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Los textos objeto de estudio son generalmente densos, no hay que ocultar la dificultad
que normalmente entrañan. Al contrario, de la aceptación y constatación de esta cualidad
se deriva una primera sugerencia: no son sólo para leer, son textos para estudiar. Por
consiguiente , el estudiante debe evitar las prisas superficiales y concentrarse en la
captación de lo que el autor aborda y quiere exponer.
Ocurre a menudo, que aun supuestas las mejores actitudes del lector, éste se encuentra
como perdido o sin recursos a la hora de enfrentarse a este tipo de textos. Por esto hay
que ser conscientes de la necesidad de todo un proceso de aprendizaje y hábito en el
trato con estas lecturas. He aquí algunas sugerencias para facilitar su comprensión:
Sin preguntas el texto permanece cerrado. Solamente nos habla desde los interrogantes
que le lancemos o la expectativa de hallar respuesta a cuestiones que el autor aborda.
Aclarar aquellas interrogantes o descubrir el problema e intento de solución del autor,
tienen que ser las preguntas generales que marquen nuestra actitud y orienten nuestra
lectura.
El trabajo que el participante del curso de epistemología deberá realizar con los textos
señalados para la evaluación final, consistirá en contestar las siguientes preguntas:
- Se trata de precisar la o las hipótesis que el autor está proponiendo para resolver los
problemas planteados.
7) ¿Puedo cuestionar algunas de las afirmaciones del texto? ¿Cuáles y por qué? - el
participante probablemente no esté de acuerdo con todas las proposiciones y tomará en
cuenta su juicio crítico para refutarlas.
11)En síntesis ¿Qué me ha descubierto este texto? ¿En qué relación se encuentran las
cuestiones aquí debatidas con mis conocimientos anteriores y con mis concepciones o
expectativas?