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CONOZCA LOS 7 VALORES QUE HACEN DE LA CIUDAD DE LA PAZ UNA COMUNIDAD
MARAVILLOSA
En La Paz puede encontrar desde alimentos y bebidas tradicionales como el anticucho,
api o chairo, entre muchos otros manjares típicos, hasta restaurantes de alta cocina que fusionan productos bolivianos con la comida gourmet. Y también puede disfrutar del cielo azul y del paisaje montañoso único. La gastronomía y la naturaleza son dos de los siete valores que hacen de La Paz una ciudad maravillosa. Maira du Mundo “La Paz me ha encantado, la ciudad me parece fantástica, me conmueve ver esos cerros, el Illimani, los nevados y la gente es muy acogedora, y la comida es deliciosa. Aunque me cuesta hablar rápido o subir pendientes”, dice la brasilera Maira du Mundo, sobrecogida por la topografía de la hoyada paceña. El tercero de los siete valores paceños identificados por la Agencia Municipal para el Desarrollo Turístico La Paz Maravillosa es la cultura local, expresada en las tradiciones, las fiestas, las lenguas y las vestimentas de gente de varias nacionalidades que conviven. Para el historiador Fernando Cajías de la Vega, lo maravilloso es que “La Paz es una ciudad que tiene una identidad cultural muy fuerte vinculada a tradiciones de todo tipo en su forma de hablar, vestir, comer y bailar, pero a la vez es una ciudad vinculada con la modernidad”. Los habitantes de La Paz celebran todo el año fiestas y ritos, expresión de la riqueza cultural local, como la Alasita, el Carnaval paceño, la fiesta de la Chakana, la festividad Señor Jesús del Gran Poder, la Entrada Folklórica Universitaria, la fiesta de Todos los Santos, entre muchas otras. El cuarto valor de La Paz maravillosa es su gente, los paceños y no paceños que aman a su ciudad. El futbolista Alejandro Chumacero destaca sobre todo la humildad y el sacrificio de los ciudadanos, reconocidos en todo el país por ser trabajadores. En las calles de la ciudad sobre salen las mujeres de largas trenzas, que visten blusa elegante y pollera, y lucen joyas y sombrero borsalino. Se trata de la chola paceña, patrimonio cultural e intangible de la ciudad. También llaman la atención jóvenes con “pasamontañas”, más conocidos como los “lustras”, que se ganan la vida sacando brillo a los zapatos, vendiendo su periódico y ofreciendo paquetes turísticos guiados por ellos mismos. Muchos lectores concordarán con el expresidente boliviano Carlos Mesa cuando dice que es imposible quedar indiferente ante una ciudad como La Paz: “La transparencia de su aire, su luminosidad, la personalidad de su gente, la dinámica que bulle en sus venas, la hace por encima de todo un cuerpo vivo e intenso”. La arquitectura de La Paz, una ciudad patrimonial y a la vez moderna, es el quinto valor de esta urbe rebelde. La Paz albergó a patriotas de la colonia y hoy es sede política de Bolivia después de haber marcado el rumbo de la historia nacional, y por eso el sexto valor de la ciudad maravillosa es su legado histórico. La socióloga e historiadora Silvia Rivera destaca la topografía de los barrios que cuelgan de las laderas y las zonas históricas culturales, el séptimo valor de la ciudad: “La verticalidad de los paisajes abre la posibilidad de mirar a la ciudad desde distintas perspectivas: las jerarquías espaciales invierten las jerarquías sociales (alto- bajo), la mirada se expande y se encoge al entrar en los callejones de la parte vieja de la ciudad. Pero esta verticalidad es también un desafío para las autoridades municipales, por los riesgos de derrumbes que se presentan en cada estación de lluvias”. Una de las facetas más reconocidas del municipio de La Paz es su gastronomía tradicional declarada patrimonio. Fueron reconocidos por la Comuna 22 alimentos y bebidas tradicionales vigentes como el anticucho, api, apthapi, chairo paceño, chicha morada, chocolate, fricasé de cerdo, helado de canela, huminta, k’isitas, llajwa, picana de Navidad, pito de cañahua, plato paceño, puchero de Carnaval, k’ispiña, queso humacha, salteña, sándwich de chola y el thimpu de cordero y el pan “marraqueta”. La marraqueta fue declarada patrimonio de La Paz por la Gobernación en 2006.