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en Nagua-
Al pueblo de México:
Hermanos:
en ella vivimos
y moriremos en ella
nuestra lucha es por un trabajo justo y digno y el mal gobierno compra y vende
cuerpos y vergüenza,
nuestra lucha es por la vida y el mal gobierno oferta muerte como futuro,
“Perder los miembros y conservas los dientes, qué escarnio” decía Beckett
Sus ideas tienen las marcas de su secuelas en las bien formadas mejillas que definen su
delicado rostro canela.
Extrañaré sus besos con heces, pero extrañaba más mi sosiego. La heridas que
marcaron por suerte fuerte son mi nuevo bálsamo. Me dejó con un profundo callo
espiritual, pero este se va a lisando en cada tacita de té y amor de fin de semana.
Que tus ideas tengan su base en el respeto, por ello desarrolla ideas antiespecistas,
feministas, de temática libertaria en beneficio y por el pueblo y la lucha social.
Hace tiempo que no me levantaba llorando y en sollozos. Te detesto. Detesto que cada
palabra mía la vuelvas literatura, poetizo de mierda. Estabas en mis sueños, sal de allí,
puta madre. Irrumpes como un ser maligno, con una sonrisa de lado y escupiendo
palabras jodidamente dolorosas. Te vuelvo a detestar. Cagaste mi sueño. Cagaste mis
ansias de amar. Te detesto una tercera y última vez, basurita.
Sabía que lo estaba haciendo mal. Debí haberme alejado al instante en que me enteré
de tu primera pendejada. Más aun sabiendo que hablaste con ella estando yo contigo
luego de fallecido tu viejo. Sabiendo que sostuviste conversaciones calientes estando
yo contigo. Sabiendo que te masturbabas viendo la más asquerosa pornografía
patriarcal casi a diario, que dizque no puedes controlarlo cuando estás solo, estanto yo
contigo, concha de tu madre, y cuántas pendejadas más de las que preferí no
enterarme. Sabiendo que me decías que me amabas y ahí nomás le dabas sajiro a la
primera flaca que te pretendía, según tú mismo me has confesado. Pero, al confesarlo
y siendo todo esto parte de un problema que te aqueja desde pequeño, a ti y a toda tu
familia, y conviviendo contigo, me preguntaba si debía hacerlo. Trataba de
comprenderte. Intenté amarte: tú no dejaste que esto sucediera, sin embargo, estabas
sediento de amor y compañía. Te quedaste solo, huevón, y yo estuve a tu lado. Icluso
pensé en quedare contigo, a tu lado, a pesar de tus tantos defectos y errores. Te di
más tiempo que el que tenía.
Me decía ‘quizá ahora sea diferente’ –ingenuidad asquerosa- y el quedarme viviendo
contigo en tu solitaria casa y tratando de comprender tu estado haya sido una decisión
con resultados inesperados. Nunca, eso nunca iba a pasar, y no temo pecar de
infantilismo. Seguirías siendo el mismo pendejo arriola, seguirías viendo pornografía
exaltando e incluso exagerando tu animalidad, trastocándola. Seguirías indiferente y
ausente cuando más necesite de alguien por estar pendiente de tu pasado –tu ex y
demás putitas. Seguiría todo igual o peor creyendo tú que pude aguantar una vez ya
todo esto.
Como sea, mientras tanto, confieso que fue difícil mantener un estado en el que todo
marchara aparentemente bien, Por ello la decisión tomada fue firme en su momento.
Maldita y bendita contradicción. Gracias por enseñarme a desconfiar.
Vivir sin expectativas llena de chispas intermitentes tu camino, pero que al fin y al cabo
esperas encontrar. Jhá.
En la actualidad nos hemos dado con la valoración de la mujer en la economía por los
cambios de las relaciones sociales de producción, ya que ya no es necesaria la fuerza
bruta empleada para derrumbar un terreno, por ejemplo, debido a que ahora es
posible detonarlo presionando un botón.
Mujer de tierra, de dolor y razón, de silencios y pasión. Grita. Que se arañen con tu
brujo desnudo.
Fui un pajarito herido de una ala posado en tu árbol y solo así me quedé anidando
contranatura. Soy un pájaro silvestre. Llegué a conocer tu leche, tu hermoso verde
cubierto de maleza, pero no por eso opaco. Ahora soy un pajarillo contento y sano
lleno de árbol en árbol, pisando tus espinosos brazos de vez en cuando. Amo el verde,
amo verte, amo sentirte, pero más amo verme, sentirme y ser la mujer de mi vida.