Está en la página 1de 12

GENERALIDADES DE MICROBIOLOGÍA Y PARASITOLOGÍA

La microbiología y parasitología es una especialidad médica que desde su creación se ha ido expansionando
y reafirmando su identidad y competencias, alcanzando un prestigio científico y profesional de primer
orden, además de un importante reconocimiento internacional.
El trabajo de los microbiólogos tiene, además, un impacto directo en la salud de la comunidad, pues su
trabajo es la fuente más fiable para conocer la etiología de las enfermedades infecciosas y las siempre
cambiantes poblaciones microbianas, identificando los nuevos patógenos y documentando los patrones de
resistencia de los microorganismos a los antimicrobianos.
El principal objetivo del Servicio de Microbiología del CDB es proporcionar toda aquella información eficaz
para la prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las enfermedades de origen infeccioso,
aprovechando los últimos avances científicos, en los campos de la bacteriología, virología, micología y
parasitología. Además de las metodologías clásicas de cultivos, antibiogramas, serología, etc., utiliza la
última generación de técnicas en biología molecular como la amplificación, detección, cuantificación,
secuenciación y análisis filogenético de ácidos nucleicos.
El Servicio de Microbiología está constituido por especialistas en microbiología y parasitología, todos ellos
profesores de universidad, que permiten ofrecer asesoramiento clínico y técnico a problemas complejos. Se
organiza en dos secciones (bacteriología y Virología) y una unidad (parasitología) que cubren objetivos
ambiciosos en cuanto a asistencia, investigación y docencia, de tal forma que actualmente es de referencia
en diferentes ámbitos asistenciales y de investigación, como el diagnóstico y la vigilancia de gripe y otras
infecciones víricas respiratorias, en el diagnóstico de la leptospirosis y de la enfermedad de chagas, en la
tipificación de E.coli enteropatógeno, en el cribado microbiológico de los donantes de órganos y en los
programas de erradicación del sarampión, rubéola y parotiditis de la población de Cataluña.

BIOSEGURIDAD EN LA RECOLECCION, TRASPORTE Y ELIMNACION DE MUESTRAS

Existe actualmente una creciente necesidad de actualizar los criterios regulatorios de la toma,
manejo y envío de muestras de los laboratorios del sector salud, para asegurar la obtención de
resultados acordes con la situación del paciente, del medio ambiente, alimentos y aguas,
cumpliendo con los principios básicos de bioseguridad y biocustodia. La toma de muestras clínicas
debe ser realizada por personal médico y paramédico capacitado para tal fin en el Sistema
Nacional de Salud; en el caso de alimentos, agua potable y no potable, el MINSAL cuenta con
especialistas de alimentos e Inspectores de salud en los Sistema Básico de Salud Integral, en
adelante SIBASI, y las Unidades Comunitarias de Salud Familiar, en adelante UCSF. La calidad de
los resultados inicia con diferentes aspectos a considerar como son: muestra representativa,
adecuada, requerida por el procedimiento a ejecutar, tomada en el tiempo adecuado,
proporcionando la cantidad o volumen solicitado, por ser la base para el análisis, de ahí la
importancia de cumplir con los instrumentos técnicos jurídicos establecidos. Es importante
resaltar que toda muestra debe ser debidamente identificada, acompañada por el formulario
respectivo correctamente lleno, firmado y con sello del establecimiento responsable del muestreo,
con el objetivo de garantizar la trazabilidad de resultados.
CRITERIOS DE BIOSEGURIDAD PARA ENVÍO DE MUESTRAS CON RIESGO BIOLÓGICO
Este es uno de los aspectos más importantes dentro de Los criterios de bioseguridad, ya que el
transporte de la muestra implica una potencial fuente de contaminación y riesgo para todas las
personas durante el proceso. Para el transporte de muestras con riesgo biológico debe seguir las
siguientes indicaciones:
1.Asegurar que el recipiente que contiene la muestra o cultivo (recipiente primario) esté bien
cerrado y rotulado, con el nombre del paciente o código asignado.
2. Envolver cada recipiente primario en material absorbente y colocarlo verticalmente en un
contenedor (recipiente secundario) resistente, impermeable y con tapa de rosca. 15
3. Cerrar el contenedor secundario y colocarlo en una caja de transporte (recipiente terciario).
Este contenedor debe ser identificado “infeccioso” e indicar el destinatario y el remitente.
4. En caso de enviar varios contenedores secundarios puede empacarlos en un mismo recipiente
terciario, que puede ser un termo, hielera, caja de Durapax u otro que lo proteja del calor
excesivo.
5. Verificar y controlar la temperatura a que debe enviar las muestras, para guardar la cadena de
frio cuando lo amerite, utilizando refrigerantes (pingüinos) contenido en la hielera.
6.Las muestras para examen de Papanicolaou previamente fijadas, se deben transportar en cajas
porta-láminas de preferencia de baquelita para evitar que el material contenido en una lámina, se
adhiera a la otra, a través del contacto entre las mismas.
7.Es importante asegurar la integridad de la muestra para obtener un análisis exacto por parte del
laboratorio destinario, de igual forma, al transportar las muestras de una institución a otra, sea
larga o corta la distancia, deben utilizarse envases que no permita la posibilidad de derrame y
haciendo uso del triple embalaje.
8. Para lograr un transporte seguro de las muestras es necesario establecer una relación entre los
involucrados en el manejo y transporte seguro de materiales peligrosos.
9.El transporte aéreo de sustancias infecciosas es regido por las regulaciones internacionales
publicadas anualmente por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
10. Proceder al envío, repasando las instrucciones de bioseguridad con la persona que va a
transportarlo, para asegurar el acatamiento de las normas de bioseguridad y la preservación de la
calidad de las muestras.
MUESTRAS BIOLOGICAS
Recogida de muestras de orina
Las características de la orina pueden informarnos sobre el funcionamiento del aparato urinario y también
aporta datos referentes a otros órganos. Recuerda que la orina no es más que un filtrado del plasma y por
eso en ella se pueden detectar alteraciones propias de otros aparatos. Ejemplo: la presencia de glucosa en
la orina indica una alteración en el metabolismo de la misma y puede estar implicado el páncreas (diabetes
mellitus).
¿Qué puede estudiarse a partir de una muestra de orina?. En general es posible realizar dos tipos de
estudios: análisis elemental o rutinario y análisis microbiológico. El médico puede solicitar uno de ellos o
ambos.
El análisis elemental de orina incluye el estudio de las características físicas y bioquímicas (densidad, pH,
presencia de glucosa, proteínas, bilirrubina ...etc) y también el estudio del sedimento. El sedimento es el
depósito de materia sólida que se forma en el fondo de un vaso con orina cuando se deja cierto tiempo sin
agitar. Como es lógico, el sedimento lo formarán las partes más pesadas (puede haber células,
microorganismos e incluso sales que al estar en elevadas concentraciones forman pequeños cristales).
Si en el análisis elemental se descubre la presencia de microorganismos se realizará un estudio más
profundo para identificar el tipo de microorganismo y qué antibiótico es el más adecuado para el
tratamiento de la infección urinaria. Es decir, se realiza el análisis microbiológico.
¿Cómo saber y confirmar exactamente qué tipo de microorganismo existe en esa muestra de orina?.
Cultivándola.
Cultivar la orina supone someterla a unas condiciones favorables para promover la multiplicación de los
microorganismos. Para entender esta idea vamos a poner un ejemplo que no tiene nada que ver con la
microbiología.
Supongamos que tenemos dos sacos de semillas que aparentemente son iguales, es decir, somos incapaces
de diferenciarlas a simple vista, pero sabemos que originan plantas distintas. Un saco tiene semillas para la
planta A y otro para la planta B. También sabemos que un “terrenito” que tenemos fuera de nuestra casa
es muy rico en azufre y que las plantas A no pueden crecer en terrenos azufrados mientras que las B se
desarrollan perfectamente en ellos. ¿Cómo saber qué tipo de semillas contiene cada saco?. Sembramos
semillas de uno de los sacos. Si pasado un tiempo crecen quiere decir que esas semillas son de tipo B y si no
crecen son de tipo A. Sólo ahora podemos afirmar qué tipo de semillas contiene cada saco. Por tanto, el
único modo para identificar cada tipo de semilla es cultivarlas y ver qué pasa.
Algo muy parecido se realiza para poder identificar los microorganismos presentes en la orina. Lo que
hacemos es “sembrar la orina en distintos tipos de tierra” y ver si crecen o no microorganismos. Esa “tierra”
es el medio de cultivo, que, como “nuestro terrenito”, posee los nutrientes necesarios para que se
multipliquen los microorganismos.
Si sospechamos que en la orina de un paciente la bacteria presente es la “X”, sembraremos parte de la
orina en un medio de cultivo en el que sabemos que puede multiplicarse el microorganismo “X” pero no
otro.
Pasado un tiempo (24 horas habitualmente) inspeccionaremos a simple vista el medio de cultivo. Si “X” se
ha multiplicado en el medio de cultivo podemos confirmar que nuestra sospecha era cierta, la orina del
paciente contiene microorganismos “X”. Si no han crecido, probablemente se trate de otro tipo y
tendremos que seguir sembrando en otros medios de cultivos distintos hasta encontrar aquel en el que
crezca.
Orina para cultivo
Cada vez que nos soliciten tomar una muestra de orina para cultivo (urocultivo) debemos tener muy
presente que hay que extremar las condiciones de asepsia. Si no lo hacemos así, es muy fácil que la
muestra se contamine con otros microorganismos procedentes de la zona genital. Una muestra
contaminada llevará a conclusiones erróneas tras su cultivo porque se multiplicarán microorganismos que
realmente no estaban en la orina del paciente. Esto no es ninguna broma porque provocará que se
indiquen tratamientos que probablemente fracasarán.. ¡y mientras tanto, el paciente soportando su
infección!.
De lo dicho anteriormente se deduce que para evitar la contaminación de la muestra de orina, como
mínimo habrá que:
Lavarse las manos.
Realizar un minucioso lavado de genitales con jabón antiséptico.
Secar la zona con gasas estériles.
Utilizar un recipiente estéril.
Esto quiere decir que cuando le decimos a un paciente que tiene que recoger la muestra de orina tenemos
que explicarle muy bien una serie de cosas. Habrá que:
Advertirle que se lave las manos.
Indicarle cómo lavar y secar la zona genital
Insistir en que la parte interna del recipiente y la parte interna de la tapa no pueden contactar con nada
(sus dedos, la zona genital, el área perineal, cualquier objeto...)
Que destape el recipiente justo antes de hacer la recogida y que mientras recoge la orina puede dejar la
tapa sobre una superficie, pero siempre “boca arriba”.
Además, hemos de insistir en que “no vale” cualquier fracción del chorro de la orina. De hecho la primera
parte del chorro no debe recogerla porque arrastra los microorganismos que están en la uretra y no son
ésos los que nos interesa detectar. Nos interesa estudiar los posibles microorganismos de la orina de la
vejiga. Por lo tanto lo adecuado es recoger la orina de la mitad del chorro de micción. Normalmente son
necesarios unos 40 ml. de muestra (el recipiente estéril suele tener una capacidad de 50 ml.).
Es preferible tomar la muestra de la orina de la primera hora de la mañana y, por supuesto, una vez
recogida, lo mejor es tapar inmediatamente el envase y llevarlo a donde proceda sin demora. Si no puede
ser así hemos de recordarle que debe mantenerlo en la nevera hasta que lo lleve.
Dentro del medio hospitalario existen muchos pacientes que sin estar sondados y pudiendo realizar la
micción espontáneamente, son incapaces de recoger la muestra de orina de forma adecuada.
En estos casos es el TCAE el encargado de hacerlo. El procedimiento se encuentra detallado en la
correspondiente ficha.
¿Cómo tomar una muestra de orina en un paciente que tiene una sonda urinaria permanente?. La toma de
muestra puede realizarse en la sonda, en el tubo de drenaje o en el sistema colector. Lo menos frecuente
es hacerlo en el tubo de drenaje porque debe tener un dispositivo adaptado que permita la punción.
Cuando el sistema colector dispone de Uri-meter, o cuando la bolsa de diuresis posee tubo de drenaje, es
relativamente frecuente realizar la recogida de la muestra en el sistema colector. No obstante, lo más
habitual es obtener la muestra por punción de la sonda. En cualquiera de los casos la recogida la hace el
ATS/DUE y el TCAE colabora con él.
Para poder colaborar con el ATS/DUE debemos conocer la técnica que se utiliza para tomar la muestra por
punción de la sonda. Primero se pinza el tubo de drenaje en la zona más cercana a la unión con la sonda. Se
deja pinzado durante unos 30 minutos. A continuación se aplica antiséptico en la zona de la sonda donde se
va a realizar la punción.
No se punciona la sonda en cualquier parte, lo correcto es hacerlo en la vía que conecta con el tubo de
drenaje, concretamente en la parte de la vía que tiene forma de cono. Si se pincha en otra parte de la
sonda se pude romper el fino conducto de aire que la recorre hasta el sistema de sujeción del balón. Con la
jeringa montada se pincha y se aspira. Se extraen 5-10 ml. de orina e inmediatamente se depositan en el
recipiente estéril. Se retira la pinza del tubo de drenaje y se manda la muestra al laboratorio.
Orina para análisis elemental
Muchas veces el médico necesita comprobar determinadas características de la orina que no tienen nada
que ver con un estudio microbiológico. Por eso, para recoger la orina no es necesario un lavado de
genitales tan exhaustivo. En el análisis elemental se toma una muestra de orina procedente de una sola
micción, normalmente la de la primera hora de la mañana y desechando la primera parte del chorro.
Cuando no podamos recoger la de la primera hora de la mañana hemos de tomar la muestra 3-4 horas
después de la última micción.
Esta muestra la puede obtener el propio paciente y son necesarios unos 40 ml. Por supuesto, el TCAE debe
explicarle cómo debe hacerlo. Además en pacientes encamados será el TCAE el encargado de realizar la
toma de muestra. El procedimiento se encuentra detallado en la correspondiente ficha.
Orina de 24 horas
En este caso se trata de recoger toda la orina emitida por un paciente durante 24 horas, aunque a veces se
solicita sólo la correspondiente a un período de 12 horas. ¿Por qué es necesario este tipo de recogida?.
Pues hay ocasiones en que la cantidad de determinadas sustancias o moléculas presentes en la orina varía
dependiendo de la hora del día en que se miccione. Por eso es preferible recoger la de todo el día porque,
una vez analizada, nos dará un valor medio más fiable.
Para la recogida de esta orina se dispone de recipientes de boca ancha con una capacidad de 1.5-2 litros. Es
muy importante que el paciente siga las instrucciones y que nosotros, los TCAEs, nos aseguremos de que las
ha comprendido perfectamente. Debe quedar absolutamente claro que toda micción que realice durante
las 24 horas debe ser recogida y que de ninguna manera puede orinar en el inodoro. El paciente en su casa
puede hacerlo en un orinal y luego verter la orina en el recipiente.
Es imprescindible marcar el horario del comienzo de la recogida. Lo más habitual es desde las 8 de la
mañana de un día hasta las 8 de la mañana del día siguiente. Con un ejemplo quedará bastante claro.
Supongamos que un paciente se levanta a las 7 de la mañana y, como es lógico y natural, lo primero que
hace es ir al baño y orinar. Luego, no le vuelven a dar ganas hasta las diez de la mañana. La primera orina
que va a recoger es la de las 10, pero nosotros seguimos manteniendo como punto de partido las 8 de la
mañana. Al día siguiente lo más probable es que el paciente vuelva a orina a las 7 de la mañana, y esta
micción sí que tendrá que recogerla en el recipiente. Esperamos hasta las 8 de la mañana y si no ha orinado
más, finaliza la recogida. Es decir, se fijan unas horas de comienzo y final independientemente de las ganas
de orinar del paciente.
Pero, ¡ojo!, hay que tener en cuenta que si la hora elegida para comenzar coincide con la primera micción
de la mañana del primer día, tendremos que desechar la orina, porque en realidad corresponde a orina
formada el día anterior.
Supongamos que fijamos los mismos horarios de recogida. El paciente acaba de levantarse y, como es su
costumbre, lo primero que hace es orinar pero ¡son las ocho de la mañana!. Pues bien, debe orinar en el
inodoro porque la orina corresponde al día anterior.
Cuando a la mañana siguiente vuelva a orinar a las 8, sí que tendrá que recogerla porque, aunque también
corresponde a orina formada el día anterior, ese día sí está incluido dentro de las veinticuatro horas que
hemos elegido.
El recipiente debe estar en la nevera entre recogida y recogida.
Por supuesto, es conveniente que pasadas las 24 horas el paciente lo lleve al laboratorio lo antes posible.
En el caso de pacientes ingresados, es función del TCAE la recogida de la orina de 24 horas. En estos casos
el recipiente también estará en el refrigerador. Si el paciente puede valerse por sí mismo, orinará en la cuña
o en la botella y luego nos avisará para que podamos trasvasar la orina al recipiente. Es importantísimo
insistir en que no pueden orinar en el inodoro. También hay que aclararles que si van a defecar, primero
orinen en la cuña o en la botella y que luego defequen en el inodoro.
Si el paciente no puede valerse por sí mismo, nos avisará cuando tenga ganas de orinar. Nosotros le
colocaremos la cuña o la botella y luego trasvasaremos la orina al recipiente. En estos casos hay que
advertirle que si tienen ganas de defecar, primero colocaremos la botella o la cuña e inmediatamente
después les pondremos una cuña en la que defecar.
El procedimiento de recogida de orina de 24 horas se encuentra detallado en la correspondiente ficha.
Recogida de orina en niños y lactantes
Si están sondados, cualquiera que sea la edad, se recogerá la orina de modo similar a como se realiza en los
adultos. Este cometido lo realizan los ATS/DUEs. Ahora bien, cuando se trata de recoger orina por micción
espontánea hemos de distinguir dos casos:
Niños mayores de 2 años.- La recogida es similar a la realizada en los adultos.
Niños menores de 2 años.- Se utilizan dispositivos especiales. Se trata de unas bolsas desechables estériles
con una superficie adhesiva que se pega a la piel de la zona púbica y perineal. Únicamente hemos de
destacar que se realizará un aseo previo de genitales cuando la orina se solicita para cultivo pero también
cuando sea para análisis elemental. El procedimiento para la recogida de orina en niños menores de 2 años
se detalla en la correspondiente ficha.
Obtención de orina por punción suprapúbica
La punción suprapúbica, como su nombre indica, consiste en puncionar con un trócar justo por encima del
pubis y desde ahí atravesar la piel y la pared de la vejiga y así tomar una muestra de orina directamente
desde la vejiga urinaria.
En algunas ocasiones no se pueden obtener muestras de orina por micción espontánea ni por medio de la
sonda. Un ejemplo es un paciente que tenga una retención urinaria y que aún habiéndole puesto una sonda
no se ha logrado resolver. En otras ocasiones, pudiéndose obtener la muestra por procedimientos
habituales, el laboratorio y el médico sospechan que esa muestra no está reflejando exactamente las
características de la orina de la vejiga urinaria.
El procedimiento de obtención lo hace el médico ayudado por el ATS/DUE. El cometido del TCAE es
preparar el material necesario y colaborar en lo que se le solicite.
El equipo que debe preparar el TCAE está formado por:
Gasas estériles.
Antiséptico.
Material para rasurado.
Paño de campo estéril fenestrado.
Trócares de distinto calibre y longitud.
Anestésico local, aguja y jeringa.
Jeringa para la extracción de la muestra.
Esparadrapo estéril e hipoalergénico.
Guantes estériles.
Normalmente nuestro cometido se reduce a rasurar al paciente si es necesario, colocarlo en decúbito
supino y preparar y proporcionar el material.
Recogida de esputos
Un esputo no es “un escupitajo cualquiera”. Esta frase, aunque pueda parecer bastante vulgar, quiere dejar
muy claro que cualquier material o secreción que expulsemos por la boca no es necesariamente un esputo.
El esputo es un material que procede de las vías respiratorias bajas (tráquea y bronquios) y que se expulsa
mediante la tos. Por tanto, las secreciones procedentes de la nasofaringe o de la boca no son esputos.
El análisis del esputo informa sobre alteraciones que pueden afectar al aparato respiratorio. Normalmente
se realiza un análisis del aspecto a simple vista: olor, color, cantidad y consistencia. También se visualiza
bajo microscopio para estudiar las células que posee y los posibles microorganismos. Como cualquier otra
muestra biológica, también puede cultivarse para identificar el microorganismo causante de la infección.
Por supuesto, un buen análisis de esputo necesita una obtención correcta del mismo y que se mantenga en
condiciones adecuadas hasta que se envíe al laboratorio. Los esputos, al igual que la orina, deben
conservarse refrigerados si el traslado al laboratorio se demora.
Cuando se necesita recoger un esputo debemos hacerlo a primera hora de la mañana y antes del desayuno.
Siempre es preferible a primera hora porque tras el descanso nocturno se han acumulado bastantes
secreciones en la vía respiratoria y en este momento es más probable que la tos logre arrancar una parte
de las mismas.
Hemos de tener presente que el esfuerzo de toser puede provocar nauseas al paciente y por eso hemos de
hacerlo antes del desayuno.

Puesto que para recoger el esputo mediante la tos es necesaria la participación activa del paciente, hay dos
situaciones bien distintas: cuando el paciente está consciente y colabora, y cuando está inconsciente o
estando consciente no puede colaborar (ejemplos: intubados, con traqueostomía ...). En este último caso la
recogida la realiza el ATS/DUE utilizando un dispositivo estéril llamado sifón de Lukin.
Como puedes observar este dispositivo no es más que un recipiente colector que posee conectado a él una
sonda de aspiración.
Además tiene otro tubo que se acopla al sistema de vacío. La sonda de aspiración se introduce en las vías
respiratorias del paciente y, como el sistema está conectado al vacío, las secreciones que se van aspirando
se depositan en el recipiente colector.
Recogida de muestras de heces
El contenido del intestino grueso a medida que va avanzando por él, y gracias a la absorción de agua, se va
convirtiendo en una masa pastosa y sólida. De este modo se forman las heces fecales que eliminamos por
el ano.
Independientemente de que se pueda tomar una muestra de las heces para que sea analizada, no debemos
perder de vista que en el día a día siempre que retiremos la cuña hemos de observar el aspecto de las
deposiciones.
La consistencia normal es pastosa-dura. Cuando cambia podemos hablar de diarrea o de estreñimiento.
El color habitual en las heces del adulto es marrón parduzco pero en el lactante es amarillento. ¡Ojo!,
muchos alimentos, fármacos y enfermedades pueden alterar el color. Algunos ejemplos son:
Una comida abundante en remolacha da una apariencia rojiza oscura a las heces.
Las espinacas dan un aspecto verduzco.
Tratamientos con hierro ennegrecen las heces.
Cuando son amarillentas quiere decir que son muy ricas en grasas. Por alguna alteración no se absorbieron
en el intestino delgado. Estas heces huelen a rancio, como cuando la mantequilla se enrancia.
Cuando son blancas se debe a que no se vierte jugo biliar (con pigmento) a la luz del intestino y, por tanto,
las heces pierden su característico color.
Cuando hay un sangrado en alguna parte del intestino en zonas alejadas del ano las heces aparecen negras
porque la sangre no es “fresca”, ha sufrido parte del proceso digestivo. En este caso hablamos de un tipo de
hemorragia llamado melena. Es difícil describir el olor de las melenas, pero son muy malolientes. Una vez
que lo huelas no lo olvidarás.
Cuando hay un sangrado de colon, sigma o recto, las heces aparecen con sangre roja brillante, como la
“sangre fresca”. En este caso hablamos de un tipo de hemorragia llamada rectorragia.
También es importante observar si las heces presentan moco, pus o parásitos detectables a simple vista
(“lombrices”).
A partir de las muestras de heces se pueden investigar muchas cosas: alteraciones de la digestión,
presencia de sangre, de parásitos y de microorganismos. En el último caso, como siempre, es necesario
cultivar las heces para poder identificar el microorganismo causante. Este tipo de cultivo recibe el nombre
de coprocultivo. Normalmente, cualquiera que sea el tipo de estudio, se suelen utilizar recipientes de
recogida estériles.
La recogida de muestras de heces es función del TCAE. Por supuesto, en el caso de que se trate de un
paciente ambulatorio habrá que explicarle muy claramente cómo hacerlo. Por eso será necesario advertirle
que:
Las muestras de heces con orina son inadecuadas. Debe primero orinar en el inodoro y luego defecar en un
orinal.
El orinal estará previamente limpio pero sin restos de detergente o de desinfectante.
El recipiente para tomar la muestra será como el de la fotografía. Observa que la tapa tiene acoplada una
pequeña cucharilla.
El volumen de heces que es necesario recoger es muy poco: 2 gramos (aproximadamente el tamaño de una
avellana) cuando las heces son sólidas y de 5-10 ml cuando son líquidas.
La muestra se toma con la cucharilla de la tapa y teniendo la precaución de escoger aquellas partes de las
heces más sospechosas (con moco, pus, sangre ...). Por supuesto, las muestras se meten en el recipiente
colector y luego se cierra.
Es conveniente etiquetar la muestra con sus datos antes de llevarla al laboratorio.
Se llevará la muestra al laboratorio lo antes posible. Si se va a tardar más de media hora deberá conservarla
en la nevera.
Si el paciente se encuentra hospitalizado orinará en la cuña o en la botella y luego defecará en otra cuña
distinta. El procedimiento de recogida de muestras de heces se detalla en la correspondiente ficha.
Muestras de sangre
El análisis de la sangre se realiza a partir de la extracción de una muestra obtenida por punción. La
extracción de la sangre es cometido del ATS/DUE y de los analistas (médicos o farmacéuticos). Por tanto,
debe quedar bien claro que en ningún caso es cometido del TCAE realizar la extracción sanguínea. Su
función es preparar el material, posicionar al paciente, sujetarlo en caso de que sea necesario, proporcionar
el material según se vaya solicitando, identificar los tubos, trasladar las muestras al laboratorio y recoger y
limpiar el material.
No vamos a describir el procedimiento de extracción de sangre pero sí que comentaremos algunos
aspectos generales para poder colaborar adecuadamente:
Normalmente la extracción de sangre se realiza con el paciente en ayunas. Mientras se efectúa, el paciente
debe estar sentado o recostado.
Las extracciones pueden realizarse en salas destinadas para ello, en el laboratorio o en la propia unidad de
hospitalización.
Hoy en día en la mayoría de los hospitales es un ATS/DUE del Laboratorio de la institución el que se traslada
a la planta y realiza las extracciones. En estos casos suele acudir con las bandejas y todo el material
preparado. Además, también suele llevar él mismo las muestras al laboratorio.
Las muestras pueden obtenerse de sangre arterial, venosa o capilar.
Muestras de sangre arterial
Se toman para medir los niveles de O2 y CO2. Por eso esta técnica recibe el nombre de gasometría arterial.
El material necesario es: sistema de extracción adecuado (una jeringa especial sin émbolo y con la aguja
incorporada), solución anestésica local, antiséptico, gasas estériles, guantes estériles, esparadrapo
hipoalergénico, contenedor para material desechable y bolsa de hielo ( por si la zona de punción no cesa de
sangrar comprimirla aplicando frío).
Muestras de sangre venosa
Es la más habitual, la que nos hemos hechos todos alguna vez. En ella se pueden estudiar los componentes
de la sangre, recuento de sus células y también puede cultivarse (hemocultivo) para estudio microbiológico
(búsqueda e identificación de microorganismos). La zona de punción más habitual es en las venas
superficiales del antebrazo. En los lactantes suele hacerse en las venas superficiales del cráneo o en la
yugular externa.
El material necesario es: Agujas intravenosas, jeringas de 5-10 ml., compresor (goma elástica), algodón o
gasas estériles, guantes desechables, tubos con tapones para la recogida, antiséptico, esparadrapo
hipoalergénico, gradilla, contenedor para residuos biopeligrosos.
Las muestras de sangre una vez obtenidas se depositan en tubos. Existen distintos tipos de tubos y los
tapones pueden ser de colores variados. Cada institución y casa comercial tiene su propio código de color
en los tapones.
Muchas instituciones, en lugar de utilizar la típica aguja y jeringa, disponen de un sistema de extracción de
sangre venosa de fácil manejo. La aguja se enrosca en el portatubo. El propio tubo de recogida de sangre
actúa de émbolo y una vez que se realiza la punción comienza a entrar la sangre sin tener que “tirar del
émbolo”.
Si la muestra de sangre que se ha solicitado es sólo para hemocultivo el material básicamente es el mismo
salvo que: los guantes son estériles, son necesarias tres agujas intravenosas, no son necesarios los tubos
pero sí dos frascos o “botellitas” que contiene un medio de cultivo adecuado para el microorganismo que
se pretende investigar. Las tres agujas son necesarias porque una vez extraída la sangre y retiradas la aguja
y la jeringa del antebrazo del paciente, se quita la aguja de la jeringa y se pone otra “nueva”. Se pincha un
frasco y se vierte parte de la muestra en él. A continuación se vuelve a cambiar la aguja y se pincha el
segundo frasco. Por tanto: una aguja para extracción, otra para pinchar el primer frasco y otra para pinchar
el segundo.
Muestras de sangre capilar
Se utilizan para determinar los grupos sanguíneos, los niveles de glucosa en sangre, detección precoz de
posibles enfermedades en el recién nacido ...etc. En todos estos casos se necesita muy poca cantidad de
sangre y suele realizarse la punción en el talón (recién nacidos), lóbulo de la oreja (niños) y pulpejo de los
dedos de la mano (adultos). La punción se realiza con una lanceta estéril que puede ser automática o
manual.
Recogida de muestras de líquido cefalorraquídeo
La técnica se denomina punción lumbar y no está exenta de riesgos. Tanto es así que la obtención de la
muestra la realizará siempre el médico, ni siquiera el ATS/DUE.
Recogida de muestras de exudados
Los exudados se pueden obtener por frotis de muy distintas zonas. De hecho podemos hablar de exudado
nasal, faríngeo, conjuntival, ótico, uretral, vaginal, de heridas, de úlceras por presión ... etc.
En cualquiera de los casos la muestra la obtiene el médico o el ATS/DUE.
El TCAE debe:
Preparar el material: guantes desechables, hisopos y material específico según la zona en que se vaya a
tomar la muestra.
Informar al paciente, tranquilizarlo y solicitar su colaboración.
Posicionar al paciente adecuadamente teniendo en cuenta la zona sobre la que se va a realizar el frotis.
Ir proporcionando el material a medida que se nos solicite cuidando la asepsia.
Identificar la muestra y enviarla al laboratorio.
Recoger y limpiar el material y dejar al paciente acomodado.
Es muy importante saber entregar el hisopo y recogerlo correctamente. Puesto que el hisopo debe ser
estéril vendrá presentado en un envoltorio. Debemos abrirlo por el extremo opuesto al algodón y, sin
sacarlo del paquete, presentarlo al médico o al ATS/DUE para que lo extraiga.
En general, una vez tomada la muestra, el hisopo debe introducirse en un tubo con cierre hermético que
posee un medio de transporte en el fondo. Al introducir el hisopo en el tubo debemos procurar que no roce
con las paredes y que la parte de algodón quede inmersa en el medio de transporte. Ten en cuenta que
este medio es el que garantiza que la muestra llegue en adecuadas condiciones al laboratorio, así que si el
algodón no entra en él se compromete la validez de la muestra.

Técnicas de selección y extracción de muestras


De la obtención de muestras biológicas:
Se debe asegurar la calidad técnica, en capacitación y experiencia, del personal que obtendrá las muestras
biológicas.
Se debe garantizar la calidad del procedimiento en la toma de muestras biológicas.
Se debe asegurar el cumplimiento de las normas de bioseguridad en la obtención de las muestras
biológicas.
Se debe garantizar las condiciones de esterilidad en la extracción, manipulación y la conservación de la
muestra biológica hasta el destino final.
Se debe asegurar el etiquetado y codificación de las muestras en el momento de la obtención.

Almacenamiento de muestras biológicas:


Se debe asegurar la conservación en estabilidad y esterilidad de las muestras biológicas en todo momento.
Las muestras biológicas deben almacenarse en cumplimiento de las normas de bioseguridad.
Se debe garantizar la calidad de la conservación de las muestras biológicas según su naturaleza.
La decisión de que las muestras biológicas sean anonimizadas o irreversiblemente disociadas debe ser
justificada por el patrocinador e informada en el consentimiento informado al sujeto en investigación.
Se debe asegurar la trazabilidad de las muestras biológicas
La conservación de las muestras biológicas se realiza en biobancos. En el Perú los biobancos deben estar
registrados en el Instituto Nacional de Salud. En caso que la conservación de la muestra biológica se realice
en el extranjero, el patrocinador debe indicar el biobanco, especificando su ubicación y la acreditación o
autorización para su funcionamiento.
Las muestras biológicas se conservarán únicamente en tanto sean necesarias para los fines que justificaron
su recolección, salvo que el sujeto en investigación haya otorgado su consentimiento explícito para otros
usos posteriores.
Cuando el consentimiento informado sea retirado total o parcialmente y se refiera a cualquier uso de la
muestra, se procederá a su inmediata destrucción, sin perjuicio de la conservación de los datos resultantes
de las investigaciones que se hubiesen realizado con carácter previo.
El tiempo de almacenamiento de la muestra biológica debe estar especificado y justificado en el
Consentimiento Informado.

Rotulado, trasporte, almacenamiento y conservación de muestras

ROTULADO.- Hay que hacer un registro de todas las muestra recogidas e identificar cada envase,
preferiblemente pegando una etiqueta debidamente señalada. Hay que registrar una información suficiente,
de manera que pueda realizar una identificación positiva de la muestra en fechas posteriores, y en esta
información debe constar el nombre del que ha hecho la toma, la fecha, la hora y la localización exacta, la
temperatura del agua y cualquier otro dato que pueda resultar necesario para establecer una correlación
como son las condiciones meteorológicas, el nivel del agua, la velocidad de la corriente, la manipulación
posterior a la recogida, etc.. La etiqueta debe tener espacio suficiente para que puedan ponerse las iniciales
de todos los que asumen la custodia de la muestra y para la fecha y el momento del envío al solicitante.
ALMACENAMIENTO.- Las muestras deberán ser analizadas, tan pronto como sea posible, después de la
recolección, antes de que aparezcan cambios físicos y químicos en el producto vegetal o en los residuos. Las
muestras deben ser almacenadas de forma que se asegure la integridad de las mismas de manera que no se
afecten los resultados analíticos. Si son refrigeradas o congeladas deberá registrarse la temperatura de
conservación. No se deben guardar muestras homogeneizadas para su análisis a menos que se haya
comprobado mediante un ensayo de estabilidad del residuo, que este procedimiento no afecta el
resultado. Se deben realizar estudios de estabilidad de los residuos en la muestra en las condiciones y
tiempos de almacenamiento. Muestras de control fortificadas se deben mantener en las mismas
condiciones (tiempo y temperatura), de forma de comprobar que las condiciones de almacenamiento no
altera el residuo en la muestra.
TRANSPORTE.- Todas las muestras deberán ser enviadas lo más rápidamente posible al laboratorio,
pero es casi imposible que sean transportadas y procesadas dentro de las dos primeras horas de
recogida, problema que se agrava con las tomas efectuadas durante la noche o desde lugares
alejados geográficamente del laboratorio. La mayoría de las bacterias resisten bien las temperaturas
bajas, por lo que los productos pueden mantenerse en la nevera unas horas. Exudados, heces y
muestras de anaerobios no deben ser refrigerados (2º-8ºC). En todos los casos, el envío de la muestra
debe evitar la salida (y posible contaminación) del contenido, por lo que el recipiente debe de cerrarse
con seguridad, o utilizar un doble recipiente, siempre quedarán claras la identidad de la muestra, de la
persona a quien pertenece, y los servicios solicitante y receptor. Cuando la viabilidad de las bacterias
es muy escasa o la posibilidad de desecación de la muestra es grande (favoreciéndose la destrucción
bacteriana) y la toma no puede realizarse en el mismo laboratorio, se usarán medios de transporte que
preservan las bacterias existentes, sobre todo si son escasas, a la vez que impiden el crecimiento
exagerado de otra flora bacteriana no deseada. Estos medios existentes en el comercio pueden ser
para bacterias aerobias o anaerobias, y aunque pueden conseguir supervivencias de hasta 24 horas a
temperatura ambiente, deberán enviarse también lo más rápidamente posible al laboratorio. En el
transporte de muestras se debe tener siempre en cuenta, que cualquier tipo de espécimen representa
un riesgo biológico. Para el transporte de las muestras de diagnóstico, el paquete a transportar tiene
que cumplir una serie de requisitos en relación al etiquetado o su señalización. Para el transporte por
vía terrestre, tienen que aplicarse los requisitos exigidos por el acuerdo ADR (2009). De forma general,
el sistema de embalaje que deberá utilizarse para todas las sustancias infecciosas, 

CONSERVACION DE MUESTRAS.- Entre el momento de la llegada al laboratorio y el inicio del análisis, la


muestra tiene que ser conservada a  cierta temperatura. Existen intervalos de temperatura que se
consideran estándares para  determinados tipos o determinados procesos. La siguiente tabla muestra las
normas básicas de preservación, estas temperaturas son recomendación general, y deberán revisarse en
función del uso final de las muestras o del tiempo de almacenamiento.
Temperatura o C Importancia biológica

0a4 Temperatura a la que se deben realizar las manipulaciones del material fresco

-20 Límite de movilidad proteica, estabilidad de ADN

-80 Estabilidad de ARN, almacenamiento de tejidos

-150 a -196 Almacenamiento recomendado de células


La elección de los contenedores es un punto importante,  deben elegirse de tomando en cuenta el tiempo
que se van a conservar las muestras, la temperatura a la que se van a almacenar y el procesamiento o
análisis a que serán sometidas. Asimismo hay que disponer de equipos de emergencia o sistemas
alternativos por si se produjeran fallos en los sistemas de almacenamiento.
ELIMINACION DE MUESTRAS.- Los objetos afilados (por ejemplo, agujas, jeringas, artículos de vidrio) y los
tubos que han estado en contacto con sangre o fluidos corporales debe ser descartados en contenedores
resistentes a punción para su incineración.  Recopilar los residuos sólidos infectantes, no corto-punzantes,
en bolsas de residuos a prueba de filtración y dentro de contenedores cubiertos.  Los deshechos sólidos
deberán ser esterilizados por calor húmedo (en autoclave de tamaño suficiente que permita la circulación
adecuada del vapor y con indicadores físicos ó biológicos que aseguren eficacia del proceso) ó directamente
incinerados (incinerador convencional de doble cámara).  Deshechos tales como heces, orina y vómito ó
líquidos provenientes del lavado, pueden ser descartados directamente en el drenaje, sanitario ó letrina6 .
 El área designada para el tratamiento y disposición final de los residuos debe tener un acceso controlado
para evitar la entrada de animales, personal no capacitado o niños.  NO ALMACENE MUESTRAS
BIOLOGICAS SIN INACTIVAR, BAJO CONDICIONES BSL2

También podría gustarte