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Universidad Popular del Cesar

Facultad de Ciencias de la Educación


Maestría en Educación para el Desarrollo Sociocultural
Módulo: tradición oral y épica: expresión y creatividad
Semestre II – Grupo Valledupar 2

Actividad: cuento histórico

Maestrantes: Ariana María Barrios Jiménez


Steffany Yureny Tanany Moreno Rada
Wilton Javier Pérez Bolaño

CUADRUPEDIA

Amo, por favor amo, no te mueras.


He pensado en nuestros últimos días, ¿Los recuerdas amo? Eh amo, los días en los
que te veía triste cargando una cruz con tu espalda cansada, tu mirada opaca y llena de
vida, pero en un túnel oscuro y sin brillo al final. ¿Te acuerdas amo? ¿Amo?
Amoooooooooooooooooooo… auuuuuuuuuuuu… auuuuuuuuuuuuu. Pero de repente
zuck me dio tranquilidad tu mano en mi hocico. Ese gesto que hacías cuando te
acercabas a mi corral, me colocabas tu manota sobre mi fría nariz y yo te respondía el
saludo haciendo quiurrrrl con mi tibia lengua.

Ahora medio te incorporas sobre este ingrato asfalto, que en muchas ocasiones nos vio
correr, tu haciendo algo que los humanos dicen exercicio y yo… pues corría porque tu
lo hacías. Y después nos sentábamos sobre los neumáticos usados clavados en el
suelo. Tu con la botella de agua que te prohibían comprar y yo con mi samorro de
lengua agitada. Luego la hora del retorno a casa. En ese momento miraba tu rostro y ya
tu mirada era tan frágil como mi hueso de hule. ¿Qué pensabas amo? Tal vez no hable,
tal vez se supone que no entienda, dame un segundo me rasca, pero no tengo pulgas,
pues tú las exterminaste como sucede a aquellos que se oponen a los políticos
totalitarios. Listo ya está. Como te decía amo, tal vez se supone que no entienda, sin
embargo, yo en silencio lo vi todo y lo escuché todo y lo holí todo, naturalmente.

Muchas veces traté de consolarte, pero tu melancolía no te dejaba escuchar o…


entender más bien. Quizás nosotros no hablamos, no tenemos modales y obedecemos
a nuestro instinto. Pero tenemos cualidades que los humanos, jajajai que están en la
cima de la evolución, no tienen. La fidelidad, la obediencia, la organización e incluso el
raciocinio. En algo de eso amo, tu fallaste también.

Ay amo. Eres inteligente, aún pudiendo evadir tu cruz la seguiste cargando. Amas lo
que haces, aunque te paguen mal. Una vez te escuché, antes quisiste desahogarte,
pero resultaste lleno de insultos y humillaciones, llegaste taciturno al patio lleno de
dudas existenciales y empezaste a balbucear en un profundo soliloquio reflexivo. Yo
llegué a tu lado y me senté como sapito, fuf fuf con mi nariz temblosa y me dije algo
tiene mi amo. Empecé a ver tu hocico, bueno en tu caso es boca ¿o foca? Algo así. Y
cada vez que meneabas el pellejo que te cubría los dientes desmigajaba palabra a
palabra lo que decías. Era uno de esos casos de clegio, ese sitio donde entrenas a los
humanos pequeños. Si, lo recuerdo cada susurro, cada expresión de tus ojos aguados,
yo lo vi. Yo lo analicé. Yo lo represente en mi cerebro.

Imaginé en aquel momento que todo iniciaba con un hombre y una mujer. Se vieron, se
quisieron y se juntaron. Luego vinieron los cachorros (o sea hijos). Y así eran todos los
hombres, mujeres e hijos en todos lados. Me recuerda a mi manada antes de que me
exportaran a tu casa. El líder de mi manada pensaba en la manada, pero a través de tu
mirada amo y en tu trabajo, parece que el líder de la tuya solo piensa en él y en los que
agitan su cola al saludarle. En mi manada los hombres salían a la caza y las mujeres y
los bebes esperaban la presa. Todos comíamos y aunque el líder era el primero, se
encargaba de que nadie quedara sin bocado para dormir. Cada pareja y sus cachorros
se comunicaban y todos se comunicaban. Era sólida la manada. Era una sola inmensa
jauría. Pero, ¿Qué pasa en la tuya amo? ¿Por qué los machos y las hembras salen a
cazar al mismo tiempo? ¿Y en lugares separados? ¿Qué hay de los cachorros? Tanto
así amo que al regresar a la guarida a veces los machos y las hembras no se ven.

También vi en tu mirada amo en ese momento, que en tu manada no ladran ni aúllan


con el mismo tono. Me di cuenta que sus ladridos son de cacería, pero no hay presa,
ellos son mismos son la presa de cada uno. Finalmente, la hembra y el macho deciden
formar otras manadas aparte. Los cachorros crecen con otros que saben que son parte
del mismo macho y de la misma hembra que los hiso, pero con partes de otro. Bueno,
que enredo. No entiendo soy puro instinto y tu amo eres inteligente. Tu líder no pensó
en la jauría, si no que pensó en que si cada uno de los líderes de la manada cazaba por
su lado obtendría mayores presas que comer primero y en un momento solo él comería
y los demás pasarían y morirían de hambre. ¿A costo de qué? De que ya no fueran una
sola jauría sólida e inmensa. Le pareció mejor acabar con las manadas que formaban
como base fundamental la jauría. Son los problemas familiares de hoy ¿cierto amo?, los
que predijiste en clases un día, pero se rieron de ti. Cachorros que estarían creciendo
sin dirección o con una brújula de varias agujas que no dan al norte. Ese mundo que
viste desde antes donde la familia no existe, sino dos fuerzas laborales esclavizadas
para la riqueza del “país”.

Caramba amo que montón de cosas pasaron por tu mirada deforme ese día. Pude
imaginar también que las manadas no encajan correctamente en la jauría. Que parecen
fichas de rompecabezas con los bordes mascados para que encajen por la fuerza y no
por su orden lógico. Cada líder de la manada confiaba al líder absoluto la enseñanza de
la cacería de sus cachorros. Pero, ¿Qué rayos? No les gustaba que el líder les
enseñara. Cada vez que el líder se disponía a dar un mordisco orientador para hacer
las cosas bien, la hembra o el macho líder de la manada saltaban a la contienda para
devorarse al instructor. Entonces, ¿Por qué enseñarles a cazar si no quieren que lo
hagan? Todo un enredo. Los cachorros no eran obedientes, y tampoco sus líderes
aceptaban su corrección. Por el contrario, pareciese que eran más orientados a ser
desobedientes que a ser buenos cazadores. Eso es amo la escuela y el hogar
separados por la alcahuetería de los padres y la falta de comunicación. De esa
separación la sociedad (manada) agoniza y la nación (jauría) muere. Son más los
padres que creen que el profesor es quien heredará el roll de criar a sus hijos, ¿Verdad
amo?, eso hijos que no tienen bases de instrucción, y que son creyentes de que la
escuela debe educarlos con sus ideas y no con base en las que necesitas para ser
constructivos. Amo tu eres listo y puedes llevar a tu manada a zonas de caza mejores y
orientarlos mejor.

Ahí mismo amo tu siguiente pestañazo, miré otro asunto. Recreé en mi cerebrito que no
solo es saber abrirse caminos sino también saberlos caminar y tu mi amo sabes
hacerlo. Sobre todo, porque sabes soportar. Has soportado tantas cosas que a
cualquier macho líder de manada hubiese hecho desistir de su mando. Sabes que el
mundo está lleno de cuervos, águilas, búhos y palomas. Que cada quien en el mundo
elige el bando. Algunos volaron para ser águilas, para legislar, dominar, acaparar,
ultrajar y humillar. Y desafortunadamente son estos los grupos más longevos, pero lo
son porque los demás se los ha permitido. Las águilas gobiernan descarnado con su
pico cuan corrupto sacando provecho de algún proyecto o idea administrativa y si
alguien se interpone es devorado por el hierro y la arena. ¿Por qué sucede eso amo?
Las águilas de tu país son pocas. Recuerda amo que son más los pericos que
muerden duro y prenden más fuerte.

Otros volaron para ser búhos, llenos de sabiduría ¿De la buena? ¿De la mala? Todo se
ve en el mundo amo. Hay quienes usan el saber para mal pues todos sus movimientos
están llenos de astucia y maleficencia. Como alquilar bebes para pedir limosna. La
pureza y la inocencia manchada de maldad. Todo está lleno de acciones dañinas como
robar, matar, hostigar, abusar, maltratar y hasta mendigar es un delito. ¿Delito?
Jajajajaja yo amo te hablé con estos términos humanos, que tal. Pero lo grandioso de
los que se creyeron únicos es que desconocieron lo que realmente existe y lo dieron
por inexistente. ¡Ay amo! Si tan solo hubiesen usado ¼ de su inteligencia para bien todo
sería paz y no guerra y conflicto como lo viven ahora, por eso necesitan de un Dios
para perdonar sus atrocidades, pero no lo necesitan para amar, porque amarlo significa
debilidad. Ahora amo, imagínate que hasta su Dios no se salva de los búhos. Existen
amo, hablando del presente, los que se creen dioses, los que creen que solo Dios les
habla a ellos, los que quieren morir porque creen que serán los únicos que irán con él…
¡si claro! Déjame me estiro y me lambo la pata. Benditos los que están con Dios
creyendo a lo bien.
Ahora están los cuervos, los que aprovecharon cada momento. Se creyeron las aves
más lindas por su color que también representó su alma. Ladrones, mentirosos,
sanguijuelas inmundas. Esperaron solo el fruto del árbol para tomarlo sin importar quien
lo regó. Lo hicieron en silencio y con rabia para que no fueran dispersos de su
pensamiento, pero cuando fueron reprochados armaron un insoportable escándalo que
muchas veces es mejor dejar pasar para no causar molestias. Primer signo de
cobardía. Lo malo del asunto amo, es que los cuervos siempre tiraron a lo mejor de la
presa. Qué triste ganar por nada. Los cuervos se disfrazan de malos administradores y
jefes. Lo mejor de las empresas es para ellos y quienes en verdad sustentan su imperio
padecen ante su peyorativo accionar.

Por último, las palomas. Creo no equivocarme amo que las llaman el símbolo de paz y
al parecer son la presa de los grupos de los que te hable antes. Sin embargo, no se
cual era la debilidad que tenían. Por el contrario, fueron más fuertes. No necesitaron
ejercer presión e intimidar para legislar, ya que no necesitaron un líder, todas se
manejaron en una misma comunicación. Donde estaba la comida ahí estuvieron todas y
para todas. Fueron sabias porque vivieron en comunidades pacíficas. Estuvieron en un
solo lado, juntas y sin conflictos y siempre rozando sus picos como profecía de amor.
Era lindo amo verlas arrejuntadas en solo buche. Allí viendo hacia delante; o sea el
futuro. Muy diferente de los cuervos, aunque las había negras su alma era blanca. El
color desgraciadamente obedeció a algo genético. Fueron aves dignas de admirar, eran
fuertes, soportaron muchas cosas y a pesar de su cara triste estuvieron dispuestas a
brindar compañía. Fueron una combinación de lo bueno de los malos. Era su sabiduría
saber convivir. Representaron la clase obrera de tu país mi amo.

A fin de cuentas, amo, al leer estas palabras las personas preguntarán en qué te afecta
toda esta problemática. Creerán que eres un metiche y te dirán que no es de tu
incumbencia su vida. Pero, lo que no saben amo es que desde tu profesión buscaste
cambiar las cosas. Quisiste enseñar el valor de la familia, de la honestidad, el respeto y
el amor. Supiste que todos estos asuntos afectaban tu trabajo en el clegio, ya que tu
lidiabas con generaciones formadas y acomodadas sicológicamente a este contexto
que les pareció bueno: vivir un día con el padre y otro con la madre, no estudiar y hacer
caso omiso porque mis padres me defienden. Viste día a día que trabajabas para
cambiar esta realidad que cada vez se hundía en la corrupción y la muerte. Primero
acabar con la familia y la sociedad porque con la unión y el amor las ideas son
inmortales y de la mano se acaba también la educación y segundo inundar de
delincuentes, vestidos de cuervos y búhos, las calles para justificar mediante la lástima
que los otros países se fijen en este.

Y si amo, te hastiaste. Fueron tantas cosas amo, tantas cosas que pasaron por tu
mente ese día y que balbuceabas como niño con puchero. Triste estabas de mucho, del
poco un todo. Pude ese día proyectar algo mientras me rascaba el hocico en la cerca,
que habías vivido tantas situaciones tan pesadas que me eché al piso porque mi lomo
no lo soportaba. Tanto me di cuenta del hastío que sentías de los que toman las cosas
ajenas. Ese día amo, me diste miedo. Tu mirada cambió de repente de la húmeda
tristeza a la reseca rabia desértica. Te imaginé amo en otro roll diferente del
apasionado instructor que dedicadamente se levantaba al canto del gallo para entrenar
a los humanos chicos. Vi a alguien muy implacable con un corazón de piedra. Te vi
volar amo con alas oscuras resplandecientes. Te imaginé en la calle, caminabas a paso
ligero con unos dorados panes de leche y con la tranquilidad de la comida para tu nido.
Durante el camino, te quedaste maravillado con una manada que caminaba en paralelo
a ti. Jóvenes eran ese macho y esa hembra con su crio regordete, suave como algodón
y lleno de algo que ustedes dicen ternura, creo que es el perfume que les aplican a los
humanos pequeños creo. Te los quedaste mirando como el sueño anhelado decorado
de la bruma imposible, por lo menos para ti. Por lo menos para ti mi amo.

De pronto, el encanto se vio interrumpido por unos ruidosos aleteos de los cuales dos
machos hirvientes en picada como navajas cayeron. De fuerte empellón recostaron a la
hembra al piso y de golpe redujeron a su consorte rasgando sus pieles arrebatando
hasta su ser. Te enojaste en ese momento amo, hervían tus alas. Pero los que más
ennegreció tus plumas fue ver que al elevar nuevamente su vuelo los desgraciados
chulos, quien pagó el precio fue el inocente crio. Algo pasó por tu mente. De repente
volaste con tus garras poderosas agarraste al primer pillo, clavaste tus garras como
agujas al corazón y sembraste en su alma tu pico. Luego caminaste rumbo al otro quien
petrificado te veía venir y quien con hipócrita desdén insinuó: - ¡Oye cálmate! Pero tu
amo con vuelo mortífero le prendiste con tu garra y arrastrándolo al piso lo llevaste
delante de los ofendidos y de rodillas lo entregaste a ellos y dijiste: - Es justicia a la
manada, como el agua a mitigar la sed. Si que me diste miedo amo. Fue imposible para
mi contemplar dos matices de un color primario. Y así seguiste volando y apresando a
cada rapiña insolente que espera la cosecha que no sembraron. Fuiste mas allá, caray
amo si que dabas miedo, tu ira divina fue tal que ya cazabas sus nidos flameándolos
con todo y polluelos para que ellos no siguieran las malas ideas.

Fuiste más allá amo. No solamente decidiste cazar ese tipo de presas. Empezaste a
cazar a los herbívoros, los que en cuya nebulosa encontraban valentía para producir
llanto, tristeza y amargura. A ellos los castigabas haciéndolos convivir con el verdín de
las piedras del río. Ahogarse en la neblina del verde quemado que era la misma
nebulosa que el agua producía al cortar el oxígeno o también funcionaba para ti
mimetizarlos con el mismo prado. Fuiste cazador implacable de los engaños, haciendo
realidad sus propias fantasías. Quienes crearon fantasmas y monstruos vivieron en esa
realidad y padecieron espantados y confundidos. Amo hasta a ti te daba miedo mirarte
al espejo. Pero seguiste. Seguiste tu despiadado paso por una realidad quimera e
influenciable arrasando con toda mala función vivencial que estorbaba la vida en
armonía.
Pero, el último de los tantos peros, te faltó algo amo. No has dado el castigo para los
ultrajes que vives, tu ser doblegado, la expulsión de la sal de mar de tu alma y de tu
esencia. Ahí ¿Qué te pasó amo? ¿Por qué no te has movido? Solo esos castigos pasan
por tu imaginación y ruego, un momento ¿Ruego? ¿A quién? Yo tengo un Dios que me
de su bendición o que me cubra con sus alas en la oscuridad y me guarde de la peste
destructora, no amo no puedo decir ruego. Más bien diré deseo que todo ese castigo se
quede en tu imaginación, porque sin duda el día que fluya no habrá más deseo de vivir
en el infierno que el de aquellos que juraron verse al espejo creyéndose santos siendo
diablos. Ahora es tu turno amo, yo hablé suficiente. ¿Qué dices?

Ah mi perro, me duele no haber cumplido tu deseo. No pude cumplirlo. No después de


lo que te hicieron. Era simplemente detenerse en el faro en rojo. No más eso. Pero no
de dio la gana simplemente pasó y te arrolló. Y todo lo que leí en tu mentecita
queriendo sufrir lo que ahora tu padeces mi viejo amigo me induce a cambiar y
reflexionar. No cambiará nada la realidad el cordel de dientes del conductor infame,
tampoco el fuego que devora su auto, ni la tunda que padeció su acompañante, quien
creyó que me intimidaría con su linaje político y su estúpida excusa que solo valías
veinte mil pesos. No, se que eso no cambiará tu padecimiento mi amigo. Sin embargo,
es un mensaje de que tarde que temprano, por orden natural pagaremos nuestra
ofensa hacia todo, absolutamente todo mi canino y como tu me dijiste a través de tu
mirada agonizante cuanto más quisimos llegar al cielo más nos fuimos acercando al
infierno.

Link para acceder a audio.


https://youtu.be/pDiXghK_RnQ

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