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Nativos digitales, “Millenials”, Generación App,

Gen Z y otras aproximaciones a la juventud


contemporánea.
Frank Leonardo Ramos Baquero*

Introducción

En las últimas 4 décadas, se han venido posicionando en nuestra sociedad,


diferentes estudios sobre los jóvenes o las juventudes. Cada vez más y con mayor
recurrencia se encuentran publicaciones, artículos y libros abordados desde diferentes
perspectivas (mercadeo, sociología, antropología, educación, neurolingüística…) y
proponiendo explicaciones sobre características, interacciones, rasgos, movimientos o
tendencias. Éstas, si bien pueden ser disímiles entre una y otra perspectiva, tienen en
común un elemento específico: Los jóvenes que hacen parte activa de nuestra sociedad,
son radicalmente diferentes y por eso se ha hecho tan necesario conocerlos. Ellos
representan más de una cuarta parte de la población mundial y son el resultado
emergente de nuevas dinámicas sociales. Constituyen un nuevo segmento de una
sociedad cambiante, conforman una cultura social que se yergue como “foránea”,
extraña y aparentemente otra.

Los libros clásicos de la psicología evolutiva o del desarrollo, habían definido a los
jóvenes, o mejor, la juventud, como una etapa liminal, transitoria, inestable y hasta cierto
punto frágil, que representaba un tiempo de “ajuste” o de “puente” entre la infancia y la
adultez. Sin embargo, en la actualidad esa aparente etapa de transición se ha
prolongado cada vez más, hasta el punto en que constituyen una categoría social
definida, con rasgos específicos que no parecen ya transitorios y que incluso otros
segmentos sociales buscan como modelo o referente de realización. En efecto, ser joven

*
Magister en Antropología, investigador en estudios de Antropología de la escuela y de la educación. Decano de
la Facultad de Ciencias Jurídicas, Sociales y Humanísticas de la Fundación Universitaria del Área Andina.
en la actualidad no es más un asunto simplemente cronológico; tiene más rasgos de
estilo de vida(Ramos, 2009).

En el contexto de la educación superior, la comprensión de estas “nuevas


juventudes” no solo atañe a los que anhelan ingresar a una institución, o a quienes son
estudiantes. También representan un porcentaje significativo de docentes y empleados.
Este grupo, que no solo es etario, constituye un desafío particular pues sus estilos
dinámicos y cambiantes, o líquidos, como diría Bauman, se mueven en un sistema
(educativo) muy poco flexible, y que a su vez está inserto en una sociedad estática
(Sáenz Rueda, 2009).

Por eso, en las siguientes líneas se presenta al lector, algunos elementos que
permiten una aproximación multidisciplinaria sobre estas realidades de las nuevas
generaciones. En un primer momento, se describe de forma general cuál ha sido la
clasificación temporal y cualitativa de las denominaciones empleadas para referirse a la
juventud en diferentes momentos de la historia (reciente). En un segundo momento, se
abordarán los datos, registros y explicaciones más relevantes tomados desde los
estudios estadísticos de mercado, los cuales son los más comunes y conocidos en el
medio; y que refieren a una caracterización juvenil como tipologías propias de
consumidores. Después de esto, se abordarán algunos aspectos que los definen como
nuevos sujetos sociales, o como nuevos grupos más culturales que etarios, haciendo
énfasis en algunas características que plantean desafíos formativos para la educación
superior. Finalmente, a manera de conclusión se sugiere para la reflexión, un horizonte
de sentido sobre lo que estos jóvenes proponen y buscan de cara al conocimiento.
Constituyéndose a sí mismos en “aprendientes”, hacen caducas e inútiles las
comprensiones y prejuicios que la sociedad y la Escuela (en el amplio sentido de la
expresión) les han conferido en tanto estudiantes (Ramos, 2009); poniendo sobre relieve
la crisis de un sistema instalado y diseñado para llevar a los jóvenes a un puerto seguro
del conocimiento disciplinar con la tensión de tener en las aulas a un grupo de nómadas
del conocimiento (Moravec, 2013).
Un recuento rápido a las denominaciones generacionales.

Posterior a la segunda postguerra, (1950s en adelante) comenzaron a configurarse


procesos sociales, que reestructuraron entre otras cosas, la etapa escolar, definiendo
nuevas prácticas específicas sobre esta población “joven”. Este grupo, que décadas
atrás estaría listo, para independizarse e integrarse al mundo laboral, configurando
nuevos hogares y familias; ahora comienzan a aplazar su entrada a la vida adulta, social
y pública. Comienzan, en este sentido, a ser parte de una “moratoria social”, y es en
este espacio donde aparece la juventud como hoy la conocemos. La juventud existe,
porque la escuela existe. En dicho espacio de moratoria, siguen dependiendo
económicamente de sus padres. Sus intereses ya no eran propiamente los de ingresar
al mundo laboral y productivo, sino permanecer en el mundo de la Escuela o el sistema
educativo, en su rol de estudiantes y gozando del tiempo libre. Esta nueva generación
de “rebeldes” rápidamente se caracterizó por tener gustos e intereses propios, diferentes
a lo que la sociedad estaba acostumbrada. Moda, música, prácticas sociales, “jerga”,
comenzaron a tener un tinte propio y diferenciador para estos “jóvenes”. En este sentido,
para entender la diferencia, se podría proponer como ejercicio mental, visualizar a unos
artistas como Frank Sinatra o como Garzón y Collazos, allá en los 1940. A la edad de
20 años, donde consiguieron sus grandes éxitos, siempre fueron y se mostraron
“adultos” con traje, corbata y sombrero. En contraste, podemos compararlos con la
imagen que tenemos de personajes como Elvis Presley o Miguel Bosé quienes una o
dos décadas después son los jóvenes artistas y no los adultos de antes, a la misma
edad, con sus peinados engominados, sus atuendos disparatados, y sus ritmos
novedosos.

Esta nueva diferenciación social, se concretó o se hizo más evidente a finales de


los 1970 y principios de los 1980, cuando estos jóvenes ya no hicieron la transición a
nuevas prácticas y no se revelaron a lo convencional como la generación de los 50 o
60. Este cambio, y esas nuevas configuraciones dieron lugar a los primeros estudios
sociales conocidos sobre el tema de las juventudes. En aquella época, se determinó que
había una nueva generación que al no poder ser descrita o comprendida dentro de los
parámetros tradicionales de la infancia o la adultez, y que no denotaba los rasgos
rebeldes o revolucionarios de los jóvenes de los 60 y 70, fueron llamados como
generación “X”. Aunque referencias posteriores asociarán la X con la imagen de una
variable no conocida, en realidad debe su nombre a la novela “best seller” del escritor
Douglas Coupland en 1991: “Generation X, Tales for an Accelerated Culture” quien a
su vez, tomó el nombre de una banda Funck de los 80´s. (Martínez-Zalce, 2003)

Anterior a esta generación “X”, está la primera generación de transición. Fueron


los hijos e hijas que nacieron en la postguerra. En este tiempo hubo una explosión
demográfica, por el incremento súbito de la tasa de natalidad. Este aspecto es el que
caracteriza el nombre de esta generación: “Baby Boomers” (los hijos en la explosión
demográfica). Los Boomers, fueron los rebeldes, inconformes que marcaron la ruptura
cultural con la sociedad tradicional. Como últimos herederos de la modernidad, y con las
lecciones históricas aprendidas de las guerras anteriores, fueron los jóvenes que
promulgaron el cambio, la revolución del amor, las propuestas sociales revolucionarias.
Por contraposición y contraste, los “Xers” (generación X) fueron conscientes de la
revolución fallida de sus predecesores. Se caracterizaron por representar a un segmento
juvenil de clase media, “desencantados” de las promesas no cumplidas de la
modernidad y el fracaso de la revolución de sus padres y mayores, que comenzaron
como Hipiies, luego yupies y finalmente new agers.

A partir de estas caracterizaciones hechas principalmente en los noventas, los


estudios y análisis posteriores sobre juventud, seguirían la taxonomía determinada aquí.
De esta manera, después de la X vendrá la Y y luego la Z.

La revolución social y la aceleración de la globalización que vinieron de la mano


de la tecnología computacional y el internet, marcarían el hito para una nueva cultura
conformada por aquellos que no tuvieron que ver cómo fue el proceso de adopción y de
incorporación de las nuevas tecnologías digitales en el seno de la vida cotidiana de los
hogares. Los nativos digitales, así llamados por algunos sociólogos de la juventud,
nacerán y crecerán con procesos de aprendizaje y socialización completamente
diferentes a lo que se había visto antes. Tan diferentes que incluso algunos expertos
señalan que modificó hasta la estructura de redes neuronales. Estos nativos digitales,
de acuerdo a la taxonomía anterior, son la generación Y; los cuales, con la coyuntura
del Y2K (cambio de milenio) fueron renombrados como la generación del milenio: los
“Millenials”.

Ahora, en esta última etapa de la historia de la juventud, se ha comenzado a


remarcar una nueva diferencia entre los Millenials de primera generación y los de
segunda (los más jóvenes). En el 2014 la autora del libro Millenials 2.0: “Empowering
Generation Y”, Jan Ferri-Reed hizo referencia a estos jóvenes, ahora profesionales,
como los más “educados” de toda la historia, que habían ingresado al mundo laboral y
que habían trastocado las dinámicas de empresa. En cuanto a los Millenials más
jóvenes se comenzará a escribir y describir posteriormente, bajo la “etiqueta” de
Generación Z.

En lo que respecta a la caracterización de esta Generación Z vale la pena referir


dos autores. Uno que escribe desde la perspectiva psicológica y el otro desde la
pedagógica. El primero, Howard Gardner, en el 2014 publica “la Generación App.” Una
referencia a la figura de la aplicación móvil como un factor diferenciador de la conducta
de estos jóvenes que han exacerbado la experiencia del presente y la cultura del “ahora
mismo”

El segundo, un maestro y filósofo francés, publicó “Pulgarcita” para hablar de estos


nuevos escolares digitales. Con la imagen literaria de Pulgarcito, pero en versión
femenina, cuenta la historia de una niña que puede ser cualquiera de los jóvenes
escolares actuales. Es alguien pequeña, frágil pero muy lista, que se caracteriza por
usar sus pulgares (por eso pulgarcita) para el uso de los dispositivos móviles y así a
través de ellos construir su experiencia de mundo.

Hasta aquí se ha descrito a grandes rasgos, la genealogía de los términos y las


características de esta taxonomía de juventudes. Más allá de las ventanas de tiempo y
los años de nacimiento, lo importante es tener en cuenta los hitos históricos que
favorecen la configuración de ciertos rasgos. A manera de síntesis se presenta una
tabla con algunos elementos diferenciadores, basados en buena parte de la “Carta de
diferencias generacionales” de Mike Allen y Renee Allen (2008),
TRADICIONALES BABY GENERACIÓN X MILLENIALS GENERACIÓN Z
BOOMERS
AÑO DE 1900 – 1945 1946 – 1964 1965 – 1980 1981 – 2000 2000 – hoy
NACIMIENTO
(APROX)
OTROS NOMBRES Veteranos, “me” Generación Gen X, Exers, Generación Y, Gen Y, Generación App,
silenciosos, radio , de la autoridad post boomers, 13ª generación next, 24/7´s Gen Z, centennials,
babies, Gen moral, Generación
Olvidada
INFLUENCIADORES Segunda guerra Guerra de Watergate, crisis Digital media, crisis Comparten muchos
mundial, Gerra de Vietnam, energética, ambiental,. mundo rasgos de los
Corea, Gran empoderamiento madres centrado en la niñez y la Millenials,
depresión de los derechos trabajadoras y adolescencia, ataques Crecieron con al
económica. civiles, familias con doble terroristas, 9/11. menos tres
Vivieron tiempos revolución ingreso. Generalmente hijos de dispositivos de
difíciles sexual, viajes Emergencia de padres divorciados. pantalla, entraron
económicamente y espaciales. padres y madres Esperan ser la siguiente en contacto con
la transición a Su experiencia solteras. gran generación, nuevas tecnologías
tiempos de en la época post Sus percepciones capaces de cambiar las desde el primer año
prosperidad. crisis, les han sido cosas que se han hecho de erad. Están
permitió crear condicionadas por mal. interconectados.
una estructura una experiencia De Valores No conocen las
altamente de auto cuidado al postmaterialistas, referencias locales
individualista, tener mayor Han crecido más de las antiguas
materialista y tiempo solos protegidos que otras relaciones
ambiciosa (padres generaciones, han sido interpersonales.
trabajando) infantilizadas, y Piensan que todo
Es la primera educadas en procesos tiene solución con
generación que orientados a ocupar un clic o una app.
no va a tener un todo su tiempo libre. Su intimidad hace
mejor desempeño Primera generación de parte de la red.
financiero que sus niños con horarios y Configuración
padres. plan de desarrollo de neuronal diferente y
infancia. procesamiento de
información más
ágil. Son
multitareas.
VALORES Adheridos a las En contra de la Balance, Consumidores ávidos. Consumidores
CENTRALES reglas, guerra, anti equilibrio, No futuro. Lo importante tecnológicos.
conformistas, gobierno, sostenibilidad. está en el hoy. Todo es cambiante,
contribuyen a los promulgan la Diversidad. Deber ciudadano. nada estable.
bienes colectivos, igualdad de Emprendimiento. Diversidad y tolerancia. Nómadas
valoran la derechos y de Alto valor de la No Violencia. culturales. Buscan
dedicación y el oportunidades. educación. Altas Net workers. la libertad de acción
sacrificio. No Muy leales a sus expectativas Seguros de sí mismos. pero la
cuestionan la hijos. laborales. Neo espirituales, dependencia
autoridad. El deber Son optimistas, Independientes y ambientalistas. material.
antes del placer. creen en la autónomos. Orientados al logro. Planificadores a
Patriotismo, lealtad, gratificación y el Pragmatismo. Competitivos. Les gusta corto plazo.
alta confianza en el crecimiento Baja lealtad la atención personal
gobierno. personal. “gasta organizacional. La diversión primero
Ahorradores, ahora y Escepticismo.
conservadores, preocúpate Dudan de los
después. valores de los
Equipos de Boomers.
trabajo Alfabetas
orientados a la digitales.
transformación. Piensan
Quieren hacer la globalmente.
diferencia.
Los Millenials y los Gen Z, consumidores y algo más.

Como se hizo mención anteriormente, la información y análisis más copiosos sobre


las generaciones jóvenes han venido de la mano de estudios de mercado. Aunque dicha
literatura de base de las descripciones realizadas son bastante útiles y arrojan luces
sobre los “performances”, gustos, estilos, intereses o búsquedas; no hay que perder de
vista que su intención no es hacer una caracterización social o cultural de estas
poblaciones, sino una descripción más o menos plausible de un cierto tipo de
consumidor. Con esto en mente, en las siguientes líneas, se presentan los datos más
significativos que arrojan estos estudios. Las fuentes de referencia se basan en los
informes más recientes de la firma Nielsen (2016), empresa experta en estudios de
mercado y diagnóstico de tendencias de consumidores, quien presentó un estudio
completo de lo que son estos perfiles de la generación “Y” y la Generación “Z” También
contamos con la información de Nielsen para el caso colombiano, como parte de un
trabajo desarrollado por Ilumno (2017).

Los jóvenes profesionales, los universitarios, los que están comenzando sus
estudios en educación superior, y los que están aún en el colegio, hacen parte de una
generación culturalmente diferente a las anteriores. Estos jóvenes son nativos digitales
y la diferencia fundamental está determinada por unas nuevas formas de pensar, sentir
y actuar, e incluso nuevas formas de procesar la información del entorno, perfiladas por
la incursión en nuestro medio de las nuevas tecnologías.

De acuerdo con la taxonomía generacional, estos nativos digitales han sido


denominados Gen Y (Millenials) y, ahora con los más jóvenes, Gen Z (Centenials o Gen
App). En este sentido, en tanto nativos de la era digital tienen muchos rasgos comunes,
pero generacionalmente hay diferencias sensibles que vale la pena leerlas no como
rasgos propios de ellos o ellas en sí mismos, sino como reflejos “encarnados” de las
tendencias sociales de las que, a la postre, todos los que vivimos en la actualidad e
interactuamos con este mundo globalizado e interconectado, compartimos en mayor o
menor grado.
De acuerdo al estudio Nielsen (2016) podemos caracterizar a los Millenials y a los
Gen Z, bajo unas categorías que son comunes y otras diferenciadoras. A continuación
los elementos más representativos:

En común:

 En términos generales esta población representa más de la cuarta parte de


la población mundial (26%). Lejos de lo que pueda pensarse, son un grupo
de alto impacto y presencia en los escenarios sociales globales.
 A diferencia de los “X”, los cuales fueron llamados generación “Me”, estos
nuevos jóvenes son Generación “We”. Esto significa que el sentido del
“nosotros” tiene un peso mucho más significativo que el del yo individual.
Millenials y Gen Z tienden a construir redes de identidad gregarias. Los
procesos de socialización son fundamentales. Por eso, por ejemplo, los
entornos laborales y los educativos han girado cada vez más a crear climas
de interacción y ambientes familiares.
 Son Expertos “multi-Taskers”. Pueden interactuar con varios dispositivos
simultáneamente, sostener muchas conversaciones en redes con diferentes
personas, buscar información determinada en diferentes páginas de internet
las cuales saltan de una a otra con facilidad y todo esto lo hacen mientras
comen, conversan con sus amigos presenciales o ven televisión. Esto riñe
con las tendencias organizacionales o educativas, que tienden a mantener
procesos lineales, una tarea después de otra.
 Es posible que no tengan muchas habilidades para el trabajo en equipo
(sobre todo los más jóvenes) sin embargo son mucho más eficientes
trabajando en redes. De hecho, estos jóvenes por lo general hacen parte de
“networks” interconectadas tanto con las organizaciones donde están, como
con otros grupos más allá de ellas. Es cada vez más frecuente encontrar
estudiantes que en trabajos en grupo, le digan al docente si un compañero
de otro curso, de otro grupo, puede participar. Las redes de trabajo superan
las fronteras e imaginarios espaciales del trabajo en equipo.
 Es la generación del “+”. Quieren estar más informados y más conectados.
Son los mayores buscadores en google y consumidores de información. No
solo disfrutan una película cuando van a cine. Averiguan cómo se hizo,
buscan tomas detrás de cámaras, anécdotas de los personajes... un estudio
de Cambridge, revela que este tipo de conducta de estar sobre informados
supera en un 20% más que a las generaciones anteriores.
 Estos jóvenes están dispuestos a pagar un poco más por aquello que
represente realmente novedad. (+) innovación, y nuevos productos son de
su interés.
 Son (+) sensibles a los temas y asuntos ambientales. Aquello que
represente o se identifique con causas a favor de la sostenibilidad o pro-
ambientalista, será de su preferencia y gusto.
 Si bien los jóvenes de las generaciones anteriores eran amantes de la
comida rápida o chatarra, esta generación está más orientada a los
alimentos saludables: “(+) por favor, si es libre de gluten, bajo en calorías,
libre de cafeína, alta proteína, es fortificado o es orgánico!”
 Así como son más ecológicos, son mucho más sociales. Esta generación
no aprendió la democracia en los libros, como lo hicieron los boomers o los
Xers. La vivió desde su cuna. Por eso hay una mayor consciencia de las
problemáticas sociales y de los problemas generados por las hegemonías
culturales. Su solidaridad es mayor, aunque en contraste, su confianza
hacia las instituciones recae. Solo aquellas instituciones que estén
comprometidas con el entorno social y ambiental, y que les permita
participar autónomamente, son valoradas.
 Son la generación del presente, del aquí y ahora. Aunque en el discurso
hablan de futuro (el lenguaje moderno) y piensan en él, lo hacen de forma
diferente, para esta generación el futuro no existe. Solo se dará como
consecuencia de nuestros actos aquí y ahora no son jóvenes teleológicos
(orientados a fines futuros), son teleogónicos (hacen que haya futuro)
(Ramos, 2009).
 Sus opciones están marcadas por la inmediatez y en algunos casos por las
consecuencias a corto e inmediato plazo. Cuando escogen carrera, si bien
es claro que tendrán un título, no están pensando en esa meta, están
pensando en cómo vivirán su primer semestre, con quienes se conocerán,
qué harán el fin de semana.
 La información no es algo que se busca en un librero. Es algo a lo que se
accede y debe hacerse desde cualquier parte. El conocimiento no es algo
que se guarda, es algo que se usa o se consume. Por eso tienen la
necesidad de estar conectados permanentemente. Los ambientes que no
ofrezcan dicha accesibilidad a la información, no son de su preferencia. Y
pensar que aun hay docentes que piden a sus estudiantes que se
desconecten para aprender!.
 Están usualmente más actualizados con las noticias con respecto a quienes
las buscan en televisión o radio.
 La inmediatez cambia significativamente los parámetros de valoración de
muchos procesos. La calidad de una relación que solo se logra con tiempo
y dedicación es remplazada por intensidad. La felicidad muchas veces toma
connotaciones de placer inmediato, momentáneo, transitorio. Las series de
televisión son mejor vistas en internet o Netflix, porque las ven de una vez,
sin esperar que pasen los meses para mirar el final de la temporada.
 Junto a la inmediatez esta la temporalidad. Estas generaciones consideran
negativo, durar mucho tiempo en una institución y organización. Aspectos
como el compromiso o la lealtad, parecen cosa del pasado.

Diferencias:
MILLENIALS GEN Z
Consumen información 1) TV, 2) Búsquedas de internet y 3) 1) TV, 2) redes sociales y 3)
principalmente de: redes sociales aplicaciones móviles.
Principales 1) Mantenerse saludable o en forma, 1) Hacer dinero, 2) realización
aspiraciones: 2) hacer dinero, 3) tiempo de calidad profesional y laboral. 3) Mantenerse
con su familia o seres queridos y 4) saludable o en forma, y 4) tiempo de
realización profesional y laboral. calidad con su familia o seres
queridos.
Actividades en el tiempo 1) Ver TV, 2) compartir con 1) Escuchar música, 2) Leer, 3) ver
libre: familiares y amigos, 3) escuchar televisión, 4) compartir con amigos y
música, 4) Leer y 5) viajar. familiares y 5) hacer ejercicio.
Campos de trabajo que Tecnología, comunicaciones, Ciencias puras, tecnología,
desearían ocupar informática, ciencias sociales. ingeniería, matemáticas
Niveles de estudio le 1) Carreras profesionales, 2) 1) Carreras profesionales, 2)
gustaría estudiar postgrados, 3) estudios Estudios complementarios 3)
complementarios y 4) Doctorados diplomados / certificaciones, y 4)
posgrados
Segunda lengua? Sí, para viajar y conocer el mundo. Sí, para comunicarse globalmente.
Decisiones guiadas por Amigos y mentores Padres y maestros.

Sujetos sociales de una nueva cultura

De lo visto hasta ahora, es importante subrayar la estrecha correlación que hay


entre el contexto y las tendencias sociales con las configuraciones subjetivas de quienes
hacemos parte de este tiempo. Hoy por hoy, en medio de la globalización, la sociedad
red o sociedad de la información, el desarrollo acelerado de las nuevas tecnologías de
comunicación, las crisis económicas y políticas, los procesos nacionales; una es la
respuesta social de quienes han tenido que hacer la transición, aprender y adaptarse a
los nuevos entornos, desestructurarse y volverse a estructurar cada vez con mayor
frecuencia. No es gratuito el particular sentimiento de nostalgia por otros tiempos, de las
generaciones mayores, las cuales inciden en prácticas neoconservadoras en la vida
social.
Pero otro proceso de adaptación, aprendizaje y socialización tienen quienes han
nacido y crecido con el cambio acelerado como parte de su paisaje social. Para estos
jóvenes, el cambio hace parte de la naturaleza social. Que las cosas se acaben,
caduquen, queden obsoletas, es lo “natural”. Lo raro es que perduren.

Los Millenials y los Gen Z, nacieron en una sociedad de transición. No vieron el fin
de la modernidad y el crecimiento de la postmodernidad, por lo tanto, no hay nada de
los presupuestos modernos que signifiquen algo para ellos. No obstante, aunque pueda
pensarse que esta condición “nativa” en nuestro contexto los prepara mejor para algunas
dinámicas de lo social, también hay otros elementos que se constituyen como
verdaderos desafíos para estos jóvenes. Esto en parte porque sus procesos de
formación y socialización carecen de aspectos que todavía son muy necesarios, y en
parte porque la sociedad tiende a ser estática y no se ajusta a estos nuevos dinamismos.
Comentemos a continuación algunos de esos elementos:

En tanto que su configuración social es diferente a las generaciones anteriores, y


esto, insistimos, es consecuencia del contexto social (familiar, escolar, vecinal, global…)
son difíciles de comprender y lidiar con ellos. Son sujetos de derechos y son conscientes
de ello. Han crecido en un ambiente democratizado, mucho más que en otras
generaciones. De hecho, buena parte de los X y los Boomers, crecieron en hogares y
procesos sociales donde la decisión personal, no importaba más que la de los padres
de familia, los profesores, o quien representara la autoridad. Para los “mayores” la
democracia la aprendimos en la universidad; en los textos. Primero aprendimos la teoría
y luego intentamos incorporarla a nuestras prácticas cotidianas.

Pero estos jóvenes nacieron y crecieron en hogares democratizados. Si la familia


piensa salir a cenar o a un plan en conjunto, ahora le preguntan a los más jóvenes ¿qué
quieren? La voz de los menores, en el núcleo familiar cuenta y eso los empodera. Pero
no toda la sociedad es así. Y eso representa un problema. De hecho parte de la crisis
del ingreso a la universidad es ser absorbidos nuevamente por un sistema que los
enajena de su capacidad de gestión y de agencia.
Contrario a las creencias generalizadas, y en parte por su más temprano desarrollo
de capacidad de opinión y crítica, estos jóvenes son mucho más activos políticamente
que sus generaciones predecesoras. No obstante, están más desencantados de las
estructuras institucionales tradicionales. Esa aparente apatía política o social de la que
se les acusa, no es más que una reacción muy política a partir de su inconformismo.
Estos nativos digitales son demócratas en sus prácticas, y los mecanismos tradicionales
de carácter representativo ya no es una forma que los identifique. Ellos, para emplear
las palabras de Boaventura de Sousa, son hijos de la libertad y buscan democratizar la
democracia (Santos, 1998). Por eso los vemos en manifestaciones multitudinarias, y
beligerantes en las redes sociales, pero ausentes las urnas. Fenómenos como el Bretxit,
Trump, o el triunfo del No en el plebiscito de los acuerdos de la Habana, que tuvieron
como factor común un fracaso rotundo en las encuestas previas, son síntomas claros
de dos lenguajes diferentes desde la democracia.

La educación y particularmente la educación superior, tiene el desafío de crear las


condiciones necesarias para que estas nuevas formas de participación y estos nuevos
activistas sociales, puedan enfocar su potencial y orientarlo hacia la innovación y
transformación de sus realidades. Ellos anhelan esto y no lo están encontrando.

Las experiencias de desajuste y los choques culturales que experimentaron los


Millenials al ingresar al mundo laboral, son esencialmente las mismas que están
experimentando los Gen Z en el ingreso a la Educación Superior: Tienen grandes
expectativas de encontrar espacios y condiciones adecuadas de realización personal y
de desarrollo de todo “su potencial” tienen una gran autoestima, buscan comodidades
(bienestar); todo esto porque “solo así” podrán demostrar sus cualidades y lograr
propósito en sus acciones (Salazar y otros, 2017) . Sin embargo, aunque son mucho
más adaptativos que otras generaciones, precisamente porque su condición es de
cambio permanente, y aunque logren conseguir las condiciones necesarias; después de
un tiempo no se sentirán plenamente realizados. Sienten que algo falta.

Las mediciones de felicidad de la encuesta mundial de valores, se afectan de forma


más sensible en las poblaciones más jóvenes. Y esto se debe a una determinada
combinación de una serie de factores que Simon Sinek (2017) define como: 1)
Educación y crianza, 2) Tecnología 3) Impaciencia y 4) Entorno.

Especialmente los Gen Z, son la generación más infantilizada de todas. Las


dinámicas sociales de educación y socialización, los han metido en una burbuja que
evite cada vez más situaciones de confrontación. Han sido más condescendientes con
ellos, han creado espacios a su medida, satisfaciendo sus necesidades cuando lo
requieran, con lo que requieran. Cuando ingresan a la universidad o al trabajo, se dan
cuenta que no son tan especiales como les dijeron en la casa o en la escuela. Descubren
que ya sus padres no pueden intervenir como lo hacían antes para solucionarles su
problema, y se dan cuenta de súbito que la libertad que buscan y que al fin encuentran
en cierta forma, requiere de dosis de autocontrol, de autonomía y de capacidad de
solución de problemas (Sinek, 2017). Eso puede ser frustrante para ellos, pero la
solución no es evitarlo sino promover el desarrollo de esas habilidades.

La nana de los últimos Millenials y la Generación Z ha sido la presencia de los


dispositivos de pantalla. TV, Pc, Tablet, celular, han sido los recursos empleados por los
padres para ocupar su tiempo y entretenerlos. De hecho un estudio en el 2014 de
Cambridge, mostró cómo en Europa, antes de los dos años de edad un niño ya ha usado
al menos dos dispositivos con pantalla. En la actualidad uno puede ver a un o una joven
en clase, “mensajeando” desde su móvil con un solo pulgar (“pulgarcita”) y casi sin ver
el dispositivo. El contacto que estos jóvenes tienen con las redes sociales ha creado con
el tiempo una alta dependencia (no solo en los jóvenes) (Sinek, 20014). Pero a diferencia
de los adultos este uso recurrente deriva en dos cosas: la adicción a estar conectados
(FOMO) y la consecuente pérdida (o no desarrollo) de habilidades de socialización.

Si bien la tecnología los conecta, también ha creado un imaginario de que todo es


posible por un “clic” instantáneo, automático. Los Gen Z, han crecido en un mundo
donde cada problema se soluciona mediante una App, la cual no solo la buscan en los
móviles, también las buscan en la vida real, a través de fórmulas, de medicaciones, de
experiencias intensas y momentáneas. Estos jóvenes desarrollaron un “performance”
de que son capaces de muchas cosas y están “listos para lo que sea” pero internamente
hay una fragilidad que los abruma.
Como se mencionaba anteriormente Millenials y Gen Z son la generación del
“Ahora”, del eterno presente. Para estos jóvenes, palabras como: compromiso, lealtad,
perseverancia, dedicación, trabajo duro; ya no son valores. Casi caen en la categoría de
antivalores. (Bauman, 2006) Cenan más afuera, que otros, y si lo hacen en casa, piden
más domicilios. En el mejor de los casos emplean comida pre-cocida para microondas.
Lo que para otros era un placer, el rito de preparar los alimentos y compartirlos, ahora
es una inmensa pérdida de tiempo. Los más jóvenes manifiestan que el correo
electrónico es “lento” y prefieren el chat, porque es instantáneo. Estas conductas hacen
que sea difícil entender el discurso tradicional de la planeación para el futuro. Sobre
todo, hace que se vuelvan impacientes. Una buena razón para el abandono de las
carreras en la universidad es precisamente que perdieron interés (Nielsen, 2016).
Pensar en el sentido de las cosas desde el aquí y el ahora, es otro desafío de la
educación.

En todo este proceso, estos jóvenes, dinámicos, soñadores, entusiastas, llegan a


ambientes académicos o laborales y se estrellan con realidades en donde las personas
no son primero. En donde importan más las cifras y los índices (Sinek, 2017). Se
encuentran en ambientes que no están pensados para promover sus habilidades, y
sobre todo ayudarlos a formar eso que se ha quedado perdido en el camino y no han
desarrollado: la capacidad de resolver problemas, la habilidad para construir relaciones
fuertes a largo plazo, las competencias que les permitan enfrentarse a un auditorio, a
una entrevista, a un equipo de trabajo.

Formar estos nuevos ciudadanos y nuevos profesionales, implica primero,


comprenderlos desde sus dinámicas, no desde nuestros prejuicios y segundo, repensar
los elementos que constituyen lo fundamental en la formación y lo necesario.

Nuestros jóvenes son de otra cultura, con otro lenguaje, con otros patrones. Con
consumidores nómadas de conocimiento. Se los puede ver en un tiempo fascinados por
la física molecular. Un tiempo después, están consumiendo información sobre derrames
de petróleo más tarde inquietos por la realidad política… desde esta lógica, imaginemos
lo tedioso que ha de ser estar un semestre viendo un contenido y más diez para hablar
de un tema disciplinar. La educación Superior, debe anticipar este tipo de elementos
que están conectados no con los elementos curriculares de un programa determinado
sino con la fibra más sensible de los sueños, los intereses y las identidades de estas
generaciones, están enraizados en la médula de la condición humana, y debe asegurar
que estas nuevas habilidades cognitivas y nuevos paradigmas éticos se desarrollen, se
afiancen y se multipliquen.

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