Está en la página 1de 2

27/09/2021

"Quien siente mucho, se jode y no encuentra palabras y entonces no habla y es ésa su condena".

Alejandra Pizarnik

Doña Ángela:

Supongo que está enojada por tan largo silencio, el silencio amarra, nos hace contemplar en el que
hacer y, sin embargo, alcanzamos a remorder nuestros pensamientos, llegamos a pensar que el tiempo
nos curará, pero el tiempo es una enfermedad, es una de las cosas más despiadadas a la cual siempre
nos tendremos que enfrentar.

Pienso en muchas cosas, el hecho es que no puedo expresarlas casi todas, por eso recurro a este medio
ya que quizá, sea un poco más simple hacerlo por aquí.

Las palabras pueden sanar algunas heridas que se encuentran encriptadas; en las letras podremos
hallar empatía, recuerdos y aceptación, por lo cual hacemos ese montón de cuestiones nuestras; eso,
entre líneas.

Bueno creo que solo enmarco poco de él porqué este escrito.

Espero recuerde a ese hombre callado, a veces aislado, tímido, barbudo y en ocasiones aburrido, al
cual aceptó salir para bien o para mal, en algún momento para ir a Moneta y departir algún trago o una
comida. Soy yo otra vez, ese chico que por muchos momentos dijo despedirse, aún recuerdo aquellas
despedidas efímeras, donde sentía en ocasiones rabia e impotencia al no saber cómo manejar algunas
situaciones también entre mí, y el ego que no dejaba cuestionarme aún más allá, esto implicaba llevar
una carga consigo mismo.

Siempre recordaré una breve conversación y la grata compañía que sentía en cada espacio compartido.

A veces llega algún recuerdo en un par de salidas y empiezo a enmarcar su existencia, por algún
momento que pasamos, entre las muchas salidas que tuvimos. Lo peor, o lo mejor, no lo sé con
exactitud, es conocer personas afines al arte, como la recuerdo a usted, porque al tener una breve
charla con esas personas, convierten mi mente en muchos recuerdos, esto me hace pensar que de una
u otra forma existe y aún se encuentra por ahí.

También es grato saber que aprendí o comprendí muchas cosas en aquellas ocasiones. Solo una
cerveza, un cigarro con una conversación, o algún lugar me hacen recordarle, ahora esas situaciones
me hacen escribirle.

Temo el hecho de que usted tenga fastidio ante lo dicho, de los mismos recuerdos que manifiesto, en
sí, desearía saberlo por algún medio, pero también considero que si está en un orden satisfactorio, no
deseo irrumpir esa estabilidad; al igual que sea ese un desgaste y un aburrimiento, si le choca este
tono un poco vehemente, le pido perdón, más cuando no he respondido y no hice mucho para resarcir
algunas cosas; ojalá todo hubiese sido diferente y que las cosas concluyeron en buenos términos, hasta
para poder compartir alguna ocasión como un buen amigo.

En otra ocasión leía un poco de Pizarnik, ante su lectura llegó algo de dolor, llegué a pensar: está ella
en cada línea, tanto afuera como adentro, cada poema es una rueda que me hace recordar como
llegaba a hablar conmigo, con algunas ideas que plasman estas palabras, aún más allá de eso, pensé en
las capacidades que encontraba cuando le miraba y recordé muchas de sus virtudes, hay cosas que le
hacen ser única, pensé, lo que me hacían analizarla como persona, a su vez, considero que las
personas somos un laberinto y descubrirnos es algo complejo e intentarlo hacer con otra persona, lo es
aún más, supongo que no se lograría hacer. Otras situaciones que llegaron a mi mente en esos
instantes, como fue el haber intentado concretar algo más allá, pero en consecuencia las cosas no se
dieron. Por otro lado, lo aprendido es algo virtuoso y las experiencias son buenas, en alguna ocasión
quizá, amarga, cabe destacar que estas últimas solo son contadas, solo puedo decir que en el azar del
mundo pude conocerle, señalando que tal acontecimiento es grato, así reafirmo que lo único que deseo
es que aun siga emprendiendo su vuelo y bueno que sea alto, sé que es muy buena aunque no quiera
notarlo.

Siempre se reproduce en mí el deseo de volver a hablarle, escribirle, pero hago un remolino de caos
en mis pensamientos y me abstengo, mejor dicho, no sé cómo proceder.

Por consiguiente en lo que pueda pasar, me carcome la indecisión, la inseguridad, entonces me quedo
con mis pensamientos, recuerdos y la fantasía, pero me pregunto ¿qué podría estar haciendo? Aquí
concluye una de mis ideas, el de que no estará ahí sin yo poder olvidarle.

Solo desearía una cosa, le pediría que no me guarde rencor, siempre me cuestiono ¿será que lo tiene?
Mi silencio tan solo se envuelve en un síntoma de sanar y no intentar bombardear esas causas que nos
llegasen a tomar distancia, tampoco espero que se enoje por esta carta, más de cómo la hago llegar,
pero si no hay respuesta, siempre lo comprenderé, por siempre mis deseos se remontan a que siga y
que haga lo mejor para usted como quien dice, hasta que las begonias se transformen en miel.

Con gran aprecio Luis Yaqueno.

También podría gustarte