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APRENDIZAJE AUTONOMO No 2
TERCER TRIMESTRE

COLEGIO JAPÓN INSTITUCIÓN EDUCATIVA DISTRITAL.


ACUERDO DE APROBACIÓN S.E.D. Nª 17 DEL 14 DE OCTUBRE DE 1992
PREESCOLAR, BÁSICA Y MEDIA
ACADÉMICO CÓDIGO DANE:
1110010123
"HACIA EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO, LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTONOMÍA
Y LA FORMACIÓN DEMOCRÁTICA"

CAMPO/ASIGNATURA Escriba el Campo y/o asignatura GRADO/CURSOS Undécimo 1101-1102- 1103


Histórico/ Filosofía
DOCENTE Luz Stella Rodriguez Muñoz Correo electrónico Luzstellar32@gmail.com

Competencia

Aplicar los conocimientos y habilidades adquiridos en beneficio propio y de la sociedad, cualificando y mejorando sus experiencias y prácticas.

INDICADOR: Identifica los conceptos de cibercultura y Ciber sociedad

Ejes conceptuales
Cibercultura y ciber sociedad
ACTIVIDAD DE ENTRADA: Observa la siguiente imagen y elabora un pequeño escrito donde se describa las ventajas y
desventajas en la vida del hombre.

MARCO TEORICO: el concepto de cibercultura y Cibersociedad son conceptos trabajados desde los años noventa pero que
coge fuerza en los últimos 15 años. A continuación, se presentan conceptos que desarrollan la temática a trabajar.

 Cultura: Cultura significaba entre los latinos “cultivo” o “cuidado”, y Catón empleó el término en referencia al
campo (“agri‐cultura”). Valiéndose de la idea de “cultivo de la tierra” o agricultura, Cicerón utiliza la metáfora
de cultura animi, es decir, “cultivo del alma”, que nos aproxima un tanto al sentido que, en la actualidad, tiene
el término en las lenguas occidentales. De todas formas, el sentido más característico del término en época
clásica era el referido al campo (Gomez)
 Ciberespacio, entendido como “la ‘red’, es el nuevo medio de comunicación que emerge de la
interconexión mundial de los orde-nadores (Lévy, 2007)
 TICs: las Tecnologías de Información y Comunicación contemplan al conjunto de herramientas relacionadas con
la transmisión, procesamiento y almacenamiento digitalizado de la información, como al conjunto de procesos y
productos derivados de las nuevas herramientas (hardware y software)
 Cibercultura es el término utilizado por diversos autores para agrupar una serie de fenómenos culturales
contemporáneos ligados principal, aunque no únicamente, al profundo impacto que han venido ejerciendo
las tecnologías digitales de la información y la comunicación sobre aspectos tales como la realidad, el espacio,
el tiempo, el hombre mismo y sus relaciones sociales. Algunos autores como Kerkchove y Lévy, definen la
cibercultura como la tercera era de la comunicación, en la que se habría configurado un lenguaje todavía más
universal que el alfabeto: el lenguaje digital. Una era que habría seguido a las de la oralidad y la escritura.
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APRENDIZAJE AUTONOMO No 2
TERCER TRIMESTRE
Kerkchove, además, propone comprender la cibercultura desde tres grandes características: la interactividad, la
hipertextualidad y la conectividad (Inteligencias en conexión. Hacia una sociedad de la web)
 Cibersociedad: Etimológicamente se deriva del prefijo “CIBER”, del cual se forma la cibernética entendida como el
arte de dirigir y manejar sistemas tecnológicos complejos, y de sociedad que es un grupo de personas que se
comunican entre si buscando el bien común. La Cibersociedad es el espacio en donde existen las comunicaciones
electrónicas, es un espacio social estructurado a partir de la información virtual, es un espacio invisible pero
absorbente y finalmente es una necesidad humana ya sea por el trabajo, la educación, el ocio, las actividades
económicas, comerciales y las actividades de la vida cotidiana. La Ciber sociedad forma parte de esa
comunicación planetaria que nos conduce a hablar de globalización.

 Globalización: La globalización es un proceso histórico de integración mundial en los ámbitos político,


económico, social, cultural y tecnológico, que ha convertido al mundo en un lugar cada vez más interconectado,
en una aldea global. Como tal, la globalización fue el resultado de la consolidación del capitalismo, de los
principales avances tecnológicos y de la necesidad de expansión del flujo comercial mundial.

TALLER
1. Lee con atención la información dada en la guía y elabora un mapa mental según los parámetros dados en
clase.
2. Elabora el Rae del texto que se encuentra en el siguiente link (Ver anexo 1)
link https://www.javeriana.edu.co/relato_digital/r_digital/cibercultura/kerckhove1.htm

al final del documento el anexo 3 corresponde al formato RAE que puedes utilizar

3. Construcción textual.

A. Lee con atención el anexo “El ensayo habilidad para argumentar” tomado del texto Apuntes de
clase de Goyes, Adriana Texto de la Facultad De Ciencias De La Educación de la universidad de
la Salle. (Ver Anexo 2)
B. Elabora un ensayo que no exceda las dos páginas y que responda a la pregunta ¿cuál ha sido
tu experiencia desde la red?
C. Para la elaboración del documento deberás tener en cuenta:
 Elaboración de párrafos técnicos de 7 a 10
 Hilo conductor que permite llevar una secuencia del texto
 Implementación de los signos de puntuación.
 Realización de citas según normas APA
 Referencia bibliográfica. Debe estar en una hoja y bajo los lineamientos de las normas APA.
 Si el documento lo hace a mano debe estar en hojas blancas tamaño carta y con letra
legible. El Documento que no presente estas condiciones no será evaluado.
ANEXO 1

KERCKHOVE, Derrick de. Inteligencias en conexión. Hacia una sociedad de la web. Barcelona: Gedisa editorial, 1999. Pgs.
17-28

PROLOGO

Tardé algún tiempo en entrar en la Red. Me costó muchas horas de morderme las uñas el solo hecho de aprender a
enviar un e-mail. Y después necesité más tiempo para superar una reticencia a leer mi correo entrante por miedo a
tener que responderlo. No habría podido soportar otro flujo más de información entrando a raudales en la oficina. En la
minúscula oficina central del McLuban Program on Culture and Technology, además de la tortura diaria de tres líneas
telefónicas («¿Debería estar activada la llamada en espera?»), aterriza un fax cada diez minutos, recibimos correo postal
dos veces al día, tenemos estudiantes, personal y visitantes entrando y saliendo por dos puertas (algunas veces todos al
mismo tiempo), tres aparatos de televisión (uno a menudo encendido), tres radios (una casi siempre encendida) y tres
veces a la semana, como promedio, mantenemos videoconferencias con alguna parte del mundo.

Durante años, la gente me ha advertido amablemente que esta situación simplemente no podía continuar y que, si no
racionalizaba las actividades, el tiempo y los recursos, el programa iba a terminar mal. He aprendido, sin embargo, que
cuando uno está en el centro de las cosas el caos resulta ser hasta bueno. Es sólo en los extremos que el caos hace
perder la concentración y disipa la energía. En realidad, el caos puede ser la única respuesta cuando uno está realmente
interesado en saber lo que está pasando «ahora mismo». El caos para mí es como un caleidoscopio que contiene
información en el interior revolviéndose y girando, cayendo en forma de patrones que tienen sentido. Hoy en día, no
puedo dejar pasar un día sin estar on-line y nuestra abarrotado pequeño oficina ostenta siete PC conectados a una
espina dorsal de diez megabytes. En ella se puede encontrar entre tres y veinte personas trabajando -o jugando- a
cualquier hora del día desde las nueve de la mañana hasta la medianoche, cada día de la semana (excepto los
domingos). Siempre habrá algo de locura en mis métodos.

Aún recuerdo el momento preciso en que me dejé seducir por el concepto de la Red. Durante un seminario, una de mis
estudiantes nos mostró un vídeo de un sitio de un museo en la World Wide Web y nos dijo -tuvimos que creerla porque
no había sido posible realizar una grabación en audio- que cuando hacías clic en un botón «ahí» podías escuchar la
canción de «ese» pájaro de la fotografía. Yo pensé: «¡Ahí está! ¡CD-ROM interactivos on-line, en tiempo real! ¡Ahora sí
vamos por buen camino!». No pasó mucho tiempo hasta que me di cuenta, para sorpresa mía, de que estaba utilizando
el e-mail de forma habitual y empezaba a desarrollar un nuevo tipo de convulsión: el ansia por que llegara el momento
de la siguiente conexión al cabo de cortos lapsos de tiempo.

Nada de esto debería interpretarse como que yo soy un ávido navegante; no más de lo que lo soy con la televisión.
Mantengo mi distancia con todos los medios excepto el teléfono y el ordenador. Sin embargo, me doy cuenta de que
continúo mirando en la dirección de la Red, casi a mi pesar. Hay un número infinito de cosas de la Red que aborrezco
activamente: primero, las esperas; después, los colores sin vida de Windows y Netscape; la torpeza primitiva de gran
parte de¡ diseño; la estupidez ocasional del contenido y, claro está, el bombo publicitario que la rodea. Aun así, no
puedo evitar tener la convicción cada vez más fuerte de que algo genuinamente revolucionado está adquiriendo
forma en ella, que va a afectamos a todos y que deberíamos conocerla más. Eso es de lo que trato este libro.

Mientras trabajaba en estas páginas, consulté de vez en cuando mi anterior libro, La piel de la cultura, para medir mis
pensamientos actuales contra lo que habla escrito anteriormente. Descubrí que mi visión había evolucionado en varios
puntos. Una de mis mayores sorpresas fue leer lo siguiente: «No hace mucho, el mundo era tonto y nosotros éramos
listos. Pero el mundo asistido por ordenadores se está volviendo muy listo y a un ritmo más rápido del que aprendemos
nosotros. Muy pronto nuestra inteligencia tecnológica colectivo superará las inteligencias orgánicas individuales tanto
en velocidad como en integración. Será interesante ver cómo esa organización cognitiva unificado se ocupará de¡ medio
ambiente y de la pobreza y qué criterios dictará para la ingeniería genética. Por el momento, relajémonos. Todavía no
ha llegado el momento».

Desde que escribí esas líneas he revisado mi forma de pensar en dos aspectos importantes. El primero es que nuestra
inteligencia tecnológica comúnmente compartida no es realmente «colectiva» sino que más bien está "conectada».* El
otro es que «estamos» sin duda allí y, aunque tenerlos que mantener la calma, no es tiempo para relajarse.

Sin duda, este libro nace de un nuevo sentido de la urgencia. Mientras que La piel de la cultura trataba sobre los medios
de comunicación electrónicos vistos de forma separada, este libro nos muestra cómo éstos están convergiendo, e
intento descubrir hacia dónde están convergiendo. Aunque La piel de la cultura está en lo esencial bien encaminada, lo
que le falto es una discusión sobre las implicaciones de las comunicaciones digitales «en red».
Tanto si la llamamos la Red, lnternet o la «autopista de la información», la sinergia creciente de la comunicación en red
es, con la excepción del lenguaje en sí, el medio de comunicación por excelencia -el más exhaustivo, el más innovador y
el más complejo de todos-. Es también el más interesante. En la megaconvergencia de hipertexto, multimedia, realidad
virtual, redes neurales, agentes digitales e incluso vida artificial, cada medio cambiando partes diferentes de nuestras
vidas -nuestros modos de comunicación, entretenimiento y trabajo-, pero la Red potencialmente cambia todo eso y
más, todo a la vez. lntemet nos da acceso a un entorno real, casi orgánico, de millones de inteligencias humanas
perpetuamente trabajando en algo y en todo con una relevancia potencia¡ para cualquiera y para todos. Es una nueva
condición cognitiva a la que yo llamo Webness.

Por Webness quiero denotar «la esencia de toda red». La palabra es un derivado de la Word Wide Web. Durante el
verano de 1991, Tim Bemers,Lee y sus colegas del CERN (Centre Européen de Recherches Nucléaires) publicó el
protocolo de comunicaciones por ordenador Word Wide Web ,Para posibilitar que los investigadores accedieran al
contenido de las bases de datos directamente, sin tener que buscar en cada una por separado. En efecto, ello
comportaba enlazar todos los contenidos de cualquier servidor en cualquier parte del mundo con otro ordenador on-
line. Podías acceder a la memoria del mundo igual que accedías a la tuya. Al cabo de

Debo este cambio a una sugerencia hecha por el artista de la tecnología australiano Ross Harley, quien amablemente
me rescató de mi vergüenza con las connotaciones negativas, potencialmente fascistas de la palabra colectivo. los
lectores de mi anterior libro me harían un gran favor si sustituyeran, por lo menos mentalmente, cada vez que aparece
la palabra colectivo en relación con la inteligencia por la palabra conectivo.

cinco años había treinta millones de usuarios de la Red, con el número creciendo exponencialmente, y todo indicaba
que un sector de la economía o, probablemente, toda ella en su conjunto, estaba convergiendo en ella.

Y si a este fenómeno le añadiéramos, como Esther Dyson et al. aconsejan, todas las telecomunicaciones, por hilos o por
cable; todas las emisiones estándar y en bando estrecha vía satélite o por retransmisiones celulares; todos los miles de
estaciones de radio y televisión, clasificando activamente la realidad del día del planeta para todo el mundo más o
menos al mismo tiempo, - tendríamos ante nosotros la repentina comprobación de que se está produciendo una
gigantesca transformación.

los mayores avances tecnológicos detrás de esta convergencia son la digitalización de todos los contenidos, la
interconexión de todas las redes, la humanización del software y del hardware de interfaz y los efectos globalizadores
de los satélites.

La digitalización consiste en hacer añicos todo hasta obtener bits y poner después el reconstituyente de la materia, de la
vida y de la realidad en manos de gente como ustedes y como yo. Como fenómeno de definición de nuestro tiempo,
está moviendo el comercio y la industria del dominio de los átomos al de los bits. En un nivel más fundamental, está
moviendo los objetos del dominio de lo material al del pensamiento. Los bits hacen que la materia sea más maleable
que los átomos. los datos digitales están creando formas, sustancias e identidades mutuamente compatibles, de la
forma en que las ideas y las imágenes están en nuestras mentes. Las cosas están siendo digitalizadas para que entren,
más tarde, en el dominio de la mente.

La tecnología de interfaces, impulsado por una improbable combinación de presiones desde el arte y la ingeniería de la
aviación militar, está aproximándose cada vez más a las combinaciones de hardware-software de acceso directo que
permitirán al pensamiento controlar los ordenadores directamente. Cada paso que se toma en esa dirección -del mando
de control, el teclado y el ratón, a la voz y al comando mental directo está haciendo que nuestras relaciones con las
máquinas sean más intuitivas e incluso casi podríamos decir que más humanas.

Las redes soportan la extensión de lo que conocemos como mente hasta las asociaciones nuevas, conectadas (¡no
colectivos!). Están proporcionando el entorno operativo para la convergencia de todos los datos. Una mente, tal como
la que todavía podemos considerar como nuestra, está entrando en avalancha en las redes, con una relación más
interactivo, más estrecha, más sensorial que nunca.

las tres principales condiciones subyacentes de la nueva ecología de las redes, que incluye tanto la economía de las
industrias relacionadas como los nuevos hábitos cognitivos sociales y personales que los soportan, son las siguientes:

1. interactividad, el enlace físico de la gente o de las industrias basadas en la comunicación (las industrias del
cuerpo);

2. hipertextualidad, el enlace de contenidos o industrias basadas en el conocimiento (las industrias de la memoria);


3. conectividad, o Webness, el enlace mental de la gente o de las industrias de redes (las industrias de la inteligencia).

Los satélites figuran de forma importante en la ecuación, por el hecho de.dar humanidad a la agencia y a la imagen de la
nueva escala planetario de su alcance; los nuevas proporciones de su imagen corporal colectiva. Como individuos y
como especie, empezamos a ver, por un lado, las crecientes conexiones entre nosotros mismos, nuestros cuerpos y
nuestras mens y, por el otro, las conexiones con el planeta.

Juntas, la interactividad, la hipertextualidad y la conectividad constituyen la base de la planetización de la gente


corriente, así como de las organizaciones, las naciones y los continentes, por una permanente actualización automática
de la sinergia de los ordenadores locales, las redes globales y los satélites.

INTERACTIVIDAD

Hace diez años, la palabra «interactividad» era la curiosidad de todo lexicógrafo. Ahora está en boca de todo el mundo.
Pero, ¿qué significa realmente? La interactividad es la relación entre la persona y el entorno digital definido por el
hardware que conecta a los dos. Se está realizando un rápido progreso en la investigación militar y artístico sobre las
interfaces de acceso directo mente-máquina. Sin embargo, la mayor parte de las intervenciones humanas en los
entornos materiales y virtuales permanecerá fundamentado en el cuerpo humano. No es sorprendente que una de las
áreas más interesantes de la investigación sobre la Realidad Virtual (RV), en la que se está trabajando hoy en día, sea la
retroacción táctil. La interactividad es el tacto.

La RV, los multimedia y los sistemas interactivos son proyecciones multisensoriales. Dentro del rico entorno electrónico
que nos hemos creado, a menudo mantenemos relaciones «proprioceptivas» inconscientes, es decir, respuestas
activadas por estímulos que están tan profundamente arraigados en los medios que apenas nos damos cuento de que
existen.

Las redes también son extensiones del tacto. Y los redes interactivas como el teléfono o la videoconferencia son aún
más táctiles ya que permiten una retroacción inmediato. ¿Qué representa la «presencia» en este tipo de
«telepresencia»? Si puedes estar «aquí» y «allí» al mismo tiempo por teléfono o por videoconferencia, considerando un
«allí» que esté a siete mil kilómetros de distancia, representa que o bien te has vuelto muy rápido, o bien muy grande.
Una comunicación correcta requiere la retroacción para confirmar que el mensaje ha sido recibido, aunque sea sólo
devolviendo la información en una cadena de datos -es en este punto donde se observa la dimensión verdaderamente
«táctil» de la relación y la esencia de la presencia.

Desde la época de¡ telégrafo hasta la de la Red, la población mundial ha aumentado continuamente la densidad de sus
conexiones de red. En estas redes se producen nuevas formas de concentración de energía humana y éstas no
coinciden necesariamente con los centros físicos de población. En la Red, las ciudades de la antigüedad -como
Pompeya, Monte Alban, Catal Huyuc, Karnak y otras- se alzan como fantasmas gracias a la reproducción digital exacta.
Las ciudades reales del siglo XX como Berlín, Florencia y San Francisco- están siendo recreadas como bases de datos y
puestas a punto para conectarlas a la información en tiempo real, on-line. Están empezando a aparecer mundos
tridimensionales, que cuentan con arquitectura virtual, servicios de noticias y de información meterológica fiables,
comportamientos sociales y antisociales, tan viejos como la vida misma, que van desde defecaciones virtuales de perros
hasta el vandalismo virtual, y todos ellos atraen a miles de «habitantes». Se inauguran centros comerciales virtuales en
sitios web -URL (Localizador Universal de Recursos, el protocolo para asignar direcciones en la Word Wide Web)-, que
son auténticos edificios que tienen incluso paredes para hacernos sentir mejor cuando compramos virtualmente. Muy
pronto, las
«Ofcinas virtuales» habrán sustituido muchos de sus materiales equivalentes a rnedida que los seres humanos aprendan
a prescindir de una parte de la parafernalia de las agencias inmobiliarias. Como cada vez hay más posibilidades para la
gente de adquirir una presencia real en sus entornos virtuales, parece muy probable que las personas terminarán por
traslado muchos de las actividades que actualmente desempeñan en «espacio real» a estos entornos virtuales.

No debería sorprendernos que los artistas compitan con los investigadores militares para estar en la punta de la
investigación tecnológica en todo este tema. Ambos tienen un interés personal por comprender y explotar el impacto
de la tecnología sobre el sensorium humano. Y cada uno está involucrado, a su manera, con temas de agresión -los
militares por razones obvias y los artistas a causa de su sensibilidad especial por el potencial destructivo de las nuevas
tecnologías que invaden el orden social establecido-. la paradoja, por supuesto, es que la sociedad no escatima
financiación para el R&D del ejército, mientras que el arte tiene que conformarse con vivir de las sobras. Además, el
ejército trabaja en secreto, mientras que el arte procura, en cada oportunidad, sacar de la oscuridad su forma de ver las
cosas. Como no tengo acceso a los secretos mires, yo he optado por dirigirme al arte de nuestro tiempo para ver la
donde nos dirigimos, confiando en la recomendación perceptivo de Mcluhan:
Si los hombres fuéramos capaces de convencernos de que el arte es un conocimiento avanzado y preciso de
cómo nos relacionamos con las consecuencias físicas y sociales de la próximo tecnología, ¿se harían todos
artistas? ¿O empezarían a hacer una traducción cuidadosa de las nuevas formas de arte en forma de diagramas
de navegación social? Tengo curiosidad por saber qué pasaría si, de repente, el arte se viera como lo que es, s
decir, como la información exacta sobre la manera de reorganizar la psique de uno para anticipar el siguiente
golpe de nuestras propias facultades extendidas.

El dominio privilegiado del nuevo arte es el mundo de las interfaces, no sólo porque es un campo accesible
para ser explotado sino también porque es la metáfora tecnológica de los sentidos. Con nuestras manos,
oreos y el resto de sentidos que nos permiten realizar acciones y tener sensaciones, constantemente estamos
relacionándonos o interactuando con el mundo; esas son las relaciones a las que los artistas han dedicado más
atención desde los inicios de¡ arte. Es, por lo tanto, lógico y predecible, que miren ahora en la dirección de la
modulación de estas interacciones a través de¡ nuevo entorno tecnológico. Aunque la mayor parte de los
artistas (pero no todos) optan por observar los patrones de los fenómenos -sonidos, imágenes, pensamientos,
procesos-, la nueva generación no tiene miedo de llegar a conocer a fondo a su sustituto digitalizado.

HIPERTEXTUPLIDAD: Hipertextualidad significa acceso interactivo a cualquier cosa desde cualquier parte. Mientras que
la digitalización es la nueva condición de la producción de contenidos, la hipertextualidad es la nueva condición del
almacenamiento y la entrega de contenidos. Por sí mismo, el hipertexto podría considerarse un sistema automatizado
muy inteligente de referencias y rastreo basado en el texto. Pero la buena noticia de la implementación de los
principios de la hipertextualidad en la World Wide Web es precisamente que el espacio de búsqueda es mundial. La
World Wide Web es el paradigma de lo que pasa con el hipertexto cuando éste emigra de un sistema autónomo o de
una red de área local (LAN) a la red mundial. Cambio las reglas del juego de los contenidos.

La hipertextualidad está invadiendo los dominios tradicionales del suministro de contenidos en forma de datos, texto,
sonido y vídeo. Está cambiando las reglas del almacenamiento, la distribución y la entrega basados en el espacio de
elementos como los libros, los discos, los casetes, los vídeos o las películas. Como se está volviendo omnipresente y,
además, responde mucho mejor a los requisitos de entrega inmediata del mercado, está sustituyendo a los métodos
más antiguos de entrega de noticias en todos los lugares donde las redes existentes lo permiten. Países como Canadá
y los Países Bajos, que están dotados con una buena infraestructura de red*, tienen una mayor posibilidad de sacarles
ventaja económica inmediata a sus vecinos, sólo si sus Gobiernos e industrias terminan de convencerse de facilitar la
hipertextualización de sus economías. Hay, claro Por ejemplo, la cobertura por cable en ambos países alcanza más del
90 %.

está, algunas resistencias a ese cambio. Primero, porque hace tambalear los patrones establecidos del comercio-
segundo, porque las compañías tienden más a pensar en los beneficios que se pueden a corto plazo que en las
oportunidades a largo plazo; y finalmente, porque hace falta visión y habilidad para implementar el acceso hipertextual
a escala global, y el primero de estos requisitos, especialmente, por lo general no abunda.

A pesar de ello, la digitación ya ha «eliminado» o desmaterializado dispositivos de soporte de memoria tradicionales


como los libros, los casetes y los discos. la oportunidad para incorporar la hipertextualidad es también una poderosa
fuerza de motivación para el cambio en los modos de producción y acceso de medios lineales (analógicos) a no lineales
(digitales). Gracias a la facilidad para reconfigurar los datos, las noticias están pasando de ser distribuciones en masa a
entregas personalizados. La economía de la información está alejándose de las tecnologías de almacenamiento concreto
como la analogía, el video, el audio y la impresión, y está aproximándose a máquinas inteligentes que producen la
información a petición. En otras palabras, mientras que las tecnologías de la información de¡ pasado son ayudas para la
memoria y el almacenamiento (libros, casetes, discos, películas, vídeos, fotos), las principales tecnologías de los
sistemas de información actual son ayudas al procesamiento; es decir, ayudas a la inteligencia. Este cambio es el reflejo
de una permutación de la cultura mucho más amplia, de la producción basada en la memoria a la producción, basada en
la inteligencia. Pasamos, en estos momentos, de la era de la «reproducción» a la de la «segunda versión». Estamos
desarrollando hábitos cognitivos y formas de colaboración asistidos por ordenador -nuevas formas, de hecho, de
conectividad.

CONECTIVIDAD: La conectividad es un estado humano casi igual que lo es la colectividad o la individualidad. Es esa
condición de fugacidad comprendida por un mínimo de dos personas en contacto entre sí, por ejemplo, conversando o
colaborando. La Red, el medio conectado por excelencia, es la tecnología que hace explícita y tangible esta condición
natural de la interacción humana. Los otros únicos medios conectados que hemos conocida son el telégrafo y el
teléfono, relaciones de uno a uno, punto a punto; extensiones del intercambio vocal. lnternet, al combinar estos dos y
añadir el potencial punto a multipunto (radiodifusión), ha aumentado considerablemente la conectividad útil entre las
personas. La World Wide Web añadió otra dimensión a la conectividad con el hipertexto, enlazando el contenido
almacenado a su comunicación. Después, como para alcanzar a la masa crítica, Marc Andreessen sacó el pichichi
lanzando Mosaic.* Al convertir a la Red en algo con colorido y sensualidad, al mismo tiempo que de utilidad, la volvió
irresistible.

Lo que mantiene «conectada» la Red es que permite y alienta la entrada a individuos dentro de un medio «colectivo». El
resultado es que los procesos de información y la organización social que nacen de ella están conectados y son
individuales al mismo tiempo. Los libros, en comparación, sólo promovían el individualismo, llegando hasta a aislar a la
gente los unos de los otros al hacer de la comunicación algo silencioso. El efecto de los libros fue acelerar el crecimiento
de las mentes individuales y de individualismo de esas mentes. (Los libros no están conectados en absoluto porque no
permiten entradas individuales.) la radio y la televisión son verdaderamente colectivos, porque se dirigen a todo el
mundo al mismo tiempo: al igual que los libros, éstas no están conectados porque no permiten ni invitan a la entrada
por porte de personas individuales en tiempo real. La excepción que confirma la regla son los programas de radio con
participación telefónica en directo. Éstos, sin embargo, tienen un formato muy cerrado, con mucha selección, y son
estrictamente moderados. No existe nada como los ordenadores para acelerar el procesamiento humano individual de
la información. Y desde el momento en que se organizaron en redes, lo conectado se volvió una alternativa a lo
individual y a lo colectivo. La conectividad es uno de los recursos más poderosos de la humanidad. Es una condición
para el crecimiento acelerado de la producción intelectual humana.

Mosaic fue el primer «navegador» para la exploración en la World Wide Web. Un joven programador llamado Marc
Andreessen que entonces trabajaba en la NSCA (National Super Computer Association) lo desarrolló y lo lanzó el verano
de 1993. Casi inmediatamente, la Red, nombre con el cual empezó a conocerse en seguida, fue invadido por gente
nueva. Desde entonces, Mosaic y Andreessen se han asociado con Jim Clark, fundador y expresidente ejecutivo de
Silicon Graphics, para crear y lanzar el buscador líder en el mercado actual, Netscape.

Los satélites nos han conducido a una potenciación y a un cambio de escala formidable en nuestro entorno conectado.
Ahora cualquier persona puede acceder a la Red, descargar imágenes, en tiempo casi real, del planeta Tierra desde un
satélite de información meteorológica. No es lo mismo que estar en la cima de una montaña y la experiencia podría no
siempre generar el orgullo de propiedad de un montañés, pero lo que ves en la pantalla sin duda está allí y es tu acceso
personal al mundo global. Puede desplazar un cursar para cambiar el ángulo de visión. Puedes ver la luz del sol en un
lado del planeta. Con la visualización de lapso de tiempo puedes observar como se desarrollan las formaciones nubosas
y seguir el curso de los huracanes.

El extraordinario cambio de escala que le ha supuesto al hombre corriente el acceso directo a su entorno ecológico
total, está haciendo espacio para nuevas variedades de estructuras psicológicas. ¡Qué diminuto es, en comparación, el
modelo de hombre del Renacimiento! Del número y la velocidad de conexiones con la Red podríamos esperar, de
manera razonable, que apareciera una sensibilidad conectada, una nueva psicología, que es de lo que más o menos
trata el resto de este libro.

Hay una creciente necesidad, quizá reprimida por el resultado de nuestra lamentable experiencia con los ideales hechos
añicos durante este siglo, de creer en algo que todavía pudiera tener un resultado agradable. Mientras en el mundo hay
una epidemia de mayor religiosidad, con todos sus contradicciones habituales, y choques violentos entre culturas
locales y globales que viven en porciones de tiempo diferentes y en zonas horarias diferentes, hay al mismo tiempo una
mayor conciencia, incluso entre facciones opuestas, de formas creativos con las que se puede dar cabida a
determinadas cosas y encontrar soluciones.* Con los sentidos y los sistemas nerviosos normales de la población
mundial, ahora en manos de los satélites, y con las máquinas acercándose a la condición de mentes y las mentes de los
humanos conectándose a través del tiempo y de! espacio, el futuro puede y debe ser más una cuestión de elección que
de destino. Es mucho más fácil hacerse a la idea cuando se entiende todo el contexto.

Al estar mediados por la pantalla, la expresión fisiológica y cognitiva del usuario se «exterioriza». Este se mueve
fuera de los confines de su piel, aunque sea a corta distancia, pero con frecuencia durante un largo período.
¿Escapismo? Posiblemente, pero éste es diferente al que proporciona un entretenimiento pasivo como el cine
o la televisión.

Inteligencias en conexión es un libro, no un hipertexto. Sin embargo, he tenido presente que gente diferente con
agendas diferentes podría considerar algunas partes más pertinentes que otras. Cada capítulo puede separarse del
resto. Cada una de las partes: una, dos y tres, titulados respectivamente «Interactividad», «Hipertextualidad» y
«Conectividad», son un reflejo de las otras dos y de todo el libro. He procurado integrar la interactividad, la
hipertextualidad y la conectividad en cada capítulo porque creo que estos principios operan a escala global en todos los
aspectos relativos a la tecnología y a la cultura. Para aquellos a quienes les gusta que se dé continuidad a un argumento,
he ordenado los capítulos de tal forma que reflejen lo que yo apoyo, en resumidas cuentas, que, aunque sin duda
nuestra tecnología nos está precipitando hacia un nuevo orden de la realidad, es preciso que todo ello esté
documentado con esmero y atención para todo el mundo.
ANEXO 2

(Goyes, 2013)
COLEGIO JAPÓN INSTITUCIÓN EDUCATIVA DISTRITAL. ACUERDO
DE APROBACIÓN S.E.D. Nª 17 DEL 14 DE OCTUBRE DE 1992
PREESCOLAR, BÁSICA Y MEDIA ACADÉMICO
CÓDIGO DANE: 1110010123
"HACIA EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO, LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTONOMÍA Y
LA FORMACIÓN DEMOCRÁTICA"
CAMPO/ASIGNATURA Escriba el Campo y/o asignatura GRADO/CURSOS 1101-1102 -
Histórico/ Filosofía Undécimo 1103
DOCENTE Luz Stella Rodriguez Muñoz

Autor del RAE: Fecha:

a. Descripción

bibliográfica Tipo de

documento

Tipo de impresión o documento virtual

b. Titulo

Bibliografía normas APA

Palabras claves

Resumen
Fuentes

Contenido (Se plantea el contenido con más detalles, capítulos o acápites.)

Conclusiones
Referencia bibliográfica

Funadación Carolina; Erika Rodríguez Pinzón. (2020). COLOMBIA. Analisis Carolina, 1-14.

Gomez, E. (s.f.). El concpeto de cultura. En E. Gomez, Introduccion a la antropologia social y cultural (págs. 1-12).

Goyes, A. (2013). El ensayo: habilidad para argumentar. En A. Goyes, Compresnsiòn y producciòn de textos. Procesos
y estrategias de lectura y escritura (págs. 46-50). Bogotà: Universidad de la Salle.

Lévy, P. (2007). Cibercultura. La cultura de la sociedad digital. signos y pensamientos, 386-388.

Universidad del Externado de Colombia. (abril de 2020). Universidad del Externado de Colombia. Obtenido de
https://www.uexternado.edu.co/economia/el-covid-19-un-impulsor-de-la-transformacion-economica/

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