener muy claros cuales son los
valores que se pretenden fomentar y realizar una socialización consciente en la
que dichos valores estén presentes.
La estrategia educativa en este caso no es otra que la de generar un ambiente
escolar cargado de valores así como el respeto con sus compañeros y profesores.
CONCLUSIÓN
Como resultado de esta investigación podemos precisar, que los valores son guías
que el hombre obtiene a lo largo de su vida y que ayudan a formar su personalidad
para orientar correctamente su conducta, en donde cada individuo tiene su propia
escala de valores, los cuales se aprenden viviéndolos a través de la práctica con
los demás y expresándolos siempre.
Esto se debe, en gran medida a la transformación de los valores, ya que con el
paso del tiempo se han modificado constantemente, lo que dificulta a la persona
su apropiación y práctica, esto da como resultado que cada quien conciba a los
valores de un modo distinto, lo que ha propiciado una crisis.
La educación en valores es un elemento fundamental para el autoconocimiento y
para la integración social y profesional. Les permitirá, a los alumnos, aprender a
ser, aprender a respetar, aprender a valorar y aprender a aprender. Por tanto, la
escuela debe ser el contexto formal, desde donde se promueva la integración del
desarrollo personal, la integración ciudadana y la tolerancia y solidaridad, en un
mundo diverso, y al mismo tiempo global. Los valores se pueden aprender en
contextos informales y formales, especialmente en la familia y en el contexto
escolar. Se pueden aprender o desaprender. En su aprendizaje, el sujeto puede
desempeñar un papel activo, o, por el contrario, puede adoptar valores de manera
inconsciente (Hernández, 2002). Por ello, creemos que es importante organizar y
tomar decisiones previas sobre qué, para qué y cómo se puede trabajar la
educación en valores en el aula
Evidentemente, la educación en valores nos presenta varios desafíos: considerar
la educación en valores como un elemento natural del proceso enseñanza-
aprendizaje; formar en valores universales, pero también en valores determinados
por la cultura a la que pertenecen los alumnos, porque no se puede enseñar en un
vacío cultural; construir la escuela como un modelo de práctica democrática, que
permita a los alumnos entender, a partir de problemas concretos, cuáles son sus
derechos y deberes y cómo el ejercicio de su libertad está limitado por los
derechos y la libertad de los demás, y potenciar la formación, en base a una
axiología educativa, para formar individuos y ciudadanos competentes .
Fuentes de información
Ayala Fernández Marta. “El fomento de la práctica de valores, contenidos en los planes y
programas de educación primaria”. U.P.N, México. 2003. P.40, 44.
Ayala Rubio, Silvia. Valores en la Enseñanza y Formación de Valores. En Educar. Revista
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de 1998 Guadalajara JAL. PP. 19-27
Bautista, Diego Oscar. “La ética en los servidores públicos .U.P.N., México. 2001. P-57
Gómez Palacios José Joaquín, “Buenos Días I”, Material para educar en valores cada
jornada escolar, Edit. Gil Editores, Puebla, México 2000. P. 5
Magaña Bravo Marco, “Guía Interactiva de los valores humanos”. Ed. Litópolis México
2001. P-53.
Risieri Frondizi. ¿Qué son los valores? Ed. Fondo de Cultura Económica. Santiago de
Chile, 1995. P.135