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UNIVERSIDAD DE LA TERCERA EDAD

UTE
Recinto Santiago
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Carrera de Derecho.

Asignatura:

Derecho Penal General I


DER-231

Tema:

Los delitos contra las cosas públicas

Participante:

Melquisedec Sipion Cruceta Mat. St.202000081

Facilitador:

Lic. Manolo Sarita

Santiago de los Caballeros, R.D.


Septiembre 2021
INTRODUCCIÓN
La normativa sobre delitos contra la cosa pública en el país es dispersa y poco analizada,
por lo que uno de los desafíos de la ciencia penal es su acopio, sistematización y análisis
jurídico.

A pesar de que los crímenes y delitos contra la cosa pública constituyen un título
completo del Código, la doctrina ha mostrado poco interés por el estudio del tema, lo que
se pone en evidencia en el ejercicio del Derecho y en las acciones, decisiones y
pronunciamientos de funcionarios, jueces del tren judicial, jueces electorales y abogados
del país.

El estudio del Derecho en las facultades dominicanas ha dejado de lado todo lo relativo a
esta parte del Derecho Penal, dando lugar a generaciones de abogados con grandes
lagunas en la normativa relacionada con ese tipo de delitos.

Es por eso que en esta asignación estaremos analizando los delitos contra las cosas
públicas
LOS DELITOS CONTRA LAS COSAS PÚBLICAS, Y LOS PARTICULARES
DIFERENCIA
El Código Penal de la República Dominicana reúne gran parte de las infracciones que
pueden ser cometidas, dividiéndolas en crímenes y delitos contra la persona, crímenes y
delitos contra la propiedad y crímenes y delitos contra la cosa pública. En esta última se
agrupan todas aquellas inconductas relativas a la seguridad del Estado, los delitos de
funcionarios en el ejercicio de sus funciones, las falsedades, las sustracciones de fondos
y en general, delitos en los cuales el bien jurídico tutelado es el Estado. También, hay
numerosas leyes que establecen delitos que pueden ser englobados bajo esta
denominación, por ejemplo, los delitos ambientales, los delitos fiscales, los delitos
electorales o el delito de lavado de activos.

Por otra parte el Código Procesal Penal dispone quien puede ser considerado
víctima de una acción ilícita y enumera los derechos que le asisten estableciendo
su calidad para actuar en justicia ante aquellos hechos punibles que afecten
derechos colectivos y difusos, dentro de los cuales pueden enmarcarse todas las
actuaciones que ejercen los funcionarios y servidores públicos.

Podemos expresar que el Código Penal Dominicano en su Libro Tercero, Titulo I,


en sus Artículos del 75 al 81 habla de los delitos contra las cosas públicas.

Según el Código Penal Dominicano en su Art. 75.- (Modificado por las Leyes 64
del 19 de noviembre de 1924 G.O. 3596; 224 del 26 de junio del 1984 y 46-99 del
20 de mayo del 1999). Todo dominicano que tomare las armas contra la
República, será castigado con la pena de treinta años de reclusión mayor. Art. 76.-
(Modificado por las Leyes 64 del 19 de noviembre de 1924 G.O. 3596; 1384 del 13
de marzo de 1947 G.O. 6605; 224 del 26 de junio del 1984 y 46-99 del 20 de mayo
del 1999).

El mismo código expresa que toda persona que, desde el territorio de la


República, se ponga o trate de ponerse de acuerdo con Estados extranjeros o con
sus agentes, o con cualesquiera institución o simples personas extranjeras, para
tratar de que se emprenda alguna guerra contra la República o contra el Gobierno
que la represente, o que se les hostilice en alguna forma, o que, contra las
disposiciones del Gobierno, se intervenga de cualquier modo en la vida del Estado
o en la de cualquier institución del mismo, o que se preste ayuda para dichos
fines, será castigada con la pena de treinta años de reclusión mayor. La sanción
susodicha alcanza a todo dominicano que desarrolle las actuaciones
mencionadas, aunque ello se realice desde territorio extranjero.

Así mismo lo que estipula el artículo 77 dice que se castigará igualmente con la
pena de treinta años de reclusión mayor a todo aquel que se hubiere puesto de
acuerdo con los enemigos del Estado, o que por medio de tramas y concierto con
ellos, procure los medios de facilitarles la entrada en el territorio de la República y
sus dependencias, o la entrega de ciudades, fortaleza, plazas, puestos, puertos,
almacenes, arsenales, navíos o buques pertenecientes a la República. Igual pena
se impondrá a los que suministren a los enemigos auxilios de hombres, soldados,
víveres, armas o pertrechos de boca y de fuego, o que favorezcan los progresos
de sus armas en las posesiones de la República, o contra las fuerzas dominicanas
de tierra y mar, o que emplearen la sonsaca, o intentaren corromper a los oficiales,
soldados, marinos u otros agregados al ejército, haciéndolos faltar a la fidelidad
debida al Gobierno o a la Nación, o que de cualquiera otra manera atenten contra
la independencia nacional.

El Art. 78.- expresa que sin embargo, si el resultado de la correspondencia con


súbditos de una potencia enemiga, fuere suministrar a los enemigos instrucciones
perjudiciales a la situación militar o política de la República o de sus aliados,
aunque esa correspondencia no hubiere tenido por objeto ninguno de los crímenes
enunciados en el artículo anterior, aquellos que la hubieren sostenido, serán
castigados con la detención; sin perjuicio de penas más graves, en el caso de que
esas instrucciones hubieren sido la consecuencia de un concierto de medidas
constitutivas del crimen de espionaje.
Penas de estas infracciones.
Art. 79.- Las penas pronunciadas por los artículos 76 y 77 se impondrán a los que
dirijan sus maquinaciones, tramas o maniobras en perjuicio de la República, o de
los aliados que, de acuerdo con ella, obren contra el enemigo común.

Art. 80.- Las penas expresadas en el artículo 76 se impondrán a todo funcionario


público, agente del Gobierno o cualquiera otra persona que, encargada o instruida,
en razón de su destino, del secreto de una negociación o expedición, lo hubiere
comunicado a los agentes de alguna Potencia extranjera, o a los del enemigo.

Art. 81.- (Modificado por las Leyes 224 del 26 de junio del 1984 y 46-99 del 20 de
mayo del 1999). Todo funcionario público, agente o delegado del Gobierno que,
encargado en razón de su oficio, del depósito de planos, de fortificaciones,
arsenales, puertos, ensenadas, abras o radas, hubiere entregado uno o muchos
de aquellos al enemigo, o a los agentes del enemigo será castigado con la pena
de treinta años de reclusión mayor. Si los planos han sido entregados a los
agentes de una Potencia amiga, aliada o neutral, la pena será la de detención.

Delitos políticos
La legislación Dominicana considera como delito político toda ofensa pública hacia
la persona del Jefe del Estado, y ésta es castigada con prisión de seis meses a
dos años y una multa de cincuenta a quinientos pesos, esto ha variado con la
publicación del nuevo código penal Dominicano.

La pena es la más grave de las sanciones, no solo para quien la padece sino para
el Estado que la impone.

Debe descartarse la expresión "contrasta con los fines del Estado", pues ello
significa que se hace referencia a las acciones que perjudican no solo a la
conservación de la sociedad, sino a los que obstaculizan su evolución, su
desarrollo.
Y precisamente esta última son las que dan nacimiento al delito político. Desde
luego que todos los delitos afectan al Estado, como órgano de tutela de todos los
derechos.
En otro sentido el delito político en la república dominicana tiene sus dotes de
garantias para los que los cometen en cuanto lo que establece la constitución y las
leyes y en especial en uno de sus articulados como es el articulo 37 donde habla
de las atribuciones del Congreso en el numeral 21 donde dice que concede
amnistias por causa política.
CONCLUSIÓN
A mediano y largo plazo esta distorsión conlleva consecuencias nefastas para la
sociedad. La impunidad es una de ellas. Incontables veces la gran mayoría de esos
delitos no suele ser castigada a consecuencia de la ignorancia de los actores del proceso
penal en el tema y su desconocimiento cuesta mucho al país. Un ejemplo de esto es la
conducta delictuosa del funcionario en el ejercicio de sus funciones; ese tipo de
infracciones pocas veces es castigada y los daños que su comisión ocasiona nunca son,
por tanto, resarcidos.

Por ello, se propone la creación de la materia “Crímenes y delitos contra la cosa pública”
para la enseñanza de un Derecho Penal Especial que actualmente no se imparte en la
mayoría de los centros educativos superiores, ni siquiera como electiva.

Es una necesidad hacer un mayor énfasis en el estudio de esta legislación para lograr
una mejor colaboración entre juristas y estudiosos del derecho en la lucha contra la
impunidad que cubre este tipo de delitos y la corrupción que viene a ser consecuencia de
ella.

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