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CONTRIBUCIÓN DEL RECURSO EXTRAORDINARIO DE CASACIÓN PARA LA

PROTECCIÓN DE LA POLITICA Y ORDENAMIENTO JURIDICO INTERNO.

Por su raíz histórica y por su desarrollo constitucional y legislativo, la casación es un


recurso extraordinario, que tiene como propósito controlar la legalidad de los fallos y se
utiliza como un instrumento que permite un control de legalidad. De acuerdo con el anterior
Código de Procedimiento Civil, el recurso extraordinario de casación tiene un considerable
papel en la vigencia del ordenamiento jurídico, especialmente en lo relacionado con, la
unificación de la jurisprudencia y proveer a la realización del derecho objetivo en los
respectivos procesos; además procura reparar los agravios inferidos a las partes por la
sentencia recurrida.

En la Sentencia C-372 de 2011, la Corte Constitucional abordó el estudio del origen de la


casación como un Instituto Jurídico Procesal en Francia, concretamente en la obra
legislativa de la revolución; Allí se consagró como un mecanismo extraordinario de
revisión de la estructura lógica interna de la decisión judicial vertida en una sentencia.

Dando referencia a su naturaleza, la Sentencia C-1065 de 2000, en la cual se determinó la


casación como un recurso extraordinario, con fundamento constitucional expreso, que tiene
esencialmente una función sistémica. Sin embargo, fue a partir de la expedición del Código
General del Proceso, que la visión del recurso de casación fue ampliada y
constitucionalizada al defender la unidad e integridad del ordenamiento jurídico, lograr la
eficacia de los instrumentos internacionales suscritos por Colombia en el derecho
interno, proteger los derechos constitucionales, controlar la legalidad de los fallos, unificar
la jurisprudencia nacional y reparar los agravios irrogados a las partes con ocasión de la
providencia recurrida.

El punto de partida de este recurso ha sido fijado por ley, específicamente contra las
sentencias dictadas en segunda instancia por los Tribunales Superiores, de manera que solo
se permite su interposición contra las providencias proferidas en toda clase de procesos
declarativos, en las acciones de grupo cuya competencia corresponda a la jurisdicción
ordinaria y en las relativas a la liquidación de una condena en concreto. 

Se debe tener presente que el recurso de casación busca unas características específicas que
se enfocan, primero en la unidad del sistema, con el cual se pretende implantar una
jerarquía normativa, especificando la prevalencia de la ley, la constitución y los actos
administrativos, primordialmente. En segundo lugar, se encuentra la coherencia, que
consiste en la armonía de las normas, impidiendo de esta manera que estas no entren en
conflicto y no se repitan; Y la tercera es la integridad, la cual trata sobre la ausencia de
normas legales en donde se aplicarán las leyes que regulen casos o materias semejantes, y
en su defecto, la doctrina constitucional y las reglas generales de derecho.
La Corte Suprema de Justicia, por ser «el máximo tribunal de la jurisdicción
ordinaria» (artículo 234 de la Constitución Política) y «actuar como tribunal de
casación» (artículo 235 ibidem), es la encargada de estandarizar la interpretación
de las disposiciones legales correspondientes a las materias que están bajo su
conocimiento y, en consecuencia, unificar la jurisprudencia nacional, por lo cual las
sentencias de cierre proferidas en sede de casación tienen carácter vinculante y
fuerza normativa1.

Luego entonces, la principal contribución del recurso extraordinario de casación al


derecho interno colombiano, entraña la función nomofiláctica del máximo
Tribunal de la Justicia Ordinaria de unificar jurisprudencia con fundamento en la
doctrina probable2 y proveer a la realización del derecho objetivo en los
respectivos procesos, exigiendo siempre que su actividad se encuentre
comprometida con la justicia y la realidad. Por ello, la política de administrar
justicia en casación como expresión del Estado Constitucional y Social de Derecho
persigue, principalmente: 1) ejercer una función interpretativa, pedagógica y
restaurativa del mismo, adaptada a la realidad cambiante a fin de proyectar la
norma jurídica y el valor supremo de la justicia para la solución de casos futuros,
2) materializar la igualdad frente a la ley y de igualdad de trato por parte de las
autoridades, 3) asegurar el principio seguridad jurídica y buena fe, entendido como
la confianza legitima depositada en las autoridades del Estado.

Consecuencia de esto, resulta fácil concluir que fruto del invaluable laborío de la
Corte Suprema de Justicia al estudiar los casos sometidos a estudio en Casación
Civil, se traduce en que podemos descansar como sociedad en la certeza que la
impartición de justicia ejercida por los funcionarios judiciales con apego a la ley en
virtud del articulo 228 superior, se hace a tono con las nuevas situaciones jurídico

1
Sentencia SC2930-2021 de 14 de julio de 2021. Corte Suprema de Justicia- Sala de Casación Civil, M.P.
AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO. Expediente: 11001-31-10-019-2012-00542-01.
2
Sentencia CSJ SC10304-2014: “cuando se habla de la doctrina probable en derecho nacional, corresponde a
la categoría francesa de la “jurisprudence constante”; y a la conocida en España como la “doctrinal legal”,
institución encaminada a llenar vacíos, interpretar problemas jurídicos y brindar soluciones a lagunas
jurídicas, con fundamento en la jurisprudencia de las cortes de casación.”

2
contenciosas y, no menos importante, siguiendo los principios valores y derechos
fundamentales que contiene la Carta Política, amen que los conflictos resueltos en
derecho materializan varios de los fines sociales del Estado Social del Derecho
que se predica en Colombia, cuales son, promover la prosperidad general y
garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la
Constitución, asegurar la convivencia pacífica, como también la vigencia de un
orden social justo.

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