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REPRESIÓN FRANQUISTA

EN EL FRENTE DE LEVANTE

Pablo Rodríguez Cortés

eneida
María Isabel Sicluna Lletget
Francisco Javier Casado Arboniés (eds.)

Editorial Eneida
Puntos de vista/ 20
ARQUEOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA FORENSE EN TERRITORIO
AGLA. LA FOSA COMÚN DE GUERRILLEROS DE VILLAREJO DE LA
PEÑUELA (CUENCA)

Manuel Polo Cerdá, Elisa García Prósper, Eva Cruz Rico, Elena Ruiz Conde,
Carme Coch Ferriol y Susana Llidó Torrent (Grupo Paleolab)

A Manuel Polo Solaz (1917-2009)


(...) hasta que quede un pedazo de tierra tenemos que luchar hasta que tiremos al invasor.
Chelva (Valencia), 12 de febrero de 1939

RESUMEN
eneida
Entre el 28 de abril y el 5 de mayo de 2007, se efectuó la exhumación de una fosa
común de guerrilleros de la AGLA (Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón) en
Villarejo de la Peñuela (Cuenca). Los hechos investigados corresponden al asesinato
de los cuatro guerrilleros fallecidos el 16 de octubre de 1948 por las fuerzas de la
Guardia Civil, en un lugar conocido como Cerro de la Cabeza, en el término munici-
pal de Villarejo de la Peñuela, donde se asentaba un campamento.
Los hechos están documentados en la Memoria Histórica Anual de la Coman-
dancia de la Guardia Civil de Cuenca correspondientes al día 16 de octubre de 1948.
No obstante, en ningún momento de la documentación analizada se hace referencia
a la inhumación de los cuerpos. La recogida de testimonios ha permitido a lo largo
de los últimos años situar la fosa en el interior del cementerio municipal de Villarejo
de la Peñuela.
El estudio antropológico forense permitió documentar que la fosa contenía res-
tos humanos correspondientes a cuatro esqueletos, y que se han identificado gené-
ticamente con los familiares vivos, confirmando la identidad de tres de los cuatro
guerrilleros.
Los resultados ponen de manifiesto que los cuatro cadáveres presentan un cua-
dro común de politraumatismos en miembros superiores e inferiores (fracturas peri-

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mortem) de gran entidad cinética, así como traumatismos craneales severos, e incom-
patibles con la vida, y cuyo mecanismo de producción fueron lesiones por arma de
fuego y aplastamiento por piedras de gran peso.
Esta investigación ha permitido definir la verdadera realidad de este enfrenta-
miento históricamente documentado.

INTRODUCCIÓN

Este trabajo resume una de las investigaciones desarrolladas por Grupo Paleolab
y la Asociación La Gavilla Verde desde septiembre de 2006 hasta diciembre de 2007,
en el marco del proyecto de investigación Recuperación de desaparecidos y represaliados
por el franquismo durante el periodo guerrillero. Este proyecto surge desde la Oficina de
Desaparecidos de la Asociación La Gavilla Verde (Santa Cruz de Moya, Cuenca) en
2003.
El proyecto se tramitó a través del Ministerio de Presidencia, según O.M.
PRE/3945/2005 de 16 de diciembre (BOE, 17 diciembre), y de acuerdo con las ba-
ses reguladoras de la Orden Ministerial PRE/99/2006, de 27 de enero, se presentó el
proyecto mencionado, siendo aprobado por dicho Ministerio en fecha de 12 de sep-
tiembre de 2006 (BOE de 13 de septiembre de 2006) con el código 54.1, y siendo el
gestor del proyecto la Asociación La Gavilla Verde (LGV) y Grupo Paleolab el encar-
gado de los trabajos de exhumación, estudio antropológico forense e identificativo.
Desde el año 2000 se vienen realizando regularmente exhumaciones de fosas
comunes de represaliados durante la guerra civil española (1936-1939) y postguerra,
dentro de un contexto que se ha venido a denominar como de Recuperación de la Memo-
ria Histórica, en un ámbito administrativo, bajo control de Ayuntamientos y Conseje-
rías (de Cultura, al amparo de la Ley General de Patrimonio Histórico Español –Ley
16/1985 de 25 de junio–, y Sanidad, al amparo del Reglamento de Policía Sanitaria
Mortuoria –Real Decreto 2263/1974 de 20 de julio–), pero sin control judicial en la
mayor parte de casos, por archivo o prescripción de presuntos delitos según autos de
Juzgados de Primera Instancia e Instrucción. Esta situación, de la cual se ha inhibido
la Justicia española (por el momento), no está exenta de debate y controversia, la
cual tendrá al fin que dar una solución, pues miles de españoles siguen desaparecidos
después de sesenta, o incluso menos, años. En todo caso, y desde nuestro punto de
vista, consideramos que es necesario el control administrativo de estas exhumacio-
nes, control que debería suponer una garantía legal y no las invalida en cuanto a su
capacidad para ser prueba en futuros litigios judiciales, siempre y cuando se cumplan
aspectos básicos sobre la preparación de los equipos técnicos de exhumación, la
cadena de custodia de los restos recuperados (en qué laboratorios se producen las
investigaciones) y sean validados por la Administración competente los diferentes
técnicos (arqueólogos, antropólogos, médicos, biólogos, etc.).

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Entre las numerosas fosas exhumadas hasta el momento, sólo entre el año 2000
y abril de 2008 se habían excavado 171 fosas y exhumado 4.054 cadáveres (Etxebe-
rria, 2005, 2007, véase Tabla 1; El País, 14-9-2008). Verdaderamente, estos trabajos
constituyen todo un movimiento científico y cívico, muy activo en pro de la recupe-
ración de nuestra historia más reciente, olvidada por el yugo de los vencedores de un
golpe de estado, de una guerra feroz y de una dictadura salvajemente represora. En
este marco de actuación, los casos de identificación de guerrilleros antifranquistas
han supuesto una excepción dentro de este panorama de trabajos arqueológicos, sal-
vo la investigación que se recoge en este trabajo y otros pocos casos procedentes de
Cuenca1 (Polo, 2008), Teruel (Polo, 2008), Andalucía y Extremadura.
Lo que es evidente es que estamos en un momento de máxima eclosión de los
trabajos de recuperación de restos humanos procedentes de fosas, quizás en detri-
mento de una necesaria planificación inicial centralizada, que seguramente hubiera
organizado todas estas investigaciones bajo un prisma común. La realidad es que
diferentes grupos de investigación adscritos a asociaciones, universidades o incluso
de índole privada, pero al amparo de asociaciones memorialistas o agrupaciones de
familiares con interés legítimo en la recuperación de sus desaparecidos, se han invo-
lucrado en las exhumaciones, pero sin una interrelación y sin criterios comunes de ac-
tuación. Llevar a cabo el mapa de las fosas del territorio nacional donde poder ubicar

eneida
con exactitud las posibles áreas susceptibles de actuación arqueológica forense es una
actividad prevista por el Gobierno (que también implica a las Comunidades Autóno-
mas), y ha supuesto un primer impulso de centralización de las investigaciones. Por
el contrario, un protocolo de actuación común sobre las exhumaciones todavía está
pendiente de ver la luz, y quizás éste debería haber sido el primer paso. La creación de
un archivo oral de una generación de supervivientes que se extingue cada día, es otra
de las tareas que bajo la ayuda gubernamental, o no, están desarrollando desde hace
años asociaciones como La Gavilla Verde e historiadores contemporáneos.

AÑO NÚMERO DE FOSAS CADÁVERES

2000 1 13
2001 1 4
2002 11 35
2003 35 242
2004 21 175
2005 26 192

Tabla 1. Impacto de las exhumaciones de fosas comunes de la Guerra Civil y la postguerra


(periodo 2000-abril 2005). Fuentes: Etxeberria (2005, 2007)

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El presente proyecto también se integra dentro de las actividades arqueológicas
y antropológicas que Grupo Paleolab viene desarrollando desde 2003 y cuyo historial
de actuaciones asciende a siete intervenciones hasta 2008 y tiene previstas cinco más
para los próximos años (Tabla 2) de muy variada tipología con la recuperación de
más de medio centenar de restos humanos.

LUGAR DE LA FOSA
LOCALIDAD COMARCA PROVINCIA N.º AÑO
EXHUMACIÓN
Corredor de
Almansa Albacete Cementerio 3 2005
Almansa
La Ginebrosa Bajo Aragón Teruel Cementerio 1 2005-2006

Fuertescusa Serranía Alta Cuenca Cementerio 1 2006


Alcalá de la
Gúdar-Javalambre Teruel Masía los Olmos 10 2006
Selva
Villarejo de la
La Alcarria Cuenca Cementerio 4 2007
Peñuela
Monroyo Matarraña Teruel Cementerio 0 2007
Singra Cuenca del Jiloca Teruel Cementerio 36 2007-2008

Benageber
Albalat dels
Tarongers
Valencia
Camp deeneida
La Serranía

Morvedre
L´Horta
Valencia

Valencia
Valencia
Cementerio

Cementerio
Cementerio civil
8

9
2
2009-2010
La Pesquera Manchuela Cuenca Cementerio 1

Mora de
Gúdar-Javalambre Teruel Mora de Rubielos 11
Rubielos

Tabla 2. Exhumaciones de fosas de la Guerra Civil y la Dictadura desarrolladas por Grupo


Paleolab en territorio AGLA, periodo 2005-2007

MARCO LEGAL DE LAS EXHUMACIONES DE FOSAS COMUNES DE LA GUERRA CIVIL


Y LA DICTADURA (1939-1975)

La exhumaciones de fosas de la Guerra Civil y la dictadura franquista vienen re-


guladas por la reciente Ley 52/2007 de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían
derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la
Guerra Civil y la dictadura (BOE, 27 de diciembre de 2007).
Hasta la aprobación de la mencionada ley, estas actuaciones se venían desa-

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rrollando en un marco legal dudoso, a veces ni siquiera controlado desde ninguna
institución pública, garante del desarrollo eficaz de los trabajos científicos y de los
derechos privados y públicos que pudieran ser constitutivos de protección. Incluso
en muchos casos, los trabajos exclusivamente han estado supeditados a la normativa
de actuaciones arqueológicas a través de lo que indica la Ley General de Patrimonio
Histórico Española (Ley 16/1985, de 25 de junio) y en las diferentes leyes de patri-
monio autonómicas, dependiendo de si el ámbito de actuación contiene su propia
legislación o no. En otras ocasiones, ni siquiera ha existido un expediente adminis-
trativo regulador.
La creación de la Comisión Interministerial para el estudio de la situación de las víc-
timas de la Guerra Civil y del Franquismo por el Ministerio de Presidencia (Real Decreto
1891/2004 de 10 de septiembre), y las convocatorias de ayudas públicas (en 2005 y
siguientes), permitieron cumplir algunos de los fines de la Comisión, y sentaron al-
gunas de las bases de actuación en materia de exhumaciones, que más tarde vendrían
reguladas en el anteproyecto de ley de 2006 y finalmente en la vigente Ley 52/2007.
En todo caso, la Ley 52/2007 en sus artículos 11 a 14, indica definitivamente las
directrices de las actuaciones relativas a las exhumaciones de fosas de la Guerra Civil
y la dictadura franquista. En 2009 Cataluña aprobará su propia ley marco en esta ma-
teria, la cual ya se ha iniciado con un mapa de las fosas presentes en sus territorios.
Así, la Ley 52/2007 en el artículo 11 hace referencia a la colaboración de las
administraciones públicas con los particulares para la localización e identificación de
víctimas. Se hace hincapié en facilitar la indagación, localización e identificación de
las fosas y desaparecidos.
El artículo 12 se refiere a la accesibilidad a mapas territoriales de fosas, así como
a la elaboración de un mapa integrado y protección de áreas susceptibles de interven-
ción arqueológica. Esta tarea, desde nuestro punto de vista, debe centrar el mayor de
los esfuerzos aprovechando el testimonio de esa generación superviviente al borde
de su desaparición en esta primera década del siglo XXI.
El artículo 13 se refiere a las diferentes autorizaciones administrativas que se
tiene que dar para la realización de las actividades de localización e identificación.
Especialmente se cita como base la normativa sobre patrimonio histórico a efectos
de autorizaciones, publicidad y «reinhumación». Se habla de un protocolo que deberá
aprobar el Gobierno, pero que a fecha de hoy no existe.
Finalmente, el artículo 14 habla del acceso a los terrenos afectados por los traba-
jos de localización e identificación de fosas, y expone la necesidad de autorizaciones
y consentimiento por parte de los particulares.
No obstante, sobre este marco legal básico que constituye la Ley 52/2007, las
exhumaciones quedan también supeditadas a la legislación vigente en materia de
patrimonio histórico y a la legislación sobre prácticas tanatológicas, tal y como deter-
mina el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria (Real Decreto 2263/1974 de 20

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de julio), y en su defecto, la reglamentación que las Comunidades Autónomas hayan
dispuesto en materia relativa a cadáveres y cementerios.
Por lo que respecta a los permisos administrativos requeridos, y especialmente
en el caso que nos ocupa, de acuerdo con la Ley 52/2007 y la Orden PRE/99/2006
de 27 de enero, se obtuvieron los siguientes:
• Autorizaciones de los familiares de los fallecidos o de sus representantes
legales (por ejemplo, Asociación La Gavilla Verde).
• Autorización de la administración competente en materia de excavaciones o
prospecciones arqueológicas, en aplicación de los artículos 41 y 42 de la Ley
16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Nacional.
• Autorización de la Administración Sanitaria de la Comunidad Autónoma
como de la Administración Local, en cumplimiento de las normativas de
Policía Sanitaria Mortuoria. En general se ha recurrido al permiso de cada
Ayuntamiento competente en esta materia.
• Autorización del propietario del terreno donde se ubique la fosa, tanto si es
particular como si es propiedad municipal, autonómica o estatal.

PROTOCOLOS METODOLÓGICOS DE ACTUACIÓN

eneida
Las exhumaciones y casos investigados por nuestro grupo han seguido las pautas
recomendadas por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de
las Naciones Unidas (Proyecto Mex/00/AH/10) que determina el Protocolo Modelo
para la investigación Forense de muertes sospechosas de haberse producido por violación de los De-
rechos Humanos.
Si bien no se trata de excavaciones arqueológicas al uso, la obtención de datos se
ha abordado siguiendo la metodología arqueológica convencional con aplicaciones
de las Ciencias Forenses, especialmente de la medicina forense (patología forense), la
antropología forense, la balística, etc.
El protocolo de trabajo seguido en cada una de las intervenciones arqueológicas
ha tenido tres fases:

Fase I: Análisis documental y recogida de datos antemortem

• Búsqueda del lugar de la fosa donde se encuentran enterrados los presuntos


desaparecidos.
• Estudio documental, contactos personales y estudio de archivos (civiles, pa-
rroquiales, judiciales, etc.).
• Búsqueda de testigos, en caso de que no haya documentos.
• Visita previa al lugar donde se halla la presunta fosa y estudio preliminar
prospectivo.

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• Solicitud de los permisos correspondientes (Consejerías, Ayuntamientos) y
consentimiento informado a los representantes de las familias de los desapa-
recidos, promotores de la búsqueda.

Fase II: Exhumación y recuperación de los restos óseos de las fosas

• Alquiler de viviendas o alojamiento donde pueda residir el equipo de trabajo.


• Intendencia.
• Traslado del personal al municipio donde se halla la fosa.
• Tareas de exhumación arqueológica:

1. Utilización del método cronoestratigráfico Harris con un sistema de fichas de


registro funerario desarrolladas por Grupo Paleolab y empleadas en las excava-
ciones tanto de necrópolis arqueológicas como de fosas comunes. También uso
de protocolos y fichas de registro confeccionadas por otras entidades o socieda-
des científicas.
2. Utilización de herramienta habitual en cualquier trabajo arqueológico, además de
instrumental específico de excavación de restos óseos.
3. Levantamiento planimétrico de la fosa, topográfico del lugar y de cada esqueleto.

eneida
4. Fotografía digital: general, del proceso de trabajo y detalle para verificar posición
y deposición de los restos antropológicos, así como gestos funerarios de la des-
composición cadavérica.
5. Tareas de inventario de los restos antropológicos en un laboratorio provisional
o de campo, previo lavado de los restos humanos con agua y secado natural.
6. Documentación videográfica del proceso de exhumación.
7. En los casos positivos, traslado de los restos óseos al Laboratorio de Antropolo-
gía Forense de Grupo Paleolab, donde se realiza el análisis antropológico forense
y toma de muestras biológicas para identificación genética.

Fase III: Estudio antropológico forense, de patología forense e identificativo

En esta fase, el equipo técnico es multidisciplinar tanto en el campo como en el


laboratorio (pueden participar médicos, antropólogos, biólogos, arqueólogos, etc.

III.1. En la fase de campo

Dirección arqueológica con experiencia acreditada en materia funeraria (dirige todo


el proceso de exhumación).
Dirección antropológica forense (valoración de campo de los esqueletos desde un pun-
to de vista bioantropológico, recoge las observaciones tafonómicas, la disposición
del esqueleto, orientación, superposición, documenta lesiones in situ, etc.). Para el

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análisis de gestos funerarios se utilizan las propuestas de Duday et al. (1990), el ma-
nual de Mallegni & Rubini (1994) y la propuesta por Polo et al. (2004).
Equipo técnico formado por arqueólogos y antropólogos (trabajan exclusivamente
en la fosa perfilando los esqueletos, documentando hallazgos biológicos o elementos
asociados a los esqueletos como indumentaria, objetos personales, proyectiles, se
encargan del levantamiento de los esqueletos según áreas anatómicas prefijadas bajo
la supervisión arqueológica y antropológica forense).
Auxiliares de arqueología especializados (realizan otras tareas fuera de la fosa como
planificación, asistencia de materiales, colaboración topográfica, limpieza de restos
óseos, etc.).
Documentalistas y antropólogos culturales (recopilación de nuevos datos en fichas an-
temortem, recogida de testimonios en formato videográfico o sonoro, filmación del
proceso de exhumación, etc. Complementan la fase I)

III.2. En la fase de laboratorio

Estudio antropológico físico (se establece el perfil bioantropológico o identificativo


básico: edad, sexo, estatura, raza, lateralidad, etc.).
Para el análisis antropométrico y cuarteta básica de identificación se emplean los
Standards for Data Collection from Human Skeletal Remains de Buikstra & Ube-
laker (1994).
Para el estudio de restos óseos infantiles que ocasionalmente han aparecido entre
las fosas, se emplea el manual de Fazekas & Kosa (1978).
Para el análisis antropométrico se utiliza los Data collection procedures for forensic
skeletal material de la University of Tennessee de Moore-Jansen, et al. (1994).
Para las estimaciones de edad y sexo, las propuestas del Worksop of European
Anthropologists (1980).
Para el análisis discriminante sexual, las ecuaciones propuestas por Alemán et al.
(1997), entre otras.
Para el análisis antropométrico básico, también se pueden utilizar las medidas
propuestas por Campillo y Subirà (2004).
Para el estudio odontológico se emplea una ficha modificada del protocolo pro-
puesto por Chimenos et al. (1999).
Para el estudio de marcadores estrés ocupacional y variantes anatómicas epige-
néticas se emplean los atlas de Capasso et al. (1999) y Pastor et al. (2001).
Para el estudio paleopatológico se emplean las recomendaciones de la Paleo-
pathology Association (1991), la enciclopedia de Aufderheide & Rodríguez-Martín
(1998), así como el manual de Campillo (2001).
Para el estudio de indicadores nutricionales y patología dental se han empleado
las propuestas de Pérez-Pérez (1996) y Polo (2000, 2001).
Estudio antropológico forense (aporte de cualquiera de las técnicas identificativas fo-

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rense posibles: cotejos antropológicos-testimoniales, análisis de perimundo, presencia
de patología antemortem, reconstrucción cráneo-facial, etc.).
Estudio de patología forense (establece la etiología médico-legal de las lesiones o in-
cluso la causa de la muerte siguiendo las pautas de la Medicina Legal y especialmente
de la Patología Forense).
Estudios complementarios (balística, restauración-conservación de materiales,
etc.).
Identificación genética (ADNmt, ADNn) (análisis genealógico de los familiares,
toma de muestras de vivos y de restos óseos, siempre previo consentimiento infor-
mado). El estudio genético forense se rigió en dos fases: una primera fase de toma
de muestras biológicas de los familiares vivos, que siguió el protocolo propuesto por
Aler y Gisbert (2000), y una segunda fase de estudio genético y cotejo vivo-cadáver
siguiendo la metodología de estudio de STRs y SNPs de ADNn y ADNmt. Se pro-
cede al análisis genético de las piezas dentales y óseas procedentes de los diferentes
restos humanos obtenidos de la exhumación.n Por otra parte se procede al análisis
genético de las muestras obtenidas a sujetos vivos reclamantes de familiares desapa-
recidos. Finalmente se establece, si es posible, en función de los resultados, la identi-
ficación de los restos hallados. La sistemática de investigación incluye:


eneida
Extracción del ADN mediante un método orgánico (Valverde, E. et al., 1993)
de las muestras obtenidas como material de referencia de los familiares re-
clamantes.
Extracción del ADN mediante un método específico (Hochmeister, M.N. et
al., 1991) de las muestras cadavéricas de referencia, obtenidas de los restos
óseos humanos exhumados (UUEE de referencia).
• Tras amplificación por PCR, se han analizado los siguientes loci microsatéli-
tes (STR): D8S1179, D21S11, D7S820, CSF1PO, D3S1358, TH01, D13S317,
D16539, D2S1338, D19S433, VWA, TPOX, D18S51, D5S818, FGA y loci
del gen de la amelogenina X-Y (que permite determinar el sexo masculino
–XY– o femenino –XX–).
• Tras amplificación por PCR (Fondevila, M., 2008) se han analizado 52 locus
autosómicos de polimorfismo único (SNPs) en ADNmt.
• La visualización del producto amplificado del ADN nuclear autosómico se
ha realizado en un secuenciador automático de análisis de fragmentos de
ADN: ABI-PRISM 3100 Avant Genetic Analyzer. Los resultados obtenidos
fueron analizados a través del software incluido en el equipo (Gene Ma-
pperTM ID Software 3.1). La lectura de los alelos autosómicos se ha realiza-
do por comparación con un ladder alélico comercial.

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Fase IV: Reinhumación

Entrega de los restos óseos a los familiares, siguiendo la normativa de la Policía


Sanitaria Mortuoria.

MARCO GEOGRÁFICO E HISTÓRICO (VILLAREJO DE LA PEÑUELA, CUENCA, 16 DE


OCTUBRE DE 1948)

El marco geográfico del proyecto se ha centrado en una de las áreas de actuación


o provincias (Cuenca) de las que integraban la denominada Agrupación Guerrillera
de Levante y Aragón (AGLA).
La población de Villarejo de la Peñuela, situada a 30 km de Cuenca en la comarca
de la Alcarria conquense, tiene un área de 12,91 km² con una población de 31 habi-
tantes y una densidad de población de 2,40 hab./km². El cementerio está situado en
el valle del Río Mayor.
En mayo de 2007 se llevó a cabo en el cementerio municipal, por parte de Grupo
Paleolab, la exhumación de una fosa común con cuatro guerrilleros de la AGLA. Este
trabajo constituía el principio del fin de una historia que tenía un punto y seguido
desde el 16 de octubre de 1948.

eneida
Durante los años previos a la exhumación se fueron acumulando y recogiendo
una serie de fuentes orales y testimonios que situaban la fosa de los guerrilleros en
el interior del cementerio de la localidad de Villarejo de la Peñuela. Entre los testi-
monios recogidos se encuentra el de Santiago Herráiz, hijo de Constantino Herráiz
Rey (Eloy, El Pena) que nos ha descrito con su verbo desgarrado la historia de su
padre, hoy exhumado de la fosa) junto a otros tres compañeros guerrilleros de la
agrupación. Para Santiago, su padre fue una víctima de los caciques y del franquismo
español. La historia de El Pena es otra más de los que se echaron al monte.
La historia que nos cuenta la fosa de Villarejo de la Peñuela se encuentra re-
dactada en el informe de la Guardia Civil de la Comandancia de Cuenca, que en su
memoria histórica anual, nos habla de los hechos acaecidos el 16 de octubre de 1948
en la localidad y que copiada a la letra dice:

16 de octubre 1948

Un grupo Móvil de fuerza (contrapartida) descubrió en el sitio conocido por «Cerro de


la Cabeza», del término municipal de Villarejo de la Peñuela (Cuenca), un campamento
en el que vieron cinco bandoleros. El Sargento Jefe de dicho grupo dio las órdenes per-
tinentes para asaltar dicho campamento, entablándose entre esta fuerza y los bandoleros
un intenso tiroteo que duró tres horas, dando por resultado dar muerte a cuatro de los
repetidos bandoleros y capturar prisionero a otro, recogiendo asimismo el armamento,
municiones y cuantos efectos tenían en el campamento asaltado.

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Esta partida forma parte de los diferentes grupos capitaneados por el conocido ban-
dolero «El Paisano», cuya partida se ha comprobado que intervino en el asalto al coche
correo Cuenca-Cañizares, el día 8 de julio último, dando muerte al guardia 2.º Florencio
Fernández Adrián; en el asesinato de los hermanos Práxedes y Pedro de la Torre Saiz,
en Valdecolmenas de Arriba, el 13 de agosto; en la muerte del Alcalde de Bonilla, Fausto
Peñuelo López el día 24 de igual mes y en el asesinato del teniente D. Pedro Serrano
Pérez, Guardia 2.º conductor José López Hortelano y dos agentes de la Fiscalía de Tasas
de Guadalajara, en la carretera de Priego a Alcantud, el día 16 de septiembre último.
Entre el armamento recogido aparece el mosquetón que tenía adjudicado el Guardia
Fernández Adrián, así como el correaje, cartera de caminos y también ha sido hallado
el reloj de pulsera, ceñidor del pantalón y cartera de mano del teniente Serrano, todo lo
cual, lo llevaban consigo cuando fueron asesinados por los bandoleros.
Los bandoleros muertos en este encuentro son:

• Jesús Sevilla Herráiz (a) Martín, natural de Abia de la Obispalía (Cuenca).


• Constantino Herráiz (a) «El Pena» y Chiribico», natural de El Recuenco (Guadalajara).
• José Argilés Jarque (a) «Manolete», natural de Santa Cruz de Moya (Cuenca), y otro
conocido con el nombre de guerra «Jesús», de acento andaluz, sin más posible
identificación.
• El bandolero prisionero se llama Ramón Alises Moreno (a) César, natural y vecino
de Manzanera. Fueron instruidas las diligencias correspondientes que con el ban-

plaza.
eneida
dolero detenido fueron puestos a disposición del Sr. Gobernador militar de esta

21 de octubre de 1948

Por haber indicado el bandolero prisionero en el servicio anterior, la existencia de otro


campamento en la sierra de Valdecabras (Cuenca), salió fuerza para el indicado sitio,
acompañada del tan repetido bandolero con el propósito de descubrir y capturar a cuan-
tos bandoleros estuvieran en el mismo, pero al llegar a unos 100 metros del Puente del
Tranche, témino municipal de Cuenca, el prisionero dio un empujón a uno de los guar-
dias que lo custodiaban y emprendió veloz carrera en dirección al río Júcar, no obstante
ir convenientemente esposado y a pesar de las repetidas voces de alto que se le dieron.
Como no obedeciese, le fueron hechos varios disparos a consecuencia de los cuales
cayó muerto el bandolero Ramón Alises Moreno (a) César. Se instruyeron las diligencias
correspondientes que fueron entregadas a la Autoridad Militar de esta Plaza.

Según el informe de la Guardia Civil procedente de la Comandancia de Cuenca,


hubo un asalto por parte de la Guardia Civil a un campamento de guerrilleros. Dicho
campamento se encontraba situado en el llamado «Cerro de la Cabeza», en el término
municipal de Villarejo de la Peñuela (Cuenca), a 617 m al sur del pueblo.
Durante el asalto, se produjo un tiroteo que duró aproximadamente tres ho-
ras, resultando muertos los guerrilleros Jesús Sevilla Herráiz, Constantino Herráiz,
José Argilés Jarque y otro individuo del que se ignora su identidad y del que sólo se

91
conoce su nombre de guerrilla, «Jesús» y que posiblemente procedía de Andalucía.
Asimismo, se refiere la detención de un quinto guerrillero, Ramón Alises Moreno,
que fue muerto el 21 de octubre del mismo año por varios disparos efectuados por la
Guardia Civil cuando, según refiere el informe, les conducía hacia otro campamento
de guerrilleros y escapó de su custodia. Se desconoce en la actualidad el destino de
este cadáver.
Se barajaba la posibilidad de que Ramón Alises fuera enterrado en la misma fosa
en la que habían sido enterrados sus compañeros unos días antes; sin embargo, en la
fosa sólo aparecieron cuatro cuerpos, quedando como incógnita el paradero final de
los restos de Alises.

Villarejo de la Peñuela (Cuenca)

Cerro de la Cabeza. Localización del campamento guerrillero

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Cementerio de Villarejo de la Peñuela

EXHUMACIÓN ARQUEOLÓGICA

Durante las jornadas del 28 de abril al 2 de mayo de 2007 se realizó la exhuma


exhuma-

eneida
ción formada por cuatro individuos que, según el citado informe de la Comandancia
de la Guardia Civil de Cuenca de 1948, certificado en fecha 10 de junio de 2003,
corresponden a las siguientes personas:
• Jesús Sevilla Herráiz, alias Martín, y natural de Abia de la Obispalía (Cuenca).
• Constantino Herráiz Rey, alias Pena, Eloy y Chiribico, natural de El Recuenco
(Guadalajara).
• José Argilés Jarque, alias Manolete, natural de Santa Cruz de Moya (Cuenca).
• Una cuarta persona, conocida como Jesús, de la que carecemos mayor identi-
ficación, salvo su acento andaluz.
A petición de los familiares de los tres primeros, representados por la Asociación
La Gavilla Verde, se promueve dicha exhumación. Esta actividad se llevó a cabo con
la aprobación de las autoridades locales, según documento expedido por el Ayunta-
miento de Villarejo de fecha 24 de marzo de 2007.
El cementerio municipal se encuentra a unos 500 m dirección NE del casco
urbano, sobre una pequeña colina, a 950 m SNM aproximadamente. La fosa en cues-
tión se halla en el muro W del cementerio, a 9 metros de la puerta de entrada, en una
zona en pendiente, aparentemente libre de otras inhumaciones, ya que con anteriori-
dad era el terreno destinado a los enterramientos civiles. El suelo se caracteriza por
ser areno-arcilloso con disgregación de roca caliza y de gran dureza.
Dicho cementerio tiene en la actualidad un área de unos 370 m2 pero fue remo-

93
delado a mediados de los años 60 dándose una comprensible distorsión de la memo-
ria colectiva respecto a la ubicación de la fosa.
En un primer momento se comenzó a excavar en el extremo N del cementerio
bajo un pino de mediano tamaño, pero al poco tiempo, gracias al testimonio de un
testigo de los hechos, anónimo y lugareño del pueblo, que refirió haber transportado
los cadáveres de los guerrilleros a este lugar, se decidió trasladar la cata a un extremo
más occidental del cementerio bajo un pino de mayor tamaño. Así, en un primer
momento se comenzó a excavar una cata cuadrangular de 2,3 m de ancho por 2 m de
largo. Se procedió a excavar unos centímetros más al oeste, debido a las indicaciones

eneida
Localización de la fosa en el cementerio Sellado de la fosa con grandes piedras
según los testigos

Piedras arrojadas sobre las cabezas de los cadáveres

94
Proceso de exhumación arqueológica

del testigo y a la aparición de la roca natural a una cota de profundidad de 1,10 m. La

eneida
fosa se fue estrechando hacia el muro oeste del cementerio.
Debido a la compactación de la tierra que conformaría el relleno de la fosa, y a la
profundidad a la que, según las fuentes, fueron enterrados los guerrilleros, a un metro
y medio de profundidad según el testigo, no se dio con los primeros restos hasta la
segunda jornada de trabajo, el domingo 29 de abril, hallándose finalmente la fosa en
las coordenadas UTM X: 550387.2 Y: 4438313.35 a unos 940 m SNM.
Durante la jornada del 30 de abril se procedió a la delimitación de la fosa común
tanto por el lado Norte como por el Oeste, dando lugar a una fosa de exhumación
de unas dimensiones definitivas de 1,76 x 1,1 m y aproximadamente 1,70 m de pro-
fundidad, dispuesta de Sur a Norte y paralela a la actual tapia oeste del cementerio,
con unos 50 cm de separación de ésta. El relleno de dicha fosa (UE 1003) estaba
conformado por una tierra areno-arcillosa de gran compactación y dureza, de un co-
lor marrón pardo. Tenía restos de material de construcción y cantos de pierda caliza
de color marrón claro. En este mismo relleno se documentó también la existencia de
grandes piedras cuya situación coincidía con cada uno de los cráneos de los indivi-
duos que posteriormente fueron documentados.
Durante la jornada del 1 de mayo se procedió a la exhumación de los esqueletos,
siendo enumerados previamente para su posterior identificación. La fosa está cons-
tituida por cuatro esqueletos.
El cuerpo 1004 tiene una orientación S-O, se presenta en posición de decúbito
prono, con el brazo izquierdo flexionado bajo el tórax y el derecho en ángulo recto

95
Fosa común de Villarejo de la Peñuela

eneida

Fosa común previamente al levantamiento de los esqueletos

96
Planimetría de la fosa común

hacia arriba. La pierna izquierda aparece en abducción en ángulo recto y la derecha


extendida hacia afuera por debajo de 1005. Encima de las vértebras lumbares se en-
cuentra una suela de calzado, al parecer arrojado dentro de la fosa antes de cubrirla.
Conserva varios botones de su indumentaria.
El individuo 1005 se encuentra en dirección N-SO, en posición de decúbito supino,
con el brazo derecho hacia arriba, apoyado sobre la pared de la fosa en ángulo recto
y el brazo izquierdo extendido hacia fuera. Ambas piernas están extendidas. Se le
asocian numerosos objetos personales como botones, corchetes, hebillas, restos de
tela, una cuchara, un mechero y un pequeño peine. Aparece también un proyectil en
el tercio distal medial del húmero izquierdo.
El individuo 1007 está orientado S-N, aparece en posición de decúbito supino, con
el brazo derecho separado a lo largo del cuerpo y el brazo izquierdo hacia arriba. Las
piernas se encuentran semiflexionadas en varo. Conserva unos botones y una hebilla
de su indumentaria. En el acromion de la escápula derecha aparece un proyectil y
otro en el relleno del hemitórax derecho. Se observa una herida de entrada por arma
de fuego en el temporal derecho y restos de plomo en la base del cráneo.
El individuo 1008 se encuentra en posición de decúbito supino, con la parte supe-
rior del torso y la cabeza apoyados en la pared oeste de la fosa y las piernas hacia el
sur. Los brazos se encuentran separados a lo largo del cuerpo. La pierna izquierda
está extendida y la derecha semiflexionada, ambas por debajo del 1004. Conserva al-

97
gunos botones y restos metálicos de la indumentaria. Aparece un proyectil en la parte
posterior de la 4.ª y 5.ª vértebras cervicales. Presenta otra suela de calzado, similar a
la encontrada en la zona lumbar del 1004, encima del cráneo.
En resumen, el estudio arqueológico ha permitido aproximarnos a la dinámica
de la inhumación, conociendo la superposición de cuerpos. Los cuerpos fueron en-
terrados sin ataúd ninguno, se observan signos de descomposición en medio colma-
tado y por la posición en la que se encuentran los restos, nos hace pensar que fueron
arrojados directamente a la fosa sin cuerdas o ataduras. Tal y como han sido hallados
los restos podemos ver el orden en el que fueron arrojados los cadáveres: el indivi-
duo 1007 fue el primero en ser arrojado, ya que se ha encontrado bajo el resto de los
cuerpos; después serían arrojados 1008 y 1004 en este orden, y posteriormente y por
encima de ellos se ha hallado el cuerpo 1005.
Entre los cuerpos y en el relleno (UE 1003) se hallaron números objetos per-
sonales, como una cuchara y un mechero, así como restos de la indumentaria que
utilizaron, tales como botonaduras y dos suelas de botas.
Se documentaron cinco proyectiles de calibre corto que se recogieron durante
los trabajos de exhumación asociados a los distintos esqueletos, y sometidos a un
análisis balístico forense. Se trata de proyectiles de calibre 9 mm corto.
Los cinco proyectiles de calibre corto que se recogieron durante los trabajos de

eneida
exhumación asociados a los distintos esqueletos, actualmente están siendo sometidos
a un análisis balístico forense más exhaustivo. Todos los cuerpos presentaban nume-
rosas lesiones perimortem estudiadas posteriormente en laboratorio.

ESTUDIO ANTROPOLÓGICO FORENSE

Esqueleto 1 (UE. 1004)

Esqueleto identificado genéticamente, que corresponde a Jesús Sevilla Herráiz,


alias Martín. Según los datos obtenidos en el estudio familiar, nace el 15 de octubre de
1922 en Abia de Obispalia (Cuenca), y el 16 de octubre de 1948 tenía 26 años de edad.
El esqueleto presenta un índice de conservación esquelética del 95%. Se ha esti-
mado una edad entre 25-35 años. Los métodos empleados para la estimación de edad
han reflejado las siguientes horquillas de edad: para la superficie auricular del ilión
una fase 3 de desarrollo (30-34 años), para la sínfisis pubis una fase V (27-30 años),
para la cuarta costilla una fase 4 (28-32 años) y para el cartílago tiroides una fase 5
(28-39 años).
El sexo es de varón (morfológica y antropométricamente, con un 97% de con-
fianza). La combinación de medidas antropométricas de húmero y fémur, aplicando
las fórmulas regresivas de Alemán y cols. (1997) da un resultado de sexo varón con un
97% de confianza (anchura epidondilar + diámetro vertical de la cabeza femoral).

98
Proyectil alojado en brazo Proyectil alojado en tórax (junto a primera costilla
derecha)

eneida
Herida por arma de fuego (orificio de entrada) en Cuchara de campaña encontrada en uno de los
región témporo-parietal derecha esqueletos

Mechero encontrado en uno de los esqueletos Fractura perimortem distal de fémur

99
Fractura perimortem costal Proyectil alojado en masa muscular
del cuádriceps

La estatura, según el método de De Mendonça (1998), ha sido: según el fémur


162 cm y según el húmero, 157-162 cm.
La complexión anatómica es normoconformada y de baja estatura. Constitución
anatómica robusta. Lateralidad derecha, fundamentalmente objetivada por la presen
presen-

eneida
cia de mayor desarrollo de la corredera bicipital, hipertrofia humeral y entesopatía
clavículoesternales.
Entre las lesiones antemortem y patología ósea documentada descatan: hernia dis-
cal D7-D8, nódulos de Schmorld D11-D12 y D12-L1, ligera osteofitosis lumbar,
callo de fractura en segunda costilla derecha, fractura de tercio medio del segundo
metacarpiano derecho en fase de consolidación parcial.
Por lo que respecta a lesiones perimortem se han documentado: fractura tercio
medio esternón por arma de fuego, fisura transversa de C1 en arco anterior, proba-
ble fractura de tercio medio de radio derecho, fractura helicoidal conminuta en tres
fragmentos de húmero izquierdo y fractura desplazada de pala ilíaca derecha.
La causa de la muerte fue debida a una destrucción de centros vitales neurológicos
por arma de fuego, politraumatismos de miembros superiores y pelvis asociados.

Esqueleto 2 (UE. 1008)

Esqueleto identificado genéticamente como el de Constantino «Eloy» Herráiz


Rey. Según los datos obtenidos en el estudio familiar, nace en 1906 en El Recuento
(Guadalajara), y el 16 de octubre de 1948 tenía 42 años de edad. Los alias o apodos
que empleaba eran: Pena, Eloy y Chiribico.
El índice de conservación esquelética es del 95%. Esqueleto con una edad entre
40-45 años. Los métodos empleados para la estimación de edad han reflejado las si-
guientes horquillas de edad: superficie auricular del ilión presenta fase 3-4 (32-38 años),

100
sínfisis del pubis una fase VII-VIII de Todd (35-45 años, más prob. 35-39 años) y fase
4 de Suchey-Brooks (35-40 años), cuarta costilla una fase 4-5 (fase probable 5, 42 años)
y cartílago tiroides edad entre 38-44 años. Además presenta hiodes calcificado.
El sexo es de un varón (morfológica y antropométricamente), con un 97% de con-
fianza. La combinación de medidas antropométricas de húmero y fémur, aplicando las
fórmulas regresivas de Alemán y cols. (1997) da un resultado de sexo varón con un
97% de confianza (anchura epidondilar + diámetro vertical de la cabeza femoral).
La estatura, según fémur, es de 150-153 cm y según húmero de 153-154 cm.
Como en el caso anterior, se ha empleado el método de De Mendonça (1998).
La complexión anatómica es normoconformada y de baja estatura. Constitución
anatómica robusta. Lateralidad derecha, fundamentalmente objetivada por la presen-
cia de mayor desarrollo de la corredera bicipital, hipertrofia humeral y entesopatía
clavículoesternales.
Se han documentado lesiones antemortem y patología ósea: periostitis en cara in-
terna tibial izquierda, gonartrosis izquierda, uncartrosis severa en el bloque cervial
C1-C5 y fusión vertebral C3-C4, así como procesos degenerativos en raquis dorso-
lumbar.
Las lesiones perimortem, que son causa de la muerte son: fractura de arco posterior
de atlas y axis con alojamiento de proyectil entre C3-C4, fractura cabeza humeral

eneida
izquierda subcapital, acromión derecho fracturado por impacto de bala (se conserva
proyectil asociado), fractura transversa costoesternal de primera costilla izquierda y
fractura de séptima costilla izquierda.
La causa de la muerte es debida a una destrucción de centros vitales neurológi-
cos por arma de fuego (cráneo plurifragmentado por lesiones por arma de fuego). La
principal causa de la muerte se puede explicar por la presencia de un proyectil alojado
en raquis cervical que describe la siguiente trayectoria: de arriba a abajo atravesando
el arco posterior de C1 y rompiendo completamente el arco posterior de C2 a nivel
de la carilla articular lateral izquierda, indicando que probablemente el tiro viniera de
derecha a izquierda. El cuadro lesivo es incompatible con la vida.

Esqueleto 3 (UE. 1005)

Esqueleto que corresponde a José Argilés Jarque «Manolete». Según los datos
obtenidos en el estudio familiar, nace el 20 de julio de 1918 en Santa Cruz de Moya
(Cuenca), y el 16 de octubre de 1948 contaba 30 años de edad.
Esqueleto presenta un índice de conservación esquelética del 95%. La edad está
en la horquilla entre 24 y 32 años. Los métodos aplicados han dado los siguientes
resultados para este extremo: sínfisis del pubis en fase 3.1 y 3.2 de Suchey-Brooks
(30-32 años) y cuarta costilla en fase 3 (24-28 años).
El sexo es de varón (morfológica y antropometricamente, con un 97% de con-
fianza). La combinación de medidas antropométricas de húmero y fémur, aplicando

101
las fórmulas regresivas de Alemán y cols. (1997) da un resultado de sexo varón con un
97% de confianza (anchura epidondilar + diámetro vertical de la cabeza femoral).
La estatura, según el método de De Mendonça (1998), es: según el fémur, 161
cm, y según húmero, 162-163 cm.
La complexión anatómica es normoconformada y de baja estatura. Constitución
anatómica robusta. Lateralidad derecha, fundamentalmente objetivada por la presen-
cia de mayor desarrollo de la corredera bicipital, hipertrofia humeral y entesopatías
clavículoesternales.
Las lesiones antemortem y patología ósea documentadas han sido: periostitis an-
terior femoral derecha, hallux valgus bilateral y artritis metatarsofalángica del quinto
dedo.
Las lesiones perimortem observadas han sido: fractura a nivel medio de omoplato
izquierdo debida a impacto de bala a nivel central (lesión ojival de 15 mm de diámetro
y de trayectoria de atrás a delante), fractura conminuta de tercio proximal de húmero
derecho con 11 fragmentos y destrucción completa de la cabeza humeral, fractura
epicondilar de fémur izquierdo conminuta con destrucción completa de cóndilos.
La causa de la muerte, al igual que en los casos anteriores, fue debida a una des-
trucción de centros vitales neurológicos por arma de fuego. El principal mecanismo
lesional se puede explicar por la presencia de politraumatismos graves en cráneo,

eneida
tórax, miembros superiores e inferiores incompatibles con la vida y que pudieron
ocasionar un shock traumático-hemorrágico, cuya etiología podría deberse a impactos
por arma de fuego. Éste constituye un ejemplo claro de ensañamiento y tortura.

Esqueleto 4 (UE. 1007)

Esqueleto cuya identidad probable sea la de Jesús, el andaluz. No se conocen datos


ciertos acerca de su identidad. Sólo se sabía inicialmente que era varón y de acento
andaluz, y probablemente su apodo era Jesús. Genéticamente, no existe concordancia
con ninguno de los familiares vivos estudiados.
El índice de conservación esquelética es del 95%. La edad se encuadra entre los
30 y 35 años. Los métodos aplicados han dado los siguientes resultados: superficie
auricular del ilión en fase 3 (30-34 años), sínfisis del pubis en fase 3.2 de Suchey-
Brooks (30-32 años), cuarta costilla en fase 3 (24-28 años), y cartílago tiroides con
un grado de osificación atribuible a una edad de entre 30 y 38 años. El hioides se
encuentra calcificado.
El sexo es varón (morfológica y antropométricamente, con un 97% de confian-
za). La combinación de medidas antropométricas de húmero y fémur, aplicando las
fórmulas regresivas de Alemán y cols. (1997), da un resultado de sexo varón con un
97% de confianza (anchura epidondilar + diámetro vertical de la cabeza femoral).
La estatura, según el método de De Mendonça (1998), es: según fémur 163-164
cm y según húmero, 163-164 cm.

102
La complexión anatómica es normoconformado y de baja estatura. Constitución
anatómica robusta. La lateralidad es izquierda, y podría ser un buen elemento para la
identificación, fundamentalmente objetivada por la presencia de mayor desarrollo de
la corredera bicipital, hipertrofia humeral y entesopatías clavículoesternales.
Las lesiones antemortem y patología ósea documentada han sido: artrosis de codo
derecho, procesos degenerativos en raquis dorsal, presencia de impronta tibial indica-
tiva de estrés físico asociado a caminata y dorsiflexión de rodillas mantenida, fractura
del quinto metacarpiano izquierdo con defecto de consolidación y organización de
neoartorsis.
Las lesiones perimortem describen un cuadro plurilesional, politraumático, con
17 fracturas: (1) fractura medial de quinta costilla derecha, (2) fractura distal de
séptima costilla derecha, (3 y 4) fractura de segunda y novena costillas izquierdas,
(5) fractura conminuta de trazo biselado con seis fragmentos en húmero izquierdo,
(6) impacto de bala en tibia izquierda en borde interno de la meseta tibial (orificio
de entrada de 10 mm con restos metálicos oxidados en su interior y de forma cir-
cular, proyectil), (7) fractura conminuta de la meseta tibial derecha, (8) pérdida de
sustancia en la cabeza humeral derecho en su borde superior con 25 mm de longi-
tud y 10 mm de anchura, (9) fractura de la apófisis transversa derecha con rotura

eneida
de la articulación intervertebral de D5, (10) fractura de arco vertebral izquierdo de
D6 (ambas lesiones producidas por un impacto de bala cuyo proyectil se encontró
localizado en el hemotórax derecho), (11) fractura conminuta de la parte superior
de coxal derecho, (12) fisura navículo-cuneiforme de pie izquierdo, (13) fractura del
cuarto metatarsiano izquierdo a nivel medio, (14) fractura conminuta del borde su-
perior de la glenoide y del proceso coracoides de escápula derecha con alojamiento
de proyectil, (15) hundimiento de manubrio esternal en su cara interna como co-
rrespondencia del impacto de proyectil recuperado en región torácica derecha (y
que lesiona anteriormente D5-D6), (16) destrucción de la glenoide y del proceso
coracoides de escápula izquierda, (17) fractura de trazo longitudinal y radiado de
escápula izquierda.
La causa de la muerte, al igual que en el resto de esqueletos, es debida a una
destrucción de centros vitales neurológicos por arma de fuego. La principal causa
de la muerte se puede explicar por la presencia de politraumatismos graves (hasta
un número de 17 fracturas) en cráneo, tórax, raquis, pelvis, miembros superiores e
inferiores, incompatibles con la vida y que pudieron ocasionar un shock traumático-
hemorrágico cuya etiología podría deberse a múltiples impactos por arma de fuego.
Éste constituye un segundo ejemplo claro de ensañamiento y tortura.

103
ETIOLOGÍA MÉDICO-LEGAL DE LAS MUERTES

Todos los cadáveres presentaban un patrón de politraumatismos perimortem cuyo


mecanismo de acción es doble: (1) lesiones por arma de fuego en cráneo, raquis,
tórax, y miembros, asociadas a (2) politraumatismos que afectan a cráneo, miembros
superiores e inferiores, cintura escapular y pélvica.
Se trata de fracturas y fisuras costales, fracturas conminutas humerales, femora-
les y pélvicas sin supervivencia (salvo un caso de fractura de segundo metacarpiano)
y de gran entidad cinética. Los cuatro casos presentan politraumatismos craneales
severos e incompatibles con la vida, cuyo mecanismo de producción es compatible
con el aplastamiento por piedras de gran peso.
En los cuatro casos, la causa principal de la muerte ha sido por destrucción de centros
vitales neurológicos, pudiendo reseñar dos casos de ensañamiento o incluso tortura, de-
bido tanto al importante número de politraumatismos, como a su entidad y gravedad
lesional (1005 y 1007).

IDENTIFICACIÓN GENÉTICA

Los estudios genéticos han sido realizados gracias a la infraestructura del Labo-

eneida
ratorio de Genética Forense de la Universitat de València y del Instituto Universitario
de Medicina Legal de Santiago de Compostela.
Las muestras genéticas estudiadas en los cadáveres fueron piezas dentales: en el
esqueleto 1008, el M3 superior derecho; en el esqueleto 1004, el M1 inferior derecho;
en el esqueleto 1005, el M1 inferior derecho y en el esqueleto 1007, el M1 inferior
derecho.
Las muestras genéticas estudiadas en las familias para su cotejo identificativo
fueron:

Fractura antemortem en fase de consolidación de


segundo metacarpo derecho Fractura perimortem de atlas

104
Dos heridas perimortem por arma de fuego (ori-
Proyectil alojado entre los cuerpos vertebrales ficios de entrada) en región témporo-parietal
C2 y C3 izquierda

eneida
Fractura radiada por estallido craneal asociado Herida perimortem por arma de fuego en
a impacto/s por arma de fuego escápula

Herida y fractura perimortem por arma de fuego en


Proyectil alojado en meseta tibial
esternón

105
Familia 1: Rosalía Argilés, hermana de José Argilés (S7).
Familia 2: Juliana Sevilla, hermana de Jesús Sevilla (S4).
Familia 3: Santiago Herráiz, hijo de Constantino Herráiz (S6).

Se ha obtenido ADN de varón (XY) de las piezas dentales analizadas a saber: D1


(perfil genético de UE-1007); D3 (perfil genético de UE-1004) y D4 (perfil genético
de UE-1008). Sin embargo, no se obtuvo perfil genético de la pieza dental analizada
de D2 (UE-1005).
El estudio de los diversos marcadores genético-moleculares utilizados no ha per-
mitido excluir la relación de parentesco entre el perfil obtenido de la pieza dental
D4 (posible Constantino Herráiz) y el perfil obtenido de la muestra S6 de Santiago
Herráiz Martínez, presunto hijo del desaparecido Constantino Herráiz. El índice de
paternidad (IP) indica que es cuatro mil trescientas treinta y una (4.331) veces más
probable que el perfil obtenido de la pieza dental D4 provenga del padre biológico
de Santiago Herríiz Martínez, a que el origen del perfil sea un varón desconocido
tomado al azar en la población. En conclusión, el esqueleto U.E. 1008 presenta una
concordancia de paternidad con Santiago Herráiz y corresponde al cadáver de Cons-
tantino «Eloy» Herráiz, confirmado genética y antropológicamente, pues falleció a la
edad de 42 años.

eneida
El estudio de los diversos marcadores genético-moleculares utilizados no ha
den-
permitido excluir la relación de parentesco entre el perfil obtenido de la pieza den
tal D3 (posible Jesús Sevilla Herráiz) y el perfil obtenido de la muestra S4, Juliana
Sevilla Herráiz, presunta hermana del desaparecido Jesús Sevilla Herráiz. El índice
de hermandad (IH) indica que son veintiséis mil cuarenta y dos (26.042) veces más
probable que dos personas (Jesús Sevilla Herráiz y Juliana Sevilla Herráiz) con ese
perfil genético sean hermanas frente a que dos personas con ese perfil genético, no
sean hermanas. En conclusión, el esqueleto U.E. 1004 corresponde a Jesús Sevilla
Herráiz, confirmado genéticamente, y los datos antropológicos son concordantes
con una edad de fallecimiento de 26 años.
El índice de hermandad (IH) obtenido no permite establecer relación de paren-
tesco entre el perfil encontrado en la pieza dental D1 (UE 1007) y el perfil obtenido
de la muestra S7, Rosalía Argiles Jarque, presunta hermana del desaparecido José
Argiles. Del esqueleto U.E. 1005 (D2) no se ha podido obtener material de ADN
susceptible de lectura; luego, por exclusión, correspondería a José Argilés «Manole-
te». Esta propuesta de identificación es compatible con los datos antropológicos, con
una edad de fallecimiento de 30 años.
El esqueleto U.E. 1007 no presenta concordancia con las tres familias estudiadas.
Posiblemente pueda atribuirse a Jesús el andaluz, según lo que se indica en el informe
de la comandancia de la Guardia Civil de 1948.

106
EDAD ESTATURA IDENTIDAD
U. E . SEXO EDAD REAL
ANTROPOLÓGICA CM ADNN

Jesús Sevilla Herráiz


1004 Varón 25-35 años 26 años 157-162
«Martín»
José Argilés Jarque
1005 Varón 24-32 años 30 años 162-163
«Manolete»

1007 Varón 30-35 años ¿? 163-164 ¿Jesús, el andaluz?

Constantino Herráiz
1008 Varón 40-45 años 42 años 150-154 Rey «Eloy, Pena,
Chiribico»

Tabla 3. Resultados del proceso identificativo en la fosa de Villarejo de la Peñuela

CONCLUSIONES

Según el informe de la Guardia Civil procedente de la Comandancia de Cuenca,


en su memoria histórica anual, el 16 de octubre de 1948 hubo un asalto por parte de
la Guardia Civil a un campamento de guerrilleros. Dicho campamento se encontraba
situado en el llamado «Cerro de la Cabeza», en el término municipal de Villarejo de la
Peñuela (Cuenca), a 617 m al sur del pueblo. Durante el asalto, se produjo un tiroteo
que duró tres horas, resultando muertos los guerrilleros Jesús Sevilla Herráiz, Cons-
tantino Herráiz, José Argilés Jarque y otro individuo del que se ignora su identidad y
del que sólo se conoce su nombre de guerrilla, Jesús, y que posiblemente procedía de
Andalucía. Asimismo, se refiere la detención de un quinto guerrillero, Ramón Alises
Moreno, que murió el 21 de octubre del aquel año por varios disparos efectuados
por la Guardia Civil cuando, según refiere el informe, era conducido hacia otro cam-
pamento de guerrilleros y escapó de su custodia (clásico ejemplo de aplicación de la
«Ley de Fugas»). Se barajaba la posibilidad de que Ramón Alises fuera enterrado en
la misma fosa en la que habían sido enterrados sus compañeros unos días antes; sin
embargo, en la fosa sólo aparecieron cuatro cuerpos, quedando como incógnita el
paradero final del cuerpo de Alises.
Los datos arqueológicos y paleopatológicos han permitido definir la verdade-
ra dimensión de este enfrentamiento históricamente documentado, y de ellos resulta
evidente la existencia de un patrón de ensañamiento y tortura. Esta investigación
ha permitido documentar correctamente todos los datos sobre el grupo de guerri-
lleros desaparecidos, el lugar del asesinato, etiología médico-legal y mecanismos de
las muertes, así como las circunstancias de su inhumación ilegal en el cementerio de

107
Informe de la Guardia Civil de la Comandancia de Cuenca. Memoria histórica anual
(16 de octubre de 1948)

108
Informe de la Guardia Civil de la Comandancia de Cuenca. Memoria histórica anual (16 de octu-
bre de 1948).

eneida
Villajero de la Peñuela (Cuenca). La investigación histórico-arqueológica, así como la
identificación antropológica y genética, han confirmado la identidad de los desapa
recidos.
desapa-

Con esta investigación se ha cerrado el duelo de tres familias que a lo largo de


2008 han podido enterrar dignamente a sus seres queridos y honrar su memoria.

NOTAS

1
En la provincia de Cuenca se han exhumado otras dos fosas de guerrilleros, a parte de los casos de Fuertescu-
sa y Villarejo de la Peñuela (Polo, 2008) que se expone en el texto. Ambas intervenciones arqueológicas fue-
ron gestionadas por la asociación ARMH-Cuenca. La primera tuvo lugar en marzo de 2006, y se recuperaron
en el cementerio de Arcos de la Sierra, los restos óseos atribuibles a los guerrilleros del AGLA Julián Antón
López «El Valencia» y otro guerrillero conocido como «Navarro» (Tribuna de Cuenca, 28 y 29 de marzo de
2006), abatidos por la Guardia Civil en 1950. La segunda fosa se exhumó en Huélamo el 29 de octubre de
2006, y se recuperaron los restos óseos atribuibles a dos guerrilleros fallecidos en 1949 en enfrentamientos
con la Guardia Civil, Antonio Millán Cabrera (nacido en Puebla de Alcocer) y Federico Gallega García (na-
cido en Venta del Moro, Valencia).

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AGRADECIMIENTOS

Este trabajo ha sido financiado por el Ministerio de la Presidencia (Gobierno de España).


Nuestro agradecimiento por su colaboración a: Concepción Plaza Balbadena, Juan José Cubillos,
Sergio Polo Cerdá, Tamara Muñoz Peralvo, Alejandro Martínez, Pedro Peinado y Adolfo Pastor.
Nuestro agradecimiento asimismo a los familiares de la víctimas: Santiago Herráiz, Rosalía Ar-
gilés, Juliana Sevilla, Flora López, Emilia Marcos y a todas las personas anónimas que contribuyeron
con su testimonio durante los trabajos de campo, así como a todos los amigos y colaboradores de
La Gavilla Verde que nos han regalado generosamente su tiempo en este proyecto.

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