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: a er ene age! _ TEORIA DE LOS GENEROS LITERARIOS T. Todorov, Ch. Brooke-Rose, P. Hernadi, A, Fowler, BE. Rollin, J. M. Schaeffer, G. Genette, W. D. Stempel, W. Raible, N. Salvador Miguel COMPILACION DE TEXTUS ¥ BIBLIOGRAFIA Miguel A. Garrido Gallardo ARCO! LBROSSA Biblioteca Daniel Casio Villegas EL COLEGIO DE MEXICO. A. 343689 Calc: Bilis Phi Diccin: bio Net fea © Mas by ARCOLLIBROS, S.A Juan Bautista de Toledo, 28. 28002 Madre ISBN: ab TEIO Depésio Legal: M, 5835. 1988 Libroga, S.A, Nolin Seea, 13 -Fusnlabrada (Madr) INDICE 1 ESTUDIO PRELIMINAR MIGUEL A. GARRIDO GaLLAKDO: Una vaste parafrasis de Artes Pig, 9 t HISTORIA E INSTITUCION ‘Tavern ToDoKov Et eigen de ios géeres 3 GHRISTINE BROOKI-ROSE: Géeros hitirios/Géneros sion Reflexiones sobre el concepto de lo Fanstico en Tadeo 49 PAUL HERNADI: Onden sin froueras:iltimas cntribucones@ la word génera en los patses de habla ingle 3 AtasTai FOWLER: Género 3 can liter 95 BERNARD E, ROLLING: Nalurlen, comencin y erin de! géuro 129 JJFAN-MARUE SCHAEFFER: Del tx al gine Netas sabe Ja ro blenatcn gerica 185 m LINGUISTICA ¥ SEMIOTICA Genanp GENEVTE: Gennes, aipoor, modis 183 WOLF-DIETER STEMPEL: Arpuior geninios de a raepetin 739 MaRIE-LAURE WAN: Hlacia una tania de ls competencia gndrica 253 WoLroane Raitt: rencial como el discarso abstracto. ‘Se sugiere también con sagacidad en la Potie la nece- sidad de una cierta congruencia entre metro y estructura ‘Asi «al principio, en efecto, usaban tetrametto porque la poesia era satifica y ms acomodada a la danza: pero de- Zarrollado el didlogo, Ja naturaleza misma hallé el metro propiado (para la Tragedlia); pues el yémbico es el ms apto Ue los metros para conversar; pero heximetros", pocas ve tees y saliéndonor del rono de la conversacidn« Recuérdese que ef hesimcira eel metro de la Epopeys VAARIMIOELES, pay HHS a ro “MIGUEL A. GARRIDO GALLARDO. Sin embargo, a clasficacin de cacién de los arquetipos o géne- fos fundamentals sin duds dscusiva, Como adviete Agcy aun mmo ori (ina oe hombre con argumentos) responden diferentes géneros como la Tragedia (actuacida de los personajes y vlacion se de metro) y la Bpopeva (lato y eto uur), con. -reciones respectivamente de la poesia drama a recone la poesia dramética y la poe- _dambitn ol reepor es tenido en cuenta en este proce so de comunicacién cuyos mensajes se estan claifieanda, Bea Teagedn dea (dems de queen de una accién esforzada y completa» y que ses actuaci relator) que «mediante compasién y tem ers gacién de tales afecciones" oe Detengamonos ahora sobre la as = sugerencia que se halla iplicita en aquello que en los clasicismos llegé a set la fa- Lee unidad de tiempo (1a wagedia frente a la cpopeya, «se esuerza lo uns pone por atenere a una revelucin del solo exeerlapocon). Aunque aut también e punto de ferences meramete devrpi de une con ta mo da en un momento y sin inencion de elevara a principio, puede deduciae la posidad de diferencias entre el didlogo de la Epopeya y ehdidlogo dramatico (para tear): El hecho de gue en la Epopeya pucds har Ser también digs por comighentey no so sean da lige los estos que se construyen para la representa, 0 dems sn mds ques pes logs sean gual cn ambos géncros v que la atuacion a I que estan est dos sea algo extern sin repercusién en el texto dram. tico mismo. Al conteario, tendremos que preguntarnos si el didlogo incluido en el contexto del relate responde a un principio constructive distinto (por las referencias inteatex: pncipie conn eferenciasintratex- tale, por cempo) al ea ara dramatic que ha de cluir todo el contenido semantico en el texto dialogada mis- amo (con todos los apartes, voces en aff, ete. que se quieran) nas €picose (Did, 1449 b) ee ee LUNA VASTA PARAFRASIS DB ARISTOTELES. 18 Segtin esto, no s6lo hemos de intentar oponer relato y idlogo lo que es evidente—, sino también habria que in- vestigar si hay diferencias entre dilogo para el relato y dia Jogo para la representacién, Como veremos enseguida, 1a falta de una teorizaci6n aristotélica sobre el teatro como es- peeticulo, ademas de texto dramitico y en relacién con él, eja incompleta la distinciGn de estos dos géneros tal como festn descritos en la Poitica ‘Segiin Arist6zeles, las partes de la tragedia son seis: «la fabula, los caracteres, la elocucién, cl pensamiento, el es- pectéculo y la mnelopeya»”. El mis importante de estos Hlementos —sigue diciendo— es la tabula, ya que la Tra~ gedia wes, en efecto, imitacién de una acceidn, y, a causa tle ésta, sobre todo, de los que actian» (..}; el espectéculo, fen cambio, es cosa seductora, pero muy ajena al arte y la enos propia de la poética, pues la fuerza de ta tragedia ‘cviste también sin representacién y sin actores. Ademés, pa Ta el montaje de los espectaculos es més valioso el arte del ‘que fabrica los trastos que el de los poetass. Sin duda, estamos aqui de nuevo ante la descripeién de tuna realidad meramente hist6rica. Bl teatro anterior al que hos describe en la Pudtica tenia un carécter muy distinto al de ln representacién de un texto fijo", el weatre moderno, fn tina gran medida, otorga una importancia secundaria fl texto dramético para subrayar la importancia devisiva del texto teatrale*, ese que se realiza a lo largo de cada re~ presentacion y que coavertiré a cada una de las represen faciones en algo tice. Hoy mo se est de acuerdo sin mas con Aristteles en que la puesta en escena teatral se refiera fundamentalmente tuna cuestién externa, de tecnologta (cel arte del que fabri- ta los trastos»), porque en la historia del teatro las diversas posibilidades de represeatacién han tenido que influir —ya Jo hemos dicho— en la elaboracidn del texto dramético que Hd, M50 a eid, 1480 b, 8 Ch BL 188 a ov Fy fin ede plaseameno de ese problema en J GARCIA Be etter Pos na cola de eis Sima wen 81, page 950 eee SS 6 MIGUEL A. GARRIDO GALLARDO. fs s6lo una pieza de la informacién que va a recibir el espectador, Si se podria estar de acuerdo en que los problemas de teatron son «los menos propios de ta poéticas: en efecto, si concebimos la poética como teorfa de los géneros litera~ rios y Ia literatura es el conjunto de textos shechos con pa- Jabrase, aquélla s6lo debe ocuparse del texto dramético que se actiia 0 —en el Himite— del texto dramatico que resulta de la iniciativa mas © menos libre de los actores: en todo caso, de un texto lingifstico previsto para su «actuaciénn © un texto lingtiistico resultado de ella, Desde este punto de vista el texto dramético condiionado por la actuacin —y sélo @— debe ser objeto de la Peética del teatro, aunque no se puedan desconocer los condicionantes. En el resto de la Poéia se nos habla de las caracter cas (preceptivas) de cada género, se nos offece un conjun- to de normas del uso literario del lenguaje (gramaticales ¥ ret6ricas) y se termina seitalando la superioridad, en opi nidn de Aristételes, de la Tragedia sobre la Epopeya No nos interesa aqu{ entrar en el pormenor de cada gé- nero en particular, ni tocar temas, como las partes de la ‘oracién, tan alejados hoy de los estuclios sobre los géneros. Es necesario, ent cambio, recoger alguna observacisn sobre el cardcterwiterarton de Yo géneros frente ls ogenrose Aristoteles diferencia la poesfa (obra de creacién) y la hisovia por el hecho de sque no coresponde al peta de cir lo que ha sucedido sino lo que podria suceder, esto es, Jo posible segin la verosimilitud 0 la necesidad»". El autor de la Foeica insiste en este lugar sobre la irrelevancia de La oposicisn entre verso y prosa (pues seria pasible ver- sificar las obras de Herodoto, y no serian menos historia fen verso que en prosa»). Como hemos dicho en otra parte, el verso puede ser uno de los sintomas de que la obra esté eodificada como «obra literaria», En todo caso, la obra titeraria se distingue por un cardcter cuyas marcas son sintomnaticas y cuya contr macién corresponde —se dirfa hoy— a una situacién prag- matica, Eso que la Paéiea sugiere en un comentado pasa- ARIIUIBIES, opt, Ha LUN VAST PAHAFRASIS DE ARISTOTELES 7 jes «(..) la poesfa dice mas bien lo general, y la historia, Yo particular. Es general a qué tipo de hombres les ocurre decir o hacer tales 0 cuales cosas verosimil 0 necesariamente, ique es 2 lo que tiende la poesia» ". Se trata de los proble- mas imbricados de lo «ficcional» y lo sliterario»”. ‘Carece de importancia el hecho hist6rico conereto, que se comenta, de que la tragedia de su tiempo, a diferencia dela comedia, se atenfa a nombres que habian existido, en- tendiendo, claro es, por existencia histdrica algo muy dis tinto de lo que entenderfa un historiador actual. “Tampoco se deben confundir los efecios produciddos por factores ajenos al texto y los que produce el texto mismo, pues —en el reatro— «el temor y la compasién pueden na- er del espectéculo, pero también de la estructura misma de los hechos, lo cual es mejor para el poeta», Prescin- diendo ahora de la observacién practica de Aristoteles (de~ Jar los efectos al montaje «produce gastos), lo resefiable es amo se insiste aqui en el cardcter lingifstico textual de los objetos de la Poética ‘Las recomendaciones concretas que luego 3¢ aiaden par ra la composicién de la fabula pertenecen ya a uns nivel te6- Tico distinto. La historia ha demostrado hasta qué punto resulta falso considerar una obra o un conjunto de obras cualesquiera como modelo intangible. Sin embargo, dichas recomendaciones jlustran otro hecho ya mencionado, la con Giencia de que el género se propaga y consolida mediante la recreacion por parte de otros autores de w hallazgo con éxito de un autor anterior cuya formula tiene una vigencia de mayor o menor duracién, pero que —en la medida de ‘que no sea un hecho aislado— en todo caso es registrada como «género» por la historia de la Titeratura (Otea indicacidn resefiable por la actual teoria de los gé- eros se encuentra en el hecho de que Aristételes pueda env merar cuatro clases de tragedias, segiin cl elemento —de entre los que él distingue— que predomine. Asi, los géne~ ros o divisiones de los textos literarios son multiplicables ad Id, 1831. Yad W MiGs, fends dt testy ¢ integrand tor MER. UNAM, 1986, pigs, 04-68. Od AWISTOTEEES, op et, 1853 b 8 SUGUHL A GARRIDO GALLARDO infinitum: en nuestro cuadro antes aducido, encontrariamos dos géneros fundamentales 0 tipos, por tres subgéneros 0 rregistros por (en cada caso) n géneros historicos segiin ca- racterizaciones comunes a varias obras que pueden formar subgrupos de subgéneros observables en un corpur dado, La digresidn aristotélica sobre elocucidn, por otra par te, ademas de ser sintoma de wna cierta indiferenciacion dle los saberes al incluir problemas meramente gramatica- les en Ja Poética, es también indicio de una aguda obser vacién en la linea de que las obras literarias «se fabrican» con las lenguas naturales Scquramente pertenece a la certera intuicién, hoy muy. en entredicho, pero que ha hecho correr rios de tinta, de que los géneros son sliterarios» cuando participan de la «len ua literaria» 0 modo de codificar que se aparta de la len= gua estandar, Yo que en palabras de Aristoteles se traduce fen que sla excelencia de la elocucién consiste en que sea clara sin ser baja». Las «figuras» y tas sicencias» son ca racteristicas del subsistema literario que, en el limite, tien= de a constituirse como un cédigo totalmente uparte del de Ja lengua comin, No se le escapa a Aristoteles, sin embargo, la diffeultad que puede haber en ta construccién de una lengua coral- mente wextrafiae ‘ambien contribuyen mucho a la claridad de Ia eloct ign y a evitar su valgaridad los alargaraientos, apécopes y alteraciones de los vocablos; pues por no ser come el usual, apartindose de lo corriente, evicacd la valguridad, ¥, por participar de lo corriente, habra claridad” EI discurso debe resolverse en una sabia combinacién de redundancia e informacidn; ésta seria la frmula, en clave de Teorfa de la informacién, que traduciria hoy a la letra Ja aguda observacién aristotéhia, n luda, las desviaciones del subcédigo literario estan sometidas a reglas, de forma que no es posible su uso in discriminado. Ni es literario un texto porque se usen esas fGrmulas, ni pueden usarse sin ninguna limitacién: wen efec> "158 Td, 58 bs UNA VASTA PURAFRASIS 28 ARISTOTELES. 19 to, quien use metaforas, palabra extrafias y demés figuras sin venir a cuenta, conseguird lo mismo que si buscase adre- de un efecto ridiculo»”. No dice Arisiételes, ni podemos decir nosotros muchos sigios después, cudntas y cuales son las reglas que hacen que «vengan a cuentor en unos mo- rmentos si y en otros no los wextrafiamientos», éstos si, co- dificados desde la antigua RetSrica en un sistina que viene 4 ser aproximadamente cl mismo que puede offecerse hoy ‘on los actuales instrumentos de analisis lingifsticos * Hay, sin embargo, una advertencia, en relacién con la meétrica, digna de atencién, Aristételes afirma que «en los versos heroicos pueden usarse todos los recursos mencio- nados, pero en los y4mbicos, por ser los que més imitan el lenguaje ordinario, son adecuados los vocablos que uno uusaria también en prosar™, Verso y registro aparecen asi, como restricciones claras para determinar Ia adecuacién o no de los recursos literarios empleados, Dejemos, sin embargo, esta importante cuestién que afecta a ua planteamiento general de la teoria literaria mas {que at la ceorfa de los géneros mismos, Por fo dems, el resto de los temas de la Poetica son menos pertinentes atin, pues © bien pertenecen a cuestiones de los dos géneros concre- {os tratados in exenso, 0 bien se refieren al cardeter norma tivo de preceptiva— que, como hemos dicho, tenia en la ente aristotélica los mejores desarrallos de los génezos his- ‘Gricamente existentes en su. momento. Llaman la atencién, sin embargo, muchos aspectos que aqui no desarrollamos. La preponderancia que se otorga ala fabula o estructura del relato que s6lo muy reciente- mente ha conseguido una atencidn preferente en la critica ‘occidental, la aludida consideracién del efecto sobre el re- ceptor como una posibilidad de caracterizat los génetos Ti- terarios, que se halla implicita en Ia doctrina de ia caarsis, la comparaci6n entre obras y géneros coneretos como fuente de su teorfa y ef continuo movimiento dialéctico entre teo ria y géncro concreto, género concreto y teoria, etc © Td © Cir, para eemplo, J. DEW y oteus, Rbdérigue dele pf, Br selas, Complese, 1977 ARISTOUELES, ah. ot, 1859 0 20 AMGUEL A. GARRIDO GALLARDO Insistamos, cn fin, en que a pesar de Ia targa historia de reflexion sobre e) monumento aristotético, la Potica sic jgue siendo la gran obra de referencia sobre los géneros liv ferarios. La intuicién aristotélica que separa la eficcibn» (re- lato contado 0 representado) de los géneros no miméticos J las diferenciaciones entve poesfa épica y poesfa dramati- a, inds todo lo dicho, no son cuestiones muy diferentes de Jas que abordan los criticos contempordneos. i Después de todos estos siglos, Ios géneros siguen sien- do una cuestidn fandamental de la Teor‘a de ta literatura Superando los extremos de las adopciones rigidamente pre ceptivas de la doctrina aristotélica en las estéticas elasicis- tas y el embate idealista del siglo pasado que neg6 pura- mente su exisiencia (Groce dix), el género se nos presenta como un Horizonte de expectativas para el ator, que siem= pre escribe en los moldes de esta instiracién literaria au Jue sea para negatla; es una marca para el lector que ob- dene asi una idea previa de lo que va a encontrar cuando fabee lo que se Ilaria una novela © un poema; y es una se- Fil para la sociedad que earacteriza como literario un tex: to que tal vez podria ser circulado sin prestar atencién a si condicin de artistico* Ta usual mencidn del género literario a que pertencce el libro impresa en la propia obra 0 expresada iraplicita- rmente mediante su adscripcién a una coleccién, supone, co~ mo acabamos de decir, aia arientacién para el lector y para cl pablico en general. La informacisn, sin embargo, es més ‘menos amplia, El r6talo «Coleccién de poesia» escrito en Sign sitio de un libro contempordneo nos da a conocer que Se vrata: a) de una obra literaria, b) en verso 0 en prosa poética, c) probablemente lirica (un relato o un drama en Nero se elasificaria como novela, novela corta, cucnto, et. } teatro, respectivamente), Si el libro afiade wsonetos, sax demos ya que sos Jas hemos de haber con una forma mé- Asi to sostengy en mis Evid de seta fararia, Maid, SLC. 182. pig 83 Ys LUNA VASTA EARAFRASIS DE ARISTOTELES a twica concreta y —segiin nuestros conocimientos— podemos prever una gana de posibilidades en cuanto a contenido Bh ademas, podemos leer wsoneio amoroso», es mucho To que sabemos antes de ponernos a la lectura. Claro que la misma orientacién puede haber sido uili- zada por el autor como factor sorpresa y resulta que en la “novelas que abrimos no se encuentra ningdn relato 0 que Ua columia de periddico que leemos —adscrita, en princi- pio, a un agéncro no literario»— sea, en realidad, un poe~ ya perfectamente metrificado en lo que lo dnico que se ha transgredido es Ta convencién de los renglones cortos, en vez de los cuales se han colocado los versos uno detras de tro en dispesicién de prosa, En todo caso, st procedimientos Gxtremos como éstos aman la atencién, es indudable que Ia conveneidn genérica existe. Si no, el lector no se daria cuenta de que esté ante un sextrafiamienton THemos dicho que cl modelo de la Podica aristotélica es tan modelo hist6rico. Tenemos que subrayarlo ante las rei- teraciones pretéricas de los intentos clsicstas y Jas tenden= Gas actuales de otorgar wna intemporalidad no matizada fa sus principios. ‘Sin duda, la clasificaciGn por géneros literarios va uni- da indisolublemente a la historia de las series de moxiclos ‘atlfsticos que han tenide una vigencia y que han desapa- reeido o pueden desaparecer. Dificilmente hoy nadie escri- birfa una Epopeya como la Mliads ni un poema épico cone La dvaucana, La novela como haz. de rasgos” estilisticos tie- pre ya una vigencia de varios siglos, pero no tiene garanti- vada la eternidad de su permanencia. Es més, dicha vigencia “aparece como probleratica en cuanto nos damos cuenta, por ejemplo, de que bajo el mismo rétulo de snovelaw se Clasifican £1 Quijote, Ulises 0 Rayuel Los géneros, pus, remiten a coordenadas espacio-tem poraies, Son, st; manifestaciGn de las posibilidades creado- yas del hombre, pero también de la temporalidad de todo uehacer humano, (Qué tiene que ver la especificacion CHB. Toaacrievsnt, cThémasigues, en T Tadoror (ompi dor y titer), Thérse des Muratare Tate ces formats ais, Pats Seuil, .965. Tealuccién castellana. Buenos Aires, Signo, 1970, pags Tod) Vid. especialmente pays. 228252

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