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HERRAN, Freancisco Juan

Q.E.P.D.
Falleció el 06/05/2012.Mi amado papucho, de tanto andar nuestros senderos me he ido
volviendo un pitagórico: puedo encontrarte en los árboles que se desvisten para pasar el
invierno, y sé escucharte en las letanías que los últimos grillos le dedican a su luna. El
patio entero, este breve mundo nuestro, yace inmóvil bajo el plomo de las nubes, como
queriendo esconderse de tanta ausencia: ¿cuál de estos pájaros cantarines no extraña tus
silbos melodiosos alegrando los guaranes?, ¿hay acaso algún viento que no añore mover
las páginas de un libro sobre su suave falda? Es esta tarde mayeña, delgada y efímera, la
que me avisa el frío de los nueve otoños ya idos, y que me anima a seguir por este
puente de cariño que ustedes me trenzaron, desde los lejanos días de la higuera.
Quebrada arriba, en las espinas del churqui, suelo pasar las horas más tibias, cuando mi
corazón memorioso se pone a arder bajo las estrellas mientras la noche se anaranja con
un rayo que travieso le escapó al horizonte. Ah, mon amour, mi amigo dulce y único,
sabrás por el cantado vuelo de las bandurrias que ya a esta altura cargo brioso mi
flacura, cada vez más despojado de haberes y cada mañana más habitado de sentires. Al
fin comprendo, como me decías, que es eso la vida: labrar la tierra del afecto con el
arado de la propia huella, las espigas y las frutas no demoran y se quedan para siempre.
En esta exacta fecha subo al vagón solitario que, a contravía sube la pendiente hasta el
abra, es un permiso de amor que dura lo que un relámpago, y sin embargo qué largo y
profundo aliento el que traigo: ella y vos, en un impar y definitivo abrazo, me
convierten en volcán hasta la próxima vuelta de la elipse. Papi, alegría de mis días, sólo
dos cuerdas tensan la madera de mi vieja guitarra, pero me alcanzan para este yaraví que
entono muy bajito al firmamento. Seguro estoy de que las luciérnagas en su travesía a
otros veranos llevarán estas notas hasta nuestro diminuto asteroide azul, donde ella y
vos siguen regando el rojo de la amada rosa. Te amo tanto, mon petit, y la amo
enormemente; los amaré tantísimo ,siempre, tu minino, su cateño.
PUBLICADO EL 06052021

In Memoriam
Obituario del día 26-05-2021
Salta, Capital
LEONARDI HERRAN, Teresa (Kuky)
Q.E.P.D.
Falleció el 26/03/2019.Mami, dulce corazón que me dio esta tan hermosa vida: el
bronce renovado de cada otoño me confirma que seguimos nuestro sendero muy juntos,
de la mano. Los vientos de mayo bebieron de tu risa y embriagados para siempre
jugarán a despeñarse, trayéndonos arroyos de hojas robadas a los bosques para que el
tiempo abrace nuestras sandalias en un manso y seco crepitar. Marimoña querida, sabrás
por las cigarras que los astrónomos han debido ajustar sus astrolabios, y que tendrán que
redibujar durante siglos el antiguo mapa de los cielos: las estrellas tienen desde ese
martes el brillo de tus ojos, mamita, y una multitud de cometas surca las noches leyendo
tus poemas con sus fuegos. Kukisita, amor de mis vidas, hoy tus versos han llenado la
luna, que aparece tímida encandilando al monte entre los cerros: con susurros de plata
nos lee tus rizomas enamorados y muy alta en el cielo oscuro me canta aquellos
contrablues para el no olvido. Mamacita mía, que te tatuaste el corazón con la memoria
del mundo que ya viene, no temas que ya até a mi cintura tu gruesa soga del amor y no
habrá crecida que me arrastre, haré playa en la segura arena de tus incesantes besos.
Recibo cada noche, de las aves errantes que recorren el cosmos, las páginas de tu
intermitente diario, que nuestro minero celeste selló prolijamente allá en el diminuto
asteroide, con un pétalo a modo de estampilla; gracias cucarachisma adorada por esta
correspondencia que me trae las chispas vitales de un sol que tanto necesito. Te amo
tanto, pero tanto, y lo amo sin medida; tu cateño, su minino
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PUBLICADO 26/05/2021.

LEONARDI HERRAN, Lucrecia (Kuky)


Q.E.P.D.
Falleció el 26/03/2019.Marimoña, corazón de mi corazón, en ese instante de aquel
martes, cuando marzo lloraba sus últimos nimbos, me pediste que te acompañara y
juntos recorrimos ese fantástico sendero inverso. Peregrinos de inmensa travesía,
durante breves segundos, casi siglos, de tu mano recorrí tantos mundos que hoy soy un
navegante de asombro difícil. Anduvimos, estrechados, yo cada vez más pequeño y vos
más alta, por veredas que ya no reconozco; a veces por tardes encapotadas, no de nubes
sino de penas y silencios; otras por mañana luminosas y no de soles, sino de pasiones,
de poesía y de amores. Flamencos y cigüeñas volaban en aquel cielo. Por una ventana
vimos aquella pradera, y apretado contra tu pecho reconocí a nuestros queridos, altos
como el profundo mediodía, de pie en el trigo, marcándonos el hermoso futuro que con
vos edificaban. Picaflores y jilgueros volaban frente nuestros rostros y los suyos. Si
habremos caminado esa tarde, Kukisita, a la vera del Calchaquí, de la mano del
hermano viento que todo lo lleva cuando cae la oración. Y las gaviotas y los teros,
acompañándonos entre nubes de arena. Y tu jazz envolviéndolo todo, cuando subimos
por la quebrada hasta el churqui, para hablarle como otras veces, para escucharlo entre
el rumor de las piedras que se parten. Y los cóndores y vencejos que volaban sobre
nuestro cielo. En una pequeña pieza de aquella casa de parras e higueras, sentados
impacientes nos esperaban Pinocho y Cocorí, la cabrita de Monsieur Séguin y el buen
Nonours que salvaste del lago. Tantas, tantos habitantes de la imaginación reunidos para
saludarnos, para admirarte, Kuky la buena madre de todas y de todos esos hermanos
míos. Y los cuervillos en su planeo isósceles anunciándonos que el día terminaba.
Cucarachisma querida, qué maravillosa travesía la que hicimos esa tarde, tan abrazados,
tan fundidos en un crisol de amor y dicha; como sabíamos, al atardecer te hiciste pájara,
y con tus hermanos de plumas izaste tu vuelo al infinito cosmos, dejándome al oído un
secreto poema de esperanza. Gracias, mamita, por posarte sobre mi frente cada noche, y
con tu beso seguir dándome vida. Te amo, lo amo, los amo tanto, tantísimo, sin límite.
Tu cateño, su minino
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2670672021

HERRAN, Francisco Juan


Q.E.P.D.
Falleció el 06/05/2012.Papi, mi dulce dios y mi gran amigo, baqueano de todos mis
caminos: ¿en qué lejano mar estará tu velero rompiendo olas en viaje hacia el ansiado
continente de la paz?, ¿cuál estepa planetaria estarás atravesando a lomo de tu camello
de arena, siempre a la búsqueda de un nuevo oasis humanista? ¿Y por cuál de las
exuberantes constelaciones místicas están caminando tus botas de aventurero, mientras
inmensos y extraños tigres lamen tus manos justas? Tata , mi adorado maestro y
camarada: no temas que después de diez inviernos me hice ducho en resistir la escarcha,
y en tantos abismos que me faltan no perderé pie ni un solo instante. Si mis pasos se ven
lentos, papá, es que finalmente aprendí lo que me enseñaste, a vivir despacio para
entenderlo todo, y si parezco más delgado es que ha quedado de mí lo que los huracanes
nunca podrán llevarse, la madera más dura con la que ustedes me tallaron. El andén del
que partió tu tren ya no es el mismo, tampoco sigue estando aquí: para pisar los rieles de
aquel domingo, viajo muy lejos cada mes, entre las estrellas; una grulla galáctica,
emplumada con las chispas de un cometa que ya no volverá, me lleva sobre sus alas.
Aferrado a su interminable cuello escucho el silbato de la locomotora y me dejo
envolver por una bocanada de humo; sé entonces por ella que seguís subiendo, mon
petit, que jamás te detendrás. Papucho de mi corazón, bajo el blanco hielo de la noche
alzo mis ojos hacia tu asteroide: qué claros los distingo, amados míos, tanta luz en un
oscuro cosmos, tan intenso fuego ardiendo junto a enormes soles que se apagan.
Agradeceré otra vez a las epeiras y enredaderas por haberme tejido esta escalera que no
deja de traerlos y de llevarme al gran abrazo que cada tarde nos damos, fundidos con la
kukisita en un solo tizón que arderá aún después de que el universo se apague. Te amo,
y la amo, tanto, pero tanto, tu minino, su cateño
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06072021
LEONARDI HERRAN, Teresa (Kuky)
Q.E.P.D.
Falleció el 26/03/2019.Mi dulce maestra, marimoña que anidaste para siempre en mi
corazón, donde tus palabras y besos han sido la seda que bordó el zurcido invisible para
que la herida ya no recuerde su sangrar: durante las incontable horas de mis días más
largos persisto en el hermoso oficio de aprenderte; sé que cada vez enfoco mejor aquel
catalejo libertario con el que orientabas por el mundo tu navío de enamoradas velas
rojas y te confieso que cada noche hago de tus versos hábiles agujas con las que logro
destejer alguna más de las amarras con las que el tiempo, necio, pretendió siempre
aprisionar mi corazón. En este agosto enlapachado, los vientos del oeste nos despeinan
de nuevo perfumando nuestro andar por las viejas veredas de lajas desparejas,
memoriosas del verano y sus lluvias que les traen noticias de otras calles. Kukisita,
mamita adorada, igual que en los tiempos de la higuera, voy de tu mano por el
descampado remontando el barrilete: cómplices deseábamos que una ráfaga imposible
cortara el hilo, para que el tímido papel en su vuelo irrefrenable nos dijera dónde nacía
el sol, y a dónde se iban los viajeros queridos que comenzábamos a despedir. Abrazame,
mi pájara cósmica, mi dulce albatra errante que vestida con la azul estela de un cometa
llegas del remoto océano futuro; cubrí mi sueño con tus anchísimas alas para que el frío
no logre alcanzarme. Solamente tu sol conoce los secretos que me entibian para que
rebrote despacito el brillo en mis ojos. Por eso, por ser la imprescindible música que me
enseñaste y sobre la que fluyo, te amo tanto, pero tanto; y lo amo sin medida. Tu cateño,
su minino
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HERRAN, Francisco Juan
Q.E.P.D.
Falleció el 06/05/2012.Papito, alma mía, sabrás que en ciertos domingos, cuando las
tardes se detienen a la exacta y cenicienta hora de la tristeza, el temblor en mis piernas
me supera y, ya sin poder nadar en el ancho mar de la memoria, debo aferrarme a las
astillas del naufragio, hasta que algún sol amigo me deje con la pleamar sobre la arena
de una solitaria playa del corazón. Mon chéri, en esta gigantesca casa que me hospeda
arribo cada muchos meses a tu habitación: ya desde la puerta siento aquel murmullo
impaciente de palabras llamándome desde tus cuadernos, que en vano declaro estar
acomodando. Sobre tantas hojas que el tiempo ya empezó a marfilar, tu tinta hirviente,
intacta, sigue trazando planisferios de los mundos que soñamos, tallando ideas y utopías
sobre rocas futuras, velamen de tus travesías terrenas. Mi adorado papucho, después de
diez inviernos aprendí a volar, y aún con este plumaje desordenado y ralo llegaré
cuando anochezca a nuestro hermoso asteroide: llevo una semilla del querido churqui,
para que acompañe a nuestra amada rosa de pétalos eternos; me posaré despacio sobre
la cara oculta y en pleno polvo mineral sembraré la vaina quebradeña, la luz del
universo y las caricias de ustedes dos la harán brotar. Mon petit, mi dulce tata, en lo
profundo de la oscura noche suelo visitar el andén de tu partida: la fría bruma que
extravía a las vías en su inexorable perspectiva me trae, nítidas, hebras del humo último,
el calor de tu beso, y la fuerza infinita de tus manos. Te amo, la amo, los amo tanto,
pero tanto; tu minino, su cateño. 06/09/2021
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LEONARDI HERRAN, Teresa (Kuky)


Q.E.P.D.
Falleció el 26/03/2019.Mamita, corazón que tan fuerte, cada vez más, latís en mí: vengo
a este muelle donde nunca estuvo amarrado tu navío, sólo para abrazar la helada brisa
que desde mar adentro me trae tu perfume, solamente para sentir la música de tu risa
regresando hermosa en la voz de las golondrinas. Mami, gracias vida mía por invitarme
una vez más a navegar entre las hojas, por guiarme como siempre entre las nubes,
vistiéndome de amor con tus dulces ojos. Sobre mi rosada nave, regalo de un lapacho
engalanado, surco el arroyo que me dejaste, agua clara que no cesa. Desde esta diminuta
barca sigo tus pasos sobre las piedras, entre las hojas: por momentos apenas te distingo,
aunque sé bien que tras la cascada me recibirán tus manos hechas fina llovizna
encendida de libélulas. Las efímeras, embriagadas de sol y néctares, me llevan felices en
su vuelo último a conocer los rincones del bosque, allí donde tu magia germina en flores
de colores nunca vistos y en colosales árboles que cantan a la luna. ¿Quién no sabe de
vos, mon amour, en la vasta cordillera o sobre los grises nimbos? Todos te han visto en
las montañas, cada hierba rozó orgullosa tus pies descalzos y no hay coyuyo ni chañar
que no haya escuchado tus clases. Kukisita, dulce marimoña que en un ya lejano
diciembre me regalaste la luz, mi frágil diosa terrena que durante incontables inviernos
me tejiste chalecos con tus poemas para que mi alma desnuda no conociese el frío:
quiero que sepas que cada noche, cuando el hermano silencio me saluda, subo por la
escalera de telarañas al azul asteroide que los tres cuidamos, sólo para regar con mi beso
a nuestra adorada rosa, y para verlos. Te amo, mamita, y lo amo; los amo tanto, pero
tanto, tu chileriño, su mínimo
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26092021

HERRAN, Francisco Juan


Q.E.P.D.
Falleció el 06/05/2012.Papito, corazón de mi vida, mientras la púa del combinado nos
regala los banjos enamorados de los stompers, aquí estamos, reunidos de nuevo:
andemos entre las fragancias de tu enseibado octubre, en otros rojos días como aquellos
en los que viniste a esta Tierra, en horas ardientes como ésas de una roja época que tiñó
la historia. De noche te aprendo, mon chéri: convertido en bichito de plata y con la
indulgencia cómplice de la amiga araña emprendo larguísimas travesías entre tus libros,
descifrando tus caligrafías políglotas con las que te orientabas en los senderos más
profundos del espíritu; permitime, tatita adorado, que sea por breves instantes de mis
días tu diminuto discípulo, tu más extático oyente, nada más que el efímero remolino de
polvo que dejan tus sandalias cuando recorrés el tiempo y mi memoria. Papito, mon
amour, sabés que es por esa extraña poción que los colibríes me preparan con palam-
palam y pétalos de tarco que puedo deshacerme en incontables fragmentos: cada uno de
ellos te visita y te abraza al mismo tiempo en cada sendero que has caminado, en cada
arroyo cósmico por donde navegás, en cada uno de los vientos embelesados que leen las
melodías de tus silbos en sus atorbellinadas partituras. La gruesa morera, iluminada de
azabache por sus tordos, me mira cada siesta con sus enormes ojos de azúcar, mientras
me trae desde su más honda raíz la secreta joya que intacta le protegen las cigarras: la
caricia de tus manos que la plantaron, la ternura de tus dedos acariciando sus primeras
hojas. Te agradezco tanto mon petit que estemos de la mano, de nuevo, caminando por
las veredas de nuestros sueños, como en aquellas nuestras primaveras de conejos y
naranjos, de negros trenes jadeantes de vapor en la vieja ciudad cubierta por el algodón
de los yuchanes. Esta noche, papi, cuando me veas dormido, besame la frente para que
mi corazón vuele con vos a nuestro hermoso asteroide, para que en aquel azul tan único
pueda encontrarla, para estrecharla entre mis brazos como siempre. Te amo, la amo; los
amo tanto, pero tanto, sin medida, tu minino, su cateño 06102021
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06/10/2021

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