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República Argentina
Introducción
1 ( ) Información & Justicia II Datos sobre la Justicia Argentina Unidos por la Justicia - Fund. KONRAD ADENAUER
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Febrero (rojo), San Miguel (verde), José C. Paz (marrón) y Malvinas Argentinas(azul).
Al norte limita con los Partidos. de Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre; al
Oeste con el partido de Moreno; al Sur con las comunas de Morón, Hurlingham, Ituzaingo y
La Matanza; en tanto que al Este con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.-
Antecedentes Demográficos
Extensión territorial: 267,1 km2
Población Estable 1.512.708 habitantes (Censo Indec 2001)
Densidad Poblacional 5663 hab./km2
Población Estimada a la fecha 1.890.885 ha.
Densidad Estimada 7.079 hab./km2
Barrios o Villas de Emergencia asentadas 108
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I.a. Marco Contextual histórico y Legal.
Valga aclarar como primera medida que en la Argentina conviven dos regímenes, ya
que al tratarse de un país con un sistema federal, existe un sistema procesal distinto para la
jurisdicción federal (Capital de la República, Ciudad de Bs. As., y el resto de las jurisdicciones
federales) del de las jurisdicciones locales y/o provinciales, esto es cada provincia o estado
que compone el país se ha reservado el dictado de sus propios códigos procesales.
Dicho ello, en la provincia de Bs. As. rige el principio acusatorio a partir de la reforma
del código procesal ocurrida en 1998.
En el sistema federal rige aún un sistema mixto, que es aquél que se coloca en forma
intermedia entre el sistema inquisitivo y el acusatorio, ya que si bien consagra el principio de
que el Fiscal es el titular de la acción, será potestad del juez como y cuando delegará la
investigación en manos del Fiscal, decisión absolutamente facultativa y discrecional que no
puede ser discutida validamente sin fundamentos en cuestiones que se refieran al
entorpecimiento de una investigación.
Lo cierto es que este sistema tiene como consecuencia muchas veces la dirección
bicéfala de la investigación, lo que trae aparejado no pocos inconvenientes.
Finalmente es dable resaltar que existen proyectos con trámite parlamentario que han
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previsto un cambio definitivo hacia el sistema acusatorio.
Como dijimos a partir de la reforma de la ley de procedimiento penal en la Provincia
de Bs. As., que pasó de un sistema inquisitivo a uno acusatorio, planteó un nuevo paradigma.
Sobre el particular no voy a ahondar en las características propias del sistema
acusatorio, o su contraposición con las del inquisitivo ya que doy por sentado ciertos y
determinados conceptos como conocidos por todos, más aún que el curso y el fenómeno de
reformas que se están desarrollando a lo largo y a lo ancho de América Latina desde hace casi
15 años, respecto a instaurar el sistema acusatorio como la oralidad en el proceso, me eximen
de todo comentario al respecto.
En cuanto a la reforma en si debo hacer al menos tres observaciones:
a) La reforma careció de una estrategia de implementación y posterior control de
gestión.
En efecto, la reforma se lanzó en forma conjunta y de un día para el otro, no se pensó
en aplicarla paulatinamente de a poco y por cada departamento judicial, las razones para haber
actuado así distan y mucho de alguna decisión coherente de política criminal alguna, yo diría
más bien a oportunismos políticos, decisiones de coyuntura, es decir en palabras sencillas
“dictemos el código vemos después como nos acomodamos”.
Asimismo estuvieron ausentes también los estudios empíricos previos y necesarios a
toda reforma, por ejemplo para establecer cual podía ser el impacto por el cambio de
paradigma, donde podían verificarse los “cuellos de botella”.
Ello sin entrar a considerar con mayor profundidad el necesario control de gestión que
debió contar la reforma desde su inicio, lo cual derivó en la necesidad de realizar “ajustes”
denominados “fortalecimientos”, “profundizaciones”, “planes pilotos”, etc., solo paliativos a
errores iniciales.
b) Los recursos humanos
En cuanto a los recursos humanos, el espíritu de la reforma debía “contagiar” del
carisma, compromiso y de la misión del nuevo MPF dentro del sistema acusatorio, a sus
nuevos integrantes.
Así. pasar de un MPF cuya única función en el sistema inquisitivo era realizar
dictámenes y/o contestar vistas por escrito, pasó a ser no solo el titular de la acción, sino a
disponer detenciones, recibir declaración al imputado, constituirse en el lugar del hecho, velar
por los intereses de la víctima, etc., por lo que debía necesariamente educarse pero no de
forma de clases magistrales o la recepción de conceptos dogmáticos o solo mediante un único
examen teórico, sino a través del trabajo de campo, al tiempo de cambiar su espíritu.
Nada de ello ocurrió. Todo lo contrario, la reforma trajo consigo “nuevas oportunidades
laborales” y como toda reforma responde además a un ideario político pero no como una
política de estado sino como política partidaria –sin identificar partido alguno- también fue
una forma de “repartirse el poder” a través de la selección v el reparto de las posiciones
(jueces fiscales y defensores), en el ámbito del Consejo de la Magistratura y fuera de él, lo
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cual también desvirtúa el deber ser, lo cual también se verifica en no pocos casos de
magistrados y funcionarios que no estaban preparados para asumir ciertas y determinadas
responsabilidades.
Esta observación no es menor a la hora de analizar el rol del Ministerio Público en un
sistema acusatorio y la relación de este con las fuerzas de seguridad en lo hace a la tarea de
investigación y su contribución a la seguridad pública, básicamente porque lo importante
siguen siendo las personas y las prácticas y eso sigue sin cambiarse sustancialmente.
2 Optimización de la implementación de la reforma del sistema de enjuiciamiento penal de la pcia. De Bs. As.
Informe Preliminar Febrero 2001 Fores foro de estudios para la administración de justicia Revista Sistemas
Judiciales Ceja año 1 Nº 2 Págs. 138/ 145
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un elemento que de por si tiene un peso específico mayúsculo para cualquier análisis.
El elemento que traigo a consideración es el de volver sobre el reclamo social al que me referí
antes. Dicho reclamo muchas veces difuso, genérico, traspasaba las barreras de la propia
administración y la respuesta legislativa tampoco se presentaba como contemporánea al
reclamo.
Así el Poder Judicial, se convirtió, sin quererlo, pretenderlo o imaginarlo, en el lugar de
destino o si se quiere de vehículo del reclamo social.
En efecto, valga recordar que por una decisión del gobierno argentino de congelar los
depósitos de dinero en los bancos, derivó en la presentación de cientos de miles de recursos de
amparo para reclamar la devolución de los mismos en sumas muchas veces millonaria,
realidad que el Poder Judicial debió asumir de un día para el otro con una serie de
connotaciones por fuera de lo legal y de contenido humanitario.
En otro orden, la creciente inseguridad, potenciada por la marginalidad ya existente y por la
propia crisis, también desembocó en una creciente litigiosidad en el fuero penal, no solo de
cuestiones efectivamente referidas a la investigación de delitos sino al incremento de reclamos
ante el fuero penal de conflictos que no tenían una solución desde el punto de vista punitivo,
aún cuando a priori se presenta el derecho penal muchas veces como la solución más rápida y
más barata para resolver un conflicto.
II.b.- Organización
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la fuerza, en protección de los derechos de los habitantes de la Provincia de Buenos Aires y
son instituciones civiles armadas, jerarquizadas y con carácter profesional.
Ahora bien esa no fue la primera ni la última reforma legislativa que afectó a la Policía
de la Pcia. De Buenos Aires, ya que recientemente la ley Nro. 13.482 de Unificación de las
Normas de Organización de las Policías de la Provincia de Buenos Aires (sanc. 31/05/2006;
promulgada el 20/06/2006 y publ. el 28/06/2006), y derogó las leyes 12.155 (t.o. por decreto
3206/2004), 13.202, 13.210 y toda otra norma que se oponga a ella, estableció la composición,
funciones, organización, dirección y coordinación de las Policías de la provincia de Buenos
Aires, conforme a criterios de desconcentración y descentralización, agrupándolas en las
siguientes áreas:
1) Área de las Policías de Seguridad, en la que quedan comprendidas las siguientes Policías
y organismos:
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investigaciones actualmente existentes y los que se determinaren, dependientes de cada una de
las Policías de Investigaciones.
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La Jefatura Departamental tiene a su cargo el área de seguridad y prevención. De la
Departamental, dependen todas las comisarias.
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Es decir el personal destinado a investigaciones en función judicial para todo el
Departamento Judicial de San Martín es de 43 personas.
Esta cantidad de efectivos, es un dato en si mismo para establecer un diagnóstico
respecto a la performance de las investigaciones de delitos que se producen en el ámbito
del Dpto. Judicial e San Martin.
Entre la Policía de Seguridad, (la departamental) representada por el Jefe
Departamental, los capitanes titulares de las comisarias con la DDI realizan tareas distintas
y entonces no hay dependencia funcional alguna, de esta manera quedan perfectamente
divididos las funciones de seguridad e investigación, solo colaboración en situación de crisis
(art.8 de la ley 13482)
A manera ejemplificativa a continuación se muestra la estadística del mes de octubre
de la Departamental de San martín siendo que en general existe un promedio de un 50% de
esclarecimiento de los casos ingresados, sin embargo no hay estadísticas conjuntas a los
efectos de establecer si el trabajo que hace la policía tiene su consecución en los datos que
recoge el MPF y si por ejemplo la tasa de esclarecimiento es coincidente entre ambas.
Ambas policías, de un modo u otro, se relacionan con el proceso penal regulado por
el Código, siendo que la vinculación más directa e inmediata se da con la Policía de
Investigaciones en función judicial, que es a la que refiere básicamente el art. 56 del
Código Procesal Penal y es la que va ocupar el estudio de este trabajo.
Esta claro que en su operar dichas policías deberán actuar según las normas
constitucionales (pactos, Constitución Nacional y provincial), legales (en especial el Código
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Procesal Penal), y reglamentarias (básicamente la propia ley 13.482, art. 9) por lo tanto su
accionar deberá adecuarse estrictamente al principio de razonabilidad, evitando todo tipo de
actuación abusiva, arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física o moral contra
las personas así como también al principio de gradualidad, privilegiando las áreas y el
proceder preventivo y disuasivo antes que el uso de la fuerza y procurando siempre preservar
la vida y la libertad de las personas.”.-
En consonancia con lo expuesto sobre las investigaciones de los delitos que lleguen a
su conocimiento, el Art. 11 determina que “Toda investigación por la presunta comisión de un
delito o contravención deberá ser dirigida y controlada por los órganos competentes del
Poder Judicial de la provincia, de conformidad a las normas del Código Procesal Penal.
Cuando personal policial posea conocimiento acerca de actividades encaminadas a la
presunta comisión de un delito de acción pública, deberá comunicar de inmediato tal
circunstancia al órgano judicial competente, a efectos de recibir las instrucciones
pertinentes.”.-
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IIIa.- Organización
Tal como se encuentra establecido en la Ley de Ministerio Público (12.061) para su
organización el MPF se enrola en los principios de flexibilidad, especialidad y
descentralización.
En este sentido, el Dpto. Judicial de San Martin cuenta con Unidades Funcionales de
Instrucción Centralizadas y descentralizadas
Las primeras atienden los casos que se producen en los partidos de San Martín y Tres de
Febrero.
Las Descentralizadas atienden los casos que sea producen en los partidos de Jose C. Paz,
San Miguel y Malvinas Argentinas
La totalidad de Fiscales existentes para todo el Dpto. Judicial es de 55 .
Asimismo El Dpto. Judicial de San Martín posee dos Unidades Funcionales de Investigaciones
Complejas (delitos patrimoniales y económicos y contra la administración pública), una
Unidad de Delitos Culposos (accidentes de transito, mala praxis etc), y una Unidad de Delitos
Sexuales Unidades Funcionales de Autores Ignorados (2), y una Unidad Funcional de Delitos
en Flagrancia (recién cumplió un año de antigüedad)
Al MPF de San Martín ingresan en la actualidad un promedio de 5000 causas
mensuales.
Dicha cifra se incrementó sustancialmente a partir de la desfederalización de la ley de
drogas la que amplió la competencia, solo en la pcia. De Bs. As., respecto a la justicia local.
La UF de flagrancia gestiona los casos flagrantes priorizando la resolución de las
causas en la etapa de garantías. En el término de un año ingresaron más de 700 causas y se
realizaron más de 1000 audiencias y la tasa de resolución definitiva en esa etapa es del 80%.,
lo cual debiera derivar en la merma de casos que son elevados a juicio y en una descongestión
de las Unidades Funcionales comunes, a los efectos de que el remanente de investigaciones no
flagarantes sean debidamente profundizadas y al mismo tiempo se establezcan directrices de
política de persecución dentro del distrito, cuestión a mi juicio todavía pendiente que hace a la
preocupación y ocupación del MPF en el tema de la seguridad pública.
Asimismo el MPF cuenta con el Centro de Asistencia a la víctima en el que se gestionan
los casos que son derivados para mediación penal , del total de causas que ingresaron al
centro durante el año 2005 (3098) se resolvieron mediante acuerdo el 29% (888) de los
expedientes, sin acuerdo el 8% (244) y no comparecieron las parte y/o desistieron del trámite
de mediación el 63% (1966)
IIIb.- Funciones
El Ministerio Público es el cuerpo de Fiscales, Defensores Oficiales y Asesores de
Incapaces que, encabezado por el Procurador General, actúa con legitimación plena en defensa
de los intereses de la sociedad y en resguardo de la vigencia equilibrada de los valores
jurídicos consagrados en las disposiciones constitucionales y legales.
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En tal carácter, tutela el interés público y las garantías de los habitantes, requiriendo la
justa aplicación de la ley y del derecho, sea en lo concerniente a intereses colectivos, difusos o
individuales, debiendo velar por la limitación de su ejercicio abusivo o disfuncional.
Al Fiscal le corresponde, promover y ejercer la acción pública penal e interponer los recursos
de ley contra las resoluciones y sentencias de los Juzgados y Tribunales ante los que actúe,
cuando lo estime pertinente,
Recibir denuncias, practicar la investigación penal preparatoria, intervenir en el juicio, y
dirigir a la policía judicial y a la policía en función judicial.
Impartir instrucciones generales y particulares, dictaminar en aquellos supuestos previstos por
las leyes, cuando se manifestare afectación del interés público con gravedad institucional, o
requerir medidas en defensa del orden público, la legalidad y los intereses de la sociedad.
Controlar el cumplimiento de los plazos para la conclusión de las causas judiciales, requerir
pronto despacho por retardo de justicia ante los Jueces o Tribunales de cualquier fuero.
Informar por escrito a su superior sobre los asuntos que, por su importancia, trascendencia o
complejidad, requieran un tratamiento especial, indicando concretamente las dificultades o las
diligencias necesarias para superarlas, entre otras.
El fiscal en la investigación dirigirá la policía de investigaciones en función judicial.
Desde el punto de vista organizativo de la oficina judicial con la reforma se creó la figura del
instructor judicial, que debía originalmente judicializar el trabajo que antes hacía la policía
(actas,, allanamientos, reconocimientos, etc) de tal manera que reemplazaran a la policía en
ello.
Sin embargo a corto plazo dicha figura (son abogados y civiles) fue absorbida por el sistema y
cumplían sus funciones dentro de la oficina judicial y no en la calle como había sido pensado
primitivamente, justamente porque el dato en la calle no puedo ser obtenido por quien
tampoco tiene la actividad de prevención y seguridad por lo tanto cualquier esbozo de idea de
crear una policía en función judicial separada de la fuerza puede ser nada más que un proyecto
que se quede en lo ideal.
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pública, impedir que los hechos cometidos sean llevados a consecuencias ulteriores,
individualizar a los culpables y reunir las pruebas para dar base a la acusación…”
Por su parte el Código Procesal de la Provincia de Bs. As., en el que rige el principio
acusatorio en lo referente a los actos de la policía dice en su artículo 293 lo siguiente: “La
Policía deberá investigar por orden de autoridad competente, o por iniciativa propia en
casos de urgencia, o en virtud de denuncia, los delitos de acción pública; impedir que los
hechos cometidos sean llevados a consecuencias delictivas ulteriores; individualizar a los
culpables y reunir pruebas para dar base a la acusación…”
Si bien de la lectura de ambas normas pudiera parecer que la redacción es similar,
existen a mi juicio diferencias sustanciales entre uno u otro sistema en este punto.
En efecto no es lo mismo investigar siempre por iniciativa propia, que solo investigar
por orden de autoridad competente o solo en caso de urgencia. Tal diferencia no es ociosa.
Los momentos históricos de la República Argentina más reciente dan cuenta que en
el marco de una gran crisis institucional se produjeron la aparición de excesos por parte de
quien en ese momento detentaba el poder del Estado esto es las FFAA.
Así y como una oscilación pendular, la respuesta estatal junto con el retorno a la
democracia, decidió pasar del poco respeto por las garantías individuales expresado en los
excesos ocurridos en el pasado, a fortalecer las garantías en particular del imputado sino que
además era necesario “corregir” esa potestad a veces omnímoda que tenían las fuerzas de
seguridad. En efecto, la agencia policial había tenido en el sistema inquisitivo una actividad
preponderante toda vez que, por delegación del magistrado instructor (juez) y aún de oficio,
practicaba toda la investigación sin ningún tipo de contralor judicial, salvo contadas
excepciones que en nada alcanzaban a modificar la esencia de discrecionalidad con la que
actuó a lo largo de los años”3
En este sentido el legislador entendió que la mejor forma de limitar aquella
discrecionalidad que tenía la policía en el sistema inquisitivo, era quitarle la iniciativa.
A este respecto como en muchos de nuestros países latinos rige aún el pensamiento
mágico de que con el cambio de una ley modificamos la realidad, ciertamente caemos en un
error.
Así engaño (hacia la sociedad toda) y autoengaño (el que se hace el propio legislador y
quienes aplican la ley) terminan así por compenetrarse recíprocamente: la legislación penal
se convierte en una fábrica de ilusiones4 dentro de la cual se ubican conjuntamente el hombre
común y los actores del sistema político o no hacen más que tratar de autosatisfacer nuestras
conciencias de que la letra de la ley cambiará todo.
Ahora bien, volviendo a quien tiene la iniciativa para investigar, esta claro que en el
sistema acusatorio la tiene la autoridad competente que no es la Policía, y esa autoridad
competente va de suyo es el MPF.
3 La investigaciones en los sistemas acusatorios reformados Luis María Chichizola. Revista Internacional
Derecho Penal Contemporáneo Nº 11, pags.57/74 Ed. Legis
4 Cuestiones de Política Criminal y Dcho penal Carlos A. Mahiques. Ed. Di Placido pag.84. año 2002
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Sin embargo, a partir de la reforma hubo una clara detracción en el accionar policial
por lo menos en la forma, que pudo haber estado generado en esta quita de iniciativa y
también y de manera coadyuvante en el dictado de normativa limitativa del accionar policial
como lo es la actual ley de prescindibilidad, que actúa a manera de “espada de Damocles” para
quien comete actos ilegales en el ejercicio de su función, con lo cual se genera un “temor
generalizado” de que ante la primera “equivocación o error” se lo desafecta de la fuerza ello
además de los pauperrimos sueldos que en la actualidad reciben.
En efecto por ejemplo si hay un lugar del hecho o si se quiere una escena del crimen
nadie hace nada hasta que llegue el Fiscal.
Como podrá observar el lector no ha habido una reforma policial que se ajustara
a la adopción del sistema acusatorio, o al menos adoptar r algunos de los principios como
el de flexibilidad y especialización tal como si lo previó la ley de Ministerio Público.
De hecho se encuentra aquí el meollo de la cuestión a la que quiero circunscribir mi
análisis en el presente trabajo y respecto de lo cual volveré cuando analice el rol del MPF.
a) La confusión de roles
Es así que debe quedar bien en claro cual es el tipo de subordinación que debe tener la
5 El Ministerio Público Fiscal y su relación con las Policías de Investigaciones. León C. Arslanián
Revista del Ministerio Público número especial año 2001.
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Policía en función Judicial, ya que si bien tendría una doble dependencia, es decir orgánica y
jerárquica respecto del Poder ejecutivo no menos cierto es que respecto del MPF debe serlo en
carácter funcional y operativo.
b) El monopolio de la información
De hecho ninguna duda cabe después de establecer cuales son los objetivos primordiales
y su razón de ser que, aunque planteamos el problema de la confusión de roles y tareas, no
menos cierto es que siempre en la tarea de prevención, de seguridad y más aun de represión e
investigación la policía se nutre en forma constante de datos e informaciones.
Esta toma de conocimientos esenciales para principiar las investigaciones es de vital
importancia y no puede soslayarse, es más no se concibe una policía en función judicial sin el
contacto permanente con la realidad, es decir con "la calle".
En efecto, este punto nos ofrece un escollo insalvable a la idea de que la policía
administrativa quede escindida de la judicial y es aquí donde "...salta a la vista la conveniencia
de una intensa interacción es que la Policía Judicial no podrá quedar aislada de la Policía
preventora porque la misma en gran medida se sirve de las fuentes de información y medios de
que dispone la policía nacional en una suerte de simbiosis..."6
En esta misma dirección de pensamiento el Dr. Moras Mom expresó. "…La ley
procesal penal no se divorcia de la realidad por lo que en consulta permanente con lo que
ocurre a diario y teniendo en cuenta la forma legal operativa de la policía en cumplimiento de
su deber de prevenir y reprimir delitos de su competencia y el extremo real de que es ella la
que patrulla las zonas de su territorio, por lo que toma el primer contacto con el delito, se le
delega por ley…una serie de facultades del inicio investigatorio que siendo propias del juez y
por delegación del fiscal se le imponen.
Así es que luego de aparecer en escena el delito se produce una especie de estallido
sin retorno que lleva consigo una inercia de investigación que se enriquece con los datos e
informaciones recolectados en el lugar de los hechos.
Sobre el punto Carlos Mahiques dice que ·"…el informe es dato "en bruto" tal como
se obtiene de la fuente; una mera noticia pero no una prueba en sentido técnico y constituye un
paso previo a la "inteligencia…La inteligencia anticriminal desarrollada por el fiscal y la
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policía judicial (con el control de legalidad de un juez de garantías) o del juez instructor se
caracteriza por ser una actividad de análisis y selección de informes obtenidos por los
investigadores policiales…"7
C) La investigación
7 "La investigación penal entre la Policía en función judicial y el Ministerio Publico Fiscal desde una perspectiva
Político Criminal." Carlos A. Mahiques. Prudentia Iuris Nº 49 mayo 1999
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Se analizará ahora la tarea propia de investigación que le compete a la fuerza policial.
Aquí si debemos hacer un alto y expresar que hoy se advierte una clara retracción en las
investigaciones de largo aliento. Tal dato es fácilmente comprobable, por ejemplo el 80% de
las causas por infracción a la ley de drogas que ingresan al sistema tienen que ver con los
delitos de tenencia para consumo de estupefacientes, y básicamente por tratarse de delitos en
flagrancia dichas investigaciones empiezan y terminan con su comisión, dejando de lado la
posibilidad de su profundización, aun cuando aparecen en diferentes sumarios elementos en
común que permiten aglutinar las investigaciones se tiende a su separación permitiendo así la
proliferación de la idea de "hacer estadística".
En el sentido expuesto entonces, la tarea de represión se está acotando cada vez con
mayor preeminencia hacia los delitos en flagrancia y en general aquellos hechos que
denominamos NN ya que se trata de ilícitos con autores desconocidos.
Tales circunstancias coadyuvan a una palpable disminución cualitativa y cuantitativa de
aquellas investigaciones que necesitan estar precedidas, para su esclarecimiento, de una
investigación que requiere tiempo y dedicación.
Debieran para ello establecerse líneas directrices a los efectos de establecer patrones
delictivos en aquellos casos denominados NN a los fines de volcarlos en bases de datos que
sirvan luego para la toma de acciones en pos del esclarecimiento, debiendo para ello trabajar
mancomunadamente con las Fiscalías de NN del MPF.
Por ello y advertido así este retroceso que se verifica en forma constante no cabe duda del
acento que debe ponerse en el asunto ya que la merma de investigaciones de largo aliento,
sobre hechos complejos, y/o con pluralidad de damnificados etc., ha dejado paso a la
existencia de numerosos sumarios de poca entidad pesquisitiva, atomizando este aspecto de la
función policial y satisfaciendo solamente requerimientos estadísticos y obviamente y lo que
es mas importante permitiendo la continuidad de conductas delictivas
A lo dicho se debe sumar, un dato cierto y preocupante que nos entrega la realidad cotidiana
que es el problema de la inseguridad. La misma lamentablemente ocupa hoy un lugar
predominante en los sondeos de opinión de la comunidad relegando a otras problemáticas que
no son menos acuciantes que aquella. De hecho existen recientes noticias periodísticas que dan
cuenta que "... la ciudadanía no repara en gastos en seguridad creciendo, a diferencia de otros
en un 15%..."
Tal situación, exige soluciones rápidas, eficaces e inmediatas, vinculadas con la total
insatisfacción de la sociedad respecto a la respuesta que brindan los distintos operadores del
sistema penal ante la comisión de un delito, muy especialmente en lo que se relaciona con la
impunidad de que gozarían todas aquellas personas que han protagonizado conductas
delictivas.
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En tal sentido, tanto la investigación del hecho criminal como la identificación de los
presuntos autores cobran vital importancia. Esta etapa del proceso penal no es tarea fácil, muy
por el contrario requiere un abordaje de alta complejidad que precisa intervenciones netamente
profesionales con alto grado de formación técnico científicas apropiadas a las modernas
formas delictivas.
d) Los cambios
La otra observación permite descubrir que la estructura policial sufre año tras año
innumerables modificaciones.
Lo que muestra la organización policial es que esos cambios se verifican en los cuadros del
personal que compone los distintos estamentos de la fuerza y cuyas causas son el resultado
lógico de los ascensos dentro de una estructura piramidal y jerárquica.
Sin embargo, y al mismo tiempo, se advierten otros que si bien responden a otras
circunstancias no son menos frecuentes que aquellos, pero que de uno u otro modo dejan
muchas veces huérfanas las tareas de investigación ya comenzadas.
En este mismo punto también se observa que cada vez que hay un cambio de jefe policial
dptal. se modifican denominaciones, estructuras, dependencias, etc.
e) La Policía Científica
Por ultimo, no menos importante es la labor de la policía científica que resulta una herramienta
esencial y un pilar en la constitución de la policía en función judicial.
A ese respecto resulta de una claridad manifiesta la preocupante situación que en la actualidad
presentan los gabinetes periciales del Poder Judicial. La falta de presupuesto, la falta de
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capacitación, de renovación, la cantidad de trabajo que pesan sobre estos cuerpos los han
llevado casi al colapso o bien a optar por otros gabinetes que se han modernizado, dejándolos
prácticamente en desuso.
Por otro lado es dable advertir la existencia de gabinetes técnicos similares en distintas fuerzas
lo que coadyuva a sustentar el recelo profesional que existe entre los cuadros.
Si bien existen Gabinetes de Policía Científica en los distintos departamentos judiciales los
mismo también adolecen muchas veces de los elementos necesarios (desde móviles hasta
enceres propios de la actividad, etc) para cumplimentar eficazmente su labor.
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En este punto, o se es fiscal o se es testigo (tercero ajeno a los hechos, imparcial). El
fiscal jamás será imparcial, podrá o deberá ser objetivo pero no imparcial.
En efecto no pocos hechos en la actualidad terminan con un Fiscal y lo que es mas
grave con un juez a cargo de un operativo de rescate de rehenes, siendo responsables de la
vida de aquellos, respecto a cuestiones netamente operativas (cuando están dadas las
condiciones para entrar y producir el rescate con el mínimo daño) o en el mejor de los casos
comprometiéndose tanto con la investigación como se dijo antes que se convierte en testigo de
la misma.
Por estos días se escuchan voces de la sociedad de que los fiscales recorran las calles,
de hecho se produjo hace unos años una serie de violaciones en una localidad integrante de
este Dpto. Judicial y la gente reclamaba que los fiscales recorrieran las calles.
Hace algunos meses la vice gobernadora de la pcia. de Bs. As., Graciela Giannettasio
afirmó en oportunidad de inaugurar un edificio para el MPF, que "el control social es la clave
para resolver el problema" de inseguridad en la Provincia y, en esa línea, les reclamó a los
fiscales que "salgan de sus edificios y recorran las calles, porque la gente los tiene que
conocer y saber que puede contar con ellos".
Asimismo dijo que el gobierno provincial está poniendo el acento "en la participación
ciudadana, porque la Policía necesita de los vecinos y los vecinos necesitan de la Policía" y
remarcó que "así como el policía que no sirve no tiene que estar en la fuerza, el que está
comprometido con su misión tiene que sentirse acompañado, sino no puede trabajar".
Afirmó en ese sentido que "el nuevo edificio fue hecho para comodidad de los
vecinos, no para los fiscales, que si bien tienen que trabajar cómodos, tienen también que
salir de la fiscalía y recorrer el territorio, y la gente los tiene que conocer y saber que puede
contar con ellos".
"Muchas veces la policía nos habla de las dificultades que tiene respecto de algunos
procedimientos, porque no sabe cuál va a ser el criterio ulterior de la fiscalía y esto a veces
produce desencuentros o demoras en los procedimientos", explicó Giannettasio. 10
Tales afirmaciones si bien son de alguna manera un sentir de la población, y que
podría tener que ver con la misión del MPF de contribuir a la seguridad ciudadana, no menos
cierto es que el MPF debiera desarrollar una verdadera política comunicacional y tomar la
iniciativa para hacer docencia de cual es su verdadero rol, a través de los propios actores del
sistema y no los medios y/o los ocasionales funcionarios políticos.
Asimismo lo que yo concluyo de tal mensaje es que el mismo circunscribe a mi
juicio el verdadero vacío que quedó a partir de la adopción del sistema acusatorio, en la
relación funcional entre Policías y Fiscales.
En efecto, desde su nacimiento el ministerio fiscal, como tal, no tiene órganos
ejecutivos: es una cabeza sin manos según Kern11 de hecho nadie ha resuelto hasta ahora ese
vacío producido a partir del acusatorio en cuanto a que el MPF debió asumir como director de
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la investigación y la pérdida de iniciativa por parte de la policía para investigar,
comprobándose un alejamiento entre ambas partes.
Analizando ese vacío, y aún cuando pensáramos que el MPF es quien debe tener la
iniciativa sobre la base de la manda de la ley, por la que se le quitó la iniciativa a la policía yo
me pregunto entre la realización efectiva del hecho y el llamado de la policía al Fiscal (Call
Center en Chile) comunicando el hecho, por teléfono, cuanto tiempo pasa? Y cuantas cosas
(corruptelas) pueden pasar entre el hecho y el llamado? Como nos consta que lo dicho por
teléfono que no estamos viendo es cierto tal como nos cuentan?
Entonces quien tiene en realidad la iniciativa.?
En definitiva, lo de la iniciativa quedó a mitad de camino entre la Policía y el MPF
y nadie ha tomado la posta.
De esta manera Policía y MPF se presentan como compartimentos estancos que se
alejan entre si, por la detracción de uno que ha perdido la iniciativa y/o por la desconfianza del
segundo respecto del primero, todo lo cual hace que no se complementan, las investigaciones
no tienen continuidad y lo que es peor se alejan ambos de la sociedad a la que deben servir.
La policía trae el trabajo al escritorio del fiscal y éste trabaja sobre la base de los
casos que ingresa la policía amén de las denuncias recibidas a través del propio MPF.
Pero de una u otra manera siempre se trabaja sobre lo que se trae o ingresa sin que
ese mismo trabajo permita gestionar líneas directrices de persecución penal en el distrito,
justamente por lo abarrotadas que están las unidades funcionales.
Sin embargo la realidad dicta a gritos otra cosa. La policía tiene el monopolio de la
información recogida en la calle, a partir de la tarea primordial de prevención que tiene en su
función de seguridad.
Esta es una realidad incontrastable, así fue, así es y así será. Como así de que la
función y labor policial son irremplazables.
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Otro de los puntos referidos al MPF tiene que ver con una fuerte y permanente
capacitación y evaluación (incluso de la salud) de sus cuadros, con todo lo que ello significa
tanto respecto a al etapa de investigación como a la etapa de juicio.
Otra cuestión referida al MPF debe referirse a lo organizacional y aquí si deberá
pensarse la especialización y/o tematización como una prioridad y ello por varias razones. Así
la tematizacion lleva necesariamente a generar investigaciones propias, referidas a un cierto
perfil criminológico (ej. Fraudes) o bien trabajar sobre los delitos con autores ignorados que se
refieran a una zona y modalidad determinada.
Otra cuestión es la relativa a la sociedad civil, hoy no puede concebirse al MPF
desmembrado o alejado o de espaldas a la sociedad con la que debe estar permanente contacto
para establecer y priorizar respuestas ante las necesidades planteadas y orientar la persecución,
construyendo redes con los foros vecinales.
b) El otro habrá de referirse a la Policía y trabajar en nuestra provincia en la
implementación definitiva de la Policía en función judicial que consagran los cuerpos
normativos que rigen el proceso pero que aún no se han implementado y adaptarla e imbuirla
del espíritu de la reforma.
Sobre el particular existen al menos dos modelos
La primera que sostiene que la policía judicial debe ser una institución
separada de las fuerzas de seguridad que dependen funcional y administrativamente del Poder
Judicial,
La segunda en cambio, mantiene la dependencia administrativa del cuerpo
policial y deja la dependencia funcional en manos del director de la investigación que puede
ser el juez o el fiscal, según el principio procesal que se adopte.
Adunando lo antedicho, conviene reseñar aquí algunas posturas a favor de esta segunda
hipótesis. A ese respecto he de extractar algunos de los aportes efectuados en ocasión de unas
Jornadas de Derecho Procesal Penal UCA por el Comisario Gral. Adrián Pelacchi, ex Jefe de
la Policía Federal Argentina.
En ese sentido sostiene que la función (policial) es una sola, única e indivisible,
señalando por último que la creación en nuestro sistema de una Policía Judicial desligada de la
Federal y dependiente de la Justicia constituye una abstracción racionalista, carente de sentido
doctrinario, antecedentes históricos, actualidad y futuro…" y además, trasladando el eje hacia
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la practicidad del sistema y los datos objetivos que lo circundan, sostiene que: "…La Policía
Judicial no es nada sin el resto de los trabajos de la Institución, es cegarla y negarle su
alimento…y que en el sistema en que la función unitaria de la Policía se encuentra dividida en
servicios autónomos, los choques entre los mismos es frecuente al no estar coordinados..."-
Concluye señalando que: … la complejidad de la criminalidad actual no puede
enfrentársela sin una sólida y compartimentada Institución, donde los segmentos del sistema
tengan una misma cuna de formación y una identidad que devenga en un espíritu de unidad,
que las características de la moderna criminalidad demanda el apoyo de toda una organización
preventiva y represiva interna e internacional de los servicios policiales, sus gabinetes,
archivos, etc.…".-
Por su parte el agregado de la Policía Francesa, Alain Pérez, en esas mismas jornadas
y en referencia a la situación de su país afirmo que: No hay que separar las funciones, la
prevención no se opone a la represión, sino que son complementarias y están íntimamente
ligadas, siendo que el mismo policía trabaja continuamente en un sistema de dualidad: Policía
Administrativa y Policía Judicial.-
En esta misma dirección se observa, en el detallado y profuso trabajo de los Dres.
Bincaz, Nessi y Barcia, la siguiente idea: "… Encontramos argumentos de peso en cuanto a la
necesidad de una comunión de intereses entre ambas ramas, toda vez que la actividad de las
mismas gira en torno del mismo dato de la realidad y en consecuencia la rotura de esa
comunión podría significar la imposibilidad que ellas cumplieran eficientemente con su
cometido.- Ellas se nutren mutuamente en formación e información y lo que es más
importantes, sus integrantes, cumplan la función que cumplan, se sienten parte de un todo, lo
que da identidad a la institución…".13
Es sobre esta última modalidad sobre la que nos enrolaremos para implementar la
Policía en función judicial, de tal manera de limitarnos solo a reglamentar la función Judicial
de la policía, ya prevista en normas procesales
V.a. Cómo debe ser la implementación
La implementación debe ser llevada cabo por los propios sujetos del sistema miembros del
Poder Judicial, del Ministerio Público y las fuerzas de seguridad.
Es que por más perfecto que sea el proyecto, si dejamos de lado a los actores del sistema, se
fracasará desde el inicio. Nuestra realidad nacional y provincial y aún en comparación con
otros países, es absolutamente distinta.
Ahora y aún cuando podamos adoptar alguna idea debemos pensar en un modelo propio y
evitar las copias de modelos foráneos para después tratarlos de adaptar "con calzador" a
nuestra realidad.
13 Policía Judicial. Germán Bincaz, Claudia Barcia, Martín Nessi. Suplemento de Derecho Penal de la revista jurídica
El Derecho del 30-6-00
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No puede dejarse de lado la investigación científica del delito de tal manera de ampliar la
oferta y la demanda de los servicios de la Policía Científica a veces permanece encapsulada,
configurando un recurso valioso pero parcialmente utilizado.
La policía es absolutamente necesaria en sus dos funciones básicas. Pero sin educación y
reeducación de sus cuadros en donde estén comprometidos también los Colegios de Abogados,
las asociaciones de magistrados etc., no podrá proyectarse nada, ni rescatar lo que tenemos, ni
tampoco conseguir resultados, en la medida que por otro lado pensemos en crear un cuerpo
policial nuevo.
A ese respecto se debería tender hacia una especialización delictiva determinada por
área, delitos económicos, informáticos, delitos contra la vida e integridad sexual de las
personas, delitos contra la criminalidad organizada, delitos marcarlos y contra la propiedad
intelectual, delitos de falsedades documentales, delitos vinculados a estupefacientes, delitos
ecológicos, etc.
Procurar una formación constante de los cuadros en las modalidades usuales y en las
modernas formas del delito, en cuestiones procesales de validez y resguardo de la prueba
Asimismo y en consonancia con la idea anterior debiera procederse con el personal de
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Juzgados y Fiscalías en Investigación y guía de la policía en función judicial para la
consecución de sus fines a tales efectos de aquella formación sugerida para los cuerpos de
agentes de las fuerzas de seguridad debiera estar en consonancia con los programas de la
Escuela Judicial.
Es por ello que se auspicia que la capacitación debiera ser abarcativa de varias disciplinas
y debiera ser dictada tanto por técnicos o peritos y personal judicial, y de carácter
eminentemente prácticos, ya que existen en la actualidad ejemplos de materias de grado y
programas de extensión universitaria con resultados inmejorables.
Para la llevar a cabo la implantación tomaremos como base las actuales unidades de
investigación con que cuentan hoy las fuerzas de seguridad es decir las que se establecen de la
propia especialidad de la materia de que se trate el hecho a investigar.-
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Por lo tanto, la actividad por tener su fundamento en la ley, se trata de una tarea de carácter
judicial que desarrolla su intervención a partir de la realización de un ilícito, y sujeta a los
principios de legalidad, investigación integral y verdad real, debiendo actuar bajo la
dependencia funcional de los fiscales.-
En este sentido queda claro que la implementación de la Policía en Función Judicial se hará
sobre la base de lo que hoy conocemos por policía administrativa, evitando así la resistencia
lógica de quienes hoy tienen el monopolio de la investigación, ya que es imposible realizar un
corte drástico entre prevención e investigación "...ya que quien previene, investiga, y quien
investiga previene..."
Asimismo se propone a replicar las estructuras del MPF departamental y acomodar ambas
estructuras a los datos que nos entrega la realidad delictiva, no se pueden organizar las
estructuras de espaldas a la realidad.
Deberá conformarse una mesa compuesta por el Fiscal Gral. Dptal. Con los Jefes policiales
tanto de la competencia de Seguridad como de la Policía de Investigaciones en Función
Judicial para establecer diagnósticos y líneas de acción estratégica compatibles con la realidad,
y con otros Dptos. Judiciales lindantes a los fines de establecer estrategias comunes de
persecución penal.
Así también deberían realizarse trabajos conjuntos de carácter empírico, más allá de los
individuales, para unificar las estadísticas entre ambas instituciones para establecer si por
ejemplo la tasa de esclarecimiento para ambas es la misma, y como repercute el trabajo de uno
sobre el otro además de poder sacar conclusiones para la aplicación e políticas de persecución.
Todo ello revalorizaría la prueba obtenida. En efecto la labor de la policía judicial altamente
tecnificada y profesional no daría lugar a dudas en su actuación, de tal manera de desterrar el
preconcepto de que todo lo que hace la policía es nulo o ilegal
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Lo dicho anteriormente se traducirá en una disminución en la interposición de nulidades
basadas en el desconocimiento de la normativa procesal, sanción que hoy aniquila con alto
porcentaje las investigaciones de largo aliento.
Habría un aumento en el esclarecimiento de los hechos delictivos que hoy oscila en condenas
que no llega al 2% de las causas que ingresan al sistema. Y al mismo tiempo se elevará el
porcentaje de causas remitidas a juicio
Sobre esta premisa, debe trabajarse para evitar lo que esta sucediendo hoy en cuanto a que la
Policía y los Fiscales aparecen como compartimentos estancos cuando en realidad la actividad
de aquella tiene por objetivo y razón de ser servir de base para un juicio cuya acusación debe
sostener el Fiscal.
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