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Alumnas:

Eilen Carolina Ruiz


Vargas,

Paulabeth Payares

PÓ LIZA Y SEGURO DE de la Hoz,

Natalia Torres

RESPONZABILIDAD Burgos,

Andrea Camila

CIVIL Jaramillo Muñoz,

Yucelis Milagros
Luquernia
Este trabajo es presentado por estudiantes de IX semestre de la universidad Granados.
Sergio arboleda, Santa Marta. El día 01 de Abril del año 2020, al profesor Luis
Aguilar, en razón de su cátedra de Derecho de Seguros los jueves a las 6:00am.
Tabla de contenido
Introducción...............................................................................................................1

1. La póliza.................................................................................................................1

1.1. Concepto de póliza.......................................................................................1

1.2. Naturaleza jurídica de la Póliza....................................................................3

1.3. Clasificación de la Póliza..............................................................................4

1.3.1. Póliza flotante:........................................................................................5

1.3.2. Póliza automática:..................................................................................6

1.3.4. Póliza específica:....................................................................................8

1.3.5. Póliza nominativa y póliza a la orden:.................................................9

1.4. Merito Ejecutivo de la póliza........................................................................9

1.5. Contenido de la Póliza................................................................................10

1.6. Integración de la póliza. La solicitud de seguro y los anexos...............12

1.6.1 La solicitud de seguro...........................................................................12

1.6.2 Los anexos.............................................................................................13

2. Póliza de responsabilidad civil.............................................................................14

2.1. Concepto de seguro Responsabilidad civil...................................................15

2.2. Aspectos procesales:....................................................................................16

2.2.1. Legitimación en la causa por activa y pasiva.........................................16

2.2.2. Competencia...........................................................................................16

2.2.3. Acción directa..........................................................................................16

2.2.4. Prescripción............................................................................................17

2.2.5. Cobertura de gastos y defensa...............................................................18

2.2.6. Reclamación...........................................................................................18

2.3 Suscripción de póliza de responsabilidad civil...............................................18


2.3.1 Declaración del estado del riesgo - reticencias e inexactitudes..............19

2.3.2. Copia del informe de inspección.............................................................22

2.3.3. Suficiencia de la suma asegurada..........................................................24

2.3.4. Modalidades de cobertura (delimitación temporal del riesgo)...............24

2.4. Riesgo asegurado (objeto del seguro).......................................................26

2.5. Predios asegurados...................................................................................30

2.6. Delimitación objetiva del riesgo.................................................................30

2.7. Exclusiones y demás condiciones.............................................................31

3. ¿Qué pasa si no está excluida expresamente el perjuicio extra patrimonial que


cause el asegurado? ¿Debe cubrirse o no debe cubrirse?...................................31

Conclusión:..............................................................................................................33

Bibliografía...............................................................................................................34
Introducción

A medida que conocemos las materias que pertenecen al derecho


entendemos la complejidad de la vida en sociedad, contratos de seguros es una
muestra de tal afirmación, conocer su definición estructura, sus sujetos y más nos
indican lo necesario que es materia comercial, y sabemos que el comercio es que
el mueve al mundo.

En esta ocasión ahondaremos en un tema que es trascendente para el


Derecho de seguro: “La póliza” la cual nos confirma que la con sensualidad en
materia de contratación es un elemento esencial para ella, pero esta no deja de
lado la formalidad para efectos de su fiabilidad, en este trabajo entenderemos el
porqué de tal comentario.

Además ahondaremos en una póliza en específico: “La póliza de responsabilidad


civil” donde comprenderemos de donde deviene y cuál es su trascendencia.

1. La póliza.

1.1. Concepto de póliza

De acuerdo al código de comercio colombiano en su artículo 1046 se puede


definir la póliza como “Medio de prueba para el contrato de seguro”. No es el único
medio de prueba, debido a que con ley 389 de 1997 fue modificado el artículo que
hacía a la póliza insuperable medio de prueba del contrato de seguro al expresar
la reforma que: “El contrato de seguro se probara por escrito (póliza) o por
confesión (el legislador no quiso restringir al escrito, se pueden los medios
digitales, es deber del intérprete actualizar la norma a través de la interpretación)”.

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Reforma que es obligada consecuencia de haberse quitado al contrato de
seguro el carácter de solemne, pues si seguía la póliza como único medio de
prueba se hablaría aun de formalidad, al plantease la confesión como otro medio
de prueba se apunta a el carácter consensual. Lo que nos muestra que el art 1046
no se opone a la consensualidad, porque este es una especie de tarifa legal para
acreditar la existencia del contrato, invitándonos al escrito o a la
confesión[ CITATION Pol03 \l 3082 ].

Por lo tanto definiremos la póliza como: “Documento que recoge el


contrato de seguros, que como medio probatorio se distingue por constar
por escrito”.

Tal definición nos hace anotar que su característica de literalidad le permite


ser el medio de prueba por excelencia del contrato de seguro, debido a que al
constar por escrito la voluntad de las partes en presencia de mala fe es muy difícil
contradecir el hecho. Por eso en la práctica el medio de prueba por excelencia es
la Póliza. Pues el asegurador es quien tiene el dinero en su poder (recibe primas)
y de no constar el contrato de seguro por escrito (póliza) es muy fácil que el
asegurador obre de mala fe al momento de indemnizar los perjuicios por el
siniestro, de actuar así y no haber póliza se puede recurrir a la confesión pero el
asegurador no va a confesar que está mintiendo y que efectivamente si hubo
contrato de seguro, él va a ser coherente con su astucia y va a negar el contrato
de seguro en la confesión. Por lo tanto no hay duda de que la póliza es el medio
de prueba por excelencia del contrato de seguro.

Como ya decíamos el art 1046 del código de comercio es quien define la póliza
como medio de prueba, hay otros aspectos con relación a la paliza que el
enuncia, este artículo reza así:

El contrato de seguro se probará por escrito o por confesión.

Con fines exclusivamente probatorios, el asegurador está obligado a


entregar en su original, al tomador, dentro de los quince días siguientes a la
fecha de su celebración el documento contentivo del contrato de seguro, el

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cual se denomina póliza, el que deberá redactarse en castellano y firmarse
por el asegurador.

La Superintendencia Bancaria señalará los ramos y la clase de contratos


que se redacten en idioma extranjero.

PARÁGRAFO. El asegurador está también obligado a librar a petición y a


costa del tomador, del asegurado o del beneficiario duplicados o copias de
la póliza.

Por lo tanto la expedición de la póliza y su recibo sin objeciones inmediatas


por parte del tomador o asegurado, viene a construir la prueba por excelencia de
lo que fue objeto del acuerdo consensual y sus bases serán la guía para lo
atinente a responsabilidades de las partes[ CITATION Her14 \l 3082 ].

El ultimo parágrafo del mencionado expuesto articulo pone fin a un


problema, pues se creía que la paliza era título valor, cuando no es así, por tal
error las aseguradoras ponían todo tipo de trabas a quienes solicitaban un nuevo
ejemplar de ellas en caso de extravió del entregado, de tal modo que hacían parte
de este conflicto a la superintendencia financiera para que sirviera como autoridad
que ordenara la entrega de la copia de la póliza o llegándose al extremo de iniciar
un proceso judicial para la entrega del documento en mención.

1.2. Naturaleza jurídica de la Póliza

Sabida la definición de Póliza y el porqué de ella, es necesario que


abarquemos la naturaleza jurídica de la Póliza, bajo el entendido de que la
naturaleza jurídica viene a ser el nacimiento de algo de acuerdo al derecho.

Recordando la definición que ya vimos de la póliza hemos de tener en


cuenta que esta tiene como característica principal la literalidad a través de un
documento, es decir ella es formal, solemne. Por lo tanto la naturaleza jurídica de

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la póliza no puede ser el contrato de seguro debido a que este no es solemne, es
consensual (esto como consecuencia del cambio legislativo que operó a partir de
la entrada en vigencia de la Ley 389 de 1997, se consagró la consensualidad
como una de las características del contrato de seguro, cambiando su naturaleza
solemne en consensual) es decir no necesita de un documento escrito para su
existencia, solo requiere del acuerdo de voluntades de las partes.

Ahora bien para que quede evidencia del acuerdo de voluntades se


requieren pruebas y es ahí donde surge la necesidad de la póliza, por ser esta la
prueba por excelencia (no la única) de la existencia del contrato de seguros, es
decir la que da constancia de que efectivamente las partes acordaron asumir
obligaciones ya sea como asegurador o tomador.

Por lo tanto la naturaleza jurídica de la póliza es la prueba del contrato, puesto


que la póliza surge de la necesidad de probar de forma segura la existencia del
contrato de seguro.

1.3. Clasificación de la Póliza

Sabiendo que hay distintos tipos de amparos que pueden ser otorgados
según los diferentes riesgos a que se encuentren expuestas las personas o las
cosas, existen variadas clases de pólizas y su enumeración sería casi
interminable, dado que, teóricamente, para todo riesgo puede haber una póliza
correspondiente. Teniendo esto en cuenta, indicaremos las modalidades básicas
que pueden presentarse en las diversas áreas.

Apartando por un momento la posibilidad de expedir pólizas para las


diferentes áreas, nos centraremos en las formas que la póliza puede tomar y,
además, que estas surgieron como una necesidad de dar una respuesta adecuada
a los requerimientos que el comercio y la industria contemporáneos demandan de

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los aseguradores cuando las pólizas, con sus modalidades clásicas, se tornaron
lentas, inoperantes o antieconómicas.

De tal modo, es así como el estatuto comercial habla de pólizas flotantes,


automáticas, nominativas y a la orden, las cuales se mencionan en los artículos
1050 y 1051 del Código de Comercio.

1.3.1. Póliza flotante:

Esta también toma el nombre de póliza de abono o de declaraciones, se


caracteriza por dar la posibilidad de asegurar aquellos intereses que en su
estimación económica suelen, en muy poco tiempo, ser inestables, impidiendo de
tal modo a esta frecuencia tomar seguros individualizados para cada uno de los
momentos que permitan en caso de siniestro contar con un determinado valor
asegurado.

Un ejemplo claro de esto es el establecimiento que un día tiene bienes


estimados en 500 millones de pesos y al día siguiente se venden la mayoría
quedando bienes estimados es 200 millones de pesos, sin embargo al tercer día
ingresan nuevos bienes estimados en 900 millones de pesos, para estos casos es
menester contratar un seguro que garantice una adecuada indemnización en caso
de siniestro, que de tal modo no se perjudique el asegurado, y que, a la vez, exista
una base clara para el cobro de las primas.

Es así, como al otorgarse el amparo, que se da esencialmente, mas no tan


solo, para los ramos de transporte, sustracción e incendio, en lo concerniente a los
movimientos de bienes con base en la experiencia anterior del asegurado, se
establece un máximo del valor asegurado para que determine cual puede llegar a
ser el tope de la responsabilidad sobrevenido un siniestro, considerándose para
ellos factores tales como el monto de la producción, el flujo de ventas, la

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capacidad de almacenamiento de los inmuebles, las compras proyectadas de
materias primas etc.

Establecido este tope, que se acostumbra denominar como el riesgo


máximo probable, que viene a jugar el papel de la suma asegurada, porque habido
un siniestro es hasta ese extremo donde iría la responsabilidad del asegurador.
Sin embargo, vale la pena aclarar que la prima no se cobra sobre esa suma
máxima pero sí sobre los valores que lleguen a existir dentro del establecimiento
(del ejemplo, por lo menos) en un periodo determinado y es así como pueden
promediarse los valores que efectivamente lleguen a existir en el mencionado
establecimiento en determinado periodo, teniendo en cuenta que los valores
pueden ser diarios, semanales, mensuales o la cifra mayor dentro de uno de esos
lapsos. En fin, hoy día ya los sistemas para calcular la prima son muchos,
inclusive esta puede cobrarse por todo un año sujeta a reajustes según que lo
estimado como promedio para su cobro coincida o no con la realidad, como
sucedería, por ejemplo, en el caso de considerarse que el valor asegurable
promedio dentro del año será 800 millones de pesos y al finalizar el mismo se
llegara a comprobar que fue mayor (reajuste para cobrar más prima) o que fue
menor (devolución de lo cobrado).

1.3.2. Póliza automática:

Aquí, se utiliza principalmente en el área de trasporte, otorgando un amparo


para todos los envíos que se realicen durante la vigencia de la póliza y hasta una
suma máxima, siendo este el limite asegurado, aun en el evento de que la
aseguradora no tenga noticia del embarque sino con posterioridad a este, pues
precisamente el carácter automático del contrato radica en permitir que aun con
declaraciones luego de surtido el trayecto respectivo, se procesa a determinar el
valor de la prima que ha de ser pagada, la que se determina de manera exacta
con base en cada envío o remesa considerando el valor declarado para nada una

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de las remisiones, que normalmente debe coincidir con el valor comercial. De ahí
que para fijar la suma asegurada se incluya, a más de la suma facturada, los
fletes, gastos de nacionalización y bodegas.

Con el paso de los días, la extensión de la póliza automática es mayor por la gran
agilidad que conlleva su utilización y los menores costos que presenta, no
obstante tiene como principal inconveniente, en contra de la aseguradora, la
facilidad con la que cuenta el tomador o asegurado para suministrar información
de todos los despachos utilizados con el objeto de evadir el pago de primas.

Por el mencionado inconveniente, las aseguradoras tienen como política


otorgar este seguro tan solo a personas ampliamente conocidas por ellas y cuyo
volumen de importaciones, exportaciones o despachos locales sea de tal
intensidad que justifiquen el sistema.

Las pólizas flotantes y las automáticas deben ser regidas, de conformidad con el
artículo 1050 del código de comercio, el cual reza así:

La póliza flotante y la automática se limitarán a describir las condiciones


generales del seguro, dejando la identificación o valoración de los intereses
del contrato, lo mismo que otros datos necesarios para su individualización,
para ser definidos en declaraciones posteriores. Estas se harán constar
mediante anexo a la póliza, certificado de seguro o por otros medios
sancionados por la costumbre[ CITATION leg20 \l 3082 ].

El legislador mercantil acoge la tendencia italiana expuesta por Donati,


teniendo en cuenta que la póliza no se extralimita a describir las condiciones
generales del contrato, y cada vez que se verifica el supuesto de la exposición al
riesgo, se identifica el interés asegurado, se determina el valor del seguro y se
expide un anexo, certificado u otro documento semejante, según la costumbre
mercantil, pero siempre bajo el entendido de que se perfecciono desde antes del
contrato.

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No se puede negar que cuando se toma un seguro con la modalidad de
automático o flotante nos encontramos en el terreno del contrato subyacente,
puesto que en el mismo es donde se establecen todas los fundamentos para que
exista el contrato de seguro, solo que la concreción del objeto asegurado y las
bases para la liquidación de primas están sujetas a un acto posterior. Oportunidad
en la cual ya se tienen la estructura para precisar el monto del interés asegurable
y asignar la correspondiente prima, pero, se recuerda, que su efectividad está
sometida a dichas actividades posteriores.

1.3.4. Póliza específica:

Se llama así el contrato de seguro en la modalidad usual, general, es decir,


aquel en que ya se incluye la totalidad de los datos desde la celebración del
mismo. Cuando se contrata mediante esta modalidad, el no establecer el objeto
sobre el cual recae el interés asegurable puede generar la ineficacia por
inexistencia por falta de uno de los requisitos necesarios para que exista.

De ahí que no se deben confundir las dos modalidades esenciales que


puede asumir la póliza, pues el carácter especial que tienen las modalidades de
contratación de póliza y la existencia de normas especiales para automática o
flotante y la existencia de norma especial para ellas, hacen que las dos especies
estén sujetas a requisitos diversos y o que podría considerarse como causal de
ineficacia en la póliza especifica no tienen trascendencia alguna en la flotante.

1.3.4.1. La póliza todo riesgo:

Por ser una especie de la póliza específica, no versan muchas diferencias a


excepción de que asumen todos los riesgos inherentes al interés asegurado, salvo
los expresamente excluidos, se hace expresa referencia a esta especie debido a

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la importancia que adquiere en el mercado asegurador colombiano porque los
intereses de la industria y el comercio tienden a buscar la contratación del seguro
bajo esta modalidad de póliza que, como se expresó, compromete la
responsabilidad del asegurador frente a todos los eventos que puedan implicar un
siniestro y si se estructura alguna exoneración tiene que estar señalada en el
contrato, esta característica determina un especial tratamiento en lo que con la
aplicación de la regla de la carga de la prueba concierne.

1.3.5. Póliza nominativa y póliza a la orden:

El artículo 1051 del código de comercio dice que la póliza puede ser
nominativa o a la orden; la diferencia esencial entre esas dos formas de
contratación es la cesión, ya que si la póliza es nominativa la cesión de esta solo
produce efectos contra el asegurador si previamente este la ha aceptado, en tanto
que si se trata de póliza a la orden el simple endoso es suficiente para
perfeccionar la cesión.

La cesión de la póliza hace relación a la posibilidad de traspasar los derechos


derivados de ella y básicamente radicados en quien tiene la posición de
beneficiario (que puede coincidir o no con el asegurado).

Así por ejemplo, si ocurre un siniestro en un automóvil asegurado con póliza


nominativa, tendrá derecho al pago únicamente el beneficiario y nadie más lo
podrá exigir a la aseguradora salvo que haya obtenido previa autorización de ella;
en tanto que si la póliza es a la orden, quien la presente con la correspondiente
nota de endoso tendrá derecho a ejercer todos los derechos que estaban
radicados en cabeza del cedente.

1.4. Merito Ejecutivo de la póliza

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Para adelantar un proceso ejecutivo es necesaria la existencia formal y
material de uno o más documentos donde reposen de manera suficientemente
determinada la existencia de obligaciones claras, expresas y exigibles, para que
con suficiente certeza legal, o mejor dicho, presuntiva del derecho, se le permita al
acreedor reclamar al deudor el cumplimiento de la obligación [CITATION LOS13 \l
3082 ]. 

Resulta indispensable que al iniciar un proceso ejecutivo, y no de manera


posterior, se incorpore el o los documento(s) idóneo(s) para poder librar el
mandamiento de pago. 

A continuación,  veremos cómo se genera el título ejecutivo en las pólizas que se


rigen por el derecho comercial.

Cuando ocurre el siniestro en un riesgo amparado bajo una póliza que se


rige por las normas del Código de Comercio, el asegurado o beneficiario de la
misma deberá dar aviso al asegurador dentro de los 3 días siguientes a la fecha
en que conoció o debió conocer que el siniestro ocurrió (art. 1075 C. Co.) en dicho
aviso deberá demostrar el siniestro y la cuantía del mismo, (art. 1077 C. Co.),
como bien es sabido, en los seguros de daños no basta que haya ocurrido el
siniestro sino que éste debe necesariamente haber causado un perjuicio al
patrimonio, puesto que si no es así, no se habrá producido y no existiría cabida
para una indemnización.

A partir de ese momento en que se demuestran dichos presupuestos surge


la obligación de la aseguradora de pagar dentro del mes siguiente o de oponerse a
indemnizar, (Art V 1080 C.Co.) pero vale aclarar que dicha oposición se debe
justificar de manera seria y fundada, hecho este último que de llegar a un proceso
le corresponderá probar. 

En el caso que no paguen sin que medie una objeción seria y fundada, surgirá la
acción ejecutiva a favor de aquel y el asegurador estará incurso en mora o dicho
de otra perspectiva, podríamos decir que si la aseguradora no paga dentro del

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plazo mencionado y no objeta de manera seria y fundada, se conforma el título
ejecutivo. (Art. 1053C. Co.)

1.5. Contenido de la Póliza

La póliza versando en el artículo 1047 del Código de Comercio, que se refiere a


los requisitos de dicho documento, se mantiene idéntico en sus once numerales,
habiendo sido modificado tan solo el parágrafo único de dicha norma, de ahí que
sea del caso emprender ahora el análisis de esta disposición que, textualmente
señala:

La póliza de seguro debe expresar además de las condiciones generales


del contrato:

1) La razón o denominación social del asegurador;

2) El nombre del tomador;

3) Los nombres del asegurado y del beneficiario o la forma de identificarlos,


si fueren distintos del tomador;

4) La calidad en que actúe el tomador del seguro;

5) La identificación precisa de la cosa o persona con respecto a las cuales


se contrata el seguro;

6) La vigencia del contrato, con indicación de las fechas y horas de


iniciación y vencimiento, o el modo de determinar unas y otras;

7) La suma aseguradora o el modo de precisarla;

8) La prima o el modo de calcularla y la forma de su pago;

9) Los riesgos que el asegurador toma su cargo:

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10) La fecha en que se extiende y la firma del asegurador, y

11) Las demás condiciones particulares que acuerden los contratantes.

PARÁGRAFO. En los casos en que no aparezca expresamente acordadas,


se tendrán como condiciones del contrato aquellas de la póliza o anexo que
el asegurador haya depositado en la Superintendencia Bancaria para el
mismo ramo, amparo, modalidad del contrato y tipo de riesgo.

De tal modo se evidencia que el contenido de la póliza está parcialmente


determinado por la ley y por otra parte, también, se deja a la libertad de las partes
contractuales.

A la luz del artículo 44 de la ley 45 de 1990 la pólizas además de cumplir con los
requisitos propios del artículo 1047 del código de comercio “deben redactarse en
tal forma que sean de fácil comprensión por le asegurado. Por tanto, los
caracteres tipográficos deben ser fácilmente legibles y los amparos básicos y las
exclusiones deben figurar en caracteres destacados, en la primera página de la
póliza”, norma que se repite idéntica en el artículo 184 del Estatuto Financiero.

1.6. Integración de la póliza. La solicitud de seguro y los anexos

El concepto de póliza de seguro va más allá de los lineamientos previstos


en el art 1047 del código de comercio, porque además del documento a que se
refiere dicha norma, integran aquella, por expresa disposición del art. 1048, la
solicitud del seguro firmada por el tomador y “los anexos que se emitan para
adicionar, modificar, suspender, renovar o revocar la póliza”, documentos todo
estos cuyas firmas se presumen auténticas, aun las estampadas por medio de
mecánicos.

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1.6.1 La solicitud de seguro

Es práctica frecuente y de particular utilidad de que al iniciar los pasos


necesarios para el perfeccionamiento del contrato de seguro se diligencie por el
tomador un cuestionario propuesto por el asegurador, donde se indaga acerca los
aspectos esenciales que conciernen con el interés asegurable y el riesgo que se
quiere trasladar, todo con el fin de dar la mayor información posible para que el
asegurador pueda conocer el estado del interés que se va a asegurar, evaluar los
alcances de posibilidad de ocurrencia del siniestro, determinar si se asume el
amparo y, en caso positivo, el monto de la prima.

Sin embargo no es requisito obligatorio ni determinante del perfeccionamiento del


contrato de seguro el que se haya tramitado la solicitud del mismo por escrito y
bien puede ocurrir que se suscriba el contrato sin que exista tal documento.

1.6.2 Los anexos.

La dinámica del contrato de seguro lleva a que las continuas modificaciones


que deben realizarse dentro de su ejecución, por ser de tracto sucesivo,
encuentren la forma expedita y clara de reformarlo o adicionarlo, dejando
constancia de ellos en unos documentos escritos denominados anexos. En efecto,
se utilizan los mismos para los más disimiles fines; así, se echa mano de los para
indicar un reajuste de prima, para significar que se asumen nuevos riesgos o para
señalar que se excluyen riesgos asumidos inicialmente, para incluir nuevos
beneficiarios, excluir otros, restringir las exclusiones, ampliarla so precisarlas,
establecer, modificar o suprimir garantías etc.

Incluso se emplean los anexos para impedir la expedición de multitud de pólizas


debido a que en ocasiones poco o nada conciernen con la póliza a la cual
acceden, de lo que es ejemplo el seguro de incendio, donde a más de otorgar

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protección por los daños provenientes de la acción del fuego, se expiden anexos
que cubren riesgos que usualmente nada tienen que ver con aquel, como la
inundación y el saqueo, sin que sea menester que esos eventos sean
consecuencia de un incendio, por lo que en estricto sentido lo que se busca es
evitar la expedición de otras pólizas específicamente destinadas a dar esas
coberturas.

2. Póliza de responsabilidad civil.

A través del cuadro que expondremos a continuación mostraremos de donde se


desprende la póliza de responsabilidad Civil:

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SEGURO

Seguro Terrestre Seguro Marítimo

Seguro De Daño Seguro de Persona

Seguro patrimonial Seguro Real

SEGURO DE
Otros seguros
RESPONSABILIDAD
patrimoniales
CIVIL

PÓLIZA DE RESPONSABILIDAD CIVIL

Para efectos de claridad, explicaremos concretamente los aspectos del anterior


mapa conceptual.

En primer lugar es necesario saber que el contrato de seguro “es aquel


(contrato) por medio del cual una empresa, constituida por el ejercicio de estos
negocios, asume los riesgos ajenos mediante una prima fijada anticipadamente”.
Este tipo de contratos se divide según el código de comercio colombiano en
Marítimos y los Terrestres, este último se subdivide en seguro de daño y seguro
de personas[ CITATION Her14 \l 3082 ].

En la categoría de seguro de daños entran todos aquellos seguros de personas en


los que el evento dañoso afecta a intereses sobre bienes materiales o
patrimoniales. De este tipo de seguro se desprende la clasificación de seguro
patrimonial y seguro Real[ CITATION Rod11 \l 3082 ].

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El Real garantiza la indemnización de perjuicios de bienes específicos
dentro del patrimonio por parte de la aseguradora en caso de siniestró. Mientras
que el seguro patrimonial es aquel que evita el incremento del pasivo en el
patrimonio en general. De este último seguro parte una extensa clasificación
dentro de la cual se encuentra el seguro de Responsabilidad civil.

Como ya habíamos mirado en el primer apartado, donde se abarco el tema


de la póliza, todo contrato de seguro debe contar con material probatorio, para
efectos de hacer constar su existencia frente a obras de mala fe o en otro suceso
que se requiera, y la póliza es el medio probatorio por excelencia del contrato de
seguro ya que a través de su característica de literalidad es muy difícil de poner en
duda, en este apartado nos centraremos además del seguro de Responsabilidad
civil en general en un tipo de póliza en específico: “la de responsabilidad Civil”.

2.1. Concepto de seguro Responsabilidad civil

El seguro de responsabilidad civil es aquel donde el asegurador se


compromete a indemnizar al asegurado el daño que pueda experimentar su
patrimonio a consecuencia de la reclamación que le efectué un tercero, por la
responsabilidad en que haya podido incurrir, tanto el propio asegurado como
aquellas personas de quienes él deba responder civilmente”. [ CITATION Ant01 \l 3082 ]

En el artículo 84 de la Ley 45 de 1990 (que subrogó el artículo


1127 del Código de Comercio) se define como aquel seguro que impone, a cargo
del asegurador, la obligación de indemnizar los perjuicios patrimoniales que cause
el asegurado como consecuencia de la responsabilidad en que este incurra, y
tiene como propósito el resarcimiento de la víctima, a partir de lo cual esta se
constituye en el beneficiario de la indemnización [ CITATION Mon17 \l 3082 ].

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2.2. Aspectos procesales:

2.2.1. Legitimación en la causa por activa y pasiva

Por activa: La víctima, sujeto determinado o indeterminado sobre el cual


recae el daño, es el beneficiario del seguro.

Por pasiva: El asegurado, como responsable por haber cometido el daño, y


este puede llamar en garantía a la aseguradora que le brinda la cobertura, y
también puede demandar al asegurador, porque los legitimados por activa tienen
acción directa contra este.

2.2.2. Competencia

Por factor territorial: Se demanda en el domicilio del demandado.

Por factor subjetivo: Se determina por la cuantía, se determinará por el


monto de los perjuicios que se exijan, y esta no podría exceder del monto pactado
en el contrato de seguro.

2.2.3. Acción directa

La ley colombiana faculta a la víctima para que pueda acudir directamente


contra la aseguradora que expidió la cobertura, a través de la denominada acción
directa. De acuerdo al artículo 1133 del código de comercio, se dispone: “En el
seguro de responsabilidad civil los damnificados tienen acción directa contra el
asegurador. Para acreditar su derecho ante el asegurador de acuerdo con el
artículo 1077, la víctima en ejercicio de la acción directa podrá en un solo proceso
demostrar la responsabilidad del asegurado y demandar la indemnización del
asegurador.”

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2.2.4. Prescripción

Es la sanción jurídica que castiga a quien no ejerce un derecho en un


determinado periodo, de esta forma quien tiene el derecho y no persigue al deudor
dentro de los 10 años siguientes al hecho pierde judicialmente la posibilidad de
exigir reparación. Este término es el que consagra la ley civil, sin embargo, en
necesario revisar lo establecido en el código de comercio.

Para determinar desde cuando corre la prescripción y en que termino ocurre


la misma, hay que revisar el artículo 1081 del C. de Co que dispone las bases
generales para la prescripción en materia de seguros: La prescripción de las
acciones podrán ser ordinarias o extraordinarias. La ordinaria será de (2 años)
desde el momento en que el interesado haya tenido o tenga conocimiento del
hecho que da base a la acción. La prescripción extraordinaria será de (5 años)
desde el momento en que nace el respectivo derecho.

Por otro lado, el articulo 1131 referente a la ocurrencia del siniestro y al


punto de partida de la prescripción, en el momento en que este ocurra empezara a
correr el termino para la víctima, y frente al asegurado ocurrirá cuando esta
formule la petición judicial o extrajudicial.

Esta diferencia en cuanto al tratamiento de la prescripción en cuanto a la ley civil


cuando establece 10 años y la mercantil cuando establece 2 y 5 años, según el
tipo, conlleva a realizar las siguientes precisiones:

1. Primeramente, el siniestro debe ocurrir durante el término de vigencia de la


póliza.
2. La prescripción civil empieza a correr contra la victima desde el momento de la
ocurrencia del daño y será de 10 años.
3. La prescripción del contrato de seguro empieza a correr contra el asegurado
desde el momento en que la víctima formule su petición judicial o extrajudicial,
y será de 2 años.

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4. La prescripción del contrato de seguro empieza a correr contra la victima que
ejerce la acción directa, desde el momento de la ocurrencia del daño y será de
5 años.

2.2.5. Cobertura de gastos y defensa

En el seguro de responsabilidad civil la aseguradora asumirá en exceso de la


suma asegurada, los gastos de defensa en los que deba incurrir el asegurado en
el marco del proceso iniciado por la víctima para buscar la indemnización de los
perjuicios.

2.2.6. Reclamación

Según lo dispuesto en el artículo 1077 del código, para que proceda la


indemnización de la aseguradora, es indispensable que el asegurado o
beneficiario demuestre en su reclamación no solo la ocurrencia del siniestro sino la
cuantía de los perjuicios derivados del mismo.

2.3 Suscripción de póliza de responsabilidad civil

Cuando un individuo natural o jurídico toma un seguro con el objetivo de


amparar la responsabilidad civil que pudiere deducirse de los perjuicios que se
causen a terceros, resulta trascendente tomar en consideración algunos puntos al
instante de suscribir dicho seguro. La estipulación laboral informada del seguro de
responsabilidad civil facilita que, dentro de las condiciones que en su instante
ofrezca el área asegurador, en el acontecimiento de que el asegurado se
encuentre obligado a responder frente a un tercero por un inconveniente

19
provocado cuente con el respaldo de la aseguradora para el pago de la
indemnización que pudiere ser a su cargo. Los términos y condiciones
establecidas al instante de la suscripción del contrato de seguro determinan la
llegada de la cobertura brindada por la aseguradora y, en últimas, de la custodia
eficaz con que cuenta el asegurado una vez acaecido un siniestro. Es recurrente
hallar que, una vez generado el inconveniente a un tercero por el cual deba
responderse por medio del pago de una indemnización, el asegurado o el
damnificado hallen tropiezos al formular la reclamación a la aseguradora, gracias a
la existencia de cláusulas en el contrato de seguro de responsabilidad civil
celebrado que restringen o limitan la custodia del patrimonio del asegurado y el
resarcimiento de la víctima, finalidades las dos del seguro de responsabilidad civil.
Para tener la correcta custodia de su patrimonio, el asegurado debe tomar en
consideración algunos puntos destacables al instante de contratar un seguro de
responsabilidad civil. Esos puntos son:

2.3.1 Declaración del estado del riesgo - reticencias e inexactitudes

Este aspecto se muestra en la etapa precontractual, en la cual tienen lugar


los diálogos y cruces de información entre las partes: tomador y aseguradora, que
por último conducen a la formación del consentimiento, presupuesto fundamental
de todo contrato acorde a lo predeterminado por el artículo 1502 del Código Civil
colombiano. Tratándose del contrato de seguro, resulta exacto indicar que desde
la expedición de la Ley 389 de 1997 dicho contrato es consensual, es decir, que
se perfecciona por medio del acuerdo de voluntades, sin perjuicio de la restricción
probatoria consignada en la misma ley. En esta etapa previa al perfeccionamiento
del contrato se diligencia el formulario de asegurabilidad o aprobación de seguro.
Tratándose del seguro de responsabilidad civil, y de forma particular en los
seguros de responsabilidad civil profesional y de responsabilidad de directores y
gestores - D&O, en dicho formulario, elaborado por la aseguradora, el tomador es
interrogado sobre su conocimiento de hechos o situaciones que pudieren ofrecer

20
lugar a una reclamación como resultado de su eventual responsabilidad [ CITATION
Fer16 \l 3082 ].

Entre las distintas cuestiones que se formulan, a forma de ejemplo, encontramos:

¿Ha tenido alguna reclamación de responsabilidad civil durante los últimos 5


años?

En caso afirmativo, descríbala (s): _______ ¿Tiene conocimiento de alguna (s)


circunstancia (s) que pudiese (n) comprometer su responsabilidad civil? En caso
afirmativo, descríbala (s): _______

Como puede apreciarse de la simple lectura de las preguntas transcritas, el


tomador de la póliza debe informar tanto de las reclamaciones que ya hayan sido
formuladas al momento de diligenciar el formulario, así como de aquellos hechos o
circunstancias conocidas que pudieren llegar a comprometer su responsabilidad
más adelante, aunque la reclamación de la víctima no haya sido formulada aún, o
no se formule nunca. Es muy importante consignar de manera expresa la
información solicitada de manera completa, tomando en consideración que el
artículo 1058 del Código de Comercio prevé consecuencias severas para los
casos en que se presenten reticencias o inexactitudes. Habrá reticencia cuando no
se contesta, o se contesta a medias; y habrá inexactitud cuando la respuesta dada
es contraria a la realidad. La consecuencia legalmente establecida por el artículo
1058 del Código de Comercio para los casos en que el tomador incurre en tales
conductas al diligenciar el formulario de solicitud del seguro es la de la nulidad
relativa del contrato celebrado. En cuanto se refiere al mismo tema, en el evento
de que la aseguradora no suministre un cuestionario, resulta importante poner de
presente lo establecido por el inciso segundo del artículo 1058 del Código de
Comercio, conforme al cual: “Si la declaración no se hace con sujeción a un
cuestionario determinado, la reticencia o la inexactitud producen igual efecto si el
tomador ha encubierto por culpa, hechos o circunstancias que impliquen
agravación objetiva del estado del riesgo”.

21
La Corte Suprema de Justicia colombiana se pronunció en repetidas
oportunidades sobre este tema, manifestando que el deber del tomador de
pronunciarse verazmente en oposición al cuestionario tiene lugar en la etapa
previa a la festividad del contrato de seguro y tiene como propósito asegurar la
expresión libre de la intención de la aseguradora de consentir en dicho vínculo, de
abstenerse de llevarlo a cabo, o de contraerlo pero bajo otras condiciones. Es
entonces sustancial tener presente que no importan las causas que hayan llevado
al tomador a actuar sin fidelidad a la realidad, incurriendo con ello en una
deslealtad que crea un desequilibrio barato, cuando se le ha solicitado información
que permita a la aseguradora medir el estado del peligro. Con independencia de
cuál haya sido la causa de su accionar, intencional o culposa, la consecuencia
perjudica la formación del contrato de seguro, y la ley establece la oportunidad de
invalidarlo desde su misma raíz.

La omisión del tomador trae como resultado la nulidad relativa del contrato,
lo que acarrea que en el acontecimiento acaecer el siniestro y formularse a la
aseguradora la reclamación correspondiente, esta invocará la nulidad relativa para
objetar el pago. En caso de reclamación judicial, invocará la nulidad relativa como
distinción dentro del desarrollo. Una vez declarada por el juez la nulidad relativa,
esta afirmación tiene efectos retroactivos: el contrato jamás fue válido, ya que la
nulidad perjudica el contrato desde el instante mismo de su festividad. Tratándose
del contrato de seguro, esto quiere decir que la cobertura jamás existió y que en
virtud de lo predeterminado por el artículo 1059 del Código de Comercio, la
aseguradora va a tener derecho a retener a encabezado de sanción la prima
pagada por el tomador. Resumiendo, no va a existir cobertura, ni devolución de la
prima pagada. De ahí la consideración de proveer a la aseguradora de forma
precisa y completa la información, evadiendo inconvenientes e problemas
insignificantes al instante de formular la correspondiente reclamación.

2.3.2. Copia del informe de inspección

22
Esta diligencia comúnmente tiene lugar en la etapa precontractual y hace
parte de etapa de formación del consentimiento de las partes. Cuando se hizo una
inspección del peligro de parte de la aseguradora, se sugiere al tomador o
asegurado pedir copia del reporte rendido por el funcionario que llevó a cabo la
inspección. Este archivo le sirve al asegurado para detallar con precisión las
situaciones verificadas y conocidas por la aseguradora antes de dar la cobertura,
tema que reviste singular consideración a la luz de lo predeterminado por el inciso
cuarto del artículo 1058 que dispone: “Las sanciones consagradas en este texto
(la nulidad relativa o la reducción de la prestación asegurada) no se aplican si el
asegurador, antes de festejarse el contrato, ha popular o debido comprender los
hechos o situaciones sobre que versan los vicios de la afirmación o si ya
celebrado el contrato, se allana a subsanarlos o los permite expresa o
tácitamente”. En relación al conocimiento de los hechos o situaciones sobre los
que versa la reticencia o inexactitud de parte de la aseguradora, dijo la Corte
Suprema de Justicia colombiana: En efecto: la ratio de la anunciada supresión
sancionatoria, del excepcional, hunde sus raíces en el hecho inconcuso de
sustraer la citada secuela cuando el asegurador, antes a la festividad del contrato,
ha popular –o debido conocerla vida de la reticencia o de la inexactitud, bien por
intermedio del tomador, bien por medio de las indagaciones, indagaciones o
pesquisas avanzadas por el empresario del peligro, en forma facultativa (ex
voluntate) o facultativa, apoyado en profesionales. En alguno de los citados
teóricos, el asegurador, con anterioridad, tuvo oportunidad de ponderar y sopesar
el haz informativo reinante, de suerte que si en su condición indiscutida de
profesional –con todo lo que ello implica– asintió en forma libre, amén de reflexiva
y, por contera, admitió festejar el negocio jurídico asegurativo, es porque
comprendió que no estaba un obstáculo insalvable o ninguna contrariedad
mayúscula llamada a opacar su intención o, que de haberla, solo en felicidad de
controversia, asumía responsablemente las secuelas dimanantes de su elección,
lo que no riñe con un eventual lugar de puntuales medidas y cautelas por parte
suya.

23
Y si ello es de esta forma, cómo asistir entonces al centro de la nulidad del seguro
pretextando el advenimiento de una anomalía negocial, cuando fue nuestro
asegurador, quien a posteriori de comprender (real o presuntivamente) el vicio —
en sentido lato—, concurrió espontáneamente a anunciar su afirmación de
intención, por lo demás conveniente al otorgamiento del amparo o cobertura
respectiva.

Expresado de otra forma, la empresa aseguradora, bien por acción, bien por
omisión, podría estar quitando algún vicisitud con potencialidad de nublar su
asentimiento, de tal suerte que la custodia brindada por la ley mercantil por medio
de la entronización y especialidad de los vicios de la intención, ab initio , perdería
su razón de ser, al menos en las descritas situaciones, habida cuenta que, en
estrictez , no podría enrostrarse la consolidación de un engaño, o la variación de la
verdad factual. Como bien argumentó la Salón en su instante, “si la aseguradora
ha popular la verdad y permite asumir el peligro, no sufrió engaño” (sentencia del
18 de octubre de 1995).

De esta forma las cosas, si en funcionalidad de la peculiar mecánica inseparable a


la formación del consentimiento en el contrato de seguro, connatural a
determinados negocios de seguridad, el legislador lo que persigue es evadir que la
aseguradora sea asombrada, engañada o timada por su co-contratante, o que aun
siéndolo, según sea la situación, este obtenga un provecho ilícito de esto, es más
que consecuente comprender que el saber previo radicado en cabeza del virtual
afectado, purifica la relación negocial y limpieza, in radice, la sanción legal
mencionado, consistente en la nulidad relativa derivada de la reticencia o
inexactitud donde materialmente incurrió el candidato a tomador, ya que tuvo a su
alcance la información correcta e indicativa para escrutar su querer, por forma que
si contrató, debe suponerse que lo logró en condiciones de razonable equilibrio
informático. Circunstancia diferente, aun cuando no en sus efectos que son
simétricos, es que no lo haya hecho, pudiéndolo acertadamente llevarlo a cabo,
como inmediatamente se acotará.

24
2.3.3. Suficiencia de la suma asegurada

Un punto que reviste particular trascendencia en la suscripción de todo seguro de


responsabilidad civil es el relativo a la suma asegurada. Es sustancial comprobar
con particular precaución la suficiencia de esa suma, ya que el valor de las
indemnizaciones por criterio de algúna responsabilidad civil a cargo del
asegurado puede ser alto, y la responsabilidad de la aseguradora no irá más allá
de la suma asegurada pactada. Ello sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo
1128 del Código de Comercio, respecto de los costos del desarrollo instaurado por
el damnificado contra el asegurado o contra la aseguradora. Resulta entonces
sustancial comprobar los sub-límites establecidos para los diferentes amparos, y
las situaciones en que las coberturas son otorgadas en exceso de otros seguros.

2.3.4. Modalidades de cobertura (delimitación temporal del riesgo)

Otro punto que merece particular de la cobertura. Generalmente, desde la


expedición de la Ley 389 de 1997, las pólizas de seguro de responsabilidad civil
tienen la posibilidad de pactarse en Colombia bajo tres costumbres modalidades:
ocurrencia, reclamación y ocurrencia de cola corta (reclamación especial, sistema
mixto)

2.3.4.1. Ocurrencia:

Bajo esta manera, la aseguradora cubre el valor de la indemnización que tenga


que abonar el asegurado como resultado de la responsabilidad civil derivada de
hechos sucedidos a lo largo de la vigencia del seguro, sin tomar en consideración
el instante en que se presente la reclamación, mientras que esa reclamación sea
presentada dentro de los términos de prescripción establecidos por la ley para la
acción de responsabilidad civil correspondiente.

2.3.4.2. Reclamación o claims made:

25
Siendo así, la aseguradora cubre el valor de la indemnización que tenga que
abonar el asegurado como resultado de la responsabilidad civil derivada de
reclamaciones presentadas a lo largo de la vigencia del seguro. En este tipo de
coberturas se establece, por regla establecida, una fecha de retroactividad. La
aseguradora no responderá por las reclamaciones presentadas a lo largo de la
vigencia del seguramente correspondan a hechos sucedidos antes de la fecha de
retroactividad establecida. En este tipo de seguro por reclamación se sugiere
consignar expresamente en la póliza que los hechos populares y avisados a la
aseguradora a lo largo de la vigencia del seguro se comprenden como
reclamaciones y consecuentemente son objeto de cobertura bajo la póliza. Es
considerable integrar esta nota, gracias a que la póliza que se suscriba para la
siguiente vigencia excluirá de forma expresa del responsabilidad derivada de
hechos populares o avisados por el tomador o el asegurado al instante de festejar
el nuevo contrato. De esta forma, en el acontecimiento de que el damnificado
formule su reclamación una vez terminada la vigencia, el asegurado tendrá la
cobertura de la póliza.

2.3.4.3. Ocurrencia de cola corta (reclamación especial, sistema mixto,


Sunset):

Esta modalidad de cobertura, la aseguradora cubre el valor de la


indemnización que tenga que abonar el asegurado como resultado de la
responsabilidad civil derivada de hechos sucedidos a lo largo de la vigencia del
seguro, siempre que la reclamación de la víctima sea formulada al asegurado o a
la aseguradora dentro de un tiempo predeterminado en la póliza, el cual no puede
ser inferior a dos años.

Esta manera de cobertura da al asegurado un amparo más limitado,


fundamentalmente si hablamos de responsabilidad civil extracontractual. En
Colombia algunas aseguradoras han adoptado esta manera para sus pólizas de
responsabilidad civil, estableciendo que el período dentro del cual la víctima debe
enseñar la reclamación al asegurado o a la aseguradora es de dos años. En estos
eventos el asegurado puede hallarse desprotegido si la reclamación de

26
responsabilidad civil es válidamente presentada por el damnificado una vez
expirado el período predeterminado, tomando en consideración que para que el
peligro se entienda llevado a cabo, o lo que es semejante, para que se entienda
ocurrido el siniestro, se necesita que se cumplan los dos supuestos:

i) que el hecho ocurra durante la vigencia, y

ii) que la reclamación de la víctima se presente dentro del plazo establecido.


Si no se dan las dos circunstancias, no puede hablarse de siniestro, ni
existirá cobertura bajo la póliza pactada con esta modalidad de
delimitación temporal.

2.4. Riesgo asegurado (objeto del seguro)

En relación hace referencia al objeto del seguro, resulta de la más grande


consideración tomar en cuenta los próximos puntos que delimitan la llegada de la
cobertura brindada bajo las pólizas de seguro de responsabilidad civil:

2.4.1. Responsabilidad contractual y extracontractual:

La responsabilidad que puede ser a cargo del asegurado puede ser de


contractual o extracontractual. Este aspecto reviste particular consideración en los
el seguro se suscribe para amparar el responsabilidad profesional. Tratándose
responsabilidad profesional médica, entre otras cosas, da como resultado de la
ejecución de obligaciones que nacen del contrato prestación de servicios doctores
(contractual), o puede aparecer como resultado de obligaciones establecidas en la
ley (extracontractual). Un caso de muestra de responsabilidad civil contractual
sería el inconveniente provocado por el médico tratante a un tolerante a lo largo de
una cirugía, en tanto que un caso de muestra de responsabilidad civil
extracontractual sería el inconveniente sufrido por un visitante como resultado del
estado deficiente de las escaleras o pasillos dentro del hospital. Sabiendo que la

27
responsabilidad civil tiene la posibilidad de tener una u otra fuente, es sustancial
que la cobertura integre los dos tipos de responsabilidad, fundamentalmente en
las situaciones en que se ampara la responsabilidad profesional. Es usual hallar
que las pólizas establecen de forma expresa la exclusión de la cobertura de la
responsabilidad civil contractual, razón por la cual debe dejarse precisamente
consignado en las características individuales del contrato de seguramente están
amparadas las dos clases de responsabilidad. Puede además dejarse consignado
que ciertas personas, con quienes hay un vínculo contractual, se comprenden
terceros para efectos de la cobertura brindada bajo la póliza en las situaciones en
que sufran perjuicios derivados de la actividad del asegurado, ajenas a las
obligaciones propias del contrato.

2.4.2. Perjuicios patrimoniales y extrapatrimoniales que cause el asegurado:

Tanto en la situación de responsabilidad civil contractual, como de la


extracontractual, el inicio general predeterminado en la ley y reiteradamente
famoso por la jurisprudencia, 277 es que quien causa un inconveniente a otro por
dolo o culpa, está obligado a su reparación plena. La obligación de responder
totalmente por los perjuicios causados, se traduce en un deber de abonar una
indemnización, obligación a cargo del causante del inconveniente. Los perjuicios
que se causen, y que tienen que ser indemnizados, tienen la posibilidad de ser
patrimoniales y no patrimoniales o extrapatrimoniales. El perjuicio familiar tiene
dos maneras de manifestación: el “daño emergente” y el “lucro cesante”. Además
de estos conceptos de inconveniente nuevo y lucro cesante, que tienen como
finalidad contemplar los perjuicios patrimoniales causados por el inconveniente, el
motivo está obligado a indemnizar los perjuicios extrapatrimoniales que hubiere
generado. Dentro de esos perjuicios extrapatrimoniales o no patrimoniales están
tanto el inconveniente moral como el llamado “daño a la vida de relación” (perjuicio
fisiológico, variación grave de condiciones de vida, inconveniente a la salud).

Tomando en consideración que el responsable debe abonar la


indemnización del inconveniente familiar y del inconveniente plus familiar, es

28
sustancial comprobar que la cobertura brindada integre todo perjuicio que cause el
asegurado y, además, comprobar si en el condicionado general, entre las
exclusiones de la póliza está el inconveniente moral o cualquier clase de perjuicio
plus familiar, para pedir a la aseguradora que la exclusión sea levantada en las
características individuales.

2.4.3. Lucro cesante de la víctima:

Es primordial comprobar con particular precaución que entre las


exclusiones de la póliza no se encuentre el lucro cesante de la víctima. La
indemnización del lucro cesante comprende todo ingreso dejado de recibir con
oportunidad del inconveniente provocado, tiene dentro la integridad del capital
dejados de sentir por la víctima a lo largo del tiempo indemnizable. A forma de
ejemplo, en casos de muerte o de incapacidad persistente, el lapso indemnizable
va a ser toda la vida posible de la víctima. El valor a abonar por este criterio hace
de la indemnización que debe abonar el asegurado y, por norma establecida, un
ingrediente con un valor considerablemente prominente frente demás conceptos
que tienen dentro la indemnización. El lucro cesante de la víctima hace parte del
inconveniente nuevo del asegurado, consecuentemente, es considerable tener
una cobertura que lo integre. En el acontecimiento de que encuentre la exclusión
expresa, debe solicitarse la aseguradora levantarla en características individuales.
De igual modo, es considerable comprobar se confirmen sub-límites que restrinjan
la cobertura del lucro cesante.

2.4.4. Exigencia de que el hecho generador del daño sea accidental, súbito e
imprevisto:

Es recurrente que las pólizas de seguro de responsabilidad civil limiten la


cobertura brindada a los perjuicios que resulten de hechos accidentales, súbitos
imprevistos. A este respecto procede poner de presente lo improcedente de la

29
exigencia, por tratarse de un seguramente ampara la responsabilidad civil
asegurado, que supone siempre una conducta un hecho culposo.

La Corte Suprema de Justicia, en sentencia de la Salón Civil, del 18 de diciembre


de 2012 (Exp. 76001-31-03-009-2006-00094-01), con ponencia del doctor Ariel
Salazar Ramírez, repitió que la responsabilidad civil pide imputación por dolo o
culpa. En sentencia del 21 de enero de 2013 (Exp:1101-31-03-026-2002-00358-
01), con ponencia del doctor Fernando Giraldo Gutiérrez, misma responsabilidad
civil pide conducta repudiable a encabezado de dolo o culpa.

En sentencia del de agosto 2013 11001-3103-003-2001-01402-01),


magistrada ponente Ruth Marina Díaz Rueda, la Corte Suprema de Justicia se
pronunció de la siguiente manera: “Para la prosperidad de metas derivadas de esa
clase de ‘responsabilidad la Salón ha iterado, etc, en el fallo sustitutivo de
septiembre de 2011, exp.2005-00058, que ‘[…] despachar favorablemente una
intensión de la citada naturaleza, online de inicio, tienen que hallarse acreditados
en el desarrollo los próximos elementos: una conducta humana, efectiva o
negativa, por norma establecida antijurídica; un inconveniente o perjuicio, esto es,
un detrimento, menoscabo o deterioro, que afecte bienes o intereses lícitos de la
víctima, vinculados con su patrimonio, con los bienes de su personalidad, o con su
esfera espiritual o afectiva; una relación de causalidad entre inconveniente sufrido
por la víctima la conducta de aquel a quien se imputa su producción o generación;
y, por último, un aspecto o método de atribución de la responsabilidad, por norma
establecida de carácter subjetivo (dolo o culpa) y excepcionalmente de naturaleza
objetiva (v.gr. riesgo)’”.

2.4.5. Exigencia de sentencia judicial ejecutoriada:

No es procedente que las empresas de seguros integren la exigencia de sentencia


ejecutoriada como condición importante para que lleve a cabo el pago
indemnización. La jurisprudencia 278 fueron visibles al asegurar que para se
entienda ocurrido siniestro y, consecuentemente, surja la obligación de la

30
aseguradora de realizar los pagos la indemnización, basta la reclamación judicial o
fuera de la justicia de la víctima al asegurado.

2.5. Predios asegurados

En lo que toca con el aspecto de los predios asegurados, resulta de


consideración integrar todos los sitios o predios en los que el asegurado lleva a
cabo su actividad, con el objetivo de tener una cobertura de manera correcta
delimitada en el aspecto geográfico. Para dotar de más grande seguridad al
asegurado, puede incluirse dentro de las características individuales la cobertura
automática para nuevos predios. Por medio de este amparo, la aseguradora
ampara la responsabilidad por perjuicios causados en nuevos predios
automáticamente, y se brinda al asegurado un período dentro del cual debe
reportarlo a la aseguradora, para incluirlo de forma expresa dentro de la cobertura.
Es considerable indicar que si el período avanza sin que se hiciere el estudio
correspondiente, la cobertura cesa y el asegurado se va a encontrar desprovisto
de la custodia del seguro.

2.6. Delimitación objetiva del riesgo

En lo que tiene relación a la delimitación objetiva del deber y en relación


con el seguro de deber civil profesional, es sensato corroborar que la profesión y
su ejercicio gocen de tutela del Estado al momento de celebrar el contrato,
sabiendo que el artículo 1129 del Código de Comercio sanciona con nulidad
absoluta el contrato de seguro en las ocasiones en que la profesión o su ejercicio
no tengan la tutela del Estado. La misma sanción se establece en las ocasiones
en que el asegurado no sea legalmente hábil para ejercer la profesión al momento
de celebrar el contrato. En el hecho de que durante la vigencia del seguro se
presente la carencia de la habilitación legal del asegurado para ejercer la

31
profesión, en relación a lo por defecto por el artículo 1130 del Código de
Comercio, el contrato concluirá de forma automática.

Tratándose del seguro de responsabilidad civil de entidades prestadoras de


servicios, principalmente en el campo de la salud, resulta de igual modo sustancial
integrar de forma expresa la cobertura para perjuicios causados por expertos
independientes, no adscritos o no vinculados laboralmente a la entidad asegurada,
sabiendo que en la mayor parte de los clausulados en general de las pólizas de
responsabilidad profesional se excluyen los perjuicios causados por expertos o
personal no adscrito o relacionado laboralmente con el asegurado. De la misma
forma, en este tipo de seguros debe incluirse la cobertura para perjuicios
causados por alumnos en costumbre y alumnos de especializaciones, si los
hubiere.

2.7. Exclusiones y demás condiciones

Cada asegurado debe investigar de forma cuidadosa los peligros a los que
está expuesto según la actividad que lleva a cabo. Esto con el objetivo de pedir a
la aseguradora al instante de contratar sus pólizas de responsabilidad civil, las
ediciones y cambios que resulten pertinentes, evadiendo percances en el
acontecimiento de verse obligado a responder frente a terceros sin tener el
amparo correcto. En la situación de pólizas de responsabilidad civil profesional, de
pólizas de seguro de responsabilidad para directores y gestores, o pólizas de
naturaleza complicada, es aconsejable tener la asesoría de un profesional en el
tema de seguros al instante de la suscripción para evadir repugnantes sorpresas
una vez ocurrido el siniestro.

3. ¿Qué pasa si no está excluida expresamente el perjuicio extra patrimonial


que cause el asegurado? ¿Debe cubrirse o no debe cubrirse?

32
Si, debe cubrirse. Respecto a esto la Sala de Casación Civil de la Corte
Suprema de Justicia (a través de la sentencia STC10961-2019 teniendo como
magistrado ponente a Ariel Salazar Ramírez) explicó que el amparo por los
perjuicios extrapatrimoniales de la víctima no debe estar expresamente
contemplado en la póliza como resultado de una lectura simplista del precepto y
en desarrollo de la libertad contractual. 

Conforme a lo anterior, comentó la sala que anteriormente se velaba por


cuidar el patrimonio del tomador de un detrimento y no se miraba directamente a
indemnizar al tercero a quien se le perjudico, más en la actualidad se le asigna
otro rol al seguro de responsabilidad civil, dado que ha cambiado sustancialmente
el principio por el cual ahora la víctima se constituye en el beneficiario de la
indemnización, sin perjuicio de las prestaciones que se le reconozcan al
asegurado, acorde a la reforma del artículo 1127 del Código de Comercio que
introdujo la Ley 45 de 1990, dice respecto a esto sala de casación dice
textualmente lo siguiente:

“Desde el punto de vista del vínculo jurídico que surge entre la


víctima y el demandado a quien se declara responsable de los perjuicios,
no está sujeto a discusión que tales daños son causados por el asegurado,
de ahí que el artículo 84 de la ley 45 de 1990 haya corregido en la
descripción normativa la expresión «los perjuicios patrimoniales que sufra
el asegurado», por la nueva «los perjuicios patrimoniales que cause el
asegurado».”

Desprendiéndose del artículo 16 de la Ley 446 de 1998, que la valoración de


daños debe atender el principio de reparación integral, de ahí que la obligación del
juzgador sea ordenar la indemnización plena de los perjuicios padecidos por el
damnificado.

 Doble función: Con todo, concluyó que a estos seguros se les ha otorgado
una doble función de la que antes carecían, dado que, además de proteger de

33
algún modo el patrimonio del asegurado, pretenden directamente reparar a la
víctima quien entra a ostentar la calidad de beneficiaria de la indemnización.

 Aunado a lo precedente, también mencionó un fallo del 2014 en el cual se


aseguró que, en general, el seguro de responsabilidad cumple una función
preventiva y reparadora, toda vez que salvaguarda o protege el patrimonio del
asegurado, autor o causante del hecho dañino.  Además, les brinda amparo a los
damnificados convirtiéndolos en beneficiarios de la indemnización e inclusive,
reconociéndoles la facultad de accionar de manera directa frente al
asegurador[ CITATION Cor19 \l 9226 ].

Conclusión:

Podemos concluir entonces que la póliza como elemento probatorio da


veracidad al acuerdo de voluntades entre el tomador y asegurador, tanto así que
es fundamental en materia ejecutiva pues ella se convierte en el requisito claro,
expreso y exigible que se requiere para interponer una demanda ejecutiva en caso
de incumplimiento, evidenciándose así que es indudablemente de naturaleza
probatoria, por lo tanto es grave que en un contrato de seguros no se elabore
póliza, puede que hayan otros medios probatorios pero ninguno tan eficiente como
este.

Con relación a la póliza de responsabilidad civil hemos de concluir que está


más allá de efectivamente velar por probar el acuerdo de voluntades que tiene por

34
objeto cuidar del patrimonio del tomado, es también su misión indemnizar a un
tercero a quien el tomador haya dañado, este tercero es tan peculiarmente
beneficiado por el mencionado seguro que puede ir directamente ante al
asegurador a reclamar por su derecho.

Bibliografía
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