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La suspensión de clases puso de relieve  

en CABA (como en el resto del


país) la falta de herramientas tecnológicas y formativas del conjunto de
la comunidad educativa.

Apenas anunciada la suspensión de clases, la ministra de educación


porteña Soledad Acuña informó que iban a tomar las medidas
correspondientes para que la cursada no se vea interrumpida. Entre
ellas se encontraba la propuesta de las clases virtuales para que
docentes y estudiantes pudieran tener una comunicación activa y se
pudieran seguir dictando los contenidos propuestos en el ciclo lectivo
2020. 

Sin embargo, no todxs lxs estudiantes y docentes cuentan con los


recursos necesarios para desenvolver “normalmente” la cursada, entre
ellos los dispositivos (computadora, celular inteligente, internet, etc)
para acceder a las plataformas virtuales. 

A su vez, la autonomía que presupone la modalidad virtual y el


aprendizaje en casa, potencia la desigualdad en el acceso a la
educación, ya que no tendrán las mismas posibilidades aquellxs con
mayor capital económico y cultural: ¿es lo mismo unx estudiante con
computadora propia y acceso ilimitado a internet cuyxs xadres tienen
estudios universitarios finalizados, a otrx estudiante cuyxs xadres se
han quedado sin trabajo, no tiene o comparte la computadora con otras
personas y no tiene quien lxs ayude con la tarea? Estos casos surgen
constantemente en los colegios secundarios de toda la Capital, siendo
agravadas ahora sus complicaciones por la crisis económica y la
cuarentena. 

Tal como denunciaron numerosas veces nuestrxs compañerxs de


Tribuna Docente, esto ocurre porque el acceso a las herramientas
básicas no es garantizado por el Estado, sumado al ajuste y recorte
presupuestario que viene atravesando la educación hace años.

Precarización laboral y deserción estudiantil

Las clases virtuales presentan una segunda contracara con la realidad:


detrás del discurso de modernización se oculta un proceso de control,
persecución y regimentación de lxs trabajadorxs de la educación. 
En las clases virtuales, son lxs docentes les que sostienen, con los
recursos básicos puestos de su bolsillo, el vínculo con sus estudiantes
(así como son lxs xadres de lxs estudiantxs -con su salario- quienes
sostienen el contacto de sus hijxs con la escuela): no solamente deben
generar el contenido sino que también, sin preparación previa, tienen
que aprender a editarlo, a cargarlo y a explicarlo a lxs estudiantxs.
Además, terminan trabajando más horas de las que se les paga y con
una jornada laboral y horarios laborales poco concretos, contando ya de
por sí con un salario sumamente desvalorizado. 

Otra de las consecuencias es la disgregación del movimiento estudiantil


y docente, lo cual es peligroso ya que se ve como un ataque a la
organización independiente de la comunidad educativa y nuestros
lugares de representatividad, de los cuales nos valemos para dar lugar a
nuestros reclamos.  

Desde hace años lxs secundarixs venimos denunciando que, con la


implementación de plataformas interactivas en horario de clase, a ser
incorporadas por la reforma anti-educativa “Secundaria del Futuro” de
Larreta, se busca lo que ahora se ve en la experiencia, aún prematura, de
la modalidad virtual: una avance hacia una descalificación del trabajo y
rol pedagógico del docente, una depreciación de su salario, degradación
del contenido y un retroceso monumental en el proceso de aprendizaje
de lxs alumnxs, obstaculizando aún más el acceso a la educación
pública de la totalidad de lxs jóvenes. 

Todo esto se agrava cuando desde el Ministerio de Educación se


presiona para que se encuentre la manera de evaluar y calificar
virtualmente con exámenes eliminatorios. Lxs docentes manifiestan que
carecen de diagnósticos y de elementos para evaluar a lxs estudiantes,
además de colocar que es sumamente injusto que quienes no puedan
acceder a las plataformas, por las razones previamente explicadas, no
puedan participar de la cursada e incluso que esto vaya en detrimento
de la misma. 

La improvisación y desprolijidad con la que se aborda el método de


evaluación fue motivo de disconformidad también en otros países,
como España e Inglaterra, donde se está implementando la modalidad
virtual, repercutiendo en quejas y reclamos tanto de madres y padres
como de estudiantes. 

Frente a la gran crisis que se presenta en la educación con el estudio a


distancia que venimos caracterizando, la solución del Gobierno de la
Ciudad es un 0800 que lejos de ser una solución para informar cuándo
hay problemas de conexión o no hay equipos tecnológicos, mantienen
en línea a quien llama por horas, para luego ser atendido por
trabajadorxs a quienes no se ha clarificado qué información brindar.

Discurso modernizador vs la realidad de la escuela pública

El discurso modernizador que se trata de instalar siempre que se busca


adoptar medidas de este estilo, contrasta con la cruda realidad del
estado de los colegios secundarios y de la educación pública en
general. 

En un principio, las condiciones edilicias sumamente precarias y


peligrosas donde lxs estudiantes venían cursando con ventanas, techos
y ventiladores que caen encima de ellxs, o plagas de ratas y cucarachas,
falta de agua, falta de calefacción o fugas fatales de gas. 

Por otro lado, tenemos los bolsones de alimentos y viandas, putrefactas


y sumamente escasas, que se reparten en todos los niveles. Para
acceder a ellas durante la cuarentena hay largas colas fuera de los
colegios, siendo una de las pocas fuentes de alimento que algunas
familias tienen. 

Y a todo esto -como si fuese poco- se le suma la suspensión de la


inscripción para la beca del Gobierno de la Ciudad para la escuela media
y la incertidumbre sobre cuándo se abrirá y cómo se otorgarán.  

¿Qué proponemos?

Frente a toda esta situación crítica que estamos atravesando, debemos


discutir cómo le damos una salida a estas problemáticas. 

Desde la UJS Secundarios reclamamos que el Gobierno de la Ciudad


garantice todas las condiciones para que la totalidad de lxs alumnxs y
docentes puedan acceder tanto en recursos materiales como
formativos al acompañamiento pedagógico virtual. Rechazamos la
presión a docentes y estudiantes para evaluar mediante instancias
eliminatorias, y el carácter punitivo de esta posición: las clases virtuales
o la implementación de plataformas deben servir como un
acompañamiento académico frente a estas situaciones de emergencia,
pero de ninguna forma deben exacerbar el acceso desigual a la
educación en tiempos de crisis. 

También se debe triplicar el presupuesto educativo y de asistencia


social para impulsar reformas edilicias urgentes, la apertura de la
inscripción a las becas para lxs estudiantes de la escuela media y el
otorgamiento inmediato de las mismas, y la entrega de la cantidad de
viandas y bolsones en las condiciones de higiene y salubridad
correspondientes.  

Llamamos a que esto se discuta en los centros de estudiantes y las


coordinadoras de estudiantes, para que en conjunto con los sindicatos
podamos conformar comisiones de control de higiene, de seguridad y
prevención, en reclamo de los recursos ausentes en la escuela pública,
en defensa de condiciones de enseñanza y aprendizaje y en rechazo a
las presiones del Estado, que es justamente el responsable de este
abandono sistemático a la educación.

El Covid-19 llegó para cambiar el escenario. En el


ambiente se respira incertidumbre y desolación, pero
también heroísmo cotidiano. Diversas personas
trabajan en primera fila para frenar la expansión del
virus, librando una dura batalla.
Por Tomás Atarama. 07 abril, 2020.
Fuente: Andina

Estos esforzados defensores de la vida y la salud han demostrado con


acciones su vocación de servicio (y de sacrificio). A la par, el mundo comienza
a exigir a todos que no permitamos que este virus nos paralice como sociedad,
que seamos creativos y que aprendamos a vivir con optimismo en estos
tiempos de pandemia.

La migración a la educación virtual

Son muchos los sectores que poco a poco, en total respeto de las
recomendaciones de aislamiento social, comienzan a brindar soluciones y a
sumar desde su lugar. Uno de los sectores que ha tenido que responder con
urgencia a esta situación de crisis es el de la educación.

Investigadores, docentes, alumnos y el equipo administrativo que da soporte a


sus actividades han dicho al mundo que la formación no se detiene, que el
aprendizaje no se posterga; por ello, en un esfuerzo titánico han implementado
estrategias de educación virtual en tan solo unas semanas. Es cierto que
existen aspectos de la formación personal que será muy difícil trasladar a la
modalidad en línea; sin embargo, es imperativo en este contexto migrar a una
educación no presencial.

El salón tradicional de clases es un potencial foco de contagio y, por esto, las


medidas preventivas contra la transmisión de este virus han incluido siempre
entre sus primeras acciones la cancelación de las clases presenciales a todos
los niveles. Y, es posible que una de las últimas actividades que se vuelvan a
permitir sea congregar nuevamente a los alumnos en un aula para participar de
una clase. Por esto, durante varias semanas tendremos a millones de personas
enfrentándose a un nuevo modo de enseñar y aprender.
Aquí, comparto algunas reflexiones para hacer más llevadera esta experiencia
y aprovecharla al máximo.

El aprendizaje en red: el alumno y el profesor

El alumno siempre ha sido el eje de la educación; sin embargo, en la educación


virtual pasa a ser el protagonista indiscutible. En una sesión magistral en la
modalidad presencial, la responsabilidad de desarrollar y explicar los
contenidos es del profesor; por el contrario, en el modelo de educación virtual,
la clase magistral por videoconferencia es un contenido excepcional, lo que
predomina es un trabajo de orientación al alumno para ofrecerle mecanismos
que le permitan ir explorando la materia.

Así, en la educación virtual, el alumno, guiado por el profesor, utiliza muchos de


los recursos que brinda el entorno digital para acceder a información valiosa y
realizar actividades que le permitan afianzar el conocimiento y desarrollar
competencias.

La educación virtual se enmarca en una cultura de la convergencia y del


compartir; por esto, es recomendable que el profesor señale como material de
la asignatura el uso de los diversos recursos formativos gratuitos que se
encuentran en el entorno digital, desde un artículo científico hasta cursos
completos que se encuentran en línea. Claramente, esta experiencia individual
del alumno luego debe debatirse y enriquecerse en el aula virtual.

Universidades de primer nivel tienen recursos formativos libres y, con el


desarrollo de la pandemia, se han liberado muchos más cursos y talleres en
todo el mundo. La búsqueda de los recursos más idóneos depende de cada
profesor, porque cada materia tiene espacios especializados para ello. Se
puede ver como ejemplo https://www.kadenze.com y https://devcode.la

En la educación virtual, el rol del profesor contempla la planificación y el


acompañamiento del proceso de aprendizaje del alumno para garantizar que se
cumplan los objetivos de la asignatura. En este sentido, el profesor ha de ser
capaz de facilitar y favorecer el uso del ecosistema de medios en el que se
desenvuelve el alumno, como las redes sociales y los entornos colaborativos
digitales. Aprovechar estas plataformas interactivas y las actividades en red
con una finalidad educativa puede ser una estrategia muy acertada si se sabe
manejar.

La evaluación

Es importante hacer referencia también al sistema de evaluación. La


evaluación tradicional supone aislar al alumno de cualquier fuente de
información durante el tiempo que dura un examen. Esto es imposible en la
educación virtual, porque el alumno puede rendir el examen acompañado de
todo el material que desee e, incluso, contrastar sus respuestas con un grupo
de compañeros en tiempo real. Por esto, es importante diseñar evaluaciones
que valoren el desarrollo de competencias.
Por ejemplo, se puede crear foros de discusión para que el alumno
periódicamente comente de manera crítica un tema. También es importante
dejar pequeños trabajos que tengan una implicación personal muy clara, como
aplicar un tema estudiado a su contexto particular o a algún tema específico
que al alumno le apasione.

Y, en relación con el examen final, el mecanismo por excelencia es poner una


evaluación con un temporizador. Así, por la limitación temporal, el alumno
tendrá que concentrarse en responder las preguntas planteadas en vez de
dedicarse a contrastar o conversar con otros durante el tiempo del examen.

Superando la crisis con educación

Es importante agradecer a todos los profesores y alumnos que están


demostrando en estos días su fortaleza y resiliencia. Son los tiempos difíciles
los que evidencian el carácter y aquello de lo que estamos hechos. He sido
testigo de que contamos con investigadores y docentes con una vocación clara,
que no han escatimado en robar horas al día para capacitarse y poder brindar
la mejor educación a sus alumnos.

También, he observado a estudiantes de primera, quienes no solo han tomado


un rol activo para informar y transmitir un mensaje de civismo y solidaridad en
estos tiempos, sino que han entendido que el valor de cualquier institución
educativa reside en sus miembros y en su compromiso con ser mejores
personas, cada vez mejor formadas y preparadas para afrontar los retos del
futuro.

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