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Primero, en la formulación de un caso de cualquier paciente debemos incluir una historia clínica
detallada y un resumen detallado de los factores tanto sociales como psicológicos y biológicos
que pueden haber contribuido a la aparición de determinado trastorno mental. El objetivo de todo
esto es elaborar plan estratégico integral adecuadamente fundamentado en el contexto cultural y
social del individuo.
Segundo, el establecer un diagnostico nos puede ser útil para que nosotros podamos determinar
el pronóstico, los planes de tratamiento y los posibles resultados terapéuticos del paciente.
A la hora de realizar una evaluación psicológica, todos los psicólogos debemos de manejar un
mismo lenguaje, tanto la codificación de los trastornos como un código que manejan los
especialistas de la salud mental, así como el determinar cuando el paciente presenta varios
diagnósticos cual es el principal y cual es un diagnostico secundario, o si un paciente presenta un
diagnostico provisional. Todas y cada una de estas características ayudan a tener un lenguaje a
través del cual nosotros como especialistas de la salud mental podemos entendernos.
Un ejemplo claro de ese lenguaje por el que nos comunicamos los psicólogos es la evaluación
multiaxial, que presenta varios ejes que dan explicación de las características particulares que
presenta el paciente a través de códigos de especificación; el establecimiento de trastornos
clínicos, de personalidad, enfermedades médicas, problemas sociales y ambientales y evaluación
global, de lo cual cabe resaltar que en el ejercicio que realizamos durante el propedéutico, en lo
particular yo no tenía un correcto uso del lenguaje, lo cual puede evidenciar durante esta
práctica.