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Causas
En los primeros años del siglo XIX la monarquía de Carlos IV se encontraba muy
desprestigiada. Las razones residían en una crisis del sistema de gobierno, cuyas
figuras más destacadas eran entonces el rey, su esposa, María Luisa de Parma, y,
sobre todo, el favorito. Manuel Godoy, quien desde 1802 había acumulado un gran
poder
La desamortización ordenada por Godoy en 1798 para hacer frente a la crisis
financiera generada por las guerras con Francia y el Reino Unido había enemistado a
la Iglesia con el valido
Otro motivo de descontento era la subordinación de la política exterior española a las
necesidades de la Francia de Napoleón. Una de las consecuencias más graves de
esta sumisión fue la derrota en la batalla de Trafalgar (1805), donde fue destruida gran
parte de la armada española. Un nuevo acuerdo con Francia, el Tratado de
Fontainebleau (1807), permitió la entrada de tropas francesas para ocupar el reino de
Portugal y dividirlo en tres provincias, una de las cuales sería para Godoy.
Esta política errática levantó la oposición de un llamado «partido antigodoyista»,
también conocido como fernandino. Estaba integrado por nobles y clérigos favorables
al príncipe Fernando, hijo de Carlos IV. El partido fernandino preparó una conspiración
contra el rey. El a llamado proceso de El Escorial (1807) mostró las miserias de la
monarquía española, pues el mismo Fernando pidió perdón por haber conspirado
contra su propio padre y rey.
El segundo acto de esta crisis sucedió entre el 17 y el 19 de marzo de 1808. cuando el
motín de Aranjuez provocó la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su
hijo Fernando
La caída de Godoy y de Carlos IV agravó la crisis de la monarquía. Las tropas
napoleónicas, ya en España gracias al Tratado de Fontainebleau. era mal vistas por
los españoles. El ataque a Portugal se percibía como una e. cusa francesa para
ocupar toda la Península.
A la vez, Napoleón intervino en los asuntos de la familia real española y convocó a la
ciudad francesa de Bayona.
Desarrollo
La ocupación de España no fue tan rápida como creía Napoleón. victoria española en
la batalla de Bailén (julio de 1808), obligó al rey José I a abandonar Madrid y las tropas
se retiraron al norte de la Península.
Napoleón tuvo que replantearse la que llamó da maldita guerra de España y él mismo,
al mando de un ejército de 150.000 hombres, entró en Madrid el 2 de diciembre de
1808. El rey José I regresó también a la capital Durante su estancia en España el
emperador francés llevó a cabo reformas de corte revolucionario por las que suprimió
la Inquisición, el régimen señorial y los conventos.
Mientras, un ejército inglés, al mando del duque de Wellington, desembarcó en la
Península para ayudar a los portugueses en agosto de 1808. El ejército español
colaboró con Wellington.
La victoria francesa en Ocaña en octubre de 1809 y el avance hacia el sur permitieron
a Napoleón ocupar casi toda España, quedando libres solo Cádiz y el este peninsular.
En 1812, los efectos adversos de la campaña de Rusia, comandada por el propio
Napoleón, obligaron al emperador a retirar tropas de España para centrarse en otras
zonas de Europa. El debilitamiento de las tropas francesas en la Península fue
ampliamente aprovechado por las tropas anglo-españolas de Wellington.
Tras las batallas de Ciudad Rodrigo y los Arapiles la guerra se inclinó hacia el lado
anglo-español. La derrota francesa en Vitoria precipitó el abandono de José I en
agosto de 1813
Napoleón al borde de la derrota en Europa firmó con Fernando VII el Tratado de
Valençay. Con la firma de este tratado, Fernando VII fue repuesto en el trono y se dio
por finalizada la guerra.
Bandos
Durante la ocupación francesa, el pueblo español adoptó dos actitudes ante el ejército
invasor y la nueva dinastía de José I Bonaparte impuesta por Napoleón: patriotas y
afrancesados.
Los patriotas eran defensores de la monarquía borbónica y contrarios a la nueva
dinastía impuesta por Napoleón. Pero entre ellos también surgieron dos posturas:
- Unos vieron en la invasión la oportunidad para iniciar la reforma de
monarquía. Los partidarios de la reforma adoptaron el liberalismo con ideario y
fueron defensores de los cambios emprendidos por las juntas y las Cortes.
-Otros «patriotas» eran absolutistas, valedores del viejo orden, y veían en la
invasión francesa la justificación para mantener el sistema anterior sin reformas
ni aventuras revolucionarias.
El bando afrancesado también era heterogéneo. Hubo quienes se comprometieron
con la nueva dinastía de José I y colaboraron con ella en cargos y honores y quienes
adoptaron una actitud ambigua o interesada, derivada de la necesidad de mantener su
estatus social. Existió afrancesamiento cultural, político y de conveniencia.
INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS:
Causas y desarrollo
Causas
El Imperio español en América se mantuvo durante tres siglos con gran estabilidad y
fortaleza. Sin embargo, a comienzos del siglo XIX una serie de factores dieron lugar al
movimiento independentista:
-Los principales cargos económicos y de la administración de las colonias pertenecían
a españoles provenientes de la metrópolis y no a los criollos, que eran despreciados
socialmente.
-Los criollos se quejaban de los altos impuestos que tenían que pagar y de la
independencia comercial a España a la que estaban sometidos.
- La influencia de la revolución americana, iniciada en 1776, que supuso el nacimiento
de Estados Unidos.
- La revolución francesa de 1789, cuyas ideas inspiraron el pensamiento
emancipador.
- Los intereses del Reino Unido. Este país prefería países independientes en América
con los que poder comerciar libremente.
Desarrollo
Hubo dos fases:
- De 1808 a 1815: Coincide con la guerra de independencia en la metrópoli. En
América se creó un vacío legal similar al de España. También se formaron juntas
leales a Fernando VII, que al principio lo cuestionaron la administración española. Pero
en ellas el elemento criollo fue desplazando al peninsular En 1810, las juntas de
Caracas, Buenos Aires y Santa Fe de Bogotá proclamaron su intención de separarse
de España, según el ideario de las revoluciones americana y francesa. A pesar de las
reformas de las Cortes de Cádiz, con numerosos diputados americanos, la rebelión no
se detuvo. Las proclamas de 1810 contagiaron a otros territorios: Venezuela fue la
primera en declarar su independencia agosto de 1811.
La vuelta de Fernando VII en 1814 cerró esta fase.
-De 1816 a 1824 la lucha estuvo más organizada. Simón Bolívar y San Martín iniciaron
una serie de campañas que culminaron en la Conferencia de Guayaquil, donde
acordaron sus áreas de influencia. José de San Martin logró la independencia de Chile
(1817). En 1820 avanzó hasta Perú. Juntos consiguieron vencer a los españoles en
Carabobo y Ayacucho en 1824.
México consiguió la independencia en 1821
Consecuencias
La monarquía de Fernando VII no pudo frenar un proceso que parecía inevitable. A
ello se dedicaron ingentes recursos financieros, humanos y militares que dejaron
exhausta la Hacienda real y agravaron la tremenda crisis del país.
La independencia supuso, además, la pérdida del imperio americano para España, a
excepción de Cuba y Puerto Rico.
La intención de Simón Bolívar era crear en la zona que su ejército liberó una gran
federación de Estados americanos: la Gran Colombia. Este proyecto fracasó y el
territorio se dividió en tres repúblicas: Colombia, Venezuela y Ecuador. En el resto del
territorio independizado se crearon los diversos Estados que forman la actual
Hispanoamérica; la mayoría adoptaron la república como forma de gobierno en sus
constituciones, inspiradas en la de Cádiz.
En ellos el poder político y económico quedó en manos de la minoría criolla. El resto
de la población fue excluida del gobierno.
GUERRAS CARLISTAS:
Ámbito geográfico, ideario y apoyos sociales
Los carlistas eran los partidarios de que el sucesor de Fernando VII fuera su hermano,
Carlos María Isidro.
El programa ideológico del carlismo se resumía en la defensa de la religión, el
absolutismo monárquico, el foralismo (de ahí el apoyo que recibió en Cataluña,
provincias vascas y Navarra) y los privilegios del Antiguo Régimen. Su rechazo a las
reformas liberales iniciadas en las Cortes de Cádiz fue total, especialmente las que
afectaron a la Iglesia. Sus bases sociales fueron el clero, el campesinado pobre, gran
parte de la nobleza y sectores de las clases medias defensoras de los fueros.
La primera guerra carlista (1833-1840) se inició nada más morir Fernando VII. Se
pueden distinguir tres fases:
- Desde finales de septiembre de 1833 hubo brotes armados en Valencia, Castilla,
Navarra y las provincias vascas, con partidas rurales del jefe carlista Zumalacárregui.
La muerte de Zumalacárregui en el asedio de Bilbao en julio de 1835 finalizó esta fase.
- La segunda etapa de la guerra discurrió de julio de 1835 a octubre de 1837, con su
difusión a todo el territorio nacional. Destacó el general Cabrera
-De octubre de 1837 a agosto de 1839 tuvo lugar la tercera fase, que acabó con el
triunfo de las tropas gubernamentales. Dentro del carlismo surgió una división entre los
más conservadores (apostólicos) y los menos radicales, partidarios de negociar.
Triunfó esta última postura, lo que permitió la firma del Convenio de Vergara (29 de
agosto de 1839) entre los generales Espartero, del ejército isabelino, y Maroto, de las
fuerzas carlistas. En él se prometía el mantenimiento de los fueros vascos, que
Espartero incumplió. El rechazo a este acuerdo por el sector apostólico y del propio
don Carlos prolongó la guerra en Cataluña y Aragón hasta la derrota definitiva en
Morella (junio 1840) del general Cabrera.
Segunda guerra carlista (1846-1849)
Esta guerra se había iniciado en Cataluña y se desarrolló en diversos escenarios:
Cataluña, Valencia y Toledo. La razón de esta rebelión carlista estuvo en la oposición
al posible matrimonio entre Isabel II y don Carlos Luis, hijo de Carlos María Isidro, algo
que nunca se hizo realidad.
Estos partidos apenas tenían contacto con la realidad social a la que ignoraban. La
escasa participación en las elecciones hacía del pueblo, analfabeto y sumido en la
pobreza, mero espectador de la vida política, centrada en Madrid, sede del gobierno,
la corona y las instituciones. Consecuencia de ello fue un sistema electoral en el que
solo participaban los mayores contribuyentes.
Partido carlista
• Retorno al Antiguo Régimen.
• Absolutismo monárquico y soberanía real.
• Privilegios forales y estamentales:
• Restauración de la Inquisición
• Tuvieron el apoyo de la nobleza reaccionaria y de campesinos temerosos del
liberalismo.
Partido moderado
• El líder era el general Narváez
• Querían integrar a los carlistas, pero consideraban acabado el Antiguo Régimen.
• Soberanía compartida entre las Cortes y el rey, con más atribuciones de la corona.
• Ante todo estaba el “orden”
• Estado y administración muy centralizados
• Reconciliación con la Iglesia, aunque sin dar marcha atrás en las desamortizaciones,
• Representaban a las clases más ricas (alta burguesía, intelectuales, ejército...)
• Partidarios de unas Cortes bicamerales (Senado y Congreso)
Unión Liberal
• Surgieron en la década de 1850.
• El líder era el general O’Donnell
• Ausencia de una doctrina y de unos planteamientos políticos claros
• Se dedicaron a las obras públicas y a proyectos de modernización económica
cuando llegaron al poder.
• Recurrieron a las campañas militares en el exterior para desviar la atención de los
problemas internos
• Eran un término medio entre los moderados y los progresistas.
• Representaban a los sectores más acomodados de la sociedad.
• Defendían la soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
• Defendían el orden social.
Partido progresista
• El líder era el general Espartero
• Partidarios de las Cortes bicamerales electivas
• Soberanía nacional, representada por las Cortes.
• El rey ejercería el poder ejecutivo.
• Apoyaban el sufragio censitario, pero más amplio que los moderados.
• Pretendía robustecer los poderes locales.
• Apoyaban la Milicia Nacional.
• Su dogma económico se basaba en el librecambismo.
• Su base social eran las clases medias.
• Solo estuvieron en el poder por sublevaciones o pronunciamientos. La corona
siempre los marginó.
Partido demócrata
• Fundado en 1849.
• Soberanía nacional representada por las Cortes.
• Sufragio universal masculino.
• Limitación de los poderes del rey al mínimo.
• Apoyo a los poderes locales elegidos democráticamente.
• Fuerte apoyo a la Milicia Nacional.
• Contaron con el apoyo de las clases medias y bajas
• Reconocimiento de amplios derechos individuales y algunos derechos sociales como
el de huelga
• Defendían tanto la monarquía constitucional como la República
CONFLICTOS DEL SEXENIO DEMOCRÁTICO
Consecuencias políticas
La Monarquía democrática: Amadeo I (1871-1873)
La Primera República
La República tue proclamada por unas Cartes en las que no habla una mayoría de
republicanos Las ideas republicanas tenían escaso apoyo social y contaban con la
oposición de los grupos sociales o instituciones más poderosos del país. La alta
burguesía y los terratenientes, ios altos mandos del ejército, la jerarquía eclesiástica
eran contrarios al nuevo régimen.
Los escasos republicanos pertenecían a las clases medias urbanas, mientras las
clases trabajadores optaron por dar su apoyo al incipiente movimiento obrero
anarquista. La debilidad del régimen republicano provocó una enorme inestabilidad
política. Cuatro presidentes de la República se sucedieron en el breve lapso de un
año: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar.
En este contexto de inestabilidad, los gobiernos republicanos emprendieron una serie
de reformas bastante radicales que, en algunos casos, se volvieron contra el proplo
régimen republicano. Estas fueran las principales medidas adoptadas
• Supresión impuesto de consumos. La abolición de este impuesto Indirecto,
reclamada por las clases más populares, agravo el déficit de Hacienda.
• Eliminación de las quintas. De nuevo una medida popular propició el
debilitamiento del estado republicano frente a la insurrección carlista.
• Reducción edad de voto a los 21 años
• Separación de la Iglesia y el Estado. Este dejo de subvencionar a la Iglesia
• Reglamentación del trabajo infantil. Prohibición de emplear a niños de menos
de diez años en fábricas y minas.
• Abolición de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico,
• Proyecto constitucional para instaurar una República federal.
Se trata de un texto breve, con solo 89 artículos, que surgió como una síntesis y un
punto intermedio entre las dos constituciones precedentes, las de 1845 y 1869.
- El derecho de sufragio
Se dejaba pendiente al no precisar el sistema de votación. Dos leyes
electorales definirán este derecho: la de 1878 que retomó el sufragio
censitario, y la de 1890, que recuperó el universal.
Nacionalismo catalán
La reivindicación de cultura y la lengua catalanas dio lugar a la Renaixença desde el
segundo tercio de siglo, como movimiento literario y cultural. Durante la Primera
República.cl federalismo se convirtió en la base de una opción política del catalanismo,
bajo la dirección de Valentí Almirall, Pero el fracaso de la república postergó la
eclosión nacionalista. Fue con la Restauración cuando el nacionalismo catalán supuso
una reacción a la concepción de nación española de Cánovas. Hubo dos modelos
alternativos de catalanidad:
-El republicanismo federal catalán, que reclamaba la autonomía para Cataluña.
Su principal defensor fue Valentí Almirall.
El sector conservador se impuso a final de siglo. Con las Bases de Manresa (1892)
son un programa en el que se reclama el autogobierno y una división de competencias
entre el Estado y la autonomía catalana (La Unión Catalana sigue estos ideales), el
catalanismo adquirió un carácter de orientación tradicionalista y burguesa, con
intelectuales como Prat de la Riba y Cambó. En 1901 se creó la Liga Regionalista,
primer partido del nacionalismo catalán.
Nacionalismo vasco
El nacionalismo vasco surgió de dos hechos: las guerras carlistas, que acabaron con
la abolición de los fueros, y la industrialización, que provoco la llegada de inmigrantes
de otras provincias españolas y la rápida transformación de la sociedad vasca
tradicional.
Tras la derrota del carlismo en 1876, los fueristas se dividieron en dos grupos políticos:
unos defendían la unión vasco-navarra para reivindicar los fueros, mientras que los
segundos evolucionaron al autonomismo. La burguesía industrial enriquecida por el
desarrollo de la siderurgia y el comercio optó por apoyar el sistema canovista. La clase
obrera se distanció del nacionalismo.
Los principales líderes nacionalistas vascos procedían del carlismo. Sabino Arana, su
máximo líder e ideólogo, militó en el carlismo en su juventud. En 1895 fundó en la
clandestinidad el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Arana, de ideología clerical y
tradicionalista reivindicó la raza, la lengua y las costumbres con un carácter xenófobo y
racista.
Nacionalismos periféricos
A partir de 1883, el PSOE combinó el ideario revolucionario marxista con medidas más
realistas, como la participación en la vida política, la creación de las sociedades de
producción y consumo o la Mutualidad Obrera de Madrid. En 1886 apareció el
semanario El Socialista, pronto convertido en diario. En 1888, en un congreso en
Barcelona, se fundó la Unión General de Trabajadores (UGT) sindicato de orientación
socialista. En 1890 se celebraba por vez primera el 1° de Mayo con pequeñas
manifestaciones, y el mismo año se fundaba la primera casa del pueblo.
Su oposición a toda forma de poder, la acción violenta contra miembros del gobierno,
el ejército, la burguesía o la Iglesia o el ataque a las instituciones del Estado hicieron
del anarquismo una amenaza al poder establecido. Cánovas fue asesinado por un
anarquista, al igual que otros políticos de la época; incluso llegaron a atentar contra el
rey.
CRISIS DE 1898
Consecuencias
En Cuba, sin embargo, las reformas fueron más polémicas por la importancia de la isla
para España. En 1886 se abolió de forma total la esclavitud.
Estados Unidos, interesado en el Caribe desde tiempo atrás, intentó varias veces
comprar la isla de Cuba a España. Además, la guerra hispanocubana coincidió con la
expansión del imperialismo norteamericano en el propio continente, en el Caribe y en
Asia.
En febrero de 1899, España entregó al Imperio alemán las islas Carolinas, las
Marianas y las Palaos, a cambio de 25 millones de dólares. Quedaba así liquidado el
Imperio Español.
Consecuencias
Sus defensores más activos fueron políticos como Francisco Silvela y Antonio Maura.
Como resultado de ese ambiente y de los debates en la prensa de la época, se formó
en marzo de 1899 un gobierno presidido por Francisco Silvela. Pretendía regenerar el
país sin modificar el sistema ni el papel de la corona, el ejercito o los partidos. A pesar
de las buenas intenciones, el fracaso de este gobierno mostró la incapacidad del
sistema para evolucionar.
Por ello, hubo otro movimiento regeneracionista al margen del sistema: el de los
intelectuales, como Joaquín Costa, y unos escritores con los mismos principios, la
llamada generación del 98 (Unamuno. Valle-Inclán). Para ellos, España estaba en un
estado de postración. Partiendo de postulados pesimistas, intentaron formular un
diagnóstico y unas soluciones que denominaron «regeneración nacional». De las
obras sobre este tema destacó Oligarquía y caciquismo (1901), de Joaquín Costa.
Todas ellas cuestionaban la capacidad del pueblo español para progresar,
consideraban la falta de educación una de las causas fundamentales del atraso del
país y criticaban el sistema la Restauración y su funcionamiento.
La industria textil
Cataluña fue el centro de esta actividad fabril por la abundancia de mano de obra, la
mentalidad empresarial y la política proteccionista. Los industriales catalanes y los
terratenientes castellanos. o andaluces se oponían a la libertad de mercado. Hasta
1849 se optó por medidas proteccionistas. El resultado de ese proteccionismo supuso
la parálisis del comercio y de toda mejora de la actividad productiva, ya que la
ausencia de competencia desincentivó la innovación y la introducción de tecnología en
el sistema de producción.
Minería y siderurgia
La minería estuvo estancada durante casi todo el siglo por la escasa demanda, el
atraso económico, la falta de capitales y de tecnología y la intervención del Estado,
que frenaba la inversión extranjera.
Esta industria conoció una gran expansión a partir de 1871, con la creación de varias
empresas, como la sociedad Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero, origen de los
Altos Hornos de Vizcaya.
Transporte ferroviario.
En 1844 una real orden iniciaba el primer proyecto ferroviario, que se inauguró en
1848 con la línea Barcelona-Mataró.
La mayor intensidad constructiva se dio en la década que siguió a la ley de 1855, con
una media de 450 km por año
Pero la rentabilidad fue escasa debido a: el ancho de vía español era mayor al
europeo, el trazado radial siguió los intereses políticos y no económicos, mala calidad
de la vía de construcción, falta de viajeros y mercancías, baja demanda de productos
siderúrgicos y mecánicos españoles
REVISIONISMO POLÍTICO: Maura y Canalejas
A comienzos del siglo XX el sistema político de la Restauración seguía vigente. Pero a
finales del siglo XIX, una corriente ideológica, el regeneracionismo denunció los vicios
de ese sistema y realiza una serie de propuestas para la modernización política, social
y económica de España.
Cuando Alfonso XIII accedió al trono en 1902, los partidos dinásticos vivieron sendas
crisis. Ambos partidos optaron por reforzarse eligiendo nuevos líderes: Antonio Maura
(conservador) y José Canalejas (liberal), que representaban la nueva corriente de
políticos regeneracionistas. En 1905 se produjo una de las peores crisis del reinado.
Bajo la presión de militares, el gobierno aprobó, en 1906, la ley de jurisdicciones, por
la que los delitos contra el ejército y la patria serían juzgados por tribunales militares.
Esta ley mostró la creciente intervención del ejército en la política
El monarca llamó a formar gobierno a José Canalejas, que emprendió el intento más
importante de regeneración del sistema para lograr su progresiva democratización
La modernización del país implicaba la separación de la Iglesia y el Estado, la libertad
religiosa y el fin del monopolio religioso en la educación, así como la implantación de
una enseñanza laica.
Mientras tanto, se aprobó la llamada ley del candado (1910), que limitaba el
establecimiento de nuevas órdenes religiosas en España. Esto le valió la dura
oposición de los sectores católicos y del papado. Más fructífera fue su política de
reformas sociales. Se mejoraron las condiciones de vida y de trabajo de las clases
humildes con medidas de protección social: reducción de la jornada laboral, la ley de
accidentes de trabajo prohibición del trabajo nocturno de la mujer, la regulación del
derecho de huelga y los contratos colectivos. También sustituyó el odiado impuesto de
consumos por otro sobre las rentas urbanas, y con la ley de reclutamiento estableció el
servicio militar obligatorio en caso de guerra.
Respecto a las demandas descentralizadoras del catalanismo de la Lliga, logró que las
Cortes aprobasen la ley de mancomunidades en 1912. En Marruecos negoció con
Francia un nuevo tratado en 1912, que fue la base del Protectorado franco-español
sobre Marruecos.
CRISIS DE LA MONARQUÍA DE ALFONSO XIII:
Consecuencias de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa
-La falta de intención de hacer una renovación política por parte de los partidos
dinásticos obligó a hacer a estos gobiernos de concentración. Destacar el de 1918 en
el que estaban conservadores, liberales y miembros de la Lliga regionalista, con el
fracaso de éstos se volvió al turno dinástico.
Directorio Militar
Directorio Civil
El fomento de las obras dos de esta etapa. En 1926 se crearon las confederaciones
hidrográficas para aprovechar los ríos, tanto para el regadío como para la producción
de energía eléctrica.
La escasa conflictividad social del periodo de la dictadura se explica por la represión y
el desarrollo de una amplia política social y de una legislación laboral inspirada en el
sistema corporativo, basado en la intervención y mediación por parte del Estado
Final de la dictadura
La instauración de la república coincidió con la crisis mundial de 1929. El sector más afectado
fue el comercio exterior, la agricultura de exportación y la minería. Las dificultades económicas
más graves para la población se debieron a la falta de inversión.
La evolución negativa de la economía dificultó las reformas e intensificó la conflictividad social.
Aun así, fueron sobre todo los problemas políticos los que condicionaron negativamente las
reformas.
Las reformas
La política religiosa. El gobierno quería establecer una clara separación Iglesia-Estado y reducir
la influencia de la Iglesia en la sociedad española. Para ello desarrolló una serie de leyes en
cumplimiento de los principios secularizadores de la constitución, como la ley de divorcio de
1932. La Compañía de Jesús fue disuelta y sus bienes fueron nacionalizados. Por la ley de
confesiones y congregaciones religiosas de 1933 el Estado dejaba de realizar aportaciones a la
Iglesia y ordenaba el cierre de los centros docentes religiosos. Esto desencadenó una nueva
ofensiva de la jerarquía eclesiástica y de la prensa católica que la calificaron de persecución
anticlerical.
Las reformas laborales. El ministro de Trabajo, Largo Caballero, líder socialista, prosiguió la
política Social y laboral que ya había iniciado el gobierno provisional con una serie de leyes que
fueron aprobadas por las Cortes entre 1931 y 1932 como la ley de contratos de trabajo, que
regulaba los convenios colectivos en asuntos como la jornada laboral o el trabajo de las
mujeres y niños. Los contratos se harían por escrito con una duración mínima de dos años,
para proteger al trabajador.
Los estatutos de autonomía. Uno de los problemas que se arrastraba desde la Restauración
era la organización territorial del Estado. La constitución intentó resolverlo mediante el
reconocimiento del derecho a la autonomía de las regiones.
·En Cataluña la iniciativa partió de Esquerra Republicana.
·La elaboración del estatuto vasco fue difícil y compleja por las diferencias entre la izquierda
republicana-socialista y la derecha, PNV y carlistas. El proyecto fracasó porque Navarra lo
rechazó. Además, quedó paralizado tras la victoria de la derecha en las elecciones de 1933. No
fue aprobado hasta octubre de 1936.
·En Galicia se retrasó por la falta de un partido nacionalista fuerte y no llegó a ser ratificado
por el estallido de la guerra civil.
·En Andalucía una Asamblea Regional celebrada en enero de 1933 aprobó un anteproyecto de
estatuto.
·En Valencia, Aragón y Baleares sus aspiraciones autonomía se vieron frenadas por la guerra
civil.
La reforma agraria. Fue la obra de mayor envergadura del bienio de izquierdas. El problema
agrario presentaba una doble vertiente: presentaba rasgos arcaicos: atraso técnico, baja
productividad y mano de obra abundante y barata; y una inadecuada estructura de la
propiedad con predominio de parcelas minúsculas en el norte, y extensos latifundios en el
centro y el sur. Había un enorme proletariado rural en la miseria.
Alcalá Zamora encargó a Azaña la formación del gobierno, compuesto solo. por republicanos
de izquierda, ya que los socialistas rechazaron volver a una coalición con los republicanos.
Constituidas las nuevas Cortes, se abrió una inoportuna crisis que debilitó al ya frágil gobierno
republicano: la Cámara destituyó al presidente de la república, Alcalá Zamora, rechazado tanto
por la izquierda como por la derecha. En mayo Azaña fue elegido presidente.
Azaña intentó formar un gobierno de coalición de republicanos y socialistas, presidido por
Prieto, y encargó a Casares Quiroga la formación de un gobierno de republicanos de izquierda.
Mientras, triunfaban los anarquistas y del sector más radical de la UGT, dirigido por Largo
Caballero, en las derechas autoritarias, cuyo líder era Calvo Sotelo, se afianzó el discurso de la
subversión y la insurrección.
Ante los violentos enfrentamientos callejeros entre militantes de la izquierda y la derecha, en
particular la impulsada por las milicias armadas falangistas, el gobierno reaccionó deteniendo a
José Antonio Primo de Rivera y cerrando las sedes de Falange. La violencia callejera y los
crímenes políticos siguieron. El 13 de julio fue asesinado Calvo Sotelo, como represalia al
asesinato del teniente Castillo de la Guardia de Asalto, hecho que aceleró la sublevación
militar.
La España Republicana
Tras producirse la sublevación militar el 18 de julio, el jefe del gobierno, Casares Quiroga,
ordenó disolver las guarniciones rebeldes y librar a los soldados de la obediencia a sus jefes.
Temeroso de la revolución e incapaz de controlar la situación, dimitió.
Azaña encargó formar gobierno a José Giral, que al no tener ejército para detener la
sublevación dio orden de repartir armas a los militantes de las organizaciones obreras. Con
esto, el Estado republicano se desplomó y el poder en el territorio se fragmentó y cayó en
manos de las milicias armadas de los partidos y sindicatos obreros que trataron de organizarse
en comités, juntas y consejos. Estos organizaron de forma autónoma la lucha y la represión
contra los sublevados, y comenzaron una revolución.
Desde ese momento y hasta los primeros meses de 1937, se desató un terror incontrolado a
manos de los comités, de las milicias y de los «tribunales populares». Empezó con la
eliminación de quienes habían participado en la sublevación o bien de personas de ideológica
derechista. Hubo incendios de iglesias y conventos, y asesinatos de militares y políticos
derechistas.
Paralelamente, los anarquistas de la CNT y gran parte de la UGT emprendieron una profunda
revolución social, cuya mejor expresión fueron las colectivizaciones.
A finales de agosto de 1936, el rápido avance de los sublevados hacia Madrid y la política de no
intervención de Francia y el Reino Unido provocaron la dimisión del gobierno de Giral. Hubo
que formar un gobierno de coalición.
En septiembre, Largo Caballero formó un gobierno al que se incorporaron socialistas,
republicanos, comunistas y nacionalistas catalanes y vascos. Largo Caballero remodeló su
gobierno y entraron cuatro ministros anarcosindicalistas. Entre ellos Federica Montseny, la
primera ministra de la historia de España. Los objetivos eran reconstruir los poderes del Estado
republicano, dirigir y frenar la revolución y transmitir una imagen de la república aceptable a
los ojos de las democracias europeas. Pero lo prioritario era formar un verdadero ejército
regular, el Ejército Popular de la república, y constituir un mando centralizado.
Las tensiones se acrecentaron, los comunistas y la mayoría de los socialistas eran partidarios
de poner fin a la hegemonía política de los sindicatos, mientras que los anarcosindicalistas no
estaban dispuestos a renunciar a las colectivizaciones.
En mayo de 1937 se formó el gobierno del socialista Juan Negrín, con representantes de todos
los partidos del Frente Popular.
Este gobierno reforzó el ejército y unificó los planes militares bajo un solo mando. Intentó
organizar una industria de guerra y acabó con la etapa revolucionaria, desmantelando las
colectividades y restituyendo las tierras a los propietarios.
Ante el rumbo desfavorable de la guerra, estallaron las tensiones entre los partidarios de
negociar la paz con Franco (Azaña y Prieto) y los de resistir a ultranza (Negrín y los comunistas).
Tras la caída de Cataluña, se produjo el reconocimiento del gobierno de Franco por Francia y el
Reino Unido. La dimisión de Azaña en febrero de 1939, la difícil situación de la retaguardia y la
falta de alimentos básicos aceleraron el pesimismo de la población y de los jefes militares y
dirigentes socialistas y republicanos. Solo Negrín, con su lema «Resistir es vencer», y los
comunistas, defendían la necesidad de resistir hasta el final. En estas circunstancias se produjo
el golpe de Estado del coronel Casado, jefe del Ejército del Centro, que aceleró el fin de la
república.
La España ‘’nacional’’
Como la CEDA, la extrema derecha monárquica, los carlistas y Falange carecían de un proyecto
político unitario, el ejército se convirtió en el pilar básico en la formación del nuevo Estado. Se
constituyó en Burgos una Junta de Defensa Nacional, integrada solo por militares que
proclamó el estado de guerra y todo el territorio quedó bajo control militar. Se prohibió toda
actividad política y sindical de cualquier signo ideológico; se paralizo la reforma agraria y se
devolvieron las tierras a sus antiguos propietarios; y se restableció la bandera roja y gualda
como bandera de España en lugar de la tricolor republicana.
Entre julio y septiembre de 1936, los militares sublevados practicaron una brutal y selectiva
represión en forma de ‘’sacas’’ y ‘’paseos’’. Las primeras víctimas fueron los militares y
miembros de las fuerzas del orden público que se negaron a secundar la rebelión y que fueron
inmediatamente fusilados. A continuación, miembros del Frente Popular, intelectuales y
funcionarios, principalmente maestros fueron encarcelados, torturados y fusilados, sin juicio
previo o mediante juicios presididos por tribunales militares.
El paso siguiente de la Junta de Defensa fue establecer una dirección militar y política
unificada.
En esta tarea de unificación política fue esencial la labor de Ramón Serrano Súñer, miembro de
la CEDA, que convenció a Franco para crear un régimen de partido único similar al de los
Estados fascistas mediante la fusión de Falange Española y la Comunión Tradicionalista.
El 19 de abril de 1937 se dio a conocer el Decreto de Unificación por el que se creaba un
partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que fusionaba a falangistas y
carlistas bajo la jefatura suprema de Franco. El nuevo partido adoptó el saludo fascista de
brazo en alto, el uniforme de camisa azul de los falangistas y la boina roja de los carlistas, y
como emblema, el yugo y las flechas de los Reyes Católicos.
En enero de 1938 se formó el primer gobierno de Franco, en el que estaban representadas las
distintas fuerzas (militares, falangistas, carlistas y monárquicos). Franco derogó toda la obra
reformista de la república. Abolió los estatutos de autonomía e impuso el castellano como
única lengua oficial. Anuló la legislación laica. La Iglesia recuperó todos sus bienes y privilegios.
Una de las principales preocupaciones fue el control ideológico. Para lograrlo se suprimieron
las libertades de reunión y de asociación. Se implantó la censura previa, y todos los medios de
comunicación de producción cultural se pusieron al servicio del Estado. En el ámbito exterior el
régimen franquista fue reconocido oficialmente por la Alemania nazi y la Italia fascista desde
noviembre de 1936 y por Portugal y el Vaticano a partir de 1938. En 1939 lo hicieron Francia y
el Reino Unido.
FASES DE LA GUERRA
El avance nacionalista durante los primeros meses de la guerra
Un elemento clave para comprender la victoria final de los nacionales fue el "puente aéreo"
organizado con aviones alemanes e italianos que permitió el rápido traslado del Ejército de
África a la península. Los legionarios y regulares iniciaron un rápido avance hacia Madrid. En el
camino, el general Yagüe decidió desviarse hacia Badajoz, la ciudad cayó y se inició una brutal
represión que escandalizó al mundo y produjo un gran número de víctimas.
Las tropas continuaron su avance hacia Madrid y antes de llegar, Franco decidió desviar de
nuevo las tropas para lograr la "liberación del Alcázar", que fue un gran triunfo
propagandístico para Franco. Mientras, Mola aisló al Pals Vasco de la frontera con Francia.
La Batalla de Madrid
El 18 de octubre de 1936 las fuerzas nacionalistas dirigidas por Varela llegaron a las afueras de
Madrid. En noviembre se inició la Batalla de Madrid, ocuparon Alcorcón, Leganés, Getafe y
Cuatro Vientos. La caída de la capital en manos de los rebeldes parecía inminente. La moral de
la población madrileña aumentó con la llegada de refuerzos exteriores. Las Brigadas
Internacionales, organizadas esencialmente por los comunistas; tanques y aviones rusos…
llegaron para ayudar en la defensa de la capital. La ciudad fue sometida a bombardeos aéreos
por aviones alemanes y se produjeron duros combates. Las tropas republicanas consiguieron
resistir y, finalmente, Franco ordenó el fin del asalto frontal a la ciudad.
El final de la guerra
Tras tomar Barcelona, las tropas franquistas llegaron a la frontera francesa en febrero de 1939.
Ante la inminente derrota, las divisiones internas se hicieron aún más profundas en el bando
republicano. El gobierno de Negrín proponía la resistencia a ultranza, para que el conflicto
español quedara integrado en la inminente guerra mundial. Así, la República española
encontraría aliados que le permitirían cambiar el signo de la guerra. Defendiendo la
negociación de la derrota con Franco, el coronel Casado dio un golpe contra el gobierno de
Negrín. Pese a las propuestas de negociación de Casado, Franco exigió la rendición
incondicional. El 28 de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid y el 1 de abril de 1939
terminaba la sangrienta guerra.
Todas estas familias tuvieron un papel secundario, Franco siempre impidió que alguien
acaparara demasiado poder y buscó un equilibrio que garantizara su poder total.
Represión
La Ley de Responsabilidades Políticas de 1939 fue la herramienta jurídica utilizada para la dura
represión que llegó al final de la guerra. Se habilitaron campos de concentración y las
ejecuciones se contaron por decenas de mies.
La represión de la posguerra propició un clima de terror generalizado entre gran parte de la
población.
Cambios legislativos
• Ley de Prensa, 1966: levantó algo la presión de la censura.
• Ley Orgánica del Estado; 1966: no trajo ningún cambio de interés.
• Forzado por su avanzada edad, Franco tuvo que designar un sucesor, Juan Carlos de Borbón,
nieto de Alfonso XIII
EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL DEL FRANQUISMO
La autarquía de posguerra
En 1939 España era un país arruinado, destruida demográficamente, el hambre y la extrema
necesidad eran la realidad cotidiana.
La solución que dio el régimen franquista fue la autarquía, una política económica basada en la
búsqueda de la autosuficiencia económica y la intervención del Estado. El intervencionismo del
Estado se extendió par gran parte de la economía nacional. El Estado fijó los precios agrícolas y
obligó a los campesinos a entregar los excedentes de las cosechas.
La sociedad de consumo
Pese a sus limitaciones, el desarrollo económico propició la aparición de la sociedad de
consumo en España. La extensión del uso de electrodomésticos, de televisión y del coche,
fueron los elementos que mejor ejemplificaron la nueva sociedad.
La sociedad de consumo, caracterizada por el acceso a más información y por una mayor que
movilidad, trajo, especialmente entre los más jóvenes, una nueva mentalidad que chocaba con
el tradicionalismo del régimen:
• Progresiva relajación de la importancia de la Iglesia.
• Nuevos hábitos de relación social y nuevas pautas de relación entre ambos sexos.
• Costumbres e indumentarias que llegaron a través del turismo.