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Semana 2:
Fuentes de las Obligaciones1
Juan Andrés Jaramillo Valdivieso2
Introducción
El artículo 1453 del Código Civil ecuatoriano dispone que “las obligaciones nacen, ya del
concurso real de las voluntades de dos o más personas, como en los contratos o
convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la aceptación
de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a consecuencia de un hecho que
ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los delitos y cuasidelitos; ya por
disposición de la ley, como entre los padres y los hijos de familia.”
Obligaciones contractuales
El artículo 1454 del Código Civil dice que “Contrato o convención es un acto por el cual una
parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una
o muchas personas.”
El artículo 1561 del Código Civil dice que “Todo contrato legalmente celebrado es una ley
para los contratantes, y no puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por
causas legales.”
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Material de Uso exclusivo para fines didácticos
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Profesor de Obligaciones y Contratos en la Universidad Técnica Particular de Loja
el comprador no se hace dueño de la cosa vendida por el solo hecho del contrato, ni el
vendedor pierde su dominio por la misma circunstancia. El efecto propio de esta convención
es obligar al vendedor a transferir el dominio, y desde este punto de vista el comprador
dispone no de un derecho real sobre el bien sino de uno personal que le faculta para exigir
al vendedor la transferencia. Esta operará jurídicamente con ocasión de un acto posterior -
el modo de adquirir denominado tradición- para lo cual servirá de antecedente el contrato.
(Parraguez 2006)
“La regla general es que los negocios jurídicos son meramente consensuales, o sea que se
perfeccionan por el concurso real de las voluntades de los que se obligan, salvo cuando una
disposición legal expresa exige que se observen determinadas solemnidades constitutivas o
sustanciales, o en los contratos reales que para su perfeccionamiento, a más del concurso
real de las voluntades (y del cumplimiento de las solemnidades sustanciales, en su caso) se
necesita de la entrega o tradición de la cosa a que se refiere. Por lo tanto un contrato puede
existir y generar efectos válidos, que merecen ser tutelados por el ordenamiento legal,
aunque no se lo haya reducido a escrito; únicamente cuando se lo quiere hacer valer ante
terceros o se pretende reclamar en juicio los derechos de él nacidos, surge el problema de la
probanza, ya que no se podrá acreditar su existencia exclusivamente con testimoniales, pero
a falta de un instrumento escrito se los puede acreditar por los otros medios probatorios,
como la confesión de la parte contra la cual se invoca el contrato, el juramento diferido, las
presunciones.”
Obligaciones cuasicontractuales
El artículo 2184 dice que “Las obligaciones que se contraen sin convención, nacen, o de la
ley, o del hecho voluntario de una de las partes. Las que nacen de la ley se expresan en ella.
Si el hecho de que nacen es lícito, constituye un cuasicontrato. […]”
Por su parte, el artículo 2185 dice que “Hay tres principales cuasicontratos: la agencia
oficiosa, el pago de lo no debido, y la comunidad.”
Lo esencial del cuasicontrato es que constituye un simple hecho del hombre, que se verifica
sin la intención específica de generar los efectos jurídicos que en definitiva se
La verdad es que semejante definición nada dice y es meramente excluyente, señalando las
características que diferencian a los cuasicontratos de las demás fuentes de las
obligaciones" y más adelante agrega: "El Código francés, siguiendo a Pothier, les dio su
aceptación, y con él los Códigos que le siguieron; pero la doctrina moderna la ha sometido
(a la teoría del cuasicontrato) a crítica revisión, llegándose inclusive a sostener que es una
noción históricamente falsa, irracional e inútil, y ninguno de los Códigos de este siglo la
mantiene.
Verdaderamente ha sido como un cajón de sastre en que cada uno ha pretendido echar los
actos generadores de obligaciones que no le cabían en otra parte, y por ello la definición es
meramente excluyente... pues es imposible dar otra, y además errónea en muchas
ocasiones.
De ahí que a los casos calificados habitualmente de cuasicontratos se les haya buscado otro
acomodo; la tendencia más habitual es a reconocer en la mayoría de ellos una obligación
legal" (Las obligaciones, Ediar Editores, Santiago de Chile, 1983, páginas 147-148). En
La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia (Gaceta Judicial. Año CIV. Serie XVII. No.
12. Página 3730, Quito, 19 de marzo de 2003) mantuvo que:
“Para que exista responsabilidad civil extracontractual por un hecho o acto ilícito, se
requiere que concurran los siguientes elementos. a) Que el hecho o acto sea contrario a las
normas legales o reglamentarias; b) Que haya dolo, culpa u otro factor determinado por la
ley; c) Que exista daño patrimonial o moral y d) Que medie un nexo de causalidad entre el
hecho o acto ilícito y el daño.”
El artículo 2184 dispone que “Las obligaciones que se contraen sin convención, nacen, o de
la ley, o del hecho voluntario de una de las partes. Las que nacen de la ley se expresan en
ella.
[…] Si el hecho es ilícito y cometido con intención de dañar, constituye un delito. […]”
La sentencia de la Corte Suprema de Justicia del 6 de abril de 2001 (Gaceta Judicial. Año CII.
Serie XVII. No. 5. Página 1324) expuso lo siguiente:
“[…] La Sala considera que los hechos relatados por la accionante, por sí solos, no pueden
considerarse como constitutivos de delito, o sea que haya existido la comisión de un hecho
ilícito que ocasione daño, hecho que de haberlo constituiría la fuente de la indemnización
de daños y perjuicios, que es lo que la ley obliga a reparar; y, por otra parte, de la prueba
aportada en el proceso tampoco aparecen los elementos necesarios para configurar el
hecho ilícito producido en forma dolosa, esto es con la intención manifiesta de causar daño.
Era necesario, por tanto, que se acredite en el proceso ese propósito o intención, cosa que
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Apuntes de Obligaciones y Contratos | Juan Andrés Jaramillo Valdivieso
Universidad Técnica Particular de Loja
Abril – agosto 2021
no ocurre, razón por la cual no cabe ordenar el pago de los perjuicios que se fundan en que
hubo dolo o daño por parte del demandado. […]”
El artículo 2184 dispone que “Las obligaciones que se contraen sin convención, nacen, o de
la ley, o del hecho voluntario de una de las partes. Las que nacen de la ley se expresan en
ella.
[…] Si el hecho es culpable, pero cometido sin intención de dañar, constituye un cuasidelito.”
La sentencia de la Corte Suprema de Justicia del 29 de agosto de 2001 (Gaceta Judicial. Año
CII. Serie XVII. No. 7. Página 1853) expuso lo siguiente:
c) Las que se generan por un determinado estado de hecho o estado de cosas. Son
obligaciones generadas por un puro contacto social entre las personas, como las
obligaciones de tutela que a los parientes puede imponer la ley, las obligaciones de
alimentos entre parientes, etc.
El artículo 1480 del Código Civil ejemplifica así: “...Por ejemplo, no es en virtud de ningún
contrato ni cuasicontrato, que los hijos, cuando tienen los medios, están obligados a
suministrar alimentos a su padre y madre si están en la indigencia, esta obligación sólo la
produce la ley natural”.