Está en la página 1de 2

31º domingo tiempo ordinario

Mc 12, 28b-34

1. Anotaciones al texto

Este episodio está en la unidad de Mc 12, 13-44, en el contexto de la actuación de Jesús en


Jerusalén. Esta unidad es distinta a los relatos anteriores, tanto por los personajes que
intervienen, como por los temas que abordan. En todos ellos Jesús aparece como maestro
(12, 14. 19. 32; 12, 35. 38).

Esta sección contiene tres controversias en las que representantes de diversos grupos
preguntan a Jesús sobre asuntos discutidos: la sacralidad del César manifestada en el
impuesto (12, 13-17); si resucitan los muertos (12, 18-27); y, cuál es el mandamiento más
importante (12, 28-34). En los tres debates, las respuestas de Jesús son muy elaboradas e
ingeniosas, basándose en datos objetivos y en argumentos de la Escritura. Sus
contestaciones son tan contundentes que deja sin palabras a los interlocutores.

En la controversia de 12, 28b-34, un escriba, sabiendo que había respondido muy bien en
los tres debates anteriores, le plantea la pregunta típica de las escuelas rabínicas de la
diáspora sobre cuál de todos los mandamientos es el principal (v.28). Este escriba desea
saber si puede expresarse lo que constituye la quintaesencia de la voluntad de Dios.

Jesús responde (vv.29-31) citando a Dt 6, 4-5 (1º lectura), sobre la unicidad de Dios y el
amor a él, y añade inmediatamente el amor al prójimo citando Lv 19, 18. El amor a
Yahveh, era para Israel, la reacción al amor que Dios había regalado a su pueblo, al
liberarlo de Egipto y conducirlo por el desierto. Tal reacción debe ser ética e histórica. Para
ello el texto sostiene que esta es con todo el corazón, alma, mente y fuerza. A renglón
seguido, Jesús, habla de algo que no le habían preguntado: el amor al prójimo, como el
segundo mandamiento. Él entiende, como todo judío, que el amor a Dios existe solo
practicándolo tanto con el prójimo, como con uno mismo. Así, ambos amores, aparecen
como el único amor que resume todos los mandamientos.

La astucia de Jesús radica en que por una parte concede al vocablo “prójimo” una
perspectiva universal. Prójimo es todo ser humano y también uno mismo. Y por otra, asume
que el amor de Dios existe en el amor al prójimo y a uno mismo. Jesús sabe que Dios no
necesita de nuestro amor, porque él es el amor, sino que son los hermanos, en sentido
amplio, y uno mismo, quienes necesitan ser amados.

Este escriba (vv. 32-34) acepta la enseñanza de Jesús, diciéndole: “muy bien, Maestro;
tienes razón…” (v. 32). Él acentúa la enseñanza de la Escritura sobre la unicidad de Dios y
se aúna a la enseñanza de Jesús quien ha dado relevancia al amor al prójimo como
expresión histórica del amor de Dios. El escriba añade que el amor al prójimo vale más que
los sacrificios en el templo. El verdadero culto es practicar el amor de Dios con el hermano
(Os 6, 6; Is 1, 11).

El texto finaliza haciendo dos afirmaciones. Una pone en boca de Jesús: “no estás lejos del
reino de Dios” (v.34). Esta frase confirma que el escriba no sólo aceptó la doctrina de
1
Jesús, sino que relativizó lo cultual de su religión, colocando el amor al prójimo por encima
de los sacrificios y holocaustos. Y, la otra afirmación es un comentario: “y nadie más se
atrevía ya a hacerle preguntas” (v. 34). Esta frase tiene un tono polémico, puesto que un
miembro de las autoridades judías, ha puesto en evidencia la ignorancia y la hipocresía
religiosa de sus hermanos. Sin embargo, el escriba abre un camino: cualquier judío puede
acceder a Jesús uniéndose a sus enseñanzas.

2. Sugerencias para la homilía

- “Escucha Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, nuestro Dios es el único
Señor” (v. 29). Escuchar a Dios constituye el aspecto elemental de la espiritualidad de
Jesús. Él lo vivía con mucha pasión. Esto requiere una actitud mística: escuchar a Dios en
la realidad histórica del pueblo. Una realidad histórica actual son los emigrantes y
desaparecidos. ¿Qué quiere decir Dios en el flujo de salvadoreños que emigran a diario?
¿Qué quiere decir Dios en las fosas clandestinas encontradas, en el país, con cadáveres de
desaparecidos?

“Nuestro Dios es el único Señor”. Se trata del dato fundante de la fe bíblica. La fe en el


Dios compañero que ha hecho suya la causa de su pueblo. Esta fe exige renuncia a los
ídolos que piden sacrificios humanos. El drama actual en el país es una gran cantidad de
ciudadanos que identificándose como creyentes en el único Dios, son idólatras de los dioses
que tienen de rodillas a esta sociedad. Entonces son ateos prácticos, puesto que no escuchan
a Dios, sino que obedecen a los dioses del dinero, del partido político, del poder, de la
violencia del consumismo, entre otros. El monoteísmo en la Biblia no es un concepto
racional, sino ético, puesto que la pregunta es ¿a qué Dios escucho?; ¿a cuál Dios estoy
obedezco?

Mons. Romero decía: “La Iglesia predica el monoteísmo sobre todas las falsas idolatrías.
Y podíamos agregar, en este punto de la misión de la Iglesia, que hay otros ídolos más
vergonzantes que los que se acaban de mencionar, y son el ídolo del placer, el ídolo del
sexo, el ídolo de los vicios…Ante todos estos ídolos, la Iglesia proclama el gran mensaje
que Cristo le recordó al escriba, en vísperas de su muerte: “El Señor, nuestro Dios, es
solamente uno”. En esto está la síntesis de nuestra misión monoteísta en el mundo”1.

- “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (v.31). Jesús añade algo que nadie le había
preguntado e introduce cuál es lo decisivo del amor a Dios: el amor al prójimo. Jesús
presenta que el amor a Dios es real en el amor al hermano y a uno mismo. Amar es la única
forma sana de vivir tanto ante Dios como ante los hermanos. No se puede creer en Dios sin
amar. El que ama a su prójimo no está lejos del reino de Dios.

1
Cfr. Óscar A. Romero. Homilías, 04 de noviembre de 1979, tomo V, San Salvador 2008, 499.

También podría gustarte