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Poemas de Miguel Ángel Bustos
Poemas de Miguel Ángel Bustos
POLEN ATÓMICO
I. BAJA EL FUEGO
Polen atómico
muerde
lento,
la nuca
del niño.
Enrosca viento
luz enrosca
flores y panes,
la muerte
en la sangre.
Lleva viento
lleva,
polen
herido
a las flores sedientas.
Golpe
de átomos rabiosos
vuelca
sacude
y clava
hondo,
la muerte.
Acorrala
temblando
en el fuego,
el mar
la tierra
los besos.
IV. GRITO Y LLANTO DE LOS LABIOS
Puñado de gritos
abren
la lengua
violando
en sollozos.
Criban
el aire
en largo diente
quemando
los sueños
la furia
y el llanto.
Luna
y llagas
giran
y luchan
en el viento.
Nube
y agua fresca
suben
la arena tibia.
Espiral
de lágrimas
y plumas quebradas,
locos y heridos
los pájaros
vuelan.
VI. EL SOL VUELVE A LA TIERRA
Cae
sol
fuego
enamorado
del polvo
y del viento.
Cae.
Separa brusco
la sombra,
entibia
sangre del aire
frentes
y labios
muertos
nunca
olvidados.
Cae
y ábrete
onda
ala
entre
las nubes
y el agua
prende
muerde,
veneno cálido
el avión que se aleja.
Vuelve semilla
puño verde
sacudón de vida
a la tierra ulcerada.
Vuelve.
Hínchate
y crece.
Libera
lento pulso vivo
el aire
de átomos
negros y duros.
Sube
muriendo y viviendo,
apretado ruido
de hojas y espigas,
el bosque
el río
el campo envenenado.
Aquieta tus ramas
mira el sol
y tapa
cuerpos heridos
niños de Hiroshima
hermosos juguetes
de fuego.
Ampara sus llagas.
Vé
y márchate
en sus lágrimas.
ESPUMAS DE LUZ Y SOMBRA: MURALLÓN DE VIDA
SUEÑO QUEBRADO
Sueño quebrado
levántate y anda
Marcha de mi frente
abre mi tierra.
Levanta
ruda muralla de niños
al dólar de fuego y zarpa de balas.
Vuelve
joven enamorado del agua
al mordido corazón rebelde,
abraza y besa prieto hasta la llama
pedernal de lágrimas,
mi corazón
clavado a pico de sangre
en las vigilias desnudas de mi cuerpo.
de "Corazón de piel afuera" (1959)
FRAGMENTOS FANTASTICOS
2. En medio de ruidos y terrores clama una voz. Llega a mí solo. Es el grito de Espíritu que me
posee. Adivino su mensaje. Mi horrorizada lengua sigue su ritmo maldito. ¿Hasta cuándo
paredes de mi cráneo? Hasta que sea colmada la eternidad.
9. Escribe mientras sea posible. escribe cuando sea posible. ama el silencio.
10. En la Región de los Cielos las piedras del sueño van rodando en tus ojos.
20. Escucho la voz de las estrellas. Ella me dice que el espacio es infinito, que el tiempo es una
utopía de nuestra sangre. Que las estrellas que habitan cada átomo de nuestro cuerpo también
nos está oyendo. Que el clamor es total y desesperado. Que la muerte es un sueño del cual
despertaremos en el reino alucinante.
21. Era un país de mármol con ríos de leche oscura y barcos de oro fino. El muro esmaltado del
cielo estallaba en tréboles ardientes. Una luz espesa como sangre llenaba las cosas y las almas.
En cestos de una paja desconocida morían cabezas humanas. Tras el horizonte saltaba un sol
blanco herido, gotas de pus y mercurio se convertían en rayos. Alineados como en un bosque
talado yacían cuellos de nieve. Un puñal despedía olor a vísceras y espanto.
El verdugo de aquel aquelarre de niños vengativos dormía junto al mar helado con sueño
tranquilo.
22. Sobre la hierba bajo la cual respiraba suavemente el dormido, ella amó nuevamente con la
misma pureza, con los mismos quejidos de placer y locura. Usó del mismo amor que clavado
duraba en la memoria intemporal de aquel que anda en el Reino de los Muertos.
78. Amor, explosión del alma con el pene niño, tibio, sin saber qué hacer, seguro ya del olvido
y el polvo del siglo.
82. Bajo la vagina pestilente del Cielo de Cristo, la jauría de los esclavos.
CASA DE SILENCIO
Un niño y un cuchillo, enamorados carne y hierro, buscan en el alma la selva que los salve.
Aromas y llantos boca de hielo sobre cicatriz de pureza. Irá a devorar temblores irá la tierra
alzando mares.
Sueño del niño que muere en su Casa de Silencio en el cielo del espanto, hierba de tristeza amor
de nadie.
Naranjos
hasta cuándo serán naranjos las calles del Tigre
y no el corazón de mi amor.
Pulpa de tu tremenda boca la toqué y se me fue por la noche entre
los naranjos volvió para pegarme como la rama más débil
o la ola más fría iniciando la tormenta
Y yo que creí que nos pondríamos juntos en nuestra vida de mil
años.
Trompa apaga la luz que desciendo solo a la ciudad de los
hombres. Apaga lamento de hierro y bronce entre los
naranjos.
Ahí voy lava tu cuerpo y vamos. Ah santa piel joven el mundo
será nuestro.
Silencio con la sorda alegría. Ahora duerme al fin. Clarín
entre los naranjos.
LUNA DE HERODES
Escribe mientras sea posible. Escribe cuando sea imposible. Ama el silencio.
33
Ella, Ella y ausente la siento. Vos, que has elegido la noche para hundir tu cuerpo en el agua
oscura. Asumes, mi amor, la sombra terrible de la inmaculada luna.
70
Quiero saber tu nombre. Cómo te llamas, nombre que vagas por el Paraíso en el atroz silencio.
Tú, que llevas una costilla más que todos. Sentado entre árboles parlantes diriges tu ojo solitario
del otro. Duermes. Sin posible Redentora.
84
Acomoden las coronas, murmuren sobre mi perfil, empujen mi ataúd, que navegue el maldito.
Y que un velorio de estupor abra el vientre del tiempo.
110
COMUNIÓN SALVAJE
Me como a dios.
Como mi salvación y espanto.
Corazón de los sentidos digiere la cúpula celestial.
Ahora estoy en el campanario, un campanario tímpano católico y extinguido.
Con el bronce, con la trompa badajo en el viento inflamo los mares.
Que todo sea una salvaje profecía amor poseído amor ido.
Pero cuando muera, el profeta que hay en mí se alzará como un niño sin moral y sin patria. Un
niño loco con lengua de alaridos. Entonces amanecerá en el millón de
Galaxias.
de "Visión de los hijos del mal" (1967)