Está en la página 1de 5

1.

El Modernismo

El Modernismo es un movimiento de renovación literaria que surgió -en principio en la


América hispana- a finales del siglo XIX como reacción a lo que entendían como una
excesiva atención a la cotidianeidad y al prosaísmo de la novela realista.

Los orígenes de este movimiento literario hay que buscarlos en los poetas
hispanoamericanos, al publicar el poeta nicaragüense Rubén Darío, en 1888, un libro de
poesía titulado Azul.

En este libro se observa una notable influencia de la literatura francesa, sobre todo del
Parnasianismo y el Simbolismo.

El Parnasianismo, con su afición por la mitología greco-latina, nórdica y oriental, y el gusto


por lo plástico, despierta el gusto de lo puramente estético y decorativo.
El Simbolismo pretende descubrir la realidad escondida de las cosas (los símbolos) y la
correspondencia que existe entre éstos y nuestras sensaciones (color, sonido, música…).
Podemos definir el Modernismo como un movimiento artístico que reacciona contra el
Realismo acusándolo de prosaico y ramplón que busca ante todo la belleza por sí misma,
los exótico, los exquisito y el Arte como única finalidad.

El espíritu de protesta que caracteriza a los modernistas se traduce en un afán de buscar


nuevas formas estéticas.

Los modernistas no sienten preferencia por los temas burgueses y cotidianos de los
realistas; sino que prefieren los aristocráticos: palacios elegantes, jardines exóticos,
princesas distinguidas. Todo está rodeado de esplendor: fuentes y estanques sobre los que
se reflejan elegantes cisnes y jardines cargados de árboles y plantas.
Prefieren la intimidad del poeta, manifestando los sentimientos más profundos de
melancolía, tristeza y nostalgia.
La métrica y la lengua se renuevan notablemente para lograr la sensación de que todo es
exquisito, refinado y selecto.

Se reutilizan los versos y estrofas de otras épocas, como el alejandrino del Mester de
Clerecía, o se recuperan otros que ya no se empleaban, como el decasílabo y
dodecasílabo.
El ritmo será una de las mayores innovaciones que los modernistas apliquen a sus versos.
Gracias a ello consiguen importantes efectos musicales y sonoros. Los acentos rítmicos
logran reflejar sus sentimientos
Utilizan un lenguaje cargado de palabras cultas (como olímpico, áureo, ágata…), de
metáforas y diversos recursos estilísticos.
2. La generación del 98

La generación del 98, por otra parte también supuso un aire de renovación pero más
centrado en acudir a esencias hispanas y a una sobriedad de lenguaje -lo selecto es acudir
a palabras antiguas-, también para huir de la vulgaridad de la novela realista.
Tras la pérdida de las colonias de América en 1898, año del que recibe el nombre esta
Generación, sus miembros reaccionan de manera similar:

Se rebelan y protestan ante el atraso de nuestro país. Esto hace que propongan soluciones
para la reconstrucción de la agricultura, la educación, la cultura y la economía del país.
También proponen la integración de España en Europa.
Exaltan nuestros valores nacionales y patrióticos, a medida que adquieren un mayor
conocimiento y aprecio de España.
Su afán reformador hace que adopten un determinado estilo literario para exponer sus
ideas:
Lenguaje sencillo y expresivo que rompe con la retórica recargada de la época.
Vocabulario apropiado, con el fin de reflejar de la forma más justa posible lo que se quiere
expresar. De ahí que abunden palabras cultas, extranjeras y populares.
Predominio de la oración simple, concisa y breve, evitando los párrafos largos y la
subordinación.
3. Antonio Machado

Tanto Antonio Machado como Ramón María del Valle-Inclán se inscriben indistintamente en
la Generación del 98 o en el Modernismo. El poeta sevillano tiene una honda preocupación
por la situación española que refleja en su segundo libro –Campos de Castilla– pero al
mismo tiempo, en el primero ha indagado en un nuevo lenguaje y nuevos recursos poéticos,
en un Modernismo intimista y nostálgico.

Este poeta sevillano nacido en 1875 dejó un gran legado dentro del Modernismo español y
formó parte de la denominada Generación del 98, siendo elegido miembro de número de la
Real Academia Española. Algunos de sus libros publicados más importantes fueron
"Soledades" y "Campos de Castilla" . Podemos destacar entre su obra poética: A un olmo
seco, Caminante no hay camino, El crimen fue en Granada, Anoche cuando dormía, Elegía
de un madrigal, Españolito que vienes al mundo y La mujer manchega.

Campos de Castilla

Es la obra principal de Antonio Machado. Está elaborada entre 1907 y 1917, y tiene 2 partes
diferenciadas.
- La primera, 1907 – 1912, se caracteriza por el profundo amor a la naturaleza, y es de una
descripción lírica emocionante, pues el autor nos hace partícipe de su palpitar en la tierra
Soriana, llevándonos por cada uno de sus rincones.

Igualmente el poeta comparte sus inquietudes existencialistas y finalmente el dolor por la


amada “Leonor Izquierdo”, que conocerá la publicación de su obra pocos días antes de
morir:

“Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.

Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.

Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.

Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar”

- La segunda parte (1912 – 1917), una vez ya muerta la esposa amada, se caracteriza por
la melancolía y las meditaciones filosóficas, donde el poeta encuentra en parte alivio por la
tristeza del “hachazo” recibido.

Campos de Castilla es una obra muy rica en contenidos y temas, ya que aborda desde el
paisaje, hasta las preocupaciones por España, desde Castilla, hasta el recuerdo y
melancolía:

1.- Castilla: Es un tema que siempre influyó en Machado: El libro "Castilla" de Azorín fue
una de sus principales admiraciones, junto con "Ruta de Don Quijote" del mismo autor. En
poemas como "La mujer Manchega", o "Fantasía Iconográfica" se puede ver esa influencia.

2.- España: Sobre todo sus preocupaciones sociales y políticas de la tierra soriana y
andaluza.
3.- Elogios: Género abundante en el poeta, ensalzando tanto la figura del autor como su
obra.

4.-Recuerdos: Añoranza de la tierra soriana, y en especial de su mujer Leonor Izquierdo.

5.-Lo popular: El gusto del poeta por ser voz del pueblo, se puede ver en "Proverbios y
Cantares".

6.- Dios.

4. Ramón María del Valle-Inclán

(Villanueva de Arosa, 1866 - Santiago de Compostela, 1936). Novelista, dramaturgo y


cuentista. Modernista de primera hora que satirizó con amargura la decadente sociedad
española de su época. Es autor de obras teatrales como El marqués de Bradomín,
Coloquios románticos, Romance de lobos, Cara de plata, Farsa y licencia de la reina
castiza, Voces de gesta, Divinas palabras, Los cuernos de don Friolera, Luces de Bohemia,
entre otras. Es el creador del Esperpento, género literario que se caracteriza por la
presentación de una realidad deformada y grotesca y la degradación de los valores
consagrados a una situación ridícula.

Entre su obra narrativa destacan Las Sonatas (otoño, estío, primavera, invierno), Flor de
Santidad, Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera, Gerifaltes de antaño,
Tirano Banderas, Estampas isabelinas, La corte de los milagros, ¡Viva mi dueño!, Baza de
espadas, y la serie El ruedo Ibérico.Profesó un auténtico culto a la literatura, por la que
sacrificó todo, llevando una vida bohemia, de pobreza.

Valle-Inclán pasó por una primera época modernista en sus Sonatas, pero pronto quemó
etapas hasta llegar a obras que definían un género inventado por él, el esperpento, una
deformación de la realidad que entraba dentro de las corrientes de literatura de vanguardia
y exponía a la vez la degradación de la situación del país.
Destaca su obra Luces de bohemia.

Luces de bohemia

Luces de Bohemia narra las últimas horas de vida de Max Estrella, en la década de 1920.
Escritor ciego, bohemio, de éxito intermitente, pasea su precaria situación económica por
las calles madrileñas. Lo acompaña en su funesto desfile final el sinvergüenza Don Latino
de Hispalis que, a modo de lazarillo, protagoniza junto a él una serie de diálogos y de
situaciones donde queda plasmada la mediocridad de la España de la Restauración, que
ahoga el genio y se decanta por la vulgaridad de una forma grotesca. A través de los
célebres espejos deformantes, Valle-Inclán aglutina una serie de críticas que focaliza en las
caducas calles de ese Madrid absurdo, brillante y hambriento. Para ello, utiliza un amplio
abanico de personajes que representan a las distintas clases sociales, desde la burguesía
con su Ministro de la Gobernación, a los trabajadores de la clase media, a los periodistas, a
los escritores modernistas o los presos políticos, llegando hasta los estratos más bajos, con
sus tabernas y prostitutas.

Cada personaje nos muestra la realidad de su condición y de su momento histórico. Las


clases altas, podridas de corrupción, asfixian a un proletariado perdido en su propia miseria,
que a veces quiere despertar, pero que al final volverá a caer en ese letargo cíclico al que el
putrefacto sistema de sobornos lo condena.

Dentro de este contexto Valle-Inclán utiliza el tema de la muerte como algo recurrente
durante toda la obra. Ya desde el principio, Max Estrella habla de suicidio con su esposa y
con su hija como vía de escape a su triste situación económica. A partir de ese momento, la
sombra de la muerte acompaña al protagonista por su periplo. Una muerte que esperará a
Max en la puerta de su casa, en forma de frío desgarrador, de la que sacará provecho Don
Latino de Hispalis, muestra de lo peor del alma hispana.

También podría gustarte