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Estado Guárico
Prfesor: Bachilleres:
Introducción………………………………………………………………………Pág. 3
Contenido…………………………………………………………………………Pág. 4-13
Conclusión………………………………………………………………………..Pág. 14
En primer lugar hay que definir la muerte encefálica como el cese de funciones de la
estructura conformada por hemisferios cerebrales, situada rostral al tallo cerebral que forma
parte del encéfalo, sin embargo para declarar la muerte de la persona, esta posición ha sido
cuestionada al considerar que la muerte ocurre cuando la circulación, respiración y
funciones cerebrales han cesado total e irreversiblemente; este punto de vista tiene otras
implicaciones que incorpora en la discusión términos como el Estado Vegetativo (EV) , el
cual hace referencia a un estado de vigilia (despierto), en ausencia de respuesta hacia uno
mismo o el entorno.
Es una de las situaciones más difíciles con las que puede enfrentarse un médico a lo largo
de su práctica profesional, no sólo por lo complejo de la exploración neurológica, con la
que a menudo no está familiarizado, sino por todo lo que implica declarar que una persona
ha dejado de vivir.
Muerte cerebral, condición en la cual sólo hace alusión al cese de funciones de la estructura
conformada por hemisferios cerebrales, situada rostral al tallo cerebral que forma parte del
encéfalo. En esta revisión se utilizará el término muerte encefálica (ME), consideramos que
describe mejor la pérdida irreversible de funciones cerebrales y del tallo.
En el año de 1968 en la carta de Ginebra, se definió muerte como: ausencia de toda señal
de vida de relación, sin respiración espontánea, tensión arterial, ni reflejos, con atonía
muscular y un trazo isoeléctrico en EEG4. Mohandas y Chou en 1971 agregaron que la
pérdida de funciones debe ser irreversible y la afección del tallo cerebral una condición sine
qua non; esto dio pauta para que en 1976 The Conference of Medical Royal Colleges and
their Faculties emitiera la definición de ME como pérdida completa e irreversible de la
función del tallo cerebral.
Más adelante, en 1981, The President´s Commission determinó que una persona con
pérdida irreversible de la función circulatoria, respiratoria o cerebral está muerta y debe
avalarse con pruebas confirmatorias.
Sin embargo en el año 1989 el grupo de ética de Dinamarca estableció que “la muerte
ocurre cuando la circulación, respiración y funciones cerebrales han cesado total e
irreversiblemente”, y que “si la función cerebral se ha perdido, la persona aún no muere,
pero se encuentra en proceso irreversible de muerte”; por lo que dar soporte a los signos
vitales es inútil y no justifican mantenerlos de manera artificial una vez que se ha perdido la
función encefálica.
Con el potencial de aplicaciones que podría aportar la terapia celular y tisular en un futuro
cercano, se deduce que el concepto actual de muerte cerebral como criterio de muerte
humana tendrá que ser modificado. Cuando se realizan trasplantes con los órganos de
pacientes en estado de muerte cerebral, la actitud de respeto hacia la vida humana no
desaparece pero, el respeto por el cuerpo vivo del donante se ve superado por otro, el
respeto a la vida de quien espera el trasplante. En el contexto del debate actual adquiere
gran trascendencia la adopción de una u otra posición, no solo debido a la importancia del
tema, sino dadas sus implicaciones en relación con el diseño e implementación de políticas
de gran relevancia en el plano social.
• Antes estímulos auditivos (un ruido fuerte, la voz…) comienza una breve
orientación hacia ellos
Con los pacientes en “Estado Vegetativo”, desde el punto de vista cognitivo, el objetivo es
lograr una “adecuada interacción con el entorno” mediante respuestas voluntarias y
consistentes ante los estímulos del mismo; para lograrlo debemos practicar una técnica de
acercamiento global mediante la estimulación con la que se pretende darle confianza y
ayudarle a volver a dar sentido al mundo que le rodea y para ello contamos con dos
técnicas, la Estimulación Basal y la Estimulación Multisensorial. En NEURORHB,
Servicio de Neurorehabilitación de Hospitales Vithas existen especialistas en la valoración
y tratamiento de los pacientes con estados alterados de conciencia (Coma, Estado
Vegetativo o Síndrome de Vigilia sin Respuesta y Estado de Mínima Conciencia) además
cuentan con una línea de investigación abierta cuyo objetivo es conocer mejor los cambios
neurales que ocurren desde el estado de coma a la recuperación de la conciencia.
Encontrarse en estado vegetativo persistente (EVP) es algo que sucede a una persona que,
como tal, tiene toda la protección del ordenamiento jurídico y está amparada por sus
derechos fundamentales. A partir de este planteamiento, se analizan los propios fines de la
medicina resaltando que no es el objetivo de la medicina alargar la vida a cualquier precio.
Por último, se revisa desde un punto de vista ético en qué momento es lícito dejar de
intentar mantener vivo a un ser humano.
El estado vegetativo persistente (EVP) plantea a la sociedad cuestiones muy profundas que
deben ser analizadas y debatidas. Conviene resaltar que encontrarse en EVP es algo que
sucede a una persona que, como tal, tiene toda la protección del ordenamiento jurídico y
está amparada por sus derechos fundamentales, independientemente del estado en que se
encuentre.
Subyacen aquí, además, aspectos de naturaleza netamente filosófica: ¿qué es lo que nos
hace humanos?, ¿qué somos realmente?, ¿nuestro comportamiento, nuestra personalidad?
y, consecuentemente, ¿qué es un cadáver?, ¿cuándo un ser humano se convierte en un
cadáver? Y también otras cuestiones de índole diversa, por ejemplo de carácter económico:
¿a qué asignamos los recursos?
Por otra parte, habiendo constituido nuestra convivencia en torno al principio de autonomía,
el EVP nos aboca a elegir por los que ya no pueden elegir por sí mismos y que en muchos
casos no habían manifestado su voluntad previamente. Se trata de situaciones que requieren
decisiones individuales y decisiones médicas, pero que nos obligan también a tomar
decisiones colectivas, decisiones políticas. Hay criterios médicos que deben ser tenidos en
cuenta, que es necesario contemplar, pero que no son suficientes a la hora de tomar una
decisión.
Diagnóstico de EVP
Precondiciones
La posibilidad de que exista una causa tratable estructural debe ser excluida por imágenes
del cerebro.
Criterios clínicos
El soporte vital incluye todas aquellas medidas que prolongan la vida biológica, pero no
revierten la enfermedad del paciente.
No hay tratamiento efectivo para el paciente en EVP por lo que su manejo dependerá casi
exclusivamente de las intervenciones de soporte vital, estas intervenciones varían en cada
paciente ya que dependen de las características clínicas que el mismo presente. Aunque es
posible la aparición de complicaciones que requieran otras intervenciones, en general,
además de los cuidados básicos y los ejercicios de movilización pasiva en los pacientes en
EVP suelen ser necesarios los siguientes:
Karen Ann Quinlan nació el 29 de marzo de 1954 en Pennsylvania. Nació de madre soltera,
y posteriormente fue adoptada por Joseph y Julia Quinlan, devotos católicos que vivían en
New Jersey. En Abril de 1975, Karen compró un vestido, y comenzó a hacer una dieta para
poder usar el mismo en una fiesta que posteriormente se realizaría en casa de un amigo, dos
días antes de la fiesta, Karen había estado comiendo muy poco. La noche de la fiesta
consumió alcohol en exceso y un tranquilizante, en un momento se sintió mareada, por lo
que decidió decirle a sus amigos, y conseguir un lugar para recostarse, luego de 15 minutos,
sus amigos fueron a verla y la encontraron sin respiración. Se llamó a una ambulancia, y se
le aplicó respiración boca a boca, recuperando signos vitales pero no su conciencia.
Se decidió su ingreso en un hospital de su localidad, en estado de coma y con un peso de
50kg, en este centro de salud se mantuvo por 9 días, y posterior a estos fue trasladada a otro
centro por presentar una falla respiratoria prolongada sin causa demostrada. Aquí fue
conectada a ventilación mecánica. Para este momento, Karen se encontraba en estado
vegetativo persistente. En los siguientes meses, su estado se fue deteriorando, llegando a
pesar 36kg. Su alimentación era por medio de una sonda nasogástrica. Sus padres, al ver tal
deterioro, solicitaron la suspensión del uso del ventilador, solicitud que el hospital rechazó.
Por lo que en el año 1976 llevaron el caso a la corte suprema, que aprobó la decisión de los
padres. Pero al retirar la ventilación mecánica, Karen continuó respirando por su propio
medio, por lo que se mantuvo viva alimentándose por sonsa nasogástrica hasta el año 1985,
cuando falleció por neumonía.
Este caso fue controversial para la aplicación de la ética en el área hospitalaria, ya que sale
a flote lo que es el tema de la eutanasia, que es un método terapéutico aplicado para
suspender todos los medios vitales de un paciente que sufre de una enfermedad o tiene una
condición con la cual no tiene calidad de vida, todo esto bajo la autorización del propio
paciente, o en dado caso, bajo la autorización del familiar más próximo al enfermo.
En este caso, lo que consideraban los médicos para no conceder la solicitud de los padres
de Karen, fue basarse en que era un acto de homicidio, igualmente para la parte legal, que
consideraba que Karen estaba legalmente viva, ya que conservaba sus funciones vitales;
mientras que para la familia, era dejar descansar a su hija, y dejar de ver el sufrimiento que
causaba verla en estado de deterioro.
Lo que no es aceptable
En la práctica médica, por el término “lo que no es aceptable” hacemos referencia al caso
de Karen Ann Quinlan, el cual constituye el primer intento de aplicar el criterio del juicio
sustitutivo a la decisión de retirar medidas de soporte vital a pacientes incapaces.
Karen, en estado vegetativo persistente tras una intoxicación de alcohol y barbitúricos, tenía
escasas posibilidades de recuperar la conciencia; sus padres solicitaron la retirada del
respirador, argumentando que ella había afirmado que no estaba de acuerdo en mantener la
vida artificialmente a los pacientes en coma o en una situación que les hiciese sufrir.
La petición de los padres se basaba en la posibilidad de reconstruir lo que Karen hubiera
decidido si fuera capaz, basándose en lo que ella había expresado cuando sí era plenamente
capaz al discutir sobre casos similares al que ahora era el suyo
En un primer momento del proceso judicial, con apoyo de los profesionales sanitarios que
atendían a Karen y con gran impacto mediático-social, no se aceptaron como pruebas
suficientemente convincentes las declaraciones de los padres. Sin embargo, finalmente el
Tribunal Supremo del Estado de Nueva Jersey dio la razón al matrimonio Quinlan
apoyándose en los siguientes puntos:
a) Que el Estado tiene obligación de proteger la vida de los ciudadanos y garantizar los
tratamientos médicos adecuados. Esta obligación, sin embargo, puede entrar en conflicto
con las preferencias del individuo y, en determinadas circunstancias, éstas pueden
sobrepasar aquella.
c) Que, aunque Karen no puede tomar ninguna decisión porque es incapaz, esto no invalida
su derecho a que su privacidad sea respetada.
d) Y que, la única forma de proteger este derecho es permitir a la familia que decida como
lo hubiera hecho ella en estas circunstancias.
Por tal motivo, podemos inferir en que si la situación presentada con la vida de un ser
humano no se encuentra bajo estos preceptos no es aceptable, por tal motivo no podría
aceptarse el cese de la vida o muerte inducida puesto que infringe contra la normativa ética
y moral según el caso de Quinlan y el código médico, siendo percibido como “Lo que no es
aceptable”.
Conclusión
Desinstalar de un ventilador mecánico a una persona con EVP no es una decisión fácil de
tomar, aunque exista el acuerdo de la familia y bajo el criterio de que no se trata de alargar
la vida cuando están presentes ciertas condiciones de irreversibilidad, es preciso entonces
conocer y contextualizar cada situación para poder entender todas sus aristas y bajo los
términos éticos y legales que pudieran hacerse presentes
Análisis Reflexivo
Para entrar en contexto, para que un profesional médico pueda declarar que una persona
haya dejado de vivir, es necesario conocer el concepto de muerte cerebral o muerte
encefálica, que hace referencia al cese de funciones de los hemisferios cerebrales y del
encéfalo. Por otro lado, la muerte es la ausencia de toda señal de vida de relación, sin
respiración espontánea, tensión arterial, ni reflejos, con atonía muscular y un trazo
isoeléctrico en EEG4, y esta ausencia de funciones debe ser debe ser irreversible y la
afección del tallo cerebral una condición sine qua non. Una persona con pérdida irreversible
de la función circulatoria, respiratoria o cerebral está muerta y debe avalarse con pruebas
confirmatorias. La muerte ocurre cuando la circulación, respiración y funciones cerebrales
han cesado total e irreversiblemente, y que si la función cerebral se ha perdido, la persona
aún no muere, pero se encuentra en proceso irreversible de muerte; por lo que dar soporte a
los signos vitales es inútil y no justifican mantenerlos de manera artificial una vez que se ha
perdido la función encefálica.
Los problemas éticos y legales de la muerte cerebral comienzan cuando la opinión médica y
familiar no coinciden, y se hace más fuerte cuando entra en contexto lo que es la donación
de órganos, porque se dice que se tiene respeto a los órganos otorgados por el donante, pero
se le resta importancia a lo que es su alma y su cuerpo, cuando al menos, se le debería tener
honor a la persona que fue, y que decidió hacer ese acto, ya que no todo el mundo tiene la
educación y la voluntad para convertirse en un donante.
El caso Quinlan basa su relación con la presente investigación ya que la paciente en juego,
presento perdida irreversible del estado de conciencia, y que tras su deterioro, los padres
desearon y manifestaron su petición al hospital para detener el apoyo artificial al que su hija
estaba conectada, a lo que el centro hospitalario quería negarse, ya que para ellos las
funciones vitales de la paciente estaban presentes, tras descubrir que después de
desconectarla ella aún seguía respirando por sus propios medios, ya que para un médico la
muerte se da cuando hay cese irreversible de todas las funciones visibles, por lo que
decidieron colocar la ética del trabajo médico ante el sentimiento de los padres de hacer
detener el sufrimiento de su hija.