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UniversidadTecnológicaNacional

FacultadRegional LaPlata

“DISEÑO GEOMÉTRICO DE VIAS URBANAS”.

Centro de investigaciones Viales LEMaC


Área: Area de Estudios del Transporte
Becario: Rocío Rolón
Director Tesis: Julián Rivera

1
DISEÑO GEOMÉTRICO DE VIAS URBANAS
Becaria Rocío Rolón
Tutor Julián Rivera

INDICE
INTRODUCCION……………….…………………………………………. 2
MARCO NORMATIVO…………………………………………………….. 2
METODOLOGIA……………………………………................................. 3
DESARROLLO DEL TRABAJO:

SECCION 1: Clasificación de los elementos de la vía pública.. 4


SECCION 2: Criterios generales de planificación y diseño…… 7
SECCION 3: Red vial: Parámetros de diseño en planta
y perfil………………................................................. 17
SECCION 4: Red vial: Parámetros de diseño de la
sección transversal……........................................... 21
- Referencia Gráfica
- Anexo 1
SECCION 5: Intersecciones: Tipos y localización………………... 34
SECCION 6: Intersecciones convencionales a nivel…………….. 43
SECCION 7: Intersecciones giratorias……………………..………. 77
SECCION 8: Intersecciones a distinto nivel……………………….. 85
SECCION 9: Templado del tránsito………………………………… 109
SECCION 10: Estudio de Tránsito……………………………….…. 127
- Anexo 2
CONCLUSIONES……………………………………………........................... 134
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA ................................................................ 136

RESUMEN
El diseño geométrico de vías urbanas es un complejo campo de acción para
los actuales diseñadores, puesto que demanda tener en cuenta no sólo los
factores propios matemáticos del diseño, sino también el impacto social y
ambiental que el diseño pueda generar mediante la alteración del espacio
público. El objeto del diseño es mejorar el entorno y las condiciones de circulación
vehicular de acuerdo a
las necesidades viales proyectadas, considerando a su vez el cumplimiento de las
Normas de Diseño, en este caso vigentes en la Argentina. El uso de herramientas
complementarias como programas informáticos representa una gran ventaja, sin
embargo una recopilación de todos estos aspectos y la información necesaria para
desarrollar un diseño integral y viable permitiéndole al diseñador tomar cada caso de
forma particular y no general es evidente.
El presente trabajo aborda esta temática y se constituye en un Trabajo de Becario
de Investigación del LEMaC Centro de Investigaciones Viales de la UTN La Plata.
1. INTRODUCCIÓN

Las intersecciones urbanas ofrecen un potencial de investigación en


diseño geométrico de vías. En los últimos años, la demanda vial ha crecido por el
aumento del número de vehículos automotores, se puede decir que la oferta
es bastante inferior a la demanda de tránsito. Esto ha traído como consecuencia
incrementos en
la congestión, demoras, accidentes y problemas ambientales, bastante mayores que
los considerados aceptables.
Contamos con la capacidad, la topografía, los conocimientos, las condiciones
de mejorar la vida de la malla vial y también con la necesidad de disponer de
un instrumento idóneo para afrontar la solución de la actual problemática.

1.1 Definición de la problemática:

Para el diseño de una intersección es necesario tomar en cuenta las


limitaciones que existen debido al espacio disponible; entonces se debe recurrir
al diseño en función de otros elementos como la tangente, puntos obligados, a
parte del radio de
la curva. Además de las implicaciones matemáticas que pueda generar un problema
de diseño a resolver deben tenerse en cuenta los impactos sobre la sociedad, lo que
pocas veces ocurre. Esta situación plantea la necesidad de diseñar una
infraestructura vial que optimice las exigencias presentadas por la circulación
vehicular, teniendo como objetivo principal proporcionar un sistema que brinde
eficiencia, y sea a su vez seguro, económico y que esté acorde a los
recursos disponibles.
La forma de producción industrial moderna hace que las ciudades se densifiquen y
sea crítica la producción de espacio para el transporte. Así viene la preocupación no
sólo con la producción de nuevo espacio para proveer más oferta, sino también la
preocupación por la mejor utilización del espacio existente. La realización de
una intersección vial está sujeta a varios factores que refutan la calidad y
eficacia del proyecto, es indiscutible que el ingenio y creación de estas obras
estén llevadas el máximo reto.

2. MARCO NORMATIVO

Se debe aclarar que el cumplimiento de los contenidos del presente trabajo ha sido
direccionado a la normativa argentina, lo cual no exime del cumplimiento de
otras regulaciones y normas que pudieran ser de aplicación al objeto concreto
de la planificación o el proyecto de que se trate, tanto municipales, como
regionales, estatales, comunitarias o internacionales. El proyectista o planificador
deberá buscar soluciones de diseño que cumplan con el conjunto de normas en
vigor.
La principal norma atendida por este documento es la Ley de Tránsito y Seguridad
Vial Nº 24.449 y Decreto reglamentario Nº 779/95.
En el caso en que se observaran discrepancias en cuanto a parámetros cuantitativos
o especificaciones técnicas, prevalecerán los valores establecidos en las Normas
referentes al Diseño Geométrico Vial vigentes.
3. METODOLOGIA

Existen dos factores importantes que determinan la necesidad del tratamiento


de una intersección, uno de éstos es la evidencia física de una congestión de
tránsito actual en un punto crítico, y el otro es el resultado que arroja un
estudio la proyección de flujo en los próximos años.
La adquisición de la información es uno de los aspectos esenciales en este tipo de
estudios, ya que permite ver de una manera clara y objetiva los problemas a
solucionar. Para esto debe llevarse a cabo una exhaustiva planificación
y programación de todo lo que se va a hacer, teniendo en cuenta cuáles datos se
van
a tomar, cuándo, dónde, cómo se van analizar y para qué se van a utilizar.
La determinación de los datos que se van a tomar depende del tipo de estudio que
se vaya a realizar y de las necesidades que se pretenden suplir. El primer concepto
que debe quedar claro es que la planificación es más que el desarrollo de un plan,
es un proceso integrado. El proceso de planificación consiste esencialmente en la
generación de información sobre alternativas de acciones y sus posibles efectos.
La elaboración de alternativas debe ser el reflejo de una política bien definida para el
sector de transporte urbano y de estrategias de solución de los problemas. La
elaboración de políticas y estrategias es una tarea técnica que debe considerar los
objetivos para el sector.
De una manera general, las principales etapas asociadas al proceso de planificación
son: la identificación de los problemas; identificación del sistema de interés; el
establecimiento de metas y objetivos para el sistema; la generación de alternativas
para la solución de los problemas identificados; el análisis del comportamiento del
sistema, en particular frente a las alternativas consideradas; la evaluación de
las alternativas estudiadas (desde el punto de vista técnico, económico y
ambiental); la selección de alternativas que atiendan mejor a los objetivos
establecidos; la implantación de la alternativa seleccionada y el monitoreo de
la evolución del sistema, buscando la identificación de nuevos problemas.
Para el caso del análisis de una red vial urbana, los datos a tomar serían: la
geometría de la red, número y ancho de carriles, pendientes de los tramos,
longitudes de dársenas para giros a la izquierda y derecha, los volúmenes
vehiculares, velocidades, dispositivos de control en las intersecciones de prioridad,
señales de "Pare" o "Ceda el Paso", velocidades de marcha de recorrido y demoras,
tiempo perdido en el arranque, longitudes reales de los vehículos, ocupación
vehicular, flujos peatonales, etc.
Otro aspecto muy importante, es el entendimiento de la estructura urbana de
la ciudad: las zonas industriales, las zonas habitacionales y sus
características socioeconómicas, los corredores viales, las áreas de expansión y las
barreras físicas
al sistema de transporte y al desarrollo urbano.
Esta información debe considerar el uso del suelo y la función de la vialidad como
espacio de comunicación entre las diferentes actividades urbanas.
En la estructura urbana es importante tener claridad en la distribución de las
actividades y la jerarquía vial que sirve a la comunicación entre éstas.
El uso del suelo es una variable importante, pero no siempre utilizada en la
planificación. Este dato suele estar disponible en la direcciones de
catastro municipales; junto con otra información importante como valor de los
inmuebles, nombre del dueño e impuestos pagados y planos de desarrollo
urbano que son esenciales para hacer pronósticos y definir políticas de
desarrollo del sistema de transporte.
Luego de la planificación prosigue el diseño propiamente dicho, que cubre diversas
etapas para el trazado y localización de una vía:
El diseñador debe conocer el estado de los elementos existentes y los pronósticos
de planificación relacionados con la vía, el sector y los servicios públicos, ya
que éstos son determinantes en las características de la vía. Debe además
plantear el proyecto a un nivel macro, teniendo en cuenta las características locales
del sector.
En resumen la presente guía se verá en dos aspectos:

Fases proyecto Secciones correspondientes a la guía

Sección Sección Sección


Clasificación
Planificación Elementos
Criterios Generales de Estudio de
Planificación y Diseño Tránsito
Vía Pública

Sección Sección Sección

Diseño Trazado en
Intersecciones Templado
Planta y perfil

4. DESARROLLO DEL TRABAJO

SECCION 1:Clasificación de los elementos de la vía pública


1. Definición de vía pública

Se define como uso dotacional para la vía pública el de los espacios de dominio y
uso público destinados a posibilitar el movimiento de los peatones, los vehículos y
los medios de transporte colectivo de superficie habituales en las áreas urbanas, así
como la estancia de peatones y el estacionamiento de vehículos en dichos espacios.

2. Categorías

Dentro de la vía pública se distinguen las siguientes categorías:

I. Red vial: constituida por aquellos espacios de la vía pública dedicados a la


circulación de personas y vehículos y al estacionamiento de estos últimos, así
como sus elementos funcionales.

II. Área estancial, constituida por aquellos espacios públicos libres de


edificación, adyacentes a la red viaria, cuya función principal es facilitar
la permanencia temporal de los peatones en la vía pública,
constituyendo
elementos calificadores del espacio urbano por dotar al mismo de mayores
oportunidades de relación e intercambio social.

III. Plataforma reservada, constituida por aquellas bandas, pertenecientes a la


vía pública, destinadas a ser utilizadas por un determinado modo
de transporte o tipo de vehículo, que están diseñadas específicamente para
tal fin, y operan de manera integrada con el conjunto del sistema de
transporte.

3. Clasificación de la red vial

De acuerdo con su relación con la movilidad, se distinguen las siguientes clases de


vías:

I. Red vial principal: aquella que por su condición funcional, sus características
de diseño, su intensidad circulatoria o sus actividades asociadas sirve para
posibilitar la movilidad y accesibilidad. Se consideran los siguientes tipos:

 Red vial de Autopistas y Semiautopistas: constituida por las vías de


alta capacidad para tránsito exclusivamente
motorizado, cubriendo viajes interurbanos y
metropolitanos. Con TMDA mayor 20.000 veh/día.
 Red vial Multicarril: integrada por las vías de gran capacidad para tránsito
preferentemente rodado, sirviendo a desplazamientos urbanos o
metropolitanos, tales como las grandes vías arteriales o arterias primarias.
Con TMDA mayor de 4.000 veh/día.
 Red vial Primaria Municipal: formada por las vías colectoras-distribuidoras,
que articulan los distritos y los conectan entre sí, en las que el tránsito
rodado debe compatibilizarse con una importante presencia de actividades
urbanas en sus bordes, generadoras de tránsito peatonal. Con TMDA desde
2.000 a 4.000 veh/día.

II. Red vial secundaria: aquella que tiene un carácter marcadamente local. Está
compuesta por el resto de los elementos viales y su función primordial es el
acceso a los usos situados en sus márgenes. Con TMDA aproximadamente
de 2.000 veh/día. Se consideran los siguientes tipos:

 Vías locales colectoras: que añaden a su papel de acceso la función de


concentrar la conexión de la red local a la red principal.
 Vías locales de acceso, son las que aseguran el acceso rodado y peatonal a
edificios e instalaciones.

4. Tipos de áreas estanciales

Se distinguen los siguientes tipos:

 Veredas con ancho superior a seis metros: se diseñarán con ese ancho las
veredas en las que se sitúe el acceso a equipamientos comunitarios, áreas
comerciales, intercambiadores de transporte, edificios residenciales de
más
2
de 100 viviendas o 10.000 m de superficie construida, edificios industriales
2
de más de 5.000 m de superficie construida, edificios terciarios con más de
2
2.500 m de superficie construida y, en general, el entorno de cualquier
actividad que genere una importante afluencia peatonal.
 Bulevares, con ancho superiores a ocho metros: recomendados para calificar los
ejes viarios con importante presencia peatonal y, en particular, la red viaria
primaria municipal y las vías colectoras locales.
 Calles, sendas, plazas y otros espacios peatonales: constituidos por aquellos
espacios prohibidos al tránsito rodado, salvo, en casos especiales, a los
vehículos de servicio y emergencia.
 Ámbitos ajardinados: que tanto por su reducida extensión como por su
configuración fuertemente condicionada por la red viaria colindante, no se
ajustan a la definición de parque local, teniendo en todo caso
accesibilidad
peatonal.
 Calles de prioridad peatonal: que incluye a aquellas calles de uso peatonal,
en las que se permite el paso de automóviles, siempre que éstos se muevan
a velocidades compatibles con el tránsito y la estancia de los peatones.

5. Categorías y tipos de plataformas reservadas

Se distinguen dos categorías:

 Exclusivas: las que contando con algún tipo de barrera física que las aísla del
resto, se utilizan exclusivamente por el modo de transporte para el que están
destinadas.
 Integradas en la red viaria: las que utilizan una parte o banda de la red viaria, sin
separación física del resto y que puede ser, eventualmente, utilizada por
modos diferentes al que en principio están destinadas.

Dentro de cada categoría, se distinguen los siguientes tipos:

o Plataformas reservadas para sistemas de capacidad intermedia: que, con un


alto nivel de servicio tienen capacidad entre 8.000 y 20.000 viajeros en hora
pico y sentido. Pueden requerir material fijo específico (barandas).
o Carril VAO (Vehículos de Alta Ocupación): reservado para la circulación de
vehículos con un número mínimo de ocupantes.
o Carril-bus: reservado para la circulación de autobuses.
o Carriles ciclistas: reservado para la circulación de bicicletas.
o Otros, como los tramos reservados para ambulancias, bomberos, etc.

6. Clasificación en los planes y proyectos

En todos los instrumentos de planeamiento, proyectos de urbanización y proyectos


de obras ordinarios de urbanización que definan la vía pública, se puede clasificar
cada uno de los elementos de la misma en alguno de los niveles, tipos, elementos o
categorías, definidos anteriormente.
Así mismo, se puede clasificar las vías colectoras locales. En áreas residenciales, se
diseñarán como vías de prioridad peatonal todas las vías que den servicio de acceso
a un número inferior a 50 viviendas o 5.000 metros cuadrados de edificación
residencial. En la remodelación de vías existentes se concederá prioridad peatonal
en todas las vías con acceso a edificios que tengan un ancho inferior a ocho metros.

CLASIFICACION DE LOS ELEMENTOS DE LA VIA PUBLICA

Autopistas y Semiautopistas

Red Viaria Principal Vías Multicarriles

Cla Red Viaria


Vías Primarias Municipales

sif Vías Colectoras Locales


Red Viaria Secundaria
ca Vías Locales se Acceso

ció Aceras ancho > 6m


n Bulevares ancho > 8m
de Áreas Estanciales Calles, sendas, plaza, etc
Vía Ámbitos ajardinados

Pú Calles de prioridad peatonal

bli Sist. de capacidad Intermedia


ca Carril VAO o de alta ocupación

Plataformas Exclusivas Integradas


Carril - bus
Reservadas Carril bici
Otros

SECCION 2: Criterios generales de planificación y diseño de la vía


pública

1. Funciones y objetivos de la red vial

La red vial cumple en las áreas urbanas un complejo conjunto de funciones, entre
las que se destacan:
 Servir de cauce al tránsito rodado de larga distancia y conexión interurbana.
 Servir de cauce al tránsito rodado de conexión intraurbana.
 Constituir itinerarios de contemplación de panoramas generales de la ciudad.
 Calificar la trama y el espacio urbano.
 Contribuir a formalizar el paisaje y el ambiente al que se abren los edificios.
 Acoger la circulación peatonal.
 Dotar de acceso rodado y peatonal a edificios e instalaciones.
 Servir de espacio de estancia y relación social.
 Servir de referencia a la parcelación y la disposición de la edificación.
 Acoger el estacionamiento de vehículos.

De acuerdo con la clasificación de la red vial establecida en el presente trabajo, en


su composición y diseño se considerarán prioritarias las siguientes funciones:
o Red de Autopistas y Semiautopistas: servir de cauce al tránsito rodado
de larga distancia y conexión interurbana, al de conexión intraurbana y
la de itinerario para la contemplación de la ciudad. Complementariamente,
deberá considerarse que el espacio de dicha red constituye el paisaje al
que se asoman algunos edificios.
o Red Multicarril: tránsito de conexión intraurbana y la de itinerario para la
contemplación de la ciudad. Como funciones complementarias
deberán considerarse las de conexión interurbana, estructuración de la
ciudad, dar cauce al tránsito peatonal y la de constituir el paisaje al que
se asoman edificios.
o Red Primaria Municipal, la de mayor complejidad funcional:
conexión intraurbana, calificación de la trama y el espacio urbano de la
ciudad, la de soporte para la contemplación de la ciudad y la de constituir el
paisaje al que
se asoman los edificios. Complementariamente, deberán considerarse todo el
resto de las funciones que puede cumplir la red viaria.
o Calles locales colectoras: encauzar el tránsito peatonal, dotar de acceso
rodado y peatonal, permitir la estancia y relación social y constituir el espacio
exterior al que se asoman los edificios. Complementariamente, deberán
satisfacerse el resto de las funciones, a excepción de las de conexión
interurbana.
o Resto de la red local: referencia a la parcelación, encauzar el tránsito
peatonal, dotar de acceso rodado y peatonal, permitir la estancia y relación
social y constituir el espacio exterior a los edificios.
Complementariamente, deberán considerarse las de garantizar el
estacionamiento y facilitar la contemplación de la ciudad.

Todo plan o proyecto relativo a la red vial, deberá considerar como objetivo principal
de su composición y diseño la satisfacción del conjunto de las funciones que cumple
cada tipo de vía, de acuerdo con las prioridades establecidas anteriormente.

Vía
Autopista y Vía Primaria Local Local de
FUNCIONES Semiautopista Multicarril Municipal Colectora Acceso
Conexión
interurbana
Conexión rodada
intra urbana
Complementación
panoramas ciudad
Cualificac. Trama
y espacio urbano
Paisaje externo a
edificios
Circulación
peatonal
Acceso rodado y
peatonal
Estancia y relación
social
Referencia
parcelación
Previsión del
estacionamiento

Función Prioritaria Función Complementaria Función Inapreciable

2. Principios generales de composición y diseño

La satisfacción de las funciones que cumple la red vial deberá hacerse de acuerdo
con los siguientes principios:

PRINCIPIO DE EFICIENCIA
La composición y diseño de la red deberá garantizar el cumplimiento de
sus funciones con la máxima eficiencia.

PRINCIPIO DE SEGURIDAD
La red deberá garantizar la seguridad de todos sus usuarios mediante una
adecuada articulación de sus elementos entre sí y con el entorno.
Para garantizar la presencia segura en la red de los diversos
usuarios de la misma, la velocidad e intensidad de circulación rodada
deberá mantenerse
en niveles compatibles con el resto de actividades previstas y el
diseño general del entorno propiciará ambientes que dificulten la
aparición de comportamientos que atenten a la seguridad ciudadana.

PRINCIPIO DE LA CALIDAD AMBIENTAL


No se considerará que un plan o proyecto de red vial resuelve eficazmente
sus funciones, si no garantiza unos niveles de calidad ambiental
adecuados a las mismas. En la valoración de la calidad ambiental,
se considerará especialmente el ruido, la emisión de contaminantes,
la posibilidad de uso por los niños y las condiciones estéticas.

PRINCIPIO DE ECONOMÍA
La minimización de los costos de construcción y mantenimiento, así como
la garantía del cumplimiento de los compromisos económicos que deban
establecerse al respecto, será uno de los principios básicos de
composición y diseño de la red. El ajuste de la longitud y superficie de la
red a las necesidades concretas, evitando su sobredimensionamiento,
constituiría la plasmación más elemental de este principio.

PRINCIPIO DE ACCESIBILIDAD URBANA


La composición y diseño de nuevas vías urbanas o la remodelación de las
ya existentes contemplará la correcta accesibilidad de todos los posibles
usuarios de la vía pública, particularmente la de aquellos que
padezcan algún tipo de discapacidad, eliminando barreras e incorporando
texturas y cuantas medidas se consideren necesarias.

3. Concepción de la red

3.1. Articulación a la red general e intermodalidad


En el planeamiento y proyecto de elementos o partes de la red viaria deberán
resolverse, simultáneamente, las exigencias que derivan de su entorno inmediato y
aquellas que provienen de su papel en las redes generales de transporte,
tanto rodadas, como peatonales.
En el diseño de la red vial, en principio, no debe concederse prioridad a
ningún modo de transporte, motorizado o no motorizado, individual o colectivo.
Todos los que puedan contribuir a la satisfacción de las funciones asociadas a cada
tipo de vía deberán considerarse, siendo obligatorio proceder a evaluar la
idoneidad de cada uno de ellos para cada caso concreto, en las primeras etapas
de concepción de la red.
Con objeto de garantizar la consideración de la articulación a la red general y la
integración intermodal y de prever sus posibles efectos sobre la congestión, todos
los planes parciales, planes especiales y proyectos, deberán incluir un Estudio de
Tránsito.
En cualquier caso, especial atención requerirá la articulación entre los diversos
modos de transporte, estudiando y potenciando las posibilidades de conexión
intermodal, su localización y diseño. A este respecto, en la concepción y diseño de la
red, deberán considerarse los itinerarios de rutas de servicio de
autobuses existentes o a desarrollar, estudiando la posibilidad de reservar carriles
exclusivos y previendo la localización de dársenas y
paradas, congruentemente con la localización de las
actividades generadoras de desplazamientos. En aquellos planes
o proyectos que requieran la realización del Estudio de Tránsito será preceptivo
analizar dentro del mismo la posibilidad de prolongación o nueva creación de líneas
de colectivos, que incluyan el 80% del área en un radio de 300 metros,
medidos desde las paradas. El acondicionamiento de espacios de
estacionamiento para vehículos privados y bicicletas en los puntos de acceso al
transporte público, y a la red de autopistas, que permitan el intercambio de
viajeros entre los vehículos particulares y los colectivos (ferrocarril, subterráneo,
colectivos) o la formación de vehículos compartidos, mediante la agrupación de
varios conductores en un sólo vehículo.

En lo referente a la articulación con la red general de los elementos viales


destinados a circulación rodada:
- En los tramos de la red vial principal (autopistas, semiautopistas, multicarriles y
primarias municipales) se debe evitar la introducción de perturbaciones en los
itinerarios en los que se integra, dando continuidad a sus
condiciones funcionales. Además se respetarán las exigencias del ambiente
atravesado.
- En las redes locales se reducirá el número de intersecciones con la red principal
y se adecuará su diseño para garantizar el mantenimiento de las condiciones
funcionales de dicha redes.

En lo referente a la red peatonal, la concepción de la misma tratará de dar


continuidad a los itinerarios peatonales existentes y, en cualquier caso, garantizará
la de los Itinerarios peatonales principales de su entorno, articulándolos a la red
interna.
3.2. Diseño integrado del espacio urbano

La red vial o cualquiera de sus partes no debe diseñarse de forma aislada,


sino integrada en una concepción de conjunto con el espacio urbano y el
resto de los elementos que lo componen (edificios, espacios libres, etc), en
función de las distintas actividades que en ellos se realizan. En particular,
debe asegurarse la congruencia entre:

- La estructura y jerarquía de los elementos viales y la localización de las


actividades generadoras de tránsito rodado y peatonal (equipamientos,
comercio, centros de empleo, etc).
- La morfología de la red, con los espacios privados que define, y las tipologías
edificatorias previstas.
- Los ambientes de las distintas áreas de actividad y el tipo y características de
los elementos viales que las atraviesan.
- El resultado formal de la vialidad y el de su entorno.

3.3. Consideraciones ambientales

- En la composición y diseño de la red viaria, se deberán analizar


las posibilidades y oportunidades que ofrece la topografía, no solamente
para abaratar costos de construcción, sino también, para mejorar la
articulación paisajística de las calles, reducir impactos sonoros, facilitar la
comprensión de
la red, ofrecer puntos de vista, facilitar el saneamiento, etc.
- La minimización de los impactos que el ruido ambiental producido por el tránsito
motorizado provoca en los ambientes urbanos exige su consideración desde las
primeras fases de concepción de la red vial, ya que puede implicar el
establecimiento de una jerarquía viaria acorde con los usos del suelo existentes
o previstos en el entorno, el aprovechamiento de la topografía y barreras
naturales, el empleo de medidas de templado de tránsito que disminuyan
la intensidad y velocidad de los vehículos, la previsión de
apantallamientos vegetales o artificiales en las vías de mayor capacidad, etc.
- En la composición y diseño de nuevas redes viales deberá tenerse en cuenta la
conveniencia de reducir al mínimo la alteración de las condiciones
preexistentes de suelo, vegetación y paisaje, dejando sin ocupar los suelos con
especial valor ecológico, manteniendo la vegetación y los elementos del paisaje
más característicos del área, evitando la interrupción de las
conexiones naturales del suelo, utilizando pavimentos con suelos naturales, etc.
- En la disposición y orientación de la red, así como en el diseño de cada uno de
sus elementos deberán considerarse las características particulares del
régimen climático en orden a potenciar la creación de un microclima urbano
más saludable.
INTEGRACIÓN PAISAJÍSTICA Y RESPETO DE PREEXISTENCIAS Y
FUNCIONAL DE LOS ELEMENTOS DE AMBIENTES
LA VÍA PÚBLICA

ADECUADA RELACIÓN Y
COMPOSICIÓN ENTRE RED, USO Y
TOPOGRAFÍAS

4. Criterios generales de composición y diseño de redes viales

4.1. Velocidad de diseño: Velocidad Directriz.

Hay razones que indican la conveniencia de inducir el mantenimiento de una


velocidad lo más uniforme y estable posible. Resulta claro que el diseño de todas las
características del camino que influyan sobre el conductor en la elección de la
velocidad, debería ser función de una cierta velocidad elegida como parámetro. Esta
velocidad es la velocidad de proyecto, o Velocidad Directriz, que se adopta con el
propósito de proyectar las características visibles del camino (curvaturas,
pendientes, visibilidad sobre la calzada, ancho de calzada, etc.) a fin de
correlacionarlas con las de los vehículos (características de operación frenado,
aceleración, etc.).
La Velocidad Directriz es la máxima velocidad segura a la que puede transitar, sobre
un camino bajo condiciones de bajo volumen de tránsito y buen tiempo y visibilidad,
un conductor de habilidad media con un vehículo en buenas condiciones mecánicas.

Teniendo en cuenta la legislación vigente en materia de velocidad máxima en áreas


urbanas y la necesidad de compatibilizar el tránsito rodado y el peatonal en ciertos
ámbitos, se establecen las siguientes velocidades de referencia para el diseño de las
distintas vías:

VELOCIDAD DIRECTRIZ POR CLASES Y TIPOS DE VÍAS

Autopistas y
Semiautopistas Vd = 80-100 Km/h
Vía Multicarril
Con colectoras
Calzada central Vd = 60 km/h
Calzadas laterales Vd ≥ 30 km/h en áreas residenciales o terciarias
Vd ≥ 50 km/h en áreas industriales
Sin colectoras Vd = 60 km/h
Vías Primarias Municipales Vd = 60 km/h
Vías Locales Colectoras Vd ≥ 50 km/h
Vías Locales de Acceso Vd ≥ 30 km/h

Las velocidades directrices condicionarán la adopción de los diferentes parámetros


de diseño del perfil longitudinal (radios de giro, pendientes, etc.). En función del tipo
de vía, si bien la consecución de la velocidad máxima permitida en medio urbano es
de 60 km/h, deberá garantizarse no sólo con el diseño de tramos entre
intersecciones, sino con la disposición y diseño de las mismas.
En nuevos elementos de la red local, el mantenimiento de la velocidad por debajo
del límite indicado no podrá remitirse a una regulación posterior de la red, sino que
deberá garantizarse mediante su composición y geometría o por la incorporación en
el proyecto de las adecuadas medidas de templado del tránsito.

4.2. Composición y diseño

En la composición y diseño de la red local, se recomienda:


- Minimizar los recorridos vehiculares: mediante adecuados modelos de trama,
estudiando para ello las direcciones de los movimientos en hora pico y tratando
de facilitar la conexión directa con las vías de la red principal o con otras áreas.
Minimizar, asimismo, tanto la superficie destinada a red vial, como la longitud
total de la red.
- Dotar a la trama de una ordenación lógica y comprensible: Una cierta
adaptación a la topografía, una geometría sencilla aunque no necesariamente
ortogonal, una cierta modulación y la presencia de algunos hitos ayudan a los
usuarios a situarse.
- Conformar una parcelación práctica y económica: adaptando la densidad de
calles, tamaños de manzana, ángulos en los cruces, etc, a la tipología
edificatoria.
- Evitar un excesivo número de intersecciones o accesos: que reduzcan la
eficacia del viario principal y, en general, reducir el número de intersecciones y
tratar de que su funcionamiento no requiera regulación especial (semáforos).
- En general, adaptar la red a la topografía, evitando la aparición de cortes
topográficos, desmontes y terraplenes, o absorbiéndolos mediante separadores
ajardinados; incorporando sus hitos y utilizando sus directrices
geométricas, para facilitar así su comprensión por los usuarios; aprovechando
los desniveles para ocultar los elementos viales con impactos negativos o para
facilitar el paso
a desnivel sobre ellos; utilizando la configuración natural del terreno, allí donde
sea posible, para conseguir las características de trazado y perfiles que limiten
la velocidad de circulación a los umbrales compatibles con los usos del entorno,
etc.
- Evitar que las áreas residenciales sean atravesadas por vías de la red principal
o, en su caso, diseñarlas de forma que solucionen el conflicto entre el tránsito
de paso y el resto de las funciones de la calle, por ejemplo, mediante la
incorporación de vías colectoras separadas del tronco principal.
- Localizar preferentemente las actividades generadoras de tránsito rodado y
peatonal sobre vías locales colectoras.
- Dar continuidad visual a las calles existentes en el interior de la nueva red: con
el fin de fomentar la integración peatonal y ambiental con el entorno.
- Cuidar especialmente la escala de los espacios conformados: buscando la
correcta proporción de la sección transversal con la edificación de su entorno.
- Tender a minimizar los conflictos entre vehículos y peatones: garantizar el
acceso y conexión a los puntos generadores de tránsito peatonal y, en general,
proporcionar la máxima accesibilidad y oportunidades al peatón, en condiciones
de seguridad, comodidad y confort ambiental.
- Constituir una adecuada red de espacios peatonales: que podrá diseñarse
asociada a las calzadas de circulación rodada, mediante los adecuados
acondicionamientos, o seguir trazados específicos. La red peatonal debería
discurrir, preferentemente, por vías locales, contar con ampliaciones en puntos
de especial concentración peatonal (equipamientos, zonas comerciales,
intercambiadores de transporte, centros de empleo, intersecciones) o cada
cierta distancia, minimizar los recorridos de los peatones y diseñarse de forma
adecuada a cada tipo de tránsito.
- Definir unos itinerarios peatonales principales: que aseguren la conexión a pié
con las áreas urbanas próximas y los puntos de gran afluencia peatonal
(equipamientos, zonas comerciales, intercambiadores de transporte, centros de
empleo, etc), coincidan con recorridos históricos o favorezcan el acceso a
zonas verdes. La localización de itinerarios peatonales principales
será necesaria en todos los planes parciales. Para acoger los itinerarios
peatonales principales se seleccionarán aquellas vías en las que confluyan
un mayor número de calles y ocupen situaciones centrales dentro de la red.
- Constituir una red de itinerarios ciclistas: que conecten puntos de generación de
este tipo de tránsito entre sí y con el exterior y, en particular, con los carriles
ciclistas existentes

4.3. Regulación de la red vial

Los proyectos que definan la red vial deberán incluir su completa regulación, en lo
referente a velocidades, sentidos de circulación, movimientos permitidos en
intersecciones, preferencias de paso o giro, carriles de estacionamiento autorizado y
prohibido, etc.
En general, la regulación tendrá un papel complementario del diseño. En concreto,
las limitaciones de velocidad deberán garantizarse mediante un adecuado diseño de
la red o, en su caso, mediante la utilización de medidas de templado de tránsito. No
obstante, el establecimiento de sentidos de circulación, preferencias de paso y
movimientos permitidos en intersecciones podrá utilizarse para garantizar
los umbrales de velocidad.

4.4. Tránsito de paso y recintos de velocidad 30 km/h

En el diseño de la red se tratará de evitar o minimizar el tránsito de paso en zonas


residenciales o de densa frecuentación peatonal.
En el caso de redes viales para áreas con uso cualificado residencial, se delimitarán
expresamente los recintos, constituidos por conjuntos interconectados de cuatro
o más calles, sujetos a limitaciones de velocidad de 30 km/h o 20 km/h. En
estos recintos:

- La configuración de la red, el diseño de cada uno de sus elementos y


la disposición de las medidas de templado de tránsito que pudieran
ser necesarias, se realizará coordinadamente para el conjunto de cada
recinto, identificándolo y señalizándose expresamente las entradas al mismo.
- Las vías locales colectoras que por su localización resulten conveniente incluir en
los recintos, se diseñarán para la velocidad de 30 km/h.
- No podrán disponerse tramos rectos de calzadas de circulación,
entre reductores de velocidad o intersecciones con pérdida obligada de
prioridad, de longitud superior a 75 metros.

RECINTOS DE VELOCIDAD
REDUCIDA

4.5. Vehículos tipo

El conjunto de la red vial principal, y particularmente las intersecciones, debe


diseñarse para una circulación fluida de todo tipo de vehículos, ligeros y pesados.
Para su diseño se adopta, por tanto, como vehículo tipo para regular los parámetros
geométricos mínimos a garantizar en todos los elementos, el vehículo pesado
articulado.
Las vías locales colectoras deberán permitir un movimiento fluido de colectivos, por
lo que en su diseño se adopta como vehículo tipo para regular los
parámetros geométricos mínimos a garantizar en todos los elementos, el camión
rígido de tres ejes o colectivo.
El resto de la red local, y particularmente las intersecciones, así como en la red de
prioridad peatonal debe diseñarse para una circulación fluida de los vehículos ligeros
y para permitir una confortable maniobrabilidad de los vehículos de los
servicios urbanos (basuras, bomberos, mudanzas, etc). En ese sentido, se
adopta como vehículo tipo para regular los parámetros geométricos mínimos a
garantizar en todos
los elementos el vehículo ligero, debiendo preverse la circulación a baja velocidad de
los vehículos de servicio citados.
Para el cálculo de distancias de visibilidad de frenado y de sobrepaso, se requiere
definir diversas alturas, asociadas a los vehículos ligeros, que cubran las situaciones
más favorables en cuanto a visibilidad.

h: Altura faros delanteros: 0,60 m.


h1: Altura ojos del conductor: 1,07 m.
h2: Altura obstáculo fijo en la carretera: 0,15 m.
h3: Corresponde a altura de ojos de un conductor de camión o colectivo, necesaria
para verificación de visibilidad en curvas verticales cóncavas bajo estructuras (2,50
m).
h4: Altura luces traseras de un automóvil o menor altura perceptible de carrocería:
0,45 m.
h5 : Altura del techo de un automóvil : 1,30 m.

VEHÍCULO TIPO
Dimensiones (m)

Ancho ( a ) Longitud ( l ) (b) (c) (d)


Vehículo ligero de
tamaño medio 2,1 5,8 0,7 2,7 0,8
Vehículo pesado
rígido;
como camión
rígido de tres
ejes o 2,6 9,1 2,4 6 3,6
colectivo
Vehículo pesado
articulado 2,6 16,7

DIMENSIONES DEL VEHÍCULO TIPO


SECCION 3:Parámetros de diseño en planta y perfil longitudinal

1. Criterios generales

Debe precisarse, en primer lugar, que el trazado en planta y el perfil longitudinal, así
como la sección transversal, no son sino representaciones parciales,
instrumentos metodológicos, para describir un objeto único: la configuración física
de la vía y su encaje en el entorno. En ese sentido, la distinción que se hace
entre las distintas visiones y elementos del proyecto de una vía no debe
animar a su definición por separado, por el contrario, el proyecto de una vía
debe abordarse globalmente, concibiendo armónicamente el conjunto de sus
elementos físicos y la forma de integración de estos en el suelo y ambiente
circundante.
Dado que la mayor parte de la red vial discurre por ambientes urbanos
o suburbanos, en la determinación del trazado en planta y del perfil longitudinal
debe procurarse una óptima integración de sus elementos en ese entorno, tanto
desde un punto de vista funcional, económico, como estético o ambiental. En la
definición del trazado y el perfil, el objetivo principal a tener en cuenta será la
satisfacción de las funciones que este trabajo asocia a cada tipo de vía
(Sección 2), ajustadas a las características concretas del entorno en que se
ubica. Además se atenderán especialmente los siguientes aspectos:

1.1. Reducción de la contaminación acústica

Muy especialmente, la generación de ruido por el tránsito automóvil y su impacto en


el entorno urbano dependen en gran medida de la configuración física de las vías y,
particularmente, de su trazado y perfil, ya que ambos inciden: sobre la velocidad de
circulación, cuyo aumento provoca mayores emisiones sonoras; sobre las
condiciones de trabajo de los motores, otro de los factores que inciden en la
generación sónica (marchas cortas en pendientes elevadas, frenadas en cambios de
inclinación y curvas, etc); o sobre la transmisión del ruido, que depende en
gran medida de la localización concreta del foco emisor respecto al terreno natural
y del aprovechamiento de barreras naturales (construcción en trinchera, etc).
A este respecto, se considera que la mejor manera de garantizar el cumplimiento de
los niveles sonoros que normativa específica exige en las diversas áreas urbanas es
utilizar unos trazados y perfiles longitudinales que sean capaces, por sí solos,
de reducir significativamente el impacto sonoro de la vía, lo que implica considerar
esta
reducción como un objetivo concreto del proyecto.
Particularmente, en la definición del trazado en planta, deberá prestarse especial
atención al cumplimiento de las distancias mínimas, entre los distintos tipos de vías y
los usos permitidos en sus bordes, sobre todo cuando existan edificios construidos
previamente al proyecto de la vía.

1.2. Diseño en planta

En general, en las vías urbanas, se tenderá a diseñar trazados compuestos


básicamente por tramos rectos, articulados por las intersecciones, en las que
se resolverán, en su caso, los cambios de alineación, evitándose así las
curvas, elemento característico de las carreteras en áreas rurales, pero con
más difícil
encaje en las urbanas (necesidad de peraltes, irregularidad de parcelas, etc).
No obstante, una buena integración paisajística de la vía y la reducción del
costo de movimientos de tierras animan a adaptar las vías a la topografía. El
proyectista tiene que tratar de conjugar ambas exigencias.
En general, los tramos rectos se consideran más adecuados para vías urbanas de
gran intensidad de circulación que no tienen control de accesos, es decir, las
multicarriles y primarias municipales, mientras resultan menos adecuados para las
autopistas y semiautopistas, en las que no existen intersecciones a nivel para
absorber los cambios de alineación, y la red local.
Particularmente, una cierta adaptación a la topografía y la introducción de tramos
curvos para reducir la velocidad en la red local se considera muy conveniente.

1.3. Pendientes

Con respecto a la pendiente, sus efectos sobre la circulación automóvil en


vías urbanas son similares a los que produce en las carreteras en campo
abierto, aunque, en general, los manuales suelen aumentar los valores usualmente
utilizados
en carreteras, debido a la menor presencia de pesados y a la menor longitud de los
tramos inclinados.
Sin embargo, la pendiente no sólo influye en la velocidad de la circulación rodada,
sino que afecta directamente a la generación de ruido (por obligar a revolucionar los
motores), a la estética urbana (dificultando la yuxtaposición de edificios de
cierto tamaño, por ejemplo) y a la comodidad del movimiento de peatones, en
general limitado a las veredas, y muy especialmente al de aquellos con minusvalías
motoras. Por todo ello, y aunque en este trabajo se establecen pendientes
máximas para cada tipo de vías, debe ser objetivo del proyectista reducir las
pendientes al mínimo, dentro de lo que una buena integración en la topografía
permita en cada situación concreta.
Aunque en campo abierto, mejoran la seguridad de circulación en las curvas y
permiten reducir su radio, en áreas urbanas los peraltes deben utilizarse con
precaución porque pueden dificultar un adecuado encaje físico de la vía en el
entorno y animar a mayores velocidades de las convenientes. Por ello, salvo en las
autopistas y semiautopistas, en las que se usarán sin más limitaciones que
las técnicas, o en los tramos de vías multicarril sin accesos directos, en las que
podrán puntualmente ser de utilidad, en el resto, y particularmente en la
vialidad local, deberá evaluarse expresamente sus posibles impactos negativos
y aplicarse sólo excepcionalmente.

2. Parámetros de diseño

2.1. Radios de giro

Se establecen los siguientes radios mínimos en curvas horizontales:


RADIOS MINÍMOS EN CURVAS HORIZONTALES
Radio Radio
Velocidad
Uso de Mínimo Mínimo
Tipos de vías directriz
suelo Deseable Absoluto
(km/h)
(m) (m)
Suelo no 100 600 450
urbanizable 80 400 250
Autopistas y
Semiautopistas Suelo 100 500 450
urbano/
urbanizable 80 250 250

Suelo no
60 400 250
urbanizable
Vías Multicarriles
con Colectoras Suelo
urbano/ 60 250 250
urbanizable
Vías Multicarriles
Suelo
sin Colectoras y
urbano/ 60 120 60
Primarias
urbanizable
Municipales

Se establecen los siguientes radios mínimos de giro en separador central de


intersecciones:

RADIOS MINÍMOS DE GIRO EN SEPARADOR CENTRAL DE


INTERSECCIONES A NIVEL PARA LOS MOVIMIENTOS PERMITIDOS
Radio Mínimo
Tipos de vías
Absoluto (m)
Vías Multicarriles sin Colectoras y Primarias Municipales 10

un solo carril por sentido 10


Áreas
Vías Locales residenciales:
dos o más carriles por sentido 6
Colectoras
Áreas industriales y comerciales 10

calzada con un solo carril 6


Áreas
Vías Locales residenciales:
calzada con dos o más carriles 4*
de Acceso
Áreas industriales y comerciales 10

* Se establece un radio mínimo de acceso para los vehículos de bomberos de 5,3 m, habrá
que comprobar que con dos o más carriles se consiga este parámetro.
RADIOS Y DIMENSIONES EN UN
CRUCE TIPO DE VÍAS LOCALES DE
ACCESO

2.2. Pendientes

Se establecen las siguientes pendientes máximas:

PENDIENTES MÁXIMAS (%)


Velocidad
Pendiente
Tipos de vías directriz
máxima (%)
(km/h)
100 6
Autopistas y 6 < 3.000 m
Semiautopistas 80 7 < 600 m
8 < 300 m
6 < 3.000 m
Vías Multicarriles
60 7 < 600 m
con Colectoras
8 < 300 m
Vías Multicarriles
sin Colectoras y
60 10
Primarias
Municipales
Vías Locales
8
Colectoras y de
12*
Acceso

* Con construcción de sendas peatonales independientes, de pendiente inferior al 8%; y que permitan
el acceso de vehículos de bomberos que requieren pendientes <10% para acceder en buenas
condiciones de servicio.
2.3. Cul de Sac

Los Cul de Sac son recomendables en vías locales de acceso y en vías locales
colectoras.
Para su diseño se respetarán las siguientes dimensiones mínimas:

RADIOS MÍNIMOS EN CORDÓN EXTERIOR DE


CUL DE SAC
Áreas residenciales 9m
Áreas industriales y comerciales 12 m

Las vías locales de acceso no podrán tener una longitud superior a 300 metros.

DIMENSIONES DE CUL DE SAC DIMENSIONES DE CUL DE SAC


EN ÁREAS RESIDENCIALES EN ÁREAS INDUSTRIALES

SECCION 4:Parámetros de diseño de la sección transversal

1. Criterios generales

Más que en el propio trazado o en el perfil longitudinal, a menudo


fuertemente condicionados por las reservas de suelo de la planificación
urbanística, es en la definición de la sección transversal donde se precisan las
funciones que cumple cada vía y su nivel de articulación con el entorno, además
de su capacidad. De ahí que, la elección de la sección transversal constituya la
principal decisión en el proceso de proyecto de vías en áreas urbanizadas.
La sección transversal de una vía, existente o proyectada, es su intersección con un
plano vertical perpendicular a la proyección horizontal del eje.
La sección transversal de una vía en un determinado punto debe responder,
simultáneamente, a dos tipos de solicitaciones. Por una parte, a las que derivan del
entorno concreto en que se ubica, por otra, a las que provienen de su pertenencia a
un determinado itinerario. Las últimas parecen animar al mantenimiento de una
sección homogénea a la lo largo de todo el desarrollo longitudinal de una vía,
mientras las primeras parecen reclamar una sección variable en función del entorno
concreto atravesado.
Una de las tareas principales del proyectista es tratar de conjugar, mediante la
adecuada elección de la sección transversal de cada tramo, la necesaria continuidad
de los itinerarios, funcionales y formales, con su ineludible adaptación al entorno
concreto.
Como factores a tener en cuenta en la elección de la sección transversal deberán
considerarse, al menos:
 La clase de vía, el itinerario al que pertenece y su velocidad de diseño.
 Las intensidades de tránsito rodado y peatonal previstas.
 La configuración física, los usos del suelo y la edificación en su entorno.
 El trazado de los servicios infraestructurales a disponer.
 La posible necesidad de ampliación o modificación en el futuro.
Asimismo, y aunque ello sea algo muy habitual, la sección de una vía urbana
no tiene por qué ser simétrica. No sólo las solicitaciones a cada lado pueden
ser diferentes (presencia de edificación sólo en uno, por ejemplo), sino que,
cuestiones
de orientación y soleamiento pueden hacer más confortable un lado u otro
para algunos usuarios o resultar más adecuados para distintos acondicionamientos.
La no simetría en la sección de las calles también es una medida
recomendable en ocasiones para mejorar los niveles sonoros ambientales.
Finalmente, debe observarse que, en muchas ocasiones, la señalización no es
garantía suficiente de que la división de la sección en diversos elementos con
funciones precisas sea respetada por los usuarios. Por ello, puede ser conveniente
que la separación entre los referidos elementos adquiera la suficiente consistencia
material para evitar físicamente el acceso de los usuarios indeseables en cada
elemento (travesías de calzada por peatones, invasión de veredas o calzadas
especiales por vehículos, estacionamientos en calzada, etc).

2. Elementos de la sección transversal

En la actualidad, son elementos habituales de la sección transversal de las vías en


áreas urbanizadas:
Los carriles de circulación rodada.
Las veredas.
Los separadores.
Las banquinas.
Los carriles de estacionamiento adosados a la calzada.
Los carriles o calzadas especiales.

3. Carriles de circulación rodada

3.1. Definición y tipos

Los carriles de circulación rodada son bandas longitudinales previstas para la


circulación de una fila de vehículos.
Pueden ser de uso general o reservarse para la el movimiento exclusivo de cierto
tipo de vehículos (colectivos, bicicletas, vehículos de alta ocupación), lo que
los convierte en calzadas o plataformas reservadas.
Los parámetros de número y ancho constituyen los determinantes claves de la
capacidad de la vía para la circulación rodada.

3.2. Especificaciones

3.2.1. Ancho de carril

El ancho de los carriles influye en su capacidad para la circulación rodada y en la


velocidad de los vehículos, por lo que ésta deberá ajustarse a los objetivos de la vía.
Con objeto de dotar de homogeneidad a la red vial, se establecen los
siguientes anchos de carril, medidas entre ejes de marcas viales o entre éstas y el
cordón:

ANCHOS DE CARRILES
Ancho Ancho
Tipo de vía
Mínimo (m) Máximo (m)

Autopistas y semiautopistas 3,50

Vías Multicarril de una sola mano:


Carril inmediato a la vereda 3,20 4,00
Carriles subsiguientes 2,90 3,60
Carril Preferencial 2,90 3,70

Vías Multicarril de dos


manos: Carril inmediato a 3,20 4,00
la vereda 2,90 3,50
Carriles subsiguientes 2,90 3,70
Carril Preferencial
Local Colectora:
Residencial 3,00
Industrial 3,25
Local de Acceso:
Residencial 2,75
Industrial 3,25

3.2.2. Número de carriles

El número de carriles en una vía es función básicamente de la capacidad con que se


quiere dotar a la misma.
En áreas urbanizadas, con intersecciones a nivel, la capacidad de una vía
viene determinada fundamentalmente por la capacidad de dichas intersecciones,
por lo que el número de carriles no basta para el cálculo de su capacidad.
En consecuencia, para la determinación del número de carriles, el proyectista
deberá:

- Para autopistas y semiautopistas, justificar sus cálculos mediante


el oportuno estudio de tránsito, para lo cual podrá basarse en cualquier
texto técnico, considerando un horizonte de 20 años.
- En áreas urbanas con intersecciones nivel, estimar la capacidad de las
intersecciones principales y, a partir de ella, decidir el número y ancho de
los carriles necesarios. A título puramente indicativo, se presentan
a continuación, estimaciones globales de capacidad de vías en
calles semaforizadas, realizadas por organismos especializados, que
pueden servir de referencia al proyectista.

CAPACIDAD EN V/Hora DE VÍAS URBANAS


Anchos (m)
6,1 6,75 7,3 9 10 12,3 13,5 14,6 18 6,75 7,3 11
dos sentidos
Capacidad en
v/hora Total 1100 1400 1700 2200 2500
dos sentidos
Capacidad en
v/hora Cada 1700 1900 2100 2700 2950 3200 4800
sentido
FUENTE: ITH, DOT, 1987

CAPACIDAD EN V/Hora DE VÍAS URBANAS DE DOBLE SENTIDO DE CIRCULACIÓN


Anchos (m) 6 7 7,5 9 10 12 13,5 15 18 20 22
Autopistas y
3000 4500
Semiautopistas
Red secundaria 1200 1350 1500 2000 2200 2000 2200 2400 3000 3300 3600
Colectora 500 600 750 900 1100 800 900 1000 1300 1500 1600
distribuidora Local a a a a a a a a a a a
y calles céntricas 800 1000 1200 1600 1800 1200 1350 1500 2100 1300 2600

FUENTE: Manchón, F.; Santamera, J; 1995

CAPACIDAD EN V/Hora DE VÍAS URBANAS EN SENTIDO ÚNICO

Anchos (m) 6 7 7,5 9 10 11 12 13,5 15


Autopistas y
3000 4500 6000
Semiautopistas
Red secundaria 2200 2200 2400 3000 3300 3600 4000 4400 4800
Colectora 800 950 1100 1650 1900 2150 2500 2800 3200
distribuidora Local a a a a a a a a a
y calles céntricas 1300 1450 1600 2150 2400 2650 3000 3350 3700

FUENTE: Manchón, F.; Santamera, J; 1995

Aunque, normalmente, el número de carriles de una calzada de circulación es par,


con idéntico número de carriles en un sentido y otro de circulación, en áreas urbanas
o suburbanas, puede haber dos excepciones a esta práctica que deben considerarse
en todo proyecto:
- En vías de la red principal con uso pendular e intensidades de circulación
descompensadas en los dos sentidos de circulación, en las que puede
ser conveniente disponer de un carril central reversible para aumentar la capacidad
del sentido mayoritario en cada período punta.
- En vías locales de acceso o de prioridad peatonal, en las que puede preverse un
único carril de circulación. En estos casos el ancho deberá cumplir con el mínimo de
4,5 m. para garantizar el acceso de los servicios de emergencia para incendios.

3.2.3. Pendiente transversal

La calzada se dispondrá con una inclinación transversal mínima del 2 % hacia cada
lado a partir del eje de la calzada.

4. Veredas

4.1. Definición y tipos

Las veredas son bandas longitudinales laterales elevadas respecto a la calzada y


reservadas para el tránsito de peatones.
Constituyen el elemento mayoritario de las redes e itinerarios peatonales urbanos.
Su ancho, altura de cordón y acondicionamiento determinan su capacidad y grado
de adecuación a las necesidades del tránsito, estancia y relación social de los
peatones.
Las veredas deben diseñarse para cumplir algunas de las siguientes funciones:
 Encauzar el movimiento y estancia de los peatones.
 Servir de punto de acceso de los peatones a los diversos medios de
transporte (vehículos, taxis, colectivos, estacionamientos subterráneos, etc).
 Servir de soporte al alumbrado, la señalización y otros servicios públicos
(correos, teléfonos).
 Albergar actividades comerciales, como quioscos (prensa, lotería, etc),
terrazas de cafés, etc.
 Alojar la vegetación urbana, árboles y arbustos, que humanizan y califican la
ciudad.
 Acoger manifestaciones colectivas (exposiciones, concursos, ventas
especiales, ferias, etc).
 Servir de cobertura a diversas infraestructuras urbanas.

En el diseño de las veredas, deberá por tanto atenderse:


 Al conjunto de exigencias que derivan de las funciones concretas que cumple
cada tramo.
 A la continuidad de los itinerarios peatonales, en especial, a los itinerarios
peatonales principales.
 A la variedad de sus usuarios y a sus capacidades y necesidades respectivas:
niños, adultos, ancianos, personas con discapacidades motoras, personas
con coches de niño, bultos o maletas, etc.

4.2. Especificaciones

4.2.1. Ancho

Para el cálculo del ancho de las veredas deberá considerarse:


 La clase de vía, la velocidad de circulación rodada y el tránsito peatonal
previsible.
 La pertenencia de la vereda a un itinerario peatonal principal.
 Las exigencias suplementarias que suponen los usos del suelo y
la edificación previstos en sus bordes y su intensidad (edificabilidad,
densidad, etc.).
 Los requerimientos de los servicios infraestructurales que deban alojarse.
 Aspectos paisajísticos y de diseño urbano.

En calles comerciales o con fuerte densidad edificatoria y mezcla de usos o en


aquellas a las que den frente instalaciones comunitarias con importante generación
de movimientos peatonales (escuelas, espectáculos, centros culturales, hospitales,
museos, etc.) o en los tramos de calle inmediatos a estaciones de ferrocarril, bocas
de subte, etc, el proyectista deberá calcular el ancho necesario para que el tránsito
peatonal previsto pueda circular con comodidad. Para ello se realizará el oportuno
estudio, que podrá basarse en cualquier texto técnico sancionado por la
práctica, tomando como nivel de servicio el "C", como mínimo para la intensidad
media, y el "D" para la intensidad en hora punta. En los casos en que la estimación
del tránsito previsible resulte claramente incierta, en estos tramos de calle, se
utilizarán como mínimos los anchos de acera recomendados en el presente trabajo.
En vías de carácter residencial y, en general, en las vías locales, se cumplirán los
mínimos establecidos en el presente trabajo
En cualquier caso, la capacidad de una vereda debe calcularse para su sección útil,
es decir, una vez deducidos los obstáculos existentes (buzones, kioscos, etc), así
como las bandas de afección de sus extremos, debidos a la proximidad a la calzada
o a la de barreras físicas de edificación o vallado. El ancho mínimo de la sección útil
será de 1,5 m. En caso de indeterminación de los obstáculos, se tomarán
como ancho de estas bandas:

BANDAS DE AFECCIÓN SOBRE LA VEREDA


Afección por contigüidad de: Ancho de banda afectada (m)
Calzada de circulación 0,45
Carril de estacionamiento 0,45
Muro o verja 0,45
Edificación 0,60
Edificación con vidrieras 0,90

BSF BC BE BSC

Leyenda:
BSF= Banda servicio fachada
BC = Banda circulación
BE = Banda equipamiento
BSC = Banda servicio calzada

BANDAS FUCIONALES DE UNA VEREDA


El ancho de vereda necesario para el tránsito peatonal, deberá corregirse al alza en
función de otras actividades peatonales que puedan desarrollarse sobre ella, tales
como detención frente a vidriera, colas a la entrada de establecimientos comerciales
o comunitarios, relación social en puntos singulares, salidas de salas de locales de
espectáculos y asimilados, espera frente a pasos de peatones, etc.
Finalmente, en tramos que pertenezcan a calles con una sección unitaria a lo largo
de todo su desarrollo, constituyan unidades formales o de perspectiva, o
cuenten con un acondicionamiento homogéneo (hileras de arbolado, franjas
verdes de separación de la calzada, etc), el proyectista tratará de mantener la
continuidad de dichas características.
Se establece como ancho de vereda en los nuevos tramos viales del suelo
urbanizable o en los planeamientos de desarrollo, en suelo urbano,
medida perpendicularmente desde el cordón exterior en cualquier punto, la siguiente:

ANCHO TOTAL DE VEREDA


Tipo de vía Recomendada (m) Mínima (m)
Multicarril 6,00 4,00
Primaria
Municipal
6,00 4,00
Local Colectora
2 carriles 6,00 3,00
4 o más 6,00 4,00

Local de Acceso 3,00 2,50

En suelo urbano, cuando se trate de planes o proyectos de remodelación o


adaptación de la vía existente, el ancho mínimo de una de las veredas podrá
reducirse a 2 m, manteniéndose la otra en un mínimo de 2,50 m.
En veredas que pertenezcan a la red de itinerarios peatonales principales, el ancho
mínimo será de 6 m.
En caso de disponerse sendas ciclistas sobre las veredas, el ancho de éstas deberá
incrementarse.
Por último, deberán tenerse en cuenta aquellos casos en que el emplazamiento de
los vehículos de emergencia deba ubicarse en la vía pública se garantice el
parámetro de separación máxima al edificio.

4.2.2. Pendiente longitudinal

Se recomienda evitar pendientes superiores al 5 %, siendo obligatoria la


construcción de sendas especiales para peatones, con pendientes inferiores al 8 %,
cuando la pendiente de la calzada supere el 8 %.
Cuando, excepcionalmente, en las veredas, sea necesario disponer escalones, no
se permitirán los constituidos por un único peldaño y, en cualquier caso, contarán
con rampa alternativa que cumpla la pendiente mínima establecida y los requisitos
de accesibilidad.
4.2.3. Pendiente transversal

Se establecen las siguientes:

PENDIENTES TRANSVERSALES EN VEREDAS (%)

Mínima 1

Máxima 2

4.2.4. Altura de veredas

Las veredas deberán ir siempre delimitadas con cordones. Como norma general, los
cordones tendrán la altura necesaria para no ser montables por los vehículos ligeros.
Para ello se establece una altura mínima de 14 cm, no recomendándose
alturas superiores a los 16 cm.
Se utilizarán cordones montables, reduciéndose su altura por debajo del
mínimo establecido, hasta enrasarlos con la calzada, en los pasos de
peatones. Podrán utilizarse, también, cordones montables en:
o Las entradas a garajes, en las que podrán llegar a enrasarse con la calzada.
o Intersecciones y curvas de calles locales de acceso, donde la reducción del
radio de giro para reducir la velocidad de circulación impida el giro de los
vehículos pesados (basuras, bomberos, mudanzas, etc). Estas aceras
montables se acompañarán de señalización especial.
o Recintos de templado de tránsito, cuando el enrasamiento de calzadas y
veredas forme parte de un proyecto global de urbanización, que garantice la
protección del espacio peatonal con respecto a la circulación rodada.

5. Separadores

5.1. Definición y tipos

Los separadores son bandas longitudinales de la calzada, cerradas a la circulación


rodada, que separan distintas corrientes de tránsito.
El ancho, localización y configuración (elevada, a nivel, deprimida) de los
separadores son los principales condicionantes de su funcionalidad.
Los separadores pueden cumplir diversos objetivos. Entre ellos:
 Separar circulaciones, mejorando con ello la seguridad del tránsito automóvil.
 Facilitar las maniobras de emergencia.
 Prevenir los choques frontales.
 Evitar el deslumbramiento nocturno o encandilamiento.
 Proteger los giros a la izquierda.
 Servir de refugio a los peatones en el cruce de calzadas.
 Contribuir a la mejora paisajística de las vías mediante su acondicionamiento.
 Disminuir la tensión psicológica producida por el volumen y ruido del tránsito
opuesto.
 Servir al tránsito y la estancia peatonal, cuando actúan como bulevares.
 Servir de cobertura a infraestructuras urbanas.

Desde el punto de vista de su situación en la sección existen dos tipos básicos de


separadores:
Centrales, que separan sentidos opuestos de circulación.
Laterales, que separan circulaciones del mismo sentido, resolviendo
los conflictos entre el tránsito de paso y el local, que circula por las vías
de servicio por ellas configuradas.

Por su configuración, pueden clasificarse en:


o Elevados, el tipo más frecuente en vías urbanas, que constituyen plataformas
situadas por encima de la rasante de la calzada, acondicionadas y
normalmente equipadas con cordones.
o A nivel, habitual en autopistas y semiautopistas, constituidos, bien por terreno
natural con plantaciones, bien por una franja de calzada con
señalización específica.
o Barreras, el tipo más frecuente en autopistas y semiautopistas urbanas
con fuertes condicionantes de suelo, constituidos por un elemento
vertical, de diversos materiales, cuyo objetivo es separar circulaciones.

5.2. Especificaciones

Se establecen los siguientes anchos de separadores:

ANCHO DE SEPARADORES (m)


Clases de vías, suelo y función Recomendada (m) Mínimo (m)
Autopistas y Semiautopistas:
Suelo no urbanizable 3,0 1,0
Suelo urbano y urbanizable 6,0 3,0

Resto de vías 1,5


Protección giros a la izquierda 5,0 3,0
Tránsito peatonal 10,0 6,0
Refugio al cruce de peatones 3,0 1,2

En lo referente a su altura, se atenderá lo dispuesto para las veredas.

5.3. Criterios de implantación

Todas las autopistas y semiautopistas con velocidad de diseño de 80 km/h irán


provistas de separadores. En las multicarril con velocidad de diseño de 60 km/h, que
cuenten con accesos directos, los separadores serán laterales y definirán vías
colectoras.
Se recomienda la utilización de separadores laterales en todas las vías multicarril y
primarias municipales, con alta intensidad de tránsito e importante proporción
de tránsito de paso, cuando atraviesen áreas de alta densidad edificatoria (frentes
de
fachada de varias plantas) o áreas de alta generación de viajes (áreas comerciales,
centros terciarios, etc.).
Con generalidad, se recomienda la utilización de separadores centrales en vías
multicarril y primarias municipales, con tres o más carriles por sentido, que no
presenten tránsitos desequilibrados en las horas pico, que haga recomendables
sistemas de gestión reversible de los carriles centrales.
En vías colectoras locales y primarias municipales de dos carriles por sentido
se recomiendan separadores que permitan el tránsito peatonal y su
acondicionamiento como bulevares. Para que los bulevares sean fácilmente
accesibles a los peatones
se recomienda que el ancho de las calzadas laterales no supere los 7 metros.
En vías multicarril, primarias municipales, locales colectoras y locales de acceso, se
utilizará el tipo de separador elevado.
Será obligatoria la construcción de un separador capaz de ofrecer refugio al cruce de
peatones en todas las nuevas vías con anchos de calzadas superiores a 14 metros,
considerándose recomendable a partir de los 12 m.

6. Banquinas

6.1. Definición y tipos

Las banquinas son bandas longitudinales comprendidas entre el borde de la calzada


y la vereda o el separador.
Aunque características de las carreteras en medio rurales, las banquinas mejoran la
seguridad en las vías rápidas urbanas, separando la calzada de circulación rodada
de las veredas, los separadores o de las vallas de cierre de la vía, y
permiten la detención de vehículos averiados, la circulación de los de
emergencia y, en ocasiones especiales, aumentos de capacidad de la vía
utilizándolos como carril adicional.
Se distinguen dos tipos de banquinas, los exteriores, situados entre la calzada y la
vereda y los interiores, situados entre cada calzada y el separador, en vías
con sentidos de circulación separados.
El parámetro fundamental de definición de las banquinas es su ancho. El
ancho recomendable de banquina está indicado por su función más que por la
velocidad directriz, siendo el económico el factor limitante.
Las banquinas deberían tener un ancho suficiente para acomodar un vehículo
detenido sin que produzca interferencia en la corriente del tránsito.

6.2. Especificaciones

Se establecen los siguientes anchos de banquinas:

ANCHO DE BANQUINA (m)


Clases y tipos de vías Exterior Exterior Exterior
recomendada Mínimo Máximo
Autopistas y Semiautopistas
3,0 2,0 1,0
Multicarril
2,0 1,0
Resto Urbanas y Primarias
Municipales 1,0 0,6*
* La banquina de estas vías podrá sustituirse por una banda de protección situada sobre la vereda,
siempre que le ancho de ésta se aumente en 0,60 m y se acondicione como tal mediante
ajardinamiento.

6.3. Criterios de implantación

La construcción de banquina es obligatoria en todas las autopistas y semiautopistas.


También será obligatoria la construcción de banquinas en todas las vías
cuando discurran por suelos no urbanizables o urbanizables sin desarrollar.

Asimismo, será obligatoria la construcción de banquinas en vías urbanas de


velocidad directriz de 60 km/h, cuando los separadores laterales sean
necesarios para peatones.
En el resto de vías multicarril y primarias municipales, que no dispongan de carriles
de estacionamiento, se considera conveniente la construcción de banquinas que
separen la circulación rodada de las veredas.

7. Carriles de estacionamiento

7.1. Definición y tipos

Son bandas situadas junto a las veredas, en los laterales de la calzada, que se
reservan y acondicionan para el estacionamiento de vehículos.
Constituyen un elemento característico de la sección de las vías en
áreas urbanizadas, no siempre acondicionado como tal, y en cuya
ausencia los conductores utilizan a menudo las banquinas, los carriles de
circulación e, incluso,
las veredas y separadores para estacionar sus vehículos.
La disposición de los vehículos que admiten, su delimitación, separación de calzada
y veredas, así como su acondicionamiento, determinan su operatividad.
De acuerdo con la disposición de los vehículos en relación al cordón, se distinguen
tres tipos de carriles de estacionamiento:
o En línea, cuando los vehículos se disponen paralelamente al cordón.
o En batería, cuando se disponen perpendicularmente al cordón.
o Oblicuo, cuando el eje longitudinal del vehículo forma un ángulo entre 0 y 90º
con la línea del cordón, normalmente de 30º, 45º o 60º.

De acuerdo al vehículo tipo para el que se diseñan, puede hablarse de


estacionamientos para vehículos pesados y para vehículos ligeros. Los primeros no
deben ir asociados a la sección de una calle, salvo en áreas industriales.
Cada tipo requiere un ancho mínimo de carril de estacionamiento y un ancho mínimo
de calzada de acceso, que permita las maniobras necesarias.
Asimismo, cada tipo proporciona distintos aprovechamientos de línea de cordón y
de superficie vial.

7.2. Especificaciones

7.2.1. Ancho

Se establecen los siguientes anchos para los carriles de estacionamiento de


vehículos ligeros adosados a las veredas:
ANCHOS DE CARRILES DE
ESTACIONAMIENTO (m)

Tipo de carril Mínima


En línea 2,40
En batería 5,00
En ángulo a 45º 4,90

7.2.2. Pendiente transversal

La pendiente transversal de los carriles de estacionamiento se situará entre el 2 y el


2,5 %.

7.3. Criterios de implantación

No se permitirán carriles de estacionamiento en los nuevos tramos de la red


vial principal, salvo que se localicen sobre vías colectoras, físicamente
separadas del tronco principal.
Excepcionalmente, podrán autorizarse carriles de estacionamiento en línea, en vías
primarias municipales.
En vías locales colectoras, podrán diseñarse carriles de estacionamiento en línea.
En vías locales de acceso, podrán establecerse carriles de estacionamiento en línea,
batería y ángulo.

8. Carriles especiales

8.1. Definición y tipos

Los carriles o calzadas especiales son bandas de la sección transversal reservadas


para la circulación exclusiva de ciertos tipos de vehículos.
Pueden integrarse en la calzada general, discurrir por una calzada independiente o
sobre las veredas y constituyen uno de los instrumentos más eficaces
para promover la utilización de ciertos vehículos, en particular los que permiten
una menor ocupación de vía pública por viajero (colectivos, tranvías, bicicletas,
etc.), y potenciar el cambio modal hacia los mismos.
Su localización y ancho constituyen sus parámetros determinantes.
Los tipos de carriles reservados integrados dentro de la sección de una vía son:
 Carriles-bus, reservados para la circulación de colectivos.
 Carriles ciclistas, reservados para la circulación de bicicletas.

8.2. Especificaciones

Se establecen los siguientes anchos de carriles reservados:


ANCHOS DE CARRILES ESPECIALES (m)

Tipo Recomendada (m) Mínima (m)


Carril bus:
Con separación física 4,00 3,75
Sin Separación física 4,00 3,25
Carril ciclista un sentido:
Con separación física 2,00 1,50
Sin Separación física 2,00 1,50
Carril ciclista dos sentidos: 3,00 2,00

8.3. Criterios de implantación

Los carriles-bus establecidos dentro de la sección de una vía tienen como objetivo
potenciar la utilización de los colectivos y aumentar la ocupación de los
vehículos particulares gracias a las ventajas de circulación que ofrecen: menor
congestión y, por tanto, reducción de los tiempos de recorrido. En consecuencia, la
inclusión de un carril bus en la sección de una vía se considera funcionalmente
justificada cuando la intensidad previsible en el mismo, durante el período pico,
medida en personas transportadas, sea mayor que la estimada para los carriles
convencionales.
Los carriles ciclistas tienen por objeto proteger y promover la circulación ciclista, por
lo que su implantación no suele decidirse, exclusivamente, en función de las
intensidades de tránsito ciclista previsible, sino que, puede derivar de otro tipo
de consideraciones.
En cualquier caso, ambos tipos de carriles suelen localizarse con el objetivo
de constituir itinerarios, redes o sistemas especializados, que doten de
operatividad y alcance al medio de transporte que promueven.
En la implantación de carriles especiales con separación física deberá estudiarse su
incidencia en el acceso de vehículos de emergencia, con objeto de garantizarse la
distancia entre el vehículo de emergencia y la fachada o bien garantizando el acceso
a los edificios por otras vías que cumplan con estos requerimientos.

9. Ancho total de la sección transversal

El ancho total de la sección transversal de las vías será el resultado de sumar


el ancho de cada uno de los elementos que la compongan.
Con independencia del resultado del cálculo anterior, el ancho mínimo total de los
nuevos tramos viales en suelo urbanizable o en los planeamientos de desarrollo en
suelo urbano podrá ser:

ANCHO TOTAL DE LA SECCIÓN


TRANSVERSAL (m)

Tipo de vía Mínima


Multicarril o Primaria
Municipal 20,00
Local Colectora o de
Acceso 12,50
SECCION 5:Intersecciones. Localización y tipos.

1. Definición y funciones

En general, se denomina intersección al área en que dos o más vías se encuentran


o se cruzan y al conjunto de plataformas y acondicionamientos que pueden
ser necesarios para el desarrollo de todos los movimientos posibles o
permitidos de vehículos y peatones.
Las intersecciones son elementos de discontinuidad en cualquier red vial, por lo que
representan situaciones críticas que hay que tratar específicamente, ya que las
maniobras de convergencia, divergencia o cruce no son usuales en la mayor parte
de los recorridos.
Tanto en las intersecciones como en las vías, pero con mayor razón en las
intersecciones, se trata de obtener condiciones óptimas de seguridad y capacidad,
dentro de posibilidades físicas y económicas limitadas.
La localización y diseño de intersecciones constituye uno de los instrumentos de uso
más generalizado para mantener la velocidad e intensidad del tránsito automóvil en
niveles compatibles con las exigencias del entorno urbano (templado de tránsito).
Además, en áreas urbanas, las intersecciones pueden servir de soporte a la
formación de espacios urbanos de calidad estética y ambiental, que polarizan la vida
ciudadana y se constituyen en hitos formales y polos estructurantes de la ciudad: las
plazas urbanas.
La concepción y diseño de esos espacios públicos urbanos constituye una de
las tareas de mayor importancia urbanística para una ciudad.
En el presente trabajo se adopta como objetivos principales de la localización y el
diseño de intersecciones:
 La mejora de la circulación del tránsito motorizado, contribuyendo a la
definición de los niveles jerárquicos de la vía.
 La reducción de la severidad de los conflictos potenciales entre automóviles,
colectivos, camiones, peatones y ciclistas, facilitando simultáneamente la
comodidad y confort de su travesía por los usuarios.
 El control de las condiciones de circulación (intensidad, velocidad) y, en
particular, el templado del tránsito automóvil.

No obstante, aunque la óptica del trabajo en lo referente a intersecciones se dirija


fundamentalmente a la regulación de la circulación y la reducción de conflictos, se
quiere subrayar que la única forma de garantizar plena y permanentemente
estos objetivos es mediante una buena integración entre el nivel de la vía
pública, la intersección, y el entorno edificado, considerando el conjunto de
condicionantes y exigencias mutuas y resolviéndolos. Por ello, se recomienda,
como criterio previo para el diseño de intersecciones, la consideración integrada
del conjunto de los elementos urbanos, edificados y no edificados, que la
circundan.

2. Tipos

Dentro de la red viaria, se consideran los siguientes tipos:


I. Atendiendo a la solución del encuentro de los diferentes flujos de tránsito
motorizado:

Intersecciones a nivel, entre las que se distinguen:


 Intersecciones convencionales, las que solucionan a nivel el encuentro
o cruce de calles sin regulación semafórica o circulación circular.
Pueden ser canalizadas o sin canalizar.
 Intersecciones semaforizadas, las que están reguladas permanente o
mayoritariamente mediante sistemas de luces que establecen las
prioridad del paso por la intersección.
 Intersecciones giratorias, en las que el encuentro de las vías se
resuelve mediante una calzada de circulación giratoria única en torno a
un islote central.
 Intersecciones a nivel mixtas, las que combinan algunas de las
anteriores.

Intersecciones a distinto nivel, entre las que se distinguen:


 Intersecciones a distinto nivel sin solución de parada o enlaces, las que
resuelven el encuentro y cruce de vías a distinto nivel sin que se
produzcan cruces de trayectorias ni puntos de parada de alguna de las
corrientes de tránsito rodado.
 Intersecciones parciales a distinto nivel con solución de parada o
enlaces parciales, las que disponiendo de elementos a más de un
nivel, exigen la solución a nivel de algunos cruces entre
trayectorias vehiculares, lo que puede exigir la parada de
alguna corriente circulatoria.

II. Atendiendo a la solución del encuentro entre tránsito peatonal y motorizado,


se distinguen los siguientes pasos de peatones:

Cebra, que conceden prioridad permanente a los peatones que lo utilizan.


Semaforizados, que establecen la prioridad de peatones o vehículos
según las distintas fases del ciclo.
A distinto nivel, que realizan a desnivel, deprimido o elevado, el cruce de
la calzada.
Integrados en reductores de velocidad, que discurren, en general,
sobre badenes o elevaciones de calzada utilizadas para templar
el tránsito.

3. Localización de las intersecciones

La localización de intersecciones se establecerá de forma justificada, atendiendo al


menos a los siguientes aspectos:
- El tipo de itinerario o nivel jerárquico de las vías confluyentes, que
puede recomendar mantener una distancia mínima
entre intersecciones consecutivas para garantizar su
nivel de servicio y capacidad.
- Los objetivos de reducción de la velocidad y la intensidad en las vías
confluyentes, que pueden animar a establecer distancias máximas
entre intersecciones, para que actúen directamente como
instrumentos de
templado de tránsito. Con carácter general, se establecen las siguientes
distancias mínimas y máximas a observar entre intersecciones:

DISTANCIA ENTRE INTERSECCIONES (m)


1 2
Tipo de vía Mínima Máxima
Autopistas y
semiautopistas 1500
Multicarril 150
Primaria Municipal
150
Local Colectora

Local de Acceso 3t
100,
(1) Entre intersecciones de cualquier tipo.
(2) Entre intersecciones con pérdida obligada de prioridad.
(3) La intersección puede ser sustituida por reductores de velocidad.

- La utilización de ondas verdes como instrumento de regulación del tránsito


implica el mantenimiento de una cierta distancia entre intersecciones.
En ese sentido el diseño mediante agrupaciones de manzanas de
edificación servidas por vías sólo de acceso, vías de prioridad
peatonal o calles peatonales, siempre con
intersecciones que no impliquen cruce de
trayectorias, puede servir para conseguir las distancias mínimas indicadas.
- La visibilidad potencial que el lugar ofrezca a los ramales confluyentes, en la
medida en que una buena percepción y comprensión de la intersección es
fundamental para la seguridad de sus usuarios (las intersecciones
concentran más de las dos terceras partes de los accidentes que se
producen en las calles).
- La disponibilidad de suelo para el desarrollo adecuado de la intersección
constituye otro factor a tener en cuenta en la elección de la localización de
la misma.
- Las características topográficas, que pueden facilitar o dificultar la
realización de algunos tipos de intersecciones, influyendo decisivamente en
su costo y en el impacto visual que provocan. En general, no se recomienda
situar intersecciones en puntos altos o bajos que obliguen a agudas curvas
verticales a alguno de los ramales.
- La edificación y usos del entorno, en la medida en que, pueden
afectar significativamente a la eficacia de la misma y, recíprocamente,
recibir los impactos derivados de su funcionamiento.

4. Criterios para la elección del tipo de intersección

4.1. Criterios generales de implantación de los tipos básicos

Los tipos básicos de intersección entre vías rodadas presentan, en general, las
siguientes ventajas e inconvenientes:
Intersecciones convencionales a nivel

Ventajas:
 Sencillez de diseño, que puede complicarse en el caso de las
canalizadas.
 Baja ocupación de suelo.
 Bajo costo de construcción y mantenimiento.

Inconvenientes:
 Peligrosidad, que puede reducirse mediante canalización y
señalización.

Ámbito recomendado de implantación.


 Cruces de vías de escaso tránsito, de la red secundaria o local, en
áreas urbanas y, canalizadas, en áreas no urbanizables o rurales.

Intersecciones semaforizadas

Ventajas:
 Regulan con precisión las prioridades de paso en cada
 No implican mayor ocupación de suelo.
 Permiten controlar la velocidad de los vehículos (ondas verdes).

Inconvenientes:
 Aumentan el costo de construcción y de mantenimiento.
 De no estar correctamente reguladas, pueden obligar a paradas
innecesarias.
 Resultan complicadas para más de dos vías o si deben resolver los
giros a la izquierda.

Ámbito recomendado de implantación:


 Intersecciones urbanas en vías de la red principal y, en menor medida, en
las locales colectoras.

Intersecciones giratorias

Ventajas:
 Resuelven todos los movimientos, incluido el cambio de sentido.
 Reducen la peligrosidad, al disminuir la velocidad y el ángulo de
intersección de los vehículos.
 Son fáciles de comprender ("vista una, vistas todas").
 Permiten controlar la velocidad de los vehículos.

Inconvenientes:
 Aumentan los recorridos de los peatones y funcionan mal con
presencia importante de estos.
 Son peligrosas para ciclistas, si no existe itinerario especial para ellos.
 Requieren mayor ocupación de suelo.
Ámbito recomendado de aplicación:
 Intersecciones de vías suburbanas y puntos de entrada áreas urbanas
y urbanizaciones.
 Las minirotondas pueden ser adecuadas en vías locales colectoras.

Enlaces

Ventajas:
 Pueden resolver todos los movimientos, incluso el cambio de sentido,
sin solución de parada.
 Tienen gran capacidad para el tránsito rodado y mantienen el nivel de
servicio de las vías confluyentes.
 Reducen el número y la peligrosidad de los accidentes.

Inconvenientes:
 Requieren una amplia ocupación de suelo.
 Tienen un alto costo constructivo.
 Pueden tener impactos estéticos importantes.
 Resuelven mal el paso de los peatones.

Ámbito recomendado de implantación:


 Enlaces totales, en la red de autopistas y semiautopistas en campo
abierto.

Intersecciones parciales a distinto nivel

Ventajas:
 Menor ocupación de suelo y costo de construcción que los enlaces.
 Permiten aplicar las ventajas de los enlaces a la vía principal y resolver
algunos movimientos a nivel.

Inconvenientes:
 Menores prestaciones en capacidad y velocidad que los enlaces.
 Persiste la posibilidad del impacto estético.

Ámbito recomendado de aplicación:


 En vías de la red de autopistas y semiautopistas, en
ámbitos urbanizados y en intersecciones especialmente conflictivas
de la red principal. Pueden considerarse en vías con más de
20.000 vehículos
de TMDA o 1.500 en hora pico.

4.2. Datos necesarios para elegir el tipo de intersección

El tipo de intersección se establecerá en función de:


o El carácter de los itinerarios confluyentes y tipo de intersecciones
existentes o previstas en los mismos:
- El nivel jerárquico de las vías.
- La velocidad de proyecto y otras características funcionales del
itinerario.
- El número de vías confluyentes.
- El papel de la intersección en el itinerario: continuación de una
serie homogénea, principio o final de un itinerario, cambio de
régimen de circulación o de entorno, etc.
o Los datos o estimaciones de tránsito:
- Las intensidades de tránsito rodado en cada vía y su composición.
- El porcentaje de giros y, en particular, el de los giros a la izquierda.
- La intensidad del tránsito peatonal, y ciclista.
o Características del entorno y función urbana
- La disponibilidad de suelo.
- La topografía.
- La visibilidad.
- Las características ambientales y la función urbana del entorno.
o En su caso, el presupuesto disponible.

TIPO DE INTERSECCIONES INDICADOS SEGÚN LA JERAQUÍA DE LAS VÍAS


Autopistas y Primaria Local de
Multicarril Local Colectora
Tipo de vía semiautopistas Municipal Acceso
Autopistas y Enlaces Enlace
Enlaces
semiautopistas Enlace Parcial Parcial
Enlace
Enlace Parcial Parcial Semaforizada
Multicarril
Semaforizada Semaforizada Glorieta
Glorieta
Primaria Semaforizada Semaforizada Semaforizada
Municipal Glorieta Glorieta Glorieta
Semaforizada Convencional
Local Colectora
Glorietas Miniglorieta
Local de
Convencional
Acceso

TMDA RED SECUNDARIA

TMDA RED PRINCIPAL


TMDA RED SECUNDARIA

TMDA RED PRINCIPAL

CRITERIOS PARA LA IMPLANTACIÓN DE GLORIETAS


DE TRES O CUATRO BRAZOS (SETRA, 1989 EN, HOZ,
CARLOS DE LA; POZUETA, JULIO 1995
CRITERIOS PARA LA IMPLANTACIÓN DE
TMDA RED SECUNDARIA
INTERSECCIONES DE PEATONES

TMDA RED PRINCIPAL

CRITERIOS PARA LA ELECCIÓN DEL TIPO


DE INTERSECCIÓN
5. Criterios generales de diseño

Con independencia de las recomendaciones específicas de cada tipo, el proyectista


deberá considerar los siguientes criterios de diseño en el proyecto de intersecciones:
o Con objeto de mejorar su seguridad, el diseño de las intersecciones
debe favorecer su fácil comprensión por conductores y peatones, utilizando
formas sencillas y dotando de coherencia al conjunto de sus elementos.
Una cierta homogeneización de las intersecciones en un
itinerario facilita su comprensión.
Automovilistas, ciclistas y peatones deben poder comprender rápidamente
los itinerarios que deben seguir para realizar los movimientos deseados y
el sistema de prioridades que rige en la intersección.
o Se tratará de reducir la complejidad de las intersecciones, descomponiendo
las operaciones, separando espacialmente los conflictos, identificando
claramente los puntos en que estos pueden producirse e, incluso,
imposibilitando los movimientos indeseables.
o En todas las intersecciones urbanas, se debe estudiar la ubicación de pasos
de peatones, señalizados y acondicionados para minusválidos.
o Se tratará de sustituir, en lo posible, cruces de trayectorias por
incorporaciones con ángulos reducidos. No obstante, cuando las trayectorias
de los vehículos deban obligatoriamente cruzarse, el ángulo será
preferentemente recto o lo más próximo a éste, con objeto de reducir la
longitud del cruce.
o La disposición de la intersección, así como su acondicionamiento, debe
garantizar la visibilidad de parada en todos los ramales de acceso.
o Se prestará especial atención al diseño de las intersecciones que marquen el
cambio entre regímenes de circulación o entre entornos diferentes
(urbano- rural, baja-alta densidad, etc). En su diseño se procurará poner de
manifiesto
su condición de "puerta" y las condiciones de circulación que regirán a partir
de su travesía (velocidad, relación vehículos-peatones, etc).
o La velocidad de la circulación en intersecciones vendrá determinada por su
propia geometría y se acompañará de una señalización adecuada. Asimismo,
se ajustarán las medidas de las calzadas de circulación al ancho realmente
utilizado por los vehículos, evitando espacios muertos, que encarecen la obra,
alargan los recorridos peatonales y pueden ser utilizados como áreas de
estacionamiento.
o La mayor complejidad que implica su previsión puede hacer conveniente
prohibir los giros a la izquierda en algunas intersecciones de un
itinerario y concentrarlos en otras, especialmente diseñadas para ello.
o Los ramales que pierdan la prioridad en cualquier tipo de intersección
deberán disponer de una plataforma lo más horizontal posible, contigua a la
línea de entrada en la intersección, como área de espera para atravesarla. La
longitud de esta plataforma de espera será función de las colas
previsibles según el adecuado estudio previo.
o En intersecciones urbanas y suburbanas de las vías principales, se prestará
especial atención a la señalización informativa sobre destinos, por lo que una
buena preseñalización resulta imprescindible.
o Todas las intersecciones contarán con el drenaje adecuado, tanto
en superficie, como subterráneo, para evitar la formación de charcos y bolsas
de agua.
CRITERIOS DE DISEÑO DE
INTERSECCIONES:
BUENA VISIBILIDAD, LECTURA FÁCIL,
PRESEÑALIZACIÓN, VELOCIDAD
DETERMINADA
POR LA GEOMETRÍA E INTEGRACIÓN DE
MODOS

SECCION 6:Intersecciones convencionales a nivel

1. Definición y tipos

Se denominan Intersecciones convencionales, las que solucionan a nivel


el encuentro o cruce de vías sin regulación semafórica o circulación circular.
Se distinguen los siguientes tipos:
Según se regulen mediante señalización específica o por la norma general
de prioridad a la derecha:
- Señalizadas
- No señalizadas.
Según dispongan o no de isletas que encaucen los movimientos de los
vehículos:
- Canalizadas
- Sin canalizar
Según su forma y número de ramales:
- Intersecciones en "T", con tres ramales y ángulo mínimo entre
dos superior a 60º.
- Intersecciones en "Y", con tres ramales, cuando alguno de los
ángulos sea inferior a 60º.
- Intersecciones en "cruz", con cuatro ramales y ángulos
superiores a 60º.
- Intersecciones en "X", con cuatro ramales, cuando alguno de
los ángulos sea inferior a 60º.
- Intersección estrella.
- Intersecciones Rotativas o Glorietas.
2. Especificaciones

La mejor solución para una intersección es la más simple y segura que sea posible.
Esto significa que cada punto de conflicto de la misma debe ser
tratado cuidadosamente, recurriendo a todos los elementos de que se dispone
(ensanches, islas, carriles auxiliares, etc.) para evitar maniobras difíciles o
peligrosas y sin producir con ello recorridos superfluos. En el proceso de lograr tal
diseño, es preciso tener presente los siguientes principios:
o Preferencia de los Movimientos más importantes:
Los movimientos más importantes deben tener preferencia sobre los
secundarios. Estos obligan a limitar los movimientos secundarios con señales
adecuadas, reducción de ancho de vías, introducción de curvas de radio
pequeño. Eventualmente, convendrá eliminarlos totalmente.
o Reducción de las Áreas de Conflicto:
No se proyectarán grandes superficies pavimentadas, ya que ellas invitan a
los vehículos y peatones a movimientos erráticos, con la
consiguiente confusión, que aumenta los accidentes y disminuye la
capacidad de la intersección. Estas grandes áreas son características de
las Intersecciones oblicuas y una de las causas de que ellas no sean
recomendables.
o Perpendicularidad de las Trayectorias cuando se cortan.
Las Intersecciones en ángulo recto son las que proporcionan las mínimas
áreas de conflicto. Además disminuyen los posibles choques y facilitan las
maniobras, puesto que permiten a los conductores que cruzan juzgar en
condiciones más favorables las posiciones relativas de los demás. Se
recomienda intersecciones con ángulos comprendidos entre 60º y 120º.
o Separación de los Movimientos:
Cuando la intensidad horaria de proyecto de un determinado movimiento es
importante, del orden de 25 o más vehículos, es conveniente dotarle de una
vía de sentido único, completándola con carriles de aceleración o
deceleración si fuera necesario. Las islas que se dispongan con este objeto
permiten la colocación de las señales adecuadas.
o Control de la Velocidad:
También mediante la canalización puede controlarse la velocidad de tránsito
que entra en una intersección, disponiendo curvas de radio adecuado o
abocinando las calzadas. Esta última disposición permite, además de reducir
la velocidad, evitar los adelantamientos en las áreas de conflicto.
o Control de los Puntos de Giro:
Asimismo, la canalización permite evitar giros en puntos no convenientes
empleando islas adecuadas que los hagan materialmente imposibles o
muy difíciles. La seguridad es mayor si se disponen islas con separador que
si la canalización se obtiene mediante marcas pintadas en el pavimento.
o Visibilidad:
La velocidad de los vehículos que acceden a la intersección debe limitarse en
función de la visibilidad, incluso llegando a la detención total. Entre el punto
en que un conductor pueda ver a otro vehículo con preferencia de paso y el
punto de conflicto, debe existir como mínimo, la distancia de visibilidad
de frenado.
o Previsión:
En general, la canalización exige superficies amplias en las intersecciones.
Esta circunstancia debe tenerse en cuenta al autorizar construcciones o
instalaciones al margen de la carretera y en los proyectos de
nueva construcción.
o Sencillez, uniformidad y claridad:
Las intersecciones complicadas, que se prestan a que los conductores duden,
no son convenientes; la canalización no debe ser excesivamente complicada
ni obligar a los vehículos a movimientos molestos o recorridos
demasiado largos. La sencillez se logra cuando todos los movimientos
permitidos son fáciles y evidentes y los prohibidos o no deseados sean
difíciles o imposible
de realizar. También cuando los esquemas funcionales siguen las trayectorias
vehiculares naturales. La uniformidad se pierde, por ejemplo, cuando en una
serie de intersecciones con carril de espera para giro a la izquierda se
intercala una intersección con una vía de enlace para la misma maniobra.

2.1. Radio de giro

Los radios de giro, según rango de vías (suelo urbano y urbanizable) serán los
establecidos en el cuadro de la Sección 3 inciso 2.1.
2.2. Visibilidad

2.2.1. Rombo de Visibilidad

Se llama rombo de visibilidad a la zona libre de obstáculos que permite, a los


conductores que acceden simultáneamente, verse unos a otros y observar la
intersección a una distancia tal que sea posible evitar una eventual colisión. Como
se puede ver en la siguiente figura:

Figura 1

Cualquier objeto de una altura determinada, que quede dentro del rombo de
visibilidad requerida, debe removerse o reducirse a una altura límite. Esta altura
depende de las alturas relativas de las vías y debe ser estudiada en cada caso.
Si el rombo de visibilidad fuese imposible de obtener, se debe limitar la velocidad de
aproximación a valores compatibles con el rombo de visibilidad existente.

2.2.2. Rombo Mínimo de Visibilidad

Consecuentemente con estas definiciones, el rombo mínimo de visibilidad que se


considera seguro, corresponde a dicha zona que tiene como lado, sobre cada
camino, una longitud igual a la distancia de visibilidad de frenado.

2.2.3. Señalización de Intersecciones

Toda intersección debe estar convenientemente regulada mediante señales


informativas, preventivas y restrictivas en concordancia con la normativa vigente.
Las señales informativas deben estar ubicadas a una distancia suficiente del cruce
como para permitir que el conductor decida con anticipación las maniobras que debe
ejecutar.
La señalización preventiva debe indicar al conductor el tipo y categoría de los
caminos que forman la intersección, especificando cuál tiene preferencia sobre
el otro. La señal preventiva deberá preceder a la señal restrictiva en una
distancia equivalente a 1,5 veces la de visibilidad de frenado correspondiente.
La señalización en la intersección misma será restrictiva y responderá a los
siguientes principios:
o En toda Intersección a nivel, en que al menos uno de los caminos sea
pavimentado, la importancia de un camino prevalecerá sobre la del otro,
y, por tanto, uno de ellos deberá enfrentar un signo PARE o una señal CEDA
EL PASO.
o La elección entre uno u otro se hará teniendo presente las siguientes
consideraciones:
- Cuando exista un rombo de visibilidad adecuada a las velocidades
de diseño de ambos caminos y las relaciones entre flujos convergentes
no exijan una prioridad absoluta, se usará el signo CEDA EL PASO.
- Cuando el rombo de visibilidad obtenido no cumpla con los mínimos
requeridos para la velocidad de aproximación al cruce, o bien la relación
de los flujos de tránsito aconseje otorgar prioridad absoluta al mayor de
ellos, se utilizará el signo PARE.
- Cuando las intensidades de tránsito en ambos caminos sean superiores
a las aceptables para regulación por signos fijos (Pare o Ceda el Paso),
se deberá recurrir a un estudio técnico-económico que analice las
posibilidades de separar niveles. En cruces de vías se aceptará el uso
de semáforos sólo como solución provisoria o inevitable.

2.2.4. Intersección Regulada por Señal CEDA EL PASO

- Las distancias de visibilidad de frenado que se consideran seguras en diseño


o
intersecciones, son las mismas usadas en cualquier otro elemento de camino.
- Cuando el rombo de visibilidad no cumple las exigencias impuestas por las
velocidades de diseño de los caminos y las características del tránsito no justifican
un signo PARE, se debe ajustar la velocidad de los vehículos de la red de menor
importancia, a un valor que llamaremos velocidad crítica.
La velocidad crítica para la vía secundaria depende de la velocidad de diseño de la
red preferencial y de la distancia de visibilidad que el obstáculo permite sobre la vía
secundaria. Ver figura 1, caso I.
Se llama velocidad crítica de la vía B a la velocidad única tal que la distancia
db corresponde a la distancia de visibilidad de frenado.
Se puede calcular la velocidad crítica Vb en función de la velocidad de diseño de la
vía A (Va) y de las distancias a y b entre el obstáculo y la trayectoria de A
y B. Conocido Va se conoce la distancia mínima de visibilidad de parada "da".
Cuando el vehículo en A está a la distancia "da" de la Intersección y los
conductores en A y B pueden verse, el vehículo B está a su vez a la distancia db
de la Intersección. Por semejanza de triángulos se obtiene que:
Se debe proveer a la vía B de la señalización adecuada que indique a los vehículos
la velocidad segura de aproximación a la intersección, de manera que al pasar por el
punto da distancia db del cruce, su velocidad no sea superior a la crítica.

2.2.5. Intersección en que los Vehículos de una vía que accede al Cruce, deben
detenerse por señalización.

En una Intersección en que los vehículos de la red secundaria deben efectuar la


operación de cruce desde el estado de detención total, el conductor debe
tener visibilidad sobre aquella zona de la red principal que le permita cruzar sin
riesgo, aun cuando un vehículo aparezca en el preciso instante de su partida.
La distancia de visibilidad sobre la red preferencial debe ser mayor que el producto
de su velocidad de diseño por el tiempo total necesario para que el vehículo
detenido se ponga en marcha y complete la operación de cruce.
La distancia requerida puede ser expresada como:

Dc = 0.275 V ( tp+ ta )

SIENDO:
Dc: distancia de visibilidad sobre la vía preferencial, en metros.
V: velocidad de diseño de la vía preferencial, en km/h
tp: tiempo de percepción más tiempo de arranque, en segundos.
ta: tiempo requerido para acelerar y despejar la vía principal, en segundos.

El tiempo tp asume un valor de 2 segundos para cruces en zona rural y 1 segundo


en zonas urbanas donde el fenómeno es más repetitivo. Se hace hincapié en que al
reducir estos valores en un 50 %, la distancia de visibilidad necesaria sólo se reduce
en un 15 %.
Se dan en el cuadro siguiente los tiempos (ta) para cruzar distancias totales. Estas
distancias totales de cruce se forman por adición de tres distancias parciales
medidas en metros, de acuerdo con la siguiente expresión:

D=d+C+L

SIENDO:
D: Distancia total de cruce
d: Distancia de vehículo detenido hasta el borde de la calzada de la vía que se
cruza. Se acepta generalmente un valor de 3 metros
C: Ancho de la calzada medida según la trayectoria del vehículo que cruza.
L: Largo del vehículo que cruza:
Vehículo ligero (VL): 5,80 m
Vehículo Pesado (VP): 9,10 m
Vehículo Articulado (VA): 16,70 m

DONDE:
2
j: aceleración del vehículo VL : 0,150 m/seg
2
VP: 0,150 m/seg
2
VA: 0,150 m/seg

Vehículo
Tipo Distancia total del Cruce (m)
15 20 25 30 35 40
ta para cruzar y recorrer D (segundos)
V. Ligero 5 6 6,5 7 7,5 8
V. Pesado 7,5 8,5 9 10 11

V. Articulado 10 11 12 13

La distancia de visibilidad así obtenida Dc = 0.275 V (tp + ta), resulta generalmente


mayor que la distancia mínima de visibilidad de parada. Esto da una seguridad
adicional a los vehículos que cruzan desde el reposo. La situación descrita se ilustra
en la figura 2.
Si la vía que se debe cruzar tiene calzadas separadas se pueden presentar
dos casos: si el separador central tiene un ancho mayor o igual al largo del vehículo
tipo escogido, se considera que el cruce se realiza en dos etapas; el separador
tiene un ancho inferior al largo del vehículo, se debe incluir en el término C
el ancho correspondiente al mismo.
Cuando la distancia de visibilidad a lo largo de la red preferencial sea inferior a la
mínima calculada, debe regularse la velocidad de los vehículos de esta vía, hasta
conseguir que la distancia Dc obtenida sea segura. Si las condiciones son
muy desfavorables, se debe incluso introducir elementos de diseño para
reducir efectivamente la velocidad de aproximación al cruce.

Figura 2

2.2.6. Efecto del Esviaje del Cruce en el Rombo de Visibilidad.

Cuando sea técnica y económicamente factible, se deberá optar, en las


intersecciones esviadas, por una rectificación de los ángulos de cruzamiento,
teniendo a la intersección en ángulo cercano al recto. Se considerarán
inconvenientes los ángulos inferiores a 60º o superiores a su suplemento.

2.3. Capacidad

Para el cálculo de la capacidad en intersecciones convencionales a nivel se


utilizarán las de cualquier procedimiento o manual, siempre que se cite
explícitamente y sea de reconocida solvencia.

3. Ámbito de aplicación

En áreas rurales, no se recomienda la utilización de intersecciones a nivel sin


señalizar en ninguna situación. En áreas urbanas, sólo se permitirán intersecciones
sin señalizar entre vías locales de acceso.
En áreas urbanas, no se recomienda, en general, el empleo de isletas canalizadoras
en intersecciones, salvo cuando su objetivo sea proteger el paso de peatones o
constituyan la prolongación de los separadores o bulevares de las vías confluentes.
En áreas urbanas, se recomiendan intersecciones en "T" o en "cruz", por su mejor
adaptación a la trama urbana y mayor facilidad de travesía. En el caso de
intersecciones con "stop", éstas se diseñarán preferentemente en ángulo recto
y nunca con ángulos inferiores a 60º.
En el encuentro de vías locales de acceso con vías de rango primarias municipales o
urbano, puede ser conveniente suprimir la travesía de la vía principal por la
local, permitiendo sólo la incorporación, con giro a la derecha, del tránsito local.
En ese caso, la transformación de una intersección de cuatro ramales en dos
de tres, separadas por una cierta distancia, puede resultar una solución más clara y
segura.
Se recomienda la señalización de "Ceda el Paso" o "Pare" sobre vías locales de
acceso en su intersección con vías locales colectoras o vías primarias municipales.
En intersecciones entre vías locales de acceso, se recomienda la colocación
de señalización de "Pare" en todos los ramales de acceso. Esta señalización
obliga a detenerse a todos los vehículos, que luego cruzan la intersección por
orden de llegada a la línea de "Pare", lo que las constituye en verdaderos
reductores de velocidad.

ORTOGONALIZACIÓN DE
RAMALES CONFLUENTES

REDUCCIÓN DEL
NÚMERO DE
PUNTOS DE CONFLICTO
INTERSECCIÓN REGULADA MEDIANTE
CUATRO “PARE” O “STOP”

4. Intersecciones sin canalizar

Cuando el espacio disponible para la intersección sea muy reducido, o


los movimientos de giro de muy poca importancia, se podrán utilizar intersecciones
sin islas de canalización. En estos casos el diseño está gobernado exclusivamente
por
las trayectorias mínimas de giro del vehículo tipo elegido.

4.1. Intersección no Canalizada, Simple

El tratamiento mínimo que se puede dar a la intersección de vías de dos o


más carriles es la de pavimentación completa de toda la superficie de
cruzamiento. Se entiende por esto la pavimentación de los accesos a la
Intersección y de los ensanches para permitir los radios mínimos de giro del
vehículo elegido en el diseño.
La pendiente de la superficie de cruzamiento debe ser razonablemente uniforme. No
se debe introducir cambios de pendiente en la zona de cruzamiento, que dificulten
las maniobras del conductor en momentos críticos. Por tanto, no se aconseja
respetar los bombeos de ninguna de las vías que acceden cuando éstos son
pronunciados.
Las pendientes generalmente se calculan por condiciones de drenaje superficial.
Los anchos normales del pavimento de los caminos se mantienen, y se agrega sólo
lo necesario para las zonas de giro. El tipo de Intersección no canalizada simple se
recomienda para caminos locales o de poca importancia, se puede aceptar también
para caminos de dos carriles con bajo tránsito en zonas rurales. En zonas urbanas y
suburbanas se pueden aceptar volúmenes mayores de tránsito.
Este tratamiento no permite ángulos de intersección muy agudos y debe, por tanto,
respetarse el principio de perpendicularidad de las trayectorias que se cortan. Las
figuras 3, A) y B) , ilustran un empalme y un cruzamiento sencillos. El ángulo de
cruzamiento puede variar dentro de rangos aceptables (60º a 120º) sin variar
el concepto.

Figura 3

La figura 4 ilustra criterios para obtener cruces perpendiculares en Intersecciones,


muy esviadas.
CASO C CASO D
Los vehículos de la Los vehículos de la
Figura 4 Red Secundaria Secundaria pueden
deben esperar en la esperar en la
Principal para virar Secundaria para
a la izquierda. virar a la izquierda.
(No recomendable)

4.2. Ensanches de la Sección de los Accesos al cruce.

Cuando las velocidades de diseño de los caminos en cuestión sean elevadas,


o cuando el número de movimientos de giro sea suficiente para crear
problemas al tránsito directo y a la vez no exista espacio o presupuesto suficiente
para recurrir a una canalización de la Intersección (véase inciso 5. Intersecciones
canalizadas), se puede recurrir al ensanche de los caminos en la zona de
cruzamiento.
Esta forma de diseño produce el efecto de aumentar la capacidad de cruce, a la vez
que separa los puntos de conflicto. También permite crear zonas de protección para
los vehículos de maniobras más lentas, con lo que facilita los flujos de tránsito
directo.
Dependiendo de la variación entre los volúmenes actuantes en el cruce puede
variarse la disposición del ensanche, obteniéndose con ello el efecto deseado.
La figura 5 ilustra las distintas posiciones en que se puede agregar un carril a la red
principal, según la necesidad impuesta por los flujos con volúmenes mayoritarios.
Se analizarán los siguientes casos distintos:
o Existe un volumen de giros a la derecha considerable desde la red principal a
la que empalma y viceversa. Los movimientos de giro a la izquierda son
minoritarios (figura 5, A). Se dispone un carril de deceleración en su sector
de llegada al empalme.
o Los movimientos de giro a la izquierda desde la vía principal representan un
volumen importante y los giros a la derecha desde este mismo
son despreciables (figura 5, B). Se dispone un carril auxiliar en el
camino principal, opuesto al camino interceptado. Este carril permite, a los
vehículos que continúan directo por el camino principal, proseguir sin
interferencias con los vehículos que esperan para girar a la izquierda
en el camino que empalma.
o Los movimientos de giro a la izquierda desde la vía principal representan un
volumen importante y el volumen de giros del camino interceptado hacia
la izquierda también es considerable (figura 5, C). Similar al anterior pero con
el carril auxiliar de ensanche al centro, mediante una separación de los
carriles
directos. Tiene el mismo efecto que el anterior pero más marcado y, además,
facilita el giro a la izquierda desde el camino interceptado, no así el giro hacia
la derecha desde éste.
o Cuando el volumen de movimientos de giro lo justifica, se deben ensanchar
los accesos a la intersección como lo indica en forma general la figura 5, D.
Esto da a la Intersección una capacidad adicional tanto para los movimientos
de giro como para el tránsito directo.
Un carril auxiliar adicional en la zona de Intersección a cada lado de la
calzada normal permite a los vehículos de tránsito directo adelantar a los vehículos
que se preparan para maniobras de giro.
El ensanche se puede lograr mediante carriles auxiliares, como se muestra en la
figura 5, D.
Se puede aumentar la seguridad en la zona de cruzamiento de una
Intersección ensanchada, no canalizada, mediante el uso de pintura de pavimento o
resaltos. La figura 19 muestra una intersección ensanchada en la que se separan
los carriles en distinto sentido mediante demarcación en el pavimento. En el ejemplo
recién citado,
el ensanche se ha delineado en tal forma como para permitir la separación de los
flujos. Además, ha provisto una zona protegida para los virajes a la izquierda en el
acceso mismo al cruce.
La demarcación en el pavimento debe desarrollarse gradualmente con su vértice en
el comienzo del ensanche, y con un ancho en su punto máximo de 4 metros, por lo
menos. El ensanche debe permitir carriles con un ancho libre al menos un
metro superior a los carriles de la vía en sección normal de aproximación.
La demarcación en el pavimento no es tan efectiva como las islas delineadoras, pero
tienen la ventaja sobre ellas de no ser tan peligrosas en caminos con velocidades
altas.

Se recomiendan para Intersecciones de vías de 2 carriles, con alta velocidad de


diseño, en zonas rurales donde las intersecciones no son frecuentes y los cruces a
la izquierda son especialmente peligrosos.

Figura 5

55
5. Intersecciones canalizadas

Cuando el área pavimentada en la zona de intersección resulta muy grande por las
imposiciones del diseño, los conductores no saben a ciencia cierta cuál es la
trayectoria que les corresponde para no invadir las zonas destinadas a otros
movimientos.
A medida que se permiten velocidades de giro mayores que los 15 km/h antes
mencionados, el área común aumenta, agudizándose el problema.
Las islas de canalización permiten resolver la situación planteada, al separar
los movimientos más importantes en ramales de giro independientes. Se disminuye
a la vez el área pavimentada que requeriría la intersección sin canalizar.
Los elementos básicos para el trazado de ramales de giro canalizados son:
o La alineación del borde inferior del pavimento.
o El ancho del carril de giro.
o El tamaño mínimo aceptable para la isla de canalización.
La compatibilización de estos tres controles de diseño obliga por lo general a usar
curvas algo mayores que los mínimos requeridos por el radio de giro de los
diferentes vehículos tipo. Lo antes expuesto tiene como consecuencia brindar
soluciones algo más holgadas que las mínimas correspondientes al caso sin
canalizar.
Las islas de canalización deben tener formas especiales y ciertas dimensiones
mínimas que deben respetarse para que cumplan su función con seguridad.
Estos elementos de diseño se encuentran en el apartado 10.
Los empalmes y las intersecciones que tienen una gran superficie
pavimentada, como son por ejemplo aquéllas que tienen radios de giros
amplios o un esviaje fuerte, permiten movimientos peligrosos e inducen a confusión
a los conductores. En estas intersecciones se hace difícil el control de las
maniobras de cruzamiento o intercambio, y los peatones tienen que cruzar
largas zonas sin protección. Por último, estas soluciones no son económicas
ya que exigen pavimentar grandes superficies que no se utilizan.
Todos estos conflictos se pueden reducir en intensidad y en extensión
utilizando diseños que incluyan islas que restrinjan la circulación a los
trayectos más apropiados dentro de la zona de cruzamiento. Se dirá que un
empalme o una intersección están canalizados, cuando las corrientes de
tránsito que en ellas circulen estén independizadas en trayectorias
convenientes, definidas mediante el empleo de islas.
Cuando se desea diseñar una curva en una intersección, para velocidades de diseño
mayores que los 15 km/h correspondientes al caso mínimo, puede procederse
en forma similar al caso de carretera rural. Existen algunas variantes que se
indican a continuación.
En el diseño de curvas en intersecciones se pueden usar coeficientes de
fricción lateral algo mayores que los usados en carreteras. Esta afirmación es
válida para velocidades de diseño de hasta 65 km/h; para velocidades mayores
se utilizarán coeficientes de fricción lateral iguales, tanto en curvas de
intersecciones como de carreteras.

5.1. Canalización de Empalmes, Islas Divisorias y Dársenas de Giro.

Las islas se usan, generalmente, en el camino interceptado en empalmes


importantes, o bien, en empalmes menores cuando el esviaje es pronunciado. En los

1
puntos en que se justifican radios mayores a los mínimos, se debe diseñar dársenas
independientes de giro a la derecha.
Se diseña una dársena de giro cuando el volumen de giros en un cuadrante es
considerable o cuando el ángulo de giro es muy agudo debido al esviaje del cruce.
La figura 6, A muestra una dársena de giro a la derecha desde el camino de paso,
obtenido mediante el diseño de una isla triangular.
La figura 6, B muestra un empalme en que las velocidades y el volumen de giros
justifican dársenas independientes de giro a la derecha, hacia y desde el camino que
intercepta, con radios mayores que los mínimos. Esta forma de diseño no mejora los
giros a la izquierda, e incluso debe diseñarse de manera que las islas no permitan a
los vehículos del camino principal entrar por el carril de giro que no corresponde. En
caminos de dos carriles en que se justifican las dársenas independientes de
giro, también suele justificarse un ensanche en el camino directo como se describió
en el párrafo anterior figura 5.
Otra forma de lograr la canalización en el camino interceptado es mediante una isla
divisoria como la indicada en la figura 6, C. El espacio necesario para la ubicación
de esta isla se obtiene ensanchando gradualmente el camino, y usando radios de
giro mayores que los mínimos en el giro a la derecha. El término de la isla se diseña
a 2 ó 3 m del borde del pavimento del camino directo, para dar cabida a los
movimientos de giro a la izquierda.
En vías de dos carriles con volúmenes de tránsito alto, se aconseja diseñar carriles
separados para cada uno de las corrientes importantes. En la figura 6, D, esto se ha
conseguido mediante el empleo de dos islas (canalizadoras) y una isla divisoria en el
camino directo. Un diseño como éste se calcula para volúmenes grandes de tránsito,
con volúmenes horarios pico sobrepasando los 500 vehículos. La posición y formas
de la isla pueden variar en cada diseño de acuerdo a las conveniencias en
cada caso.
Cuando los caminos se encuentran en ángulos agudos formando un empalme neto
en Y, el riesgo de encuentros de frente se disminuye canalizando los movimientos
como se indica en la figura 7, A. La vía e-f que allí se muestra queda subordinada a
las direcciones más importantes. Los ángulos de encuentros para el tránsito en esta
vía quedan aproximadamente rectos. Este diseño exige una separación explícita de
las corrientes en e-f como ahí se muestra. La isla debe hacerse lo mayor posible,
entre 35 y 50 metros y si el camino directo es muy importante se debe regular
la salida en el punto "e" mediante señalización PARE.
Cuando se empalma un camino de una calzada con un camino de calzadas
separadas, el empalme, si es esviado, puede tomar la forma que se indica en
la figura 7, B Si el giro hacia la derecha desde el camino interceptado
fuera considerable y fuera conveniente realizarlo a velocidades más altas
que las mínimas, se puede mejorar el enlace haciendo una salida de un carril
directo, como
la que se indica punteada en la figura.
A continuación se analizarán diseños canalizados de elevado costo, que se justifican
en carreteras con volúmenes altos en todos los sentidos. Los mostrados en
las figuras 8, A y B, se recomiendan para cruces del tipo T y el de la figura
C para empalmes de tipo Y en ángulos bastante agudos, en los que además
se den condiciones muy especiales para el giro a la izquierda, como se
comentará más adelante.
El primero de los nombrados (figura A) se recomienda como empalme de dos
caminos de dos carriles en los cuales los volúmenes se aproximan a su capacidad,
la calzada del camino directo se ensancha hasta conformar una sección de 4 carriles
separados por islas divisorias, de modo que cada corriente de tránsito cuente con un
carril por separado. En el camino interceptado, mediante islas, se separa
también cada corriente en vías independientes.
En la figura B se muestra un empalme semejante, pero diseñado cuando el camino
directo tiene calzadas unidireccionales, con un separador central entre 5 y 10 metros
de ancho. Mediante reducciones del separador en la zona de intersección se
proveen carriles auxiliares para los vehículos que giran a la izquierda, que los
protegen del tránsito directo. La canalización en el camino interceptado es similar a
la anterior, con el agregado de un carril auxiliar de deceleración y un incremento de los
radios mínimos de las curvas, todo lo cual facilita el movimiento del tránsito.
Como último caso se presenta un esquema de empalme entre caminos de
varios carriles que es especialmente apropiado cuando el camino interceptado
presenta volúmenes de punta muy pronunciados y de corta duración. Por ejemplo,
entradas a una fábrica, estadio u otros lugares de recreación. La corriente que
gira a la izquierda desde el camino directo al camino interceptado (e-f) figura
7, C, sale primeramente a la derecha para luego cruzar la carretera. La
particularidad de esta intersección es que puede dar un buen servicio para
volúmenes pequeños, pero que
a su vez es muy efectiva para volúmenes altos regulados adecuadamente por medio
de semáforos.
Para aumentar la capacidad del empalme se aumenta el ancho del ramal de salida a
dos o más carriles frente al cruce de la vía, a la vez que se dan las
distancias necesarias para que los vehículos detenidos no entorpezcan otras
corrientes. Las islas en el camino interceptado separan todas las corrientes en
carriles separados que se deben diseñar de acuerdo a los volúmenes actuantes.
Dependiendo de los anchos de pavimento y mediante un adecuado control de
tiempos de semáforos, este empalme puede atender volúmenes de servicio del
orden de 500 a 1.000 veh/h.

Figura 6
Figura 7

Figura 8
5.2. Canalización de Intersecciones

Los principios generales de diseño, el uso de pavimento auxiliar, así como la


disposición de islas y el análisis hecho para empalmes, es válido para
intersecciones.
En las intersecciones con volúmenes de tránsito de alguna importancia, se prevén
carriles independientes para los giros a la derecha figura 9, A. Estos carriles
auxiliares permiten circunscribirse mejor a los vehículos largos en las curvas
de radios mínimos o pequeños. Cuando el ángulo de giro en la intersección
es muy superior a 90º, la canalización permite
reducir considerablemente la zona pavimentada.
Cuando el espacio lo permite y los movimientos de giro son importantes se puede
diseñar carriles de giro en los cuatro cuadrantes. Sólo si los volúmenes son bajos y
los movimientos de giro no son muy importantes, se recomienda este diseño con
secciones de dos carriles. Si los volúmenes lo requieren debe recurrirse a ensanchar
la zona de cruzamiento. Incluso se debe introducir, en caminos de calzada simple,
un separador central en la zona de la intersección para separar los flujos de tránsito
de paso, como indica la figura 9, D. En este diseño, el vértice del separador queda
ubicado en el punto donde comienza el ensanche de dos a cuatro carriles. El diseño
del camino intersectado es independiente de este separador y puede
tomar diferentes formas. En el que se presenta en la figura se ha dado mayor
importancia
al giro a la derecha desde c.
En la figura 10 se pueden ver diseños en que se individualizan en forma cada vez
más notoria las corrientes del flujo principal. En la figura A el giro a la
izquierda desde a a d se hace desde un carril conseguido en el separador. En la
figura B se
ha materializado el refugio con una isla separadora en la zona del separador que se
ha angostado en el acceso al cruce.
En la figura C se presenta una solución para una intersección con fuerte tránsito de
paso en ambas carreteras y alto volumen de giros a la izquierda en un cuadrante. Se
crea dos nuevas intersecciones, las cuales deben distar de la inicial un mínimo de
100 metros.
En la figura 11 se muestra una intersección en cruz con canalización completa con
ensanche para los giros a la derecha e izquierda, usado cuando la intensidad de los
giros lo exige.
Figura 9

Figura 10
Figura 11

5.3. Intersecciones en Estrella

Las intersecciones en estrella se deben evitar siempre que sea posible. Cuando no
se pueda, se debe recurrir a cambios de alineación en los accesos al cruce
para sacar los movimientos conflictivos de la intersección principal. Se
crean así intersecciones subordinadas, las que tienen menos movimientos
permitidos.
Se debe cuidar principalmente que las distancias entre el cruce principal y las
intersecciones subsidiarias sean suficientemente amplias como para no
constituir problemas de visibilidad. Estos casos debe diseñarse para ser
operados a velocidades bajas, no superiores a 50 km/h.
Las figura 12 A y B, muestran en forma esquemática la disposición de islas y
canales que facilitan la regulación del cruce.
En esta misma lámina se muestra una intersección de dos caminos importantes en
que el esviaje del cruce hace necesaria una rectificación del trazado del
camino secundario respecto del otro. Se han provisto vías de giro especiales para
atender el volumen también importante de giros.
Figura 12

6. Curvas de Transición

1. Generalidades

En el caso de un ramal de intersección empalmado con un carril de


Velocidad Directriz. muy superior, el aumento brusco de la fuerza centrífuga, al
pasar de la alineación amplia a la curva del ramal, aconseja intercalar curvas de
transición que pueden ser clotoides o curvas circulares de mayor radio según el
caso.

2. Uso de Clotoides.

Pueden usarse intercaladas entre la alineación recta y la curva o como tramo


intermedio entre la curva de radio mínimo correspondiente a la velocidad de diseño y
una curva circular de radio mucho mayor que el mínimo, tangente a la
alineación recta.

3. Curvas Compuestas.

Al usar curvas circulares compuestas, enlazadas directamente entre sí, debe


cuidarse que la relación del radio de curvatura menor al mayor no sea superior a 2.
En caso contrario resulta un punto de discontinuidad demasiado evidente y la curva
de radio mayor no cumple en buena forma el papel de curva de transición. Siempre
que sea posible esta relación entre los radios se mantendrá del orden de 1,75 (estas
relaciones no son válidas para trazados mínimos en los que el diseño está
determinado por exigencias de espacios mínimos para efectuar la curva,
a velocidades inferiores a 15 km/h).
El desarrollo de la curva circular de transición deberá tener ciertos mínimos pues de
lo contrario no cumple con la función que se persigue.

7. Ramales de giro

1. Generalidades

Los criterios de diseño dependen fundamentalmente de dos factores: importancia de


la intersección y disponibilidad de espacio para diseñar una solución óptima.
En los casos en que la intersección sea de poca importancia, escaso tránsito, o que
el espacio disponible esté limitado y el costo de expropiación sea prohibitivo,
el diseño responderá a los mínimos admisibles de acuerdo al radio mínimo de giro
del vehículo tipo seleccionado, circulando a velocidades de 15 km/h o menores.
Cuando la importancia de la intersección así lo exija y el problema expropiación no
constituya una limitante, el diseño estará controlado por la velocidad de operación
que se desee obtener en los diversos elementos del cruce y, por tanto, serán
en general aplicables las normas utilizadas en caminos en campo abierto.

8. Carriles de cambio de velocidad

1. Generalidades

Cuando un conductor va a hacer un giro de una intersección, debe modificar


su velocidad. Si se propone pasar de una vía a un ramal de giro, deberá
disminuirla para adecuarla a las inferiores condiciones geométricas de este último, y
si pretende acceder a una de las vías, proveniente de un ramal de giro, deberá
aumentarla para hacerla compatible con las condiciones de flujo de aquélla.
Para que estas operaciones, inherentes a toda intersección, se desarrollen con un
mínimo de perturbaciones, se pueden diseñar carriles de cambio de velocidad. Estos
son carriles auxiliares, sensiblemente paralelos a las vías desde las cuales se
pretende salir, o a las cuales se pretende entrar, y que permiten acomodar la
velocidad según las conveniencias expuestas.
Según sus funciones, éstos reciben el nombre de Carriles de Aceleración o Carriles
de Desaceleración.
A pesar de estas características en común, es necesario abordar el tratamiento de
unas y otras con enfoques teóricos distintos, puesto que la conducta del usuario, que
es más o menos previsible para el caso de un carril de desaceleración, lo es menos
para uno de aceleración, al requerir esta última una maniobra más compleja y
peligrosa, y al estar dicha maniobra condicionada por las eventualidades del tránsito
en la carretera.
En el caso de los carriles de aceleración, existen criterios diferentes en los EE.UU. y
en algunos países europeos. AASHTO calcula sus longitudes partiendo del supuesto
que el vehículo debe acelerar desde la velocidad de circulación del ramal hasta las
proximidades de la velocidad de circulación de la vía. En Alemania y Suiza,
en cambio, se pone énfasis en las características circunstanciales de la maniobra;
esto
es, se contempla que el conductor puede acelerar, si las condiciones del flujo se lo
permiten, o disminuirla si percibe dificultades para ingresar a la vía.
Este último criterio hace que para velocidades bajas de diseño los carriles de
aceleración sean mayores que los calculados por AASHTO, al
considerarse necesario agregar una zona de maniobra a la longitud prevista
para aumentar la velocidad. Pero, por otra parte, limita la longitud a valores
máximos bastantes inferiores que los prescritos por AASHTO, para velocidades
altas. Considera que puede ser peligroso dar la posibilidad de acelerar hasta ellas,
si el ingreso depende más bien de las posibilidades de espacio en la vía, y que si
hay tal espacio, no es indispensable que el vehículo ingrese a la vía a velocidades
elevadas.
Por lo anteriormente expuesto, en este trabajo se decidió adoptar, para carreteras
con Velocidad de Diseño mayor a 80 km/h el criterio europeo antes mencionado, el
cual, al considerar velocidades de incorporación al flujo menores que las prescritas
por AASHTO, permite una maniobra más controlada y segura por parte de los
usuarios, a la vez que redunda en un proyecto más económico.

Para velocidades de diseño menores a 70 km/h rara vez la categoría del


camino requerirá de carriles de aceleración y en todo caso se trata de
velocidades suficientemente bajas como para adoptar los valores que resultan
del criterio AASHTO, manteniendo un grado de seguridad adecuado si se
considera que los conductores que se incorporan al flujo manejan en un
estado de atención que reduce los tiempos de percepción y reacción a valores
inferiores a los considerados para el caso de carretera propiamente dicha. Por lo
anterior, si la densidad de flujo
no permite la incorporación, el conductor siempre podrá optar por la detención.
En vías bidireccionales de dos carriles la experiencia internacional indica que
los carriles de aceleración no son aconsejables pues inducen situaciones peligrosas
que contrarrestan las ventajas que se pretende obtener. Por tanto, en este
caso los ramales de la intersección que acceden a la carretera deberán
proyectarse bajo las condiciones prescritas en visibilidad de frenado en
intersecciones y sin carriles de aceleración, quedando éstas reservadas a las vías
de tipo unidireccional.
Los carriles de desaceleración, en cambio, podrán proyectarse en vías
bidireccionales, cuando la cantidad de vehículos que giran sea igual o superior a 25
veh/hora y sus velocidades de diseño sea de 60 km/h o más. Sus dimensiones se
obtendrán de considerar una conducta tipo de los usuarios frente a ellas y de aplicar
una expresión físico-matemática que de cuenta del fenómeno de la desaceleración
de un vehículo operado según dicha conducta.
Desde el punto de vista de sus formas, los carriles de cambio de velocidad podrían
agruparse en dos tipos: "en paralelo", cuando dicho carril discurre junto a la calzada
de la carretera, como si fuese un carril más de ella, hasta el momento de su
separación o confluencia con la misma; y "directa" cuando el carril incide o se
desprende desde el borde de la vía de manera tal que dicho borde forma un ángulo
con el borde izquierdo (en el sentido del avance de los vehículos) del ramal.
En éste último caso se forma una cuña de pavimento en la zona del empalme cuya
longitud puede ser bastante menor que la requerida para los efectos del cambio de
velocidad, por lo que el resto del carril debe desarrollarse en un tramo que
es totalmente independiente de la vía, antes de iniciarse la curvatura limitante
del ramal.
Estas alternativas presentan ventajas y desventajas según sea el tipo de maniobra
que sirvan. En el presente trabajo se recomiendan criterios unificadores para
resolver el paralelismo o no de los carriles de cambio de velocidad.
En efecto, los carriles de tipo paralelo deberán ser preferidos para el caso de
la aceleración, en el cual se desea una óptima retrovisión y la posibilidad de
maniobrar (en curva-contracurva) para ingresar a la carretera en cualquier momento
en que se produzcan las condiciones adecuadas. Los carriles de tipo directo,
en cambio, deberán preferirse en el caso de desaceleración, en el cual la
maniobra de curva- contracurva no es tan natural porque interesa clarificar la
situación de salida mediante un diseño que "avisa" visualmente al conductor la
función del carril que se
le ofrece, que es la de cambiar definitivamente su rumbo. Esto último no será válido
en el caso de los carriles de desaceleración centrales, o sea, aquellas
dispuestas entre los carriles de una vía, destinadas a detener y almacenar a los
vehículos, que giran a la izquierda.
Tales carriles, por su posición, deberán ser paralelos.
No obstante estas recomendaciones, algunas circunstancias especiales podrían
requerir otros diseños. En casos justificados, esto podría ser autorizado siempre que
estos diseños se ajusten a criterios internacionales sancionados por la práctica.
En la figura 13 se muestran los tipos básicos de vías de desaceleración y
aceleración, y la figura 14 muestra diseños para la salida desde una vía, que puede
incluir un carril de cambio de velocidad, la cual debe tener la nariz divergente
desplazada del borde del pavimento de la vía principal, para evitar que sea golpeada
por el tránsito que se aproxima.
Precediendo la nariz va una zona pavimentada en forma de huso, pintada o
con resaltos, que permite a los conductores que inadvertidamente entren en esta
zona, corregir su rumbo y tomar la trayectoria correcta, se le llama "carril de
recuperación".

Figura 13
Figura 14

2. Carril de Aceleración.

Serán del tipo paralelo, su longitud total (LT) es la suma de los largos de las zonas
de aceleración propiamente dicha y de transición o cuña. LT no superará en ningún
caso los 300 metros.
En la figura 15 se muestra los puntos singulares de los carriles de aceleración en lo
que se deben tener anchos de pavimentos normalizados. Donde:
LT: largo total
LA: largo del área de aceleración
LC: largo de la cuña
LT se mide desde el punto de tangencia del borde exterior del ramal con el borde del
carril exterior de la calzada principal (punto A en la figura 15), en el caso de
no existir curva de transición-circular o clotoidal entre el radio limitante del
ramal y el punto A. Si existe curva de transición, LT se medirá desde el comienzo
de la curva
de transición, pero con una limitación práctica que surge de los requerimientos de
visibilidad: el punto desde el cual se inicia el carril de aceleración no puede quedar
más atrás del punto P (Véase figura 15), que aquél en que la distancia entre
los bordes adyacentes de las calzadas del ramal y de la carretera (PP´) es de 3
metros. También se puede observar un carril de aceleración para el primero de
los casos citados (sin curva de transición) en trazo lleno, y con línea de puntos se
muestra la posición del carril para el segundo (AP en curva de transición). Los
puntos B y C, fin
de la zona de aceleración y de la zona de cuña respectivamente, se desplazan en
este último caso hasta B´ y C., cumpliéndose que B´B.
En C se tiene el ancho final de la cuña (c) que deberá ser de 1 m, esto con el fin de
hacer utilizable la zona de cuña en una extensión mayor y para evitar roturas de la
misma en el caso de pavimentos rígidos debido a su menor sección, lo que sucede
frecuentemente dado que su construcción se ejecuta generalmente después de la de
la calzada principal.
En el punto B, inicio de la cuña y final de la zona de aceleración, se debe tener el
ancho total del carril (b). Normalmente, en recta, este ancho es de 3,5 m
(bo), pudiendo rebajarse a bo = 3,0 m si el tránsito en el ramal es de poca
importancia.

Figura 15

3. Carriles de Desaceleración

o Caso I (existe curva de transición de longitud mayor o igual que LD)

Este primer caso (figura 16) es el de la geometría considerada mejor para


estos dispositivos, o sea, cuando se puede hacer incidir el ramal sobre la vía
con un ángulo (q) que haga claramente perceptible su función.
Se muestran los puntos singulares de éstos carriles en los que se deben tener
anchos de pavimentos normalizados:
Si B´C´(o BC) es parte de una clotoide, a = 3,50 m.
Si BC es una curva circular de transición que requiere un sobreancho Sa1, a = 3,50
+ Sa1.

o Caso II (la curva de transición es menor que LD o no existe).

La cuña es igual que en el Caso I, sólo que ahora se inicia con un ancho de 1 metro,
con el fin de compensar el efecto de la maniobra de curva-contracurva, que por lo
general hace desaprovechar la zona de cuña, y para hacer más visible dicho inicio.
El borde derecho se define igual que para el caso del carril de aceleración, según los
valores de la tabla incluida en la figura 17.
Figura 16

Figura 17

4. Carriles Centrales de Desaceleración

Se pueden diseñar carriles de desaceleración para vehículos que giran a la izquierda


desde las vías principales. Estos carriles se sitúan, por lo general, en el centro de la
vía, si los volúmenes lo requieren, se deben recurrir el ensanchamiento de la zona
de cruzamiento e incluso introducir un separador central en caminos de
calzada simple, en la zona de la introducción. Si el separador central tiene 4 ó más
metros de ancho será posible diseñar vías de desaceleración aprovechando este
espacio sin necesidad de ensanches especiales en la vía.
En la figura 18 se muestra un carril de este tipo. Las longitudes Lc y LD son las de
las figura 16 y 17 respectivamente. A Lc y LD hay que sumarle una longitud LE, o
largo de la zona de espera, que depende del número de vehículos por hora que
giran y que debe considerarse si existe condición de parada al final de la zona de
deceleración, cosa que generalmente ocurre.
Si existe un semáforo en ese punto (D en la figura18). LE estará determinada por el
cálculo del largo de las filas de vehículos que esperan en un ciclo, estimando en 7,5
m el espacio promedio requerido por cada uno.

Figura 18

9. Cruce por el separador central

1. Generalidades

En vías divididas por un separador central, las intersecciones obligan a interrumpir la


continuidad de ésta para dar paso al tránsito que cruza o que gira a la izquierda, si
tales maniobras son posibles. Según sea la importancia de la intersección y
del camino de paso, deberán adoptarse distintos diseños que garanticen la
fluidez y seguridad de las maniobras.
La pendiente transversal de la zona abierta del separador no debe superar el 5 %.

2. Abertura Mínima

Al diseñar una abertura en el separador central, se debe considerar el refugiar


completamente al vehículo que girará y el radio de giro suficiente para completar la
maniobra con comodidad. El ancho requerido dependerá del vehículo tipo elegido, lo
que podría necesitar el ensanche del separador.
Ya sea que se trate de una intersección de 3 ó 4 ramales, la abertura debe ser a lo
menos igual al ancho del camino que la cruza (pavimento más banquinas) y
en ningún caso menor de 12 m de ancho. Si el camino que cruza no tiene banquinas
la abertura del separador será igual al ancho del pavimento más 2,5 m y no menor
de
12 metros.
Si el camino que cruza también es una doble calzada, la abertura mínima será igual
al ancho de las dos calzadas más su separador central y no menor que el ancho de
los pavimentos más el separador central más 2,5 m en caso de tener las banquinas
un ancho inferior.

3. Trazados Mínimos para Giros a la izquierda.

En las figura 19, 20 y 21, se muestran algunos cruces de separador central para
giros a la izquierda.
Los radios mínimos que a baja velocidad garantizan una trayectoria adecuada,
dejando un espacio de al menos 0,60 m entre las ruedas y los bordes del pavimento
son:

Automóviles VL R = 12 m
Camiones Y
Colectivos VP R = 15 m
V. Articulado
VA R = 22,5 m

Normalmente un diseño mínimo en base al vehículo tipo VP es adecuado a la


mayoría de los casos en que los vehículos articulados son escasos.
Figura 19
Figura 20

Figura 21
4. Giros en U en Torno al Separador Central

Los giros en U cuando no son recomendables aunque cuando son inevitables,


deben diseñarse y señalizarse adecuadamente, según el ancho del separador,
el tipo de vehículo de diseño y la categoría de la vía donde se diseñará tal elemento.
Los casos en que se aceptará este dispositivo son:

- En vía con control total de acceso sólo se aceptarán cuando se disponen


para labores del personal de conservación de la carretera, uso de la policía
o como lugar de estacionamiento de vehículos inutilizados. En estos casos
el espacio estará cerrado por una cadena u otro dispositivo fácilmente
removible por la autoridad, pero no así por el público en general. Las
aberturas se construirán regularmente espaciadas a lo largo de la vía.
- En vía con control parcial de accesos, se pondrán aceptar para dar servicio
a ciertas áreas de desarrollo marginales a la carretera. Si estas facilidades
se dan de acuerdo con un estudio es posible elegir los lugares más
adecuados para hacerlo; si esto no se prevé, la presión pública
posterior suele obtener aberturas a través del separador en mayor número
y en peor ubicación
- En relación con cruces a nivel de importancia, suelen diseñarse aberturas
para giros en U a distancias de 400 a 600 metros del cruce
propiamente dicho, ya sea con el objeto de permitir el retorno de
aquellos pocos conductores que por desconocimiento de la intersección
equivoquen la maniobra, o bien para trasladar algún giro de poca
importancia, desde el cruce a la abertura para giro en U, con el objeto de
eliminar algunos puntos
de conflicto en el propio cruce.
- Inmediatamente antes de una intersección misma, obstaculizando el tránsito
que cruza la vía principal. Esta situación es especialmente válida en zonas
suburbanas en que el desarrollo lateral es de consideración

5. Ancho del Separador y Tipo de Maniobra Asociada al Giro en U.

Evidentemente para que el giro en U no produzca demasiados trastornos, es


necesario que el separador tenga un ancho lo mayor posible. El cuadro
siguiente indica los anchos mínimos requeridos según sea el tipo de maniobra
que se esté realizando.

Permite refugio
Ancho del Tipo de maniobra posible en una mientras se
separador vía dividida, de cuatro carriles: espera en el
separador
18 para: los vehículos
Permite a todos los vehículos girar Todos
en U, prácticamente de carril
interior a carril interior opuesta.
12 Permite a los automóviles VL, girar VL y VP
en U de carril interior a carril
interior, y a algunos camiones
de carril exterior a carril exterior;
los grandes camiones ocupan
parcialmente la banquina.

9 Permite a los automóviles girar de carril


interior a carril exterior, y a los VL y VP
camiones con utilización de
ambas banquina.
6 Permite a los automóviles girar
de carril exterior a carril exterior VL y VP
o de carril interior a la
banquina. Es imposible el giro de
camiones.

6. Aplicación de los Trazados para Separadores Abiertos a las Islas Divisorias


en
Intersecciones.

Todas las recomendaciones expuestas en los párrafos anteriores para el trazado de


separadores, son de aplicación en el caso de islas de separación de sentidos
en carreteras importantes, ya que en definitiva estas últimas pueden considerarse
como
un separador que se introduce con carácter discontinuo en tales vías.

10. Isletas

1. Generalidades

Una isla es una zona bien definida, situada entre los carriles de circulación y
destinada a guiar el movimiento de vehículos o a servir de refugio para peatones.
Las islas pueden agruparse en tres clases principales, según su función:
o Islas divisorias que sirven para separar sentidos de circulaciones iguales u
opuestas.
o Islas de canalización o encauzamiento, diseñadas para controlar y dirigir los
movimientos de tránsito, especialmente los de giro.
o Islas refugio que sirvan para proporcionar una zona de refugio a los
peatones.

La mayoría de las islas que se emplean en intersecciones combinan dos o


todas estas funciones.

o Islas Divisorias.

Este tipo de isla se emplea con frecuencia en vías sin división central, para avisar a
los conductores de la presencia ante ellos de un cruce, a la vez que regulan el
tránsito a través de la intersección.
Son particularmente ventajosas para facilitar los giros a la izquierda en
intersecciones en ángulo oblicuo y en puntos donde existan ramales separados para
giros a la derecha, dividen sentidos opuestos de circulación, separan corrientes de
tránsito de igual sentido, separa un carril central especial para giros a la izquierda y
separa de los carriles normales de tránsito de la vía, un pavimento adyacente para
uso de servicios locales.
En redes secundarias, aunque sean de tránsito moderado, es conveniente disponer
una isla divisoria. Esta isla evita que los vehículos que cruzan o se incorporan a la
red principal, utilicen el carril contiguo al suyo o efectúen maniobras falsas en
sentido de circulación prohibida, sobre todo en aquellos lugares donde
los conductores no están acostumbrados a la presencia de intersecciones
canalizadas. Donde haya garantía de un buen funcionamiento, dicha isla puede
sustituirse por una línea central continua pintada sobre el pavimento.
Cuando en las proximidades de una intersección se introduce una isla divisoria en la
carretera principal, a manera de separador central, la transición desde la
sección normal de la carretera debe hacerse suavemente, sin que obligue a
movimientos bruscos de los vehículos.
También debe cuidarse la señalización y visibilidad de la isla, sobre todo en la
noche, ya que pueden producir graves accidentes. Para vías con TMDA superior a
2.000 vehículos, deben dejarse dos carriles de ancho normal, como mínimo, para
cada sentido de circulación.
Si la isla se introduce en una alineación curva, pueden combinarse distintos radios
en los bordes del pavimento para conseguir la transición a la sección deseada. Si es
una alineación recta, la transición puede efectuarse intercalando en el trazado una
curva y contracurva seguidas, sin tramo recto intermedio. Para intensidades medias
diarias importantes y velocidad de diseño superior a 80 km/h los radios de
estas curvas, deben ser mayores a 1.700 metros, y para velocidades más bajas
pueden reducirse hasta 850 metros, en casos extremos hasta 600 metros. La fórmula
que da
la longitud del tramo de transición, L, es:

L = Y (4R - Y)

Donde:
R = radio de la curva y contracurva en metros.
Y = ordenada máxima al final de la transición.

o Islas de Canalización o Encauzamiento.

Estas islas determinan el recorrido correcto que debe seguir un conductor para
efectuar un movimiento específico dentro de la intersección. Pueden ser de diversas
formas y tamaños, según las características y dimensiones de la intersección:
triangulares, para separar giros a la derecha y centrales, alrededor de las cuales los
vehículos efectúan sus giros.
Estas islas deben ubicarse de manera que el recorrido correcto sea obvio, fácil de
seguir y de continuidad indudable. Deben permitir que las corrientes de tránsito en
una misma dirección general converjan en ángulos pequeños y los movimientos de
cruce se efectúen en un ángulo cercano al recto.
Las líneas de contorno de estas islas deben ser curvas o rectas aproximadamente
paralelas a la trayectoria de los vehículos. Las islas que separan el tránsito que gira
del tránsito directo, deben tener la parte curva con un radio igual o superior
al mínimo que requiere la velocidad de giro deseada. Debe indicarse la presencia de
la isla con la debida marcación en el pavimento, obligando al tránsito que gira a
tomar
la trayectoria correcta y así evitar maniobras bruscas.
Las intersecciones con múltiples ramales de giro pueden necesitar tres o más islas
para canalizar diversos movimientos. Existe una limitación práctica en cuanto al uso
de demasiadas islas; un grupo de ellas delineando varios carriles de un solo sentido
de circulación puede causar confusión en las trayectorias a seguir.
En intersecciones con áreas restringidas, para proveer múltiples ramales
canalizados, puede ser aconsejable probar temporalmente diferentes trazados
utilizando sacos de arena, para luego elegir aquel que permite una mejor continuidad
de flujo de tránsito y proceder a construir las islas definitivas.
El empleo de islas de canalización o encauzamiento es ventajoso donde los
movimientos de giro o de cruce son relativamente importantes, reservándose
los trazados sin canalización solamente para intersecciones de carreteras
locales de pequeña intensidad de tránsito.

o Islas Refugio.

Estas islas pueden emplearse para evitar cruces demasiado largos, intercalándolas
en carreteras de cuatro o más carriles y para facilitar los cruces de ramales en
intersecciones.

2. Tamaño y Trazado de Islas

Las islas deben delinearse o delimitarse por varios procedimientos, según su


tamaño, ubicación y función en un sentido físico, pueden clasificarse en tres grupos:
- Islas elevadas sobre el pavimento limitada con cordón.
- Islas delineadas por marcas, o barras de resalto sobre el pavimento.
- Zonas no pavimentadas que forman los bordes del pavimento de los
distintos ramales, estas islas conviene delinearlas con postes guías o con
un tratamiento en su interior.
El interior de las islas debe rellenarse con tierra vegetal y si es espaciosa
puede plantarse con la condición que no se obstruya la visibilidad.
Cuando las islas son de grandes dimensiones se puede disponer su interior
formando una depresión, con el objeto de favorecer el drenaje del pavimento si es
que este presentara dificultades. En islas pequeñas o en zonas poco favorables para
el desarrollo de plantas, puede usarse cualquier tipo de tratamiento superficial.
Las islas deben ser lo suficientemente grandes para llamar la atención de los
conductores. El tamaño de isla debe tener una superficie mínima de 4,5 m²
preferiblemente 7 m² . A su vez, las triangulares deben tener un lado mínimo de 2,4
metros y preferiblemente de 3,6 metros. Las alargadas (con forma de gota) deben
tener un largo mínimo de 3,6 a 6 metros y un ancho de 1,2 metros, salvo en aquellos
casos donde el espacio esté limitado que pueden reducirse a un ancho
mínimo absoluto de 0,6 metros.
Las islas divisorias en vías importantes de alta velocidad de diseño deben tener una
longitud mínima de 30 metros y preferiblemente de 100 metros o más, sobre todo
cuando sirven a su vez para la introducción de un carril central de cambio de
velocidad y espera de vehículo. Si no pudieran tener la longitud recomendada deben
ir precedidas de un pavimento rugoso bien notorio, resaltos sobre la calzada o, al
menos, de marcas bien conservadas sobre el pavimento. Cuando coincidan con un
punto alto del trazado en perfil o del comienzo de una curva horizontal, la isla debe
prolongarse lo necesario para hacerla claramente visible a los conductores que se
aproximan.
Las narices o vértices de las islas deben redondearse o rebajarse de nivel a efectos
de visibilidad y sencillez constructiva. Los lados de las islas que quedan contiguos a
los carriles utilizados por el tránsito directo, deben desplazarse en una
dimensión que depende del contraste de la isla, longitud de la transición o
pavimento auxiliar que la precede, la velocidad de
circulación, etc.No es necesario dicho
desplazamiento referido al borde del pavimento de un carril de giro, excepto en su
vértice de entrada.
Este debe desplazarse de 0,60 a 0,90 metros. Si se emplean cordones
elevados estos deben desplazarse de todos los bordes del pavimento. En la
figura 22 se muestra el detalle del trazado de islas.

Figura 22

11. Elevación de las intersecciones

Ya sea que las vías que se interceptan se proyecten conjuntamente con su


intersección, o que esta última tenga que adaptarse a una o más vías inalterables,
siempre se presentará el problema de cómo resolver la elevación de las
distintas superficies que ella genera; es preciso empalmarlas adecuadamente,
respetando lo más posible las normas para peraltes y proveyendo las condiciones
mínimas para drenarlas.
El problema tiende a ser menor en la medida que sea posible retocar las vías
confluyentes, para adecuarlas en su conjunto según algún criterio simplificador.
Cuando la superficie de la intersección es pequeña y sus varios elementos están
próximos entre sí, las elevaciones de dichos elementos se condicionan las unas a
las otras, a la vez que dependen rígidamente de las características en perfil de las
vías que se cruzan. Esto sucede en las intersecciones mínimas, canalizadas o no, y
también en aquellas zonas de las intersecciones amplias en las que se
utilicen radios pequeños para algunos movimientos.
En estos casos no es posible asociar, a los ejes en planta de cada ramal, un perfil
longitudinal que sea coherente con las normas y recomendaciones aplicables a ejes
que tienen un desarrollo libre considerable, ya que los perfiles resultantes generarían
una superficie muy irregular, de difícil definición y propiciadora de problemas
de construcción y drenaje.
La situación se resuelve inscribiendo la planta de la Intersección en un plano único,
que se define según las recomendaciones de la figura 23.
De dicha figura se puede anotar que el perfil longitudinal de la vía secundaria puede
iniciarse en un punto cualquiera entre Eo y F, si esto es necesario o
conveniente. Con esto, el plano en el que se inscribirá la intersección seguirá
siendo una prolongación del carril correspondiente, pero con una pendiente
variable en le sentido del eje de la vía secundaria si existe alguna curva vertical
en esa parte de dicho eje.
La pendiente inicial del perfil longitudinal de la vía secundaria deberá ser de
preferencia la del carril prolongado. Sin embargo, en casos justificados, podrá
permitirse una arista con diferencias de inclinación de hasta un 4 % en el caso de
condición de frenado, y de un 0,5 % en el caso de un "CEDA EL PASO”.

Figura 23

SECCION 7:Intersecciones giratorias o glorietas


1. Definición y tipos

Se entiende por intersección giratoria o glorieta, o también conocida como rotonda; a


toda intersección que se basa en la circulación de todos los vehículos por
una calzada anular, en la que confluyen las diferentes vías, que discurre en torno
a un islote central y que funciona con prioridad a los vehículos que circulan por la
calzada anular.
Por sus especiales funciones y características en relación a la glorieta convencional,
se distinguen los siguientes tipos específicos:
Miniglorietas: glorietas con islote central de pequeño diámetro,
normalmente inferior a cuatro metros y, en general, montable para permitir
el paso de vehículos pesados.
Glorietas dobles: conjuntos de dos glorietas completas, de similares
dimensiones, que se sitúan contiguas, unidas por un tramo recto de vía.
Glorietas a distinto nivel: aquellas que se construyen directamente encima
o debajo de una vía, para solucionar su intersección con una vía transversal.
Intersecciones anulares: un tipo de intersección giratoria en las que existe
una circulación doble, en los dos sentidos, a lo largo de la calzada anular y,
generalmente, dispone de miniglorietas de tres ramales frente a las vías que
confluyen en ella.
Glorietas partidas: en las que la vía principal de la intersección atraviesa el
islote central. No son propiamente intersecciones giratorias, puesto que en
ellas gran parte del tránsito no circula por la calzada anular, sino que
la atraviesa, y los vehículos que circulan por ella deben ceder paso a
la corriente principal.
Glorietas semaforizadas: intersecciones con calzada circular que cuentan
con un sistema de semaforización permanente o activable en horas pico. No
son, tampoco, intersecciones giratorias puras, pero constituyen a menudo la
forma de mejorar el rendimiento de las glorietas congestionadas.

Glorietas urbanas: normal y miniglorieta

2. Especificaciones

Es una solución a base de bajas velocidades relativas y circulación continua de las


corrientes vehiculares.
En ciertos lugares las rotondas pueden ser más convenientes que las intersecciones
a nivel. En general su funcionamiento es mejor cuando el volumen de tránsito
en todas las ramas de la intersección es aproximadamente igual y su total no excede de
los 3.000 veh/h. Sin embargo, su eficiencia depende de la cantidad de maniobras de
entrecruzamiento que se realicen, y por lo tanto se adaptan mejor a Intersecciones
donde los vehículos que giran son más que los que siguen directo. En la siguiente
figura se presentan los nombres de los elementos de una rotonda típica.
3. Elementos de rotonda

e >12m
e' >12m
5 <  < 10º
l > 10m
15 < R < 25
20 < R`< 10m
20º< <60º
V=4m (por carril)
V`=5m (por carril)
V`=9m (dos carriles)

Geometría de una rotonda


Fuente: Hoz, Carlos de la;
Pozueta, Julio, 1995)

2.1. Capacidad

La capacidad de los tramos de entrecruzamiento de una rotonda se estudia


para condiciones de movimiento continuo de vehículos. Si por el contrario,
éstas estuvieran controladas por semáforos, su funcionamiento sería semejante
al de intersecciones canalizadas de cuatro o más ramales bajo el mismo control.
A igual capacidad de ambos tipos de intersecciones con semáforos, el diseño de una
rotonda es poco práctico por ocupar más espacio.
La capacidad de las glorietas no depende exclusivamente de su geometría, sino,
también, de la proporción de tránsitos en cada entrada (tránsito de entrada, de salida
y el denominado tránsito molesto) y debe calcularse para cada uno de los ramales
de acceso.
Para el cálculo de la capacidad de cada entrada, el proyectista podrá utilizar
cualquiera de los procedimientos contrastados disponibles.
Entre ellos, puede utilizarse, para el caso de entrada y calzada anular de un único
carril, la fórmula del CETUR, 1989 (ver bibliografía):

Qe = 1.500 - 5/6 (Qc + 0,2Qs)

Donde:
Qe: la capacidad de una entrada en vehículos/hora
Qc: el tránsito que circula por la calzada anular enfrente de la entrada (tránsito
molesto), en vehículos/hora
Qs: el tránsito que sale por el mismo brazo, en vehículos/hora.

Intensidad de tránsito que


define la capacidad de una
entrada

Para el caso de glorietas que no cumplan las especificaciones de un solo carril en la


entrada y en el anillo, deben realizarse las siguientes correcciones:
- En glorietas de diámetro amplio (más de 30 metros), un ancho de la calzada
anular de 8 metros permite la doble circulación. En esos casos, debe
utilizarse un tránsito molesto del 70 % del estimado, es decir, multiplicarlo
por 0,7.
- En glorietas urbanas de pequeño diámetro (10-30 metros), se considera que
un ancho medio de la calzada anular de 8 metros no permite la doble
circulación, pero si las entradas en doble circulación con salida inmediata a
la derecha. En estos casos, el tránsito molesto estimado debe multiplicarse
por 0,9.
- En entradas con dos carriles, la capacidad debe considerarse un 40 %
mayor, por lo que el resultado de la fórmula debe multiplicarse por 1,4.

Mediante este primer cálculo pueden estimarse los parámetros globales de la


glorieta (nº de carriles, diámetro mínimo, etc.). Para la definición geométrica precisa
de la misma, así como para el cálculo de la longitud de colas, deberán utilizarse
alguno de los métodos racionales recomendados por la bibliografía especializada.
El cálculo de la capacidad de las entradas a glorietas, y particularmente el de
la longitud de colas previsible, es especialmente importante en aquellas en las
que confluyen las rampas de salida de autopistas o semiautopistas
(normalmente, del tipo desniveladas o dobles), cuyo funcionamiento pudiera
verse afectado por la prolongación de las filas de vehículos en espera de entrada
a la glorieta. En esos casos, debe asegurarse, mediante una adecuada longitud de
la rampa de conexión
de la autopista a la glorieta, que las colas de la glorieta no alcanzarán el tronco
principal de la autopista.

2.2. Velocidad de Diseño de las Rotondas

En una rotonda los vehículos deben operar a velocidad uniforme para efectuar los
entrecruzamientos desde los distintos accesos, sin conflictos serios. La velocidad de
diseño de una rotonda debe seleccionarse previamente y empalmar todos los
elementos del trazado uniformemente a dicha velocidad; ésta no debe diferir mucho
de lo normal de los accesos a la intersección, ya que de lo contrario se obliga a una
reducción importante de la misma, el peligro se incrementa y la utilidad de la rotonda
como intersección desaparece.
Por otra parte, trazados para movimiento de giro de altas velocidades no son
recomendables porque requieren de tramos de entrecruzamiento muy grandes,
resultando distancias de recorrido excesivas para los vehículos. Las
experiencias obtenidas en zonas urbanas indican que las rotondas con
velocidades de 25 a 40 km/h, son eficaces; en zonas rurales, tales velocidades
no resultan satisfactorias para carreteras con velocidades de diseño de 60 a 120
km/h, sino que es preciso que la velocidad de diseño de la rotonda, sea igual
o no mucho menor que la velocidad media de operación de los accesos.
En el siguiente cuadro se detallan los valores convenientes, mínimos deseables, de
la velocidad de diseño de las rotondas:

Velocidad de Velocidad Media de Velocidad de Diseño de la


Diseño de los Operación de los rotonda (km/h)
accesos (km/h) accesos (km/h) Mínima Deseable
50 43 30 45
65 45 45 55
80 ó más 65 a 80 50 65

Para velocidades de diseño mayores de 80 km/h, en los accesos, la recomendada


para la rotonda es relativamente baja, ya que es necesario conservar su trazado
dentro de ciertos límites prácticos.
Por ejemplo, para una velocidad de diseño de 56 km/h, es necesario un radio
mínimo de 150 m, lo que significa que el radio exterior de la rotonda sería de unos
170 m, o mayor aún si su trazado fuera un óvalo. Estos tamaños son casi siempre
impracticables y prohibitivos, además de no ser cómodos para los conductores
debido al gran recorrido que se ven obligados a realizar. En casos semejantes es
preferible reducir la diferencia de velocidades entre los accesos y la rotonda,
situando con la debida anticipación a la entrada de la misma, señales, islas y otros
medios de control.

2.3. Trazado de la Isla Central

El trazado de la isla central de una rotonda está subordinado a la velocidad


de diseño de la misma, el número y situación de los accesos y a las
distancias necesarias para los tramos de entrecruzamiento. Hay posibilidad
de muchas posiciones para cada ramal de entrada y salida. Cada combinación de
ellas sugiere una forma diferente de la isla central.
La isla central puede ser totalmente circular, forma que da el área y el
perímetro mínimo, y con la cual todos los segmentos de la rotonda pueden
trazarse para la misma velocidad de diseño. Sin embargo, esta forma, o la de un
polígono regular, sólo es apropiada cuando los accesos son equivalentes en el
perímetro y presentan intensidades de tránsito análogas.
En la mayor parte de los casos no se dan estas circunstancias y entonces la forma
de la isla debe acomodarse a las necesidades de la planta y de los distintos tramos
de entrecruzamiento de la rotonda, lo que frecuentemente exige diseños alargados o
islas en forma de óvalo.
Se recomiendan que los islotes centrales de forma circular o elipsoidal, sean de
excentricidad entre 3/4 y 1, de diámetros comprendidos entre los 15 y los 30 metros.
En caso de disponerse cordón en torno a la calzada anular, se recomienda que
sean de tipo montable y se sitúen, al menos, a un metro de la línea de delimitación
de dicha calzada.
Para miniglorietas, se recomiendan diámetros del islote central en torno a los cuatro
metros. El islote debe construirse abombado, con materiales diferentes a los
del resto de la calzada y no debe llevar cordón, señales, ni ningún tipo de
obstáculo físico.

2.4. Trazado de los Accesos

El buen funcionamiento de una rotonda depende en gran parte de un trazado


adecuado de los accesos, el tránsito afluente puede salir con eficacia y seguridad
cuando su velocidad media de operación es aproximadamente igual a la de diseño
de la rotonda. Para ello puede ser necesario ir reduciendo gradualmente la velocidad
de los accesos, rectificando su trazado en las proximidades de la intersección, pero
sin introducir modificaciones demasiado bruscas que pueden reducir las distancias
de visibilidad imprescindibles.
Las salidas deben diseñarse para que proporcionen la misma velocidad de diseño
de la rotonda y preferiblemente algo mayor, con lo que se permite un despeje rápido
de la misma y se facilita la tendencia natural de los conductores a aumentar
su velocidad al salir de una intersección. Un trazado de estas salidas para
velocidades altas no presenta inconveniente, salvo que a veces requiere
espacios demasiado grandes y necesita curvas amplias que pueden reducir la
longitud de los tramos de entrecruzamiento correspondientes.

Islas de Canalización.

El trazado de las islas que dividen los accesos en las proximidades de una rotonda
para ajustarlos a la forma de ésta, afecta directamente la operación de los vehículos.
Fundamentalmente su trazado se basa en los detalles expuestos en la sección
correspondiente de este trabajo, y necesitan además una especial atención
para asegurar una canalización con ángulos adecuados al entrecruzamiento.

2.5. Anchura de la calzada anular

En general, el número de carriles de la calzada anular no deberá superar a los de la


entrada más amplia. El ancho de los carriles deberá incorporar los
sobreanchos correspondientes a su radio de giro. A título indicativo pueden
establecerse un mínimo de cinco metros de ancho, para calzadas anulares de un
solo carril y radios
de islote medios 8-20 m, y 8-9 metros para calzadas de dos carriles.
En miniglorietas, el ancho recomendable de la calzada anular es de cinco a
ocho metros.
2.6. Peralte

En la calzada anular, se recomiendan peraltes hacia el exterior, de hasta un 3 % de


pendiente, que permitan recoger las aguas de lluvia en el perímetro exterior y hagan
más visible la glorieta.

2.7. Ángulos de las vías y los ramales de entrada

A efectos de mejorar su percepción, se recomienda que todos los ejes de las vías
confluyentes en una glorieta pasen por el centro del islote central.
La prolongación de los ejes de los carriles de entrada a una glorieta debe,
obligatoriamente, cortar a la circunferencia exterior del islote central, a efectos
de que los conductores se vean obligados a cambiar la trayectoria de entrada, con
la consiguiente reducción de velocidad (deben evitarse entradas tangenciales,
que animan a mantener e incluso aumentar la velocidad).
Se recomienda que los ejes de los carriles de entrada a la glorieta formen un ángulo
entre 20º y 60º con la tangente a la calzada circular en el punto en que la cruzan,
para evitar velocidades excesivas de entrada o ángulos próximos al normal con los
vehículos que circulan por el anillo.

2.8. Visibilidad

La reducción de la velocidad que consiguen las glorietas en la circulación se


produce, en gran medida, por la percepción que tienen los conductores de la
existencia de un obstáculo en su camino (el islote central de la glorieta), que
les obliga a frenar, para desviar su trayectoria y rodearlo. Es decir, las glorietas, en
tanto que reductores de la velocidad, actúan básicamente por la percepción
visual del obstáculo que suponen al tránsito. De ahí, la importancia que tiene en
las glorietas una buena visibilidad en sus accesos.

2.9. Cordones y Banquinas

En cualquier rotonda las islas deben tener cordón con objeto de facilitar el drenaje,
mejorar la visibilidad y servir parcialmente de barrera. Una excepción puede hacerse
con las islas centrales cuando tienen forma de montículo.
Las islas de encauzamiento deben ser perfectamente visibles, con cordón montable.
Salvo en el caso de que cumplan además la misión de servir de refugio a peatones,
en tal caso, se limitarán con cordón elevado.
Alrededor del perímetro exterior de una rotonda pueden adoptarse distintos criterios:
No son necesarios cuando existan banquinas estabilizadas, cuya superficie presenta
un marcado contraste con la del pavimento de la rotonda. Si las banquinas son
pavimentadas o son de suelo natural es conveniente el uso de cordones montables
en la parte exterior de las mismas. También resulta práctico el empleo de la
banquina cuneta cuando la banquina está pavimentada, para evitar
anchos excesivos que puedan inducir a los vehículos a salirse de sus propios
carriles.

2.10. Aspecto Estético del Trazado

El desarrollo de un buen aspecto estético y a la vez efectivo de una rotonda, debe


formar parte del proyecto de trazado de la misma, ya que ayuda al conductor a
apreciar la existencia de la intersección y por consiguiente a ajustar su velocidad y
trayectoria. Por ejemplo, un contraste en color y configuración con islas cubiertas de
hierbas o con plantaciones de grupos de arbustos que destaquen a distancia, avisa
al conductor que se aproxima a la rotonda y que necesita reducir la velocidad. La
única precaución que hay que tener en cuenta es que las plantaciones no reduzcan
la visibilidad necesaria.

2.11. Señalización, Demarcación de Pavimento e Iluminación

Las rotondas requieren señales informativas y preventivas, etc, reflectantes o


preferiblemente iluminadas, ellas desempeñan un papel preponderante en
la seguridad del tránsito, en especial cuando es necesaria una reducción de
velocidad
en los accesos.
El empleo de líneas pintadas sobre el pavimento de la rotonda no es conveniente. La
superficie pavimentada entre las islas de encauzamiento y los accesos adyacentes,
así como los trabajos de entrecruzamiento funcionan mejor sin los
carriles marcados. Estas son muy útiles en los accesos, complementadas con
flechas indicadoras, pero deben terminar al final de la isla correspondiente.
Por último es deseable que las rotondas estén provistas de iluminación, aunque a
veces es muy difícil de proveer por encontrarse distantes de una fuente de energía.

2.12. Control de Frenado y Preferencia

En rotondas con gran intensidad de tránsito, con importante número de


peatones, que no tengan el tamaño adecuado, puede ser necesario, especialmente
en zonas urbanas, recurrir a disposiciones de control de tránsito con prioridad
de paso, obligación de parada o instalación de semáforos. En estos casos el
proyecto del trazado de una rotonda debe analizarse y comparase con el otro tipo
de intersección canalizada, ya que éstas proporcionan un recorrido menor y
una capacidad posiblemente más elevada.
Es muy práctico en aquellas rotondas próximas a la saturación, la disposición
de prioridad de paso a favor de los vehículos que salen de las mismas, es decir, a
la circulación que viene por la izquierda; de esta manera se aumenta la capacidad
de
la rotonda y se reduce el riesgo de congestión.

3. Ámbito de aplicación

Las glorietas, con la pérdida de prioridad que imponen a todas las vías que en ellas
confluyen, son intersecciones muy adecuadas para marcar cambios en el régimen
de circulación. En particular resultan muy útiles:
- Para realizar la transición del régimen de circulación continúa de campo
abierto, al régimen urbano.
- Para conformar el punto de entrada a un núcleo urbano o a un área, sea
ésta residencial, industrial o comercial.
- Como reductores de velocidad, en general.
- Funcionan adecuadamente con muy diversas configuraciones (3, 4, 5 o más
ramales), ángulos de entrada (resuelven ángulos de encuentro de todo tipo)
y localizaciones (a nivel, elevadas, etc).
Las glorietas experimentan problemas de funcionamiento y, en particular,
de seguridad, con una presencia significativa de peatones, cuyos recorridos
penalizan. Asimismo, se les considera peligrosas para los ciclistas.
No se adaptan bien al régimen del tránsito semaforizado, es decir a la llegada de
conjuntos de vehículos.
Resultan de muy difícil compatibilidad con las plataformas reservadas al transporte
público o con los carriles de funcionamiento reversible.
Las glorietas dobles y las glorietas a distinto nivel son de utilidad para resolver las
intersecciones de autopistas o semiautopistas con vías de la red principal y locales
colectoras, en secciones constreñidas, particularmente, cuando van en desmonte o
elevadas.
Las intersecciones anulares, aunque exigen complejos sistemas de prioridad, se han
mostrado eficaces en intersecciones con fuertes intensidades de
circulación, aumentando la capacidad de las glorietas previamente existentes.
La regulación semafórica de las glorietas puede ser interesante para solucionar
problemas concretos de congestión en hora pico, cuando la descompensación entre
el tránsito de los ramales de acceso puede llegar a impedir el paso de la corriente
minoritaria, volviendo posteriormente al funcionamiento automático sin
regulación. Este tipo de regulación puede ser necesaria en áreas urbanas y en
aquellas con importante tránsito de peatones.

SECCION 8:Intersecciones a distinto nivel


1. Definición y tipos

Se entiende por intersecciones a distinto nivel, aquellas que resuelven el encuentro


o cruce de dos o más vías mediante el paso a distinto nivel del tronco central
de algunas de las vías confluyentes.

Un paso a desnivel se construye:


o Para aumentar la capacidad o el nivel de servicio de
intersecciones importantes, con altos volúmenes de tránsito y condiciones
de seguridad insuficientes.
o Para mantener las características funcionales de un itinerario sin
intersecciones a nivel.

Se ha visto que el diseño de un intercambio en una ubicación dada está regido por
cuatro variables fundamentales: definición funcional de las vías que se cruzan,
condiciones de tránsito, características topográficas y análisis de costos. Como es
muy difícil que estas cuatro variables coincidan para dos situaciones distintas,
raramente el diseño apropiado para un intercambio va a poder ser adaptado en otro
lugar. Por lo anterior el proyectista no debe tener una idea preconcebida que lo limite
a la aplicación de un determinado patrón de solución antes de haber analizado el
conjunto de soluciones posibles.
Siendo el intercambio la forma más completa y más desarrollada de diseño de una
intersección, el proyectista debería dominar la materia referente a Diseño de
Intersecciones para abordar con éxito el diseño de un intercambio.
Los intercambios presentan características de funcionamiento que los hacen
muchísimos más cómodos y seguros que los cruces a nivel. Sin embargo, el
alto
costo inicial de este tipo de obras exige una justificación previa que permita adoptar
la decisión adecuada. No es posible dar un método preciso y simple para abordar
este problema, pero a continuación se indican algunos criterios generales que
orientan la decisión o los estudios técnico-económicos complementarios.
o Funcional: si se desea construir un vía con carácter de autopista, vale decir,
con control total de acceso, es condición indispensable proveer separación de
niveles o bien un intercambio para todo camino principal que la cruce.
En caso que el camino transversal no justifique ni lo uno ni lo otro, deberá
quedar interrumpido o bien desviarse por un camino lateral hasta el
intercambio o cruce a desnivel más próximo.
o Capacidad: insuficiente Capacidad de Intersecciones a Nivel. En aquellos
casos de vías en que una o ambas tengan un alto volumen de tránsito y cuyo
cruce a nivel implique un punto de sensible menor capacidad relativa,
se justifica la separación de niveles siempre que no exista manera de
solucionar
el problema mediante mejoras del cruce a nivel.
o Condiciones Topográficas del Lugar: ciertos puntos obligados de intersección
pueden tener tan malas características geométricas (visibilidad
restringida, pendientes fuertes, etc.), que aún cuando los volúmenes
existentes no sean
el factor preponderante, la seguridad y el deseo de obtener condiciones de
operación aceptables en las vías que se cruzan pueden justificar ampliamente
la separación de niveles.
o Seguridad: alta tasa de accidentes en intersecciones existentes, suelen existir
cruces a nivel en los que, a pesar de las mejoras que puedan haberse
introducido, la tasa de accidentes es desproporcionada. En estos casos
la única, solución la provee el intercambio que permite los mismos
movimientos.
o Factibilidad: (Economía de Operación a Nivel del Usuario o de la Colectividad)
el análisis económico de los beneficios obtenidos mediante la construcción de
un intercambio, en relación con los costos de construcción y mantenimiento
del mismo, puede ser un indicador adecuado para justificar ese tipo de obras. En
efecto, las intersecciones próximas a la congestión, implican mayores
costos de operación, tiempo perdido en espera y accidentes. El intercambio
reduce los dos primeros, aún cuando los recorridos sean mayores que en el
cruce a nivel, y prácticamente elimina los accidentes.

Se distinguen dos grupos principales:


Sin solución de parada o enlaces puros, cuando resuelven el
encuentro y cruce de vías a distinto nivel sin que se produzcan
cruces de trayectorias ni puntos de parada de alguna de
las corrientes de tránsito rodado.
Con solución de parada o enlaces parciales, cuando
disponiendo de elementos a más de un nivel, exigen la solución
a nivel de algunos cruces entre trayectorias vehiculares, lo que
puede exigir la parada de alguna corriente circulatoria.

Dentro de cada uno de estos dos grandes grupos, se distinguen muy diversos tipos,
en función del número de ramales confluyentes, 3 o 4 generalmente, la morfología
utilizada, el número y niveles de las estructuras, la regulación, etc.
Dentro de los enlaces puros, los tipos más frecuentes (figura 24) son:
Entre los de tres ramales:
o Tipo Trompeta
o “T” direccional
o “Y” direccional
Entre los de cuatro ramales:
o Tipo Trébol
o Tipo Trébol parcial
o Niveles múltiples
o Rotativos
o Omnidireccionales, etc.
También existen los de más de cuatros ramales.

Dentro de los enlaces con alguna condición de parada, los tipos más frecuentes
(figura 24) son:
Los enlaces de tres ramales con condición de parada son poco frecuentes,
pero, pueden ser necesarios en condiciones de sección muy restringida.
Entre los de cuatro ramales:
o Tipo diamante, a los que se puede agregar estructuras adicionales. Los
puntos de parada pueden regularse mediante intersecciones
convencionales, glorietas desniveladas, dobles glorietas o
semáforos, dependiendo de las intensidades de tránsito y el suelo
disponible.

Figura 24
2. Especificaciones

2.1. Criterios de diseño

2.1.1 Proceso de Definición Geométrica de un Intercambio Vial

En el esquema 1 se presenta una posible secuencia para el conjunto de actividades


principales y centrales del diseño geométrico de un intercambio vial. En la práctica,
este esquema responderá, a grandes rasgos, a la mayoría de las situaciones que se
planteen, aún cuando puedan surgir leves variaciones para cada caso especial.
Las seis etapas en que se ha escalonado el diagrama básico (columna de la
izquierda) será detallado brevemente a continuación. En concordancia con la
intención de no aislar el trazado geométrico del contexto general del proyecto de un
intercambio, en este diagrama se presenta en otra columna (derecha), el conjunto de
actividades que, sin corresponder exactamente al trazado, interactúan con él y entre
sí durante la confección del proyecto. Las flechas que aparecen entre una y
otra columna serán explicadas, en cada caso, dentro del referido detalle de las
seis etapas contempladas.
A una adecuada definición geométrica de un intercambio se llega, rápida
o afanosamente, tras una serie de adaptaciones sucesivas de los elementos
y variables que en su conjunto configuran el problema.
De aquí en adelante se supondrá adoptado un tipo de intercambio, resuelto
su enclavamiento y determinada la disposición general de los ramales, con el
fin de mostrar el proceso de definición geométrica propiamente dicho.
Cabe hacer notar, por último, que aunque se tenga resuelto el tipo y
el emplazamiento de un intercambio, siempre se pueden tener varias
alternativas de trazado de los ramales o de las carreteras comprometidas,
puesto que existen esquemas que permiten distintas orientaciones de sus
elementos (trompetas por ejemplo) y todos ellos pueden ser dimensiones según
criterios diversos.
Si se desea, el proceso descrito en el esquema, se puede repetir para cada
alternativa con precisión y detalles que dependen de las circunstancias del proyecto,
para el propósito de evaluarlos y decidir la geometría definitiva.
Se ejecutan esquemas preliminares en planta utilizando levantamiento escala 1:500
o 1:1000; se fijan los que serán los ejes de definición geométrica y de replanteo de
cada uno de los elementos del intercambio (ejes de simetría o bordes de calzada) y,
muy especialmente, de las carreteras a enlazar, vayan a ser éstas modificadas o no
puesto que con ellas han de empalmar todos los ramales en la mayoría de
los casos. Si las vías no son modificadas, es imprescindible una definición
taquimétrica
de aquellos de sus elementos (eje de simetría o bordes) que serán utilizados como
punto de partida de la definición en planta de los ramales.
También es necesario definir, en este momento, los anchos de los carriles de
las calzadas asociados a cada uno de los ramales del intercambio, puesto que
en algunos casos será necesario saber a qué distancia de los ejes
analíticamente prefijados han de llegar otros ejes que no empalman directamente
sobre ellos, sino que lo hacen sobre una línea de la vía predefinida distinta de su eje
de replanteo.
La flecha que aparece en el diagrama, dirigida hacia la columna de la
derecha, indica que si existe separación de trabajos por especialidades y los
especialistas ya han empezado a desarrollar tareas tales como diseños de
pavimentos y de estructuras, es oportuno que ellos obtengan estos datos. La flecha
apunta en un solo
sentido porque rara vez surgen, en esta etapa, proveniente de alguna otra actividad,
condicionamientos para el ancho de calzada, y casi nunca para la elección de ejes.
Especial mención merece el caso de la topografía adicional, que en este momento
puede ser requerida para las mediciones de las vías existentes y de las
singularidades del terreno que afecten el diseño de las obras de arte.
Se definen analíticamente los ejes en planta de las vías, si éstas fueran objeto de
trazado y de los ramales del intercambio, cuidando la coherencia de los empalmes
entre ellos según los anchos asignados en la etapa anterior. Se pueden hacer ya los
diagramas de curvatura de los ramales (y de las carreteras) y sus diagramas
de peraltes. Estos últimos deberán resolver las inclinaciones transversales de
las puntas entre dos calzadas que se empalman, considerando su influencia
sobre la definición en elevación, que posteriormente puede obligar a retocar dicha
inclinación.
La flecha, también dirigida sólo hacia la derecha, ilustra que estos datos también son
requeridos para avanzar en el diseño de las estructuras, de los
drenajes transversales y de las reposiciones de servicios. En caso de ser
necesaria la reposición de caminos o la previsión de caminos de servicio, sus
definiciones en planta pueden ser abordadas en esta etapa.
Es el momento de ejecutar los perfiles longitudinales de los ramales y vías
ya definidas en planta. Ahora la flecha es doble, lo que indica que en este momento
la interconsulta entre el proyectista y los especialistas es necesaria, puesto que es
muy posible que existan condicionamientos,
provenientes principalmente de los requerimientos de
cotas para las obras de arte en general, que afecten el trazado en elevación. Si hay
separación de especialidades, conviene desarrollar los proyectos
de dichas obras de arte, por lo menos en los aspectos relativos al trazado, antes de
proceder a definir los perfiles longitudinales.
Se ejecutan las secciones transversales, de los cuales se desprenden los límites de
explanación y de expropiación. La flecha doble indica que existen interdependencias
importantes entre ambas columnas, en aspectos tales como geotecnia (definición de
taludes y cunetas), drenajes y desagüe (cunetas), estructuras (muros de contención)
y expropiaciones.
Resueltas todas las facetas del diseño, se ejecutan las cubicaciones y
los presupuestos, con todos los proyectos anexos que provienen de la columna
de la derecha.
Esquema 1

2.1.2. Interdependencia entre los Trazados en Planta y Elevación

En el caso de un intercambio, la planta y la elevación del mismo se


condicionan
mutuamente en mucho mayor grado que en el caso de las intersecciones a nivel, en
las que no existen grandes diferencias de cota a resolver.
Eso dificulta, aunque no imposibilita la pretensión de estructurar el presente capítulo
según un proceso lineal esquemático. Se hará necesario tener en cuenta, desde el
inicio del trazado en planta de los ejes de las carreteras y/o ramales,
las características en elevación que habrá de dar a la configuración que se
está planteando.
Uno de los aspectos primeros en los que esta interdependencia se manifiesta, es el
de la elección de cuál (es) vía (s) y/o ramal (es) discurrirá (n) por el nivel inferior y
cuál (es) por el superior. Esta decisión es importante, puesto que tiene gran
influencia tanto en los costos de construcción como en el funcionamiento del
dispositivo.
La respuesta a este problema suele estar dada por las características de la
topografía, por el tipo de intercambio, por las importancias relativas de las vías, que
pueden ser tales que sea preciso subordinar por completo una de ellas a los
mejoramientos de la otra, aún en contra de las conveniencias dictadas por el relieve
del terreno. Esto último sólo será permisible cuando la preponderancia de una de las
vías haga antieconómica la aparición de cambios de cota significativos en ella
y cuando esto no signifique un deterioro notable del paisaje.
En todo caso, cuando ello proceda, se debe estudiar este asunto teniendo en cuenta
los siguientes conceptos:
 La mayor parte de los diseños quedan determinados por la economía que
significa la adaptación al terreno, no sólo del trazado de las vías sino que del
trazado del conjunto del intercambio, puesto que no considerar
oportunamente los ramales puede llevar a éstos a ser delineados
inadecuadamente.
 El paso inferior de la carretera más importante supone ventajas para la
visibilidad de sus usuarios, puesto que la estructura les avisa anticipadamente
la proximidad de una singularidad del trayecto. Esto también ocurre cuando
dicha carretera se eleva ostensiblemente sobre un terreno natural
relativamente llano para salvar superiormente el obstáculo. Si ésta se hunde
bajo un camino que cruza al nivel del horizonte la ventaja en cuestión es
mínima.
 El paso superior de la vía más importante favorece estéticamente a los
usuarios de ésta, al prodigar una mejor visión de la zona desde una
cierta altura libre de obstáculos.
 Cuando el tránsito que gira es importante, el paso inferior de la
carretera principal favorece las maniobras de cambio de velocidad,
al proveer pendientes en subida para la desaceleración y en bajada para la
aceleración
a los vehículos que salen y entran a ella, respectivamente.
 Si no existen conveniencias determinantes para una u otra solución
deberá preferirse aquélla que confiera mejor distancia de visibilidad a la
carretera principal.
 Un paso superior permite a veces su construcción por etapas, pudiéndose
materializar parte de su sección (o una sola estructura si la carretera tiene
calzadas separadas) y postergar su ampliación hasta la construcción
definitiva.
 En zonas de drenaje problemático, el diseño se resuelve mejor para la
red principal si ésta se eleva sobre la secundaria, no alterando el trazado de
esta última.
 Otro de los aspectos gravitantes es el del costo de las estructuras, que suelen
ser diferentes para uno y otro caso. Cuando se pueda, se deben preferir las
soluciones con luces menores para la red principal.
 En general, cuando la carretera principal, con su sección tipo más amplia y
sus parámetros de diseño más exigentes, puede ser adaptada al terreno, y la
otra vía supeditada a este esquema, los movimientos de tierra son mínimos.
 La elección del nivel de cruce puede depender de la planificación conjunta
con otros elementos viales del contorno.
 Se debe tener en cuenta que la construcción del intercambio altera el tránsito,
y que estas alteraciones afectan mucho menos a la vía a la cual no se
le modifica el trazado.
 El paso de la red principal no limita el gálibo a sus usuarios, quedando ésta
apta para cargas especiales.

2.1.3. Distancias de Visibilidad

Los valores mínimos de distancia de visibilidad son los mismos que se aplican en
intersecciones a nivel, que corresponden a las distancias mínimas de frenado.
Distancias mayores que éstas deben ser provistas cuando ello sea posible.
Las limitaciones de visibilidad horizontal producida por pilares, estribos y barandas
(en pasos superiores) suelen ser más importantes que las que se originan por las
características en elevación, lo que refuerza lo dicho en relación a la conveniencia
de trazado más amplio en estas zonas.

2.2 Diseño en planta

2.2.1 Sección de Entrecruzamiento

Es aquella zona donde se entrecruzan distintos flujos vehiculares que siguen un


mismo sentido de circulación. La longitud y el ancho de la sección de
entrecruzamiento determinan la facilidad de maniobra de los vehículos a través del
mismo y en consecuencia su capacidad.
El ancho del tramo de entrecruzamiento expresado en carriles, se determina de
acuerdo a la siguiente fórmula:

Donde:
N: Ancho del tramo de entrecruzamiento en carriles
F1 y F2: Volúmenes de tránsito directo
W 1: Volumen mayor que se entrecruza
W 2: Volumen menor que se entrecruza
K: Factor de influencia de entrecruzamiento
Vs: Volumen de servicio correspondiente a la calidad del flujo deseado según la
siguiente tabla:
Volumen de Servicio
Calidad de Flujo
Veh/Hora/Carril

I 2900
II 1900
III 1800
IV 1700
V 1800

El número mínimo de carriles en la sección de entrecruzamiento está dado por la


siguiente expresión:

N: Número de Carriles
W1: Volumen mayor que se entrecruza, VL/hora
W2: Volumen menor que se entrecruza, VL/hora
F1 y F2: Volúmenes exteriores que no se entrecruzan
C: Capacidad normal del carril de la vía principal, según la tabla que sigue.
K : Factor de influencia de entrecruzamiento (1 < K < 3)

Calidad de Flujo
(Vl/hora x carril)
C
I 2000
II 1900
III 1600
IV 1700
V 1600

2.2.2. Balance de Carriles

Con la excepción del caso en que se proyecta enlazar vías que no se cruzan, todos
los tipos de intercambio requieren modificar o rediseñar una de ellas o ambas en la
zona del mismo.
La aparición de pilares, estribos, barreras de protección, cunetas especiales,
cordones, etc., supone un aumento de los riesgos para los usuarios con respecto a
las secciones normales de las vías que acceden al intercambio. Esto hace que sea
necesario respetar los estándares de dichas vías en la zona del intercambio y, si es
posible, mejorarlos.
Se debe evitar las curvaturas horizontales que se inician o terminan cerca de un
vértice cóncavo o convexo con pendientes de acceso acusadas.
En un intercambio, una carretera de cuatro carriles debe ser de calzadas separadas
y muchas veces es preciso desdoblar una carretera bidireccional de dos
carriles para evitar giros indebidos a la izquierda. Esto aumenta la capacidad en la
zona del intercambio, afectada por los empalmes de entrada principalmente, que
en el caso
de estas vías no llevan carril de aceleración. También puede servir para ubicar
pilares intermedios de la estructura.
Los ensanches del separador central se consiguen de la misma manera establecida
para intersecciones a nivel.
En el estudio de intersecciones a desnivel se debe efectuar un balance de carriles
que contemple los siguientes puntos como mínimo:
o La distancia entre puntos de salida sucesivos debe ser al menos la longitud
del carril que interviene en el cambio de velocidad y se debe
incrementar hasta donde sea necesario para facilitar las maniobras y la
señalización.
o Distancia mínima entre puntos consecutivos de entrada y salida: 180 metros
o Angulo deseable entre la vía de enlace o secundaria y la calzada de la vía
principal: 4 a 5º.
o Longitud mínima de las narices de entrada y salida: 45 metros.
o Si después de una punta de salida el ancho de la vía principal se reduce en
un carril, la reducción debe hacerse mediante una línea diagonal cuya
longitud sea superior a 90 metros, medidos a partir de la nariz de salida.

2.2.3. Carriles de Cambio de Velocidad

Los carriles de aceleración y desaceleración en intercambios presentan las mismas


características ya anotadas para intersecciones a nivel. Sin embargo, es pertinente
anotar algunas recomendaciones especialmente válidas para los empalmes
y carriles de cambio de velocidad de los intercambios, que por lo general
aparecen asociadas a las estructuras de cruce de las vías.
Es frecuente que existan empalmes de ramales, sea de salida o entrada, situados en
las proximidades de las estructuras, lo cual produce dos inconvenientes: las
visibilidades de los usuarios pueden ser limitadas por los estribos, pilares y
protecciones de las estructuras o éstas pueden necesitar ampliaciones, en ancho o
luz, para prolongar sobre o bajo ellas los carriles de cambio de velocidad.
Por otra parte, alejar los empalmes de las estructuras para no tener estos
inconvenientes resulta frecuentemente antieconómico o antifuncional, al aumentar
las superficies involucradas por el trazado de los ramales y aumentar el recorrido de
los vehículos.

2.2.4 Denominación Y Clasificación De Ramales

- Generalidades

Los ramales son los elementos fundamentales de los intercambios. Ellos


interconectan las vías involucradas, pudiendo adoptar una gran variedad de formas,
ser unidireccionales o bidireccionales, empalmar por uno u otro lado de las calzadas,
tener o no condición de parada y servir giros a la izquierda o a la derecha.
A pesar de la gran variedad de tipos de ramales que resultan de la combinación de
estos aspectos, ellos serán agrupados en tres grandes categorías, atendiendo
principalmente a sus formas, y serán descritos para una posterior definición de los
tipos más frecuentes de intercambios.

- Ramales Directos

Son aquéllos que mantienen el mismo sentido de curvatura a lo largo de su


desarrollo, que atienden giros a la izquierda o a la derecha y que tienen empalmes
de salida y entrada situados ambos a la derecha o a la izquierda en una y otra vía.
En la figura 26, se muestran los dos casos posibles: bajo la letra a de giro
a la derecha, con salida y entrada por la derecha, y bajo la letra b el caso de giro
a la izquierda, con salida y entrada por la izquierda. (Este último caso debe
evitarse siempre que sea posible, ya que las maniobras se desarrollan en el carril
de mayor velocidad).
No serán considerados directos, para fines de diseño, aquellos ramales que,
aún cumpliendo con lo anterior, tengan condición de parada en algún punto
de su desarrollo, o permitan giros a la izquierda en la vía de destino, o desarrollen
un giro superior a los 180º.
Los ramales directos, por su breve desarrollo y la simplicidad de sus geometrías, son
deseables para movimientos mayoritarios, debiendo procurarse un trazado que
permita velocidades del orden de aquéllas correspondientes a las vías
enlazadas.
En todo caso, las circunstancias particulares de cada intercambio pueden requerir
ramales directos para flujos minoritarios.
Figura 26

- Ramales Semi-Directos

Son aquellos en los que se produce, a lo largo de su desarrollo, al menos un cambio


del sentido de curvatura. Para efectos de diseño serán considerados
semidirectos también aquellos con la fisonomía de los directos pero con alguna
condición de parada o con giros a la izquierda en la carretera de destino.
Así definidos, estos ramales pueden servir giros a la izquierda o a la derecha, con
salida y entradas también por la izquierda o la derecha indistintamente. Se
deben considerar las mismas prevenciones aplicables a los ramales directos en lo
tocante a salidas o entradas por la izquierda.
En la figura 26, la letra c, se muestra un tramo de ramal semidirecto con salida por
la derecha. Esta configuración es típica de los intercambios tipo trompeta, cuando se
completa con un ramal como el indicado con la letra d.
En la figura 27, las letras a y b, ilustran dos casos de ramales semidirectos para
giros a la izquierda: el primero con salida por la izquierda y entrada por la derecha y
el segundo con la salida por la derecha y entrada por la izquierda. En la
misma figura, con la letra c, se indica un ramal semidirecto, propio de los
intercambios tipo diamante, que presenta condición de parada en la carretera de
destino.
Los ramales semidirectos, que por lo general tienen un desarrollo mayor que
los directos y trazados más complejos, son preferibles para volúmenes intermedios a
los que se puede disminuir la velocidad sin grandes inconvenientes; aunque su uso,
una vez más, estará también regido por las demás circunstancias del proyecto.
Figura 27

- Lazos

Son aquellos ramales utilizados para giros a la izquierda mediante una curva cerrada
que se desarrolla en más de 180º, por lo general unos 270º, como se aprecia en la
figura d de la figura 27.
Frecuentemente se da el caso de unión de un lazo con un ramal semidirecto, lo que
produce configuraciones como la indicada en la letra e de la figura 27 o como
la llamada "trompeta", parte de la cual aparece en la figura 26, letra d.
Por las características geométricas de los lazos, que generalmente obligan a
velocidades de diseño bajas, éstos debe preferirse para volúmenes reducidos,
debiendo recurrirse a los otros tipos de ramales si los volúmenes son importantes y
no es factible el uso de curvas amplias en el lazo.

2.2.5. Vías de Enlace

Un ramal consta de dos terminales o empalmes y de un tramo de vía entre ambos o


brazo. El terminal que empalma con una red secundaria puede contemplar giros a la
izquierda con condición de parada. En tal caso tendríamos una intersección a nivel
en un extremo del ramal. En cambio, el empalme sobre la vía principal siempre será
unidireccional y con los carriles de cambio de velocidad que correspondan al caso
proyectado, pudiendo los vehículos acceder o salir de ellas por sus lados izquierdo o
derecho, evitando siempre que sea posible la primera alternativa.
El tramo del ramal entre los empalmes, o brazo, puede estar formado por cualquier
combinación de alineaciones que sirvan razonablemente al propósito de hacer
cambiar de dirección a los vehículos.
Estas alineaciones quedan condicionadas por la elección de una velocidad de
diseño para el ramal, la que a su vez depende del conjunto de circunstancias
del proyecto.
A continuación se presentarán los criterios que deben emplearse para dicha elección
y se describirán las características de las alineaciones utilizables:

 Velocidad de Diseño en Ramales.

Cualquier operación de giro en un intercambio supone inconvenientes para el


usuario: aquellos derivados de la necesidad de prever las maniobras de salida
de una vía y entrada a la otra, que dependen tanto de una adecuada señalización
como
de un trazado conveniente; el que el conductor tenga que reducir su velocidad por la
existencia de ramales con características geométricas inferiores a la de la carretera
por la que circulaba; ver alargado su trayecto por el desarrollo de dichos ramales, o
todos ellos a la vez.
En todo caso, estas dificultades, inherentes a prácticamente todos los
dispositivos que permiten cambios de dirección, quedan compensados en un
intercambio bien planificado por la eliminación de riesgos, por los aumentos de
la capacidad de operación y, por consiguiente, por los beneficios económicos que
resultan para los usuarios.
El diseño ideal de un ramal, desde el punto de vista de la operación, sería aquél que
permitiera mantener la velocidad a los vehículos que se intercambian, en el caso de
hacerlo entre dos vías de velocidades de diseño iguales, y aumentarla o disminuirla
de acuerdo a los valores de dichas velocidades de diseño si ellas son distintas entre
sí. Todo esto con un mínimo de aumento del recorrido.
Evidentemente, esto es rara vez posible, principalmente por las grandes extensiones
que serían necesarias para desarrollar ramales con velocidades de diseño altas, las
que por otra parte podrían significar incrementos de recorridos que no
justifiquen operacionalmente tales diseños.
En atención a las mencionadas limitaciones, es práctica habitual permitir una
velocidad de diseño de ramales reducida con respecto a los valores ideales.
En la tabla presentada a continuación, contempla velocidades de diseño en función
del tipo de ramal, de las velocidades específicas de las carreteras y, muy importante,
atendiendo a sí éste es de salida o entrada respecto de la carretera principal.

DESCRIPCIÓN CRITERIO
* Adecuarla a la demanda de tránsito
para lograr una capacidad suficiente
y por homogeneidad se procurará
Velocidad de que no sea inferior a ½
diseño de la correspondiente a la
Vía que se procede.
* Si es un enlace, mínimo 25 Km/h.
* Mínimo 4,0 metros de calzada.
* Si el volumen de tránsito amerita el
Ancho suministro de una vía de enlace con dos
carriles, el ancho de la calzada se
debe incrementar a 7,30 metros.
* No serán de aplicación los
correspondientes a las vías principales y
Sobreancho únicamente para radios menores de 30
metros el ancho de calzada será de
4,50 metros.
* Aconsejable < 5%
* Máxima. 8% cuando el tránsito es
Pendiente liviano.
5% cuando hay porcentaje
alto de vehículos pesados.

Esto último se considera porque el caso de un ramal de salida desde una carretera
de velocidad mayor hacia otra vía o punto de velocidad inferior, no es igual al caso
inverso.
Efectivamente, al usuario que circula a baja velocidad no le significa molestia
ni peligro entrar a un ramal de velocidad igual o inferior a la suya, estando dispuesto
a incrementarla en el momento oportuno para ingresar a la vía más rápida. En
cambio,
al vehículo rápido que sale le resulta mucho más notorio el cambio de
velocidad impuesto por un ramal de baja velocidad de diseño, pudiéndose dar
el caso de desacato a la señalización o del mal uso de los carriles de
desaceleración.
Por esto es que la citada tabla contiene valores para las velocidades de diseño de
ramales distintos para cada par de velocidades específicas de las vías, según sea el
sentido del ramal. Esto permite trazados más económicos en los ramales que
discurren desde VD bajas hacia VD altas y trazados que son los habituales en otros
países para el caso opuesto.
La tabla, muestra las velocidades de diseño de ramales de enlace distinto para cada
para de velocidades según el sentido del ramal de enlace; el caso de un ramal de
salida, desde una carretera de velocidad mayor hacia otra de velocidad inferior, no
es igual al caso inverso.

Nota 1: Estos valores son los mínimos deseables. En el caso desde 40 km/h, a cualquier VD de la vía
de destino, para cualquier tipo de ramal, se podrá reducir VDR en 5 km/h, siendo el mínimo 25 km/h.
Nota 2: Para Velocidades de Diseño de una o ambas vías, que sean intermedias entre los valores
dados, se deberá interpolar.
Nota 3: Si el ramal es de doble sentido, se aplica el valor que corresponda al sentido más exigente.

Ejemplo de utilización de la tabla (con interpolaciones): sea un ramal semidirecto


que sale desde una carretera con VD =90 km/h y llega a una de 70 km/h:
En la columna de la izquierda (ORIGEN) aparecen los valores 80 y 100 y en la fila
superior (DESTINO), para el caso de ramales semidirectos, aparecen 60 y 80. Los
valores de VDR (Velocidad Diseño del Ramal) entre los que hay que interpolar son:
45, 50, 60 y 60.
La VDR mínima deseable será (45 + 50 +60 + 60)/4 = 55 km/h, debiendo
usarse valores mayores siempre que sea posible. Si existieran limitantes
extremos que obligarán a recurrir a VDR mínima absoluta, no desplazaríamos 20
km/h, más bajo en
la columna de la izquierda y tendríamos VDR = (35 + 40 + 45 + 50)/4 = 42,5 km/h,
que redondeada hacia arriba resulta VDR = 45 km/h.
Nótese que el caso contrario, o sea, un ramal que va desde VD = 70 km/h a VD = 90
km/h, resulta de VDR = 45 km/h, en el caso mínimo deseable y de VDR = 35 km/h, en
el caso mínimo absoluto.
Si el ramal fuera de doble sentido, se considerará el sentido 90 --> 70 que es el más
exigente.
Por último, cabe hacer notar que en ramales largos, en los que se pueda efectuar un
trazado con distintas curvas, la velocidad VDR puede ser menor, siempre que en la
zona próxima a la salida desde la carretera más importante (o de Enlace a ella) se
respete el trazado mínimo impuesto por esta norma. Esto es particularmente
aplicable al caso de un ramal que accede a una Intersección a nivel con condición
de parada, donde VDR es nula.
En ramales cortos con condición de parada, se utilizan los valores correspondientes
a VDR = 40 de la fila superior, proveyendo de la distancia suficiente para detenerse
en el punto requerido.

 Alineaciones en Ramales.

El eje en planta de un ramal de intercambio, al igual que en el caso de un ramal de


intersección o de una vía, estará constituido por una secuencia de
alineaciones rectas y curvas, empalmadas entre sí mediante curvas de acuerdo
circulares o clotoidales, en aquellos casos en los que sean necesarias, y en la
que se cumple que su tangente sea continua a lo largo de su desarrollo.
En estricto rigor, el trazado en planta de un ramal de intercambio se asemeja al de
un ramal largo de intersección, puesto que ambos implican trazados en
elevación independiente y por lo tanto es preciso compatibilizar sus empalmes con
las vías de origen o destino atendiendo a sus características individuales.
Asimismo, el criterio aplicado en las intersecciones, relativo a la
tendencia observada en los conductores a circular a mayor velocidad, utilizando
una parte mayor de la fricción transversal, es también válido en intercambios.
Para velocidades inferiores a 70 km/h. Para velocidades iguales o superiores a 70
km/h, se considerará que es aplicable el criterio utilizado en vías convencionales.
Por otra parte, como en los ramales de gran desarrollo no se presentan los
problemas de inclinaciones transversales condicionadas, propias de las
Intersecciones, no será necesario calcular radios de curvatura mínimos para valores
extremos de dichas inclinaciones.

2.2.6. Espaciamiento entre intersecciones a desnivel

Para la definición del esparcimiento entre intersecciones a desnivel se establecen


los siguientes criterios:
- Mínimo espaciamiento: 800 metros
- Espaciamiento ideal: 1.200 metros

2.3. Pendiente y radios de giro

Serán de aplicación las determinaciones aplicables a la calzada de las vías


correspondientes (Sección 4).

2.4. Gálibo

La altura libre en cualquier punto de un enlace será de 4,50 metros.

2.5. Capacidad

Para el cálculo de la capacidad, se utilizarán procedimientos publicados en otros


manuales de reconocida aceptación.

2.6 Perfil Longitudinal

Cabe hacer notar que en los intercambios por lo general, es preciso resolver
diferencias de cota importantes, muchas veces en desarrollos relativamente cortos,
cosa que no ocurre frecuentemente en las intersecciones.
Los valores de longitud mínima de curva vertical (Lmin) son valores empíricos
aplicables a las curvas verticales, y los de las inclinaciones máximas son mínimos
que atienden las exigencias de los ramales de más breve desarrollo.
Es conveniente evitar los mínimos absolutos y recurrir a los mínimos recomendados
(V.D + 10 km/h) siempre que se pueda, especialmente en los ramales directos
o semidirectos, cuyo desarrollo suele permitirlo.

2.7 Sección Transversal

En la sección transversal de los ramales, los peraltes deseables que van asociados
a radios de curvaturas y velocidades específicas resultan de las mismas teorías
y consideraciones planteadas para ramales de intersecciones a nivel. Igualmente es
el caso de las transiciones de peraltes, la máxima diferencia algebraica
entre pendientes transversales de superficies adyacentes, medidas en su arista
común, y
las pendientes longitudinales aceptables a los bordes de la calzada con respecto a la
del eje de definición.
En los ramales de intercambios, similarmente que en los de intersecciones, se
recomienda que las superficies pavimentadas que anteceden a la nariz de los
empalmes tengan una inclinación transversal igual a la calzada de paso,
constituyendo con ella una plataforma continua y de más fácil materialización.
Sin embargo, en estos ramales se puede presentar, con mayor frecuencia que en los
de intersecciones, la necesidad de adecuar esta inclinación para mejorar el trazado
de los perfiles longitudinales, cuyas pendientes en sus extremos iniciales y finales
dependen en alguna medida del tratamiento que se dé a la punta en cuestión.
Además, es preciso tener en cuenta, además de los imperativos que se desprenden
de las necesidades dependientes mínima de drenaje (1% en cualquier
dirección), que esta zona puede ser invadida por algunos vehículos lo que obliga
a limitar su pendiente.
En la figura 28 se muestran secciones transversales Tipo de Ramales,
considerando las inclinaciones transversales de la calzada y separadores.

Figura 28
.

3. Descripción de los tipos de intersección a distinto nivel

3.1. Intercambios de Tres Ramas

Un intercambio de tres ramas es característico de las situaciones en las que una vía
se incorpora a otra, perdiendo desde ese punto su continuidad.
Si los giros, que son sólo cuatro, se resuelven mediante ramales directos o
semidirectos, se tienen el caso de los intercambios direccionales. Si se utilizan lazos
se tiene el tipo trompeta. En la figura 29, se muestran ejemplos de cada caso.
El tipo de ramal usado para cada movimiento dependerá del espacio disponible, de
la compatibilidad de los ramales con la altimetría de las vías y del terreno (grandes
variaciones de cotas necesitan desarrollos más amplios) y de las condiciones
del tránsito, como se apuntó en el momento de describir los tipos de ramal.
Figura 29

3.2. Intercambio de Cuatro Ramas

o Al tratar los intercambios de cuatro ramas se debe hacer una necesaria


clasificación funcional. Se debe distinguir entre los intercambios con condición
de parada, o sea aquellos que implican una detención en algunos de los flujos
de tránsito, y los intercambios que tienen libre circulación de todos los flujos.
En la figura 30, se presentan los dos tipos más característicos, con y
sin condición de parada: el Intercambio Tipo Diamante y el Intercambio
Tipo Trébol.
o Intercambio con Condición de Parada:
En estos intercambios todos los giros a la izquierda, o al menos parte de
ellos, se resuelven con intersecciones a nivel en la carretera secundaria y, por
consiguiente, requieren la detención del tránsito antes de su incorporación o
salida a un flujo de paso.

- Intercambios Tipo Diamante:


Son aquellos en los que todos los giros a la izquierda tienen
condición de parada. Un diamante clásico es un intercambio
completo que permite ocho movimientos de giro posible.
Está formado por cuatro ramales del tipo semidirecto, cada uno
de los cuales permite un giro a la izquierda y un giro a la derecha.
Los giros
a la izquierda se desarrollan a nivel a través de los flujos de paso por
la vía secundaria.
En la figura 31, se presentan tres esquemas de soluciones tipo
diamante clásico en los que todos los giros a la izquierda se
resuelven mediante Intersecciones completas. En la figura "b" se han
agregado al esquema básico presentado en "a" el caso con vías
Colectoras - Distribuidoras (C-D). Los ramales semidirectos
se
conectan con éstas y se producen los giros en la Intersección con el
camino secundario.
En la figura "c" dichos ramales no permiten el acceso al camino
secundario del mismo intercambio, esto implica que la salida
debe efectuarse en el intercambio anterior y llegar a la Intersección
por la vía de servicio, a la vez que la entrada tampoco es permitida
en el mismo intercambio sino que en los adyacentes. Esta
solución es adecuada en casos de varios intercambios
cercanos, como por ejemplo cuando una vía principal pasa por
un poblado en que las transferencias se pueden hacer en la red
urbana.
En la figura 32, se muestran algunos arreglos para reducir conflictos
en las intersecciones.
En un intercambio tipo Diamante Partido se separan los giros
de entrada y de salida desde la carretera principal. Una solución de
este tipo se justifica cuando hay posibilidades de tener dos
intercambios sobre dos vías secundarias paralelas y a poca
distancia. Es más recomendable aún cuando
ambasvías secundarias son
unidireccionales.

- Intercambios Tipo Trébol Parcial


Son aquellos en los que algunos giros a la izquierda
tienen movimiento continuo. Un trébol parcial se justifica
cuando los movimientos que tienen condición de parada son
minoritarios y las intersecciones en la carretera secundaria no
presentan problemas.
Dos ramales en lazo eliminan los movimientos mayoritarios de giro a
la izquierda, a la vez que en esos mismos lazos se da servicio a los
giros a la derecha que no se desarrollan en los otros dos cuadrantes. En
ramales semidirectos exteriores a los lazos se realizan los cuatro
movimientos de giro que quedan por resolver. Se debe proveer en
estos casos la visibilidad conveniente para permitir Intersecciones
seguras en el camino secundario. En la figura 33, se indican algunas
de las posibles combinaciones. Se deja establecido que son
equivalentes las soluciones en que se mejora uno u otro giro,
independiente del cuadrante en que se realice.
Figura 30

Figura 31
Figura 32

Figura 33
o Intercambios de libre circulación:
En estos intercambios todos los giros se resuelven sin intersecciones a nivel.
El número de combinaciones posibles de realizar en un diseño de intercambio
de este tipo es tan grande que para establecer criterios generales se
debe suponer simetría en la solución de los cuatro cuadrantes.
En la figura 34, se indican en forma descriptiva algunos casos concretos de
solución. Salvo el trébol completo o la rotonda de 2, 3 ó 5 puentes, es muy
difícil que estos casos se produzcan en nuestro medio.
El trébol completo o trébol de cuatro cuadrantes es un intercambio cuya
mayor ventaja consiste en que elimina todos los conflictos de giro a la
izquierda. Requiere una estructura única ya que estos giros se
resuelven mediante 4 lazos.
Los giros a la derecha se resuelven mediante ramales directos
(eventual- mente semidirectos) en los cuatro cuadrantes, exteriores a cada
uno de los lazos.
Cuando se traslapan las vías de aceleración y desaceleración de los lazos, se
puede hacer necesario proveer al camino principal de un elemento colector -
distribuidor. Este elemento tiene como ventajas adicionales el que
permite una señalización mejor y más simple y que facilita los
movimientos de entrecruzamiento al sacarlos de las vías rápidas de paso.
En la figura 30 figura b, se presentó un diseño de trébol completo. Esta figura
sirve para ilustrar los elementos básicos de un diseño de trébol. En la práctica
no va a interesar obtener un diseño simétrico, sino que el diseño de cada
elemento se adaptará a las circunstancias del proyecto.
Para ilustrar el diseño de este elemento, se incluye en el trébol una pista C-D
cuya disposición se deberá analizar en cada caso particular.
En la figura 35 se presenta la solución no simétrica de libre circulación.

3.3. Intercambio de más de Cuatro Ramas

Estos intercambios resultan de tal complejidad que deben evitarse. Se deben preferir
soluciones que enlacen sucesivamente a las vías involucradas. Su improbable
ocurrencia en nuestro medio hace innecesario extenderse sobre el particular.
A modo de referencia se presentan intercambios con giros a la izquierda mayores a
la capacidad del lazo (figura 36) y soluciones para los 4 giros a la izquierda
importantes y más de 5 estructuras (figura 37).
Figura 34

Figura 35
Figura 36

Figura 37
4. Ámbito de aplicación

En general, se recomienda que la vía de mayor tránsito ocupe el nivel inferior del
enlace a efectos de abaratar costes y disminuir impactos ambientales. Esta
recomendación es particularmente acertada en los casos en los que la vía discurra a
nivel del terreno natural.
La elección de un localización con una topografía favorable, puede simplificar
y abaratar mucho el costo de un enlace, aunque en general, está muy
condicionada por el trazado general de la red y la autopista y existe escaso
margen de libertad para su ubicación.
Los cruces elevados sobre una vía, por su conspicuidad visual, funcionan como
advertencias de la proximidad del enlace, mientras que, en los pasos subterráneos,
se pierde en gran medida este efecto.
Debe considerarse que los ramales son los elementos reguladores de la velocidad
entre las vías que se enlazan. De ahí que, la geometría de estos sea especialmente
importante para asegurar una adecuada transición entre ellas. En este sentido, debe
procurarse que sea la propia geometría de los ramales y no sólo la señalización la
que actúe como inductor del cambio de velocidad conveniente.
Cuando el tránsito que gira desde la vía principal es importante, una disposición
semienterrada de ésta y rampas ascendentes hacia la vía que cruza puede facilitar
la desaceleración de los vehículos que giran.
Con carácter general, las intersecciones a distinto nivel son obligatorias en itinerarios
de autopista y aconsejables en vías de gran capacidad (a partir de 20.000 vehículos
de TMDA o 1.500 de intensidad en hora pico) o puntos especialmente conflictivos de
la red viaria.
Los enlaces puros son indicados en cruces de autopistas y semiautopistas, entre sí,
o con vías principales en situaciones de campo abierto.
Por su parte, los que incluyen alguna condición de parada son adecuados en
situaciones de sección constreñida (áreas urbanas, etc) y en la intersección de
autopistas o semiautopistas con vías de tránsito poco intenso.
En situaciones sin restricción de suelo, el trébol completo es la solución de más fácil
comprensión y mejor funcionamiento para una intersección entre autopistas, pero los
diversos tipos de trébol parcial se adaptan mejor en situaciones con
menor disponibilidad de suelo.
Los enlaces de tipo diamante con condición de parada son las intersecciones más
adecuadas entre vías de gran intensidad en medio urbano o suburbano. La
regulación de los puntos de parada con semáforos o con intersecciones
giratorias depende, entre otros factores, del espacio disponible (más exigencias en
glorietas) y del entorno (glorietas en áreas suburbanas).

SECCION 9:Templado del Tránsito

1. Definición

Se entiende por templado del tránsito el conjunto de medidas encaminadas a reducir


la intensidad y velocidad de los vehículos hasta hacerlos plenamente compatibles
con las actividades que se desarrollan en la vía sobre la que se aplica.
La utilización de medidas de templado del tránsito tiene por objeto la mejora de la
calidad de vida de las áreas residenciales, al reducir sustancialmente el número de
accidentes, mejorar las condiciones ambientales del entorno y facilitar el uso
en condiciones de seguridad de los espacios públicos.
2. Ámbito de aplicación

En los planes y proyectos de vías locales de acceso y en el de prioridad peatonal


deberán explicitarse las medidas de templado previstas para garantizar
las condiciones requeridas de tránsito y su localización precisa.
Excepcionalmente, podrán aplicarse en vías principales, para resolver conflictos
especiales, previa justificación expresa.
La aplicación de técnicas y medidas de templado de tránsito puede realizarse:
- En los proyectos de nuevas vías, utilizándolas como recursos de diseño
para adecuar la vía a sus funciones previstas.
- Sobre vías existentes, en las que se pretenda modificar las características
del tránsito presente, para compatibilizarlo con otras funciones de la vía.

3. Recomendaciones generales sobre su utilización

3.1. La consideración del templado en el proyecto

Existe una gran variedad de medidas para adecuar el tránsito a las condiciones del
entorno. En general, las que suelen considerarse propiamente de templado de
tránsito consisten en actuaciones sobre el trazado (cambios de alineación), la
sección transversal (estrechamientos, introducción de isletas) el perfil
longitudinal (badenes, elevaciones de la calzada), las intersecciones (obstáculos
que impiden ciertos movimientos), el ancho de calzada y carriles, la pavimentación
(cambios de materiales, color), la incorporación de hitos, masas vegetales, etc,
que disminuyan
las perspectivas lineales de las vías, etc.
No obstante, la forma más eficaz de garantizar que en un área o elemento vial no se
superarán determinados umbrales de intensidad o velocidad de circulación, es
introducir estos como objetivos funcionales en el proyecto. De esta forma, desde su
concepción, la propia composición y organización de la red, la jerarquización de sus
elementos, la localización y distancia entre intersecciones y conexiones con la red
principal, la disposición y longitud de los tramos, la utilización de cul de sac o
de calles cerradas al tránsito, etc, pueden convertirse en verdaderos instrumentos
del templado de tránsito.
De la misma manera, la ordenación del tránsito en un área, el establecimiento de los
sentidos de circulación, la regulación de preferencias de paso y puntos de acceso,
etc, pueden constituirse, también, en métodos eficaces de templado de tránsito.
Es importante romper física o visualmente el efecto pantalla o monotonía en
el trazado de una calle, mediante obstáculos que diferencien el carácter de los
distintos tramos de la misma. Esto se puede conseguir de diferentes formas:
reordenando el aparcamiento en línea y disponiéndolo en batería, mediante
cambios en el pavimento, iluminación, isletas, mobiliario o plantaciones.

3.2. Recomendaciones generales de elección y utilización

Debe tenerse en cuenta que el efecto individual de una medida de templado sobre la
velocidad de los vehículos se mantiene durante un limitado tramo de calle, por lo que
éstas deben sucederse a un cierto ritmo si se pretende limitar eficazmente la
velocidad a lo largo de un itinerario o área.
En el interior de los recintos, se mantendrán las siguientes distancias máximas entre
dos medidas de templado consecutivas:
Distancia Máxima entre reductores
de velocidad en recintos de
Templado del Tránsito
Velocidad de
Distancia (m)
diseño (km/h)
30 75
20 30

Como criterio general, se recomienda la utilización combinada de diversas medidas,


articuladas en una concepción de conjunto, que permita elegir la más adecuada a
cada localización y aproveche el efecto de su utilización conjunta. En estos casos,
debe cuidarse especialmente la armonía del conjunto de los elementos de la
vía (pavimentación, vegetación, alumbrado, etc).
Las medidas de templado del tránsito no deben aparecer repentina o
inesperadamente ante los conductores. Deben percibirse con la adecuada
antelación, contar con una buena visibilidad e ir precedidas de la correspondiente
señalización.
Se resaltarán las entradas a calles o recintos de velocidad 30 km/h (sección 2)
mediante la utilización de medidas específicas, que actúen como puerta y aviso del
cambio de régimen de circulación.
Para conseguir una buena adecuación del régimen de conducción a las condiciones
del entorno, es conveniente que éstas sean plenamente perceptibles.
De ahí que sea conveniente reforzar la visibilidad de todos aquellos elementos que
caracterizan el ambiente atravesado: intersecciones, puntos de generación de
tránsito, accesos, etc.
En calles con presencia de líneas regulares de transporte público, o con una
apreciable circulación ciclista, debe estudiarse cuidadosamente la utilización de
ciertas técnicas de templado del tránsito, por las incomodidades y peligros que les
puede acarrear. En esos casos, debe considerarse la utilización de
diseños especiales que eviten los efectos negativos sobre autobuses o bicicletas.
Las medidas de templado del tránsito deben, en cualquier caso, respetar las
funciones y elementos de la vía, tales como los pasos de peatones, las paradas de
autobús, el drenaje, los accesos a edificios y parcelas, etc, y garantizar el acceso
fácil de los servicios de emergencia.
Al proyectar medidas de templado del tránsito debe tenerse en cuenta que,
en algunos casos, llevan aparejada una reducción en la disponibilidad de
plazas de estacionamiento en superficie. Su implantación, por tanto, en áreas
donde exista
déficit de estacionamiento deberá estudiarse detalladamente o completarse con
medidas complementarias al respecto. Además se debe garantizar el acceso fácil de
los vehículos de emergencia. En este sentido deberán respetarse las condiciones
requeridas para el acceso y maniobrabilidad de los vehículos del Cuerpo de
Bomberos.
Al seleccionar las medidas de templado del tránsito más adecuadas a cada
situación, debe valorarse el aumento del ruido de circulación que algunas de ellas
pueden provocar. Dado que este en general aumenta con los cambios en la
velocidad y régimen de circulación, se recomienda garantizar en lo posible la
uniformidad de estos. También deben estudiarse los posibles efectos sobre la
emisión de ruido de la utilización de algunos tipos de pavimentos (adoquinados) y de
los cambios en el perfil longitudinal de la calle (badenes).
En general, las medidas de templado del tránsito implican la introducción en la vía
pública de elementos físicos, algunos especialmente conspicuos, por lo que, en todo
proyecto que las incluya, debe considerarse su posible efecto sobre la estética de la
calle.

4. Tipos de medidas

Se han ensayado una gran variedad de medidas para el templado del tránsito. Sin
prejuicio de otras que pudieran proponerse, que precisarán una justificación de
la experiencia existente sobre ellas, se recogen a continuación las que el
presente trabajo acepta por considerarse consagradas en la experiencia
internacional:
Badenes y elevaciones de la calzada
Estrechamientos
Cambios de alineación
Franjas transversales de alerta
Obstáculos en intersecciones
Puertas
Cambios en el pavimento
Introducción de vegetación
El diseño de los tramos viales objeto de un cambio de alineación deberá contemplar
que tanto los obstáculos laterales como centrales sean montables, de forma que se
garanticen las condiciones de acceso a los edificios de los bomberos. Ello no sería
necesario en el caso de facilitar dicho acceso mediante otros tramos viales anexos a
la edificación.

5. Badenes y elevaciones de la calzada

5.1. Definición

Consisten en elevaciones puntuales de la calzada, que animan a


mantener velocidades reducidas a los conductores, si quieren evitar la
incomodidad del escalón que suponen o, incluso, el daño que pueden causar en el
automóvil.

5.2. Tipos

En función de su longitud y función específica pueden distinguirse:


 Badenes, caracterizados por extenderse a todo lo ancho de la calle y por su
pequeña longitud, en general, inferior a 5 metros.
 Almohadas, caracterizarse por no afectar a todo el ancho de la calzada.
 Otras elevaciones de calzada, que se aplican por ejemplo, al conjunto de
una intersección, un tramo de calle, un paso de peatones, etc, creando una
plataforma elevada, que puede coincidir o no con la cota de las veredas.

5.3. Especificaciones

5.3.1. Badenes de sección trapezoidal

Se recomiendan los siguientes parámetros:


Pendiente de la rampa: 4% para una velocidad de 50 km/h
10% para una velocidad de 30 km/h
14% para una velocidad de 20 km/h
Elevación: De 75 a 100 mm
Longitud: 4-5 m
Ancho: de la calzada.

Dimensiones de Badén trapezoidal

5.3.2. Badenes y almohadas de sección circular

Dimensiones de la sección:

Dimensiones de Badenes y Almohadas de sección


circular
Velocidad
Cuerda "d" Radio "r"
de diseño Altura "h" (m)
(m) (m)
(km/h)
50 9,5 120 9,5
30 5 25 12,5
20 3 11 10,5

Ancho: de la calzada en badenes y de 1,8 a 2,0 metros, incluidas las rampas


transversales, en almohadas para que, sin afectar a la circulación de autobuses,
obstaculice la de los vehículos convencionales.

Dimensiones de Badén circular


5.3.3. Otras elevaciones de la calzada

En el resto de las elevaciones de la calzada, se recomienda utilizar las pendientes y


elevaciones establecidas para los badenes de sección trapezoidal. En este tipo de
elevaciones, la rampa de bajada, puede hacerse más tendida.
En cuanto a su longitud, ésta se adaptará a la función específica de la elevación. En
cualquier caso, dado que su eficacia deriva del cambio de alineación vertical,
se procurará no prolongarla innecesariamente, lo que podría animar al aumento
de velocidad.
Las elevaciones de calzada pueden ser más eficaces cuando se acompañan de
cambios en la pavimentación, adecuándola a las funciones de la plataforma.

5.4. Campo de utilización

Se considera una de las medidas más eficaces y cuenta con una amplia experiencia.
Pueden utilizarse para cualquier anchura de calles, en sentido único o doble
circulación y velocidades de 50 km/h o menores.
Las aplicaciones de cada tipo serán las siguientes:
- Se utilizarán badenes de sección trapezoidal y otras elevaciones de calzada
para marcar la entrada a un área o calle de velocidad reducida, proteger un
paso de peatones, una intersección o un tramo de calle con especial
afluencia peatonal.
- Las almohadas son indicadas para calles con rutas de colectivos o tránsito
de ciclistas, vehículos a los que la travesía de un badén resulta
especialmente molesta.
- En el resto de casos se utilizarán badenes de sección circular.

Debido a sus efectos sonoros no son indicados en áreas especialmente sensibles al


ruido, excepto en casos en que se garantice su inocuidad al respecto, por el empleo
de materiales o medidas especiales.
Estas medidas deben ir siempre acompañados de señalización horizontal y vertical.

6. Estrechamientos de la calzada

6.1. Definición

Consisten en reducciones puntuales de la anchura de la calzada, con objeto de


reducir simultáneamente la velocidad e intensidad del tránsito que circula por ella.

6.2. Tipos

Se consideran dos tipos principales


 Reducción de una calle de doble sentido a un carril único, imposibilitando con
ello el paso simultáneo de dos vehículos y obligando, por tanto, a la cesión
del paso por uno de ellos, lo que implica una reducción sensible de la
velocidad.
 Reducción del ancho de los carriles de una calzada, mediante bordillos,
medianas, isletas, bolardos, etc.
Estrechamiento con
reducción a un solo
carril

Estrechamiento
mediante isleta
central

6.3. Especificaciones

6.3.1. Ancho

Anchuras reducidas recomendadas


Tipo de vías Objetivo Ancho total (m)
Paso de un solo
3,25
vehículo
De doble sentido
Paso lento de dos
4
vehículos
Un sentido o dos con Paso lento de dos 2,5 - 2,75, por
mediana vehículos carril

Estrechamiento
con reducción
continuada del
ancho

6.3.2. Longitud

Se recomienda una longitud para el estrechamiento entre 5 y 10 metros.


6.4. Campo de utilización

La reducción de una calle de doble sentido de circulación a un solo carril sólo debe
aplicarse por debajo de un cierto umbral de intensidad de tránsito, que se estima
entre 300-600 vehículos en hora pico. Por encima de 600 es poco recomendable y
resulta preferible mantener los carriles, reduciendo el ancho de cada uno.
Recomendables para marcar la entrada a un área o calle de velocidad reducida y
muy indicada para marcar y facilitar los pasos de peatones.

Posibles secciones en la
Reducción continuada

Pueden combinarse muy eficazmente con elevaciones de la calzada, cambios en el


pavimento, etc., y deben ir siempre acompañados de señalización horizontal y
vertical.
No son, sin embargo, recomendables en las proximidades de intersecciones o
en vías con apreciable tránsito ciclista, excepto si se adoptan medidas específicas
para reducir su peligrosidad para este tipo de usuarios. El diseño de los
tramos viales objeto de estas medidas, deberá facilitar el acceso y
maniobrabilidad de los vehículos de emergencia permitiendo la utilización por este
tipo de vehículos de una banda útil de circulación que permita cumplir con las
condiciones de los viales de acceso a los edificios o bien estudiando un acceso vial
alternativo a los edificios.
La disposición del estacionamiento y del arbolado pueden enfatizar los
estrechamientos de la calzada, haciéndolos más claramente visibles.

7. Cambios de alineación

7.1. Definición

Consisten en reducir artificialmente la longitud de los tramos rectos


introduciendo cambios en la alineación de la calzada, mediante dos curvas
enlazadas que trasladan el eje de la misma paralelamente al tramo anterior.
7.2. Tipos

Se distinguen dos tipos básicos:

 Cambios de alineación mediante la introducción de obstáculos centrales,


normalmente en calles de doble sentido.
 Cambios de alineación interponiendo obstáculos laterales alternados.

7.3. Especificaciones

Para su dimensionamiento, se recomiendan los parámetros correspondientes al


esquema, que figuran en el cuadro anexo, que parten de la velocidad de
diseño deseada y del ancho de la banda de vía pública disponible para
intervenir y proporcionan las dimensiones de los obstáculos laterales.

Dimensiones Recomendadas para cambios de alineación (m)

Velocidad Ancho
Ancho de
de diseño disponible Escalón (B) Avance (L)
Carril (B)
(km/h) (A+B)
6,5 2,8 3,8 10,0
6,0 2,8 3,3 8,5
30 5,5 2,8 2,8 7,0
5,0 2,8 2,3 6,0
4,5 2,8 1,8 5,0
7,0 3,0 4,0 14,0
6,5 3,0 3,5 12,5
50 6,0 3,0 3,0 11,0
5,5 3,0 2,5 9,5
5,0 3,0 2,0 8,0

Cambio de
Alineación Lateral

7.4. Campo de utilización

Los cambios de alineación deben ser claramente visibles con la adecuada


antelación.
Combinan eficazmente con estrechamientos de la calzada, potenciando su efecto
reductor de la velocidad.
Pueden coincidir y enfatizarse con cambios en las bandas de estacionamiento,
arbolado, etc.
La introducción de tramos con separador sobre una vía sin el, produce cambios de
alineación en ambos sentidos de la circulación.
No se consideran recomendables para calles con más de una cierta intensidad de
tránsito, estimada en 500 vehículos en hora pico, así como tampoco en vías rápidas,
en las que pueden resultar netamente peligrosos.
Cuando el diseño de estos cambios se realiza para colectivos y vehículos pesados,
dejan de resultar eficaces para vehículos convencionales, que pueden circular
a mayor velocidad, debido a sus menores requerimientos en cuanto a radio de giro.
No se consideran adecuados en los cascos antiguos e históricos, donde su
ejecución puede desvirtuar el carácter e imagen preexistentes.
El diseño de los tramos objeto de un cambio de alineación deberá contemplar que
tanto los obstáculos laterales como centrales sean montables, de forma que
se garanticen las condiciones de acceso a los edificios por vehículos de
emergencia. Ello no sería necesario en el caso de facilitar dicho acceso mediante
otros tramos anexos a la edificación.

8. Franjas transversales de alerta

8.1. Definición

Consisten en grupos de bandas trasversales a la calzada que, mediante pequeñas


elevaciones o cambios en el color o textura del pavimento sirven para alertar a los
conductores y reducir su velocidad.

8.2. Tipos

Por la función que cumplen, se distinguen:


 De preaviso, cuyo objetivo es avisar con antelación al conductor de la
proximidad de un cambio de régimen de circulación (paso de autopista
a carretera, llegada a una intersección, entrada a un recinto, etc). En
estos casos, suele utilizarse un grupo de franjas, cuya separación va
decreciendo a medida que se acercan al obstáculo sobre el que avisan.
 De mantenimiento de una determinada velocidad, en un ámbito específico. En
este caso el intervalo de espaciamiento es regular.

8.3. Especificaciones

8.3.1. Resalte

• En vías de la red principal no debe superar los 15 mm de altura.


• En vías locales, puede llegarse hasta 30 mm y, excepcionalmente, con una
sección tendida, hasta 50.
8.3.2. Ancho y separación

Existe una gran variedad de experiencias en cuanto a la disposición, ancho y


espaciamiento, de las franjas transversales de alerta. No obstante, pueden
distinguirse dos tipos básicos:
- Bandas estrechas, de hasta 1 m de ancho, que suelen concentrarse en grupos
en una corta longitud de calle, excepto en las de preaviso, en que pueden
ocupar una longitud considerable.
- Bandas anchas aisladas, de 3 a 6 m de ancho, separadas por amplios tramos
de calle, de 20 a 30 m de longitud.

8.3.3. Materiales

Pueden construirse en varios materiales: asfálticos (secciones 1 y 2), termoplásticos


(secciones 3, 4 y 5), con recubrimiento metálico (sección 6), adoquines de hormigón
o ladrillo, etc.

Franjas transversales de
alerta (Fuente: IHT, DOT, 1987)

8.4. Campo de utilización

Se considera una medida complementaria de otras medidas de templado.


Las franjas de preaviso son útiles para advertir de la necesidad de
reducciones inmediatas de velocidad en vías de la red principal, es decir para el
paso de altas velocidades a velocidades moderadas.
Pueden coincidir con entradas a intersecciones, cambios de sección, etc.
Debido a sus efectos sonoros no son indicadas en áreas especialmente sensibles al
ruido, excepto en casos en que se garantice su inocuidad al respecto por el empleo
de materiales o medidas especiales.
En la elección de materiales y colores para las franjas transversales de alerta, debe
tenerse en cuenta su posible confusión con la disposición de algunas formas
de señalización horizontal.
9. Obstáculos en intersección.

9.1. Definición

Consisten en la introducción de obstáculos en intersecciones convencionales


para moderar la velocidad o restringir los movimientos posibles. Dichos
objetivos se pueden conseguir utilizando estrechamientos, desvíos de trayectoria,
elevación del pavimento, medianas, isletas y cambios de color y textura.

9.2. Tipos

Se distinguen los siguientes tipos:


 Elevación del conjunto de la intersección al nivel de los pasos de peatones,
para situar en un mismo plano ambos tránsitos e incitar a los conductores a
moderar la velocidad.
 Diseño de "orejas" en las esquinas de las veredas, mediante la ampliación del
espacio del peatón y reducción de la anchura de la calzada, lo que obliga a
una reducción de la velocidad de los vehículos entrantes, además de reducir
la longitud de los pasos de peatones.
 Introducción de obstáculos tipo isleta en la intersección, que restringen alguno
de los movimientos posibles. Los diseños más utilizados son los de
isleta diagonal, que impiden atravesar la intersección en línea recta, y los de
isleta central, que además obligan a un giro a la derecha a todos los vehículos.
 Introducción de un obstáculo central que obliga a una circulación giratoria, es
decir, formación de una glorieta de pequeño tamaño o miniglorieta.
 Cambios de textura y coloración en la intersección.

Elevación de la intersección
Extensión del ámbito de peatones

Restricción de movimientos: obstáculos


(Fuente: VSS, 1985)
9.3. Especificaciones

9.3.1. Intersecciones elevadas

Las especificaciones para el diseño de intersecciones elevadas figuran en el


apartado 5 de esta sección, correspondiente a "Badenes y otras elevaciones de la
calzada". Dentro de la plataforma, las veredas pueden diferenciarse de la
calzada mediante topes, señalización horizontal o una pequeña diferencia de cota.

9.3.2. Diseño de "orejas " en intersecciones

Para el radio en cordón, se mantendrán los establecidos con carácter general para
vías locales en la sección 3. En caso de geometría estricta, la parte más exterior de
la "oreja" puede construirse montable para permitir el paso de vehículos pesados y
de emergencia. Conviene prolongar la longitud de las orejas, más allá de los pasos
de peatones, para evitar que las maniobras de estacionamiento perturben a estos.
Las distancias libres desde la intersección hasta el comienzo de la banda se
especifican en el cuadro de la sección 4 apartado 7.3.

9.3.3. Isletas

El ancho recomendable para isletas diagonales es de 2 metros, pudiendo llegarse a


un mínimo de 1,2 m.

Restricción del movimiento:


obstáculo en cruz (Fuente:
VSS, 1985)

9.3.4. Miniglorietas

Las especificaciones para intersecciones giratorias de este tipo pueden consultarse


en la sección 7 de este trabajo.

Miniglorieta (Fuente: Sanz, A, 1996)


9.3.5. Cambios de textura y coloración

Conviene acompañarlos con un aumento de la iluminación.

9.4. Campo de utilización

Las intersecciones elevadas y la utilización de "orejas" son especialmente útiles en


puntos con tránsito peatonal intenso. Por otra parte, las intersecciones elevadas se
consideran poco adecuadas en presencia de tránsito de colectivos.

Las miniglorietas y, en general, todas las giratorias son poco recomendables en


intersecciones con tránsito peatonal o ciclista apreciable.
Todas las medidas definidas en esta ficha pueden utilizarse en intersecciones con
vías de uno o dos sentidos de circulación. Sin embargo, la eficacia de
la construcción de "orejas" es muy superior en vías de sentido y carril único.
La construcción de "orejas" es positiva en cualquier tipo de intersecciones, con o sin
objetivo de templado, ya que reducen la longitud de los pasos de peatones, crean
áreas peatonales y delimitan los carriles de estacionamiento, al mismo tiempo que
impiden la ocupación por vehículos de los pasos de peatones.
En áreas del casco antiguo, se recomienda la utilización de elevaciones, cambios de
textura y orejas. La introducción de obstáculos en las intersecciones deberán
realizarse de forma que mantengan las condiciones necesarias para permitir el
acceso y maniobrabilidad de los vehículos de emergencia.

10. Puertas

10.1. Definición

Consisten en subrayar los puntos de entrada a un recinto o calle en los que desea
mantenerse un cierto régimen y velocidad de circulación, mediante
diversos procedimientos de diseño vial y medidas de templado.

10.2. Tipos

Por su localización pueden distinguirse:


 Puertas localizadas sobre un tramo recto de una vía convencional (sin
limitación específica de velocidad), en la que marcan un cambio de régimen
de circulación y una reducción de la velocidad, manteniendo la dirección de la
calle.
 Puertas situadas en el acceso desde una calle convencional a una calle
lateral, de velocidad reducida.
 Puertas situadas en intersecciones, que pueden combinar algunas de las
características de las dos anteriores.
Puerta En Tramo Recto (Fuente: Ministerie
van Verkeer en Waterstaat, 1984 TRRL, 1991)

Puerta en acceso lateral (Fuente:


Ministerie van Verkeer en Waterstaat, 1984,
TRRL, 1991)

Puerta en acceso lateral con continuidad banda


peatonal (Fuente: Ministerie van Verkeer en
Waterstaat, 1984,

Puerta sobre intersección (Fuente:


Ministerie van Verkeer en Waterstaat, 1984,
TRRL, 1991)
10.3. Especificaciones y campo de utilización

Para provocar el efecto de una puerta, es decir el cambio a otro régimen de


circulación, se utilizará una combinación de las medidas de templado ya descritas en
esta sección. Debido a ello no se dan especificaciones concretas de diseño,
no obstante, y con carácter general, resulta recomendable:
- Asegurar una buena visibilidad de la puerta desde la vía de la red principal de
acceso a la misma.
- Señalar claramente en la puerta el límite de velocidad del recinto al que se
accede.
- En puertas situadas en una intersección, establecer claramente la prioridad
de paso de los diferentes ramales, normalmente modificando la regla general
de prioridad a la derecha, para que la vía de entrada al recinto pierda
la prioridad, o retranqueando la puerta respecto a la intersección, en
caso de mantenimiento del régimen general.
- Distanciar de la vía principal de acceso el reductor de velocidad, normalmente
asociado a la puerta, un mínimo de 5 metros. El retranqueo debe alcanzar, sin
embargo, los 20 metros, cuando el reductor pueda causar retenciones en la
circulación de entrada al recinto, con objeto de disponer de una longitud de
espera suficiente para que la cola de entrada no perturbe la circulación en la
vía de acceso.
- Disponer franjas transversales de alerta para las puertas situadas sobre
tramos rectos, distanciándolas de 30 a 50 metros del reductor de velocidad.
- Acompañar el reductor de velocidad de vegetación, fuentes, elementos
escultóricos o mobiliario, para enfatizar el cambio de régimen y subrayar
la puerta.

Se recomiendan los siguientes diseños para señalar una puerta de entrada a un


recinto de velocidad reducida:
• Situar una glorieta o miniglorieta en la intersección de acceso.
• Combinar un estrechamiento con elevación de la calzada o badén.
• Cambiar el pavimento.

Soluciones arquitectónicas que enfatizan la imagen de puerta (elementos


físicos verticales que enmarquen la calzada, edificios-puerta bajo los cuales se
acceda, etc.).

11. Cambios en el pavimento

11.1. Definición

Se engloban en esta denominación todo tipo de cambio en la textura o color del


pavimento cuyo objetivo es conseguir una reducción de la velocidad de circulación
de los vehículos. En general, por si solos, los cambios en el pavimento no provocan
cambios significativos en el régimen de circulación, pero son útiles para
alertar, enfatizar y subrayar la acción de otros reductores de velocidad.
11.2. Tipos

Se distinguen los siguientes:


 Franjas de diferente pavimento que se colocan transversalmente a la calzada,
normalmente con objeto de alertar sobre la proximidad de ámbitos específicos
o cambio en las condiciones de la calle.
 Cambio de pavimento a lo largo de un tramo de calle, para mejorar la estética
del entorno, enfatizar la reducción de velocidad y resaltar el carácter peatonal
del área.
 Cambios de pavimento asociados a otros reductores de velocidad.

11.3. Campo de utilización

Los cambios de textura a lo largo de un tramo de calle se utilizan a menudo


en centros históricos o comerciales, para subrayar su carácter.
Tanto los badenes, como el inicio de estrechamientos, cambios de alineación
o elevaciones de calzada, suelen incluir cambios en el pavimento que
aumentan su efecto visual.
En la utilización de cambios en el pavimento debe tenerse especialmente en cuenta
el aumento de emisión sonora que puede provocarse, sobre todo, en áreas
especialmente sensibles al ruido.

12. Introducción de vegetación

12.1. Definición

La vegetación se utiliza como elemento complementario a otras medidas de


templado de tránsito, con el objetivo principal de subrayarlas visualmente.

12.2. Campo de utilización

La disposición de árboles de cierto porte a ambos lados del punto de acceso es útil
para marcar la puerta de entrada a un recinto de velocidad reducida.
Las hileras de arbolado provocan un efecto visual de estrechamiento, tanto en
separadores como en bulevares.
Grupos de árboles o arbustos se utilizarán para señalar la presencia de pasos de
peatones, estrechamientos de calzada, badenes, etc.
En la localización de árboles y arbustos para enfatizar las medidas de
templado, debe prestarse especial atención a los problemas de visibilidad
que puedan introducir tanto para vehículos como para peatones. En aquellos
casos, en que su utilización es meramente para acompañar a otras medidas
incorporadas a la calzada (badenes, cambios de alineación y ancho, etc), su
altura debería limitarse a la necesaria para hacerse visibles a los conductores, es
decir, en torno a los 50 cm.
La utilización de la vegetación puede contribuir a mejorar estéticamente la presencia
física de algunas medidas de templado.
Utilizar árboles o arbustos para marcar el límite en la calzada de las bandas de
estacionamiento puede ayudar a provocar el efecto visual de estrechamiento, al
mismo tiempo que reduce el efecto pantalla de la disposición en línea de los
automóviles.
En la localización de árboles próximos a la calzada o accesibles por
automóviles, debe prestarse especial atención al agravamiento de los accidentes
de circulación que pueden provocar.

SECCION 10:Estudio del Tránsito

1. Objetivos

La inclusión de un Estudio de Tránsito en planes parciales, planes especiales y


proyectos de edificación tiene como objetivos principales:
Garantizar la fundamentación técnica de las decisiones relativas a
transporte y diseño de la vía pública en el planeamiento de desarrollo.
Impedir que el aumento de la congestión circulatoria en la red principal
supere ciertos niveles.

2. Niveles de congestión circulatoria

Se establecen los siguientes niveles de congestión circulatoria en hora pico:


o Nivel 1, cuando la relación Intensidad/Capacidad sea igual o inferior a 0,6.
o Nivel 2, cuando la relación Intensidad/Capacidad sea superior a 0,6 e inferior
a 0,7.
o Nivel 3, cuando la relación Intensidad/Capacidad sea superior a 0,7.

Mediante la adecuada localización y diseño de sus conexiones con la red principal o


de su trama interna, los planes y proyectos tratarán de mantener la congestión
circulatoria en el nivel 1, en todos y cada uno de los elementos de la red principal.
En los casos en que, agotadas las opciones de disposición y diseño, la congestión
alcance el nivel 2, los planes y proyectos incluirán la previsión de medidas
complementarias dirigidas a desincentivar el uso del vehículo privado ocupado por
una sola persona y potenciar la utilización de medios de transporte alternativos. Los
servicios municipales competentes valorarán si las medidas
complementarias propuestas se consideran suficientemente eficaces para paliar el
nivel de congestión estimado.
En cualquier caso, no se dará la aprobación a aquellos planes y proyectos por cuyo
efecto la congestión en cualquier elemento de la red principal alcance el nivel 3.

3. Contenido de los Estudios de Tránsito

El Ingeniero de caminos debe conocer las características del tránsito, ya que esto le
será útil durante el desarrollo de carreteras y planes de transporte, en el análisis del
comportamiento económico, en el establecimiento de criterios de diseño geométrico,
en la selección e implantación de medidas de control de tránsito y en la evaluación
del desempeño de las instalaciones de transportes.
Conjuntamente con la selección del vehículo de diseño, se debe tomar en cuenta la
composición del tránsito que utiliza o utilizará la vía, obtenida sobre la base
de conteos del tránsito o de proyecciones que consideren el desarrollo futuro de la
zona
tributaria de la carretera y la utilización que tendrá cada tramo del proyecto vial. Por
lo tanto debe determinarse:

El Estudio de Tránsito que tendrán el siguiente contenido mínimo:

A. Descripción del emplazamiento, entorno y ámbito del plan o proyecto


- Situación y características generales.
- Descripción general de los sistemas de transporte y red vial de su
entorno.

B. Programa de usos del plan o proyecto


- Nº de viviendas, por clases. Superficie edificable (por uso:
industrial, garaje-aparcamiento, terciario y dotacional, en sus
distintos tipos). Estimación del número de empleos en cada sector.
- Programa de desarrollo y fases.

C. Condiciones de tránsito y transporte existentes y previsibles en puntos de


acceso a la red vial principal
- Tipo, regulación, geometría y capacidad de cada intersección o
tramo, potencialmente utilizable para la conexión del plan
o proyecto.
- Intensidades de tránsito en todos los ramales referidas a:
 Día laborable y hora pico de la mañana, para áreas
residenciales y terciarias.
 Viernes y hora pico de la tarde, para áreas comerciales y de
ocio.
- Grado de saturación de cada elemento, calculado como cociente
entre la Intensidad en hora pico y la capacidad.
- Capacidad y posibilidades de los sistemas de transporte
alternativos al vehículo privado

Para ello se debe conocer los ciertos conceptos detallados en el Anexo 2.

D. Estimación de la generación de viajes en hora pico, mediante


- Datos locales de generación de viajes.
- Referencias tomadas de publicaciones nacionales y extranjeras.
- El siguiente cálculo simplificado:
- Intensidades de tránsito en todos los ramales referidas a:
 En áreas residenciales, se estimarán los viajes de salida en
la hora pico de la mañana, mediante la tasa de
población activa previsible y un factor de concentración
de viajes al trabajo en hora punta que, en ausencia de
otros datos, se tomará igual al 0,4.
 En áreas productivas, se estimará el número de empleados
que llegan en la hora pico de la mañana, mediante una
evaluación del número de empleos y el citado factor de
concentración de viajes al trabajo en hora pico.
 En centros comerciales, en ausencia de otros datos, los
vehículos entrados y salidos en hora punta del viernes por
2
cada 1.000 m de superficie comercial (venta + almacenes +
oficinas), se estimarán de acuerdo a los siguientes índices:
2
De 10.000 a 20.000 m de superficie comercial: 50 v.
2
De 20.000 a 50.000 m de superficie comercial: 35 v.
2
Más de 50.000 m de superficie comercial: 20v
 En áreas mixtas, la generación de viajes se estimará como
combinación de las anteriores

E. Reparto modal y tránsito vehicular generado, a estimar en función de:


- La situación relativa del ámbito de estudio y la distancia
relativa entre orígenes y destinos de los viajes considerados.
- La disponibilidad y accesibilidad de sistemas de transporte
colectivo, considerándose los siguientes radios de cobertura:
Parada de autobús: 400 metros.
Estación de tren o metro sin aparcamiento: 600 m
Estación de tren o metro con aparcamiento: de 5km.
- El índice medio de ocupación de los vehículos privados
que, en ausencia de otros datos, se tomará igual a 1,35
personas por vehículo.

F. Evaluación, localización y, en su caso, diseño de los puntos de acceso y


elementos internos de la red principal:
- Evaluación y selección del número y localización de los puntos
de acceso a la red principal y diseño de los elementos
interiores de la misma.
- Asignación del tránsitoe los diferentes accesos y elementos.
- Definición de geometría y regulación.

G. Evaluación del funcionamiento de los puntos de acceso y elementos


internos de la red principal:
- Estimación de afecciones a la red principal por funcionamiento
de los puntos de acceso. Valores absolutos y relativos de los
aumentos de tránsito en cada ramal y movimiento.
- Estimación de las intensidades de circulación en los elementos
de circulación de la red principal interna.
- Cálculo de los niveles de congestión potencialmente
alcanzables con el desarrollo inmobiliario previsto.

H. Propuesta de medidas complementarias, métodos de gestión de la


demanda y modos de transporte alternativos.

Con independencia de los contenidos indicados, el Estudio de Tránsito


contendrán todos los indicados en las secciones del presente trabajo
para justificar el diseño propuesto para la vía pública, tales como:
anchura de calzadas y veredas, reserva de carriles para plataformas
reservadas, etc.
ANEXO 2
Características del Tránsito, Capacidad y Nivel de Servicio

Características de Tránsito

TMDA:
Es una medida de tránsito fundamental que se utiliza para determinar los
kilómetros - vehículo recorridos en las diferentes categorías de los sistemas de
carreteras rurales y urbanas.
Los valores de TMDA para tramos específicos de vías, proporcionan al ingeniero
de caminos, al planificador y al administrador, la información esencial necesaria
para determinar las normas de diseño, clasificar sistemáticamente las carreteras
y desarrollar los programas de mejoras y mantenimiento. Los valores kilómetros -
vehículo son importantes para el financiamiento y para establecer las tarifas de
las vías, para evaluar los programas de seguridad y para medir el servicio
proporcionado por el transporte en vías.
Siempre es deseable efectuar conteos continuos a lo largo de todos los tramos
de un sistema de vías durante los 365 días del año, sin embargo ante la
imposibilidad de contar con dicha información los valores del índice medio diario
anual para muchos tramos se basan en procedimientos de muestreo estadístico,
dentro de una planificación del transporte.

CLASIFICACIÓN POR TIPO DE VEHICULO


Según sea la función del camino la composición del tránsito variará en forma
importante de una a otra vía.
En países en vías de desarrollo la composición porcentual de los distintos tipos de
vehículos suele ser variable en el tiempo.

DEMANDA HORARIA
El volumen horario de diseño es un volumen horario futuro que se utiliza en los
proyectos. Como los volúmenes de tránsito son mucho más grande durante
ciertas horas del día o del año, la carretera se diseña para estas horas de tránsito
máximo u horas pico.
El volumen horario de diseño corresponde al 12 % del TMDA estimado para el
año horizonte del diseño.

Capacidad y Nivel de Servicio

La teoría de Capacidad de Carreteras desarrollada por el Transportation Research


Board (TRB), a través del Comité de Capacidad de Carreteras y Calidad del
Servicio, de los Estados Unidos, edición 1994, constituye una poderosa herramienta
para analizar la calidad del servicio que es dable esperar para el conjunto de
vehículos que operan en una carretera de características dadas.
A continuación se resumen los principios básicos y se dan algunas
tablas elaboradas para ilustrar el concepto de capacidad y nivel de servicio en
situaciones particulares. Los valores que allí se indican deben ser considerados
sólo como
indicadores que permiten ilustrar órdenes de magnitud para las condiciones más
corrientes.

TIPOS DE CARRETERAS RURALES CONSIDERADAS


La teoría da un tratamiento diferente al problema según se trate de:
- Vías o Caminos de dos carriles con tránsito bidireccional. En estos casos
se considera que la vía no tiene control de acceso, pero sí que
tiene prioridad sobre todas las demás vías que empalman o la cruzan. En
caso que existan vías de mayor prioridad, deberá sectorizarse el
camino y analizar por separado los sectores así determinados,
posiblemente el punto de cruce pasará a ser un punto crítico.
- Vías de más de dos carriles, sin control de acceso, en que se cuenta por
los menos con dos carriles adyacentes para cada sentido de tránsito
(Tránsito Unidireccional). Puede tratarse de una sola calzada sin
separación central, o dos calzadas separadas.
- Vías de dos o más carriles para tránsito unidireccional, con control total o
parcial de acceso y calzadas separadas. Corresponde al caso
de Autopistas y multicarriles que cumplan con las condiciones descritas.

CONDICIONES IDEALES O DE REFERENCIA


A fin de establecer las condiciones que permitan obtener los máximos volúmenes
para una cierta calidad del flujo, se definen las condiciones ideales respecto del
tránsito y de las características del camino. Para condiciones que se apartan de las
ideales la metodología define coeficientes de corrección que permiten calcular los
volúmenes máximos asociados a una calidad de flujo, bajo las condiciones
prevalecientes. Las condiciones ideales o de referencia son:
- Flujo de Tránsito Continuo, libre de interferencias.
- En el flujo de tránsito existen solamente vehículos ligeros de pasajeros
(automóviles, camionetas).
- Carriles de 3,6 m, de ancho, con bermas a los costados de la carretera de
un ancho igual o mayor a 1,8 m, libres de obstáculos. Se considera
obstáculo cualquier elemento de más de 0,15 m, de alto y su
influencia será diferente si se trata de obstáculos continuos o aislados.

En la práctica la condición 2 es de muy rara ocurrencia, ya que lo normal es que


en el flujo existan camiones (cualquier vehículo de carga con seis o más ruedas)
y buses para el transporte público. La presencia de estos vehículos implica
un factor de corrección, cuyo valor base está determinado para trazados
que se desarrollan por terrenos prácticamente planos. Cuando la topografía
es en general ondulada o montañosa la metodología consulta las
correcciones adicionales necesarias.

CAPACIDAD DE UNA VÍA O CAMINO


Se define como el número máximo de vehículos por unidad de tiempo que
pueden pasar por una sección de un camino, bajo las condiciones prevalecientes
del tránsito y del camino. Normalmente se expresa como un volumen
horario, cuyo valor no se puede sobrepasar a no ser que las condiciones
prevalecientes cambien.
Como valores de referencia se cita a continuación la "Capacidad en Condiciones
Ideales".
CAPACIDAD EN CONDICIONES IDEALES
Sentido de
Clase de Via Capacidad Ideal
Transito
2 carriles por
2200 V.L./hr/carril
sentido
Autopista 3 ó más
Unidireccional
carriles por 2300 V.L./hr/carril
sentido
Multicarril 2200 V.L./hr/carril
2800
Bidireccional Dos carriles V.L./hr/ambos
sentidos

Como puede observarse, la unidireccionalidad del tránsito, que evita tener que
compartir los carriles para efectos de adelantamiento, tiene una importancia
capital en la capacidad de una vía. Las cifras mencionadas representan valores
medios determinados mediante procesos de medición directa y son actualmente
aceptadas como válidas internacionalmente.
La capacidad de las vías de dos carriles está afectada por el reparto del tráfico
por sentidos. Según se separa el reparto de la situación ideal 50/50, la capacidad
total de ambos sentidos que reducida como se indica a continuación:

CAPACIDAD CARRETERAS DE DOS CARRILES


Relación Capacidad
Reparto por Capacidad Total
/ Capacidad
Sentidos (VL/hr) Ideal
50/50 2 800 1
50/40 2 650 0,94
70/30 2 500 0,89
80/20 2 300 0,86
90/10 2 100 0,75
100/0 2 000 0,71

NIVELES DE SERVICIO
Cuando el volumen de tránsito es del orden de aquel correspondiente a la
capacidad de la vía, las condiciones de operación son malas, aún cuando
el tránsito y el camino presenten características ideales. En efecto, la velocidad
de operación fluctuará alrededor de los 48 km/h para la totalidad de los usuarios
y la continuidad del flujo será inestable, pudiendo en
cualquier momento interrumpirse, pasando de un flujo máximo a
un flujo cero, durante el período de detención.
Es necesario, por lo tanto que el volumen de demanda sea menor que la
capacidad de la vía, para que ésta proporcione al usuario un nivel de
servicio aceptable. La demanda máxima que permite un cierto nivel o calidad de
servicio
es lo que se define como Volumen de Servicio.
La metodología desarrollada por el TRB define cuatro Niveles de Servicio (A, B,
C y D) que permiten condiciones de operación superior a las antes
descritas. Cuando la vía opera a capacidad se habla de Nivel E y cuando
se tiene flujo forzado se le denomina Nivel F.
Cuantitativamente, los Niveles de Servicio se establecen a partir de la Velocidad
de Operación que permiten y la densidad (VL/Km/carril), para las condiciones
prevalecientes en la carretera. Dicho de otro modo, el límite inferior de un Nivel
de Servicio queda definido por el volumen máximo que permite alcanzar la
velocidad de operación especificada como propia de ese nivel.
Los niveles de servicio abarcan un rango en que volúmenes menores que
el volumen de servicio permiten velocidades de operación mayores que la
mínima exigida para el nivel. Cuando el volumen disminuye y la velocidad de
operación aumenta hasta aquellos definidos para el nivel Superior, se ha
alcanzado dicho nivel, por el contrario, si el volumen aumenta y la velocidad
disminuye, se pasa a
las condiciones definidas para el nivel inferior.
Las características principales de operación que se dan dentro del rango
correspondiente a cada nivel son:

- Nivel A: Representa la condición de flujo libre, que se da con bajos


volúmenes de demanda, permitiendo altas velocidades a elección del
conductor. La velocidad está sólo limitada por la velocidad de diseño de la
carretera, la que en todo caso debe ser al menos igual a 110 km/h, por
definición de condiciones físicas exigidas para el nivel. Debe ser posible
que todo usuario que lo desee pueda desarrollar velocidades de operación
iguales o mayores que 96 km/h.
- Nivel B: Representa la condición de flujo estable, los conductores
aún pueden seleccionar sus velocidades con libertad razonable. Para
poder brindar este nivel la carretera debe poseer una velocidad de diseño
igual o mayor que 96 km/h. Todo usuario que lo desee podrá
desarrollar velocidades de operación iguales o mayores que 80 pero
menores que 96 km/h.
- Nivel C: Representa aún condición de flujo estable, pero las velocidades y
la maniobrabilidad están íntimamente controladas por los altos volúmenes
de tránsito. La mayoría de los conductores no puede seleccionar su propia
velocidad. En caminos con tránsito bidireccional hay restricción para
ejecutar maniobras de adelantamiento. La velocidad de diseño exigida por
el nivel debe ser de al menos 80 Kph y la velocidad de operación posible
debe ser igual o mayor que 64 pero menor que 80 Kph.
- Nivel D: Representa el principio del flujo inestable, con volúmenes
del orden, aunque algo menores, que los correspondientes a la capacidad
del camino. Las restricciones temporales al flujo pueden causar
fuertes disminuciones temporales al flujo pueden causar fuertes
disminuciones de
la velocidad de operación. Los conductores tienen poca libertad para
maniobrar, poca comodidad en el manejo, pero estas condiciones pueden
tolerarse por cortos períodos de tiempo. La velocidad de operación fluctúa
alrededor de 56 km/h.
- Nivel E: Representa la capacidad del camino o carretera y por tanto
el volumen máximo absoluto que puede alcanzarse en la vía en estudio.
El flujo es inestable, con velocidades de operación del orden de 48 km/h.
El
nivel E representa una situación de equilibrio límite y no un rango de
velocidades y volúmenes como los niveles superiores.
- Nivel F: Describe el flujo forzado a bajas velocidades con volúmenes
menores que la capacidad de la carretera. Estas condiciones se dan
generalmente por la formación de largas filas de vehículos debido a
alguna restricción en el camino. Las velocidades y las detenciones pueden
ocurrir por cortos o largos períodos debido a la congestión en el camino.

Cabe destacar que la descripción cualitativa dada anteriormente es válida tanto para
caminos de tránsito bidireccional como para los unidireccionales con o sin control de
acceso, sin embargo, los rangos de velocidad de operación son válidos sólo
para caminos con tránsito bidireccional, siendo algo mayores los asociados a cada
nivel
en caso de caminos unidireccionales con y sin control de acceso.

5. CONCLUSIÓNES

El diseño geométrico es una parte importante del proyecto de una vía,


estableciendo, con base en los condicionantes o factores existentes, la configuración
geométrica definitiva del conjunto tridimensional que supone, para satisfacer al
máximo los objetivos fundamentales, es decir, la funcionalidad, la seguridad, la
comodidad, la integración en su entorno, la armonía o estética y la economía;
buscando reducir la gravedad de conflictos potenciales entre los vehículos
automotores, ómnibus, camiones, bicicletas, y vías, en tanto se facilitan
la conveniencia de que la gente en el cruce la intersección.

- La funcionalidad vendrá determinada por el tipo de vía a proyectar y sus


características, así como por el volumen y propiedades del tránsito, permitiendo
una adecuada movilidad por el territorio a los usuarios y mercancías a través de
una suficiente velocidad de operación del conjunto de la circulación.
- La seguridad vial debe ser la premisa básica en cualquier diseño vial, inspirando
todas las fases del mismo, hasta las mínimas facetas, reflejada principalmente en
la simplicidad y uniformidad de los diseños.
- La comodidad de los usuarios de los vehículos debe incrementarse en
consonancia con la mejora general de la calidad de vida, disminuyendo las
aceleraciones y, especialmente, sus variaciones que reducen la comodidad de
los ocupantes de los vehículos. Todo ello ajustando las curvaturas de la
geometría y sus transiciones a las velocidades de operación por las que optan
los conductores a lo largo de los alineamientos.
- La integración en su entorno debe procurar minimizar los impactos ambientales,
teniendo en cuenta el uso y valores de los suelos afectados, siendo básica
la mayor adaptación física posible a la topografía existente.
- La armonía o estética de la obra resultante tiene dos posibles puntos de vista: el
exterior o estático, relacionado con la adaptación paisajística, y el interior o
dinámico vinculado con la comodidad visual del conductor ante las perspectivas
cambiantes que se agolpan a sus pupilas y pueden llegar a provocar fatiga
o distracción, motivo de peligrosidad. Hay que obtener un diseño
geométrico conjunto que ofrezca al conductor un recorrido fácil y agradable,
exento de sorpresas y desorientaciones.
- La economía o el menor costo posible, tanto de la ejecución de la obra, como del
mantenimiento y la explotación futura de la misma, alcanzando siempre una
solución de compromiso con el resto de objetivos o criterios.

Para un mejor aprovechamiento de las recomendaciones contenidas en el presente


trabajo; y así cumplir con los objetivos nombrados, se propone el
siguiente procedimiento para la elección del tipo vía o intersección:
A. Formulación o estimación de los grandes condicionantes de la
elección del tipo:
- Nº y tipo de vías.
- Estimación umbrales de tránsito peatonal y rodado.
- Análisis del sitio (espacio disponible y topografía).
- Definición de la función de la intersección en el itinerario y en el
entorno.
- Orden de magnitud del presupuesto disponible
B. Selección de tipos potencialmente aptos.
C. Prediseño de la solución en los diversos tipos potenciales, hasta una
precisión tal que permita estimar para cada uno:
- La capacidad y, en general, sus prestaciones funcionales.
- Los costos de construcción y funcionamiento.
- Su nivel de integración en el entorno.
- La satisfacción de las funciones previstas.
D. Evaluación de las soluciones prediseñadas, mediante métodos del
tipo multicriterio o análisis costo-beneficio.
E. Selección del tipo más adecuado.

PROCEDIMIENTO PARA LA ELECCIÓN DEL TIPO DE VÍA

Condicionantes específicos
A.
de intersección:
-Números y tipo de vías -Umbrales de tránsito
-Análisis del sitio -Función en itinerario y entorno
Criterios de aplicación:
- Figuras y tablas de sección 5
apartado 4.2
B.
Preselección de soluciones

Criterios de diseño según tipo:


- Sección 6, 7 y 8

Diseño previo de soluciones C.


Prestaciones tipos
preseleccionados:
Determinación de:
- Capacidad
- Costos de construcción
y funciona miento
- Integración en entorno
-Satisfacción de las
funciones previstas
Sección 6, 7, 8 y 10
D.
Evaluación por análisis multicriterio

Parámetros de
diseño detallado:
- Sección 6, 7 y 8
Tipo Resultante E.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

SECCION 1: Clasificación de los elementos de la vía pública

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