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Manual de Diseccion Humana Shearer
Manual de Diseccion Humana Shearer
H umana de Shearer
Séptima edición
ERRNVPHGLFRVRUJ
Traducción:
DR. CARLOS HERNÁNDEZ ZAMORA E.S.M., LP.N., MEXICO
DR. JOSE ANTONIO RAMIREZ ALMARAZ E.S.M., I.P.N., MEXICO
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Estómago
Bazo e hígado
Intestinos grueso y delgado
Duodeno y páncreas
Glándulas suprarrenales y riñones
Aorta abdominal y vena cava inferior
14.- Diafragma y pared abdominal posterior
15.- Perineo
Triángulo anal
Triángulo urogenital masculino
Triángulo urogenital femenino
16.- Pelvis menor
Pelvis masculina
Pelvis femenina
17.- Extremidad superior
Anatomía de superficie
Nervios y venas cutáneas
Región deltoidea
Región escapular
Región subescapular
Región flexora del brazo
Fosa cubital
Región flexora del antebrazo
Palma de la mano
Región extensora del brazo
Región extensora del antebrazo y la mano
Articulaciones
Articulación acromioclavicular
Articulación del hombro
Articulación del codo
Articulación de la muñeca
Articulaciones carpianas y metacarpianas
18.- Extremidad inferior
Anatomía de superficie
Venas y nervios cutáneos
Muslo
Región extensora del muslo
Región aductora del muslo
Región glútea
Región flexora del muslo
Fosa poplítea
La pierna
Región crural posterior
Región crural lateral
Región crural anterior
Región dorsal del pie
Planta del pie
Articulaciones
Articulación sacroiliaca
Articulación de la cadera
Articulación de la rodilla
Articulación del tobillo
Articulaciones del tarso y metatarso
Índice
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Introducción
Los instrumentos esenciales para la disección del cuerpo humano, son un par de
pinzas romas fuertes y un bisturí filoso con hoja ancha de tamaño medio o
grande. Una sonda flexible, un hemostato de tamaño medio, y en ocasiones se
necesita un par de tijeras de tamaño medio con un extremo agudo y uno
redondeado. No son esenciales para la disección las pinzas puntiagudas
pequeñas, de hoja angosta, los cuchillos puntiagudos, y varios instrumentos
quirúrgicos elaborados. El número y tipos de instrumentos seleccionados no se
necesitan conforme a esta lista, sino que pueden variar de acuerdo a las
necesidades y plan de estudio de las distintas escuelas de medicina.
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Las estructuras a exponerse y estudiarse después de que se desplaza la piel,
están embebidas en distintos tipos de tejido conectivo que se denominan bajo el
término genérico de fascia. Antes de que quite la fascia, se deben estudiar su
forma, extensión y conexiones. No sólo este tejido forma la estructura de sostén
(y en ocasiones encierra) de las diversas estructuras, ya que también es
importante para delimitar y dirigir la diseminación de las infecciones. La
disección del cuerpo consiste, en gran parte, en remover la fascia sin lesionar
las estructuras que contiene. Este proceso —el limpiado de los músculos
embebidos, nervios, arterias y otras estructuras— es un asunto tedioso y a
menudo usted se sentirá tentado a dejarlo incompleto y pasar a otras cosas una
vez que ha limpiado en forma parcial la estructura particular que busca. Sin
embargo, esto es una mala práctica, no sólo por el trabajo descuidado que
por sí mismo va en detrimento para la observación adecuada, sino también
por su efecto acumulado en la disección como un todo. Limpie cada estructura en
su totalidad. Mientras más intenso sea el limpiado de una región particular,
será más fácil y satisfactorio el limpiar y observar las estructuras más profundas.
El orden para la disección se inicia con la parte posterior por las siguientes
razones: 1).- Para aquellos que no están acostumbrados a la disección humana,
la disección de la parte posterior causa menos trauma emocional que el disecar
las aéreas del cuerpo que son visibles y mas familiares; por ejemplo, cara, mano.
2).- Debido a que la piel de la espalda es relativamente gruesa, la técnica para el
desollado se puede aprender más fácil que con la piel delgada que cubre las
aéreas ventrales del cuerpo. 3).- Por lo general, la cantidad de grasa en el tejido
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subcutáneo del dorso en menor que la que se encuentra en otras aéreas del
cuerpo, lo cual permite una disección mas fácil de los vasos superficiales y los
nervios. 4).- En este tejido subcutáneo, no hay grandes partes secretorias o
glándulas tales como la glándulas mamarias, que requieren una habilidad
adicional en la disección. 5).- Los músculos son grandes, se extienden en un área
muy amplia y por lo tanto son fáciles de limpiar. 6).- El estudiante que hace la
disección también se introduce en el concepto de los músculos más pequeños,
cortos, del grupo profundo sacroespinal. 7).- La disección de la columna vertebral,
se inicia el concepto de esqueleto en un estadio más temprano de la disección.
8).- Los nervios espinales y sus partes componentes, se estudian al inicio de la
disección del total del cuerpo, lo que facilita una mejor compresión de ellos
cuando se les encuentra en el subsecuente trabajo.
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Figura 1.2.- Términos de movimiento usados al hablar del ser humano:
abducción, significa mover hacia afuera de la línea media. Aducción:
significa moverse hacia la línea media. Rotación Lateral: significa girar
hacia afuera. Rotación medial: girar hacia dentro. Flexión: Doblar.
Extensión: enderezar (incrementar el ángulo de una articulación).
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INICIO EN EL LABORATORIO
El Cadáver
Son de importancia extrema el cuidado respetuoso y propio y el mantenimiento
del material cadavérico. Sus respuestas a las preguntas de los exámenes en el
laboratorio, se derivan de su cadáver y sus disecciones. ¿Es necesario decir algo
más?
Quizá necesite el limpiar el cadáver para prepararlo para disección. Siga los pro-
cedimientos provistos por su director de laboratorio. Conserve siempre el cadáver
y la mesa de disección limpios y libres de restos de carne y grasa. Deséchelos
según las instrucciones de su laboratorio en particular. No use los contenedores
ordinarios de basura para este propósito.
ELEMENTOS DE LABORATORIO
Libros y huesos
• Este manual
• Un buen atlas de anatomía humana
• Un texto completo de referencia de anatomía humana
• Acceso a un esqueleto articulado completo.
Ropa de protección
Se debe vestir lo siguiente siempre que esté llevando a cabo una disección:
• Una bata a prueba de agua y de grasa
• Guantes de hule.
Instrumentos de disección
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• Tijeras afiladas, ya sea con ambas hojas agudas o con un extremo
agudo y el otro redondeado —para otro tipo de cortes
• Sonda con punto mediano o fino —para separación segura y delinear
casi cualquier tipo de tejido
• Pinzas (con diente de ratón) —para sostener los colgajos cutáneos y
estructuras mayores
• Pinzas (con punta en forma de sierra, medianas o pequeñas) para sujetar
las pequeñas arterias, nervios y músculos.
• Hemostato de gran utilidad para sostener nervios y arterias mientras se
les rastrea o para jalar los colgajos cutáneos mientras se elimina la piel.
ORIENTACION
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interés. Estudie el dibujo. Note las estructuras, por donde pasan, y su relación
espacial con las que lo rodean. En este punto, quizá quiera relacionar las
estructuras del esqueleto o un modelo. Hágalo. Ahora, transfiera toda esta
información visual hacia su cadáver, lea la descripción del manual y las
direcciones en forma cuidadosa y empiece la disección. Si trabaja con un
compañero, uno de ustedes debe disecar, mientras el otro lee y localiza los
dibujos apropiados en el atlas. Hágalo durante un tiempo y después cambie
de lugar. Asegúrese de encontrar lo que está buscando. Después de un
corto periodo de tiempo estos pasos van a emerger en forma automática y
rutinaria, y harán que este curso sea uno de los más interesantes y
gratificantes que haya llevado en su carrera.
TECNICAS
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la piel a lo largo de este plano. Los sujetos obesos tienen una capa
subcutánea cargada de grasa, a través de la cual viajan nervios, arterias y
venas para alcanzar la piel. A menos
me nos que se le pida que haga otra cosa,
primero desplace la piel según se describió arriba y entonces use su
sonda para disecar y desplazar la grasa subcutánea. M ientras hace esto,
busque algunos ejemplos de nervios cutáneos, arterias y venas.
TIJERAS. Debe usar las tijeras para todo tipo de corte, con excepción de las
incisiones en piel. Puede utilizar tijeras q ue tienen un extremo agudo y el
otro redondeado o tijeras con los dos extremos a gu dos. Yo prefiero estas
últimas. Las tijeras son un instrume nto a gradable, fácil de usar, no sólo para
cortar sino también para separar
sepa rar y sondear las estructuras que están
embebidas en el tejido conectivo.
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las tijeras (fig. 3A). Con los bordes juntos, inserte la punta de la tijera en
este paquete. Ahora abra con cuidado las hojas de la tijera en un plano que
sea paralelo al curso del haz neurovascular. Repita este paso a lo largo del
curso del haz neurovascular y pronto empezará a descubrir intactos nervios,
arterias y venas. Esta técnica también funciona bien con un hemostato.
Figura 3.- Use las tijeras para separar venas, arterias y nervios. A,
inserte las tijeras cerradas entre las estructuras. B, abra las tijeras
para romper las bandas de tejido conectivo de recubrimiento y después
repítalo.
Ejemplo 1. Reflejar la piel del dorso. Cuando se desplaza la piel del dorso o de
cualquier otra área grande, su mano puede cansarse de sostener y jalar el
colgajo de piel entre sus dedos índice y pulgar, o por jalar el colgajo con pinzas
de diente de ratón. ¡Intente esto! Corte una pequeña apertura en forma de ojal a
lo largo de uno de los bordes del colgajo cutáneo, con el bisturí. Ahora
introduzca su dedo índice a través de ese agujero y jale (fig. 4). Continúe el
desplazamiento de la piel.
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También puede usted utilizar un hemostato agarrado al borde del colgajo cutá -
neo y jalar de éste.
Separación (sondeo)
La sonda para tejidos y las pinzas, se deben usar la mayoría de las veces
para separar los tejidos, eliminar grasa, y definir músculos, nervios, arterias
y venas. Son menos factibles de causar daño tisular, que puede resultar si
usted no percibe una estructura identificable en su disección. No use el bisturí
para separar los tejidos.
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final, cada arteria, nervio y vena estarán limpias e intactasin tactas aún en sus
posiciones naturales en relación con las estructuras adyacentes. Es ta técnica
toma tiempo y paciencia al principio, pero con la práctica se hará de rutina.
Ejemplo 2: Separación de músculos dentro de un grupo. Se pueden separar
músculos grandes uno del otro a lo largo de sus planos faciales ya sea con una
sonda o con sus dedos. Después de mirar un dibujo apropiado en el atlas, estime
la localización del plano facial mediante la separación de los músculos en
cuestión, en el cadáver. Empiece por deslizar sus dedos en la sonda a lo largo del
plano hasta que usted obtenga una separación clara a lo largo de toda la longitud
del músculo.
Venas
por lo general son múltiples
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por lo general están llenas de sangre coagulada
tienen paredes delgadas
se desgarran con facilidad
Arterias
tienen paredes gruesas
tienen lumen
se desgarran de manera más fácil que los nervios
Nervios
son duros y de apariencia de cordón
no tienen lumen
vibran cuando se jalan y se ponen tensos y se arrancan o se tira de
ellos con una sonda (la prueba del vibrado); las arterias no lo harán y
pueden desgarrarse.
5.- Lleve usted a cabo la disección del tejido suave partiendo de una
comprensión de la estructura ósea subyacente. Inicie cada nueva área
de disección mediante el estudio de la estructura ósea apropiada.
6.- Es común la variación anatómica entre los individuos. No espere
usted que cada estructura (nervios, arterias, venas, huesos, músculos,
etc.) sea idéntica en todos los especímenes. Sólo de manera
infrecuente, se desviará una estructura del promedio lo suficiente para
ser llamado una rareza o anomalía.
7.- Antes de llevar a cabo cualquier incisión cutánea, esté seguro de
estudiar la anatomía de superficie de tal área.
8.- En ocasiones, los niveles vertebrales de los órganos y otras
estructuras, se encuentran un poco más alto en el cadáver que en el
humano vivo de pie.
9.- Usted aprenderá anatomía humana gruesa mejor en el laboratorio y
mediante la disección, que en cualquier otra parte o con cualquier otro
método.
CONCLUSION
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Capítulo 1
Dorso
Para su disección se coloca el cuerpo boca abajo, con un bloque que eleve
el tórax para que la cabeza cuelgue libre y quede estirada la parte posterior del
cuello. Antes de desprender la piel se identificarán algunos puntos
superficiales. En la línea media de la base del cráneo está la protuberancia
occipital externa. Hacia afuera, por abajo de la parte inferior del oído
externo, se encuentra la apófisis mastoides. Describiendo un arco entre la
protuberancia occipital externa y la apófisis mastoides en cada lado, está la
línea curva superior del occipital. En la línea media de la espalda se palpan las
apófisis espinosas de la mayor parte de las vértebras. La apófisis espinosa
vertebral más superior que por lo general se palpa, es la de la séptima vértebra
cervical (vértebra prominente). Las apófisis espinosas cervicales superiores
están separadas de la piel por el ligamento triangular o nucal, resistente
banda fibrosa que se extiende en el plano medio de la protuberancia occipital
externa, a la sexta vértebra cervical y se inserta en las apófisis espinosas de
todas las vértebras cervicales. Por debajo de la última apófisis espinosa
lumbar, en posición subcutánea, está la cara posterior del sacro, y por
abajo de éste entre las dos regiones glúteas, está el cóccix. La cresta iliaca se
identifica por que forma un arco hacia afuera a partir de la espina iliaca
posterosuperior. La parte posterior de la cresta iliaca a menudo está cubierta
por una capa bastante gruesa de grasa subcutánea.
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las regiones cervical y torácica superior, y hacia afuera en la región torácica
inferior (veas Atlas).
Los más superficiales del dorso son el trapecio y el dorsal ancho (figura 1.2).
Limpie el trapecio quitando las aponeurosis superficial y profunda que cubren toda
su cara superficial. Al limpiar la parte más superior del músculo, cuide el nervio
occipital mayor, que es la terminación de la rama ra ma dorsal del segundo nervio
cervical. Perfora el trapecio un poco por abajo y afuera de la protuberancia occipital
externa y se dirige hacia arriba en la aponeurosis para repartirse por la parte pos-
terior del cuero cabelludo. En su distribución se acompaña por las ramas
terminales de la arteria occipital (figura 1.3). Al limpiar la parte superior del borde
lateral de éste tenga cuidado de conservarconservar las estructuras de la región
posterior del cuello. El trapecio es un músculo triangular aplanado que se
origina del tercio interno de la línea curva superior del occipital, del ligamento
nucal en toda su longitud, y de las apófisis espinosas de todas las 12 vértebras
torácicas. Sus fibras convergen hacia afuera hasta una inserción en forma de V
en el tercio externo del borde posterior de la clavícula, el borde interno del
acromion y el borde superior de la espina de la escápula.
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aponeurosis superficial de la re gión situada
Limpie el dorsal ancho. Al quitar la aponeurosis
justo por fuera de las apófisis espinosas de las vértebras lumbares, no corte o
profunda, que en este lugar se conoce como aponeurosis
quite la aponeurosis profunda,
toracolumbar. Se identifica por el aspecto aponeurótico brillante de su cara
superficial. Se inserta en las apófisis espinosas lumbares y sacras
sacras y se extiende
hacia afuera como una ancha lámina aponeurótica. La toracolumbar difiere de
la profunda que se encuentra por lo general rodeando los músculos donde es muy
densa. En la región lumbar del dorso se dispone en dos hojas las cuales
contienen los músculos profundos de la región. La lámina brillante es la más
superficial de éstas (hoja posterior) y debe limpiarse al mismo tiempo que el
dorsal ancho, ya que este músculo se origina, en parte, de ella.
La relación de los músculos trapecio y dorsal ancho con las demás estructuras del
dorso crea dos triángulos de importancia clínica. El superior, el triángulo de
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auscultación, es el espacio limitado, y por el músculo trapecio, el dorsal ancho y el
borde vertebral de la escápula. En ambos lados del dorso, éste puede agrandarse
sobre la sexta y la séptima costillas y el espacio que las separa cuando se cruzan
los brazos sobre el pecho y se inclina el tronco hacia adelante, es usado para
auscultar con más claridad las estructuras situadas dentro de la cavidad torácica.
Más abajo a ambos lados, se encuentra otra zona triangular, el triángulo lumbar,
formado por la parte- inferior del borde externo del dorsal ancho, el borde
posterior del músculo oblicuo mayor y la cresta iliaca. El músculo oblicuo menor
(interno) forma el piso de éste, que es un punto débil de la pared abdominal
posterior.
Fig. 1.3 Parte superior del dorso después de separar el trapecio. Se quitó un
segmento del romboides menor.
Como regla, casi todos los músculos reciben sus vasos y nervios por su
cara profunda.
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El trapecio es inervado por el nervio espinal o accesorio, undécimo nervio craneal
(SIC XI), complementado por ramas del tercero y el cuarto nervios cervicales.
Todos alcanzan la cara profunda del músculo, pasando a través del triangulo
posterior del cuello. Se acompañan por la rama superficial (ascendente) de la
arteria cervical transversa (figura 1.3).
Limpie los dos músculos romboides, que a veces se encuentran más o menos
fusionados. El romboides menor es estrecho y aplanado, tiene su origen en la
parte inferior del ligamento nucal la apófisis espinosa de la séptima vértebra
cervical. Sus fibras se dirigen hacia abajo y afuera para conectarse en el
borde vertebral de la escápula, frente a la espina de la misma. El romboides
mayor es aplanado, mucho más ancho situado justo por abajo del menor. Se
origina en las apófisis espinosas de las cuatro o cinco vértebras torácicas
superiores y se introduce en el borde vertebral de la escápula por abajo de
la espina.
Limpie los músculos serratos posteriores (vea su Atlas). Estos son dos
músculos delgados y planos que a menudo son más tendinosos que
musculares. El serrato menor posterosuperior es profundo al romboides y sus
fibras corren en la misma dirección. Se origina de la parte inferior del
ligamento nucal y de las apófisis espinosas de la séptima vértebra cervical y
las dos o tres primeras torácicas; se conecta por medio de cuatro fascículos en
la cara externa de la 2a. a la 5a. costillas. El serrato menor posteroinferior
está cubierto por el dorsal ancho. Nace de la hoja posterior de la aponeurosis
toracolumbar en la región de las vértebras torácicas inferiores y las lumbares
superiores. Sus fibras van hacia arriba y afuera para entrar en la cara
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externa de las cuatro últimas costillas. Cuando los músculos serratos posteriores
se hayan estudiado, despréndalos hacia afuera. Al hacerlo trate de identificar
las pequeñas ramas de los nervios intercostales que emergen de los espacios
para inervarlos.
El trapecio recibe su principal inervación de un nervio craneal, el espinal o
accesorio. Los otros músculos del dorso que se estudiaron hasta ahora
reciben su inervación de las ramas ventrales de los nervios espinales. Los
músculos profundos del dorso, que se estudiarán a continuación, están
inervados por las ramas dorsales de los nervios espinales. Recuerde que
son los únicos músculos del cuerpo que se inervan así.
Debido a sus inserciones, los músculos superficiales del dorso (excepto los
serratos) se relacionan con el aspecto funcional de movimientos de la extremidad
superior.
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músculos de la más común, diríjalos hacia adentro a través de la cara
descubierta de la hoja anterior y observe que esta capa de la aponeurosis
entra en las apófisis transversas de las vértebras lumbares, que se encuentra por
delante de los músculos de la más común. Observe que las laminillas anterior
posterior de la aponeurosis se fusionan a lo largo del borde externo de la
masa muscular. Es esta porción lateral fusionada de la aponeurosis
toracolumbar la que entra en relación con los músculos de la pared abdominal
anterior. Por última haga una pequeña incisión longitudinal en la porción
descubierta de la laminilla anterior. Al separar los bordes de ésta descubrirá
la cara posterior del músculo cuadrado lumbar, que es uno de los músculos
de la pared posterior de la cavidad abdominal.
Fig. 1.4.- Corte transversal en la región inferior del dorso que muestra
las hojas de la aponeurosis toracolumbar.
Limpie y estudie los músculos de la masa común. Hacia abajo, tiene un
extenso origen carnoso común en las apófisis espinosas de todas las vertebras
lumbares, el dorso del sacro, el ligamento sacroiliaco posterior, la parte más
alejada de la cresta iliaca, y la cara profunda de la porción inferior de la hoja
posterior de la aponeurosis toracolumbar. Cuando las fibras van hacia arriba a
partir de su origen, la masa se separa en tres columnas longitudinales
paralelas. La columna más externa se conoce como músculo iliocostal, la
intermedia como músculo dorsal largo y la menor y más interna como
músculo epiespinoso. No es esencial una disección detallada de cada uno de
los fascículos y subdivisiones de los músculos de la masa común, pero se
limpiarán y estudiarán para demostrar los siguientes hechos.
La separación entre el iliocostal y el dorsal largo está señalada por la línea a lo
largo de la cual emergen las ramas cutáneas de las ramas dorsales de los
nervios espinales. El iliocostal se subdivide de abajo hacia arriba en tres
porciones: porción lumbar, porción torácica y porción cervical. La porción
lumbar del iliocostal parte del origen común y se conecta por medio de una
serie de fascículos en los ángulos de las seis o siete últimas costillas. La porción
torácica del Iliocostal recibe fascículos adicionales que proceden de las seis
últimas costillas, justo por dentro de los ángulos, y entra en los ángulos de las
seis primeras costillas. La porción cervical del iliocostal recibe fascículos
musculares de las primeras costillas y se inserta en las apófisis transversas
de las tres o cuatro últimas vértebras cervicales. Los fascículos de inserción del
iliocostal se ven aunque el músculo esté en su posición, pero los fascículos
de origen están cubiertos por la masa muscular principal. Pueden
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descubrirse si se desplaza hacia afuera a toda la masa muscular. Obsérvese
que, en realidad, las tres porciones del iliocostal no son libres en el aspecto
estructural: la subdivisión es un asunto arbitrario de nomenclatura anatómica.
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lado opuesto por el ligamento nucal.
Las lesiones del dorso que son provocadas por accidentes traumáticos (por ejemplo,
automovilísticos, industriales o deportivos) con frecuencia los afectan. Es difícil localizar
los lugares específicos de las lesiones por los medios convencionales, a menos que se
vea afectado el esqueleto.
TRIANGULO SUBOCCIPITAL
Use el mango de una pinza y por disección roma roma separe el músculo complejo
mayor del ligamento nucal. Identifique el el trayecto del nervio occipital mayor y de la
rama dorsal del tercer nervio cervical que pasa por dentro de éste o a través de él.
Secciónelo de manera transversal al nivel de la apófisis espinosa de la tercera
vértebra cervical. Separe sus extremos hacia arriba y hacia abajo para descubrir
los músculos rectos posteriores mayor y menor de la cabeza y los oblicuos menor
o superior y mayor o inferior de la cabeza. Siga el nervio occipital mayor en
dirección proximal hacia su origen y encontrará que está en relación directa
con el músculo oblicuo mayor o inferior, rodeando su borde inferior.
inferior. Esto ayudará
a identificar el pequeño triángulo suboccipital, formado por los múscu los
oblicuos mayor y menor y recto posterior mayor (figura 1.5). Estos, además del
recto posterior menor, se extienden del axis al atlas y de éstos dos a la base del
hueso occipital. Al quitar la aponeurosis y las venas (plexo venoso suboccipital) del
triángulo, busque las ramificaciones de la rama dorsal del primer nervio cervical,
que inerva a estos cuatro pequeños músculos. Introduzca
Introduzca una sonda o la punta de
las pinzas a través de la aponeurosis y los ligamentos que hay en el piso de la
parte superior de este triángulo. Se identificará un espacio virtual entre la base del
hueso occipital y el arco posterior del atlas. Quite la aponeurosis y los
ligamentos e identifique el trayecto de la la arteria vertebral sobre el arco posterior
del atlas. Revise en un texto de anatomía descriptiva las inserciones y relaciones
de los ligamentos del atlas, el axis y el hueso occipital.
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CONDUCTO VERTEBRAL Y MEDULA ESPINAL
Como estas venas no presentan válvulas, la sangre puede circular por ellas en ambas
direcciones, dependiendo de las presiones intratorácica y abdominal. Por lo tanto, son
muy importantes cuando se habla de metástasis de células tumorales o virus.
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Abra la aracnoides a lo largo para descubrir la píamadre espinal, la médula espinal
y las raíces de los nervios espinales. La pía es la más interna de las tres meninges.
Es una membrana delicada que se une con tal profundidad a la superficie externa
de la médula espinal y las raíces de los nervios, que algunos la consideran como
parte integral de la médula espinal. Entre ella y la aracnoides aparece el espacio
subaracnoideo. Es mucho mayor que el espacio subdural, en particular en la
región lumbar inferior. Contiene el líquido cefalorraquídeo (LCR), que baña y
protege la médula. Numerosas trabéculas aracnoideas atraviesan el espacio
subaracnoideo para fijarse a la pía.
De la médula espinal se originan, cada uno por dos raíces, ocho pares de nervios
cervicales, 12 de nervios torácicos, cinco de nervios lumbares, cinco de nervios
sacros y uno de nervios coccígeos. Corte al través de la médula espinal y sus
meninges al nivel de la segunda y la sexta vértebras torácicas. Corte los nervios
espinales en ambos lados, a casi 2.5 cm hacia afuera de este segmento de
médula espinal y extraiga éste del conducto raquídeo, junto con sus cubiertas
meningeas y las raíces nerviosas unidas a él. Abra las cubiertas meningeas por
medio de una incisión longitudinal a todo lo largo de la cara anterior de éste. Las
raíces dorsales están formadas por fibras nerviosas aferentes (sensitivas) y
se originan en el surco colateral posterior de la cara posterior de la médula.
Las raíces ventrales están formadas por fibras nerviosas eferentes
(motoras) y nacen en el surco colateral anterior de la cara anterior de la
médula. Cada raíz se origina no como una sóla estructura, sino como una
serie lineal de raicillas, que se unen para formar una sóla. Las raíces dorsal y
ventral de cada nervio permanecen libres dentro del conducto vertebral y se
unen para formar un nervio espinal sólo hasta que alcanzan los agujeros de
conjunción.
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Debido al gran espacio entre la cuarta y la quinta vértebras lumbares, las apófisis
espinosas lumbares de posición horizontal, la ausencia de médula espinal en la
región lumbar inferior y la cola de caballo que flota con libertad, los médicos
pueden introducir con facilidad y seguridad una aguja en el espacio subaracnoideo
(punción lumbar) para extraer LCR para exámenes de laboratorio, o para
suministrar anestésicos, (anestesia raquídea) y medios de contraste para
radiología. Las crestas iliacas se encuentran al nivel de la apófisis espinosa de la
cuarta vértebra lumbar y por ello guían al médico en este procedimiento.
En las partes laterales entre las raíces dorsales y ventrales, la pía se engrosa a
todo lo largo de la médula para formar el ligamento dentado, llamado así por su
aspecto y formado por 20 a 22 prolongaciones que atraviesan el espacio
subaracnoideo y la aracnoides para fusionarse con la dura.
En la parte superior de la médula espinal, pe arriba del nivel de las raíces del
quinto nervio cervical, observe las raicillas que forman la raíz espinal del XI
nervio craneal, espinal o accesorio. Estas fibras salen de la parte lateral de la
médula espinal y forman un sólo tronco que asciende entre el ligamento
dentado y las raíces dorsales de los nervios espinales para entrar al cráneo
por el agujero occipital.
Con las pinzas para hueso, desprenda las apófisis articulares que forman el
límite posterior de uno o dos agujeros de conjunción en la región torácica
inferior para descubrir el ganglio espinal (de la raíz dorsal) y el tronco del
nervio espinal. El ganglio, uno en cada raíz dorsal, es un ligero bulto proximal
al punto de unión con la raíz ventral. El tronco nervioso y el ganglio están
envueltos en una prolongación de la duramadre y la aracnoides, que se
apartarán con mucho cuidado. Observe que el tronco del nervio espinal es
muy corto, y que cada uno de ellos se divide casi enseguida en una rama
ventral y una dorsal. La rama dorsal se dirige directo hacia atrás atravesando
los músculos profundos del dorso. La rama ventral va hacia afuera para
distribuirse por las paredes del cuerpo y las extremidades; por general es mayor
que la rama dorsal. Las rama ventrales de los nervios torácicos son los nervio
intercostales y el nervio subcostal; las de los nervios cervicales, lumbares y
sacros participan en la formación de los plexos cervical, braquial, lumbar y
sacro.
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Capítulo 2
Región pectoral
Antes de disecar la región pectoral, identifique los puntos óseos que se
palpan a través de la piel. En la línea media, en la base del cuello, está la
escotadura yugular (suprasternal), que señala el límite superior del manubrio
del esternón. A cada lado de la escotadura yugular se nota la prominencia
de la extremidad interna de la clavícula, que forma parte de la articulación
esternoclavicular, única articulación ósea entre la extremidad superior y el
esqueleto axial. La clavícula es palpable en toda su longitud. En su
extremidad externa se articula con el acromion de la escápula, que también es
subcutáneo y forma la prominencia ósea del hombro. A través de la piel, en
la línea media, se palpan en toda su longitud el manubrio y el cuerpo del
esternón. En la pared anterior del cuerpo, al nivel de la extremidad inferior del
cuerpo del esternón, aparece una depresión que corresponde al apéndice
xifoides del esternón. A unos cuatro cm por abajo de la escotadura yugular
hay una cresta ósea transversal prominente. Este es el ángulo esternal, la
unión entre el manubrio y el cuerpo, que se encuentra en el mismo plano
horizontal que el borde inferior de la cuarta vértebra torácica.
Coloque los brazos en abducción y observe los pliegues axilares. Estos son
pliegues de piel, aponeurosis y músculos que limitan la axila. El pliegue
asilar anterior está formado por los músculos pectorales mayor y menor. El
pliegue axilar posterior, que se extiende más hacia abajo, se conforma casi
todo por el dorsal ancho. Entre los dos pliegues, la piel, cubierta de pelo, se
hunde para formar el piso arqueado de la axila. Para la disección de la región
pectoral y la axila, hay que colocar los brazos extendidos y en abducción, y
fijarlos en esta posición a una tabla larga colocada bajo los hombros. Hay que
abducir los brazos sólo en la medida que permitan tal movimiento; la
abducción completa desgarrará los músculos. En posteriores disecciones
se abducirá en forma gradual los brazos hasta descubrir la axila por completo.
Con el cuerpo en esta posición, hay que hacer las siguientes incisiones en piel, que
se ilustran en la figura 2.1: 1) En la línea media, de la escotadura yugular a la parte
media del apéndice xifoides; 2) en ambos lados, del extremo superior de la
primera incisión hacia afuera, a todo lo largo de la clavícula, hasta el vértice del
acromion; 3) en ambos lados, del extremo inferior de la primera incisión hacia
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afuera y algo hacia abajo, cruzando la pared torácica, hasta el pliegue axilar
posterior, y 4) también en ambos lados del extremo inferior de la primera incisión
hacia arriba y afuera hasta el pezón, rodeándolo con una incisión circular, y luego
hacia afuera y arriba, siguiendo la línea del pliegue axilar anterior, y luego hacia abajo
por la cara anterior del brazo por unos 15cm. Luego hay que hacer incisiones
transversales cruzando la cara anterior del brazo unos cinco cm. Los grandes
colgajos de piel así delimitados deben jalarse hacia los lados. Puede haber
dificultad para desprender la piel de la axila, ya que es muy delgada y está unida con
firmeza a la aponeurosis axilar.
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Los tumores de mama envían metástasis al sistema nervioso central, pulmones y otras
partes del cuerpo por medio de sus sistemas de drenaje linfático y venoso. Es importante
aprender esto en un libro de anatomía descriptiva.
En el otro lado deje la mama como punto de referencia y para observar sus
vasos sanguíneos, que proceden de los que riegan los músculos pectorales.
En este lado hay que limpiar el músculo pectoral mayor desprendiendo la
aponeurosis a partir de los límites periféricos de la mama.
La pared anterior de la axila está formada por los músculos pectorales mayor
ANATOMIA HUMANA - DISECCION Página 30
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y menor. En un lado desprenda la porción clavicular del pectoral mayor cerca de
su origen y corte la porción esternocostal paralela al esternón, a unos 2.5 cm
por fuera de él (figura 2.2). El segmento de músculo que se desprendió
puede separarse luego hacia afuera, en dirección de su inserción. Al
hacerlo descubre el músculo pectoral menor subyacente, y se ven los vasos y
nervios destinados al pectoral mayor entrando a él por su cara profunda. Limpie
los nervios y arterias. Los nervios son ramas de los nervios pectorales interno y
externo. El nervio pectoral externo (del pectoral mayor) se origina en el
tronco secundario anteroexterno del plexo braquial y alcanza la cara profunda
del pectoral mayor rodeando el borde interno del pectoral menor. El nervio
pectoral interno (del pectoral menor), rama del tronco secundario anterointerno
del plexo braquial, puede perforar al pectoral menor, pero puede aparecer en su
borde externo. Las arterias que penetran por la cara profunda del pectoral
mayor son las ramas pectorales de la arteria acromiotorácica, que también
aparecen en el borde interno del pectoral menor. Por lo general, el pectoral
mayor no se puede desprender adecuadamente sin disecar estos vasos y
nervios de su cara profunda. Córtelos, pero conserve un fragmento de
músculo unido a ellos para que sea fácil identificarlos después.
Fig. 2.2 Axila abierta por delante después de separar el pectoral mayor
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aponeurosis clavipectoral se dirige hacia afuera, a partir del borde
inferoexterno de este músculo, formando el ligamento suspensorio de la axila,
para fusionarse con la aponeurosis axilar.
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Capítulo 3
Axila
La axila es un espacio virtual, más o menos piramidal, que se encuentra entre la
parte superior del brazo y la parte superior de la pared lateral del tórax
(figura 3.1). Su pared posterior se estudió en el capítulo 2. La pared interna
está formada por las costillas y músculos intercostales superiores, cubiertos
hacia afuera por el músculo serrato mayor. Su estrecha pared externa está
formada por la cara interna de la porción superior del húmero, cubierta por
el músculo coracobraquial. Su pared posterior, que se extiende más hacia
abajo que la anterior, es formada de arriba hacia abajo y afuera por los
músculos subescapular, redondo mayor y dorsal ancho. El vértice de la axila
es una abertura triangular, el conducto cérvicoaxilar, limitado por la primera
costilla, el borde superior de la escápula y el borde posterior de la clavícula.
Por él pasan importantes vasos y nervios del cuello a la axila y de esta la
extremidad superior.
Fig. 3.1.- La axila, en forma de pirámide, tiene cuatro paredes, una base y
un vértice.
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Con frecuencia se pueden palpar ganglios inflamados (linfadenitis) en la axila, que en
este caso está hipersensible y duele. Como los ganglios a menudo participan en las
metástasis de los cánceres de mama, se extirpan sistemáticamente como parte
de una mastectomía.
Los diversos nervios que quedaron descubiertos son las ramas terminales del
plexo braquial. Su distribución no se puede estudiar sino hasta que se
diseque el brazo pero se le pueden seguir hasta sus orígenes en la parte
interna de la axila. Sin embargo, antes de hacerlo, se tendrá una idea
general de la disposición del plexo braquial y su relación con la arteria axilar.
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en una rama anterior y otra posterior, que vuelven a combinarse para formar
los troncos secundarios del plexo. El tronco secundario anteroexterno se forma
por la unión de las ramas anteriores de los troncos primarios superior y
medio, el tronco secundado anterointerno es continuación de la rama
anterior del tronco primario inferior, y el tronco secundario posterior se forma
por la unión de las tres ramas posteriores. Los tres troncos secundarios se
disponen alrededor de la segunda porción de la arteria axilar en las
posiciones que corresponden a sus nombres. Los nervios descubiertos en la
parte externa de la axila son las ramas terminales, que derivan de los tres
troncos secundarios.
La vena axilar, que suele describirse como única, a menudo consta de dos o
más vasos paralelos que se anastomosan. Sus tributarias corresponden a
las ramas de la arteria y las acompañan. Después de observar el hecho
importante de que en todo su trayecto la vena se encuentra por dentro y algo
por delante de la arteria, quite las venas para facilitar la limpieza y el estudio
de las arterias y nervios.
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aponeurosis y piel. Las ramas de la arteria axilar varían, pero en la mayor
parte de los casos son las siguientes. De la primera porción se origina una
rama pequeña, la arteria torácica superior, que se distribuye por la parte
superior de la pared torácica. De la segunda porción, cerca de su comienzo, se
origina la arteria acromiotorácica. Este tronco corto y grueso perfora la
aponeurosis clavipectoral y se divide en un grupo de ramas radiadas, que se
denominan, según las regiones que riegan, deltoidea, pectoral, acromial y
clavicular.
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anterior es una pequeña rama que se origina de manera independiente o en un
tronco común con la circunfleja humeral posterior de la cara anteroexterna
de la axilar, y se dirige hacia afuera a través de la parte anterior del brazo,
para desaparecer bajo el músculo coracobraquial. La arteria circunfleja
humeral posterior, que es de mayor tamaño, procede de la cara posterior de
la arteria axilar y se dirige hacia atrás y abajo, para desaparecer casi enseguida
en un surco de la pared posterior de la axila, entre los bordes adyacentes de
los músculos subescapular y redondo mayor. En este surco se acompaña por
el gran nervio circunflejo o axilar.
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torácico largo o el serrato mayor, que corre hacia abajo sobre la cara externa
del músculo, casi en la línea axilar media. Se deriva de los nervios cervicales
quinto, sexto y séptimo.
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Capítulo 4
Los triángulos anterior y posterior del cuello son regiones anatómicas cuyos
límites dependen de la posición del músculo esternocleidomastoideo. El
triángulo anterior, cuyo vértice se dirige hacia abajo, se encuentra por delante
del esternocleidomastoideo, cuyo borde anterior forma el limite posteroexterno
del mismo; el límite superior, por el borde inferior del maxilar inferior, y el
interno, por la línea media del cuello, desde la sínfisis mentoniana hasta la
escotadura yugular del esternón. Los triángulos anteriores de los dos lados
están separados entre sí por la línea media. El triángulo posterior, cuyo
vértice se dirige hacia arriba, se encuentra detrás del esternocleidomastoideo,
cuyo borde posterior forma su límite anterior; el límite inferior, por el tercio
medio de la clavícula y el posterior, por el borde anterior del músculo trapecio.
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Fig. 4.1 Puntos de referencia superficiales e incisiones cutáneas en el
cuello.
Esta última parte no se puede ver a menos que se haya disecado la cara.
Localice las ramas de los nervios supraclaviculares en la aponeurosis
superficial en el borde inferior del músculo cutáneo del cuello (fig. 4.2); si es
necesario, separe las fibras inferiores del músculo para identificar los nervios.
Cuando haya observado el cutáneo del cuello, despréndalo de la clavícula
hacia arriba y adentro hasta el borde inferior del maxilar inferior; déjelo
unido a los músculos faciales. Hágalo con cuidado para evitar daño a los
nervios y vasos que se encuentran justo por abajo de éste. Al aproximarse al
ángulo del maxilar inferior, proteja la rama cervical del nervio facial, que sale
por atrás de la parte inferior de la glándula parótida para abordar la cara
profunda del cutáneo del cuello, al que inerva. Observe que la extremidad
inferior de la glándula parótida llena el estrecho espacio entre el borde
posterior de la rama ascendente del maxilar inferior y el borde anterior del ester-
nocleidomastoideo. La mayor parte de la glándula está cubierta por la piel de
la cara.
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interno cruza la porción inferoexterna del esternocleidomastoideo para
distribuirse por la piel de la región de la articulación esternoclavicular.
TRIANGULO POSTERIOR
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sea posible al lado opuesto. Un bloque grande de madera colocado bajo las
escápulas es de gran ayuda.
El piso del triángulo posterior está formado por las caras externas de varios de
los músculos profundos del cuello, cubiertos por la capa prevertebral de la
aponeurosis cervical. Estos son, de arriba hacia abajo, el esplenio de la cabeza,
el elevador de la escápula y los escalenos medio y posterior (figura 4.3). En el
triángulo aparece sólo una porción de cada uno, pero se les identificará al
avanzar la disección. A veces aparece el escaleno anterior en el ángulo
anteroinferior del triángulo, pero por lo general está por completo cubierto por el
esternocleidomastoideo. La extensión real del triángulo es el espacio virtual,
mucho más profundo abajo que arriba, entre el piso musculoaponeurótico y el
techo aponeurótico. Limpie las estructuras contenidas en él y los músculos que
forman su base, quitando con cuidado la aponeurosis y la grasa. Observe que
abajo hay una continuación directa entre el triángulo posterior y la axila,
mediante una abertura triangular conocida como conducto cervicoaxilar, limitado
por la clavícula, el borde superior de la escápula y la primera costilla.
Siga los nervios cutáneos ya descubiertos hacia atrás, hasta los puntos en que
emergen del borde posterior de esternocleidomastoideo. El plexo cervical, del que
se originan todos esto nervios, está cubierto por el esternocleidomastoideo y será
descubierto después, al separar éste. En seguida identifique y limpie el nervio
espinal o accesorio, raíz espinal del undécimo nervio craneal, que emerge de
abajo del esternocleidomastoideo en intima relación con el nervio occipital menor,
y se encamina hacia abajo y atrás sobre el elevador de la escápula y desaparece
bajo el trapecio, al cual inerva. Poco más abajo se observan una o dos ramas
nerviosas más pequeñas, que siguen un trayecto similar a través del triángulo;
éstas son ramas musculares (C3 y C4) del plexo cervical, que dan inervación adi-
cional al trapecio.
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Fig. 4.3.- Disección profunda del triángulo posterior del cuello.
En seguida preste atención a las raíces y troncos primarios del plexo braquial, que
se encuentra en situación profunda en la parte anteroinferior del triángulo
posterior. Las raíces del plexo son las ramas ventrales del quinto al octavo nervios
cervicales y del primer nervio torácico, que se dirigen hacia abajo y afuera dentro
del triángulo, a partir del espacio entre los músculos escaleno anterior y escaleno
medio. Las raíces se combinan para formar los troncos primarios superior, medio
e inferior, cuyo trayecto continúa hacia abajo y afuera aplicados al escaleno medio
para entrar a la axila por el conducto cérvicoaxilar.
El plexo braquial o la arteria subclavia pueden comprimirse al pasar entre los músculos
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escalenos o por el conducto cérvicoaxilar, lo que produce algunas manifestaciones del
síndrome de compresión neurovascular. Los síntomas incluyen dolor y disfunción de la
extremidad superior.
Limpie primero el tronco primario superior, que se forma por la unión de las ramas
ventrales del quinto y sexto nervios cervicales y origina dos ramas en el triángulo
posterior: el nervio suprascapular y el nervio del subclavio. Este último es una
pequeña rama que se dirige hacia abajo y adelante a través del tejido areolar de
la parte inferior del triángulo, y luego bajo la clavícula para inervar al músculo
subclavio. El nervio suprascapular es una rama mucho mayor que se orienta
hacia afuera, en dirección del borde superior de la escápula. El tronco primario
medio del plexo se encuentra abajo del tronco primario superior y es
continuación directa de la rama ventral del séptimo nervio cervical; no da ramas
en el triángulo posterior. El tronco primario inferior se conforma por la unión de las
ramas ventrales del octavo nervio cervical y el primer torácico; su trayecto en el
triángulo posterior es muy corto y carece de ramas en esta zona.
Identifique y limpie los nervios escapular posterior y torácico largo (fig. 4.3).
Ambos derivan de las raíces superiores del plexo, pero su origen es demasiado
profundo para verse en este momento. Entran al triángulo a través del músculo
escaleno medio y se guían hacia abajo sobre la superficie de este músculo,
inclinándose un poco hacia atrás. El nervio escapular posterior es el más alto de
los dos; abandona el triángulo penetrando en el piso por el espacio entre el
escaleno medio y el elevador de la escápula, en intima relación con la rama
profunda de la arteria cervical transversa. El nervio torácico largo (nervio del
serrato mayor) sigue un trayecto más vertical y pasa por atrás de los troncos
primarios del plexo en la axila.
Limpie las porciones de la vena y la arteria subclavias que ahora son accesibles.
La vena subclavia se encuentra justo por atrás de la clavícula, en el ángulo
anteroinferior del triángulo posterior (de la subclavia) y se encamina hacia
adentro, por atrás del esternocleidomastoideo y por delante del escaleno anterior.
En esta región recibe la terminación de la vena yugular externa. Por atrás de la
vena subclavia, la arteria suprascapular cruza por delante al escaleno anterior en
la parte más inferior del triángulo posterior y se une al nervio suprascapular cerca
del borde superior de la escápula. La segunda porción de la arteria subclavia se
encuentra por atrás del escaleno anterior, que la separa de la vena. La tercera
porción, que ahora hay que limpiar, va del borde externo del escaleno anterior al
borde externo de la primera costilla. Descansa sobre la cara superior de ésta y se
encuentra por abajo y adelante del tronco primario inferior del plexo braquial; en el
borde externo de la primera costilla se transforma en arteria axilar. Por lo general
no da ramas, pero a veces se pueden originar de ella la escapular posterior, la
suprascapular, o ambas.
TRIANGULO ANTERIOR
El techo del triángulo anterior también está formado por la hoja de revestimiento
de la aponeurosis cervical profunda, que se extiende del borde anterior del
músculo esternocleidomastoideo de un lado al del otro. Por arriba se inserta
en el borde inferior del maxilar inferior, y más hacia atrás ayuda a formar la
envoltura aponeurótica de la glándula parótida. Está unida con firmeza al
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cuerpo del hueso hioides, cuya posición se determina por palpación. Por
abajo se inserta en la clavícula, y en la línea media, se divide en hojas
anterior y posterior que penetran en los bordes anterior y posterior,
respectivamente, de la escotadura yugular del manubrio del esternón, por
lo que queda entre ellas un espacio virtual conocido como espacio
suprasternal (de Burns). Este contiene algunos ganglios linfáticos, tejido
conectivo areolar y un arco que une las venas yugulares anteriores. Las venas
yugulares anteriores se forman en la cara externa de la aponeurosis por la
unión de varias venas pequeñas en la región de la protuberancia
mentoniana; cada una desciende justo por fuera de la línea media para
penetrar en el espacio suprasternal. Un poco por arriba del manubrio, cada
una se dobla hacia afuera por atrás del esternocleidomastoideo para terminar
en la vena yu gular externa o en la subclavia. La yugular anterior presenta
comunicaciones variables con otras venas y puede ser muy grande si la
externa es pequeña.
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anterior para insertarse en el hueso hioides, por fuera de la inserción del
esternocleidohioideo. Los músculos esternotiroideo y tirohioideo se
encuentran cubiertos en parte por los dos músculos ya descritos. El
esternotiroideo se origina en la cara posterior del manubrio, por abajo del
origen del esternocleidohioideo, y se inserta en una línea oblicua de la
lámina del cartílago tiroides. El tirohioideo surge en la misma línea del cartí-
lago tiroides y se inserta en el borde inferior del hueso hioides, donde está
cubierto por las inserciones de los músculos esternocleidohioideo y omohioideo.
Identifique las ramas del asa cervical que inervan a los músculos
esternocleidohioideo, esternotiroideo y omohioideo. Estos nervios abordan al
esternocleidohioideo y el esternotiroideo por sus bordes posteroexternos.
La rama para el vientre inferior del omohioideo se identificó en la disección
anterior (véase la página 24); la del vientre superior del omohioideo entra a
éste por su borde externo. Más tarde puede seguir estos nervios hasta su
origen, pero conviene identificarlos ahora, ya que el asa cervical puede variar
y ser difícil de identificar en la disección subsiguiente del cuello.
La vena facial no tiene válvulas. Las infecciones (por ejemplo por acné) en la región
de la nariz y la boca son importantes porque pueden provocar una trombosis venosa que
afectaría al seno cavernoso.
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del triángulo del mismo nombre. Desplace la glándula hacia abajo y adentro
y observe que de su cara profunda emerge un conducto de paredes delgadas
que se dirige hacia adelante, cubierto por el borde posterior del músculo
milohioideo. Acompañando al conducto hay una prolongación delgada del
tejido glandular, que se conoce como porción profunda de la glándula.
Limpie el músculo milohioideo, lámina muscular plana que forma el piso de los
triángulos submaxilar y submentoniano. Sus fibras, que se originan en la línea
milohioidea de la cara interna del maxilar interior, se dirigen hacia abajo y
adentro para insertarse en el cuerpo del hueso hioides y en un rafé medio
que se extiende del hueso hioides al extremo inferior de la sínfisis mentoniana.
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Fig. 4.4.- Disección profunda del triángulo anterior del cuello.
A menos que sea muy grande y esté llena de sangre, la vena yugular interna sólo
aparecerá en el ángulo superior del triángulo carotídeo, ya que la parte inferior de
su trayecto está cubierta por completo por el esternocleidomastoideo. La parte
inferior de la arteria carótida primitiva está cubierta por este músculo, pero ahora
su porción terminal se descubre de inmediato por delante de este músculo y por
atrás del cartílago tiroides. La carótida primitiva termina más o menos al nivel del
borde superior del cartílago tiroides (al nivel de la vértebra C4) dividiéndose en las
carótidas interna y externa. Limpie la carótida externa y sus ramas lo más que
pueda dentro del triángulo carotídeo. Observe el seno carotídeo (y los nervios que
van a él), dilatación que hay en la terminación de la carótida primitiva o en la parte
inicial de la carótida interna; es importante en la regulación de la presión
sanguínea sistémica.
La arteria tiroidea superior emerge a poca distancia por arriba del origen de la
carótida externa y se dirige hacia adelante, hacia adentro y luego hacia abajo,
cubierta por el músculo omohioideo, para alcanzar la glándula tiroides. Cerca de
su origen da una pequeña rama hioidea y poco después de doblarse hacia abajo, a
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una rama laríngea superior, más grande, que va hacia adelante y perfora la
membrana tirohioidea para entrar a la laringe.
La arteria lingual se origina al nivel del asta mayor del hueso hioides y se dirige
hacia adelante, por lo general con una ligera curvatura hacia arriba, para
desaparecer bajo el músculo hipogloso.
Por su cara posterior, cerca del borde inferior del músculo digástrico, la carótida
externa da origen a la arteria occipital. Este vaso corre hacia atrás y arriba,
cruzando por fuera a la vena yugular externa; más tarde se verá el resto de su
trayecto.
Trate de descubrir las ramas interna y externa del nervio laríngeo superior (figura
5.2). Estas son las ramas terminales de la rama laríngea superior del vago, que no
se puede demostrar en este momento. Ambas corren hacia abajo y adelante, por
dentro de las arterias carótidas interna y externa. La rama interna del nervio
laríngeo superior pasa profunda a la arteria lingual, cerca del origen de ésta, y
horada la membrana tirohioidea en compañía de la arteria laríngea superior. La
rama externa del nervio laríngeo superior es considerablemente más delgada. Se
encuentra un poco más abajo, cruzando por dentro a la arteria tiroidea superior y
se dirige, cubierta por el músculo esternotiroideo, a inervar el músculo
cricotiroideo, que es uno de los músculos intrínsecos de la laringe, y el músculo
constrictor inferior de la faringe.
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Capítulo 5
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cerca del manubrio y desarticule la clavícula.
Observe que las fibras que forman la parte posterior de la cápsula (ligamento
externo clavicular posterior) son más gruesas y fuertes que las anteriores y se
relaciona íntimamente por atrás la cápsula, con el origen de los músculos
esternocleidohioideo y esternotiroideo. Esto se ve elevando y separando la
clavícula y el esternocleidomastoideo insertado en ella hacia arriba. Observe
también que la articulación está dividida en dos cavidades distintas por un disco
articular fibro-cartilaginoso que se interpone entre la clavícula por un lado y la
primera costilla y el manubrio del esternón por el otro.
Limpie la vena yugular interna, que emerge de abajo del vientre posterior del
músculo digástrico y desciende por el cuello profunda al esternocleidomastoideo.
Esta termina por atrás de la articulación esternoclavicular uniéndose a la vena
subclavia para formar el tronco venoso braquiocefálico. Es cruzada por fuera por
el tendón intermedio del músculo omohioideo y a menudo por la raíz cervical
descendente del asa cervical. La vena yugular interna está en la vaina
carotídea, donde se encuentra por fuera y arriba de la arteria carótida
interna y abajo de la carótida primitiva. Las tributarias de la vena yugular in
terna, con excepción de la vena facial común corresponden a las ramas
inferiores de la arteria carótida externa.
Descubra el asa cervical (figura 5.2). Esta porción del plexo cervical, que inerva
a los músculos infrahioideo, es un asa nerviosa formada por una rama (raíz
superior) del primero y segundo nervios cervicales (llamada rama
descendente del hipogloso por acompañar a éste en parte de su trayecto), y
otra (raíz inferior) que deriva de un asa que se forma entre el segundo y el
tercer nervio cervicales (cervical descendente). La raíz superior que separa del
nervio hipogloso y surge de abajo del vientre posterior del digástrico para
descender en íntima relación con la cara externa de la vaina carotídea. La raíz
inferior se dirige hacia abajo y adelante, pasando por fuera o por dentro de la
yugular interna, y se une a la raíz superior a un nivel variable en extremo
para formar el asa cervical. Las ramas de la extremidad inferior del asa
inervan el esternocleidohioideo, el esternotiroideo y los dos vientres del
omohioideo (figura 5.2). Para encontrar el asa con más facilidad, aísle
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primero un nervio que vaya a uno de los músculos y luego sígalo en sentido
proximal hasta el asa.)
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Los nervios supraclaviculares interno, intermedio y externo se originan de la
tercera asa, por lo general, de un tronco común.
Las ramas musculares también surgen de las raíces del plexo cervical. La
mayor es el nervio frénico, derivado sobre todo del cuarto nervio cervical: se
dirige hacia abajo y adentro sobre la cara anterior del escaleno anterior para
entrar a la cavidad torácica por atrás del tronco venoso braquiocefálico. Recibe
una rama del quinto nervio cervical, y a menudo una del tercero. Aparecen
ramas musculares, derivadas de la segunda y la tercera asas, que cruzan el
triángulo posterior Para alcanzar la cara profunda del esternocleidomastoideo y
el trapecio según corresponda. Hay ramas musculares del plexo cervical que
van del segundo, tercero y cuarto nervios directo a los músculos largo del
cuello, largo de la cabeza, elevador de la escápula y escaleno medio para
inervarlos.
Ya se mencionaron las ramas de las raíces superior e inferior del asa cervical.
El pulso carotideo se palpa deslizando los dedos por fuera del cartílago tiroides y a
lo largo de él en la depresión posterior entre este y el músculo esternocleidomastoideo.
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Ahora revisará el plexo braquial en su totalidad y sus relaciones con la
clavícula; durante la revisión, vuelva a colocarla en su lugar (figura 3.3).
Cuando complete la revisión del plexo braquial, puede quitar la extremidad superior,
junto con la cintura escapular, si hay que separarla del cuerpo para estudiarla aparte.
Sin embargo, de ser posible, déjela unida al cuerpo para que se conserven las
relaciones para su estudio y revisión futuros. Para quitarla, corte el serrato anterior
de manera vertical casi en la línea axilar media. Luego seccione los tres troncos
primarios del plexo braquial, la primera porción de la arteria axilar y la vena
axilar. Hay que dividir el tronco primario superior del plexo braquial antes del
origen del nervio suprascapular.
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Capítulo 6
Fig. 6.1.- Raíz del cuello. La disección en el lado derecho es más profunda
que en el izquierdo.
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anterior; la segunda porción se dirige hacia afuera por atrás del escaleno
anterior, y la tercera porción da hacia afuera y hacia abajo, del borde
externo del escaleno anterior al borde externo de la primera costilla, donde
se transforma en arteria axilar.
Introduzca una sonda por atrás del escaleno anterior y eleve la parte inferior
de éste para observar la segunda porción de la arteria subclavia. Observe que
la primera y segundas porciones descansan hacia abajo y hacia atrás
sobre la pleura cervical, que las separa del pulmón. El vértice del pulmón y la
pleura cervical (cúpula pleural) se eleva muy por arriba de la cara anterior de
la primera costilla dentro de la raíz del cuello. La única rama de la segunda
porción de la subclavia es el tronco cérvico intercostal. Este se dirige hacia
arriba y atrás, cruzando la pleura, y termina dividiéndose en las arterias cervical
profunda e intercostal superior. La primera sube por atrás del escaleno medio
para alcanzar los músculos profundos de la parte superior del cuello. La
intercostal superior baja por la pared posterior del tórax para originar las dos
primeras arterias intercostales posteriores.
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La tercera porción de la arteria subclavia yace sobre la cara superior de la primera
costilla y se relaciona hacia atrás con el escaleno medio y el tronco primario
inferior del plexo braquial. Por lo general no tiene ramas, pero a veces da
origen a la escapular posterior (descendente), la suprascapular o ambas.
Corte el istmo de la glándula tiroides y separe las mitades de ésta hacia afuera.
Estudie su cara posterior y trate de identificar las glándulas paratiroides, por
lo general son dos pares, uno superior y otro inferior Son pequeños
cuerpos ovoides planos, aplicados a la cara posterior de los lóbulos laterales
de la tiroides y a veces incluidos en el tejido de ésta. Se distinguen de la
tiroides por su color más claro.
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lugar, ya que se encuentra por atrás de ella y por delante de los cuerpos
vertebrales y los músculos prevertebrales. Excepto cuando pasan alimentos
por él, está cerrado y aplanado en sentido anteroposterior.
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Capítulo 7
Cabeza y cuello
CARA
Inicie la disección haciendo las siguientes incisiones en la piel (fig. 7.1): 1) una media
que vaya hacia abajo a partir del bregma, que cruce la frente a lo largo del puente de la
nariz, hacia la protuberancia mentoniana; 2) una incisión transversal que empiece en la
primera incisión al nivel de la hendidura palpebral que vaya hacia afuera y atrás,
hasta llegar por delante del conducto auditivo externo (ésta incisión debe bifurcarse en
la región de los párpados superior e inferior, de manera que atraviese la piel de cada
párpado, por arriba y por abajo de la hendidura); 3) una incisión transversal que vaya
del ángulo de la boca hacia afuera hasta el borde posterior de la rama ascendente del
maxilar inferior (hay que extender esta incisión hacia adentro del ángulo de la boca, a
lo largo de los bordes rojos de los labios superior e inferior); 4) una incisión trans-
versal a lo largo del borde inferior del maxilar inferior, desde la protuberancia
mentoniana, hasta un punto ligeramente posterior al ángulo. Por medio de esas
incisiones se delimitarán tres colgajos de piel que deben desprenderse hacia afuera
a partir de la línea media. Obsérvese que los músculos superficiales de la cara se
insertan en la piel; habrá cierta dificultad para separar de esta región sólo la piel.
Córtense las bandas musculares de la cara profunda de la piel y desprenda ésta
con cuidado. En la región temporal, los vasos temporales superficiales se
encuentran inmediatamente por debajo de la piel; no deben desprenderse con ella.
El plano adecuado para desprender la piel, en particular a sujetos con una gran
cantidad de grasa subcutánea se logra quitando piel y tejido subcutáneo de la cara
externa de la parte superior del músculo cutáneo del cuello, que ya se describió, y
siga este plano de disección hacia arriba sobre la cara.
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Fig. 7.1 Puntos de referencia superficiales e incisiones cutáneas en la cara.
Fig. 7.2.- Disección superficial de la cara. No se han rotulado las ramas del
nervio facial, que se ven saliendo por los bordes de la glándula parótida.
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El orbicular de los párpados es un músculo circular que rodea la hendidura
palpebral. Sus Fibras se encuentran de manera inmediata bajo la piel, en los
párpados superior e inferior y sobre los límites óseos de la órbita, en donde se
originan algunas de sus fibras.
En un plano un tanto menos profundo que el del elevador del labio superior,
se encuentra el músculo canino. Su grueso vientre redondeado se origina en
la fosa canina del maxilar superior, se cubren por los músculos superficiales y
desciende hasta el ángulo de la boca, en donde algunas de sus fibras se
insertan en la piel y otras se unen en el orbicular de los labios.
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lámina muscular delgada que se encuentra sobre todo en éste, sus fibras
posteriores se dirigen hacia arriba, cruzan el maxilar inferior y se mezclan con
las del triangular de los labios, el risorio y el orbicular de los labios.
Los músculos antes descritos, así como los músculos más internos de la
expresión facial, son inervados por las ramas del nervio facial (NC VII);
ahora inténtese demostrarlo. Como estas ramas entran a los músculos por su
cara profunda, si ha hecho una disección cuidadosa, es improbable que se
haya roto.
Cuando la raíz del nervio facial emerge por el agujero del tiromastoideo,
penetra en forma directa a la glándula parótida. En el espesor, ésta se
divide en dos troncos que a su vez dan numerosas ramificaciones que
emergen de manera independiente hacia la cara, cubiertos por los bordes
superior y anterior de la parótida. En primer lugar, se limpia con cuidado la cara
externa de la parótida y se identifican las ramas del nervio facial al iniciar los
bordes de la glándula (fig. 7.2).
Encuentre las ramas bucales y mandibular del nervio facial, que emergen por
abajo del borde anterior de la parótida. Las ramas bucales por lo general son dos
o tres; se dirigen hacia adelante a través de la mejilla para inervar a los músculos
cigomáticos mayor y menor, elevador del labio superior, elevador del labio
superior del ala de la nariz, transverso de la nariz, orbicular de los labios, risorio,
canino y buccinador. La rama mandibular se dirige hacia adelante, justo arriba del
borde inferior del maxilar inferior para alcanzar al triangular de los labios y el
cuadrado de la barba. La rama cervical del nervio facial desciende hacia el cuello
por abajo del ángulo del maxilar inferior para inervar al cutáneo del cuello. Estas
ramas del nervio facial, en particular las bucales y la mandibular, suelen
comunicarse en la cara por medio de pequeñas asas.
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Siga ahora las ramas terminales del nervio facial hacia atrás en el espesor de la
glándula parótida, cortando poco a poco y con cuidado en el tejido glandular. De
esta manera se descubren las estructuras que están incluidas en la glándula: el
tronco del nervio facial y el inicio de sus ramas, la parte terminal de la arteria
carótida externa y la vena retromandibular.
Debe descubrirse el nervio facial, ya que rodea por fuera a la arteria parótida
externa y a la vena retromandibular. Después de salir por el agujero
estilomastoideo, el nervio facial da origen a una pequeña rama auricular posterior
que se dirige hacia arriba y atrás por la cara externa de la apófisis mastoides para
inervar a los músculos auricular posterior y occipital. Por debajo de ella, el tronco
da una rama que desciende profundamente para inervar al estilohioideo y al
vientre posterior del digástrico, luego, todavía dentro de la parótida, el nervio
facial suele dividirse en dos troncos, uno superior y otro inferior. El tronco
superior da origen a las ramas temporal, cigomática y bucal, y el tronco inferior a
las ramas bucales, mandibular y cervical (fig. 7.3).
Al ascender desde el triángulo carotideo del cuello, por dentro del estilohioideo y
el vientre posterior del digástrico, la arteria carótida externa queda incluida en la
parte más profunda de la glándula parótida, donde es atravesada desde afuera
por el nervio facial (fig. 7.3). Asciende por atrás del borde posterior de la rama
ascendente del maxilar inferior y termina atrás del cuello del cóndilo de este
hueso dividiéndose en las arterias maxilar interna y temporal superficial. La
apófisis estiloides está por dentro de ella y la separa de la arteria carótida interna.
Justo por arriba del vientre posterior del digástrico da origen a una pequeña rama
auricular posterior, que acompaña a la rama auricular posterior del nervio facial
para cruzar la cara externa de la apófisis mastoides.
En este momento sólo puede verse la parte inicial de la arteria maxilar interna, que
se dirige hacia adelante y adentro, por dentro del cuello del cóndilo, para penetrar
en la fosa infratemporal.
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huesos frontal y parietal respectivamente. Cerca de su origen da surgimiento a la
arteria transversa de la cara, que se dirige hacia adelante a través de esta región
inmediatamente por arriba del conducto parotídeo. A un nivel un poco más arriba,
la temporal superficial da origen a la arteria temporal media, que se dirige hacia
adelante y perfora la aponeurosis temporal para penetrar en el músculo del mismo
nombre.
La arteria facial llega a la cara rodeando el borde inferior del maxilar inferior, en
el borde anterior del músculo masetero. Se dirige hacia arriba y adelante a través
de la cara, en un tra yecto difícil, hasta el ángulo interno del ojo, donde su
porción terminal se conoce como arteria
arteria angular. En su trayecto a través de la
cara, pasa por debajo de los músculos de la expresión facial, que se deben
elevar o cortar para descubrir la arteria. Las arterias labiales superior e inferior
surgen de la cara anterior de la arteria facial y se dirigen hacia adelante y
adentro por los labios superior e inferior respectivamente, para anastomosarse
con las ramas semejantes del lado opuesto. Una rama nasal lateral riega la parte
lateral de la nariz. De su cara posterior se originan numerosas ramas irregulares
que riegan la piel y los músculos de la mejilla.
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Limpie el músculo masetero, uno de los ' cuatro músculos conocidos como
músculos de la masticación. Este es un músculo cuadrilátero grueso que
cubre la rama ascendente del maxilar inferior por fuera. Surge del borde
inferior y la cara interna del arco cigomático y se inserta en la cara externa de
la rama ascendente y el cuerpo del maxilar inferior, cerca del ángulo. Su
nervio motor que cruza la escotadura sigmoidea (mandibular) para penetrar
a él por su cara profunda, se deriva de la rama maxilar inferior del nervio
trigémino que será disecado más adelante.
Los nervios cutáneos de la cara se derivan todos del nervio trigémino (NC
V). Presenta tres ramas principales, los nervios oftálmico, maxilar superior y
maxilar inferior, cada uno de los cuales produce ramas cutáneas que
aparecen en la cara. Aunque sus ramificaciones terminales son
superficiales, los troncos principales, que hay que descubrir ahora, son
profundos y llegan a la cara saliendo por agujeros de los huesos faciales.
Para descubrir los nervios, hay que separar algunos de los músculos
superficiales de la expresión facial que los cubren (fig. 7:3).
Las ramas cutáneas del nervio oftálmico son los nervios supraorbitario, frontal
interno, nasal externo, rama externa del nasal interno y lagrimal. El mayor de
ellos es el supraorbitario, que sale de la órbita por la escotadura
supraorbitaria o agujero del mismo nombre y se dirige hacia arriba sobre el
hueso frontal cubierto por el músculo frontal. Sus ramas perforan a este
músculo para inervar la piel de la frente y del cuero cabelludo. El nervio
frontal interno (supratroclear) es pequeño, y emerge de la órbita por su
ángulo superointerno, cubierto por los músculos frontal y orbicular de los
párpados e inerva la piel de la región de la glabela. El nervio nasal externo,
también pequeño, aparece en la cara un poco por arriba del ángulo interno
del ojo e inerva la piel del párpado superior y de la porción superior de la parte
lateral de la nariz. La rama externa del nervio nasal interno crece entre el
hueso nasal y el cartílago de la nariz e inerva la piel del puente de ésta. El
nervio lagrimal inerva la piel de la parte externa del párpado superior, por lo
general es difícil de encontrar.
Las ramas cutáneas del nervio maxilar superior están formadas por los
nervios infraorbitario, cigomático facial y cigomático temporal. El infraorbitario es
la porción terminal del maxilar superior propiamente dicho. Emerge por el agu-
jero infraorbitario y se ramifica cubierto por la porción infraorbitaria del elevador
del labio superior para inervar la piel del labio superior, el ala de la nariz, la
porción superior de la mejilla y el párpado inferior. El nervio cigomático facial
surge de un pequeño orificio del hueso cigomático para inervar la piel que
atraviesa el arco cigómático. El cigomático temporal es un nervio diminuto que
nace por un agujero de la cara interna del hueso cigomático y perfora la
aponeurosis temporal para inervar una pequeña zona de piel en la parte
anterior de la región temporal.
Las ramas cutáneas del nervio maxilar inferior son los nervios auriculotemporal,
bucal y mentoniano. Ya se ha descrito el nervio auriculotemporal. El nervio
bucal se inicia abajo del borde anterior del masetero y se dirige hacia abajo y
adelante para inervar la piel de la parte inferior de la mejilla. El nervio
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mentoniano se origina en el agujero mentoniano del maxilar inferior,
cúbierto por el triangular de los labios, para inervar la piel del mentón y el labio
inferior.
Quite la aponeurósis temporal y limpie la cara externa del músculo temporal que
es uno de los que pertenecen a la masticación. Este se origina en la fosa
temporal y se inserta en los bordes y en toda la cara interna de la apófisis
coronoides del maxilar inferior. Se debe separar el músculo masetero para
descubrir la inserción del temporal. Se introduce el mango de las pinzas entre el
arco cigomático y la cara externa del músculo temporal, y mientras deprime el
músculo, corte con sierra el extremo anterior y el posterior del arco cigomático
(fig. 7.4, cortes A); estos cortes deben abarcar el origen del masetero. El corte
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anterior debe hacerse de abajo hacia arriba e inclinado hacia atrás para
evitar el daño a la pared externa de la órbita. Rechácese hacia abajo el arco,
junto con el músculo masetero, hasta la inserción de este último, elevando las
ramas del nervio facial y pasando el músculo masetero y el arco cigomático
por debajo de ellas. Cuando se separe el masetero debe dejarse un pequeño
fragmento de él unido al nervio que entra por su cara profunda después de
pasar por la escotadura sigmoidea. Este ayudará más tarde, cuando se esté
siguiendo el nervio hasta su origen. Observe la dirección de las fibras superficiales
(hacia abajo y atrás) y las profundas (hacia abajo y adelante) del músculo
masetero.
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Para abrir por completo la fosa infratemporal es necesario quitar la parte superior
de la rama ascendente del maxilar inferior. Para esto, hágase dos cortes
transversales con sierra o con pinzas para hueso (fig. 7.4, cortes C); el corte su-
perior debe pasar por el cuello del cóndilo en su unión con la rama ascendente, y
el inferior atravesar la rama ascendente a un nivel lo suficientemente alto para
evitar cortar el nervio y la arteria alveolar inferior, que entran por el agujero man-
dibular en la cara interna de la rama ascendente.
El plexo venoso pterigoideo rodea a la arteria maxilar interna y sus ramas. Este
plexo suele desembocar en la vena facial profunda que a su vez lo hace en la
vena facial. El plexo también se comunica
comunica con el seno cavernoso por medio de
venas emisarias que atraviesan agujeros de la base del cráneo.
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El nervio bucal (rama del nervio mandibular), por lo general emerge de en medio
de las dos porciones del pterigoideo lateral. Los nervios temporales profundos, por
lo general surgen por debajo del borde superior del músculo, aunque el anterior a
todos ellos puede aparecer entre las dos partes. Se verán dos nervios bastante
grandes que descienden por debajo del borde inferior del pterigoideo lateral. El
primero, es el nervio lingual. Pasa hacia abajo y hacia adelante para alcanzar la
superficie interna del maxilar inferior en la región del último molar. Justo posterior
al lingual está el nervio alveolar inferior, el cual entra al foramen mandibular en la
superficie interna del ramo. Un poco por arriba de éste, el alveolar inferior da
lugar a una pequeña rama, el nervio milohioideo, que desciende en la cavidad
milohioidea hacia la superficie interna de la mandíbula, para alcanzar el triángulo
digástrico. (Según se muestra en la fig. 7.5, los nervios alveolar inferior y lingual
pasan entre los músculos pterigoideos lateral y media, ayudándolo a distinguirse
entre estos músculos.)
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bucal hacia la mejilla. Cuando la segunda parte de la maxilar cruza la superficie
profunda del pterigoideo lateral, la arteria meníngea media nace de la segunda
parte en vez de la primera, y está cubierta en su totalidad por el pterigoideo
lateral. Las ramas musculares y bucales en este caso, nacen de un tronco común
grande, a partir de la primera parte de la maxilar, y ascienden a la superficie
externa del pterigoideo lateral.
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se conoce como nervio bucal cuyo curso posterior ya se ha visto. Mientras que
aún está profunda al pterigoideo lateral, la división anterior da lugar a diversas
ramas musculares: los nervios temporales profundos que inervan el músculo
temporal, y los nervios que inervan al masetero y al pterigoideo lateral.
La división posterior del nervio mandibular desciende por una corta distancia y se
divide en los nervios lingual, alveolar inferior y auriculotemporal. El lingual y el
alveolar inferior descienden profundo al pterigoideo lateral, pasan entre él y el
pterigoideo medio, y entonces corren a lo largo de la superficie externa del
pterígoídeo medio donde ya han sido vistos. Obsérvese que al lingual se le une,
justo por debajo de su origen, un nervio delgado que puede verse que corre hacia
abajo y hacia delante, media) al nervio alveolar inferior. Este es conocido como
cuerda del tímpano, rama del séptimo nervio craneal. Pasa a través de la fisura
petrotimpánica del hueso temporal, para entrar en la fosa infratemporal, donde se
une al nervio lingual.
El nervio auriculotemporal por lo general nace mediante dos raíces que abrazan la
arteria meníngea media y se unen por detrás de ella. Entonces el nervio pasa por
detrás, se tuerce en forma lateral por el reverso de la articulación
temporomandibular, y corre hacia arriba sobre la raíz del arco cigomático, a
partir de cuyo punto ya ha sido trazado su curso subsiguiente.
Deberá notarse el ganglio ético en la parte medial del nervio mandibular justo por
debajo del foramen oval. Es difícil de ver el ganglio, a menos que se desplace el
nervio mandibular en forma lateral o se corte en el foramen. Es uno de los ganglios
parasimpáticos de la cabeza. Revise los nervios que pasan a y desde este
ganglio, a partir de uno de los textos comunes.
CAVIDAD CRANEAL
Identifique las cinco capas del cuero cabelludo. Ellas son de la parte superficial
a la parte profunda, (1) piel, (2) tejido conectivo de tipo denso, (3)
aponeurosis (pica aponeurótica) del músculo epicráneo (músculo frontal y
músculo occipital), (4) capa de tejido conectivo laxo, y (5) periostio de los huesos
del cráneo, llamado aquí pericráneo. Por lo general es fácil de quitar el cuero
cabelludo, ya que la cuarta capa (es decir, la capa de tejido conectivo laxo)
actúa como un plano de clivaje entre el pericráneo, el cual es muy adherente
al hueso, y las otras tres capas, las cuales son casi inseparables por
ANATOMIA HUMANA - DISECCION Página 71
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disección gruesa.
La estructura del cuero cabelludo es la base para observar que la heridas de éste
sangran de manera profusa, y que la sangre y otros líquidos de extravasación, se
pueden colectar e infiltrar. La rica irrigación del cuero cabelludo se distribuye a
través de la capa de tejido conectivo denso. Los vasos sanguíneos lesionados se
mantienen abiertos debido a que el tejido conectivo es incapaz de colapsarse, y
por lo tanto el sangrado es copioso. Las sustancias infecciosas o la sangre pueden
infiltrarse a lo largo del tejido conectivo laxo sin ser detenidas, excepto hasta
taparte posterior, donde el músculo occipital se inserta en la línea curva occipital
superior del hueso occipital. En su parte anterior, el fluido puede colectarse en la
frente debido a que el músculo frontal se inserta en la piel más que en el hueso. Por
clínica, las infecciones del cuero cabelludo son de gran importancia debido a las
interconexiones venosas entre éste y el cerebro a través de las venas emisarias.
El tejido conectivo laxo a menudo se denomina corno "área de peligro".
Haga una incisión sagital a través de la dura de cerca de 1.5 cm lateral a la línea
media en cada lado de la región frontal y occipital. Al final de cada una de estas
incisiones haga unas transversas. Gire estos colgajos de dura en forma
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lateral para exponer el espacio subdural y la aracnoides. La aracnoides es
una membrana delicada a través de la cual se pueden ver de inmediato la
superficie superior de los hemisferios cerebrales. También es continua con la
aracnoides de la médula espinal.
Separe los hemisferios cerebrales y observe la hoz del cerebro. Este doble
pliegue de la capa meníngea de la duramadre se extiende hacia abajo en
el plano medio (fisura cerebral longitudinal)
longitu dinal) entre los dos hemisferios. De su
parte superior, sus dos capas se separan para envolver el seno sagital
superior y se hacen continuas con la capa interna de la duramadre en cada
lado. En su parte anterior, está unido a la apófisis crista galli. Su borde
inferior es libre con excepción de la parte posterior donde se une con la tienda
del cerebelo. El seno sagita l inferior está encerrado dentro del margen libre
inferior de la hoz del ce rebro.
Fig. 7.7.- Pliegues dúrales vistos con el cerebro retirado, para mostrar las
posiciones de las incisiones dúrales que se necesitan para retirar el cerebro
del cráneo.
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del cerebro. Con frecuencia será necesario referirse a la cúpula craneana de
un esqueleto para obtener información. Córtese la hoz del cerebro desde la
crista galli y jálese su porción libre anterior hacia arriba y hacia atrás a lo largo
de la fisura cerebral longitudinal (fig. 7.7, corte A). Se separan con cuidado los
polos posteriores de los hemisferios (lóbulos occipitales) y se localiza la tienda del
cerebelo, el doble pliegue de la dura que cursa en la fisura cerebral transversa, y
forma el techo de la fosa craneal posterior. Con cuidado hágase una incisión
parasagital en la tienda, que se extienda desde su margen libre anterior
hasta el hueso occipital y su parte posterior (fig. 7.7, corte B). Incline la
cabeza del cadáver hacia atrás y con cuidado jale los polos anteriores
(lóbulos frontales) del cerebro hacia arriba y hacia atrás separándolos del
piso de la fosa craneal anterior. Mientras se hace esto, se verán los delgados
filamentos de los nervios olfatorios (CN I) que atraviesan la placa cribiforme
del hueso etmoides para alcanzar sus respectivos bulbos olfatorios. Ahora
aparecerán los nervios ópticos (CN II) que pasan desde los canales ópticos
del quiasma óptico a la parte rostral de la raíz del cerebro. Córtense los
nervios ópticos justo por detrás de los canales ópticos. Mientras continúense
jalando con cuidado los lóbulos frontales; se verán las dos arterias carótidas
internas, una a cada lado justo por debajo de los canales ópticos, que corren
hacia atrás a la base del cerebro. Córtelos. En la línea media entre las
carótidas internas, aparecerá el infundíbulo. Este estrecho tallo de tejido
nervioso conecta la base del cerebro con la glándula pituitaria (hipófisis).
Córtese de través. Ahora con cuidado deben dislocarse los lóbulos
temporales de los hemisferios cerebrales de la fosa craneal media, continúe
jalando con suavidad el cerebro más aún hacia arriba y hacia atrás. Se verá
la parte anterior de la tienda del cerebelo. También deberá verse una porción de
la base del cerebro, el cerebro medio (mesencéfalo) que pasa hacia arriba
de la fosa craneal posterior en el margen libre de la tienda. Con cuidado
hágase una incisión a través de la tienda, en la parte derecha que se extienda
en forma lateral y hacia atrás, cerca de 1.5 cm medial a la línea de unión de
la tienda con el borde superior de la parte pétrea del hueso temporal (fig. 7.7,
corte C). Hágase una incisión similar en el lado izquierdo. Se desplaza la tienda
de la fisura transversa en forma posterior hacia la parte trasera de la cúpula
ósea. Al hacer esto, se exponen el cerebelo y segmentos de la raíz del cerebro.
Identifíquense los nervios craneales remanentes y córtense de través cerca de
su punto de unión a la raíz del cerebro.
Las ramas del motor ocular común (CN III), que son bastante grandes, nacen
de la superficie ventral del cerebro medio cerca de la línea media. Los
nervios patéticos (CN IV) son mucho más pequeños. Ellos solos se originan
de la superficie dorsal del cerebro medio y se tuercen en dirección ventral
alrededor de su borde lateral. Se encontrarán los filamentos que hacen las
grandes raíces de los nervios trigéminos (CN V), que nacen de ambos lados
del puente. Los nervios del motor ocular externo (CN VI) se unen al borde
caudal del puente, cerca de la línea media. Un poco más lateral en el mismo
nivel, encuéntrense los nervios facial (CN VII) y auditivo (CN VIII). Se
observará la arteria basilar que corre hacia atrás en la línea media a lo largo de
la superficie ventral del puente. Divídala. Inferior al puente, la raíz del cerebro
se estrecha para transformarse en la médula oblonga. Las raíces del
glosofaríngeo (CN IX), vago (CN X), y espinal (CN XI), nacen de los lados
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de la médula. El nervio hipogloso (CN XII) nace de la superficie ventral. Una
vez cortadas las raíces de los nervios craneales y la arteria basilar, córtese
de través la médula justo por encima del agujero occipital. Elimine con cuidado
el cerebro intacto de la cavidad craneal.
Mediante el uso del infundíbulo como un punto central, hágase una incisión
circular a través de la dura alrededor de 1 cm lateral a él. Elévese la pieza
circular de dura, la tienda de la hipófisis y obsérvese la glándula pituitaria
que se encuentra asentada en la fosa hipofisiaria de la silla turca.
Abra los senos venosos que están encerrados en las capas de la tienda. El
seno recto, está en el plano medio, a lo largo de la unión de la tienda y la hoz del
cerebro. El seno comienza como una continuación del seno sagital inferior en la
muesca tentorial, donde también recibe la gran vena cerebral y pasa en forma
directa hacia atrás hacia la protuberancia occipital interna. El seno recto, por
lo general termina por unirse al seno transverso izquierdo. El seno transverso
derecho, por lo común es una continuación del seno sagital superior, según se
mencionó con anterioridad. Sin embargo, estas relaciones pueden invertirse, o
bien los cuatro senos pueden juntarse en una confluencia de senos en la
protuberancia occipital interna. El seno transverso de cada lado se inicia en la
protuberancia occipital interna y pasa en forma lateral, encerrado dentro del
margen unido de la tienda a lo largo del hueso occipital. Al extremo lateral
del borde superior de la parte pétrea del hueso temporal, gira hacia abajo en
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la dura, y bordea la pared de la fosa craneal posterior. Este segmento del seno
es conocido como seno sigmoideo. Observe que sigue un curso curvo hacia
abajo y en dirección medial para entrar al foramen yugular. Justo inferior al
foramen, el seno sigmoideo se ensancha para transformarse en el bulbo yugular,
el cual es continuo con la vena yugular interna.
Los senos cavernosos yacen en las dos capas de la dura, a los lados de la
silla turca. Cada uno recibe sangre de las venas oftálmicas superior e inferior,
las cuales lo penetran desde la órbita al pasar a través de la fisura orbital
superior, y desde el seno esfenoparietal, el cual yace dentro de la dura a lo
largo del margen libre del ala menor del esfenoides. Los senos cavernosos
drenan por detrás a través de los senos petrosos superior e inferior. Los
senos cavernosos de los dos lados están unidos por los senos
intracavernosos anterior y posterior, los cuales yacen en la tienda de la
hipófisis anterior y posterior al infundíbulo de la pituitaria. En relación estrecha
con la pared lateral de cada seno cavernoso, se encuentran los nervios
patético y motor ocular común, en el ganglio trigémino y las divisiones oftálmica
y maxilar del nervio trigémino. En proyección más lejana media al seno, se
encuentran el nervio motor ocular externo y la arteria carótida interna.
Los senos cavernosos tienen numerosas conexiones con la vena facial no tan solo a
través de las venas oftálmicas según se mencionó, sino también a través de la vena facial
profunda, el plexo venoso pterigoideo y venas emisarias que pasan desde el plexo al seno
a través del foramen oval, foramen espinoso, y otros agujeros en el área. Aunque el área
facial de los labios, nariz y ojos por lo general drena a través de la vena facial en la vena
yugular interna, también puede bajo ciertas condiciones, drenar en los senos cavernosos
debido a la ausencia de válvulas en las venas. Los materiales infecciosos pueden ser
llevados desde esta "área de peligro" de la cara, a los senos cavernosos, dando como
resultado trombosis de los senos cavernosos, una condición muy seria que a menudo
causa daño neurológico por bloqueo del drenaje venoso de los ojos y por presión de los
nervios que atraviesan los senos.
El seno petroso inferior yace en la fosa entre la parte basal del hueso occipital
y la porción petrosa del hueso temporal. Corre desde la parte posterior inferior
del seno cavernoso, y pasa a través del foramen yugular para unirse a la vena
yugular interna.
CEREBRO
Esta sección está diseñada para ponerlo al día con algunas de las
estructuras mayores que se pueden apreciar en forma gruesa en la superficie
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del cerebro. Cuando éstas son estudiadas en conjunto
conjunto con la disección que
sigue, su objetivo pri mario debe
debe ser el correlacionar las superficies y las
forámenes y pliegues
estructuras de superficie del cerebro con las subdivisiones, forám
dúrales de la cúpula craneana. Una descripción detallada de la estructura y
función cerebrales se deberán estudiar en un curso de neurociencias.
Use el cerebro intacto que se quitó del cráneo. Algunas de las cubiertas
meníngeas deben estar aún presentes, aunque la mayoría, sino es que
todas, de la duramadre ya han sido eliminadas de la superficie del cerebro. La
aracnoides y la piamadre aún deben estar presentes. Son simila res por su
estructura a las respectivas meninges de la médula espinal, con las cuales se
continúan en el agujero occipital. Las partes externas del cerebro se pueden
ver a través de ellas, y se notará que la aracnoides es una cubierta delgada con
apariencia de tela de araña, que se extiende sobre las circunvoluciones y
salientes del cerebro. El espacio subaracnoideo se continúa con el espa cio
subaracnoideo de la médula espinal, y como él, contiene líquido
cefalorraquídeo. En ciertas áreas, en particular a cada lado del seno sagital
superior, las proyecciones de la aracnoides, granulaciones
granulaciones aracnoideas,
sobresalen a través de la dura hacia los senos venosos y lagunas laterales.
En la actualidad, se piensa que las granulaciones sirven como una parte del mecanismo
de recambio del líquido cefalorraquídeo, eliminándolo hacia el sistema venoso.
Los dos hemisferios cerebrales son las pa rtes más conspicuas del cerebro
humano. Como re sultado del crecimiento de los hemisferios, su corteza
circunvolu ciones en forma de elevaciones (giros) y
está doblada y formando circunvoluciones
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hendiduras (surcos). Los diversos giros y surcos son similares por topografía en
todos los cerebros y todos han sido nominados. Uno de los principales surcos
es el surco horizontal lateral. Está en la convexidad lateral de cada hemisferio,
se inicia en la parte anterior y se extiende hacia la parte Posterior (figs. 7.8 y
7.9). El surco central también está en la superficie lateral del cerebro, y corre
desde la mitad del margen superior del hemisferio hacia abajo hacia la fisura
lateral. Nótese que en forma superior y medial se extiende hacia la superficie
medial del hemisferio. Separe con cuidado los polos posteriores de los
hemisferios cerebrales y localícese el surco parietooccipital. Según se
menciona abajo, ayuda a distinguir los lóbulos parietal y occipital uno del otro.
Identifique las circunvoluciones precentral y postcentral. Ellas son anterior y
posterior al surco central. La circunvolución precentral es el área motora
primaria, y la postcentral es el área sensorial primaria.
Nótese el cerebelo que yace inferior a los lóbulos occipitales de los hemisferios
cerebrales, de los cuales está separado en el individuo vivo por la tienda del
cerebelo. El cerebelo también está dividido en lóbulos salientes y hemisferios, las
superficies de los cuales se pueden notar como ondulaciones, pero un
conocimiento detallado de ellos no es necesario en este momento.
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Gire el cerebro sobre sí mismo y estudie superficie inferior (base) (fig. 7.10). Los
lóbulos frontal y temporal de los hemisferios cerebrales y del cerebelo son de
nuevo muy obvios. Se debe dirigir la atención hacia la raíz del cerebro, localizada
en forma central, y sus subdivisiones. Iníciese con la parte cortada en la médula
espinal. Obsérvese que es continua en su porción rostral con la médula oblonga,
la cual tiene un surco mediano anterior bien definido. La médula es de alrededor
de 2.5 cm de largo y termina en el puente, el cual se reconoce en forma sencilla
como un puente prominente de fibras transversas que se extiende en forma lateral
hacia los hemisferios del cerebelo. El cerebro medio (mesencéfalo) se encuentra
justo costra: al puente. Las únicas partes del cerebro medio que son visibles son
dos estructuras pares, derecha e izquierda, con apariencia de cordón, llamados
pedúnculos cerebrales. El espacio entre ambos es la fosa interpeduncular. Entre
los pedúnculos y el quiasma óptico se encontrará una pieza de tejido pequeña,
con apariencia de cono, el tuber cinéreum, con el cual es continuo el
infundíbulo. El tuber representa la parte inferior del diencéfalo. Por fin, en la parte
anterior, se verán los bulbos olfatorios y sus extensiones posteriores, los tractos
olfatorios, que corren a lo largo de la porción medial de los lóbulos frontales.
Estudie ahora los nervios craneanos y tenga atención particular en el área del
cerebro con la cual se asocia cada uno (ver págs. 50 y 51; ver también fig. 7.10).
Todo el cerebro recibe su irrigación a partir de las dos arterias vertebrales y las dos
arterias carótidas internas. En la base del cerebro cerca del quiasma óptico,
localícense los extremos cortados de las arterias carótidas internas (fig. 7.11).
Después de dar numerosas ramas pequeñas hacia el cerebro, cada carótida
interna termina por dividirse en arterias cerebrales anterior y media, las cuales se
distribuyen a la parte media] de los lóbulos frontal y parietal, y hacia las partes
laterales de los lóbulos frontal, parietal y temporal respectivamente. Sígase la
arteria cerebral anterior hacia delante hasta la fisura cerebral longitudinal y nótese
la pequeña arteria comunicante anterior, que se une a las dos cerebrales
anteriores justo rostral al quiasma óptico. La arteria cerebral media cursa en forma
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lateral entre los lóbulos temporal y frontal. Cerca de su origen, da lugar a la arteria
comunicante posterior que pasa hacia atrás a lo largo de la superficie ventral del
cerebro para anastomosarse con la arteria cerebral posterior (vea fig. 7.11).
Después de entrar en la fosa craneal posterior a través del agujero occipital, las
dos arterias vertebrales dan lugar a las arterias espinal anterior, espinal posterior
y cerebelar posterior inferior. Entonces se unen para formar la arteria basilar única
en la región de la unión de la médula con el puente. La arteria basilar corre hacia
adelante a lo largo del plano medial del puente y suelta numerosas ramas
pontinas y la mayoría de la irrigación del cerebelo a través de las arterias
cerebelares anterior inferior, y superior. En la región interpeduncular la arteria
basilar se bifurca en arterias cerebelares posteriores, cada una de las cuales
cursa en dirección facial hacia el nervio oculomotor y se dobla en dirección
lateral alrededor del cerebro medio para distribuirse en forma principal en
cada lóbulo occipital y un poco en cada lóbulo temporal. Según se mencionó
arriba, cada arteria cerebral posterior se anastomosa con la arteria
comunicante posterior del mismo lado.
Aunque no ha sido bien probado, se dice que el círculo arterial sirve para igualar
la distribución de sangre en las diversas regiones del cerebro y para amortiguar
la presión sanguínea en las pequeñas y delicadas arterias del cerebro y las arteriolas.
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FOSA CRANEAL
Observe los puntos en los cuales los nervios motor ocular común, patético,
trigémino y motor ocular externo atraviesan la duramadre. El nervio motor
ocular común es el que anteceder los otros y entra a la dura a un lado del
apófisis clinoide posterior. El nervio patético entra a la dura en la parte
anterior de la unión de la tienda del cerebelo. El punto de entrada para el nervio
trigémino es un poco posterior e inferior al del nervio patético. Está cubierto
por arriba por la parte estrecha anterior de la tienda. El nervio motor ocular
externo, entra en la dura por detrás del piso de la fosa posterior. Para seguir el
curso subsiguiente de estos nervios, se debe separar con cuidado la dura del
piso de la fosa craneal, al lado de la silla turca. Al hacer esto, se abre el seno
cavernoso.
Limpie el nervio trigémino. Un poco después de que entra a la dura, sus raíces
se expanden para formar el ganglio trigémino. Este gran ganglio está cubierto
por la capa interna de la dura y forma la pared inferior y lateral del seno
cavernoso. Desde el ganglio, la división oftálmica del nervio trigémino pasa
hacia delante en la pared lateral del seno, para alcanzar la fisura orbital
superior. Al alcanzar la fisura, el nervio oftálmico se divide en nervios lacrimal,
frontal, y nasociliar, pero aquellos nervios quizá no puedan ser identificados
hasta que se abra la órbita. Por debajo del nervio oftálmico, en la parte
inferior de la pared lateral del seno cavernoso, la división maxilar del nervio
trigémino corre hacia delante hacia el foramen redondo. La división mandibular
pasa en forma directa por debajo a partir de la parte posterior del ganglio
hacia el foramen oval.
Los nervios motor ocular común y patético pasan hacia delante en la parte
superior de la pared lateral del seno cavernoso. El nervio motor ocular común
es el más alto de todos los nervios, y el nervio patético yace entre éste y el
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nervio oftálmico. Estos tres nervios entran en la órbita en la fisura orbital
superior. El nervio motor ocular externo pasa en forma medial hacia el seno
cavernoso. Corre hacia delante en forma medial al nervio oftálmico, y lateral a
la arteria carótida interna, para entrar en la órbita en la fisura orbital superior.
Debe observarse que los nervios facial y auditivo dejan la fosa craneal posterior
al entrar en el conducto auditivo interno en la porción petrosa del hueso
temporal. El glosofaringeo, vago, y espinal entran en el extremo medial del
foramen yugular. Medial al foramen yugular pero en la pared anterolateral
del agujero occipital se encuentra el canal hipogloso, a través del cual el
nervio hipogloso deja la cavidad craneal. Obsérvese que la arteria vertebral
entra al cráneo a cada lado del margen lateral del agujero occipital. Mediante el
paso hacia delante y en dirección medial sobre el piso de la fosa posterior, las
dos arterias vertebrales se unen para formar la arteria basilar. Sepárese el
facial del auditivo, identifíquese el nervio más pequeño llamado nervio intermedio.
Use el Cuadro 7.1 como guía para las estructuras que atraviesan los
diversos forámenes, canales y fisuras de la fosa craneal.
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etmoidales posteriores 7. Rama recurrente 5. Nervio espinal (CN XI)
D) Forámenes de la placa (dura!) de la arteria 6. Ramas meníngeas de
cribiforme. lacrimal las arterias occipital y
1.- Nervios olfatorios (CN I) B) Canal óptico faringeas ascendentes
1. Nervio óptico (CN II) C) Canal hipogloso
2. Arteria oftálmica 1. Nervio hipogloso (CN XII)
C) Foramen redondo 2. Venas emisarias
1. Nervio maxilar (V2) 3. Rama meningea de la
D) Foramen oval arteria faringea as-
1. Nervio mandibular (Va) cendente
2. Arteria meníngea D) Agujero occipital
accesoria 1. Arterias vertebrales
3. Venas emisarias 2. Nervios accesorios
E) Foramen rasgado (contribución de fa mé-
1. Rama meníngea de la dula espinal al CN XI)
arteria faringea 3. Médula oblonga y
ascendente meninges
2. Venas emisarias 4. Arterias espinales anterior
F) Canal carotideo y posterior
1. Arteria carótida interna 5. Membrana tectoria
2. Plexo venoso carotideo 6. Ligamento dental apical
interno E) Apertura externa del
3. Plexo nervioso acueducto vestibular
carotideo interno 1. Conducto y saco
(simpático) endolinfáticos
G) Foramen espinoso 2. Vasos pequeños
1. Vasos menIngeos medios F) Foramen mastoideo
2. Rama recurrente (dural) 1. Vena emisaria
del nervio mandibular G) Canal condiloideo
H) Hiato del canal facial 1. Vena emisaria
1. Gran nervio petroso
2. Rama petrosa de la
arteria meníngea media
ORBITA
Se llega a la órbita al eliminar la placa orbital del hueso frontal. Úsese un cincel
para romper dicha placa orbital, alrededor de 2.5 cm lateral a la apófisis crista galli.
Entonces elimínese la parte que aún permanece de la placa y nótese la posición del
seno frontal dentro del hueso. Mediante el uso del mango de una pinza, deprima el
periostio orbital (periórbita) y el contenido orbital, hacia abajo en la parte frontal
de la cavidad orbital. Realice dos cortes con sierra hacia abajo, a través de la
porción escamosa del hueso frontal, hacia el piso de la fosa craneal anterior.
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hueso, permanecerá intacta. Se debe cortar en
unida en forma muy laxa al hueso,
forma longitudinal la periórbita, y desplazar a cada lado para exponer los
conteni dos orbitarios desde arriba. Las estructuras contenidas
con tenidas en la órbita
están embebidas en tejido graso laxo, que se deberá quitar poco a poco se-
gún proceda la disección.
Fig. 7.12.- Orbita derecha vista desde arriba, después de eliminar su techo.
El nervio frontal es la más grande de las tres ramas terminales (el lacrimal y
el nasociliar son las otras dos) del nervio oftálmico. Pasa a través de la línea
media de la órbita y yace de inmediato por encima del músculo elevador del
párpado superior. Cerca de la mitad de su curso a través de la órbita, se
divide en un pequeño nervio supratroclear y un nervio más grande
supraorbital. El nervio supratroclear pasa hacia delante y medial, para emerger
en la cara en el margen superior
su perior de la órbita, justo por encima de la tróclea
para el músculo oblicuo superior. El supraorbital
supraorbi tal continúa hacia delante para
girar hacia arriba en la parte frontal en la muesca supraorbital o foramen. Con
frecuencia se divide en dos o más ramas antes de salir de la órbita a través de la
muesca o foramen supraorbital.
El nervio lacrimal es la más pequeña de las tres ramas del nervio oftálmico. Pasa
hacia delante a lo largo de la unión del techo y la pared lateral de la órbita. Da
lugar a pequeñas ramitas de la glándula
glándula lacrimal y termina en pequeñas ramas
en la piel de la parte lateral del párpado superior. La arteria oftálmica,
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rama de la carótida interna, entra a la órbita a través del canal óptico,
inferior al nervio óptico (fig. 7.12). Se dobla alrededor de la parte lateral del
nervio óptico, y cruza por encima de él; corre hacia delante cerca de la pared
medial de la órbita, profundo al músculo oblicuo superior. En su curso, la
arteria oftálmica da lugar a las arterias lacrimal, supraorbital, etmoidal
posterior y etmoidal anterior, las cuales acompañan a los nervios del
mismo nombre. En adición a estas ramas, suelta pequeñas ramas a los
músculos oculares y un grupo de pequeñas arterias ciliares que entran en el
polo posterior del ojo. Termina al dividirse en dos pequeñas ramas, la arteria
supratroclear y la arteria nasal dorsal, que emerge hacia la cara cerca del
nervio infratroclear.
Estúdiese la glándula lacrimal, una estructura lobulada oval pequeña que yace
en la parte superior anterolateral de la órbita. Su secreción entra en la parte
superior (fórnix superior) del saco conjuntival, a través de cierto número de
pequeños conductos lacrimales.
Limpie el músculo elevador del párpado superior (fig. 7.12). Este músculo
plano estrecho, nace del margen superior del canal óptico, justo por encima
del músculo recto superior, y corre hacia delante por debajo del techo de la
órbita para insertarse en el tarso superior. También se inserta en la piel del
párpado superior y en la conjuntiva. El tarso superior es una placa delgada,
pero poderosa, de tejido fibroso que yace en el párpado superior, posterior al
músculo orbicular y frente a la conjuntiva palpebral.
De inmediato por debajo del elevador del párpado superior está el músculo
recto superior. Este es también un músculo plano con apariencia de banda,
un poco más ancho que el elevador, el cual nace del margen superior del
canal óptico, y se inserta en la esclerótica del ojo. Aunque todos los músculos
oculares no se pueden exponer en este momento, es bueno tener una idea
general de su arreglo y uniones antes de proceder con la disección de la órbita.
Los músculos rectos, superior, medial, inferior y lateral, son todos planos,
con apariencia de banda, que nacen en la punta de la órbita, a partir de un
tendón común, el anillo tendinoso. El anillo tendinoso se une a la parte
superior, medial e inferior del anillo óseo del canal óptico, y en forma lateral
al esfenoides, donde se verá que se origina el músculo recto lateral. Debido a
que el origen del recto lateral cubre la fisura orbital superior, se dice a
menudo que el músculo tiene dos porciones de origen, una medial y una
lateral a la fisura. Los músculos oculares se extienden hacia delante a través
de la órbita y se insertan todos en la esclerótica en puntos anteriores a un
plano que dividiría el ojo en dos mitades anterior y posterior. El músculo
oblicuo superior, que deberá ser limpiado ahora, nace del margen del canal
óptico, entre los orígenes de los rectos medial y superior, pero superior al anillo
tendinoso. Sus fibras pasan hacia delante hacia la tróclea en el ángulo
superior medial del anillo orbital del hueso frontal. Desde aquí, el músculo
gira hacia abajo, lateral y posterior, y pasa bajo el recto superior para
alcanzar la esclerótica, donde se inserta en la parte lateral del globo óptico,
posterior al plano que divide el ojo en mitad anterior y mitad posterior.
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Debe dividirse el nervio frontal a una corta distancia anterior al canal óptico, y
girarlo hacia delante. Divídase el elevador del párpado superior y el recto
superior cerca de la mitad de la órbita y gírense los segmentos anteriores de los
dos músculos hacia delante. Entonces rote los segmentos posteriores hacia
atrás. Al hacer esto, se encontrará la división superior del nervio motor ocular
común que entra profundo a la superficie del recto superior al cual inerva.
Una pequeña rama del nervio también atraviesa el recto superior, o gira
alrededor de su borde medial para inervar el elevador del párpado superior.
El nervio motor ocular común, al pasar a través de las dos porciones del
recto lateral, se divide en una parte superior y una inferior. La división superior,
gira hacia arriba lateral al nervio óptico, para inervar el recto superior y el
elevador del párpado superior, según ya se observó. La división inferior corre
hacia delante durante una distancia corta y se divide en tres ramas. De éstas,
una cruza por debajo del nervio óptico para inervar el nervio recto medial.
Otra inerva el recto inferior, y la tercera corre hacia delante a lo largo del
piso de la órbita para alcanzar el músculo oblicuo inferior. La raíz
oculomotora del ganglio ciliar, nace de una rama del oblicuo inferior.
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raíces motoras y sensoriales del nasociliar y el motor ocular común. Las
ramas que nacen del ganglio son los nervios ciliares cortos. Son filamentos
finos y numerosos que pasan hacia delante, en estrecha relación con el nervio
óptico para atravesar la parte posterior de la esclerótica (fig. 7.13).
Deben separarse los párpados tanto como sea posible, si están cerca los
contenidos orbitarios, quite los párpados y localice las inserciones de los
músculos oculares en el ojo. Mediante disección, libere los contenidos
orbitales de las paredes lateral e inferior de la cavidad orbitaria y
desplácelas en dirección medial y arriba. Debe identificarse el curso del nervio
cigomático en la pared lateral de la órbita. Los nervios cigomático temporal y
cigomático facial son ramas de este nervio. Desde el frente de la órbita
diséquese el músculo oblicuo inferior. Este nace de la mandíbula en ángulo
medial anterior del piso de la órbita y pasa en dirección lateral y hacia atrás
por debajo del recto inferior, para insertarse en la parte lateral de la
esclerótica, posterior a un plano que divide el ojo en las mitades anterior y
Posterior.
OJO
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que rodea el ojo, y la porción distal de los músculos oculares. Forma una
depresión cóncava que sostiene el ojo en posición relativa a la órbita, y aún así
permite el movimiento libre en tres direcciones. Se deberán notas las
conexiones de los músculos oculares al ojo, y sus relaciones con la fascia
bulbar. Desplace entonces los músculos en dirección anterior hacia la córnea.
La pared del ojo está hecha de tres cubiertas concéntricas: (1) la capa externa
consiste de la córnea transparente, la cual constituye un sexto de la parte
anterior de la cubierta externa, y la esclerótica, la cual hace los otros cinco
sextos; (2) la capa vascular media está compuesta de los músculos ciliares, el
coroides y los procesos ciliares y el iris; (3) una capa retinal interna que
consiste de una capa externa pigmentada y una capa interna nerviosa. Estas
tres capas encierran tres medios transparentes: el lente, el humor acuoso y
el humor vítreo. Intente demostrar tantas de estas estructuras como sea
posible. Debe estudiarse en uno de los textos descriptivos, una cuenta
detallada de las cubiertas, medios transparentes, y el aparato necesario
para ajustar la vista del ojo.
Estudie el contenido del ojo (fig. 7.14). El espacio detrás de la córnea es la
cámara anterior, la cual es continua a través de la pupila del iris y la cámara
posterior. La cámara posterior está bordeada por el iris pigmentado en su
parte anterior, y el lente en su parte posterior. Ambas cámaras contienen
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humor acuoso. Detrás del lente,
len te, y dentro de los confines de la superficie
retinal, nótese que el humor vítreo es gelatinoso.
Fig. 7.14.- Sección horizontal del ojo derecho, con parte de la retina y
coroides intactas.
Observe que la córnea es más convexa que la esclerótica. Estas dos partes de
la cubierta externa se hacen continuas en la unión corneoescle ral, a menudo
llamada el limbo. El cuerpo ciliar, el cual es continuo en el frente con el iris y
detrás con el coroides, es una zona blancuzca de cerca de 6 mm de ancho.
Contiene el músculo ciliar, el cual se une de manera firme a la esclerótica y la
unión corneoesclerótica. Nótese también el ángulo án gulo iridocorneal, ángulo
agudo entre la córnea y el iris. Este ángulo es cruzado por bandas de tejido
conectivo que pasan de la parte posterior de la córnea, al iris y la esclerótica.
Aquí puede usted encontrar espacio encerrado por este tejido conectivo,
que comunica con el seno venoso escleral. A su vez el seno comunica con las
venas esclerales.
Producido por el epitelio que bordea la cámara posterior, el humor acuoso circula
a través de la pupila en la cámara anterior, los espacios y el seno venoso escleral,
sale entonces a través de las venas esclerales. Si por alguna razón no se elimina
el hu mor acuoso a la misma velocidad a la que es producido,
producido, se incrementa la
presión en el ojo y puede dar como resultado la ceguera. Esta condición es cono cida
como glaucoma.
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cataratas. La alteración de la apariencia del cristalino para ajuste del foco, es un
aspecto del proceso de acomodación; es decir, cambios de vista desde un objeto distante
a un objeto cercano. Con la edad avanzada, a menudo el cristalino se endurece y hace
más difícil la acomodación para la visión (presbicia).
Localice el nervio óptico. Las capas meníngeas de la duramadre aracnoides y
piamadre, se extienden a lo largo del nervio óptico para unirse a la parte
posterior del ojo. (¿Puede usted demostrar el espacio subaracnoideo?)
Obsérvese que el nervio atraviesa la esclerótica como un paquete, alrededor
de 3 mm de la porción nasal del polo posterior del ojo. En este punto, la
esclerótica es delgada. Las fibras del nervio óptico atraviesan entonces la
coroides y la parte externa de la retina, la cual es adherente a la coroides.
Estas libras nerviosas forman un círculo, el disco óptico o papila, el cual es
llamado punto ciego, ya que esta área carece de elementos sensitivos a la luz
(conos o bastones). Entonces los nervios se diseminan como una capa interna
nerviosa de la retina. La arteria y vena centrales de la retina, pasan a través
del disco y se subdividen para irrigar la superficie interna de la reúna.
Mientras se acerca al cuerpo ciliar, nótese a una corta distancia por detrás
de él, que la retina se hace más delgada y forma una línea ondulada llamada ora
serrata. La retina posterior a la ora serrara es la verdadera retina nerviosa
(óptica), mientras que la retina anterior a la ora serrata se reduce a una sola
capa de células epiteiiales unida a la capa pigmentada de la retina. La capa no
nerviosa cubre el cuerpo ciliar y el iris hasta el margen de la pupila.
REGION PREVERTEBRAL
Con el cadáver sobre su torso, haga un corte vertical con una sierra a cada lado
del cráneo, iniciando en la superficie externa alrededor de 1 cm por detrás de
la apófisis mastoides y pasar en dirección anterior y medial hacia el agujero
occipital justo por detrás del foramen yugular. En la línea media, córtese a
través de la dura y los ligamentos que conectan el atlas con el hueso occipital
mediante una incisión horizontal a través del agujero occipital. Insértese un
cincel a través del agujero occipital entre el arco anterior del atlas y el hueso
occipital, y/o entre el cóndilo occipital y la apófisis articular superior del atlas
en cada lado, o golpee con el cincel a través de los cóndilos occipitales en caso
de ser necesario. Despéguese la parte anterior del cráneo hacia delante y corte
las partes anteriores del esternocleidomastoideo, trapecio y esplenoideo, que
impiden la retracción. Identifíquense las inserciones del longus capitis y el
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rectus capitis anterior y los músculos laterales de la base del cráneo.
Córtense los músculos cerca de sus inserciones para facilitar la disección.
Mientras se retrae la parte anterior del cráneo, la faringe, los nervios mayores, y
los vasos hacia delante y hacia abajo, trátese de dejar los troncos cervicales
simpáticos en la superficie de los músculos prevertebrales profundos que
están unidos a las vértebras cervicales. Quítese la parte posterior del foramen
yugular y del canal hipogloso con un cincel, o con pinzas para hueso.
Estudie el curso del gloso faríngeo (CN IX), el vago (CN X), el espinal (CN XI), y
el hipogloso (CN XII) y sus relaciones con la faringe y tos grandes vasos del
cuello (fig. 7.15).
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cada uno de los ganglios simpáticos cervicales. Estas son las ramas
cardiacas que descienden en el tórax, para unirse al plexo cardíaco. En
adición a éstas, las ramas comunicantes (ramas grises), pasan en forma
lateral para unirse a los medios espinales cervicales. Por lo general, el ganglio
superior se comunica con los primeros cuatro nervios cervicales, el ganglio
medio con los quinto y sexto, y el ganglio inferior con el séptimo y octavo. El
ganglio cervical superior contribuye a los nervios carotídeos interno y externo
que acompañan las arterias carotídeas interna y externa. Los simpáticos se
ramifican con todas las ramas arteriales, y de esta manera proveen a las
estructuras de la cabeza con inervación simpática.
Revise la posición del foramen yugular, canal hipogloso, y el orificio externo del
canal carotideo. Así como las estructuras que atraviesan estos forámenes
descienden en el cuello, pasan profundo a la parte posterior del músculo
digástrico. A fin de exponer las porciones superiores de las estructuras, la
parte posterior del digástrico se deberá elevar todo lo posible de su unión a la
porción interna de la apófisis mastoidea. Revísese el curso de la arteria
occipital.
Los nervios vago y accesorio están cubiertos por una vaina fibrosa en el
foramen yugular. El vago desciende de manera casi vertical dentro de la vaina
carótida donde ya se ha visto la gran parte de su curso cervical. Justo por
debajo del foramen yugular, recibe una rama comunicante del nervio
accesorio. El vago presenta una dilatación, el ganglio superior, mientras yace
en el foramen. Un poco por abajo, exhibe otra dilatación ovoidea, el ganglio
inferior. Justo por debajo del ganglio el vago suelta su rama faríngea, la cual
corre hacia el frente lateral a la arteria carotídea interna, para alcanzar la
pared de la faringe donde se une con las ramas faríngeas del glosofaringeo, y
las fibras simpáticas para formar el plexo faríngeo (fig. 7.15). Un poco por
debajo del origen de la rama faríngea, el vago da lugar a una rama mayor, el
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nervio laríngeo superior. Corre hacia abajo y hacia delante, y pasa profundo
a la arteria carotídea interna. Se divide en los nervios laringeos interno y
externo, los cuales ya se han expuesto en la disección del triángulo
carotídeo.
Al salir del foramen hipogloso, el nervio hipogloso yace medial a los nervios
vago y accesorio. Mientras desciende, gira en forma espiral, primero
posterior y luego lateral al nervio vago.
La arteria carótida interna empieza al nivel del borde superior del cartílago
tiroides como una de las ramas terminales de la carótida primitiva y asciende
por delante de las tres primeras vértebras cervicales hasta la base del cráneo,
donde penetra por el orificio externo del conducto carotídeo. La arteria carótida
interna se encuentra adyacente a la pared lateral de la faringe y no da ramas
en el cuello. Obsérvese que los nervios descritos antes tienen las siguientes
relaciones con las arterias carótidas externa e interna: el nervio hipogloso
está por fuera de las dos, el glosofaríngeo y las ramas faríngeas del vago entre las
dos, y la rama laríngea superior del vago está por dentro de ambas (fig. 7.16).
Trate de descubrir las tres pequeñas arterias que riegan la parte superior de
la pared de la faringe. Estas son las arterias faríngea ascendente, palatina
ascendente y tonsilar. Por lo general, estos tres vasos no se encuentran
juntos en una sola persona; sin embargo, el que falta es sustituido con
frecuencia con ramas de los otros dos. La arteria faríngea ascendente suele
ser la primera rama de la carótida externa y se origina de su cara interna.
Asciende aplicada a la pared de la faringe, donde se encuentra por dentro de
la arteria carótida interna. Las arterias palatina ascendente y tonsilar son ramas
pequeñas que se originan de la arteria facial cuando ésta pasa por dentro del
músculo digástrico. Ascienden aplicadas a la parte superior de la pared lateral
de la faringe, la palatina asciende ligeramente por atrás de la tonsilar. Se
pueden diferenciar por el hecho de que la palatina ascendente pasa por
dentro del músculo estilogloso, mientras que la tonsilar lo cruza por fuera (fig.
7.24).
Revise las inserciones del músculo escaleno anterior y luego estudie los
escalenos medio y posterior. Estos tres músculos se originan en las apófisis
transversas de las vértebras cervicales (el escaleno anterior de los tubérculos
anteriores y los escalenos medio y posterior de los tubérculos posteriores). El
escaleno anterior y el medio se insertan en la primera costilla. El escaleno
posterior lo hace en la segunda. El largo de la cabeza, que se cortó cuando se
retrajo ésta, se origina en los tubérculos anteriores de las apófisis transversas
de la 3a. a la 6a. vértebras cervicales y se inserta en la porción basilar del
hueso occipital (fig. 7.17).
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Fig. 7.16.- Vista lateral derecha de las arterias carótidas y los nervios en
relación con ellas.
La rama ventral del primer nervio cervical emerge entre estos dos músculos y se
dobla hacia abajo por delante de la apófisis transversa del atlas (fig. 7.17).
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Fig. 7.17.- Región prevertebral. Se la desplazado hacia afuera el músculo
izquierdo largo de la cabeza cara mostrar sus fascículos de origen.
Observe que los nervios cervicales, al salir por los agujeros intervertebrales, pasan
por atrás de la arteria vertebral.
ESPACIOS APONEUROTICOS DE CABEZA Y CUELLO
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revestimiento.
Este espacio permite el movimiento independiente de las vísceras cervicales sobre las
vértebras cervicales, y a través de él se pueden extender las infecciones de las regiones
nasal o bucal de la faringe hacia el mediastino posterior.
Al estudiar los espacios que hay alrededor de la porción facial del cráneo, hay
que recordar que la capa de revestimiento de la aponeurosis cervical se extiende
hacia arriba de su inserción superior en el borde inferior del maxilar inferior, y que
al hacer esto ayuda a definir diversos compartimientos estructuralmente. Por
ejemplo, la aponeurosis de revestimiento se fusiona con las aponeurosis
masetérica y pterigoidea; encapsula a las glándulas submaxilar, sublingual y
parotídea; forma parte del ligamento estilomaxilar, y se inserta en el arco
cigomático, por arriba del cual se continúa con la aponeurosis temporal.
Las infecciones se pueden extender de la zona del maxilar inferior (por ejemplo, a partir
de abscesos de los molares inferiores) a la parte anterior de la región temporal o más
adelante hacia la región de la bola adiposa bucal.
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aunque algunos autores describen el espacio que contiene a la glándula y el
músculo masetero como el espacio aponeurótico parotideomasetérico. De
cualquier manera, este espacio es importante para limitar la diseminación de
infecciones de la glándula parótida.
Coloque ahora una sonda en la boca y atraviese con ella la pared lateral de la
faringe en la vecindad de las amígdalas palatinas. Obsérvese que al perforar el
constrictor de la faringe, la punta de la sonda entra al espacio faríngeo lateral
(parafaringeo), por fuera de los constrictores, por el cual pasan la arteria
carótida, la vena yugular interna y los nervios vago, hipogloso, glosofaringeo y
espinal o accesorio (fig. 7.15). Algunos investigadores subdividen este espacio en
una zona preesuloidea y otra retroestiloidea, usando la apófisis estiloides como
línea divisoria.
Una infección en la parte anterior de este espacio, por delante de los segundos molares, por lo
general queda limitada al piso de la boca, pero si está por atrás de los últimos molares se
propaga a los tejidos conectivos del cuello.
BOCA
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Fig. 7.18.- Cavidad bucal.
La lengua se proyecta a partir del piso de la boca y está cubierta por la membrana
mucosa bucal. Obsérvese el pliegue vertical de la mucosa que va de la cara
interior de la porción anterior libre de la lengua al piso de la boca; este es el
frenillo lingual (Fig. 7.19). A cada lado de la base del frenillo se puede ver el
orificio del conducto submaxilar en el vértice de una pequeña paila, la carúncula
sublingual. A partir de la carúncula se extiende hacia atrás y afuera a lo largo del
piso de la boca una cresta poco elevada, el pliegue sublingual. Este es producido
por la glándula sublingual, que se encuentra inmediatamente por abajo de la
membrana mucosa. En la parte más alta del pliegue se pueden identificar a veces
los diminutos orificios de los conductos sublinguales.
Localice el surco nasolabial, que separa la mejilla del labio superior en ambos
lados y se extiende hacia abajo y afuera, del ala de la nariz al ángulo de la boda.
Obsérvese también el surco mentolabial, transversal, que separa el mentón del
labio inferior (fig. 7.19).
Además de los músculos faciales que rodean la boca y que se describieron antes
(véase la página 40), los labios superior e inferior están formados por piel y tejido
subcutáneo en la cara exterior, y por glándulas labiales cubiertas con membrana
mucosa en el interior. Las glándulas varían en tamaño y forman una capa
casi continua en los labios superior e inferior. Las mayores se pueden sentir a
través de la membrana mucosa moviendo la punta de la lengua contra la
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superficie interna de los labios.
Abra su boca y observe que los ángulos en que se unen los labios, las comisuras
labiales, son muy delgadas y pueden desgarrarse si se estiran con fuerza al
separar los labios. La zona roja de los labios se debe a los vasos sanguíneos que
se observan a través del delgado epitelio. En el labio superior, la zona roja se
proyecta hacia abajo en la línea media formando el tubérculo; en la piel de
este labio hay una depresión poco profunda, el filtrum, que se extiende de un
poco por arriba del tubérculo a la nariz (fig. 7.18).
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adelante y encuentre en la línea media el pliegue de la membrana mucosa, el
frenillo, que se extiende de la encía al labio, y que por lo general está más
desarrollado en el labio superior que en el inferior.
La cavidad bucal propiamente dicha está limit ada hacia adelante y afuera por
las prolongaciones alveolares y los dientes. El paladar duro y el blando forman
el techo. El piso está formado por la lengua y el surco sublingual, zona revestida
de mucosa que rodea las partes anterior y laterales de la len gua. Hacia atrás, la
cavidad bucal propiamente dicha comunica con la buco faringe por el istmo de
las fauces (véase la sección Interior).
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est as subdivisiones de la
el cadáver hay algunos dientes, hay que definir estas
membrana mucosa explorando con la sonda alrededor de los dientes y
desprendiendo la membrana mucosa de ellos y de las mandíbulas. Cuando
se desprenda la membrana mucosa, obsérvese que el tubérculo alveolar, cu -
bierto por la encía, forma una gran prominencia redondeada en el extremo
posterior de cada prolongación alveolar superior.
Fig. 7.20.- Cara inferior del paladar después de quitar la membrana mucosa
del lado izquierdo
Revise la estructura ósea del paladar duro y membrana mucosa que recubre a
éste y al pala dar blando (fig. 7.20). Obsérvese la papila incisi va o palatina
justo por atrás de los incisivos centrales
cen trales superiores; esta papila cubre el orificio
del conducto pa latino anterior. Una cresta poco marcada, el rafe palatino, s.
extiende hacia atrás, partiendo de la papila a casi todo lo largo del paladar
duro. Los pliegues palatinos transversales se extienden a través de la parte
anterior del paladar duro. Despréndase la mucosa palatina y ob sérvese que
la submucosa contiene grasa hacia adelante y glándulas palatinas sobre
todo en la parte posterior. Estas g lándulas desembocan a través de la
mo lar, el tejido conectivo que con tiene los
mucosa en la boca. En la región molar,
vasos y nervios palatinos suele ser más grueso que en otras zonas del
examinar las bandas de tejido conectivo que se ex -
paladar. También hay que examinar
tienden del periostio del paladar duro a la membrana
mem brana mucosa, ya que limitan
en gran medida el movimiento de la membrana sobre el paladar du ro. Los
músculos del paladar blando se estudiarán
estudia rán en una disección posterior (véase
página 75).
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observe el pliegue falciforme de la membrana mucosa, el frenillo lingual, en su
cara inferior (fig. 7.19), que se extiende de la prolongación mandibular a la
lengua. La longitud del frenillo varía en las diferentes personas.
Los pliegues fimbriados se extienden del extremo del frenillo hacia afuera
y atrás por la cara inferior de la lengua. En esta misma cara de la lengua se
pueden observar en ambos lados las venas sublinguales, grandes y
tortuosas. Otras venas (la lingual profunda y la dorsal de la lengua)
acompañan a las ramas de la arteria lingual.
LENGUA
Así como los pliegues palatinos transversales están bien desarrollados y son
útiles para la masticación en algunos animales, la lengua áspera también
sirve para un fin semejante, pero en el hombre la aspereza de la mucosa sólo
se presenta en forma de varios tipos de papilas. Hay que lavar, o raspar con
cuidado, los restos de alimentos, moco, etc. de la mucosa lingual, para identi-
ficar los diversos tipos de papilas. Las grandes papilas circunvaladas, en
número de 8 a 12, se localizan inmediatamente por delante del surco terminal y
disminuyen de tamaño de la línea media hacia afuera. Estas papilas tienen
surcos circulares que rodean las prominencias elevadas; en la profundidad
de estos surcos desembocan glándulas serosas. La hilera de papilas
circunvaladas delimita bastante bien la zona de la lengua inervada por el nervio
lingual (gusto, por la vía de la cuerda del tímpano) hacia adelante y por el
nervio glosofaríngeo hacia atrás. Por delante de las papilas circunvaladas hay
numerosas papilas cónicas y filiformes a manera de pelos que dan al resto de la
superficie bucal de la lengua un aspecto aterciopelado de color rosa grisáceo
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en el individuo vivo. Entre las papilas filiformes se observan aisladas las
papilas fungiformes, de distribución irre gular. Estas son elevaciones en
forma de hongo, también pequeñas, en cuyos lados se localizan los
corpúsculos gustativos.
Por atrás del surco terminal, la superficie farín gea de la lengua presenta
pliegues irregulares debidos a la presencia de notables acumulos de tejido
linfoide, los folículos linguales. El término amígdala lingual es el que se aplica
al conjunt o de los folículos linguales. En el centro de la mayor parte de los
folículos se pueden ver las criptas linguales, depresiones estrechas en las que
desembocan los conductos de pequeñas glándulas mixtas, las glándulas
linguales posteriores. Los músculos de la lengua se estudiarán en una disección
posterior.
Si existen los molares del maxilar superior, estudie las relaciones de sus
raíces con el seno maxilar y la distribución de los nervios alveolares superiores
en estos dientes.
FARINGE
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El constrictor inferior de la faringe está cubierto en su origen por la parte
superior del músculo esternotiroideo. Se origina en el cartílago tiroides por
atrás de la línea oblicua, en un arco fibroso que pasa a manera de puente
sobre el músculo cricotiroideo, entre los cartílagos tiroides y cricoides, y en la
cara lateral del cartílago cricoides. Al aproximarse a su inserción en el rafe
medio, se extiende hacia arriba de manera que sus fibras superiores se
superponen a la inserción del constrictor medio.
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El músculo estilofaríngeo, del cual ya se vio su origen en la apófisis estiloides,
alcanza la pared de la faringe al nivel del borde superior del cons trictor
medio. Al descender por dentro de este músculo, la mayor parte de sus fibras
se mezclan con las de los constrictores, aunque algunas se insertan en el
cartílago tiroides.
Observe que la pared de la faringe es completa por atrás y a los lados, pero que
por delante es incompleta, ya que la faringe se comunica libre mente con las
fosas nasales, la cavidad bucal y la laringe. La faringe está revestida por una
membrana mucosa que se continúa con las que revisten
revis ten las fosas nasales, la
cavidad bucal y la larin ge. De arriba hacia abajo se puede dividir a la farin ge
en tres partes: nasofaringe, bucofaringe y laringofaringe.
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Cuando aumenta de tamaño por inflamación crónica, esta amígdala recibe con
frecuencia el nombre de "adenoides".
Los músculos del paladar blando se pueden estudiar con más facilidad
después de dividir en dos partes la porción facial del cráneo; para este efecto,
corte el paladar blando con el bisturí en un plano parasagital un poco a la
izquierda de la línea media. Empezando en la abertura nasal anterior izquierda,
corte las partes carnosa y cartilaginosa del lado izquierdo de la nariz en el mismo
plano. Luego complete la división cortando con la sierra (en el mismo plano) el
techo de la fosa nasal izquierda, el paladar duro y la sínfisis mentoniana. Luego
corte la lengua con el bisturí en el plano medio sagital. Para descubrir los
músculos del paladar blando, quite con cuidado la membrana mucosa de su
cara superior y de la pared lateral de las porciones nasal y bucal de la faringe.
Los principales músculos del paladar blando son el peristafilino externo (tensor del
velo del paladar) y el peristafilino interno (elevador del velo del paladar), que
tensan y elevan el paladar, y los músculos palatogloso y palatofaríngeo, que lo
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hacen descender. El palatofaríngeo y el peristafilino interno son los más próximos
a la superficie de la cara superior del paladar; en primer lugar límpielos (fig. 7.23).
FOSAS NASALES
Hay dos fosas nasales; cada una tiene una pared interna, el tabique nasal y una
compleja pared externa, que se describe más adelante. En general, la membrana
mucosa de las fosas nasales es gruesa y esponjosa, debido a la presencia de
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numerosas glándulas mucosas pequeñas. El tercio superior de la mucosa nasal se
llama área olfatoria, ya que contiene los diminutos filamentos de los nervios
olfatorios, que entran a la cavidad por los pequeños orificios de la lámina cribosa
del hueso etmoides. Los tercios inferiores constituyen la llamada área
respiratoria, en que la mucosa es más gruesa y más glandular. Hacia adelante, cada
fosa nasal comunica con el exterior por la abertura anterior. Justo por atrás de esta
abertura está el vestíbulo nasal, zona que presenta pelos y que está circunscrita por
el ala de la nariz. Hacia atrás, la fosa nasal comunica con la nasofaringe mediante
la correspondiente coana.
Estudie el tabique nasal, lámina ósea y cartilaginosa cubierta a ambos lados por
mucosa, que suele estar algo desviado a un lado, con más frecuencia el derecho.
Despréndase la membrana mucosa del lado izquierdo del tabique y obsérvese su
armazón óseo y cartilaginoso. La porción ósea está formada principalmente por el
vómer y la lámina perpendicular del etmoides. Hacia adelante, el tabique se
completa por el cartílago del tabique. En su parte anterosuperior, el cartílago del
tabique se une a la sutura que hay entre los dos huesos nasales. En su parte
posterosuperior se une al borde anterior de la lámina perpendicular del etmoides, y
en la posteroinferior al borde anterior del vómer.
Usando las pinzas, despréndase, pedazo a pedazo, la porción ósea del tabique
para descubrir la cara profunda de la mucosa del lado derecho del tabique y los
vasos y nervios que pasan por ella. Además del nervio olfatorio, la mucosa
septal recibe nervios derivados del oftálmico y el maxilar superior, que conducen la
sensibilidad general en sus modalidades de temperatura, dolor y tacto. El tercio
anterior del tabique es inervado por la rama nasal interna del nervio etmoidal
anterior, que se puede encontrar descendiendo por la cara profunda de la parte
anterior de la mucosa septal, acompañado por una pequeña rama de la arteria
etmoidal anterior. Los dos tercios posteriores del tabique son inervados en su
mayor parte por el nervio nasopalatino, que es una rama del ganglio esfenopalatino
(véase la página 79) compuesto principalmente de fibras nerviosas aferentes
derivadas del nervio maxilar superior, que alcanza la parte posterosuperior del
tabique cruzando la porción posterior del techo de la fosa nasal. A partir de aquí se
dirige hacia abajo y adelante entre la mucosa y el hueso del tabique para llegar al
conducto palatino anterior, por el cual pasa para terminar en la mucosa de la
porción anterior del paladar duro. Va acompañado por la arteria esfenopalatina,
rama de la tercera porción de la maxilar interna.
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el tabique) con que se comunican libremente el atrio, los tres meatos y el receso
esfenoetmoidal, se conoce como meato común.
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NERVIO MAXILAR SUPERIOR Y FOSA PTERIGOPALATINA
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ramas, que descienden por la superficie infratemporal del maxilar superior,
donde penetran por pequeños conductos del hueso y se dirigen por la pared
externa del seno maxilar, hasta las raíces de los molares superiores.
Las ramas internas pasan por el agujero esfenopalatino para entrar a la fosa
nasal, e incluyen los nervios nasales posterosuperiores y el nervio nasopalatino.
Las ramas descendentes son los nervios palatino mayor y palatinos
menores. Estos descienden por el conducto palatino para alcanzar el
paladar. Desprenda con cuidado la membrana mucosa del paladar duro
para observar la distribución de estos nervios. El nervio palatino mayor
emerge por el agujero palatino mayor y se distribuye por la membrana mucosa
y las glándulas del paladar duro. Los nervios palatinos menores, mucho más
delgados, emergen por el agujero palatino menor, y se doblan hacia atrás
para dirigirse al paladar blando.
Otra rama del ganglio, que es muy delgada y difícil de encontrar, es el nervio
faríngeo, que se dirige hacia atrás a partir del ganglio, y está por abajo y
adentro del nervio del conducto pterigoideo. Se distribuye por la pared superior
de la nasofaringe.
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descubrir el nervio que pasa por él. El nervio del conducto pterigoideo se
forma en el extremo posterior del conducto (que está en la pared anterior
del agujero rasgado anterior) por la unión de los nervios petroso superficial
mayor y petroso profundo. El primero es una rama del nervio facial que
conduce fibras nerviosas parasimpáticas preganglionares al ganglio
esfenopalatino. El nervio petroso profundo está formado por fibras simpáticas
postganglionares derivadas del ganglio cervical superior y conducidas por
el plexo de la carótida interna. Obsérvese que las ramas del ganglio
esfenopalatino constan de fibras sensitivas derivadas del nervio maxilar
superior por medio de sus ramas pterigopalatinas, pero que también con-
tienen las fibras simpáticas posganglionares del nervio petroso profundo y
fibras parasimpáticas postganglionares derivadas de las neuronas
posganglionares cuyos cuerpos celulares se encuentran en el ganglio
esfenopalatino.
REGION SUBMAXILAR
Revise los límites y el contenido del triángulo submaxilar y las inserciones del
músculo milohioideo (véase la página 27). Córtese la membrana mucosa
por abajo de la lengua y a los lados de ella y rechace ésta hacia adentro,
junto con las estructuras adyacentes, para separarlas del músculo
milohioideo. Al hacer esto descubrirá la glándula sublingual, la porción
profunda y el conducto de la glándula submaxilar, las porciones terminales
de los nervios lingual e hipogloso, el ganglio submaxilar y los músculos
extrínsecos de la lengua.
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Identifique el ganglio submaxilar, que está conectado al nervio lingual en la
región de la glándula submaxilar, por medio de ramas comunicantes cortas
(generalmente dos). Contiene los cuerpos celulares de las neuronas
parasimpáticas posganglionares que son secretomotoras para las glándulas
salivales submaxilar y sublingual. Las fibras nerviosas preganglionares, que
derivan del nervio facial (NC VII), son conducidas por el ganglio primero por
la cuerda del tímpano y luego por el nervio lingual. De las fibras
posganglionares que salen del ganglio, algunas van en forma directa a la
glándula submaxilar para inervarla, mientras que otras regresan al nervio
lingual para distribuirse por la glándula sublingual (fig. 7.24).
El nervio hipogloso se dirige hacia adelante por fuera del hiogloso, dando
ramas a éste y al estilogloso. Después de dar una rama (en realidad derivada
del primer nervio cervical) al genio hioideo, se divide en sus ramas terminales
que inervan al geniogloso y a los músculos intrínsecos de la lengua. Suele
conectarse, cera del borde anterior del hiogloso, al nervio lingual por medio de
una asa comunicante. El nervio hipogloso es el nervio motor de la lengua, ya que
inerva a los músculos extrínsecos e intrínsecos.
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con las fibras musculares intrínsecas y con el estilogloso (Fig. 7.24).
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poco aparecerán los conductos semicirculares, el caracol, el nervio facial, el
ganglio geniculado y los huesecillos
huese cillos del oído. No es posible que todas
estas estructuras puedan verse al mismo tiempo, por lo que hay que
enfocar la disección cincelando poco a poco y mirando lo que va apareciendo.
Identifíquense los nervios facial (NC VII) y auditivo (NC VIII) al entrar al
conducto auditi vo interno (fig. 7.25). Cincele poco a poco la pared superior del
conducto siguiendo el trayecto de los nervios hacia afuera y adelante.
Obsérvese la localización del ganglio geniculado del nervi o facial. Examine la
cara anteroexterna del hueso temporal e identifíquese el nervio petroso
superficial mayor que abandona el gan glio para salir por el hiato del
conducto del facial. El nervio petroso superficial menor sale del hueso
temporal por afuera y abajo del petroso superficial mayor.ma yor. Justo por debajo
del nervio facial, diseque el hueso en relación con el nervio auditivo y
ob sérvese la división de éste en los nervios coclear y vestibular.
Fig. 7.25.- Oído interno y medio vistos a través del hueso temporal.
Siga el nervio codear hacia adelante y quite con el cincel parte del hueso para
identificar la localización del caracol o cóclea. Esto se encuentra
encuentra por delante a lo
conducto auditivo interno con el hiato del conducto
largo de una línea que une el conducto
del facial. De manera semejante cincele el hueso para identificar el nervio
vestibular y uno o más de los conductos semicirculares, profundos a la
eminencia arcuata.
OIDO MEDIO
Quite el techo del tímpano para descubrir la cavidad del oído medio, o cavidad
timpánica, si no se cuenta con una lupa sólo se verán las estructuras mayores.
Identifíquense el martillo, el yunque y la membrana timpánica por la abertura
hecha en el tegmen tympani. Introduzca una sonda en el conducto auditivo
externo y, empujándola con suavidad hacia adentro, ob sérvese el
movimiento de la membrana timpánica
timpánica y de los huesecillos del oído.
Quite con un cincel la pared posterior del oído" medio y de la apófisis mastoides
y siga el trayecto del nervio hacia abajo. Obsérvese el trayecto de la cuerda
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del tímpano en relación con la membrana timpánica, el martillo y el
yunque. La cuerda del tímpano es un componente del nervio intermedio del
nervio facial que conduce los impulsos parasimpáticos preganglionares al
ganglio submaxilar y las sensaciones gustativas de la lengua (véase la página
80). Trate de localizar el estribo y el músculo del martillo.
La cavidad timpánica tiene forma irregular y está comprimida por ambos lados, lo
que hace que la dimensión vertical sea dos o tres veces mayor que la transversal.
Teniendo como guía los límites superior e inferior de la membrana timpánica, la
cavidad se divide en cavidad timpánica propiamente dicha, en el mismo plano
que la membrana y ático o receso epitimpánico, por arriba del nivel de la
membrana. La cavidad hipotimpánica, muy pequeña, se encuentra por debajo del
plano de la membrana. El techo del tímpano fue retirado en la disección anterior.
El piso o pared yugular es estrecho y está separado de la vena yugular interna por
una delgada lámina de hueso.
Ya se ha descrito el techo.
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revestidas por pequeñas evaginaciones de esta membrana mucosa.
La relación de estas paredes con la fosa craneal media, la vena yugular interna y la arteria
carótida interna es de particular importancia en la clínica; una infección grave y mal
atendida en la cavidad del oído medio puede destruir cualquiera de las paredes, poniendo
en peligro las estructuras adyacentes a ellas.
OIDO EXTERNO
Esta es la parte del oído que debe estudiarse en seguida. Identifíquese la oreja y
sus subdivisiones: hélix, antehélix, trago, antitrago, lóbulo, concha y tubérculo
auricular. Quite la piel de ella y trate de identificar algunos de sus músculos y
ligamentos intrínsecos y extrinsecos, así como el cartílago auricular. Revise las
porciones cartilaginosa y ósea del conducto auditivo externo, su inervación y su
riego sanguíneo en alguno de los textos descriptivos usuales.
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Capítulo 8
Laringe
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afuera por músculo y mucosa para transformarse en el pliego vocal o cuerda
vocal verdadera.
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Cada uno de los dos músculos cricoaritenoideos posteriores se origina en la cara
posterior de la lámina del cricoides. Sus Fibras convergen hacia arriba y afuera
para insertarse en la apófisis muscular del cartílago aritenoides. El músculo
ariaritenoideo es un músculo impar medio cuyas fibras se originan en la, cara
posterior de un cartílago aritenoides y se conectan en la cara posterior del otro.
Se divide en porciones transversal y oblicua. Las fibras transversales corren
horizontales a través del espacio interaritenoldeo de un cartílago al otro. Las
fibras oblicuas surgen en la cara posterior de la apófisis muscular de un cartílago
aritenoides y se dirigen hacia arriba y adentro a través de la línea media para
alcanzar el vértice del opuesto. Algunas de ellas se prolongan hacia afuera y
adelante en el espesor del pliegue aritenoepiglótico para alcanzar la epiglotis
como músculo aritenoepiglótico (figura 8.2).
Vea la laringe por su cara lateral. Quite una lámina del cartílago tiroides
procediendo de la manera siguiente. Corte la inserción de la membrana
tirohioidea en el cartílago tiroides en un lado y desarticule el asta inferior del
cartílago tiroides del cricoides. Desprenda el músculo cricotiroideo de su
origen en el cartílago cricoides. Luego, en el mismo lado, haga una incisión
vertical en la lámina del cartílago tiroides más o menos a un centímetro por atrás
y afuera de la línea media y quítela.
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conecta en el Ligamento vocal.
vocal. Ambos se encuentran en el espesor del pliegue
vocal, justo por fuera del ligamento vocal.
Los músculos de la laringe, con excepción de: cricotiroideo, son inervados por
el nervio laríngeo inferior, que ya se identificó. Por lo general
general se divide en el
borde inferior del cartílago cricoides en una rama anterior y otra posterior. La
rama posterior asciende por el cricoarite noideo posterior para inervar a este
músculo y a los músculos ariaritenoideos oblicuo y transverso.
transverso. La rama anterior
va hacia adelante y arriba para inervar a los músculos cricoaritenoideo lateral,
tiroaritenoideo y vocal. El nervio laríngeo inferior da parte de la inervación
sensitiva de la mucosa por abajo de los pliegues vocales.
El nervio laríngeo interno es el nervio sensitivo de la laringe, sobre todo por arriba
de los pliegues vocales, aunque se superpone en parte con el nervio laríngeo
inferior. Después de perforar la membrana tirohioidea se ramifica por la cara
profunda de la mucosa laríngea (figura 8.2).
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laterales de la epiglotis. Los músculos aritenoepiglótico y tiroepiglótico ascienden
en el espesor de los pliegues para insertarse en la membrana cuadrilátera y
la epiglotis. Cubierta hacia afuera y hacia adentro por la membrana mucosa,
el borde superior libre de los pliegues forma la abertura superior de la laringe.
El borde inferior libre de la membrana cuadrilátera cubierta por la mucosa es el
pliegue vestibular o cuerda vocal falsa.
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Capítulo 9
Tórax
PARED TORACICA
La pared ósea del tórax está formada por las 12 vértebras torácicas, el
esternón y los 12 pares de costillas con sus cartílagos costales. Los espacios
entre las costillas, conocidos como espacios intercostales, están ocupados por los
músculos intercostales externo e interno, los nervios intercostales y los vasos
sanguíneos intercostales. Los espacios superiores son los más favorables para
un estudio de las estructuras intercostales.
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calibre.
Los nervios intercostales son las ramas ventrales de los primeros once pares de
nervios torácicos. En la presente disección hay que descubrir varios de ellos en
los canales costales tan atrás como convenza y seguirlos hacia adelante. En el
canal costal, éste aparece entre el intercostal interno y el intercostal profundo» a
cada uno de los cuales da ramas para su inervación. Cada nervio intercostal da
origen a una rama cutánea externa gruesa, que perfora el músculo intercostal
externo a lo largo de la línea axilar media. Continuando hacia adelante, penetra
en el espesor del músculo intercostal interno un poco por delante de la línea axilar
media. Cerca de la unión de la costilla y el cartílago costal, alcanza la superficie
profunda del músculo. A partir de aquí se dirige hacia adelante entre el músculo
intercostal interno y la membrana pleural o el músculo transverso del tórax, al que
también inerva; cerca del borde lateral del esternón se dobla hacia adelante y
horada el músculo intercostal interno, la membrana intercostal externa y el
músculo pectoral mayor, para terminar en la superficie corno alguno de los nervios
cutáneos anteriores del tórax. Esta descripción corresponde sólo a las porciones
terminales de los primeros cinco nervios. Los últimos seis nervios intercostales,
después de alcanzar los extremos anteriores de los espacios intercostales, se
encaminan hacia abajo y adelante en el espesor de la pared abdominal anterior;
su distribución se investigará cuando se diseque ésta.
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cartílago costal dividiéndose en las arterias epigástrica superior y musculofrénica.
CAVIDAD TORACICA
Antes de abrir la cavidad torácica, debe tenerse una idea de la disposición general
de su contenido. Para orientarse, observe el esqueleto. Ya se estudió la pared
torácica (véase la página 89).
Esta cavidad se comunica libremente con la raíz del cuello por la abertura superior
del tórax que está limitada por el borde superior del manubrio del esternón, el
primer par de costillas y sus cartílagos y el borde superior de la primera vértebra
torácica.
Cada saco está formado por una membrana serosa continua llamada pleura. El
pulmón invagina este saco membranoso y al hacerlo entra en contacto íntimo e
inseparable con parte de la membrana serosa. La porción que forma la cubierta
externa del pulmón es la pleura visceral, y la que está en relación más profunda
con la pared torácica es la pleura parietal. Estas se continúan alrededor de la raíz
del pulmón. El espacio comprendido entre ellas es la cavidad pleura], que sólo
contiene una delgada película de líquido seroso. En ningún lugar hay
comunicación entre las dos cavidades pleurales.
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Fig. 9.1 Corte transversal del tórax para mostrar los sacos pleurales y el
mediastino con el saco pericárdico.
Abra la cavidad torácica por el frente, quitando las porciones anterior y lateral de
su pared, sin dañar la pleura parietal subyacente. Quitará los músculos
intercostales de los primeros siete espacios en cada lado hasta la línea axilar
Inedia. Hágalo con cuidado, ya que la pleura está separada de la cara interna de
los músculos intercostales externos sólo por una capa fibrosa muy delgada, la
fascia endotorácica. Introduzca sus dedos entre las costillas y, presionando con
suavidad, separe la pleura parietal de la cara interna de la primera a la octava
costillas. Por el momento deje intacta la primera costilla y corte de la segunda a la
sexta costillas en la línea axilar media de ambos lados. Pase sus dedos hacia la
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línea media por atrás de los cartílagos costales y el esternón, primero en un lado y
luego en el otro y separe la pleura lo más que sea posible de esta porción de fa
pared torácica. La arteria mamaria interna debe apartarse de la pared torácica y
dejarse en la superficie de las vísceras torácicas.
Corte ahora el manubrio del esternón de manera transversal con una sierra, un
poco por abajo de su unión con el primer cartílago costal. Haga otro corte
transverso a través de la parte inferior del esternón, entre su unión con el sexto y
séptimo cartílagos costales. Quite le parte que queda entre los dos cortes, junto
con las por clones de la segunda a la sexta costillas unidas a él. Se dejará en su
lugar al apéndice xifoides y el séptimo cartílago costal para no dañar el
diafragma. Si no ha disecado la parte inferior del cuello, dejará en su lugar la parte
superior del manubrio del esternón y el primer cartílago costal durante toda la
disección. Sin embargo, si ya se hizo esta disección, se pueden cortar las pri-
meras costillas en su unión con sus cartílagos costales. Ahora se pueden quitar el
manubrio del esternón y las porciones de la segunda a la sexta costillas unidas a él.
PLEURA
Hay que observar enseguida las líneas anteriores de reflexión de las pleuras
derecha e izquierda (fig. 9.2). Estas son las líneas a lo largo de las cuales se
dobla hacia atrás la pleura costal de cada lado para transformarse en la pleura
mediastínica. En un sujeto delgado, éstas se observan con facilidad, pero en un
sujeto obeso quedarán ocultas por una gran cantidad de tejido adiposo, el cual
debe quitarse. En ese caso, es útil hacer una pequeña abertura en la pleura costal
a 2.5 o 5 cm por fuera de la línea media. Después se introduce el mango del bisturí
a través de esta abertura en la cavidad pleural y se dirige hacia adentro siguiendo
la cara interna de la pleura y se detendrá cuando alcance la línea de reflexión de
la pleura. En la región del mediastino superior, que se encuentra atrás del
manubrio del esternón, los límites de las pleuras divergen entre sí. En el borde
inferior del manubrio se aproximan entre sí y con frecuencia se superponen en la
línea media. El límite de la pleura derecha se dirige vertical hacia abajo a partir de
ese punto, por atrás de la parte media del esternón, más o menos hasta el nivel
del sexto espacio intercostal, donde va hacia afuera y abajo a través del dia-
fragma. Ahora sólo se le puede seguir hasta la unión de la octava costilla con su
cartílago costal. A lo largo de esta parte inferior del límite, la pleura costal
continúa con la pleura diafragmática.
A partir del borde interior del manubrio, el límite de la pleura izquierda se dirige
vertical hacia abajo, cerca del borde derecho, más o menos hasta el nivel del
cuarto cartílago costal; a partir de este punto se desvía hacia la izquierda por una
distancia variable. Hacia abajo cruza al diafragma de manera semejante al del
lado derecho. Entre los dos límites pleurales, en la región en que la reflexión del
izquierdo diverge del derecho, queda descubierta la cara anterior del pericardio.
Esto se conoce como zona desnuda del pericardio y su extensión varía entre los
individuos. Entre los limites inferiores divergentes de las pleuras y el borde inferior
del pericardio se descubre una considerable porción del diafragma, no cubierta
por pleura ni por pericardio. Ahora se puede ver el músculo de esta parte del
diafragma que principia en el apéndice xifoides y en los cartílagos costales
séptimo y octavo.
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Fig. 9.2.- Proyección superficial de las pleuras parietales y de las cisuras
y lóbulos de los pulmones. Zona clara: pleura visceral (pulmón); zonas
claras y sombreadas: pleura parietal
Antes de pasar al estudio del mediastino, debe abrir las cavidades pleurales (fig.
9.4). Haga una incisión longitudinal en ambos lados de la pleura costal, del nivel de
la primera a la séptima costillas. A partir de cada extremo de las incisiones
longitudinales, haga otras transversales hacia afuera y hacia adentro y separe los
pliegues de pleura así delimitados para descubrir las cavidades pleurales, los
espacios muy pequeños entre la pleura visceral (cara externa del pulmón) y la cara
interna de la pleura parietal. En el cadáver los pulmones pueden estar encogidos y
aumentan así el tamaño relativo de las cavidades pleurales. Sin embargo, durante
la vida, cada pulmón está inflado por completo y el tamaño de la cavidad pleural
se reduce a un espacio virtual. Observe que los pulmones no están dentro de las
cavidades pleurales, y que en ninguna parte se comunican entre sí las cavidades
derecha e izquierda.
Los pulmones embalsamados que ahora se ven dentro de los sacos son por lo
general de color gris azuloso con manchas negras (depósitos de carbón)
dispersas por su superficie. Las relaciones externas de los pulmones se
comprenden explorando las paredes de las cavidades pleurales con los dedos. En
una cavidad pleura( normal y sana, la pleura visceral, que adhiere íntimamente
a la superficie externa del pulmón y puede ser considerada como parte de éste,
se continúa con la pleura parietal en la raíz del pulmón y el ligamento pulmonar.
Sin embargo, los pulmones sanos son poco frecuentes en la sala de disección, por
lo que se encontrarán numerosas adherencias secundarias entre las pleuras
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visceral y parietal. En muchos casos, éstas se pueden romper con facilidad con los
dedos.
La porción costal de la pleura está en íntima relación en toda su extensión con las
caras internas de las costillas y los músculos intercostales. Se extiende hacia
atrás hasta los ángulos de las costillas sucesivas, a partir de los cuales continúa
hacia adentro y adelante por las caras laterales de los cuerpos de las vértebras
torácicas, que se palpan con facilidad a través de ella. De aquí, la pleura costal
continúa hacia adelante con la pleura mediastínica. La porción más superior forma
una cúpula que llega hasta la raíz del cuello por arriba del nivel de la primera
costilla (figs. 9.1 y 9.2). Esta porción cervical o apical de la pleura, a menudo
llamada cúpula pleural, es cruzada por delante, un poco por debajo de su vértice,
por la arteria subclavia, que se palpa a través de la pleura.
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En el lado derecho, por delante de la raíz del pulmón y del ligamento
pulmonar, se siente, a través de la pleura mediastínica, la cara derecha del
corazón, que está formada casi por completo por la aurícula derecha, la cual
sólo está separada de la pleura mediastínica por el pericardio, Justo por
arriba del diafragma y por delante de la parte más inferior del ligamento
pulmonar se palpa la vena cava inferior en el lugar en que atraviesa el
diafragma para penetrar en la aurícula derecha del corazón. Ascendiendo
desde la aurícula y por delante de la parte superior de la raíz se puede
sentir la vena cava superior. Como continuación directa de ésta y
ascendiendo hasta la abertura superior del tórax está el tronco braquiocefálico
venoso derecho. El cayado de la vena ácigos, que desemboca en la cara
posterior de la parte superior de la vena cava superior, se puede sentir justo
por arriba de la raíz del pulmón. Por arriba del arco de la ácigos y atrás del
tronco branquiocefálico venoso derecho, la pleura mediastínica derecha
está en contacto con la tráquea. Por atrás de ésta la pleura está en relación
con el esófago, el cual se encuentra de inmediato por delante de la columna
vertebral. Por lo general es , visible una cresta producida por el nervio frénico
derecho, que atraviesa el mediastino más o menos incluido en la pleura
mediastínica. Por arriba, está en relación con el tronco braquiocefálico
venoso y la vena cava superior, y por abajo con la aurícula derecha y el
pericardio.
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de los vasos que llegan al corazón y que salen de él y luego se refleja a
transfor marse, el pericardio parietal. El pericardio pa -
partir de ellos para transformarse,
rietal, que forma la pared externa de la cavidad pericárdica, aparecerá como una
membrana más gruesa y resistente que la pleura parietal, debido a su íntima
relación con el pericardio fibroso. El pericardio fibroso es una capa de tejido
fibroso de relativa densidad que se fusiona con la superf superf icie externa del
pericardio seroso parietal, del cual no se puede separar como una
membrana definida. Se continúa por medio de las vainas fibrosas de los
vasos del mediastino superior, con la aponeurosis profunda del cuello.
Hacia abajo, el pericardio fibroso se une con firmeza a la porción central del
diafragma. A cada lado está en relación con las pleuras mediastí nicas derecha
e izquierda, de las cuales sólo está separado por una pequeña cantidad de tejido
aerolar y los nervios frénicos. Por delante se le superponen
superponen las pleuras derecha
e izquierda, excepto en la pequeña zona desnuda que ya se vió. Por atrás se
une de manera laxa al esófago y la aorta descendente. El pericardio seroso se
extiende hacia arriba hacia la línea en que se refleja a partir de la aorta
ascendente, el tronco pulmonar y la vena cava superior. Esto más o menos al
nivel de un plano que pase por el ángulo esternal (la unión del manubrio con
el cuerpo del esternón) y Por el disco que separa la cuarta y la quinta vér -
tebras torácicas. En consecuencia, se ha elegido este plano como el límite
entre el mediastino sup erior y el inferior (fig. 9.3).
MEDIASTINO
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pericardio. Las (micas estructuras importantes del mediastino medio que no
están dentro del pericardio son los dos nervios frénicos y los vasos
sanguíneos que los acompañan. Estos descienden a cada lado justo por
delante de las raíces de los pulmones, entre las pleuras mediastínicas y el
pericardio fibroso. No se puede investigar por completo sino hasta que se
abre la cavidad pericárdica. Dirija ahora su atención al mediastino superior.
Ahora limpie y estudie los grandes vasos del mediastino superior. La primera
costilla y la parte superior del manubrio, si aún están en su lugar para
estudiar su relación con las estructuras subyacentes, pueden ocultar las
estructuras del mediastino superior. Fije en ambos lados la primera costilla
haciendo presión sobre la articulación costocondral, y levante la parte inferior
del manubrio hasta que se fracturen las costillas. Es posible que tenga que
cortar con cuidado la primera costilla con la sierra en cada lado. Ahora se
separa y eleva el manubrio para facilitar el estudio estructural del mediastino
superior.
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nubrio y se une al tronco braquiocefálico venoso izquierdo al nivel del borde
inferior del primer cartílago costal.
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cada una de las cuales está en una diferente subdivisión del mediastíno. La
primera, o aorta ascendente, está en el mediastino medio, envuelta por el
pericardio. La segunda, el cayado de la aorta, está en el mediastino superior y
se estudiará ahora. Empezando por atrás del ángulo esternal, un poco ala
derecha de la línea media, describe un arco hacia arriba, atrás, a la izquierda y
hacia abajo para continuar en el lado izquierdo del disco fibrocartilaginoso entre
la cuarta y la quinta vértebras torácicas con la porción torácica de la aorta
descendente, que luego desciende por el mediastino posterior.
Para facilitar el estudio del cayado aórtico y de sus ramas, hay que seccionar el
tronco braquiocefálico venoso izquierdo cerca de su origen y separarlo hacia la
derecha. También se corta la vena intercostal superior izquierda en el lugar en
el que entra al tronco braquiocefálico y se conserva en su posición.
En la disección ordinaria, que debe ser hecha bastante de prisa por un disector sin
experiencia, no es práctica la demostración completa de los plexos del sistema
nervioso autónomo, su origen y su distribución. Sin embargo, estos son de la mayor
importancia fisiológica y conviene tener una idea general de su localización para
que puedan identificarse al avanzar la disección.
La inervación del corazón y los pulmones deriva de los plexos cardiaco y pulmonar
que pertenecen al sistema nervioso autónomo. El plexo cardiaco se forma por
ramas de ambas cadenas simpáticas y de ambos nervios vagos. Por lo general,
la porción cervical de cada cadena simpática da tres pequeñas ramas para el
plexo, las cuales surgen en el cuello y entran al mediastino superior por la
abertura superior del tórax. El plexo también recibe numerosas ramas más pe-
queñas de las porciones torácicas de las cadenas simpáticas. Además, de cada
nervio vago se originan en el cuello dos ramas que descienden para unirse al
plexo, mientras que otras ramas salen de los vagos en la parte superior del tórax.
El plexo cardiaco consta de porciones superficial y profunda, con numerosas
conexiones entre ellas. (Aunque se ha popularizado el considerar al plexo
cardiaco como una entidad funcional, aquí se le estudia en la forma más clásica
para beneficio de quienes lo enseñan en esa forma.) El plexo cardiaco superficial
se localiza inmediatamente abajo del cayado de la aorta. Recibe la rama cardiaca
cervical superior del simpático izquierdo y las ramas cardiacas cervical inferior y
torácicas del vago izquierdo. Las restantes ramas cardiacas del vago y el
simpático izquierdos y todas las ramas cardiacas del lado derecho van al plexo
cardiaco profundo, que se encuentra por atrás del cayado y por delante y a los
lados de la porción terminal de la tráquea. De los plexos cardiacos parten
delgados filamentos nerviosos autónomos que siguen a los vasos para formar
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los plexos pulmonares y coronarios. Los plexos pulmonares constituyen la
inervación de los pulmones. Hay un plexo pulmonar anterior y uno posterior en
cada lado, que se encuentran por delante y por atrás de la arteria pulmonar, res-
pectivamente, en la raíz del pulmón. De los plexos pulmonares parten nervios
autónomos que van al interior del pulmón. Los plexos coronarios inervan al
corazón; sus ramas se distribuyen acompañando a las arterias coronarias.
Hacia arriba, las principales estructuras en relación con el cayado de la aorta son
sus propias tres grandes ramas, que ahora se deben limpiar y examinar.
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para alcanzar el lado izquierdo de dicho cayado.
A veces se encuentra una cuarta rama, mucho más pequeña, que se origina del
cayado de la aorta, entre el tronco braquiocefálico y la carótida primitiva izquierda.
Esta es la arteria tiroidea media (tiroidea ima), que asciende en el cuello por
delante de la tráquea. En raras ocasiono puede originarse de la parte más
inferior del tronco braquiocefálico en vez de hacerlo del cayado aórtico. En
alrededor del 90% de los casos falta por completo.
Ahora se puede estudiar todo el trayecto intratorácico de los dos nervios frénicos
(fig. 9.4). Cada nervio frénico entra al tórax por la abertura superior de este,
cruzando el borde interno el músculo escaleno anterior (éste sólo es visible si se
hizo la disección del cuello). Cuando abandona al escaleno anterior, el nervio
frénico se encuentra por delante de la arteria subclavia y de inmediato entra en
relación con la arteria mamaria interna. El nervio frénico derecho desciende
por el lado externo del tronco braquiocefálico venoso derecho y luego por el
lado externo de la vena cava superior. Al continuar hacia abajo cruza por
delante la raíz del pulmón izquierdo y, por último, corre por la cara lateral derecha
del pericardio para llegar al diafragma. El nervio frénico izquierdo desciende
entre las arterias subclavia y carótida primitiva izquierdas, cruzando por delante
del nervio vago izquierdo, luego cruza el lado izquierdo del cayado de la aorta por
delante de la raíz del pulmón izquierdo y, por último, por la cara lateral
izquierda del pericardio para llegar al diafragma. Acompañando a estos
nervios se encontrarán los pequeños vasos sanguíneos pericardiofrénicos.
Las arterias son ramas de las arterias mamarias internas; las venas drenan
en las venas mamadas internas o en los troncos braquiocefálicos venosos.
PERICARDIO
Ahora preste atención al mediastino medio. Haga una incisión transversal por la
parte media de la cara anterior descubierta del pericardio fibroso. A partir de cada
extremo de esta incisión, haga cortes longitudinales hacia abajo hasta el
diafragma y hacia arriba casi hasta el límite superior del pericardio. Los dos
colgajos así delimitados pueden separarse hacia abajo y hacia arriba para así
abrir la cavidad pericárdica y exponer la cara anterior del corazón (fig. 9.5).
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Fig. 9.5.- Cara esternocostal del corazón, descubierta por la reflexión del
pericardio anterior.
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reflexión del pericardio a través del lado derecho de las venas pulmonar/
izquierdas. El límite superior es la línea de unión del pericardio visceral y el
parietal a lo largo del limite posterosuperior de la aurícula izquierda De esta
manera, el seno oblicuo está limitado por completo por la reflexión venosa del
pencardio.
Aunque hay ocho grandes vasos que atraviesan la cavidad pericárdica para
llegar al corazón, sólo hay dos líneas de reflexión del pericardio. Esto resulta del
desarrollo embrionario del corazón como un tubo sencillo unido por sus dos
extremos a la pared de la cavidad pericárdica: el extremo venoso, por el cual entra
la sangre al tubo, y el extremo arterial, por el cual sale de él. La porción venosa del
corazón embrionario tubular está representada en el adulto por las dos aurículas y
las venas que llegan a ellas; la porción arterial está representada por los dos
ventrículos y las arterias que salen de ellos. Cada una de las líneas de reflexión
del pericardio del corazón adulto señala la posición de uno de los dos extremos del
tubo cardiaco embrionario. Estudiará ahora estas líneas de reflexión del
pericardio (fig. 9.6).
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pulmonares izquierdas, vuelve a ascender siguiendo el lado izquierdo de estas,
luego a la derecha a lo largo de la pared posterior del seno transverso y, por
último, cruza por delante la cava superior para llegar al punto de partida.
Observe que el seno transverso se encuentra entre las reflexiones arterial y venosa
del pericardio y que señala la localización del mesocardio dorsal (mesenterio
dorsal) obliterado del corazón embrionario.
CORAZON
Ahora dirija su atención a la cara anterior o esternocostal del corazón (fig. 9.5),
que está formada principalmente por el ventrículo derecho, aunque las cuatro
cámaras del corazón forman parte de ella. Su límite derecho está formado por la
aurícula derecha, cuya orejuela se ve como un apéndice terminado en punta que
se proyecta hacia y más a la izquierda que la parte principal de la aurícula. La
aurícula derecha está separada del ventrículo derecho por el surco coronario
(aurículoventricular) que cruza la cara anterior del corazón, dirigiéndose hacia
abajo y un poco a la derecha.
La relación de la cara anterior del corazón con la pared anterior del tórax es de
importancia y se puede estudiar volviendo a colocar la porción del esternón y las
costillas unidas a él, que se quitó antes. El contorno exacto del corazón
proyectado sobre la pared del tórax varía en casos individuales, pero en promedio
es más o menos como sigue (fig. 9.7). Empezando en un punto que corresponde
al borde inferior del segundo cartílago costal izquierdo, más o menos a 1.5 cm a la
izquierda del borde del esternón, el borde izquierdo sigue una línea algo convexa a
la izquierda que desciende hasta el quinto espacio intercostal, a unos 9 cm de la
línea media. A partir de aquí, el borde inferior sigue una línea casi recta a través del
sexto cartílago costal derecho, más o menos a unos 1.5 cm de la unión de éste con
el esternón. A partir de aquí asciende el borde derecho, algo convexo hacia este
lado, hasta el borde superior del tercer cartílago costal derecho, a alrededor de 1.5
cm del esternón. El borde superior, que corresponde a la unión de la vena cava
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superior con la aurícula derecha y la unión del ventrículo derecho con el tronco
pulmonar, se encuentra por atrás de una línea que va del borde superior del tercer
cartílago costal derecho, a 1.5 cm a la derecha del esternón, al borde inferior del
segundo cartílago costal izquierdo, a 1.5 cm a la izquierda del mismo.
El corazón se puede girar dentro de la cavidad pericárdica para observar sus otras
caras. La cara lateral derecha se forma por completo por la aurícula derecha y se
pericardio fibroso y el parietal, con el nervio frénico derecho
relaciona a través del pericardio
y la pleura mediastínica derecha. La cara inferior o diafragmática está separada
de la cara esternocostal por el borde inferior afilado, el borde agudo. Esta
diafragma, de la cual sólo la separa la porción diafragmática del
descansa sobre el diafragma,
pericardio parietal. Es cruzada por el surco interventricular posterior, que marca la
separación entre ventrículo derecho e izquierdo, cada uno de los cuales forma
alrededor de la mitad de la cara diafragmática.
El lado izquierdo tiene un borde mucho más redondeado, el borde obtuso, que
está formado por completo por el ventrículo izquierdo y se interpone
interpone entre las
caras esternocostal y diafrag mat ica. El corazón se proyecta más hacia la
izquierda y hacia abajo has ta su vértice, que también está formado en su
totalidad por el ventrículo izquierdo.
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mientras el corazón permanece en su lugar. No obstante, antes de hacerlo
extienda la abertura del pericardio si es necesario. Luego abra la aurícula
derecha por medio de tres incisiones (fig. 9.8). Haga una incisión longitudinal en
la pared de la aurícula empezando un poca por abajo del vértice de la
orejuela y de aquí hacia abajo hasta el borde inferior de la aurícula, un poco a
la derecha del surco coronario. A partir de cada extremo de esta incisión
longitudinal, haga otra transversal hacia atrás, hasta el límite posterior de la
aurícula. La incisión superior cruzará la aurícula justo por abajo de la
terminación de la vena cava superior y la inferior la cruzará un poco por arriba de
la terminación de la vena cava inferior. Separe el colgajo hacia la derecha y
atrás, con lo cual exhibirá el interior de la aurícula. La cavidad suele estar llena de
sangre coagulada: extráigala y limpie la pared de la aurícula lo mejor posible.
La vena cava superior desemboca en la parte más superior del seno venoso.
Su agujero no presenta válvula. El gran orificio de la vena cava inferior está por
abajo y atrás. Por delante y a la izquierda de éste se extiende un repliegue
endocárdico, la válvula de la vena cava inferior, que casi siempre es primitiva. A
la izquierda de este orificio hay otro en la pared posteroinferior de la aurícula
para el seno coronario, vena que se aloja en la parte posterior del surco
coronario. Este también está protegido por un repliegue valvular rudimentario.
Hacia adelante, abajo y a la izquierda, la aurícula derecha comunica con el
ventrículo derecho para el gran agujero auriculoventricular derecho, cuya
posición corresponde a la de la porción inferior y derecha del surco coronario en
el exterior del corazón. Se encuentra hacia la derecha, por atrás del cuerpo
del esternón, más o menos al nivel del cuarto espacio intercostal (fig. 9.7). Esta
ocupado por la válvula auriculoventricular derecha o tricúspide. Pueden
verse otros diminutos orificios dispersos Por la pared de la aurícula que
representan la desembocadura de las venas cardiacas mínimas, venas
pequeñas que llevan sangre de la pared cardiaca.
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Fig. 9.8.- Interior de la aurícula derecha.
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corazón está en su posición, la zona desnuda está en relación directa con la
cara inferior de la rama derecha del tronco pulmonar.
La aorta ascendente se origina del ventrículo izquierdo por atrás del lado
izquierdo del esternón al nivel del tercer espacio intercostal (fig. 9.7). Por
atrás del ángulo esternal continúa con el cayado de la aorta. En su origen, la
aorta ascendente está cubierta por delante y a la izquierda por el tronco
pulmonar, el cuál separará de ella para descubrir los senos aórticos, los
cuales están señalados por tres dilataciones en la base de la aorta
ascendente, y cuya posición corresponde a las valvas de la válvula aórtica,
que se encuentran dentro de la aorta ascendente y que se verán más
adelante. Los nombres que se usan para describir los senos y las válvulas no
corresponden a su posición real en el cuerpo. Los términos usados son
"derecho", "izquierdo" y "posterior". Observe que el seno aórtico derecho
está en realidad en posición anterior, que el seno izquierdo se encuentra atrás
y a la izquierda, y que el seno posterior está atrás y a la derecha (fig. 9.10).
Las únicas ramas de la aorta ascendente son las arterias coronarias derecha
e izquierda. Estas son las arterias que riegan el corazón mismo y que ahora
limpiará y estudiará. Las arterias coronarias y sus ramas mayores se alojan
en los surcos de la superficie externa del corazón. El limpiarlas, en ocasiones
incluye quitar la grasa epicárdica en la que están. Al mismo tiempo se
encontrarán las venas cardiacas, que regresan la sangre de la pared cardiaca
a la aurícula derecha. En relación con los vasos también se encontrarán
filamentos nerviosos que pertenecen al plexo nervioso coronario y que
representan ramas de distribución del plexo cardiaco. Obsérvelos y luego
quítelos para facilitar la limpieza de los vasos (figs. 9.5 y 9.6).
La arteria coronaria derecha se origina elle/ seno aórtico derecho por atrás del
borde derecho del tronco pulmonar. Se dirige hacia abajo y la derecha por el
surco coronario hasta la parte posterior de éste, donde termina
anastomosandose con la rama circunfleja de la arteria coronaria izquierda. En la
extremidad superior del surco interventricular posterior, la arteria coronaria
derecha da una gran rama interventricular posterior que corre por este surco,
dando ramal que se dirigen hacia abajo por la pared del ventrículo, y
ramas pequeñas que ascienden por la pared de la aurícula derecha. Una gran
rama marginal derecha se origina de ella cerca del borde agudo. La arteria
coronaria derecha lleva sangre sobre todo a las paredes de la aurícula y
ventrículo derechos, y, por medio de su rama interventricular posterior, a la mitad
posterior de tabique interventricular.
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La rama circunfleja se encamina a la izquierda y atrás por el surco coronario
para anastomosárse con la parte terminal de la arteria coronaria derecha. De
ella se originan numerosas ramas para la aurícula y el ventrículo izquierdos.
Una rama marginal izquierda se distribuye por el borde obtuso izquierdo. La
arteria coronaria izquierda riega la mayor parte de las paredes de la aurícula y
ventrículo izquierdos y la mitad anterior del tabique interventricular.
La sangre que llega a la pared del corazón por las arterias coronarias regresa
a la aurícula de recha por las venas cardiacas (figs. 9.5 y 9.6). La mayor de
éstas es el seno coronario, que se aloja en la parte posterior del surco coronario
y se dirige hacia abajo y a la derecha para terminar en la aurícula derecha por el
orificio que ya se ha visto en el interior de la aurícula.
Cuando se complete el estudio de los vasos sanguíneos que riegan la pared cardiaca,
abra el ventrículo derecho (fig. 9.9). Empezando en el borde cortado del tronco
pulmonar, haga una incisión que vaya hacia abajo a través de la pared anterior del
tronco pulmonar y el ventrículo derecho hasta el borde agudo; ésta debe hacerse
más o menos a 1.5 cm a la derecha del surco interventricular anterior y paralela a él. A
partir de la extremidad inferior de dicha incisión, haga otra que vaya a la derecha,
paralela al borde inferior agudo, e inmediatamente por arriba de él, hasta llegar a 1 cm
del surco coronario. Por este medio se abrirán por completo el ventrículo derecho y
el tronco pulmonar. Lave la sangre que los llena.
Las paredes del ventrículo derecho son anterior, inferior e interna. La pared
anterior corresponde a la cara esternocostal del corazón y la inferior a la cara
diafragmática. La pared interna, cuya posición es en realidad posterointerna,
está formada por el tabique interventricular y separa el ventrículo derecho del
izquierdo. Esta pared sobresale hacia adelante y a la derecha, dando a la
cavidad del ventrículo derecho forma de media luna en corte transversal.
Casi toda la superficie interna del ventrículo se proyecta en forma de crestas y
bandas musculares irregulares, las trabéculas carnosas. La cavidad del
ventrículo derecho se estrecha hacia arriba para continuarse con el tronco
pulmonar. La porción superior estrecha del ventrículo derecho, situada un poco
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por abajo del tronco pulmonar, se conoce como cono arterioso (infundíbulo).
Este, que está relativamente libre de trabéculas carnosas, está separado de
la parte principal de la cavidad del ventrículo por la cresta supraventricular,
cresta muscular transversal en la pared septal del ventrículo.
La válvula tricúspide es una lámina anular de tejido fibroso, cubierta por cada
una de sus caras por una capa de endocardio; se inserta por su periferia en el
anillo fibroso y tiene un borde libre que se proyecta dentro de la cavidad del
ventrículo. Está dividida de manera incompleta en tres valvas por tres
escotaduras en el borde libre (fig. 9.9). La posición de las valvas suele ser la
siguiente: la valva anterior que está en relación con la pared anterior o
esternocostal del ventrículo; la valva posterior (inferior), con la pared
diafragmática, y la valva septal (interna) con el tabique interventricular.
Observe que las tres valvas se continúan una con otra cerca del anillo fibroso y
que sólo se apartan cerca del borde libre. A veces puede haber cuatro valvas.
La proyección de la válvula tricúspide hacia la pared anterior del tórax es en
la parte media del esternón al nivel del cuarto espacio intercostal (fig. 9.7).
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Aparecen delgadas bandas fibrosas, las cuerdas tendinosas, que parten de
la pared del ventrículo para insertarse en el borde libre y la cara ventricular
de la válvula tricúspide. Sus inserciones en la pared ventricular son en los
músculos papilares, proyecciones cónicas del miocardio de la pared del
ventrículo. Las posiciones de los músculos papilares del ventrículo derecho no
siempre son constantes. Por lo general hay un gran músculo papilar
anterior que se proyecta hacia el ventrículo a partir de la pared anterior. Las
cuerdas tendinosas que parten de él van a los bordes adyacentes de las valvas
anterior y posterior de la válvula. Hay un solo músculo papilar septal pequeño
en la pared posterior del cono arterioso, de inmediato a la izquierda de la cresta
supraventricular, cuyas cuerdas tendinosas van a las valvas anterior y
septal. A veces se encuentra un gran músculo papilar posterior que se proyecta
a partir de la pared diafragmática, pero que con más frecuencia está
representado por un grupo de músculos papilares posteriores más pequeños, de
los cuales parten cuerdas tendinosas hacia las valvas septal y posterior de la
válvula. La función de la válvula tricúspide es evitar el reflujo de la sangre del
ventrículo a la aurícula derechos.
El orificio del tronco pulmonar yace detrás del extremo izquierdo del esternón,
aproximadamente al nivel del borde superior del tercer cartílago costal
izquierdo (fig. 9.7). Está resguardado por la válvula del tronco pulmonar.
Esta válvula está formada por tres cúspides semilunares: la anterior derecha y
la anterior izquierda, que juntas rodean por completo e internamente el orificio
pulmonar. Obsérvese que la cúspide anterior en realidad yace en posición an-
terior y hacia la izquierda; la cúspide derecha, en posición anterior y hacia la
derecha; y la cúspide izquierda, en posición posterior. Es posible que la
cúspide anterior pudiera dañarse cuando se abriera el ventrículo, pero la
estructura de las tres es similar. Cada una consiste en un doblez (o pliegue)
semilunar de tejido fibroso, cubierto en ambas superficies por una capa de
endotelio. Un margen de la cúspide está unido a la pared del tronco
pulmonar, a lo largo de una línea convexa con respecto a la cavidad del
ventrículo. El otro margen está libre y se proyecta hacia la luz de la arteria. En
la mitad de cada uno de los márgenes libres, se encuentra un pequeño cuerpo
fibrocartilaginoso, denominado nódulo.
Cuando la sangre pasa del ventrículo a la arteria, su fuerza hace que las valvas se apeguen a
las paredes del vaso. Durante la diástole ventricular, la sangre trata de regresar de la arteria
al ventrículo, pero las valvas se proyectan hacia la luz del tronco pulmonar y sus bordes
libres se unen para cerrar el orificio. Cuando la válvula se cierra, los tres nódulos se unen
en el centro de la luz.
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Abra en seguida la aurícula izquierda mediante dos incisiones en su pared
posterior. La primera correrá de lado a lado de esta pared, paralela al surco
coronario y un poco por arriba de éste. La otra irá de la parte media de la
primera hacia arriba, hasta el límite superior de la aurícula; ésta cortará en
sentido longitudinal la pared posterior, más o menos a la mitad de la distancia
entre las venas pulmonares derechas e izquierdas. Sise desea abrir más la
aurícula, se puede hacer una tercera incisión transversal en el límite superior de
la aurícula, entre las dos venas pulmonares superiores. Limpie la cavidad
auricular.
Aproximadamente en el 25% de los casos, en este lugar, queda un conducto estrecho que
establece una comunicación anatómica en el adulto, que es vestigio del agujero oval del
feto. Este conducto no siempre establece una comunicación fisiológica ni presenta
síntomas que ameriten su atención durante la vida, ya que la presión de la sangre en las
dos aurículas mantiene sus paredes en aposición.
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totalidad por trabéculas carnosas, excepto en su porción anterosuperior, que
conduce al orificio aórtico. Esta zona lisa se conoce como vestíbulo
aórtico. La porción anterior y derecha de la pared está formada por el
tabique interventricular, por lo que el ventrículo izquierdo no sólo se
encuentra a la izquierda, sino también por atrás del ventrículo derecho.
El orificio auriculoventricular izquierdo está por atrás del lado izquierdo del
esternón, más o menos al nivel del cuarto cartílago costal (fig.9.7). Al
igual que el orificio derecho, está rodeado por un anillo fibroso, el anillo
fibroso izquierdo, que constituye una separación física entre las musculaturas
auricular y ventricular. El orificio está ocupado por la válvula mitral (bicúspide),
que es semejante en su estructura a la tricúspide excepto que, por lo general,
sólo tiene dos valvas, una anterior y otra posterior (fig. 9.10). Al igual que
las valvas de la válvula tricúspide, éstas no pueden proyectarse hacia la aurícula
gracias a la presencia de cuerdas tendinosas que van de los músculos
papilares a los bordes libres y las caras ventriculares de las valvas. En la
mayor parte de los casos aparecen dos músculos papilares muy grandes en el
ventrículo izquierdo. Uno de ellos, el músculo papilar anterior, se proyecta a
partir de la parte inferior de la pared septal del ventrículo, y el otro, el músculo
papilar posterior, a partir de la pared diafragmática; de cada uno de ellos
parten cuerdas tendinosas a las dos valvas de la válvula. Observe que,
mientras que una gran parte de la cavidad del ventrículo derecho se
interpone entre los orificios auriculoventricular derecho y pulmonar, la única
estructura que separa el orificio auriculoventricular izquierdo del orificio aórtico
es la valva anterior de la válvula mitral.
El orificio aórtico se encuentra por atrás del lado izquierdo del esternón, más
o menos al nivel del tercer espacio intercostal (fig.9.7). Comunica la parte
anterosuperior del ventrículo izquierdo con la aorta ascendente y está atrás del
cono arterial del ventrículo derecho. Está protegido por la válvula aórtica, que se
forma por tres valvas semilunares. En los detalles de su estructura, estas valvas
son semejantes a las de la válvula pulmonar ya estudiada, pero hay que observar
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que las valvas aórticas son mucho más resistentes. Por su posición corresponden
a los senos aórticos y reciben nombres semejantes. Una de ellas puede cortarse
al abrir el ventrículo. Arriba de la valva derecha, en el interior de la aorta, se
encuentra el orificio de la arteria coronaria derecha, y arriba de la valva izquierda,
el de la arteria coronaria izquierda. La valva posterior está en íntima relación con
la valva anterior de la valva mitral (fig. 9.10).
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la aorta a la izquierda. Para hacerlo es necesario cortar el tronco braquiocefálico
arterial un poco por arriba de su origen; luego puede colocarse en su lugar, apli-
cado a la tráquea y al cayado de la aorta. Ahora gire las arterias carótida primitiva
y subclavia izquierdas hacia este lado con el cayado de la aorta, para descubrir la
parte inferior de la tráquea y la arteria pulmonar derecha (fig. 9.11).
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Trate de identificar los vasos bronquiales antes de quitar pulmones y tráquea.
Más adelante se describen el origen, trayecto y distribución de estos vasos.
Ahora se quitarán los dos pulmones, junto con la parte inferior de la tráquea,
el tronco pulmonar y sus ramas, las venas pulmonares y los restos de las
pleuras como una sola unidad. Corte primero el ligamento arterioso, que une
el tronco pulmonar a la cara inferior del cayado de la aorta. La rama laríngea
recurrente del nervio vago izquierdo se dobla hacia arriba pasando por atrás
de este ligamento y por la cara interna del cayado aórtico para alcanzar el surco
entre la tráquea y el esófago; tenga cuidado de no dañarlo. Corte la tráquea
de manera transversal a unos 5 cm por arriba de su bifurcación, sin cortar el
esófago que se localiza atrás de ella y al cual se une de manera laxa por
tejido areolar. Tire de la porción inferior seccionada de la tráquea hacia adelante
y separe su cara posterior de la cara anterior del esófago. Enseguida libere
los extremos cortados de las venas pulmonares del pericardio. Se hace
desprendiendo el pericardio de ellas o cortando cada una de las venas inme-
diatamente por fuera del pericardio. En seguida separe por completo la pleura
parietal de la pared del tórax en todos los lugares en que esté unida. En la
mayor parte de estos lugares se desprenderá con mucha facilidad, excepto
en el caso de la pleura diafragmática, que se puede dejar en su lugar
cortándola con el bisturí para separarla del resto de la pleura parietal.
Quite la pleura parietal y estudie los pulmones. Cada uno presenta caras costal,
mediastínica y diafragmática. Un borde inferior afilado separa la cara
diafragmática de las caras costal y mediastínica. Por delante, las caras costal y
mediastínica están separadas por el borde anterior, también afilado. Por atrás
no hay límite definido entre estas dos caras. La porción de la cara costal que se
encuentra justo por atrás de la cara mediastínica está en relación, con las
caras laterales de los cuerpos de las vértebras. El resto de la cara costal es
muy extensa y está en relación con las costillas y los espacios intercostales.
La mayor extensión del pulmón hacia atrás, así como su mayor convexidad
está en esta cara, a lo largo de una línea vertical que pasa por los ángulos
de las costillas sucesivas. La cara mediastinica de cada pulmón se
relaciona, a través de la pleura mediastínica, con las diversas estructuras del
mediastino, y presenta surcos y crestas característicos que corresponden a
las estructuras mediastínicas adyacentes a ella. El borde anterior del pulmón
izquierdo presenta la amplia escotadura cardiaca que corresponde a la
protrusión del vértice del corazón hacia el lado izquierdo. Cada pulmón
presenta hacia adelante, un poco por abajo de su vértice, un surco producido
por la arteria subclavia.
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Los pulmones se dividen en lóbulos por medio de las cisuras interlobulares.
Estas se introducen en el espesor del pulmón casi hasta el hilio y la pleura
visceral sigue el contorno de ellas. Desafortunadamente, con frecuencia es
difícil mostrar las cisuras en el cadáver, ya que están obliteradas en forma
parcial o total por adherencias que se forman entre las superficies vecinas de
los lóbulos. La cisura primaria (oblicua) de cada pulmón se encuentra en un
plano oblicuo que se dirige hacia abajo y adelante, de la cara posterior, un
poco por abajo del vértice, a la parte anterior de la cara diafragmática. El
pulmón izquierdo tiene dos lóbulos, superior e inferior, separados por esta
cisura. A la porción anteroinferior del lóbulo superior suele llamársele língula.
En el pulmón derecho hay una segunda cisura, la cisura horizontal, que parte del
borde anterior, más o menos al nivel de la cuarta articulación condrosternal, y se
dirige hacia atrás y afuera para unirse a la cisura oblicua. De esta manera, el
pulmón derecho se divide en tres lóbulos, superior, medio e inferior. Los
lóbulos superior y medio corresponden en conjunto al lóbulo superior del
pulmón izquierdo. De manera alternada, se puede considerar a la língula
como homólogo del lóbulo medio del pulmón derecho.
Estas son las unidades más pequeñas que se pueden extirpar del pulmón. Es
necesario estudiar el nombre y la localización de los segmentos broncopulmonares (fig.
9.12), ya que son importantes para el diagnóstico y el tratamiento quirúrgico de diversas
enfermedades pulmonares.
Cerca del hilio, la arteria cruza por delante del bronquio principal para situarse en
posición posteroexterna con respecto a él, posición que conserva durante el
resto de su trayecto. La primera rama lobular del bronquio principal de-
recho se conoce como bronquio eparterial, ya que se origina arriba del punto
en que la arteria pulmonar cruza al bronquio principal. El bronquio eparterial
se distribuye por el lóbulo superior del pulmón derecho y se acompaña por
una rama de la arteria pulmonar derecha y una tributaria de la vena pulmonar
derecha superior. Las demás ramas del bronquio derecho se conocen como
bronquios hiparteriales, por originarse abajo del cruzamiento de la arteria
pulmonar. Los mayores se originan de manera alterna y se dirigen hacia
adelante o hacia atrás del bronquio principal. El primer bronquio hiparterial es
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anterior y se distribuye por el lóbulo medio, acom pañado por una rama de la
arteria y una tributa ria de la vena pulmonar derecha superior. Los restantes
bronquios hiparteriales se distribuyen en el lóbulo inferior y van acompañados
por ramas de la arteria y tributarias de la vena inferior.
Fig. 9.12.- Vista anterior de las ramas mayores de los bronquios y fas
arterias pulmonares, ilustradas en relación con los lóbulos y los
segmentos broncopulmonares de los pulmones derecho e izquierdo.
MEDIASTINO POSTERIOR
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Retire toda la pleura parietal que permanezca adherida a la pared del tórax,
con excepción de la pleura diafragmática, que dejará sobre el diafragma.
También quitará todo el pericardio, excepto su porción diafragmática. Al
retirar la porción del saco pericárdico que formaba la pared posterior del seno
oblicuo se expondrá la porción inferior del esófago. Limpie éste y descubra,
sin dañarlo, el plexo esofágico, plexo nervioso derivado de los dos vagos que
está en íntima relación con la superficie externa del esófago (fig. 9.13).
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Después de descender por atrás del bronquio izquierdo, el vago izquierdo
cruza por delante de la aorta descendente para alcanzar la cara anterior del
esófago, donde se ramifica para formar la parte anterior del plexo esofágico.
El vago derecho desciende cruzando la cara interna del cayado de la vena
ácigos para alcanzar la cara posterior del esófago, donde se divide en varias
ramas para formar la parte posterior del plexo esofágico. Las partes anterior y
posterior del plexo se comunican libremente alrededor de los bordes del
esófago. A poca distancia por arriba del diafragma, el plexo suele convertirse
otra vez en los troncos principales, los troncos vagales anterior y posterior.
Cuando éstos pasan a través del hiato esofágico del diafragma, el tronco
vagal anterior se divide y se extiende por la cara anterior del estómago,
mientras que el tronco vagal posterior lo hace por la cara posterior del mismo.
Haga una incisión longitudinal en la pared anterior del esófago y observe que la
luz, en corte transversal, aparece como una hendidura debido al aplanado
anteroposterior de este órgano.
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aplican a las cabezas de las costillas; a veces, el primer ganglio torácico se
cervical inferior para formar el gran ganglio estrella do.
fusiona con el ganglio cervical
Identifique el nervio esplácnico mayor. Este gran nervio se origina de la
cadena simpática por una serie de raíces, por lo general del quinto al noveno
ganglios torácicos, que se dirigen hacia adelante y abajo a los lados de las
vértebras. Estas raíce s se unen para formar el nervio, que se dirige hacia
abajo y perfora el correspondiente pilar del diafragma. El nervio esplácnico
menor, formado por lo general por raíces del décimo y el undécimo ganglios
torácicos, se dirige hacia adelante y abajo a partir de la cadena simpática a un
nivel inferior y también pasa a través del diafragma
diafragma un poco por atrás del nervio
esplácnico ma yor. Cada uno de los ganglios torácicos se comunica con el
nervio intercostal correspondiente por medio de dos pequeñas ramas que se
dirigen hacia atrás, los ramos comunicantes gris y blanco.blan co. Aunque es casi
imposible distinguir las ramas
ra mas entre sí en una disección macroscópica, se
debe demostrar que p or lo menos dos haces ner viosos, los ramos
com unicantes, unen cada ganglio con la rama ventral del nervio espinal
que corresponde.
Fig. 9.14 Pared posterior del tórax y estructuras profundas del mediastino
posterior.
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después de salir por atrás de los cuerpos vertebrales, entre las cabezas de las
costillas adyacentes. Sígalos hacia afuera en los espacios intercostales y nótese
que se sitúan en la cara interna de los músculos intercostales externos, que
se extienden por atrás hasta las cabezas de las costillas. Observe que los
músculos intercostales internos se extienden por atrás hasta los ángulos de las
costillas, y que los nervios intercostales se pierden de vista aquí al continuar
hacia afuera entre los músculos intercostales internos y los profundos. Cada
nervio intercostal va acompañado en todo su trayecto por una vena y una
arteria intercostales; de estos tres elementos, por lo general el nervio ocupa la
posición más inferior y la vena la más superior (fig. 9.14).
El sistema de la vena ácigos está formado por las venas ácigos, hemiácigos y
hemiácigos accesoria, conductos longitudinales en que desemboca la mayor
parte de las venas intercostales. La vena ácigos es continuación de la vena
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lumbar ascendente derecha del abdomen; penetra al tórax por el orificio
aórtico, donde se encuentra a la derecha y atrás de la aorta, y a la derecha del
conducto torácico. Asciende a través del mediastino posterior, por el lado
derecho de la cara anterior de los cuerpos vertebrales, más o menos hasta
el nivel de la cuarta vértebra torácica, donde describe un arco hacia
adelante sobre el pedículo del pulmón derecho para desembocar en la vena
cava superior. Recibe todas las venas intercostales derechas, excepto la
primera. Por lo general, las venas del segundo, tercero y cuarto espacios no
desembocan de manera directa en la ácigos, sino que se unen para formar
un tronco común que se conoce como vena intercostal superior derecha, que
desciende por los cuerpos de las vértebras superiores para llegar a la ácigos.
La vena intercostal del primer espacio desemboca en el tronco
braquiocefálico venoso de su mismo lado o en una de sus tributarias.
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Capítulo 10
Pared abdominal
ANATOMIA DE SUPERFICIE
El arco costal, que corresponde a los bordes inferiores del séptimo al décimo
cartílagos costales de cada lado, es visible y palpable. Los arcos costales se
unen en la línea media para formar el ángulo infrasternal. La depresión que hay
en la Superficie del cuerpo, en el vértice del ángulo, corresponde al apéndice
xifoides del esternón. Hacia abajo, en cada hueso coxal, identifique la espina
iliaca anterosuperior. Palpe la cresta iliaca, que se dirige hacia atrás y un
poco hacia arriba a partir de la espina. Abajo, en la línea inedia, palpe la
sínfisis del pubis, que por lo general está cubierta por una capa densa de grasa.
En cada lado, un poco por fuera de la sínfisis del pubis, localice una
prominencia ósea redondeada, la espina del pubis. Por lo general aparece
una depresión lineal curva que se extiende entre la espina del pubis y la
espina iliaca anterosuperior y que separa el abdomen del muslo; corresponde
al ligamento inguinal subyacente. Otra depresión lineal, que corresponde a la
línea alba, se extiende hacia abajo en la línea media, del apéndice xifoides al
pubis. Sobre esta línea se encuentra el ombligo, más cerca del pubis que del
esternón, al nivel de la cuarta vértebra lumbar. En individuos con buen
desarrollo muscular se observa a cada lado otra depresión de la superficie,
de siete a 10 cm por fuera de la línea alba y paralela a ella por arriba, pero que
se dobla hacia adentro en la parte inferior. Esta señala la posición de la
línea semilunar, el borde externo del músculo recto anterior del abdomen.
También se encuentran tres surcos transversales, las intersecciones
tendinosas, que se extienden de una línea semilunar a la otra.
REGIONES TOPOGRAFICAS
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cual se trazan dos líneas horizontales y dos verticales (fig. 10.1). La línea
horizontal superior, la línea subcostal, pasa por la porción inferior de los
décimos cartílagos costales, y la inferior, la línea intertubercular, está al nivel de
los tubérculos iliacos. Las líneas verticales son las líneas laterales derecha e
izquierda, cada una de las cuales pasa por el punto medio de la distancia entre
la sínfisis del pubis y la espina iliaca anterosuperior del lado que corresponda.
Las subdivisiones del abdomen producidas por estas líneas son, por arriba
de la línea horizontal superior, a los lados los hipocondrios derecho e
izquierdo, y en medio el epigastrio; entre las dos líneas horizontales, los flancos
derecho e izquierdo y el mesogastrio o región umbilical, y por abajo de la línea
horizontal inferior, las fosas iliacas derecha e izquierda y el hipogastrio. A
veces se usa, líneas un poco diferentes para crear esta subdivisión en nueve
regiones.
Haga ahora las siguientes incisiones en la piel, que se ilustran en la fig. 10.2:1, en
la línea media de la articulación xifoesternal hacia abajo hasta la sínfisis del
pubis (rodeando el ombligo para dejarlo en su lugar), 2) del extremo superior de
la primera, una a cada lado, dirigida hacia afuera y un poco hacia abajo,
cruzando la pared del cuerpo hasta la línea axilar posterior, 3) del extremo
Inferior de la primera, una a cada lado, dirigida hacia afuera sobre el borde
superior del pubis hasta la espina del mismo, y luego hacia arriba, siguiendo la
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línea del ligamento inguinal y extendiéndose unos 5 cm a lo largo de la cresta
iliaca. Separe hacia afuera los grandes colgajos cuadriláteros de piel para
descubrir la aponeurosis superficial de la pared abdominal.
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transversal para descubrir la parte superior de la vaina de los rectos y del
músculo oblicuo mayor. Al separarla, identifique los vasos y nervios cutáneos
destinados a la pared abdominal anterior. La continuación del séptimo al
undécimo nervios intercostales en el abdomen se llaman nervios
toracoabdominales. La rama anterior del duodécimo nervio torácico, el nervio
subcostal, tiene una distribución semejante. Los nervios y vasos cutáneos
anteriores son las porciones terminales de los nervios toracoabdominales y
de la arteria epigástrica superior, que perforan la vaina de los rectos en serie de
arriba hacia abajo a unos 2.5 cm por fuera de la línea alba. Las ramas
cutáneas laterales derivan de le mismos nervios y de las arterias intercostales
inferiores, subcostales y lumbares, y se dirigen hacia abajo y adelante por la
parte lateral del rnúsculo oblicuo mayor.
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de la parte inferior de la aponeurosis del músculo oblicuo mayor, es más
membranosa y termina por abajo del ligamento inguinal fusionándose con la
aponeurosis profunda (fascia lata) del muslo. Por dentro de la espina del
pubis, sigue hacia abajo por el escroto (túnica dartos) y el pene (ligamento
fundiforme y aponeurosis superficial del pene) en el varón, y hacia atrás por el
perineo (aponeurosis superficial) en ambos sexos.
Haga una incisión vertical media hacia abajo hasta la sínfisis del pubis, a
través de la aponeurosis superficial de la parte inferior de la pared abdominal.
Separe en ambos lados los colgajos triangulares de aponeurosis así formados
hacia abajo y afuera, en dirección del ligamento inguinal. Las fascias de Scarpa
y de Camper deben separarse como una sola capa. Identifique la fascia de
Scarpa en la cara profunda del colgajo. Se continua la separación una corta
distancia por abajo del ligamento inguinal, porque la aponeurosis se
fusiona con la fascia lata. Al desprender la aponeurosis se descubrirán
por completo el músculo oblicuo mayor y la vaina de los rectos. Se tendrá
cuidado, porque al mismo tiempo expondrá el anillo inguinal superficial y una
porción del cordón espermático (o el ligamento redondo en la mujer). En
serie, con los nervios cutáneos ya descubiertos en la parte superior de la
pared abdominal, busque las porciones cutáneas terminales de los nervios
abdominogenitales mayor y menor, ambos derivados del primer nervio
lumbar. El abdominogenital menor perfora la aponeurosis del oblicuo ma-
yor, a menudo como dos ramas independientes, en su parte externa, a corta
distancia por arriba del ligamento inguinal; el abdominogenital mayor sale por
el anillo inguinal superficial con el cordón espermático. Al disecar los nervios
abdominogenitales, trate de no lesiónar la túnica fibrosa externa.
Observe la línea alba, una banda aponeurótica densa que va del apéndice
xifoides a la sínfisis del pubis y que se interpone entre los dos músculos rectos,
que en este momento están envueltos Y ocultos por la vaina de los rectos, de
naturaleza aponeurótica. La línea semilunar es la línea que señala el borde
externo del músculo recto anterior, y a lo largo de la cual se fusionan las
aponeurosis de los tres músculos de la pared anterolateral del abdomen para
formar la vaina de los rectos. Estudie el oblicuo mayor, el más superficial de
ellos.
El músculo oblicuo mayor del abdomen se origina por medio de bandas carnosas
en las caras externas de las últimas ocho costillas, justo por fuera de las
articulaciones costocondrales. Los fascículos superiores se interdigitan con el
serrato mayor y los inferiores con el dorsal ancho. Las fibras que surgen en
las últimas dos o tres costillas se dirigen hacia abajo para insertarse en el
tercio anterior del labio externo de la cresta iliaca. Las fibras restantes no
se insertan en hueso, sino que van hacia abajo y adelante para terminar en la
ancha lámina fibrosa conocida como aponeurosis del músculo oblicuo
mayor. Esta continúa hacia adentro hasta la línea semilunar como uno de los
elementos de la hoja anterior de la vaina del músculo recto anterior del ab-
domen. En la línea media se entrelaza con la misma capa del lado opuesto
para formar la línea alba. Entre la espina iliaca anterosuperior y la espina del
pubis, el borde inferior libre de ésta se engrosa para formar el ligamento
inguinal.
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El borde externo del músculo oblicuo mayor ayuda a formar el triángulo lumbar, junto con
la cresta iliaca y el músculo dorsal ancho.
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10.7 y 12.2).
Se estudia ahora el músculo recto anterior del abdomen. Para abrir la vaina de los
rectos, haga una incisión longitudinal en su porción anterior descubierta, de un
punto justo por debajo del apéndice xifoides hasta un poco por arriba de la sínfisis
del pubis. paralela a la línea alba y un poco por fuera de ella. A partir de cada
extremo de ésta, se hace otra incisión transversal que vaya hacia afuera hasta la
línea semilunar. Se observa que arriba de la incisión transversal superior, la
hoja anterior de la vaina de los rectos es mucho más delgada y se fusiona con la
aponeurosis del músculo pectoral mayor.
Las incisiones quirúrgicas a través de la pared anterior del abdomen en la región de los
músculos rectos anteriores, se hacen en la línea media o de inmediato a la derecha o a la
izquierda de ella para conservar la inervación y el riego sanguíneo de éstos, a los cuales
llegan por su parte externa.
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resistente en la parte superior que en la inferior. En muchos casos se observa un
borde inferior neto más o menos a la mitad de la distancia entre el ombligo y el
pubis, en el que parece terminar la hoja posterior de la vaina. Esta es la línea
arqueada (línea semicircular). Por abajo de ella, el músculo recto anterior se
sobrepone por atrás a la fascia transversalis, delgada capa aponeurótica que se
encuentra de inmediato por fuera de la grasa extraperitoneal en la parte inferior
de la pared anterior del abdomen. No se distingue con frecuencia una línea
definida, pero la hoja posterior de la vaina se adelgaza de manera gradual en
esta región. La continuación hacia adentro de las aponeurosis de los músculos
oblicuo menor y transverso, pasa de la hoja posterior a la anterior de la vaina
y causa que la hoja posterior de ésta se adelgace hacia abajo.
Los músculos oblicuo menor y transverso del abdomen sólo se descubrirán por
completo en un lado. En el otro lado, no hay que disecar la pared abdominal
anterior por debajo de una línea horizontal que pase por las espinas iliacas
anterosuperiores. Esto se hará después, cuando se estudie el conducto
inguinal y su relación con las hernias.
Separe ahora el músculo oblicuo mayor para descubrir el oblicuo menor, con
cuidado, ya que las capas de músculo en la pared anterolateral del abdomen
son delgadas y sólo están separadas unas de otras por capas, también delgadas,
de aponeurosis. Desprenda los primeros cuatro fascículos de origen del
oblicuo mayor de la quinta a la octava costillas. Luego, entre los
fascículos cuarto y quinto, haga una incisión longitudinal en el músculo
hacia abajo, hasta la cresta iliaca. A partir del extremo inferior de ésta, corte
de manera transversal el músculo y su aponeurosis hacia adentro, hasta la línea
semilunar. Del extremo interno de la incisión transversal haga una tercera en la
aponeurosis, que corra hacia abajo hasta el límite superior del anillo inguinal
superficial. Por medio de éstas, el músculo oblicuo mayor y su aponeurosis
quedarán divididos en tres porciones. Primero separe el gran segmento superior
hacia adentro hasta la línea semilunar. Se observa que en esta línea la apo-
neurosis del oblicuo mayor se une a la hoja anterior de la vaina de los rectos.
Luego separe el segmento triangular inferior hacia abajo hasta el ligamento
inguinal (fig. 10.5).
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Fig. 10.5.- Lado izquierdo de la pared abdominal anterior con el músculo
oblicuo mayor separado hacia adentro.
Se observa que cuando emerge el cordón espermático hacia esta parte del
conducto desde atrás de la parte inferior del músculo oblicuo menor, recibe una
cubierta llamada fascia cremastérica, formada por el músculo cremáster, una capa
delgada de fibras musculares que descienden rodeando al cordón espermático. La
fascia y el músculo son derivados del músculo oblicuo menor y su aponeurosis.
Cuando se diseque el escroto verá que algunas de estas fibras musculares llegan
a rodear el testículo. Después que el cordón salió por el anillo inguinal superficial,
el cremáster está cubierto por fuera por la túnica fibrosa (fascia espermática)
externa (figs. 10.5 y 12.2).
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Observe el ligamento lacunar, que se extiende de la extremidad interna del
ligamento inguinal a la cresta pectínea del pubis. En alrededor de 1.5 cm de su
trayecto, en la profundidad inmediata al anillo inguinal superficial, el cordón
espermático sobre la cara superior de éste. En consecuencia, se dice que el
ligamento lacunar forma el piso de la parte más interna del conducto inguinal.
Fig. 10.6 Lado izquierdo de la pared abdominal anterior con los músculos
oblicuos mayor y menor separados hacia adentro.
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pero no penetran en la vaina de los rectos. Ya se vió el abdominogenital menor al
ingresar en el músculo oblicuo menor. El nervio abdominogenital mayor
(ilioinguinal) cruza al transverso
transverso del abdomen inmediatamente por arriba de la parte
externa del ligamento inguinal y penetra en el conducto inguinal; ahí acompaña al
cordón espermático hasta el anillo inguinal superficial.
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de la aponeurosis del transverso se le conoce como hoz inguinal. A veces se
llama tendón conjunto porque recibe algunas de las fibras más inferiores del
oblicuo menor. Observe que se encuentra justo por atrás de la porción del
cordón espermático que descansa por abajo en el ligamento lacunar y que, en
consecuencia, es uno de los componentes de la pared posterior del conducto
inguinal (fig. 10.7).
Hasta aquí se ha retirado toda la pared anterior del conducto inguinal, con lo
que se ve desde el exterior el anillo inguinal profundo del mismo. Está
situado justo arriba de la parte media del ligamento inguinal y se describe
como un orificio en la fascia transversalis, aunque desde el exterior no parece
así, ya que ésta se prolonga hacia el exterior con el cordón espermático
formando la túnica fibrosa (fascia espermática) interna (figs. 10.6 y 12.2).
Visto desde el interior del abdomen, es una depresión que se encuentra justo
por fuera de la arteria y la vena epigástricas inferiores, por la cual pasa el
conjunto de elementos que forman el cordón espermático.
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Capítulo 11
Se hace una incisión longitudinal en la piel del Pene, de la sínfisis del pubis a la punta
del glande, luego se separa la piel hacia afuera en ambos lados.
Se limpian los vasos y nervios del dorso (cara anterior en el órgano fláccido).
En posición más superficial en la línea media está la vena dorsal
superficial, que se disecará para liberarla del tejido conectivo que la rodea y
separarla hacia un lado con la aponeurosis superficial. En la aponeurosis
profunda del dorso del pene se encuentra la vena dorsal profunda y las
arterias y nervios dorsales, todos los cuales penetran a esta zona pasando
entre las dos porciones del ligamento suspensorio. La vena dorsal profunda
está en la línea media. A cada lado de ella están las arterias dorsales, y por
fuera de la arteria de cada lado está el nervio dorsal. La arteria y el nervio
dan origen a numerosas ramas pequeñas conforme se aproximan al glande.
Se intenta separar las dos partes principales del cuerpo del pene: los cuerpos
cavernosos y el cuerpo esponjoso. Cabe notar que el glande del pene es la
porción terminal expandida del cuerpo esponjoso. Los cuerpos cavernosos no se
pueden separar porque se mantienen unidos por una resistente vaina de tejido
conectivo llamada túnica albugínea.
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con el peritoneo y su capa ad yacente de tejido conectivo y grasa
extraperitoneales.
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Las metástasis del carcinoma de testículo son dificiles de descubrir en su inicio
porque los vasos y ganglios linfáticos con afección se ocultan en la profundidad del
abdomen.
La túnica vaginal del testículo es una membrana serosa que forma un saco
que cierra por completo, parecido a los sacos pleural, peritoneal y
pericárdico, y que se invagina por el testículo y el epidídimo, por lo que
presenta porciones visceral y parietal. La túnica vaginal visceral se aplica
de modo íntimo a las caras superior, inferior, anterior, interna y externa del
testículo y el epidídimo. En la parte posterior, el testículo no se cubre por ella;
en este lugar, la parte visceral se refleja a cada lado para continuar con la
túnica vaginal parietal. Entre las porciones visceral y parietal hay una estrecha
cavidad que ocupa una pequeña cantidad de líquido seroso. Se abre esta cavidad
con una incisión longitudinal en la parte anterior de la túnica vaginal parietal.
Esto descubre el testículo y el epidídimo, que se envuelven por la túnica
vaginal visceral. Se observa, sin embargo, que los testículos enfermos con
obliteración completa o parcial de la cavidad de la túnica vaginal son
frecuentes en los cadáveres.
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A veces, en el desarrollo, el testículo no desciende por completo al escroto y permanece
en la cavidad abdominal o el conducto inguinal. Esto se conoce como criptorquidia, y en
este caso hay que colocar el testículo (por tratamiento hormonal o por cirugía) en el
escroto durante los primeros años de la vida para prevenir la esterilidad.
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Capítulo 12
Región inguinal
Un poco más hacia afuera está otro montículo del peritoneo, producido por la
arteria epigástrica inferior, que se dirige hacia arriba y adentro para penetrar en la
vaina de los rectos. Se le llama pliegue umbilical externo y a menudo no se marca
bien. Por medio de estos pliegues, el peritoneo que reviste por atrás a la parre
inferior de la pared anterior del abdomen, se divide en tres pares de fosas, que
representan subdivisiones parciales de la cavidad peritoneal general. Entre los
pliegues umbilicales medio e interno de cada lado está la fosa supravesical. Entre
los similares interno y externo está la fosa inguinal interna. La fosa inguinal
externa está por fuera del pliegue umbilical externo.
Tomando el anillo inguinal profundo como centro, se quita con cuidado una pieza
circular de peritoneo y tejido extraperitoneal de la cara posterior de la pared
abdominal, de unos cinco centímetros de diámetro. El anillo inguinal profundo se
localiza un poco por arriba del punto medio del ligamento inguinal, por fuera de
la arteria epigástrica inferior. A menudo su posición se identifica con
facilidad cuando el peritoneo está en su lugar, ya que en general se hunde
un poco en el anillo.
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Fig. 12.1.- Anillo inguinal profundo derecho visto desde la cara profunda de
la pared abdominal.
HERNIAS INGUINALES
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tema. En ocasiones los cadáveres en el laboratorio presentan hernias y se les
puede comparar con las que son normales. Como siempre, es necesario com-
binar la disección cuidadosa con la observación atenta.
Primero es menester definir los límites del triángulo inguinal; éstos son el
borde externo del músculo recto anterior del abdomen, hacia adentro, el
ligamento inguinal hacia abajo y la arteria epigástrica inferior hacia afuera. Las
hernias suelen diferenciarse, según la localización, de la masa que sobresale
con respecto a la arteria epigástrica inferior o al triángulo inguinal.
Una hernia inguinal es la protrusión de una parte del contenido del abdomen;
por lo general, una asa de intestino cubierta por peritoneo y grasa
extraperitoneal, hacia alguna parte del conducto inguinal. Los aumentos
transitorios normales de la presión intrabdominal impulsan una masa a través
de una parte débil de la pared abdominal. Ocurren dos tipos principales:
indirectas y directas. La hernia inguinal indirecta (es decir, la que no pasa
directamente a través de la pared abdominal) es aquella en que la masa her-
niada penetra por el anillo profundo, recorre el Conducto inguinal y sale por el
anillo superficial, además puede llegar al escroto (fig. 12.2).
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Una hernia inguinal directa es aquella que pasa a través de la pared posterior
del conducto inguinal, en algún punto situado por dentro de la arteria
epigástrica inferior (esto es, en el triángulo inguinal), recorre la parte interna del
conducto y sale por el anillo superficial; en general por arriba o abajo del
cordón espermático. Todas pasan a través del triángulo inguinal.
Como ya se mencionó, una hernia inguinal normalmente lleva con ella, como
sus cubiertas más internas, una capa de peritoneo y una de grasa
extraperitoneal, pero las cubiertas más externas difieren según el punto en
que la masa atraviesa la pared abdominal para penetrar en el conducto
inguinal. Para comprender las capas que cubren una masa herniaria, es
esencial recordar que los componentes de la pared abdominal se adelgazan
y debilitan, pero que, por lo general, en realidad no están rotos.
Las hernias directas raras veces llegan al escroto, pero cuando lo hacen se
alojan entre diversas capas de éste. Por ejemplo, una que penetre la pared
posterior del conducto, por dentro de la arteria epigástrica inferior y que
atraviese la aponeurosis del músculo oblicuo mayor del abdomen, puede
alojarse en el escroto entre el dartos y la túnica fibrosa externa. Una masa que
atraviese la pared posterior más hacia adentro et el triángulo inguinal y que
salga por el anillo superficial, aparecerá en el escroto entre la túnica fibrosa
interna y el músculo cremáster y su aponeurosis. Las que atraviesan el tendón
conjunte pasan por el anillo superficial hacia el escroto entre la túnica fibrosa
externa y el músculo cremaster y su aponeurosis.
Las hernias inguinales son más frecuentes en varones que en mujeres. Esto se debe, en
parte, a una persistencia parcial o total del conducto peritoneo vaginal, por lo que se
presenta más a menudo el tipo indirecto que el directo.
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La reparación habitual de las hernias inguinales consiste en reducir el defecto de la pared
abdominal, suturando el borde inferior del músculo y la aponeurosis al ligamento
pectíneo, que corre ah largo de la rama horizontal del pubis.
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Capítulo 13
Cavidad abdominal
La cavidad abdominal ya se empezó a abrir por medio de una incisión
transversal y otra vertical inferior (pág. 133). Ahora se abre la cavidad por
completo con un segundo corte vertical que abarque todo el espesor de la pared
a la izquierda de la línea media, que vaya de la incisión transversal hacia arriba
hasta el arco costal. Al hacerlo se abrirá la cavidad peritoneal, que está dentro de
la cavidad abdominal.
La peritonitis, inflamación del peritoneo, es una enfermedad muy grave y con frecuencia
mortal. Sus causas más frecuentes son úlceras perforadas, apéndice roto, heridas
penetrantes de abdomen e infecciones bacterianas.
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Se observa que la cara anterior (que en realidad está en posición
anterosuperior) amplia y convexa del estómago se cubre hacia arriba por el
hipado, pero hacia abajo está en contacto con la parte anteroinferior del
diafragma y la pared anterior del abdomen. El borde derecho y superior curvo
de esta cara se conoce como curvatura menor. El límite mucho más largo y
también curvo que se forma por los bordes izquierdo e inferior se denomina
curvatura mayor.
PERITONEO
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vísceras en su lugar y sirven de paso a los vasos sanguíneos y nervios que llegan
a los diversos órganos intraperitoneales. Representan la continuidad del
visceral con el parietal, o unen el visceral de dos o más órganos. El parietal se
adosa de modo íntimo por delante y a los lados a la cara profunda de la pared
abdominal, y por arriba la cara inferior del diafragma. Por atrás, la extensión
de la cavidad peritoneal no es tan grande como la de la cavidad abdominal; en
etapas posteriores de la disección se encontrarán numerosas estructuras que
están dentro de la cavidad abdominal, pero atrás del peritoneo parietal
posterior. Estas se describen como retroperitoneales (fig. 13.1). Los órganos
que se proyectan libres dentro del peritoneo y por lo tonto reciba una envoltura
de peritoneo visceral, se describen como intraperitoneales. Sin embargo, en
realidad no están dentro de la cavidad peritoneal, como podría sugerir el
término que los define, ya que se apartan de ella por su envoltura de
peritoneo visceral. En la parte inferior, desciende por abajo del estrecho
superior de la pelvis; su disposición en este lugar se observará al estudiar
pelvis.
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triangular derecho. En el otro lado se localiza el ligamento triangular izquierdo,
sobre el extremo izquierdo de la cara superior del lóbulo de este lado.
Se tira del lóbulo izquierdo del hígado hacia adelante y se observa el epiplón
menor, ligamento peritoneal aplanado que va de la curvatura menor del
estómago (ligamento hepatogástrico) y el borde superior de la primera
porción del duodeno (ligamento hepatoduodenal) a la cara inferior del
hígado. Se forma por dos hojas de peritoneo, anterior y posterior, que se
aplican una contra otra, excepto en la proximidad del borde derecho libre,
que va del duodeno a la cara inferior del hígado. Alrededor de éste continúan
una con otra las dos hojas y el epiplón menor es grueso por la presencia, en
su espesor, de la arteria hepática, la vena porta y el conducto colédoco. En
la curvatura menor, el peritoneo que forma el epiplón menor continúa con el
peritoneo visceral que reviste las caras anterior y posterior del estómago. En
la cara inferior del hígado se continúa con el peritoneo visceral de este
órgano (figs. 13.2 a 13.4).
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Fig. 13.3.- Corte transversal a través de la cavidad abdominal al nivel del
receso superior de la trascavidad de los epiplones. El peritoneo está
representado por la línea interrumpida.
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en el intestino es mucho más larga que la parietal, lo que da al mesenterio
en conjunto un aspecto plegado.
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Se abre la trascavidad de los epiplones por abajo con una incisión en el epiplón
mayor, paralela a la curvatura mayor del estómago y más o menos a 1.5 cm de ella;
no se hace demasiado a la izquierda y arriba pues se cortaría el ligamento
gastrosplénico. Por esta abertura se exploran los límites de la trascavidad.
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gastroepiplóica derecha se encuentra en el extremo derecho de la curvatura
mayor y hacia la izquierda, se anastomosa con la gastroepiplóica izquierda. Esta,
alcanza el lado izquierdo de la curvatura mayor dirigiéndose hacia adelante en
el espesor del ligamento gastrosplénico, y luego se dirige hacia abajo y a la
derecha por la curvatura mayor. Las arterias gástricas cortas, que también
alcanzan el estómago a través del ligamento gastrosplénico, riegan la parte
superior de la curvatura mayor. Todos dan ramas a las dos caras del estómago.
La coronaria estomáquica da ramas ascendentes para el esófago.
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La vena porta es un conducto amplio situado atrás de la arteria hepática y el
conducto colédoco. Entra al epiplón menor procedente de atrás de la primera
porción del duodeno. En el epiplón,
epi plón, se divide en ramas lobulares derecha e
izquierda, que entran a los lóbulos del hígado. Antes de dividirse recibe la vena
gástrica izquierda, que entra al epiplón a través del pliegue gastropancreático
derecho. (A la vena gástrica izquierda
izquier da se le llama a veces vena coronaria del
estómago por su trayecto circular, primero a la izq uierda por la curvatura
menor del estómago y luego de regreso a la derecha por la pared abdominal
posterior.)
Fig. 13.8 Estructuras del borde derecho del epiplón menor y del lecho del
estómago.
Se libera y eleva el duodeno hasta un poco más allá de su unión con el píloro. Se
voltea el extremo pilórico del estómago a la izquierda y se sigue la arteria
gastroduodenal hacia abajo, por atrás de la primera porción del duodeno, donde
termina dividiéndose en las arterias gastroepiplóica derecha y
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pancreaticoduodenal superior. Se sigue la gastroepiplóica derecha hasta la
curvatura mayor. Más adelante se seguirá la pancreaticoduodenal superior hacia
abajo por el borde interno del duodeno.
ESTOMAGO
Presenta caras anterior y posterior que miran hacia las cavidades peritoneales
mayor y menor. Sus bordes, como ya observó, son las curvaturas mayor y menor.
Se divide en cardias, fondo, cuerpo y píloro. El cardias es la porción del estómago
en que desemboca el esófago. El fondo es la porción superior expandida por
arriba de un plano horizontal que pasa por el orificio esofágico. El cardias se
continúa hacia abajo con el cuerpo, que está separado del estrecho píloro por
una escotadura llamada escotadura angular, la cual se localiza en la curvatura
menor. La porción pilórica se continúa con el duodeno.
Se quita el peritoneo parietal que forma la fracción superior derecha del lecho
gástrico y se descubren las estructuras retroperitoneales contiguas a la cara
posterior del estómago. Cruzando la pared posterior, justo por arriba de la
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inserción del mesocolon transverso, aparecen el cuerpo y la cola del páncreas. Por
arriba de éste y a la derecha del bazo puede descubrirse una pequeña porción de
izquierdo, que está separada de la cara posterior del
la cara anterior del riñón izquierdo,
estómago sólo por el peritoneo parietal y algo de tejido areolar extraperitoneal.
A la derecha del riñón, la glándula suprarrenal izquierda
izquierda participa en la formación
del lecho gástrico. A la derecha y arriba de la glándula suprarrenal, el pilar
izquierdo del diafragma se encuentra por atrás de la parte más superior del
estómago.
Se limpia toda la arteria esplénica, que es muy tortuosa. Cuando ésta cruza la
pared abdominal posterior por arriba del páncreas, da numerosas ramas
pancreáticas pequeñas. Pasa entre las dos hojas del ligamento esplenorrenal
bazo, donde termina dividiéndose en tres o cuatro ramas
para alcanzar el hilio del bazo,
esplénicas y en las arterias gastroepiplóica izquierda y gástricas cortas, que se
dirigen hacia adelante y atraviesan el ligamento
ligamento gastrosplénico para llegar al
estómago.
BAZO E HIGADO
Se estudia el bazo, órgano que se envuelve por completo con el peritoneo visceral,
excepto en el hilio, donde se une a los ligamentos esplenorre nal y
gastrosplénico. Se observa que la cola del páncreas se extiende hasta el hilio del
bazo. La proximidad de los dos órganos es importante y se tendrá en cuenta
en la extirpación quirúrgica te: bazo. Este órgano tiene dos caras principa -
les. La cara diafragmática es lisa y convexa y se apoya en la porción
superior izquierda del diafragma. La cara visceral se subdivide en tres
superficies más pequeñas y todas convergen hacia ha cia el hilio. La mayor y más
anterior es la superficie gástrica, que es un poco cóncava y forma parte del
lecho gástrico. La porción posterosuperior
posterosu perior es la superficie renal, que se
relaciona con la porción superior de la cara anterior del riñón izquierdo, del cual
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la separan peritoneo y tejido areolar extraperitoneal. La superficie cólica es la
más inferior, y se conecta con el ángulo cólico izquierdo y el ligamento
frenocólico. Empezando en el hilio, corte el bazo y observe su estructura
interna.
La rotura del bazo, con hemorragia intraabdominal, es una de las lesiones más
frecuentes en los órganos que contiene el abdomen. Por lo general se produce por
traumatismos contusos en la parte inferior del hemitórax izquierdo, como los que
se presentan en accidentes de automóvil, bicicleta o motocicleta.
Las caras superior, anterior y lateral derecha del hígado están en contacto con
el diafragma y presentan un contorno redondeado que corresponde a la
forma de éste. Cerca de la línea media, el borde inferior se proyecta por
abajo del arco costal, por lo que la parte inferior de la cara anterior queda en
contacto con la pared abdominal anterior.
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tacto con la zona desnuda.
Se observa la fosa para la vena cava inferior a la izquierda de la zona
desnuda y las venas hepáticas que desembocan en ella.
El lóbulo caudado aparece entre la fosa para la vena cava y la inserción del
epiplón menor. Se cubre por el peritoneo visceral y, como se vio, se proyecta en
la pared del receso superior de la trascavidad de los epiplones.
La cara inferior del lóbulo izquierdo está en contacto con el epiplón menor y la
parte superior de la cara anterior del estómago. La cara inferior del lóbulo
derecho presenta marcas que corres ponden a la forma de las estructuras
vecinas.
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biliares, calcio y colesterol. En la actualidad, éstos, como los de la vejiga, se
pueden reducir y eliminar por un procedimiento no quirúrgico llamado litotripsia,
que emplea ondas ultrasónicas que fragmentan los cálculos en partículas que
pueden ser eliminadas por los procesos fisiológicos normales.
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Fig. 13.11.- Arteria mesentérica superior y sus ramas.
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A su paso por la raíz del mesenterio, la arteria mesentérica superior origina una
serie de arterias intestinales que se dirigen hacia adelante por el mesenterio
para regar el yeyuno y el íleon. Cada una de éstas se divide en dos ramas,
que se unen con ramas semejantes de arterias adyacentes para formar una
serie de asas o arcos arteriales en el mesenterio. De éstos se originan otras
ramas, las cuales también se unen para formar arcos más pequeños a
medida que se aproximan al intestino. Obsérvese que el número de estos
arcos arteriales aumenta de la parte superior a la inferior del mesenterio. La parte
superior del mesenterio yeyunal presenta, por lo general, sólo una hilera de
arcos arteriales, que dan ramas en forma directa al intestino, mientras que
hacia el extremo inferior del íleon puede haber hasta cuatro o cinco hileras de
ellos. Obsérvese también que la cantidad de grasa contenida en el espesor del
mesenterio alrededor de los arcos arteriales, aumenta de arriba hacia abajo. Al
sostener el mesenterio contra la luz verá grandes zonas translúcidas entre
los arcos arteriales de la porción yeyunal; mientras que en la inferior del íleon,
éstas son mucho más pequeñas por la presencia de una mayor cantidad de
grasa.
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liso que empiezan en la base del apéndice vermiforme y recorren toda la
longitud del intestino grueso para terminar en la pared del recto. Entre ellas, la
pared del intestino grueso se proyecta en tres series longitudinales de
saculaciones llamadas haustros.
La parte posterior del colon ascendente no está cubierta por el peritoneo, sino que
está en contacto directo con el tejido extraperitoneal de esta parte de la pared
abdominal. Sin embargo, nótese que el mesocolon transverso no se extiende
tanto hacia la derecha como lo hace hacia la izquierda. En consecuencia, la
primera parte del colon transverso, de inmediato a la izquierda del ángulo cólico
derecho, no tiene mesenterio y su cara posterior está en contacto con la cara
anterior del riñón derecho y de la porción descendente del duodeno al cruzar a
estos órganos.
DUODENO Y PANCREAS
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duodenoyeyunal. Además del peritoneo, hay una banda de tejido fibroso y
muscular retroperitoneales que se extiende del pilar derecho del diafragma al
ángulo duodeno yeyunal para mantenerlo en su lugar. Este es el músculo
suspensorio del duodeno (ligamento de Treitz). Observe que lo cruzan por
delante los vasos mesentéricos superiores y, en general, por la raíz del
mesenterio, y que se relaciona por atrás con la vena cava inferior y la aorta.
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vena cava inferior. En otro acceso, la anastomosis esplenorrenal, se quita el bazo
y la vena esplénica se sutura a la vena renal. Estas operaciones tienen
numerosas variaciones, pero el propósito de todas es reducir la circulación por el
sistema porta.
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blanco o gris. El conducto pancreático principal empieza en la cola del
páncreas y se dirige a la derecha a través del cuerpo; a lo largo de su trayecto
recibe conductos pequeños de los numerosos lobulillos. Luego se dirige hacia
abajo y a la derecha por el cuello y la cabeza y acompaña al conducto
colédoco a través de la pared interna de la porción descendente del duodeno.
El conducto pancreático accesorio es más pequeño; empieza en la parte
inferior de la cabeza y corre hacia arriba a través del páncreas para
desembocar en la porción descendente del duodeno por arriba del conducto
principal. A menudo, estos dos conductos se comunican en el espesor del
páncreas.
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sus relaciones con los órganos vecinos.
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Sin dañar los vasos renales ni el uréter, haga un corte longitudinal a través del
riñón, del borde externo al hilio, y estudie la superficie de corte. Observe que el
riñón tiene dos partes, corteza y médula. La corteza es la porción periférica
de color más claro. La porción médular, la interna, está formada por un
número variable de pirámides renales, que convergen hacia el centro del ri-
ñón, donde terminan como proyecciones redondeadas, las papilas renales.
Los conductos excretores drenan en los cálices menores en los vértices de
las papilas. Estos se unen para formar tres o cuatro cálices mayores, que a
su vez se juntan para formar la pelvis renal, la porción superior dilatada del
uréter. Esta última se localiza en el seno renal, cavidad central del lado
interno del riñón, además de grasa y vasos renales.
Los otros plexos son prolongaciones del plexo celiaco y se forman de igual
manera. La inervación parasimpática representada por los vagos se distribuye a
las vísceras regadas por ramas del tronco celiaco y de la arteria
mesentérica superior; las vísceras regadas por la arteria mesentérica inferior
reciben su inervación parasimpática de los segmentos sacros segundo,
tercero y cuarto de la médula espinal. Recuerde que el sistema nervioso
autónomo también posee un componente sensitivo.
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La aorta abdominal empieza en el orificio aórtico del diafragma como
continuación de la aorta torácica, y desciende por delante de los cuerpos de las
primeras cuatro vértebras lumbares para terminar por lo general delante de la
cuarta vértebra lumbar, dividiéndose en las arterias iliacas primitivas derecha e
izquierda. Hacia adelante y a la izquierda, la aorta abdominal se relaciona
con el peritoneo parietal de la pared abdominal posterior, excepto donde otras
estructuras se interponen entre ambos. Dichas estructuras son: el páncreas, la
porción inferior de duodeno, las venas esplénica y renal izquierda y parte de
algunas de sus tributarias. A la derecha se relaciona con la vena cava inferior,
excepto en la parte más superior, donde está separada de ella por el pilar
derecho del diafragma.
Las ramas viscerales impares (esto es, las arterias mesentéricas superior e
inferior) que se originan de la cara anterior de la aorta ya se estudiaron.
Investigue las ramas parietales pares que se describen a continuación.
Las arterias diafragmáticas inferiores surgen de la aorta entre los dos pilares
del diafragma y se dirigen hacia arriba y afuera cruzando la cara inferior del
diafragma. Obsérvese que la derecha pasa por atrás de la vena cava inferior
y la izquierda por atrás del esófago. Una o ambas diafragmáticas inferiores
pueden surgir del tronco celiaco; la izquierda se origina a veces de la arteria
coronaria estomáquica. Cada diafragmática inferior suele originar una arteria
suprarrenal superior para la glándula suprarrenal.
Las arterias suprarrenales medias son vasos pequeños, aunque no siempre los
hay, que surgen de las caras laterales de la aorta más o menos al mismo nivel que
el origen de la mesentérica superior, y cruzan los pilares del diafragma para
alcanzar las glándulas suprarrenales.
Ya se observaron las grandes arterias renales. Antes de llegar al hilio del riñón,
cada arteria renal suele dar origen a una arteria suprarrenal inferior para la glándula
suprarrenal. La arteria renal derecha cruza por atrás a la vena cava inferior.
Las arterias iliacas primitivas son dos troncos gruesos y cortos que se dirigen, a
partir de la terminación de la aorta, hacia abajo y afuera para terminar frente a la
articulación sacroiliaca dividiéndose en las arterias iliacas externa e interna, que
son sus únicas ramas. Observe que la arteria iliaca primitiva izquierda es cruzada
por delante por los vasos hemorroidales superiores, y también que cada iliaca
primitiva es cruzada por delante por el uréter y, en la mujer, por los vasos
ováricos.
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Además de las ramas antes descritas, se originan de la cara posterior de la
aorta abdominal cuatro pares de arterias lumbares y una sola arteria sacra media.
Las arterias lumbares pueden estudiarse con más facilidad más tarde; ahora es
posible encontrar la arteria sacra media, que emerge por atrás de la vena iliaca
primitiva izquierda, para descender por delante del cuerpo de la quinta vértebra
lumbar hacia la pelvis.
La vena cava inferior está formada, a la derecha del cuerpo de la quinta vértebra
lumbar y por atrás de la arteria iliaca primitiva derecha, por la unión de las
venas iliacas primitivas derecha e izquierda, cuyo origen está un poco por
dentro y por atrás de la terminación de las arterías iliacas primitivas.
Obsérvese que la vena iliaca primitiva izquierda es bastante más larga que
la derecha, y que se dirige hacia arriba, por dentro de la arteria
correspondiente, para unirse a la vena derecha por atrás de la arteria iliaca
primitiva de este lado; en su trayecto recibe a la vena sacra media.
A partir de su origen, la vena cava inferior asciende por la pared abdominal hasta
un orificio que hay en la porción tendinosa del diafragma. Se encuentra por
delante del lado derecho del cuerpo de las vértebras lumbares y del borde
interno del músculo psoas mayor del lado derecho. Su porción superior se apoya
por atrás en el diafragma, y por delante está en contacto ron el hígado, como
ya se observó. Abajo del hígado, se relaciona hacia adelante y a la derecha con el
peritoneo parietal, excepto donde está cubierta por el páncreas y el duodeno. Sus
mayores tributarias por arriba de las venas iliacas primitivas son las venas renales.
Observe que las venas suprarrenal y espermática (u ovárica) derechas drenan
directo en la vena cava, mientras que las del lado izquierdo lo hacen en la vena
renal izquierda. La vena cava también recibe las venas diafragmáticas inferiores y
las tres o cuatro venas suprahepáticas.
Tire de la vena cava hacia delante y, disecando con cuidado por atrás de ella,
determine cuantas de las venas lumbares desembocan en ella. Hay cuatro pares
de estas venas, que corresponden a las arterias homónimas, pero no siempre
se unen todas a la vena cava. Las superiores desembocan por lo general en
las venas lumbares ascendentes derecha e izquierda, que atraviesan el
diafragma para unirse a las venas ácigos y hemiácigos, respectivamente.
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Capítulo 14
Los pilares son las porciones más gruesas y carnosas del diafragma. El
pilar derecho es mayor y desciende más que el izquierdo; surge de los
cuerpos de las tres primeras vértebras lumbares y se divide para formar el
hiato esofágico. El pilar izquierdo principia en las dos primeras vértebras
lumbares. Las porciones más inferiores de ambos son tendinosas. A
medida que ascienden se aproximan entre sí y sus fibras se entrecruzan
por delante de la aorta para formar el orificio aórtico. Obsérvese que éste no
es un verdadero orificio en el diafragma, sino un pasaje por atrás de él al
nivel de la duodécima vértebra torácica. Cuando el diafragma se contrae, la
aorta queda protegida de la construcción por un arco fibroso, el ligamento
arciforme medio, que une los bordes internos de los dos pilares y forma el
limite verdadero del orificio aórtico.
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Determine primero si aparece o no el psoas menor. Este pequeño músculo
a menudo falta en uno o en ambos lados, procede de la cara lateral de los
cuerpos de la duodécima vértebra torácica y la primera lumbar. Su cuerpo
carnoso se estrecha hasta formar un tendón aplanado que se dirige hacia
abajo por la cara anterior del psoas mayor para insertarse en la cresta
pectínea del pubis.
Limpie las arterias iliacas externas. Cada una surge por delante de la articulación
lumbosacra como rama terminal de la iliaca primitiva y se dirige hacia adelante
por el estrecho superior de la pelvis, en el borde interno del psoas mayor, para
pasar por abajo de la parte interna del ligamento inguinal y continuar en el muslo
como arteria femoral. Cerca del ligamento inguinal es cruzada por arriba por el
conducto deferente (o el ligamento redondo del útero). Un poco antes de pasar
por abajo del ligamento inguinal, origina a sus únicas ramas, las arterias
epigástrica inferior y circunfleja iliaca interna. Ya se estudió el trayecto completo
de la epigástrica inferior. La arteria circunfleja iliaca interna se origina en el lado
externo de la iliaca externa y se dirige hacia afuera y arriba siguiendo la línea
de fusión de la aponeurosis iliaca con el ligamento inguinal. En la espina iliaca
anterosuperior perfora al músculo transverso para dirigirse hacia atrás a lo
largo de la cresta iliaca, entre éste y el oblicuo menor, donde ya se
descubrió. La vena iliaca externa empieza por abajo del ligamento inguinal
corno continuación de la vena femoral. Desde este punto hasta su terminación en la
vena iliaca primitiva, se encuentra justo por dentro de la arteria.
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que se fusiona hacia adelante con el ligamento
ligamento inguinal. Retírela para descubrir el
músculo, pero sin dañar el nervio femorocutáneo externo. Lo encontrará
emergiendo de atrás del psoas y dirigiéndose hacia afuera a través del iliaco.
Llega al muslo pasando por abajo del ligamento inguinal justo justo por dentro de la
espina iliaca anterosuperior. Encuentre en la misma zona el nervio crural, que
surge por el lado posteroexterno del psoas (fig. 14.1). Sígalo por el lado externo
del psoas, en el surco situado entre éste y el iliaco, hasta el punto en que pasa por
abajo del ligamento inguinal.
Jale la aorta hacia adelante para mostrar los cuatro pares de arterias lumbares
que surgen de u cara posterior y se dirigen hacia atrás y afuera, rodeando los
cuerpos de las cuatro primeras vértebras lumbares, por atrás de las cadenas
simpáticas y del psoas, al cual riegan. En el resto de su trayecto suelen
localizarse por atrás del cuadrado lumbar.
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Por lo general, los ganglios y vasos linfáticos o se estudian en la disección
porque, excepto los ganglios grandes, es difícil identificarlos en la mayor parte de
los cadáveres; se observan mejor en especímenes inyectados especialmente para
ello. Como el sistema linfático y sus sistemas de drenaje son muy importantes en
el estudio de enfermedades contemporáneas, deben adquirirse conocimientos
más a fondo sobre este tema en un buen libro. En la parte posterior del abdomen
obsérvense las grandes cadenas de ganglios linfáticos en relación con los vasos
principales. Estos ganglios profundos drenan las vísceras abdominales y pélvicas,
incluso los testículos.
Inténtese descubrir la cisterna del quilo, la porción inferior expandida del conducto
torácico. Se encuentra en el tejido aerolar por atrás de la aorta y delante del
cuerpo de la segunda vértebra lumbar. En ella drenan los vasos linfáticos de todas
las partes del cuerpo situadas por abajo del diafragma. A partir de la cisterna, el
conducto torácico asciende a través del orificio aórtico hacia el medíastino
posterior del tórax.
El nervio crural es la rama más gruesa del plexo lumbar. También deriva del
segundo, tercero y cuarto nervios lumbares; emerge por el borde externo del psoas,
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de donde ya se observó su trayecto posterior por el abdomen, y origina ramas para
inervar al músculo iliaco.
El nervio genitocrural tiene dos raíces, que derivan del primero y el segundo nervios
lumbares. Los dos nervios abdominogenitales menor y mayor se derivan del primer
nervio lumbar, aunque a menudo también reciben una rama comunicante del
último torácico. Obsérvese que cuando salen por el borde externo del psoas para
cruzar al cuadrado lumbar, están contiguos a la cara posterior del riñón. El nervio
femorocutáneo externo deriva del segundo y el tercer nervios lurnbares; a veces
está representado por dos nervios más delgados que cruzan el iliaco a cierta
distancia uno de otro.
Además de estas ramas, las cuatro raíces del plexo lumbar dan ramas para
inervar en forma directa a los músculos psoas y cuadrado lumbar. Del cuarto y
quinto nervios lumbares desciende una gran rama (tronco lumbosacro) que se une
al plexo sacro. A veces se encuentra una pequeña rama conocida como nervio
obturador accesorio, que se origina del tercero y cuarto nervios lumbares;
desciende por el borde interno del psoas y entra al muslo pasando sobre la cresta
pectínea del pubis. Inerva al músculo pectíneo.
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Capítulo 15
Perineo
El perineo es una zona en forma de rombo localizada en el extremo inferior del
tronco, entre los muslos. Corresponde al estrecho inferior de la pelvis y está
separado de la porción pélvica de la cavidad abdominopélvica por el diafragma
pélvico. En posición anatómica erecta, el área de superficie del perineo queda
reducida a un surco estrecho que se extiende del cóccix al pubis.
Para disecar el perineo se colocará el cuerpo en posición para litotomia, con los
muslos muy separados y el estrecho inferior de la pelvis hacia arriba. Durante
toda la disección se debe recordar que, con el cuerpo en esta posición, las
estructuras que son anatómicamente superiores o inferiores aparecerán en las
posiciones inversas.
El monte de Venus es una elevación de la piel por delante de la sínfisis del pubis,
causada por la presencia de una gruesa capa de tejido adiposo superficial. A partir
del monte de Venus, a ambos lados, se extienden hacia abajo y atrás los labios
mayores, pliegues de piel cubierta de pelo y aponeurosis que hacia atrás
disminuyen de tamaño y se unen en la comisura posterior, a poca distancia por
delante del ano. El estrecho espacio entre los dos labios mayores es la
hendidura urogenital (pudenda). Cubiertos por los labios mayores están dos
pliegues tegumentarios mucho más delgados, los labios menores, que se
encuentran a los lados del orificio vaginal. Estos convergen hacia adelante y
cada uno se divide en dos pliegues. El pliegue inferior de cada labio se inserta
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en la cara inferior del clítoris para formar el frenillo de éste. El pliegue
superior de cada uno se une con el del otro lado por arriba del clítoris para
formar el prepucio del mismo. Entre el frenillo y el prepucio se observa el
glande del clítoris. La región entre los labios menores se conoce como
ves tíbulo, en cuya parte posterior
poste rior se abre el orificio vaginal, que puede o no
estar cerrado en parte por un pliegue de la membrana mucosa, e l himen.
Lo más frecuente es encontrar sólo restos del himen desgarrado, en mujeres
con vida sexual activa, los cuales se denominan carúnculas himenales. El
orificio uretra/ es una pequeña abertura semejante a una hendidura en la pared del
vestíbulo, un poco por delante del orificio vaginal. A veces es visible a cada lado
del orificio vaginal del diminuto orificio de desembocadura del conducto de la glán-
dula vestibular mayor.
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atrás al borde posterior libre del diafragma urogenital y a los lados en las ramas
isquiopubianas. Por delante, en el varón, se continúa con la túnica danos del
escroto y la aponeurosis superficial del pene. Rodeando los lados del pene y el
escroto se continúa con la capa membranosa interna de la pared abdominal
anterior. La capa membranosa del triángulo urogenital de la mujer es la
misma que en el varón, excepto que está dividida en dos part es laterales por la
hendidura urogenital.
TRIANGULO ANAL
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Fig. 15.2.- Puntos de referencia e incisiones de la piel en el perineo.
Para evitar el desgarre de vagina o perineo durante el parto, se amplía el orificio vaginal
mediante una incisión en la tinca media o una diagonal mediolateral (esto es, una
episiotomia) en la pared posterior de vagina y vulva, que se sutura después del parto.
Ahora, se limpia el borde inferior del músculo glúteo mayor entre el cóccix y la
tuberosidad isquiática. Sondeando cuidadosamente con el dedo o un
instrumento romo, en dirección de dentro hacia afuera para evitar el desgarre de
loa vasos y nervios hemorroidales inferiores, retire la grasa isquiorrectal para
exponer las paredes de la fosa y los vasos y nervios. Trate de no dañar el diafragma
pélvico, que forma la pared interna de la fosa y que a menudo es muy delgado.
Una vez limpiada la fosa, se verá que los vasos y nervios hemorroidales inferiores
surgen de la aponeurosis obturatriz, se dirigen hacia adentro a través de la fosa
isquiorrectal y se ramifican más o menos al nivel del extremo inferior del conducto
anal. Emergiendo de la aponeurosis obturatriz en la parte anterior de la pared
externa de la fosa isquiorrectal, se pueden identificar el nervio y la arteria
perineales, que perforan la aponeurosis obturatriz, recorren una corta distancia
hacia adelante en el ángulo anteroexterno de la fosa isquiorrectal y penetran en la
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aponeurosis superficial del triángulo urogenital (fig. 15.3).
Fig. 15.3 Disección superficial del perineo del varón. Se omitieron las
arterias y nervios en el lado derecho.
Realice un corte a través de las fibras del glúteo mayor, justo delante de la
tuberosidad isquiática. Identifique el ligamento sacrociático mayor (figs. 15.3 y
15.5). Introduzca un dedo por atrás de éste y palpe el ligamento sacrociático
menor. Siga ahora el trayecto del nervio pudendo
pudendo y arteria pudenda interna entre
estos dos ligamentos y luego hacia adelante en el conducto pudendo.
El nervio pudendo se deriva del plexo sacro. Por lo general se divide en dos ramas
terminales, el nervio perineal y el nervio dorsal del pene (o del clítoris) antes de
llegar al perineo. En consecuencia,
consecuencia, éstos se encontrarán por separado en el
conducto. El nervio perineal suele localizarse por abajo de la arteria pudenda
interna y abandona el conducto en compañía de la rama perineal
perineal de ella. El nervio
dorsal del pene (o del clítoris) se encuentra arriba de la arteria. Este nervio y la
arteria pudenda interna abandonan el extremo anterior del conducto pasando entre
las dos capas aponeuróticas del diafragma urogenital. Los nervios hemorroidales
inferiores, que se originan del nervio pudendo, pueden penetrar en el extremo
posterior del conducto por separado u originarse dentro de él como ramas del
nervio pudendo. Los vasos hemorroidales infe riores tienen origen y
distribución similares.
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El "bloqueo del nervio pudendo" es un tipo de anestesia obstétrica. Se realiza donde el
nervio pasa por el conducto pudendo. La analgesia perineal que resulta permite la
extracción con fórceps, pero no interfiere con las sensaciones de la contracción uterina.
Sequita la piel que resta de la parte posterior del escroto y diseque con cuidado las
ramas terminales de los vasos y nervios escrotales posteriores (fig. 15.3). Después se
corta el escroto en la línea media y se separa hacia afuera los testículos y sus
envolturas en ambos lados. Siga con cuidado los vasos y nervios hacia atrás hasta
su origen a través de la grasa de la aponeurosis superficial del triángulo
urogenital. Conforme lo hace, observe que la capa adiposa de la aponeurosis
continúa hacia afuera sobre las ramas isquiopubianas con la misma capa de la
aponeurosis de la cara interna del muslo, y hacia atrás con la del triángulo anal.
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se separa el músculo isquiocavernoso de la cara ventral de la raíz de cada
cuerpo cavernoso (fig. 15.4).
El bulbo del cuerpo esponjoso yace en la línea media, unido a la cara inferior de la
hoja aponeurótica inferior del diafragma urogenital. Hacia adelante se estrecha
para continuarse con el cuerpo esponjoso del pene. La raíz de cada cuerpo
cavernoso está unida a su respectiva rama isquiopubiana y a la cara inferior de
la parte lateral del diafragma urogenital. Ambas raíces se dirigen hacia arriba y
adentro, y se unen por delante de la parte inferior de la sínfisis del pubis entre sí y
con el cuerpo esponjoso para formar el cuerpo del pene.
Libere y eleve las raíces de los cuerpos cavernosos para despegarlas de las
ramas isquiopubianas y complete la separación de los tres componentes del pene.
Luego se diseca entre el bulbo del cuerpo esponjoso y las raíces de los cuerpos
cavernosos para descubrir la capa aponeurótica inferior (membrana perineal) del
diafragma urogenital, que es una resistente lámina de tejido conectivo de aspecto
brillante (fig. 15.4). Trate de separar el bulbo del diafragma y observe que está
unido con firmeza por arriba de él, en un punto de la línea media, más o menos a
1.5 cm por delante de su extremo posterior. En este punto, la uretra perfora el
diafragma urogenital para penetrar en el bulbo. Trate de descubrir la pequeña
arteria bulbar, que perfora el diafragma a cada lado del orificio uretral para
ingresar en el bulbo. Tire del bulbo hacia adelante para descubrir la cara inferior
del diafragma urogenital y encuentre el nervio dorsal del pene y la arteria pudenda
interna, que en este lugar perforan la capa aponeurótica inferior del diafragma
urogenital, cubiertos por la raíz del cuerpo esponjoso. Justo después de atravesar
el diafragma urogenital, la arteria pudenda interna termina dividiéndose en la
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arteria profunda del pene, que penetra en la raíz del cuerpo cavernoso, y la
arteria dorsal del pene, que acompaña al nervio dorsal hacia adelante hasta el
dorso del pene (fig. 15.4).
Ahora se puede seguir con eficacia la continuidad del nervio pudendo y la arteria
pudenda interna, desde la pelvis y a través del triángulo anal hasta su terminación
en el triángulo urogenital.
Empezando en la parte posterior del monte de Venus, diséquese con cuidado las
ramas terminales de los vasos y nervios labiales posteriores (fig. 15.5). Se siguen
hacia atrás a través de la aponeurosis superficial del triángulo urogenital hasta el
nervio perineal, que fue descubierto en el triángulo anal. Al hacerlo, obsérvese
que la capa adiposa de la aponeurosis continúa a los lados sobre las ramas
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isquiopubianas con la misma capa de la aponeurosis de la cara interna del muslo,
y hacia atrás con la del triángulo anal.
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Examínese el clítoris. Su cuerpo, que corresponde
corresponde al cuerpo del pene, pero sin la
uretra, se forma por delante del borde inferior de la sínfisis del pubis por la unión
de las dos raíces de los cuerpos cavernosos del clítoris. Estas estructuras, que
corresponden a las del pene, divergen hacia atrás para insertarse en la cara
ventral de las ramas isquiopubianas. Cada una está cubierta cubierta por el delgado
músculo isquiocavernoso y por la aponeurosis muscular profunda. A partir de la
sínfisis, el cuerpo del clítoris se proyecta hacia abajo una corta distancia para
terminar en el glande del clítoris, el pequeño tubérculo redondeado de tejido eréctil
que ya se vio en el extremo anterior de la hendidura urogenital, entre el pre -
pucio y el frenillo del clítoris.
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divide en sus ramas terminales, las arterias profunda y dorsal del clítoris. La
primera penetra de inmediato en la raíz del cuerpo cavernoso; la segunda
continúa hacia adelante con el nervio dorsal para alcanzar el dorso (cara
anterior) del cuerpo del clítoris.
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Capítulo 16
Pelvis menor
La pelvis es la región que integran el sacro, el cóccix y los huesos iliacos o
coxales, así como los ligamentos y músculos en relación con ellos. Se subdivide
en pelvis mayor y menor. La pelvis mayor se limita por las fosas iliacas. La
pelvis menor o verdadera es la parte más inferior y posterior de la cavidad
abdominopélvica general. La bordean, hacia adelante y a los lados, la cara
interna de los huesos coxales, cubiertas por el músculo obturador interno y
su aponeurosis, y hacia atrás, por la cara anterior del sacro, también cubierta
de aponeurosis. La pelvis menor se comunica hacia arriba con la cavidad
abdominal por el estrecho superior de la pelvis (línea pectínea del pubis, línea
arqueada y promontorio del sacro). Hacia abajo presenta la abertura o estre-
cho inferior de la pelvis: la cavidad pélvica está separada del perineo por el
diafragma pélvico, al cual lo forman dos músculos pares, elevador del ano e
isquicoccígeo, y lo atraviesa el conducto anal y las estructuras genitourinarias.
El peritoneo se extiende por abajo del estrecho superior, pero no llega hasta el
diafragma pélvico, por lo que una gran parte de la cavidad pélvica es
extraperitoneal. Las principales estructuras intraperitoneales que contiene la
pelvis son las asas del intestino delgado y el colon sigmoide. El peritoneo sólo
envuelve en parte al recto y a la vejiga. En la mujer, el útero y los ovarios se
proyectan hacia arriba dentro del peritoneo; por lo que son intraperitoneales.
El acceso quirúrgico que se usa para tratar algunas de las vísceras pélvicas (p. ej.,
prostatectomía) es a través de la pared abdominal anterior, justo por arriba de la sínfisis
del pubis. Así no se penetra el peritoneo y disminuyen las complicaciones posoperatorias
que ocasiona la infección del mismo.
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visceral, llamadas ligamentos, porque se cree que sostienen al órgano
relacionado con ellos (p.ej., el ligamento pubioprostático).
PELVIS MASCULINA
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recto. En este lugar el peritoneo sólo cubre por delante al recto. Un poco
más arriba, lo cubr e por delante y a los lados. El colon
co lon sigmoide, que se
une al recto por delante de la tercera vértebra sacra, es por completo
intra peritoneal y se une a la pared posterior de la pelvis
pel vis por el extremo
inferior del mesocolon sig moide.
Fig. 16.1.- Pelvis masculina vista desde arriba. Se quitó el peritoneo pélvico
en el lado derecho.
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Se limpia el conducto deferente (fig. 16.1), que se encuentra en la pared
lateral de la pelvis por fuera del peritoneo y cruza de manera sucesiva a la
arteria vesical superior, al nervio y vasos obturadores y al uréter. De aquí se
dobla hacia abajo por atrás de la vejiga y penetra en la aponeurosis pélvica
visceral. Más tarde seguirá el resto de su trayecto.
El nervio obturador, que se vio surgir del plexo lumbar, cruza el estrecho
superior de la pelvis por fuera de los vasos iliacos primitivos. Emerge por el lado
interno del músculo psoas mayor, por atrás de la arteria iliaca interna, y se dirige
hacia adelante a través de la pared de la pelvis para entrar en el canal
subpubiano. La arteria y la vena obturatrices pasan por este canal justo por abajo
del nervio. La aponeurosis pélvica parietal se prolonga en forma de una vaina que
envuelve al nervio y a los vasos obturadores, a través del canal subpubiano, hasta
el muslo.
Se limpia la porción pélvica del uréter, que se dirige hacia abajo y adelante,
enfrente de la arteria iliaca interna, hasta el ángulo posterolateral de la vejiga.
Su importancia radica en el hecho de que un derrame de liquido hacia él, como en una
rotura de la vejiga, puede propagarse hacia afuera hasta las arterias iliacas internas y
hacia arriba hasta el espacio extraperitoneai de las partes laterales de las cavidades
pélvicas y abdominal.
Al levantar la vejiga hacia arriba y atrás, se verá que su cuello está unido con
firmeza al piso de la pelvis. Esta es la región hacia la cual convergen las dos
caras inferolaterales y la posterior. Se encuentra justo por arriba de la próstata
(fig. 16.2). Después de quitar el tejido areolar graso del espacio retropúbico,
se verán dos bandas aponeuróticas blancas que se dirigen hacia adelante. Parten
del cuello de la vejiga y llegan hasta la cara posterior del cuerpo del pubis, a los
ANATOMIA HUMANA - DISECCION Página 223
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lados de la sínfisis: son los ligamentos anteriores verdaderos de la vejiga o
ligamentos pubioprostaticos y representan engrosamientos de la aponeurosis
pélvica visceral. Se limpia la cara posterior de la vejiga y se observan sus
relaciones. Esta arriba de la próstata y tiene contacto directo con la cara posterior
de la vejiga siguiendo el borde interno de las vesículas seminales. El uréter se
une al ángulo superoexterno de la vejiga, en el que convergen las caras superior,
posterior e inferolateral.
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Una manera útil de identificar el diafragma pélvico y su inserción, es colocar
una mano a través del perineo en la fosa isquiorrectal y la otra en la pelvis
desde arriba. Presionando con cuidado hacia arriba con la mano que está en la
fosa isquiorrectal se sentirá el grosor del diafragma y al mismo tiempo se
evidencia su inserción a lo Iargo del arco tendinoso. Es importante notar que
la aponeurosis obsturatriz solo se ve dentro de la pelvis menor por atrás
del canal subpubiano. En este lugar se ven por lo general las fibras del
musculo obturador interno a través de la aponeurosis; si no es así, se quita
un trozo de esta hasta descubrirlas. También se notara que el diafragma
pélvico no se extiende de forma horizontal a través de la pelvis, sino que
se dirige de cada lado hacia abajo y adentro, por lo que el diafragma en
conjunto parece una cúpula invertida. Esta configuración explica la
aparente contradicción de que la cara inferior del diafragma pélvico forma
la pared interna de la fosa isquiorectal.
Se limpia el recto (por dentro y fuera); observe que una gran parte de él está
desprovista por completo de peritoneo, ya que se encuentra por abajo de la
parte más inferior del fondo de saco rectovesical. El recto, que mide alrededor
de 12 cm de largo, se incurva sobre la cara anterior del sacro. La parte más
inferior se dobla hacia abajo y atrás (ángulo perineal) en ángulo recto con la
superior y pasa a través del diafragma pélvico para continuarse con el
conducto anal. La unión rectoanal está al nivel del diafragma pélvico (fig. 16 3).
Por fuera, el recto no se puede describir. Por dentro, nótense los pliegues
rectales transversales (tres de ellos) que se proyéctan hacia la luz de manera
alterna.
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Fig.16.3.- Recto y conducto anal. Se retiró un rectángulo de la mucosa para
mostrar el plexo venoso hemorroidal.
Las hemorroides son masas varicosas del plexo venoso hemorroidal. Las internas yacen
por arriba de la línea pectínea, se cubren por la membrana mucosa y afectan a las venas
hemorroidales superiores. Las hemorroides externas se encuentran por abajo de la línea
pectínea, afectan a las venas hemorroidales medias e inferiores y están cubiertas de piel.
Se cree que las infecciones anales son causas primarias de hemorroides. También se
menciona como causa al mal retorno venoso debido a hipertensión portal.
Se sigue la arteria hemorroidal superior hacia abajo por la cara posterior del
recto. Esta se divide en dos ramas principales, que pasan a los lados del
recto para anastomosarse con las arterias hemorroidales medias derecha e
izquierda, ramas de la iliaca interna.
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La membrana mucosa que reviste la vejiga se proyecta en forma de pliegues
irregulares sobre la mayor parte de su superficie cuando ésta se vacía, pero
en la zona conocida como trígono vesical la pared siempre es lisa. Este es una
zona triangular que corresponde a la porción inferior de la cara posterior. Se
limita hacia abajo por el orificio interno de la uretra, que está con el cuello
de la vejiga y lleva hacia abajo hasta la primera porción de la uretra o uretra
prostática, y por arriba y a los lados por los orificios ureterales, que aparecen
como hendiduras (fig. 16.4), Se observa el pliegue interureteral, cresta trans-
versal que se extiende entre estos dos orificios. Se pasa una sonda por uno
de éstos hacia el uréter y se observa que éste recorre cierta distancia en
sentido oblicuo en el espesor de la pared de la vejiga antes de desembocar en su
interior.
Cuando la vejiga se distende al llenarse o se contrae al vaciarse, los orificios ureterales son
comprimidos y se cierran, para así evitar el reflujo de orina.
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espacial de ésta con el recto; la exploración digital del recto es de la mayor
importancia, en especial cuando presenta problema para la micción.
Se presta ahora particular atención a la arteria iliaca interna y sus ramas. Las
venas de la pelvis son numerosas, a menudo de naturaleza plexi forme, y
drenan en la vena iliaca interna. Si obstaculizan
obstaculizan o dificultan la disección, se
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quitan y desechan.
La arteria sacra lateral se dirige hacia abajo y adentro por la cara anterior del
sacro. Con frecuencia hay dos arterias sacras laterales. La arteria glútea
superior abandona la pelvis por la parte superior del agujero sacrociático
mayor, pasando entre el tronco lumbosacro y la rama anterior del primer nervio
sacro. Las arterias glútea inferior y pudenda interna tienen un trayecto más
largo en la pelvis, a la cual abandonan por la parte inferior del agujero
sacrociático mayor, justo por arriba de la espina ciática. Ya se siguió la arteria
obturatriz.
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sacros segundo, tercero y cuarto. Además, el plexo pélvico recibe fibras
simpáticas preganglionares del plexo hipogástrico superior por medio de los
nervios hipogástricos, y de los segmentos lumbares inferiores de la médula es-
pinal por medio de los nervios esplácnicos lumbares y sacros. Estas fibras
pasan en su trayecto por los ganglios simpáticos lumbares y sacros.
El elevador del ano es una ancha lámina muscular. Adelante del canal
subpubiano, se origina directamente de la cara posterior del pubis; atrás del
mismo canal, surge de la cara interna de la aponeurosis del obturador interno, a
lo largo de una línea curva (arco tendinoso) que se extiende hacia abajo y
atrás hasta la espina ciática. Por delante, éste presenta un borde libre que se
dirige hacia atrás y adentro, pasando a los lados de la próstata para unirse
por detrás de ésta y por delante del recto con el músculo del lado opuesto.
Más hacia atrás, el elevador del ano se inserta en la parte lateral del recto, y
todavía más atrás, pasa por detrás de éste para unirse al músculo del lado
opuesto. Sus fibras más posteriores se insertan en el cóccix. Su inervación
procede del tercero y el cuarto nervios sacros; es posible encontrarlos
dirigiéndose hacia adelante por su cara superior.
PELVIS FEMENINA
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superiores cruzan por delante de los vasos iliacos primitivos
primitivos izquierdos para
descender hacia la pelvis menor. A veces es factible encontrar una arteria
obturatriz cruzando el estrecho superior de la pelvis para descender un poco
por delante del ligamento redondo. En tales casos, ésta es una ra ma anormal
de la arteria epigástrica inferior o de la iliaca externa. No obstante, es más
frecuente que la arteria obturatriz se origine dentro de la cavidad pélvica
como rama de la iliaca interna. Las arterias ováricas descienden en posición
retroperitoneal hasta el estrecho superior de la pelvis. De aquí, se doblan
hacia adentro, cruzan a los vasos iliacos externos y por los pliegues peritoneales
llegan hasta el ovario.
Fig. 16.5.- Pelvis femenina vista desde arriba. Se retira el peritoneo pélvico
en el lado derecho.
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posterior de este órgano. A lo largo de sus bordes externo e inferior, las hojas
poste rior del ligamento ancho se dirigen hacia adelan -
peritoneales anterior y posterior
te y hacia atrás para continuarse con el peritoneo que reviste las paredes y el
piso de la pelvis.
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del recto. A los lados, entre los pliegues rectouterinos y el recto, están las
fosas pararrectales que se comunican una con otra por delante del recto para
formar el fondo de saco peritoneal rectouterino. Como el peritoneo desciende
por abajo del imite inferior del útero, hasta la porción más superior de la cara
posterior de la vagina antes de reflejarse hacia atrás y arriba sobre la cara
anterior del recto, la porción más inferior de la pared anterior del fondo de saco
rectouterino se forma por el peritoneo de la vagina y no el del útero (fig.
16.6).
El nervio obturador, que se origina del plexo lumbar, cruza el estrecho superior de
la pelvis por fuera de los vasos iliacos primitivos, emerge por el lado interno del
músculo psoas mayor por atrás de la arteria iliaca interna y se dirige hacia
adelante a través de la pared de la pelvis para llegar al canal subpubiano. La
arteria y la vena obturatrices entran a este canal justo por abajo del nervio. La
aponeurosis pélvica parietal se prolonga formando una vaina para el nervio y los
vasos obturadores a su paso por el canal subpubiano hacia el muslo.
Se limpia la porción pélvica del uréter, que se dirige hacia abajo y adelante,
enfrente de la arteria iliaca interna, hasta el ángulo posterolateral de la vejiga, y
cruza por abajo el borde inferior del ligamento ancho para llegar al ángulo lateral
superior del trígono vesical. La arteria uterina se vio ascendiendo por el borde
lateral del útero; es pertinente seguirla ahora hacia atrás y afuera a través del
espacio extraperitoneal, de la parte inferior de este borde a la arteria iliaca interna.
Se observa que el uréter pasa por abajo de la arteria uterina.
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sigue hacia atrás a través de la pared de la pelvis, se observa que se transforma
en una arteria permeable, la arteria umbilical, que surge de la arteria iliaca interna,
de la cual era continuación directa en el feto. Se encontrarán dos o tres pequeños
vasos, las arterias umbilicales superiores, que se originan de ella y se dirigen a
la vejiga (fig. 16.5).
Su importancia radica en el hecho de que un derrame de líquido hacia él, como en una
rotura de la vejiga, se puede propagar hacia los lados hasta las arterias iliacas internas, y
hacia arriba hasta el espacio extraperitoneal de las partes laterales de las cavidades
pélvica y abdominal.
Al empujar la vejiga hacia arriba y atrás, se verá que su cuello está unido de
manera firme al piso de la pelvis. El cuello es la región hacia la cual
convergen las caras inferolaterales y la posterior. Se encuentra justo por
arriba del diafragma urogenital. Después de quitar el tejido arco-lar graso
del espacio retropúbico, se ven dos bandas aponeuróticas blancas que se
dirigen hacia adelante, del cuello de la vejiga a la cara posterior del cuerpo
del pubis, en cada lado de la sínfisis. Estos son los ligamentos anteriores
verdaderos de la vejiga, o ligamentos pubiovesicales, y representan
engrosamientos de la aponeurosis pélvica visceral. Se limpia la cara poste-
rior de la vejiga y se observan sus relaciones. Se apoya contra la pared
anterior de la vagina, excepto en su parte más superior, donde está sepa-
rada de la parte más inferior de la cara anterior del útero por el peritoneo del
fondo de saco vesicouterino. El uréter se une al ángulo superolateral de la
vejiga, donde convergen las caras posterior, superior e inferolateral.
Ayudándose con la observación de una pelvis ósea, localice por tacto la cara
pélvica de la espina ciática. Encuentre una banda tendinosa y aponeurótica
que se dirige hacia arriba y adelante en un trayecto curvo, de esta espina al
límite inferior del canal subpubiano. Por delante de éste se dobla hacia abajo
y adelante a través de la cara posterior del pubis hasta el extremo anterior
del ligamento anterior verdadero de la vejiga. Esta banda es el arco tendinoso,
que es un engrosamiento de la aponeurosis obturatriz, y que señala la línea
ANATOMIA HUMANA - DISECCION Página 234
ERRNVPHGLFRVRUJ
que va de la espina ciática al canal subpubiano, a lo largo de la cual se origina
el diafragma pélvico (esto es, los músculos elevador del ano e isquioccígeo y
la aponeurosis pélvica parietal que los cubre) en la aponeurosis obsturatriz;
por delante del canal subpubiano, el diafragma nace en la cara posterior del
pubis.
Ahora se dividen las vísceras y el esqueleto de la pelvis en dos partes iguales. Se corta
en la línea media la sínfisis del pubis y se prolonga la incisión hacia atrás a través de
las vísceras pélvicas (vejiga, útero y recto) hasta el sacro. Hay que seccionar los
vasos iliacos primitivos de un lado (derecho o izquierdo) al nivel de la cuarta vértebra
lumbar. En el mismo lado, se corta el uréter cerca de la pelvis renal y se amarra a los
vasos ováricos, los cuales también deben cortarse cerca de su origen. Se separa la
aorta y la vena cava hacia un lado y se hace un corte de sierra en la línea media a
través del cóccix, el sacro y las vértebras lumbares. Se hace una incisión transversal
limpia (en el lado elegido) a través de los tejidos blandos por arriba de la cresta iliaca
hasta el disco intervertebral entre las vértebras lumbares tercera y cuarta, y se quita el
cuadrante inferior.
Se limpia el recto (por dentro y por fuera) y Se observa que una gran porción de
él está desprovista por completo de peritoneo, ya que se encuentra por
abajo de la porción más inferior del fondo de saco rectouterino. El recto, que
mide alrededor de 12 cm de largo, se incurva sobre la cara anterior del sacro.
La parte más inferior se dobla hacia abajo y atrás (ángulo perineal) en
ángulo recto con la superior y pasa a través del diafragma pélvico para
continuarse con el conducto anal. La unión rectoanal está al nivel del diafragma
pélvico (fig. 16.3). Por fuera, el recto no se puede describir. Por dentro,
observe los pliegues rectales transversales (tres de ellos) que se proyectan
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hacia la luz de manera alterna.
Las hemorroides son masas varicosas del plexo venoso hemorroidal. Las internas se
encuentran por arriba de la línea pectínea, están cubiertas por la membrana mucosa y
afectan a las venas hemorroidales superiores. Las hemorroides externas se encuentran
por abajo de la línea pectínea, afectan a las venas hemorroidales medias e inferiores y
están cubiertas de piel. Se cree que las infecciones anales son causas primarias de
hemorroides. También se menciona como causa al mal retorno venoso debido a
hipertensión portal.
Siga la arteria hemorroidal superior hacia abajo por la cara posterior del
recto. Esta se divide en dos ramas principales, que pasan a los lados del recto
para anastomosarse con las arterias hemorroidales medias derecha e izquierda,
que son ramas de la iliaca interna.
Cuando la vejiga se estira al llenarse o se contrae al vaciarse, los orificios ureterales son
comprimidos y se cierran para así evitar el reflujo de orina.
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justo por delante de la vagina y termina hacia abajo en el vestíbulo. Corresponde
a la porción de la uretra prostática masculina que está por arriba de la
desembocadura del utriculo prostático.
Ahora se debe prestar particular atención a la arteria iliaca interna y sus ramas.
Las venas de la pelvis son numerosas, a menudo de naturaleza plexiforme, y
drenan en la vena iliaca interna. Si obstaculizan la disección, córtelas y
deséchelas.
La arteria sacra lateral se dirige hacia abajo y adentro por la cara anterior
del sacro. Con frecuencia hay dos arterias sacras laterales. La arteria glútea
superior abandona la pelvis por la parte superior del agujero sacrociático
mayor, pasando entre el tronco lumbosacro y la rama anterior del primer
nervio sacro. Las arterias glútea superior y pudenda interna tienen un
trayecto más largo en la pelvis, la cual abandonan por la parte inferior del
agujero sacrociático mayor, justo por arriba de la espina ciática. Ya ha
seguido la arteria obturatriz.
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con las arterias hemorroidales superior e inferior.
El elevador del ano es una ancha lámina muscular que por delante del canal
subpubiano se origina directamente de la cara posterior del pubis. Por atrás
de este mismo surge de la cara interna de la aponeurosis del obturador
interno, a lo largo de una línea curva (arco tendinoso) que se extiende hacia
abajo y atrás hasta la espina ciática. Por delante, este músculo presenta
un borde libre que se dirige hacia atrás y adentro, pasando a los lados de
la vagina y la uretra para unirse por detrás de éstas y por delante del recto
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con el músculo del lado opuesto. Más hacia atrás, el elevador del ano se
inserta en la pared lateral del recto, y todavía más posterior, pasa por
detrás de éste para unirse al músculo del lado opuesto. Sus fibras más
posteriores se insertan en el cóccix. Su inervación procede del tercero y
cuarto nervios sacros; es conveniente tratar de encontrarlos, dirigiéndose hacia
adelante por su cara superior.
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Capítulo 17
Extremidad Superior
ANATOMIA DE SUPERFICIE
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Cuando se disecó la región pectoral, se hizo una incisión en la piel en la parre
anterior del brazo un poco por debajo del hombro. Debe hacer que esta incisión
circule el brazo a este nivel (figura 17.1). Entonces, se realiza una incisión media
longitudinal a través de la piel en la parte anterior del brazo y el antebrazo, que se
extienda desde la incisión transversa superior hasta la parte anterior de la muñeca.
Se hacen dos secciones transversas, una a avén de la parte frontal de la muñeca a
partir del borde medial lateral, y otra en la parte frontal del codo a partir de la parte
medial hacia el epicóndilo lateral. Esto hará cuatro colgajos en el brazo y el antebrazo,
que debe doblar hacia la parte medial y hacia la parte lateral. Entonces, iniciando
desde la incisión transversa en la parte posterior del brazo, dóblese la piel hacia
afuera de la parte posterior del brazo y el antebrazo. La piel de esta región doblada
en una sola pieza, permanece unida tan sólo en la parte posterior de la muñeca,
donde aún es continua con la piel de la mano.
Ahora, se pliega la piel de la mano mediante las siguientes incisiones: (1) una incisión
media longitudinal a través de la piel de la palma a partir de la incisión media transversa
que ya se hizo por medio de la muñeca y de ahí hasta la punta del dedo medio; (2) una
incisión transversa a través de la palma en las partes proximales de los dedos; (3) una
incisión oblicua a partir del medio de la parte anterior de la muñeca hasta la punta
del dedo gordo; (4) incisiones longitudinales a partir de la incisión 2, en forma
dista! a lo largo de la porción media de la superficie palmar del índice anular y dedo
meñique hasta sus puntas. Iniciando a partir de esas incisiones, se dobla la piel
de la mano y los dedos y se elimina por completo de la extremidad.
Debido a que son grandes y superficiales, estas venas son los sitios que se
usan con mayor frecuencia para el sangrado, y para inyectar las sustancias al
sistema venoso.
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Se limpian y estudian los nervios cutáneos del brazo, antebrazo y mano (figura
17.3). Primero, identifíquense los nervios en la porción anterior de la
extremidad en los puntos donde atraviesan la fascia profunda; hay que
trazar su distribu ción. Se elimina la fascia superficial al ir lim piando los
nervios.
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Fig. 17.2.- Venas superficiales primarias de la extremidad superior.
Se han visto los orígenes de los nervios medial braquial y cutáneo antebraquial
a partir del plexo braquial. El nervio medial braquial cutáneo, atraviesa la fascia
profunda alrededor de la mitad
mi tad de la parte mediana del brazo, en posición
media a la parte terminal de la vena basílica. Desciende en la porción
medial del brazo y un poco arriba del codo gira hacia la parte posterior para
inervar la piel por encima del olécranon. El nervio mediano antebraquial cutáneo,
atraviesa la fascia profunda un poco por debajo del brazo y yace en forma
lateral a la vena basílica. Se divide en ramas anterior y posterior. Ambas
descienden para inervar la piel en las porciones antero medial y
posteromedial del antebrazo llegando hasta la muñeca.
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Fig. 17.3 Nervios cutáneos de la extremidad superior.
El nervio posterior antebraquia l cutáneo es una rama del nervio radial. Sus
dos ramas terminales por lo general atraviesan la fascia profun da en la
porción dorsolateral del brazo en forma separada. La rama superior (nervio
cutáneo braquial inferior lateral), es pequeña; aparece cerca de 5 cm por
encima del epicóndilo lateral y se distribuye en la mitad inferior de las
porciones lateral y anterolateral del brazo. La rama infe rior es grande.
Emerge un poco por debajo de la rama superior y desciende en forma
posterior hacia el epicóndilo lateral
lateral para inervar la piel de la parte posterior del
antebrazo y llegar hasta la muñeca.
Se limpian los nervios cutáneos en el dorso de la mano. El nervio superficial
radial emerge por debajo del borde lateral del músculo braquiorra dial y gira
en forma dorsal alrededor de la porción por ción lateral del tercio distal del
antebrazo, cerca de la porción proximal de la muñeca. Al llegar a la porción
lateral del dorso de ésta, se divide en ramas que inervan la piel de la mitad
lateral del dorso de la mano, la superficie dorsal del pulgar, y las superficies
dorsales del índice, medio, y la porción lateral de los dedos anulares hasta las
articulaciones distales interfalángicas. La rama cutánea posterior del nervio
cubital, se encuentra rodeando en forma dorsal la línea media l de la muñeca
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para distribuirse en la piel de la mitad medial de la superficie dorsal de la mano,
el dedo meñique, y la porción medial del dedo anular. Los nervios cutáneos
de la superficie palmar de la mano y los dedos se estudiarán cuando se haga
la disección de esas regiones.
REGION DELTOIDEA
Ahora hay que regresar a la axila (figuras 2.2 y 3,2). Se revisa el plexo
braquial, la arteria axilar sus ramas. Elimínese toda traza de grasa axilar. Se
identifica la inserción del pectoral menor en la línea superior mediana de la
apófisis coracoides de la escápula.
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Límpiese el tendón común del origen del coracobraquial y la porción corta del
bíceps en la punta de la apófisis coracoides, y se sigue hacia el brazo (figura
17.5). Obsérvese que se separan uno del otro en forma lateral a la apófisis
coracoides y el coracobraquial yace en forma mediana al bíceps. La porción
larga del bíceps, que aquí es delgada y tendinosa, emerge por debajo de la
línea anterior del deltoides para unirse a la porción corta en su sección lateral.
Las porciones proximales de estos músculos se encuentran muy profundas en
contra de la apófisis anterior del húmero y son abrazadas en forma anterior
por el tendón de insercion del pectoral mayor y después por los tendones del
músculo dorsal ancho y el teres mayor.
REGION ESCAPULAR
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El infraespinoso ocupa la fosa infraespinosa de la escápula. Nace de la
parte medial de la fosa y en cierta porción
porción de la capa de la fascia profunda que
cubre su superficie externa. Sus fibras convergen en forma lateral para formar
un ten dón plano poderoso que está muy unido a la parte par te posterior de la
cápsula de la articulación del hombro, y se inserta en la faceta media del
tubérculo mayor del húmero. El redondo o teres menor es un músculo
pequeño que a menudo se fusiona con el infraespinoso, debajo del cual se
encuentra. Nace de la porción media del borde axilar de la fosa
infraespinosa. Sus fibras se extienden en forma lateral para originar un
tendón que cruza la parte inferior y posterior de la cápsula de la articulación del
hombro para insertarse en la faceta inferior del tubérculo mayor del húmero. El
origen de la porción larga del tríceps está cubierta en su parte posterior por el
teres menor. Después de nacer del tubérculo infraglenoideo de la escápula,
desciende por delante del teres menor y detrás del teres mayor, para alcanzar
la parte posterior del brazo. El teres mayor es un músculo redondo, carnoso,
que nace de la parte infe rior del borde axilar de la fosa infraespinosa y se
extiende en forma lateral, para pasar frente a la porción larga del tríceps y
alcanzar la porción anterior del húmero. Se inserta en la cresta del tubérculo
menor, bajo cubierta del músculo coracobraquial
coracobraquial y el tendón de inserción del
dorsal mayor (latissimus dorsi).
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Límpiese el ligamento coracoacromial (figura 17.5). Esta es una banda fibrosa
muy fuerte que forma un arco encima de la articulación del hombro, a partir
del borde lateral de la apófisis coracoides, hasta la punta del acromion y es más
amplía en su unión coracoides que en la acromial. Abrase la bolsa
subacromial. Esta gran bolsa sinovial yace entre el acromion y el ligamento
coracoacromial, y los músculos que cubren la parte superior de la
articulación del hombro. La bolsa subacromial por lo general se extiende en
forma lateral entre el músculo deltoídeo y los músculos que se unen a la
cápsula de a articulación del hombro, a donde recibe el nombre de bolsa
subdeltoidea.
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Fig. 17.5.- Parte anteromedial del brazo, con ligero desplazamiento
anterolateral de bíceps.
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encima del ligamento coracoideo (figura 17.5.1).
Ya se ha visto que el nervio axilar se origina como una rama del cordón
posterior del plexo braquial dentro de la axila, el cual deja cuando pasa a
través de los bordes adyacentes de los músculos subescapular y teres
mayor, en compañía de la rama circunfleja posterior humeral de la arteria
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axilar. Ahora, el nervio y arteria se observarán
observarán al alcanzar la parte posterior de
la re gión del hombro, pasando a través de un pe queño espacio
cuadrangular formado por el borde inferior del teres menor, el borde superior
del teres mayor, el margen lateral de la porción larga del tríceps y la parte
medial del cuello quirúrgico del húmero.
Nótese que el teres menor yace justo por detrás de la parte inferior del
subescapular. Límpiese todo el curso del nervio axilar y la arte ria humeral
circunfleja posterior (figura 17.4).
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REGION SUBESCAPULAR
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REGION FLEXORA DEL BRAZO
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radio; ésta se verá después en forma más completa. Mientras se limpia la
parte distal del bíceps, nótese la aponeurosis bicipital. Esta banda fibrosa
engrosada, pasa desde la parte distal de la porción media del bíceps, en
forma mediana y distal, para alcanzar la fascia profunda en la porción
proximal del lado mediano del antebrazo. Se jala el bíceps hacia delante para
asegurarse de su inervación a partir del nervio musculocutáneo (figura 17.5).
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musculares en el brazo, aunque no es raro encontrar un ramillete de
comunicación entre él y el nervio musculocutáneo.
FOSA CUBITAL
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por piel y fascia, y lo cruza la aponeurosis bicipital.
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Fig. 17.6.- Fosa cubital.
Límpiese la inserción del bíceps en la tuberosidad del radio. Está recubierta por
el pronador redondo. Se separan las partes proximales del supinador largo y
el primer radial de forma lateral al braquial anterior, para exponer la parte
terminal del nervio radial. Este entra al compartimento anterior del brazo al
atravesar el septo intermuscular lateral, cerca del puente lateral supracondíleo
del húmero. Se acompaña por la arteria radial colateral, rama de la arteria
braquial profunda, que se anastomosa con la arteria radial recurrente.
Después de dar ramas al supinador largo, al primer radial, al segundo radial, y
una o dos pequeñas ramitas al braquial anterior, el nervio finaliza al dividirse
en nervios radial profundo y superficial. Este es una rama cutánea. Pasa en
forma distal en el antebrazo bajo la cubierta del supinador largo (figura 17.6).
A cierta distancia por encima de la muñeca emerge detrás de la línea lateral de
ese músculo y gira en forma dorsal, alrededor de la porción lateral de la
muñeca, para alcanzar el dorso de la mano. El nervio radial penetra en la
sustancia del supinador.
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REGION FLEXORA DEL ANTEBRAZO
Las porciones anterior y medial del antebrazo están ocupados por músculos
que en principio flexionan la muñeca y los dedos, y provocan la pronación de la
mano. Estos músculos se arreglan en tres capas. Los de la capa superficial,
nacen de un tendón común del epicóndilo medio del húmero y de la fascia
profunda, la cual proporciona sus porciones proximales (figura 17.7). Se
distribuyen en forma distal y lateral sobre la Porción anterior del antebrazo y
se separan uno del otro cerca de 8 cm en la porción distal del epicóndilo medial.
Por lo general, el pulso radial se toma donde la arteria radial corre a lo largo del tendón
del flexor radial del carpo.
Más adelante se podrá ver la inserción en las bases del segundo y tercero
metacarpianos. El palmar mayor se origina de un tendón común y también
tiene una segunda porción que surge del borde medial del olécranon y de una
aponeurosis unida a los dos tercios proximales del borde dorsal del cúbito. Se
inserta en el hueso pisiforme. Obsérvese que el nervio cubital pasa posterior al
epicóndilo medial y entra al antebrazo pasando en forma profunda a un arco
fibroso que une las dos porciones del palmar mayor.
Un nervio que pasa a través de un músculo puede sufrir daño ("atraparse") dentro del
músculo a causa de fibrosis o calcificaciones. Por ende, otros músculos inervados por tal
nervio, en forma distal a la lesión, también se paralizarán. Los ejemplos en la extremidad
superior son los nervios cubital, mediano y radial, en asociación con el flexor cubital del
carpo, el pronador redondo y el supinador, respectivamente.
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lugar a los tendones flexores contra las superficies palmares de las
falanges. Mientras se limpia la aponeurosis, se busca el músculo palmar
corto en la fascia superficial, sobre el área del hipotenar.
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La segunda capa de la parte anterior del antebrazo, se conforma por un solo
músculo grande, el flexor superficial de los dedos (figura 7.8). Surge en
parte del tendón común del epicóndilo medial del húmero, y en forma más
extensa, de los bordes mediales de la tuberosidad cubital y la apófisis
coronoides del cúbito, de la línea oblicua en la superficie anterior del radio y
del arco fibroso que une el espacio entre sus orígenes cubital y radial.
Obsérvese que el nervio mediano y la arteria cubital pasan hacia el antebrazo
muy profundo en este arco fibroso. Al aproximarse a la muñeca el músculo se
divide en cuatro tendones. Aquellos de los dedos medio y anular son anteriores a
los de los dedos índice y meñique.
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hacia el pisiforme y el gancho del hueso ganchoso en forma medial. Las
superficies anteriores de los huesos del carpo y el retináculo conforman un canal
osteofibroso, el túnel del carpo, a través del cual entran en la palma los
tendones flexores de los dedos y el nervio mediano. El tendón del flexor
radial del carpo, atraviesa la porción lateral del retináculo en su propio
compartimento conforme cruza la muñeca. Nótese que el nervio cubital y la
arteria entran en la palma, superficiales al retináculo flexor, pero profundos
respecto del ligamento palmar del carpo. Al entrar los cuatro tendones
flexores a la palma, pasan por abajo del retináculo flexor, y se encierran en
una vaina sinovial común, la cual también rodea los cuatro tendones del
músculo flexor digital profundo.
Las paredes rígidas y compactas del túnel del carpo impiden que éste sufra
cualquier inflamación, infiltración purulenta o crecimiento patológico sin comprimir sus
estructuras, en especial del nervio mediano que lo atraviesa. La condición que se
conoce como síndrome del túnel del carpo, en general se caracteriza por
entumecimiento de los dedos que inerva el nervio mediano, y en casos graves, por
parálisis muscular que se acentúa por la pérdida de oposición del pulgar.
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Antes de disecar la capa profunda de músculos, estúdiese el cuerpo de las
arterias radial y cubital y los nervios mediano y cubital en el antebrazo. La
arteria radial es superficial a lo largo de todo su curso en el antebrazo, a
excepción de la porción distal a la punta de la fosa cubital, está cubierta en
una distancia variable por el supinador largo. Más profundo, descansa en
forma sucesiva sobre el tendón de bíceps, el supinador corto, la inserción
del pronador redondo, la cabeza radial del flexor digital superficial, el flexor
largo del pulgar, el pronador cuadrado y la superficie anterior de radio.
Justo proximal a la muñeca, se desvía de manera lateral y dorsal hacia la
porción posterior de la muñeca, donde se encontrará más tarde.
Se desprende la cabeza radial del flexor superficial de los dedos del radio y
se desplaza en forma medial. Entonces, se limpia la arteria cubital, la cual
en la mitad proximal del antebrazo está cubierta por los cuatro músculos de la
capa superficial y por el flexor superficial de los dedos. El nervio medial
cruza esta arteria bajo cubierta del pronador redondo, al pasar de su lado
medial a su lado lateral. En la parte distal del antebrazo, la arteria cubital
es más superficial y se cubre sólo por el tendón del flexor cubital del carpo.
Más profundo, descansa sobre el braquial anterior. Para el resto de su curso
por el antebrazo, yace sobre el flexor profundo de los dedos. En la muñeca,
atraviesa de modo superficial la parte medial del retináculo flexor para
entrar en la palma (figura 17.8)
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En el antebrazo, la arteria cubital da lugar a muchas ramas musculares, así
como a diversas ramas que tienen distintos nombres. Ya se han visto los
orígenes de las arterias recurrentes del cúbito. Se sigue la arteria posterior
recurrente del cúbito conforme asciende entre los flexora digitales profundo
y superficial, para pasar posterior
pos terior al epicóndilo medio. Se anastomosa con la
arteria col ateral superior del cúbito y la rama posterior de la arteria
colateral inferior del cú bito.
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La rama dorsal del carpo de la arteria cubital se origina cerca del borde proximal
del retinaculo flexor y se tuerce en forma dorsal y medial para alcanzar la
superficie dorsal de la muñeca. La rama palmar del carpo surge casi al mismo
nivel y pasa de manera lateral profunda hacia los tendones flexores, para
anastomosarse con la rama palmar del carpo, de la arteria radial.
El nervio cubital pasa entre las dos porciones del cubital anterior y se dirige
a través del antebrazo cubriéndose sólo por ese músculo. En forma
proximal, el nervio cubital está separado de la arteria cubital por el flexor
superficial de los dedos, pero en forma distal acompaña muy de cerca a la
arteria y yace en su porción medial. En la parte proximal del antebrazo, el
nervio cubital origina ramas que inervan el cubital anterior y la porción
medial del flexor profundo de los dedos. No hay otras ramas musculares en el
antebrazo. En la parte distal de éste, da lugar a la rama cutánea dorsal, cuya
distribución en la piel del dorso de la mano ya se siguió, y a la rama pequeña
del palmar cutáneo, la cual pasa anterior a la arteria cubital para alcanzar la
porción medial de la palma. Cerca del borde distal del retináculo flexor, el
nervio cubital termina por dividirse en una rama profunda y una superficial.
El nervio mediano, corre casi vertical, a través del antebrazo, hacia la mano
y pasa profundo respecto del retináculo flexor y sus tendones. En los dos
tercios superiores del antebrazo, se encuentra entre los flexores de los
dedos superficial y profundo. En el tercio distal está cubierto superficialmente
tan sólo por el tendón del palmar menor. En la fosa cubital, o justo distad a
ella, bajo cubierta del pronador redondo, origina ramas que inervan al
pronador redondo, el palmar mayor, palmar menor y flexor superficial de los
dedos. De manera más distal, da origen a una rama que se conoce como el
nervio anterior interóseo. Este acompaña a la arteria anterior interósea ato
largo de la superficie anterior de la membrana interósea y se distribuye en
los músculos profundos del antebrazo. Justo antes del retináculo flexor, el
nervio mediano suelta una pequeña rama palmar cutánea, que cruza dicho
retináculo de manera superficial, para inervan la piel de la mitad lateral de
la palma (es decir, la prominencia tenar).
Con cuidado, se introduce una sonda a lo largo del curso del nervio mediano
a través del túnel del carpo. Nótese que es compacto y difícil de separar. Se
secciona el retináculo flexor. Todos los tendones flexores largos de los
dedos y sus vainas sinoviales, se deberán elevar para facilitar la disección
de las estructuras profundas del antebrazo distal y de la mano. Se pueden abrir
las vainas fibrosas digitales sobre los tendones flexores, para facilitar la
elevación de los tendones flexores y para enderezar los dedos (figura 17.8).
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El flexor largo del pulgar se origina de la mitad intermedia de la superficie
anterior del radio y de la porción adyacente de la membrana interósea. Su
origen está limitado en forma proximo lateral, por la línea de origen de la
porción radial del flexor superficial de los dedos. Su tendón pasa por abajo
del retináculo flexor y yace lateral a los tendones del flexor profundo de los
dedos.
Hay que separar los tendones del flexor profundo de los dedos y del flexor
largo del pulgar, para exponer el pronador cuadrado y la arteria interósea
anterior y su nervio. El pronador cuadrado es un músculo plano
cuadrangular que se origina de la porción medial del cuarto dista) de la
superficie anterior del cúbito. Sus fibras pasan transversales para
insertarse en la superficie anterior del radio.
PALMA DE LA MANO
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Fig. 17.9 Representación diagramática del sistema arterial palmar.
Se debe intentar localizar las dos vainas sinoviales que recubren los
tendones flexores al pasar a través del túnel del carpo. Una de ellas (la
bolsa radial) encierra el tendón del plexo largo del pulgar. Se extiende
desde varios centímetros por arriba del borde proximal del retináculo flexor, casi
hasta la inserción del tendón. La otra (bolsa cubital) encierra los cuatro
tendones del flexor digital superficial y los cuatro tendones del flexor digital
profundo. Comienza alrededor de 2.5 cm proximal al retináculo flexor y se
extiende hasta 2.5 cm más allá del borde distal de dicho retináculo. La parte
medial se prolonga en forma distal para encerrar los dos tendones flexores
para el dedo meñique hasta la base de falange distal. Tres vainas
sinoviales individuales encierran los tendones para los dedos índice, medio y
anular. Cada uno se extiende desde el nivel de la articulación
metacarpofalángica hasta la base de la falange distal.
Las vainas digitales fibrosas son bandas de tejido conectivo denso, que se
unen a los márgenes je las falanges que hacen puente en su porción palmar,
formando, de esta manera, un canal osteofibroso en cada dedo. A través de
ellos, pasan los tendones flexores recubiertos por sus vainas sinoviales hacia
sus respectivas inserciones. Las porciones anulares (que son muy fuertes)
de las saínas fibrosas, descansan opuestas a los cuerpos de la primera y,
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segunda falanges de cada dedo (figura 17.10). Las porciones cruciformes
yacen opuestas a las articulaciones y, por tanto, son delgadas y flexibles.
Se observa que así como los tendones flexores largos divergen hacia la
base de los dedos, aquellos del flexor superficial yacen de forma
superficial en los del flexor profundo. Estúdiese la forma de inserción de los
dos tendones al abrir las bandas fibrosas de manera longitudinal a lo largo
de los dedos. Esto ayudará para estirar los dedos y facilitará la disección
más profunda de la mano. Nótese que enfrente del cuerpo de la falange
proximal, al tendón del flexor superficial lo atraviesa el tendón del flexor
profundo. El tendón del flexor superficial se inserta en la base de la falange
media, mientras que el tendón del profundo lo hace la base de la falange distal
(figuras 7.8 y 7.10). Estúdiense los delicados vínculos grande y breve
(lengüetas tendinosas) que se extienden desde los tendones hasta las falanges.
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Se elevan los tendones del flexor digital superficial y se limpian los cuatro
músculos lumbricales. Estos pequeños músculos se originan de la porción de
la palma, a partir de los tendones del flexor digital profundo. El primero, se
origina en la porción lateral del tendón del dedo índice: el segundo, en la del
tendón del dedo medio. El tercero y cuarto se Originan de las porciones
adyacentes de los tendones entre los que descansan. Cada uno pasa
hacia la porción lateral del dedo correspondiente y en la articulación
metacarpo falángica, se insertan en la expansión del tendón extensor, en el
dorso de ese dedo.
Estos espacios interfaciales son de importancia clínica, ya que sirven como una ruta no
obstruida para la diseminación de infecciones a partir de los dedos, hacia la palma, vía la
bolsa sinovial. De la misma manera, la fascia opuesta confina la infección, previniendo
así la invasión de toda la mano.
Se limpian los músculos cortos del dedo meñique, los cuales forman la
prominencia hipotenar en la porción medial de la palma. El abductor del
meñique es el más medial. Surge del hueso pisciforme y se inserta en la
porción medial de la base de la falange proximal del dedo meñique. El flexor
corto del meñique, se origina del gancho del hueso ganchoso y el extremo
medial del retináculo flexor y se inserta con el abductor. El oponente del
meñique se cubre en forma superficial mediante el flexor corto, al cual a menudo
está parcialmente unido. Se origina del gancho del hueso ganchoso y del
borde adyacente del retináculo flexor, y se inserta a todo lo largo de la su-
perficie medial palmar del quinto metacarpiano. Estos tres músculos son
inervados por pequeñas ramas originadas de la rama profunda del nervio
cubital. Obsérvese que conforme se hunden en la palma, las ramas profundas
del nervio y cubitales pasan entre los orígenes del abductor y del flexor
breve.
Se limpian los músculos cortos del pulgar, los cuales forman la prominencia
cenar o la pelota del dedo gordo. De éstos, el abductor corto del pulgar es el
más superficial. Surge del trapecio y el extremo lateral del retináculo flexor y
se inserta en la porción lateral de la base de la falange proximal del dedo
gordo. Cuando se limpie, se deberá separar de su origen y retirar hacia su
inserción para exponer los músculos más profundos. El oponente del dedo
pulgar, es un músculo grueso, carnoso, que nace del trapecio, y de la porción
adyacente del retináculo flexor. Se inserta en la porción lateral de la
superficie palmar total del primer metacarpiano. El flexor corto del pulgar se
ANATOMIA HUMANA - DISECCION Página 268
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divide en la porción profunda y superficial mediante el tendón del flexor largo
del pulgar. La porción superficial yace a lo largo de la porción medial del
oponente del pulgar y cubre el tendón del flexor largo. Nace del trapecio y
del retináculo flexor y se inserta en la base de la falange proximal, medial a la
inserción del abductor corto. Divide la porción superficial cerca de su origen y
la hace lateral a su inserción. Trácese el tendón del flexor largo hasta su inser-
ción en la base de la falange distal del dedo gordo. La pequeña porción
profunda del flexor corto del pulgar es ahora visible. Se origina del hueso
trapezoide y corre en forma lateral y distal, por abajo del tendón del flexor largo,
para insertarse en la porción superficial.
El abductor del pulgar nace de dos porciones, las cuales se distinguen una de
la otra mediante el arco palmar profundo, que pasa en forma medial hacia la
palma, entre ellos. La porción oblicua, surge de la cabeza y las bases del
segundo y tercer metacarpianos. La porción transversa, se origina de la
porción palmar de la muesca del tercer metacarpiano. Las dos ramas
convergen para formar un tendón que se inserta en la parte medial de la base
de la falange proximal del dedo pulgar.
El arco palmar profundo se inicia en la base del primer espacio interóseo, donde
la arteria radial entra a la palma. El arco está formado principalmente por la
arteria radial pero por lo general se completa en forma medial por fa rama
profunda de la arteria cubital, la cual entra a la palma cubierta por el flexor corto
del meñique (figura 17.9). Si ese músculo se desarticula de su origen y se
desplaza, expondrá el curso total del arco palmar profundo. Cruza la palma
en la base de los huesos metacarpianos y descansa muy profundo contra las
porciones proximales de los músculos interóseos. Sus dos ramas más largas
surgen de su porción lateral en la base del primer espacio interóseo. La arteria
principal del pulgar, pasa a través del metacarpo del pulgar y la cubre la por-
ción oblicua del aductor yen la base de la falange proximal se divide en dos
ramas, que se distribuyen a las dos partes de la porción palmar del dedo
gordo. La segunda rama, la arteria radial del índice, pasa en forma distal y se
cubre por la porción transversa del aductor y a lo largo de la porción lateral del
dedo índice. En adición a estas ramas, el arco palmar profundo da origen a
tres arterias palmares metacarpianas, las cuales descienden en los tres
espacios mediales interóseos. En la base de la falange proximal, cada rama me-
tacarpiana palmar se divide en dos ramas perforantes. Una pasa de manera
dorsal para alcanzar la arteria metacarpiana dorsal y la otra se anastomosa
con la rama palmar común del arco superficial.
La rama profunda del nervio cubital, acompaña la porción medial del arco
palmar profundo. Se distribuye en tres músculos cortos del dedo meñique, el
tercer y cuarto lumbricales, el aductor del dedo pulgar y todos los músculos in-
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teróseos.
Los interóseos son pequeños músculos que ocupan los espacios del
mismo nombre. Se arreglan en dos grupos que constan de tres interóseos
palmares y cuatro dorsales. Se separa la porción transversa del aductor del
dedo pulgar a partir de su origen, y se desplaza en forma lateral. Estúdiense
ahora los interóseos. ' El primer músculo palmar interóseo surge de la superficie
palmar medial del segundo metacarpiano y se inserta en la porción medial de la
base de la falange proximal del dedo índice. El segundo y tercer interóseos
palmares se originan de la superficie lateral palmar del cuarto y quinto
metacarpiano respectivamente, y se insertan en las porciones laterales de las
bases de las falanges proximales de los dedos anular y meñique. El interóseo
dorsal yace en un plano un poco más profundo. Un músculo interóseo dorsal se
encuentra en cada espacio; cada uno nace a partir de los lados adyacentes
de los dos metacarpianos. El primero y segundo interóseos dorsales, se
insertan en las partes laterales de las bases de las falanges proximales del
índice y el medio, respectivamente. El tercero y cuarto, se insertan en las
porciones mediales de las bases de las falanges proximales, de los dedos
medio y anular. En adición a estas inserciones, los tendones de los interóseos
también se unen a las expansiones extensoras de los dedos.
Hay que dirigirse ahora hacia la parte posterior del brazo y limpiar la rama
del tríceps. La parte distal de este músculo ocupa todo el compartimento
posterior del brazo. El tríceps se origina de tres porciones. La porción larga
se origina del tubérculo infraglenoideo de la escápula. Las porciones media y
lateral nacen de la parte posterior del húmero, y se separan por el surco radial
del nervio radial. La porción lateral nace de la superficie posterior del
húmero, superior y lateral al surco. El origen de la porción medial es inferior y
mucho más extenso y en parte se cubre por la porción lateral y larga. La
porción medial, nace de toda la superficie posterior del húmero por abajo del
surco radial, a partir de toda su superficie posterior del septo intermuscular
medial y de la parte inferior de la superficie posterior del septo intermuscular
lateral. El tendón común de inserción del tríceps forma una fuerte banda
aponeurótica en la superficie posterior de la porción distal del músculo. Se
inserta en el olécranon. Obsérvese que el nervio cubital yace en la superficie
externa de la porción medial, cerca del septum intermuscular medial, mientras
desciende para pasar por detrás del epicondilo medial a través del brazo. Se
une en la mitad de éste con la arteria colateral superior cubital, la cual
atraviesa el septo medial intermuscular cerca de este punto. Se separan las tres
porciones del tríceps, tanto como sea posible para exponer el surco radial.
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Fig. 17.11.- Región posterolateral del brazo.
Al pasar el nervio radial en forma lateral y distal al surco, da origen a una rama
de la porción lateral y una segunda rama a la porción medial y al nervio
cutáneo posterior antebraquial. Este último nervio pasa a través de la
sustancia del tríceps para llegar a la superficie posterolateral del brazo, a partir
de cuyo punto ha sido trazada (figura 17.11). En la porción distal del surco, el
nervio radial atraviesa el septo lateral intermuscular
intermus cular para entrar en el
compartimento anterior del brazo.
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El nervio radial puede ser lesionado en el brazo, ya sea por las porciones filosas de
un húmero fracturado, o por una presión que se aplique en forma prolongada
contra dicho nervio, como puede suceder cuando un borracho cae dormido con su
brazo colgando sobre la parte posterior del banco de una cantina o de un parque
("parálisis del sábado en la noche"). La pérdida funcional resultante se llama caída
de la muñeca y se caracteriza por la incapacidad para extenderla. ¿Por qué?
Elimínese toda fascia superficial que aún quede en la parte posterior del
antebrazo y el dorso de la mano. Se observa que la fascia profunda
antebraquial de la porción posterior del antebrazo, es más densa que la
anterior. En su Darte proximal, forma una vaina aponeurótica a partir de la
superficie profunda, donde tienen origen parcial los músculos del extensor
superficial. En la muñeca, la fascia está reforzada por una banda fibrosa
transversa que se conoce corno el retináculo extensor (ligamento dorsal del
carpo). Lateralmente, éste se une al borde lateral del extremo distal del radio.
En su parte medial se une a la apófisis estiloides del cúbito y a los huesos
piramidal y pisciforme. En adición a sus uniones lateral y medial, el retináculo
extensor está firmemente unido a una serie de puentes óseos en la porción
posterior de las partes distales del radio y cúbito. Por lo tanto, se forman por
abajo del ligamento, seis compartimentos osteofibrosos o canales, a través de
los cuales pasan los tendones extensores al dorso de la mano. Hay que
identificar los compartimentos y tendones que los atraviesan (figura 17.13).
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Fig. 17.12 Músculos superficiales de la parte posterior del antebrazo y la
mano.
Se exploran con una sonda los límites de las vainas sinoviales que
rodean los tendones mientras pasan en forma profunda al retináculo
extensor. Cada tendón tiene su propia vaina sinovial, excepto por una de
éstas simple que encierra los tendones del extensor de los dedos y el tendón
del extensor del índice. Las vainas sinoviales se inician en forma proximal al
retináculo extensor, y se extienden en forma distal hasta cerca de la mitad del
dorso de la mano.
Debe limpiarse el músculo anconeo. Nace a partir de la parte posterior del
epicóndilo lateral del húmero y se disemina en forma distal y medial para
insertarse en el borde lateral del olécranon. Es más o menos continuo en
forma superior a la parte medial del tríceps. Su inervación se deriva de una rama
del nervio radial, la cual inerva a la parte medial del tríceps.
Hay que retener el retináculo extensor, y limpiar la capa superficial de
músculos en la parte posterior del antebrazo (figura 17.12). El extensor largo
radial del carpo, es el más lateral y en parte se cubre cerca de su origen por el
supinador largo. Nace de la porción distal del puente lateral supracondíleo del
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húmero. Los músculos remanentes de la capa superficial nacen de un tendón
común del epicóndilo lateral y de la fascia profunda que los cubre. Se
distribuyen en forma dista' y medial en la parte distal del antebrazo.
Los extensores largo radial del carpo, y breve radial del carpo, descienden a lo
largo de la parte lateral del antebrazo; el tendón del primero cubre en forma
parcial este último. Junto al retináculo extensor, se cruzan de forma
superficial por dos músculos profundos, el abductor largo y el extensor corto
del dedo pulgar. Los tendones de los dos extensores radiales pasan por
debajo al retináculo extensor según se notó con anterioridad. El distal al
retináculo, cruza de forma superficial, el tendón del extensor largo del pulgar.
El extensor largo radial del carpo se inserta en la porción dorsal de la base del
segundo metacarpiano, y el extensor breve radial del carpo en la porción
adyacente de la base del segundo y tercer metacarpianos. Los dos extensores
radiales se inervan por ramas que salen del nervio radial justo en su terminación o
por el nervio radial profundo, antes de que entre al músculo supinador.
El extensor de los dedos da lugar, a cierta distancia por encima de la muñeca, a
cuatro tendones que pasan lado a lado por debajo del retináculo extensor y que
se irradian hacia los dedos. Opuesto a la porción dorsal de la articulación
metacarpofalángica, cada tendón se disemina en una expansión fibrosa del
extensor, cuya porción central se une a la base de la falange proximal (figura
17.13). Este tendón expandido se llama en ocasiones el capuchón del extensor. En
el dorso de la falange proximal, cada expansión se divide en tres lengüetas. La
lengüeta media, se inserta en la base de la falange media, y las dos lengüetas
colaterales, pasan en forma distal para insertarse juntas en la base de la falange
distal. Cerca de la porción media de la falange proximal, cada tendón extensor
recibe en su porción lateral, el tendón de inserción de un músculo lumbrical.
Nótese además que mientras la inserción principal del interóseo es directa en la
base de las falanges proximales, cada músculo interóseo también se inserta en la
expansión del extensor correspondiente. Los tendones adyacentes del extensor de
los dedos por lo general se unen mediante conexiones oblicuas intertendinosas en
el dorso de la mano (figura 17.13).
El tendón del extensor digital del meñique pasa por abajo del retináculo extensor
en su propio compartimento, y en la parte posterior del quinto metacarpiano, se
une al cuarto tendón del extensor de los dedos.
El extensor cubital del carpo tiene un origen accesorio de la porción proximal del
borde dorsal del cúbito. Su tendón pasa abajo de la porción más mediana del
retináculo extensor, y se inserta en la base del quinto metacarpiano.
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Fig. 17.13 Organización de los tendones extensores en la muñeca y la mano.
Hay que liberar y elevar los tendones del extensor de los dedos, el extensor
mínimo digital y el extensor cubital del carpo. Libérese la porción cubital del
extensor cubital del carpo y retráigase el grupo superficial en forma lateral para
exponer los músculos profundos. Mientras se hace esto, se limpian y preservan las
pequeñas ramas nerviosas que entran a las superficies profundas de los músculos
en la parte proximal del antebrazo. En el intervalo entre extensores superficiales y
profundos se encuentra la arteria interóseo posterior, el nervio y sus ramas. Se
deberán limpiar a la vez que los músculos profundos.
El supinador se recubre en parte por el ancóneo, el cual se puede eliminar. El
supinador nace en forma parcial del tendón común del epicóndilo lateral, pero
tiene un origen cubital más extenso a partir del área justo por debajo de la muesca
radial (fosa del supinador y cresta). Sus fibras forman una capa muscular que
cubre la parte proximal del radio para insertarse en la superficie anterior de ese
hueso desde la tuberosidad, a la inserción del pronador redondo. El nervio radial
profundo entra al supinador en la fosa cubital, inerva el músculo y surge de su
porción distal en la parte posterior del antebrazo. Conforme emerge del supinador,
el nervio radial profundo inerva el extensor de los dedos, el extensor del meñique
y el extensor cubital del carpo. La continuación del nervio se conoce como nervio
interóseo posterior.
El abductor largo del pulgar se origina de la superficie posterior del tercio medio,
tanto del radio como del cúbito, y la porción correspondiente de la membrana
interósea. Su tendón se dirige distal y lateral, en compañía del tendón del
extensor corto del dedo pulgar, para cruzar los tendones del extensor radial de la
muñeca en forma superficial y pasar a través de la porción más lateral del
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compartimento extensor retina-ciliar. Se inserta en la porción lateral de la base del
primer metacarpiano.
El extensor corto del pulgar nace de la superficie posterior del tercio medio del
radio (en forma distal al abductor del pulgar) y la parte adyacente de la membrana
interósea. Se inserta en la base de la falange proximal de dicho dedo.
El extensor largo del pulgar, nace de la superficie, posterior del tercio medio del
cúbito (en forma distal al abductor del dedo pulgar), y la porción adyacente de la
membrana interósea. Su tendón pasa debajo del retináculo extensor en un
compartimiento propio y se inserta en la base de la falange distal del pulgar.
El extensor del dedo índice tiene su origen a partir de una pequeña área en la
superficie posterior del cúbito y la membrana interósea, distal al origen del extensor
largo del pulgar. Su tendón cruza la muñeca en el mismo compartimento con los
tendones del extensor de los dedos. Tanto aquí como en el dorso de la mano, se
cubre por el primer tendón de este último músculo, con el cual se une en la parte
posterior de la segunda articulación metacarpofalángica.
La arteria interósea posterior se origina en la parte anterior del antebrazo y pasa
después por arriba de la membrana interósea. Aparece en el dorso del antebrazo
entre los bordes adyacentes del supinador y el abductor largo del dedo pulgar y
desciende entre los músculos profundos y superficiales los cuales originan
ramificaciones.
Cerca del borde inferior del supinador, da lugar a la arteria recurrente
interósea, que asciende bajo cubierta del ancóneo para anastomosarse por
atrás del epicóndilo lateral con la rama media colateral de la rama profunda.
Así como gira en forma lateral y dorsal alrededor de la muñeca, la arteria radial
pasa debajo de los tendones del abductor largo del pulgar y de los extensores
largo y corto de ese dedo. En la base del primer espacio interóseo, rota hacia
la palma y se denomina arco palmar profundo. En este punto, la arteria radial
da lugar a dos ramas, la arteria dorsal del carpo y la primera arteria dorsal
del metacarpo. La rama dorsal del carpo corre en forma medial a lo largo de
la parte posterior de la muñeca, para anastomosarse con la rama dorsal del
carpo de la arteria cubital y con las arteriolas terminales de la rama posterior
de la arteria interósea anterior formando el arco dorsal del carpo (fig. 17.4).
A partir de ella nacen, la segunda, tercera y cuarta arterias dorsales del
metacarpo. Las arterias dorsales del metacarpo desciende en los espacios
ANATOMIA HUMANA - DISECCION Página 276
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interóseos. Cada una se divide en dos pequeñas ramas dorsales digitales para
las porciones adyacentes de dos dedos.
ARTICULACIONES
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ARTICULACION DEL CODO: VISTA MEDIAL ARTICULACION DEL CODO: VISTA LATERAL
Fig. 17.15 Articulaciones de la extremidad superior.
Articulación acromioclavicular
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La fusión de los tendones del supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y
subescapular, a la articulación de la cápsula del hombro, además de sus uniones óseas,
forma un capuchón músculo-tendinoso (tocador), que refuerza la cápsula y ayuda a
mantener la cabeza del húmero en la cavidad glenoidea. Aunque la articulación del
hombro es la más móvil del cuerpo, también es la que se disloca con mayor frecuencia.
(En general por la parte inferior, donde la cápsula no se sostiene por ligamentos y
tendones).
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labio glenoideo. Este anillo estrecho fibrocartilaginoso, se encuentra por arriba
del borde de la cavidad ósea glenoidea, y penetra un poco en ella.
Articulación del codo
Límpiese la cápsula de la articulación del codo. En la parte anterior, la zona
distal del braquial anterior, se pega de manera estrecha a la cápsula. En la
parte posterior, se cubre por el tríceps y el ancóneo. Estos músculos se
deberán retirar para limpiar la cápsula. El origen de los flexores y extensores
superficiales, también deberá ser removido de los epicóndilos medial y lateral.
Ahora es un buen momento para revisar las uniones del músculo supinador.
Era la articulación del codo (una articulación de tipo bisagra), el extremo distal
del húmero se encuentra con las superficies articulares proximales del radio y
el cúbito. Sin embargo, encerrada dentro de la misma cápsula y con una
cavidad articular en 'común, está la articulación proximal radiocubital (una
articulación de tipo de pivote). La cápsula fibrosa se une por arriba del
húmero y por debajo de los márgenes de las superficies articulares del cúbito
y el cuello del radio.
Todos los ligamentos de la articulación del codo son tan sólo
engrosamientos de la cápsula fibrosa. Los más fuertes son los ligamentos
colaterales radial y cubital. El ligamento colateral cubital se disemina en forma
distal a partir del epicóndilo medial, para unirse al puente entre los bordes
mediales del coroniodes y del olécranon del cúbito. El ligamento radial
colateral, se origina del epicóndilo lateral. Sus fibras pasan en forma distal y
la mayoría de ellas termina por unirse a la parte lateral del ligamento anular. Sin
embargo, algunas fibras llegan hasta el cuello del radio. El ligamento
anular es una banda fibrosa fuerte, cuyos extremos se unen a los márgenes
anterior y posterior de la muesca radial del cúbito. Este ligamento encierra la
cabeza del radio y la sostiene en su lugar, a la vez que gira contra la
muesca radial en las acciones de pronación y supinación. El ligamento anular
se puede ver mejor si la cápsula articular se abre mediante una incisión
transversa, que pase a través de su porción anterior. Se observa que las
superficies óseas articulares se cubren por una capa de cartílago y que la
membrana sinovial bordea en otra parte a la cavidad articular.
Articulación de la muñeca
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ligamentos radiocarpianos dorsal y palmar, son partes engrosadas de la
cápsula, que se distribuyen en forma distal a partir de la parte lateral del
extremo distal del radio, hacia las superficies palmar y dorsal de los huesos del
carpo. Se abre la articulación mediante incisión transversal a través de la parte
anterior de la cápsula y se estudian las superficies articulares. El disco
articular es una placa de tipo fibrocartilaginoso que se une en forma lateral al
borde medial de la superficie articular radial y en forma medial a la apófisis
estiloides del cúbito. Se articula de manera distal con el hueso piramidal y
separa a la cavidad de la articulación de la muñeca, de la articulación distal
radiocubital.
Los huesos del carpo se unen por ligamentos dorsales, palmares e interóseos.
Se encuentran cuatro cavidades articulares separadas, en adición a
aquellas de la articulación de la muñeca, en conexión con los huesos del
carpo. Estas se pueden investigar al dividir y diseminar los ligamentos que unen
las superficies dorsales de los huesos, para exponer las superficies
articulares. La primera, cavidad única y grande, incluye las articulaciones de los
huesos escafoides, semilunar y piramidal uno con otro, y con los cuatro
huesos de la línea distal. Se prolonga más adelante a lo largo de ambos
lados del trapezoide, para incluir las articulaciones entre el segundo y tercero
metacarpianos, y entre el hueso grande y el trapezoide. Una segunda cavidad
articular se encuentra en la unión del trapecio y el primer metacarpiano. Una
tercera cavidad es para la articulación del cuarto y quinto metacarpiano con el
hueso ganchoso. La cuarta es una pequeña cavidad entre el pisciforme y el
piramidal.
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Capítulo 18
Extremidad Inferior
ANATOMIA DE SUPERFICIE
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Fig. 18.1.- Proyecciones superficiales e incisiones cutáneas en la
extremidad inferior.
Se desplaza ahora la piel de toda la extremidad. Hágase una incisión longitudinal
a través de la piel hacia abajo y a lo largo de la porción medial del muslo, desde el
borde inferior de la sínfisis púbica hasta el cóndilo media! de la tibia, según se
muestra en la figura 18.1. Desde la parte inferior de este corte, se hace una incisión
transversa al frente de la pierna, de cerca de 2.5 cm por abajo de la rótula hacia la
cabeza del peroné. A partir del extremo superior de la primera incisión, se desplaza
la piel en forma lateral de toda la parte anterior del muslo, y se continúa el
desplazamiento hacia atrás y abajo, a partir de la nalga y la parte posterior del
muslo. Las incisiones que se hicieron sobre el escroto y el cóccix durante la
disección del torso, ayudarán para desplazar la piel en forma lateral por arriba de la
región glúteo.
Se quita ahora el gran colgajo de piel que doblado a partir del muslo, mediante el
corte a lo largo de la línea donde permanece unido a la parte superior y posterior de
la pierna. Se hace entonces una incisión longitudinal a través de la piel de la
pierna a lo largo de la superficie medial de la tibia, tan lejos como el borde inferior
del maléolo medial. A partir del extremo inferior de esta incisión, se realiza otra que
circula de manera total la parte posterior del pie. Se debe ir en forma transversal
cruzando la parte frontal del tobillo y hacia abajo y atrás, debajo de los maléolos
laterales, entonces, a lo largo de la parte posteroinferior del tobillo y hacia arriba y
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adelante por abajo del maléolo medial, hacia el punto de inicio. Se desplaza y retira
este gran colgajo cutáneo de toda la circunferencia de la pierna.
Después se realiza una incisión transversa a lo largo del dorso del pie, hacia las
bases de los dedos gordos y una longitudinal que se dirija hacia atrás a lo largo del
dorso, a partir del medio de esta incisión transversa hacia la parte frontal del tobillo.
Esto producirá dos colgajos cutáneos en el dorso del pie, los cuales se deben
desplazar hacia los bordes medial y lateral del pie, respectivamente. Se efectúa una
incisión transversa a través de la piel, a lo largo de la planta del pie y hacia las
bases de los dedos gordos. A partir de la mitad de dicha incisión, ésta se lleva en
forma longitudinal hacia atrás del tobillo. Se desplazan entonces los dos colgajos
cutáneos a cada lado. La piel también se deberá desplazar de la porción plantar de
los dedos gordos. Esto se logra al realizar una incisión longitudinal a lo largo de la
mitad de cada dedo gordo. Obsérvese que la piel de la región plantar es muy
gruesa y está muy anida a la fase superficial, mediante bandas fibrosas que se
extienden desde la aponeurosis plantar, a través de la fascia superficial de la
piel.
VENAS Y NERVIOS CUTANEOS
La fascia superficial del muslo es tipica y por lo general un poco gruesa. Hay
muchas venas superficiales dentro de ella (fig. 18.2). La más grande y constante
es la gran vena safena, la cual se debe limpiar ahora. Se origina a partir de la
porción medial del arco venoso dorsal del pie y pasa anterior al maléolo medial;
desde ahí, asciende hacia la porción medial de la pierna y cursa por atrás del lado
medial de la rodilla. La eran vena safena continúa hacia arriba a lo largo de la parte
medial del muslo, inclinándose un tanto hacia delante; aquí llega a la vena femoral
cerca de unos 2.5 cm por abajo del ligamento inguinal, pasando a través del hiato
safeno. Esta es una apertura oval en la fascia profunda (fascia lata) del muslo y
descansa justo frente a la vena femoral, debajo de la parte media del ligamento
inguinal. El hiato está lleno de tejido conectivo laxo, llamado fascia cribiforme. Se
aconseja buscar una vena safena accesoria que asciende por el lado medial del
muslo, para drenar en la gran vena safena, cerca del hiato. Se encontrarán tam-
bién numerosas venas sin nombre propio.
La vena safena menor (pequeña) se origina a partir de la porción lateral del arco
venoso dorsal, asciende posterior al maléolo lateral a lo largo de la parte lateral de
la pierna y termina más tarde en la vena poplítea (fig. 18.2).
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Fig. 18.2.- Venas primarias superficiales de la parte anteromedial de la
extremidad inferior (izquierda) y de la parte posterior de la pierna
(derecha)
Las válvulas de este sistema venoso están arregladas para permitir el flujo unidireccional
de sangre hacia las venas profundas. Por tanto, el masaje muscular se transforma en un
factor importante para retornar la columna larga de sangre hacia el corazón. Un
incremento aquí en la presión venosa, corno el que ocurre durante el embarazo, obstrucción
venoproximal, o por muchas horas de estar de pie, dará como resultado venas varicosas,
sobre todo si las válvulas fallan.
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Fig. 18.3 Nervios cutáneos de la extremidad inferior.
Ahora dirija su atención hacia los nervios cutáneos de la pierna. Las ramas y
troncos principales atraviesan la fascia lata a distancias variables por debajo del
ligamento inguinal o cresta iliaca, y descienden a lo largo de la superficie profunda
de la fascia superficial. Al exponerlos, se elimina la fascia superficial.
El nervio lateral femoral cutáneo, rama del plexo lumbar, entra al muslo al pasar
por atrás del extremo lateral del ligamento inguinal. Debajo de éste, se divide en
ramas anterior y posterior, que atraviesan en forma separada la fascia lata (fig. 18.
3). La rama posterior, irriga la piel de la parte superior lateral del muslo y nalga. La
rama anterior se hace superficial un poco por abajo y más anterior, e irriga la piel
de la parte inferior anterolateral del muslo.
La rama femoral es una de las ramas terminales del nervio genitofemoral. Emerge
a través del hiato safena o puede atravesar la fascia lata cerca de la apertura.
Irriga la piel por debajo del ligamento inguinal en la porción superior anterior del
muslo, sobre el triángulo femoral.
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Las ramas cutáneas anteriores del nervio femoral se dividen en rama intermedia y
rama medial. Se verá su origen a partir del nervio femoral cuando se diseque el
triángulo femoral. Se encuentran las ramas terminales al atravesar la fascia lata y
se pueden seguir hacia abajo en el muslo. Las ramas del nervio cutáneo intermedio
atraviesan la fascia lata muy juntas, a la mitad de la porción anterior del muslo y
cerca de un tercio de la distancia entre el ligamento inguinal y la rodilla. Las
ramas del nervio medial cutáneo en general aparecen cerca de la gran vena
safena, atraviesan la fascia lata en cualquier punto del curso de la vena en el
muslo.
Los nervios cutáneos de la región glútea incluyen la rama lateral cutánea del
nervio iliohipogástrico y un grupo de pequeños nervios que se conocen como
nervios cluneales. Estos son pequeños y normalmente difíciles de demostrar,
pero se debe tratar de identificarlos al ir eliminando la fascia superficial. La
rama lateral cutánea del nervio iliohipogástrico corre a lo largo de la cresta
iliaca cerca de la unión de sus tercios medio y anterior, y se distribuye en la
piel de la porción superior y anterolateral de la nalga. Los nervios cluneales
superiores son las ramas laterales de la rama dorsal de los primeros tres ner-
vios lumbares. Cruzan la cresta iliaca en serie, por atrás de la rama cutánea
lateral del nervio iliohipogástrico y se distribuyen en la piel de la región glútea.
Los nervios cluneales medios son pequeños y se derivan de las ramas laterales
de la rama dorsal de los tres primeros nervios sacros. Atraviesan el glúteo
mayor en una línea que corre a partir de la espina iliaca posterosuperior
hasta la punta del coxis, e inervan la piel sobre la parte medial del glúteo mayor.
Los nervios cluneales inferiores son ramas del nervio cutáneo femoral posterior.
Se curvan hacia arriba alrededor del borde inferior del glúteo mayor, para
inervar la piel de la porción inferior de la región glútea. Es más fácil su
identificación cuando se ha limpiado el glúteo mayor.
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medial y anteromedial de la pierna hasta el maléolo medial; a menudo, se
pueden seguir ramas del nervio safeno una distancia considerable a lo
largo del margen medial del pie.
La piel de las partes adyacentes del dedo gordo y el segundo dedo, se inerva
por dos ramas dorsales digitales de la parte terminal del nervio peroneal
profundo. Se encuentran cuando emergen de la hendidura entre estos dedos.
MUSLO
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estudie la región glútea. Por ahora defínanse con cuidado sus bordes
superiores e inferiores.
Mientras se limpia el borde inferior del glúteo mayor, hay que buscar las ramas
cluneales inferiores del nervio cutáneo femoral posterior. Estas se curvan
hacia arriba alrededor de dicho borde. El tronco del nervio cutáneo posterior
femoral emerge por abajo de la mitad del borde inferior del glúteo mayor, para
dirigirse hacia abajo en la parte posterior del muslo.
La porción del muslo por abajo y lateral al sartorio está ocupada por cuatro
músculos que forman el cuádriceps femoral. Estos son el recto femoral, el vasto
interno, el vasto intermedio y el vasto externo (fig. 18.4)
La porción más superior del recto femoral se cubre por el sartorio en forma
medial y el tensor de la fascia lata en forma lateral. Surge del hueso coxal
(cadera) mediante dos tendones cortos separados, los cuales se podrán ver
más adelante. El tendón recto se origina de la espina iliaca anterior e inferior
y el tendón reflejo, de la superficie superior del anillo del acetábulo. Los dos
tendones se unen para formar una expansión aponeurótica, cuya superficie
anterior se puede ver ahora en el intervalo entre la parte superior del sartorio
y el tensor de la fascia lata. Obsérvense las fibras musculares que se
diseminan hacia abajo a partir de esta aponeurosis para formar un músculo
grueso, con apariencia fusiforme, que se inserta mediante un tendón
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poderoso y plano en el borde superior de la rótula.
En la parte medial del muslo, se limpia la superficie externa del grácil. Este
nace mediante un tendón plano del margen de la rama inferior del pubis. Su
porción superior es plana y se puede considerar ancha, pero mientras
desciende a la parte medial del muslo se hace más estrecha y gruesa,
originando al final un tendón redondo que desciende por atrás del cóndilo
medial del fémur. Más adelante se verá su inserción en la superficie medial de la
tibia. En la mitad inferior del muslo, el grácil descansa justo por atrás del sartorio.
El espacio entre la parte superoanterior del muslo, entre el borde medial del
sartorio y el borde anterior del grácil, del que la fascia profunda aún no se
elimina está ocupado por los músculos aductores.
La arteria femoral surge por atrás del ligamento inguinal, como una
continuación directa de la arteria iliaca externa. Desciende en el triangulo
femoral, el cual deja una corta distancia por arriba de la punta del triángulo
al pasar debajo del sartorio. En su inicio, la arteria femoral es lateral a la vena
femoral. Más abajo, yace anterior a la vena. En la parte más superior del
triángulo femoral, ambas se encierran dentro de la vaina femoral.
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Fig. 18.4.- Porción anterior del muslo.
La vaina femoral es una vaina fascial con apariencia de túnel, que representa
una prolongación por detrás del ligamento inguinal hacia el muslo, de
porciones de la fascia transversal y fascia iliaca. Su porción anterior se
continúa, por arriba del ligamento inguinal, con la fascia transversal. Su parte
posterior se continúa con la porción de la fascia iliaca, que descansa detrás de
los vasos iliacos externos (fig. 18.5). El borde lateral de la vaina femoral, se
forma por la unión de estas dos capas fasciales alrededor de la parte lateral
de la arteria femoral. La vaina femoral se puede trazar como una estructura
evidente tan sólo 2.5 cm debajo del ligamento inguinal. Más allá se mezcla
con la fascia que cubre los vasos.
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Fig. 13.5.- Vaina femoral.
La entrada superior o extremo abdominal del canal femoral se conoce como anillo
femoral. Al insertar un dedo a través del anillo hacia el canal, se pueden
identificar sus bordes. El anillo yace posterior a la parte medial del
ligamento ing uinal. Está bordeado en su porción lateral por l a vena femoral,
en forma medial por el margen libre del ligamento lacunar y detrás por el pubis.
Se remueve con cuidado la vaina femoral, sin lesionar la arteria femoral, el nervio
femoral y sus ramas. Defínanse los bordes de los músculos que forman el piso
del triángulo femoral (figura 18.4). Ya se vio que el aductor largo forma parte
de la porción medial del piso. La porción lateral de éste se forma por el
músculo psoasiliaco, el cual consta del tendón del psoas mayor y las fibras
inferiores del iliaco. Entra al muslo al pa sar por detrás de la parte lateral del
ligamento inguinal. Su inserción en el trocánter menor del fémur está oculta
por el sartorio. Entre el psoasiliaco
psoa siliaco y el aductor largo, el piso del triángulo
femoral se forma por la superficie anterior del pectíneo. Este músculo plano
se origina de la superficie externa del pubis por debajo de la cresta pectínea.
Sus fibras pasan hacia abajo en forma lateral para insertarse en la línea
pectinea, por detrás y por debajo del trocánter menor del fémur.
Se identifican las tres ramas grandes que surgen de la arteria femoral dentro
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del triángulo femoral. Son la femoral profunda, y las arterias circunflejas medial y
femoral lateral. La profunda femoral nace de la parte posterior de la femoral
alrededor de 4.0 cms por debajo del ligamento inguinal, y corre hacia abajo a
través del triángulo, por detrás y un poco lateral a la femoral. El arreglo de las
arterias femorales circunflejas varía considerablemente. En la mayoría de
los casos son ramas de la femoral profunda, pero es muy frecuente encontrar
que una o ambas se originan directo de la femoral, a corta distancia por abajo
del origen de la profunda. La arteria circunfleja femoral medial pasa en forma
medial y posterior, para dejar el triángulo femoral entre los bordes
adyacentes del psoasiliaco y el pectineo. Da lugar a las ramas
musculares del grupo aductor y ramas que se anastomosan con arterias de la
región glútea y alrededor de la articulación de la cadera. La arteria circunfleja
femoral lateral pasa de lado por atrás de los músculos recto y sartorio. Más
tarde se verán sus ramas.
El nervio femoral entra al triángulo femoral al dirigirse hacia abajo, por atrás del
ligamento inguinal, anterior al tendón del psoasiliaco, y lateral a la arteria
femoral. Nótese que el nervio no se encierra dentro de la vaina femoral.
Termina en la parte superior del triángulo, al dividirse en ramas cutánea y
muscular. Las ramas musculares incluyen el nervio que va al pectíneo, el
nervio que va al sartorio y el nervio que va al quadriceps femoral. El nervio
dirigido al pectíneo pasa de forma medial y hacia abajo por atrás de los
vasos femorales, para alcanzar la superficie anterior de dicho músculo. El
nervio del sartorio, a menudo surge en común con la rama intermedia cutánea,
de la cual se separa antes de entrar a la parte superior del sartorio. La
distribución de las ramas anteriores ya se estudia. Con frecuencia el nervio
cutáneo intermedio atraviesa el sartorio antes de tornarse superficial.
Obsérvese que dentro del canal aductor, la vena femoral descansa detrás de la
arteria femoral, Atrás de la parte superior del canal, los vasos yacen contra el
aductor largo, por debajo de su borde medial contra el aductor mayor. Se
observa la apertura tendinosa (hiato tendinoso) en el aductor mayor el lado del
puente medial supracondíleo del fémur. Al pasar a través de esta apertura, la
arteria femoral termina por transformarse en arteria poplítea. La vena femoral
termina por transformarse en arteria poplítea, La vena femoral inicia aquí
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como una continuación directa de la vena poplítea. En el canal aductor, la
arteria femoral es cruzada en forma anterior por el nervio safeno. Se traza
este nervio de manera proximal y se observa que es una de las ramas
terminales profundas del nervio femoral. Un poco más de lado, no acompaña
a los vasos femorales a través del aductor mayor, pero continúa hacia abajo
viéndose con el sartorio para hacerse superficial en la parte medial de la
rodilla, entre los tendones del sartorio y el grácil. Su distribución cutánea a la
pierna ya se describió.
Se regresa ahora hacia las otras ramas profundas del nervio femoral. Son el
nervio safeno, cual ya se trazó, y los nervios al recto femoral, vasto externo,
vasto anterior y vasto interno. Primero hay que asegurar el nervio hacia el recto
femoral, y seguirle hasta la superficie profunda del músculo. Se divide
entonces el recto femoral de manera transversal cerca de la mitad, y se
desplazan los segmentos hacia su origen de inserción. Ahora es visible una
porción del vasto intermedio y se puede estudiar de manera más sencilla la
distribución de la arteria circunfleja femoral lateral y los nervios a los vastos.
Se define el borde anterior del vasto externo, para levantarlo del vasto
intermedio subyacente y estudiar los orígenes de estos dos músculos. Las
fibras inferiores del vasto externo nacen del labio lateral de la línea áspera y del
séptum intermuscular lateral. Nótese que sus fibras superiores nacen del
margen anteroinferior del trocánter mayor, y debajo de éste, a partir de una
línea que curvea hacia abajo y lateral, alrededor el fémur, para alcanzar el
labio lateral de la línea áspera. Este nervio se dirige por abajo y anterior al
músculo, para alcanzar su superficie profunda. El vasto intermedio tiene un
origen ancho a partir de las superficies lateral y anterior de los dos tercios
superiores del cuerpo del fémur. Al pasar hacia abajo y adelante, sus fibras se
unen a una aponeurosis que yace en la superficie anterior del músculo y se
inserta en común con el tendón del recto y las fibras de los otros dos vastos, en
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el borde proximal de la rótula. El nervio hacia el vasto anterior entra a la parte
superior de su superficie anteromedial.
Se sigue la arteria femoral profunda en forma distal y obsérvese qué pasa hacia
abajo por atrás del aductor largo, el cual se eleva. Al mismo tiempo, se
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asegura y preserva el nervio que entra en su superficie profunda. Es una
rama del nervio obturador. Al elevar el aductor largo, se expondrá la parte
inferior del aductor corto, el cual yace por detrás de la parte inferior del
pectíneo y la parte superior del aductor largo. Se define el borde medial del
aductor corto para estudiar el curso completo de la arteria femoral profunda
(fig. 18.6).
Se diseca la parte superior del borde superior del aductor mayor para exponer
la parte proximal de la superficie externa del músculo obturador externo, el cual
cubre el agujero obturador y la membrana obturadora. Las dos divisiones del
nervio obturador por lo general emergen en forma separada en la parte superior
medial del muslo: la división anterior corre hacia abajo sobre el borde superior
del obturador externo, y la división posterior atraviesa el músculo un poco por
debajo de su borde superior (fig. 18.6).
Hay que retraer el aductor corto en forma anterior y lateral para estudiar la
superficie anterior del aductor mayor. Este músculo tiene un origen largo que
inicia de la rama inferior del pubis y corre hacia atrás a lo largo de la superficie
externa de la rama del isquión hasta la tuberosidad. Tiene una inserción lineal
extensa en la longitud total de la línea áspera y el puente supracondíleo medial. La
inserción se interrumpe en la apertura tendinosa que ya se observó, a través de la
cual se pueden notar los vasos femorales que dejan la parte anterior del muslo.
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La porción más medial y vertical del aductor mayor se estrecha hacia un tendón
poderoso y redondo que se inserta en el tubérculo aductor del epicóndilo medial del
fémur.
El nervio para el aductor mayor da lugar a una lengüeta delgada y larga que
atraviesa la parte inferior del músculo para alcanzar la articulación de la rodilla.
REGION GLUTEA
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hacia abajo, a partir de la untad del borde superior hasta el borde inferior.
Desplácese el segmento lateral de lado hasta su inserción. Se observa que
mientras el músculo en su mayor parte se inserta en el tracto iliotibial, las fibras
más profundas de su porción inferior; se insertan de manera directa en la
tuberosidad glútea del fémur. Se intenta identificar una bolsa sinovial cercana, la
cual puede ser muy grande y por lo general se interpone entre la superficie
profunda del músculo y el trocánter mayor. Después, se desplaza el segmento
medial del músculo hasta su origen. Hay que proceder con cuidado y preservar el
nervio inferior glúteo y las ramas de las arterias glúteas inferior y superior, las
cuales se ramifican en la superficie profunda del glúteo mayor para irrigarlo.
Obsérvese que algunas de las fibras inferiores del músculo tienen origen en la
superficie externa del ligamento sacrotuberoso; estas fibras separan y se limpia
el ligamento (fig. 18.7).
El ligamento sacrotuberoso, que corre hacia abajo y de lado a partir del sacro y del
cóccix a la tuberosidad isquiática, forma el borde inferomedial del forámen ciático
menor, el pasaje a través del cual la región glútea se comunica con la fosa
isquiorrectal hasta el perineo. Tanto este forámen como el foramen ciático mayor,
el cual es más superior y sirve para comunicar a la cavidad pélvica con la región
glútea, se cubren en forma externa por el glúteo mayor. Ahora, se dirigirá la
atención hacia las estructuras que emergen de dentro de la pelvis a través del
forámen ciático mayor.
El nervio glúteo superior y la arteria surgen del foramen ciático mayor justo por
arriba del piriforme. Sólo un pequeño segmento del nervio glúteo superior es
visible en este momento, ya que desaparece casi de inmediato bajo el borde
posterior del glúteo medio. La arteria glútea superior yace por arriba del nervio. Da
algunas ramas mayores a la parte superior del glúteo mayor y entonces
acompaña al nervio.
El nervio glúteo inferior y los vasos salen de inmediato por debajo del piriforme
(figura 18.7). El nervio glúteo inferior se distribuye en su totalidad en el glúteo
mayor. La arteria glútea inferior se divide en numerosas ramas, las que son más
largas entran al glúteo mayor. Otras pasan hacia abajo y de lado para tomar parte
en la anastomosis general que rodea el trocánter mayor, mientras que una rama
delgada y larga acompaña al nervio isquiático, a lo largo del muslo.
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Esta anastomosis que se llama la "anastomosis crucial", se forma por ramas del glúteo
inferior, la circunfleja femoral media, la circunfleja lateral femoral y la primera arteria
perforante. Su importancia radica en que da una circulación colateral entre las arterias
iliacas interna y externa.
El nervio isquiático es el nervio más largo del cuerpo. Aparece por debajo del
piriforme y se dirige un poco lateral y hacia abajo en el muslo. No tiene ninguna
rama en la región glútea. En ocasiones, según se describió arriba, se representa
por dos nervios, el tibial y el peroneal común; este último es más lateral.
En una proyección de superficie, el nervio isquiático cruza la parte media de una línea que
conecta la tuberosidad isquiática con el trocánter mayor. Es importante saber esto ya que
la nalga es una parte común para administrar inyecciones intramusculares. Para evitar
lesión al nervio isquiático y arteria glútea, las inyecciones se deberán aplicar en el
cuadrante superior y externo.
El nervio cutáneo femoral posterior nace del foramen ciático mayor por debajo del
piriforme, y pasa hacia abajo muy cerca del nervio isquiático. Las estructuras
restantes que pasan a través del foramen ciático mayor, también se encontrarán
por debajo del piriforme. Antes de exponerlas, se identifican y limpian el obturador
interno, gemelos y el cuadríceps femoral.
El cuadriceps femoral yace por debajo del gemelo inferior. Nace del borde
externo de la tuberosidad isquiática. Sus fibras pasan en forma casi directa y
lateral para insertarse en el fémur en un puente vertical que cruza la cresta
intertrocantérea (fig. 18.7).
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por lo general es una rama del pudendo, nace en forma separada del plexo sacro
y también se encontrara acompañando al nervio pudendo. El nervio para el
obturador interno cruza el isquion lateral hacia la arteria pudenda interna.
Origina una rama para inervar el gemelo superior y pasa a través del
foramen ciático menor para entrar a la superficie profunda del obturador interno.
El nervio al cuadriceps femoral es más lateral y a menudo se recubre en forma
externa por el nervio isquiático. Pasa hacia abajo y anterior al tendón 'obturador
y los gemelos, da una rama para inervar al gemelo inferior y entra a la
superficie profunda (anterior) del cuadriceps femoral.
Limpie para estudiar el músculo glúteo medio, que en parte se cubre por el
glúteo máximo. Surge del labio externo de la cresta iliaca, la superficie externa
del íleo, entre las líneas glúteas anterior y posterior y de la superficie profunda de
la porción de la fascia lata (fascia glútea) que lo cubre de manera externa por
encima del glúteo mayor: Sus fibras convergen hacia abajo en un tendón amplio,
plano, que se inserta en la superficie externa del trocánter mayor a lo largo de una
línea diagonal que corre, a partir del ángulo posterosuperior al anteroinferior del
trocánter. Por lo general, su inserción se conecta en forma intima con el tendón
originado de la parte más superior del vasto externo. Defínase con cuidado al
borde posterior del glúteo medio y obsérvese que, aunque el glúteo menor
yace cubriéndose en su mayor parte por el glúteo medio, una pequeña
porción de él está expuesta por abajo del borde posterior del medio. Para
descubrir al glúteo menor, se despega con cuidado el glúteo medio de su
origen y se desplaza hacia abajo y de lado a su inserción. Mientras se hace
esto, se observan las ramas nerviosas del nervio glúteo superior, que entran
en su superficie profunda.
Ya se vio que el nervio glúteo superior emerge del foramen ciático mayor y
desaparece en forma lateral bajo el glúteo medio. Nótese que aquí se divide en
rama superior e inferior. La rama superior pasa hacia adelante a lo largo del borde
superior del glúteo menor y se distribuye por completo en el glúteo medio. La
rama inferior cruza el medio del glúteo menor, inervándolo igual que al medio y
termina en forma anterior en la superficie profunda del tensor de la fascia lata, al
cual también inerva.
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anterior a la parte lateral del sacro y el músculo piriforme. Por lo general se
interna en la fascia pélvica. La manera en que se mezclan los nervios que for-
man el plexo es bastante compleja y difícil de disecar, de manera que hay que
ocuparse en forma primaria con las raíces y ramas terminales.
Las raíces del plexo son el tronco lumbosacro y las ramas ventrales de los
primeros cuatro nervios sacros. Se vio ya el tronco lumbosacro que se forma
al unirse una porción de la rama ventral del cuarto nervio lumbar con la rama
ventral total del quinto nervio lumbar. El tronco desciende por detrás de la
arteria iliaca común hasta la pelvis y ahí se une con el primer nervio sacro, pa-
ra formar un asa a través de la cual pasa al segundo, tercero y parte del cuarto
nervio sacros para formar una masa plana de nervios, el plexo sacro. Las
ramas terminales del plexo dejan la pelvis tan pronto como se forman. Al
llegar a cada rama, podrá ser de gran ayuda seguirlas a partir de la región
glútea, donde ya se vieron, hasta la pelvis, en la cual se originan.
Los tres primeros nervios sacros dan lugar al nervio posterior femoral cutáneo.
Los ramilletes que inervan el piriforme, por lo general se derivan del primer y
segundo nervios sacros. También se podrá notar que algunas ramas que salen
directo de la tercera y cuarta ramas ventrales sacras, inervan el músculo elevador
del ano.
En la parte posterior del muslo, se limpian las superficies de los tres músculos
flexores o tendinosos. Ellos son el bíceps femoral, el semitendinoso y el
semimembranoso (fig. 18.8).
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Fig. 18.8 Porción posterior del muslo.
El semitendinoso, que nace con la porción larga del bíceps, es medial a éste y en
parte cubierto por él en su porción lateral. Su parte central plana se contrae cerca
de la mitad del muslo, para formar un tendón grueso redondo que pasa hacia
abajo por detrás del cóndilo medial del fémur. Más tarde se verá su inserción.
El semimembranoso yace justo por enfrente del semitendinoso, y por tanto, está
parcialmente cubierto por éste. Se origina de un tendón plano ancho de la parte
lateral de la tuberosidad isquiática. En la parte inferior del muslo es mucho más
ancho que el semitendinoso, y su superficie posterior se extiende más allá de los
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bordes lateral y medial de este último. La porción media del semimembranoso
yace por detrás del grácil. Su borde lateral inferior forma el borde superomedial de
la fosa poplítea. El tendón plano de inserción del semimembranoso en el cóndilo
medial de la tibia, se cubre en su parte externa por los tendones del grácil y del
semitendinoso.
Límpiense las ramas del nervio isquiático que inervan la porción larga del bíceps,
el semitendinoso y el semimembranoso. Por lo general, nacen del nervio
isquiático bajo la cubierta del bíceps que puede aparecer a un nivel más alto. Un
poco por abajo, se encontrará una rama del nervio isquiático que inerva la porción
corta del bíceps.
Mientras que los músculos tendinosos aún están en su lugar, se diseca la fosa
poplítea. Si ya se desplazaron los músculos en forma parcial hay que regresarlos
a su posición normal.
FOSA POPLITEA
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Fig. 18.9.- Fosa poplítea. Sus bordes han sido separados.
Identifíquese el nervio peroneal común. Este y el nervio tibial son las dos ramas
terminales del nervio isquiático. Por lo general, nacen bajo cubierta del bíceps, pero
en ocasiones no lo hacen hasta que se alcanza la punta de la fosa poplítea.
En su origen, el nervio peroneal común es lateral al nervio tibial. Pasa hacia abajo
y de lado, cerca del margen medial del bíceps y deja la fosa poplítea al cruzar
la superficie externa de la porción lateral del gastrocnemio, siguiendo aun en
forma estrecha el borde del bíceps. El nervio peroneal común da lugar a una o dos
ramas articulares pequeñas, que pasan en forma profunda hacia la fosa para
alcanzar a la articulación de la rodilla y al nervio cutáneo lateral sural, el cual
desciende en la porción lateral del gastrocnemio, para inervar la porción lateral de
la pierna. La rama peroneal comunicante también nace del nervio peroneal
común, pero puede originarse del nervio cutáneo sural lateral. Alcanza al cutáneo
sural medial para formar el nervio sural. Se limpian ahora las porciones superiores
de las dos partes del músculo gastrocnemio, de manera de que se puedan definir
en forma clara los bordes de la fosa.
Se limpia el músculo plantar. Este nace de la parte lateral del fémur, justo por
encima de la unión de la porción lateral del gastrocnemio sobre el cóndilo
lateral. Su porción media, pequeña y carnosa, que en parte se cubre por la
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porción lateral del gastrocnemio, se dirige hacia abajo y medial en la fosa poplítea
y converge en un tendón largo que desciende debajo del gastrocnemio.
Las ramas constantes que se denominan ramas de la arteria poplítea, son sus
cinco ramas geniculares. Sin embargo, las ramas más largas son las musculares
variables que irrigan los músculos tendinosos y el gastrocnemio, sóleo y plantar.
Las dos arterias geniculares superiores surgen de cada lado del poplíteo y se
tuercen alrededor del fémur justo por arriba de los cóndilos. La genicular medial
superior se dirige en forma medial por enfrente del semitendinoso y
semimembranoso, arriba de la porción medial del gastrocnemio y g i r a h a c i a
a d e l a n t e d e b a j o d e l t endón del aductor mayor. La genicular superior lateral
corre de lado por encima del cóndilo lateral y enfrente del bíceps. La genicular
media es in pequeño vaso que atraviesa el ligamento poplíteo oblicuo para
entrar en la articulación de la rodilla. Puede originarse de una fuente común Jon
alguno de los geniculares superiores. Las dos arterias geniculares inferiores
nacen de la porción inferior de la arteria poplítea, cubriéndose por la parte
superior del gastrocnemio. La genicular medial inferior corre hacia abajo y en
forma medial para pasar hacia delante debajo del cóndilo medial de la tibia. La
genicular lateral inferior corre de lado a través del cóndilo lateral de la tibia, por
arriba de la cabeza del peroné y gira hacia adelante para alcanzar el frente de 'a
articulación de la rodilla. Todos estos vasos toman parte en la anastomosis
arterial alrededor de la rodilla.
LA PIERNA
Los músculos de la pierna se ordenan en tres grupos, cada uno de los cuales
ocupa un compartimiento osteofascial separado. En forma superficial, cada
compartimento está limitado por la fascia profunda que circula la pierna. Los
límites profundos de los diversos compartimentos se forman por los huesos y el
septo fascial de la pierna (fig.18.10). El grupo anterior de los músculos, que
producen dorsiflexión del pie y extienden los dedos, linda las superficies ante-
riores del peroné y membrana interósea, así como la superficie lateral de la tibia.
Los músculos del grupo posterior, que producen flexión plantar del pie y flexión de
los dedos, lindan las superficies posterior y medial del peroné y las superficies
posteriores de la membrana interósea y la tibia. El grupo lateral que en principio
produce eversión del pie, ocupa un compartimento estrecho que se limita por la
superficie lateral del peroné y los septa anterior y posterior intermusculares. En
medio, la superficie medial subcutánea de la tibia interviene entre los músculos
de los grupos anterior y posterior. La fascia profunda que cubre esta superficie de
la tibia se mezcla en forma íntima con el periostio.
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Fig. 18.10.- Representación diagramática de los compartimientos de la
pierna.
Con el cadáver boca abajo, se continúa ahora en la región crural posterior. Los
músculos de esta región se ordenan en tres capas de la superficial a la profunda.
Aquellos de la capa superficial son el gastrocnemio, plantar y sóleo, y constituyen la
prominencia carnosa que se conoce corno pantorrilla. La parte superior del
gastrocnemio ya se estudió. Ahora, se limpia la superficie externa total del músculo.
Obsérvese ahora que el tendón del músculo plantar pasa hacia abajo, en forma
medial posterior a la arteria poplítea y nervio tibial, además entre los músculos
gastrocnemio y sóleo. Se une al tendón calcáneo o se inserta en medio de éste en
el calcáneo. Es inervado por una ramilla del nervio tibial. Divídase el plantar justo
ANATOMIA HUMANA - DISECCION Página 306
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por abajo de su origen para desplazarlo hacia abajo. Ahora se limpian y estudian
los músculos poplíteo y sóleo (fig. 18.11).
El sóleo es un músculo grueso y carnoso, cuyo origen lineal largo tiene una forma
similar a una V invertida. Surge del tercio medio del borde medial de la tibia; de la
línea del sóleo en la parte posterior de la tibia; a partir de una banda fibrosa fuerte
que forma un puente entre la parte superior de la tibia y la cabeza del peroné; a
partir de la superficie posterior de ésta y del tercio superior de la superficie posterior
del peroné, se inserta junto con el gastrocnemio en la tuberosidad del calcáneo
mediante el tendón calcáneo, Se limpia para encontrar su inervación, que se
origina del nervio tibial en la fosa poplítea y entra en la parte proximal de la
superficie externa del sóleo. La parte terminal de la arteria poplítea se puede ver
ahora mejor de lo que en posible cuando se disecó la fosa poplítea. La arteria
poplítea termina por lo general opuesta al borde inferior del poplíteo, al dividirse en
arterias tibiases anterior y posterior. Obsérvese que estos dos vasos y el nervio tibial
descienden en pierna, al pasar anteriores a la banda fibrosa entre la tibia y el peroné,
de la que el sóleo toma un origen parcial.
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limpiarlos, se define el retináculo flexor, una porción engrosada de la fascia
crural profunda en la parte medial del t obillo. Esta fuerte banda fascial corre
hacia abajo y atrás a partir del maleolo medial, hasta la prominencia
prominencia en la parte
posterior de la superfici e medial del calcáneo. Retiene los tendones del tibial
posterior, flexor largo de los dedos y flexor largo del dedo gordo, las
porciones terminales del nervio tibial y la arteria tibial posterior, el posición
encontrarán las pequeñas ramas
contra el astrágalo y el calcáneo. Se encontrarán
mediales calca neas del nervio tibial, que inerva la piel de la porción medial del
tobillo y atraviesan el retináculo Se acompañan por las ramas mediales
calcáneas de la arteria tibial posterior. No se elimina el retináculo flexor, pero se
procede a limpiar y estudiar
estudiar el flexor largo de los dedos y el flexor largo del
dedo gordo. Se encontrará la arteria tibia l posterior y el nervio tibial, que
descienden a traves del compartimiento crural en la fosa entre los bordes de
estos dos músculos (fig. 18.2).
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forma oblicua hacia abajo para alcanzar el tendón que corre por atrás del maléolo
medial, debajo del retináculo flexor.
El flexor largo del dedo gordo se origina de los os tercios distales de la superficie
posterior del peroné. Su tendón también pasa debajo del retináculo flexor y yace a
corta distancia por atrás del tendón del flexor largo de los dedos.
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descansa anterior el flexor largo de los dedos.
Al desplazar el flexor largo del dedo gordo en forma lateral, se traza el curso de la
arteria peroneal. Desciende junto al peroné, entre el tibial posterior y el flexor
largo del dedo gordo; da ramas a estos músculos y al peroneo largo y peroneo
corto. En la parte distal de la pierna, descansa en la membrana interósea y aquí
origina la rama perforante que va por la parte anterolateral del tobillo y pie. Por
atrás del maléolo lateral, la arteria peroneal da lugar a la rama maleolar lateral
posterior, que pasa hacia delante a través del maléolo lateral para anastomosarse
con la rama maleolar lateral anterior de la arteria tibial anterior. La arteria
peroneal termina en unas pequeñas ramas laterales calcáneas que se ramifican
en la parte lateral del tobillo.
Se desplaza ahora el retináculo flexor, para exponer las terminaciones del nervio
tibial y la arteria tibial posterior, así como las posiciones relativas de estas
estructuras y los tres tendones flexores. Obsérvese que bajo el retináculo flexor,
esas estructuras se ordenan como sigue de atrás hacia delante (o, como se ha
descrito algunas veces, desde el medial hasta el lateral): el tendón del tibial
posterior, el tendón del flexor largo de los dedos, la arteria tibia posterior, el nervio
tibial y el tendón del flexor largo del dedo gordo. Los tres tendones y los nervios
y arterias plantares mediales y laterales que nacen aquí pasan en forma distal
hacia la planta del pie.
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con el extremo lateral del retináculo extensor inferior y con la apófisis troclear del
calcáneo. Deben conservarse los retináculos, y limpiar lo mejor posible las
porciones remanentes de la fascia profunda, de la superficie externa del peroneo
largo.
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delinea el músculo peroneo corto. Este se origina de la mitad distal de la
superficie lateral de la tibia y de los septos íntermusculares. Su tendón al principio
se cubre por el tendón del peroneo largo; sin embargo, conforme corre hacia
adelante por atrás del maleolo lateral, yace en la parte anterior de este
último tendón. Se inserta en la tuberosidad de la base del quinto hueso
metatarsiano (fig. 18.3).
Los traumas a la cabeza y cuello del peroné, ponen en peligro la integridad del nervio
peroneal común, el cual es muy superficial y cercano al hueso. La lesión de este
nervio da como resultado la caída de pie o incapacidad para la dorsiflexión del mismo.
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y la inferior pasa en forma distal alrededor del margen medial del pie para
alcanzar la aponeurosis plantar.
El extensor largo de los dedos nace de la parte anterior de la cabeza del peroné
y de los dos tercios proximales de la superficie anterior de su porción
columnar (cuerpo); a partir de la superficie anterior del septo intermuscular
anterior. Este lo separa del compartimento crural lateral y de la fascia profunda
que los recubre. Su tendón desciende enfrente de la articulación del tobillo y en
el dorso del pie se divide en cuatro colgajos que alcanzan las superficies
dorsales de los cuatro dedos laterales. Se elimina la piel del dorso de los
dedos y se investiga la forma de inserción de los tendones extensores.
Obsérvese que cada rama se expande en la parte dorsal de la falange
proximal y se divide entonces en una parte central y dos colaterales. La parte
central se inserta en la base de la falange media. Las partes colaterales se
insertan juntas en la base de la falange terminal.
El extensor largo del dedo gordo está entre el tibial anterior y el extensor
largo de los dedos, los cuales lo cubren. Nace de la porción media de la
superficie anterior del peroné, medial a la unión del extensor largo de los
dedos y de la superficie anterior de la parte adyacente de la membrana
interósea. Su tendón cruza frente a la articulación del tobillo justo lateral al
tibial anterior, y pasa distal en el dorso del pie para insertarse en la falange
terminal del dedo gordo.
Tres vainas sinoviales rodean los tendones de estos músculos y corren por
abajo de los retináculos, frente al tobillo y hacia el dorso del pie. Por lo
general, las vainas no se pueden demostrar en forma satisfactoria en el
espécimen anatómico ordinario. La vaina más medial envuelve el tendón del
tibial anterior y se extiende desde cerca del borde proximal del retináculo
extensor superior, hasta una corta distancia de la inserción del músculo.
Una segunda vaina rodea al tendón del extensor largo del dedo gordo y se ex-
tiende desde cerca del borde distal del retináculo extensor superior a la base de
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la falange proximal del dedo gordo. La tercera vaina es común a los tendones
del extensor largo de los dedos y el tercer peroneo. Se extiende desde el borde
distal del retináculo extensor superior, hasta cerca de la mitad del dorso del
pie.
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y asciende a través de la sustancia de la porción superior del tibial anterior,
para alcanzar el frente de la articulación de la rodilla. Las arterias
maleolares anteriores son pequeños vasos que nacen de cada lado de la
tibial anterior en la porción proximal al tobillo. La arteria maleolar anterior
lateral corre en forma lateral debajo del tendón del extensor largo de los
dedos y del tercer peroneo, y entonces gira hacia atrás en la superficie lateral
del maléolo lateral. La arteria maleolar anterior medial cruza la porción distal
de la tibia, bajo los tendones del extensor largo del dedo gordo y el tibial
anterior.
A fin de exponer las estructuras del dorso del pie en forma efectiva, se
aconseja cortar el retináculo extensor inferior y desplazar los tendones del
extensor largo de los dedos y el tercer peroneo, en forma lateral.
Límpiese la arteria pedía dorsal y sus ramas. Se vio ya que la pedía dorsal se
inicia enfrente del tobillo, corno continuación de la tibial anterior, y se extiende
a la base del primer espacio interóseo. Ahí termina al dividirse en las arterias
metatarsiales, plantar profunda y primera dorsal (fig. 18.14). Descansa en
forma sucesiva en el astrágalo navicular, segundo cuneiforme, y en la base
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del segundo metatarsiano. Al cruzar los huesos del tarso, da lugar a ramas
lateral tarsal y (por lo general) dos ramas tarsales medianas. Las tarsales
laterales cursan en forma lateral por abajo del extensor largo de los dedos, e
irrigan este músculo y los huesos y articulaciones de la región. Las mediales
tarsales son pequeñas ramillas que inervan la piel y huesos de la región
tarsal media. Cerca de su terminación, la pedia dorsal da lugar a la arteria
arqueada. Este vaso corre en forma lateral a través de las bases de los huesos
metatarsianos. A partir de él se originan las arterias metatarsales dorsales
segunda, tercera y cuarta. Cada una pasa hacia delante a lo largo del espacio
interóseo correspondiente y se divide en dos ramas digitales dorsales, que se
distribuyen en los lados adyacentes de los dos dedos. La primer arteria dorsal
metatarsial es una de las ramas terminales de la dorsal pedía. Por lo general,
da lugar a una rama que irriga la parte medial del dedo gordo. La otra rama
terminal, la arteria plantar profunda, pasa hacia abajo a través de la base del
primer espacio interóseo en la planta del pie donde, como se verá más
tarde, participa en la formación del arco plantar.
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calcáneo y de la porción de la aponeurosis plantar que lo recubre. Su tendón se
inserta en la porción medial de la base de la falange proximal del dedo gordo.
Como se verá más adelante, esta inserción es común al abductor del dedo
gordo y a la parte carnosa media del flexor corto del dedo gordo.
El nervio plantar medial emerge entre el abductor del dedo gordo y el flexor
corto de los dedos, a los cuales inerva, y corre hacia adelante para dividirse
en cuatro ramas cutáneas. De éstas, la más medial es una rama digital
propia, que pasa a la piel de la parte media de la porción plantar del dedo
gordo. Las tres remanentes que se conocen como nervios digitales plantares
comunes, se dividen, cada una cerca de la cabeza de los huesos
metatarsianos, en dos nervios digitales plantares propios. Estas inervan las
partes adyacentes de los dedos primero, segundo, tercero y cuarto. La rama
superficial del nervio plantar lateral emerge bajo cubierta de la parte lateral
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del flexor corto de los dedos y se divide en dos ramas. La más medial da lugar a
dos ramas digitales propias, que inervan las partes adyacentes del cuarto y
quinto dedos, y la más lateral inerva la parte lateral del mismo. Estos nervios
cutáneos inervan toda la superficie plantar y también la parte acolchonada de
los ortejos.
La segunda capa de músculos en la planta del pie, incluye los tendones del
flexor largo del dedo gordo y el flexor largo de los dedos, el cuadrado
plantar (algunas veces llamado flexor accesorio, lo cual es más descriptivo de
la función del músculo) y los cuatro músculos lumbricales. A este nivel, se
encontrarán también los troncos del nervio y arteria plantares mediales, los
cuales cruzan profundo (por arriba) del abductor del dedo gordo; y el nervio y
arteria plantares laterales, los cuales cruzan profundamente hacia el abductor
del dedo gordo y el flexor corto de los dedos (fig. 18.16).
Se dividen el abductor del dedo gordo y el flexor corto de los dedos cerca de sus
orígenes y se desplazan hacia adelante. Al hacerlo se asegura su inervación,
la cual reciben del nervio plantar medial. Hay que tragar todo el curso del nervio
plantar y la arteria. Además de las ramas que se describieron, el nervio plantar
medial da ramilletes de inervación por lo general de sus dos ramas digitales
comunes, al flexor corto del dedo gordo y al primer músculo lumbrical. La
arteria medial plantar, que por lo general es más pequeña que la arteria
plantar lateral, acompaña al nervio plantar medio. Da lugar a numerosas
arterias pequeñas que en su mayor parte corresponden a las ramas del
nervio.
El nervio plantar lateral corre hacia adelante y de lado a través de la planta del
pie, hasta cerca de la base del cuarto espacio interóseo. Aquí termina por
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dividirse en ramas superficial y profunda. A partir del tronco nervioso, distribuye
pequeñas ramas al abductor menor de los dedos y al cuadro plantar. Cerca de
su inicio, la rama superficial inerva al flexor menor corto de los dedos y a los
nervios interóseos del cuarto espacio. Ya se ha trazado su curso subsiguiente.
La rama profunda gira medial profundo hacia el cuadro plantar, a donde la
seguiremos más adelante. La arteria lateral plantar acompaña al nervio
plantar lateral hasta la base del cuarto espacio interóseo, donde gira en
forma medial y profunda hacia el pie con la rama del nervio. De la parte de su
curso hasta ahora visible, surgen pequeñas ramas hacia los diversos
músculos adyacentes.
Se sigue el tendón del flexor largo de los dedos hasta la planta del pie. Obsérvese
que se divide en cuatro tendones, que se introducen en las vainas fibrosas de los
cuatro dedos laterales, donde yacen abajo de los tendones correspondientes
del flexor corto de los dedos. Límpiese el cuadro plantar. Este músculo
corto, plano, se origina mediante dos porciones de las partes inferiores de la
superficie lateral y medial del calcáneo. Sus fibras pasan hacia adelante para
insertarse en la porción lateral del tendón del flexor largo de los dedos. El
nervio plantar lateral y la arteria descansan directamente en este músculo,
así como cruzan la planta del pie.
Trácese el tendón del flexor largo del dedo gordo hasta la raíz. Nótese que
al entrar en la planta, descansa en una hendidura bajo la superficie del
sustentáculo del talón, al cual está unido por una fuerte banda fibrosa. Luego,
se dirige hacia adelante, cruza profundo al tendón del flexor largo de los
dedos, al que a menudo le proporciona fascículos tendinosos, y entra a la
vaina de la porción plantar del dedo gordo. Se inserta en la falange terminal.
Se divide el tendón del flexor largo de los dedos en el punto donde entra al
pie y desprende de su origen al cuadrado plantar. Gírese la porción dividida del
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tendón hacia adelante, a la vez que los músculos cuadrado y lumbrical. Al
mismo tiempo, intente encontrar las pequeñas ramas que los tres
lumbricales laterales reciben de la rama profunda del nervio plantar lateral.
El aductor del dedo gordo nace mediante dos porciones, una oblicua y una
transversa. La parte oblicua es larga y carnosa. Se origina de las bases del
segundo, tercero y cuarto metatarsianos y se inserta, junto con la parte
lateral del flexor corto del dedo gordo, en la base de la falange proximal.
La porción tranversa es pequeña y delgada. Surge de las cápsulas de la
tercera, cuarta y quinta articulaciones metatarsofalángicas y se inserta en
forma medial con la parte oblicua.
Para exponer el arco plantar, deben desprenderse el flexor corto del dedo
gordo y la porción oblicua del aductor del dedo gordo desde sus orígenes y
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girarlos hacia adelante. El arco plantar
plan tar está formado por la continuación
medial de la arteria plantar lateral, abajo del cuadrado plantar y la parte
oblicua del aductor del dedo gordo, y por su unión con la rama plantar pro -
funda de la arteria dorsal pedía, la cual aparece en la planta del pie en la base
del primer espacio interóseo (fig. 18.17). Descansa sobre las bases del
segundo, tercero y cuarto huesos metatarsianos
metatarsianos y da origen a cuatro arterias
plantares metatarsianas. Estas
Estas se dirigen hacia adelante en los espacios
interóseos y cada una se divide en dos arterias plantares digitales, las cuales
irrigan las partes adyacentes de los dos ortejos. La rama profunda del nervio
plantar lateral acompaña la parte lateral del arco pla ntar profundo. Este nervio
se distribuye en el aductor del dedo gordo, los tres músculos lumbricales
laterales y los músculos interóseos por el primero, segundo y tercer espacio (fig.
18.18).
Para mostrar los siete músculos interóseos, que forman la cuarta capa, se
recomienda eliminar la parte transversa del aductor del dedo gor do y cortar
los ligamentos transversos profundos
profun dos que unen las cabezas de los huesos
metatarsiales adyacentes. Los interóseos ocupan Ios espacios del mismo
nombre. Están arreglados en dos grupos, que consisten de tres interóseos
plantares y cuatro dorsales. El primero, segundo y tercero interóseos plantares
surgen de los tercios proximales de la superficie plantar medial del tercero,
cuarto y quinto metatarsianos. Sus fibras pasan en forma oblicua hacia
adelante, para insertarse en las partes mediales de las bases de las falanges
proximales del tercero, cuarto y quinto ortejos. Un músculo interóseo dorsal se
encuentra en cada espacio. Cada uno nace de las partes adyacentes de los
dos huesos metatar sianos que bordean el espacio en el cual descansan. El
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primer músculo interóseo dorsal, se inserta en la parte medial de la base de la
falange proximal del segundo ortejo. El segundo, tercero y cuarto se insertan
en la parte lateral de las bases de las falanges proximales de los segundo,
tercero y cuarto ortejos.
El tendón del tibial posterior ahora puede trazarse hasta su inserción. Obsérvese
que la principal unión es la tuberosidad del navicular, y origina un fascículo
secundario que se difunde sobre la planta del pie para unirse al segundo y
tercero cuneiformes, el cuboide y el cuarto hueso metatarsiano. El tendón del
largo ha sido rastreado hasta el borde lateral del hueso cuboide. Sígase a través
de la planta del pie hasta su inserción en la superficie inferior del primer
cuneiforme y la parte adyacente de la base del primer metatarsiano. Puede
observarse cómo cruza el hueso cuboide, y cómo está parcialmente
'recubierto por el ligamento plantar largo. Este ligamento es una fuerte banda
que se une en su parte posterior a toda la superficie inferior del calcáneo, y
pasa hacia adelante a la tuberosidad del cuboide, del cual salen fibras que
se extienden para alcanzar las bases de los cuatro huesos metatarsianos.
Esto es importante para preservar el arco longitudinal del pie.
ARTICULACIONES
Articulación sacroiliaca
Articulación de la cadera
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La parte superoposterior de la cápsula articular está cubierta por el glúteo
menor. Primero, se secciona el tensor de la fascia lata a partir de su origen,
si es que aún no se ha hecho, y se gira hacia abajo. Separe el glúteo menor de
su origen y llévelo completo hasta su inserción. Mientras se hace esto, nótese
que algunas de las fibras profundas se insertan en la cápsula articular; éstas
deben separarse.
Revísense los orígenes del pectíneo, recto interno y aductor. Corte el recto
interno cerca de donde nace y gírelo hacia abajo. Se define entonces muy
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claro el borde superior del aductor mayor, cuidando de distinguirlo del
obturador externo, que descansa en forma posterosuperior al aductor mayor. Se
divide el aductor mayor a lo largo de todo su origen y se desplaza hacia atrás
y en forma lateral, hacia su inserción. El origen del obturador externo está
ahora expuesto y deberá ser limpiado.
El obturador externo nace, cubierto por el origen del aductor corto y el aductor
mayor, a partir del isquion y el pubis, a lo largo del margen anterior del
foramen obturador, y en cierta forma, de la superficie externa de la membrana
obturadora. Sus fibras convergen en forma lateral y posterior en un tendón
que se tuerce alrededor de la porción inferior de la cápsula articular, tal y
como se explicó.
En dirección anterior, la cápsula está unida al ilion y al pubis, cerca del anillo del
acetábulo, a partir del cual se extiende hacia abajo y en forma lateral para unirse
a la línea intertrocantérea del fémur. Dos porciones engrosadas de la
cápsula se denominan como ligamentos. El más fuerte es el ligamento
iliofemoral. Está unido por arriba al ilion justo por abajo de la espina iliaca
anteroinferior y se ensancha hacia abajo para alcanzar los dos tercios
superiores de la línea intertrocantérea. El ligamento pubofemoral es menos
marcado. Se extiende a partir de la superficie externa del pubis, cerca de su
unión con el ilion, hacia la parte inferior de la línea intertrocantérea (fig. 18.
20).
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exponer la membrana obturadora y la distribución de la arteria obturadora. Se
corta a través de todo el obturador externo cerca de su origen y se gira la
porción seccionada hacia su inserción. Mientras se hace esto, se ven las
ramas del nervio obturador que lo inervan. Debe limpiarse la superficie externa
de la membrana obturadora. La arteria obturadora emerge de la pelvis en el
canal obturador, en compañía del nervio obturador. Se divide casi de inmediato
en la rama anterior y posterior. La rama anterior, que por lo general es menor
que la posterior, se distribuye en los músculos aductores, cerca de sus orígenes
y en el obturador externo. La rama posterior da lugar a una rama acetabular, que
atraviesa la cápsula articular en la región de la muesca acetabular para alcanzar
la cabeza del fémur, por el camino del ligamento capital del fémur. También
de la rama posterior, salen arterias que irrigan los diversos músculos que se
originan del ramo isquial.
Articulación de la rodilla
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femoral. Se separa de su origen en el fémur la porción corta y se retira todo el
músculo, a excepción de su inserción, que puede dejarse unida a la cabeza
del peroné. También se quita de la cápsula el semimembranoso, a excepción
de unos 1.5 cm proximal a su unión a la tibia. El ligamento colateral peroneal
(lateral), cuyo extremo distal se vio que atravesaba el tendón del bíceps, deberá
ser limpiado y expuesto en forma clara (fig. 18.21). Es el único ligamento
externo de la rodilla que no está mezclado en forma íntima con la cápsula
articular. Hágase una incisión longitudinal a través de la mitad del tendón del
cuadriceps, a corta distancia por arriba de la rótula, para abrir la bolsa
suprapatelar. Esta bolsa se encuentra entre la superficie profunda del tendón del
cuadriceps y la superficie anterior de la parte distal de la columna ósea del
fémur. Se continúa, en su parte distal, con el saco sinovial de la articulación
de la rodilla.
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membrana sinovial lleno de grasa, que corre a partir del borde inferior de la
rótula, hacia atrás, hasta la fosa intercondiloidea del fémur.
Los meniscos se pueden ver sin disección. Estos Estos son dos discos
fibrocartilaginosos se m ilunares, que descansan por arriba de las porciones
externas de las superficies articulares de los cóndilos de la tibia y separan en
forma parcial estas superficies de las superficies articulares correspondientes en
los cóndilos del fémur. Sus márgenes
márgenes internos son agudos y libres. Sus
márgenes, externos son más gruesos y están unidos a la cápsulacápsula fibrosa de la
articulación. El menisco medial es oval y el más grande de los dos. Está unido
en forma medial al ligamento tibial colateral, El menisco lateral es circular y no
está unido al ligamento colateral.
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parte anterior por el ligamento anterior. Se extiende hacia arriba y en forma
medial a partir de la fosa intercondiloidea posterior de la tibia, hasta la superficie
lateral del cóndilo medial del fémur.
Los huesos del tarso y metatarso están arreglados de manera que forman dos
arcos, uno longitudinal y uno transverso, las concavidades de dichos arcos están
dirigidas hacia la planta. El arco longitudinal descansa de forma posterior sobre la
tuberosidad del calcáneo y en la parte anterior sobre las cabezas de los huesos
metatarsianos. Está apoyado principalmente por el ligamento plantar largo
(ligamento calcaneocuniforme), el ligamento plantar corto (calcaneocuboideo) y el
ligamento de resorte (plantar calcaneoclavicular).
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astrágalo y los huesos navicular y sustentáculum del talón del calcáneo.
INDICE ALFABETICO
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