Está en la página 1de 11

INTRODUCCION

La Química Orgánica es una ciencia que aporta una incuestionable


contribución a la mejora de la calidad de vida y al bienestar del hombre, ideando
soluciones en campos tan diferentes como la salud, la higiene, la producción de
alimentos, y la preparación de compuestos para todos los tipos de industria que
conocemos.
El concepto de biocombustibles abarca la posibilidad de reemplazar los
recursos fósiles en los cuales nuestra sociedad moderna ha basado su desarrollo. Los
problemas de la sociedad moderna pasan por el uso excesivo de estos recursos. El
cambio climático, el uso inadecuado de las fuentes hídricas y los mercados
cambiantes son la consecuencia del uso de tecnologías agresivas para su extracción y
aprovechamiento de los recursos fósiles. Sin embargo, la alta dependencia a estos
recursos se debe a que son la principal fuente de carbón estructurado y funcionalizado
para la industria fina, así como para el calor y el transporte de energía. El uso eficiente
de la biomasa recientemente ha recibido considerable atención como una alternativa
potencial para su reemplazo.
En este trabajo se estudian las materias primas existentes en la biosfera que permiten
la obtención de energía de forma directa o indirecta, resaltando la capacidad de la
biomasa, así como de los residuos ganaderos y de los residuos urbanos tanto en su
aprovechamiento energético como en su vertiente ecológica, al contribuir en la mejora
ambiental y en el aprovechamiento integral de los residuos.

DESARROLLO

CONCEPTO DE BIOMASA
El diccionario de la Real Academia Española (2001), nos menciona dos definiciones:
por un lado dice que la biomasa representa la materia total de los seres que viven en
un lugar determinado y se expresa como el peso por unidad de área y unidad de
volumen. Esta definición es la que suele emplearse en ecología. Sin embargo una
segunda acepción nos dice que la biomasa es la materia orgánica originada en un
proceso biológico, ya sea natural o provocada, y que habitualmente suele utilizarse
como fuente de energía. Esta segunda definición se refiere fundamentalmente a la
biomasa que se aprovecha con fines energéticos.
Podemos considerar que los vegetales transforman la energía proveniente del sol y a
través del proceso denominado fotosíntesis convirtiéndola en energía química, la cual
puede recuperarse de varias formas: obteniendo otros productos químicos valiosos,
transformándola en un combustible o simplemente quemándola.
Por otra parte, la Organización Mundial para la Alimentación (FAO), establece que la
biomasa es el conjunto de plantas terrestres y acuáticas, junto con sus derivados,
subproductos y residuos producidos durante su transformación.
Existen otras definiciones para el término que resultan más acotadas y específicas,
como por ejemplo la que menciona Ángel Vian Ortuño en su libro Introducción a la
Química Industrial (2006), que habla de biomasa vegetal o biomasa primaria, definida
como el conjunto de plantas terrestres y acuáticas, junto a sus derivados,
subproductos y residuos producidos en su transformación. El término incluye a las
materias hidrocarbonadas, no fósiles, producidas mediante el proceso de la
fotosíntesis.

CLASIFICACIÓN DE LA BIOMASA
La biomasa está constituida principalmente por los siguientes elementos: carbono
(50%), oxígeno (43%), hidrógeno (6%) y otros elementos en forma minoritaria como
nitrógeno, azufre y otros. Estos elementos están organizados en moléculas biológicas
como por ejemplo celulosa, hemicelulosa, lignina, lípidos, proteínas, azúcares simples,
almidón, y otros hidratos de carbono, por mencionar solo algunos.
Considerando la forma en que la biomasa puede obtenerse, puede clasificársela como
primaria, secundaria o terciaria.
La biomasa primaria representa aquella que se obtiene en forma directa a partir de
un ecosistema natural para su utilización energética. En su obtención no hay
intervención del hombre, como por ejemplo la caída de ramas en un bosque.
Por otra parte la biomasa secundaria, también denominada residual, es la obtenida
como residuo o subproducto de la actividad humana. Algunos ejemplos son los
residuos agrícolas generados por la poda de plantas, residuos silvícolas y ganaderos,
así como residuos de la industria agroalimentaria como bagazos, cáscaras, vinazas,
etc., industria de transformación de la madera como por ejemplo aserraderos, fábricas
de papel y muebles, por mencionar solo los más representativos.
Recientemente se ha incorporado en la clasificación, un tercer tipo de biomasa, la
biomasa terciaria, considerada como un producto procesado previamente antes de
su utilización energética. Algunos ejemplos de este tipo de biomasa son: el biogás
obtenido de la digestión de la biomasa residual húmeda, el biodiesel, el bioetanol, las
briquetas y los pellets.
Una segunda forma de clasificar los diferentes tipos de biomasa es en relación al
sector en el que la actividad humana puede obtenerla. Así y de acuerdo al modo de
obtención podríamos hablar de biomasa agrícola y forestal, las cuales pueden ser
tanto primarias, secundarias como terciarias y la biomasa industrial o ganadera que
tan solo puede ser secundaria o terciaria.
Una tercera clasificación estableciendo que la biomasa puede clasificarse según el tipo
de biocombustible que genere: biocombustibles sólidos o biomasa sólida. En estas
fuentes la materia orgánica se encuentra en estado sólido por ejemplos restos
generados en la actividad agrícola o residuos de la industria de la madera, y la energía
se obtiene a partir de ellos a través de procesos térmicos como la pirolisis, la
gasificación o la combustión.
El segundo tipo, es la biomasa residual húmeda, la misma y dado el alto contenido
de humedad que presenta, es fácilmente degradada mediante procesos bioquímicos.
En general son líquidos, aunque en menor extensión pueden ser sólidos o
semisólidos. Algunos ejemplos pueden ser: residuos ganaderos, residuos de tomate,
aguas residuales con alto contenido de materia orgánica y la parte orgánica de la
basura doméstica.
Los biocarburantes son combustibles líquidos con alto poder calórico. Pueden
considerarse biomasa terciaria ya que no se obtienen a partir de ecosistemas
naturales o subproductos de actividades humanas.
Si la biomasa presenta un alto contenido de aceites, estos se extraen por procesos de
prensado o extracción y se los emplea en la producción de biodiesel, en cambio si la
biomasa de origen contiene un alto contenido de azúcar puede obtenerse bioetanol.
Ambos tipos de combustibles suelen llamarse de primera generación, para
diferenciarlos de aquellos cuyo origen proviene de biomasa lignocelulósica,
biocarburantes o combustibles de segunda generación. Éstos últimos se obtienen por
procesos de hidrólisis a alta temperatura o por pirólisis.
Por último una clasificación interesante de biomasa nos indica que la misma puede ser
seca o húmeda. La biomasa seca podrá ser de procedencia forestal, agroindustrial,
desechos de plantaciones, desechos de poda y malezas, residuos de matadero,
grasas y aceites, lodos, residuos sólidos urbanos, estiércol de la producción agrícola.
Por su parte la biomasa húmeda tiene como ejemplos: los residuos industriales
líquidos, aguas residuales domésticas y estiércol vacuno o porcino.

PRODUCCIÓN DE BIOMASA
La producción de biomasa se realiza a partir de la luz del sol a través del proceso
conocido como fotosíntesis, procedimiento por el cual se producen moléculas de
peso molecular elevado con alto contenido de energía química. La fotosíntesis
consiste en la conversión de materia inorgánica en materia orgánica gracias a la
energía que aporta la luz solar. En este proceso la energía luminosa se transforma en
energía química estable, siendo el adenosintrifosfato (ATP) la primera molécula en la
que queda almacenada esa energía química. Con posterioridad, el ATP se usa para
sintetizar moléculas orgánicas de mayor tamaño y estabilidad. La vida en nuestro
planeta se mantiene gracias al aporte del proceso biosintético que realizan los
vegetales en el medio terrestre y las algas en el medio acuático.
Lo interesante del proceso de fotosíntesis es que utiliza energía proveniente del medio
ambiente (luz solar) y materias primas ya consumidas, que proporcionan elementos
como carbono, hidrógeno, nitrógeno, potasio y fósforo). A partir de ello es posible
construir macromoléculas formadas por glucosa, y si bien el proceso requiere de
grandes cantidades de energía de los cuales la mayor parte es eliminada en la
atmósfera (el rendimiento energético del proceso fotosintético es bajo), el proceso
resulta rentable ya que la luz solar es gratuita y los productos finales que obtenemos
son muy importantes, pues por ejemplo pueden emplearse para producir alimentos.

Uso de residuos como fuente de biomasa


Todo el mundo es consciente que continuamente en nuestro planeta se
producen diariamente enormes cantidades de residuos, en las zonas rurales y
principalmente en las grandes ciudades. La mayoría de ellos son residuos de
carácter orgánico, es decir, constituyen la denominada biomasa residual. En
vista de esta perspectiva resulta necesario aprovechar este tipo de residuos,
los cuales habitualmente no se aprovechan y en consecuencia contaminan el
ambiente, para la generación de energía.
En general, el tratamiento de los residuos es una actividad costosa, y tanto las
instituciones públicas como las empresas privadas no la han llevado a cabo
con eficacia; por un lado esto se debe a la falta de una legislación adecuada, y
por el otro debido a la falta de recursos económicos disponibles para tal fin.
Todo ello contribuye, lógicamente, al deterioro medioambiental en numerosos
países.
Considerando la naturaleza de su origen, los residuos que actualmente pueden
generar biomasa residual pueden clasificarse en: agrícolas, forestales,
ganaderos, industriales, y urbanos. A continuación se detallan características
de cada uno de ellos:
 Residuos agrícolas: se denomina residuo agrícola a una planta o a la
porción de ella que fue cultivada y es preciso separar para obtener su fruto
o para facilitar el cultivo posterior propio. Existe una gran cantidad de
residuos con potencial interés industrial y energético, algunos ejemplos
representativos son los cereales de grano, que generan pajas, los frutales y
viñedos, cuya poda anual es una fuente de material combustible, o los
cultivos industriales como las oleaginonas y textiles, que producen tallos
como residuos.
 Residuos forestales: son los provenientes de los bosques, pudiéndose ser
ramas y cortezas o de las industrias de transformación primaria de la
madera, como por ejemplo el aserrín. Durante siglos fueron la principal
fuente de energía para la humanidad, sin embargo con la aparición del
petróleo y sus derivados y debido a la comodidad de uso y precios
accesibles se ha producido un descenso en el consumo de este tipo de
residuos de la madera.
 Residuos ganaderos: los residuos ganaderos fueron utilizados durante
muchos años como fertilizantes de suelos para la agricultura. Con la
aparición de los fertilizantes artificiales, lamentablemente los estiércoles
dejaron de utilizarse en gran número de explotaciones, pues comenzó a
discriminarse entre agricultura y ganadería. Al tratarse de residuos de alto
contenido en humedad no resulta conveniente utilizar procesos térmicos
para su tratamiento

PROCEDIMIENTOS DE CONVERSIÓN DE BIOMASA


La biomasa puede transformarse en productos de mayor valor agregado, un concepto
que en la actualidad suele llamarse “valorización de biomasa”, mediante
transformaciones químicas de mayor o menor grado de complejidad.
La otra aplicación relevante de la biomasa es la utilización de la misma para la
producción de energía. A continuación describiremos brevemente cada uno de éstos
procedimientos:
Métodos térmicos: basados en la utilización del calor como fuente de transformación
de la biomasa. Generalmente se los emplea para biomasa seca, por ejemplo madera o
paja. Los métodos más representativos son:
 Combustión: la combustión consiste simplemente en la oxidación de la biomasa
por la presencia del oxígeno del aire, libera agua y dióxido de carbono, y se la
emplea para la calefacción doméstica y para la producción de calor a nivel
industrial.
 Pirólisis: se denomina también combustión incompleta de la biomasa y se produce
en ausencia de oxigeno, a aproximadamente 500ºC. Es el método empleado para
la producción de carbón vegetal.
 Gasificación: es un proceso termoquímico en el cual la biomasa resulta
transformada en un gas combustible mediante una serie de transformaciones que
ocurren en la presencia de un gas gasificante (aire, vapor de agua, o hidrógeno).
Métodos biológicos: Dentro de los métodos biológicos para la producción de energía
a partir de biomasa se destacan los procesos de fermentación metánica y alcohólica:
 Fermentación metánica: consiste en la digestión anaerobia de la biomasa por la
acción de bacterias. Es de gran utilidad para la transformación de biomasa con un
contenido de humedad superior al 75%. Se lo ha comenzado a utilizar en las
explotaciones agrícolas, con el objetivo de lograr la autonomía energética. Se
emplean las deyecciones y camas del ganado, como sustratos a descomponer por
la acción de las bacterias.
 Fermentación alcohólica: la fermentación alcohólica es un proceso biológico de
fermentación en ausencia de aire, que se origina por la actividad de algunos
microorganismos que procesan hidratos de carbono como por ejemplo glucosa,
fructosa, sacarosa, o almidón, para obtener como productos finales etanol, dióxido
de carbono en forma de gas y moléculas de ATP que consumen los propios
microorganismos en su metabolismo celular energético anaeróbico. El etanol,
producto del proceso, se utiliza en la elaboración de algunas bebidas alcohólicas.

VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LA UTILIZACIÓN DE LA BIOMASA


La utilización de la biomasa con fines energéticos posee numerosas ventajas, no solo
para el propietario de la instalación, sino también para el conjunto de la sociedad.
Estas ventajas pueden agruparse en:
 Ventajas ambientales
1. Disminución de las emisiones de CO2 respecto a otros
combustibles fósiles: Ya que aunque para realizar el aprovechamiento
energético de esta fuente renovable tengamos que proceder a una combustión
(que dará como resultado H20 y CO2), la cantidad de dióxido de carbono emitida,
causante del efecto invernadero, se considera que es la misma cantidad que fue
captada por las plantas durante su crecimiento. Por tanto, esta combustión no
supone un incremento de este gas a la atmósfera.
2. No emite contaminantes sulforados o nitrogenados (causantes de
la lluvia ácida), ni apenas partículas sólidas: Además, el uso de biocarburantes
en motores de combustión interna supone una reducción de las emisiones
generadas (hidrocarburos volátiles, partículas, SO2 y CO).
3. Disminución de residuos: Gracias al reciclaje de la biomasa
procedente de residuos de otras actividades. Por ejemplo, el empleo del proceso
de digestión anaerobia para tratar las biomasas residuales húmedas, además de
anular su carga contaminante, reduce fuentes de olores molestos y elimina, casi en
su totalidad, los gérmenes y los microorganismos patógenos del vertido. Los
fangos resultantes del proceso de digestión anaerobia (residuos) pueden utilizarse
como fertilizantes en la agricultura.
4. Evita la erosión y la degradación del suelo: A través de la
implantación de cultivos energéticos en tierras abandonadas, sobre todo si se
realiza con especies perennes.
 Ventajas socioeconómicas
5. Diversificación energética: El aprovechamiento de la biomasa contribuye a
este objetivo marcado por los planes energéticos nacionales y europeos.
6. Disminuye la dependencia externa del abastecimiento de combustibles.
7. Nuevas oportunidades para el sector agrícola: ya que los cultivos
energéticos podrían sustituir a los cultivos excedentarios en el mercado de
alimentos.
8. Puede contribuir a un aumento económico en el medio rural: con el
aprovechamiento de algunos tipos de biomasa, principalmente la forestal y los
cultivos energéticos.

Pero no hay que olvidar algunos pequeños inconvenientes derivados de las


características que presenta la biomasa:
1. Poseen menores rendimientos energéticos que los combustibles derivados
de los combustibles fósiles.
2. De momento, poseen mayores costes de producción frente a la energía que
proviene de los combustibles fósiles.
3. La biomasa posee una baja densidad energética, es decir, que para
conseguir la misma cantidad de energía se requiere utilizar más cantidad de
materia prima. Esto hace que pueden darse problemas de transporte y
almacenamiento.
4. Necesidad de acondicionamiento o transformación para su utilización.

APLICACIONES DE LA BIOMASA
La gran variedad de biomasas existentes unida al desarrollo de distintas tecnologías
de transformación de ésta en energía (combustión directa, pirólisis, gasificación,
fermentación, digestión anaeróbica,etc) permiten plantear una gran cantidad de
posibles aplicaciones entre las que destacan la producción de energía térmica,
electricidad, biocombustibles y gases combustibles:

1. Producción de energía térmica


Aprovechamiento convencional de la biomasa sólida (natural y residual), aunque
también es posible quemar el biogás procedente de la digestión anaerobia de un
residuo líquido o el gas de síntesis generado en la gasificación de uno sólido.
Los sistemas de combustión directa son aplicados para generar calor o calentar agua.
La producción térmica sigue una escala de usos que comienza en las calderas o
estufas individuales utilizadas tradicionalmente en los hogares para calentar estancias
y/u otros sistemas con producción de agua caliente sanitaria. En un segundo nivel se
sitúan las calderas diseñadas para proveer de calor y agua caliente a bloques de
edificios o viviendas.
2. Producción de energía eléctrica
Obtenida minoritariamente a partir de biomasa residual (restos de cosecha y poda,
orujillo y el alperujo) y principalmente a partir de cultivos energéticos leñosos, de
crecimiento rápido y herbáceos. También se utiliza el biogás resultante de la
fermentación de ciertos residuos (lodos de depuradora, Residuos Sólidos Urbanos)
para generar electricidad.
La producción de electricidad precisa de sistemas aún más complejos dado el bajo
poder calorífico de la biomasa, su alto porcentaje de humedad y su gran contenido en
volátiles. Para ello se necesitan centrales térmicas específicas con grandes calderas,
con volúmenes de hogar mayores que si utilizaran un combustible convencional, que
conllevan inversiones elevadas y reducen su rendimiento. En función del tipo y de la
cantidad de biomasa disponible varía la tecnología más adecuada a emplear para este
fin.

3. Producción de biocombustibles
En este punto se distingue entre la producción de biocarburantes destinados a su
utilización en vehículos con motor diesel y los destinados a los vehículos con motor de
encendido provocado. Los primeros se obtienen de cultivos o especies vegetales
oleaginosas (ej. girasol, colza, cacahuete) y sustituyen al diesel tradicional, y los
segundos se obtienen de cultivos o especies vegetales ricas en azúcares (remolacha,
pataca, caña de azúcar, maíz, trigo…) y sustituyen a las gasolinas o aditivos de las
gasolinas sin plomo.

4. Producción de gases combustibles


Es una aplicación poco utilizada actualmente que consiste en la descomposición de la
biomasa en un digestor para obtener un gas, cuyo compuesto combustible es
básicamente metano, pero también contienen nitrógeno, vapor de agua y compuestos
orgánicos. El proceso es adecuado para tratar biomasa de elevado contenido en
humedad y poco interesante en otras aplicaciones, bien por su calidad o por la poca
cantidad disponible. El gas obtenido es de bajo poder calorífico, pero útil en
aplicaciones térmicas en entornos ganaderos o agrícolas, suministrando luz y calor.

IMPACTOS AMBIENTALES DEL APROVECHAMIENTO ENERGÉTICO DE LA


BIOMASA
Ya hemos dicho que el uso de la bioenergía puede tener impactos positivos y
negativos. Estos impactos se producen en toda la cadena de producción de la
bioenergía (producción, transformación, distribución y uso), aunque los
impactos más negativos se producen durante la etapa de producción y en todo
lo relacionado con la producción agrícola. A continuación se describen los
impactos ambientales más importantes de la bioenergía relacionados con la
mitigación del cambio climático y la salud ambiental y humana.

Cambio climático
Para cumplir con las políticas medioambientales establecidas para la mitigación
del cambio climático (Protocolo de Kioto), el balance neto de CO 2 con el uso de
la energía de la biomasa debería ser neutro. Sin embargo, el análisis de las
emisiones a lo largo de la cadena de producción de la bioenergía, indica que
existe una gran divergencia entre el balance de carbono según las tecnologías
utilizadas, la ubicación y los sistemas de producción, incluyendo algunos que
pueden crear aun más emisiones que el combustible fósil. Este es el caso del
uso de la biomasa en procesos industriales, donde aparentemente no hay un
balance neutro, ya que se emplean otras fuentes de energía (ej. para la
conversión de la tierra, mecanización, uso de fertilizantes y pesticidas durante
la producción de la materia prima, uso de energía no renovable durante el
procesamiento y el transporte). Sin embargo, los sistemas que usan desechos
orgánicos y residuos de la agricultura, de bosques y/o desechos orgánicos
urbanos o industriales, o el cultivo de plantas perennes en tierras degradadas,
ofrecen un potencial de ahorro de emisiones de gas de efecto invernadero
mucho mayor.

Cambio de uso del suelo


A pesar de que la mayoría de las tecnologías requieren un suelo para
desarrollarse, existen pocos trabajos que aporten estimaciones del uso del
suelo durante todo el ciclo de vida de la tecnología. La producción y el uso de
la bioenergía influyen en las emisiones de gases invernadero relacionadas con
cambios en los almacenes de carbono en la biosfera (ej. turberas), a menudo
causados por el cambio de uso del suelo.
Son también factores importantes la extensión y el tiempo de reversión de las
tierras cultivadas, cuando el uso para la producción de bioenergía termina, y
cómo sean tratados los futuros impactos del cambio climático relativos a los
impactos presentes.
El alcance del efecto del cambio de uso del suelo causado por el crecimiento
de la bioenergía dependerá también de la seguridad de tenencia de la tierra, la
integración entre los sistemas de producción de alimentos y de energía, y el
potencial para la intensificación. Algunas mejoras en el rendimiento de algunas
tierras son debidas principalmente a la respuesta dada al incremento de
precios, especialmente a través del incremento del uso de insumos y mejores
prácticas de gerencia. Sin embargo, las tecnologías para la producción de
materia prima para la bioenergía aún se encuentran en fase de desarrollo,
indicando que en el corto plazo la gran parte del incremento de la producción
posiblemente derivaría de la expansión de zonas agrícolas.

Biodiversidad y los ecosistemas naturales


La bioenergía puede influir en la fragmentación de hábitats, en la degradación
de ecosistemas y la perturbación de ciertas especies, por ejemplo mediante la
modificación del medio ambiente por la creación de infraestructuras o por los
métodos de cultivo y de cosecha. También se puede producir el deterioro de
hábitats naturales debido a la contaminación del aire o el agua, con
eutrofización y emisión de pesticidas en los hábitats acuáticos. Si áreas de gran
calidad (e.g bosques naturales) u otros ecosistemas ricos en biodiversidad son
convertidos en zonas agrícolas para la producción de materia prima, la pérdida
de biodiversidad puede ser significativa aunque la conversión del suelo sea
temporal. Un aspecto negativo adicional es la posible introducción de especies
no autóctonas invasivas para la producción de biocombustibles. Existen
temores a que si se introducen estos tipos de cultivos, se conviertan en
invasivos, desplacen a la especies autóctonas y disminuya la biodiversidad. Por
ejemplo, Jatropha curcas es considerada como invasiva en muchos países de
América del sur e India. Lo mismo ocurre con Miscanthus, Arundo donax, etc.,
invasivas en USA, o tabaco moruno, jatrofa y sorgo en España.
La biodiversidad agrícola también podría verse afectada por prácticas de
monocultivo a gran escala y por la introducción de materiales genéticamente
modificados. Debido a la preocupación sobre hibridación, polinización cruzada,
resistencia a plagas e interrupción de las funciones de los ecosistemas, en
muchas regiones se está limitando el uso de cultivos modificados
genéticamente. Pero, con un manejo adecuado, los efectos positivos de la
bioenergía pueden incluir biodiversidad mejorada, incremento de fijación de
carbono en el suelo, y aumento de la productividad del suelo; puede reducir los
movimientos de tierra superficiales, e inundaciones locales, puede reducir la
erosión eólica e hídrica y reducir el volumen de sedimentos y nutrientes
transportados en los sistemas fluviales. En los sistemas forestales, la
bioenergía puede mejorar el crecimiento y la productividad, mejorar las
condiciones del sitio para replantar y reducir el riesgo de fuego.

Agua
El agua es un recurso crítico y altamente localizado con usos múltiples y
competidores entre sí, incluyendo a la energía. El estado y la cantidad de los
recursos hídricos en una localidad específica, influirá en la selección, el diseño
y puesta en marcha de un tipo de tecnología energética; los impactos, por lo
tanto, también variarán geográficamente y temporalmente. El uso de agua para
la producción de energía puede ser alto en algunas tecnologías,
particularmente en la extracción del combustible y la producción de materia
prima a partir de biomasa; por eso, sin un manejo adecuado del recurso, la
producción de bioenergía podría incrementar la competición por el agua en
zonas críticas. Hay que tener en cuenta el balance de energía útil, es decir la
cantidad de agua que hay que incorporar en ciertos procesos. Sin embargo, la
proporción de agua dulce para riego entre el agua total consumida varía
considerablemente, y la relación entre los procesos hidrológicos y la vegetación
a una escala de paisaje es muy compleja. De hecho, algunos sistemas de
producción de materia prima podrían conducir el uso del suelo hacia una
productividad de agua mayor y una competición por el agua menor, como por
ejemplo los cultivos leñosos cultivados con rotaciones de varios años. Algunas
especies perennes pueden incrementar la función de retención de agua en
tierras degradadas, y se pueden obtener ganancias considerables en la
eficiencia de uso del agua con manejos agrícolas mejorados. Aunque la
producción de biomasa como materia prima puede tener impactos fuertes en la
calidad del agua a partir del uso de fertilizantes y pesticidas, existen materias
primas de segunda generación en muchas regiones que requieren para la
producción cantidades menores de químicos que otros cultivos convencionales
no destinados a la producción de biomasa. Durante la etapa de procesamiento
de la biomasa para combustibles, la calidad del agua también puede verse
afectada, aunque el impacto negativo se puede reducir mediante tecnologías
de digestión anaeróbica disponibles.

Buenas prácticas agrícolas


La adopción de buenas prácticas agrícolas, tal como la gestión integrada de
plagas y suelos, la no labranza o labranza mínima, la retención de la cobertura
de suelos, los cultivos múltiples, la selección adecuada del cultivo y la rotación
de cultivos pueden mitigar los efectos negativos en el medio ambiente de la
producción de bioenergía, en especial aquellos relacionados con carbono,
suelos y recursos hídricos. La implementación de dichas prácticas también
puede reducir la amenaza a la biodiversidad, especialmente la biodiversidad de
los suelos, a través de la retención de residuos de cultivos y la diversificación
de los cultivos de rotación. La flora puede ser enriquecida a través de la
introducción de manejo de paisajes en zonas agrícolas y la retención de
corredores ecológicos así como a través del uso cuidadoso y sostenible de
fuentes de biomasa de alta biodiversidad como el pasto como materia prima.
Asimismo, sistemas de cultivos no‐alimenticios también podrían contribuir a
enriquecer la agro‐biodiversidad. Promoviendo la integración de sistemas de
producción local, tanto de energía como de alimentos que combinen la
producción de materia prima con la producción de cultivos, y la alimentación de
ganadería con biomasa no utilizada para la producción de energía, podría
evitar desperdicios e incrementar la productividad del sistema de alimentos y
energía.

Salud humana y calidad ambiental


A parte de los impactos ambientales descritos, que pueden tener un efecto en
la calidad ambiental, existen otros asociados a la producción, transformación y
uso de la bioenergía. Con el uso de la energía y sus tecnologías se producen
contaminantes del aire que tienen impactos importantes en la salud humana.
Por ejemplo, las partículas de carbón negro (black carbon, BC) son
contaminantes que se producen por una combustión incompleta de
combustibles fósiles y combustibles derivados de la biomasa. Las emisiones de
BC son especialmente altas en los países en vías de desarrollo. Tienen efectos
muy negativos en la salud humana y pueden acelerar el cambio climático. Las
principales fuentes de BC son los incendios forestales y agrícolas, maquinaria
de combustión (diesel), y el uso residencial de combustibles para cocinar y
calentar los espacios. Los hornos mejorados para cocinar y sistemas
avanzados de biomasa, son realmente efectivos para el ahorro de costes y
para conseguir otros beneficios como la reducción del consumo de energía y la
mitigación del cambio climático. Se han indicado ahorros en combustible de
entre un 30‐60 % con el uso de estos sistemas. Por ejemplo, los sistemas
avanzados de biomasa como las estufas para biogás a pequeña escala, han
sufrido mejoras en el diseño que incrementan la eficiencia energética y reducen
hasta un 90 % la producción de gases de efecto invernadero y otras emisiones
perjudiciales para la salud humana.

Accidentes y riesgos
Para reducir posibles riesgos y peligros asociados a la producción de
combustibles es necesario evaluar los siguientes puntos:
 Riesgos de salud para los trabajadores que usan microorganismos
modificados o sus metabolitos
 Efectos potenciales en los ecosistemas de la liberación de microorganismos
modificados al medio ambiente
 Impactos en los trabajadores, consumidores de biocombustibles o en el
medio ambiente a partir de pesticidas y micotoxinas que se acumulan en
compuestos intermediarios, residuos o productos durante el procesamiento
 Riesgos para los trabajadores a partir de agentes infecciosos que pueden
contaminar la materia prima durante la fase de producción; exposición a
sustancias tóxicas, particularmente para los trabajadores de sistemas de
procesos termoquímicos de la biomasa que usan rutas que en la actualidad
no se emplean en la industria de los combustibles fósiles Control de fugas de
emisiones de aire e impactos en la salud pública, la calidad del aire, el agua y
los ecosistemas
Exposición de sustancias tóxicas, particularmente si las instalaciones de
producción llegan a ser un lugar común como por ejemplo los vertederos o las
estaciones para generar electricidad o gas natural Impactos ambientales
acumulativos en el aire y/o el agua derivados del emplazamiento de múltiples
instalaciones para la producción de biocombustibles.

CONCLUSION
Lo anteriormente expuesto puede concluirse en que la biosfera contiene
recursos naturales que pueden ser utilizados por el ser humano para la
producción de energía.
Sin embargo, no todos ellos son renovables pues los combustibles
fósiles, por ejemplo, son limitados.
Pero hay otros recursos que cuidan en mayor medida el medioambiente
y tratan de reducir los residuos originados.
Con la utilización de los diferentes tipos de biomasa, los residuos
ganaderos y los residuos sólidos urbanos para la obtención de energía, se
consigue superar dos obstáculos:
 en primer lugar, reciclar la materia generada en el entorno y que, de
otro modo, perjudicaría a la biosfera y,
 en segundo lugar, reducir el empleo de las fuentes contaminantes como
el carbón o el petróleo.
Además, una de las ventajas más importantes, desde el punto de vista
económico, es que evitan la dependencia económica de otros países.
De todas formas, existe el peligro de que los cultivos energéticos
empleados para las industrias no alimenticias crezcan de tal modo que se
produzca una deforestación, con todo lo que ello implica, o se ponga en riesgo
la seguridad alimenticia. Pero esto será una cuestión con la que los países
deberán lidiar, a través de legislaciones que protejan al medioambiente y a la
subsistencia del ser humano.
Los estudios de viabilidad ambiental tendrán en cuenta el escenario de cambio
climático y la protección de la biodiversidad y la calidad del medio ambiente y la
salud humana. Los criterios generales que se tendrán en cuenta son:
 El tipo de materia prima y sus características: residuos industriales,
agrícolas, forestales, cultivos energéticos, etc.
 El producto que se quiere obtener a partir de dicha materia prima: ej.
etanol, biodiesel, pélets, etc., sus características y la tecnología asociada.
 La idoneidad como alternativa de uso: (ej. el mejor uso posible del suelo
frente a otras alternativas en el caso de los cultivos energéticos, balance
energético, consumo de agua, etc.).
 Se deben evaluar las emisiones o productos secundarios (ej. tóxicos y
contaminantes del aire y el agua) que aparecerán con la transformación y
uso de dicha materia prima o producto para algo en concreto. Debe ser
prioritaria la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero; el
carbono liberado durante la producción, transporte y aprovechamiento debe
ser inferior al absorbido o fijado por la propia biomasa.

BIBLIOGRAFÍA
Beta Analytic. (2019). ¿Qué son los biocombustibles? Beta Analytic - ASTM D6866
Lab, Nitrates in Water Testing. Recuperado 8 de diciembre de 2020 de
https://www.betalabservices.com/espanol/biocombustibles/sobre-los-
biocombustibles.html
Combustibles a partir de biomasa. (s. f.). Instituto de Investigaciones en Catálisis y
Petroquímica - Universidad Nacional del Litoral. Recuperado 8 de diciembre de 2020,
de http://www.fiq.unl.edu.ar/gicic/castellano/Temas%20Investigacion/Combustion
%20biomasa/CBiomasa.htm

E-Ficiencia, R. (2020). ¿Qué es la biomasa? Eficiencia Energética. Recuperado 8 de


diciembre de 2020 de https://e-ficiencia.com/que-es-la-biomasa/

Faba, L., Díaz, E., & Ordóñez, S. (2014). Transformación de biomasa en


biocombustibles de segunda generación. scielo.org. Recuperado 8 de diciembre de
2020 de http://www.scielo.org.mx/pdf/mb/v20n3/v20n3a2.pdf

Producción de biomasa para biocombustibles líquidos: el potencial de América Latina y


el Caribe. (2007). Comisión Económica para América Latina y el Caribe - Naciones
Unidas. Recuperado 8 de diciembre de 2020 de
https://www.cepal.org/es/publicaciones/4581-produccion-biomasa-biocombustibles-
liquidos-potencial-america-latina-caribe

Refinerías De Biocombustible Y Centrales De Biomasa - OSL Iberia. (s. f.). OSL -


Iberia. Recuperado 8 de diciembre de 2020, de http://www.osl-iberia.com/es/areas-de-
negocio/refinerias-de-biocombustible-y-centrales-de-biomasa

Román, R. (2020). Biocombustibles en Argentina: contexto y perspectivas [Libro


electrónico]. En Apuntes de cátedra - Química Orgánica y Biológica - Tecnicatura
Superior en Tecnología de los Alimentos. Recuperado 8 de diciembre de 2020 de
https://iesrodolfowalsh-cha.infd.edu.ar/sitio/

Romanelli, G. P., Ruiz, D. M., & Pasquale, G. A. (2016). Química de la biomasa y los
biocombustibles. Universidad Nacional de La Plata. Recuperado 8 de diciembre de
2020 de https://libros.unlp.edu.ar/index.php/unlp/catalog/download/676/647/2252-1

Varios. (2012). Biomasa, Biocombustibles y Sostenibilidad. Instituto Universitario de


Investigación - Gestión Forestal Sostenible. Recuperado 8 de diciembre de 2020 de
http://sostenible.palencia.uva.es/system/files/publicaciones/Biomasa%2C
%20Biocombustibles%20y%20Sostenibilidad.pdf

También podría gustarte