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Manuela Arango Mejía

Curso de Endocrinología y Metabolismo


Universidad de Antioquía, 2021-01

¿Qué efectos tiene el sistema endocannabinoide en la regulación de la conducta


alimentaria y la obesidad?

El sistema endocannabinoide ha sido motivo de interés para su estudio durante el último


medio siglo, donde se ha descubierto su importancia como sistema homeostático, de
comunicación intercelular y neurotransmisión presente en diversos tejidos del organismo
tales como cerebro, sistema vascular, músculos y sistema inmune. Este, se compone de
cannabinoides y endocannabinoides, los primeros son receptores de naturaleza proteica de
membrana celular, mientras que los segundos son ligandos endógenos lipídicos, producidos
por diversas células del cuerpo (1).
Los principales endocannabinoides producidos de manera exógena son el
Δ-9-Tetrahidrocannabinol o THC, comúnmente conocido por sus efectos psicoactivos, y el
endocannabinoide CP 55,940. Mientras de manera endógena se producen la Anandamida
(AEA) y el 2-araquidonil glicerol (2AG), los cuales, como se ha mencionado anteriormente,
son mensajeros lipídicos de tipo eicosanoides, originados de la oxidación de ácidos grasos
esenciales de 20 carbonos tipo omega-3 y omega-6 (2). Tanto AEA como 2AG se sintetizan a
partir del metabolismo de lípidos gracias al diacilglicerol y la N-araquinonoilfosfa
dietanolamina respectivamente y, posteriormente, se unen a sus receptores cannabinoides tipo
1 o CB1 y el CB2. El receptor CB1 es una proteína de 472 aminoácidos que se encuentra
principalmente a nivel del sistema nervioso central, regula la plasticidad neuronal, control del
apetito, funciones motoras y la respuesta al dolor. Por otra parte, el receptor CB2, menos
investigado que el CB1, tiene 360 aas que se encuentra en menor proporción en las zonas del
primer receptor, sin embargo, también se caracteriza por su presencia en el sistema inmune.
Se ha encontrado que los CB1 y CB2 son receptores acoplados a proteína G, que ejercen
acciones célula-específicas de carácter inhibitorio: a nivel celular se percibe una respuesta de
menor entrada de calcio favoreciendo la sinapsis, una inhibición de la adenilatociclasa que
lleva a la inhibición de AMP cíclico y una mayor salida de potasio, fosfolipasas y aumento de
señalización de óxido nítrico, que en conjunto llevan a la neurona a reposo. Desencadenadas,
los endocannabinoides se degradan en ácido araquidónico1 y glicerol para la 2AG, gracias a

1
precursor libre de la síntesis de compuestos de gran importancia biológica como la prostaglandina y
tromboxanos. Está presente en la ruta del omega-6 y se relaciona estrechamente con el sistema
endocannabinoide.
la monoacilglicerol lipasa. En el caso de la AEA, también se degrada en ácido araquidónico,
pero el lugar de glicerol se sintetiza etanolamina, con la ayuda de la amida hidrolasa de
ácidos grasos (FAAH). De modo que el sistema endocannabinoide tiene un control anabólico
y regulatorio de la ingesta, el metabolismo y el almacenamiento de calorías. (3)
La conexión de los receptores cannabinoides con la regulación del apetito y conducta
alimentaria, podría ser explicada gracias a su presencia en órganos asociados a la ingesta y
absorción de nutrientes, tales como el páncreas, hígado y tracto gastrointestinal, así como en
reguladores de ingesta como el hipotálamo. A su vez, actúan en el circuito de control de la
ingesta regulado por la leptina y en la amígdala, fundamental en el sistema límbico y asociada
a la alimentación emocional.
En relación a la problemática expuesta, se ha detectado una hiperactividad del sistema
endocannabinoide como rasgo característico de personas con obesidad (imagen 1),
estudios recientes demuestran que una dieta rica en ácidos grasos como el ácido linoléico
(ω‐6), lleva a un aumento en la síntesis de endocannabinoides, lo cual evidencia que la
conducta alimentaria puede llevar a un sobrepeso debido al aumento en la síntesis de
endocannabinoides y su conocido efecto orexigénico o estimulante del apetito, esto se puede
confirmar con el incremento de 2AG durante el ayuno y su inmediata reducción tras la
ingesta de alimentos. (4)

Imagen 1. Hiperactividad del sistema endocannabinoide en hipotálamo de varios modelos de


ratones genéticamente obesos. Los ratones con deficiencia de leptina (ob/ob), así como los ratones (db/db),
que demuestran una alteración en el sistema de señalización asociado a la leptina, presentan un incremento de
los valores de endocannabinoides: AEA y 2-AG en el hipotálamo. Dicho incremento está asociado de manera
directa a la hiperfagia que presentan estos animales.
Tomado de: Maldonado R. (2008).
http://public-files.prbb.org/publicacions/23370780-cdbe-012b-a7a8-000c293b26d5.pdf
Estudios relevantes demostraron que las concentraciones locales de 2AG estaban aumentadas
en pacientes masculinos con obesidad, así como una actividad disminuida de la enzima
FAAH en el tejido graso subcutáneo de mujeres obesas, aparentemente asociado al aumento
de concentración local de AEA. (5)

En función de lo planteado, el sistema endocannabinoide surge como un posible blanco


terapéutico, de hecho, se han implementado antagonistas de los receptores CB1 y CB2, tales
como el “ribonabant”, el cual presentó un resultado positivo frente a la pérdida de peso,
reducción de ingesta e incluso del apetito (imagen 2), sin embargo, este fue sacado del
mercado debido a sus efectos adversos como la depresión y riesgos de suicidio.

Imagen 2: Inhibición del sistema endocannabinoide por antagonistas del CB1 y CB2.
Tomada de: Fundación CANNA (2020). https://www.fundacion-canna.es/sistema-endocannabinoide

Dentro de este orden de ideas, se han buscado otras rutas a tomar para la regulación de dicho
sistema y se ha evidenciado que dietas occidentales tienen un consumo de omega-6 mucho
superior al omega-3 (aproximadamente 20/1) lo que lleva a una mayor síntesis de 2AG y
AEA, y una sobreestimulación del receptor CB1. La relación ideal de omega-3 a omega-6
debería ser 5/1, ya que consumir más omega 3 lleva a la estimulación de cannabinoides
DHEA, EPEA, 2 -DHG, menos estudiados que los dos anteriores pero también se consideran
antagonistas de los receptores de cannabinoides, este balance se considera más benéfico ya
que estimula la plasticidad sináptica. (3).
Referencias:
1. CANNA, F., 2020. El sistema endocannabinoide. [Internet] Fundacion-canna.es. [consultado
20 Agosto 2021]. Recuperado det:
<https://www.fundacion-canna.es/sistema-endocannabinoide
2. Arias Horcajadas, Francisco, Sistema cannabinoide y regulación de la conducta alimentaria.
Adicciones [Internet]. 2008;20(2):171-183. Recuperado de:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=289122057009
3. Martinez, T. 2020. Enfoque molecular del sistema endocannabinoide y su relación con la
obesidad. [Internet]. [consultado 17 Agosto 2021]. Canal de la Facultad de medicina de la
Universidad Nacional. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=BE5S30ciu-0&t=658
4. Valenzuela, C. y Cruz, G., 2014. Sistema endocannabinoide y tratamiento de la obesidad:
perspectivas farmacológicas.. [Internet] Sofarchi.cl. Disponible en:
<https://www.sofarchi.cl/wp-content/uploads/Revista2014-V7-N1.pdf [Consultado 19
Agosto 2021].
5. C Maldonado, R., 2007. Sistema endocannabinoide: nuevas perspectivas en el tratamiento
global de los factores de riesgo cardiometabólico. [Internet] Revista de medicina clínica.
Universitat Pompeu Fabra. Disponible en:
<http://public-files.prbb.org/publicacions/23370780-cdbe-012b-a7a8-000c293b26d5.pdf
[consultado 20 agosto 2021].

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